D-Revistas Magazine - Historia de Revistas - Edición Especial

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Ediciรณn especial - Octubre 2019

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TRES REVISTAS

para conocer el pasado editorial argentino

pbt caras y caretas leoplan


Staff Editora general / Mireya Viacava ASESOR EDITORIAL / Conrado VIACAVA coordinación de ESTE NÚMERO Mireya VIACAVA Martín Visuara

Edición ESPECIAL

DISEÑO / Alejandra Viacava Contacto Editorial info@d-revistas.com Es una producción de D-REVISTAS.com

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SUMARIO

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CARAS Y CARETAS

PÁG 14 PÁG 22 PBT

LEOPLÁN



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unque la historia lo recuerda a Juan Gutenberg (1937-1468)

como un hombre de pródiga imaginación, es obvio que el inventor de la imprenta nunca llegó a suponer los alcances que tendría su creación en los siglos posteriores. Menos aún pudo sospechar que de aquel sencillo aparto – ciertamente perfeccionado – surgiría lo que en Inglaterra se denominó “review” hacia 1700. Durante mucho tiempo las publicaciones fueron simplemente hojas sueltas de regular aparición. Los primeros semanarios, con tiradas de 500 a 1000 ejemplares, se conocieron en Amberes, por el año 1605 Pero hasta el siglo XVIII por los menos no hubo una clara distinción entre lo que hoy se como “diario” y como “periódico”. Los antecedentes de la revista contemporánea surgen de entre esas dos categorías, como un híbrido. No es una hoja, aunque tampoco tiene la trascendencia del libro. Su lugar está en el parea nonoticiosa. Se alimenta, sí, de la actualidad y de la divulgación popular (…) El primer antecedente argentino fue LA MODA (dirigida por Juan Bautista Alberdi) que duró solo cinco meses, a partir de noviembre de 1837. Se autodefinía como “gacetín semanal de música, de poesía, de literatura, de costumbre” (…) Pero la verdadera revista argentina empezó con CARAS Y CARETAS (1898-1941) donde quedaron registradas cuatro décadas de historia: historia política, de las costumbre, de la cultura, de la sociedad, del país.

Extractos del artículo “Las revistas” del periodista Pablo Mendelevich en “Crónicas del periodismo”- Cuadernos de Historia Popular Argentina (Tomo 11) editado por el Centro Editor de América Latina entre 1982 y 1986


Fecha de publicacion:8/10/1898 HASTA 1941, S Cuarta etapa: 2005 hasta hoy

La primera revista argentina A lo largo de la historia de las publicaciones gráficas se desarrollaron diversos casos de revistas y diarios que después de un tiempo de abandonar el mercado, volvieron a surgir. Un ejemplo de este fenómeno fue la revista argentina ilustrada Caras y Caretas, que vio la luz por primera vez en 1898, reapareció en dos oportunidades más, y regresó en 2005 de la mano de distintos intelectuales. (Este fragmento corresponde a Las revistas argentinas por Pablo Mendelevich)

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SEGUNDA ETAPA 1953, Tercera etapa 1982 Caras y Caretas en URUGUAY En 1890 se funda en Montevideo, Uruguay, el semanario Caras y Caretas. caracterizado por la sátira política, el humor y temas de actualidad, compaginado con un certero tratamiento gráfico en el que eran comunes las caricaturas y las fotografías. Su director fue Eustaquio Pellicier, un poeta humorístico nacido en Burgos, España. Había comenzado a escribir a los 15 años en su pueblo natal, siguió su carrera en Madrid y cuando emigró a Uruguay, trabajó en La Pellicelina y en Caras y Caretas, ambas publicaciones editadas en la capital uruguaya.

1898-1941 Caras y Caretas en Argentina En 1892, Pellicer se trasladó a Buenos Aires por invitación del periodista y amigo Bartolomé Mitre y Vedia, hijo del ex presidente y fundador del diario La Nación y decidieron reflotar Caras y Caretas en Buenos Aires. Pellicier sería su director, aunque un acontecimiento de fuerza mayor se lo impidió: la no aceptación de la independencia de Cuba por parte de España produjo que los naturales de ese país no fueran bien vistos en estas tierras. No parecía prudente presentar una revista dirigida por un español, más aún cuando ésta pretendía llegar a un público masivo. La misma hubiera recaído en Bartolito, pero su padre consideró desmesurada la publicación y pensó que podía dañar su nombre y el del diario. Entonces esa función la ocupó un escritor: José S. Alvarez, quien firmaba sus trabajos, sus cuentos y crónicas costumbristas con varios seudónimos como el de Fray Mocho, con el cual alcanzaría la fama. “Caras y Caretas representó la madurez del humorismo político y no sólo eso: la aquella publicación merece ser considerada como “la primera revista argentina de concepción periodística moderna y masiva” (Jorge Rivera, ensayista y estudioso de los medios) Sus fundadores pretendieron elaborar una publicación política-humorística, inspirada -en gran parte- en la revista alemana Simplicissimus, de simi7

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lares características. Con el correr de los números, comenzó a tomar cuerpo una tendencia de ampliar el espectro de la revista, publicando más noticias internacionales y dándole cobertura a determinados temas que se habían ignorado. También la revista aprovechó hábilmente los avances técnicos de la época. En su diseño sobresalían las imágenes de gran calidad y en sus textos combinaba el humor con el periodismo más serio y los fenómenos políticos, sociales y culturales que atravesó el país. Noticias nacionales e internacionales -no solo relacionadas con la política o la economía, sino también con el arte, las ciencias y la cultura en general- la convertían en una revista popular y variada.

Caras y Caretas apareció en Buenos Aires el sábado 8 de octubre de 1898 Los canillitas lo voceaban “El Caricareta“. Varios diarios anunciaron su aparición, como fue el caso de La Prensa: “El festivo semanario, anunciado con tanto gracejo por sus fundadores, ha aparecido ya, y su número primero no solo ha cumplido sus promesas colmado las esperanzas del público, sino que ha excedido unas y otras” Viñetas de vida cotidiana, décimas intencionadas, gráficas costumbristas, notas que registraban el crecimiento y los cambios del país, incomparables sátiras políticas y los “reclames” de los primeros años del nuevo siglo eran parte de su contenido. Cuando en 1903 muere Fray Mocho, su director, lo reemplazó Carlos Correa Luna. La revista siguió registrando el crecimiento del país y sería considerada como la pionera y representante de la madurez del humorismo político argentino, que utilizaba la viñeta como arma contra la corrupción y los gráficos costumbristas como crítica de la vida cotidiana. “Fue la cabal interprete periodística de la Buenos Aires de la Gran Aldea, de la Argentina de los inmigrantes y del proyecto político del 80” (Juan José de Soiza Reilly) La revista aumentará su paginación inicial incluyendo nuevos contenidos. Su evolución como gran revista gráfica o magazine, sobre todo a partir de 1914, fue tan espectacular, que se convirtió en la publicación más leída en los am8

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Caras y Caretas se autodefinió como “semanario festivo, literario, artístico y de actualidad”. Aparecía los sábados. La revista constaba de dos portadas. La primera estaba impresa a color y la segunda, en blanco y negro. Generalmente, estas portadas eran separadas por páginas que contenían noticias de índole internacional y culturales, además de la publicidad. Las portadas eran en su mayoría dibujadas por Cao o por Mayol. Luego de la segunda portada, se encontraba la sección “Sinfonía”, una suerte de editorial. Hasta su partida del semanario, Pellicer fue el encargado de escribirla y era donde se tomaba postura frente a temas importantes y a hechos cotidianos que preocupaban a la gente. “Menudencias” era otra de las secciones fijas de la revista. Iba sin firma, y era pequeños comentarios sobre temas de actualidad. “Caricaturas contemporáneas” eran dibujos a una página, a color, de personalidades de la política nacional e internacional, de la economía, de la cultura o de las ciencias.

bientes urbanos de la Argentina y de países vecinos. Cuando los festejos del Centenario estuvieron listos, no había revista más prestigiosa: 200 páginas impresas en delicado papel, con gracia y un fino sentido de la observación.

Su carácter ilustrativo Los dos dibujantes que se destacaron, en la primera época del semanario, fueron los españoles Manuel Mayol, un caricaturista político que firmaba como “Heráclito” y José María Cao. Ellos no eran solo dibujantes, sino “periodistas dibujantes”, los trabajos de Cao apuntaban más hacia lo político y resultaba más evolucionado. En cambio, Mayol, no sólo se dedicaba a lo político, sino que le prestaba atención a lo cultural. Desde el primer momento, Caras y Caretas dejó sentado su carácter ilustrativo. En tal sentido, no se descartaban los montajes fotográficos de temas políticos al estilo del maestro alemán John Heartfield. Sin embargo, a pesar de la importancia que se le daba a la fotografía, pocos profesionales firmaban sus trabajos o aparecían en su staff.

Por sus páginas desfilaron caricaturistas y renombrados escritores que hicieron historia en el periodismo gráfico y además, Caras y Caretas fue la iniciadora en cuanto al empleo de la fotografía en sentido periodístico, pudiéndose encontrar excelentes trabajos de prestigiosos profesionales. Caras y Caretas se autodefinió como “semanario festivo, literario, artístico y de actualidad”. Aparecía los sábados. La revista constaba de dos portadas. La primera estaba impresa a color y la segunda, en blanco y negro. Generalmente, estas portadas eran separadas por páginas que contenían noticias de índole internacional y culturales, además de la publicidad. Las portadas eran en su mayoría dibujadas por Cao o por Mayol. Luego de la segunda portada, se encontraba la sección “Sinfonía”, una suerte de editorial. Hasta su partida del semanario, Pellicer fue el encargado de escribirla y era donde se tomaba postura frente a temas importantes y a hechos cotidianos que preocupaban a la gente. “Menudencias” era otra de las secciones fijas de la revista. Iba sin firma, y era pequeños comentarios sobre temas de actualidad. “Caricaturas contemporáneas” eran dibujos a una página, a color, de per 9

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tratamiento meramente informativo. En 1913 apareció una nueva sección, llamada “Concurso de postales”, que eran pequeños dibujos con diálogos sobre temas de actualidad. En 1914 estalló la primera guerra mundial. Las primeras páginas contenían noticias internacionales, y a partir del estallido de la guerra, se incluiría una completa información acerca del movimiento de tropas, anécdotas de la guerra, entrevistas a militares, etcétera. En el orden nacional, Caras y Caretas mantuvo una posición crítica hacia los diputados. El desarrollo de la guerra mundial ocupaba la mayor cantidad de páginas. Se publicaban notas gráficas y crónicas bélicas, con el título “Caras y Caretas en la guerra”, firmadas por Javier Bueno, que se prolongarían hasta la finalización del conflicto. ¿Y el humor? Salvo la tapa y algunos escasos dibujos, entre los que incluimos una página de caricaturas de revistas extranjeras, no existía. sonalidades de la política nacional e internacio- En 1916, Caras y Caretas comenzó a editar una nal, de la economía, de la cultura o de las ciencias. publicación mensual, llamada Plus Ultra. Esta revista fue presentada como el suplemento de Caras En el año 1912 Cao se retiró definitivamente de y Caretas y colaboraba todo el staff del semanario. Caras y Caretas y junto a muchos de sus com- Si bien las informaciones sobre la primera guerra pañeros de la revista editaron Fray Mocho, en mundial eran cada vez más escasas, el número del 21 de diciembre de 1918, fue dedicado exhomenaje al famoso cuentista. Ya no salía la sección “Sinfonía” En su lugar, se clusivamente a la victoria. La portada fue dibupublican columnas de actualidad que llevaban jada por Alvarez y contenía 220 páginas con una distintos títulos. Empieza a salir, para los niños, variada información del conflicto. La segunda “Las aventuras de Viruta y Chicharrón“. También portada, antes ocupada por un dibujo en blanse nota un cambio en las portadas y en el logo- co y negro, fue reemplazado por una fotografía, tipo del semanario. Comienzan a aparecer más generalmente de actos oficiales, El escaso humor lo encontramos en la sección de una página de notas de color y de interés general. Sirio titulada “Dicho y hecho“, en alguna caricaLuego de las deserciones mencionadas, el sema- tura o en la historieta de Sarrasqueta y Obes, nario continuó modelando su personalidad de que siguió publicándose hasta bien entrada la “revista semanal ilustrada“, tal como se auto- década del 30. definió a partir de 1913, recortando sustancial- En cuanto al deporte, las primeras notas las enmente el material de humor y de caricaturas. Del contramos por 1909 bajo el título de Sports. mismo modo, comenzaron a no tomar postura frente a los temas políticos, imprimiéndole un En abril de 1927 la revista anunciaba que se 10

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Las Historietas La primera tira fue “Aventuras de Viruta y Chicharrón”, en 1914. Pero como lo aseguran los especialistas, el primer personaje de historieta que apareció en nuestro país, lo hizo en Caras y Caretas, y se llamaba “Don Goyo Sarrasqueta y Obes”. Era una creación de Manuel Redondo. En 1915 encontramos la tira “Sarrasqueta en la guerra”. En 1919 apareció la historieta “El L.C. Timoteo y el pesquisa Doroteo” creado por Macaya y en 1927 Hersfield publicó a “Abraham Kancha, experto en, Uper” un personaje mitad criollo, mitad judío. Dos años más tarde apareció “Las aventuras de Chingolo”, de Percy Crosby, que sería la inspiración de una película realizada en Estados Unidos. Luego de 1930, se hizo muy popular la tira “Las desventuras de Maneco”, de Linage, quien, al verse en apuros, exclamaba: “Sonaste, Maneco”, frase que entonces se convirtió en uno de los dichos preferidos de los porteños.


“dedicará varias páginas de su sección ilustrada a los deportes en general, y dará semanalmente la nota gráfica más perfecta de todo lo que atañe directamente al sport“. Asimismo, en ese año, Caras y Caretas publicó novelas cortas de autores nacionales. Fue así como los lectores encontraban, en las primeras páginas, textos de Payró, Capdevila, Carrizo o Gálvez, entre otros.

como Miguel Rep, Enrique Pinti,Geno Díaz, Miguel Grinberg, Marco Denevi, Fermín Chávez entre tantos más pero tampoco duró.

Recién en 2005, se relanzó una nueva propuesta de la revista Caras y Caretas con una puesta de contenidos y gráfica que rescata de la mirada del siglo XXI. Su éxito también se debe a la colaboración de periodistas e investigadores de reconocido prestigio. Es editada Frente al golpe militar de 1930, Caras y Caretas dijo por Víctor Santa María, donde trabaja junto con el que “la revolución del 6 de septiembre pasará a la his- escritor e historiador Felipe Pigna y la periodista Matoria como uno de los hechos más importantes desa- ría Seoane. rrollados en el escenario argentino (…) La revolución El grupo actualmente incluye la Revista Caras y Caretuvo el imperio de levantar el patriotismo del pueblo tas, libros, un Centro Cultural y la entrega de los Prehasta límites insospechados”. Pero eran otras épocas. mios Democracia. Ya no había caricaturas del poder gobernante, aunque sí de los políticos, a quienes no dejaban bien parados. En 2015, la Hemeroteca Digital de la Biblioteca NaCuando se anunciaron las elecciones de abril de 1931 cional de España puso en línea una digitalización de (que serían anuladas luego que se conociera el triunfo los fondos que atesora de la revista.​ radical en Buenos Aires), Caras y Caretas publicó pequeños artículos firmados por los candidatos. En 1936 la revista aparece mucho más ilustrada y se dejó de lado la diagramación mantenida hasta ese momento, de insertar los avisos en las primeras y últimas páginas y el material fotográfico en las centrales, sino que tanto la publicidad como las ilustraciones se distribuían proporcionalmente a lo largo de la publicación. Sin embargo, esta renovación no le bastó para competir con otras publicaciones que, surgidas en la década del 30, se basaban en parámetros más novedosas que ganaban el favor del público. Caras y Caretas había cumplido su ciclo y lo había hecho dignamente.

La famosa revista tuvo varios retornos después del cierre de su primera etapa. Hubo un breve intento de reflotar la legendaria revista en los años 50. Y en 1982, muy cerca de la rendición argentina en la Guerra de las Malvinas, con el anuncio de “Sólo a la mejor revista se le ocurre aparecer en el peor momento. Las caras han cambiado, las caretas son las mismas” la revista volvió a salir. Reapareció con el trabajo de nuevos, jóvenes dibujantes y humoristas

Los concursos En el anuario correspondiente a 1904, Caras y Caretas anunciaba una novedad para la época: un concurso infantil de caricaturas, para niños de hasta 12 años. En 1910 el semanario llamó a un concurso para dibujar la portada del número del 25 de Mayo. En 1914, la revista lanzó el concurso de postales. Otro de los certámenes que tuvieron una gran acogida en los lectores fue el concurso de belleza infantil. Cuando el fútbol había alcanzado un auge indiscutido, aparecieron los concursos futbolísticos.

En esta nota se ha basado en textos y extractos de “Caras y Caretas” de Adrián Ignacio Pignatelli. Publicado en Historia de Revistas Argentinas. Tomo II. AAER y de un libro indispensable: Paren las rotativas de Carlos Ulanovsky, periodista, docente, crítico e historiador argentino. Es autor de numerosos libros sobre la historia de los medios de comunicación en la Argentina.

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Fecha de publicacion:24/09/1904, Segun

De “Semanario infant para niños de 6 a 80 a revista de crítica po

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El peronismo fue una inspiración política para muc una de las más trascendente fue la revista PBT, u humor gráfico de corte político.


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PBT en su primera etapa

Con la originalidad de su formato pequeño (13 por 23 centímetros) pero también por la potencia y singularidad de sus caricaturas, se impone a partir de 1904 otra creación del español Eustaquio Pellicier: PBT. Por su contenido de crítica política y de actualidad llegó a superar en un momento a su eslogan “Semanario infantil ilustrado para niños de 6 a 80 años”. Sus fotos e ilustraciones con sus respectivos epígrafes en verso retrataron toda una época describiendo tendencias y costumbres de la ciudad y el país. *

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PBT fue una revista revolucionaria con respecto a la publicación de historietas y cómics argentinos. Fundada en 1904 por el periodista y humorista español Eustaquio Pellicer Pellicer, que luego de su experiencia como fundador y director en 1898 de la reconocida revista Caras y Caretas, un semanario de gran popularidad entre el pueblo porteño, crea esta nueva publicación más conforme a sus ideas. Según Pellicer querîa ofrecer una revista con un espíritu inquieto y alegre como la de los niños. De estas intenciones surge su nombre: PBT, derivado de la palabra “pebete” que en España se utilizaba popularmente para denominar a los niños.

pero mantuvo un contacto permanente con su publicación hasta el último número de esta primera etapa, el 693 del 6 de marzo de 1918 .

Dos vidas

Décadas después y en pleno auge del gobierno de Juan Domingo Perón, Carlos Aloé, mayor retirado del ejército, quien dos años después sería elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires, concibe la idea de reeditar la vieja revista. PBT resurge así en el año 1950, con el lema “Alegre, política, deportiva” y retoma su numeración de tapa, número 694, como si el tiempo no hubiera pasado. La revista se dedicó enfáticamente al presidente Perón, dedicándole una sección fija a sus actividades y los planes del gobierno.

La primera se dedicó a la sátira política y a los artículos de interés general. Eustaquio Pellicer, en 1910, se había distanciado de su cargo como director

Se cambió el formato, la cantidad de páginas y la cobertura sufrió modificaciones con respecto a la primera época. Ya no eran caricaturas ni reproducciones

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que aportó la revista en esta nueva etapa política, está el hecho de haber dejado de lado la parte infantil que en su momento permitió a PBT presentarse ante el público como un “Semanario infantil ilustrado (para niños de 6 a 80 años)”. Eran otros tiempos, entonces PBT amplió la sección Turf con 33 páginas, inPBT estaba editada por la Editorial cluyendo programas completos de toAlea. Su director periodístico fue pri- dos los hipódromos y una sección que mero Alejandro Apold y luego el propio se llamó “Pronósticos del PBT”. Carlos Aloé, quedando posteriormente como el director general de la editorial. Las caricaturas de tapa del caricaturista Años antes, a finales de los cuarenta, un e ilustrador Narciso González Bayón, grupo periodístico conformado y enca- ofrecieron innumerables aportes al hubezado por el propio Aloé, había com- mor peronista, dibujando a Perón en prado todas las instalaciones de la Edi- diferentes circunstancias siempre con torial Haynes. Con ella se compraron un aire entre infantil e inocente. En sus publicaciones como el diario El Mundo, páginas interiores se encontraban trabalas revistas Mundo Argentino, El Hogar jos de grandes historietistas tales como y Selecta. En el mismo paquete se inclu- Lino Palacios (Flax) y Guillermo Ares yó Radio El Mundo y se editó, Mundo quienes se encargaban de dar una visión de la actualidad internacional. MienPeronista. tras que en la parte nacional hacían lo En este contexto la revista PBT empieza suyo el propio Bayón, Lanfranco Vaselly su segunda vida, formando parte de un Rossi-Rossi, Jorge Sturla, Calé, Luis J. conglomerado de empresas dedicadas Medrano y Maxim entre los más recoral apoyo y a la propaganda de los actos dados. del gobierno del presidente Juan DoEn la redacción se encontraba el escritor mingo Perón. Entre los cambios más significativos español Ramón Gómez de la Serna, que de pintura sino dibujos con rasgos de historietas de personajes del gobierno nacional y con una cuarteta o epígrafe se solía ilustrar la acción gubernamental de esa semana. Los días viernes, puntualmente, PBT hacía su aparición en los kioscos de revistas de la Argentina.

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con sus “Greguerías”, nombre de una de las secciones habría de obtener décadas después un amplio reconocimiento en su tierra natal, hasta convertirlo en uno de los mayores exponentes de talento en la España de la transición. También participaba el humorista uruguayo Wimpi, Mariano Juliá y el poeta Horacio Rega Molina quien marcó una etapa en su sección llamada “Tipos Populares” entre las páginas de PBT. También la revista PBT reflotó ciertos estilos, como los utilizados en sus inicios por el diario Crítica, como fue la crónica policial en verso firmada por Pablo Luna en la sección “La síntesis semanal en el hecho policial”. La revista rescató antiguas secciones de la primera etapa de PBT actualizándolas a la nueva época. Así fue el caso de “De mi Guignol” y “Charlas del PBT”. Adaptó “Actualidad Local” que servía para desarrollar y hacer propaganda a las actividades oficiales del gobierno y a su labor. La revista no solo difundía los hechos políticos del momento sino también avanzó en la creación de la historieta netamente argentina. Fue una de las pocas revistas de la época en hacerlo de forma masiva. La publicidad de PBT era fundamentalmente, como no podía ser de otra manera, oficial. La revista PBT en su segunda etapa, sobrevivió hasta el año 1956, cuando pese a su apoyo a la autodenominada Revolución Libertadora y dejando en el olvido su adhesión al gobierno democrático anterior, fue clausurada junto con todas las publicaciones de la Editorial Alea, cerrando así un etapa definitiva en el mundo editorial argentino.

* Del libro Paren las rotativas de Carlos Ulanovsky

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Fecha de publicacion:7/11/1934 hasta 1965

Leoplán fue una de las revistas argentinas pioneras a la hora de compag

La revista influyente

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ginar ficción con notas de actualidad A fines del año 1934, Ramón Sopena fundó un espacio que habría de existir hasta 1965. Primero apareció con frecuencia quincenal y después de los años 50 y hasta su cierre la revista fue mensual. Fue una de las revistas de mayor influencia sobre varias generaciones, se definió desde la tapa como un “Magazine Popular Argentino” como una verdadera declaración de principios. Así acercó autores clásicos rusos, franceses y norteamericanos al gran público al mismo tiempo que incluía material periodístico de algunos de los mejores escritores argentinos de los años veinte en adelante. Leoplán además solía publicar novelas completas e ilustradas. Desde “Los tres mosqueteros” de Dumas, pasando por “Anna Karenina” de Tolstoi o la hoy inocente y olvidada “La cabaña del Tío Tom” de Harriet Stowe. La revista, dedicada a la incipiente clase media de mediados de los años ’30, abarcó tres décadas de entregas, llegando a publicar 700 ediciones.Los relatos estaban ilustrados con dibujos o fotogramas de películas en donde las estrellas del cine representaban a los personajes de las historias. Un verdadero semillero de periodistas como lo fueron en su momento Enrique González Tuñón, Ignacio Coverrubias, Carlos Duelo Cavero y Adolfo R. Aviles entre otros alternaron su trabajo con los nuevos que dieron sus primeros pasos en el mundo de las pu-

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cartas que los lectores remitían a la revista. De ellas surgieron muchas de las secciones que le dieron un estilo definido a la publicación. Las consultas y preguntas que hacían los lectores como ¿Qué diferencias hay entre trajes oscuros y claros? ¿Cómo combinar calcetines con corbatas? ¿Cómo utilizar el sombrero? fueron el origen de novedosas secciones como el “Consultorio del hombre elegante” o “Si tiene un tiempito…bástese a sí mismo” dirigiLeoplán me metió en la cabeza una idea da a las reparaciones que podían surgir en el hogar. que todavía tengo: que las revistas también Trabajos a realizar y consejos útiles a la hora de enpueden servir para educar a la gente y que frentar estos problemas por los hombres y mujeres de la primera mitad del siglo pasado. encima se puede vender muy bien (Sergio Sinay)* También, y entre los inventos de Ramón Sopena para su revista, estaban las muy recordadas secLa revista Leoplán marcó una época en la ciones “Arquitectura racional” y “Vida rural”. La cercanía con el lector. Ramón Sopena creó, primera daba una singular visión casi anticipatoria diagramó y le prestó especial atención a las en donde se abogaba por la cordura a la hora de las blicaciones como Horacio de Dios, Miguel Bonasso y Sergio Rubén Calé. Miguel Brascó, por su parte, tenía a su cargo la dirección del suplemento de humor que se editaba con la revista. También la revista contó con colaboradores extranjeros como el escritor Erskine Johnnson, quien hacía sus crónicas desde Hollywood. Mientras que desde París hacía lo mismo el crítico André B. Lartigau entre otros.

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de lavarropas, tuvo su bautismo ante el gran público en las páginas de Leoplán iniciando una carrera que aún hoy resuena en todo el mundo. Una revista cultural, con tapas a color y con 170 páginas en riguro

Fue una maravillosa revista, con un concepto casi decimónica del periodismo como difusor, y que en el siglo XX encarnó la revista de folletín y de grandes textos por entrega” (Miguel Bonasso)*

nuevas viviendas, los espacios verdes en la época preecológica, con indicaciones sobre la conservación de los espacios históricos y de la concepción modernista del barrio. “Vida rural” estaba casi dedicada a aquellos lectores de Leoplán que vivían en las lejanías de los suburbios y en donde podían muy bien convivir pequeñas huertas con vida más sana. Secciones que le dieron un perfil y que marcaron un sello de identidad de la revista. Secciones que en definitiva relatan un tiempo hoy lejano pero que le hablaba a ese nuevo ciudadano de los años treinta y cuarenta que comenzaba a surgir en la gran ciudad que quería ser Buenos Aires.

so sepia al comienzo, para pasar luego al blanco y negro, bastaron para que al poco de andar se transformara en una revista esencial de información geLeoplán también cobijó a un escritor proveniente neral y que con sus grandes aportes literarios marcó, de la Editorial Hachette: Rodolfo Walsh, amante del durante una larga época, el panorama editorial de la ajedrez y de la novela policial, publicó sus primeros Argentina. Leoplán ocupó durante muchas décadas cuentos como “Los Nutrieros”; “La Sombra de un Pá- la referencia de este tipo de publicaciones en toda jaro” y “Tres Portugueses bajo un Paraguas” en la Re- América Latina. vista Leoplán. Diez años más tarde, la tira Mafalda de Quino, dibujo creado para una campaña publicitaria * Del libro Paren las rotativas de Carlos Ulanovsky 25

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