CrĂłnicas de proyecto
txt. crĂticos Visita a la obra de Daniel Moreno Impaqto - Restaurante Terra
Vol. 2 Ep. 5
Los tres tiempos de la obra
“El proceso de desvelar cosas ocultas a través del dibujo se convierte, además de en un recurso de aprendizaje, en una acción proyectual de primer orden.”
Después de haber visitado la Casa Parásito del Sindicato Arquitectura, junto a muchos compañeros y amigos arquitectos, nos encontramos sobre la esquina de la Avenida Isabel la Católica y la Calle Galavis cuando empezamos a escuchar una explicación breve de Daniel Moreno Flores sobre su nuevo proyecto que contó con la coautoría de Santiago Vaca. Desde la distancia, la intervención desborda los límites físicos del terreno hacia las aceras y los linderos de las edificaciones de alrededor invitándonos a ingresar y descubrir los misterios que su autor nos antecede. Los árboles generan una isla verde que protege al conjunto de edificaciones y nos invitan a descubrir el interior. Desde un principio se intuyen distintas formas en las que el proyecto se conecta con el exterior: a través de la luz, por medio de los árboles y abriéndose al cielo. A corta distancia, el proyecto se percibe como una especie de palimpsesto arquitectónico. El palimpsesto es un manuscrito que conserva huellas de otras escrituras anteriores en la misma superficie produciéndose una superposición y contagio de las capas pasadas con la nueva información. El conjunto arquitectónico conserva vestigios de construcciones anteriores que conviven naturalmente potenciándose mutuamente y evidenciando que existen tres tiempos que se revelan por medio del proyecto: el tiempo inicial de la fábrica (café Moca entorno a 1950), el tiempo del Pobre Diablo (entre 2000 y 2017), y el tiempo del proyecto actual que incluye el proyecto Impaqto La Floresta, la galería y el restaurante Terra.
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Fotografía 1 Registro fotográfico del sitio en tiempo del Pobre Diablo. Fuente: Daniel Moreno Flores.
Fotografía 2 Registro fotográfico del sitio en tiempo del Pobre Diablo. Fuente: Daniel Moreno Flores.
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El proceso de aproximación a la obra es singular, único e irrepetible. El reconocimiento del paso del tiempo en el espacio está latente en el proyecto, por lo que inspeccionar el espacio por medio del dibujo, resulta una buena estrategia para resaltar la atmósfera del lugar. El proceso de desvelar cosas ocultas a través del dibujo se convierte, además de en un recurso de aprendizaje, en una acción proyectual de primer orden. Así, la acción del arquitecto se parece a la de un arqueólogo, que despieza, detalle a detalle, la realidad material. Este registro milimétrico identifica, a través de la experiencia, lo que significa cada lugar. En definitiva, desvelar la materialidad real que expresa el paso del tiempo y la memoria colectiva acumulada en el lugar. Se produce un entendimiento profundo de cada pieza y rincón; un reconocimiento de la esencia de cada elemento y del tiempo de su materia.
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Fotografía 2 Dibujos de registro del Pobre Diablo, 2018-2019. Fuente: Dibujo 2 Andres Santa Fe.
Fotografía 3. Dibujos de registro del Pobre Diablo, 2018-2019. Fuente: Dibujo 3 Andres Santa Fe.
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FotografĂa 2 Dibujos de registro del Pobre Diablo, 2018-2019. Fuente: Dibujo 1. Daniel Moreno Flores.
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Obra abierta
“...debatir y decidir sobre las intervenciones para que la memoria del lugar siga viva.�
La obra no sólo se abre a la ciudad físicamente, sino que también supone una apertura a descubrir y participar en los procesos de construcción; se realizan talleres abiertos en los que se producen diálogos con la comunidad e incluso con los antiguos dueños y usuarios del bar que sirven para debatir y decidir sobre las intervenciones para que la memoria del lugar siga viva. En este proceso creativo singular los artesanos forman parte del equipo, se socializan las ideas para debatirlas y promover una concientización para todos. El espacio de trabajo de los arquitectos se traslada al lugar como una oficina nómada que se empapa de los acontecimientos y vicisitudes de la vida cotidiana y promueve eventos que se convierten en hitos de activación de la memoria del lugar. La intervención empieza desde la línea de fábrica, trabajando la rasante del suelo con una materialidad similar al tejuelo. Una de las acciones fundamentales consiste en volcar el proyecto hacia la calle mediante diferentes dispositivos espaciales y simbólicos: el murete que se convierte en banco para que la gente de la calle se siente a descansar bajo la sombra de un árbol, la señalética de IMPAQTO situada entre dos árboles que marca sutilmente el ingreso al proyecto, la permeabilidad visual de la puerta de acceso al restaurante con la gradual secuencia de aproximación a los diferentes espacios interiores. Son acciones todas estas que diluyen los límites entre el ámbito privado del terreno y el dominio público. Es destacable el trabajo con la rasante, con el que se consigue que un patio de comedor quede por debajo del nivel de la calle cuando estás sentado en la mesa, la mirada se encuentra a la misma altura que la cazada subvirtiendo la relación habitual entre las personas y los vehículos. Esta acción tiene que ver sobre todo con potenciar la relación con el árbol y respetar cada una de las ramas del mismo. La conexión visual constante entre ambientes mediante juegos de reflejos y transparencias vibrantes genera una sensación de amplitud mental aun siendo el espacio relativamente reducido. En el restaurante Terra, a través de sutiles desniveles en forma de rampas y plataformas deprimidas se generan nuevos espacios hallados; en el exterior un patio inglés, ahora aprovechado para ubicar mesas del restaurante se vincula con la vegetación y un nuevo cielo raso transparente a modo de invernadero que se ubica por encima de los árboles. El patio y el invernadero son los arquetipos atemporales seleccionados para configurar el espacio fluido del restaurante.
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Fotografía 3. Secuencia de espacios desde línea de Fabrica en restaurante Terra. 2019. Fuente: Marthe Grézaud
Fotografía 4. Secuencia de espacios desde línea de Fabrica en restaurante Terra. 2019. Fuente: Marthe Grézaud
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En la nave de Impaqto los nuevos habitáculos suspendidos en el aire, espacios “encapsulados”, no tocan las paredes de la nave y proponen una relación de respeto y distanciamiento con el edificio existente. Son estructuras que se ubican en espacios adecuados para aumentar el programa sin alterar prácticamente la estructura espacial del proyecto original. Otra acción destacable es la ocupación de los retiros programándolos con actividades y espacios de servicio, matizados con la aparición de zaguanes para espacios de trabajo. Se trata de artilugios espaciales para ganar metraje sin alterar la esencia del conjunto.
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Fotografía 5. Secuencia de espacios desde línea de Fabrica en restaurante Terra. 2019. Fuente: Marthe Grézaud
Fotografía 6. Secuencia de espacios desde línea de Fabrica en restaurante Terra. 2019. Fuente: Marthe Grézaud
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Movimiento e ingravidez
“Nada parece comprometer ni la eficiencia técnica ni la utilidad que debe prestar lo que se construye.”
Otro campo de investigación relevante son las distintas posibilidades de los mecanismos ejecutados para cambiar y adaptar el espacio a las necesidades diarias de los usuarios. El doble uso de los elementos y espacios del proyecto transmite una libertad constructiva que no pretende ser pintoresca, ni exótica, sino más bien ordinaria, pero apuntando a lo ingenioso. Se antepone el colgar las cosas en vez de apoyarlas como un acto de supresión de la gravedad que enfatiza la naturaleza temporal y efímera de los objetos en contraposición a lo estático de la construcción. Se explica el potencial en este sentido de los “encapsulados” que flotan en el aire descubierto entre el cielo raso y la cubierta. El movimiento es por tanto una constante en el proyecto; los mecanismos móviles o los desplazamientos de personas y plantas en crecimiento, activan el espacio y acentúan el paso del tiempo. La solución para iluminar los espacios oscuros de la fábrica consiste en levantar la cubierta principal para introducir luz cenitalmente; una operación similar se emplea para iluminar el espacio de la cocina del restaurante, en el que, además, se introduce la vegetación existente. Toda una serie de artilugios y mecanismos trabajan silenciosamente para permitir que la luz, la naturaleza y las personas inunden cada espacio del proyecto. En este sentido, esta es una arquitectura que, a pesar de moverse, también es el juego de las paradojas que se muestran particularmente disgregadas y directas, basada en decisiones formales nítidas y articuladas. Nada parece comprometer ni la eficiencia técnica ni la utilidad que debe prestar lo que se construye. La construcción se realiza a partir de materiales básicos: ladrillo, madera, metal y vidrio, logrando un sistema constructivo a la vez tradicional y experimental; el resultado es un híbrido entre lo artesanal y lo tecnológico-pragmático que expresa una cierta estética mecanicista. Esta libertad que brinda el proyecto, esta capacidad de dejar en un segundo plano las constricciones y limitaciones del lenguaje, marca la arquitectura de esta obra y de otras como la Casa el Carrizal o la Casa de las Tejas Voladoras.
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Fotografía 7 “Encapsulados” metálicos suspendidos de estructura existente y gesto de cubierta para ingresar luz cenital. 2019 Fuente: Marthe Grézaud
Fotografía 8 “Encapsulados” metálicos suspendidos de estructura existente y gesto de cubierta para ingresar luz cenital. 2019 Fuente: Marthe Grézaud
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Nota: el proyecto incluye los siguientes programas: IMPAQTO (546 m2); ELEMENTS (177 m2); GalerĂa (238 m2); Local nuevo (57 m2). Promotor Uribe Schwarzkopf. 20
Fotografía 8 “Encapsulados” metálicos suspendidos de estructura existente y gesto de cubierta para ingresar luz cenital. 2019 Fuente: Marthe Grézaud
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Txt. críticos Vol.2 Ep. 5 Editado por: Jorge Ludeña Z, Juan Carlos Bamba y Pierre Berrú. Colaboraciones de Ricardo Mosquera IG: @txt.criticos TW: @txtcriticos Blog: txtcriticos.blogspot.com Email: criticostxt@gmail.com 2020