Universidad Autónoma de Nuevo León
Preparatoria no. 9
etApa 3
La Filosofía Moderna Producto: Ensayo Grupo: 430 Equipo: Cantú Reyes Jorge Alberto Espinoza Martínez Ricardo Daniel Flores Abrego Miranda Inaara González Viera Natalia Daenna Limas Macías Karina Lizeth Martínez Falcón David Eduardo
Introducción En este documento daremos a conocer perfectamente en que consistió la filosofía moderna, las escuelas que surgieron durante el auge de los siglos XVII y XVIII, así como los filósofos, científicos, y grandes pensadores de dichos siglos, también dando un enfoque en René Descartes, mencionando su postura filosófica, sus principios y reglas, así como su documento “Meditaciones Metafísicas”. Sabiendo que, si la filosofía antigua había tomado la realidad objetiva como punto de partida de su reflexión filosófica, y la medieval había tomado a Dios como referencia, la filosofía moderna se asentará en el terreno de la subjetividad. Las dudas planteadas sobre la posibilidad de un conocimiento objetivo de la realidad, material o divina, harán del problema del conocimiento el punto de partida de la reflexión filosófica. Son muchos los acontecimientos que tienen lugar al final de la Edad Media, tanto de tipo social y político, como culturales y filosóficos, que abrirán las puertas a la modernidad, y que han sido profusamente estudiados. El movimiento científico iniciado por Newton y Leibniz en el siglo XVII se incrementó en el que estudiamos ahora, y se vio aumentado y recompensado con espléndidos hallazgos y descubrimientos.
Desarrollo Filosofía Moderna Sabemos que el siglo XVII trajo la era de la revolución científica, quizás el cambio de orientación más importante en la historia de la ciencia. Los estudiosos empiezan a preguntarse cómo ocurren las cosas. El "nuevo método", una actitud nueva ante la ciencia, consistía en investigar la naturaleza con los propios sentidos y expresar las observaciones científicas en un lenguaje matemático exacto. La importancia del razonamiento especulativo cedía terreno ante la experimentación y el método hipotético-deductivo, científico por excelencia. La interpretación de los fenómenos desde una óptica mecanicista, acompañada de una base matemática, se impuso. Los rasgos más importantes de la filosofía moderna son: • independencia del ejercicio de la razón y de la filosofía respecto de la fe y la teología; • estudio del sujeto (tanto del sujeto moral como del sujeto que conoce), de sus estructuras y mecanismos; • mayor preocupación por las cuestiones relativas al conocimiento (elementos, procesos y fundamentación del saber) que de cuestiones ontológicas (aunque de ningún modo éstas fueron olvidadas); • fascinación por los resultados de las ciencias y de la calidad de su conocimiento, tanto de la matemática como de la nueva ciencia o física matemática.
René Descartes (1596-1656)
Rene Descartes, filósofo y matemático francés, considerado como el padre de la filosofía moderna, contado como uno de los principales exponentes del racionalismo. Impuso un estilo para abordar problemas en campos tan importantes del saber cómo la Física, la Medicina y la Teología, entre otros, un estilo muy imbuido en la razón. Su forma de abordar los problemas ha marcado un hito en la historia del pensamiento, a tal punto de merecer un nombre propio: “método analítico cartesiano”, método que por cierto se mantiene vigente desde entonces.
El método cartesiano
Si de algo sirve el método cartesiano es para encontrar la verdad. Para fijarse un camino y seguirlo, no solo evitando todos los obstáculos sino siendo conscientes de ellos incluso antes de que aparezcan. Aplicar el método cartesiano en el día a día puede ser útil si te sientes muy disperso. En lo personal lo veo como un estilo de vida rígido, dispuesto a soportar las peores calumnias y aun así mantenerse de pie. Nadie como Descartes había dado tanta importancia al método. Para él, el encuentro de un método preciso en la primera condición del pensamiento. Y este método no se contenta con aproximaciones, no se contenta con la experiencia dudosa; quiere llegar a la certidumbre completa. De ahí que una de las claves del método cartesiano se encuentre en el deseo de superar todas las dudas. De la misma manera que Sócrates en su tiempo, Descartes se opone a los escépticos dudando más que ellos. Dudar para no dudar, tal es la esencia del pensamiento crítico que Descartes coloca en el meollo de su razonamiento filosófico.
El método cartesiano, con el cual se inicia una nueva etapa del pensamiento europeo, presupone, sucesivamente, una serie de cuatro reglas que aparecen en la segunda parte del Discurso del método, una teoría de la deducción y de la intuición que aparece, sobre todo, en las Reglas para la dirección del espíritu y una “duda metódica”, cuyo fin es acabar con toda posibilidad de duda, que Descartes presenta tanto en el Discurso como en las Reglas y las Meditaciones.
¿En qué consiste el método cartesiano?
Por método entiendo, dice Descartes, " una serie de reglas ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no tome nunca a algo falso por verdadero, y, sin gasto alguno de esfuerzo mental, sino por incrementar su conocimiento paso a paso, llegue a una verdadera comprensión de todas aquellas cosas que no sobrepasen su capacidad ".
Reglas del método de Descartes El método que propone Descartes es de clara inspiración matemática y consta de cuatro preceptos: a) Regla de la evidencia: no se debe aceptar por verdadero nada que no se presente ante nuestra mente como evidente, es decir, de forma clara y distinta. b) Regla del análisis: los problemas complejos han de descomponerse en otros más simples, hasta llegar a los últimos elementos que los constituyen.
c) Regla de la síntesis: se han de recomponer los últimos elementos así alcanzados hasta descubrir de qué manera se relacionan entre ellos en los problemas complejos. d) Regla de la
enumeración: una vez analizado cada problema por partes y extraída una conclusión general, han de hacerse tantos repasos y revisiones generales como sea posible, con el fin de evitar al máximo cualquier equivocación cometida.
“Meditaciones metafísicas” La primera gran obra que publica Descartes son las Meditaciones metafísicas, aparecidas en 1641. Iba dedicado a los señores decanos y doctores de la sabia Facultad de Teología de París. No quiso Descartes publicarlo sin antes conocer la opinión de los más célebres filósofos de la época, entre ellos Hobbes, Gassendi, Arnauld. Su amigo el padre Mersenne hizo circular los manuscritos y se encargó de recoger muchas objeciones, que Descartes estudió con sumo cuidado y contestó con prolijidad y acierto. La influencia de la filosofía cartesiana de las Meditaciones metafísicas fue grande no sólo por el nuevo criterio de verdad y por haber puesto la razón en el centro de la
intuición de la vida humana, contra las pretensiones de la autoridad exterior de las tradiciones y de las costumbres, sino sobre todo por los problemas que suscitó, sin resolverlos, constituyendo una levadura que había de fermentar en el pensamiento posterior, tanto en el de sus seguidores como en el de sus adversarios (Malebranche, Spinoza, Leibniz, Locke, Berkeley, Hume), hasta llegar a la conciliación del intelectualismo y el empirismo operada por Kant. Por todo ello, el Discurso del método y las Meditaciones metafísicas son consideradas como las obras clave que marcan el inicio de la filosofía moderna. Aunque hay que mencionar las meditaciones metafísicas de Descartes:
Meditación primera En esta primera meditación Descartes se plantea la duda principal y la que conlleva todo el desarrollo posterior. Descartes vio que afirmar o negar todas las verdades individualmente sería una idea estúpida e inútil. Sin embargo, se percató de que todos los conocimientos que había adquirido a lo largo de su vida se basaban en los sentidos. Por eso se planteó: ¿puedo fiarme de los sentidos? No, puesto que, si he podido comprobar que a veces me han engañado, quién me dice que no lo hacen siempre. Otra observación que lo llevo a la duda fue el hecho de que no pudiera distinguir el sueño de la vigilia. Todo esto llevó a Descartes a pensar si realmente, este Dios que el tanto quiere demostrar, quiere que vivamos en un mundo de engaño y mentira. Pero esto no es posible, puesto que Dios es bondad suprema y no sería coherente que quisiera que fuéramos engañados. Así pues, llega a la conclusión de la posibilidad de la existencia de un genio maligno, que mediante trampas nos lleva al error.
Meditación segunda Una vez destruidos todos los conocimientos que había adquirido durante su vida, busca volverlos a reconstruir mediante un patrón fiable y de mucha más solidez. Para encontrar algo 100% fiable, Descartes bu sca entre las funciones del alma, pues las tareas que necesitan del cuerpo no pueden afirmarse puesto que no podemos demostrar la existencia de tal cuerpo. Descartes llega a la conclusión de que si piensa, existe (“cogito ergo sum”). Con esto ya ha encontrado la verdad absoluta y ya ha demostrado la existencia del espíritu. Luego el cuerpo no es más que el medio que usa el alma para interactuar con el mundo material creado por Dios.
Meditación tercera En esta tercera meditación, Descartes demuestra la existencia de Dios. ¿Cómo demostramos su existencia? Los humanos son una sustancia, pero una sustancia pensante, una sustancia que desea, si desea
es porque le falta algo, si le falta algo es porque hay algo mejor, completo, perfecto. ¿Cómo sabemos que nosotros no somos seres perfectos? Porque nosotros, aunque captemos las cualidades de los objetos, no sabemos si realmente estas cualidades son las auténticas o si simplemente son aproximaciones nuestras, distintas seguramente a las que realmente son de su naturaleza. El cuerpo evidentemente nace de un parto y lo explica la biología; lo que nos falta es quién crea el alma (“res cogitans”). Evidentemente debe venir de un ser superior, Dios; sólo Él es capaz de unir al cuerpo un alma. Y así queda resuelto el segundo argumento de la existencia de Dios. Aun así nos faltaría saber cómo adquirimos la idea de la existencia de Dios. Como evidentemente no puede percibirse a través de los sentidos, nos percatamos de que sólo Dios mismo nos pudo introducir esa idea de forma natural.
Meditación cuarta Habiendo demostrado la existencia de Dios hemos apreciado también que nosotros somos imperfectos, una imperfección que se demuestra a la hora de realizar juicios. No podemos saber si algo es cierto o no, pero si Dios es perfecto el engaño y el fraude son imperfectos, lo que nos lleva a pensar que no pueden proceder de Dios. Aunque nosotros, a través de la razón, podemos distinguir entre lo verdadero y lo falso, también muchas veces hemos sido inducidos al error. Pues siendo producto de Dios, como somos, ¿cómo es posible que seamos imperfectos? Dios nos proporcionó la “herramienta” de la voluntad y nosotros le hemos dado un mal uso. Para realizar buenos juicios debemos ver si la idea viene de Dios y es clara y distinta, pues será verdadera, y debemos evitar ideas confusas probablemente creadas por un genio maligno.
Meditación quinta En esta meditación Descartes vuelve a demostrar la existencia de Dios a base de razonamientos matemáticos e incluso vuelve a demostrar la esencia de las cosas materiales. Dice que nosotros percibimos la esencia de los objetos, de tal manera que sin haber visto un paralelogramo cuadrilátero cualquiera, podemos tener una idea clara de tal figura. De la misma manera nosotros tenemos una idea de la esencia de Dios: la fe, y es una idea clara y distinta; además Dios es perfecto y cómo una cosa puede ser 100% perfecta: existiendo. No puede haber luz sin oscuridad de la misma manera que no puede haber la perfección y no existir.
Meditación sexta Esta es la última meditación de Descartes en “Meditaciones Metafísicas”. En esta última meditación se une todo lo adquirido en las anteriores para definir finalmente el dualismo cartesiano. Descartes piensa que el hombre a través de la “res extensa” (cuerpo) tiene percepciones y sentimientos. La “res cogitans” (alma) piensa, reflexiona, razona, imagina... pero necesita de un cuerpo para interactuar/unir el alma con el mundo exterior. Evidentemente será también tarea del cuerpo toda decisión que afecte al cuerpo. Luego la pregunta que surge es: ¿podrían existir cuerpo y alma por separado? Según Descartes, sí, podrían, pero no se da el caso. Pero si tenemos en cuenta que ambos son ideas claras y distintas cabe pensar que sí es posible. Pero, ¿cómo sabemos que cuerpo y alma son sustancias distintas? Para empezar el cuerpo es un mecanismo muy complejo que está adaptado a ciertas tareas y sin la “res cogitans” sólo es capaz de sobrevivir. Por otro lado el espíritu es indivisible, uno y único. Si cortas los brazos a un hombre el espíritu sigue siendo el mismo. Con esto vemos que cuerpo y alma son dos sustancias distintas unidas para crear al hombre, pero existentes independientemente. Cuerpo y alma experimentan un mutualismo donde el alma se encarga de reflexionar, pensar, y el cuerpo, puro mecanismo, de unir el alma con el mundo.
Postura filosófica de Descartes (RACIONALISMO) Para Descartes lo verdadero es evidente pero siempre de forma objetiva, por eso requiere que lo evidente sea a la vez claro y distinto. Las meditaciones metafísicas de Descartes tienen como principal objetivo la demostración de Dios mediante razonamientos lógicos y de definir las bases del conocimiento del momento con el fin de disponerlo sobre unas bases más sólidas de las que había hasta entonces. Descartes también estudiará la naturaleza dual del hombre compuesta por la “res cogitans” (pensamiento) y la “res extensa” (cuerpo). En resumen y en palabras del autor, podríamos decir que Descartes buscaba encontrar “la verdad” de las cosas a través de la razón.
Escuelas filosóficas de los siglos XVII y XVIII
Racionalismo
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Reneé Descartes (1596-1656) Baruch de Spinoza (1634-1677) Thomas Hobbes (1588-1679) Gottfried W. Leibniz Nicolás Malebranche (1638-1715)
Empirismo
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Francis Bacon (1551-1626) John Locke (1685-1704) David Hume (1711-1776) George Berkeley (1685-1753) Isaac Newton (1642-1727)
Idealismo Trascendental
• Immanuel Kant (1724-1804)
Racionalismo
Principal destacado: René Descartes Para empezar este resumen corto de la filosofía moderna tenemos que prestar atención a una de las primeras corrientes filosóficas que tuvieron lugar en esta época: el racionalismo. Esta actitud filosófica confía plenamente en la capacidad de razonar del ser humano. Esta corriente nación en la Francia del XVII y se difundió por toda Europa con una premisa básica: las ideas del pensamiento son la base de la realidad y no la información que recibimos mediante los sentidos.
El autor principal de la filosofía moderna racionalista fue Descartes que junto a otros pensadores como Spinoza y Leibniz consiguieron posicionar en una situación central al ser humano y su capacidad para pensar, reflexionar y razonar lo que se recibe a través de los sentidos. Este pensamiento basa en diferentes doctrinas que resumimos de esta forma: •
Ideas innatas: Descartes y todos los racionalistas consideraban que el ser humano contenía un cúmulo de ideas de forma innata en su mente y, estas, eran el punto de partida del conocimiento.
•
Pensamiento y realidad: consideraban que existía una relación directa entre el pensamiento humano y la realidad creyendo que nuestra mente tenía la capacidad natural de conocer la realidad si sabíamos cómo usarla.
•
Conocimiento deductivo: es decir, tal y como se establece el
conocimiento en ciencias como las matemáticas, los racionalistas creían que para poder averiguar el funcionamiento del mundo teníamos que partir de las premisas de una idea para, así, llegar a sus conclusiones. Si la premisa resultaba ser verdadera, entonces la conclusión también lo sería aunque no hubiera manera de probarlo. •
Exclusión de la experiencia: los racionalistas NO experimentaron sus propias tesis de forma real sino que, únicamente, realizaban su debate mediante la razón, las ideas y el pensamiento ya que consideraban que si lograban pensar de forma correcta, hallarían la auténtica realidad.
Empirismo
Principal destacado: Francis Bacon Esta palabra se refiere a la experiencia, aquello experimentado; así pues, podemos deducir que esta doctrina se basa en la necesidad de la experimentación para poder conocer la realidad. Esta experiencia puede ser tanto de sentido psicológico, es decir, que vamos teniendo conocimiento a medida que tenemos experiencia, como epistemológico, es decir, que legamos al conocimiento después de haberlo experimentado personalmente.
Uno de filósofos de la Edad Moderna empíricos que más destaca es Francis Bacon. Bacon defendía el razonamiento inductivo, es decir, lo contrario que los racionalistas que, como hemos dicho antes, defendían el deductivo. Dentro de las características de la filosofía moderna empírica, destacamos lo siguiente: •
Rechazo de las ideas innatas: según el empirismo, el ser humano no tiene ideas de forma natural sino que las va consiguiendo a medida que va viviendo en el mundo y, por tanto, va acumulando experiencias.
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El conocimiento procede de la experiencia propia: esta puede ser tanto interna como externa, pero las propias vivencias en el mundo son las que nos darán nuestra base filosófica y nos permitirán conocer mejor la naturaleza.
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Importancia de los sentidos: a diferencia de los racionalistas, esta corriente promovía que los sentidos y sensaciones eran la base del conocimiento porque este comienza con la propia experiencia.
Idealismo Trascendental Principales destacados: Kant y Hegel
Este pensamiento se centraba en considerar que la realidad es algo mental, no existe en nuestro exterior y, por tanto, esta debe siempre explicarse como "idea". Se trata de un movimiento metafísico que considera que incluso el ser humano es una idea y, por tanto, la verdad que tanto estamos buscando no existe más que en nuestra mente. Como ves, esta concepción rompe totalmente con el realismo y, en parte, también con el empirismo siendo, así, una auténtica revolución en la historia del pensamiento. De los autores de la filosofía moderna que defendieron el idealismo destacamos a Kant y a Hegel.
Las principales características de la filosofía moderna del idealismo son las siguientes: •
La realidad es subjetiva: no existe una realidad "extra-mental", es decir, fuera de nuestra mente. Sí que creen que la reflexión puede ayudarnos a conocer mejor nuestra naturaleza, pero estos pensamientos siempre estarán vinculados a la persona que los está razonando, por tanto, serán subjetivos.
•
Teoría del idealismo objetivo: los idealistas creen que la realidad que nos envuelve, los objetos y las formas, existen porque los pensamos, los adentramos en nuestra mente, es así como su verdadera esencia aflora. Por tanto, el sujeto es el que construye el objeto de la realidad.
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El conocimiento no es la experiencia: porque no es necesario tener experiencias con la realidad ya que éstas forman parte de nuestra mente, de nuestras ideas y de nuestra subjetividad.
Sin embargo, la filosofía de Kant, uno de los máximos representantes de esta escuela, es distinta a la que hemos indicado pues este filósofo sí que contempla que existe un mundo exterior, independientemente al hombre; aunque, a diferencia de las otras corrientes, Kant cree que estos objetos son residuos del idealismo.
Principales científicos de los siglos XVII & XVIII y sus aportaciones Campo de las ciencias naturales Durante los siglos XVII y XVIII se hicieron grandísimos progresos en el conocimiento del Universo natural. Tales progresos no fueron revolucionarios. Consistieron fundamentalmente en la comprobación y especificación de teorías sugeridas ya por hombres de ciencia de las edades anteriores, tales como Copérnico, Galileo y Harvey. El aspecto verdaderamente revolucionario de las ciencias naturales en los siglos XVII y XVIII estribaba menos en su contenido que en su difusión y popularización.
Dichas ciencias se convirtieron luego en la vocación de numerosas personas curiosas, de las cuales quienes destacaron más fueron:
Christian Huygens (1629-1695)
Adquirió celebridad europea con su invento del reloj de péndulo, y sus posteriores investigaciones físicas añadieron no poca fama a la labor de Galileo sobre dinámica. Dando por sentado el principio de la conservación de la energía motriz, Huygens preconizó la teoría de un centro de oscilación, sugiriendo de este modo un método nuevo aplicable a muchos problemas mecánicos y físicos. Estableció también la relación entre la longitud de un péndulo y su tiempo de vibración, y en sus hallazgos sobre el movimiento circular previó alguna de las conclusiones de Newton. Se interesó siempre por la óptica: mejoró el telescopio, construyó unas gafas casi perfectamente acromáticas y sostuvo que la luz viajaba en ondas.
Isaac Newton (1642-1727)
Inventó un telescopio (telescopio newtoniano), que le permitió estudiar el espacio exterior y demostrar su teoría del color y la luz. Pero su aporte más reconocido es su teoría sobre la gravedad, con la que explicó ni más ni menos que el movimiento del universo. Estudió por qué los planteas orbitan y llegó a la conclusión de que un objeto no se mueve a menos que se le aplique fuerza. Esto le llevó a responder varias preguntas científicas, por ejemplo, por qué la luna orbita alrededor de la Tierra.
James Hutton (1726-1797)
Estudió la naturaleza y formación de diversos minerales y piedras, con el propósito de descubrir su origen y llegar así a comprender la historia de la Tierra. En su obra se sostenía que los cambios antiguos de la corteza terrestre se podían explicar por los que aún se veían en su proceso, y que las formaciones geológicas contemporáneas denotaban las transformaciones de siglos casi innumerables. Según Hutton, la Tierra no era una creación relativamente creciente, como se infería generalmente de los relatos bíblicos, sino el resultado de una evolución larga y gradual. Desarrolló la teoría del uniformismo, según la cual los fenómenos geológicos que operan actualmente en la Tierra lo han hecho a lo largo de toda su historia con la misma intensidad que en el presente.
Malpighi (1628-1694)
Malpighi concibió como unidad de las partes sólidas del animal y de las plantas a la fibra. Dominó de forma excelente las técnicas microscópicas y en especial el uso del microscopio (con luz reflejada y luz transmitida), de los procedimientos anatómicos (secado, ebullición, insuflación de los árboles vasculares, el vaciado de sangre, etc.), y tuvo el acierto de utilizar la rana para comenzar el estudio de la red capilar. En cuanto a sus contribuciones a la anatomía comparada y embriología podemos mencionar De bombyce (1669), donde siguió con cuidado el trabajo de la naturaleza artesana en cada uno de los tres estudios -larva, crisálida y mariposa- a través de los cuales se forma el gusano. Siguió a éste De formatione pulli in ovo (1673), donde
la embriología adquirió un fino contenido estructural, convirtiéndose en un auxiliar precioso para ilustrar la morfología del adulto igual que el estudio de los insectos y de los peces aporta abundante luz al estudio de la morfología del animal. Entre sus aportaciones en este campo, destacan el área vascular con el seno terminal, el tubo cardíaco en los distintos segmentos que lo componen, los somitos, los arcos aórticos, los pliegues y el tubo neural, las vesículas cerebrales y las ópticas, el esbozo glandular del hígado, etc.
John Ray (1627-1705)
Ray añadió a las especies europeas las plantas que le fueron enviadas por exploradores europeos. Ray intentó una primera clasificación natural de las plantas]] y expuso su método en tres obras. En 1682 hizo pública su innovadora metodología taxonómica, que introducía la especie como unidad básica de la botánica y diferenciando entre las plantas monocotiledóneas y las dicotiledóneas] de forma clara, probablemente inspirado por Teofrasto, y las gimnospermas de las angiospermas. Separó también las plantas sin flores de las plantas con flores. Gracias a él, el vocabulario botánico se enriqueció considerablemente. Se le deben a él términos como cotiledón o polen. Inventó un método para clasificar las plantas de semilla de acuerdo con la estructura de la semilla, el cual se usa todavía. Ray diseñó un sistema mediante el cual a cada organismo se le daba un nombre en latín, el cual consistía en una larga descripción científica del organismo. Usó un amplio abanico de características estructurales como base para su clasificación, en lugar de seleccionar artificialmente un único rasgo, tal como era habitual hasta entonces.
Linneo (1707-1778)
Fue un naturalista sueco que desarrolló la nomenclatura binómica para clasificar y organizar los animales y las plantas. En 1735 publicó su Systema naturae (Sistema natural), el primero de una serie de trabajos en los que presentó su nueva propuesta taxonómica para los reinos animal, vegetal y mineral. En 1751 Linneo publicó Philosophia botanica (Filosofía botánica), su obra más influyente. En ella afirmaba que era posible crear un sistema natural de clasificación a partir de la creación divina, original e inmutable, de todas las especies. Demostró la reproducción sexual de las plantas y dio su nombre actual a las partes de la flor. Creó un esquema taxonómico basado únicamente en estas partes sexuales, utilizando el estambre para determinar la clase y el pistilo para determinar el orden. También utilizó su nomenclatura binómica para nombrar plantas específicas, seleccionando un nombre para el género y otro para la especie. Linneo también contribuyó en gran medida a la nomenclatura animal. A diferencia del sistema empleado con las plantas, su clasificación de los animales recurre a una variedad de características que incluyen observaciones de su anatomía interna. En la actualidad se utiliza el sistema de Linneo, pero los seres vivos se clasifican sobre la base criterios genéticos, que son los factores que regulan la expresión de los factores anatómicos.
sociología El auge de las ciencias naturales en los siglos XVII y XVIII trajo aparejado, como hemos visto, la boga de una filosofía nueva –una nueva metafísica- de las leyes naturales, y ésta, a su vez, implicó la aparición del escepticismo racionalista respecto a la religión sobrenatural. Pero a medida que los intelectuales se volvían más escépticos respecto a Dios, se tornaban más dogmáticos respecto al hombre, cosa indudablemente muy natural. Pues si bien no estaban seguros de la realidad de Dios, lo estaban completamente de que el hombre es tan real como una estrella o un conejo, e igualmente obediente a las leyes naturales. De ahí que la era de la “Ilustración” se caracterice tanto por su descuido de la Teología como por el fomento del estudio racionalista del hombre: lo que hoy llamamos Sociología.
Mabillon (1632-1707)
En 1681, publica un tratado: De re diplomatica, en el que contesta al cuestionamiento de la autenticidad de ciertas cartas de la abadía de Saint-Denis por parte de un jesuita holandés, Daniel Papenbroeck. En el debate, propone las herramientas que permiten autentificar un documento y datarlo, y a través de su utilización, hace triunfar su punto de vista. Su mayor aportación está en la inclusión de la crítica en el análisis documental, creando de esta manera la ciencia diplomática, en la que el documento deja de ser una simple herramienta utilizada con fines históricos o políticos para pasar a ser considerado objeto de estudio en sí mismo. Sienta las bases de este concepto del documento en el capítulo VIII de su De re diplomatica libris sex, en el que propone un nuevo concepto y muestra los métodos que harán posible la identificación de los documentos falsos, diferenciándolos de los auténticos. La divulgación del debate y su resultado le granjean la
admiración general de los eruditos del reino de Francia y permiten atribuirle la fundación de la ciencia diplomática.
David Hume (1711 -1776)
Hume señala que todas las ciencias guardan relación con la naturaleza humana, es decir, todas las ciencias caen bajo las capacidades del ser humano y son juzgados por el hombre. El único método válido para Hume es el de Newton pero aplicado a la ciencia del hombre. Todo cuanto conocemos es una percepción. Las percepciones son los contenidos de la mente en general y se dividen en impresiones, que son los datos inmediatos de la experiencia, e ideas, que son representaciones o copias de las impresiones en el pensamiento (imágenes debilitadas de las impresiones). Las ideas tienen su origen en las impresiones. Ambas pueden ser también simples o complejas, según estén o no formadas por partes y pueden ser también de reflexión o sensación. Cuando la mente ha recibido impresiones, éstas pueden reaparecer de dos modos: memoria e imaginación. Las ideas de la memoria son más fuertes que las de la imaginación pues la memoria preserva el orden y la forma de las originales. La imaginación, sin embargo, es libre de alterar y trastocar las ideas. Las cualidades de las que surge la asociación de ideas (leyes de asociación) son: semejanza, contigüidad y causa-efecto. Nuestra imaginación pasa fácilmente de una idea a otra semejante y adquiere la costumbre de la asociación de ideas que están más próximas en el espacio. En cuanto a la causa-efecto, no hay conexión más fuerte en la imaginación, y se ha entendido como una conexión necesaria (no puede no darse).
John Locke (1632-1704)
Alcanzó su fama a través de sus Ensayos Filosóficos, los cuales sirvieron de base al pensamiento político liberal y de inspiración para la Constitución de los Estados Unidos. También fue muy crítico con el sistema educativo de la época donde abundaba el castigo corporal. Trabajó como médico para el Conde de Shaftesbury, donde comienza su interés por la política sentando principios fundamentales como que todos los hombres nacen con derechos naturales que el Estado debe proteger, principalmente la vida, la libertad y la propiedad. Locke desarrolla y defiende la teoría de que la mente es una página en blanco en la cual se registra información a través de los sentidos provenientes del exterior y otras de la propia actividad de la mente. Afirma que la fuente de todo conocimiento es la experiencia sensorial y que las ideas se dividen en simples y complejas. El analizar ideas complejas, llamadas también conceptos, se convirtió en un tema importante en la filosofía.
La Nueva Metafísica René Descartes
Las meditaciones metafísicas de Descartes tienen como principal objetivo la demostración de Dios mediante razonamientos lógicos y de definir las bases del conocimiento del momento con el fin de disponerlo sobre unas bases más sólidas de las que había hasta entonces. Descartes también estudiará la naturaleza dual del hombre compuesta por la “res cogitans” (pensamiento) y la “res extensa” (cuerpo). En resumen y en palabras del autor, podríamos decir que Descartes busca encontrar “la verdad” de las cosas a través de la razón.
Pierre Gassendi
Fue adversario del cartesianismo (mantuvo relación epistolar con Descartes, demostrándole sus errores y presentándole sus objeciones) y del aristotelismo escolástico (consideraba que los silogismos no servían para probar nada). Resucitó el atomismo materialista de Epicuro y Lucrecio. Entre sus obras destacan Anotaciones al décimo libro de Diógenes Laercio y, sobre todo, Disquisición metafísica (Sintagma philosophicum, 1658), un extenso tratado atomista que contiene un tratado de lógica (Institutio logica) donde Gassendi explica cómo forma la mente los universales a partir de los singulares sensibles por unión o separación. En su época, Gassendi desempeñó un papel progresivo como filósofo y como hombre de ciencia. Sin embargo, su materialismo no era consecuente, lo cual se reflejó en su conciliación con la religión y la
Iglesia. Admitía, por ejemplo, que Dios era el creador de los átomos, consideraba que además del “alma animal” entendida en un sentido materialista, existe en el hombre un “alma racional” suprasensorial.
Thomas Hobbes
Hobbes elaboró un amplio sistema de metafísica materialista que aportó una solución al dualismo del problema mente/cuerpo, al reducir la mente a los movimientos interiores del cuerpo. Al aplicar los principios de la mecánica a todas las áreas del conocimiento, definió los conceptos básicos de cada área (como vida, sensación, razón, valor y justicia) en términos de materia y movimiento, reduciendo así todos los fenómenos a relaciones físicas y todas las ciencias a un proceso mecánico. Hobbes expuso su teoría ética y su teoría política en "Leviatán" (1651); la primera se basaba en la afirmación de que las reglas conductuales humanas se rigen por el instinto de conservación, por lo que justificó las acciones egoístas como una tendencia natural del ser humano. En consecuencia, su teoría política sostenía que el gobierno y la justicia social son creaciones artificiales basadas en un contrato social y mantenidas por la fuerza. Apoyó a la monarquía absoluta como el medio más efectivo de preservar la paz.
Baruch Spinoza
Su pensamiento gira en torno a la cuestión de la unidad y la multiplicidad: el problema de la identidad y la diferencia y su explicación causal. El conocimiento de los principios determinantes y rectores del mundo no puede adquirirse a través de la experiencia sino por el puro proceder de la mente, según sus propias leyes. Conozco las cosas cuando conozco su génesis, de la misma manera que las matemáticas y la geometría generan su objeto (génesis) desde el interior del entendimiento mismo, independientemente de lo empírico y de la temporalidad.
La filosofía de Spinoza, toma como modelo el proceder deductivo y a priori de las matemáticas, basándose en la suposición de que “el orden y la conexión de las ideas es lo mismo que el orden y la conexión de las cosas” (Ética demostrada según el orden geométrico) El orden causal que rige los acontecimientos es idéntico al orden que el entendimiento sigue cuando opera con las ideas, es decir, cuando construye a priori o independientemente de la experiencia su objeto, tal y como hacen las matemáticas y la geometría, disciplinas modélicas por su rigurosa certeza. Una única causa eficiente de la totalidad, denominada por Spinoza, Dios o la naturaleza, Deus sive natura, afirmación que puede interpretarse como una naturalización de Dios o como una teologización de la naturaleza.
Wilhelm Leibnitz
la solución que le da a los problemas de la física le llevan a establecer los principios básicos de su metafísica en su libro “Monadología”; vamos a ver dos aspectos: la mónada aislada y la relación entre mónadas. No pueden perecer porque son simples, no pueden disgregarse en partes. Su origen no puede estar en la reunión o síntesis de partes más elementales, porque son simples; solución: las mónadas tienen que ser creadas por Dios. No pueden recibir ningún influjo exterior; nada puede introducirse en ellas ni nada puede salir de ellas porque son simples. Al poseer entonces subsistencia independiente la actividad de la mónada ha de ser espontanea. No puede recibir (cerrada sobre si misma) ninguna causalidad procedente del exterior. Relación Mónadas: Este es el clásico problema entre la comunicación entre las sustancias. Leibniz dice que hay 3 soluciones para esto: 1.- Para la filosofía vulgar, las mónadas están sometidos a influencia recíproca sin explicarnos nada más(esto está en contradicción con la incomunicabilidad de la mónada).
2.- Dios de modo inmediato y continuo las relaciona: Dios por su providencia hace concordar la actividad de la mónada (habría que admitir la tesis del milagro perpetuo). 3.- Doctrina de la armonía preestablecida: Hay que imaginar las mónadas como relojes construidos por Dios que siempre funcionan compenetradamente. Esta es la solución que adopta nuestro autor.
John Locke
El punto de partida de Locke es descartar el innatismo, “es absurdo pensar que puedan existir ideas innatas”, dice al comienzo de sus Ensayos sobre el entendimiento humano. No existen ni en lo teórico ni en lo práctico. Un sujeto que siente incomodidad al ver a un hombre bien vestido darle la mano a un hombre sucio que escarba la basura no es una cuestión con la que se nace ni algo que todos posean por su condición humana, sino porque en algún momento de su vida, tal vez, fue reprendido por una situación semejante. Para Locke todo el conocimiento se ha formado a partir de la experiencia, la externa y la interna, las sensaciones y las reflexiones respectivamente. La evidencia de tal afirmación la encuentra en que hay adultos que no poseen el principio de identidad o el de contradicción, y por ende, no poseemos esto de nacimiento, sino porque algunos lo han aprendido. Del mismo modo, sucede con la idea de Dios, que para Descartes es innata, para Locke no, lo constata con el ejemplo de pueblos que no tienen la idea de Dios y por ende no puede atribuirse esta idea a una forma universal e innata de pensar.
George Berkeley
El concepto de extensión destruye el propio concepto de substancia material. Si los entes sensibles o ideas no pueden existir en algo no percipiente, no podrán de hecho existir en un substrato pasivo, en la materia. Pero, además, la propia noción de materia se vuelve
contradictoria cuando se la concibe como substrato o soporte de cualidades. Si se la entiende como subyaciente a sus accidentes o cualidades, tendría que subyacer igualmente a la extensión, con lo cual, el mismo substrato tendría que ser extenso, lo cual es una contradicción. La noción de substrato es ininteligible porque al término "soporte de cualidades" no se le puede asignar ningún significado y la materia se vuelve incognoscible. El problema fundamental para este filósofo ha sido el transformar lo interior hasta hacerlo consistir en lo externo. Aquí es donde se hace patente su idealismo. El ser de las cosas es ahora el ser dado a la conciencia. La realidad del mundo se define como el percibir y el ser percibido. Todo se determina por el espíritu. El espíritu, esa cosa indivisible e inextensa que piensa, actúa y percibe, se nos hace visible porque tenemos conciencia de estar continuamente percibiendo ideas. La única entidad substancial que Berkeley reconoce es la substancia pensante, ya sea finita o infinita.
David Hume
Hume comienza la presentación de su filosofía con el análisis de los contenidos mentales. Hume encuentra dos tipos distintos de contenidos: las impresiones y las ideas. Impresiones e ideas son llamadas, de forma genérica, percepciones. La diferencia que existe entre ambas es simplemente la intensidad o vivacidad con que las percibimos, siendo las impresiones contenidos mentales más intensos y las ideas contenidos mentales menos intensos. Además, la relación que existe entre las impresiones y las ideas es la misma que la del original a la copia. Es decir, las ideas derivan de las impresiones; las impresiones son, pues, los elementos originarios del conocimiento. Las impresiones, por su parte, pueden ser de dos tipos: de sensación y de reflexión. Las impresiones de sensación, cuya causa es
desconocida, las atribuimos a la acción de los sentidos, y son las que percibimos cuando decimos que vemos, oímos, sentimos, etc. Las impresiones de reflexión: son aquellas que van asociadas a la percepción de una idea, como cuando sentimos aversión ante la idea de frío, y casi similares.
Emmanuel Kant
En 1770 Kant escribe Sobre la forma y los principios del mundo sensible, donde distingue claramente entre conocimiento sensible y conocimiento inteligible. El conocimiento, dice, no queda limitado a la experiencia, hay que reconocer la existencia de un conocimiento metafísico que debe justificarse. La cuestión es “si alguna vez, y con general asentimiento, la Metafísica podrá llegar a exponer algo que sea, por fin ciencia” (Prolegómenos, 383). Esta será la tarea de la “filosofía trascendental”, edificada sobre la idea de un sujeto que impone sus condiciones subjetivas a la posibilidad de que las cosas sean conocidas y pensadas. Solucionar el problema de la Metafísica le ocupó diez años. En 1781 publicó la Crítica de la Razón Pura. Su gran aportación no es otra que la noción de “Sujeto Trascendental”, a saber, el sujeto impone a la materia del conocimiento la forma de representarnos las cosas. Por “filosofía trascendental”, Kant entiende el examen al que hay que someter a la Razón para indagar cuáles son las condiciones que hacen posible el conocimiento a priori. Kant trata de elaborar una teoría del conocimiento que le permita justificar la validez del conocimiento científico. Kant sostiene que, para entender la experiencia (conocimiento a posteriori), es necesario tener conocimientos que no provengan de la experiencia (conocimiento a priori): “aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia”.
Conclusión Sobre todo este documento podemos concluir que hubieron demasiadas escuelas a lo largo de ciertos cortos periodos, mencionando el siglo XVII y XVIII, y puedo citar principalmente y ante todo a Descartes y Kant, quienes tuvieron una gigantesca razón dando como productos grandes y excelentes escritos los cuales aún siguen impactando en la actualidad. El discurso del método es una obra que busca dar a conocer el método para poder llegar al conocimiento verdadero y encontrar la verdad, fue escrita por RENE DESCARTES en 1637, este tratado es una de sus obras mas importantes, considerada como unas de las primeras obras de la filosofía moderna. Su contenido esta dividido en 6 partes las cuales a las cuales les hago un breve análisis a continuación : Primera : sienta las bases del método cartesiano y habla a cerca de una nueva teoría del conocimiento. Segunda parte : es el aporte mas interesante de la obra, aquí descartes habla de su método el cual es capaz de perfeccionar el conocimiento, el cual tiene como principio la duda como lo refleja su máxima ” piensa, luego existo “. Tercera parte : aquí, descartes, habla a cercas de su ” moral provisional ” la cual le ayudaría a no extraviarse en la búsqueda de la verdad, mientras reestructuraba su razón con el método que había descubierto. Cuarta parte : aquí, el pretende demostrar la existencia de Dios como garantía de todo conocimientito perfecto. Quinta parte : descartes expone su teoría acerca de la tierra y el universo, aunque no declara abiertamente que concuerda con las teorías de Galileo por temor a ser perseguido por la iglesia. Sexta parte : habla a cerca de la utilidad de las ciencias, como puede beneficiar al hombre y que debe o no divulgarse. Lo que nos a heredado Descartes es algo muy valioso y como el expone su forma d pensar, su método para llegar a razones verdaderas, yo are mis propias anotaciones.
Referencias Francisco Garza. (2010). Descartes y su método. 15/04/18, de Leurdes Virtual Sitio web: https://mayeuticaeducativa.idoneos.com/rene_descartes_y_su_metafisica/ Mauricio Villa. (2013). Reglas del Método. 15/04/18, de Pearson's Sitio web: http://www.etorredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Descartes/DescartesReglasMetodo.htm Ramón Xirau. (2015). Introducción a la Filosofía. México: UNAM.