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ventas@tecmaco.com.ar - alquileres@tecmaco.com.ar - postventa@tecmaco.com.ar una participación de 67,2% para el promedio ponderado por cultivos. “¿Qué significa? Que por cada $100 de renta que genera una hectárea, $67,20 se va en impuestos”, explica Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.

Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 67,2%, la participación del Estado en soja es del 69,3%, maíz 60,6%, trigo 73,7% y girasol 65,7%.

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Desde FADA, indican que al bajar la producción por la sequía también se alteran los saldos de IVA de los productores. Miazzo comentó que el saldo técnico es el resultado de la resta del IVA pagado en compras y el IVA percibido por sus ventas. Agregó que, para los productores, comercios e industrias, el IVA debería tener un efecto neutro, porque es un impuesto destinado al consumidor final. “Sin embargo, si se acumulan saldos técnicos por una situación excepcional como una sequía que hace caer las ventas, el productor no puede usar ese saldo para pagar otros impues- tos ni lo puede recuperar fácilmente, por lo que se convierte en una mayor carga fiscal”, aclaró Miazzo.

En este tipo de situaciones, si bien todos los productores se ven afectados, los más chicos tienen menor capacidad para absorber el impacto y corren el riesgo de salir de la actividad. “Una sequía de esta magnitud no sólo es una mala noticia para los productores, sino para toda la Argentina”, adviertieron desde FADA. Explican que por un lado, ingresarán entre USD 10 mil y

USD 15 mil millones menos por exportaciones, lo que trae mayores presiones cambiarias que las existentes, amplía la brecha y genera mayores expectativas de devaluación. Por otro lado, la sequía le puede restar unos 3 puntos al PBI, al reducrise la actividad económica, porque hay menos producción, transporte, industrialización y exportación. Estos efectos se sentirán en mayor medida en los pueblos y ciudades del interior, donde la producción agropecuaria representa la actividad económica.

Índices provinciales:

¿Cómo se reparte lo recaudado?

Mientras el índice FADA nacional es de 67,2%, Córdoba registra un 68,3%, Buenos Aires 64,8%, Santa Fe 63,1%, La Pampa 69,1%, Entre Ríos 69,2% y San Luis 68%.

En estos resultados, se conjugan los rindes, los impuestos provinciales y locales, y los fletes, que generan efectos diferenciados sobre cada uno de los cultivos, así como la participación en el área sembrada de cada provincia.

Miazzo advirtió que con un esquema tributario en el que la mayoría de los impuestos son nacionales no coparticipables, pone en jaque el federalismo fiscal y causa que mucho de lo que se produce en las regiones no vuelva. “El anti federalismo de la estructura tributaria resalta aún más en momentos adversos como el que se vive con la actual sequía, ya que un impuesto coparticipable como el impuesto a las ganancias pierde peso, mientras que los DEX ganan participación”, agregó.

Tipo de cambio atrasado

En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en el periodo analizado, cayó un 13%, cometan desde FADA. Medido a precios de enero de 2023, el tipo de cambio de diciembre de 2021 era el equivalente actual de $206,93 y el de diciembre de 2020 el equivalente actual de $248,65. “Esto significa que el tipo de cambio se ha atrasado respecto a la inflación, incrementando los costos de producción al medirlos en dólares, un escenario malo para cualquier actividad exportadora. Sin embargo, desde septiembre del 2022 el ritmo de suba del tipo de cambio oficial aumentó a los mismos niveles de la inflación. Incluso en octubre y noviembre estuvo por encima. Esto muestra un quiebre en la política de atraso cambiario que se había iniciado en marzo del 2021”, declaró Pisani Claro. ¿Y cómo pega ese atraso cambiario? Para la Fundación, se traduce en que los costos como las labores y los fletes, generen una demanda mayor de dólares. Aunque en la situación actual se potencia con otro factor: El efecto del cepo importador que encarece el precio interno de los productos importados. La restricción tiene impacto directo sobre insumos claves para labores y fletes como neumáticos, repuestos y el precio de los camiones y maquinarias. “Es de esperar que en 2023 el cepo importador se profundice, ante el menor ingreso de divisas a causa de la sequía”, analiza Miazzo. En cuanto a los costos de los insumos, medidos en dólares, se comenzaron a ver algunos descensos luego de las subas del 2021 y 2022. Pisani Claro expuso que en la UREA se ve una baja interanual del 26%, aunque todavía un 70% por encima del precio promedio del 2019-2020. El PDA tuvo un leve descenso interanual, aunque también cuesta un 70% más que en el periodo 2019-2020. Agregó que el caso del glifosato, que también había sido uno de los que más aumentó, mostró una caída interanual cercana al 30%, pero aún vale algo más del doble respecto al periodo 2019-2020.

“Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que un 46% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados y si se considera el costo de la tierra, llega al 58%. En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 50% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 50%. Si se considera el costo de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 58%”, cierra el informe.

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