personaje • Por: Daniela Rossi - FOTOS: Adan Jones
Julio Lamas
“La selección es el equipo de mi vida” El DT del conjunto nacional de básquet, que en agosto disputará el Mundial en España, dirigirá a varias figuras de la “generación dorada” por última vez. Dice que este equipo representa “valores que la gente respeta” y cuenta su pasado “frustrado” como actor.
A
ntes de hablar en primera persona, Julio Lamas siempre prefiere referirse al grupo, al equipo. Nosotros, dice, cuando habla de la Selección argentina de básquet que dirige. Sentado en un café de Núñez, barrio en el que vive, define detalles de los días que vienen. A comienzos de agosto jugarán los partidos de la gira “El alma argentina”, en Río de Janeiro, Buenos Aires (en Tecnópolis el 8 y 9) y Bahía Blanca. El objetivo, el torneo por el que sus días están agitados, es la Copa del Mundo que se disputará en España desde el 30 de agosto. No es un debutante, pero da igual: “Mi único objetivo hoy es el mundial. Soy tan afortunado de poder tener un sueño y tener la oportunidad de que sea enseguida que no quiero pensar en ninguna otra cosa. No importa
26
que sea mi cuarta competencia mundial. Es la elite del alto rendimiento pero también es el orgullo de representar al país. No lo digo desde un punto de vista patriótico: yo creo que el deporte es una cosa y el patriotismo es otra. Pero sí lo digo desde el punto de vista de nuestra identidad como personas, y como deportistas está englobada dentro de la selección”, dice sobre lo que vive hoy. Los últimos dos años los dedicó a tiempo completo al conjunto nacional. Viajó para estar cerca de los jugadores que juegan en Europa y Estados Unidos, se capacitó en diferentes clubes de la NBA, exploró nuevos ideas de trabajo y también pudo ver de cerca de algunos rivales. Ya sabe que los primeros días y cada minuto libre, en las cenas o las charlas fuera de los entrenamientos, los jugadores aprovecharán para ponerse al día de lo que vivieron en
el último año. “Son cinco semanas en las que instalás el sistema de juego y acondicionás al equipo, es todo muy intenso. Es como un pequeño Gran Hermano. Estamos las 24 horas juntos, con sus particularidades”, explica. -Ya conocés al grupo… -Ése es uno de los puntos fuertes que tiene la Selección argentina: se entiende adentro y afuera de la cancha. Hay una memoria de cosas que ya hicieron, con personas que conocen. Ahí tenemos un gran crecimiento. El buen grupo fue una clave para estos 12 años de buenos resultados. -Ésta puede ser la última vez que varios jugadores de la “generación dorada” vistan la camiseta argentina. ¿Cómo enfrentás eso? -Ni lo pienso, lo enfrento así. Porque para mí las prioridades son el mundial y la selección, esos son los intereses colectivos y están por encima de cualquier situación individual.
27
“Dirigir la selección del país en el que naciste es el orgullo más grande que se puede tener. Y haber estado con estos jugadores en el primer tramo (del 97 al 99) y ahora en el último lo hace de una motivación extrema.”
lamas espera por la confirmación de la máximaestrella,manu ginóbili. puede ser el último torneo para él y para figuras como scola,nocioni,delfino y prigioni.
Pienso en prepararnos bien y ser lo más competitivos posible. No le doy un espacio a los procesos individuales porque mi rol es ocuparme de la parte colectiva. Quizá cuando termine el último partido deje paso a otra cosa. -¿Cómo vivís este tipo de competencias?, un juego olímpico, un mundial… -Con la motivación mas grande. Dirigir a los mejores, jugar contra los mejores te motiva de manera muy especial. La Selección
28
argentina es el equipo de mi vida. Dirigir la selección del país en el que naciste es el orgullo más grande que se puede tener. Y haber estado con estos jugadores en el primer tramo (del ’97 al ’99) y ahora en el último, lo hace de una motivación extrema. Todos estamos con la ilusión de estar entre los mejores del mundo otra vez. -En un partido, ¿lográs relajarte, podés disfrutar?
-La idea de un partido no es relajarte, es competir, pero la paso bien. El disfrutar en ese momento no tiene que ver con la relajación sino con el deseo, la adrenalina de competir y tratar de cumplir con tus planes ante una exigencia del oponente, y eso me gusta mucho. Me encanta mi profesión, que se juntó con mi vocación. Porque amo al básquet profundamente, me encanta trabajar con personas y me encanta ser parte de un equipo, que es algo más grande que lo que podés hacer por tu propia cuenta. El que me ve de afuera puede pensar que estoy sufriendo pero no es tan así. Si me ponés a ver a un médico que trasplanta un corazón o uno que maneje un avión, te dicen: “éste es mi sueño”. Bueno, el mío era éste. Generación dorada. Todas las categorías infantiles y juveniles, Lamas las hizo en el Club Deportivo San Andrés. Ahí fue también asistente técnico de la Primera y donde recibió el ofrecimiento de aprender junto al más grande de la Liga Nacional, León Najnudel. Boca, Real Madrid, Barcelona, Obras Sanitarias (club en el que asumirá en septiem-
29
“a los 19 años Estudiaba teatro con Carlos Gandolfo. Apareció la oportunidad de entrenar a mi equipo juvenil y se perdieron un actor. ¡Mirá si fuese un Darín ahora!” bre), en todos dirigió. “Mi visión de las cosas cambió mucho”, dice sobre aquellos comienzos, en el que también fue DT de algunos de los hoy llamados “Generación Dorada”. “Yo tengo más experiencia profesional y personal que en aquel entonces. El grupo tiene todas las vivencias que le generaron unión y compromiso. Y el deporte y la sociedad también cambian. Somos las mismas personas pero estamos en otro momento de la vida y vivimos de acuerdo al hoy”, asegura. -Hoy el básquet es mucho más popular que hace 20 años, cuando empezaste… -Sí, claro. Éste es un grupo que ha sido aceptado por la gente del deporte en general o incluso por los que sólo vean a la selección, que incluye a todos. Por los resultados conse-
30
guidos y también porque ha demostrado que hay valores que la gente respeta: tiran todos para el mismo lado, dejan el alma en la cancha y son muy serios a la hora de prepararse. Esto, lo único que hace es aumentar el compromiso y la responsabilidad por mantenerlo. Te genera una autoexigencia. -También fueron años exitosos para el grupo. -Es verdad que somos un equipo que no tiene deudas pendientes, entonces recién aparece la presión por conseguir los resultados cuando empezamos a jugar. No lo vivimos en la previa, no hay una presión negativa por estar atrasados, no pasaron muchos años desde que ganamos un título. -No necesariamente entonces tenés que haber jugado muchos años al básquet para
decidir ser técnico… -Tenés que haber jugado porque el juego lo tenés que conocer. Después hay una gran diferencia en el paso de ser jugador a entrenador: tenés que expresarte a través del otro. Entonces no sirve el que puede hacerse cargo de uno solo. Sirve el que puede hacerse cargo de las emociones del otro y poder transformarlas de positivo a negativo. -¿Te costó hacer ese clic? -No, porque nunca fui un jugador destacado, entonces siempre me tenía que preocupar de hacer cosas junto con mis compañeros. Y me fui preparando sin darme cuenta. Siempre el mejor jugador del equipo era otro y yo tenía que tratar de que ése hiciera lo mejor, que ése estuviera bien. Lo mío siempre fueron las ganas y la energía. -Cuando decidiste dejar de jugar, ¿por qué seguiste vinculado al básquet y no elegiste otro camino? -Tenía 19, 20 años. Estudiaba teatro con Carlos Gandolfo y estaba haciendo el curso de entrenador nacional. Me encantaban las dos cosas. Apareció la oportunidad de entrenar al que había sido mi equipo juvenil y ayudar al equipo de primera. Me agarré fuerte de esa oportunidad y se perdieron un actor. ¡Mirá si fuese un Darín ahora!