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La Vida Puede Ser Triste
from Historias para prevenir la trata de niñas, niños y adolescentes; De los Valles al Oriente
by Daniel Siles
CAMARGO
LA VIDA PUEDE SER TRISTE
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Autora: Prof. Zita Condori Cruz
Municipio: Camargo, U.E. Huaca Cancha Embarazo forzado / servidumbre costumbrista
En la comunidad de Huaca Cancha vivía una madre viuda, cuyo nombre era Sabina Contreras. Su esposo enfermó de chagas, falleció y la dejó a cargo de cinco hijos.
Doña Sabina también tenía la enfermedad de chagas, por esta razón no podía trabajar tan duro como ella quería y por eso no podía sostener la economía de su hogar ni podía cubrir la alimentación de sus hijos.
La hija mayor se llamaba Estela Quispe Contreras y tenía apenas 10 años. Al ver sufrir a su madre, pensaba cómo podía ayudar, así que decidió irse de su pueblo con el fin de ganar dinero y ayudar a su madre.
Estela había llegado a la feria de Chinimayu, sola y desorientada, no sabía a donde dirigirse, mientras observaba alrededor con ojos extraviados, se le acercó una comerciante de abarrotes. Le preguntó qué estaba haciendo, y Estela un poco animada le dijo que estaba buscando trabajo. La comerciante la miró y la convenció de irse con ella a la ciudad de Potosí. Estela, emocionada le dijo que si y le preguntó – Señora, ¿Cuánto me vas a pagar? -, la señora le respondió - Usted, ¿cuánto quiere ganar? Estela no sabía bien qué decirle, no sabía cuánto podía cobrar, pero pronto le respondió que quería ganar mil bolivianos y la comerciante le aceptó.
Llegaron a la ciudad de Potosí y llegaron a su casa. Al llegar la señora le preguntó a Estela cómo se llamaba y cuántos años tenía y de dónde era. Estela contestó a sus preguntas, mientras que la señora le dijo – Yo soy la señora Rosa -. Estela estaba ilusionada, porque tenía la posibilidad de apoyar a su mamá en la casa.
La señora amablemente le mostró un cuartito muy pequeño y frío y le dijo, este va a ser tu cuarto y desde mañana empiezas a trabajar, Estelita.
Al día siguiente, aunque Estela estaba emocionada, no sabía qué hacer ni por dónde empezar. La señora Rosa le llamó para mostrarle e indicarle todo lo que tenía que hacer. Al día siguiente salió de viaje otra vez.
Estelita soy yo, y hasta aquí mi historia parecía que iba a mejorar cada día más. En la vida real no siempre es así. Yo cocinaba en la casa para sus dos hijos universitarios y para su esposo. Mientras que la señora Rosa siempre viajaba.
Cuando sus hijos Juan y Arturo volvían de la universidad y sonriendo me decían: - Cholita ¿me puedes servir comida? - Uno de esos días el hijo Juan me tiró la comida en la cara porque dijo que se la había servido fría. Empecé a sentir que todo estaba cambiando, ya no me sonreían amablemente. Me empezaron a tratar mal, una tarde el joven Arturo me mostró un billete de 10 bolivianos y yo me acerqué para tomarlos y él me tocó en aquellos lugares donde no debía, no supe que hacer. Los días pasaron así entre gritos y toques inapropiados por parte de los dos hermanos quienes me amenazaban para que no le contara a la señora Rosa: -Si le avisas, te vamos a matar -.
Pasó el mes de trabajo y doña Rosa no me quiso pagar, me dijo que yo era más bien un gasto para ella y que debía agradecerle por tener un techo y comida. No sé ni como, pero terminé trabajando ahí por tres años, sin recibir un solo centavo. Tal vez me hubiera escapado, pero no pude porque me echaban la puerta con candado.
Yo pensé que nada peor me podía pasar, pero a mis 14 años si pasó, quedé embarazada por el producto de violaciones de los hijos de doña Rosa. Ella, al enterarse me echó la culpa y me botó a la calle con novecientos bolivianos y me gritó: -¡vete a tu casa!. Pero no volví a mi casa, me fui con una cholita llamada Clara, ella me llevó a su trabajo. Clara, trabajaba en la mina de palliri. Comencé a trabajar con ella, pero el trabajo era tan pesado que ahí perdí a mi embarazo.
No sabía qué más me podía pasar, pensaba en volver a mi casa, pero de palliri ya ganaba algo de dinero, así que me quedé. Actualmente sigo en la mina y tengo mi esposo minero. Ya del pasado no quiero hablar ni quiero pensar, pero yo siempre cuento mi historia para que las chicas sepan lo que les puede pasar y que sepan que ahora pueden denunciar al ILE (Interrupción legal del embarazo), porque también un embarazo forzado es tortura.
ACTIVIDADES
1) Respondamos a las siguientes preguntas de acuerdo con la lectura.
1 ¿Por qué salió Estela de su casa a conseguir trabajo?
2 ¿A dónde se llevó a Estela la señora Rosa y qué labores tenía que realizar ella en este lugar?
3 ¿Cómo trataban los hijos de la señora Rosa a Estela?
4 ¿Estela podía escapar de esa casa? ¿Cómo fue que salió de allí al final?
5 ¿Por qué Estela no volvió a su casa después de salir de trabajar con la señora Rosa?
6 ¿Crees que a Estela se le pagaba lo suficiente como palliri, para lo pesado que era el trabajo? ¿Por qué?
7 ¿Piensas que está bien que le hubieran pagado a Estela 900 Bs. por tres años de trabajo duro? ¿Por qué?
8 ¿Qué opinas de las acusaciones de la señora Rosa hacia Estela? ¿Verdaderamente fue su culpa el abuso que sufrió?
9 ¿Qué habrías hecho en lugar de Estela?