Érase una vez en diciembre... ESCENA I (En el infierno, el diablo solo) DIABLO.
TIZNE. DIABLO. TIZNE. DIABLO. FLAMA. DIABLO. FLAMA. TIZNE.
DIABLO. TIZNE. DIABLO. FLAMA. DIABLO. FLAMA. DIABLO. TIZNE. DIABLO. TIZNE.
LLAMA.
¡Recórcholis! Se acerca ya la temporada en que los ángeles anucian a los pastores el nacimiento del Niño Jesús y no se me ocurre ninguna idea para evitar que los pastores vayan a adornar a ese niño. (gritando) ¡Demonios! ¡Demonios! ¡A mí! ¡Vengan! ¡Demonios! ¡Vengan, digo! (Entran Flama y Tizne). ¿Nos hablaste? (Imitándola) ¿Nos hablaste? ¡Les grité! ¡Ay, bueno! ¿Y para qué? ¿Para qué? ¿Para qué? ¿Preguntas para qué? (a Flama) Ella pregunta, ¿Para qué? ¿Para qué? ¡No! ¿Pero no saben qué fecha es hoy? ¿Qué fecha es hoy? ¡Ah, sí! (a Flama) ¡Flama! (las dos cantando) Happy Birthday to you Happy Birthday to you Happy Birthday Dear Diablo Happy Birthday to you ¡Gracias! ¡Gracias! (reaccionando) ¿Cuáles gracias? ¡Las que te adornan! ¡Hoy no es mi cumpleaños! ¿No es tu cumpleaños? Y yo que había vivido en el engaño: fíjate, si no me dices, hasta te envuelvo tu regalo y... ¡Ya cállate! ¿Dónde están los demás? ¡Pues no sé! Pregúntaselo a sus respectivos ángeles de la guardia. ¡Ángeles de la guar...! ¡No! ¡Pero qué diablos tan brutos tengo! (gritando hacia fuera) ¡Lumbre! ¡Llama! (entra Llama sonámbula) ¡Otra vez dormida! ¿Pues qué pretendes? ¡Despierta! ¡Despierta! ¡Así no se despierta! ¿Ah, no? ¿Entonces cómo? ¡Psicología! (A Flama) ¡Flama! (cantan las dos a la Llama). Estas son las mañanitas que cantaba el Rey David a todas las diablas bellas se las cantamos aquí. (Despertando) ¡Hola! ¿Cómo están?
DIABLO. LLAMA. DIABLO. LUMBRE.
DIABLO. LUMBRE. DIABLO. ODIADO. DIABLO.
LLAMA. DIABLO. FLAMA. DIABLO. TIZNE. DIABLO. LUMBRE. DIABLO. ODIADO. DIABLO. LLAMA. DIABLO. FLAMA. DIABLO.
(Enojado) Muy bien. ¿Y tú? Pues aquí pasándola. ¡Me da mucho gusto! ¡Bah! (entra Lumbre corriendo) ¿Y tú? ¿Por qué tardas tanto? Es que...Me tardé porque...porque...Verás, venía en un avión volando cuando de repente 375 aviones enemigos por el frente, que meto reversa; pero, ¡oh, sorpresa! Por la retaguardia un dragón con mil cabezas, que volteo para la derecha y todos los ángeles del cielo en contra mía; viré hacia la izquierda, y todo un pelotón de Boy Scoutds buscando hacer buenas acciones, estaba copado, no sabía qué hacer. ¡Cuándo de repente te caíste de la cama y despertaste! ¿Hasta cuándo se te va a quitar a ti lo mentiroso? ¡Pero es la verdad! ¡Está bien! Ya no me interesa oír tus necedades, ¿Dónde está Odiado Nervo? ¿Nuestro Diablo Poeta? (entra Odiado). ¡Ángeles necios que acusáis a los diablos sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis...! (aplauden todos) ¡Gracias! ¡Gracias! Bueno, una vez que ya estamos todos reunidos aquí, les plantearé cuál es el problema: los ángeles irán con los pastores para anunciarles que el Niño Dios nacerá y los pastores irán a adorarlo; nuestra misión es impedir que los ángeles hagan esa anunciación. ¡De nada servirá! Perderemos, cada año es lo mismo. ¡No! ¡Este año no! ¡Porque el plan que he urdido no puede fallar! ¿De qué se trata tu plan? Verán: los pastores esperan una anunciación, ¿verdad? Pues la tendrán, sólo que habrá un pequeño cambio, no serán los ángeles, sino nosotros los que haremos la mentada anunciación. ¿Nosotros? ¡Nos disfrazaremos de ángeles y nos presentaremos ante los pastores, les diremos que este año no habrá nacimiento! ¿Crees que dé resultado? ¡Claro! ¿Verdad Odiado Nervo? ¡Yo sólo sé que no sé mucho! Tendremos que prepararnos, ensayaremos para actuar como ángeles. ¿Ensayaremos como ángeles? ¡Claro! Tomaremos lecciones de danza y gimnasia rítmica para adquirir la “gracia” y el “encanto” que poseen los ángeles. ¿Gimnasia rítmica? Y empezaremos desde ahorita: vamos, 1-2 - 1-2 (haciendo gimnasia).
FIN DE LA PRIMERA ESCENA
ESCENA II (En el cielo) (El Arcángel y Estrella) ARCÁNGEL. (Dictándole a Estrella)... Y por lo tanto, contestando a el amable fax que se dignó enviarme, me permito comunicarle que no tiene usted por qué preocuparse, ya que todos nosotros nos hemos estado preparando y estamos listos para efectuar la anunciación el día 24 de los corrientes. Sin más, por el momento, se despide su atento y seguro servidor. Firma: “El Arcángel” (a Estrella). Envíela por fax. ESTRELLA. ¡Sí, Señor! (sale corriendo). ARCÁNGEL. Si así, como esta secretaria fueran todas: no pide aumento de sueldo; no llega tarde; no me reclama nada; no la tengo en el seguro, recta, sumisa y callada ¡Que bendición! (Entra Estrella) ¿Ya? ESTRELLA. ¡Misión cumplida! ARCÁNGEL. ¡Bien! A propósito, ¿dónde están los demás? ESTRELLA. No lo sé. Si gusta, les puedo enviar una circular citándolos aquí. ARCÁNGEL. No, olvida la circular. (gritando) ¡Ángeles! ¡Ángeles! ¡Ángeles! (entran Azul y Celeste, ésta llorando) ¿Y a ti qué te pasa? CELESTE. ¡Es Azul! ARCÁNGEL. ¿Qué le hiciste? AZUL. ¿Qué te dije? Mentirosa. CELESTE. ¡Me dijo cosas como que Santa Claus no existe! ARCÁNGEL. ¡Azul! ¿Tú empezaste a vociferar en contra de Santa? CELESTE. Yo argumentaba que entonces cómo se explicaba que cada año aparecían a los pies de mi árbol de Navidad tantos juguetes. AZUL. ¡Te los pone tu papá! ¡Tonta! ARCÁNGEL. ¡Azul! ¡No le digas tonta a esa boba... digo a Celeste! AZUL. Pos pa qué se hace, si ya sabe... CELESTE. Bueno, eso ya losé, menos mal que todavía quedan los Reyes Magos. AZUL. ¡No! A veces me dan ganas de golpearte. ARCÁNGEL. ¡No te atreverías! Después de todo eres un ángel. AZUL. ¡Pues me quitaba las alas y la aureola mientras la golpeaba! ARCÁNGEL. ¡Ya basta! (entran Lucero y Blanco) LUCERO. (A Blanco)... Entonces el perico le dijo a Pepito: Yo no sé nadar, ja, ja, ja, ja ¡Ya cállate, Lucero! ARCÁNGEL. ¿Continúas con tus chistes? LUCERO. Tengo uno muy bueno: Iba Pepito con su papá por el centro... ARCÁNGEL. Ya te he dicho que no me gusta que cuentes chistes de Pepito. LUCERO. ¿Pero por qué? ARCÁNGEL. ¡Tú ya sabes! Desde que te envié a que fueras al Ángel de la Guarda de Pepito sacas cada chiste... ¡Nunca debí hacerlo! LUCERO. ¡Pero si a Pepito se le ocurren muy buenas puntadas!
ARCÁNGEL. BLANCO. ARCÁNGEL. BLANCO. ARCÁNGEL. BLANCO. ARCÁNGEL. TODOS. ARCÁNGEL. AZUL. CELESTE. ARCÁNGEL. LUCERO. ARCÁNGEL. LUCERO.
¡Ya cállate! ¿Blanco, que hay de nuevo? ¡Sin novedad en el frente señor! Ya sabe usted que desde que me nombró portero del Cielo nadie ha entrado sin permiso especial. ¿Hoy no vino nadie? ¡Nadie, Señor! Excepto una señorita que tría una oferta de celulares. ¿Aprovechó la oferta? Sí, señor, yo también quiero presumir. ¡Muy bien! Bueno, ahora que ya estamos todos reunidos les diré: mañana es el gran día, el día que todos hemos esperado, o sea, el día de la anunciación. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Viva! Haremos la anunciación que tanto hemos ensayado, pero hay un asunto que no debemos olvidar: los Diablos, los diablos que siempre tratan de evitar que anunciemos a los pastores el Nacimiento del Niño Jesús. ¡Siempre ganamos! ¡Claro! ¡Los buenos siempre ganan! ¡No hay que confiarse! Esos diablos son muy listos y pueden planear algo efectivo; por lo tanto, hay que cuidarnos. Podemos hacer lo que hizo Pepito cuando su papá... ¡Pepito! ¡Pepito! ¿Hasta cuándo vas a acabar con esa pobre criatura? (saliendo todos) Hay que pensar... Déjenme que les cuente el último. Iba Pepito con su... (salen).
ESCENA III (En el campamento de los pastores, Macaria y Felipa) MACARIA. ...Y es que doña Rodriga le había dicho a don Narciso que se abstuviera de hablar de ella; porque hasté ha de ver que el mentado Narciso la andaba enredando en no sé qué problema que tenía con su mujer. FELIPA. Y la otra ingrata, que ni le gusta el chisme. MACARIA. ¡Ay, sí!, ¿verdad? Eso de vivir entre chismes. FELIPA. Dios nos libre, Dios nos libre. MACARIA. Qué le cuento, comadre. FELIPA. ¿Qué? ¿Qué? MACARIA. Matías, el mudo. FELIPA. ¿Qué tiene Matías? MACARIA. Pos no le anda cayendo a Rosa... la sorda. FELIPA. ¿Pero cómo? MACARIA. El otro día los vi en el campo, que estaban ahí,... ¡Pos yo no sé! FELPA. Ay, ¿y cómo le hacen para entenderse? MACARIA. ¡Pos sepa! FELIPA. Pero es que yo digo que no son el uno para el otro, pues cómo le hacen, ¿a ver? MACARIA. Es lo que yo digo, pero, ¿a ver? ¡Entiéndales! (entra Patricio). PATRICIO. ¡Ave María! LAS DOS. ¡Sin pecado concebida!
MACARIA. PATRICIO. FELIPA. PATRICIO. MACARIA. FELIPA. PATRICIO. MACARIA. FELIPA. PATRICIO. MACARIA. FELIPA. MACARIA. PATRICIO. MACARIA. FELIPA. PATRICIO. FELIPA. MACARIA. PATRICIO. MACARIA. ROSA. MATÍAS. ROSA. MATÍAS. ROSA. MATÍAS. ROSA. ROSA. MATÍAS. ROSA. MATÍAS. ROSA. MATÍAS. ROSA. FELIPA. MACARIA. PATRICIO. DIABLO.
¿Cómo está usted? Muy bien, gracias, y ustedes, ¿qué haciendo? Pos aquí, “comentando”, ¿Comentando qué? Pos nomás, temas de actualidad. Actuales de actualidá. Lo que deberían hacer es estar en sus casas cocinando para sus maridos. Ya nos modernizamos. Pura comida enlatada. ¿Y los quehaceres del hogar? Pos ya tenemos sirvientas. Ganando el mínimo. Y están en el Seguro. Ustedes van de mal en peor. Pero, ¿por qué? No podemos impedir el avance de la civilización. Claro, hay que estar a tono con la época. ¡Mujeres! ¿Quién las entiende? ¡Ahí! Vienen Matías y Rosa! ¡Vamos a escondernos! ¿Para qué? ¡Pa qué vea! (se esconden) (entran Rosa y Matías). ¿Y usted qué le dijo? (Haciendo señas y mímica). ¿Qué? ¡Es que no le oigo muy bien! ¿Sabe? Soy un poco sorda, usted me ha de perdonar que lo haga hablar tanto, seguramente le molestará un poco, pero comprenda! (Mímica). ¿Qué? Ay, Dios Santo, ¿pues qué dirá este hombre? ¡Si tan solo pudiera oír! (Mímica) ¿Qué? ¿Qué? ¡Supongo que a lo mejor me está haciendo una declaración amorosa! (Negando). ¡Oh, sí! ¡Sí! ¡Acepto! ¡Sí quiero! (lo abraza). (Asustado, zafándose). ¡Hasta que al fin se decidió usted! Disculpe que no escuche claramente todas las palabras amorosas que me está diciendo, es que soy un poco sorda. (Huyendo). (Siguiéndolo) ¡Ay! ¿A dónde me lleva usted? Por favor ¡No! ¡Espere a que nos casemos! ¡Suélteme! ¡No! ¡Déjeme! (siguiéndolo) Vamos a ser muy felices, somos el uno para el otro. ¡Esto de llama amor ciego! (salen). Bueno, después de todo hacen buena pareja. ¡Muy cómica! ¡Quién lo creyera! Así que el mudo y la sorda... ¡Vaya! (Entran los diablos disfrazados de ángeles; entonan un coro, desafinados) ¿Qué es esto? ¡Hijos míos! ¡Pongan atención! Pongan atención, porque hemos venido a hacerles
PATRICIO. MACARIA. PATRICIO. DIABLO. PATRICIO. DIABLO. PATRICIO. DIABLO. FELIPA. DIABLO. MACARIA. DIABLO. PAPTRICIO. DIABLO. TODOS. DIABLO. PATRICIO. DIABLO.
PATRICIO. DIABLO. FELIPA. MACARIA. DIABLO. FELIPA. DIABLO. PATRICIO. DIABLO. FLAMA. DIABLO. TODOS. TIZNE DIABLO. ODIADO.
una anunciación. ¡Son los ángeles! ¡Y yo en estas fachas! ¿Qué deseáis, ángeles del señor? ¡Hínquense! ¡hínquense!, que tenemos una importante noticia para ustedes. (se hincan los pastores) ¡Dónde están los demás? Se fueron de viaje, ¡Sólo quedamos nosotros! ¡Muy bien! Hijos míos. ¡Tengo para ustedes una triste noticia! ¿De qué se trata? Se trata de la anunciación del Nacimiento del Niño Jesús. ¿Ya nació? ¡No! ¿Entonces? ¡Bueno, ya cállense! ¿Me van a dejar terminar? ¿Sí o no? Continúa. Pues verán, ¡venimos a decirles que este año no habrá nacimiento! ¿Cómo? Este año no va a nacer el Niño Dios. ¿Por qué? Si todos los años... ¡Por el Control de la Natalidad! Hemos decidido que en vista de la explosión demográfica que estamos sufriendo y tomando en cuenta una futura sobrepoblación mundial, de hoy en adelante los nacimientos serán terciados, un año sí, un año no, un año sí... ¡No entiendo! Pues es muy sencillo, simplemente este año no tendrán que ir a adorar a nadie, así que se pueden ir a otro lado, libres de compromiso. ¿Quiere decir que podemos irnos a la ciudad a ver los adornos luminosos? ¿Y a hacer compras? ¡En efecto! Pero váyanse ya. ¿Ya? ¡Ya! ¿Qué esperan? ¡Váyanse! Pero... ¡Ya! ¡Ya! ¡Váyanse! (salen los pastores). Ja, ja, ¡Logramos engañarlos, muy bien! ¡Muy bien! Ahora hay que prepararnos para recibir a los ángeles. ¿Los vamos a recibir? Sólo que ahora nos disfrazaremos de pastores y cuando los ángeles vengan a hacer la anunciación, les seguiremos la corriente, y a la hora de ir a adornar al Niño Dios, no irá nadie. ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Hay que reconocer que tu idea es fabulosa! ¡Ya lo sé! Mueran los blancos ángeles, que guiados por Celestial mandato obstinados pretenden de nosotros convertirnos en objeto de sus burlas.
TODOS. DIABLO. ARCÁNGEL. TODOS. ARCÁNGEL. ESTRELLA. ARCÁNGEL. LUCERO. ARCÁNGEL. LUCERO. ARCÁNGEL. CELESTE. AZUL. CELESTE. ARCÁNGEL. BLANCO. ARCÁNGEL. DIABLO. ARCÁNGEL. DIABLO. ARCÁNGEL. DIABLO. ARCÁNGEL. DIABLO. ARCÁNGEL.
DIABLOS. ARCÁNGEL. DIABLO. ARCÁNGEL. PATRICIO. ARCÁNGEL.
¡Braco! ¡Bravo! Bien, ¿qué esperamos? ¡Quitémonos estos ridículos disfraces (se quitan los disfraces de ángeles) y ahora vamos a vestirnos de pastores! (salen) (Escena vacía) (Silencio) (Entran los ángeles entonando un coro). “Hermanos pastores, ponednos atención porque hemos venido a comunicarles la buena nueva” (Se percata de que no hay nadie. Los demás continúan cantando.) ¿No hay nadie? ¡Callen, callen! ¡No hay nadie! ¿Qué? ¡Que no hay nadie! ¿no, entienden? Si gusta puedo enviar una circular a todos los pastores citándolos aquí para... No, no, olvida la circular ¿Qué pasaría? (Muerto de la risa.) ¿De qué te ríes, Lucero? Es que... es que me estaba acordando de aquella ocasión en que Pepito le preguntó a su mamá que por qué lo niños... ¡Ya cállate! No me explico, deberían estar aquí, hoy esta Noche Buena, Santa llega con sus lindos juguetes. Si no están aquí no les dejará nada y... ¡Quedamos en que no existe ningún Santa Claus! Bueno, lo digo sólo para continuar con la tradición. ¡Ya cállense! ¡Vaya! Pues sí es extraño ¿Habrá sucedido lo que el año pasado, que no hubo pastores porque se fueron a un mitin? Si gusta puedo enviar un pelotón de ángeles para que los traiga. ¡No, creo que no sería lo correcto! (entran los diablos disfrazados de pastores). (Aparte a los diablos) ¡Ya están allí! Recuerda. ¡Somos pastores! (Al arcángel) ¡Querido arcángel! ¿Cómo ha estado? ¡Vaya! Ya llegaron, me tenían con cuidado. ¿Dónde estaban? ¡Salimos a pasear! ¡Qué milagro que se dejan ver! ¿En qué podemos servirles? Pues venimos hacerles la anunciación del Nacimiento del Niño Jesús. ¿Ya nació? Ya... ¡Pero démosle más formalidad al asunto como todos los años! ¿Para continuar con la tradición? ¡Claro! ¡Bueno! Nosotros volvemos a salir y volvemos a entrar; ustedes están aquí haciendo sus labores diarias. Entramos, no se dan cuenta de nuestra presencia hasta que ya estemos nosotros listos, se sorprenden, se quedan estáticos, reaccionan, se hincan embelesados y fascinados por el hecho de estar frente a nosotros. Muy bien, empecemos (salen) (los diablos se acuestan) (entran los ángeles). Queridos hermanos... ¿Qué hacen? ¡Lo que acostumbramos hacer, dormir! ¡Oh, no! ¡Hínquense y fascínense ante nosotros! (se hincan) ¿Ya están extasiados? (Fingiendo) Ya, ¡pueden empezar! Hemos venido a comunicarles la buena noticia, en Belén ha nacido el que habrá de abrirles las puertas del cielo... (entran los pastores). Eh, ¿qué pasa aquí? ¿Qué significa esto? ¿Quiénes son ustedes?
PATRICIO. ARCÁNGEL. PATRICIO Y ARCÁNGEL. DIABLO. ARCÁNGEL. TODOS. PATRICIO. ARCÁNGEL. PATRICIO. ARCÁNGEL. PATRICIO. ARCÁNGEL. PATRICIO. ARCÁNGEL. TODOS. ROSA.
¡Los pastores! ¿Y ustedes? ¡Los ángeles! (A los diablos) ¿Y ustedes? Eh... pues... somos, ¡duendecillos del bosque!... ¿Gitanos? ¿Marcianos? ¿Bomberos? ¿No? ¿Qué estará bien que seamos? ¿No serán...? ¡Los diablos! (Quitándole el sombrero) ¡Cuernos! ¡Sí son! ¡A ellos! (todos peleando contra los diablos; sales los Diablos corriendo) ¡Vaya con que estaban tomando nuestro lugar! ¿Y ustedes dónde se habían metido? Nos habíamos ido porque los diablos, disfrazados de ángeles, nos hicieron creer que este año no habría Nacimiento. ¡Qué tontería! Nos devolvimos porque no estaba del todo seguro y quería preguntar... ¡Bueno! Ya está todo aclarado, ahora la anunciación, ¿ya saben lo que tienen que hacer? ¡Sí! Ustedes entran, no nos percatamos de su presencia y hasta que ya están listos ¡nos sorprendemos; reaccionamos; nos hincamos fascinados y extasiados por el hecho de estar ante ustedes! ¡Correcto! Salimos. (salen los ángeles) (vuelven a entrar) “Hermanos míos (se hincan los pastores, extasiados), hemos venido a anunciarles el Nacimiento del Niño Jesús que ha nacido en un portal de Belén de Nazaret”. ¡Vamos todos a adorarlo! ¡Vamos! (salen, excepto Rosa y Matías). Por favor, hable más claro que lo le escucho ¡Déjeme! ¡Déjeme! Me está usted raptando. ¡Auxilio! ¡Auxilio!... (Corriendo tras de Matías) (Salen).