COMO SOY REFLEXIONES GENERALES: Somos únicos y diferentes a los demás. Es importante conocer quiénes somos, cuales son nuestras cualidades y nuestras posibilidades para ser mejores personas. Esto se logra cuando identificamos lo que nos gusta y nos disgusta de nosotros mismos. Al conocer más a profundidad quienes somos, afirmamos y valoramos nuestra identidad y podemos valorar a los otros. Al mirarnos con el otro, contrastamos nuestras características físicas, lo externo de nuestro cuerpo, pero también realizamos un viaje al interior de nuestros sentimientos, deseos y necesidades, encontramos que más allá de las diferencias -muchas de ellas impuestas socialmente-, compartimos anhelos que nos permiten avanzar juntos. Nuestro cuerpo nos permite realizar nuestros Proyectos de Vida, por eso necesitamos cuidarlo y amarlo. Conocer la maravilla que es nuestro cuerpo, la sintonía perfecta que implica su funcionamiento y los equilibrios que requiere para crecer y desarrollarse, permite comprender las señales que nos envía, apreciar la importancia de mantenerlo sano y desarrollar una actitud favorable hacia el cuidado de la salud propia y la de los demás. Las funciones en armonía de nuestro cuerpo nos permiten sentir, disfrutar y apreciar lo que nos rodea. Nuestro sistema nervioso, a través de los sentidos nos da la posibilidad de escuchar, sentir, ver, saborear y oler. Niñas y niños requieren ir tomando, paulatinamente, conciencia de las múltiples funciones de su cuerpo que les van a permitir aprender, jugar, crecer y desarrollarse.
DEPARTAMENTO. DE PROMOCION CULTURAL Y ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO
Esto significa saber qué comer para tener energía; cómo hacer más fuerte al corazón; cómo usar huesos y músculos; lograr que nuestras células reciban el oxígeno y los nutrientes que necesitan para crecer y multiplicarse; evitar que substancias tóxicas deterioren nuestros sistemas y aparatos; reforzar al sistema inmunológico responsable de cuidarnos de bacterias y virus, así como saber cuidar nuestra piel que es nuestra protección y contacto con el mundo es decir, cómo garantizar nuestro equilibrio. Durante la infancia, la adolescencia, la vida adulta y la vejez necesitamos vivir teniendo plena conciencia de que nuestro cuerpo es un todo donde se relacionan sus aparatos, órganos, células y sistemas, pero también que necesita recibir y expresar las emociones que distinguen y hacen únicas a las personas. Garantizar estas condiciones es nuestra responsabilidad. Es fundamental reconocer que nuestro desarrollo está, por una parte determinado por la organización social y económica, las costumbres, las creencias y los valores, es decir, la herencia cultural, que nos hace también diferentes, pero a la vez, nos otorga elementos de identidad al grupo, a la cultura y al país. Esta identidad se consolida cuando conocemos y comparamos otros grupos humanos y nos damos cuenta de nuestras semejanzas y nuestras diferencias. Además de las diferencias culturales, también tenemos las físicas, determinadas por herencia biológica, disfunción de nuestro cuerpo, accidentes, o enfermedades, es decir, las no voluntarias, que sin embargo, no modifican la esencia de nuestra condición
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