De la Sinagoga a la Iglesia: La trancisión del culto sinagógico al culto cristiano

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De la sinagoga a la iglesia: la transición del culto sinagógico al culto cristiano Monografía presentada para los requisitos de la materia de Principios de Culto. Abril de 2011 Autor: David Hernández Vanegas (Her van Dav) Diseño de portada e interiores: Her van Dav Primera publicaciópn electrónica Marzo 2012


Universidad de Navojoa Escuela de Teología

DE LA SINAGOGA A LA IGLESIA, LA TRANSICIÓN DEL CULTO SINAGOGAL AL CULTO CRISTIANO EN EL PRIMER SIGLO

Trabajo presentado en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia de Principios de Culto

por David Hernández Vanegas Abril 2011


TABLA DE CONTENIDO

Capítulo I. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………….1 Tema.…………………………………………………………………………….......1 Problema y delimitantes.……………………………………….……………………1 Objetivo y metodología..…………………………………………………………….2 Justificación……………………………………………………………………….....3 II. ORIGEN E HISTORIA DE LA SINAGOGA ..……………………………………4 Generalidades ……………………………………………………………………….4 Origen …………………………………………………………………………..…...4 La sinagoga en los tiempos de Jesús ……………………………………………..…7 III. LA SINAGOGA, SUS CARACTERÍSTICAS Y SERVICIOS …………...……….9 Características …………………………………………………………………...….9 Servicio de adoración ……………………………………………………………...11 IV. LA TRANSICIÓN DEL CULTO SINAGOGAL AL CULTO CRISTIANO ….…14 V. EL CULTO CRISTIANO Y EL CULTO SINAGÓGICO: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ……………………………………..…………18 Elementos sinagógicos en el culto cristiano ………………………………...……..18 El orden del culto cristiano ………………………………………...………………21 VI. EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR COMO ELEMENTOS PROPIOS DEL CULTO CRISTIANO …………………..25 El bautismo ……………………………………………………...…………………25 La Cena del Señor …………………………………………………………………25 VII. CONCLUCIÓN ………………………………………………………………...….27 Breve resumen ……………………………………………………………………..27 Implicaciones en la iglesia de hoy …………………………………………………28 VIII. BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………..…29


CAPÍTULO I

INTRODUCCIÓN

Tema Los primeros cristianos formaron parte del pueblo judío. Su historia estaba entrelazada en este contexto. Las primeras misiones estaban orientadas hacia sus compatriotas; en efecto Lucas registra en Hechos 1:8, “Más recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, y en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.”1 De modo que, al emprender un estudio sobre las formas de adoración de los cristianos del primer siglo, ha de tomarse en cuenta el contexto histórico que envolvió al culto cristiano, a saber, la sinagoga y sus elementos.

Problema y delimitantes Pero ¿Realmente influyó, la adoración sinagógica, en la adoración cristiana? Si fue así ¿Cuánto influyo?, ¿Qué elementos propios la sinagoga se mantuvieron en el culto cristiano? ¿Y hasta qué punto, la iglesia se mantuvo autónoma de la sinagoga? es decir ¿Cuáles son los elementos nuevos en el culto cristiano? Y por supuesto, ninguna discusión sobre la historia, en cualquier campo de estudio, tiene importancia para nuestros días, a menos que demuestre tener valor alguno. Por ello al abordar esta temática conviene preguntarse: ¿Qué importancia tiene para nuestros días?,

1

Los textos bíblicos son citados de la versión Reina Valera, revisión de 1909, de las Sagradas Escrituras. Siempre y cuando, no se indique otra versión. Cursiva añadida.

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2 ¿Cuánto implica, en la adoración de la iglesia del siglo XXI? Sin embargo, debe reconocerse la falta de información de primera mano de este período de la historia de la iglesia. Especialmente, en materia de vida religiosa. Por tanto, no hay pretensión de que el presente trabajo de investigación, sea exhaustivo y libre de errores. Así, habrá algunos puntos que no serán tratados, por cuestiones de espacio y tiempo, y por supuesto, de alejarse del propósito de esta monografía. Algunos de ellos incurren en la historia del cambio del sábado, como día de adoración, por el domingo, y sus naturales consecuencias. La música en el culto cristiano, se analizará, mas no de manera profunda. Entre otras temáticas.

Objetivo y metodología El presente trabajo monográfico, versará únicamente en los aspectos básicos de la adoración sinagogal y eclesial, y solo, en los primeros cien años de la vida de la iglesia. Aunque ocasionalmente, se tomen pinceladas que salgan de este marco, por considerarse necesarias para el período histórico en cuestión. Con el fin de cumplir con el objetivo de esta monografía, se abordará la temática con la siguiente metodología: Se analizará el origen y desarrollo histórico de la sinagoga, con el propósito de tener un marco que permita entender los siguientes estudios (capítulo 2); posteriormente se estudiará las características principales de la sinagoga, su estructura física, su servicios y oficiales, sus elementos de adoración (capítulo 3); ha de detenerse en la transición de la sinagoga a la iglesia, es decir, los factores que la originaron, y además los principales elementos que continuaron siendo parte del culto cristiano (capítulo 4 y 5); luego entonces, los elementos propios del culto cristiano serán estudiados en el capítulo 6,


3 para concluir con una aplicación en la adoración de la iglesia cristiana, y específicamente la iglesia Adventista del Séptimo Día del siglo XXI, en el capítulo titulado “Conclusión”.

Justificación ¿Por qué estudiar, lo forma de adoración de los judíos del tiempo del Nuevo Testamento?, ¿por qué preocuparse por entender, su concepto de adoración así como sus elementos? Porque la sinagoga influyo en el culto cristiano primitivo. Si bien el culto cristiano no dependió totalmente de la sinagoga, existen elementos que le fueron prestados, y que al estudiarlos y analizarlos, arrojan luz sobre los principios que deberían regir la adoración de la iglesia en este siglo. Por tanto, emprender un estudio tal, no es discurrir en un terreno árido, si sentido ni propósito, antes bien, un estudio justificado por la necesidad de renovar nuestra liturgia, no en base a nuestros razonamientos, sino a la luz de la historia bíblica.


CAPÍTULO II

ORIGEN E HISTORIA DE LA SINAGOGA

Generalidades El término “sinagoga” (

), deriva del griego sun + ágo, “traer/reunirse”, y

hace referencia a la asamblea de adoración que se tenía en el pueblo judío, que no era precisamente en el templo. Así mismo, refiere al lugar donde se llevaba acabo. Las veces en las que sinagoga aparece en el texto del Nuevo Testamento, en su mayoría, hace alusión al lugar, como casa de oración. 2

Origen Ciertamente los orígenes de la sinagoga son bastante oscuros, hace falta evidencia. Y lo que señala la tradición no es del todo fiable. Veamos algunas de las teorías que se han formulado.

Antes del exilio La sinagoga no es mencionada en el Pentateuco. Pero algunos rabinos asumen que la surgió durante la reforma deuteronómica iniciada por el rey Josías (621 a. C.), para responder a la necesidad que el pueblo tenía de instrucción, de atravesar la tierra para adorar y el acceso a los libros.

2

William Sanford Lasor y Tamara C. Eskenzi, “Synagogue”, The International Standard Bible Encyclopedia, vol 4. Ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, Mi.: William B. Eedermans Publishing Company, 1988), 676. Se abrevia ISBE 4: 676.

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5 En esta suposición se asume que las referencias del Salmo 74:8 y Jeremías 39:8, son alusiones cripticas, es decir, implican el desarrollo de la sinagoga desde aquellos siglos. Se acompañan por ideas en el Salmo 107: 32; 111:1 y 149:1, Hechos 15:21 y Ezequiel 11:16, sin embargo, las frases, “la congregación del pueblo” o “la congregación de los piadosos”, no necesariamente implica la construcción de la sinagoga. 3 La literatura rabínica apoya en gran medida este planteamiento. Josefo sigue la tradición y señala que Moisés, por la necesidad de enseñar la ley a los israelitas, ordenó que todo hombre abandonara sus ocupaciones cada semana, y se reuniera para escuchar la ley y ser enseñado en ella. Pero como Lasor acertadamente argumenta, el mero hecho de reunirse a escuchar, no prueba la existencia de la sinagoga en aquella época. Incluso Filón, el filósofo judío de Alejandría, también apoya esta teoría en sus escritos.4

Durante el exilio La sugerencia más extendida sobre la sinagoga, supone que esta surgió durante el exilio en Babilonia. Los judíos al verse privados del templo, y por resguardar sus tradiciones e identidad, buscan la oportunidad de reunirse en las tierras de su cautiverio. Hecho que consumaron en la sinagoga. Esta teoría, dice que al principio, no se ejecutó como algo netamente religioso, si no más bien como un vehículo de identidad en la cautividad. Pero que gradualmente tomo tintes más religiosos. Lo cierto es que los judíos, bien pudieron buscar oportunidades para adorar al Señor en el día sábado, mientras estaban en la cautividad, y que al principio lo hicieron en sus casas, donde sin duda tenían la lectura de la Torá. 3

4

Ibíd. 677 Ibíd.


6 Aunque Elena G. White no dice claramente que la sinagoga surgió en el cautiverio, si señala que durante éste “habían gozado de libertad para atender a las necesidades espirituales de sus hermanos en el destierro. Se habían construido sinagogas, en las cuales los sacerdotes dirigían el culto tributado a Dios e instruían a la gente”. 5 La tradición atribuye a Ezequiel, un cautivo de Tel-Abib cerca del río Quebar, la fundación de la sinagoga. En los escritos del profeta Ezequiel, se sugiere, se encuentra evidencia de que la sinagoga se originó en el cautiverio (Ezq. 11:16; 8:1; 20:1-3; 14:1-5; 1:3; 1:1), puesto que en cada referencia, el profeta habla de estar reunido con los ancianos antes de la visión. La falta de templo, es otro argumento que se esgrime, especialmente por lo que 1 Reyes 8:46-50, narra sobre las oraciones de los judíos vueltos a Jerusalén. 6 Se supone que tras su regreso a Palestina, los judíos, impulsados por Esdras, dieron un gran despertar a la sinagoga. Esdras 7:25, donde Artajerjes II ordena que se instruya en la ley, se ha tomado como una base importante.7 Aunado a esto, los judíos de la Diáspora, construyeron innumerables sinagogas a lo largo del territorio donde se encontraban. Es posible que la sinagoga de la Diáspora, sea más antigua que la de Palestina misma. De hecho en el período intertestamentario, la sinagoga se convirtió en toda una institución de instrucción y lugar de adoración, doquiera había un judío.

5

Elena G. de White, La historia de los profetas y reyes (Nampa, Idaho: Publicaciones Interamericanas, 1957), 450. 6

Ha de recordarse que el libro de Los Reyes, originalmente era una unidad y se escribió por lo menos después del exilio 7

Horst Balz, Gerhad Schneider, eds., Diccionario exegético del Nuevo Testamento, vol. 2 (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2002), véase “ ”.


7

Después del exilio Recientemente, se ha propuesto la posibilidad de que la sinagoga haya surgido junto a la secta farisaica, y con los judíos de la Diáspora, que no regresaron a Jerusalén. Pero que se desarrolló paralelamente a la adoración en el templo.

La sinagoga en tiempos de Jesús En esta investigación se toma como más probable, el origen exílico de la sinagoga, tanto por la falta de templo, instrucción, como por los testimonios de la pluma inspirada. Además como ya se mencionó, la sinagoga floreció con mayor esplendor después del exilio. Lo que es innegable, la sinagoga tuvo su origen como una institución que proveyó el espacio, tanto para la adoración, como para la instrucción. Que suplió en su momento la falta del templo, pero que posteriormente, acercó la vida religiosa al pueblo. Por estas características, la sinagoga se había constituido en una institución en tiempos de Cristo. Se han encontrado más de 400 vestigios de ella, tan solo dentro de Jerusalén. Algunos reducen al número a 50 sinagogas en Palestina. 8 Y es posible que para el año 70 d. C. debieron haber quedado destruidas en Jerusalén entre 480 a 394 sinagogas. 9 No eran difíciles de encontrar, se las construía de manera estratégica, eran los edificios más altos de la comunidad, bien por que estaban sobre una colina, bien por una

8

Eduardo Nelson G., Que mi pueblo adore, bases para la adoración cristiana (El Paso, Tx.: Casa Bautista de Publicaciones, 1988), 80. Geoffrey W. Bromiley, “Worship”. The Zondervan Pictoral Encyclopedia of the Bible. Vol. 5. Ed. Merrill Chapin Tenney (Grands Rapids, Mi: Zondervan, 1982), 978. 9

Horst Balz, 1560.


8 base alta o una cúpula. El centro de la aldea siempre se veía adornada por ellas. Su construcción era similar en cada lugar, de modo que el judío se sentía en casa. 10 Para que una sinagoga fuera construida, bastaba un número de 10 varones en la aldea, quienes se constituían en sus dirigentes, esto puede explicar la rápida diseminación de estas casas de oración.

10

Ralph Gower, Nuevo manual de usos y costumbres de los tiempos bíblicos, sexta edición (Grand Rapids, Mi.: Editorial Portavoz, 2004), 346.


CAPÍTULO III LA SINAGOGA, SUS CARACTERÍSTICAS Y SERVICIOS

Como se mencionó en el capítulo anterior, la sinagoga nació como respuesta a la necesidad que el pueblo judío tenía de instrucción en la ley, su identidad y cultura, así como de preservar la religión y ofrecer un lugar de adoración a falta del templo. Por tanto, desde el mismo comienzo, se diferenció del templo, porque en la primera no se realizaban sacrificios, estaba dirigida por los laicos y había una gran participación de la congregación. Se habían convertido en casas de oración, instrucción, oficina de objetos perdidos, tribunales durante la semana, escuelas, y centro de administración y gobierno de la localidad. De modo que sus dirigentes, eran los principales tanto de la sinagoga como de la localidad. 11 Lucas 2:45-52 narra un episodio donde Jesús asiste al templo y se encontraban enseñando los maestros de la ley.

Características Se había mencionado antes, que las sinagogas estaban construidas de manera similar, eran los edificios más sobresalientes de una localidad. Ahora bien, su construcción era rectangular y su entrada principal por lo general daba al sur. De acuerdo con el Talmud debería de tener ventanas y si era posible era localizada cerca de la rivera de un río o del mar. En algunas congregaciones más pudientes, se les adornaba con motivos hebreos,

11

Este dato resalta lo difícil que debió haber sido para Jairo acercarse a Jesús, y lo impactante de su visita. Sin embargo su necesidad era mayor que su orgullo, de buscar al humilde Maestro de Galilea, que ni siquiera había asistido a la sinagoga para aprender (Luc. 8:40 – 42).

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10 racimos de uva, guirnaldas, la menoráh (el candelabro de siete brazos), etc. Contaba con un salón principal, donde se encontraba el bema o púlpito para la lectura, cerca de él, un asiento para quien exhortaría a la congregación, llamado “la cátedra de Moisés” (Mt. 23:2; en algunas, estos elementos se encontraban sobre una especie de plataforma), detrás estaba un cofre o arca que contenía los rollos de la ley y de los profetas. Los llamados a leer ascendían por las escaleras más cercanas y descendían por otras. Solo los hombres entraban por la puerta principal del edificio, las mujeres lo hacían por una puerta separada y se sentaban en una galería que estaba en la parte de atrás. “El testimonio arqueológico más antiguo de una

en Palestina es la

inscripción de Teodoto en Jerusalén (anterior al año 70 d. C.), que conmemora la fundación de una sinagoga „para la lectura pública de la ley y para la instrucción en los mandamientos‟” informa Horst, la sinagoga más antigua excavada hasta ahora se encuentra en Delos, data del siglo I a. C., agrega.13 Estos y otros hallazgos arqueológicos nos ayudan a entender y tener una idea de las sinagogas de antaño. La bien conocida, sinagoga de Capernaum, que data del siglo II o III, es un claro ejemplo. 14 Estos hallazgos han permitido identificar tres tipos de edificios de sinagoga, la galilea o basílica, orientada hacia un muro pequeño; una casa amplia orientada hacia un muro largo; ábside, típico en la mayoría de las sinagogas tardías. Sin embargo algunos modelos se desarrollaron de manera simultánea.

13

14

Horst, 1559.

Charles F. Pfeiffer, ed., Diccionario Bíblico Arqueológico, 1 edición en español (El Paso, Tx.: Editorial Mundo Hispano, 1982), ver “Capernaum”, para ver una descripción de esta emblemática sinagoga.


11 Oficiales Cada sinagoga estaba dirigida por un cuerpo de ancianos (Luc. 7:3-5) o gobernantes, de la sinagoga y comunidad, como ya se había mencionado. El presidente o rosh hakeneset, era el oficial de mayor rango de la congregación, podría considerársele como presidente municipal. En la congregación, era el encargado de designar quien haría la lectura en esa ocasión, quien exhortaría y la persona que ofrecería la oración. En el Nuevo Testamento se mencionan tres por sus nombres, Jairo (Mar. 5:22; Luc. 8:41); Crispo (Hch. 18:8); y Sostenes (18:17). El ministro o hazzan, estaba encargado de los muebles de la sinagoga, sacaba y regresaba los rollos del arca, a veces otorgaba los castigos corporales a los acusados. En algunas ocasiones dirigía el culto cuando el anciano no estaba, era el cantor y el lector de las Escrituras, en algunas ceremonias tocaba la trompeta o cuerno, en otras se le permitía ofrecer la oración. Algunas sinagogas contaban con intérpretes, ancianos, y otros dirigentes.

El servicio de adoración La mayoría de los estudiosos están de acuerdo que el servicio típico de adoración en la sinagoga, constaba de por lo menos 5 partes15: 1. Shema. La recitación de la shema constaba de los textos de Dt. 6:4-9, 11:13-21; y Núm. 15:37-41. Antes y después, un miembro de la congragación estaba de pie junto al arca de la ley para ofrecer, en nombre de todos, una oración de siete partes la cual era confirmada por los asistentes con un “amén”. Entre la sexta y séptima

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Siegfried H. Horn, ed., Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día, 1ª edición en español (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2002), véase “sinagoga”. Ver también “synagogue” en The International Standard Bible Encyclopedia, y en The Zondervan Pictoral Encyclopedia of the Bible.


12 parte de la oración, los sacerdotes, si había alguno, ascendían a la plataforma, levantaba las manos y pronunciaban al unísono la bendición aarónica (Lv. 9:22; Nm. 6:23-27). Algunos estudiosos mencionan que en el servicio normal se cantaban los salmos antes de la recitación.16 2. Parashah. Era la parte más primordial del servicio de la sinagoga, constaba con la lectura de una porción determinada de la Torá para el sábado. La reverencia que se daba a la ley, solicitaba que los cinco rollos fueran desenrollados tras de un velo hasta la porción que habría de leerse, de modo que la congregación no lo observaba. La persona solicitada para leer recibía el libro del hazzan, se consideraba un privilegio leer las escrituras, si se equivocaba, era remplazado rápidamente. Durante la lectura otro miembro traducía versículo por versículo al arameo. 3. La haftaráh. O lectura de los profetas. Era considerado de poco valor comparándolo con los rollos de la Torá, por tanto, se podía desenrollar delante de la congregación, constaba solo de un rollo y no dos como la ley. No hay indicios de que hubiese porciones determinadas para cada reunión, como en la Torá, que se repetía cada tres años. Quien leía esta porción se le llamaba “despedidor” porque era la “última” parte principal del servicio, junto a las demás. 4. Derasháh. “investigación” o “estudio”. Consistía en un sermón o exhortación dada por quien leía o algún otro miembro de la congregación, éste era el único que se sentaba en al “cátedra de Moisés”. Generalmente sus observaciones se basaban en el pasaje leído de los profetas, pero también podía hablar de la ley. No era un estudio exegético, por lo tanto se prestaba a interpretaciones personales. Este es el momento que se registra en Lucas 4: 16 en adelante, donde Jesús se paró a leer, y Pablo fue 16

Ralph Gower, 346


13 invitado numerosas veces a dar el sermón (Hch. 13:14- 16; 14:1; 17:1, 2, 10, 11; 18:4; 19:8), lo que sugiere que los visitantes eran invitados para hacer uso de la palabra en este momento. Por su puesto esto daba la oportunidad a la entrada de herejías. 17 5. La bendición. Era pronunciada por un sacerdote, si estaba presente, si no alguien de la congragación elevaba una oración final. 18 Como anteriormente se había notado, Pablo y Jesús aprovecharon la sinagoga para expresar el evangelio del reino. Para el tiempo del apóstol, se encontraban sinagogas en lugares tan distantes como Alejandría, Antioquía de Siria, Roma, Corinto, Éfeso, Tesalónica, Salamina, Chipre, Antioquía de Pisidia, Iconio, Berea de Grecia, y en casi cada lugar donde los judíos estaban diseminados. Esta expansión de la sinagoga sobre el Asia, permitió a los judíos de la diáspora celebrar las diferentes fiestas, cuando no podían asistir al templo.

17

Ralph Gower, 346, añade que se apartaba tiempo para preguntas y respuestas, un tiempo de discusión, y posiblemente este fue el momento que aprovecho Esteban para hacer preguntas que los llevará a hablar de Cristo (Hch. 6:9-10). 18

Hay posibilidades, como lo señala W. S. Lasor y T. C. Eskenzi, de que en el tiempo del Nuevo Testamento, antes de la bendición final, se entonarán salmos, aspecto que llegó a formar parte de la adoración cristiana. ISBE 4: 680.


CAPÍTULO IV

LA TRANCISIÓN DEL CULTO SINAGOGAL AL CULTO CRISTIANO

Cuando Jesús nació como niño indefenso, nadie siquiera supuso, que aquel niño envuelto en pañales y recostado sobre la paja de un pesebre, cambiaría la historia para siempre. La vida del Maestro, fue un verdadero parteaguas en la historia de la humanidad. La predica del Rabí de Galilea, se dibuja como un hilo nítido a lo largo de tres años y medio de ministerio en Jerusalén y sus alrededores. Constantemente se le puede encontrar enseñando, curiosamente, en las sinagogas y en el templo. Sin embargo, Pease afirma “la sinagoga no era el patrón (liturgia) que Jesús quería para su iglesia… no estaba complacido con el culto que vio allí”.18 De modo que para Pease, Jesús deseaba establecer algo totalmente diferente. Su muerte en la cruz señaló una era diferente, una relación más personal con el Señor se establecía, de manera que al rasgarse el velo en el templo se marcó de manera gráfica. Tras su muerte, sus discípulos que le acompañaban, seguían reuniéndose en el Templo y en la sinagoga. Justo González, el reconocido profesor de historia eclesiástica, con justa razón señala “los primeros cristianos no creían pertenecer a una nueva religión…su fe no consistía en negar el judaísmo, más bien en la convicción de que la edad mesiánica había llegado”.19

18

19

Norval Pease, Y adoradle (Miami, Fl.: Asociación Interamericana de Publicaciones, 2002), 23. Justo L. González, Historia del cristianismo, tomo 1 (Miami, Fl.: Editorial Unilit, 1994), 37.

14


De manera que, concordando con los estudiosos, parece correcto concluir que, por lo menos en los primeros cien años del cristianismo, conjugaron su participación en el templo y la sinagoga con las reuniones en los hogares y el ágape, que llegaron a ser propios de la iglesia primitiva. Este hecho se ve claramente reflejado en el registro bíblico de los hechos de los apóstoles, donde con frecuencia el apóstol Pablo busca las sinagogas para predicar allí. Andrew E. Hill destaca tres puntos primarios que unieron al cristianismo primitivo con su carácter judío: a) la etnia, tanto los discípulos como el Maestro eran judíos; b) las Escrituras, el Nuevo Testamento aun no se había escrito, así que la Biblia de los cristianos era el Antiguo Testamento sólo; y c) obviamente la sinagoga, que ya hemos analizado. 20 Así que naturalmente los cristianos del primer siglo siguieron siendo judíos, solo que ahora se añadía el elemento de creer que el Mesías había venido, Jesús era el Cristo, esta creencia los diferenciaba de los demás judíos en la sinagoga. De manera que los cristianos siguieron conservando el culto sinagogal con algunos elementos nuevos y propios, que se estudiarán posteriormente. Mientras que los cristianos palestinos se reunían en el templo y en la sinagoga, los que vivían en la lejanía, judíos de la Diáspora, se reunían en la sinagoga únicamente. Desde el principio el cristianismo nació como una religión no muy apreciada, tanto por judíos como por los romanos. Los judíos de la Diáspora fueron los más acérrimos perseguidores de la iglesia. Y cuando los judíos buscaban liberarse del yugo romano, los cristianos fueron perseguidos junto con ellos, este hecho orilló a la iglesia cristiana a desarrollar y aceptar prácticas diferentes a las esperadas por su Maestro.

20

Andrew E. Hill, “Adoración”, Diccionario teológico de la Biblia (Nashville, Tn.: Editorial Caribe Betania, 2005), 22.


En el año 54 Roma ardió en llamas, aún hasta nuestros días no se sabe con certeza el origen del incendio, sin embargo el historiador romano Tácito nos informa sobre la acusación que los cristianos recibieron al respecto: “así para librarse de este rumor, Nerón culpó de este crimen y castigó con las más refinada crueldad, a una clase odiada por sus abominaciones, a quienes comúnmente se les conocía como cristianos”. 21 Los romanos creían que los cristianos practicaban el canibalismo, en la Santa Cena, o que hacían sacrificios humanos, y el descanso sabático los catalogaba como flojos, que se entregaban en ese día a viles orgías y otras conductas depravadas. 22 Un ejemplo claro de los conceptos equivocados de los romanos respecto a los cristianos, puede verse en el famoso grafiti encontrado en un muro en el Monte Palatino, en Roma. En este grabado puede observarse a un hombre que estaría crucificado con cabeza de asno, otro individuo abajo en actitud de adoración, la inscripción griega que le acompaña reza “Alexámenos adora a su dios”. Algunos creían que los cristianos adoraban a un dios con cabeza de asno. Estos hechos, el ser perseguidos por los judíos, y la idea muy creciente con el tiempo, que los judíos habían crucificado al Señor, causo una actitud de reproche y casi antisemita, de parte de los cristianos. Aunado a la intención de los cristianos de no ser confundidos con los judíos, más la persecución de los judíos a los cristianos por considerarlos una secta herética y aborrecible, preparó el camino para el divorcio definitivo entre el cristianismo y el judaísmo. Para Charles Guignebert, quien fue profesor en estudios y exegesis del Nuevo Testamento en la Sorbona, el cristianismo se separó del judaísmo por su actitud antisemita,

21

Citado por Ken MacFrland, Los llamados…los escogidos: Dios siempre ha tenido un pueblo (sin lugar de edición. E. U. A.: Review and Herald Publishing Association [lugar de impresión] 2007), 77. 22

Ibíd., 78.


por parte del cristianismo. 23 Sin embrago, no se puede adjudicar un solo factor. En efecto, Boer, señala “alrededor del año 84 los líderes judíos de Palestina comunicaron a todas las sinagogas en todos los lugares que todos los judíos cristianos debían ser excluidos de sus asambleas”.24 Aunque no podemos establecer con seguridad el momento en que el cristianismo abandonó por completo la sinagoga, se puede afirmar que desde sus inicios el cristianismo no fue bien visto ni por sus propios coterráneos, ni por los extranjeros.

23

Charles Guignebert, El cristianismo antiguo, segunda edicción en español (México: Fondo de Cultura Económica, 1996), 115. 24

37.

Harry R. Boer, Historia de la Iglesia Primitiva (A.D. 1-787) (Miami, FL.: Editorial Unilit, 2001),


CAPÍTULO V

EL CULTO CRISTIANO Y EL CULTO SINAGÓGICO: SIMILITUDES Y DIFERENCIAS

La versión del Antiguo Testamento en griego, Septuaginta (LXX), traduce los términos hebreos eda y keneset, vocablos que designan la sinagoga, unas veces como y otras por

. Sin embargo, y a aunque los cristianos tenían, en muchas

ocasiones, sus propias sinagogas, prefirieron el término dado que en la práctica

, como autodesignación,

significaba primariamente el edificio en el que se

realizaban las asambleas, por su puesto, esta decisión fue acompañada junto a otras consideraciones teológicas, como “la iglesia de Cristo” que refiere a un grupo y no tanto al edificio.25Así, los cristianos comenzaron a diferenciarse de la sinagoga desde muy temprano.

Elementos sinagógicos en el culto cristiano No podemos conocer con gran exactitud el orden del culto en la iglesia cristiana primitiva, puesto que carecemos de muchas evidencias históricas. Algunas ideas como un día específico de adoración, el uso de cantos antifonales a Cristo, el partimiento del pan etc., nos vienen de escritores como Plinio el Joven (62-114) y sus cartas al emperador Trajano: Por otra parte, ellos afirmaban que toda su culpa y error consistía en reunirse en un día fijo antes del alba y cantar a coros alternativos un himno a Cristo como a un dios y en obligarse 25

Horst Balz, “

”, 1557.

18


19 bajo juramento no ya a perpetrar delito alguno, antes a no cometer hurtos, fechorías o adulterios, a no faltar a la palabra dada, ni a negarse, en caso de que se lo pidan, a hacer un préstamo. Terminados los susodichos ritos, tienen por costumbre el separarse y el volverse a reunir para tomar alimento, común e inocentemente. E incluso de esta práctica habían desistido a raíz de mi decreto por el que prohibí las asociaciones, conforme a tus órdenes. 27

En la Didajé, o enseñanza de los apóstoles se manda a los cristianos ayunar antes del bautismo, tanto el que ha de ser bautizado como el que bautizará, y se establece los días específicos de ayunos, “Vuestros ayunos, sin embargo, no sean con los hipócritas: los que ayunan el segundo y el quinto día después del sábado. Vosotros, en cambio, ayunad el cuarto día y el viernes.” Entre otras instrucciones con respecto a la Eucaristía. 28 Y en su Primera Apología, Justino Mártir, describe el culto cristiano de sus días. 29 Hayamos mas evidencias del culto cristiano en el Nuevo Testamento, especialmente, Hechos 2 y 20, y 1 Corintios 11 y 14. Con todo, los conocedores de la materia, han podido sugerir algunos conceptos, que no solo parecen razonables, sino que con cierta probabilidad, formaron parte del culto cristiano del primer siglo. Lo anterior permite asegurar que algunos elementos que estaban inmersos en el orden del culto cristiano, tenían sus raíces en la sinagoga. C. Marvin Pate señala los siguientes: …alabanza en la oración (Hch. 2:42, 47; 3:1; 1 Ts. 1:2; 5:17; 1 Ti. 2:1-2; etc.) y en el canto (1 Cor. 14:26; Fil 2:6-11; Col. 1:15-20; 1 Ti 3:16; Ap. 5:9-10; etc.); exposición de las

27

Plinio el Joven, Carta X, 96: 7, P. Samuel Fernández Eyzaguirre, ed., versión electrónica publicada por la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile en http://cursos.puc.cl/unimit_teo_0121/almacen/1235661582_sfernane_sec1_pos0.pdf . Recuperado el día 17 de Mayo de 2011. 28

29

Didaje, Capítlos VIII – X.

Justino Martir, Primera Apología, 67. En Philip Schaff, The Ante-Nicene Fathers Vol. 1: The Apostolic Fathers, Justin Martyr, Iranaeus, Alexandre Roberts y James Donaldson, eds. Versión electrónica recuperada el dia 17 de Mayo de 2011 de http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf01.html.


20 escrituras (Hch. 2:42; 6:4; Col. 4:16; 1 Ts. 2:13; 1 Ti 4:13; etc.); la colecta a favor de los necesitados (Hch 2: 44-45; 1 Cor. 16: 1-2; 2 Cor. 8-9; Stg. 2:15-17; etc.).30

Varela Álvarez añade a estos elementos, las confesiones y credos (1 Cor. 15:1-4; 1 Ti. 6:12), no que tuviesen las mismas confesiones de fe que los judíos, si no mas bien, que heredaron de estos, el uso de confesiones y credos en el servicio de adoración.31 Veamos algunas diferencias y similitudes en la siguiente tabla: Elementos de la adoración cristina del primer siglo Origen sinagogal Propios Sábado Bautismo (con un enfoque distinto) Días de ayuno y oración Cena del Señor Énfasis en la enseñanza de la Palabra Ágapes Oración Nuevas composiciones Lectura de la Palabra (1 Cor. 14:26; Hch. Casas-iglesias, o koinonía 20:7-12). Cantos y salmos (Efs. 5:19; Col. 3:16). Testimonios personales Ofrendas o colectas (1 Cor. 16:1; Ro. 15:26). Adoración Cristocéntrica Confesión de Fe y credos (en el uso de una confesión y no tanto en ser la misma [1 Cor. 15:1-4; 1 Ti. 6:12]).

Confesión propia: Para los judíos “Oye Isrrael Jehová es nuestro Dios, Jehová uno es”. Para los cristianos “Jesucristo es el Señor y Salvador”, repetidas veces se reitera en el NT. Carta de los apóstoles Hechos de la vida de Jesús

Aunque algunos elementos formaron parte de la herencia judía a la iglesia cristiana, realmente, muchas de esas formas obtuvieron nuevos matices en la adoración de la iglesia. La oración en su sentido más específico de petición, continuó de igual manera, solo que ahora se ofrecían en el nombre de Jesús, y el “amen” adquirió un nuevo significado y uso en Jesús.

30

C. Marvin Pate, “Iglesia, La”, Diccionario Teológico de la Biblia, ed. Walter A. Elwell (Nashville, Tn.: Caribe Betania, 2005), 399. 31

Juan J. Varela Álvarez, El culto cristiano, origen, evolución , actualidad (Barcelona, España: Editorial CLIE, 2002), 95


21

La música En relación con los cantos, Pablo refiere al uso de los salmos en la adoración, pero se añaden nuevos himnos y canciones espirituales, en Efesios 5:19. Algunos eruditos ven en los pasajes de Filipenses 2:6 y Timoteo 3:16, ejemplos de himnos que pudieron formar parte del culto cristiano. R. P. Martin en The International Standard Bible Encyclopedia, hace un estudio de los pasajes de Efesios 5:14; 1 Timoteo 3:16; Filipenses 2:6-11; Colosenses 1:15-20 y Hebreos 1:3, tratándolos como composiciones cristianas distintivas. 32 Algunos eruditos no dudan en decir que “los canticos de Navidad quizá tengan algunas alteraciones y posiblemente fueron compuestos de manera didáctica, para enseñar sobre el nacimiento de Jesús”.33 Los canticos aludidos son: Magnificat, el canto de María; Benedictus, cántico de Zacarías; Gloria in Excelsis, canto de los ángeles; y el Nunc Dimittis, el cántico de Simeón. Posiblemente fueron ampliamente usados en la adoración de la iglesia cristiana temprana. Las formas más usuales de cantos en la iglesia primitiva eran la salmodia, entonación o recitación de salmos judíos y de los canticos y doxologías basadas en ellos; los himnos, cantos de alabanza de tipo silábico, cada sílaba se canta con una o dos notas de la melodía; y cánticos espirituales, aleluyas y otras canciones de júbilo o de carácter extático ricamente ornamentadas.34

32

R.P. Martin, “Worship”, The International Standard Bible Encyclopedia, vol 4. Ed. Geoffrey W. Bromiley (Grand Rapids, Mi.: William B. Eedermans Publishing Company, 1988), 1126-1127. 33

34

Nelson, 97

Egan Wellez, “Early Christian Music”, The New Oxford History of Music (Londre: Oxford University Press, 1967), T.2, p.2, citado por Nelson, 98.


22 Sobre este tópico contamos con el testimonio de Plinio el Joven: “…los cristianos se levantaban al despuntar el día y cantaban a Cristo como a un Dios”.35

El orden del culto cristiano Como ya se notó, en la Primera Apología (67) de Justino Mártir dirigida al emperador Antonio Pío (138-161 d. C.). Se presenta una clara descripción en la que se sigue el orden del culto cristiano tal como se celebraba en ese tiempo en la ciudad de Roma, y probablemente era similar a los que se realizaban en otros lugares, de este testimonio, los ya citados, y otros que datan de principios del siglo segundo, se desarrolla el posible orden de culto cristiano, ha de advertirse, que sin duda tenía variantes dependiendo del lugar, pues en muchos casos era más bien espontáneo. 1. El lugar de reunión, como se ha venido advirtiendo, durante las primeras décadas fue el templo y las sinagogas. En el libro de los Hechos se registra las primeras reuniones, 1) reunión de oración y ruego, poco después de la ascensión del Maestro; 2) Para una junta administrativa, cubrir una vacante; y 3) el derramamiento del Espíritu Santo, hubo un Sermón, bautismo masivo, acompañado del compañerismo. Conforme la iglesia iba creciendo, fue necesario reunirse en las casas, el Nuevo Testamento registra un par de ellas. Los templos cristianos aparecieron como tal hasta el siglo II o III. Podemos resumir el lugar del culto cristiano primitivo con la siguiente fórmula: Culto cristiano = Templo + sinagoga + hogares.

35

Citado por Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica I, trad. por George Grayling (Barcelona, España: Editorial CLIE, 1988), 190.


23 2. El día de reunión. Muchos estudiosos señalan que desde los tiempos apostólicos, los discípulos comenzaron a celebrar sus cultos en domingo junto al sábado, y que antes de terminar el siglo primero ya adoraban en domingo. Pero recordemos que ellos eran judíos, difícilmente cambiarían el día de adoración. La primera mención de culto regular en domingo, es dada por Justino Mártir en su obra ya citada (cerca del 135 d. C.). Pero es Tertuliano, alrededor del 225 d.C., quien señala la prohibición de trabajo secular en domingo, el cambio de sábado a domingo como día de reposo, no sucedió sino hasta el siglo IV d.C. Por siglos los cristianos adoraban en domingo y sábado juntos, especialmente en oriente. 36 3. Un culto normal comenzaba con cantos congregacionales, de los cuales ya se ha hablado. 4. Probablemente recitaban algún credo, Plinio informa que se comprometían mutuamente a no incurrir en alguna falta. 5. Según Justino Mártir, había un tiempo para la lectura de las Escrituras, probablemente se leían las cartas escritas por los apóstoles y selecciones del AT. En efecto Varela Álvarez menciona las cartas de los apóstoles y los hechos de la vida de Jesús como parte del culto cristiano.37 Posiblemente la importancia de este acto radicaba en los escases de los escritos en aquel siglo.

36

Una excelente investigación sobre la historia del cambio del sábado al domingo, como día de reposo, se encuentra en Samuele Bacchiocchi, From Sabbath to Sunday (Roma: The Pontifical Gregorian University Press, 1977), no se conoce traducción en español pero se puede encontrar un resumen de su tésis en Samuele Bacchiocchi, Reposo divino para la inquietud humana, estudio teológico sobre la actualidad del mensaje del sábado, (sin lugar de publicación, editorial y año [Roma: Universidad Pontificia Gregoriana, 1988. Edición inglesa]), 208-231. Kenneth A. Strand, ed., The Sabbath in Scripture and History (Washington, DC: Review and Herald Publishing Association, 1982) contiene información valiosa sobre este tema. 37

Varela Álvarez, 96.


24 6. Le seguía comentarios de la lectura, bien por un anciano principal o por un asociado. Que al igual que en la sinagoga, constaba de apreciaciones personales, y se prestaba para interpretaciones bastante alegóricas. 7. Una vez terminado el sermón, la congregación se colocaba de pie y oraba. 8. Después de que se despedía a la congragación, se reunían nuevamente, pero esta vez, solo los miembros bautizados y celebraban la Cena del Señor. Según Justino, era en este momento en el que se recibían las ofrendas. De esta manera la cena del Señor llegó a ser uno de los elementos nuevos del culto cristiano, aparte del servicio de instrucción. Y fue reservada solo para los creyentes. 9. El ágape precedía a la Cena del Señor, eran momentos de regocijo. Y las reuniones en las casas o koinonías, junto con el ágape llegaron a ser otros elementos más, propios del culto cristiano. Posterior al ágape, el anciano llevaba pan y vino a los enfermos y distribuía las ofrendas llevadas por los feligreses. 10. Un elemento más que debe ser mencionado, es el bautismo, que tuvo un énfasis diferente en la iglesia, llego a ser el símbolo de compromiso con el Maestro, y la forma de llegar a ser cristiano. Se requería del catecúmeno no solo el compromiso, sino que además la instrucción en al arte cristiano, no se aceptaba el bautismo de nadie sin antes pasar por una serie de preguntas, según la Didaje. 11. Cabe destacar, aquí que los cristianos tomaron como días de ayuno y oración, los miércoles y viernes, para diferenciarse de los judíos que lo hacían los lunes y jueves. Nuevamente se puede resumir el culto cristiano con la siguiente fórmula: Culto cristiano = Palabra + Eucaristía


CAPÍTULO VI

EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR COMO ELEMENTOS PROPIOS DEL CULTO CRISTIANO

Tanto el bautismo como la eucaristía fueron señalados en el capítulo anterior de manera breve, en este capítulo, nos detendremos brevemente en aquellos detalles que hacen de estos dos ritos, distintivos de la iglesia primitiva.

El bautismo El bautismo se constituyó en la iglesia del NT, en el rito de iniciación. Pero como ya se había señalado, se requería de los catecúmenos, instrucción, para considerarse preparados al bautismo. Por esta razón solo podían estar en la primera parte del culto, que era de instrucción y salían, la parte restante solo era para los ya bautizados. Una vez bautizados, se les consideraba miembros de la iglesia y su preparación continuaba para aprender a pensar, actuar y orar como cristianos, como lo señala Nelson.37 Cabe destacar el significado conocido del bautismo, como un símbolo de purificación de los pecados del cristiano, a través de la sangre de Cristo.

La Cena del Señor Era la fiesta donde recordaban en sacrificio de Jesús. La iglesia entera recordaba su permanente compromiso con él y revitalizaba su relación con su viviente Salvador. 37

Nelson, 87.

25


26 Antes de celebrarse, se llevaba a cabo la reunión de instrucción, la primera parte del culto ya expuesta. El partimiento del pan, les recordaba, también, la expiación lograda por Jesús, al conjugarlo con la ceremonia del lavamiento de los pies, les daba una de las lecciones más hermosas, que señala Pease, pan y vino, nutrición y vida; toalla, limpieza. “Factores nuevos y diferentes en el culto cristiano.”39 La Cena del Señor iba acompañada del ágape y la koinonía, que tenía como propósito ahondar el compañerismo, J. Donal Butler dice que “koinonía se refiere a un profundo, más íntimo y genuino lazo social que la palabra compañerismo”. 40 Señala cuatro maneras diferentes, 1) contribución, 2) compartir, 3) comunión con el Espíritu Santo, participación en él, y 4) comunión en el evangelio.

39

Norval Pease, 24.

40

Citado por Nelson, 85


CONCLUCIÓN

DE LA SINAGOGA A LA IGLESIA: IMPLICACIÓN DE LA TRANSICIÓN DEL CULTO SINAGÓGICO AL CULTO CRISTIANO, EN LA IGLESIA DEL SIGLO XXI

Breve resumen El servicio de adoración de la sinagoga, influyó, hasta cierto punto, en el culto cristiano. Al estudiar el origen de la sinagoga, se puede notar que su principal propósito, fue tanto preservar el culto hebreo como llevar la instrucción de la ley hasta el pueblo mismo, un aspecto, que si bien en el templo también se llevaba a cabo, no lograba tener un mayor rango de acción que la sinagoga misma. La participación de los laicos tanto en dirección como en el culto, era de gran trascendencia. Estos y otros elementos, fueron heredados a la iglesia primitiva. Sin embargo, la adoración de los primeros cristianos, a diferencia de los fariseos, llego a ser un estilo de vida, más que una liturgia formal y árida. Los elementos copiados de la sinagoga, adquirieron un nuevo significado, ahora estaban centrados en Cristo, verdaderamente la adoración cristiana primitiva era cristocéntrica. Darino señala que los elementos “que no reflejaban a Cristo como el Hijo de Dios y único y suficiente Salvador”, eran excluidos.40

40

Miguel Ángel Darino, La adoración: primera prioridad (El Paso, Tx.: Casa Bautista de Publicaciones, 1993).

27


28 “Tenían la mentalidad de compromiso hacia Dios, daban una respuesta agradecida por todo.”42

Implicaciones en la iglesia de hoy Cada elemento de adoración en el culto cristiano tenía un propósito definido, la música, señalaba lo que ellos creían, y sus principales motivos de adoración estaban centrados en agradecimiento por lo que Dios había hecho. Es conveniente, entonces, preguntar ¿Nuestra adoración, como discípulos de Cristo, del siglo XXI, tiene un propósito definido? ¿Qué buscamos en nuestros cultos? La tarea primordial en la celebración del culto en la sinagoga era la enseñanza de la Tora, ¿Qué papel juega la enseñanza de la Biblia en nuestros cultos? ¿Es una realidad, o tan solo el cumplimiento de un requisito? Y mayor aún ¿Hacia quién está dirigido el culto? ¿Hacia Dios, es teocéntrica, o pretende ser entretenido a fin de no aburrir a los asistentes, es decir, una adoración centrada en el hombre, antropocéntrica? Eloy Wade, analizando 1 Corintios 14, apunta a un culto que 1) contribuya a la edificación espiritual (v. 5, 6,12); 2) guarde orden y decencia (vv. 27, 28, 29-33, 23); y 3) evite lo que contradice las costumbres establecidas y pueda traer oprobio (vv. 33-35). Indudablemente se precisa analizar nuestros cultos, y desarrollar una manera de adorar que sea más acorde con los principios y propósitos bíblicos. 43

42

43

Varela Álvarez, 95.

Eloy Wade Carillo, “El culto cristiano a la luz de 1 Corintios 14”, Perspectiva Teológicas, vol. 5, invierno 2005, núm. 3., p. 9-15.


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29


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30




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