Rufino Fragua

Page 1

Rufino Fragua García (1844-1922) David Melón V eig a © Todos los derechos reservados

1


2


A Sergi y Sandra ‌ con todo mi cariùo y gratitud.

3


4


Resulta difícil escribir sobre la vida y obra de Rufino Fragua García no tanto por la voluntad de hacerlo si no por la intensidad que ha mostrado en su dilatada vida así como por la falta de datos y documentación acerca de la mayoría de los hechos que ha protagonizado. El esencial cometido del presente trabajo es motivar la total gratitud de nuestros corazones a Quien nos ha provisto tanto de Rufino Fragua García como de todos aquellos de quienes se nos demanda: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cual haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe” (Heb 13:7)

5


6


Sabemos que Rufino nace en la localidad castellana de Arévalo (Ávila), un caluroso diez de Julio de 1844, y aunque desconocemos el tipo de infancia y juventud que tuvo, el verle formando parte del histórico Batallón de Mendigorría (celebre por su participación a favor de la heredera Isabel II de España en las tristemente conocidas como guerras carlistas, que desangraron parte del territorio nacional durante el siglo XIX), del cual se licencia, como músico, en el año 1874, así como su pronta implicación en la asamblea de La Coruña y en la puesta en marcha de las escuelas de niños, denota un carácter personal asentado y firme así como un nivel de formación académica elevada, no al alcance de muchos por aquellos años. Conoce el evangelio en la ciudad de Pamplona (a escasos treinta kilómetros de la ubicación del acuartelamiento de Mendigorría), luego que un colportor le hubo vendido una Biblia, la cual leía insistentemente a todas horas y que forjó en él el carácter de entrega y ejemplo hacia quienes le rodeaban. En el licenciamiento

mismo como

7

año de militar,

su y


aprovechando sus habilidades para trabajar con la madera, se traslada a la ciudad de La Coruña donde conocerá a la que, posteriormente, será su esposa: Juana Patiño Taracido, nacida el once de Noviembre de 1839 en la parroquia de San Juan de Lubre, en el municipio de Bergondo, a poco más de un kilómetro del actual polígono industrial del mismo nombre. Con posterioridad, se trasladaran a vivir a la ciudad. Primeramente, lo hacen al Campo de la Leña, numero 10, con el primer hijo del matrimonio: Daniel Fragua Patiño, nacido el ocho de Octubre de 1878, a las seis y media de la tarde, en el lugar de nacimiento de su madre: Lubre, y cuya descendencia, con el correr de los años, entroncará nuevamente con la asamblea de La Coruña pues un biznieto de Daniel Fragua Patiño (tataranieto, por tanto, de Rufino Fragua García), Sergi Menéndez Fragua, contrae matrimonio, el treinta de Agosto de dos mil ocho, con Sandra Melón Torres, cuarta generación de una de las familias mas antiguas en la iglesia local de La Coruña. Posteriormente, a escasos metros de su primer domicilio, se traslada al segundo piso de la calle San Juan, numero 7.

8


Dos años mas tarde, vemos a Rufino Fragua con su familia en la calle Atocha Baja (a pocos metros de sus dos anteriores lugares de residencia), en el segundo piso del numero veintidós. Allí nace su segundo hijo, Jonatan Fragua Patiño, a las ocho de la mañana del treinta de Octubre de 1880.

9


Cuatro años después, el doce de Agosto de 1884, a las dos y media de la madrugada, nace el tercer hijo del matrimonio: Eliseo Fragua Patiño. A Rufino Fragua podría considerarse como el primer obrero español en las Asambleas de Hermanos de Galicia, dado que, tras perder su trabajo de carpintero a causa de su testimonio en nuestra ciudad, se dedicó por entero a la iglesia local en La Coruña, establecida hacía cinco meses por los misioneros ingleses Tomás Blamire y Jaime Wigstone. Así, a finales de Diciembre del año 1875, días después del fallecimiento de Isabel (esposa de Jaime Wigstone), por problemas en su primer parto y, así mismo, como consecuencia del paludismo que sufría Tomás Blamire en aquellos días, al retornar a Inglaterra todos ellos recibió en su hogar a la membresía de la iglesia durante varios meses, pues el local inicial desde el comienzo de las reuniones en la ciudad, el primer piso del número 9 de la Plaza de Pontevedra (el calificado en el padrón de la ciudad del año 1894 como "sociedad de protestantes" en lugar de iglesia evangélica, o frase semejante), sería derribado y, en su lugar, levantado un nuevo edificio. Digno de mención es que

10


allí mismo se retornaría como lugar de reunión de la iglesia local antes de trasladarse al bajo alquilado (el 15 de Septiembre de 1915), en la calle Panaderas, numero 14.

Campo de la Leña (Plaza de España) Fuera de la foto, a la derecha, el número 10 de la plaza. Fuera de la foto, a la izquierda, la calle San Juan. Al fondo de la foto, hacia la izquierda, la calle Atocha Baja. Las tres casas que Rufino Fragua y su familia habitaron en La Coruña.

Así, en el en el segundo piso Juan, numero 7, adultos partían el partir de las diez de asistían a las tarde (con los las dieciocho horas.

salón de su casa, sita de la calle de San unos cincuenta pan los domingos, a la mañana, y reuniones de la niños), a partir de Resultan llamativas 11


las palabras de Rufino al señalar que: “mayor número se congregaría de haber tenido un local más amplio”. En Noviembre de 1876, en su regreso desde Inglaterra, Jaime Wigstone escribe acerca de diecisiete personas, bautizadas por Rufino, haciendo profesión de fe mediante el bautismo por inmersión (por aquel entonces en la playa de Riazor, antes que las autoridades civiles prohibiesen cualquier manifestación publica de un culto ajeno al católico romano, y que conllevaría el poner un baptisterio dentro del local de reuniones). También señala Jaime Wigstone como Rufino ponía todo el celo posible en exigir a los candidatos un verdadero y contrastado testimonio de su fe. También atendió, Rufino, los otros puntos de testimonio abiertos en esos días y sembró el Evangelio por muchos lugares del norte de La Coruña aprovechando las ferias y romerías que se hacían en cada pueblo. Es de esta manera que, tanto en la ausencia de Tomás Blamire y Jaime Wigstone por sus viajes a Inglaterra como cuando ellos dejan La Coruña para

12


desplazarse hacia el sur de Galicia (siguiendo escrupulosamente lo que ya habían determinado de antemano: llevar el evangelio a lugares donde no había iglesia local establecida y que, una vez establecida ésta, cuando surgiesen en ellas el ejercitar los dones espirituales por parte de sus miembros, dejaban la asamblea local para ir a nuevos lugares), la labor de Rufino Fragua se va afianzando dentro de la iglesia local de La Coruña tanto por la labor interna de pastoreo a la asamblea como por la obra de evangelización que llevaba a cabo fuera de ella. Además, solo, o en compañía del misionero inglés Jorge Spooner (que principalmente se ocupaba de la obra el Ferrol y quien repetía, de forma incesante, cuan agradecido le estaba a Rufino por su ayuda en la obra en esa ciudad), atendía las reuniones de los hermanos en Meicende, Arteijo y Ervedíns (Loureda). También, su esposa Juana Patiño, colaboraba, de forma muy activa, atendiendo las reuniones de las mujeres. Con frecuencia, Rufino Fragua ayudaba a Tomás Blamire y a Jaime Wigstone cuando ambos iban abriendo obra en localidades del sur de Galicia como

13


Vigo, Carril, Pontevedra, Marín o Seixo, entre otros. Cabe resaltar que Rufino no gozaba de una estable posición económica; y si a esto añadimos que la unidad familiar iba en creciente aumento, resulta comprensible la actitud tomada por los misioneros ingleses para con Rufino Fragua. Dado que en la iglesia había dos cajas para recibir ofrendas: una para los gastos y otra para el ministerio, acordaron que Rufino Fragua recibiese íntegramente esta última. Incluso lectores de la revista Echoes of Service le enviaban pequeñas donaciones. Aun así, Rufino repartía de lo poco que tenía con otros miembros de la asamblea, algunos de ellos con mucha necesidad. Llevaba, también, lo que fue la primera escuela evangélica de Galicia (William Rule, metodista, abrió en Cádiz, en el año 1833, la primera escuela evangélica en España, aprovechando cierto aire de libertad en la Regencia de María Cristina). En aquellas clases los niños recibían formación en aritmética, caligrafía, gramática y geografía; dándose la circunstancia que los alumnos eran todos varones (pues no estaban permitidas

14


las clases mixtas), y debían examinarse posteriormente en la escuela pública. Llegó a contar con un total de diecisiete alumnos, unos pocos menos que en Ervedíns (Loureda), donde también había abierto una escuela (primeramente diurna hasta que en 1884 pasa a ser nocturna), y a la que asisten más de 25 personas tanto del lugar como de Arteijo y alrededores. Un descendiente más vendrá a llenar el hogar de Rufino y Juana. El catorce de Abril de mil ochocientos ochenta y seis, a las trece y quince horas nace Noemí Fragua Patiño. Dos años después, en el desplazamiento de toda la familia hacia Rubí (Barcelona), contrae neumonía y sube a la presencia del Señor el veintiuno de Julio de mil ochocientos ochenta y ocho. A finales en 1888, atendiendo a la petición recibida en base a la labor que hasta ese momento había desempeñado en La Coruña, se traslada a vivir a Rubí, al número 9 de la calle Colón, para hacerse cargo, esencialmente, de la escuela evangélica que allí había así como de la iglesia local metodista formada varios años antes (el obrero antecesor, Francisco Albricias, fue desterrado de Rubí por no

15


arrodillarse cuando pasaba una procesión por las calles de la ciudad). El catorce de Enero de mil ochocientos noventa, ya en Rubí, Juana da nuevamente a luz. Una nueva niña viene a enriquecer el hogar de Rufino Fragua a la cual le ponen el nombre de Noemí y a quien su padre dedica las siguientes palabras en su libro personal de familia … “Noemí Fragua Patiño. Nació en Rubí, provincia de Barcelona, en la calle de Colón, nº 9, el día 14 de Enero de 1890. Tus padres Rufino y Juanita. Hija mía, si el Señor te deja estar en este mundo, que sea para su gloria y el consuelo de tus padres. Has tenido una hermanita que tenía tu nombre y ahora está en el cielo. Allí te espera.”

16


17


Rufino Fragua, fue un obrero muy celoso en todos sus años de servicio al Señor. Al igual que durante su estancia en La Coruña, en Rubí inició una obra evangelística fuera y dentro de la asamblea allí establecida. Conocedor de que dentro del cristianismo evangélico coexisten variadas denominaciones (por su imposibilidad de recibir “toda” la enseñanza de los Apóstoles frente a sus particulares prácticas de culto), de él puede decirse que se mantuvo fiel a las Escrituras, enseñando e instruyendo a sus hermanos en la fe conforme el Espíritu le revelaba, como en el puntual caso del bautismo, o testimonio publico de fe, de quienes manifiestan su conversión. Es de esta manera que los allí reunidos acuerdan que en la enseñanza eclesiástica no se toquen aquellos puntos sensibles que las doctrinas de hombres levantan como muros de división. Es así que, por ejemplo, algunos muestran su voluntad de no recibir al bautismo a niños, si no a quienes, en su adulta voluntad, expresan el deseo de recibirlo después de su conversión. Al día de hoy, continúa manteniéndose este pacto ecuménico de

18


mantener la unidad de la iglesia local en Rubí a fin de no mostrar desunión de los evangélicos ante sus conciudadanos católicos.

Escuela evangélica de Rubí

Es menester resaltar que Rufino hacía hincapié, no meramente el conseguir adeptos a la iglesia evangélica, si no el alcanzar en ellos su conversión, el verdadero nuevo nacimiento. Entre aquellos que el Espíritu alcanzó por medio de su testimonio y trabajo recordamos a la familia de Pedro Vila, cuyo posterior fervor y testimonio perdurará dentro de esta entrañable asamblea de Rubí.

19


Fue a raíz de la consternación producida por el destierro de Francisco Albricias (el pionero de la obra en Rubí), que Pedro Vila envía a sus hijos, primeramente, a la escuela diaria que Rufino tenía en su casa de la calle Colon, numero nueve. Posteriormente, los hijos de Pedro Vila, asistirán a las reuniones de la asamblea que se llevan a cabo todos los domingos. Es como consecuencia de este hecho que Rufino Fragua aprovecha para mantener en su casa una charla personal con la familia Vila, prometiendo estos su asistencia pero faltando, en el día señalado. Fue así que, al domingo siguiente, Rufino vuelve a insistir, vehementemente, en una nueva reunión privada en su casa de la calle Colón. Luego de una exposición clara y concisa del evangelio, en base al pasaje del capitulo cinco de Romanos, la familia Vila hace profesión de su fe en Cristo. Tras dieciséis años de estancia en Rubí, Rufino Fragua se traslada a Barcelona en el año 1906 para ser depositario de la Sociedad Bíblica. Sin duda alguna, su experiencia personal 20


durante tantos años le capacitaba enteramente para tal cometido. El contacto personal con los colportores en Galicia (personas de excelente testimonio en la fe, que dedicando la mayor parte de su tiempo a la distribución y venta itinerante de Biblias y porciones de la misma, asumían muchísimas privaciones lejos de su familia y hogar), así como la falta de material bíblico y el alto costo que tenia, le permitió entender lo necesario de una buena logística encaminada a facilitar la labor en la evangelización que unos pocos abnegados llevaban a cabo por esos años. Un nuevo reto se le presentaba después de más de treinta años de ministerio personal llevando las riendas de las asambleas y escuelas de La Coruña, Ervedíns y Rubí. Ahora enfrentaba una tarea mayormente administrativa; pero, aún así, él no desaprovechó la oportunidad de disfrutar de la compañía de su familia, tal y como leemos, de nuevo, en su libreta familiar …

21


“Samuel Fragua Gazo. Nació el 3 de 22


Octubre de 1910 en la casa nº 2, piso 3º, de la calle del Arcángel (Gracia), Barcelona. Sus padres: David y Rosa. Señor, tu eres muy misericordioso y quieres el bien de todas tus criaturas. Te ruego en el nombre de tu santísimo Hijo, el Señor Jesu-Cristo, que acojas bajo tu amparo y protección a este niño y le libres de este presente siglo malo. Su abuelo: Rufino Fragua. El 11 de Junio de 1921”

Dieciséis meses después, el nueve de octubre de mil nuevecientos veintidós, a los setenta y ocho años, y en su casa del primer piso de la calle Arcángel, numero 2, de la barriada de Gracia en Barcelona, el Señor llama a su presencia, para descansar de sus trabajos, a quien fue amado, apreciado, estimado y reconocido por tantos hermanos en la fe de Cristo: Rufino Fragua García. Juana Patiño, su esposa, con noventa y un años, sube a la presencia del Señor, en Abril de 1931, desde el piso principal, puerta 2, del numero veintitrés de la calle Francisco Giner, también de la barriada de Gracia, en Barcelona.

23


24


Hasta aquí el presente trabajo acerca de la entrañable persona de Rufino Fragua García, deseando que lo aquí recogido sea un tributo de gratitud a Quien nos lo ha enviado. Nunca olvidamos, aunque los muchos años pasen, que muchos de nosotros hemos conocido el amor del Señor y sus buenas noticias de salvación gracias a Rufino Fragua, y a otros como él. Siempre deberíamos tenerlos en nuestro corazón y pensamiento pues, acordándonos de ellos, seguirán vivos para nosotros por su gran amor y entrega mostrados hacia nuestro Salvador.

25


Deseo dar las gracias a RubĂŠn MenĂŠndez por su trabajo en mantener vigente la memoria de los suyos.

26


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.