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Indice analítico reconocimientos...........................................

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j El tema ...........................................................................................

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El determinismo sufrió un proceso de erosión durante el siglo XIX v así quedó un espacio para dar cabida a las leyes autónomas del azar. La idea de la naturaleza humana fue desplazada por el mode­ lo de persona normal y leyes de dispersión. Estas dos transformacio­ nes se dieron en forma paralela y se alimentaron recíprocamente. El azar hizo que el mundo pareciera menos caprichoso: el azar estaba legitimado porque aportaba orden al caos. Cuanto mayor era el inde­ terminismo en nuestra concepción del mundo y del hombre, más ele­ vado era el nivel de control que se esperaba. Estos fenómenos comenzaron con un alud de números impresos que se dio al término de la era napoleónica. Muchas clases de conduc­ ta humana, especialmente conducta perversa como el crimen y el sui cidio, fueron objeto de recuento. Se manifestaban pasmosamente re­ gulares año tras año. Leyes estadísticas de la sociedad parecían des­ prenderse de las tablas oficiales de desviación. Los datos sobre pro­ medios y dispersiones engendraron la idea de persona normal y con­ dujeron a nuevas clases de manejo social, a nuevos medios de modi­ ficar clases indeseables. En los primeros años del siglo se suponía que las leyes estadísticas podían reducirse a hechos subyacentes deterministas, pero el apa­ rente predominio de esas leyes fue minando lenta y erráticamente el determinismo. Las leyes estadísticas llegaron a considerarse como leyes de derecho propio y su alcance se extendió a los fenómenos na­ turales. Nació un nuevo tipo de “conocimiento objetivo”, producto de nuevas tecnologías para obtener información sobre procesos natura­ les y sociales. Surgieron nuevos criterios sobre lo que debía conside­ rarse como prueba del conocimiento de este tipo. Las leyes estadís­ ticas que podían justificarse así se usaron no sólo para describir si­ no también para explicar el curso de los sucesos. El azar era domes­ ticado en el sentido de convertirse en la materia misma de los proce­ sos fundamentales de la naturaleza y de la sociedad. 2- La doctrina de la necesidad .....................................................

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En 1800 se decía que “azar” era una mera palabra que no signifi­ caba nada o bien que se trataba de una idea del vulgo que designa­ ba la suerte o hasta la falta de ley, de manera que debía quedar ex­ cluida del pensamiento de la gente ilustrada. Todo suceso derivaba necesariamente, por lo menos en el mundo fenoménico, de una serie anterior de condiciones. Hasta los estudiosos de la medicina y la vi­ da, que rechazaban las leyes universales en su dominio, sostenían 9


que existían eslabones particulares e individuales de una causalidad necesaria y no prestaban apoyo a la idea fundamental de azar.

3. Aficionados públicos, burócratas secretos .........................

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Los funcionarios del siglo xvm reunían datos estadísticos para fi­ jar impuestos, para organizar el reclutamiento militar y para deter­ minar el poderío del Estado. Su información era privada y secreta del gobierno. Aficionados y académicos cultivaron un floreciente trata­ miento de los hechos numéricos que se publicaron ampliamente pe­ ro nunca se registraron sistemáticamente. Se cita a Prusia como ejemplo de esto. 4. Oficinas estadísticas ................................................................

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En el periodo de paz posterior a Napoleón, los Estados europeos fundaron oficinas para reunir y publicar estadísticas sobre todos los aspectos de la vida y la administración. Crearon nuevas institucio­ nes para recoger y difundir esa información. Dichas oficinas hicieron posible el alud de números impresos desde 1820 a 1840. También aquí el ejemplo prusiano es pertinente. 5.

El dulce despotismo de la razón ..........................................

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Pero los números no bastaban. Los prusianos no desarrollaron la idea de ley estadística. Eso ocurrió en el oeste, sobre todo en Francia e Inglaterra. En la Francia prerrevolucionaria había existido una tradición de la ciencia moral racional. Posteriormente, el alud de los números impresos la convirtió en una ciencia moral empírica que conservó sin embargo la visión de la regulación y de la ley propia de la Ilustración. El ejemplo de esto es Condorcet, el teórico de la elec­ ción razonada, y los burócratas que lo reemplazaron y engendraron el pensamiento estadístico. 6. La proporción de enfermedad ............. ...................................

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te. Se trataba de una enunciación sobre una nueva clase de números, las constantes que debían usarse en el conocimiento y manejo del mundo. g. El suicidio es una clase de locura ..........................................

El alud de números impresos estuvo caracterizado, especialmen­ te en Francia, por la tabulación del número de los casos de desviación. En 1815 tuvo lugar una controversia: ¿quiénes son más suicidas, los parisienses o los londinenses? La controversia no quedó decidida en­ tonces; sólo se decidió una década después porque se habían estable­ cido nuevas instituciones para recoger y publicar datos. El suicidio es un tema reiterado en las estadísticas. En un caso de imperialismo médico había un implícito silogismo: la locura debía ser tratada por médicos, el suicidio era una clase de locura, por lo tanto las estadísticas de suicidios se trataban como las otras estadísticas médicas. En consecuencia, las teorías médicas de la causalidad fue­ ron aplicadas al suicidio. Luego fueron aplicadas a todas las estadís­ ticas de casos de desviación. 9. La base experimental de la ñlosofía de la legislación ....

7. El granero de la ciencia ............................................................

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10. Hechos sin autenticidad, sin detalles, sin control, sin valor ....................................................................

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Los primeros intentos de usar las estadísticas médicas como prue­ ba de la eficacia de ciertas curas: polémica sobre la nueva medicina fisiológica de Broussais frente al cuidadoso análisis de un nuevo mé­ todo para tratar cálculos biliares. 132

Condorcet y Laplace habían intentado dar soluciones a priori al problema de establecer el más eficiente sistema de jurados. Estosautores carecían de los datos empíricos que fueron suministrados lue­ go por las nuevas estadísticas de crímenes del Ministerio de justicia de Francia. Poisson utilizó esta nueva información en un enfoque es­ tadístico de los jurados. 12. La ley de los grandes números.............................................

De manera general el mundo se había hecho numérico. Esta cir­ cunstancia queda bien ilustrada por la proposición que hizo Babbage en 1832 de una colección de constantes de la naturaleza y del ar­

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En la década de 1820 tablas oficiales consignaban el número y el tipo de suicidios registrados en una región. Estos datos y una infor­ mación análoga sobre crímenes y sobre miserables se consideraban sucesores de la ciencia moral racional de Cordorcet. La nueva cien­ cia empírica de la moral debía considerar leyes estadísticas de la con­ ducta humana perversa.

11- ¿Qué mayoría? .......................................................................... Antes de 1815 las generalizaciones estadísticas sóbrelas personas se limitaban generalmente a los nacimientos, muertes y casamien­ tos. Una indagación llevada a cabo por parlamentarios británicos muestra exactamente cómo y cuándo nació una nueva categoría de ley “biológica”, las estadísticas déla enfermedad. El Comité Seleccio­ nado de 1825.

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En 1835, mientras desarrollaba su jurisprudencia estadística,

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Poisson acuñó ta frase “ley de los grandes números” y demostró un importante teorema de limitación. Esto suministró un principio más para aplicar la matemática de las probabilidades a cuestiones socia­ les y también pareció explicar cómo había estabilidad estadística en dichas cuestiones sociales. 13. El tórax de los soldados ..................................................................

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En 1844 Quetelet afirmaba que el caso límite de frecuencias en ti­ radas de monedas (la ley binomial pero también laley del error en las mediciones astronómicas) daba una curva (nuestra curva acampa­ nada o curva normal) que coincidía con las distribuciones empíricas de la conducta humana y de las características humanas. Esa curva parecía dar la forma exacta de las nuevas leyes estadísticas sobre las personas. Nociones de causalidad, incluso el modelo médico, comen­ zaron a reordenarse a fin de que las leyes estadísticas fueran compa­ tibles con el determinismo. 14. La sociedad genera los crímenes ..................................................

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Surgió entonces el problema del fatalismo estadístico. Si había una ley según la cual cada año un número determinado de personas de­ bía darse muerte en una región dada, entonces aparentemente la po­ blación no tenía la libertad de abstenerse de cometer suicidio. El de­ bate, que en la superficie parece vacuo, refleja una conciencia cre­ ciente de las posibilidades de control social y de las implicaciones de la responsabilidad moral. 15.

La concepción astronómica de la sociedad .............................

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El fatalismo estadístico, especialmente con el ejemplo del suicidio, fue recogido en Alemania después de publicarse el célebre libro de Buckle, Historia de la civilización en Inglaterra. El debate que se sus­ citó puso de manifiesto diferencias fundamentales entre la concep­ ción atomista y la concepción holística de la nueva clase de ley, la ley estadística. Esas diferencias reflejan el contraste que hay entre la vi­ sión de la sociedad occidental libertaria y la visión colectivista oriental. 16.

La concepción mineralógica de la sociedad ...........................

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En lugar de determinar términos medios se podía cultivar lo cuan­ titativo de una manera muy diferente. El tradicionalista utópico Le Play usó el presupuesto de una familia para representar el estilo de vida de una clase y propuso un tipo completamente diferente de cien­ cia social. Esto contrastaba con la manera en que utilizaba los pre­ supuestos hogareños el director de laoficinaestadísticaprusiana. Lo que estaba en juego era la idea misma de lo que se considera conoci­ miento objetivo.

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La más antigua nobleza

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Los ataques contra las estadísticas están ilustrados por Vaudeville, Comte, Dostoievski y Nietzsche. Aun quienes deseaban dar cabi­ da al capricho o recuperar una antigua idea del puro azar se mostra­ ban ambivalentes respecto del azar, de sus leyes y de sus empleos. X8. La tesis de Cassirer..................................................................

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Cassirer sostenía que la idea que tenía el siglo xx del determinis­ mo era extraordinariamente reciente, pues sólo había surgido alre­ dedor de 1870. De manera que la mecánica cuántica no refuta una an­ tigua concepción de la causalidad, sino que estáen conflicto solamen­ te con una nueva concepción. Lo que es cierto en esta proposición es el hecho de que una serie de incoherencias contenidas en la idea de necesidad emergió a la superficie entre 1850 y 1880. Reseña de la pa­ labra “determinismo”, de sus orígenes en la década de 1780 y de su nueva acepción en la década de 1860. 19. El estado normal........................................................................

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La palabra “normal” sirvió durante mucho tiempo para describir y evaluar, pero su acepción para designar lo habitual o lo típico só­ lo apareció en el siglo XIX y lo hizo primero en el contexto de la fisio­ logía (representada aquí por Broussais) y luego se transformó en par­ te de un programa político de Comte. El concepto de normalidad re­ emplazó la idea de la naturaleza humana de la Ilustración como con­ cepto central organizador, pero desempeñó dos papeles. Uno es el de la concepción de lo normal de Quetelet y Durkheim entendido como lo bueno y lo correcto. El otro es el concepto galtoniano de lo normal entendido como lo mediocre que por lo tanto necesita mejorar. En ca­ da uno de estos papeles, la idea de lo normal se presenta como el se­ llo de la objetividad y de la imparcialidad, como un puente neutral en­ tre “ser” y “deber ser”. 20. Tan reales como las fuerzas cósmicas ................................

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La sociología numérica de Durkeim se formó en las matrices con­ ceptuales de la medicina, la estadística y el suicidio. Las ideas de lo normal y de lo patológico trasladaron de la fisiología a la ciencia so­ cial. En el curso de debates sobre antropología criminal, Durkheim decidió que el crimen y el suicidio son normales. Las desviaciones de lo normal son indicios de morbosidad social. Esas desviaciones están regidas por leyes sociales y fuerzas que tienen una realidad indepen­ diente de los individuos. Durkheim continuó el trabajo de Quetelet de crear nuevas clases de realidad.

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21. La autonomía de la ley estadística

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La curva acampanada de Quetelet llegó a llamarse en Inglaterra la ley normal. Se consideraba que era verdadera o aproximadamen­ te verdadera en cuanto a una amplia gama de fenómenos y que mos­ traba cómo surgen regularidades en lo que a primera vista parece de­ sorden. Gal ton reconsideró la explicación que daba Quetelet del ori­ gen de la estabilidad estadística. Los progresos realizados en las téc­ nicas de la inferencia estadística ilustran cómo las leyes de probabi­ lidad se hacían autónomas de toda estructura determinista subya­ cente. No quedó abandonada la doctrina de la necesidad, pero se con­ sideró poco importante frente al poder que tiene la estadística no só­ lo de predecir sino también de explicar fenómenos. 22. Un capítulo de estadística prusiana ...................................

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Aunque las estadísticas hicieron nacer ciertos conceptos regulado­ res como el de normalidad (que están en la base de las posibles ma­ neras de administrar a la gente) conviene recordar que las estadís­ ticas tenían menos aplicaciones abstractas. Eran un elemento direc­ to y visible del ejercicio del poder. Las disputas sobre estadísticas ju­ días durante el Antisemitismusstreit de 1880 en Berlín ejemplifican este punto. 23. Un universo de azar ...............................................................

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La lógica del azar no podía permanecer constante durante todos es­ tos cambios. C. S. Peirce rechazó rotundamente la doctrina de la ne­ cesidad. Basaba la lógica del razonamiento inductivo en la estabili­ dad estadística. Peirce introdujo “la casual i zación” artificial en el di­ seño de los experimentos. Suministró uno de los dos principios de to­ da inferencia estadística. Su concepción pragmática de la realidad hizo verdad una cuestión que hoy comprobamos a largo plazo. Peirce creía en el azar absoluto y en un universo en el que las leyes de la na­ turaleza en el mejor de los casos son aproximadas y evolucionan se­ gún procesos fortuitos. El azar ya no era la esencia de la falta de ley sino que estaba en el centro de todas las leyes de la naturaleza y de toda inferencia inductiva racional. Su radical indeterminismo resul­ ta menos chocante cuando se lo considera como un corolario del pro­ ceso de reducir el mundo también a probabilidades. Llegó a la conclu­ sión de que vivimos en un universo de azar, no como resultado de un argumento sino porque las probabilidades y las estadísticas habían llegado a penetrar todos los aspectos de la vida.

Notas .........................................................................................................................

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Indice temático........................................................................................................

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Reconocimientos

Familiares, amigos y fundaciones no escatimaron su ayu­ da durante la década que transcurrió hasta terminar este li­ bro. En 1980-1 la National Science Foundation y una licencia sabática de la Universidad de Stanford me permitieron apro­ vechar una beca de visita a Peterhouse, Cambridge, donde co­ mencé a trabajar seriamente. En 1982-3, el Zentrum für interdisziplináre Forschung, Bielefeld, prestó generoso apoyo al grupo que investigaba sobre la revolución de la probabilidad; muchas gracias a Lorenz Krüger que organizó esa actividad y a todos aquellos colegas a quienes él y el ZIF reunieron. Debo agradecer también al doctor Hilary Gaskin, el subeditor de la Universidad de Cambridge Press, por haberme ayudado a ha­ cer presentable mi texto final.

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