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Arquitectura Golfista

Por Isabel Rosas Martín del Campo

Había estado sentada en una banca durante unos veinte minutos mirando, pero... ¿qué miraba realmente? ¿A mi hijo entrenar golf, a la moderna arquitectura de concreto que daba acceso a el lugar o al bello paisaje que lo envolvíatodo? ¿En qué estaba mi mente inmersa, mientras escuchaba el típico sonido ráfagaque sale de la garganta de los palos metálicos que lanzan la diminuta balaesférica que levita por el aire como si tuviera alas?Me pregunté entonces, dónde estaba realmente la arquitectura en este abiertolugar. Pensé en las bellas casas club de cada campo donde se te da la bienvenidacon espaciosos lugares todos revestidos de bellos materiales, la que te invita agozar en un cómodo restaurante una bebida para permitirte admirar el mundo delgolf. Esta que ha sido diseñada para significar el juego del Golf como un deporteque no es para todos. Uno que se juega solo acompañado del pensamiento queentrena más que el cuerpo la mente.

O aquella que no es de concreto, esa que está allí en cualquier lugar a nuestro paso y que se denomina Arquitectura de paisaje; ¿dónde está la arquitectura en un paisaje artificial que es casi lo más cercano a lo natural dado en la naturaleza, lo expreso así sin que suene a pleonasmo. Porque esto es lo que miro en la perfección de cada trayecto a cumplir por el golfista. Un lugar lleno de césped que ha sido calculado matemáticamente para el planteo predictivo de las posibles jugadas. Pensaba en como había empezado todo y recordé los campos británicos de principios del siglo anterior (1900) o, los del período que se considera clásico del Golf los gloriosos años 30´s o la era moderna, considerada así a partir de los 40´s. Y encuentro que la cosmogonía de cada campo de golf no deja fuera al vecindario. Siempre que he acompañado a mi hijo Alfonso a sus torneos puedo admirar la grandeza de la arquitectura moderna representada en las casonas que van definiendo los pliegues y cuerpo extendido de los dieciocho hoyos. Entonces me pregunto que se sentirá vivir a espaldas, al lado o enfrente, qué se yo, cuál es lo correcto, de un campo de golf. Miro estas influencias sociales de habitabilidad campestre con cierta admiración, porque caigo en cuenta que también forman parte del diseño arquitectónico golfista. Caminé entonces hacia la casa club, quería sentarme a escribir estas ideas que se venían a mi mente una tras otra como las ráfagas de los tiros de mi hijo quien continuaba su apasionado entrenamiento de todas las tardes. Ahora desde aquí puedo admirar a través de este majestuoso ventanal todo lo que mi vista me permite hasta perderse en el horizonte de la lejanía. Ahora me pregunto si acaso yo tendría la capacidad

de diseñar un campo de Golf y, en el acto me respondo que no. Puede parecer sencillo, pero el diseño espacial sugiere más dificultad creativa cuantos menos elementos tiene que resolver, como un hotel, por ejemplo. En la era moderna golfista los campos de Golf exigen, cada vez, diseños actuales alejados de la tradición británica. La artisticidad va más allá del juego. Hoy hay que ofrecer sustentabilidad, que medie el ambiente natural y su equilibrio ecológico, para que los impactos sean lo menor posible. El proyecto arquitectónico debe tener respeto por el hábitat y ser coherente cada propuesta con principios de unidad y de armonía no solo visual también orgánica. Miro ideas matemáticas por todos lados: en las hondonadas de arena; en los montículos de cada Green; en la disposición de todos los recorridos; tamaños, texturas, colores, sonidos. Todo aquí es atrayente, meditativo, elegante; creo que el golf es un tipo de juego que se secretea con la naturaleza. Ahora entiendo porque mi hijo no puede dejar de venir una sola tarde a enfrentarse consigo mismo.

Golf architecture

By Isabel Rosas Martín del Campo

She had been sitting on a bench for about twenty minutes looking, but ... what was she really looking at? My son training golf, the modern concrete architecture that gave access to the place or the beautiful landscape that surroundedeverything? What was my mind immersed in, as I listened to the typical blastsound that comes from the throat of the metal sticks that launch the tiny sphericalbullet that levitates through the air as if it had wings?I wondered then, where really was the architecture in this open place. I thoughtof the beautiful clubhouses of each course where you are welcomed with spaciousplaces all covered with beautiful materials, which invites you to enjoy a drink ina comfortable restaurant to allow you to admire the world of golf. This one thathas been designed to signify the game of Golf as a sport that is not for everyone.One that is played alone accompanied by the thought that trains the mind morethan the body.

Or the one that is not made of concrete, the one that is there anywhere in our path and that is called Landscape Architecture; Where is the architecture in an artificial landscape that is almost the closest thing to the natural given in nature, I express it this way without sounding like pleonasm. Because this is what I look at in the perfection of each course to be fulfilled by the golfer. A place full of grass that has been mathematically calculated for the predictive approach of the possible plays. I was thinking about how everything had started and I remembered the British courses from the beginning of the previous century (1900) or, those of the period that is considered a classic of Golf, the glorious 30’s or the modern era, considered that way from the 40’s. And I find that the cosmogony of each golf course does not leave out the neighborhood. Whenever I have accompanied my son Alfonso to his tournaments, I can admire the greatness of the modern architecture represented in the houses that define the folds and extended body of the eighteen holes. So I wonder what it would feel like to live behind, next to or opposite, what do I know, what is the right thing to do, of a golf course. I look at these social influences of country livability with some admiration, because I realize that they are also part of the golfer’s architectural design. I then walked towards the clubhouse, I wanted to sit down and write these ideas that came to my mind one after another like the bursts of shots from my son who continued his passionate training every afternoon. Now from here I can admire through this majestic window everything that my sight allows me to get lost in the horizon of the distance. Now

I wonder if perhaps I would have the ability to design a golf course and immediately I answer no. It may seem simple, but the spatial design suggests more creative difficulty the fewer elements you have to solve, like a hotel, for example. In the modern era of the golfer, Golf courses increasingly require current designs that are far from the British tradition. Artistry goes beyond the game. Today we must offer sustainability, which mediates the natural environment and its ecological balance, so that the impacts are as minor as possible. The architectural project must have respect for the habitat and each proposal be coherent with principles of unity and harmony, not only visual but also organic. I see mathematical ideas everywhere: in the hollows of sand; on the mounds of each Green; in the arrangement of all routes; sizes, textures, colors, sounds. Everything here is inviting, meditative, elegant; I believe that golf is a type of game that is secreted with nature. Now I understand why my son cannot stop coming for a single afternoon to confront himself.

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