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RESIDENCIA DE VIVOS Y DE MUERTOS.

La nueva edición de D’Casa Magazine, enero -febrero, un bimestre dual, termina la temporada otoño-invierno e inicia la temporada primavera-verano. La dualidad siempre presente en nuestra vida y en la naturaleza, luz y sombra, vida y muerte.

El Palacio Tatoi de la Familia Real de Grecia también presenta está dualidad al ser al mismo tiempo residencia y cementerio, lugar de descanso de vivos y de muertos.

Ubicado en los suburbios al norte de la bulliciosa Atenas, capital de Grecia, Tatoi es un lugar tranquilo y campirano. Sirvió de residencia familiar y de descanso para la familia real. Sus abandonados edificios y jardines escucharon las risas familiares y también los lamentos por sus muertos.

Este palacio poco conocido de una familia real sin trono, sale de su casi anonimato en ocasión de un triste acontecimiento, la muerte del rey Constantino II de Grecia el 10 de enero de este año y su posterior sepultura una semana después junto a todos sus reales antecesores. Descendiente de reyes y emperadores, el rey Constantino II fue más conocido por ser esposo de Anna Maria, hermana de la reina Margrethe II de Dinamarca, y por ser hermano de la reina Sofía de España. Tatoi es un complejo de edificios en un gran campiña con viñedos y olivares. Durante el reinado de Georgios I, el arquitecto alemán Ernst Ziller inicia en 1872 la construcción del Viejo Palacio, en estilo neoclásico con elementos de un chalet suizo.

En 1884 se empieza a construir el Nuevo Palacio, en un estilo inspirado en el palacio ruso de Peterhof, en San Petersburg, tierra natal de la reina consorte Olga. El arquitecto fue Sabbas Boukes, griego, quien mezcló el estilo neoclásico con los toques de una residencia campestre francesa. Finalmente, al sur de esta gran finca otro arquitecto griego, Anastasios Metaxas empieza a construir en 1898 la construcción de la Iglesia de la Resurrección con el mausoleo real, por encargo de la reina Olga quien deseaba un lugar para enterrar a los muertos de la familia. Este complejo de arquitectura románica griega, contiene las tumbas de los últimos 6 reyes de esta dinastía, sus consortes y varios príncipes y princesas.

Al ser una propiedad privada, es decir, propiedad de la familia real y no del Reino de Grecia, Tatoi se convirtió en su residencia favorita, dónde el protocolo era menos riguroso y el personal más reducido. El ambiente aunque más relajado mantuvo su formalidad y elegancia pues además de ser lugar para fiestas y celebraciones, también sirvió de hospedaje para huéspedes distinguidos.

Finalmente el año 2003 el Estado Griego se apoderó del Palacio Tatoi prometiendo una compensación económica que aún no ha sido pagada y que estaría destinada a la Fundación Reina Anna Maria para niños griegos necesitados. A pesar de todo, en medio del abandono, después de haber vivido tantas alegrías y tristezas, el Palacio Tatoi sigue albergando en su mausoleo a sus legítimos dueños, los reyes de Grecia

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