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el último coronado de la dinastía Windsor Carlos III:

lo quE sEría la nuEva Era En la monarquía británica, EmpEzó con una cErEmonia cargada dE ritos mEdiEvalEs, miEntras los súbditos dEl rEy dE rEino unido sE dividían EntrE cElEbracionEs y manifEstacionEs dE rEchazo

Tras la muerte de su madre, en septiembre de 2022, Carlos iii fue coronado rey de reino Unido y soberano de los 14 reinos que conforman la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).

El histórico evento fue el 6 de mayo y reunió a unos 2200 invitados especiales. Pudo ser visto por casi 4000 millones de personas, pues es la segunda ceremonia de coronación televisada. La primera fue hace 70 años, cuando isabel ii ascendió al trono. Unos de los asistentes más esperados fue el controversial príncipe Harry, hijo menor del recién ungido monarca, quien llegó sin su esposa, Meghan Markle ocupó un puesto en la tercera fila junto con su tío Andrés, otro personaje incómodo para la monarquía.

También estuvieron presentes celebridades, dirigentes mundiales y presidentes, como Lula Da Silva, de Brasil; y Emmanuel Macron, de francia. rompiendo con las tradiciones, el heredero al trono invitó a otros monarcas. Sin duda, el acontecimiento real logró captar la atención del mundo entero. Los motivos sobran. Carlos III representa el último coronado de la dinastía Windsor, los simbolismos del protocolo representan más de 1000 años de historia; además, el acto se vio salpicado por conflictos políticos propios de nuestra época.

CEREMoNiA MEDiEVAL

En el acto de coronación y unción del nuevo rey de reino Unido, abundaron los ritos antiguos. De hecho, es la única monarquía europea que sigue usando los símbolos de realeza.

Esta ceremonia es fundamentalmente una liturgia religiosa para coronar a la cabeza de la iglesia anglicana. Todo trascurrió en la abadía de Westminster, donde se cumplieron los cinco pasos: el reconocimiento, el juramento, la unción, la investidura y la entronización. Con el grito de “Dios salve al rey”, el pueblo y los asistentes a la coronación reconocen a su nuevo soberano. Luego, Carlos III juró lealtad a la iglesia anglicana.

También juró defender la fe de otras religiones y su práctica en el reino Unido. Esto ha sido considerado como una muestra de apertura. Para el momento de la unción, el rey, de 74 años, fue despojado de sus vestimentas. Siguiendo el tradicional rito, Carlos III se ocultó con una especie de pantalla, mientras le untaban el aceite consagrado en Jerusalén.

Al ser coronado, también le presentaron las insignias reales, símbolos de autoridad. Portando la corona de San Eduardo fue sentado en su trono, mientras sonaban las trompetas y se disparaban salvas en todo reino Unido.

Al salir del templo con su esposa Camila, el rey Carlos III hizo su recorrido en el carruaje dorado hasta el palacio de Buckingham, donde junto con su familia les dio el primer saludo a los británicos desde el balcón.

SUMiSióN y LEALTAD

Contrariamente a lo que había ocurrido en anteriores coronaciones, ninguno de los miembros de la realeza se arrodilló y besó la mano derecha del rey, como es- tablece la tradición. Solo su hijo mayor, el príncipe Guillermo, quien le sigue en la línea de sucesión, le rindió el merecido homenaje de sangre real. fue uno de los gestos que más llamó la atención de la gente, por la emotividad y humildad.

De rodillas, el próximo heredero al trono le prometió a su padre lealtad y le dio un beso en la mejilla, mientras el monarca, visiblemente emocionado, la dio las gracias.

AGASAJoS

El pueblo celebró la coronación de Carlos III en diferentes clubes y sitios nocturnos. Al día siguiente fue el Big Lunch. Más de 67000 almuerzos en las calles, bares y restaurantes de reino Unido.

En los alrededores del Castillo de Windsor, miembros de la familia real, como los príncipes de Gales, Guillermo y Kate , se mezclaron con miles de personas que participaron de esta actividad. El multitudinario evento tuvo varios propósitos: festejar el comienzo de una nueva era con el advenimiento de Carlos, unir a las comunidades y mitigar los efectos de la creciente soledad, sobre todo entre los ancianos. o tros viajaron fuera de Londres para disfrutar este almuerzo. Entre ellos, los príncipes de Edimburgo, Eduardo y Sofía ; la prince - sa Ana de inglaterra ; el primer ministro, Rishi Sunak ; y la primera dama de los EE. UU., Jill Biden

CoNTRASTANTE

La nota discordante de la jornada de coronación fueron las protestas del grupo antimonárquico republic.

Cerca de 2000 manifestantes, con camisetas amarillas y carteles donde se leía “No es mi rey”, gritaban consignas cerca de la procesión, exigieron un jefe de Estado electo y señalaron que la familia real no tiene cabida en una democracia constitucional moderna.

Previo a la ceremonia, la Policía de Londres confirmó la detención de al menos 52 personas, argumentando trifulcas, alteraciones del orden público, violación de la paz y conspiración para provocar molestias públicas.

Desde septiembre pasado, cuando Carlos se convirtió en rey, son muchas las protestas que se han registrado. Sondeos de opinión sugieren que tanto la oposición como la apatía hacia la monarquía, están en aumento. Solo 29 % de los encuestados los respalda, el nivel más bajo en 40 años. También ha habido acciones similares por parte de grupos ecologistas; y de ciudadanos que piden la independencia de Escocia y Gales, dos de las naciones de la Commonwealth.

ARRUAJES

Para ir a la ceremonia, Carlos y Camila utilizaron el carruaje de Estado del Aniversario de Diamante, equipado con todo tipo de comodidades: suspensión séxtuple, ventanillas eléctricas, calefacción y aire acondicionado.

Para el regreso, lo hicieron a bordo del carruaje Estatal Dorado, que tiene más de 200 años; y por ello no tiene ventanillas con lunetas eléctricas, ni calefacción o amortiguación.

CoRoNAS

Carlos fue coronado con la corona de San Eduardo, pieza creada en 1661. Consta de una estructura de oro de 22 quilates, engastada con 444 piedras preciosas: zafiros, turmalinas, amatistas, topacios y citrinos. Los bordes están decorados con una hilera de perlas. Pesa 2,23 kilos y tiene un capuchón de terciopelo con una banda de armiño. Posteriormente, le colocaron la corona del Estado Imperial, usada por el rey George Vi y la reina isabel ii. Cuenta con 2868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 239 perlas y 4 rubíes, así como el rubí del Príncipe Negro. Su valor se estima entre 3 y 5 mil millones de libras esterlinas.

SiLLA DE SAN EDUARDo

Es el mueble más antiguo del reino Unido, hecho en madera de roble y contiene fragmentos de la Piedra de Scone, que data de la Edad Media. Este trono

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