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DEsPEnsA DE tiEMPo y DinERo “ahorradora”

recomendaciones de Los especiaListas para organizar nuestra despensa, sabiendo qué aLimentos de Larga duración nos conviene aLmacenar y evitando despLazamientos superfLuos o innecesarios aL supermercado

Seguramente todos tenemos una despensa de mayor o menor tamaño en nuestra casa, pero la mayoría desconocemos cómo mantener bien organizado y “bien alimentado” ese lugar destinado a guardar y almacenar los comestibles e ingredientes con los que vamos preparando las comidas de nuestro día a día.

La despensa ideal para ahorrar tiempo, dinero e incluso visitas al médico, debe contener una serie de productos saludables, estar organizada con inteligencia y evitarnos la necesidad de tener que ir a diario o cada pocos días al supermercado, porque se nos olvidó comprar algo o por no recordar que nos hacía falta, según los especialistas.

Uno de los pilares para seguir una dieta equilibrada es tener una buena despensa con la que preparar una comida saludable. Para ello, es importante dedicar un tiempo a decidir qué alimentos no pueden faltar en casa para darles un uso provechoso y poder improvisar cuando sea necesario, según el proyecto SENDO, de la Universidad de Navarra, (norte de España).

La Despensa Saludable

Los alimentos que deben estar siempre presentes en una despensa saludable (incluyendo la nevera, el congelador y los armarios, que permiten almacenar alimentos que se conservan a distintas temperaturas) son aquellos que componen la Dieta Mediterránea, según SENDO.

En una despensa saludable debe haber verduras, hortalizas y frutas frescas de temporada, legumbres secas, cereales integrales (pan, arroz y pastas, cereales de desayuno tipo muesli, bajos en azúcares añadidos), tubérculos (papa o boniato), harinas integrales (trigo sarracenos) o sin gluten (alforfón, quinoa, maíz, arroz, soja, garbanzo) y carnes blancas (pollo, pavo, conejo), según Víctor de la O Pascual, investigador de SENDO.

También debe incluir carnes magras de cerdo o ternera (lomo, chuleta, filete), embutidos (jamón york, pechuga de pavo o pollo), pescados blancos y azules, huevos, yogures y quesos bajos en grasa, frutos secos sin tostar, conservas saludables a base de verdura, legumbre, enlatados de pescado, marisco, encurtidos, y aceite de

Gourmet

oliva de baja acidez o virgen extra. Tampoco deberían faltar congelados de verduras, platos elaborados en casa para la semana (‘batch cooking’), hierbas aromáticas y especias, café, té o infusiones, cacao y chocolate negro (de alta pureza), de acuerdo a O Pascual.

La Clave Es Organizarse

Además de saludable, la despensa debe estar organizada, incluir alimentos que tarden bastante en caducar y ayudar a reducir la cantidad de veces que acudimos al supermercado para comprar, recomiendan desde TK Home Solutions, TKHS, firma especializada en soluciones tecnológicas para personas con problemas de movilidad.

No todo el mundo puede ir al supermercado a diario o cada pocos días, a veces por problemas de movilidad, trabajo, pereza u otras causas. Puede haber muchos motivos que nos impidan ir a comprar productos de una manera asidua, especialmente para la gente mayor, a la que le resulta más difícil desplazarse, según explica Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TKHS.

Hay personas a las que le gusta pasar un rato en el “Súper”, comparar precios y revisar etiqueta, pero incluso los “fans del consumo” pueden vivir circunstancias o situaciones inesperadas que le impidan acudir a la compra, como la pandemia que hemos vivido, algún fenómeno meteorológico, un accidente, una enfermedad o el exceso de trabajo y obligaciones, añade.

Por su parte, la capacidad de moverse y desplazarse empeora con el paso del tiempo en algunas personas mayores, las cuales no tienen en consecuencia la posibilidad de ir al supermercado cada vez que lo necesitan, según TKHS.

“Salvo que hacer la compra sea un placer, lo mejor es adquirir una vez al mes los productos no perecederos en un supermercado de mediana o gran superficie, y efectuar una compra semanal de productos frescos, como frutas y verduras, carnes y pescados, en los comercios próximos a nuestro domicilio”, recomienda.

Acudir más veces a comprar comestibles presenta inconvenientes como la pérdida de tiempo, el gasto de combustible si se va en coche al supermercado, así como el riesgo de comprar de más o efectuar compras por impulso, añaden. Señalan que en cualquier casa, por pequeña que sea, se puede destinar un armario para usarlo como despensa, teniendo en cuenta que debe ser accesible y que no debe estar excesivamente lleno para poder ver siempre su contenido. Para organizarlo bien, resulta útil seguir las siguientes recomendaciones de TKHS.

Almacenamiento

Una despensa nunca debe superar los 25 ºC de temperatura, por lo que no es conveniente situarla encima de la vitrocerámica o del fuego de la cocina ni en un cuarto expuesto al sol. Es necesario que tenga una puerta cerrada, que no sea de cristal, para proteger los alimentos de la luz, y que no haya humedad ni puedan entrar insectos ni mascotas a su interior.

Recipientes

Lo ideal es conseguir unos frascos de cristal que permitan observar fácilmente los contenidos que tenemos disponibles y en qué cantidad. Además, esta opción también resulta más estética en términos visuales que almacenar los comestibles en paquetes medio llenos y cerrados con una pinza de la ropa, según TKHS. Los recipientes deben poder cerrarse herméticamente, recalcan.

Etiquetado

No es necesario poner en los frascos de cristal de cocina el nombre del producto que contienen, siempre que su contenido pueda apreciarse a simple vista, Sin embargo, conviene recortar y guardar la etiqueta del comestible que hay dentro, según TKHS. Otra opción es utilizar un rotulador especial para escribir sobre el cristal la fecha caducidad de los alimentos, ya que algunos pueden durar varios años pero su duración no es eterna, añaden.

Orden

Tener una despensa organizada ahorra tiempo y dinero, recalcan desde TKHS. Si se almacena demasiada cantidad de comestibles se tendrán dificultades para ver que hay en la despensa y comprobar si algún productos está próximo a caducar y así poder consumirlo a tiempo.

Cada vez que se vaya acabando un producto, hay que apuntarlo en la lista de la compra para reponerlo en cuanto sea posible. Cuando tengamos que rellenar un frasco, primero hay que vaciarlo, a continuación echarle el nuevo contenido y finalmente echar encima el contenido más antiguo, para de esa manera consumirlo antes, recomiendan los expertos de TKHS.

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