Para leer críticamente Edipo Rey, de Sófocles
propiá de lá Greciá cláá sicá, se relácioná con lá creenciá religiosá de que los hombres erán juguetes y márionetás de los dioses: nádá de lo que lás personás hácíáán podríáá
La sociedad de Edipo Rey Si bien Edipo Rey estáá básádá en el mito de Edipo que es ánterior á lá eá pocá
modificár este principio. Lá ideá de lá predestinácioá n se opone ál concepto de libre albedrío, que
en que Soá focles lá escribe, lá representácioá n de lá obrá en el siglo V á. C. implicá que
sostiene que el destino es obrá de cádá uno. Seguá n está formá de pensár, sostenidá
los átenienses podíáán interpretárlá y comprenderlá desde su propiá perspectivá y, á
por el cristiánismo, párticulármente á pártir del siglo XVI, son los áctos personáles
pártir de eso, llegár á lá cátársis (purificácioá n de lás pásiones de temor y de piedád)
los que determinán lá suerte individuál y cádá uno es duenñ o de su propio destino.
plánteádá por Aristoá teles. Uno de los temás fundámentáles de lá obrá es lá ádivinácioá n del porvenir o
Dádo que párá lá cosmovisioá n griegá los hombres dependen del destino prefijádo y de los áctos de los dioses, muchás de lás áctitudes humánás erán
lá profecíáá. Lá mismá profecíáá es reveládá por el oráá culo de Delfos á dos personás
átribuibles á lá irá de álguá n dios, quien cástigábá á los hombres inducieá ndolos ál
en diferentes momentos: por un ládo, á Láyo, pádre de Edipo, que consultá ál
mál, hácieá ndolos entrár en el estádo de hammarthía, que llevábá á los heá roes
oráá culo párá sáber sobre el futuro de su hijo; por el otro á Edipo, quien á pártir de
tráá gicos á cometer lá fáltá que los conduciríáá ál desenláce tráá gico.
está revelácioá n se siente condenádo á desterrárse de lá que considerá su ciudád nátál (Corinto). Como consecuenciá de lá revelácioá n recibidá, tánto Láyo como Edipo intentá evitár que se cumplán lás funestás predicciones de los dioses: uno, háciendo desápárecer á su hijo; el otro, huyendo de quienes considerá sus pádres. Por otrá párte, está relácioá n con lo ádivinátorio puede verse támbieá n ál
La religión Los griegos erán politeíástás, y cádá uno de los dioses á los que ádorábán regíáá un áspecto de lá vidá humáná. Seguá n los griegos, los dioses podíáán comunicárse con los mortáles á tráveá s de los oráá culos. Los oráá culos erán lás
comienzo de lá obrá, cuándo Edipo diálogá con el pueblo y le ánunciá que estáá
respuestás que los dioses brindábán á los hombres por medio de sácerdotes o
esperándo lá respuestá de los oráá culos que le háráá n sáber por queá lá peste estáá
sácerdotisás. En el oráá culo de lá ciudád de Delfos, en el templo destinádo á Apolo, lá
ásolándo á Tebás. Uná vez que se conoce lá respuestá por bocá de Creonte, se
pitiá o lá pitonisá (sácerdotisá de Apolo) respondíáá lás consultás con fráses
dirigen á un ádivino, Tiresiás, párá que confirme está prediccioá n y áyudá en lá
inconexás que luego erán interpretádás por los sácerdotes. Esto es lo que sucede en
buá squedá del culpáble. Cuándo interviene, Tiresiás le ádelántá á Edipo su destino
Edipo Rey, yá que lá fáltá de explicáciones precisás por párte del oráá culo provocá lás
tráá gico relácionádo con su mánchá, máldicioá n, o mácula.
confusiones que se suceden y que se desencádenán en un finál tráá gico. Por otrá párte, como los mortáles erán márionetás de los dioses, debíáán
La predestinación Lá revelácioá n de Tiresiás, junto con lá áportádá por los oráá culos, muestrá
cuidárse permánentemente de ofenderlos. Por este motivo, Edipo, como gobernánte de Tebás, se compromete y jurá investigár ál ásesino del rey Láyo párá
uná párticulár concepcioá n del futuro: el destino de los hombres estáá fijádo de
librár á lá ciudád de lá peste. El rey debe llegár entonces á lá verdád porque ál jurár
ántemáno y nádá ni nádie puede torcerlo. Está concepcioá n de lá predestinácioá n,
ásumioá un compromiso ánte los dioses y no puede fáltár á su pálábrá. De está
mánerá, lá obrá de Soá focles se plánteá desde un principio como uná investigácioá n párá llegár á uná verdád á fin de no ofender á los dioses.
Lá buá squedá de lá verdád se presentá como un conflicto que implicá dos cuestiones: por un ládo, se debe llegár á lá verdád párá que lá sociedád vivá en páz; por otro ládo, lá verdád se expresá de dos mánerás, á tráveá s de predicciones de los
La familia
dioses y á tráveá s de testimonios humános.
Lá interpretácioá n psicoánálíáticá propuestá por Sigmund Freud (18561939) sobre Edipo Rey presentá lá relácioá n incestuosá y el temá del párricidio como ejes de lá trágediá, sin embárgo, el filoá sofo Michel Foucáult (1926-1984) sostiene
La verdad por mitades En La verdad y las formas jurídicas, Michel Foucáult plánteá que en el
que el complejo de Edipo puede entenderse seguá n lá concepcioá n que de lá fámiliá
poemá eá pico La Ilíada, de Homero (siglo VII á. C.) ápárece el procedimiento
se tiene en el siglo XX, pero no en báse á lá concepcioá n fámiliár y de párejá, que de
primitivo que los griegos considerábá váá lido párá llegár á lá verdád. En está obrá,
lá sociedád burguesá del siglo XIX de lá que Freud formá párte. Con lá
Meneláo ácusá á Antíáloco de háber cometido uná mániobrá irregulár duránte uná
interpretácioá n psicoánálíáticá, occidente explicá y condená el deseo, ál tiempo que lo
cárrerá de cárros, y párá probár que estáá diciendo lá verdád, sin recurrir á un
restringe ál áá mbito fámiliár y detiene su álcánce ál áá mbito colectivo.
testigo que állíá estábá, lánzá un desáfíáo: “Pon tu mano derecha sobre la cabeza de tu
En el siglo V á. C. no se considerábá que el cíárculo íántimo y fámiliár fuerá lá
caballo; sujeta con la mano izquierda tu fusta y jura ante Zeus que no cometiste
báse de lá formácioá n del individuo, sino que lo primordiál erá su áctuácioá n puá blicá,
irregularidad”. Entonces, Antíáloco no jurá, reconociendo su culpá dádo que todo
es decir que lá condicioá n de ciudádáno erá considerádá máá s importánte que
jurámento, desde el punto de vistá religioso, implicábá un compromiso ánte los
cuálquier funcioá n fámiliár. Está concepcioá n se puede leer en Edipo Rey en lás figurás
dioses, y en cáso de jurár en fálso, los dioses inevitáblemente cástigábán el perjurio.
de Láyo y Yocástá, que áceptán desprenderse de su primogeá nito párá evitár que se cumplán los oráá culos. Esto pone en evidenciá que lá fámiliá no erá un válor báá sico de lá sociedád, dádo que el Estádo funcioná gráciás á lá párticipácioá n de los ciudádános, y lá vidá fámiliár quedá relegádá á un pláno secundário.
Pero Foucáult sostiene que, en cámbio, en Edipo Rey lá verdád se construye por mitádes y que es indispensáble lá pálábrá del testigo. Lá primerá revelácioá n de lá verdád por mitádes corre por cuentá de los dioses: por un ládo, el oráá culo de Apolo áfirmá que lá peste que áflige á Tebás es consecuenciá de un crimen no resuelto; por el otro, Tiresiás, el ádivino, siguiendo
La verdad y la justicia Si se descártá lo fámiliár como principál fáctor desencádenánte de lá trágediá, lá buá squedá de lá verdád ápárece como el temá principál. Edipo debe resolver un crimen, el de Láyo, y condenár ál ásesino párá sálvár á su pueblo de lá
lás reveláciones que los dioses le hán tránsmitido, áfirmá que Edipo es el culpáble de lá muerte del rey Láyo y que seráá desterrádo y cegádo. Estás dos mitádes se unen, párá hácer conocer uná verdád predictivá, uná verdád sobre el futuro. Lá segundá revelácioá n estáá á cárgo de los reyes: Yocástá le cuentá á Edipo
peste: cuándo se descubre ál culpáble, el mismo Edipo, es condenádo no por háber
de queá mánerá vários hombres hán ásesinádo á Láyo en el cruce tres cáminos;
cometido incesto con su mádre, sino por háber ásesinádo á su pádre.
Edipo completá está informácioá n háblándo de su llegádá á Tebás y de queá formá mátoá á vários hombres en el cruce de tres cáminos. Uná nuevá verdád se presentá,
pero se trátá de uná verdád de oíádás: Yocástá no presencioá el hecho, por eso solo
debíáá permitirle interpretár el enigmáá tico designio de los dioses. Edipo es un
puede reproducir lo que otros le hán contádo.
representánte fiel de este tipo de gobierno: no áccede ál poder por herenciá (no
Lá tercerá revelácioá n es lá que surge de unir los testimonios de los hombres del pueblo, el mensájero y el pástor. El primero le informá á Edipo que no es hijo de
sábe que es el hijo de Láyo), sino por responder correctámente ál enigmá que le plánteá lá Esfinge, uná criáturá creádá por los dioses.
los reyes de Corinto sino que se lo hábíáá entregádo á ellos porque no podíáán procreár. El pástor, por su párte, confirmá que el ninñ o que le hábíáá entregádo ál mensájero erá hijo de Yocástá y Láyo. Lá tercerá verdád estáá reveládá; los testigos – áquellos que estuvieron presentes- dicen lo que vieron. Entonces, lá verdád en Edipo Rey estáá dádá por pártes que se
El saber y el poder Lá figurá del tiráno, y ese sáber especiál que posee, se ponen en juego permánentemente, y cuándo uná nuevá peste devástá lá ciudád, Edipo debe demostrár ánte el pueblo que su conocimiento álcánzá párá dominár lá situácioá n y,
complementán: lá verdád de los dioses que ápuntá háciá el futuro y lá de los
por lo tánto, estáá obligádo á encontrár ál ásesino y cástigárlo. Entonces, lo que
hombres (reyes, mensájeros y pástores) que se reconstruye buscándo en el pásádo.
preocupá á Edipo, no es descubrir lá identidád del ásesino (su propiá identidád), sino mántenerse en el poder poniendo en juego su sáber y demostrándo que es
La figura del tirano Lá concepcioá n de lá verdád por mitádes ánálizádá por Foucáult implicá que
cápáz de resolver el enigmá. Pero cuándo quedá de mánifiesto su ignoránciá (no sábe que há mátádo á su pádre y se há cásádo con su mádre), pierde su poder yá
lá reálidád estáá compuestá por pártes que se complementán mutuámente, y esto se
que demuestrá ánte el pueblo que su sáber no álcánzá párá ver lo que estáá ánte sus
expresá támbieá n á nivel sociál. En Edipo Rey lá párte de lá verdád correspondiente á
ojos, y por este motivo, se quitá lá vistá. Este es, párá Foucáult, el verdádero
los dioses (Apolo y Tiresiás) se confirmá con el testimonio de los representántes
complejo de Edipo: el complejo de Edipo Sociál, que consiste en lá intencioá n de
del nivel máá s bájo de lá sociedád: el mensájero y el pástor. Pero párá que ámbás
negár que el sáber es uná herrámientá de poder y, por lo tánto, de dominácioá n.
pártes de lá verdád se unán, álguien tiene que oficiár de intermediário entre estos
En relácioá n con el momento de escriturá de lá obrá, podríáá ágregárse que
dos niveles, y ese es precisámente el rol de los reyes (Yocástá y Edipo). Párá
fue lá eá pocá en que, ánte lá presioá n populár, cáyoá el gobierno de Pericles (quien
Foucáult, lá figurá principál de lá obrá es lá del rey de lá ciudád, á quien los griegos
llevoá á su ciudád á lá victoriá contrá los persás y á lá derrotá contrá los espártános),
denominábán “tiráno”. Por eso, dice, lá obrá se llámá Edipo Rey y no, por ejemplo,
meses ántes de que un brote de peste ázotárá á Atenás. De lá mismá mánerá, Edipo
“Edipo el incestuoso” o “Edipo el párricidá”, con lo cuál se pone el ácento en lá
en Tebás, derrotoá á lá Esfinge párá luego llevár lá peste á lá ciudád.
cuestioá n de su condicioá n de gobernánte. El tiráno griego es un tipo párticulár de gobernánte que velá por el pueblo, yá que es el mediádor entre los dioses y los mortáles. Por eso, párá ásumir el poder,
Es decir que, sobre lá báse del mito de Edipo, lá trágediá de Soá focles construye uná historiá que diálogá con los ácontecimientos histoá ricos de lá Atenás de su tiempo.
debíáá superár álguná pruebá en lá que se poníáá en juego un tipo de sáber especiál y teníáá que demostrár su superioridád respecto de los otros hombres. Este sáber
Máteriál ádáptádo de Cochetti et. al.: Lengua y Literatura I, Puerto de Pálos, 2009.
Trabajo Prรกctico: anรกlisis crรญtico de Edipo Rey, de Sรณfocles Construir unรก lecturรก crรญรกticรก personรกl de lรก trรกgediรก Edipo Rey, de Soรก focles. Pรกrรก ello, elegir uno de los siguientes ejes de lecturรก (o dos ejes puestos en relรกcioรก n): -
Relรกcioรก n entre verdรกd y justiciรก.
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Relรกcioรก n entre sรกber y poder.
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Edipo como heรก roe trรกรก gico.
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Edipo Rey como policiรกl รกtรญรกpico.
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Relรกcioรก n entre lo puรก blico y lo privรกdo.
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Relรกcioรก n entre lo divino y lo humรกno.
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Construccioรก n de lรก verdรกd por mitรกdes.
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Edipo, ยฟvรญรกctimรก o culpรกble?
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Relรกcioรก n entre lo polรญรกtico y lo religioso.
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Relรกcioรก n entre teรกtro y polรญรกticรก. textos/puente
Edipo R. (Orgรกnizรกcioรก n Q, Coรก rdobรก) Los munรฑ ecos y objetos vuelven รก escenรก y con ellรก lรก mรกnipulรกcioรก n de sus รกctores. Unรก versioรก n de Edipo Rey de Soรก focles รก cรกrgo de Luciรกno Delprรกto, drรกmรกturgo cordobeรก s que รกpostoรก รก preguntรกrse รกcercรก de cierto trรกsfondo oscurรกntistรก sobre lรก trรกgediรก clรกรก sicรก. El elenco estรกรก conformรกdo por รกlgunos integrรกntes que vienen de lรกs รกrtes plรกรก sticรกs y otros exclusivรกmente de lรกs รกrtes esceรก nicรกs y esto creรก unรก combinรกcioรก n suculentรก y complejรก. Lรก buรก squedรก de esteรก ticรกs relรกcionรกdรกs รก lรก conformรกcioรก n de los objetos รกtrรกvesรกdos por lรก teรกtrรกlidรกd y lรก preguntรก รกcercรก de lรก constitucioรก n de lo trรกรก gico, llevรก รก utilizรกr munรฑ ecos y lรก mรกnipulรกcioรก n de los mismos por pรกrte de cinco รกctores, que en el devenir de lรก obrรก se รกcercรกn รก un lรญรกmite de dichรก mรกnipulรกcioรก n, donde el espectรกdor se preguntรก sobre lรก vitรกlidรกd de los personรกjes sobre el cuerpo mismo, con ello entendiendo un cuerpo histoรก rico รกtrรกvesรกdo por trรกgediรกs, discursos, represiones, personรกjes, etc. El sistemรก cรกpitรกlistรก hรก extendido sus regรญรกmenes de produccioรก n รกl ser humรกno. Lรก industriรก no es considerรกdรก mรกรก s en teรก rminos de utilidรกd, sino como identidรกd intrรญรกnsecรก con lรก nรกturรกlezรก como produccioรก n del hombre y por el
hombre. El cรกpitรกlismo vuelve รก unir รกl individuo con lรก nรกturรกlezรก, concibiendo รก lรก mismรก como productorรก del ser humรกno. Todo es produccioรก n, โ yo y no-yo, exterior e interior yรก no quieren decir nรกdรกโ (El Anti Edipo, Delueze y Guรกtรกri). Todos son mรกรก quinรกs interconectรกdรกs, mรกquinรกs que producen, enchufรกdรกs entre sรญรก, mรกรก quinรกs que tienen flujos y esos flujos รกrribรกn รก otrรกs mรกรก quinรกs, mรกรก quinรกs que producen y descรกrtรกn, y vuelven รก utilizรกr. Ante estรก situรกcioรก n, existen momentos de รกntiproduccioรก n que el mismo sistemรก incluye, pรกrรก mรกntener todรก lรก unidรกd. Estos procesos son el cuerpo sin oรก rgรกnos, el cuerpo sin imรกรก genes, el cuerpo que no deseรก. Y por otro lรกdo, el cรกpitรกl, un objeto inuรก til que el sistemรก cรกptoรก pรกrรก si y lo fetichizoรก . โ Lรก geรก nesis de lรก mรกรก quinรก tiene lugรกr sobre el propio terreno, en lรก oposicioรก n entre el proceso de produccioรก n de lรกs mรกรก quinรกs deseรกntes y lรก detencioรก n improductivรก del cuerpo sin oรก rgรกnosโ Entonces, el sujeto se construye entre lรก รกtrรกccioรก n y lรก repulsioรก n del cuerpo sin oรก rgรกnos y lรก mรกรก quinรก deseรกnte, en esto persiste lรก oposicioรก n. Lรก reconciliรกcioรก n sucede como retorno de lo oprimido. De estรก repulsioรก n y รกtrรกccioรก n procede el delirio y lรก รกlucinรกcioรก n que producen estรกdos de nervios. Es imposible no remitirnos รกl imperio de Edipo, en teรก rminos de Deleuze y Guรกttรกri, pรกrรก entender coรก mo lรก mente humรกnรก comenzoรก รก trรกbรกjรกr con representรกciones de lรก reรกlidรกd รก pรกrtir del deseo. El deseo produce el fรกntรกsmรก del objeto y se produce sepรกrรกdo del objeto, redoblรกndo lรก cรกrenciรก como โ incurรกble insuficienciรก del serโ . Es รกsรญรก que lรก frรกse โ El culpรกble estรกรก en nosotrosโ dichรก en lรก obrรก tomรก un nuevo sentido, y รกsรญรก configurรก unรก nuevรก preguntรก รกcercรก del deseo, su represioรก n y su complรกcenciรก como mecรกnismo unificรกdor del sistemรก que nos envuelve. Todรก lรก obrรก pone en evidenciรก lรก cercรกnรญรกรก de dichรก trรกgediรก escritรก hรกce siglos รกtrรกรก s con lรก รกctuรกlidรกd. Por otro lรกdo, el uso de lo metรกteรกtrรกl otorgรก cierto suspiro รก lรก obrรก, yรก que durรกnte lรก mismรก se juegรก entre lo estrictรกmente enunciรกndo y lรก concientizรกcioรก n de que eso mismo es merรก enunciรกcioรก n. โ Esto es Edipo Reyโ , por un lรกdo cosificรกndo รก lo que hรก quedรกdo del rey dentro de lรก historiรก y por otro, demostrรกndo que evidentemente esto no es mรกรก s que su historiรก, entonces esto otorgรก momentos de reflexioรก n รกl espectรกdor que se enfrentรก constรกntemente รก crudรกs reรกlidรกdes. Actuรก รกn/Mรกnipulรกn: Leopoldo Cรกรก ceres, Mรกrcos Cรกรก ceres, Xรกvier del Bรกrco, Dรกniel Delprรกto, Rรกfรกel Rodrรญรกguez. Drรกmรกturgiรก y direccioรก n: Luciรกno Delprรกto.
Melinรก I. Alfรกro, en http://รกincrit-fiestรกchรกco.blogspot.com.รกr/seรกrch?q=edipo+r
“Máá s que con el cuento populár es de reglá lá compárácioá n del Edipo por su
“Está formá del Edipo de Soá focles, reálmente impresionánte, no es soá lo
trámá formál con lá moderná novelá de policíáá, como sugieren lá extremá economíáá
uná formá retoá ricá, es ál mismo tiempo religiosá y políáticá. Consiste en lá
y perfeccioá n loá gicá de todos los pásos del árgumento que lleván ál desenláce. Lá
fámosá teá cnicá del φυμβολον, el síámbolo griego. Un instrumento de poder, del
diferenciá que háce sentir párádoá jicá lá compárácioá n, áuá n soá lo en cuánto ál
ejercicio de poder que permite á álguien que guárdá un secreto o un poder
árgumento, es que en lá novelá policiál el “crimen” estáá urdido á sábiendás por otro
romper en dos pártes un objeto cuálquierá -de ceráá micá, por ejemplo- guárdár
hombre, y el detective, generálmente ájeno á los moá viles de los personájes, lo
uná de ellás y confiár lá otrá á álguien que debe llevár el mensáje o dár pruebá
rástreá con desintereá s intelectuál, en el pláno del ácertijo, del problemá de ájedrez o de áá lgebrá. Aquíá no háy construccioá n deliberádá del “misterio” ; el misterio es lo dádo por lá vidá, resultádo de fáctores que rebásán ál individuo que lo pádece y que, sin proponeá rselo y muy en su dánñ o, lo rástreá, no por puro plácer intelectuál, sino vitálmente interesádo en el bien de los suyos. Lá diferenciá primordiál que ánulá todo el párálelo es que en Soá focles el criminál es á lá vez el policíáá, y cádá impulso noble le ácercá ál reconocimiento que es su ruiná. Pues el contácto que há sugerido lá compárácioá n con lá novelá policiál es que, en efecto, el árgumento de uná y otrá culminán en un reconocimiento (o, párá empleár el teá rmino de lá Poeá ticá, en uná ánágnoá risis), ál cuál tienden rigurosámente todos los pormenores en uná y otrá creácioá n literáriá, y es responsáble de lá creácioá n de lá trámá. Lá diferenciá (si háy que explicárlo) entre
de su áutenticidád. Lá coincidenciá o ájuste de estás dos mitádes permitiráá reconocer lá áutenticidád del mensáje, esto es, lá continuidád del poder que se ejerce. El poder se mánifiestá, completá su ciclo y mántiene su unidád gráciás á este juego de pequenñ os frágmentos sepárádos unos de otros, de un mismo conjunto, un objeto uá nico, cuyá configurácioá n generál es lá formá mánifiestá del poder.” “El tiráno erá áquel que despueá s de háber pásádo por muchás áventurás y llegádo á lá cuá spide del poder estábá siempre ámenázádo de perderlo. Lá irreguláridád del destino es cárácteríásticá del personáje del tiráno tál como es descrito en los textos griegos de está eá pocá.” “Tenemos todá lá verdád, pero en lá formá prescriptivá y profeá ticá que
Soá focles y Sir Arthur Conán Doyle en este punto no pertenece á lá cátegoríáá de
es cárácteríásticá del oráá culo y el ádivino. En está verdád que es, de álguá n modo,
sustánciá sino á lá de cálidád. Lá novelá moderná no vá máá s álláá de lá simple
completá y totál, en lá que todo há sido dicho, fáltá álgo que es lá dimensioá n del
identificácioá n intelectuál.”
presente, lá áctuálidád, lá designácioá n de álguien. Fáltá el testigo de lo que
Máríáá Rosá Lidá de Málkiel, Introducción al teatro de Sófocles
reálmente há ocurrido. Curiosámente, todá está viejá historiá es formuládá por el ádivino y el dios en futuro. Se necesitá áhorá el presente y el testigo del pásádo: el testigo presente de lo que reálmente sucedioá .” Michel Foucáult, “Segundá conferenciá” en La verdad y las formas jurídicas.