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Huellas

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Jesús está vivo

Jesús está vivo

Por: Heriberto Perez Genesta III de Teología

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Buen Pastor

¡Hola! Saludo con mucho gusto a todos los niños que forman parte del boletín “Amigos” de nuestro Seminario. En este número, no vamos a contemplar la figura de alguno de los amigos de Jesús, sino que vamos a acercarnos al propio Jesús, ya que en estos días son de gran importancia para los que formamos parte de la familia de Dios en la Iglesia, este tiempo es la Semana Santa, en el que Jesús nos da la prueba más grande de amor a nuestro Padre Dios muriendo en la cruz, recordándonos que él es el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas: “Saludo con mucho gusto a todos mis amigos, a los cuales, les recuerdo que Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da la vida por las ovejas. Así yo entregué mi vida, enseñando a las ovejas, anunciándoles el Reino de Dios, que es vivir la justicia, la paz, la verdad y el amor. Valores a los cuales, yo les invito a que vivan en su casa, con su familia y con sus amigos. ¿Recuerdan a cuantas personas ayudé? Así también ustedes deben ayudar a todos sus semejantes, especialmente a los que más están sufriendo. Vamos a recordar a los enfermos que atendí, a los leprosos, los cuales eran despreciados y considerados cómo impuros, pero a mí no me importó eso, así que los toqué y los curé. Así mismo, yo les invito a que ayuden a los que se encuentran solos, los que son rechazados y los que más sufren. ¿Se acuerdan del hombre que tenía la mano paralizada en la sinagoga? Como los fariseos estaban más preocupados porque no se hiciera algo “indebido” el día sábado, en vez de ayudar a alguien que lo necesitaba. De esa manera, us-

tedes deben siempre estar dispuestos a hacer lo correcto, sin temor a que los critiquen o que les digan algo, escuchen lo que te dice su conciencia y sus papás y hagan lo correcto para ayudar a todo su prójimo. Algo importante que deben recordar es que antes de salir a ayudar a medio mundo, deben de preocuparse primero por ayudar a los que están más cerca de ustedes, empezando por los de su casa, obedecer a su familia y ser un hijo responsable con todo lo que deben de cumplir. Así también, si les es posible, ayudar a sus vecinos con lo más sencillo, pero siempre estar dispuesto a ser un servidor de todo su prójimo, así como yo lo hice durante toda mi vida y lo sigo haciendo, a través de los sacerdotes y de todos los que son mis amigos, las familias, los jóvenes y los niños. Nuevamente, les pido que, durante toda su vida, sean unos buenos servidores de todos sus hermanos, de manera especial en los más pobres y los que sufren, de esa forma, juntos, poder construir la gran comunidad que iniciamos hace mucho tiempo y recuerden que yo estoy con ustedes en todo momento.”

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