2 minute read
A ti Soci
La grandeza de contar con alguien como tú
Sem. Fernando Burrola Sánchez, I de Teología
Advertisement
Hola queridos colaboradores de este boletín “ESFUERZO”, como siempre, es para mí un gusto escribir las siguientes líneas que espero sean de su agrado, ya que en ellas se impregna un poco de mi persona y lo que mi corazón quiere para ustedes y sus familias; es decir, palabras que los abrazan y unan más con Dios. Ese es el punto de central de este artículo: … volvernos a Dios.
Si bien la cuaresma nos sirvió de mucho para reinventarnos, mejor dicho, convertirnos, liberarnos de todo aquello que se fue quedando en nosotros y que se convirtieron en preocupaciones, pesadez, tristezas, angustias, sin sentido y todo esto consecuencia de la pandemia que aún estamos padeciendo. En este tiempo de Pascua, tiempo esperanzador para nosotros los cristianos que profesamos la fe católica, podemos ver nuestro fruto, mejor dicho, si recuerdan Jesús nos invitaba a ir a nuestro propio desierto y allí nos enseñó que no sólo de pan vive el hombre y la mujer, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios. Es fiarnos en Él, un pleno abandono, desprendimiento. Darnos cuenta que también el otro sufre, es experimentar la compasión que Jesús tuvo con todos con los que se relacionó en aquellas comunidades, y eso era su forma de vivir la vida con amor, siempre cumpliendo la voluntad de Dios en su vida. Eso se describe como un estar con Dios, con el Padre. Así nosotros debemos estar, a ejemplo de Jesús, cercanos a Dios ya que, de nuestra relación con Él, emanan nuestros comportamientos con las personas que nos rodean. Comportamiento compasivo, misericordioso, alegre, servicial, entregado y dispuesto a la obediencia que nos viene de Dios.
Por tanto, que la resurrección de Jesucristo haya tenido un gran influjo en
nuestra forma de ver la vida, haya propiciado un verdadero paso de la muerte a la vida y no se haya quedado como una cuaresma y semana santa más. Cuanto amor nos viene de Dios…sí…sólo contempla a tu alrededor, casi podría asegurar que la mayoría de las cosas, personas y situaciones alrededor tuyo son buenas y bellas. Sí, es cierto, también habrá entre ustedes que leen este artículo alguno que no les esté yendo tan bien, pero nunca te olvides, que también Dios está ahí…en tu dificultad, está a tu lado; y prueba de ello es que no podemos solucionar lo que nos pasa con nuestras propias fuerzas, por eso aún no te caes del todo, porque Dios está ahí…Jesús va caminando contigo, se compadece, llora y consuela. Siempre habrá una solución a las preocupaciones, pero de eso se encarga Dios tanto cuanto le confiemos nuestra vida y permanezcamos con Él. Por eso, hay que volver a Dios; se menciona en el salmo 94: “Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía”, y en el salmo 99: “Sabed que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño”. Poniendo ante Dios tu vida y la mía, me despido en esta ocasión, con la esperanza y alegría de escribirte el próximo mes. Mi oración los abrace y que nuestra experiencia de estos días santos, rindan fruto abundante. Dios los bendiga.