Quiubole con

Los sueños de José

Por: Pbro. José Carlos Martínez Clark

Quiubole amigos del Seminario, espero que estén de lo mejor. Ya se fue el frío y pronto llega la primavera, tiempo de brotar de nuevo, sobre todo en nuestra relación con Dios. Esto, sí hemos estado un poco alejados de Él. Y si no, siempre será un buen momento para reforzar nuestra amistad con el Señor.

¿Te ha pasado que de pronto tienes un sueño que parece tan real, pero tan real que hasta te despiertas emocionado o asustado? Muchas veces cuando caemos en un profundo sueño, ya sea por que estamos cansados o por que nuestro cuerpo necesita recuperar fuerzas, nuestro cerebro entra en un estado que nos presenta imágenes tan reales que nos hace creer que estamos viviendo lo que soñamos. El mundo de los sueños es tan maravillaso que incluso, un santo tuvo contacto con Dios mediante su sueños. Él es San José, y según el

Evangelio de san Mateo, en el capítulo 2, Dios se le apareció en sueños y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate ahí hasta que te avise… Solo una persona que está muy atenta al actuar de Dios y con una gran sensibilidad de lo sagrado le puede llegar el mensaje de

Dios de esta manera. Pero los sueños no son la única forma de que Dios se comunique con el hombre, existen también otras como por ejemplo: la oración, la santa misa, una plática con nuestro párroco, la clase de catecismo, leer la biblia y más. Ya sea por sueños, como san José, o por alguna otra manera, lo importante es que Dios nos sigue hablando.

Pero para poder escucharlo hay que estar muy atento. Ya que Dios no nos habla de una manera común, como tú y yo, sino de una manera especial, tan especial que solo nosotros podemos entender.

Si nos has escuchado la voz del Dios es quizá por qué estés distraído. Te propongo que 6

este mes estés muy atento, como san José, a escuchar la voz del Señor. Ya sea por un sueño o mediante algún acontecimiento o alguna persona que te hable, Dios te mandara un mensaje, un mensaje diciéndote cuanto te AMA. En cuanto lo descubras puedes usar los siguientes renglones para escribir cual fue el modo en que descubriste la voz de Dios. Bendiciones y recuerda que san José escuchó a Dios en sueños, ahora ¿cómo vas a escuchar tu la voz de Dios?