LA TRANSICION INTERIORES, OCT 2010

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La transición Miércoles 27 Octubre 2010

La Transición

El SMSEM y las barbas de tu vecino

La transición Miércoles 27 Octubre 2010

La Transición

La necesaria

reforma estatutaria del SMSEM

Norberto López Ponce* Investigador de Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México.

Sánchez Pompa se ha apegado puntualmente al “Guión” o cronograma de actividades”.

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l 27 de octubre del año en curso, el Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) celebrará el XXXVII Consejo Estatal Ordinario, espacio en el que los delegados al mismo analizarán la situación del gremio y formularán los pliegos petitorios anuales de carácter económico, seguridad social, profesional y político sindical para el 2011. La fecha marcará al mismo tiempo la consumación de un año sindical, de la gestión de tres, del profesor Roberto E. Sánchez Pompa, secretario general del SMSEM. Cabe hacer notar que en

este año, Sánchez Pompa se ha apegado puntualmente al “Guión” o cronograma de actividades ordinarias, que según dice el hoy diputado local Fernando Zamora Morales, constituyó un gran aporte de su gestión, por medio del cual, cualquier profesor puede ser secretario general del SMSEM. Con todo, la situación por la que pasa el sindicalismo mundial y nacional como consecuencia de la soberbia de los gobiernos sujetos a las oligarquías internacionales y locales que han impuesto el modelo neoliberal, obliga a buscar las fórmulas o los mecanismos más apropiados para blindar a los sindicatos y

al movimiento sindical en general a fin de que puedan resistir las iniciativas de reforma laboral. Una cuestión es clara: la arrogancia de esas oligarquías se orienta a explotar aún más la fuerza de trabajo para colocarla en condiciones de envilecimiento. Así por ejemplo, los sindicatos españoles en la última semana de septiembre han tenido que enfrentar con movilizaciones y paros generales las iniciativas gubernamentales y patronales de reforma laboral que impacta de inmediato la política social, aprueba un duro plan de ajuste con reducción de los salarios a los burócratas y trabajadores en general, congela las

pensiones, abarata el costo del despido y se pliega a las exigencias del empresariado. En Francia la movilización de los trabajadores en las calles, apunta a rechazar la reforma del presidente Nicolás Sarkozy, aprobada por los diputados. Con ella se aumenta de 60 a 62 años, a partir de 2018, la edad para tener derecho a jubilarse y se incrementa de 65 a 67 años la edad para cobrar una jubilación completa; la aprobación parlamentaria está pendiente porque falta la discusión en el Senado prevista para finales de octubre. Al mismo tiempo, en toda Europa los sindicatos, en los últimos días de septiembre, tomaron la calle en el marco de la jornada de manifestaciones contra los planes de ajuste que pretenden imponer el plan de austeridad a los trabajadores, la revisión de las pensiones y la edad para la jubilación. Aquí en México el golpeteo brutal del gobierno calderonista a los sindicatos es cosa de todos los días. Allí está la desaparición del Sindicato Mexicano de Electricistas; la agresión con muertos y detención de dirigentes, por parte de la policía federal como grupo paramilitar, a los mineros de Cananea pertenecientes a la Sección 65 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, protegiendo los intereses del grupo Minera México

de Germán Larrea Mota; el desmantelamiento de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores y la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación mediante la revisión de sus Contratos Colectivos de Trabajo que pretenden eliminar conquistas laborales, bajo el argumento de que sólo así se salvará la empresa y los empleos. Más aún, está pendiente la Reforma Laboral impulsada por el tecnócrata y terrorista que despacha en la Secretaría del Trabajo, Javier Lozano Alarcón. La iniciativa Lozano insistirá por un lado, en la agenda de la flexibilización del mercado laboral, en tanto eliminación de rigideces para emplearse o emplear y en la fijación de los salarios, y por otro, en la aplicación de las nuevas doctrinas gerenciales que buscan elevar la productividad y calidad para poder subsistir en los mercados globalizados. De aprobarse los cambios que propone Lozano a la Ley del Trabajo se permitirá a los patrones la contratación temporal, la ampliación del trabajo interino, la eliminación del salario mínimo, el establecimiento de la propina como salario, la contratación por honorarios o de palabra, la supresión del monopolio sindical en la contratación de mano de obra, la complacencia en contratación de personal a través de servicios de tercerización o outsourcing, la eliminación del principio de estabilidad en el empleo, la ampliación de la jornada de trabajo, la reducción de las obligaciones patronales en materia de capacitación, la eliminación de las cuotas patronales para la seguridad social y los fondos para la vivienda y la imposición en el centro trabajo del sindicato de su preferencia, entre otras cosas. Según el neoliberalismo doctrinario la política social bajo la forma de más salud, vivienda, educación, alimento y empleo para los sindicatos y la sociedad, dispensada por el

gobierno durante el periodo del Estado benefactor, es causa de la crisis económica. Así entonces, para superar la crisis el capital pretende crear un mercado de trabajo sin interferencias proteccionistas, reduciendo a su mínima expresión los derechos de los trabajadores alcanzados en los años anteriores. Dicho de de otro modo, la precarización absoluta de las condiciones de trabajo a escala universal, se presenta como la gran fórmula para hacer despegar la productividad y recuperar el crecimiento. En ese sentido, de acuerdo con el catecismo neoliberal el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y la seguridad social debe ser responsabilidad de los propios trabajadores. En este marco difícil y complejo para el sindicalismo, el SMSEM tiene que fortalecerse interna y externamente, y la mejor manera de hacerlo es corrigiendo todo aquello que impide u obstaculiza la transición a la democracia plena, esto es, una democracia en la que sea posible la sana, igualitaria y fraternal convivencia gremial; una democracia que establezca una gestión sindical plural, imparcial, legal, autónoma y eficiente; una democracia que instaure la transferencia del poder sindical bajo los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, objetividad e igualdad; y una democracia que obligue la rendición de cuentas y la transparencia en la gestión, las decisiones y manejo de los recursos de los agremiados. Para ese efecto, el SMSEM tiene que transitar a la Reforma Integral del Estatuto gremial. Ojalá que el profesor Roberto Espiridión Sánchez Pompa tenga altura de miras frente a la circunstancia histórica que le ha tocado en la conducción del SMSEM a fin de dar ese paso democratizador y no termine sujeto a los intereses grupales, gubernamentales y oligárquicos.

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l fortalecimiento del sindicalismo mexicano a fin de resistir la embestida del modelo neoliberal pasa entre otras cosas, por el camino de la democratización de los sindicatos. Un sindicato en manos de una dirigencia designada por el grupo de notables o electa mediante procedimientos no democráticos coloca al gremio en situación de debilidad y abre la puerta a la negociación de los intereses de los trabajadores a favor del patrón. No en balde, una de las negativas de los sindicatos charros frente a la propuesta de la reforma laboral es contra la pretensión de establecer en la Ley del Trabajo la elección de la dirigencia mediante el voto secreto, universal y directo. Sin embargo, la democracia sindical no se alcanza con sólo estipular en la Ley y en el Estatuto gremial, la emisión del sufragio en forma secreta, universal y directa; la norma debe señalar que el procedimiento y los mecanismos para lograr ese efecto tienen que hacer efectivos los principios de

certeza, legalidad, imparcialidad, independencia, objetividad y equidad. Así por ejemplo, el Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM) introdujo a su Estatuto, como decisión del Consejo Estatal Extraordinario del 31 de mayo de 2002, las figuras del voto secreto, universal y directo en la elección del Comité Ejecutivo Estatal, el Órgano Electoral Independiente como instancia encargada de organizar y conducir el proceso de elección, la formación de planillas y la representación proporcional limitada a cinco secretaría. En los hechos, la entonces secretaria general del SMSEM, Ma. Trinidad Franco Arpero, documentó en 2002 una demanda que el magisterio había venido exigiendo desde 1974, ya a través del Comité Permanente de Lucha Magisterial 30-30, las delegaciones democráticas de Nezahualcóyotl, el Movimiento de Interinos, Supernumerarios y Alfabetizadores (MISA), los profesores militantes del Partido Socialista Unificado de México agrupados en Democracia Sindical

y el Partido Popular Socialista organizados en El Lombardista, los grupos regionales como el “Noé Pérez” de Toluca, el “Democrático Independiente” de Ocoyoacac, el “Activo Magisterial” de Zumpango, el “Reflexión Magisterial” y el “Tlacaellel”, muchos de los cuales participaron en la formación de la Coordinadora Democrática del Magisterio y posteriormente, el 12 de noviembre de 1988, a la fundación del Movimiento Democrático Magisterial en Lerma. Luego de su frustrada participación y derrota avasallante como candidata de Convergencia Magisterial en octubre de 1997 a la secretaría general del SMSEM, la profesora Franco Arpero y sus seguidores convergentes advirtieron la importancia de transitar de la elección fast track y con la mano levantada, a la elección mediante el sufragio secreto y directo de los delegados del XVII Congreso en el 2000. En esa ocasión convergieron las voluntades políticas de Marcelo Quezada Ferreira, líder entonces del SMSEM y de los candidatos, Horacio Alba-

rrán Rodríguez de la planilla “Unidad Sindical”, Luis Vargas Medina de “Alianza Sindical” y Trinidad Franco Arpero de “Cambio Sindical”, para efectuar una elección civilizada mediante el voto secreto y directo de los delegados. Como se recordará, la elección con voto secreto fue ejemplar y apretada. Con 1,068 votos, Franco Arpero se impuso apenas con 31 sufragios sobre Horacio Albarrán y con 276 sobre Luis Vargas. Luego de cantarse uno a uno los votos de cada planilla, los candidatos vencidos reconocieron pacífica y civilizadamente la victoria de la profesora Franco. Ya en el poder sindical el compromiso de Cambio Sindical con la democracia sólo alcanzó hasta la inscripción estatutaria de la elección de la dirigencia sindical mediante el voto directo, secreto y universal de los profesores asociados. Lo que siguió fue edificar un andamiaje técnico y pseudo legal que hizo de la democracia sindical una caricatura. En efecto, la adopción formal de la democracia no tuvo su correlato en el

Reglamento de Elecciones, ni en el del Organo Electoral Independiente (OEI). El reglamento que elaboró Cambio Sindical hizo nugatorios los principios electorales necesarios para hacer que la elección magisterial tuviera calidad democrática. Quienes elaboraron esas reglas electorales amañadas obraron con premeditación, alevosía y ventaja a fin de asegurar, como fuera, la victoria de su candidato en las siguientes elecciones, aunque en el empeño aniquilasen la incipiente democracia. Si ya de por sí las reglas electorales eran amaña-

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das, la instancia imparcial, legal y autónoma encargada de aplicarlas, es decir, el Órgano Electoral Independiente, aceptó convertirse en simple operador de los mandatos de sus jefes. Y esto es así, porque en su conformación no se buscó que sus integrantes tuvieran un perfil que conjuntara autoridad moral, prestigio profesional, conocimiento electoral y experiencia organizativa, sino actitudes de subordinación para llevar hasta las últimas consecuencias la serie de absurdos y extravíos para hacer ganar a su candidato. El OEI ha hecho cosas tan obtusas como: Un padrón gremial manipulado –inflado o rasurado según la prioridad- entregado a los contendientes en la noche previa a la elección; credenciales sindicales duplicadas expedidas por un comité de informática; mesas electorales no insaculadas a cargo de los delegados sindicales; papeletas electorales sin elementos de seguridad; papelería electoral sin garantía oficial; proselitismo y acarreo durante la jornada electoral; suplantación en el acto de emisión del sufragio; negativa a dar a los representantes de los candidatos copias del acta de la jornada electoral y del acta de escrutinio y cómputo; traslado discrecional de la paquetería electoral; ausencia de instancias de apelación y; sobrerrepresentación de la planilla dizque ganadora. Hoy, Roberto E. Sánchez Pompa, como parte de ese grupo que arribó en el 2000 a la dirección del SMSEM y en el contexto del neoliberalismo salvaje, está en la posibilidad histórica de corregir esos desatinos mediante la Reforma Integral del Estatuto del SMSEM. Dicha reforma tendrá que impulsar la transición democrática del gremio en tanto forma de vida gremial, régimen de gobierno sindical, elección legal y legítima de las instancias de representación y rendición de cuentas y transparencia a los asociados.


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