Concurso de Ópera prima, Poesía
Víctor Manuel Próspero Rangel
Artel
CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES Rafael Tovar y de Teresa Presidente Saúl Juárez Vega Secretario Cultural y Artístico Francisco Cornejo Rodríguez Secretario Ejecutivo Ricardo Cayuela Gally Director General de Publicaciones GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACÁN DE OCAMPO Salvador Jara Guerrero Gobernador de Michoacán Marco Antonio Aguilar Cortés Secretario de Cultura Paula Cristina Silva Torres Secretaria Técnica María Catalina Patricia Díaz Vega Delegada Administrativa Raúl Olmos Torres Director de Promoción y Fomento Cultural Argelia Martínez Gutiérrez Directora de Vinculación e Integración Cultural Eréndira Herrejón Rentería Directora de Formación y Educación Jaime Bravo Déctor Director de Producción Artística y Desarrollo Cultural Héctor García Moreno Director de Patrimonio, Protección y Conservación de Monumentos y Sitios Históricos Miguel Salmon Del Real Director Artístico de la Orquesta Sinfónica de Michoacán Bismarck Izquierdo Rodríguez Secretario Particular Héctor Borges Palacios Jefe del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura
Víctor Manuel Próspero Rangel
Artel
Gobierno del Estado de Michoacán Secretaría de Cultura Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
Artel Primera edición, 2014 dr
© Víctor Manuel Próspero Rangel
dr
© Secretaría de Cultura de Michoacán
Colección Premios Michoacán de Literatura 2014 Categoría Ópera Prima Poesía Jurados: Eduardo Aguirre, Daniel Wences y Abdías Martínez Coordinación editorial: Héctor Borges Palacios Diseño de Colección: Jorge Arriola Padilla Revisión de textos: Elena Medina Pineda Ramón Lara Gómez Secretaría de Cultura de Michoacán Isidro Huarte 545, Col. Cuauhtémoc, C.P. 58020, Morelia, Michoacán Tels. (443) 322-89-00 www.cultura.michoacan.gob.mx ISBN Volumen: 978-607-8201-88-4 ISBN Colección: 978-607-8201-85-3 Impreso y hecho en México
Índice Presentación
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Pre-Textos Oración Sade
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Talismán de Magdalena
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Perfume Cleopatra
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Para no olvidar al mundo
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Para curar el ego
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Para olvidar ciudades
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Para curar el mal del desierto
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Receta Isabel para los celos
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El monstruo de la otredad
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Rímel barato
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Motivaciones sabatinas
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Un ente
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Diferencia
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Demonios
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ArteL
Soltredad.
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“r”
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¿Poesía?
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Misterios
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Fantasma
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Ciudades
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Búsquedas
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Zoel
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NOTAS sobre una madrugada personal Como a eso de las 11:00 pm
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Presentación Comentar acerca de un compendio de poesía, siendo un especialista en el mundo de los sonidos musicales resulta, sin embargo, una actividad lógica, más bien natural. Y es que poesía y música, disciplinas colindantes, partes del mismo todo, comparten a lo largo del mismo río de expresiones, propiedades fundamentales, mecanismos similares, consecuentes universales. Aquel que busca el eslabón entre poesía y música se aventura a sumergirse, con riesgo de libre y epicúreo extravío, en la compleja espiral de emociones que intersectan a ambas disciplinas. A menudo, el hombre de letras invocaría preliminarmente al ritmo. Yo daría definitiva preponderancia al timbre. Y es que la imagen es color y el color es tanto poesía como es música. Esa envolvente imagen, no sólo recreación visual, no sólo recreación sonora, es más bien sinestesia o ambas a la vez. 9
Los “pre-textos” de Víctor Manuel Próspero Rangel son acaso preludios, acaso breves oberturas. Su poesía es un recuerdo de donde no se está, o como el mismo ensueña, “es la verdad más cercana a una sintaxis promiscua, la mentira más lejana al campo semántico de lo común”. ArteL, premio Michoacán de Literatura 2014 es un vigoroso compendio de imágenes depuradas por un muy peculiar y personal estilo, donde las diversas impresiones vivenciales de un artista heterogéneo permean la obra en cada fragmento. Que esta preciada recopilación llegue a un cuantioso número de lectores, inmejorable y justa consideración al autor. Que múltiples sensaciones sean producidas a cada lectura efectuada y que con cada una de ellas variantes imágenes sean propagadas; siempre visiones, siempre audiciones. Miguel Salmon Del Real
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Para mi Vita que me inunda de luz cada vez que me nublo.
Pre-Textos
Aun así, las moscas quieren clavarse en la luz para buscar más eternidad.
Oración Sade Mi nombre se ha detenido en la piel, no alcanza a llegar hasta los huesos porque a lo único que le han puesto nombre es a la piel y a su geometría, a esa cartografía que es un campo de aterrizajes forzosos de quién ha querido volar sin saber hacerlo. Más aquí donde la frontera se desvanece, hay una red de tejidos que suben a buscar su propio nombre en un rojo líquido que va doliendo desde la vida hasta la muerte; baja el moco: una cascada fría desde la m nasal hasta la g hundida en el paladar para ir destilando medio mar a costa de un poema salado que ya tenía sabor a lágrima. Hubo quien quiso hacer poemas con tus orines y en el dorado de sus lamentos dejó de morirse tres veces al día y hubo también quien coleccionara tu espesa baba para hacer una temañana de memorias al tiempo y sin ancladuras allá donde los besos necesitaban de agua. Nos nombran solo la piel y no los huesos, 15
nos nombran el rostro, pero no el anónimo de calcio que llevamos por dentro dispuesto a estar allí en un pedacito de eternidad nombrado vida. Las últimas oscuridades van de foco en foco alumbrando la única tinta que te dibuja los orgasmos sin papel higiénico, alumbra también la derrota de un animal dispuesto a salirse de sí mismo para escribir con mierda las eses invisibles de tus plurales inadvertidos. Soy un depredador cansado de salvar su alma tendida en la sombra donde sólo se seca la ropa oscura. Oración. Si mi cuerpo no es nada que nada sea lo que devoro con el, si mi cuerpo se repite en cada hombre por qué no empezar a fusionar la amnesia para unir el alma a tu cintura, si mi cuerpo no es nadie antes de mi nombre por que no empezar a nombrarlo con la humedad de los delirios y con la luz de las pupilas. Si mi olvido te llega en sólo media carta es porque me 16
quedé con la mitad de los recuerdos. Si te di medios besos, medias caricias, medio sexo, fue porque te amé con todo el nombre y me reservé sus consecuencias.
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Talismán de Magdalena Antes de ella había diez centímetros de tacón que la elevaban por encima de su ausencia, donde ya no era y el piso cobraba su derecho de ser. Cada vez que se montaba en el rojo carmesí de sus labios dejaba escapar palabras grises para pintar el aire de febrero. La realidad le había sido un lujo obligado que devoraba bajo una sospecha de locura voluntaria. Hoy ha decidido ser menos puta que siempre y por eso duerme más de la cuenta, pero antes se lava el suspiro con cinco mentas y asesina de golpe a las mil ovejas de su almohada con una jeringa reciclada. El futuro estaba a nueve meses desde Francia. Bajo sus pestañas el mundo estaba destrozado. Necesitas: Un puño de piedras con más de siete lados cada una
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Tres lágrimas de preferencia para no chantaje -Agua de canela -Arena mordida -Y raíz de gato Sobre la arena mordida recordarás el grito mudo, el jadeo prohibido, los ojos en claro, la música en rojo. Con el dedo medio de tu mano avientapiedras traza un círculo de tres eternidades para llevar. Déjate caer el agua de canela sobre los pies y mastica la raíz de gato para no volver a soñar el mundo con los ojos abiertos y así mirar desde las siete muertes la crueldad de los amantes que te van viviendo. Dentro del círculo pon las piedras y llora tus lágrimas, déjalas por nueve meses, recuerda que en un viernes no cabe tanto perdón y para ser exactos llorar no basta. Si al término de nueve meses te das cuenta de que siempre estuviste libre de pecado súbete otra vez al rojo de tus labios y desde allí aviéntate al fuego de los hombres más fríos. 19
Perfume Cleopatra Aunque te descalces te seguirás llamando igual, aunque dejes vacios tus zapatos jamás te habrás quitado el destino. Entrar a tu ropa cada vez cuesta más y sí, se necesitan más de dos ojos para llenar el cielo de miradas. No eres el último café para acompañar la lectura de un solterón ni la página arrancada de un libro que termina en la primera hoja; tu nombre es Inés, hija de lumbre en terrenos de agua. Una brava tauro capaz de embestir al caporal, un hombre enfermo de masculinidad. Necesitas: -Un diente de león -El beso más letal de una serpiente en un frasco -Luz y sombra al gusto -Sangre de julio en su cuarta semana -Y el marco de tu espejo egipcio
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En el frasco dejarás caer la sombra y la luz lentamente –mezclar con una cuchara sin dejar que se hagan eclipsesesto en el ombligo de julio. Verterás un suspiro trasnochado sobre el diente de león. Deja reposar frente al marco de tu ventana el frasco hasta que julio sangre y es que julio tiene treinta y un formas de herir y cuatro formas de curar. Te dejarás ir a él con este perfume para que no te arrebate lo felino de tus ojos, ni la fuerza reptil de tus ganas taurinas en un beso. Si es acuario morirá en tus brazos, si es libra morirán juntos, pero si es leo les espera una feliz vida frente al televisor.
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Para no olvidar al mundo Desea averiguar que otra ausencia hay más allá de la noche. Descubrir el misterio lúgubre del tiempo y su recorrido. Quedarse inmóvil, memorizando las constelaciones, los espacios, los llenos y las cosas. Descubrirse anciano, más pesado que el aire en su gravitación divergente. Mudarse al otro lado del tiempo donde ya no pareces de menos de veinticinco y los niños te tienen un mortificante respeto. Ahonda en la nostalgia y encuentra la raíz de ese mal: es un síndrome que se desvanece pues la sonrisa de Piter Pan ya no cuadra con tus patas de gallo y las sienes adoloridas del escurrir espeso de las lágrimas calcinantes ya no sufren somnolencia. Desea averiguar que hay más allá de la sombra que se extiende hasta la desfachatez del sol, defender los sueños, incluso con sus heridas defender la memoria. Sonar como cuerpo herido y nadar de muertito de mar en mar hasta el respiro. 22
-Contra-esencia de cebolla -Un piano de papel -Hojas secas de maple Una receta sencilla para no olvidar el mundo: beber la contra-esencia de cebolla que haga llorar mรกs allรก del capricho y la obsesiรณn. En el piano de papel deja caer notas de tinta que sepan sonar como suenan las hojas arrastrรกndose por el viento. (Las hojas de maple son para experimentar el sonido).
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Para curar el ego Conocí a un hombre no muy lejos de mí. Buscaba en la piel de otros un retazo de lástima para vestirse y así poder afrontar espejos. El se dedicaba a cortar la luz desde el fondo cuando salía el sol. Confundió el cielo con un poco de humo y por si fuera poco nadaba desde mí hasta alguna sonrisa ajena en la calle. Siempre me llevaba de salvavidas por si las dudas. Le lavé rojo por rojo, viernes por viernes, pero descubrió que ya habían inventando un dios, entonces lo mandé al sótano. Para aliviarme de él necesité: -Tres clavos de olor -Un pedazo de papel pergamino -Algunas gotas de aceite de olivo -Lavanda al gusto Cuando no tengas ganas de viento y el mínimo susurro del mar d i s t a n t e ahogue su eco en la memoria de un viernes, clavarás los tres clavos en la nube más 24
pesada, de esta manera anclarás el cielo. Si la noche amenaza, escribe con la “i” de independencia la medida exacta de tu libertad hacia los cuatro puntos cardinales. Con las gotas de aceite sellarás tu destino y después con la lavanda te quitarás los besos de judas-narciso. Después a mirar de frente y en contra de todos los siglos.
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Para olvidar ciudades Aquí nadie sabe de ti. Qué se queden las ciudades abiertas con letreros de no cover mientras los bares y sus luces en sepia iluminan todas mis ausencias derramadas en el frío de este verano. Qué se queden las calles de la ciudad solas mientras la colilla de un cigarro se evapora y hojas en blanco vuelan hasta el precipicio de las cuatro a eme. Qué la soledad que traía de recién nacido me vuelva por la vejez debajo de la manga para no hacer filas en el circo. Qué se queden allá su luces con la última función que tiene en las madrugadas de intentar alumbrar el olor que incrementa los insomnios. Aquí nadie sabe de nadie. Caen los ojos en una mecánica biológica que nos aparta del mundo. Qué se quede allá todo: los restaurantes, los vecinos, el cielo, las tiendas grandes, la luna, los semáforos, el ruido y la noche.
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-Esencia de ciudad nocturna -Cerveza -Nadie a tu lado La cerveza será al gusto y nunca al tiempo, dejarás que su efecto te vaya induciendo al olvido de las ciudades, para ello se recomienda jamás haber vivido en una ciudad, jamás haber estado allí, jamás haber llorado entre la multitud. Pondrás a nadie en un lugar cómodo y sin que te haga plática y desde luego si no tienes esencia de ciudad nocturna, espera hasta el día siguiente.
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Para curar el mal del desierto Aquí estamos áridos, confiados en el viento del sur; nos llenamos las bocas con el sonido hilarante de múltiples adioses que se van nombrando México, adioses que llegan a cruzar la facilidad de un 3x4 mientras la calle se convierte en una cuerda floja. Aquí el polvo se libera haciendo espirales en la altura, las aves desconocen su cielo, lo van haciendo a un lado para dejarse ir a ningún lugar. Las manos del tiempo van a su refugio en el número dos de la sombra más espesa. Aquí, mañana es un sentimiento de alerta con más de treinta y ocho de temperatura, lo único que existen son lagunas mentales donde se refrescan algunos despistados.
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-Agua de beber -Aguardiente -Otro Con el agua de beber apagar la sed, con el aguardiente quemar los mares y con el otro curarse los desiertos (la temperatura) de adentro.
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Receta Isabel para los celos La ciudad es un campo de batalla. Cualquier mirada es una amenaza para la amnesia selectiva porque puede quedarse en la memoria de una mente que lleva un cráneo de psicópata. Los muros de carne pueden rendirse antes del ataque, pueden descobijarse y traicionar la razón. Juana va desgastando la noche con los ojos cansados; es un blanco casi rojo de ataques obscenos. Se añade la última frase que ha publicado en su muro: “defiendo lo que es mío, incluyendo a mis enemigos”. Con esta frase abre garganta de acero para extirparse una carcajada que en la media luz de su cuarto se va convirtiendo en una contra-canción más grave que la agudeza de un sonido de sí en sostenido.
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Para fortalecerte necesitas: -Unas hojas de albahaca macho -Polvo de pirata en celo -Jaula para mariposas reinas -Agua del cielo -Una mariposa homicida -Armadura de metal contra la voz invencible Mastica las hojas de albahaca macho en jueves. Desde el suelo hasta tu boca tendrás que levantar la tierra que haya pisado un pirata en celo, en tu saliva entonces habrá una mezcla de crimen marino y remedio para el mal de ojo, la encerrarás en una jaula donde esté una mariposa suicida creyéndose reina. El veneno escurre desde sus ojos hasta ti en su agonía haz como si te doliera. El polvo y la albahaca se fundirán con agua del cielo. La armadura es invisible y su uso es opcional.
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ArteL
Algunas malas noches son buenas para escribir poesĂa, pero todos los dĂas son buenos para quemar malos versos.
El monstruo de la otredad Que nadie ocupe mis inviernos porque esos son para morirse a tinto vino a tinta lejos. Hay que abandonar lugares, sólo habremos de llenar dos o tres memorias para comprobar que somos mañana o que hoy fuimos. Si de repente no soy el otro que anhelo me daré cuenta luego luego cuando revuelva en mis bolsillos encontrando la sombra de otro y algún anónimo salga de mis huesos a marcar destino en la palma de mis manos. La otredad es un monstruo aquí mismo, se extiende en la estancia y en la serencia de mi humanidad. Todo viene siendo así desde que me dio por escribir: empiezas a verterte en los demás hasta quedar al precipicio de ti mismo. No hay de qué preocuparse, las ovejas siguen esperando para ser contadas desde el mismo de siempre y hay tantas opciones para abandonarse: unos deciden irse de puta en puta para ver si son machos, otros van 35
de lucha en lucha para ver si son hombres, unos van de luz en luz para comprobar su existencia y yo voy de luna en luna para entender la demencia con la que escribo de mis otros invisibles.
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Rímel barato Fue Juan que supo cómo descifrar los sonidos del tren cuando no estaba pasando; que supo tararear silencio a silencio los intervalos de una melodía para piano roto. La culpa es de Juan que llegaba a todas partes antes que su cuerpo para ganarle al tiempo. Apresuró su marcha con lo irresponsable que es eso de conjugar a verbazos la palabra muerte cuando vivir es un sustantivo de mediana acción que se sufre en cada respiro. Desde entonces vienen en la espalda unas ganitas de construir un mundo nuevo con la tinta a pecho y las orquídeas sobre las manos. Ya no se hace del rímel con el que se lloraba con ganas, ahora todo el negro de una lágrima va escribiendo sobre la memoria y la mejilla ácidas consecuencias de su ausencia: alma, corazón y narcicismo. Todo el cuerpo y la libertad que él fue sirvieron de lienzo para escribir un ensayo sobre la vida y otros males necesarios. 37
Motivaciones sabatinas Al fondo del ropero se esconden las ropas que nos dieron pena disfrazar, en el fondo de uno siempre hay un hombre desnudo rompiendo la piel para dejarse ver entre lo tanto que es uno. Es un rompe-sueños en la luz de las pupilas que despiertan examinando un sábado a las siete de la mañana. Bebes un poema de Rilke con tres de azúcar para remediar la falta de un beso al despertar, pero el cuadro clínico no es muy bueno, habla de silencios a media garganta y de un pozo en la planta del pie derecho. Las horas te arrastran hasta la última página de un libro que dan ganas de comenzar a escribir. La poesía es ese deseo vehemente de describir lo invisible. Poesía es una mujer que atraviesa la madrugada con siete copas de wisky y un cigarro en los labios todavía rojos. Poesía son todos los hombres en la carretera pidiendo aventón mientras el próximo bar está a diez kilómetros de su 38
pasado. PoesĂa son suicidas con ojos color atrevidamente tristes. Entre el desnudo de aquĂ afuera y el que vive adentro hay un hombre capaz de morir por pudor.
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Un ente Algo no está bien conmigo cuando tengo ganas de abrir cartas que nadie ha escrito. Algo está mal cuando me delimito en la longitud de mi cintura y solo estoy en relación a la proporción de mis objetos personales que me usan a diario. Sé que algo anda mal desde que esta alma decidió en que recipiente alojarse, llenar poco a poco el espacio de un solitario invernal que va describiendo los males desde la óptica de la herida. Algo no anda bien, lo sé porque el reloj te va dejando atrás mientras el pasado te llena de muertes a frío lento. Algo no está bien, empiezas a escribir desde el olvido hasta las memorias y peor aún, si escribes desde el olvido hasta la ausencia de lo que nunca estará.
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Diferencia Un parrandero sufre por encima y un sobrio se va desquebrajando debajo de sí mismo. El primero piensa todavía en la abuela y las ganas de estar con ella inventando cuentos de humanos. El segundo es hombre y sufrirá las consecuencias de serlo. El primero se acuesta con él mismo, el otro también, pero de forma aburrida. El etílico sabe que llora y no se acuerda, mienta madres y en las mañanas su ácido sabor se rompe en besos injustificados, amanece caliente. El sobrio está educándose para conseguir una mejor vida. Al primero no se le perdonan sus groserías; al segundo menos, pero los dos van muriendo de ansiedades. Los dos pueden ser poetas, el borracho siente que es maldito y el otro ya ni se acuerda.
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Demonios Ellos saben cómo multiplicar tu ausencia y dejarte con las manos llenas, se llaman demonios piel adentro. Saben usar el silencio al revés y descubrirte en los últimos pasos hacia la psicología inversa. Te descubren hojeando las manos de un pordiosero que te ofrece sus páginas en blanco para pintar tu misericordia. No sabemos a qué máscaras le deben identidad y cómo usan el tiempo a cuatro manos. Los demonios saben cómo llegar hasta los mares de ti que se invaden más allá de si mismos para escribir chueco en los renglones rectos de la líquida sintaxis. Sólo ellos te sabrán lavar el mundo de los días que se empolvan con la falsedad de ángeles eróticos.
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Soltredad. La soledad también nace contigo. El primer día de clases se hace visible a tu lado y se esconde detrás de los labios cuando sonríes, cambia de cuerpo cada vez que te enamoras de nuevo y habita todas las ausencias. La muerte no puede ser sino una ausencia proporcional al número de personas que te aman, de tal manera que mueres cada vez más cuando conoces a alguien. Vas en la piel de todos sabiéndote otro y en la otredad es que vamos intentando la eternidad que al final solo es un espejismo turbio que va maquillando la fugacidad del presente en manos del tiempo y su voraz apetito.
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“r” Y con qué ganas quieres ser poeta. Me acuerdo de los besos y las carcajadas de mi padre cuando escuchó que ya sabía escribir a los cinco años. Recuerdo que junté tres carbones y rayé la pared con mi nombre, la r me había salido mal y lo sabía, pero fingiría que estaba chiquito para haber logrado tanto, pero me sentía culpable, de nada había servido toda la tarde metido en mi anhelo de caerles bien para equivocarme en un ratito. La r estaba al revés, como este mundo que cargo detrás de mi ojos, debajo de mis parpados, como los besos que aún sin darse ya tienen dirección y saben dónde caer y como estas manos que en vez de ir hacia las cinturas angostas van surcando en el futuro la fuerza con la que se ama a un hombre.
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¿Poesía? La poesía es recordarse donde no se está en este mismo instante. Es a pasos lentos un intento de la memoria ajena. Por ejemplo: es tratar de esquivar este sol y tratar de ponerte el sol África. Es soñar a ciegas el futuro mientras una gitana te lee las palmas con binoculares. Es adivinar el leguaje masculino de la figura convexa que hacen las piernas de un hombre al caminar. Es la luz atardecida mientras el tren se me ha ido a no sé dónde y conmigo, a no sé dónde y sin mí. Es sentir el precipicio desde abajo y aun así sentir que te caes hacia las alturas y sin paracaídas. Es irse poniendo las mañanas de pijama, las noches de gala y la desnudez de etiqueta. Es la verdad más cercana a una sintaxis promiscua, la mentira más lejana al campo semántico de lo común. 45
Misterios Cuando la noche cae en su punto más profundo y las televisiones nos van desconectando de la mentira, suceden cosas de un misterio que nadie ha podido explicar. Los besos se amarran a los labios, los ojos se encierran bajo llave, los pies olvidan el camino. Nadie se nombra, nadie existe al otro. Queda la luz con ganas de hacer sombras en movimiento y palpar el rostro de la cálida carne que dibuja un rostro en la media luz de los laberintos que debes cruzar antes de llegar a un eclipse de fuego y aire. No las agüitas, ni los atoles de tres pesos cambian destinos, no la palabra que agotó sus fonemas en tartamudeos, ni la esperanza que hilvana la ilusión día con día traerán nuevos rumbos. Debe uno saber escalar el cielo y sus neblinas, el hielo y su blanca sombra para entender que se nos acaba el segundo a cada segundo 46
mientras uno escribe cartas con carbón fundido y lee miradas con acero inoxidable. Ya ves, la mente te lleva a los espacios vacíos para pensar en lo que nunca volverá, por eso escribes una carta para quien despierte mañana en tu cuerpo usando las mismas lágrimas, el mismo silencio, la misma camisa de cuadros y los ojos que saben ver bonito a prueba de putos. El misterio de la noche se hace para olvidar el dolor a cuenta gotas, con la fumarola de un cigarro, con el chorro de un tequila, con la filosofía perdida y sin pies y sin cabeza y sin sábanas calientes. Dormir es como meterte a bañar en un hotel siempre hay cobijas frías. Soñar de lo rudo, de la niña que no supo nadar en los ojos, del vértigo que te da ser otro monstruo más que araña con el garfio de su mutismo a todos mientras la línea roja y hambrienta de longitud va buscando con su punta de lanza alguna víctima a la vuelta del siguiente minuto.
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Fantasma Me han visto por ahí. Cargo una docena de alfileres para detener libélulas contra el aire. Nadie me ha soñado, lo sé, persisto como una pesadilla en tercera dimensión. Como un león de siete mares que aúlla desde la palabra que más vive y que más llora, la palabra que golpea desde su nacer donde no está o desde su eco antes de ser emitida.
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Ciudades Me da miedo la ciudad en ti. No sé, siento que la dejarás para mañana y para mañana como si fuera la tarea y que nunca vas a terminarla en el cuarto que vas a rentar. Que no te alcanzará nunca para llenarla de ti. Allá serás más nadie, más menos tú, porque no te alcanzará la esencia para cubrir tus entornos, tus estancias y demoras. Tus “entonces qué” se volverán una opción irrefutable para un plan b en el que ya no estaré. Porque en las ciudades la gente va de prisa sin saber a dónde pero con el camino seguro. En las ciudades hay demasiado mapa invisible haciéndose día con día a cada paso de tantos “alguienes” de fulanos a los que no les duele serlo, y aseguro que el tuyo está trazado por los ojos de un sagitario urbano al que no le cuesta nada desnudarse para ir dejando huellas de erotismo en cada ruta. Yo mientras tanto, seguiré aquí contando las lluvias, memorizando los olores de la 49
tierra mojada, para cuando quieras recordar cosas del pueblo. Me da miedo la ciudad en ti porque allá el agua te bañará más fría, dejará ir de ti cosas que coleccioné en mi cabeza. Las ciudades no deberían medir más de lo que deberían; ésta, siento, te abrazará primero; te refugiará de viejas heridas, de algún ya distante infierno chico en el que yo pretendía ser tu ángel y cantarte en si la melodía de los cuatro puntos cardinales. Las ciudades tan vacías de bares abiertos te van a seducir contándote nuevas historias y olvidarás mis cuentos. Las bibliotecas te mostrarán que la tierra es redonda y no un horizonte a la anchura de tu mirada. Los puteros te removerán mis manos tatuadas y mis silencios acústicos a flor de miedo en aquellos tan fuertes nervios cuando me arribabas porque entonces yo era tu patria.
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Búsquedas En las noches me da por buscar objetos perdidos, debajo de la cama, en los cajones, en la azotea, en cualquier parte. Por lo regular casi siempre son moscas las que pierdo, aquellas que me robaron las alas en trozos pequeñitos. Arrastrarse no es bueno para demonios como yo, es necesario hacerse un traje especial y flotar entre la neblina de los junios. También me da por buscar personas, por buscar sus límites y quedarme en sus fronteras, en sus limbos y en sus miradas. Una vez amé tanto a alguien, fue ayer, por eso aún la tinta fresca de un poema que se pronuncia barato en sus motivaciones fue inmenso como la lumbre de los fogones en los que aprendí a asar bombones. De noche me da por buscar todo y ya en la madrugada cansado de no encontrar nada me pongo la pijama, me escondo debajo de los parpados y ya nadie sabe de mí hasta al día siguiente en que 51
la luz otra vez me esclarece la estancia del mundo y sus cosas perdidas, entonces ya no busco porque sé dónde están y cómo debo empezar a extrañarlas.
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Zoel Pudiste llevar otro cuerpo en tus huesos, otra mirada en los ojos. Yo sé que pudiste leer mis hojas en blanco y caer desde el abismo, pero siempre sabré que eres tú ese pedazo de luz en el que supe encontrar los eclipses que ahora dibujan mis aguas turbias en el fondo de mis lágrimas. A mí me has escrito con tu voz hirsuta más allá de mis propios renglones, la tinta con la que me dejas en cada página es una leyenda de desvelos e historias de medianoche en que un agridulce líquido moja mis sueños. Ya no hay nadie más allá de ti que pueda arrancar alguna palabra de mis hojas, yo soy ese libro que hiciste de tus recuerdos adolescentes, un milímetro de la eternidad con la que se recuerda a un autor que sabe cómo firmar sus obras sin tener que regresar a releer sus líneas en el lienzo. Pagaste caro intentar hacerme poesía sobre la mierda a la que pertenezco, y aun así a pulso medías cada 53
longitud de un verso que salía a tu guerra si no mutilabas una sílaba estorbante y un acento que no sonaba como querías en la curva del infierno. Quieres dormir, tus manos están cansadas de moldear mi alma. Vas a la cocina y te tomas un vaso de agua, miras al gato, te contempla callado, otras veces te hubiera gritado, pero esta vez estaba entendiendo tu locura y por eso solo se limitó a mover su cola cuando lo miraste con su luna en tus pupilas y el sueño atrasado. Mientras vas de la cocina al cuarto, miras hacia arriba, hay poco cielo, las nubes oscurecen ese azul nocturno que melancoliza. Quizás una lágrima pudiera correrse, pero ahora ni eso tiene efecto en nada. Estás cansado, las probabilidades de morir son muy pocas, estás fuerte, un poco obeso y para ser exactos, tu trabajo de oficina no es tan estresante, por eso te acostumbraste a ponerte alas cada noche, para volar en secreto y amar como nadie. Te sientes 54
vacío como si los cuatro puntos cardinales no fueran suficientes. Te asomas por la ventana, no sabes para qué pero has escuchado de milagros, quizá yo esté allí afuera de tu ventana con la sonrisa que hago cuando los imbéciles se creen todo, o con la mirada que supo un día como arrancarte medio mundo para entregármelo a mí. Pero oh, sorpresa yo no soy tu milagro y para ser precisos Dios está más ocupado en otras cosas. Es qué no te has dado cuenta, hay un 99% de gente desesperada como tú, pensando que sufre más que el noventa y nueve punto nueve, nueve nueve por ciento del mundo. Ya deberías hacer algo, ocuparte, como por ejemplo matar esa rata que deambula en tu cuarto con un queso envenenado, date cuenta que jamás será murciélago y que nunca conocerá mapas del cielo; o lava tanta ropa sucia con jabón anti víctimas, el mundo no está para soportar la tragedia de un maestro de teatro que no encuentra la diferencia entre ser artista y oler a caño; 55
deberías por lo menos hablar de tontería y media con tu espejo y rasurarte, que sé yo, ver la televisión y aspirar a ser rico de la nada. Pero prefieres quedarte ciego frente al monitor a empezar a escribirme de cosas que no hago, no haré y nadie lo hará por mí. Sabes del daño que me haces cuando intentas rosar tu caligrafía en mis terrenos adversos, sabes de la nostalgia o pena que me da ver que tus ojos están apagándose cuando vas sobre el blanco de un libro ajeno leyendo las frases tontas de otro maricón que nunca supo defender su propia vida. Y sin embargo allí estoy, llámame loco, como quieras, pero cuando derramas una lagrima desde allá hasta aquí, donde me derramo en abstracciones, siento la anchura del mundo como si en ella te fueras consumiendo amando la luz del farol que se hace cada vez más lejos desde un mar adentro del cual no vas salir, de cual aprenderás a navegar tan solo, que yo ya no estaré para consolar tu angustia, la que decidiste sentir porque 56
según tú: “tú hiciste todo lo que sentías: amarme con todas la fuerzas del mundo y yo sólo hice lo que debía, olvidar”, pero eso sí, a veces estuve en tus vuelos y soñé a tu ley y convicción porque según yo: “tú no sabes explicar tu amor, por eso callabas y lo demostraste a flor de alcohol, por eso callé” fue allí en que ya no supiste escribirme, te ibas de mi realidad a un yo que jamás pudo llenar tanto adjetivo. Soy tu poesía, aun sabes que sí, porque las fragancias de limón en las noches frescas aún me remiten a la última palabra que dejaste caer sobre mí: te amo. Yo te juraba que ya nadie escribía de amor que eso era patético y cursi, me dijiste que un día me soñaste más de la cuenta que mi hoy páginas en blanco las llenarías con esto tan clandestino, como cuando vas a un burdel y todas andan ocupadas y te vas solo al baño, o como cuando vas a comprar una peli tres x y te agarra un nervio insolente como esas vírgenes que apenas se entregan por amor. Yo soy tu poesía si 57
así lo quieres, porque ya te dejé ir hasta mis últimos rincones y porque me gustó aquello que escribiste en la página del 17 de octubre en mí: “ en aquella conversación con el mar, le pregunté sobre mi soledad, jamás había contemplado tanta respuesta en color azul, el mar en tinta de luz dejó caer mi nombre en tan poco cuerpo, yo en medio de mis tinieblas jamás pude llenar con su nombre sus infinitos en todas las direcciones”, todas esas historias del mar me marcaron para siempre, tú sabes que soy tu mar porque a pesar de todo ya antes había sido el mar antes que el sexo.
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NOTAS sobre una madrugada personal
Como a eso de las 11:00 pm Una ola de silencio hiere el corpus metafísico de mis leyes personales: romper el espacio, abandonar el sonido, llegarme hasta el fondo y ser hacia todas partes. Pienso que ningún lugar más allá del mundo tendría la estrategia para soportar este rincón que soy; un criminal de lo ordinario que se conforma con el azul celeste de sus tentaciones cuando cruza el último mar. 11: 26 pm. A las once ceden las interrogantes
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las respuestas se disparan sin encontrar pregunta es como un examen inverso de opción múltiple que evapora la frontera entre realidad y ficción. A medio milímetro, lo que soy, atenta contra mis sentidos; es un armisticio de mutua persuasión piadosa. Es preciso desnudar al mundo quitarle un poco de cielo herir su heridas para contrarrestar el infierno que invade su piel.
12:00 am. Un aliento de luz incapaz de morir en las en las sombras una nube de polvo perdida en 62
el espacio un montón de horas para vender a cinco por diez mis manos cansadas de atraparte en la ausencia un cielo perdido de norte a sur en mi espalda tus ecos palpando los muros del desierto tus ojos clavados en cada célula de sagitario un Marte distante y un verano de agua, todo eso; es lo que quisiera me adivinara en esta hora una gitana con tu nombre y con el tú que no tengo. 12:28 am. A esta hora me soy más yo y creo que nunca es proporcional la altura de un hombre con el espacio que ocupa al entregarse. Mis uno setenta de carne nunca 63
despertaron tu universo y sé que no por ser más rojo el labial de tus labios van a saber a deseo. Así que larguémonos lejos, yo con mi uno setenta de alma y tú con tus mil besos rojos esta hora es no solo la hora de las brujas también es para curarnos lo pendejo.
1:00 am. Es hora de clasificar las lejanías a las que me hice acreedor conociendo lugares distantes y cuerpos ingratos, es hora de armar nostalgia con los silencios que me asechan. 64
La mayoría de mis distancias al todo son longitudes personales; geometrías de vacios con perímetros irregulares y distancias que inician después de mis pies medidas con tu nombre, esas son las inevitables las que pueden caer en campo minado de acertijos sin respuestas. También sufro distancias de acero, aquellas que sin importar la longitud van dejando más lejano al distante como si una explosión invasiva de soledad nos habitara con todo y alrededores. 1:42 am. Clasificación de silencios. Silencio a.- aquél que viene de todas las bocas desprendido de cinismos, hartazgos y cansancios del mundo. 65
Silencio b.-aquél que se desprende de los vientos, de perros callejeros, de los autos en la autopista y de la televisión prendida. Silencio c.- el mío hablante y en contra de todos los silencios anteriores.
2:00 am. Inevitable no irse de chantaje en chantaje hasta mutilar la realidad con un arcano sabotaje demente. Armo varias presencias en doble dimensión pero siempre sale la lengua a buscar un extraño monólogo entre dos. 2:15 am. La televisión con su promesa pornográfica de medianoche 66
me arrastra hasta la Ăşltima humedad calcinante de mis libidos entonces los espejos cuentan cada una de mis sombras en un vaivĂŠn de media tinta que se rasga a la luz de mi temperatura. 2:30am. Ahora que desplomado desde la libido hasta el cambio de canal no tengo otra opciĂłn mĂĄs que remover mis besos y arrancarme un suspiro pegajoso a mitad de la penumbra. Siempre me he guardado las ganas para otro tipo de tentaciones pero casi siempre son las mismas tentaciones y siempre son otro tipo de ganas. 67
3:00 am. Sospecho en lo distante que alguien acaba de llegar de trabajar, no sabe si dejo sus senos en otras manos pero ahora tendrá que dormir para soñarse diferente y amanecer en la misma pesadilla. 3:17 am, Presiento que alguien ocupa su piel masculina para ser padre de familia en lo diurno de sus hipocresías, pero ahora, justo ahora, el cliente se le fue sin pagar ni el hotel y llora desesperado porque no encuentra su maquillaje a prueba de rasguños, de coraje y de llanto.
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3:38 am, En este momento un beso está vendiéndose es el más caro del mundo su húmeda oferta es tan fría que nadie lo querrá levantar para reciclar, más vale que el comparador le ponga un sentimiento suficiente de esos que a veces estorban y solo sirven para acumular recuerdo. 3:50 am. Un hombre ha sumado mal su edad ni noviembre es doce veces al año ni hay dos noches en un mismo día.
4:00 am. Me doy cuenta que todo lo que tengo de ti es el espacio vacío donde no estás y según mis matemáticas casi faltas 69
en todo el mundo por lo tanto todo el mundo es mío pero no es mío el perímetro amorfo que vas habitando a cero kilobesos por hora. 4:12 am. Manos, aunque sean mías, manos. Caricias, aunque sean de piedra, caricias. Tú, aunque seas herida, tú mi alivio. Yo, aunque sea tú, nosotros. 4:31 am. Lamo sobras del aire descalzo que retinta el jueves. Mudo de insomnio a este que sostiene otro pedazo de realidad: no te tengo, pero tú no me tienes y esa debería ser una ventaja.
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4:59 am. En vano gritar y desparramar los ojos, cada indiferencia es tan palpable como el sonido de los autos en la autopista, para qu茅 hacer escurrir de ecos la pared cuando los ladridos inventan otro lenguaje es mejor perdonar todas las indiferencias y tratar de dormir.
5:03 am. Cantos gregorianos van derrumbando todo el silencio; cruzan ventanas, hasta despertar la sed de Dios. El viento me ha encontrado hogar y sigue tumbando las hojas del lim贸n con la cadenciosa oraci贸n de este sacro bolero. 71
5:37 am. De repente me levanté a lavar la ropa le puse cuatro puños de jabón en polvo a la lavadora. A veces es necesario lavar las fronteras de textil para no caer en la tentación de abandonar la piel cuando se necesita algo más que un escudo de carne para defender el deseo. 5:55 am. A quién van a culpar de extranjero si la tierra que te cobija es adobe y los terrenos profundos en ti son de calcio, eres a pesar de tantos, pantano que proveerá de agua a las raíces de flores moradas con pétalos de palabra en metal a punto de oxidar la espada 72
de un tirano que se adueña el mundo. Tu sangre no solo es pinole en esta ciudad hay larvas con hélice mordiendo el cielo ajeno, pero tú no quieres empalmarte a esos vuelos porque no empalmarte es ya tu vuelo.
6:07 am. El desvelo comienza a diluirse; esclaviza con palabras líquidas un tonto discurso que fluye desde aquel que fui hace unos cinco segundos hasta ese que seré en un instante. el desvelo me cubre con el antifaz de los delirios 73
que le ocurrieron a Clemente cuando la uniceja fruncida marcaba mi ritmo cardiaco en fa de un bandoneón en alguna calle perdida de Buenos Aires. 6:22 am. No sé porque recuerdo tanto de casi nada. 6:28 am, para estar loco no solo basta hablar solo y salir despierto por debajo de sus sueños para entender la vida, no bastan más mil lunas ahogadas en las pupilas o en lagunas mentales, también son necesarios los no-amor amontonados de aquellos por los que un día ansiaste morir.
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6:35 am. Nada nos llevaremos ni siquiera la memoria, destapo la botella de un vino agridulce y comienzo a descifrar mi psicoanálisis: frente a un espejo de lumbre soy narciso en plena fijación horal. Trato de esquivar el zarpazo animal de Tanatos para soñar que sueño en plena sublimación salvaje. Edipo solo me ha soñado de medio tiempo y con carbón de obsidiana para hacer un grafiti más transparente que la noche y más hondo que el cielo: Dragón de agua, serpiente del bien. 6:56 am. ¿Qué hace una sirena besando la sombra del aire 75
cuando acaba de llover y nadie ha juntado los limones caĂdos?
7:00 am. En las grandes ciudades las soledades se evaporan hasta tocar infinito el aire arrastra una mezcla de hambres y sed´s: las paredes ya no sirven para colgar la imagen congelada de una sonrisa en un marco; todos ahora somos un puùo de pixeles que intentan la ilusión del tiempo en espera.
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7:34 am. El futuro des-cura mi pasado y viene cabalgando a gran velocidad sus primeros síntomas se disfrazan de presente. 7:45 am. El sol no quiere derretirse se necesita algo más que picafuego para escurrirlo de a poquito en cada ventana y ponerlo a secar. 7:58 am. Un soldado abre los ojos y se da cuenta que aún sigue allí.
8:00am. Marzo viene desde siempre con toda la eternidad que pudo contener en sus arterias. Marzo se nos inyecta poco a poco 77
en una dosis contra el invierno pasado.
8:16 am. Algo sobre la tierra nada después del cielo nada después del suelo todo lo mío es nada-rlo todo. 8:31 am. Los días caen como si alguien le estuviera lanzando piedras a la eternidad
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Artel Se terminó de imprimir en diciembre de 2014 en los talleres gráficos de Impresora Gospa ubicados en Jesús Romero Flores no.1063, colonia Oviedo Mota, C.P.58060 en Morelia, Michoacán, México La edición consta de 1,000 ejemplares y estuvo al cuidado del Departamento de Literatura y Fomento a la Lectura.