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Cuatro años
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uatro años entre Juegos y Juegos. Cuatro años en los que la información deportiva es acaparada por el fútbol y el baloncesto masculino, por Rafael Nadal y por las piernas de Garbiñe Muguruza. Cuatro años en los que el deporte femenino parece importar más bien poco al público y a los medios de comunicación. Cuatro años utilizados para seguir manteniendo los estereotipos de la mujer en el deporte. Es curioso que durante ese tiempo pocos se sorprendan o rebelen cuando la poca información existente sobre deporte femenino sea tratada de manera machista o justo al lado de la noticia nos encontremos la foto de una mujer enseñando sus atributos. Por suerte, durante un mes cada cuatro años esas deportistas, de las que pocos recuerdan apenas sus nombres, brillan. Brillan tan fuerte que hasta los escépticos se tambalean ante ellas. Por un segundo dejan de ser tratadas como “chicas” para ser tratadas como deportistas. El espejismo del triunfo, desafortunadamente, apenas dura unos instantes. Enseguida se ve interrumpido por la pregunta de algún periodista haciendo alusión a su condición de soltera, casada, con hijos, sin hijos... No interesa contar que son fuertes, rápidas, valientes, luchadoras. Esos adjetivos siguen estando reservados al género masculino. Mientras, los españoles desde sus casas aplauden orgullosos, sintiendo que parte del éxito es también suyo. Aunque durante los siguientes cuatro años no les interese saber los malabares que muchas tienen que realizar para poder vivir de lo que es su pasión. Ganar una medalla en unos Juegos Olímpicos es, sin duda, uno de los mayores triunfos que un deportista puede alcanzar. Esta generación de deportistas está consiguiendo un triunfo mayor: ser un espejo para muchas niñas que buscan un referente. Miriam Blasco (Barcelona 1992) abrió el camino. Un camino al que le queda aún mucho por andar. Todos somos responsables. Ellas, entre Juegos y Juegos, siempre cumplen su parte. Los medios de comunicación y la sociedad en general no pueden seguir infravalorando sus éxitos. Demasiado trabajo como para que sus nombres queden asociados a titulares como ‘Una Hércules con maquillaje’ o ‘Una madre de oro’. Cuatro años. Cuatro años, entre Juegos y Juegos.
POR BEATRIZ ESCARTÍN
MIREIA BELMONTE La metamorfosis de la campeona olímpica TEXTO: Lucía Santiago FOTO: Nacho Casares y Diego G. Souto
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espués de ver a Mireia Belmonte adjudicarse la final de los 200 mariposa y, con ella, su primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, su técnico, el francés Fred Vergnoux, rompió a llorar en uno de los pasillos del Estadio Acuático de Río de Janeiro. “Por favor, dame un momento. Ahora no puedo hablar”, se disculpó entre sollozos antes de fundirse en un abrazo con Mónica Solana, la fisioterapeuta que cuida el cuerpo de la nadadora catalana. Vergnoux, un gigantón de casi dos metros, trabaja junto a Mireia Belmonte desde hace cinco años. En 2012 celebraron la conquista de dos platas (200 mariposa y 800 libre) en la cita olímpica londinense, donde el francés sitúa el origen de la metamorfosis de la catalana. “Me dijo que ganaría el oro”, recordó, ya con la emoción contenida, en los aledaños de la zona mixta. Belmonte es la reina de la mariposa. Batió a la australiana Madeline Groves y a la japonesa Natsumi Hoshi para merecer el metal dorado. “Mañana, cuando Mireia se despierte, podrá decir: ‘Ya soy campeona olímpica’”, destacó Vergnoux. “Lo que ha hecho es para el resto de su vida. Esto nadie se lo va a quitar. Es lo máximo que hay en el deporte. ‘Chapeau’. No tengo palabras”. La cuádruple medallista olímpica completó en la ciudad carioca su particular “cubo de Rubik”. Había sido en la primera jornada de competición bronce en la prueba de los 400 estilos, pero la fijación estaba en el oro. En los 200 mariposa. Su prueba. Llegó con dudas a Río de Janeiro. Contenida por la exigencia de prorrogar su exitosa senda en los Juegos Olímpicos pero, sobre todo, por el recuerdo de la lesión que el pasado año le obligó a renunciar a los Mundiales de Kazán. Tanto ella como Fred Vergnoux habían repetido en múltiples ocasiones que las medallas de la ciudad carioca se ganarían en Rusia. Ella no participó, paralizada por el dolor en sus hombros, y en la rueda de prensa posterior a la ceremonia de entrega de medallas reconoció que llegó a pensar que tendría “muy difícil llegar a estas Olimpiadas”. “Gracias a dios he llegado bien, de la mejor manera posible. Si ha sido así no es solo por mí, sino también por Fred (Vergnoux), que me ha sabido motivar y aguantar”, continuó.
“Fred me ha sabido motivar y aguantar”
La medalla de oro le pertenece a ella, pero también al francés. Por eso, Mireia Belmonte se quitó la presea y rodeó con ella el cuello de su entrenador ante los ojos del presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal. Con Vergnoux compartió la nadadora de Badalona el sufrido y sacrificado ciclo olímpico que separa sus podios de Londres y Río. Con él, compartió también, “un día bonito y difícil de olvidar”. “Fuimos a una piscina que tenemos para nosotros y nos alejamos un poco de este ‘show’ que hay dentro del centro acuático. Lo pasamos bien. Bromeamos mucho en la comida. ¡Me hizo llorar de risa! Volviendo aquí las cosas se han puesto más tensas pero ha calentado muy bien y hemos hecho la rutina al milímetro. Solo faltaba competir a tope. Lo ha hecho”, celebró Vergnoux. Un año antes debió convencer a Mireia de que no comparecer en los Mundiales era la mejor decisión “para descansar y recuperar sus hombros”. “Fue una inversión en descanso y en trabajo con el fisio, un re-
set total. Ha sido un año increíble de trabajo para ga- del 200 mariposa, como quedó demostrado en la final. nar el oro”, apuntó con los ojos enrojecidos. Ganó la prueba en el último viraje. “Ahí dije: ‘¡Ya está, La clave de la prueba, indicó Fred, estuvo en comen- esto es para ella!’”, recalcó Vergnoux, todavía algo inzar “más rápido que en la semifinal pero más lento crédulo por el brillante final de la española. “¡Esta tía que en Londres”, cuando llegó exhausta a los treinta está loca!”, bromeó. metros finales. “Entonces llegó primera al 150 y acabó segunda en el 200. Si hoy la carrera duraba dos metros “Mireia no es la más talentosa” más la japonesa la habría cogido”, aseguró. “Hemos ido con un poco de control para hacer un segundo 100 muy fuerte. Quizás haya hecho su mejor vuelta de siempre. La clave es el último subacuático. Ella tiene una gran técnica de nado subacuático desde hace años y en Sierra Nevada hemos hecho un trabajo específico para aumentar este estilo. No es una casualidad. Es un arma que ella ha sacado cuando tocaba”, analizó. Desde Londres 2012, con el objetivo de ser campeona en Brasil, Mireia Belmonte trabajó en busca de una metamorfosis. Sabía que debía potenciar su fuerza muscular para poder economizar esfuerzos bajo el agua. Solo así podría resistir los metros finales
Ya más serio, el galo dejó otro mensaje: “Mireia no es la más talentosa de los nadadores españoles. En la final de 200 mariposa era la más pequeña de las ocho. Hay miles de datos que explican que Mireia ha ganado el oro con trabajo, con pasión, con ganas”. Así lo hizo desde una inolvidable calle 5. Ese es el número de medallas que posee el palista gallego David Cal, el español con mejor palmarés olímpico. A sólo una se situó Mireia Belmonte, quien debió conformarse con un cuarto puesto en sus mejores 800 metros libre de siempre, récord de España incluido.
“Renuncié a los Mundiales de Kazán y creí que no había salida. Vi cómo Fred se iba en el autobús y yo me quedaba en casa. Ahora siento que fue una buena idea no competir allí. Me hizo reflexionar, parar a tiempo y madurar, como persona y como deportista”
Mireia Belmonte, oro en 200 mariposa y bronce en 400 estilos en los Juegos Olímpicos de Río 2016, apuntó ambiciosa hacia nuevos objetivos, entre los que situó “ser campeona del mundo en piscina de cincuenta”. La nadadora de Badalona, cuádruple medallista olímpica, afirmó en rueda de prensa que en la ciudad carioca hizo realidad “el sueño de ser campeona olímpica” pero subrayó que todavía tiene “retos por delante, como el Mundial del año que viene en Hungría”. “Me queda ser campeona del mundo en piscina de 50. Hay que querer más y no conformase con lo que se tiene”, dijo. Acompañada por su técnico, el francés Fred Vergnoux, Mireia Belmonte se mostró satisfecha con lo conseguido en los Juegos de Río, donde se erigió en la primera nadadora de más de 25 años que gana la final olímpica de 200 mariposa. “En ese momento tenía ganas de llorar y de reír”, reconoció la catalana, quien en la ceremonia de entrega de medallas dejó salir “la emoción que tenía contenida”. Mireia Belmonte explicó que todavía no ha visto el vídeo de esa final porque es un momento que quiere compartir con su familia, pero sí destacó una imagen: “cuando nos quedan quince centímetros para llegar a la pared”. “Esa foto describe cuatro años de trabajo en los que hemos buscado la perfección”, expuso. Preguntada por la importancia de su victoria, Belmonte reconoció que todavía le resulta “difícil asimilar una cosa tan grande” como la consecución de su primer oro -en Londres 2012 fue plata en los 800 libre y en los 200 mariposa- y lo valoró como el premio al trabajo realizado los últimos cuatro años bajo la dirección de Fred Vergnoux y su equipo de trabajo. “Es un entrenador exigente, duro, pero compartimos momentos buenos, estamos casi siempre riendo”, señaló. Inmersa en la lucha por las medallas en las tres finales que disputó, Belmonte, que fue cuarta en los 800 libre, destacó su evolución en el aspecto psicológico desde la pasada cita olímpica. “En Londres era más novata. Es verdad que había ido ya a Pekín, pero no sabía qué era luchar por las medallas. Ahora sé controlar los nervios y las emociones de estar en una final olímpica. Tienes que aprender a creerte que eres tan favorita como la que está en la calle 4 y estar preparada para luchar sin pensar en lo que pueda suceder a nivel externo”, explicó.
CAROLINA MARÍN La nueva muralla
TEXTO: Lucía Santiago FOTO: Nacho Casares y Diego G. Souto
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oventa minutos antes del comienzo de su primera final olímpica ante la india Pusarla V Sindhu, Carolina Marín (Huelva, 1993) tomó acomodo en la poblada grada del Pabellón 4 de Riocentro. Subió el volumen de la música para aislarse del entorno festivo que se respiraba en el recinto durante la disputa de la semifinal masculina entre el malayo Chong Wei Lee y el chino Dan Lin y repitió el ritual previo a su estreno en los Juegos Olímpicos de Río 2016 ante la finlandesa Nanna Vainio.
a borrar las lágrimas con las que despidió algunas de ellas. El sufrimiento estaba justificado. La onubense, concienzuda y generosa en el esfuerzo, es la nueva campeona olímpica de bádminton tras quebrar una muralla que parecía infranqueable, la del dominio asiático. Desde la entrada de la disciplina en el programa olímpico en los Juegos de Barcelona 1992 sólo habían ganado el oro jugadoras de Indonesia, Corea del Sur y China. Este último país monopolizó la categoría individual femenina de manera ininterrumpida desde el año 2000. En la cita olímpica de Sydney venció Zhichao Gong. En los Juegos de Atenas 2004 y Pekín 2008 el primer puesto fue para Ning Zhang y en los pasados Juegos de Londres Li Xuerui elevó a veinte el número de años de gobierno asiático. Carolina Marín, de 23 años, puso fin a su hegemonía en Río de Janeiro.
La onubense, doble campeona de Europa y del mundo de bádminton, volvió a imaginarse vencedora antes de encarar su última aventura en la ciudad carioca. Cuando saltó a la pista verde del colorido pabellón, ubicado en el Parque Olímpico de Barra, estaba absolutamente convencida de que conseguiría hacer realidad la predicción que había vociferado a su llegada a la Villa Olímpica: viajó a Brasil con la única perspectiva de ver la bandera española en lo más alto del podio. La actual número uno del mundo llegó a la cima olímpica diez años después de la decisión que la llevó de En ese lugar, tras su victoria por 19-21, 21-12 y 21- Huelva -Marín despuntaba ya en el Recreativo IES La 15, saboreó por fin la conquista de la presea dorada, Orden– a Madrid para crecer bajo la dirección de Ferel premio que todos los aficionados daban por hecho nando Rivas. que conseguiría. El granadino, que empezó a trabajar en la Federación “Todo el mundo me dice que ya tengo la medalla de Española en 2004, recuerda en el libro ‘A por más’ oro y cuando vine a la Villa me la esperaba encima (LID Editorial) que empezó a escuchar el nombre de de la cama, pero no me la he encontrado. La única Carolina cuando ella tenía 11 o 12 años y que le haque tengo es la de la Virgen del Rocío que siempre blaban de su “mal carácter” y de “las rabietas” que se me acompaña”, bromeó la andaluza tras su triunfo en pillaba. cuartos de final ante la surcoreana Sung Ji Hyun.
“No destacaba por jugar bien”
En semifinales apeó a la anterior campeona olímpica, la china Li Xuerui, y en la ronda definitiva neutralizó “No destacaba por jugar bien a bádminton. Luchaba a PV Sindhu como culmen a dos meses fatigosos de mucho, corría mucho, era muy rápida, odiaba perder, preparación. pero ni se desplazaba bien, ni golpeaba bien. Después fue en un campeonato de España sub’15 en un parti“Puedo porque pienso que puedo” do con Bea Corrales que fui para verlas a ellas entre otras y me sorprendió mucho. Ella tenía 13 años y me “Han sido los entrenamientos más duros de mi vida”, dije aquí hay dos minicampeonas”. Su predicción fue aseguró en su primera comparecencia en Río de Ja- acertada. neiro. “Calma”, “fuerza” y “alegría” definen el carácter de la El propio Fernando Rivas, su entrenador, reconoció española, admiradora del tenista Rafael Nadal. A su que a su hija no le haría pasar por lo que sí hace pa- ejemplo se aferró en los difíciles momentos que vivió sar a su pupila. De lunes a sábado, Carolina Marín se en la residencia Joaquín Blume. Sus 14 años eran una ejercita en sesiones triples en el Centro de Alto Rendi- edad demasiado temprana. La figura de Mónica Camiento de Madrid y en su camino hacia sus segundos giao, preparadora física de la Federación de BádminJuegos Olímpicos asumió “cargas durísimas” combi- ton, fue clave como tutora. nadas con trabajo en hipoxia. El lema “puedo porque pienso que puedo” le ayudó a afrontar cada jornada y Si Carolina Marín aceleró etapas con su entrada, tan
joven, en el Centro de Alto Rendimiento, también se adelantó a las previsiones. En el ámbito federativo aguardaban una medalla de la onubense en el Mundial de 2017. Ganó los de Copenhague 2014 y Yakarta 2015 y ascendió a lo alto del ránking aupada por su ambición y por el plus de competitividad que lleva adscritos. Lo que más le fastidia es no jugar bien, aunque gane. Así le pasó en la semifinal del Campeonato del Mundo de 2015. Sacó un partido “feo” ante la surcoreana Sung Ji Hyun. Lejos de celebrar el triunfo, rompió a llorar.
final. Pero a mí, cuando gana, me gusta controlar la euforia. Si hemos ganado jugando bien me gusta que disfrute, pero siempre evaluamos. Y cuando se pierde lo único que le puedo reprochar es la actitud, si no ha luchado o si no ha hecho el esfuerzo de encontrar soluciones”, comenta Rivas.
En Río de Janeiro fue la asiática la que abandonó la zona mixta envuelta en llanto tras el duelo de cuartos de final. El crecimiento técnico, táctico y, sobre todo, mental de Carolina Marín ha llegado a abrumar a todas sus rivales en la ciudad carioca. La estridencia de “No sé si lo hacía porque no jugó bien o porque pen- sus gritos paralizó a sus oponentes y la condujo hasta saba que si jugaba así al día siguiente iba a perder la la victoria. Carolina Marín es la nueva muralla.
Carolina Marín repite remontada Las dos remontadas que llevaron a la española Carolina Marín al éxito en las finales del Campeonato del Mundo de Copenhague 2014 y de los Juegos Olímpicos de Río 2016 tienen un nexo común: una charla con su técnico, el granadino Fernando Rivas, cambió el rumbo de los dos encuentros. Tanto ante la china Li Xuerui, primera cabeza de serie entonces, como ante la india Pusarla Venkata Sindhu la onubense se vio con un set de desventaja. En ambos casos, lejos de insistir en conceptos técnicos y tácticos, su preparador apeló a la emotividad. “Recuerda a esa niña de 14 años que llegó a la academia Blume y quería cumplir su sueño”, le dijo. En el momento de pronunciar esa frase, Carolina Marín perdía por 19-21 ante VP Sindhu. Minutos después, rubricó el triunfo “más especial” de su carrera tras anotarse por 21-12 y 21-15 las dos mangas restantes y, con ellas, la medalla de oro en la cita olímpica de Río de Janeiro. Al deseo de ser campeona se había aferrado ya la andaluza para conquistar su primer Campeonato del Mundo, en el año 2014. En la final del evento disputado en Copenhague, Li Xuerui golpeó primero: se impuso, por 17-21, en el set inicial. Fernando Rivas fijó la atención de su pupila en la parte más alta del podio. Le recordó que al término del encuentro solo la bandera del país de la vencedora ocuparía un lugar preeminente. “¿Qué bandera quieres ver ahí arriba?”, le preguntó a Carolina. La onubense respondió con la victoria que le reportó en 2014 el primero de sus dos títulos mundialistas. Al igual que en el pabellón 4 de Riocentro, las palabras de su entrenador resultaron claves para corregir su rendimiento.
Eva Calvo resuelve la ecuación TEXTO: Lucía Santiago FOTO: Nacho Casares y Diego G. Souto
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a unión de Eva Calvo con el taekwondo fue fruto de una casualidad. Su padre, Fede, se tropezó por las calles de Leganés con uno de los muchos carteles que José María Martín ‘Xixo’ había pegado en paredes, farolas y marquesinas anunciando la apertura de una nueva escuela de taekwondo. Estaba muy cerca de su casa y decidió que las artes marciales podrían ser un buen entretenimiento para sus dos hijas, Eva y Marta. Era el año 2006 y, por aquel entonces, parecía inimaginable que la mayor, de 15 años, pudiera llegar a convertirse diez años después, con 25, en medallista olímpica. Lo logró en los Juegos de Río de Janeiro haciendo buenos los pronósticos de su preparador, quien antes de la comparecencia de Eva Calvo en la ciudad brasileña había adelantado que su pupila esta-
ría en el podio. Con su elucubración jamás pretendió ser arrogante sino sincerarse sobre las posibilidades reales de aquella niña que una década antes se había plantado en el club Sánchez Élez Sanabria con escasa coordinación. La práctica hasta los 13 años del atletismo, sin embargo, convirtió pronto las piernas en su punto fuerte. “Y en este deporte”, puntualiza Eva, “las patadas son fundamentales”.
“Ver cómo se desenvuelve ahora Eva no tiene precio” Su certera ejecución del Mondolio Nako, una patada a la cara con giro completo, la llevó a dominar a sus rivales pero, sobre todo, a vencer su timidez. De pequeña, reconoce, le daba vergüenza incluso salir a por
el pan. Pero a través del taekwondo encontró las herramientas para derribar sus miedos. Modificó incluso su forma de vestir y de peinarse, para satisfacción de su preparador. “No hay nada que te haga más crecer que ver a un niño que viene y es tímido y que a través del taekwondo gana en seguridad en sí mismo. Ver cómo se desenvuelve ahora Eva no tiene precio”, recalca Xixo en el libro ‘A por más’ (LID Editorial). Diez años más tarde del primer encuentro entre ambos, Eva Calvo se convirtió en subcampeona olímpica. Este agosto alcanzó la final de la categoría de menos de 57 kilogramos en los Juegos Olímpicos de Río 2016 siguiendo los consejos de su técnico. A uno de los lados del tapiz se situó el entrenador federativo Marco Carreira, pero en la grada Eva Calvo buscó también
la serenidad que siempre le transmite Xixo. “Disfrutar” es la palabra que le repite en cada entrenamiento. Su facilidad para rebajar la tensión de la competición fue clave para la eclosión de la madrileña, que aparcó sus estudios de matemáticas para poder resolver la ecuación más determinante de su carrera deportiva en Brasil. Su excelente rendimiento en la ciudad carioca es solo un capítulo más de una carrera que la contempla como campeona de los Juegos del Mediterráneo de 2013 y del Europeo de Bakú en 2014. Además, fue plata mundial en Cheliábinsk (Rusia) en 2015 y bronce en la cita mundialista de Puebla (México) en 2013, tercera en los Juegos Europeos de Bakú y subcampeona del Grand Prix de taekwondo que se disputó en México, entre otros honores.
“Él nos deja claro que aquí estamos para divertirnos. No es como otros técnicos que se centran sólo en hacer repeticiones, sino que te deja crear y va un paso más allá del hecho de pegarse”, señala. Este factor fue determinante cuando, en los Campeonatos escolares de 2007, se lanzó a competir. Tenía 16 años y, cumplido el primer asalto de su primer combate, acumulaba una desventaja de 6-0. Xixo la invitó a abandonar si aquello le estaba haciendo sufrir. Eva decidió seguir peleando. Remontó el combate y terminó ganando el campeonato. “En aquel momento me di cuenta que realmente era una competidora”, asegura su maestro, fascinado asimismo por su capacidad de entrega y de sacrificio.
EL VÍNCULO CON SU HERMANA MARTA Eso le llevó a hacer realidad su sueño olímpico. Una plata que compartió, a medias, con su hermana Marta. Una decisión de los jueces en el preolímpico dejó a la pequeña fuera de la carrera hacia Río, pero su hermana mayor la ‘repescó’ como esparrin y reserva. Ella fue la primera que la recibió, emocionada, en la sala que los atletas tienen en el sótano del Carioca Arena 3. Marta había sido, junto a sus padres, la que más sufrió en el duelo de semifinales -en el que aseguró la medalla- ante la egipcia Hedaya Wahba, resuelto en el punto de oro. A ella le debe Eva, en gran medida, su incursión en el taekwondo ya que fue quien más insistió para que acudiera a las clases de aquel arte marcial japonés. A la mayor de las hermanas le daba vergüenza dirigirse al gimnasio donde después se desarrolló. Juntas entrenan todos los días. Juntas calientan antes de cada combate. Juntas comparten desvelos, consejos en las concentraciones y algún cinturón, como el que portaron en la conquista de sus subcampeonatos mundiales en Rusia. Juntas repiten “el baile del pollo” antes del salto al tapiz. Juntas vivieron el primer éxito olímpico de Eva. Juntas esperan repetir experiencia en Tokio 2020 tras no haber podido vivir ambas la magnitud de la competición en Brasil.
De Brigitte Yagüe a Eva Calvo Hace menos de un año, en octubre de 2015, la mallorquina Brigitte Yagüe convocó a los medios de comunicación para balbucir una de las decisiones más trascendentes de su vida. El sufrimiento motivado por “la pérdida de la ilusión, la motivación y las ganas de ganar”, según confesó entonces, precipitó el anuncio de su retirada y, con ella, su renuncia a un último intento por mejorar la plata obtenida en los Juegos de Londres 2012.
rioca 3 se estrenó en una cita olímpica. La condición de debutante no pesó en la mentalidad de la deportista de Leganés, quien en las últimas semanas siguió una estricta dieta para llegar en peso y en forma a Río de Janeiro. No quería que una bajada brusca de kilos mermara su nivel. De ahí su empeño en perder volumen de manera progresiva.
Aupada por la estadística que la sitúa como vencedora en el 78 por ciento de sus envites, la madrileña Ese éxito, el más notorio en el brillante historial de- compartió su sueño olímpico con su hermana Marta, portivo de Brigitte Yagüe, acaeció en una de las treguas a quien una decisión de los jueces dejó a dos combates que le concedieron los problemas físicos, obstáculos de la clasificación para los Juegos de este verano. insalvables y que con intermitencia se sucedieron desde el año 2007. EVA CALVO, PLATA EN SU ESTRENO EN UNOS El 28 de diciembre de aquel año se golpeó la mano du- JUEGOS OLÍMPICOS rante un entrenamiento. La posterior operación quirúrgica truncó no solo la posibilidad de perseguir me- Dada su edad -tiene 19 años-, la Real Federación Esses después en la capital china la presea olímpica, sino pañola de Taekwondo aguardaba su eclosión cuatro que le hizo divisar erróneamente el fin de su carrera. años más tarde, en Tokio 2020. Marta se adelantó a los pronósticos con la consecución de la medalla de plata Después de esa fecha, sin embargo, la balear siguió en los Mundiales de Rusia 2015 y, aunque se quedó a acumulando victorias en Campeonatos del Mundo y las puertas de merecer el derecho a competir en los de Europa. Los títulos mundiales de 2003, 2007 y 2009 Juegos Olímpicos, sí viajó a la ciudad brasileña. y los campeonatos continentales de 1998, 2002, 2004 y 2008 le pertenecen. A ellos suma una plata (2005) y Como suplente de su hermana Eva vibró en una jorun bronce (2012) europeos, además de dos subcam- nada en la que se esperaba al menos una medalla. Su peonatos mundiales, en 2001 y 2005, y un tercer pues- medalla. Aunque finalmente fueron dos, con el bronce to en los Campeonatos del Mundo de China 2011. de Joel González (menos de 68). Porque las expectativas alrededor de Eva Calvo eran esas: relevar a Brigitte En el sendero que le señala como heredera de Brigitte Yagüe en el podio olímpico y contribuir a otra parYagüe y que, por rendimiento, debería conducirle has- ticipación histórica del taekwondo español en unos ta un lugar preeminente en la historia del taekwondo Juegos. femenino español se sitúa ya la madrileña Eva Calvo, con numerosas distinciones internacionales. En la cita olímpica de Londres 2012, tres de los diecisiete metales logrados por la delegación española resLa mayor de las hermanas Calvo ganó el Campeonato pondieron a esta disciplina. Joel González, que repitió de Europa de 2014, disputado en Bakú. En la capital en Río, se proclamó campeón mientras que Nico Garde Azerbaiyán obtuvo un año más tarde la medalla de cía y Brigitte Yagüe fueron subcampeones. bronce en la primera edición de los Juegos Europeos. El bronce y la plata cosechados en los Mundiales de El lugar del canario, a quien un grave accidente de Puebla (México) y Cheliábinsk (Rusia) en 2013 y 2015 moto apartó de la competición, fue ocupado por el corroboran el excelente nivel de la pupila de José Ma- prometedor Jesús Tortosa, gran baza para el futuro ría Martín del Campo ‘Xixo’, quien fue plata en el reto más inmediato de esta modalidad junto a las menciode mayor exigencia: el 18 de agosto en el Arena Ca- nadas Eva y Marta Calvo.
Tras la conquista de la medalla de bronce en el Eurobasket de 2015 disputado en Hungría y Rumanía el seleccionador Lucas Mondelo subrayó la importancia de aquella presea, la décima en el contador de éxitos del baloncesto femenino español, por haberla conseguido sin su particular ‘Pau Gasol’.
Un equipo de plata TEXTO: Lucía Santiago FOTO: Diego G. Souto
Se estaba refiriendo a la pívot Sancho Lyttle, la “estrella” que en los últimos años ilumina el sendero de una generación histórica. Se aguardaba su participación en los Juegos Olímpicos de Río 2016, pero el infortunio reapareció en su camino y en el del equipo. La jugadora de origen caribeño se fracturó, a pocas semanas del comienzo de la cita carioca, el quinto metatarsiano del pie derecho durante un partido de la WNBA. La magnitud de su ausencia la resumió Anna Cruz en su primera comparecencia en la zona internacional de la Villa Olímpica. Sin ella sobre el parqué, remarcó, las doce componentes de la selección se veían “físicamente inferiores” a otras selecciones. Prorrogar la etapa gloriosa que el baloncesto femeni-
no español vive desde su triunfo en el Eurobasket de 2013 se antojaba, por esta razón, más difícil.
Así respondieron a la ausencia de Sancho Lyttle. La actuación coral no bastó para comprometer esta vez el triunfo de la escuadra estadounidense en la final, pero En los Juegos Olímpicos de Río 2016, sin embargo, el sí para merecer la segunda plaza en Río de Janeiro. cuadro dirigido por Mondelo volvió a fotografiarse en el podio pese a haber visto modificadas seis de las “El ciclo no se acaba” doce piezas que hace tres años brillaron en Francia, en el torneo que supuso el adiós de Amaya Valdemoro y de Elisa Aguilar. Doce amigas que se divierten jugando al baloncesto antepusieron el éxito común al individualismo y En ese tiempo, afirmó el preparador, “España se ha clausuraron su participación en Brasil como las doce ganado el respeto de todo el mundo del baloncesto”. protagonistas de una plata histórica. Laia Palau, Silvia Domínguez, Leticia Romero, Alba Torrens, Anna Lo logró a base de éxitos: al oro en el Eurobasket de Cruz, Marta Xargay, Leonor Rodríguez, Astou Ndour, Francia 2013 le siguió una plata en el Mundial de TurLaura Nicholls, Lucila Pascua, Laura Quevedo y Laura quía 2014; en el evento continental de 2015 el combiGil fueron las responsables del mayor logro olímpico nado español se adueñó de la medalla de bronce; y, ya del baloncesto femenino español. en Río de Janeiro, saboreó la presea plateada. Esa es la primera en unos Juegos Olímpicos tras los quintos Río de Janeiro, sin embargo, es solo “una parada más puestos de Barcelona 1992 y Pekín 2008. En Atenas en el camino”. “El ciclo no se acaba. El grupo todavía 2004, las españolas fueron sextas. tiene hambre, cada año se reinventa, cada año vuelve a empezar de cero. Además, la mayoría son jugadoras El salto a la segunda posición se produjo con los concon trayectoria y de abajo nos llega alguna jugadora ceptos de grupo, manada y familia como punto de con calidad. Hemos conseguido una final olímpica, partida. Son ésas las tres palabras que Lucas Mondelo pero ahora hay un Europeo el año que viene y un rescata para definir a una selección que, bajo su prisMundial”, cerró Mondelo. ma, “se parece más a un equipo”.
Laia Palau: “Es algo histórico, para siempre” La capitana de la selección española femenina de baloncesto, Laia Palau, consideró que la conquista de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016 es “algo histórico, que quedará para siempre”. La base catalana destacó en la rueda de prensa posterior a la final (101-72) ante el equipo de los Estados Unidos la importancia de ver al conjunto femenino español por vez primera en el podio de unos Juegos Olímpicos. “Lo más importante es que tenemos la medalla de plata. Es la primera vez que España está en esta situación. Es histórico, para siempre y solo espero que no sea la última”, deseó. Palau aseguró que la segunda plaza en Río “es muy merecida” ya que premia el trabajo del combinado dirigido por Lucas Mondelo, derrotado únicamente en la fase de grupos por el equipo que se acabaría convirtiendo en su verdugo en el choque por el oro. La medalla es la primera que el baloncesto femenino español consigue tras los quintos puestos de los Juegos de Barcelona 1992 y Pekín 2008 y el sexto lugar de la cita olímpica de Atenas 2004. Laia Palau cree que servirá “para marcar un camino”. “Espero que esto sea importante para el baloncesto femenino. Esto es visibilidad y así como yo cuando era pequeña pensaba que quería estar allí (en unos Juegos Olímpicos), ahora espero que muchas niñas y muchas mujeres hayan visto esto y quieran seguir en la brecha”, apuntó. La capitana del cuadro español afirmó que todavía no son “conscientes de lo que ha pasado”, aunque expresó su felicidad y la del equipo pese a la abultada derrota en la final. “Ellas están un escalón por encima”, asumió, “pero llegamos a la final”. “Para todo el mundo que juega a baloncesto el sueño es ir a unas Olimpiadas y subirse a un podio. Ya no se le puede pedir más a la vida, la verdad”, sentenció antes de marcharse de la zona mixta sin aclarar si en Río de Janeiro disputó su último partido con la selección.
Lidia Valentín, bronce, saborea por fin el podio olímpico TEXTO: Lucía Santiago FOTO: Diego G. Souto Lidia Valentín cree que pronto contará con dos medallas olímpicas en la categoría de 75 kilogramos, aunque la confirmación de la segunda, lograda en el Pabellón 2 de Riocentro, llegó antes de la oficialidad de la primera, retardada por los trámites burocráticos que deben corregir el podio de los Juegos de Londres.
cuarto puesto con el que mejoraba su actuación en Pekín 2008, donde fue quinta.
El pasado 12 de agosto, en cambio, los méritos acumulados a partir de las 15.30 horas, cuando se produjo la presentación de las ocho integrantes del Grupo A en el Pabellón 2 de Riocentro, la condujeron hasta En la foto final de aquella cita olímpica aparecen la el tercer cajón del podio, con un total de 257 kilograkazaja Svetlana Podobedova, la rusa Natalya Zabo- mos. Es la suma de los 116 que levantó en arrancada y lotnaya y la bielorrusa Iryna Kulesha. Las tres fueron los 141 que alzó en dos tiempos. acusadas recientemente de dopaje. Ese registro la situó tras la norcoreana Rim Jong-Sim, El pasado 15 de junio la Federación Internacional de campeona olímpica en la categoría de 69 kilogramos Halterofilia comunicó, tras el reanálisis de las mues- cuatro años atrás y vencedora esta vez con una cifra tras recogidas hace cuatro años en la capital inglesa, que mejoró en 17 kilos la de la española. Ninguna muel positivo de la primera clasificada, la levantadora de jer había logrado antes lo que Rim hizo hoy. La levanorigen ruso Svetlana Podobedova. tadora de Pyongyang, de 23 años, es además la primera deportista de su país que gana dos oros. A ese positivo le siguieron los de Zabolotnaya y Kulesha. Fueron desvelados el pasado 27 de julio, dos días Aunque el dominio de la asiática fue incontestable en antes de que Lidia Valentín emprendiera el viaje desde la séptima jornada de competición para la halterofilia, Madrid hasta Río de Janeiro. Lidia Valentín despidió su actuación con una sonrisa y un corazón. La berciana pudo, por fin, fotografiarEn la cita olímpica carioca no compitió ninguna de las se en el podio. Lo hizo como tercera, al lado de Rim adversarias que le negaron, “con trampas”, la posibili- Jong-Sim y de la bielorrusa Darya Naumava, quien ledad de ascender al primer puesto del podio en Lon- vantó un kilo más que la española. dres 2012. “La que tenía que haber estado ahí era yo. Me quitaron el momento de verme en lo más alto, de Lidia Valentín pasará a la historia como la primera escuchar el himno de mi país y de haberme emocio- levantadora española que consigue una medalla en nado”, denunció la deportista de Camponaraya, de 31 unos Juegos Olímpicos. Pronto desea que ese número años, en una rueda de prensa concedida a su llegada a se vea multiplicado por dos: está a la espera de que el la Villa Olímpica. organismo presidido por Thomas Bach reconozca su éxito en Londres. “Reclamaremos esa medalla. Tiene En Londres, pese a las sospechas, debió aceptar el que estar en mi casa”, dijo.
Todo comenzó en Camponaraya Cuando Lidia Valentín cruza la puerta que da acceso al módulo de halterofilia ubicado en el CAR de Madrid, un mensaje le recuerda el porqué de sus triunfos en los Campeonatos de Europa de 2014 y 2015 y de su bronce en el Mundial disputado en la ciudad polaca de Breslavia en 2013.
El responsable de las instalaciones deportivas de Camponaraya, el pueblo donde vivió hasta los quince años Lidia Valentín, derrocha orgullo cuando habla de su pupila. “Por sus méritos, es la mejor embajadora de nuestro deporte y de nuestra tierra por el mundo. En consecuencia, sentimos el orgullo propio de vernos representados por ella de forma tan sobresaliente”, A esos honores suma, desde el 12 de agosto, una me- asegura en el libro ‘A por más’ (LID Editorial). dalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016, cimentada igualmente en la frase que resuena en el “Particularmente, quizás yo un poco más”, continúa sótano del complejo deportivo donde se ejercita junto Álvarez. “Sus logros implícitamente están relacionaa los otros tres levantadores españoles que compitie- dos con el deporte del que yo soy responsable, además ron en la ciudad carioca: Andrés Mata, Josué Brachi y de la extraordinaria relación que tengo con ella. Me David Sánchez. alegro por ella, por la recompensa a su sacrificio para conseguir sus metas y, quizás de manera egoísta, por“Le llaman suerte, pero es constancia; le llaman casua- que cuando gana un deportista también gana el entrelidad, pero es disciplina; le llaman genética, pero es nador que la descubrió”. sacrificio. Ellos hablan, tú entrena”. Esa es la sentencia que conduce por el camino del éxito al grupo dirigido Los ojos de Isaac Álvarez vieron en Lidia Valentín a por Matías Fernández, el técnico que tutela a la depor- una futura campeona mucho antes de ver su desemtista leonesa, de 31 años, desde el año 2008. peño en la halterofilia. La leonesa destacaba desde bien pequeña en todas las actividades que requerían Cuando sus trayectorias se unieron, Lidia Valentín fuerza, velocidad y coordinación, como el baloncesto llevaba ya ocho años residiendo en Madrid, adonde o el atletismo. Pero su primer técnico aguardó hasta se mudó en el año 2000. Tenía apenas quince cuando que tuviera la edad adecuada para iniciarse en la discicruzó por primera vez la entrada del Centro de Alto plina que la encumbró como tercera clasificada en los Rendimiento de la capital española con el férreo pro- Juegos Olímpicos de Río 2016. pósito de convertirse en la mejor levantadora nacional. Tenía once años cuando se unió a un grupo de niños y niñas en Camponaraya para sorpresa de sus padres, Ese título le pertenecía ya, dado su brillante recorri- Luis Ángel y Estrella. “Probablemente también asociado, en las categorías inferiores, pero el paso por la rían la halterofilia a chicos”, les justifica la deportista. Residencia Joaquín Blume se antojaba necesario para llevar su carrera a otro nivel, a la gloria absoluta. La Sus marcas se fueron incrementando progresivamenque pertenece sin discusión. También en el panorama te hasta los 257 kilogramos con los que rubricó en el internacional. Pabellón 2 de Riocentro el mayor éxito internacional de su carrera, a la espera de que el Comité Olímpico proclame su victoria en los Juegos de “La mejor embajadora Internacional Londres 2012 tras confirmarse en las últimas semanas de la halterofilia” el positivo de las tres rivales que la batieron entonces. En Brasil, en cambio, sí pudo pisar el podio. Y Desde el año 2011, Lidia Valentín sólo se bajó del Top- saborear el éxtasis que supone acariciar la medalla de 5 en la pasada cita mundialista de Houston (Estados bronce que la acredita como tercera en la ciudad caUnidos), que se perdió por lesión, y en el pasado Eu- rioca. La recogió después de haber reclamado fortuna ropeo, que descartó para preparar con plena garantías a su principal amuleto: la pegatina de Hello Kitty que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. En esta ciudad adorna su cinturón de competición. En Río, como es cumplió el sueño de su vida y el de la vida de su descu- habitual, también lució sus muñequeras y su diadema bridor, Isaac Álvarez. rosa.
La levantadora española Lidia Valentín, bronce en la categoría de 75 kilos de los Juegos Olímpicos de Río 2016, aseguró que esa presea le “sabe a oro” porque hace unos meses “no sabía si iba a estar compitiendo” en la ciudad brasileña. La leonesa, dos veces campeona de Europa, indicó en zona mixta que si hubiera estado en sus mejores marcas “hubiera sido segunda”, aunque apuntó que esta medalla, la primera que la halterofilia española consigue en unos Juegos Olímpicos, le “sabe a oro”. “Hace un tiempo no sabía si iba a estar aquí compitiendo y hoy soy medallista”, expuso la berciana, de 31 años. Lidia Valentín logró la tercera posición tras haber levantado 116 kilos en arrancada y 141 en dos tiempos, para un total olímpico de 257. Con ese registro se quedó a 17 de la campeona, la norcoreana Rim Jong-Sim, y a solo uno de la bielorrusa Darya Naumava, segunda. “Yo iba a hacer mi competición, al margen de lo que hicieran ellas”, comentó la leonesa tras haber hecho buena la táctica de su entrenador y haber rubricado la consecución de una medalla que, para ella, “hace justicia”. La primera levantadora española medallista en unos Juegos Olímpicos fue cuarta en los Juegos de Londres 2012, aunque el pasado 27 de julio la Federación Internacional de Halterofilia confirmó los positivos de las tres rivales que la precedieron en el podio, la kazaja Svetlana Podobedova, la rusa Natalya Zabolotnaya y la bielorrusa Iryna Kulesha. En consecuencia, Lidia Valentín reclama como propio el oro en la cita olímpica disputada hace cuatro años en la capital inglesa. Minutos después de pisar el tercer cajón del podio, la deportista de Camponaraya confesó asimismo que al terminar la competición pensó en lo que le costó llegar hasta Brasil después de que una lesión le impidiera participar en los pasados Mundiales de Houston. “Intenté adelantar (el proceso de recuperación) para poder competir en Río. Siento que al final se hace justicia, que al final todo el sacrificio tiene su recompensa. Si luchas, consigues lo que quieres”, agregó. Inconformista tras haber mejorado en Río de Janeiro el quinto puesto logrado en Pekín 2008 y el cuarto de Londres 2012, Valentín manifestó su intención de recuperarse al “cien por cien y seguir disfrutando de Europeos y Mundiales hasta que llegue Tokio 2020”.
Lidia Valentín brindó su tercer puesto “a todo el pueblo de Camponaraya” y en especial a Isaac Álvarez, su descubridor. “Gracias a él hoy he conseguido una medalla”, sentenció.
Gracias, Eli Eli Pinedo, uno de los rostros emblemáticos del deporte femenino español en los últimos años, anunció su retirada pocos días después de la finalización de los Juegos Olímpicos de Río 2016 por lo que la derrota en los cuartos de final de ese torneo ante la selección de Francia fue su último partido como internacional. La deportista de Amurrio, de 35 años, decidió poner el punto y final a una carrera deportiva plagada de éxitos a nivel de clubes y con la camiseta del equipo español, en el que ha sido protagonista de los mayores logros en toda la historia del balonmano femenino. Precisamente, Eli Pinedo rompía la barrera de las 200 internacionalidades en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Concretamente, ha vestido la camiseta nacional en 201 partidos, con un total de 438 tantos desde el 4 de marzo de 2005, fecha de su debut ante Noruega en el Torneo Internacional celebrado en la localidad germana de Riesa. Pinedo ha participado activamente de la época de mayores éxitos de las Guerreras, con un papel clave en la conquista de las cuatro medallas obtenidas por el equipo español en los últimos ocho años: la plata del Campeonato de Europa de Macedonia 2008, el bronce del Campeonato del Mundo de Brasil 2011, el bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la plata del Campeonato de Europa de Hungría y Croacia 2014. Respecto a su carrera deportiva a nivel de clubes, la jugadora vasca militó diez temporadas en el Bera Bera -las últimas cinco tras su regreso a España procedente de Dinamarca- y jugó también para el Itxako de Pamplona, con el que conquistó su única Copa EHF. Su palmarés se completa con: seis títulos de División de Honor Femenina, cuatro cetros de la Copa de S. M. la Reina y cinco entorchados en la Supercopa de España. LA CARRERA DE ELI PINEDO EN CIFRAS - 661 goles anotados con Bera Bera en las últimas 5 temporadas en la Liga Loterías de Balonmano Femenino, con un promedio de 5,41 goles por partido - 201 partidos internacionales con la camiseta de España - 438 goles anotados con la camiseta de España
Maialen Chourraut: un oro contracorriente La palista donostiarra Maialen Chourraut se proclamó campeona olímpica de K1 Mujer Slalom en Río 2016. La española completó una manga final vertiginosa, inalcanzable para el resto de competidoras. Maialen lograba el pase para la final con el tercer mejor registro, pero en la final completó el mejor recorrido imaginable para convertirse en la primera mamá española en ganar una medalla olímpica, la primera de oro de una piragüista española. Una medalla para la historia del deporte olímpico.
Una medalla por la conciliación Maialen Chourraut, nueva campeona olímpica de K1 de piragüismo slalom, recordó la “apuesta” que tuvo que realizar cuando decidió ser madre y seguir como deportista de elite para buscar el oro en Río de Janeiro. El nacimiento de Ane le obligó a ser "flexible pero rigurosa", explicó, por las "dificultades existentes para conciliar el trabajo con la maternidad". "Es una asignatura pendiente de la sociedad y me gustaría que tuvieran más facilidades, porque los primeros años de la infancia son superimportantes”, subrayó la doble medallista olímpica. Chourraut había sido bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 pero, inconformista, se fijó como reto brindar a su hija la medalla de oro en la ciuda carioca. No falló.
La rĂtmica vuelve al
podio
El conjunto español de gimnasia rítmica, formado por Alejandra Quereda, Sandra Aguilar, Artemi Gavezou, Lourdes Mohedano y Elena López, logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016 con una nota final de 35.766 tras la realización de sus dos ejercicios. Con el difícil papel de romper el hielo en la final salieron las españolas al tapiz. Un ejercicio, el de cinco cintas, con el que consiguieron meterse en el bolsillo al público. La música brasileña, elegida con mimo para homenajear a los anfitriones, acompañó un ejercicio sin errores con el que las pupilas de Anna Baranova y Sara Bayón obtuvieron una nota de 17.800, mejorando el 17.783 de la clasificación. Lo peor estaba hecho y tocaba esperar a la participación de los siete conjuntos restantes. El conjunto ruso, el rival a batir, salió al tapiz del ‘Arena Olímpico do Río’ en tercera posición, mucho más impreciso que en la jornada del sábado y con la caída de una de las cintas obtuvo una nota de 17.600 para colocarse por detrás de España. Otras de las favoritas, Bielorrusia, sufrió la tan temida humedad en sus cintas. Dos nudos a lo largo de su ejercicio no las permitió sumar más que 17.283. Bulgaria mejoró su ejercicio de cintas y sumó 17.700. Con estas notas, España terminó la primera rotación en la primera plaza. La segunda rotación comenzó con las españolas pisando de nuevo el tapiz. Un ejercicio mixto acompañado de una música de raíces muy españolas donde el conjunto nacional volvió a rozar la excelencia para concluir su cuarto ejercicio de estos Juegos sin fallos. Las juezas valoraron este montaje con una nota de 17.966, la misma que en la clasificación. Por detrás de las españolas salieron las rusas. No fallaron y consiguieron una nota de 18.166 para colgarse la medalla de oro. Italia, rival directo de las españolas en esta lucha por las preseas, también realizó su ejercicio mixto sin fallos, consiguió una nota de 18.033 y se colocó inmediatamente detrás de España. Tras el paso por el tapiz de Ucrania (34.282) las españolas se aseguraron el bronce y Bulgaria, con el ejercicio que cerraba la final, empató con las españolas al sumar un total de 35.766. La nota de ejecución desempató y la plata finalmente fue para Alejandra Quereda, Sandra Aguilar, Artemi Gavezou, Lourdes Mohedano y Elena López. Anna Baranova, seleccionadora nacional, lo tenía claro al terminar la competición: “Es una medalla merecida”. “Por esta medalla esperamos años, son años de trabajo, años de ilusiones, años de sueños y por fin lo hemos conseguido. Estamos felices”, confesaba con la voz embargada por la emoción. Su mano derecha, Sara Bayón, que no pudo reprimir las lágrimas cuando sus chicas terminaron el segundo ejercicio, afirmaba que “esto es muy grande”. “Estas chicas han aguantado, estaban preparadas pero hay que aguantar, y han aguantado como unas jabatas. Han tenido una sangre fría, sabiendo algunas que íbamos primeras en el primer aparato cuando Anna y yo no teníamos ni idea, y esa sangre fría de salir a hacer el segundo ejercicio es espectacular. Es un sueño hecho realidad. Lo merecían, estas chicas lo merecían. La medalla ha llegado en el momento justo”, aseguraba todavía con lágrimas en los ojos. La que no cabía en sí de satisfacción y felicidad era Alejandra Quereda, capitana del conjunto: “No podemos estar más felices ahora mismo. Creo que esto es un sueño hecho realidad, pero un sueño trabajado, merecido, nadie nos ha regalado nada. Todos lo que no nos ha matado nos ha hecho más fuertes. Ha sido un camino lleno de espinas, pero ahora mismo esto sabe a gloria”. Con esta medalla de plata, la primera en unos Juegos Olímpicos desde el oro de Atlanta’96, las españolas culminan una temporada en la que todas sus competiciones se han saldado con medallas, a excepción de la Copa del mundo de Kazán.
Ruth Beitia, en el olimpo
R
uth Beitia afrontó en Río de Janeiro una cita con la historia del salto de altura y la cántabra no titubeó: se colgó la medalla de oro en la ciudad carioca y se convirtió en la primera atleta española campeona olímpica.
Lo hizo tras completar un concurso inmaculado desde su altura inicial de 1,88 metros. También a la primera franqueó los listones situados a 1,93 y a 1,97 metros, lo que prácticamente aseguró su medalla. Esta medida sólo la superaban cuatro mujeres. Además de la propia Ruth, la búlgara Demireva, la croata Vlasic y la norteamericana Lowe. Si nadie superaba 2,00 metros Ruth Beitia sería campeona olímpica. La triple campeona europea estuvo cerca de sobrepasar el listón en alguno de sus intentos y después de su tercer fallo vivió minutos de tensa espera. Finalmente ni Demireva, ni Vlasic ni Lowe consiguieron salvar limpiamente la medida y Ruth Beitia entró en el olimpo del atletismo español, convirtiéndose en la primera campeona olímpica femenina de nuestra historia y la tercera del atletismo español tras Daniel Plaza y Fermín Cacho, ambos en Barcelona'92. Sin duda, una noche histórica para el atletismo español. Tras su cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y su momentánea retirada de las pistas, Ruth Beitia completó así un magnífico ciclo olímpico en el que ha logrado dos medallas de oro europeas (unida a la de Helsinki 2012, anterior a aquellos Juegos), una medalla de bronce en el Mundial de Moscú 2013, dos medallas en Mundiales de pista cubierta y el título europeo en pista cubierta de Gotemburgo 2013. Sin duda, este oro supone la culminación a una atleta eterna e irrepetible.
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