Relevancia de la comunicación en la vida cotidiana
Existe un generalizado consenso respecto a que, el siglo XXI, se está caracterizando, entre otras cosas, por una creciente y acelerada difusión de las nuevas tecnologías vinculadas al hipersector de la comunicación y la información, que
está
teniendo
por
consecuencia
una profunda
transformación en las formas contemporáneas de subjetividad
y sus modos o estilos de vida.
En los pocos años que llevamos del presente siglo, el consumo de medios de comunicación, sobre todo de la TV, constituye un componente fijo de la vida cotidiana en la mayoría de las sociedades.
Como se sabe, la cultura predominante de hoy es la producida masivamente por estos medios. Esta "cultura de medios" se ha convertido en la experiencia diaria y en la conciencia común de la inmensa mayoría de la población.
A ella pertenecen el trato cotidiano con los medios y sus contenidos, así como la forma de pensar y de sentir determinada por ellos, los hábitos de leer, oír y ver, de consumo y comunicación, las modas y una buena parte del lenguaje y hasta de la fantasía.
La cultura mundial de los medios de comunicación uniformiza y reduce el planeta, aunque no en el sentido en que lo preconnizara en 1960, el especialista en relaciones públicas M. McLuhan, ya que . El mundo no se ha convertido en la "aldea global", sino que más bien ha desaparecido la aldea y se está
urbanizando a marchas forzadas. Detrás de todo esto están los diseñadores y promotores de esta cultura, que dedican grandes cantidades de energías y dinero al estudio de la influencia y condicionamiento de las conciencias a través de los medios. Según el escritor Vicente Romano, “El análisis de esta actividad revela que a través de ella se pretende crear el tipo de ser humano más conveniente para el sistema capitalista de producción y consumo” “El objetivo ideal sería convertirnos a todos en apéndices del mercado.
Es lógico, por tanto, que el reclamo comercial, es decir la “propaganda” y la "publicidad", constituyan uno de los componentes fundamentales de la cultura actual” El paradigma societario que regía hasta el último cuarto del siglo XX, basado en el pleno empleo, la familia tradicional y el Estado de Bienestar, dentro del formato de los Estados nación, ha sido
desplazado por un nuevo modelo societario fundado en la economía burbuja de los flujos e intercambios financieros, el dominio estratégico de las grandes multinacionales, la disolución de los Estados nacionales y el incremento del individualismo como base de un consumo generalizado y estimulado por las grandes compañías comerciales. Esas situaciones dan pie a un doble proceso. Primero, a una uniformización de los nuevos modelos subjetivos e intersubjetivos en los estilos de vida propios de la sociedad de consumo, difundidos, por supuesto, por los diferentes medios de comunicación.
Mientras que, por otro lado, provoca, "reacciones culturales intensamente particularistas, aumenta las identidades etnonacionales, aviva los fundamentalismos y hace emerger de alguna manera la anarquía social.
Dejando atrás esa descripción generalista, lo que nos interesa de todo esto es analizar cómo este auge de la información y la comunicación coincide con lo que, se puede caracterizar cómo una disolución de las señas de identidad individual y colectiva ante el empuje de los modelos convencionales, difundidos a través de los medios de comunicación De esta manera, el individuo y el grupo han dejado de tener relieve ontológico, es decir, han dejado de tener razón de ser, para pasar a convertirse en unos puntos en la inmensa red de comunicación en que se ha transformado la sociedad, no en balde denominada de la información y la comunicación.
En apoyo de esta premisa, se encuentra la tesis de uno de los más importantes apologistas de la sociedad de la comunicación, N. Luhmann (1984), que afirma que la sociedad moderna, a diferencia de la
tradicional, ya no se compone de grupos de personas (clases, estratos, capas sociales), sino de tipos de comunicación (económica, política, jurídica, etc.)
Según Luhmann, en la sociedad comunicativa el individuo ha cedido su puesto sustantivo, para convertirse
en un yo insustancial/vacío, que como psique sólo existe en la encarnación de sus roles sociales y sus correspondientes mensajes comunicativos o mejor dicho
Según su terminología, que los subsistemas biopsicológicos son subalternos de los sistemas sociales que los rigen, los modifican y los conducen, siguiendo los criterios e intereses de los grupos sociales
dominantes y sus redes de información y comunicación correspondientes
Los medios de comunicación de masas son los vehículos o canales de distribución de los productos de esta comunicación. La comunicación de masas es, antes que nada, producción masiva de comunicación. Y . como tal, se rige por los mismos principios que el resto de las industrias: producción en serie, indiferenciada, a fin de reducir costos y aumentar beneficios.
Pero como en la producción comunicativa se trata de productos del pensamiento, de contenidos de conciencia, esta simplificación y uniformidad tiene también algo que ver con la producción del pensamiento acrítico, indiferenciado, único; pero, no hay que olvidar que no son los medios los que reducen y simplifican, sino quienes los dirigen.
Con un guion correcto y unas intenciones adecuadas se pueden ofrecer presentaciones penetrantes, intelectualmente ricas, ampliadoras del conocimiento, acerca de temas de vital importancia, como lo demuestran algunos documentales.