DĂa de las Madres
DĂa de las Madres
Las celebraciones por el Día de las Madres se iniciaron en la antigua Grecia, con las festividades en honor a Rhea, la madre de Júpiter, Neptuno y Plutón. Durante el siglo XVI, en Inglaterra, comienza una celebración con un día llamado "servir de domingo", denominada "Domingo de Servir a las Madres" en la cual se honraba a las madres de Inglaterra y la servidumbre tenían permiso y el día pagado para ir a visitar a sus madres. En Estados Unidos, el origen del “Día de las Madres” se basa en la historia de Ana Jarvis de Philadelphia, quien luego de la muerte de su madre en 1905, decide escribir a líderes de política, abogacía, docentes, fieles y otras personalidades para que la apoyen en su proyecto de celebrar el "Día de las Madres" en el aniversario de la muerte de su madre, el segundo domingo de mayo. En 1910 ya era celebrado en casi todos los estados de los Estados Unidos y en 1914 el Presidente Woodrow Wilson firmó la petición que proclamaba el «Día de las Madres» de fiesta nacional, que debía ser celebrado el segundo domingo del mes de mayo. En nuestro país la fiesta a las madres es más reciente y se inició después de la desocupación norteamericana, durante el gobierno del General Horacio Vásquez, en 1926. Se tiene a su esposa, Doña Trina de Moya y a Ercilia Pepín, educadora de Santiago, como las primeras en propiciar la festividad. En 1926 se constituyó en Santiago de los Caballeros el primer Comité Pro-Día de las madres y se estableció como símbolos el clavel rojo para la madre viva y una azucena o nardo para la madre fallecida; propusieron vestir de rojo o blanco según el caso. Por medio de la ley No. 370 de 1926; en ella se declara que el homenaje a las madres debía celebrarse el último domingo del mes de mayo, como en la actualidad. Aquel solemne día la primera fiesta a las madres fue el 30 de mayo y para ello se organizaron actos públicos y escolares, veladas, visitas colectivas al cementerio y se publicaron homenaje.
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En el escrito de Ercilia Pepín titulado “Invocación en el día de las madres”, en 1926, la educadora de Santiago definió aquella celebración como una tendencia a la humanización de la existencia del pueblo dominicano y le cantó a todas las madres exaltando su amor, patriotismo, bondad, gratitud y desprendimiento. Las consideró guias de las generaciones, en las que el sufrimiento del doloroso devenir del pueblo encarnó el sentimiento de la dominicanidad, para que los hijos e hijas en agradecimiento aprendieran a construir la patria.
En mayo de 1928 Ercilia Pepín volvió a escribir sobre el Día de las madres, ratificando su criterio de que ellas eran el símbolo que debía ser permanentemente reverenciado y que en ese día especial debía rendirse culto a la madre viva y a la madre muerta, a la madre propia y a la madre ajena.
La costumbre se enraizó en el país y aunque la forma ha variado, el fin perseguido por Ercilia Pepín y Doña Trina de Moya, se mantiene. El Día de las Madres forma parte de nuestra cultura y es una de las fecha más celebrada por los dominicanos y dominicanas.
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