Deus Vult
Y el ángel me dijo con voz potente. Muchos son los hijos de Dragón, la Serpiente, el gran Satán, y están ahora entre vosotros. Os digo, siervos de Cristo, que la Parousia está cerca, que el Segundo Advenimiento está al llegar. Los hijos de Dragón siguen creciendo y multiplicándose, y son una herida sobre la tierra. Y somos el bálsamo para su herida: debemos limpiarla con fuego y purificarla, y entonces la tierra estará lista para la Parousia, y todos seremos juzgados dignos. -Leopoldo de Murnau, “El Testamento de Leopoldo”
La Inquisición ha sido acusada de crueldad, fanatismo y cosas peores, pero sus miembros desdeñan los cargos. Saben que hay horrores caminando sobre la Tierra, acechando a los mortales y matando a seres humanos para su propio placer. Pero esto, sin embargo, no es su mayor maldad. Estos seres amenazan a algo más que el cuerpo humano... su objetivo es nada menos que el alma. Para combatirlos, la Inquisición debe utilizar cualquier herramienta, no importa cuán repugnante sea u ofensiva sea. Es la Voluntad de Dios.
Por James Estes
Contenidos Introducción Capítulo Uno: Capítulo Dos: Capítulo Tres: Capítulo Cuatro: Capítulo Cinco:
El camino del mártir El Catecismo Creación de personaje Ayudas para el Narrador Personalidades
Apéndice:
Construcción del Cenaculum
Introducción Un sueño es una escritura, y muchas escrituras no son nada sino sueño. -Humberto Eco, “El nombre de la rosa” Es muy frecuente que los habitantes sobrenaturales de Mundo de Tinieblas vean a los mortales sólo como seres de importancia secundaria, o incluso terciaria. Para los Vástagos, los mortales son comida, o el entretenimiento de una noche. Los Garou tienden a ver a la humanidad como poco más que una plaga que infesta a Gaia. Para muchos magos, los humanos van desde niños que necesitan un guía, hasta ganado sin un pastor. Los humanos han sido siempre algo inferior y más débil, raramente un factor que valga la pena tener en cuenta. No ocurre así con la Inquisición. Durante más de 700 años, la Inquisición (o más propiamente, la Sociedad de Leopoldo) ha capeado el temporal de Mundo de Tinieblas. Fundada por un “simple mortal”, la Sociedad ha sido una constante espina clavada en el costado de los Vástagos y otros habitantes del Mundo de Tinieblas; una espina que siempre parece resistirse a ser arrancada de una vez por todas. La Sociedad ha tenido siglos para crecer y aprender, y aunque los siglos pueden significar poco para algunos Cainitas, han sabido aprovecharlos. Cierto, los humanos son en el mejor de los casos débiles cuando se les compara con el poder de un anciano Vástago o de un Garou en pleno frenesí, pero estas criaturas se enfrentan a algo más que a simples humanos: se enfrentan al poder del Cielo.
¿Qué es la Inquisición? La Inquisición es, simplificando, la organización de mortales dedicada (por lo común en el nombre de Dios) a erradicar a las criaturas sobrenaturales de la faz de la tierra. Más técnicamente, se refiere a la Sociedad de
Leopoldo, una organización desconocida para la mayor parte de los mortales, y nada apreciada por los sobrenaturales. La Sociedad de Leopoldo cree que los habitantes sobrenaturales del Mundo de Tinieblas son todos hijos del Enemigo, del Anticristo, al que sirven como su ejército. La Sociedad está preparada para la Parousia, el Segundo Advenimiento, en el que se librará la batalla final entre los siervos de Dios y los del Enemigo.
Tema El tema de la Inquisición es la cruzada. La Sociedad de Leopoldo se ve como el último baluarte de la humanidad frente a las hordas invasoras del Mundo de Tinieblas. Los Inquisidores son los nuevos cruzados, y el mundo es su Tierra Santa. Pero la suya es una lucha solitaria, privada del apoyo de aquellos a los que protege. La humanidad en general ignora el conflicto, y muchos tomarían por locos a los Inquisidores. Éstos son caballeros sagrados, alejados de sus iguales humanos por su conocimiento de lo que espera. Algunos de ellos son verdaderos celotes, sí; pero más vale errar por exceso de precaución que bajar la guardia en defensa de la humanidad. Aunque el Enemigo no siempre es obvio, no olvides que esto es una guerra: la serie de batallas es interminable, pero la verdadera guerra no ha llegado todavía. Cuando el Infierno se desate sobre el mundo, cuando las fuerzas del Enemigo inunden la tierra y la sangre de los inocentes sea derramada, entonces comenzará la verdadera batalla. Y la Inquisición estará preparada.
Ambiente El ambiente de la Inquisición es de frenesí apocalíptico. La Sociedad está consagrada nada menos que a la protección de la Tierra, y ha estado preparándose constantemente para la Parousia. No importa que lleven más de siete siglos esperándola; todo tiempo es inminente para Dios. Lo importante es que la Sociedad está siempre vigilante y siempre dispuesta. Aunque la Sociedad sabe que va a ganar esta batalla, no se limita a descansar tranquila en su conocimiento. Mucha sangre será derramada, muchas vidas inocentes perdidas... pero todo será en el nombre de Dios. Cuando se produzca el Segundo Advenimiento, la Sociedad estará preparada, espada en mano. Por supuesto, no todas las historias de la crónica tienen que ser una especie de Göttendâmerung; demasiados Ragnaroks pueden aburrir a los jugadores y
disminuir la eficacia de la historia. Pero debería haber una sensación apocalíptica tras todo ello: cada Auto-da-fe tiene su papel en la batalla final, que se va aproximando cada día más.
Personajes mortales El papel del cazador de brujas en Vampiro (y en todos los juegos del Sistema Narrativo del Mundo de las Tinieblas) suele resultar interesante tanto para jugadores como para el Narrador. Con este libro, todos podrían añadir profundidad y perspectiva a sus cazadores, particularmente a los de la Sociedad de Leopoldo y la Inquisición. Pretende darte una imagen de las diversas y frecuentemente enfrentadas creencias de los miembros de la Sociedad de Leopoldo, así como de otros aliados que dan caza a lo sobrenatural. El objetivo es dar más
personalidad a los cazadores de brujas, asegurando que sean más que meros celotes religiosos con armas, y que la Inquisición, a pesar de sus numerosos defectos, sea elevada de manera más justa. Esta guía detalla la Historia de la Sociedad y su actual organización, así como sus ideologías y perspectivas del mundo, y una descripción de las diversas facciones. Contiene directrices para crear Inquisidores, incluyendo Trasfondos, Habilidades Secundarias, Méritos y Defectos. Finalmente, para quienes creen que los personajes mortales están en absoluta desventaja en el Mundo de Tinieblas, hay explicaciones sobre las armas de los fieles, desde la Fe Verdadera hasta la Teurgia, la invocación de poder mágico de origen divino, pasando por la tortura. La Inquisición busca también ensanchar los límites de tu crónica, añadiendo diversas molestias a tus antagonistas Inquisidores. Aunque el libro se centra en la caza de vampiros por parte de la Sociedad, los Vástagos no son el único objetivo de la Inquisición: todos los demás habitantes del Mundo de Tinieblas han atraído las miradas de los fervorosos Inquisidores. También deberás aumentar el surtido de posibilidades para los jugadores, puesto que hay más opciones que el estereotipo común del Inquisidor.
Cómo usar este libro El libro está diseñado tanto para jugadores como para Narradores. Los jugadores, por supuesto, tendrán que aprender la historia de la mecánica de la creación de personajes. Puede que los personajes con personajes Vástagos deban restringir su lectura: la Inquisición tiene muchas capas no descubiertas por sus oponentes. Parte del material está previsto sólo para Narradores, y estas secciones están claramente marcadas como tal.
Por supuesto, aconsejamos a los Narradores que lean todo el contenido del libro. Deberían saberlo todo acerca de la historia de la Sociedad de Leopoldo, y les animamos a que hagan las alteraciones que les apetezcan. Recuerda, no obstante, que la historia de la Inquisición aparece aquí escrita por un miembro de la Sociedad de Leopoldo. No cabe duda de que sólo se habrá perdido una pequeña proporción de objetividad. Es más, la Sociedad de Leopoldo tiene algo más de siete siglos de antigüedad: la historia contenida en este libro sólo puede chapotear en la superficie de un río muy profundo, que lleva en sus aguas las experiencias de cientos de hombres y mujeres, cada uno con su historia personal.
Referencia e inspiración Un libro de referencia general par alas crónicas de La Inquisición, o para cualquiera interesado en el alcance de la sabiduría cristiana, es el Dictionary of Christian Lore and Legend (J:C:J: Merford, ed.). Los jugadores y Narradores interesados en hacer investigaciones más profundas sobre la inquisición o la historia de la Iglesia Católica pueden consultar además los siguientes libros. Edwand Burman, Italian Dynasties. F.R. Chamberlin, The World of nations Rerutbsumce. Will y Ariel Dazard, The Age of Faith. David Hugh Farmer, The Cuford Dictoinary of Saints. Francesco Guazzo, Compendum Malleficarum. John A. Hardom, S.J. Modern Catholic Dictionary. George Holmes. The Oxford Illustrated History of Medieval Europe. Henry Kzämer y James Sprenger, Malleus Maleficarum. Henry Lea, The Inquisition of Middle Ages.
John H. Leith, ed, Creeds of the Churches: A reader In Christian Dotrine from the Bible to the present. John McManners. The Oxford Ilustrated History of Christianity. J. Neuner, S.J. y J. Dapuis, S.J., (xl) “The Christian Faith in the Doctrinal Documents of the Catholic Church”. John O´Brien, The Inquisition. Geoffrey Parrinder, ed, World Religions: from Ancient History to the Present. Lawrence Sullivan, ed, Hidden Truths: Magic, Alchemy and the Occult. R. W. Southern, Western Society and the Church in Middle Ages (volumen 2 de la Historia de la Iglesia de Pelican, que recomendamos en su totalidad). Jean Plaidy, The Spanish Inquisition. Varios artículos, The New Catholic Encyclopedia,Encyclopedia Brittanica, Colier´s Encyclopedia, World Book Encyclopedia, Encyclopdia Americana.
Bibliografía para lectores españoles Julio Carrasco Baroja, Inquisición, brujería y criptojudaismo y Vidas mágicas e Inquisión. R. Carrasco, La Inquisición y la sociedad española. Jean-Pierre Dedieu, La Inquisición. Humberto Eco, El nombre de la rosa (también aconsejamos la película). Juan Eslava Galán, Historias de la Inquisición. Ricardo García Câzcel, La Inquisición. M.H. Sánchez Ortega, La Inquisición y los Gitanos. William Thomas Walsh, Personajes de la Inquisición.
Habla Abbé: El líder de un Cenaculum Anatema: Excomunión y condena General
Apostasía: Crimen cometido contra la autoridad de la Inquisición. Apostolado: la tarea misión que tiene un cuerpo religioso. Auto-da-fe: Juicio contra un sobrenatural; normalmente una llamada a la destrucción de dicha criatura. Breviario: libro de Oraciones Canon: regla o creencia particular. Codificación de creencia ortodoxa. Catecismo: Compendio o manual de doctrina religiosa. Cenáculo: Un grupo de Inquisidores que operaran juntos, típicamente pertenecientes al mismo Cenaculum, de donde deriva su nombre. Cenaculum (Plural Cenacula): Una casa de retiro y base de operaciones para Inquisidores; el cuartel general local. La palabra deriva de la habitación en la que Cristo y sus discípulos compartieron la última cena. El significado original de la palabra,
comedor, no ha pasado por alto por los vástagos más viejos, que parecían mucho la ironía etimológica, particularmente cuando se alimentan de un Inquisidor. Censor: Un Inquisidor que investiga a la Sociedad en busca de corrupción infernal Certiorari: Una posición de investigación y sospecha, que se da cuando la Sociedad cuestiona si un Inquisidor ha sido mancillado en s trato con lo infernal. Condotieri (singular Condotiere): la orden cuasi militar dedicada a la protección y salvaguardia de la Sociedad. Consejo: Una llamada a todos los consejeros o miembros de la Sociedad, ya de forma regular o como acontecimiento especial. Desacomodación: Suspensión temporal de la Sociedad. Deus vult (del latín ‘dios lo quiere’): el grito de batalla de los cruzados, y el lema informal de la Sociedad. Escapulario: atavío consistente en dos piezas
de tela que se unen sobre los hombros. Evangelizar: Predicar los evangelios y extender la fe. Herejía Florentino: La creencia de que los sobrenaturales merecen la salvación Hisopo: Pequeño instrumento para rociar agua bendita. Gladius Dei: (del latín espada de Dios); cuerpo de elite dentro de la Sociedad. Inquisidor: Un miembro de la Sociedad de Leopoldo. Inquisidor General: El líder de la Sociedad de Leopoldo. Itinerante: Un Inquisidor volante no asignado a ningún Cenacula. Novicio: Un Inquisidor que está recibiendo adiestramiento. Parousia (del griego: Llegada o presencia): el segundo advenimiento de Cristo, el Apocalipsis, profetizado en el libro de las revelaciones y en el Testamento de Leopoldo.
Provincia: Un área de jurisdicción dentro de la Sociedad. Provincial: Un miembro de la Sociedad a cargo de una provincia. Sambenito: Alguien que sigue o es acusado de seguir la Herejía florentina. Terciario: El rango mas bajo y común entre los miembros de la Sociedad. Testamento de Leopoldo: Las visiones y palabras de Leopoldo de Murnau, fundador de la Sociedad de Leopoldo. Teurgia: la única forma de magia marginalmente aceptada y permitida, otorgada por el cielo. Traditor: Alguien que ha traicionado a la Sociedad de Leopoldo que ha traicionado a la Sociedad de Leopoldo. La pena de excomunión y la muerte. Originalmente, un cristiano que ha traicionado su fe a los perseguidores romanos.
Capítulo Uno: El camino del Mártir Historia de la Inquisición La Fe es un asunto de persuasión, no de fuerza. -Bernardo de Claraval. Mi querido Ludovico: Adjunto una breve historia de la Sociedad de Leopoldo y de todo el fenómeno conocido como la Inquisición. Gran parte de ello, estoy seguro, te resultará bastante familiar, pues viviste algunos de esos años, particularmente los de la fundación de la camarilla. Otros detalles, sin embargo pueden ser chocantemente nuevos. Si te parece me alargo en si explicaciones, recuerda que fui maestro antes que predicador, y erudito antes que cazador de brujas. Comparte este material con tu progenie para que también ellos puedan aprender. Me has hablado con frecuencia de la lucha contra la bestia en la que tu especie debe enzarzarse cada día. Cuando leas esta historia, verás que los humanos tienen su propia Bestia con la que luchar, Cuanto más he aprendido de mi Sociedad, más he llegado a aceptar que hemos perdido esa lucha. Nacimos con las mejores intenciones, pero hemos olvidado –más bien ignorado por completo- la máxima de la santa iglesia de que el fin no justifica los medios. Se que se ha declarado contra mí el Auto-da-fe a causa de mis actos. Incluso aunque haya revelado poca cosa he sido declarado Traditor. No espero llegar vivo al fin de esta semana. Te pido que reces por mí, como yo haré por ti. Niccolo Brizzielli, O.P.
Primeras raíces. La Inquisición tal y como la conoce el mundo, comenzó en el siglo XVII. Sin embargo, sus raíces se remontan considerablemente hacia los primeros años de la era cristiana. Hay que tener en cuenta que los herejes los objetivos originales de la Inquisición no eran los herejes ni las brujas u otras criaturas sobrenaturales. La Inquisición o santo oficio, era un conjunto de tribunales eclesiásticos dedicados a erradicar la herejía, considerada entonces como una especie de comportamiento perverso, y asegurar la unidad doctrinal de la Cristiandad. Hasta el siglo IV, el imperio romano vio al cristianismo con diversos grados de antipatía y desconfianza. El imperio permitía dentro de sus fronteras la práctica de ciertas religiones, y el cristianismo era una de ellas en virtud de su conexión con el judaísmo. Aunque el judaísmo era objeto de burlas, se permitía que existiese como la fe de los hebreos; como dijo Celso, la religión de los judíos puede ser muy peculiar pero al menos es la costumbre de sus padres. Pero finalmente, a medida que judaísmo se iba distanciando del cristianismo, y la nueva generación no podía ya alegar una tradición ancestral, perdió su posición de religión lícita. El cristianismo se convirtió en objeto de burla y desprecio, además de una persecución directa. Fue declarada una religión criminal, y sus Seguidores acosados, perseguidos, encarcelados y ejecutados. El crimen en sí era meramente nominal: uno podía ser arrestado simplemente por ser cristiano. No era necesario que hubiese cometido ningún crimen específico. Se creía
que los cristianos amenazaban el orden social y el natural. Los críticos romanos de la fe temían que al negarse a honrar al emperador y a los dioses de roma, los cristianos provocaran plagas hambruna y otros desastres naturales, enfureciendo a loas espíritus tutelares del cielo con sus ofensas. Los cristianos fueron acusados también de practicar el canibalismo y el incesto, consecuencia fácil de una lectura errónea de la liturgia y la teología cristianas. La época de los mártires acababa de comenzar. El cristianismo empezó esencialmente con un acto de martirio (la crucifixión, y el primer mártir oficial fue, san Esteban, en el año 35. Pero esto no fue sino el inicio de la verdadera persecución del cristianismo. Desde el gobierno de Nerón en el siglo I hasta el de Diocleciano a comienzos del IV, los cristianos fueron aleatoriamente acosados por la violencia organizada y por la persecución oficial. Esta fue su primera experiencia con el abuso de poder, la tortura y la criminalización de una creencia a escalas de masas. Aunque los cristianos se encontraban en el lado malo de los abusos, la máxima de que el niño víctima de abusos crece para convertirse en un padre abusivo es indudablemente cierta para una fe. Las cosas cambiaron en el siglo IV, cuando Constantino abrazó el cristianismo. Esta religión paso a convertirse en la oficial, y su futuro quedó bastante asegurado. Esta herencia implicaba que ciertas prácticas religiosas no sólo eran las predilectas del estado sino que también eran buenas para él. Los emperadores a partir de Teodosio II decretaron el exilio la confiscación de bienes e incluso la muerte para los herejes convictos. Un decreto del año 407 equiparaba la herejía a la traición. El emperador de Bizancio Justiniano, intentando imponer una ortodoxia condenó a muerte a cerca de 100.000 personas por paganismo o herejía. Los primeros líderes religiosos, no obstante, se oponían en su mayo parte al uso de la fuerza contra la herejía, prefiriendo en su lugar
medidas como la excomunión encarcelamiento ocasional.
y
el
El cuarto concilio de Letrán El Cuarto concilio de Letrán, convocado en el año 1215, fue el primero en una serie de concilio a lo largo de la historia en un esfuerzo por resolver diversos problemas. Éste, convocado por Inocencio III para ‘la recuperación de Tierra santa y la reforma de la Iglesia’, es considerado el más grande de los concilios medievales, y establece las esencias del catolicismo medieval. Entre sus objetivos estaban la reconstrucción de la actitud pastoral y la extensión de la enseñanza de la fe entre los miembros de la iglesia, tanto del clero como laicos. Desgraciadamente, la ignorancia siguió prosperando en la iglesia, Otro resultado, más relevante para la Inquisición, fue que el concilio aseguró también la ayuda de las autoridades seglares al mantenimiento de la ortodoxia. En los siglos próximos al cambio de milenio los castigos contra los herejes se hicieron severos, brutales incluso, pero la iglesia siguió sin tomar medidas concertadas para perseguir y castigar a los supuestos herejes. Gran parte de la persecución estuvo a cargo de líderes seglares. Ciertamente, las autoridades eclesiásticas tomaron algunas medidas punitivas, pero incluso durante el cuarto concilio de Letrán, el exilio y la confiscación de bienes siguieron siendo vistos como castigos adecuados para la herejía. Hasta entonces, los objetivos de la Inquisición habían sido siempre los herejes. Puesto que la tradición cristiana se oponía firmemente a la magia y temía la actividad de demonios por todas partes, no había mucha caza organizada. Sí, los ermitaños luchaban contra espíritus malignos en los bosques, la orden de san Miguel se enfrentaba en una guerra espiritual a las fuerzas infernales y el populacho era exhortado a evitar la magia
pagana; pero todas eran actividades poco organizadas.
La orden de San Miguel Y la guerra estalló en el cielo. Miguel y sus ángeles lucharon con el dragón; y el dragón y sus ángeles combatieron.. Así fue expulsado el gran dragón, aquella serpiente antigua llamada el diablo y Satanás, que engaña al mundo entero; fue expulsado a la tierra, y sus ángeles con él. Revelaciones 12: 7,9 Antonius, un soldado romano inspirado por una visión del arcángel San Miguel fundó una Sociedad monástica dedicada a la veneración del arcángel. Los Micaelitas (como se les conocía entonces) parecían atraer a muchos soldados, que encontraban
una forma de encauzar sus inclinaciones más marciales. La hermandad estaba preocupada por la inminencia del segundo advenimiento (en el que creían muchos cristianos) y porque la iglesia no estaba lista pera el regreso de su señor. La batalla del Apocalipsis sería feroz, como había predicho la revelación de Juan, y la iglesia debía estar preparada. Los Micaelitas se dedicaba a la oración y la contemplación anticipando la gran e inminente batalla. Los Micaelitas creían seriamente en la dimensión física de la guerra espiritual, entrenándose también como exorcistas. Tal y como Miguel había vencido a Satanás, así estaban los Micaelitas preparados para combatir a los incontables demonios que infestaban la tierra. No era raro que las comunidades cristianas de toda Europa enviasen emisarios a la sede de la orden en
Roma, pidiendo ayuda en casos en los que se temía una posesión o infestación demoníaca. El celo apocalíptico va diluyéndose a lo largo de las historias de las religiones, y la Orden de San Miguel no fue una excepción. En el curso de los 1000 años siguientes, con el retraso del esperado Apocalipsis el número de miembros de la Orden fue reduciéndose, hasta quedar reducido a menos de una docena de monjes en el año 1450.
Los Cátaros. Fue con la llegada de los Cátaros cuando la iglesia empezó a desarrollar una actitud oficial frente a los herejes. Los Cátaros eran dualistas religiosos que creían que Dios y Satán eran coiguales, que Satán era en realidad el creador del mundo físico y el Jehová del antiguo testamento, y que todas las escrituras anteriores a los evangelios debían ser rechazadas. Las creencias de los Cátaros no eran especialmente originales, y descendían de las de los maniqueos, otra herejía anterior. Los Cátaros rechazaban gran parte de las enseñanzas tradicionales de la iglesia y el orden social, asó como el derecho del estado a cobrar impuestos, suponiendo por tanto una seria amenaza para el sistema. Las medidas contra estos herejes anti sacerdotales fueron severas. El papa Inocencio III (1198-1216) organizó una cruzada contra los Cátaros, otorgando a los cruzados las mismas indulgencias dadas a los caballeros en lucha con los infieles musulmanes. En 1224 el emperador Federico II instituyó Inquisidores para erradicar la herejía en Italia y Sicilia, retomando una vieja ley romana que imponía pena de muerte contra los herejes. Finalmente el concilio de Tolosa promulgó un decreto en 1229 que sugería que los obispos del sur de Francia estableciesen comités en cada parroquia, con el propósito de descubrir a los herejes locales. Las moradas de los herejes serían confiscadas, sus propiedades destruidas, y ellos mismo llevados ante los tribunales eclesiásticos.
Hay quien cree que algunos vástagos pudieron caer entonces en manos de la Inquisición. En tal caso, es probable que entre los capturados hubiese vampiros del clan Brujah, que muy bien podían haber apoyado las creciente socialmente revolucionarias de los Cátaros. Otros han dicho que los Lupinos llamaron la atención de la iglesia en aquel momento, cuando los cruzados y los Inquisidores amenazaron a las familias y territorios Garou. En definitiva, nada de esto es verificable; hasta la Sociedad tiene sus secretos, y nunca se me permitió acceder a los archivos cerrados. Por supuesto, es bastante improbable que consiga ver ahora tales registros. Las fuentes Y los Estudiosos señalan el año 1231 como la fecha más probable del establecimiento de la Inquisición, cuando el Papa Gregorio IX encomendó a los recién fundados y particularmente celosos dominicos la misión de suprimir la herejía. En 1231, Gregorio promulgó el Excommunicamus, que establecía tribunales para juzgar y castigar los casos de herejía. Los herejes arrepentidos eran encarcelados a perpetuidad; los recalcitrantes como las bestias tozudas que eran, ejecutados. La tortura fue aprobada inicialmente por Inocencio IV en 1252; más que limitarse a aprobarla, Inocencio ordenó a los podestás (magistrados jefe) de las ciudades italianas que recurriesen a ella para obligar a confesar a los herejes.
La Sociedad de Leopoldo Uno de los primeros en ser honrados con los sagrados deberes de la Inquisición fue Leopoldo de Murnau, un maduro dominico de origen bávaro conocido tanto como por su santidad como por su ardor. Ya muy pronto en su carrera como Inquisidor, Leopoldo muy pronto encontró pruebas directas de la existencia de criaturas sobrenaturales; llegó a la conclusión de que aquellos diabólicos agentes del infierno (¿pues qué otra cosa podían ser?) eran amenazas mucho más
importantes y peligrosas para la fe que los simples herejes. De hecho, Leopoldo consideraba que el aparente incremento de la actividad sobrenatural era un signo de la inminente Parousia, el segundo advenimiento, en el que Jesucristo volvería para combatir a las fuerzas del anticristo. Esos sobrenaturales eran las fuerzas del enemigo, ya dispuestas para la batalla. Por consiguiente, Leopoldo empezó reunir una pequeña cuadrilla de Inquisidores dedicados a la eliminación de los sobrenaturales. Cuando llegase la Parousia, el salvador encontraría a su ejercito dispuesto y esperando recibir órdenes. En 1231, cuando la iglesia comenzó oficialmente el proceso de erradicación de los albigenses uy demás herejes, Leopoldo abordó a Gregorio IX y le pidió una dispensa especial para combatir a los enemigos sobrenaturales de la iglesia. Gregorio mostró sus dudas al principió, pero teniendo en cuenta la gran reputación de Leopoldo, le autorizó a fundar una Sociedad que llegase a cabo esta misión. El Papa decidió que, para preservar su eficacia (y para proteger su propia reputación en caso de que fracase), la Sociedad operaría en secreto. Los seguidores de Leopoldo eran pocos pero dedicados. Operaban como parte de la Inquisición ordinaria, peros siempre tantos a la presencia de sobrenaturales en su jurisdicción. Bajo la guía de Leopoldo, la Sociedad creció en poder, demostrando más de una vez su valía al acabar con las fuerzas infernales en medio de la cristiandad
El Testamento de Leopoldo Hoy he visto de primera mano las verdades de las que habla nuestra madre, la Iglesia, estoy lleno de temores. Por la mañana visité los calabozos donde estaba confinado un pequeño número de herejes recalcitrantes. Encadenada a la pared se hallaba la delgada, abandonada figura de una mujer, sus rasgos aniñados transfigurados en una mueca de hirviente
odio. La exhorté a confesar y abjurar de sus pecados, pero no recibí más que un torrente de groseras obscenidades. Temí que estuviera poseída, pues era pálida de piel, y extremadamente delgada. Cuando me acerqué a ella, la mujer arreció en su furia, comenzando a forcejear con los grilletes de hierro que la encadenaban a la pared. Para mi sorpresa y horror, se liberó de los grilletes lanzándose contra mí, sus manos transformadas en mortíferas garras, su boca abierta revelando un conjunto de resplandecientes colmillos. Con seguridad era una de los vampyri de los que tantas leyendas había oído, leyendas que me había negado a creer. El instinto guió mi mano hasta mi crucifijo, que alcé frente a la bestia mientras le ordenaba que se detuviese en el nombre de Dios. Dios es, en verdad, poderoso, pues la bestia reculó ante la protección del crucifijo, apartándose cuanto le fue posible. Los guardias del calabozo se sumaron a la refriega, y con espadas y antorchas, y en última instancia con el asta de una lanza rota, destruyeron a la criatura frente a mí. Entonces me di cuenta de que la Bestia se había alzado frente a mí, y que mi misión estaba clara. Había sido enviado por Dios para combatir a las fuerzas del Anticristo, que acababa de ver por mí mismo. - Leopoldo de Murnau, “El Testamento de Leopoldo”
Procedimiento Inquisitorial El procedimiento representó un cambio radical frente al procedimiento jurídico ordinario. Los Inquisidores consiguieron pronto la facultad de llevar a los sospechosos de sus casas a lugares considerados seguros por la Inquisición; también podía convocar a cualquiera que fuese el sujeto de incluso la más ligera de las especulaciones. Estas llamadas eran anunciadas privadamente al sospechoso, y después de en público durante la misa dominical. Si el sospechoso no se
presentaba a juicio en el término de un año, quedaba definitivamente marcado como un hereje. Se exigía a los sospechosos que jurasen testificar con sinceridad, incluso contra así mismos. Las declaraciones de los testigos podían tener cualquier procedencia, incluso deberse a quienes normalmente no podían testificar, como criminales, excomulgados y demás. Por último, el acusado no podía servirse de abogados ni escribanos. El Excommunicamus de Gregorio negaba también el derecho a Apelar ante la santa sede. Si, en el curso del juicio, se creía que un sospechoso había mentido, este era encarcelado. Tras una audiencia pública, si el sospechoso abjuraba de su herejía, le era otorgada la merced de la Iglesia, con castigos que oscilaban entre la peregrinación y el encarcelamiento de por vida. El hereje no arrepentido rea sentenciado a muerte. Puesto que la ley canónica de la iglesia prohibía ejecutar a cualquier persona, los herejes recalcitrantes eran sometidos a la justicia seglar. La forma ordinaria de ejecución era ser quemado en una pira. Por supuesto, alegar que la Inquisición nunca envió a nadie a la hoguera no es más que un sofisma lingüístico. Los herejes condenados por la Inquisición Española llevaban el sambenito, un atuendo parecido a un escapulario. Los herejes arrepentidos llevaban sambenitos amarillos con cruces rojas; los recalcitrantes, condenados a un Auto-da-fe, llevaban sambenitos de color negro decorados con llamas y demonios. Los Inquisidores se veían a sí mismos como padres confesores, jueces y fiscales; todo en uno. Su misión no sólo era mantener la ortodoxia de la fe y la estabilidad del cristianismo, sino también salvar el alma del hereje. De tenerse en cuenta que los procedimientos para interrogar a herejes y sospechosos variaban tremendamente de un Inquisidor a otro. Algunos, como Conrado de Marburgo y Jean Galand, eran conocidos por
su crueldad. La mayoría de los Inquisidores eran sencillamente hombres celosos de su deber que se dedicaban a su tarea con el mayor respeto. Otros, como el franciscano inglés Guillermo (un sabueso del más alto nivel) deploraban sinceramente los deberes Inquisitoriales. Recuerda que bastaba con un ligero indicio para sospechar de la herejía de alguien, y que una muestra de piedad indebida hacia un sospechoso por parte de un Inquisidor era en sí mismo sospechosa... como descubrió el hermano al ser encarcelado.
La Orden de Santa Juana Inspirada por el fervor apocalíptico y el espíritu cruzado de Leopoldo, una visionaria francesa llamada Jeanne Rouller empezó a reclutar mujeres para la misma causa. La fe de Jeanne era fuerte: ella y sus seguidoras presentaron batalla a los ejércitos del Enemigo con la misma dedicación y fuerza que los hombres de Leopoldo. Desgraciadamente, su causa solía ser pasada por alto. Tras su muerte, Jeanne fue canonizada extraoficialmente; aunque la Iglesia no reconoció su santidad, sus seguidoras comenzaron a referirse a ella como “nuestra Santa”, continuando con su misión y fundando la Orden de Santa Juana. Aunque el Pontífice tampoco reconoció formalmente la nueva Orden, no pareció importarles mucho. En el siglo XV, cuando se estaba organizando formalmente la Sociedad, se propuso a la Orden de Santa Juana trabajar en equipo. La Orden accedió, y la Sociedad de Leopoldo aceptó como miembro honorario a cualquier miembro de la Orden que lo desease; sin embargo, muy pocas fueron las que pidieron ser aceptadas, e incluso ellas eran muy reservadas y enigmáticas. Los extraños a la Orden de Santa Juana aprendieron muy poco sobre su funcionamiento interno. Cuando en el siglo XX la Sociedad empezó a promover la presencia de la mujer
en puestos de mayor influencia, algunos cuestionaron la necesidad de una orden separada para mujeres. La Sociedad propuso a las seguidoras de la Orden de Santa Juana su plena incorporación, pero la idea fue rechazada por la Orden sin explicar los motivos para ello.
Las víctimas Los albiengenses no estaban solos en su persecución; cualquier persona sospechosa o acusada de herejía era también una presa, incluyendo a los waldenses y a los fraticelli, por no mencionar a los verdaderos herejes: judíos y musulmanes. Finalmente, las brujas, y los satanistas fueron añadidos a la lista, al igual que los pervertidos sexuales y cualquiera con un comportamiento distinto a la norma. He oído decir que cierto grupo de magos (creo que se llaman el coro divino o algo por el estilo) fue acusado de manipular esta faceta particular de la caza. Según mis fuentes, el coro divino estaba en guerra con otros grupos de magos, y es probable que alguno de aquellos magos rivales quedase atrapado en las redes de la Inquisición. Sin embargo, de acuerdo con mi informadora, ella misma miembro del coro, no todos los integrantes del coro eran cristianos ortodoxos, y no sería raro que algunos de ellos fuesen también capturados. Por tanto, resulta ingenioso pensar que el coro divino estaba enteramente tras la Inquisición. No obstante, no es inconcebible que los celotes del coro aprovechasen la situación. Mi propia fuente ha oído rumores acerca de una cábala secreta en el coro – una Sociedad secreta dentro de otra, si lo prefierespreocupada por la pureza de pensamientos y creencias, y esta cábala puede muy bien haber sido un factor decisivo en los actos de la Inquisición. Al principio el santo oficio estuvo bastante limitado geográficamente, los países norte se vieron libres, Francia sólo fue perturbada por el asunto de los templarios, y
España no fue tocada hasta el siglo XV. Por supuesto la Inquisición española consiguió una cierta fama propia, convirtiéndose en ‘un estado dentro de un estado’, en el que los Inquisidores tenían autoridad suprema, pudiendo incluso llevar armas. Tomás de Torquemada, un dominico, se convirtió en el Gran Inquisidor de España, permitiendo que la Inquisición española tuviese una mayor autoridad centralizada. Se dice que algunos vampiros cayeron realmente en sus manos, y que descubrió su verdadera naturaleza al ver los resultados de los intentos de tortura sobre ellos... lo que le llevó a aumentar la crueldad de sus métodos. Si esto eso no cierto, tampoco puedo asegurarlo. El material acerca de Torquemada esta sellado, salvo para unos pocos Inquisidores de confianza del Inquisidor general. Pero la historia registra que unas 2000 personas fueron quemadas en la estaca bajo su liderazgo... casi cualquiera que no estuviese dentro d ellos más estrictos límites de la ortodoxia cristiana fue llamado ante los tribunales, incluyendo a santos como Ignacio de Loyola o Santa Teresa de Avila.
La Sociedad vigorizada. En 1848, el papa Inocencio VIII promulgó la Summis Desiderantes Affectibu, añadiendo oficialmente a las brujas a la lista de indeseables. La brujería había estado perseguida en los años anteriores, pero esto, inspirado por los Inquisidores dominicos Heinrich Kramer y James Sprenger, denunciaba a las brujas como enemigas de la humanidad, alertando al público del peligro que representaban. Nuevamente, algunos sospecharon la influencia del coro divino, pero yo creo que los humanos son los bastante paranoicos y peligrosos por si mismo para actuar sin necesidad de las sutiles manipulaciones de los magos. Kramer y Sprenger eran de la escuela de Leopoldo, que por aquel entonces no tenía
más de quince miembros simultáneamente, y fueron los responsables el renacimiento de la Sociedad. Creían, correctamente, que si la Iglesia reconocía formalmente los males con los que se enfrentaban de forma cotidiana, la importancia (y el tamaño) de la Sociedad aumentaría. La summies fue el primer paso oficial importante dado por la iglesia hacia el exterminio de los sobrenaturales, llevando mucha presión sobre los vástagos en particular. Con su publicación, más Inquisidores empezaron a perseguir en serio a brujas y demonios. El optimista que hay en mi quiere creer que varios satanistas cayeron entonces, y que no todas las víctimas fueron simplemente ancianas excéntricas que hablaban con sus gatos, pero la parte más realista de mi ser me dice que sufrieron demasiados inocentes. En el 1486 fue importante tanto para la Inquisición como para los vampiros. Kramer y Sprenger publicaron el Malleus Maleficarum o Martillo de brujas, un libro de texto sobre la caza de brujas, mientras los vampiros empezaban a reunirse y formar parte de una Sociedad conocida como la camarilla. Desde entonces, los vástagos operaron con mucho más cuidado, convirtiéndose en enemigos mucho más difíciles de atrapar. El malleus maleficarum, se convirtió en el manual de los cazadores de brujas de toda Europa, utilizado tanto por los protestantes como por los católicos. Gracias a la Summis y al Malleus, la Sociedad adquirió nuevos miembros: en 1488 eran ya mas de 100 Inquisidores, y era obvio que la Sociedad merecía la atención papal para alcanzar su verdadero potencial. Aconsejado por Kramer y Sprenger, Inocencio VIII mantuvo el relativo secreto e la Sociedad; por otra parte aumentó sus recursos u propuso que se reorganizase de acuerdo con una jerarquía más definida. Esta jerarquía necesitaba un liderazgo centralizado, algo que faltaba desde la muerte de Leopoldo.
Kramer y Sprenger eran demasiado famosos para asumir el liderazgo, así que el jesuita Matteo Severus, uno de sus colegas menos conocidos por público, se convirtió en el primer Inquisidor General de la Sociedad de Leopoldo. Severus comenzó la tarea de organizar la nueva Sociedad tomando su propia orden jesuita como modelo. Los diarios del fundador, El testamento de Leopoldo, se convirtieron en el canon de la renacida Sociedad, cuyo cuartel general quedó establecido en el Monasterio di San Michel, en Roma. La nueva Sociedad de Leopoldo recurrió a las fuerzas combinadas de las dos órdenes religiosas más eficaces, los jesuitas y los dominicos, uniéndolas en una Sociedad completamente nueva. La Inquisición propiamente dicha se mantuvo igual a lo largo de la reforma, como si sencillamente todos se odiasen unos a ortos. Los católicos quemaban a los protestantes junto con los demás herejes, mientras que los protestantes eran igualmente rápidos para acusar a los demás de herejía. Entretanto la Sociedad de Leopoldo fue decreciendo poco a poco y alcanzando discretamente sus objetivos. El auge protestante dejó claro que el catolicismo había perdido su hegemonía política y religiosa, y la Inquisición fue haciéndose menos activa a partir del siglo XVII.
¿Cómo pudo ocurrir? Es fácil para los hombres y mujeres modernos mirar hacia atrás y ver horrorizados a la Inquisición. Pero también deberíamos tener en cuenta el paradigma bajo el que creció. Aunque los excesos de la Inquisición se apartaron de la norma legal y canónica, seguían el espíritu de la época, y eran representativos de diversos pensamientos prevalentes. La Iglesia medieval no era una simple institución; era una Sociedad. Era la Cristiandad. La Cristiandad era el orden
social, y cualquiera que amenazase a la una amenazaba también al otro. La Iglesia Católica tenía a su cargo la preservación de la Sociedad y la defensa de la verdad. Las verdades espirituales reveladas por Jesús eran la clave para la Salvación, y si corrían el peligro de quedar corruptas, entonces todos los cristianos estaban en peligro. La santidad de las enseñanzas de la Iglesia era lo primordial, y ningún otro asunto material, ni siquiera la pérdida de vidas humanas, era comparable. La ironía, por supuesto, estaba en que los cristianos veían a los herejes como los romanos que les habían perseguido les habían visto a ellos: ambos grupos eran considerados amenazas para el orden social y el natural. Sus actos no sólo amenazaban a la Sociedad, sino que también enfurecían a los mismos cielos. Es más, las condenas de la Inquisición no eran diferentes del resto del código legal contemporáneo. Los criminales eran regularmente ahorcados, quemados vivos, ahogados, descuartizados, sumergidos en agua hirviendo, torturados y martirizados de muchas otras maneras. La Inquisición no fue un rasgo único en esta época, sino el producto de un mundo violento y vengativo. Este absoluto desprecio por la vida, esta crueldad y esta violencia excesiva son cosa del pasado. Ciertamente, dice la Sociedad, hemos aprendido de nuestros errores y no debemos ya recurrir a métodos como la tortura, las amenazas y la intimidación.
Los Condotieri Aunque los Inquisidores de la Sociedad eran los nuevos Cruzados, no se trataba de verdaderos soldados. Matteo Severus, el padre jesuita que se había convertido en el Primer Inquisidor General de la Sociedad, decidió que la nueva Inquisición necesitaba algo más que simples eclesiásticos en su misión. A lo largo del Renacimiento, muchos mercenarios se habían ganado la vida luchando por las diversas ciudades estado
italianas. Estos mercenarios eran los Condotieri, un término derivado del contrato entre un Condotiere y su señor, y a la vez una promesa de buena conducta: bouna condoita. A finales del siglo XV, cuando las ciudades y estados más pequeños se incorporaron a unidades mayores, la necesidad política de los Condotieri empezó a desvanecerse, dejando a muchos soldados entrenados sin trabajo ni paga. Severus vio que sus necesidades encajaban perfectamente con la de fuerza militar de la Sociedad, y comenzó a reclutar Condotieri para cubrir la seguridad y las necesidades marciales de la Sociedad de Leopoldo. Los Condotieri sirvieron admirablemente, a menudo luchando codo con codo con los Inquisidores en los Autos de fe, pero su posición de profesionales remunerados se convirtió en una fuente de desacuerdos en la Sociedad. Aunque muchos Inquisidores recibían algún estipendio, no trabajaban por el dinero: su trabajo era la obra de Dios. Severus decidió reducir la paga de los Condotieri, y muchos partieron hacia empleos más provechosos. Los que quedaron fueron considerados leales a la misión de la Sociedad, y oficialmente nombrados Inquisidores; su apostolado sería apoyar y defender al Santo Oficio. Aunque ya no trabajaban “bajo contrato”, esta división conservó el nombre de Condotieri, un término todavía en uso en la actualidad. Desde sus orígenes como fuerza militar, los Condotieri operaban en grupos de tres, denominados “Lanzas”. Al principio, una lanza consistía en un soldado a caballo, un escudero un lancero (a veces montado, a veces a pie). Los cálculos se hacían en términos de lanzas: cuatrocientas lanzas representaban 1.200 soldados, con un mínimo de 400 jinetes. Aunque las tácticas militares han cambiado, los Condotieri de la Sociedad prefieren trabajar en grupos de tres. Aunque esto no es factible en las Cenacula de pequeño tamaño, las más grandes y San Michele
operarán con lanzas en lugar de asignar Condotieri individuales.
La herejía Florentina. En 1658 tuvo lugar un acontecimiento que estremecería las bases de la Sociedad, ayudando a la vez a solidificar su filosofía, particularmente tal y como se extiende a la actualidad. Raffaele Renzi, Inquisidor franciscano y Abbé del Cenaculum de Florencia, fue acusado de incumplir sus deberes de cristiano e Inquisidor y (aun más importante) de haber ayudado al enemigo. Habían llegado a un censor rumores de que Renzi conocía la existencia de diversos vampiros, magos y hombres lobo, pero no había hecho nada contra ellos. Al contrario, decía la acusación, Renzi intentaba actuar como su ministro, diciendo que no eran distintos de cualquier otro pecador y que también merecían ser salvados. Renzi dejó que le llevasen encadenado a San Michele, sin contestar si quiera a las acusaciones. En un juicio abierto a toda la Sociedad – y que fue casi ampliamente seguido- Renzi fue acusado de haber renunciado a la iglesia, uniéndose al diablo y poniendo en peligro a la Sociedad al revelar sus secretos. No había muchas pruebas, pero Renzi no hizo nada por defenderse. En lugar de ello, cuando se le dio la oportunidad de hablar, lo hizo con calma acerca d e las almas asustadas a las que habían salvado y atendido, y del vampiro cuya confesión había escuchado; con lágrimas en los ojos refirió como había administrado el sacramento de la eucaristía a aquel vampiro. Finalmente, Renzi condenó a la Sociedad por su soberbia y por no vivir de acuerdo con la ley de Cristo, una ley de amor y perdón. El veredicto, por supuesto, fue rápido y definitivo. Renzi fue declarado apóstata y traidor, y quemado en la hoguera al siguiente amanecer. Renzi se puso con orgullo su sambenito, diciendo que era la cruz que debía llevar por haber prestado testimonio a la
verdad. “Si estoy condenado al infierno” dijo antes de ser llevado a la hoguera, “es por haber participado en vuestra Sociedad, que es una bofetada en el rostro de nuestro señor. Que mi atavío os recuerde lo que espera a cuantos sigan vuestros pasos”. Al día siguiente, los otros cuatro miembros del Cenaculum de Renzi fueron interrogados y ataviados también con sambenitos. La mancha de la corrupción infernal se extiende fácilmente, como una plaga infecciosa, y la Sociedad debía asegurarse de que no existiese otro como Renzi: corderos con piel de lobo, por así decirlo. En reuniones privadas, los censores y el Inquisidor general investigaron a los demás Inquisidores florentinos, interrogándoles sobre sus creencias y motivaciones. Dos miembros se reafirmaron en su entrega a la misión de la Sociedad, y fueron creídos sin sombra de duda. No obstante, fueron reasignados a otros Cenacula, bajo la supervisión de Inquisidores más experimentados y diligentes, para asegurar que ni la menor mancha de apostasía pasase desapercibida. Pero los otros dos miembros no se mostraron tan convincentes durante el interrogatorio. Uno confesó haber sido abordado por Renzi y haber meditado sobre sus palabras, pero rechazándolas en el último momento. El otro, tras una prolongada serie de interrogatorios –u algunas amenazas de tortura, si hemos de creer en los rumores- dijo haber acompañado a Renzi a un encuentro con los cambiaformas en los bosques de las afueras de Florencia; los vio bailando alegres y desnudos, llenos de una pagana alegría. Finalmente, en un paroxismo de lágrimas, confesó haber disfrutado de trato carnal con alguno de los cambiaformas... machos y hembras, para completar el pecado. Suplicó el perdón del Inquisidor general, jurando que cumpliría su penitencia de cualquier forma que fuese necesaria. Estos dos Inquisidores fueron también llevados a la hoguera; aunque llevaban los
sambenitos de los penitentes, se les consideró demasiado mancillados por su relación con Renzi. Esta hecatombe hizo algo más que simplemente sacudir a la Sociedad: dio pie a una serie de debates sobre si había esperanza de salvación para alguna de esas criaturas: ¿Eran intrínsecamente malvadas o sólo defectuosas, o estaban más allá del espectro ordinario de la ley moral? ¿Se aplica la moralidad que Dios requiere de los humanos a lo obviamente inhumano? Todo el cuerpo de la teología y la filosofía católicas quedó sumido en la discusión. Parecía que un pequeño número de Inquisidores había permitido que tales pensamientos cruzasen sus mentes. Los más versados juristas de la Sociedad abrieron espacio al debate: algo raro, pues tales cosas suelen ser discutidas en privado. La enconada discusión se prolongó durante semanas. Hay quien sospecha que e debate fue abierto menos como un intento de unidad democrático que para detectar a cualquier posible simpatizante de Renzi y su herejía. Algunos apreciaron los méritos de los argumentos del franciscano; después de todo la ley cristiana era una ley de amor y perdón. Sin embargo, otros repusieron que los mandatos del señor eran claros: ‘Si alguien se una a magos y brujos... Volveré mi rostro contra él’ (levítico 10:6); ‘Hombres y mujeres que sean brujos o magos serán muertos, serán lapidados con piedras, y su sangre caerá sobre ellos’ (levítico 10:27); y por supuesto ‘No dejes a una bruja viva’ (Éxodo 22:18). Fueron citados otros pasajes por el estilo de los padres de la iglesia y los teólogos, y quedó claro que, aunque hay un momento y un lugar para la piedad y la compasión, no era en el trato con lo sobrenatural. La insidiosa naturaleza de la herejía de Renzi se convirtió en el siguiente tema de discusión. El diablo puede verdaderamente citar las escrituras; el peor pecado es el cometido creyendo que es un nombre del
señor, siguiendo sus órdenes. Esta actitud era vanagloria, argumentaron los censores, u como tal blasfemia. La cadena lógica propuesta por los argumentos de Renzi era perniciosa: si el argumento era correcto, el mismo apostolado de la Sociedad de Leopoldo estaba en un error; y si el apostolado de la Sociedad estaba en un error, entonces las declaraciones del pontífice y las de la santa madre Iglesia también equivocadas en lo referente a la maldad de lo sobrenatural; si tales creencias eran erróneas... ¿qué? ¿En qué más se equivocaba la Iglesia de Pedro? ¿Quizá en los mismo fundamentos de la salvación? No, la misión de la Sociedad estaba clara, y cualquier desvío de la misma no era una simple equivocación, sino desobediencia a los dictados del señor. La herejía de Renzi era sutil y seductora: con el cebo de hacer el bien, le llevaba a uno a la blasfemia, u a nada menos que aceptar al enemigo. Aquello implicaba la relatividad del Mal, algo inaceptable. ¿Cuántos Inquisidores caerían ante tal sofisma? Preguntaron los Censores. ¿Cuantos Inquisidores más deberían vestir el sambenito de los herejes? Cada Inquisidor perdido ante esta herejía representaba otro centenar de almas perdidas al enemigo, razonaron. El resultado estaba claro. El concilio publicó el Decreto de 1659, también conocido como el Decreto Florentino Lo que simplemente había sido asumido o dado por hecho por la Sociedad de Leopoldo era ahora una resolución oficial. Sin embargo lo que empezó con Renzi no murió con él; no era el primer Inquisidor que cuestionaba la moralidad de la Inquisición, ni sería el último. Renzi fue sólo el primer mártir de los que serían conocidos como los Sambenito, los Inquisidores caídos.
El decreto Florentino En el nombre de la santa e indivisa trinidad, Padre, hijo y espíritu Santo.
Este santo concilio de la Sociedad de Leopoldo legítimamente reunido en el espíritu santo, considerando la importancia de los asuntos que tratar reconoce que si lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los espíritus de la perversidad en elevadas posiciones. Por lo cual, y para que esta pía solicitud de la Sociedad pueda funcionar de acuerdo con la gracia de dios, dispone y decreta que los siguientes cánones de fe están en consonancia con el sagrado deber de la Sociedad; Canon I. Si algún miembro de la Sociedad olvida sus deberes por negligencia o a propósito, anatema sea. Aunque se admite el fracaso o el error, los deberes del Inquisidor son sagrados y vinculantes. Canon II. Si alguien desobedece las decisiones del Inquisidor general, o de su provincial, o de su Abbé, o de cualquier otro miembro de la Sociedad de justa autoridad, anatema sea. Canon III. Si alguien cuestiona la realidad del Príncipe de las Tinieblas, o que sus hijos recorren la tierra para acosar y atormentar a los fieles, anatema sea. Tal apostasía es contraria a las verdades de la Sociedad. Canon IV, SI alguien cree que la salvación está al alcance de los hijos del enemigo, o que merecen la compasión de la Iglesia o la Sociedad, o se adhiere o simpatiza de cualquier otra forma con la herejía florentina, anatema sea. Tal apostasía es contraria a las verdades de la Sociedad, y se opone al bien que la Sociedad ha hecho sobre la tierra. Será considerado traidor y merecedor de los más severos castigos y condenas, sin esperanza de penitencia ni perdón de nadie más que de Dios. Canon V. Si alguien es desleal a la Sociedad de Leopoldo, o revela sus secretos a los extraños, o se alía con los enemigos de la Sociedad, anatema sea. Tal apostasía es contraria las verdades de la Sociedad, y se opone al bien que la Sociedad ha hecho sobre la tierra. Será considerado Traidor y
merecedor de los más severos castigos y condenas, sin esperanza de penitencia ni perdón de nadie más que de Dios. (Anatema sea, es una fórmula de los decretos de la Iglesia y la Sociedad; los castigos y las posibilidades de perdón varían de acuerdo con el crimen. El decreto florentino es sólo la base, no el todo, del código legal de la Sociedad. Resulta interesante observar que en ningún pasaje del decreto se habla de lealtad a la Iglesia misma)
El siglo XVIII El siglo XVIII no fue amable con la Iglesia. El poder temporal desapareció, el poder político se debilitó, y el poder espiritual se fragmentó. Los cambios de la época también se vieron reflejados dentro de la Sociedad. Con el mundo occidental dominado por el racionalismo y la ilustración, el número de Inquisidores cayó a poco más de 50. En el vaticano, incluso se hablaba de disolver la Sociedad. Aunque la iglesia no era especialmente partidaria de las filosofías de la ilustración, no quería tener una Sociedad semi secreta de cazadores de brujas actuando en su nombre; si la existencia de la Sociedad llegaba al conocimiento general, las consecuencias serían sin duda desagradables. Cuando el pontífice comenzó las deliberaciones sobre la disolución de la Sociedad, el Inquisidor general Marcus Deluca, convocó un concilio. Para Deluca y la mayoría de sus seguidores, era obvio que la iglesia misma había caído bajo la influencia del enemigo. El concilio discutió muchas cosas, incluso la opción de romper los lazos con la iglesia y conseguir plena autonomía. Pero desgraciadamente, la Sociedad dependía de demasiado del respaldo financiero del vaticano. En el curso del concilio se reveló que la Sociedad llevaba sembrando la iglesia de seguidores leales a su misión. Algunos eran meros simpatizantes, pero otros eran
verdaderos Inquisidores encubiertos, con la misión de fomentar el crecimiento de la Sociedad más que dedicarse a la caza. Al principio el concilio invocó el apoyo de los cardenales y altos cargos que simpatizaban abiertamente con la Sociedad. Cuando los informes demostraron que estos individuos no se mostraban persuasivos en sus intentos de convencer al pontífice, la Sociedad recurrió a su siguiente línea de defensa. Deluca pidió una audiencia directa con el Papa. Se ignora cuáles fueron las palabras exactas de la entrevista, pero supuestamente Deluca demostró tener un muy exacto conocimiento de las intenciones más carnales del Papa hacia ciertos seminaristas... un pecado bastante escandaloso, y una información ciertamente privilegiada, que sólo tenía el confesor del Santo Padre. Esta audiencia acabó con toda discusión acerca de disolver la Sociedad. Después de todo ¿qué es el pecado menor del chantaje comparado con el deber de salvar a la humanidad del maligno? Dios sería misericordioso... o al menos, eso argumentó el Inquisidor General.
La revolución francesa Las cosas fueron particularmente tristes en París. Donde el Cenaculum de Notre Dame había sido antaño uno de lo más prominentes y exitosos Cenacula de la historia de la Sociedad, su éxito se desvaneció con el paso de los años. Parecía que cada caza que emprendiese el Cenaculum acababa en fracasos casi totales. El país era un lugar muy inestable a finales del siglo XVIII, y esto aumentaba las dificultades de la Sociedad. Un anticlericalismo en auge, combinado con diversas desconfianzas hacia la Sociedades secretas, había mucho más difícil el trabajo de los Inquisidores. En 1793, los miembros de del Cenaculum de Notre Dame se vieren obligados a esconderse; un año más tarde fueron atrapados y asesinados por masas furiosas que deseaban liberar su país de la
superstición y el despotismo. El hecho de que uno de los Inquisidores hubiese sido supuestamente el secretario de Robespierre no hizo sino avivar el fuego. Su refugio había sido revelado por nada menos que el Abbé del Cenaculum que desapareció justo antes de la matanza. París era considerado un lugar nada seguro para la Sociedad, y el Cenaculum no fue restablecido hasta casi el año 1800; aparentemente la ciudad era, además de un punto caliente de luchas políticas e inquietud social, el escenario de numerosas batallas sobrenaturales. Solo los ocasionales itinerantes visitaban la ciudad, y fue uno de estos grupos el que descubrió al Abbé desaparecido, al servicio de uno de los vástagos franceses. El traidor fue llevado a la hoguera con el resto de la progenie del vampiro. Fue entonces cuando la Sociedad empezó a preguntarse si sus muros eran inviolables, y hasta qué punto habían sido penetrados. Era un mal todavía mayor que la herejía florentina, que al menos podía considerarse común pecado de omisión. Esto representaba nada menos que la propia quinta columna. El oficio de censor inició una extensa investigación de la Sociedad, interrogando a muchos Inquisidores. No menos de una docena de traidores fueron descubiertos al servicio de algún agente sobrenatural, ya se tratase de magos o vampiros. Se temía que hubiese más infiltrados, ocultos en el día de hoy alimentando constantemente la paranoia del oficio del Censor.
El periodo moderno La Sociedad experimentó otro aumento en su número de miembros a finales del siglo XIX. La fascinación del público por lo oculto, particularmente en la Europa Occidental, tuvo su reflejo en la iglesia. Este interés, combinado con el renovado celo ortodoxo resultado del primer concilio vaticano,
encontró michos conversos a la causa de la Inquisición. En 1908, la Inquisición propiamente dicha fue reorganizada como la congregación del santo oficio, abandonando el uso de la fuerza en la resolución de materias heréticas. Al mismo tiempo, el Papa Pío X liberó oficialmente a la Sociedad de Leopoldo de la Iglesia católica, de forma que pudiese operar con mayor indepencia: si fue por propia voluntad o alguien le obligó a hacerlo, es algo que no se sabe. La Sociedad de Leopoldo conservó sus propiedades y recibió su propia base financiera, manteniendo sólo relaciones informales –o encubiertas—con la iglesia. En este punto, la Sociedad se había convertido en una institución decidía a limpiar la tierra de aquella pertinaz infestación diabólica. El número de miembros comenzó de nuevo a reducirse poco a poco durante las guerras Mundiales; este paulatino goteo forzó al Inquisidor General, a promover las mujeres en sus filas u permitir a los laicos que desempeñasen un papel en la Sociedad. Hasta entonces, era muy raro que las mujeres llegasen a posiciones de poder, u no se permitía que los laicos accediesen a la jerarquía. Durante los años 80 y 90, el número de miembros volvió a crecer lentamente. Hoy son unos 500, de los que tres cuartas partes se encuentran en Europa Occidental y Norteamérica. Oficialmente, la Sociedad de Leopoldo no se preocupa por asuntos de ortodoxia ni pureza doctrinal; presta al menos alguna atención a la declaración de libertad religiosa y el decreto ecuménico del concilio vaticano segundo. La Sociedad consagra toda su atención a la búsqueda y destrucción del mal sobrenatural. Algunos de los Inquisidores más tradicionales se preocupan por los asuntos de herejía pero son los menos.
La Sociedad hoy San Martín ascendió del estado militar al clerical, pues el ejército de la Iglesia está por encima del ejército del mundo; su guerra es una guerra más elevada, y sus soldados luchan contra enemigos espirituales. - Santo Tomás de Aquino En los siglos que han transcurrido desde su fundación, la Sociedad de Leopoldo se ha convertido en una organización formidable, en la más antigua asociación formal de cazadores de brujas, con más de siete siglos de experiencia; sus fundadores heredaron las tradiciones y el legado administrativo de la Iglesia Católica Romana, una de las más viejas instituciones del mundo.
La Sociedad y el Sumo Pontífice La Sociedad de Leopoldo ha tenido durante mucho tiempo una inusual relación con la Santa Sede. Leopoldo de Murnau fue el primero en demostrar su influencia sobre el Papa, y los Inquisidores Kramer y Sprenger siguieron sus pasos cuando consiguieron revitalizar la Sociedad. Después de ellos, sin embargo, las influencias o consejos se hicieron más sutiles, y la Sociedad comenzó a insinuar sus tentáculos en el edificio de la Iglesia. Muy pocos pontífices llegaron a saber cuántos de sus consejeros y asociados de mayor confianza eran miembros encubiertos o firmes partidarios de la Sociedad. La Sociedad actúa ahora con entera independencia de los deseos y autoridad del Papa. Cuando fue liberada de la jurisdicción papal en 1908, todos los archivos conocidos del Vaticano sobre la Sociedad pasaron también al poder de ésta. Pío fue cauto; sabía que una época “moderna” no estaría dispuesta a aceptar la misión de la Sociedad de Leopoldo, así que se aseguró de todas las referencias a la misma durante su pontificado fuesen sólo como un centro de datos para estudiosos de lo oculto. Algunos altos cargos del Vaticano del pasado
reciente habían llegado a sospechar la verdad, pero sin que ninguno hiciese públicas sus opiniones. La Sociedad decide caso por caso si cada nuevo Papa será informado de la verdadera misión de la Sociedad, y hasta dónde llegarán sus conocimientos al respecto. La decisión definitiva e algo que le corresponde tomar al Inquisidor General. Algunos Pontífices han reaccionado de forma más favorable que otros a la revelación de que una Sociedad religiosa de cazadores de brujas está todavía en servicio activo. A finales de los 70, un Papa recién nombrado celebró una reunión privada con el Inquisidor General. De acuerdo con los rumores, la entrevista no fue bien; si la repentina muerte del Pontífice (a los 34 días de su designación) tuvo algo que ver o no con el asunto, es algo que todavía no se ha podido aclarar. No se sabe si el actual Sumo Pontífice conoce la verdadera naturaleza de la Sociedad, pero la mayoría de sus miembros creen que sí ha sido informado; hasta qué punto, nadie puede decirlo con certeza.
La Llamada Convertirse en miembro de la Sociedad de Leopoldo se considera un llamamiento sagrado. No es un simple acto; es la declaración de una vocación, y el cumplimiento del más sagrado deber. No obstante, es mucho más complejo que limitarse a coger un crucifijo y una antorcha.
Inducción Concretamente ¿cómo se hace para unirse a la Sociedad de Leopoldo? Y lo que es todavía más importante, ¿cómo se entera uno de su existencia?. Desde Luego no hay anuncios al respecto en los periódicos católicos ni en el tablón de anuncios de la parroquia. La forma más común de descubrir la existencia de la Sociedad es la accidental. Quizá un Inquisidor salve a una víctima
potencial de una criatura sobrenatural; o como a veces ocurre, grupos de cazadores de brujas independientes pueden encontrarse con Inquisidores en el curso de sus operaciones. Por otra parte, la Sociedad mantiene una atenta mirada sobre los miembros del a Iglesia (laicos, seminaristas o sacerdotes) que parecen simpatizar con las preocupaciones de la Sociedad. Es frecuente que los Inquisidores retirados ocupen puestos académicos, parroquiales o comunitarios que les permitan ser el centro de las noticias locales. Esta red informa acerca de los individuos prometedores al provincial local, que enviará entonces a un Inquisidor, para que lleve a cabo una investigación más completa del trasfondo y cualificaciones del posible recluta. Tal investigación suele ser llevada a cabo a distancia: preguntas sobre el pasado del personaje, a veces discretas conversaciones con antiguos asociados... Tras una revisión completa y a fondo, el reclutador consultará entonces con el provincial, informando de los resultados y haciendo una recomendación en un sentido u otro. Los provinciales raramente se oponen a la decisión de un reclutador, aunque tienen poder de hacerlo. Si el posible recluta parece digno de ser nombrado, uno o más miembros del Cenaculum a l que es probable que se una entran en contacto con él, organizándolo un encuentro clandestino e invitándolo a unirse a ellos. El nombre de la Sociedad de Leopoldo no es mencionado nunca, a menos que acepte. Los reclutadores no deben comprometer la seguridad ni la confidencialidad en sus ofrecimientos. Casi nunca hacen la oferta a menos que consideren que el posible recluta está cualificado a para unirse a ellos y es probable que acepte.
El Inquisidor ideal Hay pocas reglas rápidas y definitivas para decidir si alguien esta cualificado para
convertirse en Inquisidor. Obviamente, la Sociedad requiere de sus miembros que forman parte al menos nominal de la iglesia católica. No obstante, los fieles de otras confesiones pueden ser miembros parciales (aunque por lo general sólo se tiene en consideración a los protestantes); este carácter de miembro parcial permite a los Inquisidores acceso a las propiedades de la Sociedad y algunos de sus recursos, pero les excluye de la jerarquía. Para muchos Inquisidores, cuyas vidas están consagradas a la caza (o que sencillamente no llegan a vivir el e tiempo suficiente para avanzar a lo largo plazo en su carrera), basta con esto. Más allá de la afiliación a la Iglesia católica, las principales cualidades que busca la Inquisición son celo y lealtad. La vida de un cazador de brujas no es para el débil de voluntad, el pusilánime o el descreído: los Inquisidores son guerreros de Cristo y miembros de los ejércitos del Cielo. La lealtad es el segundo elemento más importante en el Inquisidor: lealtad a los superiores, lealtad a los camaradas, y lealtad a una causa. No te equivoques: la Inquisición es en parte religión y en parte ejército. Remard Gui describió una vez lo que él consideraba las características del Inquisidor ideal, en la Práctica Inquisisionis Herétice Pravitatis. El Inquisidor debe ser constante, perseverando ante peligros y adversidades incluso hasta la muerte. Debe estar dispuesto a sufrir en nombre de la justicia, sin precipitarse irreflexivamente al peligro ni retirarse desvergonzadamente por miedo, pues tal cobardía debilita la estabilidad moral… Debe abstenerse de actitudes demasiado indulgentes, que degeneran en la disipación… En los casos dudosos, debe cuidarse de creer con demasiada facilidad en lo que parezca probable, pues no siempre es cierto; ni por otra parte debe negarse tozudamente a creer lo que parezca improbable, pues muchas veces es verdadero…
Estas palabras siguen resultando muy adecuadas hoy en día.
Miembros En los primeros días de la Inquisición, todos los miembros de la Sociedad de Leopoldo eran clérigos. Los fundadores originales eran casi todos dominicos, y tendían a reclutar sobre todo a otros compañeros de orden. No obstante, hubo otras varias órdenes religiosas que también aportaron miembros ala Sociedad, incluyendo franciscanos y jesuitas. Un error común entre los cazadores de brujas es que los jesuitas son predominantes en la Sociedad de Leopoldo. Aunque son más conocidos (particularmente el notorio ex jesuita Sullivan Dane) no son la fuerza más numerosa ni la más influyente dentro de la Inquisición.
Mujeres en la Inquisición. Cuando Leopoldo comenzó a formar su Sociedad todos sus seguidores eran hombres. En contadas ocasiones, alguna monja se unía a él y sus seguidores en una misión, pero por lo general, las mujeres quedaban relegadas al papel de sanadoras, particularmente la hermandad de Santa clara. Aunque los miembros de la orden de Santa Juana demostraron ser tan eficaces como los Inquisidores masculinos, no se permitió la entrada de las mujeres en la Sociedad hasta su reorganización en el siglo XV. Este paso había sido evitado durante mucho tiempo, pero a medida que las Inquisidoras (particularmente Alexandra de Palermo) iban probando su valía, las mujeres fueron aceptadas a regañadientes. Por supuesto los viejos prejuicios seguían vigentes, y las mujeres no conseguían ascender en la jerarquía de la Sociedad. No obstante, la crisis de vocaciones de principios del siglo XX obligó a la Sociedad a conceder un papel más dominante a las mujeres. Hoy en día, la Sociedad de Leopoldo es sorprendentemente avanzada al respecto que
la Iglesia católica: las mujeres disfrutan de la misma consideración que los hombres y ocupan puestos de importancia. Incluso ha habido dos mujeres que ha ocupado el puesto de Inquisidor general en los últimos 75 años.
La Hermandad de Santa Clara Santa Clara era una monja del siglo XIII, miembro de la Orden de las Pobres Clarisas, un grupo de monjas franciscanas que creían en la absoluta pobreza para cultivar los bienes de Dios. Clara y sus hermanas seguían el ejemplo de la fundadora de su Orden, pronunciando votos de profunda pobreza. La fe era fuerte en su convento, y Clara y sus monjas eran reconocidas como grandes sanadoras. Una noche, Leopoldo de Murnau y sus seguidores visitaron el convento de Clara. Heridos y agotados tras la lucha contra un vampiro. Pasaron la noche en un granero, con las monjas atendiendo sus heridas, y quedaron tan impresionados por su fe que Leopoldo les propuso que se unieran a su cruzada. Las monjas aceptaron ayudarle, pero sólo en calidad de sanadoras de la Sociedad. Unas pocas y raras Pobres Clarisas podrían unirse a la caza, pero en su mayoría se daban por satisfechas con dirigir hospitales para Inquisidores heridos. Con el tiempo, las seguidoras de Clara tendiendo a considerarse una Orden aparte, y adoptaron el nombre de la Hermandad de Santa Clara. Cuando la Inquisición fue reorganizada en el siglo XV, la Hermandad de Santa Clara fue incorporada a la Sociedad. Sus integrantes siguen desempeñando el papel de sanadoras, aunque algunas monjas siguen buscando una vida más activa.
Laicos Ahora, la Sociedad admite también a laicos, personas que han tomado otros votos
religiosos o monásticos en la Iglesia Católica. Se discutió y argumentó mucho sobre el particular, hasta que la cuestión quedó resuelta a mediados del siglo XX. Aunque el grueso de la orden en Europa está formado por monjes y sacerdotes, casi tres cuartos de los miembros de la Sociedad en América son laicos. En este aspecto, también es más progresista la Sociedad de Leopoldo que la misma iglesia
Noviciado Independientemente del método de reclutamiento utilizado, se espera de todos los Inquisidores que pasen por un noviciado, o período de orientación. Cada novicio es escogido por otro Inquisidor más experimentado, que se ofrece a actuar como mentor de su nuevo compañero. Durante su noviciado, el nuevo Inquisidor aprende la historia (incluyendo los antecedentes históricos), la política y la filosofía de la Sociedad de Leopoldo. El noviciado puede tener lugar en la propia ciudad del nuevo Inquisidor, siempre y cuando haya suficientes recursos para ello. Normalmente, el novicio pasa al menos un breve período de tiempo en compañía del provincial, allí donde se encuentre éste. Aunque cada miembro de la Sociedad tiene un mentor, algunas relaciones se hacen más estrechas que otras. Por lo general, el prestigio y posición de un mentor puede tener un cierto peso en el recibimiento por parte de la Sociedad a su estudiante. El noviciado es el período en el que los Inquisidores aprenden tanto de los sobrenatural como la Sociedad está dispuesta a enseñarles: las verdades básicas, tal y como son percibidas por la Sociedad, acerca de la existencia de brujas, vampiros, hombres lobos y otras malignas criaturas, así como una selección de los archivos de famosos cazadores de brujas. Los rudimentos de la técnica de caza también son enseñados,
incluyendo el desarrollo de ciertas técnicas esenciales para la labor del Inquisidor. No hay un tiempo establecido, ni siquiera un régimen específico, para el noviciado de un Inquisidor. Es variable dependiendo de las flaquezas y capacidad de aprendizaje del novicio y del juicio de su mentor. Es posible que haya noviciados de tan sólo un mes, y que otros se extienden un año o más. Algunos noviciados pueden concentrarse en el estudio de la historia, y otros en las facetas físicas de la caza de brujas (técnicas de tiro, combate cuerpo a cuerpo... etc.) Durante el noviciado del Inquisidor, por lo general se le disuade de participar activamente en cazas de brujas; esas cosas son demasiado peligrosas para los que no están bien preparados. No obstante, algunos novicios empuñan sus armas, ya sea de acuerdo o en contra de los deseos de sus mentores. Cuando se considera que un novicio ya se ha entrenado lo suficiente, pronuncia votos de obediencia y lealtad de Leopoldo (curiosamente, no a la iglesia católica), recibiendo el título de Terciario. Con el reconocimiento del nuevo terciario por parte de la Sociedad, su carrera como Inquisidor está a punto de comenzar.
Jerarquía A pesar de sus orígenes, la Sociedad de Leopoldo no es, estrictamente hablando, una organización sacerdotal. Sus miembros ya no son obligatoriamente sacerdotes, pero la iniciación en la Sociedad equivale a tomar votos menores. La Sociedad considera Inquisidores a todos sus miembros; aunque no estén vinculados por un solemnemente sacerdocio o votos monásticos, forman parte de una comunidad religiosa, con los deberes y privilegios que ello implica. Los alzacuellos y otros ropajes no son obligatorios. Aunque la Sociedad permite a sus miembros que lleven tales ropas dentro de su terreno, la ropa sacerdotal suele ser demasiado identificable
en público, e incluso los miembros de órdenes religiosas de paisano. Tras unirse a la Sociedad de Leopoldo, los Inquisidores reciben el título terciario, el nivel más bajo y comúnmente entre sus miembros. Se les permite la entrada a cualquiera de los cenacula de la Sociedad y tienen acceso provisional a la biblioteca de la Sociedad. Los terciarios no tienen por qué ser cazadores de brujas a jornada completa, y se les permite desarrollar sus intereses vocacionales o incluso seglares, No hay requisitos formales, pero cuando participan en un caza de brujas deben portase de acuerdo con las normas de la Sociedad. Los Inquisidores suelen operar en equipos, en pequeños grupos llamados ‘cenáculos’. El término deriva de Cenaculum (plural Cenacula), el equivalente de la Sociedad de Leopoldo a una rectoría o a un monasterio, done los Inquisidores viven y trabajan juntos de forma cotidiana. Los cenáculos varían en antigüedad y procedimientos operativos pueden ser una asociación informal de Inquisidores en una ciudad, y un pequeño pero organizado monasterio en otra más antigua. El liderazgo también varía de un cenáculo a otro. Algunos son de estilo democrático, con voz y voto para todos sus miembros, mientras que otros pueden tener un único y fuerte líder. Los Inquisidores experimentados pueden recibir el título honorífico de Conciliar. Los conciliares se han gastado el respeto de la Sociedad, habiendo participado en muchas cazas de brujas, siendo responsables de la destrucción de enemigos particularmente viles de la Inquisición, o habiendo mostrado una gran perspicacia a lo largo de diversas crisis. Los conciliares son conocidos por su experiencia y sabiduría. A veces son convocados sínodos de Conciliares en tiempos de necesidad para discutir asuntos de importancia. Individualmente, ofrecen también consejo a los Inquisidores enfrascados en difíciles cacerías. El título de conciliar es otorgado por los provinciales de
la Sociedad, y refleja una jerarquía anterior y más definida; aunque los conciliares son más respetados que los terciarios, carecen de autoridad sobre ellos. El siguiente rango es de Abbé; se trata del responsable de las acciones de un Cenaculum determinado. Lo normal es que los Cenaculum elijan a los Abbé; aunque un Cenaculum puede elegir líder por el voto de sus miembros, debe ser aprobado por el Provincial, que tiene la facultad de proponer a otra persona, ya pertenezca al Cenaculum o sea ajena a mismo. Pero por lo general, a menos que el Cenaculum sea problemático, el provincial acepta la decisión adoptada por los votos. Algunos Inquisidores alcanzan un puesto todavía de mayor importancia y responsabilidad: el de censor. Los censores vigilan las actividades de la Inquisición, asegurándose que ninguno de sus miembros se corrompa por su trato con lo infernal. Cuando se sospecha que algún Inquisidor es culpable, se le declara en estado de Certiorari: debe entregar todos sus archivos (incluyendo diarios y documentos financieros privados) al censor, que pasará a interrogar a sus colegas y aliados. Algunos censores han mostrado el mismo celo en sus acciones que los primeros Inquisidores: unos pocos de los miembros excomulgados de la Sociedad eran populares y eficaces en sus operaciones, y las decisiones de los censores están en tela de juicio. Sin embargo, nadie se atreve a cuestionar en público a un censor, por miedo a atraer su atención. El Inquisidor general confiere el papel y la posición de censor, pero ese es el oficio de censor, autónomo dentro de la Sociedad, el que dirige sus actividades. Algunos Inquisidores, normalmente los que han desempeñado con éxito la función de Abbé, reciben autoridad jurisdiccional. Elegidos por el Inquisidor general, pasan a llamarse provinciales. Supervisan y coordinan las actividades de la Sociedad dentro de su jurisdicción geográfica. El alcance de la
jurisdicción geográfica. El alcance de la jurisdicción puede variar de forma regular d acuerdo con la densidad de población, la superficie geográfica y para ser francos, el peso político del provincial. Los provinciales se reúnen en un concilio anual, en el que discuten las actividades del año y planean las del siguiente. El concilio se celebra cada año en un lugar distinto, pero siempre cerca de alguno de los mayores o más antiguos cenacula. Es más, un gran concilio tienen lugar una vez cada diez años, aunque lo presiden los provinciales, puede intervenir cualquier miembro de la Sociedad que lo desee. Incluso prominentes cazadores de brujas ajenos a la Sociedad son invitados al gran concilio, quedando claro que solo en calidad de observadores. Hay pocos Inquisidores de rango igual o superior al de provincial que sigan dedicándose a activamente a la caza de brujas. Pueden dedicarse a algún tipo de estudio o investigación, pero prefieren los papeles de mentor, consejero o administrador al de guerrero. Los provinciales suelen tener un surtido de consejeros, que pueden incluir a cualquier que elija el provincial. El líder de toda la Sociedad es el Inquisidor general, que tiene una autoridad absoluta y perpetua sobre la misma. Los candidatos suelen ser escogidos mediante los votos de los provinciales. Aunque ya ha habido dos mujeres en el puesto, está aún por ver un Inquisidor general laico. Con el tiempo, esto cambiará. Se sabe que el Inquisidor general tiene una camarilla privada, cuyos miembros son desconocidos para la Sociedad. El actual Inquisidor general, Monseñor Amelio Carpaccio, goza del respeto y la admiración general de los demás miembros de la Sociedad de Leopoldo. Los Inquisidores más jóvenes, por supuesto, están intentando que la sangre nueva tome la cabeza, pero es dudoso que alguno de los posibles sustitutos
desempeñase el cargo de forma lo bastante distinta para satisfacerles.
Procedimiento moderno Los procesos de la Inquisición de los tiempos modernos han tenido que cambiara algo respecto a sus precedentes medievales. Se desarrollan en el más absoluto secreto, ocultos de un público descreído. Es más, los sospechosos ya no son llevados ante una corte eclesiástica y juzgados en un prolongado proceso. Los procesos actuales tienen más relación con el moderno trabajo detectivesco que con la jurisprudencia medieval. Con frecuencia, sólo la más ligera pista puede alertar a la Sociedad ante la posibilidad de que haya cerca una criatura sobrenatural: una noticia inusual en el periódico, un extraño caso policial un inquietante comentario susurrado en las calles de la ciudad. Los ojos de la Inquisición están por todas partes; los Inquisidores cuidadosos cultivan sus lazos con la policía y los medios de comunicación. Pocos Inquisidores se dan cuenta de que muchos de los rumores van dirigidos a ellos de forma intencionada por otros sobrenaturales, que utilizan la Sociedad como un medio vicario de venganza. Los vástagos son particularmente hábiles en este tipo de maquinaciones, y con frecuencia la Sociedad permanece en la ignorancia acerca de su condición de títere. Cuando los rumores captan la atención de un cenáculo se toma alguna medida de investigación. El cenáculo consulta archivos y bibliotecas, pregunta a los lugareños y utiliza cualquier otro medio posible para verificar los rumores. Algunos casos son más sencillos que otros; una zona de la que se sospecha que está infestada de hombres lobo, puede ser observada a distancia cuidadosamente, y es fácil visitar un lugar supuestamente embrujado, Por supuesto, la aparente facilidad con la que pueda investigarse un caso induce a frecuentes errores.
Hermano, ¿te sobra una moneda? Se supone frecuentemente que todos los miembros de la Sociedad de Leopoldo se dirigen unos a otros como “Hermano” o “Hermana”. Esto era así en el pasado, cuando todos los Inquisidores eran Clérigos de una u otra Orden. Los vocativos actuales están basados en la posición eclesiástica, de modo que un Inquisidor atiende al rango otorgado por la Iglesia: Monseñor, reverendo... etc. A los monjes se les llama “hermano”, a los sacerdotes “padre”... En cuanto a los laicos, la manera más formal de dirigirse a ellos es con un simple “señor...” o “señora...”, o algún otro término que prefiera el Inquisidor. Dicho sea de paso, incluso los sacerdotes ordenados evitan el uso de títulos prefiriendo los nombres de pila, especialmente entre amigos. Técnicamente, puesto que la Sociedad confiere calidad de Terciario a todos sus miembros, cualquiera puede ser llamado “hermano” o “hermana”. Esto es bastante raro, excepto entre los Inquisidores más piadosos o tradicionales, o en la correspondencia del propio Santo Oficio. En general, no tienes por qué suponer que los miembros del mismo cenáculo se dirigirán unos a otros por su título eclesiástico a lo largo de su relación. Usa el sentido común. Cuando el cenáculo considera que sus sospechas de actividad diabólica han quedado justificadas, se convoca un Auto-da-fe: el objetivo queda formalmente identificado en los archivos de la Sociedad, y la caza comienza en serio. El cenáculo se considera los diversos métodos para resolver la situación, actuando de la forma más adecuada para imponer el castigo. En algunos casos se hace necesario un exorcismo; en otros, un ataque directo parece lo más apropiado. Si un cenáculo no se considera capacitado para
tratar con una situación concreta, pueden pedir ayuda al provincial local que enviará otro cenáculo. El Auto-da-fe se considera en activo hasta que la criatura ha sido eliminada. No tiene un límite de tiempo, ni expira por sí solo. Los autos de fe pueden durar años, incluso más allá de las vidas de los Inquisidores que los convocaron. Un Auto-dafe, convocado contra un posible vampiro en Atenas, está en activo desde 1847.
Errar es humano Lamentablemente, la Sociedad ha cometido errores. Las pruebas pueden inducir a equivocaciones y los juicios fallar: en cierta ocasión, una mujer acusada de actividades vampíricas y condenada a un Auto-da-fe fue atacada y eliminada con mucha facilidad. Su muerte fue demasiado humana. La Sociedad disculpa al os cenáculos por este tipo de accidentes, siempre y cuando sean escasos y espaciados en el tiempo. Aunque se espera de los Inquisidores que sienta remordimientos y cumplen la penitencia adecuada, por lo demás son perdonados. Otro compañero Inquisidor (que deber ser un sacerdote ordenado) les oirá en confesión, pero por lo demás no se hablará del asunto. Si los juicios de un cenáculo resultan erróneos con demasiada frecuencia, su eficacia queda seriamente dañada. La Sociedad puede declarar Certiorari al cenáculo entero, que queda entonces disuelto o puesto bajo la guía de un conciliar que demuestre de nuevo su valía.
Jurisprudencia La Sociedad no tuvo nunca un verdadero código legal, hasta el decreto florentino, que se convirtió en la base de su ley canónica. Desde el decreto, la ley de la Sociedad ha pasado a través de diversas transmutaciones e interpretaciones.
La Sociedad sigue viendo la apostasía como el peor de los crímenes, y considera como tal a cualquier acto que contradiga, interfiera o se oponga a una norma oficial de la Inquisición. El culpable es llevado al centro provincial y su inocencia se determina tras una audiencia de duración indeterminada. Los castigos varían, pero todos entran en cuatro categorías distintas: Represión: El culpable es formalmente reprendido por lo común en una reunión privada con un Provincial, pero con un decreto por escrito distribuido por las por escrito distribuido por las diferentes provincias. El cenáculo del culpable tiende a perder algo de prestigio. Desacomodación: El culpable es suspendido durante un período que puede oscilar entre un mes y un año. El uso de los recursos de la Sociedad, de bienes a material de investigación, queda prohibido. Excomunión: El culpable es expulsado de la Sociedad de forma permanente. En algunas. Muy raras ocasiones, puede ser readmitido, pero solo tras haber prestado un gran servicio a la Sociedad. Hay diversas frases que describen esta condición: ser anatema, estar ‘bajo interdicto’, y otras. Ejecución: El más raro y severo nivel de castigo. El Inquisidor es sentenciando a muerte, ejecutándose la condena por medio mundanos o extravagantes. Hay varios actos que pueden ser considerados apostasía. Entre ellos: El Impedir un Auto-da-fe: El castigo puede ir de desacomodación a la destitución. El Desobedecer a un provincial: El castigo más corriente es la represión. El Desobedecer al Inquisidor General: El culpable es expulsado temporalmente de la Sociedad, por lo común durante un período de seis meses. La Traición: La revelación de alguno de los secretos de la Sociedad a alguien ajeno a ella (normalmente a un adversario)
garantiza la expulsión automática. Los culpables suelen quedar bajo la vigilancia de la Sociedad y declarados traidores. La Alta Traición: Es raro, pero han ocurrido casos, en los que un miembro d ella Sociedad se pasa al enemigo escogiendo intencionadamente la vida entre los sobrenaturales o ayudándola de alguna forma. El culpable es automáticamente declarado traidor y se convoca un Auto-da-fe contra él.
Una pequeña ayuda de los amigos La Sociedad de Leopoldo mantiene una alta red de espías, aliados y amigos, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Algunos, por supuesto, son semillas plantadas por la Sociedad: Inquisidores que han escogido no dedicarse a la caza activa, sino permanecer en cualquier servicio eclesiástico (o público) a su alcance, adquiriendo mayor prominencia para ayudar a la Sociedad por todos los medios posibles. Otros se desarrollan de manera más informal: se anima a los Inquisidores a entablar relaciones y amistades con personas que podrían simpatizar con la Inquisición, incluso aunque no se uniesen a ella. Tales sujetos incluyen amigos de otras órdenes religiosas, o de los tiempos del seminario o el colegio. Igualmente, los Inquisidores mantienen contactos con laicos, como por ejemplo, un político, un hombre de negocios o un policía aconsejado por un Inquisidor que es también el sacerdote de su parroquia. Algunos Inquisidores, particularmente los que llevan varios años operando en la misma zona, consiguen formar un círculo de aliados a los que recurrir en caso de necesidad. Este círculo está formado con bastante frecuencia por gente que ha sido salvada o ayudada por la Sociedad, y cree que le debe algún servicio (una actitud que la Sociedad no se molesta en corregir). Algunos aliados no son más que músculo para las ocasiones en las que el Inquisidor pueda
necesitar unos pocos tipos duros bien armados y leales a su causa. Podría argumentarse que estas personas son simples peones, no verdaderos amigos de la Inquisición. Desde luego, hay un potencial para el abuso, y algunos murmuran que la Inquisición mantiene expedientes de personas que pueden ser chantajeadas en caso necesario.
Poner en peligro a inocentes La pérdida de inocentes es siempre algo lamentable. Desgraciadamente, esto es una guerra, y todos sufren sus consecuencias. Aunque los Inquisidores hacen cuanto pueden para proteger y salvar las vidas de los inocentes (después de todo, están trabajando por el bien del mundo), tienen asumido que, de vez en cuando, algún desafortunado quedará en medio del proverbial fuego cruzado. Dios tendrá piedad de esta desdichada alma, que habrá muerto en nombre de una elevada causa. En todo caso, la pérdida de un inocente es algo que lamentar, pues otra criatura de Dios muere a causa de los actos del Enemigo. Así que de todas formas, la culpa es del Enemigo. Hay otras víctimas, no obstante, que pueden parecer inocentes; se trata de personas que “inconscientemente” pueden obstaculizar o interferir en el trabajo de un Inquisidor: el agente de policía que hace detenerse por exceso de velocidad a un Inquisidor en medio de un Auto-da-fe, el periodista que fisga en los asuntos de la Sociedad, el policía corrupto sobornado por un satanista. Estos sujetos sólo están “haciendo su trabajo”, o al menos, siguiendo sus naturalezas; no son gente apresada en las redes del Enemigo. El Inquisidor competente no se deja engañar por esto: puede ver la mancha del Diablo en los demás. Son personas que obviamente se han permitido hacer la obra del Diablo, razonará. Si puede apartar de su camino al policía corrupto o disuadir al periodista metomentodo, tanto mejor: la
voluntad de Dios se ha impuesto. Si son necesarias otras medidas más drásticas, que así sea: Deus vult.
La Sociedad y las autoridades civiles Las actividades de la Sociedad de Leopoldo, por nobles y divinamente inspiradas que sean, son típicamente ilegales. Un Auto-da-fe típico incluye todo un surtido de actividades delictivas, desde acoso hasta allanamiento de morada, pasando por destrucción de la propiedad y asesinato en primer grado. Añade a la lista de llevar armas ocultas (que pueden o no estar registradas), y ya tienes un bonito paquete de actos ilegales sobre las espaldas del Inquisidor medio. Aunque esto puede molestar a algunos Inquisidores, es una carga moral que inevitablemente acaba desapareciendo. Después de todo, la Sociedad de Leopoldo tiene una misión divina y sigue un llamamiento más elevado. Las leyes del hombre, por justas que sean, sencillamente no se aplican cuando pueden interferir con el cumplimiento de una misión de la Sociedad: La Inquisición ha mantenido siempre la actitud de que mientras los inocentes no sufran daño, los Inquisidores, los Inquisidores seguirán violando tales leyes, aunque lo sentirán. El debate sobre el control de armas empalidece frente a la urgencia del apostolado. Naturalmente, todo esto está muy bien para el típico Inquisidor pistolero, hasta que es cacheado por un agente de policía al que probablemente le tiene sin cuidado su apostolado y la Parousia y que con seguridad no se dejará convencer por discursos acerca del ejército del diablo marchando sobre al tierra. La mayoría de los Inquisidores saben que si son arrestados, el mejor curso de acción es cerrar el pico; cuanto menos se diga, mejor. Bajo ninguna circunstancia pueden revelar la verdad acerca de la Sociedad de Leopoldo.
La Sociedad ha dispuesto una serie de medidas par ayudar a sus miembros en una situación legal precaria. Hará cuanto pueda por auxiliar a los miembros que se encuentren en apuros legales. Le método para resolver tales problemas de un país a otro; en algunos países, basta con un sencillo para liberar a un Inquisidor. En otros lugares, sobre lugares, sobre todo en USA, puede ser necesario un trabajo más complejo que por lo general requiere la ayuda de colegas o peones seglares o civiles. Los Inquisidores norteamericanos tienen memorizado un número de teléfono que corresponde a un servicio de mensaje s privado, cuyo único propósito es avisar a la Sociedad de que necesitan asistencia legal de forma inmediata. Si el Inquisidor ha sido detenido por posesión de armas de fuego, entrada con fractura, allanamiento de morada o acoso, normalmente el Provincial local puede llegar a un acuerdo con las autoridades: es raro el provincial que no tiene aliados en las fuerzas de la ley. En casos más graves, por ejemplo, si el Inquisidor puede ser relacionado con un asesinato, la Sociedad debe decidir el mejor curso de acción. En algunos ocasiones, han llegado incluso a simular la muerte de un Inquisidor para despistar a las autoridades, trasladándole después a otra Provincia (o a otro país). Sin embargo, por lo general, los Inquisidores están preparados para pasar largas temporadas en la cárcel hasta que se pueda lograr su libertad de alguna forma. La cárcel es una excelente oportunidad par ale reflexión y la meditación, a fin de cuentas.
El mapa de la Fe Desde su creación, la Sociedad de Leopoldo se ha extendido en diversos grados por muchos países. El mundo está dividido en Provincias, cuyas fronteras pueden cambiar de un Inquisidor a otro. Lo que sigue es una breve mirada a las actividades de la Sociedad por todo el mundo, con notas históricas allí donde resulta apropiado.
Italia Italia ha sido el hogar oficial de la Inquisición durante los últimos 500 años, incluso después de la reorganización de la Sociedad. Tiene más Cenacula que cualquier otro país de Europa Occidental, asó como los más antiguos del mundo. A parte de Roma, los cenacula más notables están situados en Venecia Ferrara, Florencia y Padua.
Roma Roma, non basta una vita (Roma, no basta una vida) -Proverbio romano Roma la ciudad eterna, centro de la tradición católica, es también la ubicación del Monasterio di San Michele. San Michele es el corazón, el alma y el cerebro de la Sociedad de Leopoldo. Muchos Inquisidores son entrenados e iniciados aquí, y es el hogar de las impresionantes biblioteca y colección de reliquias de la Sociedad. A lo largo de la historia de la Inquisición muchos cenacula han caído y surgido de nuevo, pero la santidad y seguridad de San Michele permanecen intactas. Puedes encontrar mas detalles sobre San Michelle en este mismo capítulo.
Europa Occidental España
La Inquisición española, aunque es algo del pasado ha dejado su marca de todas formas sobre los miembros de la Sociedad en este país. Bastantes Inquisidores generales han sido de nacionalidad española, y el Cenaculum del monasterio de Santo Tomás en Ávila (construido por el gran Inquisidor Torquemada como su hogar y prisión para sus víctimas) es tan conocido por su eficiencia como por su falta de compasión.
Alemania La Sociedad alemana se sumió en el caos cuando el Cenaculum de Colonia,
atrapado por el espíritu de la reforma, se pasó a los luteranos a finales del siglo XVI, adoptando el nombre de Sínodo de Colonia. Esto enfrentó entre sí a los diversos cenáculos alemanes durante más de un siglo, luchando por todo desde la doctrina cristiana al procedimiento Inquisitorial. Sabiamente, el Inquisidor general de la época ordenó a la Sociedad que cejase en sus ataques al sínodo de Colonia y se ocupase de sus asuntos. A lo largo del siguiente siglo, el control de varios cenacula pasó a los luteranos. La mayoría de los cenacula de la Sociedad en el país están al sur, con unos pocos que siguen siendo fieles en el norte. La Sociedad de Leopoldo y el sínodo de Colonia han llegado a una incómoda alianza, que probablemente se mantendrá mientras queden enemigos comunes.
Austria El Cenaculum de Viena informa con cierta frecuencia de encuentros con vampiros inclinados a la hechicería, algo que perturba mucho a la Sociedad. El último Provincial de Austria se puso en contacto con el Inquisidor general, afirmando tener información importante al respecto, pero las líneas telefónicas se cortaron y el provincial desapareció. El cenáculo de Viena se encuentra ahora en un estado de alerta constante, y la nueva provincial, Ingrid Bauer, está investigando la situación con su típico estilo gélido.
Reino Unido La Sociedad de Leopoldo no es muy fuerte en Inglaterra, habiendo sido sustituida poco a poco por la Sociedad de San Jorge, una organización anglicana cuyo cuartel general esta en Londres. Aunque quedan unos pocos cenáculos católicos, estos se quejan de la escasa atención que reciben por parte del Inquisidor general. Por otro lado, la Sociedad se mantiene fuerte en Irlanda. Se ha ceñido a su misión,
sin entra en ningún conflicto político ni religioso, aunque sospecha que los vampiros han tenido mucho que ver con tales enfrentamientos. Las ramas irlandesa de la Sociedad han informado de varios encuentros con criaturas sorprendentemente parecidas a las hadas de la tradición céltica, y están empezando a perder interés en la caza de vampiros. A su manera, han sucumbido al encanto de las hadas.
Francia Uno de los mayores y más antiguas Cenacula, aparte del mismo San Michele, es el que está situado en la catedral de Notre Dame: En los años 60 se propuso trasladar aquí el cuartel general de la Sociedad, pero la idea fue rápidamente desechada. Los Inquisidores franceses tienden siempre a ser un poco más discutidores que sus compañeros
del esto de Europa, pero acata la autoridad del Inquisidor general en Roma. La abadesa de Chartres, cabeza de la Orden de Santa Juana, se encuentra también en Francia.
Suiza Irónicamente, el líder de la Sociedad en Ginebra fue quemado en la hoguera por los seguidores de Calvino, que le acusaron de brujería. Sus colegas huyeron de suiza, y la Sociedad no ha llegado a recuperarse nunca de su pérdida aquí. Por supuesto hay cazadores de brujas (Inquisidores incluidos) operando en el país, pero la Sociedad no tiene ya una presencia predominante.
Europa del Norte El venerable Cenaculum de la ciudad de Amsterdam es un centro de información para
todos los países del norte de Europa. Está muy bien situado desde el punto de vista estratégico, y su fundación trata del siglo XVII, cuando Holanda era la nación más rica del mundo. Las arcas del Cenaculum lo reflejan.
Europa Oriental La Sociedad nunca ha sido fuerte en Europa Oriental. La zona, desde el cisma de Oriente, y con su dominación por el Imperio Otomano y posteriormente los regímenes comunistas, ha mantenido a la iglesia católica de Roma apartada de la mayoría de sus países. Pero la organización de la Iglesia Ortodoxa, conocida como los Akritai, ha actuado admirablemente bien. Los Akritai (Guardias fronterizos) desciende de una organización militar bizantina cuyo propósito era proteger sus fronteras frente a musulmanes y otros infieles. Con la caída del comunismo, la Sociedad ha empezado a abrirse camino para establecer cenáculos en Europa Occidental. Pero su falta de familiaridad con la actividad sobrenatural de la región hace que los progresos sean muy lentos. La Sociedad ha informado de particulares dificultades en Rusia.
Oriente Medio La Sociedad sólo tiene un Cenaculum en Oriente medio, El Cenaculum de Jerusalén es viejo y bastante estable, y tiene cierta autonomía, gracias a la historia de la zona. Una hermandad musulmana llamada la Ikhwan Al-Safa, la hermandad de la Pureza, se ha mostrado muy competente a la hora de cazar. No se sabe mucho de esta Sociedad secreta, aparte de que su cuartel general parece estar en la Meca. La Sociedad ha intentado aumentar su número de bases en Oriente Medio, pero no ha obtenido el resultado hasta ahora. La Ikhawan al-Safa se ha resistido un tanto a estos intentos, pero nadie sabe si se llegará a
un verdadero conflicto. Con todo, la Sociedad se siente curiosa por las actividades en diversos baluartes islámicos tradicionales, como Bagdag, Teherán y las naciones árabes.
Oriente Extremo Oriente La Sociedad se ha visto obligada a reconocer el completo fracaso de sus actividades en extremo Oriente. Los miembros del primer cenáculo que acompañó a los portugueses a Japón fueron encontrados muertos una semana después de su llegada. La Sociedad, encerrada en su mentalidad occidental, está entorpecida por casi completa ignorancia acerca de los diversos seres sobrenaturales de la región. El Inquisidor de mayor éxito en China, el jesuita del siglo XVIII Balthazar Richter, desapareció en la cúspide de su carrera. Desde entonces ha sido visto en diversas ocasiones, la última en 1985. No hace falta decir que su caso está siendo investigado por la Sociedad.
Sur de Asia La Sociedad no tiene una presencia muy notable en el sur de Asia. Aunque hay un Cenaculum en Calcuta no tiene muchos miembros. El Inquisidor general parece ignorar la zona por completo.
América del Norte Sólo la Inquisición de Europa Occidental es más fuerte que la de América del norte. Un cuidadoso análisis del os informes de los cenáculos americanos al Inquisidor general ha demostrado que hay una gran y significativa actividad sobrenatural en la zona particularmente en los Estados Unidos.
Canadá Las provincias de la Sociedad en Canadá están organizadas de acuerdo con las
provincias administrativas del país. El Cenaculum más influyente es el de Quebec.
lugar; los vástagos de Ciudad de Méjico parecen particularmente fuertes y crueles, y les encanta atormentar a los Inquisidores.
Estados Unidos Los estados unidos están organizados en seis provincias: Atlántico, Sudeste Noreste, Medio Oeste y Oeste, que pronto quedará dividida en dos. Los Cenacula más viejos de estados unidos están en Filadelfia, Baltimore, Nueva Orleáns y Boston. Los cenáculos estadounidenses, de forma muy parecida a los católicos de allí tienden a ser más democráticos y menos tradicionalistas que sus equivalentes europeos, pero no menos eficaces. El provincial del Atlántico, el dominico Peter Nicholson, es el de mayor rango de todos sus compañeros, y la cabeza de la Sociedad en USA. Nicholson tiene una edad muy avanzada, y su salud es muy frágil. Su Cenaculum está en Washington DC, en el vecindario de Brookland, a veces apodado el pequeño vaticano por la presencia de la Universidad católica de América y el elevado número de claustros, conventos y casas de religiosos que hay en la zona
América Central América central se considera una provincia completa, con el Provincial situado en Ciudad de México, donde se encuentra uno de los cenacula más antiguos del hemisferio Occidental. Debido a los fuertes lazos históricos de Méjico con España, particularmente durante el período de la Inquisición propiamente dicha, el provincial de Méjico está en estrecho contacto con el Provincial español. Su relación es tan íntima que el Inquisidor general se ha visto sorprendido por el hecho de ser consultado acerca de asuntos administrativos después del Provincial de España. Por otra parte, la Sociedad ha tenido más problemas en Méjico para perseguir y eliminar a los vampiros que en cualquier otro
Comunicación La comunicación entre las diversas provincias y Cenacula es variada, pero muy restringida. En muchos lugares la comunicación es por carta o teléfono. Internet ha de ser todavía explorada por la sociedad como medio de comunicación generalizado, aunque algunos Inquisidores individuales pueden ser expertos en su uso. Las comunicaciones intraprovinciales son mucho mas comunes; las noticias acerca de provincias distantes suelen ser oídas como cotilleos o en informes del Inquisidor General.
América del Sur Las provincias de la zona cambian con frecuencia. Los países de mayor tamaño son considerados provincias por sí mismo, con las naciones más pequeñas asimiladas a la jurisdicción de otras mayores. La Sociedad se ha mostrado siempre muy activa en Sudamérica, habiendo llegado a la región con los exploradores españoles y portugueses.
África La Sociedad de Leopoldo tiene diversos Cenacula en África. Sin embargo a pesar de su antigüedad y la atención que les presta, no se cuentan entre lo más eficaces. Los más antiguos y famosos son los de El Cairo y Alejandría. Sólo ahora está empezando a aceptar la Sociedad que no puede aplicar las lecciones aprendidas de los sobrenaturales europeos a los encontrados en el continente oscuro, particularmente en el África Subsahariana.
El Monasterio di San Michele Historia San Michele es, sin duda, el corazón y el alma de la Sociedad de Leopoldo. Ha sido el cuartel general de la Sociedad desde 1486, albergando la colección de reliquias de la Sociedad, su magnífica biblioteca y la tumba de Leopoldo de Murnau. Aproximadamente a media hora por carretera del Vaticano, San Michele ha sido un lugar de retiro y encuentro para cientos de Inquisidores, manteniéndose como un inviolable santuario para las fuerzas de las tinieblas. El mismo terreno sobre el que se alza ahora mismo San Michele es rico en historia religiosa. Antes de la construcción del monasterio, se sabe del emplazamiento que era el hogar de un culto etrusco, después un culto romano poco conocido que desapareció alrededor del nacimiento de Jesús. Por tanto, era el lugar de un culto mitraista (cuyo templo se rumorea que existe todavía bajo los cimientos de San Michele). No hay pruebas de cultos anteriores a los etruscos. El lugar quedó abandonado durante unos 100 años, hasta que Antonius, el soldado romano fundador de la Orden de San Miguel, comenzó la construcción de una basílica en honor al arcángel en el año 413. La basílica era sólo parte de una estructura mucho mayor, incluyendo jardines, claustros, y varios edificios exteriores diseñados para mantener a toda la comunidad religiosa. Antonius procedía de una familia acomodada, y su proyecto tuvo una cierta importancia. Dirigió la construcción de la basílica y las estructuras del entorno; gran parte del edificio traiciona su herencia militar. Aunque desde el exterior la estructura parece un edificio sencillo y de materiales sobrios, el interior es una obra maestra de artesanía. El monasterio y la basílica son excelsos ejemplos de la arquitectura cristiana, pero incluso ellos fueron modificados poco a poco con el paso del tiempo.
La Orden de San Miguel fue perdiendo popularidad poco a poco, y en el siglo XV no tenía ya más de una docena de miembros. En 1488, cuando el Papa reorganizó y reforzó la Sociedad de Leopoldo, fueron estudiadas varias posibles ubicaciones para la misma. El monasterio, que por aquel entonces albergaba sólo a diez monjes, fue considerado la mejor elección para la revitalizada Sociedad. La Orden de San Miguel fue absorbida por la Sociedad de Leopoldo, que se instaló definitivamente en San Michele. La estructura es grande y está bien protegida: su claustro, basílica, numerosos edificios anexos y jardines están ocultos tras gruesos muros; no se puede ver mucho por encima de ellos, excepto los pisos superiores de los edificios más altos, y la estatua de San Miguel Arcángel que corona la basílica. Arquitectónicamente, la estructura atravesó diversas fases, y hay reformas bizantinas, góticas, renacentistas e incluso barrocas.
Lugares notables en San Michele Atravesar las puertas de San Michele es entrar en el pasado, donde un atestado jardín ornamental barroco se mezcla con amenazadoras canterías bizantinas y delicadas estatuas del Renacimiento. La presencia de coches que recorren en silencio los antiguos caminos pavimentados no destruye la ilusión... son los automóviles los que parecen una ilusión, anacrónicos mecanismos introducidos vagamente en la eternidad de la Ciudad Santa. Entre los muchos edificios dentro de los muros de San Michele, hay algunos que destacan especialmente; la basílica, el aedificium y los claustros. Otros edificios, más pequeños y menos importantes, han sido construidos o reconstruidos a lo largo de los siglos. Incluyendo establos, garajes, residencias para el servicio, etc. Las medidas de seguridad son numerosas en San Michele, incluyendo vigilancia electrónica y guardias armados cortesía de los Condotieri.
Los muros del monasterio miden unos 7’5 metros de alto; aunque no fueron diseñados para rechazar un ataque militar, no es fácil pasar por encima de ellos. Fueron erigidos para asegurar la intimidad frente al mundo seglar, y una cierta protección. La única entrada es a través de la puerta principal, normalmente custodiada en todo momento por dos lanzas de Condotieri.
El Aedificium Esta imponente estructura alberga las oficinas administrativas de la Sociedad, incluyendo las cámaras y despachos oficiales del Inquisidor General, el Mayordomo (responsable del mantenimiento de San Michele), el Oficio censor, el Condotiere General y otros administradores menos importantes. Además se encuentran aquí el Relicario y la Biblioteca de la Sociedad.
La Biblioteca La Biblioteca de la Sociedad de Leopoldo es una de las mayores y más impresionantes colecciones de ocultismo del mundo. Sus comienzos datan de la biblioteca de San Michele, con la fundación de los Micaelitas, concentrados en lo oculto, lo sobrenatural, la demonología y la magia. Esta venerable colección pasó a manos de la Sociedad al tomar posesión del monasterio. Las colecciones de diversos Inquisidores se unieron también a la biblioteca, de forma que al centralizar sus fondos, la Sociedad pudo adoptar una política de adquisición seria y sistemática. Los Inquisidores se han esforzado por restaurar viejos y nuevos tomos ocultistas. Una de las pocas librerías mortales que pueden igualar en extensión y profundidad a la de la Sociedad de Leopoldo es la del Arcanum, que tiene sólo un siglo de edad... un impresionante logro para el Arcanum.
Pocos Inquisidores llegan a ver algo de la Biblioteca aparte de la sala principal de lectura, llena de mesas y sillas, escritorios y gabinetes de estudio. Los únicos libros disponibles en esta sala son enciclopedias, obras de lingüística, diccionarios, y otros materiales básicos de consulta. Las oficinas del bibliotecario y sus ayudantes se encuentran junto a la sala de lectura, así como varias pequeñas habitaciones privadas para lecturas o reuniones. El resto de la biblioteca, raramente visto por otros que no sean el bibliotecario o sus ayudantes, incluye los depósitos de libros, la bóveda de las colecciones especiales (que alberga muchos de los tomos más antiguos), y la bóveda de seguridad que contiene el Corpus Maleficarum. Todas las salas han sido modernizadas para la conservación de los libros y manuscritos. Cualquier miembro de la Sociedad de Leopoldo tiene acceso a la biblioteca y su colección general, pero es necesario el permiso del Bibliotecario o del Inquisidor General para acceder al Corpus Maleficarum. Algunas obras del Corpus han sido reproducidas para facilitar su uso a los Inquisidores. No obstante, el contenido completo del Corpus Maleficarum es tan secreto que ni siguiera su catálogo y su índice están en la oficina del Bibliotecario. Suele haber un Condotiere de guardia.
El Gran Relicario El Gran Relicario es una espaciosa bóveda (con ambiente e iluminación regulables), que alberga las numerosas reliquias de la Sociedad. Hay una antecámara utilizada para las exhibiciones ocasionales. La oficina del custodio se encuentra adyacente a la antecámara. Hay al menos una de Condotieri de guardia en el Relicario en todo momento.
La Basílica La Basílica es el lugar principal de culto tras los muros de San Michele. Es una elaborada estructura de estilos arquitectónicos en contraste, desde mosaicos del siglo V hasta filigrana barroca. Con todo, resulta una visión muy inspiradora. La basílica está abierta a todas horas, y las misas se celebran a las 7 a.m. y al crepúsculo, y tres veces los domingos. El nivel más bajo contiene varias capillas más pequeñas, usualmente dedicadas al culto privado, así como la tumba de Leopoldo y la entrada al osario. La basílica no es el único lugar de culto; el aedificium contiene dos capillas (incluyendo una privada para el Inquisidor General). El dormitorio y alguno de los edificios anexos más grandes tienen también al menos una pequeña capilla.
Mitraísmo El mitraísmo es una religión de misterio que se desarrolló más o menos a la vez que el cristianismo, demostrando ser una poderosa rival: en el siglo II había llegado incluso a Britania. Mitra era un dios guerrero, preservador de la ley y el orden, y los adoradores eran exclusivamente hombres. El mitraísmo era popular entre los soldados romanos. Los elementos comúnes del mitraísmo ceran una creencia en la resurrección, garantizada por adorar a Mitra, y la comunión del pan y vino. El templo, o mithraeum, era por lo general una estructura subterránea.
La tumba de Leopoldo Leopoldo de Murnau está enterrado aquí, en una pequeña capilla decorada con murales sobre su vida. La losa es una efigie de mármol de Leopoldo en reposo, sus manos aferrando una sencilla cruz sobre el pecho. La cúpula de la capilla muestra un fresco de
Leopoldo ascendiendo a los cielos, rodeado de santos y ángeles.
El Osario El Osario es el lugar de enterramiento de Inquisidores del pasado. Era originalmente una red de catacumbas paleocristianas; con la construcción del monasterio, se convirtió en el último reposo de los Micaelitas fallecidos. Finalmente acabó siendo un cementerio para Inquisidores que no hubiesen establecido disposiciones previas. El osario es un extenso laberinto de túneles toscamente labrados. Las paredes están llenas de loculi, algunas de ellos abiertos y otros sellados. No es raro que haya huesos de muertos sin identificar descansando en un rincón del loculus. Cuando los Micaelitas eran enterrados, sus huesos eran simplemente depositados en un loculus abierto.
La Sociedad sella los loculi de los Inquisidores fallecidos, poniendo una pequeña placa para identificar los restos. Los Hijos de Tertuliano, un subgrupo de la Sociedad que se centra en los fantasmas y wraiths, afirma que el Manto entre los vivos y los muertos es muy tenue en el osario. Si esto es cierto, o sólo se trata de más paranoia Tertuliana, está aún por demostrar. Aunque la entrada principal al osario es desde la basílica, también hay una pequeña entrada que desciende desde los jardines, y que normalmente se encuentra cerrada con llave. También se rumorea que hay otras entradas ocultas desde los claustros y el aedificium. Los túneles del osario recorren todo el subsuelo de San Michele.
Los Claustros Son el gran edificio de piedra de tres plantas donde viven los Inquisidores residentes. Puede albergar hasta 200
Inquisidores de forma espartana, pero los casi 300 que residen actualmente aquí, lo hacen en un entorno más confortable. Los Claustros disponen de dos cocinas, un refectorio principal y tres comedores más pequeños. La planta baja de los claustros contiene una gran capilla, normalmente para devociones privadas, y aparte hay otras dos más pequeñas en los pisos superiores.
Otros lugares La Loggia: Este mini-padazzo renacentista es la residencia privada de Monseñor Amelio Carpaccio, el actual Inquisidor General, y su servicio doméstico. Se encuentra cerca de los jardines y siempre hay una lanza de Condotieri haciendo guardia. Los jardines: El centro San Michele es un jardín ornamental de fuentes y lechos de flores que ha demostrado ser muy popular para dar largos paseos de carácter contemplativo. Enfermería: Originalmente el balneario (o casa de baños), este edificio alberga ahora la pequeña enfermería e instalaciones médicas de la Sociedad. Su personal cuida de la salud general de los Inquisidores que viven en San Michele. La Hermandad de Santa Clara se ocupa de la enfermería dirigida por un “físico al cargo”: una Hermana de Santa Clara que es también doctora en medicina. El dormitorio: Este edificio ha sido el hogar de los Condotieri desde el siglo XVI, cuando se fundó su organización. Puede albergar hasta a 100 de ellos, pero actualmente sólo hay 25. Contiene además las habitaciones privadas del Condotiere General, el armero de San Michele, y desde la década de los 60, una galería de tiro y un gimnasio. Aunque estas dos instalaciones están abiertas para cualquier miembro de la Sociedad, suelen ser usadas sobre todo por los Condotieri. Hay otros edificios de menor tamaño: garajes, talleres, etc.
Seguridad El complejo entero está fuertemente protegido por diversos medios. Además de los Condotieri armados y los Inquisidores residentes en el monasterio, hay un sistema de vigilancia electrónica casi imposible de sortear. San Michele tiene una elevada puntuación de Fe Verdadera, (puedes encontrar más detalles sobre la Fe y el Terreno Sagrado en el Capítulo Cuatro). El emplazamiento mismo ha sido siempre el escenario de gran actividad religiosa. Esto, combinado con la red de túneles del osario, la basílica, las numerosas capillas, y el celo y fervor de los Inquisidores residentes, hace que San Michele irradie literalmente Fe Verdadera. La puntuación varía según el lugar: Lugar Fe Osario 8 Basílica 7 Capillas 5 Resto 4 La larga historia religiosa del lugar muestra que es rica en númenes. La presencia de la Sociedad no es una coincidencia. Se cree que también hay varias protecciones Teúrgicas en San Michele, pero ni el Inquisidor General, ni la Fraternidad de Albertus están dispuestos a confirmarlo.
Órdenes Eclesiásticas Dominicos, franciscanos, jesuitas... pero ¿quién es toda esta gente? Hay un considerable número de órdenes religiosas dentro de la Iglesia Católica, que han desempeñado un importante papel en su historia y también en la Sociedad de Leopoldo. Describimos más adelante a algunas de las más conocidas, pero hay otras muchas: paulistas, salesianos, maristas, capuchinos, jerónimos, redentoristas, oratorianos, agustinos, etc.
Muchas de las siguientes órdenes exigen votos de pobreza, castidad y obediencia. Sus miembros identifican su afiliación mediante iniciales o acrónimos después de su nombre.
Benedictinos La Orden de San Benedicto (O.S.B.) es una agrupación de sacerdotes, monjas y hermanos laicos que siguen la Regla de San Benedicto de Nursia, escrita en el año 520 para los monjes de Monte Cassino. La Regla es considerada más práctica que austera, e impone una combinación de oraciones, trabajo, estudio y otros ejercicios. También exige que se recite de forma regular el Oficio Diario y el Oficio Divino. La obra benedictina se centra sobre todo en la oración y la liturgia; no obstante, muchas abadías se dedican también a actividades compatibles con la vida externa de la comunidad, incluyendo la educación. Los benedictinos se dedican activamente a la renovación litúrgica y a la recuperación de la música sacra medieval.
Dominicos Más propiamente conocida como la Orden de Frailes Predicadores (O.P.), la Orden de los dominicos fue fundada en 1215 por Santo Domingo para predicar los Evangelios y combatir el vicio y el error moral o doctrinal. Los dominicos se dividen en tres órdenes: La Primera Orden, compuesta por monjes y sacerdotes; la Segunda Orden, de monjas de clausura, y la Tercera Orden, dividida en hermanas que viven en comunidades dedicadas al trabajo social y misionero, y laicos que buscan emular los ideales dominicos fuera de una comunidad monástica. El atuendo típico de los dominicos de comunidad es la túnica y capucha blancas (o velo para las monjas), un manto negro y un rosario. Los dominicos siguen la regla de San Agustín, que impone la vida en comunidad, el
ascetismo del silencio y el solemne servicio de coro (los dominicos más estrictos se abstienen, además, de comer carne).
Franciscanos San Francisco de Asís fundó tres órdenes, todas ellas autodesignadas “franciscanas” y unificadas por su afirmación de vivir de acuerdo con los ideales del santo. La Primera Orden fue fundada en 1209 y actualmente incluye tres grupos autónomos: la Orden de Frailes Menores (O.F.M.), la Orden de Frailes Menores Conventuales y la Orden de Frailes Menores Capuchinos. La Segunda Orden está formada por monjas de clausura conocidas como las Pobres Clarisas. La Tercera Orden fue fundada para laicos que querían seguir los ideales de la piedad franciscana en la vida seglar, dado que muchos de sus miembros acababan pronunciando votos públicos, hay dos ramas: la Tercera Orden Seglar y la Tercera Orden Regular. Los franciscanos son la mayor Orden Religiosa de la Iglesia Católica Romana: cada división es jurisdiccionalmente distinta. A lo largo de su historia, los franciscanos se han dedicado a evangelizar (para bien y para mal), construir hospitales y cuidar de los pobres y enfermos, así como a la enseñanza y a la investigación histórica. En sus primeros tiempos, y debido a su énfasis en la pobreza de la Iglesia, los franciscanos fueron acusados de herejía más de una vez.
Jesuitas La Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola en 1540, creció rápidamente por todo el mundo. Los misioneros jesuitas fueron imprescindibles para llevar el catolicismo a Asia, África y
América Latina, mientras los eruditos de la Compañía contribuían al estudio de la tecnología, la lingüística y la filosofía. El objetivo de la Compañía de Jesús es doble: su propia salvación y la de toda la Humanidad. Los jesuitas no están limitados a un único apostolado (hospitales, colegios, misiones... etc.). San Ignacio abandonó muchas prácticas tradicionales que consideraba incompatibles con un apostolado activo: los cantos comunales de los oficios divinos, los ayunos obligatorios y las penitencias estaban entre dichas prácticas. Muchos jesuitas contemporáneos fomentan más el activismo social que la ortodoxia católica. Hay cuatro grados de jesuitas: escolásticos, jóvenes miembros que se preparan para el sacerdocio; hermanos laicos (coadjuntores temporales), que atienden a las necesidades domésticas de la comunidad; sacerdotes (coadjuntores espirituales) con votos simples; y padres profesados, sacerdotes de un gran desarrollo intelectual que han pronunciado solemnes votos de pobreza, castidad y obediencia. El adiestramiento de los jesuitas es largo y muy riguroso, incluyendo un noviciado (dos años), estudios filosóficos (tres años), labor de apostolado (entre dos y tres años), estudios teológicos (cuatro años, con la ordenación después del tercero) y el terciorado (un año): oración, estudio y labor pastoral. Los Votos suelen seguir al terciorado, continuando para muchos con el trabajo académico (por ejemplo, un doctorado). Este proceso está diseñado para cribar a los incapaces, desarrollando las habilidades necesarias para ejercer el ministerio y unirse profundamente a Dios mediante los ejercicios espirituales de San Ignacio.
Capítulo Dos: Catecismo El Primer Punto: Imagina al líder enemigo en la gran llanura de Babilonia. Está sentado en un trono de fuego y humo, con un aspecto horrible y terrorífico. El Segundo Punto: Piensa en cómo convoca a incontables demonios enviando a algunos a una ciudad, y a otros a otra, y así llega al mundo entero, sin pasar por alto ninguna provincia, lugar, estado ni persona. -San Ignacio de Loyola, “Ejercicios espirituales”
Para la Sociedad de Leopoldo, el enemigo está claro. Puede ser ocultado en el mundo moderno, racionalizado, encerrado en mitologías y cuentos de hadas, o simplemente la población puede dejar de creer en él, pero es el enemigo: El anticristo. Sus fuerzas son muchas y variadas, y es precisamente para combatir a esta legión de impíos guerreros del Armagedón para lo que fue fundada la Sociedad de Leopoldo. El santo Oficio no es un mero grupo de sacerdotes o teólogos curiosos: es el protector de una cristiandad inconsciente. Sus miembros son los nuevos cruzados ¡Deus Vult! ¡Dios lo Quiere! La Sociedad de Leopoldo no comparte todas las creencias de su progenitor de la época medieval; en el actual mundo de ecumenismo y diversidad, ‘herejía’ no es ya una palabra alarmante para la Sociedad. Es deber de la Iglesia combatir la herejía dentro de sus filas, mientras la Sociedad de Leopoldo protege a esas filas de las maléficas influencias que podrían controlar o incluso destruir tanto a la iglesia como a la humanidad. Resulta muy fácil decir sencillamente que la Sociedad de Leopoldo ‘teme lo que no
comprende’. Es una grosera subestimación de su misión, su celo y sus motivos. La Sociedad comprende lo que necesita comprender: los vampiros nos controlan y apenas nos conceden más valor que al ganado, los hombres lobo nos aterrorizan y nos destrozan, los fantasmas nos hechizan e incluso poseen. Aunque la Sociedad tiene sus prejuicios (y qué grupo mortal no los tiene), no puede ser culpada por temer a lo sobrenatural. La Sociedad de Leopoldo debe ser recordada siempre a la luz de su misión: es la defensora del pueblo de Dios, protegiéndole de los ataques del enemigo. Los Inquisidores no luchan por terreno, ni por poder político, ni siquiera por el derecho a controlar las creencias de otros: luchan por preservar la misma alma del mundo cristiano, creado en la gloria de Dios. La Sociedad no está cegada por la ignorancia; en todo caso, tiene puestas unas anteojeras ideológicas. Por lo demás, tiene una amplia perspectiva, con miras e la Parousia y el cumplimiento de su misión. Solo puede ser comprendida a la luz de esta misión.
Lo “sobrenatural” El término “sobrenatural” no tiene necesariamente connotaciones negativas en la tradición católica. Lo sobrenatural es, sencillamente, lo que trasciende lo natural; los milagros, los ángeles, los sacramentos y cualquier manifestación de lo Divino que altere el orden natural de las cosas son, por tanto, sobrenaturales. Lo sobrenatural no es maligno per se; sólo lo que es sobrenatural pero no “de Dios o procedente de Dios” lo es. Cuando en el texto hablamos del apostolado y la misión del Santo Oficio de liberar al mundo de lo sobrenatural, queda implícito que lo sobrenatural en cuestión no es de Dios. La Sociedad acepta la calidad sobrenatural de lo Divino, sencillamente rechaza cualquier cosa que caiga fuera de estos parámetros.
El Corpus Maleficarum Desde su fundación, la Sociedad ha mantenido amplios y detallados archivos acerca de sus actividades e investigaciones. Cualquier dato, rumor o información es registrado. Cada especulación e hipótesis acerca de lo sobrenatural es analizada y comparada con los hechos conocidos. Esta colección en constante crecimiento, llamada informalmente Corpus Maleficarum, ha sido la base de la ideología y los actos de la Inquisición durante los últimos siete siglos. Cierto, las observaciones y deducciones de la Sociedad de Leopoldo están un tanto condicionadas por sus prejuicios; también son algo incompletas y, en algunos casos totalmente incorrectas. Sin embargo, para una Sociedad mortal sin entrada privada en el mundo de las tinieblas, el corpus es una asombrosa compilación de búsqueda y análisis.
Canon Inquisidor La biblioteca de la Sociedad contiene miles de obras sobre lo oculto, lo
sobrenatural, la magia y la religión. Sin embargo, sólo unos pocos son considerados verdaderamente canónicos.
El Testamento de Leopoldo
El testamento de Leopoldo es el principal entre los textos de la Sociedad. Redactado en el latín de la vulgata, es una combinación de anotaciones de diario, creencias, observaciones y sermones de Leopoldo de Murnau. Está complementado por los ‘Primeros Días’, una historia de la primera década de la Sociedad escrita por Damián, un novicio dominico bajo la tutela de Leopoldo. Aunque muchas de las observaciones de Leopoldo acerca de la fisiología de diversas criaturas sobrenaturales han sido superadas por información más precisa, el testamento sigue siendo reverenciado por su claridad y su piedad. Incluye además una serie de visiones recibidas por Leopoldo, muchas de las cuales hablan de la inminente Parousia y de la última cruzada que debe ser librada. Gran parte del testamento, escrita en lenguaje simbólico, sigue desafiando los intentos de explicación.
El Malleus Maleficarum El ‘Martillo de Brujas’, redactado por los Inquisidores dominicos Henry Kramer y James Sprenger en 1489, es un manual, sobre la técnica d la caza de brujas. Contiene mucha información sobre las mismas, y detalla con precisión el procedimiento correcto de un juicio por brujería. Gran parte de su información jurídica no es ya válida, pero sigue siendo considerado una lectura importante e influyente para todo Inquisidor.
El Compendium Maleficarum Es una colección de escritos del monje ambrosiano Francesco Maria Guazza, describiendo la práctica y profesión de la brujería, así como las formas apropiadas de combatirla. De nuevo parte de la información ha quedado anticuada, pero sigue siendo una
colección enciclopédica de sabiduría ocultista que la mayoría de los Inquisidores han leído al menos una vez.
El Corpus Maleficarum Esto es principalmente un archivo de las actividades y observaciones de la Sociedad de Leopoldo desde su fundación. Técnicamente, el testamento de Leopoldo forma parte de la colección, pero se le reserva un lugar mas reverenciado. El corpus no contiene archivos de las operaciones día a día de la Sociedad, sino transcripciones de juicios, notas sobre cazas (con o sin éxito) y observaciones de los principales Inquisidores y cazadores de brujas de la Sociedad.
Estereotipos Las percepciones de la Sociedad de Leopoldo sobre su presa no siempre son precisas ni ecuánimes. El error, la falta de objetividad y los conceptos equivocados han trabajado al unísono para crear las perspectivas únicas de la Sociedad sobre su presa.
Vampiros De acuerdo con algunos miembros de la Sociedad, los vampiros son demonios llegado para habitar los cuerpos de los muertos. Estos demonios son astutos, eso es seguro. Tan astutos que imitan cuidadosamente la personalidad y hábitos de las almas que han venido a reemplazar. Sin embargo, su génesis infernal es obvia, y el peligro que representan los vampiros igualmente claro: cada vampiro busca crear a otro de su especie, para que otro demonio pueda caminar sobre la Tierra. Una fraternidad dentro de la Orden, conocida como los Hijos de Lázaro, está particularmente consagrada al exterminio de estos demonios. No está claro cuando se percató la Inquisición de la existencia de los vástagos. Los primeros encuentros debieron tener lugar alrededor del a época del concilio de Tolosa,
pero la Sociedad no ha conseguido a hacerse con los registros de los mismos. Lo más probable es que la Inquisición descubriese la existencia de los vampiros durante la cruzada albigense o la Inquisición española, épocas en las que tanto nobles Ventrue como Brujah cayeron bajo las espadas de los cruzados. Una carta de Torquemada habla de cierto cautivo hereje que mostraba las más sorprendentes facultades de recuperación y fuerza física, pero se sentía locamente aterrado por el fuego. La carta no habla más del tema, que no volvió a ser abordado, pero es posible que este hereje fuese un joven vástago. Cuando Leopoldo fundó la Sociedad, él y sus predecesores conocían la existencia de los vampiros, y probablemente ya habían llevado a la muerte definitiva a mas de uno. No obstante, suponían de muy poca información acerca de la estirpe. La Sociedad lo ignoraba todo acerca de las tradiciones vampíricas, los clanes y la mitología e historia de los vástagos. No sabían nada del conflicto camarilla Sabbat consecuencia de la mascarada, ni del Inconnu. La ironía definitiva, por su puesto, es que la Inquisición es la responsable de la mascarada misma. La Sociedad era la culpable de gran parte de esta ignorancia. Los seguidores de Leopoldo no se preocupaban por aprender nada sobre la política o la ideología de la estirpe; lo único que les interesaba eran las misiones sencillas del tipo empalar u destruir. Es más, el procedimiento básico consistía en dos acciones básicas concernientes a las propiedades de un vampiro: tomar cualquier cosa de valor (para la arcas de la Sociedad) y quemar el resto. Este resto desgraciadamente, incluía muchos valiosos diarios u volúmenes acerca de la historia y cultura de la estirpe, que hubiesen sido muy útiles para la Sociedad. Tal comportamiento incendiario no fue en la iglesia durante la reforma, ni en los tiempos posteriores. No fue hasta finales del siglo XVIII cuando la Sociedad decidió reunir y estudiar
los escritos confiscados a los vampiros. Desgraciadamente, gran parte de los mismos es basura pseudoliteraria: anécdotas y observaciones acumulada a lo largo de siglos de observaciones acumuladas a lo largo de siglos de egocéntrica categoría. La Sociedad no puede averiguar mucho de la política de la estirpe de los textos recuperados. Sin embargo, hay rumores de entre los vampiros de que la bóveda sellada de la biblioteca de San Michele contiene al menos una copia completa del Libro de Nod. Los Inquisidores de la Sociedad no comprenden del todo las particularidades de la fisiología vampírica. Ciertamente comprenden lo básico: los vampiros son criaturas no muertas, a veces de inmenso poder, que se alimenta de sangre. A partir de aquí, no obstante, han sido incapaces de separar los hechos de la mera especulación. Para empeorar las cosas, no comprenden del todo las disciplinas vampíricas: si un vampiro exhibe una tremenda fuerza física, los Inquisidores asumen que todos son igualmente fuertes. Si ven a un vampiro practicando la taumaturgia, deducen que todos los vampiros tienen todas las mismas habilidades diabólicas. Estos errores, en lugar de tener a la Sociedad ‘preparada para cualquier cosa’, tienden a bloquear a los Inquisidores en interpretaciones estáticas de que los vampiros tienen muy diversas habilidades que no pueden ser clasificadas con facilidad. Sin embargo, sí se ha percatado de que los vampiros más jóvenes parecen mucho más débiles que los de ortos tiempos. Si esto es un hecho o si es que los Inquisidores del pasado eran propensos a la exageración está por verse. En los último tiempos, los Inquisidores han comenzado a hacer una aproximación más analítica a su presa- Aunque su celo no ha disminuido, estos han llegado a comprender que no pueden ir simplemente a tontas y a locas, quemando y clavando estacas a los vampiros sin entender primero a qué se
están enfrentando. Algunos han llegado a llamar vástagos a los vampiros, y su disposición a aprender cuanto les sea posible de la Sociedad vampírica preocupa a los censores, siempre vigilantes frente a la corrupción.
Hombres lobo Nadie puede dudar de que todas las artes y metamorfosis por las que las brujas transforman a hombres en bestias son ilusiones engañosas y opuestas a toda naturaleza. Añado que cualquiera que mantenga la opinión contraria incurre en Anatema. Pues un alma humana no puede encarnarse en el cuerpo de una bestia, mas de lo que el alma de un león habitar en el cuerpo de un caballo, o la de un caballo en el cuerpo de un hombre, ya que… el alma regula los movimientos del cuerpo orgánico. -Franccesco Guaso, “Compendium Maleficarum”.
Un error muy típico es que la maldición licantrópica se transmite a través del mordisco de una de estas criaturas. La Sociedad sabe que esto es falso, pero aún ha de ponerse de acuerdo en una teoría común que explique la existencia de los hombre lobo. Independientemente de las creencias seguidos, los hombres lobo siguen siendo apodados cambia formas... etc. Actualmente, hay dos teorías dominantes en cuanto a su origen. La primera y más antigua es la de Guazzo, que sostiene que los Lupinos y demás cambia formas no so n sino brujas practicando sus artificios esta idea se apoya también en el hecho de que muchos humanos nunca ha visto un hombre lobo, sino solo humanos en un sangriento frenesí; aparentemente los poderes de ilusión de las brujas son limitados, y no afecta a todos los testigos por igual. La otra teoría, que está adquiriendo
mayor prominencia, afirma q niños inocentes son raptado para que sus cuerpos sirvan como anfitriones a bestiales demonios, que acaban corrompiéndoles hasta sus propias almas, trastornando sus creencias y entendimiento. Más de una buena alma cristiana se ha perdido a estos demonios paganos, siendo tentada a una falsa adoración de la naturaleza además de la bestialidad demoníaca. Esta perspectiva goza del apoyo de algunos Inquisidores que han estudiado los patrones sociales de las criaturas, agrupadas en diversas ‘tribus’. Este grupo está en desacuerdo con Guazzo y la pretendida naturaleza ilusoria del cambio de forma de los hombres lobo: tales poderes son demasiado reales. No es sorprendente que este grupo incluya a los Inquisidores más expertos en la caza de lupinos. Lo más probable es que los hombres lobo fuesen descubiertos durante la persecución de los cátaros, pues estas criaturas lucharon para salvar a sus parientes humanos o de los cruzados o se convirtieron en víctimas de éstos. Los informes más antiguos dan poca información; la posibilidad de capturar a un hombre lobo y mucho menos matarlo, era más bien pequeña. Como ocurre con los vampiros, los Inquisidores sabe poco de la Sociedad lupina. Han descubierto que los hombres lobo tienen en cuenta particulares linajes y se reúnen en estrechas unidades sociales. NO saben mucho de la cosmología Garou, como es lógico: la naturaleza de las tradiciones Garou es oral, no escrita. Se las han arreglado par acumular unas pequeñas e incorrectas nociones de la cosmología Garou, pero son conscientes de la importancia de los espíritus para los Lupino, y algunos Inquisidores han combatido contra hombres lobo que parecían capaces de controlar los espíritus. Los Inquisidores creen que los espíritus son simplemente otro tipo de entidad demoníaca, quizá más débil que la que habita en los lupinos. Por supuesto la Sociedad es consciente de la vulnerabilidad a la plata de los hombres lobo,
y aprovecha esto tanto como le resulta posible. También se ha percatado de que los cenáculos que se encuentran regularmente con Lupinos luchan con una inexplicable ferocidad, de naturaleza casi atávica.. La Sociedad de Leopoldo se mantienen en una relativa ignorancia acerca de los Bastet y otros tipos de cambiaformas. Las provincias del sur de Asia, África y Sudamérica están empezando poco a poco a reunir información sobre los distintos tipos de cambiantes. No es que esas distinciones importen mucho: a fin de cuentas son todos demoníacos.
Magos La existencia de los magos es algo de lo que la Sociedad lleva mucho tiempo enterada. La iglesia misma ha sabido siempre de su existencia, desde los primeros días de los apóstoles. Los magos competían con los apóstoles y discípulos de la iglesia temprana, atrayendo la atención, la fe y, en algunos casos, el culto religioso de la plebe. Cuando la Inquisición comenzó sus actividades a gran escala, algunos Inquisidores fueron enviados directamente contra brujas, hechiceros y otros que traficaban con el diablo. Muchos magos, particularmente los que servían a una organización conocida como el Coro Celestial, afirmaron ser cristianos temerosos de Dios, mientras que otros fueron acusados de actividades diabólicas. Pero aquello no significó ninguna diferencia para los Inquisidores, que los encontraron a todos sospechosos de satanismo. Después de todo, ¿de donde podían proceder los poderes mágicos si no eran del Diablo? La Sociedad no sabe nada de la Guerra de la Ascensión, y sólo tiene una vaga idea de las diversas tradiciones, a las que considera bandas de hechiceros. Los miembros de la Sociedad han luchado contra los representantes de los Nefandos y los merodeadores, y algunos han llegado incluso a ganar aunque a un gran riesgo para sus
almas y su cordura. Por descontado, las divisiones ideológicas entre los magos son desconocidas para la mayoría de los Inquisidores, que se limitan a poner en el mismo saco a todos los hechiceros y taumaturgos. Unos pocos Inquisidores han informado de haber sido abordados por magos que intentaban una discusión pacífica. Estos magos hablan de grandilocuentes términos filosóficos, refiriéndose a ‘paradigmas’ y guerras de realidad, incluso peor que su trato con los demonios es su prometéica creencia de que los humanos son los arquitectos de la realidad. Estos magos, han intentado asegurar a los Inquisidores que sólo desean lo mejor, que todos alcancen la ‘Ascensión’. La mayoría de los Inquisidores así abordados han discutido y refutado a los hechiceros, manteniéndose firmes en sus creencias. Los Inquisidores han observado un aspecto fascinante de su batalla contra los hechiceros. Los verdaderos fieles han conseguido resistirse a las facultades Goéticas de los magos: el poder de la Iglesia predominará siempre. Y lo que es todavía más interesante, algunos magos parecen perjudicados por sus propias hechicerías: unos pocos Inquisidores han visto aparecer entidades demoníacas para llevarse consigo al mago en mitad de una batalla. La Sociedad no está segura de que significa esto, pero sospecha que el diablo aparece para reclamar lo que es suyo. Tal es el precio de la arrogancia: ¡que tengan cuidado los aspirantes a Fausto! Una tendencia dentro de la Sociedad de Leopoldo que algunos encuentran inquietante es el creciente recurso a la Teurgia. La Sociedad ha autorizado el empleo de la Teurgia, que en oposición a la Goecia, recurre naturalmente al poder del cielo para hacer su magia. Pero tales acciones abren invariablemente la puerta a deseos malignos. Los Albertinos, una pequeña facción de la Sociedad está constantemente bajo el
escrutinio de la Sociedad, y no es extraño que sean los más investigados por los Censores. Observa que la Sociedad es niega a emplear el término plural “magos”, afirmando que podría confundir a los satanistas con los magos benéficos que acudieron al nacimiento del Mesías. En s lugar utiliza otros muchos nombres, como Goecistas, Satanistas, hechiceros, taumaturgos o brujas.
Satanistas Satanistas, infernalistas, adoradores del Diablo... la Sociedad de Leopoldo agrupa a estos individuos con los magos. Desgraciadamente, afortunadamente para la Sociedad, los satanistas y su ralea no son ni por asomo como los pintan: son todavía peores.
Wraiths Todos los devotos coinciden en que, mediante el poder y la fuerza de Dios, las almas de los fallecidos pueden a veces, y lo hacen, aparecerse a los vivos. -Francesco Guazzo, “Compendium Maleficarum” Hay tres perspectivas dominantes en cuanto a los fantasmas en la Sociedad de Leopoldo, que todavía ha de decidirse por un curso formal de acción. La opinión mas liberal refleja la de la iglesia católica, que ha establecido que Dios puede permitir a un espíritu volver ala Tierra para cualquier propósito estimado necesario de acuerdo con su misión divina.. En tal caso, la Sociedad se compadece del torturado ser, aunque asegurándose de que un destino adecuado espera al alma perdida. Un segundo grupo cree que, aunque la teoría anterior puede ser cierta s mas frecuente que los demonios se hagan pasar por estas almas perdidas. A veces, sólo pretenden atormentar a lo vivos aparentando ser un amada difunto, pero lo que es peor, en otras ocasiones pretenden controlar a los vivos mediante la posesión de sus cuerpos.
Como esa, estos repulsivos espíritus deben ser tratados de la misma forma que cualquier otro espíritu diabólico. El ritual de Exorcismo, conocido por tantos Inquisidores, es imprescindible en esta situación. Una tercera filosofía es la más radical: considera que muchos de los avistamientos de fantasmas de los que se informa son genuinos, y que de hecho se trata de las almas de los fallecidos. Se cree en la existencia de una jerarquía de almas perversas infernalmente guiadas para llevar el caos a los vivos. Estas almas han sido retorcidas y mancilladas, y están atrapadas en un horrible estado de limbo por nada menos que el mismo Lucifer. Entre los partidarios de esta filosofía están los Hijos de Tertuliano y la todavía mas radical Secta de San Jaime, así como algunos Inquisidores que han adquirido mas conocimientos en este campo.
Changelings La iglesia ha considerado durante mucho tiempo a la raza feérica como demonios disfrazados de forma más aceptable para los creyentes. Ahora, aunque la población en general no cree ya en las hadas, la Sociedad de Leopoldo no duda de su existencia, viendo en ellas una amenaza tan grave como siempre.
Momias La Sociedad no está al tanto de la verdadera naturaleza de las momias. Sospecha que las momias del mito pueden existir como alguna monstruosa creación taumatúrgica, resucitados atrapados en una grotesca forma de no vida. Pero la verdadera definición de estas criaturas – hechiceros egipcios inmortales cuyos cuerpos pasan constantemente por un ciclo de renovación y atrofia- es desconocida para los Inquisidores. La Sociedad tiende a tratar a las momias como a otros hechiceros.
Gitanos Por lo general, la Sociedad ignora mucho de lo que ocurre con los gitanos; estos nómadas escapan con frecuencia de su atención. El draba de los gitanos suele ser ignorado como una mera superstición, pero los Inquisidores más experimentados saben como evitar el mal de ojo.
El Arcanum La Sociedad de Leopoldo ha estudiado muy cuidadosamente la existencia del Arcanum, y se siente satisfecha con que la mayoría de los miembros de esta organización sean meros estudiosos e investigadores, que buscan el conocimiento sólo por aprender y comprender. Sin embargo, las posibilidades de tentación y corrupción siempre están presentes, y los conocimientos que busca el Arcanum suelen ser de los que más vale no descubrir. La Sociedad vigila al Arcanum para ver qué camino sigue: hacia la iluminación o hacia la condenación. Por supuesto, no conocen los secretos más profundos de la organización, ni siquiera su verdadera naturaleza. Si así fuera, el Santo Oficio estaría mucho más preocupado por los particulares de la casa Fundacional del Arcanum en Inglaterra. En raras ocasiones miembros del Arcanum y de la Sociedad pueden intercambiar información, pero en e mejor de los casos se trata de algo informal; lo cierto es que los líderes del Arcanum y de la Sociedad no tolerarían una comunicación tan generosa.
Gobierno La Sociedad en el viejo mundo considera una gran pérdida la separación de iglesia y estado por diversas razones, la principal de ellas los recursos e información disponibles par alas agencias gubernamentales y militares. Los Inquisidores americanos no lamentan especialmente este particular, pero les gustaría saber qué hay en los archivos del gobierno federal.
Otros cazadores de brujas La Sociedad de Leopoldo es consciente de no ser la única organización que busca destruir a lo sobrenaturales, y está contenta por ello. Aunque la Sociedad preferiría una hegemonía total, los Inquisidores generales han mostrado sabiamente reacios a dedicar recursos a guerras internas. Por ahora, hay declarada una incómoda tregua no oficial, y los demás cazadores de brujas suelen ser vistos como aliados. Pero no obstante, la Sociedad tiene sus propias observaciones sobre algunos de sus competidores. ● Operativos solitarios: Estos grupos sin afiliación institucional son útiles mientras duran... lo que no suele ser mucho. Cést la guerre. ● Sociedad de San Jorge: Un grupo anglicano que opera sobre todo en Inglaterra, esta Sociedad ha conservado gran parte de la estructura de sus antecesores católicos, a
pesar de sus errores doctrinales. ● Ikhawan al-Safa: Este grupo musulmán, la Fraternidad de la Pureza, es quizá tan viejo como la Sociedad de Leopoldo – sus orígenes siguen siendo un misterio- y es un serio rival en los países musulmanes. La Sociedad se muestra muy cauta por lo que refiere a este grupo, que afirma comandar a los djinni en su combate contra las fuerzas de Satán. ●Los Akritai: Este grupo, o más bien conjunto de grupos, compuesto principalmente por cazadores de brujas de la Iglesia Oriental Ortodoxa, es considerado por la Inquisición como un firme aliado y a la vez un rival. Muchos miembros de la Sociedad lamentan el Cisma porque, en otro caso, las fuerzas del os Akritai hubiesen sido parte de la Inquisición. A parte de tener una estructura ligeramente distinta, (incluyendo ate todo la falta de una autoridad central), los Akritai son
notablemente parecidos a la Sociedad en su orientación y celo. La comunidad Akritai de griega es la más antigua de todas, pues tiene sus raíces en la historia de Bizancio (los Akritai fueron originalmente señores fronterizos); se cree que su líder, el Exarca, es un monje ortodoxo que reside en el monte Athos. ●Los Jueces: Imitando a los Jueces de la tradición bíblica, estos cazadores de brujas judíos han jurado proteger a su comunidad y a su gente de los hijos de Lilith y otros demonios. Siguen fielmente la tradición judaica, reconociendo la Torah como sus escrituras y el Talmud para la interpretación y el comentario de las mismas. Además, tienen su propio Talmud privado, una compilación secreta de enseñanzas y argumentaciones de otros Jueces anteriores (algo parecido al Corpus Maleficarum de la Sociedad). Los jueces tienden a ignorar a los magos a favor de la caza mayor: los verdaderos satanistas, así como vampiros y hombres lobo Estos cazadores de brujas, por supuesto, tienen su propia tradición y teorías con respecto a los sobrenaturales, a veces similares a las de la Sociedad, a veces distintas. Sus filas son tan cariadas como las de la Sociedad, desde Cabalistas (que tienen considerablemente menos objeciones morales o intelectuales al estudio y la aplicación de la Teurgia que sus equivalentes cristianos) hasta guerreros fuertemente armados, rabinos y laicos, ortodoxos o reformados. Se organizan en grupos pequeños sin autoridad central. Los jueces son pocos, pero increíblemente eficaces.
Divisiones La Sociedad de Leopoldo, de forma muy similar a la Iglesia católica, está compuesta por un número de pequeñas ordenes y subdivisiones. Todos los miembros de la Inquisición comparten un objetivo común –la eliminación de los sobrenatural de la faz de la Tierra. Pero no los mismos
intereses ni perspectivas. Hay muchas variaciones en cómo ven su misión los diferentes grupos. Algunos son meramente sectas aliadas por una ideología común mientras que otras son subdivisiones oficiales autorizadas por el Santo Oficio mismo. Las cuatro subórdenes oficiales son: Los Condotieri, el Gladius Dei, el Oficio de Censor y la Orden de Santa Juana (que en realidad es una orden distinta). Los restante grupos son vistos como meras sectas.
SUBDIVISIONES Los Condotieri
Los Condotieri son una orden cuasi militar, fundada en el siglo XV, más preocupada por la protección y la seguridad de la Sociedad que por la misión de ésta. Aunque los Condotieri, por implicación, comparten la misión de la Sociedad, su apostolado individual es la salvaguardia de la misma y sus Inquisidores. Los Condotieri tienen su propio Noviciado, que es más parecido a un “adiestramiento básico”, mientras que su propia jerarquía refleja una estructura militar, con el Condoliere General (elegido por el Inquisidor General) al mando. Los miembros de la orden no tienen tanta libertad y autonomía como los demás Inquisidores; sus asignaciones son recibidas de acuerdo con las decisiones del Condotiere general, aunque son libres para hacer peticiones. Los miembros de la orden están bien entrenados en las actuales técnicas de armas de fuego, medidas de seguridad y combate cuerpo a cuerpo. Por lo general son reclutados entre militares y policías, e intentan conservar sus contactos profesionales siempre que sea posible, particularmente para procurarse armas y equipo que de otra forma serían inalcanzables. Los Condotieri están tan bien armados como la mayoría de los ejércitos modernos, salvo lógicamente por los equipos más grandes.
Los rangos entre los Condotieri reflejan los del resto de la Sociedad, pero retienen su más estricta jerarquía original, esperándose de los Condotieri de nivel más bajo que obedezcan las órdenes de sus superiores. Cuando un Condotiere opera conjuntamente con otros Inquisidores, suele ceder la autoridad al Inquisidor de más alto rango, a menos que opine (y pueda demostrar) que la Sociedad está asumiendo un riesgo innecesario. Por lo general, los Condotiere están asignados a la protección de los mayores y más antiguos cenacula. Los Cenacula más pequeños suelen pedir la presencia de un Condotiere para tener alguna garantía de seguridad o para llevar a término una misión concreta, pero no siempre se pueden permitir el lujo e tenerlo de forma permanente. Los Condotieri de servicio en San Michele suelen llevar uniformes paramilitares de color azul oscuro, aunque en las festividades sacras y las reuniones formales suelen llevar un uniforme renacentista bastante elaborados similar al de la guardia suiza de Vaticano. Los Condotieri de servicio en otros Cenacula se visten de la forma más cómoda para ellos, normalmente con ropas civiles. Siempre que es posible, los Condotieri prefieren actuar al estilo de sus unidades operativas originales, las lanzas de tres soldados.
Gladius Dei Este corps d´elite, la ‘Espada de Dios’, es la orden más distinguida dentro de la Sociedad. Solo se accede a ella por invitación, es comparable a una orden de caballería en el seno de la Inquisición. Sus miembros son, en muchos sentidos, los Inquisidores ideales: leales sin falta, esforzados, valientes y capaces. Los miembros del Gladius Dei pueden formar parte de cualquier otro Cenaculum, pero se les reúne para llevar a cabo las misiones más peligrosas que planee la Sociedad.
Los miembros del Gladius Dei son seleccionados uno a uno por el mismo Inquisidor general, y actúan bajo su autoridad directa. Desgraciadamente la invitación a unirse al glorioso grupo es un martirio, pero sus miembros son los Inquisidores más respetados y eficaces... si es que sobreviven. El Gladius Dei admite a miembros de cualquier secta o facción de la Sociedad, y ni siquiera les pide que finalicen su relación con tales grupos. No obstante, al unirse al Gladius Dei lo más frecuente es que las conexiones con otros grupos se disuelvan, particularmente cuando tales conexiones pueden causar problemas: la lealtad es inevitablemente transferida de cualquier otra afiliación al Gladius Dei. Algunos miembros del grupo actúan juntos en cenáculos (“fuerzas de ataque” sería querrá un término más apropiado), mientras que otros operan en el seno de cenáculos ordinarios, preparados para ser llamados al deber en cualquier momento. Los miembros del Gladius Dei son engreídos, incluso un tanto arrogantes, pero tienen un buen motivo: ningún Auto-da-fe realizado por ellos ha fracasado nunca. Sus críticos se refieren a la orden como al “pequeño ejército de Dios”. Los más cínicos se preguntan a veces si el Gladius Dei no será un simple bravucón eclesiástico, escogiendo sólo los combates que sabe que no pude perder. Algunos autos de fe que parecían perfectos para el Gladius Dei han sido ignorados, dando algún crédito a estas críticas. Aunque hasta sus más firmes detractores reconocen a regañadientes la eficacia de la orden, esta reputación carece de la prístina cualidad que tuvo antaño. Los miembros del Gladius Dei suelen lucir una insignia ceremonial: un alfiler de solapa de oro en forma de espada, con la hoja hacia debajo de forma que a distancia parece una simple cruz.
Oficio Censor Como en el caso del Gladius Dei, la entrada en el Oficio Censor es ofrecida por el Inquisidor General. Sin embargo, por lo común las nominaciones para candidatos llegan al Inquisidor General del Oficio mismo. Es más, el oficio Censor está considerablemente más organizado que el Gladius Dei. El oficio está administrado por un Provincial, cuya misión es atender a la organización y operaciones de los censores, en lugar de a una provincia en concreto. Algunos temen que los Inquisidores se estén haciendo demasiado poderoso e independientes, y que incluso intenten imponer sus ideas en la Sociedad. El Oficio de censor ha sido acusado con frecuencia de tener su propia agenda privada, pero raramente adquieren tales acusaciones un carácter público. Cuando un Censor llega para investigar a un individuo o un Cenaculum, los investigadores pasan al estado de Certiorari, se les permite continuar sus prácticas y operaciones habituales, incluso participar en autos de fe, pero un representante del Oficio censor debe acompañarles en todo momento. Es más, todos los archivos del Cenaculum quedan abiertos para la investigación, y el Cenaculum entero suele ser interrogado en busca de pruebas de sus faltas. Aunque la Sociedad no condena la práctica de la Teurgia, su empleo es muy discreto, pues el Oficio de Censor pide que todos los practicantes de la misma queden “registrados para futura referencia”. Negarse a satisfacer esta petición no es algo criminal per se, pero si una grave violación del protocolo y un acto de insubordinación, así como una invitación a investigaciones más exhaustivas.
Orden de Santa Juana La orden de Santa Juana no es tanto una ‘subdivisión’ de la Sociedad como una Orden autónoma que actúan en concierto con la
Sociedad de Leopoldo. Aunque la orden reconoce la autoridad de la Sociedad y del Inquisidor general, mantiene su propia jerarquía. Los miembros de la Orden de Santa Juana pueden trabajar en los Cenacula normales de la Sociedad, pero raramente se elevan por encima del cargo de Conciliar. Ninguna de ellas ha llegado nunca al puesto de Abbé, ni a otro superior. La orden mantiene además sus propios Cenacula, llamados Conventos. La Abadesa de Chartres dirige la Orden de santa Juana, pero también al Inquisidor general en muchas cuestiones relativas a política y autoridad. Los conventos de la orden no dan la bienvenida a los hombres, ni siquiera los Inquisidores, más allá de las zonas específicas para invitados. Nadie ajeno a la orden ha visitado nunca el convento de Chartres; la entrada no está permitida, y la Abadesa habla a través de sus ayudantes, situadas fuera del Convento propiamente dicho, o sale del mismo para llamar a sus agentes. El Oficio de censor no se fía de la Orden de Santa Juana, que ha rechazado repetidamente las ofertas de unirse íntegramente a la Sociedad. El distanciamiento de la Orden es una fuente de frustraciones para algunos miembros de la Sociedad pero las seguidoras de Santa Juana nunca han sido acusadas de nada. Ninguna de las hermanas de la Orden que han trabajado entre las filas de la Sociedad han mostrado nunca indicios de tener estudios de teurgia, pero hay rumores de que el Convento de Chartres alberga a un grupo de poderosas practicantes de la misma. Por supuesto, hay muchos rumores acerca de la Orden, pero ninguno ha sido demostrado.
SECTAS La Sociedad de Leopoldo tolera e incluso fomenta la diversidad entre sus filas, siempre que la autoridad del santo Oficio no sea cuestionada o puesta en peligro. Por
supuesto, la rivalidad entre las sectas provoca a veces desfavorables maniobras políticas en el seno de la Sociedad, ya que varias de ellas intentan ganarse el favor del Inquisidor general, así como una mayor parte de los recursos disponibles. No se pide a los Inquisidores que se unan a ninguna secta en particular. Las sectas están formadas sólo por razones de apoyo intelectual e ideología común, y no es raro que los miembros de la Sociedad mantengan un carácter “generalista”.
La Fraternidad de Albertus Estos Inquisidores siguen las enseñanzas de Alberto Magno, que se creía que la magia era maligna, pero que debía ser aprendida para poder combatirla mejor. Los miembros de la Fraternidad de Alberto, o Albertinos, sobresalen en las artes de la teurgia, y la han usado con grandes resultados en su lucha contra lo sobrenatural. Aunque se les sigue llamando fraternidad, estuvieron entre las primeras sectas a la hora de admitir libremente a mujeres en sus filas. Sin embargo, no siempre se confía e los Albertinos. Muchos Inquisidores siguen creyendo que la ‘magia buena’ es simplemente una ilusión que abre la puerta a la magia negra. Aunque, sorprendentemente, ningún Inquisidor General ha proscrito expresamente la Teurgia. Algunos cínicos opinan que los Albertinos tiene algún control sobre el Inquisidor General. No es raro que éste designe a un Teurgo experimentado para formar parte de su consejo personal, algo que da crédito a las acusaciones de los más cínicos. Se pide a todos los miembros de la Fraternidad de Alberto (y a cualquier otro Teurgo) que se registren en el Oficio de Censor. Aunque los Albertinos colaboran con sus camaradas Inquisidores, corren rumores de que la Fraternidad tiene su propio Cenaculum privado para estudiar sus artes. La
mayoría de los Albertinos se burlan de esta idea.
Los hijos de Lázaro “Jesucristo Nuestro Señor es el único que pudo triunfar sobre la muerte, y sólo por Su poder somos capaces de hacer lo mismo”. Para los hijos de Lázaro, los vampiros son culpables de la mayor de las transgresiones al pretender haber derrotado a la muerte misma. La secta preferiría que la Inquisición se centrase más en la eliminación de los vampiros. Los Hijos de Lázaro son una esta relativamente nueva, fundada a finales del siglo XVII. No obstante sus preocupaciones e ideología llegan directamente al propio Leopoldo de Murnau; la mayor parte de su Testamento se refiere a sus observaciones y creencias acerca de los no muertos. Es más, Leopoldo murió combatiendo a una de estas criaturas, así que la Sociedad por él fundada tiende a sentir una animosidad especia contra los vampiros. Esta secta es la mayor de todas y también algo extremista. Varios de sus miembros más radicales se niegan a contemplar con un mínimo de respeto las misiones de otras sectas o Cenacula: los magos, argumentan, morirán de todos formas, como los hombres lobo, pero los vampiros permanecerán con nosotros hasta la Parousia, y son el enemigo más fuerte.
Padres de la Buena Muerte Este grupo, que admite sólo a sacerdotes completamente ordenados, cree que los vampiros son espíritus malignos anteriores al Diluvio, criaturas inmortales que han engañado a la ley de la muerte poseyendo los cadáveres de los no vivos. La presencia de estos espíritus es la responsable definitiva del declive espiritual de la humanidad. Los Padres de la Buena Muerte tienen la misión de seguir la pista de estos espíritus y acabar
con ellos, restaurando el equilibrio de la naturaleza.
Los Sambenitos Según a quien te dirijas, este grupo no existe o es un veneno en el corazón de la Sociedad. Los Sambenito son Inquisidores que siguen las creencias de Rafaelle Renzi, el hereje Florentino, y en vez de intentar destruir a los sobrenaturales, intentan ayudarles en lo posible. Sólo se puede ser un sambenito y opera en el seno de la Sociedad durante un tiempo; finalmente, el conflicto de intereses será demasiado obvio y persistente. Muchos Inquisidores, en uno u otro momento, han meditado en secreto acerca de los argumentos de Renzi. Aunque está por ver si esta tendencia acabará prevaleciendo en la Sociedad o siendo aplastada por ella.
Hermandad de Santa Clara La secta de Santa Clara en el seno de la Sociedad está formada por Inquisidoras que pronuncian votos de extrema pobreza para conseguir dones curativos. Rechazan todo tipo de posesiones y comodidades, excepto el equipo que les entregue la Sociedad para una determinada misión. Son excelentes acelerando el proceso curativo, o haciendo sanar las heridas, y asean de origen normal o mágico. Aunque muchas están entrenadas en los procedimientos médicos contemporáneos y en una cirugía un tanto arcaica, siguen confiando en la oración, la devoción y la imposición de manos.
Orden de San Miguel Esta secta es la heredera de los ideales de la Orden original; sus miembros están preocupados sobre todo por la actividad infernal y la presencia diabólica. No buscan al infierno en ‘otras cosas’ (vampiros, hombres
lobo) como hacen sus colegas, sino que buscan la presencia directa de lo diabólico en la tierra. Algunos Micaelitas estudian teurgia, pero no hasta el punto de los Albertinos. Lo hacen con una perspectiva más pragmática, no por curiosidad intelectual.
La orden de San Pedro Como San Pedro derrotó en Roma a Simón Mago, así estos Inquisidores buscan acabar con encantadores, brujas y hechiceros (incluyendo magos vampíricos). En cierto modo, los mortales tiene poco que temer de los magos, que no buscan causarles daño directamente. Pero de todas formas, los magos suelen ser identificados con brujas, satanistas, y otros personajes, cuyo poder debe surgir obviamente del mismo Infierno. Los miembros de la Orden de San Pedro se muestran en vehemente desacuerdo con la fraternidad de Alberto en su uso de la Teurgia (El diablo escondiéndose en actos del bien” dicen), pero aún no han actuado contra los Albertinos. Muchos miembros de esta orden pareen particularmente resistentes a la Taumaturgia del enemigo. Los miembros de la orden que se convierten en censores parecen disfrutar con sus frecuentes investigaciones a los Albertinos.
Los hijos de Tertuliano Esta Subsecta está profundamente interesada por los wraiths y demás espíritus demoníacos. Los Hijos, no obstante, son en muchos aspectos una reminiscencia de los primeros días de la Inquisición; creen que cualquier que hable en contra de la Palabra de Dios, debe estar poseído, así que tiene una preocupación por la ortodoxia mucho mayor que el resto de a Sociedad. Lo que es peor, han llegado a recurrir a la tortura ocasional al tratar con personas que a las que creen poseídas... una forma muy desafortunada de atender a quienes se supone que han de salvar. Sea como sea, los hijos de tertuliano tienden a
ser competentes exorcistas. Muchos miembros de la Sociedad de Leopoldo pueden estar interesados en problemas de fantasmas y posesiones, pero no todos están de acuerdo con los Hijos de Tertuliano. Puedes encontrar mas información sobre esta secta en Los Animadosy los Muertos.
La Secta de San Jaime La Secta de San Jaime es un subgrupo todavía más radical de los Hijos de Tertuliano. Considerando la ortodoxia de los Hijos, resulta sorprendente que esta secta siga las palabras de un tratado gnóstico que defiende el suicidio como una forma de entrar en el Cielo. Encontrarás mas detalles sobre esta secta en Los Animadosy los Muertos.
Otras sectas Pueden existir otras muchas sectas de diverso tamaño, organización y grado de secreto, pero ahora todas parecen estar cooperando en armonía para conseguir un objetivo final. No importa cuáles sean las metas de cada secta, todos los Inquisidores siguen viéndose como los guerreros de Dios contra las fuerzas invasoras del Apocalipsis.
El Mundo de las Tinieblas Los habitantes del Mundo de las Tinieblas son, por supuesto, conscientes de la existencia de la Inquisición. Cada agrupación tiene su propio punto de vista sobre cómo tratar con la Sociedad de Leopoldo y sus iguales. Resulta interesante que los diversos subgrupos del Mundo de las Tinieblas (es decir, los clanes vampíricos, las tribus Garou y las Tradiciones de los magos) tienden a culparse unos a otros de la Inquisición. La Orden de Hermes y los magos Verbena culpan al Coro Celestial, las Furias Negras a la Camada de Fenris, y los clanes vampíricos se culpan unos a otros. Nadie parece dispuesto a aceptar que los humanos no
necesitan manipulación (sutil, mágica o de otro tipo) para actuar con tal vigor y malicia.
Rumores La Sociedad de Leopoldo y sus enemigos son igualmente culpables de ser incomprendidos por el adversario. Varios de los rumores que se han extendido acerca de la Sociedad incluyen: La Sociedad estaba controlada en sus primeros tiempos por Ventrue que la utilizaban para sus propios fines. La Sociedad es un títere del Inconnu. La Sociedad es un títere de la Tecnocracia, que la usa para perseguir a los magos de las Tradiciones. La Orden de San Miguel estuvo una vez controlada por paladines del Coro Celestial. La Sociedad fue creada por la Cábala del Pensamiento Puro. Rafaelle Renzi, el hereje florentino, era un acólito del Coro Celestial. La Sociedad sigue empleando la tortura como parte de sus operaciones de rutina. El Coro Celestial usa la Sociedad como campo de pruebas para sus nuevos aprendices y acólitos. Los padres de la Buena Muerte no son más que una fachada de los Eutánatos. La Sociedad es un títere de los Eutánatos. Cada Inquisidor General, desde el principio, ha sido un acólito del Coro Celestial. Uno de los más peligrosos Inquisidores fue abrazado en el siglo XVIII, y desde entonces ha continuado su lucha de una forma mucho más peligrosa. Algunos miembros del Arcanum se han infiltrado en la Sociedad para reunir información. Muchos grupos han intentado controlar la Sociedad, pero ninguno lo ha conseguido.
San Michele es un poderoso Nodo. Algunos de los Inquisidores de mentalidad más liberal han superado sus diferencias religiosas, y ahora luchan contra el Wyrm. La Sociedad posee la copia más completa del Libro de Nod.
Vástagos Los Vástagos son, en muchos aspectos, quienes más tienen perder frente a la Sociedad. Los vampiros han sido el foco de gran parte de la actividad de la Inquisición desde sus mismos comienzos. El Consejo Interior de la Camarilla ha decretado que la Sociedad de Leopoldo debe ser evitada a toda costa. El Consejo teme que la Sociedad aprenda más de los vampiros a medida que se enfrente con más de ellos, un sabio temor. Los anarquistas, por supuesto, hacen caso omiso al Consejo, y disfrutan humillando a la Inquisición cada vez que se les presenta la oportunidad. El Sabbat, con su típica arrogancia, ignora por completo a la Sociedad cuando los Inquisidores persiguen a un vampiro ajeno a su secta, pero responden si un Sabbat cae ante la Inquisición. Muy pocos vástagos se dan verdadera cuenta del peligro que presenta la Sociedad de Leopoldo. Consideran a los cazadores de brujas poco menos que el entretenimiento (o la cena) de una noche, buenos para la emoción ocasional y nada más. Es un error peligroso.
Hombres lobo Los Garou no han comprendido todavía a la Sociedad de Leopoldo; tienden a pensar en la Inquisición como algo del pasado. Las pocas manadas que han entrado en contacto con cenáculos de la Sociedad tienen una idea más aproximada, por supuesto. Puesto que los Inquisidores que se han dedicado a investigar a los hombres lobo son relativamente pocos, los Garou están más o menos a salvo por ahora.
Los Garou consideran a la Sociedad como una mera pandilla de humanos fanáticos. Los Inquisidores con los que han luchado no parecen tener rastro de la corrupción del Wyrm... normalmente.
Magos Los magos sufrieron bastante bajo la Inquisición, particularmente los de la Orden de Hermes y los Verbena, así como los miembros menos ortodoxos del Coro Celestial. Algún que otro Cuentasueños cayó también en las redes de la Inquisición. Puesto que a los magos les resulta más fácil mezclarse en la sociedad humana, y los buenos magos no son nunca atrapados utilizando sus poderes (ni se sospecha de ellos), evitar ser detectado por la Sociedad de Leopoldo resulta considerablemente más sencillo para el mago medio. Las diversas Tradiciones aconsejan meramente que la Sociedad sea evitada en lo posible. Pero siguen sintiendo rencor hacia la Inquisición, y encuentran un poco difícil no humillar y amenazar a sus agentes cuando surge la ocasión. La Tecnocracia tiene poco que temer de la Sociedad, y mientras el público en general no crea en brujas ni hombres lobo, la Sociedad puede ser desdeñada como un grupo de lunáticos religiosos. Sin embargo, la Sociedad promueve la superstición, algo a lo que la Tecnocracia se opone. Muchos magos siguen viendo a la Inquisición como un instrumento del Coro Celestial, un prejuicio menor por parte de los magos. El Coro Celestial tuvo un pequeño papel en la historia de la Inquisición, pero ésta era bastante capaz de actuar por su cuenta sin
la ayuda de algunos de los más celosos magos cristianos. Algunos magos ven en la Sociedad de Leopoldo una nueva fuente para localizar nuevos acólitos, o para entrenar a los actuales. Los cazadores de brujas fuertes en Fe Verdadera o versados en la Teurgia han atraído la atención de más de un mago, usualmente los del Coro Celestial.
Momias Las momias tienen poco que decir acerca de la Inquisición. La Sociedad parece ignorar su existencia, así que no se preocupan por ella. El consejo general en cuanto a la Inquisición, así como con respecto a cualquiera de los enemigos de los inmortales egipcios es “la reencarnación es la mejor venganza”.
Wraiths Los Wraiths han aprendido a no encarnar a individuos que puedan llevar más tarde a un conflicto con la Sociedad. Por lo demás, los wraiths son molestados relativamente poco por la Sociedad de Leopoldo, excepto por las raras incursiones que los Hijos de Tertuliano hacen por el Mundo Subterráneo.
Changelings Los changelings, como los hombres lobo, no han tenido nunca muchos problemas con la Inquisición. Aunque algunos cenáculos creen en la existencia de las hadas, la Sociedad de Leopoldo es por lo general incapaz de siquiera percibirlas, no hablemos ya de darles caza. Para éstos, la Inquisición es sólo una interesante nota histórica a pie de página.
Capítulo tres: Creación de personajes Tanto en Cazadores Cazados como en la Guía del Jugador se explica cómo crear personajes mortales. Esta sección da detalles adicionales para crear personajes que toman parte en la Inquisición, ya sean miembros de la Sociedad de Leopoldo u otros cazadores de brujas aliados a la misma. Los personajes mortales son creados esencialmente de la misma forma que los personajes de la Estirpe, pero la distribución de puntos es distinta, y los mortales no tienen Disciplinas. Por supuesto, los mortales tienen unas pocas ventajas propias.
Narradores y jugadores deberían considerar las reglas que ofrecemos a continuación como simples guías. Están ideadas como ayuda para la narración y la creación de personajes, no como camisas de fuerza. La idea y el concepto del personaje es siempre más importante que la mecánica. Aunque no deberías descartar o ignorar arbitrariamente las reglas, no dejes que interfieran en la creación de un personaje sólido. Los Narradores deberían estar encantados de dar algo de manga ancha a los buenos conceptos de personaje.
Sumario de creación de personajes Paso Uno: Concepto del personaje: ¿Quién eres?
Escoge concepto. ¿Qué hacías antes de dedicarte a la caza de brujas? Escoge catalizador. ¿Qué te convirtió en un cazador de brujas? Escoge motivación. ¿Por qué cazas ahora? Determina la pertenencia. ¿Eres miembro de la Sociedad de Leopoldo?
Paso Dos: ¿Cuáles son tus atributos?
Asigna prioridades entre las tres categorías: Primaria 6, Secundaria 4, Terciaria 3. Escoge Rasgos Físicos: Fuerza, Destreza, Resistencia. Escoge Rasgos Sociales: Carisma, Manipulación, Apariencia. Escoge Rasgos Mentales: Percepción, Inteligencia, Astucia.
Paso Tres: ¿Cuáles son tus habilidades?
Asigna prioridades entre las tres categorías: Primaria 11, Secundaria 7, Terciaria 4. Escoge Talentos. Lo que puedes hacer de forma innata. Escoge Técnicas. Lo que has aprendido a hacer. Escoge Conocimientos. Lo que has estudiado.
Paso Cuatro: Elige Ventajas. ¿Qué te hace único?
Escoge Rasgos de Trasfondo (5). Escoge Virtudes: Conciencia, Autocontrol, Coraje (7).
Paso Cinco: Redondea tu personaje
Anota tu Fuerza de Voluntad básica = tu puntuación de Coraje. Anota tu Humanidad básica = tu puntuación de Conciencia + Autocontrol. Gasta tus 21 puntos gratuitos en Teurgia o en Fe, para adquirir Méritos y Defectos, o para mejorar tus Atributos, Habilidades y Trasfondo. Define la personalidad: Aspecto, hogar, etc.
Paso Uno: Concepto de personaje La creación del personaje debería comenzar siempre con un sólido concepto. No es necesario que esté detallado al principio; los detalles van surgiendo poco a poco. No obstante, debería ser lo bastante fuerte para guiar al personaje a través del resto del proceso: el concepto es la semilla de tu personaje.
Concepto Los conceptos de personaje influyen la personalidad, la Naturaleza y la Conducta, tal y como está explicado en Vampiro: La Mascarada. Muchos de los conceptos de Vampiro pueden ser apropiados; la mayoría de los personajes no empiezan sus vidas o carreras como cazadores de brujas. ¿Es tu personaje un humilde cura de parroquia? ¿Un ermitaño visionario? ¿Una joven viuda en busca de venganza?
Catalizador También deberías tener en cuenta los motivos de tu personaje para haberse convertido en un Inquisidor: ¿cuál fue su llamada? ¿Por qué es tu personaje un cazador de brujas? La vida de un cazador es peligrosa, y está marcada por el celo y la obsesión. Suele haber un punto sin retorno en la vida de un personaje que precipita su metamorfosis en cazador de brujas. ¿Cuál es ese catalizador? La mayoría pueden ser agrupados en dos categorías básicas: tragedia personal o momento de iluminación. Tragedia personal Algo terrible ocurrió en algún momento de la vida del personaje. Quizá un vampiro se alimentó de su hermana, o su padre fue asesinado por un hombre lobo en los bosques. Quizá el personaje escapó por los pelos de ser sacrificado en un ritual satánico. Fuese cual fuese el suceso, tuvo un fuerte impacto sobre el personaje y le empujó al devoto estilo de vida de un Inquisidor. El poder de la Inquisición le da al personaje un medio para superar la tragedia personal. Puede incluso que la venganza ya no sea el motivo, sin que el personaje haya cambiado. Momento de iluminación En algún momento del pasado del personaje, el Mundo de las Tinieblas se reveló ante él. Puede que escapase del ataque de un vampiro o que presenciase la invocación de un demonio. El mito, la leyenda y la mera superstición se hicieron repentinamente reales para él. Cree que estas criaturas de leyendas sólo pueden ser concebidas como en los tradicionales cuentos de hadas: son malignas, y Dios es nuestro único escudo contra ellas. Para muchos de estos personajes, su deber está claro: deben proteger a los ignorantes y los inocentes de las criaturas que podrían destruirles.
Motivaciones Hay diversas motivaciones que interactúan con los catalizadores, el deseo de
venganza y el sentido del deber entre ellas. Recuerda que muchos cazadores de brujas, particularmente Inquisidores, tienen un fuerte sentido del deber; la suya es una llamada religiosa, una vocación. Los Inquisidores se sienten llamados por Dios a su misión, y reconocen que, en última instancia, el catalizador que los llevó a la vida del cazador fue un signo de Dios.
Pertenencia ¿Es tu cazador de brujas un verdadero Inquisidor, en el sentido estricto del término: un miembro de la Sociedad de Leopoldo? La Sociedad de Leopoldo es uno de los más antiguos, mayores y mejor organizados grupos de cazadores de brujas religiosos que existen, pero no el único. ¿Es tu cazador miembro de alguna otra orden o grupo religioso, menos influyente pero con el mismo objetivo? ¿O es un operativo solitario, un cazador de brujas que comparte la vocación de los Inquisidores pero no siente la necesidad de pertenecer a la Sociedad de Leopoldo? Si tu personaje es un miembro de la Sociedad de Leopoldo, puede que quieras considerar si pertenece o no a alguna facción en particular. Uno siempre puede “renunciar” a la Sociedad, por supuesto, o incluso a una facción interna, pero no siempre es lo más seguro. También es posible que un cazador de brujas se una a la Sociedad en un momento posterior de su carrera. No hay nada grabado en piedra. Los personajes miembros de los Condotiere de la Orden de Santa Juana son creados con las mismas reglas que los Inquisidores normales.
Paso Dos: Elección de Atributos Los atributos son iguales para Vástagos y para mortales, aunque, por supuesto, un mortal no tiene la capacidad de aumentar sus Atributos como hacen los Cainitas. Es más,
los mortales empiezan el juego con menos puntos en Atributos. Los mortales reciben un punto gratis en cada atributo, la puntuación mínima posible. Después debes establecer las prioridades de los Atributos de tu personaje (primarios, secundarios y terciarios) determinando la distribución de puntos (6para los Atributos primario, 4 para los secundarios y 3 para los terciarios). Los Inquisidores y otros cazadores de brujas son tan variados como sus presas no muertas; algunos personajes tendrán los Atributos Mentales como su característica primaria, y otros los Físicos, e incluso puede ser que los sociales.
Paso Tres: Elección de Habilidades Esta fase es igual que la referida a los vampiros. Debes ordenar tus Habilidades según Talentos, Técnicas y Conocimientos, lo que decide los puntos que puedes gastar en cada categoría: los personajes mortales empezarán con 11 puntos en la primaria, 7 en la secundaria y 4 en la terciaria.
Paso Cuatro: Ventajas Los mortales son los debiluchos del Mundo de las Tinieblas... o al menos, eso parece al principio. No tienen Disciplinas, Dones, ni otras manifestaciones de poder. Sin embargo, los mortales (particularmente los Inquisidores) tienen algunas ventajas particulares. Entre los recursos más poderosos que puede tener un cazador de brujas se encuentra su Fe, capaz supuestamente de mover montañas. Y no sólo eso: algunos raros Inquisidores han aprendido un arte mágico que según creen queda dentro de los límites impuestos por su Fe: el arte de la Teurgia. Te ofrecemos más información sobre éstas y otras armas de los Inquisidores más adelante.
Trasfondos Cada personaje mortal dispone de cinco puntos para repartirlos entre sus Rasgos de Trasfondos. Según cómo vaya a ser la crónica, algunos Trasfondos pueden estar restringidos; el Narrador tiene la última palabra.
Virtudes Las tres Virtudes de Vampiro (Conciencia, Autocontrol y Coraje) son determinadas de acuerdo con las reglas generales.
Paso Cinco: Toques finales En la última fase de la creación del personaje, el jugador decide las puntuaciones de Humanidad y Fuerza de Voluntad de su Inquisidor, gastando también sus “puntos gratuitos” en Méritos, Defectos y Númenes.
Fuerza de Voluntad La Fuerza de Voluntad es tan importante (si no más) para los mortales como para los vástagos. Con ella es posible resistirse a los poderes de control mental de diversas criaturas sobrenaturales, particularmente la Disciplina Dominación de los vástagos. Tal y como establecen las reglas, un jugador puede usar también la Fuerza de Voluntad para conseguir éxitos automáticos. Los pocos Inquisidores que emplean la Teurgia (o cualquier otro tipo de Magia Vulgar) también hacen uso de la Fuerza de Voluntad. La Fuerza de Voluntad básica de un cazador de brujas es igual a su puntuación de Coraje (entre uno y cinco). Puede aumentarse mediante Puntos Gratuitos.
Humanidad Puede sonar un tanto redundante, pero la Humanidad es un Rasgo muy importante para los personajes humanos. Aunque los
mortales están cortados por un patrón distinto que los vampiros, se pueden enfrentar a la misma caída en la bestialidad. Recuerda que el mismo Caín fue humano una vez hace eras, Lo que él se hizo también podemos hacerlo nosotros. Los mortales pueden perder su Humanidad de la misma forma que los vampiros. Los que tengan una puntuación elevada deben mostrarse cuidadosos; pueden perder humanidad por actos de arbitraria crueldad o caprichosa destrucción, incluso aunque sea en el nombre de Dios. Esos mortales pueden ver que su Humanidad va reduciéndose lentamente, hasta que acaba desvaneciéndose en la nada: locura, depravación y trastornos; es todo cuanto les espera. No obstante, los humanos nunca pueden perder su humanidad por completo. Si la Humanidad de una persona mortal baja a 0, vuelve a 1 de inmediato; los mortales siguen siendo mortales, y no pueden hundirse en el océano de la monstruosidad como los vampiros. Pero esta breve exposición ha dejado una marca en su alma, que ahora está mancillada. Por cada “chapuzón” en el océano de la Bestia, cada vez que la Humanidad de un personaje baja a 0 temporalmente, éste adquiere un Trastorno. Los Trastornos deberían encajar siempre con el acto que lo provoca. Puedes encontrar ejemplos en Vampiro. La Humanidad tiene una importancia vital para los mortales con Fe Verdadera, cuya puntuación debe ser como mínimo 9: si cae por debajo de este límite, su puntuación de Fe desaparece. La puntuación básica en Humanidad de un mortal equivale a la suma de sus puntuaciones de Conciencia y Autocontrol. Puede elevarse con puntos gratuitos.
Puntos gratuitos Los personajes mortales empiezan con 21 “puntos gratuitos”, que pueden usar para
adquirir Méritos y Defectos, o para mejorar su puntuación en cualquier Rasgo (Atributos, Habilidades, Trasfondos). Los Atributos cuestan cinco puntos gratuitos por punto adicional, las Habilidades dos por punto, y los Trasfondos uno por punto. También puedes gastar los puntos gratuitos en Númenes, las facultades sobrenaturales que puede manifestar un mortal. Los Númenes incluyen Teurgia, Fe y poderes psíquicos (que no están explicados en este libro). Cada punto adicional de Fuerza de Voluntad cuesta un punto gratuito.
Númenes Tu Inquisidor mortal puede usar puntos gratuitos para adquirir diversas facultades sobrenaturales accesibles para humanos. Estas facultades están agrupadas en la vasta categoría de Númenes. Hay tres tipos de Númenes: Teurgia, Fe Verdadera y poderes psíquicos. Teurgia Este es el nombre que reciben las raras artes mágicas practicadas por la Inquisición. En su forma de operar, en la práctica, en medios de adquirirla y en casi cualquier otra faceta, la Teurgia y la Magia Vulgar son exactamente lo mismo. Sin embargo, la Inquisición lo ve bajo una luz totalmente distinta. La Magia Vulgar, como todos los demás actos de hechicería, es de origen diabólico. La Teurgia, en cambio, es divina. Para la Inquisición, la Teurgia es magia que procede del Cielo. Encontrarás más detalles algo más adelante, en este mismo capítulo. Fe Verdadera La Fe es la más poderosa aliada que puede tener un cazador de brujas. Con ella es posible expulsar a las criaturas sobrenaturales, resistirse a su magia, o incluso hacer literalmente milagros. En última instancia, proporciona una defensa eficaz contra Vástagos y otros seres de las Tinieblas. La Fe Verdadera cuesta siete puntos gratuitos por nivel en el momento de la
creación del personaje. Un mortal debe tener una Humanidad mínima de 9 para tener puntuación en Fe. Poderes psíquicos Aunque los poderes psíquicos pueden ser considerados una forma de Númenes, tales facultades no son del agrado de la mayoría de los Inquisidores; es tan probable que sean vistos como marca del demonio como que las consideren dones de Dios. Los poderes psíquicos no están tratados en este libro; puedes encontrar detalles en Vampiro: Guía del Jugador, Cazadores Cazados y La Mano Derecha de la Ascensión.
Trasfondo personal Por último, debes insuflar algo de vida a tu personaje, si estás trabajando a partir de un concepto fuerte y sólido, tendría que ser relativamente fácil. Deberías considerar su aspecto (incluyendo cómo viste ¿lleva alzacuellos?), contactos (mayores y menores), especialidades y equipo importante.
Cenáculo También deberías dedicar algo de tiempo al cenáculo de tu personaje: el grupo de Inquisidores al que pertenece. ¿Cuánto tiempo lleváis juntos? ¿Es tu primer cenáculo? ¿Qué opinas de tus camaradas Inquisidores? Por lo general, la Sociedad de Leopoldo no asigna a sus miembros a uno u otro cenáculo, sino que se les permite unirse a uno de su elección. Los nuevos cenáculos no necesitan la aprobación de la Sociedad de Leopoldo para ser creados, pero si pretenden actuar en el seno de la misma, precisan la aprobación del Provincial local.
Preludio Los personajes mortales, incluyendo a los Inquisidores, deberían pasar por un Preludio, igual que los demás personajes de los juegos del Sistema Narrativo. Esto te dará
la oportunidad de contemplar y reconsiderar diversas facetas de la personalidad de tu Inquisidor, y de la mecánica del juego, así como ir acostumbrándote a interpretarlo. Un buen Narrador encontrará la forma de introducir en el Preludio el trasfondo, los Méritos y los Defectos, el cenáculo y la motivación de tu personaje. Si, por alguna razón, el Narrador no dirige a tu personaje a través de un preludio, entonces hazlo tú mismo, usando las siguientes preguntas como guía. Estas cuestiones complementan o reemplazan a las ofrecidas en Vampiro. ¿Cómo era tu vida antes de que te unieses a la Inquisición? ¿Cómo era tu vida cotidiana? ¿A qué te dedicabas? ¿Cuáles eran tus sueños? En resumen, deberías considerar la vida de tu personaje antes de convertirse en Inquisidor. Muy pocas personas normales son criadas para convertirse en cazadoras de brujas cuando crezcan, así que deberías pensar un poco en la vida previa del personaje. ¿Cómo fue tu primer encuentro con lo sobrenatural? ¿Cuál fue tu primer choque con el mundo invisible? ¿Oíste un coro angelical mientras rezabas en la iglesia, o fuiste visitado por el fantasma de un pariente muerto tiempo atrás? Deberías considerar cómo el personaje se percató de la existencia de un mundo denegado o escondido a la gente común. No tiene por qué tratarse de un acontecimiento desagradable: los sucesos sobrenaturales pueden ser de cualquier tipo, aunque siempre enigmáticos. ¿Qué te hizo convertirte en Inquisidor? ¿Qué es lo que te hizo desear terminar con la infestación sobrenatural? Puede tratarse del mismo acontecimiento de la pregunta anterior, pero también puede ser distinto. Sea como sea, debería haber algún catalizador, que justifique la decisión del personaje de convertirse en Inquisidor.
¿Actuabas en solitario antes de unirte a la Sociedad de Leopoldo? ¿Fuiste reclutado al principio de tu carrera? ¿Los encontraste, o te encontraron ellos a ti? Si el personaje es miembro de la Sociedad, ¿tuvo una carrera en solitario, o con un grupo no afiliado de cazadores de brujas antes de convertirse en Inquisidor? ¿Dónde está situado tu cenáculo, y cómo te uniste a él? ¿Es el personaje parte de un nuevo cenáculo, o de uno con una larga historia? ¿Está fuertemente protegido contra la actividad sobrenatural, o resulta fácil infiltrarse en él? ¿Cómo fue tu noviciado? ¿Era tu Mentor amable y generoso, o vuestra relación fue normal en el mejor de los casos? ¿Estudiaste sólo durante un breve periodo de tiempo, o te consideraban incapaz de graduarte? ¿Fue tu Noviciado más parecido a un seminario o a un adiestramiento militar? ¿Formas parte de alguna facción, orden o secta en la Sociedad? ¿Tienes alguna ideología particular que te une a otras facciones, o eres un generalista, intentando mantenerte en lo posible con la corriente general? ¿Cuáles son tus motivaciones? ¿Por qué eres un cazador de brujas? ¿Venganza? ¿Sentido del deber? ¿Gloria? Deberías pensar un poco en qué es lo que lleva al personaje a una vocación relativamente insana. ¿Intentas llevar una vida normal? ¿Pretendes llevar una vida normal, ahora que eres un Inquisidor? ¿Ocultas a tu familia esta parte de tu vida? Dedica algo de tiempo a pensar si el personaje ha consagrado su existencia a la caza de vampiros o si es una actividad limitada. Las dificultades de intentar vivir una vida normal separada de la caza de brujas son obvias.
Inquisidores sobrenaturales Las posibilidades de que alguien no humano se convierta en Inquisidor son muy escasas, casi inexistentes. Pero nunca se puede establecer una regla rígida. Ciertamente, algunos sobrenaturales pueden desarrollar un fuerte odio hacia otros grupos de sobrenaturales, pero no es probable que se unan a la Inquisición para satisfacer su animosidad. Sí puede ser que un sobrenatural sienta la misma antipatía y celo religioso que la Inquisición y se una a su causa. No hace falta decir que esto puede dar lugar a muchas complicaciones. Un mortal que era Inquisidor o cazador de brujas antes de verse convertido en un sobrenatural, probablemente perecería o se volvería loco poco después de la transformación. Es probable que un Inquisidor Abrazado, por ejemplo, no reciba enseñanzas de la Estirpe sobre cómo
sobrevivir: suponiendo que evitase la locura o la muerte, seguiría encontrando tentador el suicidio. Unos pocos Inquisidores transformados podrían tener la suficiente fuerza de voluntad para sobrevivir por sí solos y continuar con su vocación anterior. De todas formas, les resultaría difícil desarrollar sus poderes y facultades sobrenaturales, pues no encontraría muchos maestros. Por supuesto, cualquier Inquisidor sobrenatural tendrá una existencia difícil. No sólo tendrá que encontrar un grupo de Inquisidores de mentalidad lo bastante abierta para fiarse de él, sino que también será con toda probabilidad el blanco favorito de los oponentes sobrenaturales. Los Inquisidores sobrenaturales son posibles, pero deben ser considerados una rareza; su concepto de personaje debería ser considerado y desarrollado muy cuidadosamente. Sus vidas son más trágicas que las de la mayoría.
Vástagos Casi ningún vampiro podría sobrevivir a la primera noche de su abrazo sin alguna instrucción básica. Un Inquisidor vampiro no podría ocultar su condición a sus compañeros, y la comunidad vampírica le consideraría un proscrito. Por supuesto, un Vástago con Fe Verdadera además de Disciplinas puede ser un enemigo muy poderoso para cualquiera.
Garou Los hombres lobo son tan raros en la Inquisición como los vampiros: la mayoría de ellos son adoptados y aleccionados por su tribu antes de tener la ocasión de convertirse en Inquisidores. Un Garou que se “convirtiese” a la Inquisición (algo muy improbable) quedaría separado de la sociedad Garou, pero podría acabar viendo a sus compañeros de cenáculo como su manada.
Nuevas Habilidades Secundarias A continuación te ofrecemos una descripción de diversas Habilidades Secundarias. Si tu Narrador prefiere no usar Habilidades Secundarias, trátalas como habilidades normales. Estas habilidades complementan o reemplazan a las Habilidades Secundarias aparecidas en Vampiro: Guía del Jugador. Los Narradores pueden decidir que las Habilidades Secundarias cuestan menos de adquirir durante la creación del personaje (por ejemplo, un punto de Habilidad suma dos a la puntuación en una Habilidad Secundaria, o el coste en puntos gratuitos es de uno por punto), o que la dificultad de las acciones tiende a ser más baja.
Talento
Magos
Homilías
Siempre se ha dicho que muchos Inquisidores son en realidad celosos miembros del Coro Celestial. Este rumor puede ser cierto: se dice que el Coro Celestial ha tenido alguna influencia en el desarrollo de la Inquisición, y que los Inquisidores pueden compartir algunos de los objetivos de los Coristas. Sin embargo, un mago Corista quedaría paralizado al operar con Inquisidores mortales, que no serán muy propensos a aceptar a un hacedor de maravillas entre ellos (los milagros deberían ser raros, después de todo); un Inquisidor Corista acumularía Paradoja con mucha rapidez, a menos que fuese muy hábil o practicase la magia sin testigos.
Puedes pronunciar persuasivas homilías y sermones inspirados. Consigues convertir casi cualquier acontecimiento cotidiano en una experiencia enriquecedora de la que extraer multitud de enseñanzas. Esto puede ser utilizado desde el púlpito, desde una esquina de la calle, o incluso en el bar local; la audiencia puede ser una congregación o un grupo de amigos. Novato: Puedes repetir una buena homilía que oíste una vez. Iniciado: Puedes elaborar un pequeño sermón por ti mismo. Competente: Puedes hacer esto cada semana si es necesario. Experto: Haces de verdad que la gente escuche. Maestro: Has cambiado vidas. Poseído por: Sacerdotes, Ministros, Oradores Motivacionales. Especialidades: Proverbios, Historias Verídicas, Alusiones Bíblicas.
Changelings Los Changelings son impredecibles, y con frecuencia resulta imposible comprender sus motivaciones para hacer cualquier cosa.
conocimientos Cultura de la Iglesia Conoces los verdaderos entresijos del funcionamiento de la Iglesia: quién es el jefe de quién, a quién evitar, quién disfruta de favores, y cómo poner la oreja. Si no estás en los círculos del poder, por lo menos saben dónde están. Conseguir acceso a ellos, o que te escuchen, ya es otra cosa. Estudiante: Sabes un poco más que el sacerdote o laico medios. Licenciado: Lees 30 días y El Osservatore Romano. Posgraduado: Has tenido tus experiencias y encuentros. Doctorado: Poco escapa de tu atención, y menos te sorprende. Erudito: Puedes predecir acontecimientos. Nada te sorprende. Poseído por: Sacerdotes, Obispos, Cazadores de Brujas, Políticos de la Iglesia. Especialidades: Colegio Cardenalicio, Opus Dei, Iglesia de EEUU, Vaticano.
Cultura de la Inquisición Conoces la historia de los cazadores de brujas, desde los primeros días de la Inquisición hasta las actuales operaciones de la Sociedad de Leopoldo. Estás muy versado en materias de liderazgo de la Sociedad, así como en sus actividades, historia y creencias. Se recomienda que todos los miembros de la Sociedad de Leopoldo tengan al menos un punto en esta habilidad. Estudiante: Conoces los datos básicos. Licenciado: Has aprendido unos cuantos detalles inusuales de interés. Posgraduado: Estás muy versado en la sabiduría de la Inquisición. Doctorado: Sabes tanto como los Inquisidores más estudiosos.
Erudito: Conoces los secretos de la Sociedad de Leopoldo. Poseído por: Inquisidores, Vampiros. Especialidades: Historia, Política, Organización, Regulación.
Cultura de lo Sobrenatural Conoces las diversas subculturas y criaturas del mundo de las Tinieblas. Cada tipo de cultura debe ser adquirido por separado: los conocimientos sobre vampiros no servirán de nada si estás cazando hombres lobo. Ningún personaje puede empezar con más de un punto en una Cultura dada; el resto debe nacer de la experiencia y la interpretación. Sólo en los niveles más altos tendrás un conocimiento íntimo y verdadero; siempre habrá algo de superstición, vaguedades y falsos rumores mezclados con la verdad que conoces. Aunque sabes algo de la historia de la Estirpe, puede que no seas capaz de distinguir entre el Sabbat y la Camarilla. Al contrario de lo que ocurre con Ocultismo, mucho de lo que has aprendido es cierto. Estudiante: La mayor parte de lo que sabes es de oídas. Licenciado: Estás relativamente informado sobre un grupo en particular. Posgraduado: Tienes un buen conocimiento del tema, lo bastante para mantener una discusión razonablemente inteligente. Doctorado: Sabes sobre vampiros (u hombres lobo) casi tanto como ellos. Erudito: Podrían aprender de ti. Poseído por: Cazadores de Brujas, Eruditos. Variedades (cada una debe ser adquirida por separado): Demonología, Changelings, Garou, Fantasmas, Vástagos, Momias, Magos.
Especialidades: Fisiología, Estructura Social, Política, Historia, Teoría de la Magia, Ideología (incluso aunque sea herejía).
Escrituras Has estudiado mucho las escrituras religiosas; según tus inclinaciones particulares, puedes haberlas estudiado en su contexto histórico o como auténticas revelaciones divinas. Estudiante: Citas a discreción, pero de forma imprecisa. Licenciado: Puedes contestar a muchas preguntas. Posgraduado: No sólo conoces bien las Escrituras, sino también su historia y su contexto. Doctorado: Tienes muchos conocimientos, desde lo más común hasta lo más oscuro. Erudito: Has encontrado significados nunca considerados o descubiertos. Poseído por: Sacerdotes, Ministros, Cazadores de Brujas, Eruditos, Creyentes, Iconoclastas. Especialidades: Islámicas (Corán), Cristianas (Antiguo Testamento, Evangelios Apócrifos, Nuevo Testamento), judías (Escrituras Hebreas).
Historia eclesiástica Conoces la Historia de la Iglesia a través de los tiempos, desde su origen hasta la época moderna. Comprendes la historia eclesiástica en el contexto de la historia seglar, política e intelectual. Esta Habilidad puede ser escogida también para la historia de otras religiones o tradiciones. Lo de “Eclesiástico” no tiene que ser una limitación: puede referirse a la historia del Islam, del budismo o del judaísmo tan fácilmente como a la del cristianismo. Estudiante: Aficionado o alumno de instituto.
Licenciado: Estudiante universitario o equivalente. Posgraduado: Estudiante graduado. Doctorado: Profesor o investigador. Erudito: Autoridad indiscutible. Poseído por: Eruditos, Entusiastas, Seminaristas, Sacerdotes. Especialidades: Bíblica, Post Bíblica, Cristianismo Primitivo, Medieval, Reforma, Ilustración, Moderna.
Ritos Conoces los requisitos de pompa y circunstancia apropiados para cumplir los deberes eclesiásticos (de la religión escogida). Todavía más importante que el conocimiento litúrgico medio, dominas invocaciones y rituales religiosos formulados para ser efectivos contra lo sobrenatural, como por ejemplo, el rito romano del Exorcismo. No necesitas haberlos memorizado; pueden estar en tu breviario (u otro manual similar). Estudiante: Monaguillo. Licenciado: Ministro laico. Posgraduado: Sacerdote. Doctorado: Obispo. Erudito: Cardenal. Poseído por: Cazadores de Brujas, Exorcistas, Sacerdotes. Especialidades: Exorcismo, Misa Diaria, Bendiciones, Ordenaciones.
Cambios en los Trasfondos Hay Trasfondos obviamente inaplicables a mortales (por ejemplo, Generación o Rebaño). Otros exigen alguna explicación o modificación para los mortales en general, o para los Inquisidores en particular. También hay algunos nuevos, especiales para Inquisidores.
Aliados
Criados
Los Cazadores de Brujas llevan una vida bastante aislada y peligrosa, con poco espacio para otros Aliados que no sean también Cazadores de Brujas. A veces, sin embargo, mantendrás el contacto con personas del período previo de tu nueva carrera, particularmente si les prestaste alguna ayuda en el pasado.
Los Criados suelen ser Inquisidores o aliados de la Inquisición que están en deuda contigo de alguna forma, o que te han sido asignados. También puede tratarse de mero personal de apoyo al que pagas personalmente. Pueden ser novicios e incluso Condotieri (aunque normalmente novatos e inexpertos). Puedes crear a los Criados con las reglas normales, pero usando sólo 10 puntos gratuitos. No esperes un criado “perfecto”, astuto, fuerte, obediente, con varios númenes y que además sea un maestro con las pistolas. Tus criados han de estar tan cuidadosamente equilibrados como cualquier otro personaje. Los Inquisidores por debajo del rango de Conciliar no disponen de Criados de la Sociedad; deberán ser individuos pagados particularmente.
Cenaculum El Cenaculum es tu hogar y base de operaciones. Con frecuencia, los Inquisidores eligen vivir en terreno sagrado o zonas que han sido de alguna forma bendecidas por su tradición o protegidas por ritos teúrgicos, además de medidas de seguridad modernas. Se sabe que tales lugares impiden la entrada de vampiros, demonios u otros espíritus diabólicos, así como reducen la eficacia de los hechizos hostiles lanzados contra los Inquisidores. Cada punto en este Trasfondo da un punto para la creación de Cenacula. Consulta el Apéndice para encontrar detalles más completos sobre la construcción de un Cenaculum. Hablando con propiedad, Cenaculum es el término usado por la Sociedad de Leopoldo. Otros cazadores de brujas pueden usar términos como Rectoría, Sanctum o Logia para este Trasfondo. Los Inquisidores pueden tener un Cenaculum u otro retiro sin disfrutar de los beneficios específicos de este Trasfondo.
Contactos Los Contactos son simplemente fuentes de información: pueden pertenecer a la Sociedad (por ejemplo, otro Cenaculum) y estar dispuestas a proporcionar toda la información disponible. Otra posibilidad es que sean ajenas a la Inquisición, ya se trate de un organismo público, otra orden religiosa... etc.
Fama Los Inquisidores evitan la Fama casi tanto como los vampiros a los que persiguen. Puede que este Trasfondo te permita conseguir más favores y tener más influencia en la sociedad mundana, pero puedes ser reconocido con mucha facilidad. El anonimato es un buen amigo del Inquisidor; conviene evitar la fama, pues no te permite el secreto. Si eras famoso antes de convertirte en cazador de brujas, es probable que “desaparecieras” de la atención pública.
Mentor Tu Mentor es la persona que te inició en la Inquisición. Puede ser un miembro de la Sociedad de Leopoldo, o un cazador solitario. Lo corriente es que los Inquisidores tengan mentores que también pertenezcan a la Sociedad. Independientemente de esto, cuando más elevada sea tu puntuación en este Trasfondo, más influencia tendrás entre los cazadores de brujas, y mejor será su reputación. Otra posibilidad es que una puntuación baja refleje un Mentor poderoso,
pero que no siempre está disponible para ayudarte cuando lo necesites. Los Mentores en la Sociedad de Leopoldo suelen ser llamados Padres Confesores (o Madres Confesoras, en su caso).
Posición La Posición en la Sociedad de Leopoldo está basada en la reputación, el conocimiento y la longevidad: un cazador de brujas de larga vida tiene mucho que ofrecer, mientras que uno que haya vivido poco sólo podrá enseñar sus errores desde el otro lado del Manto. Por supuesto, tener amigos en las altas esferas siempre es una ayuda. No importa cuál sea su posición, un miembro de la Sociedad recibe siempre el nombre de “Inquisidor”. El término es casi exclusivo de la Sociedad de Leopoldo; los cazadores de brujas ajenos a ella usan cualquier nombre que les parezca apropiado: cazador de brujas, cazavampiros, etc. Generalmente, posición y autoridad son sinónimas, pero no siempre ocurre así. Un Inquisidor puede tener Posición 5, pero haber rechazado continuamente cualquier rango superior al de Conciliar. Los Inquisidores sin puntuación en este Trasfondo empiezan como Novicios. Terciario. Conciliar. Abbé. Censor. Provincial.
Recursos La Sociedad puede proporcionar albergue y una pequeña asignación a sus nuevos miembros, por lo común, no más de un punto. Una puntuación más elevada debe provenir de tu familia, de otro trabajo o de alguna otra fuente de ingresos.
Reliquia Las Reliquias son objetos de gran potencia sobrenatural, y se trata de armas muy
útiles para la Inquisición. Este Rasgo de Trasfondos te permite comenzar el juego con una Reliquia en tu poder. Quizá sea una herencia familiar o un legado de tu Mentor, o la encontraste al principio de tu carrera y la Sociedad no te ha pedido que se la entregues. El Narrador debe crear alguna Reliquia apropiada: aunque puedes hacer sugerencias, la decisión final es suya, y también decide el valor del objeto. Puedes encontrar algunos ejemplos de Reliquias en el Capítulo Cuatro y en los libros Cazadores Cazados, Salones del Arcanum y Vampiro: Edad Oscura. Reliquia menor. Reliquia importante. Reliquia de poder significativo. Reliquia muy buscada y mencionada en varias leyendas. Reliquia de increíble poder.
Turba Los Inquisidores avispados tienen algo más que el poder de Dios tras ellos; tienen una buena Turba bien armada y dispuesta al linchamiento. Esta Turba suele ir creándose con el paso del tiempo, a medida que el Inquisidor va consiguiendo más y más aliados en una región determinada. Esta gente no está tan educada como tú (al menos, no en lo que respecta en las formas de actuar del Enemigo), y puede que no sean capaces de mover montañas con su fe, pero es una buena sensación tener el respaldo de una enfurecida muchedumbre temerosa de Dios, y armada con garrotes y antorchas. Tu puntuación en Turba representa un poco de músculo adicional en momentos apurados. 2 personas. 4 personas. 7 personas. 15 personas. 25 personas.
Méritos y Defectos El concepto de Méritos y Defectos fue introducido en Vampiro: Guía del Jugador. Añaden profundidad a los personajes, así como algunas capacidades y limitaciones únicas. Son adquiridos con puntos gratuitos. Su uso es optativo, y el Narrador puede no permitirlos, o restringirlos, si lo considera conveniente. Muchos de los Méritos y Defectos de Vampiro son aplicables también a mortales; las excepciones son aquéllos obviamente pensados para Vástagos: Niño, Digestión selectiva, y demás. Ciertos Méritos y Defectos pueden incluso ser comunes para cazadores de brujas, como Fin Superior, Objetivo Dominante, Código de Honor, Intolerancia, Voluntad de Hierro, Timorato o Venganza. Te ofrecemos algunos nuevos Méritos y
Defectos aplicables a la Inquisición y otros cazadores de brujas. Unos cuantos han sido adaptados de otros productos de la serie Vampiro.
Psicológicos Adiestramiento Aislado (Defecto de 1 punto) Tu padre era un Inquisidor, o fuiste adoptado por la Sociedad a una edad muy temprana. Llevas toda la vida entrenándote para ser Inquisidor, un guerrero de la Sociedad de Leopoldo. Desgraciadamente, tienes una comprensión muy limitada del mundo exterior. Tienes una penalización de un dado a todas tus tiradas Sociales cuando te encuentres en un medio ajeno a la Sociedad de Leopoldo.
Anacronismo (Defecto de 1 punto) Este defecto es exactamente igual al de Vampiro: Guía del Jugador; no obstante, su valor en puntos es menor, pues tiene un efecto más limitado.
Histeria religiosa (Defecto de 3 puntos) Incluso entre los más devotos hay quien lleva las cosas demasiado lejos. Al contrario que los extáticos, que tienen visiones ocasionales del Cielo, las tuyas parecen un poco demasiado frecuentes e insostenibles. Lo ves todo como una profecía o una señal de Dios, hay ángeles y demonios por todas partes, y nunca leerás el Buen Libro demasiadas veces. La diferencia entre este defecto y el Mérito Extático (ver más abajo) es que la gente no te toma en serio. Tienes una penalización de un dado en todos tus encuentros sociales.
Mentales Voluntad de Hierro (Mérito de 4 puntos) Este Mérito es exactamente igual al que aparece en Vampiro: Guía del Jugador, no obstante, es un punto más caro para los cazadores mortales.
Timorato (Defecto de 3 puntos) Este Defecto es como el que aparece en Vampiro: Guía del Jugador, pero vale un punto más (haciendo un total de tres) para los cazadores mortales. Los Inquisidores con este Defecto no podrán usar Teurgia (o Taumaturgia), pues su voluntad es demasiado débil para ello.
Aptitudes Líder Nato (Mérito de 1 punto) Tienes aptitudes de líder. Aunque nadie te cederá sin más tu autoridad, consentirán en “seguir tu guía”. Resta 3 a la dificultad de
cualquier acción relacionada directamente con el liderazgo.
Sobrenaturales Los siguientes Méritos y Defectos son particularmente raros, incluso en el seno de la Sociedad de Leopoldo. Aunque tu personaje no debería convertirse en un compendio andante de Méritos y Defectos sobrenaturales, la limitación aconsejada de uno o dos sube a tres o cuatro, a discreción del Narrador, que tiene la última palabra al respecto.
Inocente (Mérito de 1 punto) Siempre te ven bajo la luz más positiva, a menos que haya pruebas para lo contrario. Si haces algo malo y no es fácil atribuírtelo, probablemente se le echará la culpa a otro. Esto no significa que seas “un inocente”... sino que todos piensan que lo eres.
Aura de Santidad (Mérito de 2 puntos) Tu aura, no importa el color que tenga, es inusualmente brillante para quienes puedan verla. Eres prácticamente un faro entre los demás mortales, ardiendo con devoción religiosa. Incluso quienes no pueden ver auras son atraídos de inmediato a tu presencia. Algunos sobrenaturales pueden ver esto como algo positivo; es probable que otros, particularmente los Vástagos, se muestren hostiles. Muchos creerán que posees grandes poderes (independientemente de la verdad) y te mostrarán el respeto adecuado.
Ecuménico (Mérito de 2 puntos) Aunque eres un firme devoto, reconoces las obras de Dios en otras religiones. Normalmente, al usar la Verdadera Fe, debes usar un símbolo sagrado de tu confesión religiosa; pero con este Mérito, ves la chispa divina en otras religiones distintas a la tuya, y eres capaz de usar sus iconos religiosos y su terreno sagrado cuando te enfrentas a lo sobrenatural. Es probable que un grupo de individuos de diferentes tradiciones religiosas,
pero todos con este Mérito, pueda “acumular” su Fe para conseguir mayores efectos.
Extático (Mérito de 2 puntos) Este es un mérito de beneficios dudosos. Eres bastante propenso a mostrar los rasgos típicos del éxtasis religioso: estigmas, glosalia (hablar en idiomas desconocidos), visiones, trances y demás. Aunque algunos pueden considerarte un histérico religioso (ver más arriba), la Sociedad te ve como un “tocado por Dios”. Suma un dado a las tiradas relacionadas con la interacción social en el seno de la Inquisición.
Independencia de Símbolo (Mérito de 3 puntos) El uso de la Fe Verdadera contra una criatura sobrenatural exige normalmente el uso de un símbolo sagrado. Sin embargo, los Inquisidores y otros cazadores con esta Virtud están libres de esta restricción; pueden usar su Fe sin necesidad de muletas psicológicas o religiosas.
Voz tranquilizadora (Mérito de 3 puntos) Tu voz calma y tranquiliza a quien la oye, casi hasta el punto de inducir un trance. Suma dos dados a las tiradas directamente relacionadas con el uso de tu voz (cantar, predicar, dar órdenes... etc.).
Consciencia de la Hechicería (Mérito de 4 puntos) Por alguna razón, estás bendecido con la facultad de detectar cuándo alguna de las artes del Diablo (es decir, magia) está en uso o ha sido empleada en un radio de tres metros en torno a ti. Esto incluye también todas las Disciplinas y Dones. Qué es lo que puedes saber de esa magia, depende del número de éxitos que obtengas en una tirada de Percepción + Ocultismo (dificultad 8).
Facultad Profética (Mérito de 4 puntos) Dios te habla mediante señales y portentos, visiones e imágenes. Algunas visiones pueden ser precognitivas, y otras, avisos o consejos. No puedes pedir o inducirte una visión profética; llegan en su momento. Estas visiones van de lo obvio a lo simbólico; su naturaleza exacta y sus efectos quedan a discreción del Narrador. Este Mérito debería proporcionar momentos dramáticos, no convertirse en una herramienta para que los personajes encuentren la solución de la trama.
Fuente de Vida (Mérito de 5 puntos) El poder curativo de Dios corre a través tuyo. El daño no agravado (normalmente una distinción irrelevante para los mortales, que carecen de medios sobrenaturales de curación) sana como si fuese un nivel más bajo. Si estás herido, te curarás ese nivel en una semana; si estás magullado, en unas pocas horas. Si estás ileso, quienes se encuentren bajo tus cuidados médicos se curarán también de forma más rápida. Observa que esto puede parecer “milagroso”, pero no será científicamente verificable. No serás canonizado por ello. Desgraciadamente, los vampiros encuentran tu carne particularmente fuerte y sabrosa... el doble de potente que la de los demás mortales, de hecho. Y todavía mejor, te curas muy rápido. Los vampiros te ven como una especie de buffet libre...
Visión Diáfana (Mérito de 6 puntos) Puedes ver a través de todos los niveles de Ofuscación, Quimerismo y otras disciplinas o dones relacionados con una tirada de Percepción + Alerta (a una dificultad igual al nivel del poder oponente +3).
Puño de Dios (Mérito de 7 puntos) Con este Mérito, puedes infligir daño agravado a un vástago u otra criatura sobrenatural con un simple golpe. Ponte de acuerdo con el Narrador para desarrollar una
buena razón para este efecto. El daño infligido es el normal de Pelea, pero se considera agravado para los sobrenaturales. Sólo los mortales con Humanidad 7 ó superior pueden adquirir (o conservar) este Mérito.
Ofensivo para los animales (Defecto de 1 punto) Por alguna razón, los animales se crispan a tu contacto, y se sienten incómodos en tu presencia. Quizá se deba a que estás mancillado por tu relación con lo infernal, o simplemente no les guste tu olor. Por la razón que sea, los animales permanecen alborotados mientras estás cerca, incluyendo los perros que puedan custodiar tu Cenaculum. Tienes dos dados de penalización en cualquier acción relacionada con los animales. (Nota del Traductor: Por lógica, y aunque el texto no lo dice, se supone que en las acciones que impliquen el trato amistoso o el empleo de animales; el Defecto no resta dados a una tirada para pegarle una patada a un perro
ghoul, o para investigar acerca de algún tipo de serpiente en la biblioteca).
Inquisición
Enemigo sobrenatural (Defecto de 1 a 5 puntos) A causa de un incidente del pasado, tienes un enemigo que es un vampiro, un hombre lobo u otra criatura del Maligno. No será una amenaza constante, pero puede aparecer en cualquier momento para acosaros a ti y a tus compañeros. Cuanto más poderoso es, o más frecuentes son sus apariciones, mayor es el valor del Defecto. Debes determinar quién es tu enemigo, (aunque será el Narrador quien se ocupe de crearlo), y qué es lo que tiene contra ti; se puede incluir fácilmente en el preludio de tu personaje. Recuerda que los Inquisidores se ganan enemigos con regularidad: este Defecto indica que alguien está particularmente interesado en arruinar tu vida.
Rebelde (Defecto de 1 a 3 puntos) Por alguna razón, eres (y probablemente también tus aliados) considerado un rebelde por los demás Inquisidores. Según tu reputación, puede que simplemente te eviten (y no esperes que nadie te ayude), o que te odien de verdad, incluso tanto como a los sobrenaturales. Puede haber una razón para esto, o simplemente tratarse de un caso de mala reputación, o incluso puede que hayas sido difamado por algún Vástago (particularmente de los anarquistas, que adoran hacer este tipo de jugadas a los Inquisidores).
Amistad Secreta (Defecto de 2 puntos) Tienes una amistad secreta con un habitante del Mundo de Tinieblas: un vampiro, un hombre lobo, un mago, o cualquier otra entidad sobrenatural. De llegar a saberse, no sólo acabaría con tu reputación entre los cazadores... sino que te pondrían en
su lista. Debes ocultar todos tus actos que tengan relación con esta amistad, y estás paranoico con que tu secreto esté al borde de ser descubierto (que lo está).
Cenáculo Deshonrado (Defecto de 2 puntos) Tu cenáculo arrastra la vergüenza de algún hecho del pasado; se le considera menos prestigioso, menos fiable o ineficaz.
Herencia Oscura (Defecto de 2 puntos) Tu linaje está manchado a los ojos de la Inquisición. Puedes haber tenido un lejano antepasado que fue quemado en la hoguera por practicar la brujería, o se cree que alguno de tus parientes se ha convertido en un hijo de Caín, o que la licantropía se encuentra en tu sangre. En cualquier caso, la Inquisición considera que tu linaje está mancillado, y que algún día puedes convertirte en una amenaza
(después de todo, son “los pecados del padre”). Aunque tu herencia no tenga ningún otro efecto (en forma de Méritos, Defectos, Atributos o alguna cosa), tienes lo que tú y otros veis como una mancha en tu alma.
Sociedad Rango Eclesiástico (Mérito de 1 a 3 puntos) Además de pertenecer a la Sociedad de Leopoldo, eres también miembro de la jerarquía de la Iglesia Católica. Este Mérito determina tu rango exacto. Ten en cuenta que cualquiera que tenga un rango elevado estará al menos por los 35 años de edad.
Físicos
Sueño ligero (Mérito de 1 punto) Necesitas menos sueño que los demás mortales: puedes funcionar bastante bien con cuatro horas por noche. Si el Narrador impone penalizaciones por falta de sueño a los demás mortales (sugerimos uno o dos dados), estás exento de las mismas. Obviamente, esto hace que tu actividad diurna cunda mucho más, ya seas un Inquisidor o un cazador freelance.
Envejecido (Defecto de 3 puntos) Ya no estás tan cacha como antes: debes restar un punto de alguno de tus atributos físicos (el que quieras). Puedes adquirir este Defecto una vez por cada década por encima de los 40 años.
Númenes Así pues, tomad la armadura de Dios... Manteneos firmes, habiendo protegido vuestros torsos con la verdad, y la coraza de la justicia... embrazad el escudo de la fe, que os permitirá detener los fieros dardos del Maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios. - Efesios, 6: 13-17.
Si, como expone la Sociedad de Leopoldo, las criaturas sobrenaturales que infestan la tierra son la vanguardia del Anticristo, los mortales parecen estar en desventaja: los sobrenaturales tienen un vasto surtido de “poderes” (por usar un término tan banal) a su disposición. Pero los mortales no están del todo indefensos frente a lo sobrenatural. Además del espíritu humano, con su firme tendencia a reforzarse frente a la adversidad, algunos mortales han aprendido a extraer el poder directamente del Cielo, mediante un conjunto de facultades conocidas en general con el nombre de Númenes. La Sociedad de Leopoldo, en su lucha centenaria contra los poderes de la oscuridad, está llena de hombres y mujeres con Númenes. Las dos armas principales a las que pueden recurrir estos mortales son la Fe y la Teurgia. Es más, los mortales han aprendido a recurrir al santuario de la Iglesia y al terreno sagrado, así como al poder presente en las reliquias de la fe. La Inquisición ha descubierto la mejor forma de aprovechar estas armas, y este capítulo detalla su funcionamiento, usos y efectos.
Teurgia Cuando Jesús niño tenía cinco años, estaba jugando junto a un arroyo… Hizo barro y moldeó doce gorriones… Jesús dijo unas palabras y gritó “Marchad” y los gorriones se fueron volando entre gorjeos. -El Evangelio de infancia de Tomás. Uno de los temas más debatidos en la Sociedad de Leopoldo es el uso de la Teurgia. Estrictamente hablando, la Teurgia es el uso de la magia gracias a la ayuda (o el control) de buenos espíritus. La práctica de la Teurgia fue introducida en la Sociedad durante el Renacimiento, cuando las “antiguas artes” de la alquimia y la magia estaban siendo redescubiertas por los estudiosos cristianos (varios de los cuales, por cierto, fueron quemados por herejía). Algunos alegan que un repentino declinar de la fe había debilitado
a la Iglesia en general, y a la Sociedad en particular. Era una época de paradigmas en conflicto, con la Iglesia perdiendo su hegemonía filosófica. En 1523, Augusto Gracián, un franciscano español, sugirió en un Concilio privado que la Sociedad considerase aceptar la Teurgia. Esta propuesta dio pie a un debate que incluyó, entre otras cosas, sugerencias de que Augusto fuese enviado a la hoguera. Los argumentos a favor y en contra de la Teurgia eran muchos, extraídos de la filosofía y la de historia de la Iglesia. Augusto, en un elocuente discurso, proclamó que la Iglesia y la Sociedad estaban en una nueva época, en la que los avances y conocimiento de las sociedades paganas podrían ser usados para gloria de la Iglesia. Este debate no hizo sino reflejar la discusión acerca de magia “espiritual” o “demoníaca” que se estaba dando en círculos eclesiásticos e intelectuales de toda Europa. Augusto persuadió a unos pocos Inquisidores, el más importante de ellos el Inquisidor General del momento, también franciscano. En un documento oficial, éste autorizó “el uso y práctica de la Teurgia, para la mayor gloria de Dios y la Iglesia y en defensa de la humanidad contra los soldados del Enemigo”. Augusto, habiendo estudiado en secreto las artes Teúrgicas con los judíos de España, comenzó el proceso de enseñárselas a unos pocos discípulos escogidos. Muchos miembros de la Sociedad siguen teniendo una visión muy difusa de la Teurgia, que no parece muy distinta de la Goecia (magia que invoca a los espíritus malignos) o de cualquier otra práctica taumatúrgica. La magia, sencillamente, es magia, y la magia es maligna. Incluso el empleo de magia “buena” abre la puerta a la tentación y la condena, y algunos creen que simplemente la Sociedad no tiene sitio para la Teurgia en su seno. Los detractores de la Teurgia llaman abiertamente a sus practicantes “Faustos”, en la creencia de que
han vendido sus almas, o “Simonitas”, por el mago al que derrotó San Pedro: en algunas ocasiones, incluso han llegado a negarse a operar en cenáculos que incluyan a un practicante de esas artes, Para sus defensores, la Teurgia es sencillamente otra forma de invocar la ayuda del Cielo: aunque es verdaderamente una forma de magia, se trata de una variedad santificada. La magia que procede de Dios debe ser buena. Si se les fuerza a discutir, ciertos Teurgos insinuarán que los mismos sacramentos de la Iglesia son poco más que invocaciones teúrgicas.
Sistema La Teurgia, a efectos operativos, es simplemente magia vulgar. Sus efectos reproducen frecuentemente los resultados de otras formas de magia vulgar; el Teurgo cristiano no actúa de forma muy distinta a un satanista, un ocultista menor o un hechicero gitano. No obstante, la suya es una magia vulgar revestida de liturgia cristiana y metáforas sagradas. Las operaciones de Teurgia requieren al menos una breve invocación, usualmente del nombre de Dios; otras veces, la invocación será en prolongados rituales. Hay diversos Caminos de Teurgia, similares a las Sendas de Magia Vulgar. Algunos se centran en la curación, otros en la destrucción. Algunos Teurgos se comunican con los muertos, y otros con el mundo espiritual. Los Caminos que detallamos aquí representan más comunes. Hay otros, pero son más raros. Se anima a Jugadores y Narradores a crear más Caminos en sus crónicas. Ten esto presente en cuanto a la Teurgia: El nivel en el Camino determina lo que puede hacer el Teurgo. Debe celebrarse algún tipo de ritual o usarse un foco. Los rituales pueden llevar un turno por nivel del Camino y requerir varios
éxitos. Algunos Caminos cuestan un punto de Fuerza de Voluntad. Debe hacerse una tirada de Atributo + Habilidad, normalmente Inteligencia + Ocultismo. La dificultad es normalmente el nivel del Camino +4. Puedes encontrar más información sobre magia vulgar en La Mano Derecha de la Ascensión, un suplemento de Mago: La Ascensión. Cada Camino debe ser aprendido por separado. Adquirir Caminos de Teurgia durante la creación del personaje cuesta siete “puntos gratuitos” por nivel. Cada punto en el Camino incluye además un ritual de ese nivel. Los Rituales adicionales cuestan tres puntos gratuitos cada uno, o el nivel del Camino x3 en puntos de experiencia. Es decir, que aumentar el nivel en Teurgia de dos a tres, costaría catorce puntos de experiencia, y otorgaría además un Ritual de nivel tres; un Ritual adicional costaría nueve puntos.
Via Medicamenti Los Teurgos que practican la Via Medicamenti, el Camino del Remedio, son sanadores; tienden a ser muy apreciados durante los Autos de Fe peligrosos. La Via Medicamenti compondrá huesos, detendrá hemorragias e incluso anulará el daño sufrido. Los Teurgos necesitan algún tipo de conocimiento médico para utilizar este Camino con éxito. El daño agravado no puede ser curado con la Via Medicamenti. Efectos Tirada: Manipulación + Intuición; cuesta un punto de Fuerza de Voluntad por dolencia. Puedes mitigar dolores menores: el problema no desaparece, pero el paciente se siente mejor durante un tiempo. Luxaciones e infecciones menores se curan más rápidamente bajo tus cuidados: Los personajes Magullados, Lesionados o Lastimados se curan un 50% más rápido.
Todo el daño hasta Tullido se cura a una velocidad al doble de lo normal, sin riesgo de infección. Puedes reducir temporalmente (durante una escena) la penalización de dados por un nivel de daño hasta Tullido, y ayudar a un personaje Incapacitado a ponerse en pie y andar. Sin embargo, las heridas en sí requieren tratamiento para sanar. Puedes curar enfermedades crónicas como el asma o la artritis, pero cuesta tiempo y esfuerzo. Incluso los Incapacitados se curan un 50% más rápido de lo normal, y tu toque mitiga cualquier daño, excepto el más extremo. Puedes curar incluso condiciones mortales, pero te exige mucho, y requiere semanas de tratamiento. Los huesos rotos y traumas importantes se curan en un período de cuidados de entre una y tres semanas.
Via Ignis La Via Ignis es un Camino de purga y condenación: con ella, el Teurgo hace que los Condenados experimenten las voraces llamaradas del infierno antes de su Muerte Definitiva, y recuerda a los infernales que nunca podrán escapar de verdad. La llama del Teurgo (a veces llamada Fuego Sagrado) está alimentada por la ira divina. La Via Ignis invoca lo que parece ser fuego ordinario, pero que quema incluso a los que están protegidos contra las llamas normales. No requiere ningún Ritual; sencillamente, el fuego aparece en la mano del Teurgo (sin quemarle). Para afectar a cualquier otra cosa, el Teurgo debe ser capaz de tocar a sus objetivos, lo que normalmente requiere pasar una tirada de Destreza + Pelea o Atletismo. Si el Teurgo está golpeando a su oponente, debe usar Pelea; por supuesto, el daño normal por Pelea se suma al infligido por el Fuego. Los Teurgos pueden invocar el Fuego Sagrado de forma que cubra cualquier arma blanca que estén usando, y que no será consumida por las
llamas; el daño infligido por el arma se suma al del Fuego. El nivel en el Camino refleja cuánto daño hace el Fuego Sagrado: es daño agravado y hace la mitad de daño (redondea hacia abajo) cada turno hasta que se extingue. El Fuego Sagrado puede ser apagado de la misma forma que el fuego normal. Efectos Tirada: Destreza + Pelea dividido por el Atletismo. Coste: 1 punto de Fuerza de Voluntad (dificultad 6; la dificultad de envolver en llamas un arma es 8). Un dado de daño. Dos dados de daño. Tres dados de daño. Cuatro dados de daño. Cinco dados de daño.
Via Geniorum La Via Geniorum es uno de los Caminos de los que más desconfían los detractores de la Teurgia; los Teurgos que lo practican tratan con el reino de los espíritus y los demonios, una ocupación muy desabrida. Los Teurgos que practican la Via Geniorum argumentan que todas las criaturas están en última instancia bajo la autoridad del cielo, incluyendo espíritus y demonios. Creen que hay todo un espectro de espíritus que no están aliados con el Cielo ni con el Infierno; pero pueden ser puestos fácilmente bajo el poder divino. Tal distinción es vista, en el mejor de los casos, como un juego semántico por los detractores de la Via: un demonio con otro nombre... Por supuesto. La mayor parte de quienes practican esta Via tienden a no revelar sus inclinaciones más que a otros Teurgos de confianza, no vayan a ser convocados por algún Censor curioso... Rituales La Via Geniorum es una compilación de Rituales específicos y niveles graduados de
poder. Los Rituales se dividen en cuatro categorías: Invocación, Atadura, Expulsión y Protección. Los Rituales de Invocación son los que permiten al Teurgo llamar a los espíritus. La Invocación requiere pasar una tirada de Carisma + Ocultismo (la dificultad suele ser 9) y tiradas extendidas de 8 ó más éxitos. Cada tipo de espíritus requiere un Ritual distinto. La Atadura permite a un Teurgo obligar a un espíritu a prestarle servicio. Los Rituales de Atadura varían de una criatura a otra, y dependen por lo general del conocimiento del verdadero nombre del espíritu. Recuerda que no basta con “acercarse”: no hay sitio para las adivinanzas. Se sabe de ciertos Rituales que exigen sacrificios o pagos de algún tipo, pero los Teurgos los desprecian, pues ponen al practicante en una posición de regateo, algo indigno del poder divino. Las Ataduras requieren una tirada de Manipulación + Ocultismo (normalmente a dificultad 8). Los Rituales de Expulsión permiten que el Teurgo obligue a una criatura a volver a su reino nativo. Se encuentran entre los Rituales más comunes de los más devotos Teurgos. Las tiradas y dificultades pueden variar tremendamente. Los Rituales de Protección protegen a las personas de diversos tipos de criaturas. Estos Rituales implican normalmente la creación de Sellos, que pueden ser pequeños objetos que quepan en una mano, o grandes círculos. Algunos pueden ser muy frágiles o fácilmente alterables, como un círculo trazado con tiza; otros son más duraderos, como un círculo grabado en el suelo. Los Teurgos suelen rodear sus Cenacula con intrincadas redes de Sellos protectores. Este Camino requiere una tirada de Astucia + Ocultismo (dificultad normalmente 7).
Grados Cada nivel en este Camino permite al Teurgo interacciones más complejas con fuerzas más y más poderosas. Los Rituales de invocación suelen ser los más fáciles de encontrar; a medida que van aumentando el nivel, disminuye la posibilidad de encontrarlos de otros tipos. En los rasgos superiores hay muy pocos Rituales conocidos: ni siquiera los Teurgos más competentes suelen aventurarse en este territorio. Llamada: Estos Rituales son sólo para invocar entidades espirituales. Invocación de Espíritus: Puede entrarse en contacto con espíritus de poca importancia (Gaflinos, elementales menores, Servidores de bajo nivel...), pero no con verdaderos demonios. Estos Rituales exigen 5 ó más éxitos en una tirada extendida de Carisma + Ocultismo (dificultad 8). Hay otros diversos rituales de atadura, expulsión y protección frente a estos espíritus. Invocación Menor: Puede entrarse en contacto con espíritus más poderosos (demonios de bajo rango, o Servidores más poderosos); los rituales requieren 10 éxitos (dificultad 9). Hay otros diversos rituales de atadura, expulsión y protección frente a estos espíritus. Invocación Mayor: Pueden ser invocados Espíritus mayores y demonios llamados “tentadores” (los de bajo nivel). Tales espíritus y demonios pueden ser muy peligrosos, tanto para el alma como para el cuerpo del Teurgo: muy pocos, incluso entre los que llegan a este nivel, llegan a intentar estos rituales de invocación. Gran Invocación: Los tentadores de alto nivel, y otros Señores Preceptores, pueden ser invocados. Hay otros diversos rituales de atadura, expulsión y protección frente a estos espíritus.
Via Necromantiae La Via Necromantiae es un conjunto de Rituales diseñados para contactar con los
muertos o expulsarles. Se parecen en parte a los de la Via Geniorum, pero la Via Necromantiae no tiene grados. Comunión: Los Teurgos pueden intentar ponerse en contacto con los muertos haciendo una tirada de Carisma + Ocultismo (dificultad normalmente de 10). No obstante, si el Teurgo está en posesión de un objeto perteneciente al difunto, o con alguien próximo al mismo, la dificultad baja a 9. Si el Teurgo está en el antiguo hogar del fallecido (u otro lugar de gran significado para él) la dificultad baja a 8. Si se dan ambos factores, la dificultad es 7. Igualmente, si el Teurgo intenta contactar con el fallecido en un lugar donde el Manto (el velo entre el mundo de los vivos y el Mundo Subterráneo) es tenue (por ejemplo, un cementerio), resta 2 a la dificultad. Los Teurgos en posesión de alguno de los Grilletes del wraith (ver Wraith: El Olvido) restan 1 a la dificultad por cada Grillete. Mantener el contacto con los muertos es difícil. Cada éxito permite al Teurgo un minuto de comunicación. El tiempo puede doblarse gastando otro punto de Fuerza de Voluntad. Protección: Los Teurgos pueden proteger un área de las intrusiones fantasmales. Usando un Ritual cautelar, gastando un punto de Fuerza de Voluntad y pasando una tirada de Fuerza de Voluntad (dificultad 7), el Teurgo puede impedir a los wraiths que entren en la zona Protegida: cada éxito significa una semana de Protección. Expulsión: Los Teurgos también pueden usar esta Via para expulsar a un espíritu. Esto exige una tirada de Manipulación + Ocultismo (dificultad igual a la Fuerza de Voluntad del fantasma +3, máximo 10); se trata de una tirada resistida que exige un número de éxitos doble a la Fuerza de Voluntad del fantasma. Iniciar la expulsión cuesta ya un punto de Fuerza de Voluntad, pero ya no es necesaria más Fuerza de Voluntad por el resto de la pugna.
Se rumorea que, en realidad, algunos Teurgos usan la Via Necromantiae para entrar en el Mundo Subterráneo. Muchos Teurgos dicen que eso es imposible, y que no se sabe de ningún Ritual que lo permita. Otros se limitan a encogerse de hombros.
Via Oraculi Mediante la Via Oraculi, los Teurgos pueden atisbar en el desconocido futuro o ver el pasado no visto. Por supuesto, muchos miembros de la Sociedad (y de la Iglesia) argumentan que el futuro sólo es de Dios, pero los Teurgo contestan que, si los Oráculos Sibilinos predijeron acontecimientos en la vida de Jesús y el Juicio Final, no toda adivinación es necesariamente maligna. La Via Oraculi sólo puede ser utilizada tras la meditación y el rezo: dependiendo de la distancia a la que el Teurgo intente ver en el futuro (o en el pasado), el tiempo de preparación puede oscilar entre media hora y todo un día. Cuando un personaje intente usar la Via Oraculi durante una historia, el Jugador debe indicarle al Narrador la información que busca el personaje. La dificultad básica es 8 para la información muy general. Los datos más concretos pueden aumentarla a 9 ó 10. Por ejemplo, un Teurgo intentando adivinar si su Cenaculum será atacado esa noche tirará a dificultad 8. Si intenta adivinar cuántos atacantes serán, y de qué clase, la dificultad puede aumentar. El número de éxitos obtenidos en la tirada determina lo clara que es la adivinación del Teurgo. Generalmente, cada éxito debería darle un indicio o pista; esta pista vendrá como visiones simbólicas de breves representaciones abstractas. Las visiones del futuro no suelen venir con notas aclaratorias al pie de página. El nivel del Teurgo en la Via Oraculi determinará cuán lejos puede ver en el pasado o en el futuro. Cuento mayor sea su habilidad, más le rebelará el Cielo.
Efectos Tirada: Percepción + Ocultismo; Coste: 1 punto de Fuerza de Voluntad. Hasta 1 mes en el pasado o 2 semanas en el futuro. Hasta 1 año en el pasado o 6 meses en el futuro. Hasta 10 años en el pasado o 5 años en el futuro. Hasta 100 años en el pasado o 50 años en el futuro. Cualquier momento del pasado o el futuro (dificultad 10 para ver a más de 100 años en el pasado/50 en el futuro).
Fe Verdadera La importancia de la fe para la misma existencia de una tradición religiosa es incuestionable. Proporciona sostén a la tradición a través de siglos de desafíos intelectuales, luchas políticas y cambios culturales. Puede inspirar, puede motivar, puede insuflar vida en el alma doliente. Por supuesto, la fe en manos de personas de mentalidad estrecha puede ser peligrosa: para estos individuos, la fe parece implicar un comportamiento enjuiciador, e incluso destructivo. La fe puede crear y destruir por igual. La Fe Verdadera es algo muy raro incluso entre los religiosos. Es más que una convicción en Dios profundamente arraigada (en cualquier forma en que se pueda reverenciar al Todopoderoso), pues es más elevada y a la vez más profunda que la creencia convencional; se encuentra en el centro del alma de los creyentes. Es el florecimiento de lo Divino en el corazón de la humanidad, el susurro de Dios en el alma del creyente, el propio eje de su vida. Observa que la Fe Verdadera no implica ortodoxia, ni siquiera es mera piedad. Estamos hablando de Fe en lo divino, no en el Santo Oficio o en las enseñanzas de una Iglesia determinada. La Fe es una relación
individual con Dios, sin inhibiciones de dogma, liturgia o jerarquía. Aunque muchas personas con fe serán firmes creyentes en todo lo que la Iglesia (o cualquier tradición religiosa) tiene que ofrecer, alguien con Fe puede verse igualmente guiado por sus convicciones o inclinaciones religiosas particulares. La Fe es, sencillamente, el arma más poderosa en manos de un Inquisidor. Gracias a la Fe, un Inquisidor puede rechazar a los engendros de Caín, mitigar el frenesí de un hombre bestia hostil y resistir los ataques hechiceros de los magos. En última instancia, es posible hasta hacer milagros, aunque serán ocasiones verdaderamente raras e inusuales.
Sistema La Fe es un Rasgo con escala de 0 a 10: la mayoría de los personajes, mortales o no, tendrán una puntuación de 0. La Fe cuesta 7 puntos gratuitos por punto en el proceso de creación de personaje. Aumentarla mediante puntos de experiencia tiene un coste equivalente al nivel actual x 3 hasta el nivel 5. A partir de esta puntuación de Fe, cada aumento tiene el coste del nivel actual x 5. El personaje debe tener una puntuación mínima en Humanidad de 9 para tener Fe; si alguna vez su Humanidad cae por debajo de 9, pierde todos sus puntos de Fe, que sólo podrá recuperar tras un extremo arrepentimiento y actos de penitencia (y, por supuesto, tras haber recuperado el nivel de Humanidad exigido). Los sobrenaturales que puedan desarrollar Fe están limitados a un máximo de un punto, que cuesta siete puntos gratuitos.
Los efectos de la Fe La Fe tiene multitud de efectos, incluso en el más bajo de sus niveles. Como mínimo, puede ser añadida a las tiradas de Fuerza de Voluntad y Virtud. En momentos de gran necesidad, si un personaje ha agotado todos sus puntos de Fuerza de Voluntad, puede recurrir a su Fe: los puntos de Fe sustituyen a
los de Fuerza de Voluntad. Si también se agotan, el personaje queda por completo a su suerte. Los puntos de Fe perdidos de esta forma pueden ser recuperados mediante actos de devoción. Si se usó la Fe con éxito, debería ser recuperada casi con tanta facilidad como los puntos de Fuerza de Voluntad. Si su uso fue un fracaso, el personaje tendría que realizar más actos de devoción. Aunque la Sociedad ha llegado a descubrir que quienes tienen más piedad y fe pueden afectar a los sobrenaturales, mientras que los descreídos no son capaces, no cuantifica la Fe en “niveles de habilidad”. La Fe, en última instancia, desafía toda cuantificación.
Dominus Vobiscum Los mortales con puntuación de Fe pueden bendecir a otros personajes. La ordenación no es necesaria si el mortal tiene Fe. La forma de la bendición puede variar de acuerdo con la tradición. En la Católica Romana, la bendición suele consistir en que el sacerdote hace la señal de la cruz (haciendo un gesto cruciforme en el aire con la mano derecha) sobre la persona bendecida, mientras pronuncia una breve oración, como “el Señor sea contigo”. El efecto de una bendición puede variar según el contexto, añadiendo un toque de atmósfera al aspecto de la “mecánica” del juego. La dificultad de la tirada de Fe es 8, y el número de éxitos determina los resultados, sobre los que el narrador tiene la última palabra. La siguiente lista es sólo un ejemplo. Éxitos Efecto 1 El beneficiario se “siente” mejor, pero no ocurre nada más. 2 El beneficiario adquiere un punto de Fuerza de Voluntad temporal (hasta el final de la escena).
3
El beneficiario adquiere un punto de Fuerza de Voluntad temporal (como arriba), y un dado adicional a cualquier tirada de Habilidad. 4 El beneficiario adquiere un punto de Fuerza de Voluntad temporal (como arriba), y dos dados adicionales en la próxima tirada de Esquivar o de absorción de daño (a elección del jugador) que deba hacer. 5 El beneficiario adquiere un punto de Fuerza de Voluntad temporal (como arriba), y tres dados adicionales en la próxima tirada de Esquivar o de absorción de daño (a elección del jugador) que deba hacer. La bendición no debería ser un acto rutinario, llevada a cabo con desapego mecánico (“Compruebo mi munición, lleno el depósito del jeep, bendigo a mis aliados”). Debería llevarse a cabo en las ocasiones dramáticas apropiadas. Si se convierte en algo rutinario, el Narrador puede aumentar la dificultad o ignorar esta regla por completo.
Objetos bendecidos Los objetos bendecidos pueden ser utilizados por quienes no tienen Fe como si la tuviesen, pero normalmente durante un período limitado. Un mortal puede expulsar a un vampiro, tener alguna resistencia a la magia, etc. El objeto tiene una puntuación temporal de Fe 1. Éxitos Tiempo 1 un asalto (cuando es necesario) 2 una escena 3 una historia 4 una crónica 5 permanente
Curación por la Fe Quienes tienen Fe Verdadera pueden intentar curar las heridas de otros mediante
“imposiciones de manos” y la oración. Pero el poder de la Fe es inconstante, y no todas las heridas se curarán todas las veces. Tira por la puntuación de Fe del personaje (dificultad 8); el número de éxitos indica el de Niveles de Salud recuperados. Si algo del daño es agravado, la dificultad sube automáticamente a 9. Los personajes también pueden ofrecer su propia salud a cambio de la de otro como parte de su oración: cada Nivel de Salud que sacrifica el sanador es uno que recupera el paciente; el daño agravado no puede curarse de esta forma. Esto es aparte de los Niveles de Salud que hayan podido ser recuperados mediante la oración. La curación por Fe (incluyendo la sacrificada) requiere el gasto de un punto de Fuerza de Voluntad.
Fe renacida ¿Cuáles son, exactamente, los actos de devoción que pueden ayudar a restaurar la Fe de una persona? Generalmente, estos actos son establecidos por los principios religiosos personales. Algunos ejemplos son: Rezar una novena: Pronunciar una serie de oraciones nueve días seguidos. Meditación sobre las Escrituras: Leer un capítulo de las Escrituras y pasar unas pocas horas meditando sobre su importancia y significados. Limosna: Hacer donaciones personales de tiempo o dinero a un centro de caridad o de asistencia a gente sin hogar. Eucaristía: Asistir a la liturgia todos los días durante una semana. Por supuesto, además de la obligación semanal ordinaria. Meditación sobre los propios pecados: Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa. Flagelación: Para algunos Inquisidores de mentalidad medieval,
ésta sigue siendo una forma válida de penitencia. Jaculatoria: Murmurar una breve oración repetida unas cien veces.
Límites a la curación El cuerpo mortal sólo puede aguantar hasta cierto punto. Puede que algunos Narradores no quieran que los personajes mortales no se curen tan fácilmente como las criaturas sobrenaturales, ya sea mediante la curación por la Fe o por la Via Medicamenti. Los Narradores pueden establecer que los personajes heridos, una vez curados por estos medios, siguen sufriendo la penalización original por heridas hasta que puedan descansar durante toda una noche. Si el personaje curado gasta un punto de Fuerza de Voluntad, sus penalizaciones se reducen en un nivel. De esta forma, un personaje curado de Tullido a Lesionado sigue teniendo una penalización de 5 y sólo puede arrastrarse. Gastando un punto de Fuerza de Voluntad, podría caminar a trompicones. Aunque su cuerpo está reparado, aún debe recuperarse. Esta opción no permitirá a los personajes (al menos a los inteligentes) lanzarse de nuevo a la batalla, y más les vale no intentar Esquivar.
Días sagrados Los fieles descubrirán que resulta mucho más fácil recurrir a su Fe en los días sacros: éstos son los días que tienen alguna importancia especial para los miembros de la fe, normalmente en conmemoración de algún acontecimiento especial en la historia de la misma, en el que Cielo y Tierra se unieron. En estos días, la dificultad de las tiradas de Fe disminuyen en 1. Estos días cambian de acuerdo con la tradición e incluso el país. Hay varias fechas significativas, pero procura no excederte: ¡no
esperes que las tiradas de tu Inquisidor sean más fáciles sólo porque sea la festividad de San Romualdo! (Si tu personaje se llama Romualdo, entonces ya es otra cosa...). La fecha más importante del calendario cristiano no es la Navidad. Es la Pascua, centro del año litúrgico; durante la Pascua, la dificultad de las tiradas de Fe se reduce en 2.
La Fe contra los sobrenaturales La Fe es particularmente valiosa frente a los sobrenaturales. Sus efectos van de lo sutil a lo espléndido. En algunos casos son predecibles, pero nunca mundanos, ni deben darse por hecho.
Vampiros Los vampiros se encuentran entre los sobrenaturales que muestran la reacción más visible a un Inquisidor armado con la Fe. La Fe puede proteger contra un vampiro, repelerlo o incluso hacerle daño. Un mortal intentando mantener a raya a un vampiro debe extender su símbolo sagrado hacia él. El mortal tira su puntuación de Fe, a una dificultad equivalente a la Fuerza de Voluntad del vampiro. El número de éxitos conseguidos determina el número de pasos hacia atrás que debe dar el vampiro. Si consigue cinco éxitos, el Vampiro huye o, de ser imposible, sufre un nivel de daño (no agravado): el dolor es tan grande que todo el cuerpo del vampiro se retuerce de agonía. Esta opción es un poco distinta de la presentada en Cazadores Cazados: el Narrador puede decidir qué método prefiere. Si el mortal aplica su símbolo sagrado sobre el cuerpo del vampiro (rociándole con agua bendita, tocándole con el crucifijo, etc.), éste sufre verdadero daño: el número de éxitos en la tirada de Fe refleja el número de Niveles de Salud que pierde (daño no agravado). Como una opción, el Narrador puede acordar que cinco éxitos suponen un nivel de daño agravado.
Observa que en las crónicas normales de Vampiro, el vampiro tira por su Fuerza de Voluntad contra la fe del mortal, y el número de éxitos determina el número de pasos que puede dar hacia delante. En los juegos con una combinación de personajes jugadores mortales y vampiros, se hace una tirada resistida de Fe y Fuerza de Voluntad; el combatiente con más éxitos vence en el conflicto. Los ghouls, por otra parte, no tienen más problemas al entrar a terreno sagrado que quizá un ligero escalofrío de aprensión.
Hombres lobo
El santo hizo el signo de la cruz (en dirección al feroz lobo de Gubbio). Y el poder de Dios, procediendo tanto de sí mismo como de su compañero, embargó al lobo y le hizo refrenarse y cerrar su cruel boca. Ugolino, “Las florecillas de San Francisco”. La Fe frente a hombres lobo tiene un efecto menos dramático que contra los vampiros. En lugar de causarles daño físico o mantenerlos a raya, parece poner a prueba la fuerza de sus poderes bestiales. Un hombre lobo que quiera matar a un Inquisidor, podrá simplemente acercarse y hacerlo, pero todos sus poderes inducidos por la Rabia quedarán entorpecidos. Cuando un mortal con Fe se enfrenta a un hombre lobo, debe hacer una tirada de Fe (dificultad equivalente a la Rabia de su oponente). Cada éxito se suma a la dificultad de la tirada de Rabia del hombre lobo. Igualmente, un mortal con Fe puede sacar a un hombre lobo de su frenesí: si pasa una tirada de Fe (de nuevo con la Rabia del hombre lobo como dificultad) y gasta un punto de Fuerza de Voluntad, puede calmar a un hombre lobo en frenesí.
Magos Cierta bruja dijo: “Un hombre me pidió una vez que matase a un enemigo suyo, o que
al menos le hiriese gravemente con un relámpago o de alguna otra forma. Invoqué a mi demonio, que me contestó que no podía hacer ninguna de estas cosas, pues el hombre tenía una fe pura que le protegía con el signo de la cruz.” Francesco Guazzo, “Compendium Maleficarum” Brujas, hechiceros y cábalas han infestado siempre la sociedad mortal. A veces, su magia es sutil, como un susurro; otras veces es cruda, como un grito vulgar; sea como sea, los que tienen Fe están protegidos de estas hechicerías. Inquisidores y otros mortales pueden usar la Fe como una forma de contramagia: cada punto de Fe cuenta como un dado de contramagia.
Wraiths La Sociedad de Leopoldo se encuentra dividida en cuanto a la naturaleza de los wraiths: algunos Inquisidores opinan que son verdaderos espíritus humanos, mientras que otros creen que se trata de espíritus demoníacos que requieren la fachada de una persona muerta. En cualquier caso, se sabe que los wraiths usan una facultad verdaderamente insidiosa: la posesión. Los mortales pueden protegerse frente a tales intentos de posesión. Un wraith que quiera poseer a un mortal de cualquier modo tiene que tirar contra la Fuerza de Voluntad del mortal (puedes encontrar más detalles en Wraith: El Olvido). Si el mortal tiene Fe, su puntuación se suma a su Fuerza de Voluntad. Los mortales que intenten disponer una Protección contra wraiths pueden añadir su puntuación de Fe a la de Fuerza de Voluntad para la tirada. Un mínimo de Ritos 2 puede reemplazar al Ocultismo 3 que se necesita normalmente. Los exorcistas que quieran liberar a alguien poseído por un wraith deben hacer una tirada de Fe (a una dificultad equivalente a la Fuerza de Voluntad del wraith); para
llevar a cabo un verdadero exorcismo es necesario algún tipo de símbolo sagrado. Si se sigue un ritual de exorcismo (que, al igual que los símbolos sagrados, varía en naturaleza de acuerdo con la tradición del exorcista), el personaje puede sumar su puntuación en la Habilidad Ritos a la puntuación de Fe. Un exorcismo disolverá cualquier vínculo que haya sido creado por un wraith, que deberá reiniciar todo el proceso (ver Wraith: El Olvido).
Lo infernal Los demonios y otras criaturas infernales pueden ser mantenidos a raya y heridos de la misma forma que los vampiros. Igualmente, primero pueden ser exorcizados de la misma forma que los wraiths.
Símbolos sagrados El uso de símbolos sagrados contra vampiros, brujas, poseídos, fantasmas y otros sobrenaturales, está muy difundido en la tradición de los cazadores Desgraciadamente, hay muy poco de cierto. En definitiva, ningún uso de la Fe requiere verdaderamente la presencia de un símbolo sagrado. No obstante, muchos mortales, incluyendo a los Inquisidores, están condicionados por su creencia de que deba haber un símbolo presente y en uso. Para estos mortales, los símbolos sagrados suelen ser una peligrosa muleta: el uso de la Fe requiere que haya algún símbolo sagrado en la persona del creyente; si no en su mano, entonces en torno a su cuello, en su bolsillo... etc. Ciertos usos de la Fe, como repeler a los vampiros, exigen alzar el símbolo en la mano. El símbolo en particular depende, por supuesto, de la religión de cada uno. Te ofrecemos algunos ejemplos: Católicos, ortodoxos orientales, o alguna otra denominación de la “Iglesia Principal”: cruz o crucifijo, Biblia, hostia consagrada, agua bendita, rosario,
escapulario, cirio bendecido, medalla de santo, icono. Protestantes: Biblia, cruz. Judíos: Estrella de David, Torah, filacteria. Hindúes: icono, estatua, lingam, incienso. Nativos americanos: bolsa medicina, fetiche. Musulmanes: Recitado del Corán.
Oraciones y Ritos ¡Te pongo bajo castigo, antigua serpiente! ¡En el nombre del Juez de los Vivos y los Muertos! ¡En el nombre de Nuestro Creador! ¡En el nombre del Creador del mundo! ¡En el nombre de Aquél que tiene el poder para enviarte al infierno! ¡Sal de este siervo de Dios! - Ritual Romano de Exorcismo. La oración es un símbolo sagrado sonoro, la exclamación de la Fe del creyente en lo divino. Como tal, puede ser usada como símbolo sagrado en momentos de necesidad. Por lo general, las invocaciones cortas funcionan mejor: recitar el nombre de Cristo, María, los nombres de Allah... Muchos Ritos están ideados para ser musitados repetidamente, y por lo tanto son ideales para este propósito. Un mortal debe pasar con éxito una tirada de Inteligencia + Ritos para concentrarse en sus oraciones (la dificultad varía: el mínimo es 6, pero en momentos de tensión puede subir a 7, o incluso a 8). No hay ninguna diferencia en que los Ritos sean pronunciados de memoria o recitados de un breviario... a menos, por supuesto, que un Inquisidor confíe en su breviario y se encuentre con que lo ha perdido. Aunque la Sociedad ha registrado, y otros cazadores de brujas informan también de ellos, casos en los que lo sobrenatural fue expulsado sin necesidad de usar símbolos sagrados, la idea de que recurrir a estos símbolos puede ser una muleta no se ha
abierto paso todavía. Algunos cazadores a lo largo de la historia han probado tácticas tan absurdas como grabar cruces en miniatura en sus armas. Tales cazadores tienden a vivir poco.
Si se hace esto en terreno sagrado, se añade una pequeña complicación: suma la puntuación de Fe del terreno sagrado a la “reserva” de Fe del grupo y procede después de la forma habitual.
Acumulación de Fe ¿Qué ocurre cuando varios Inquisidores con Fe operan juntos? Hay dos opciones posibles: tiradas individuales o una Reserva de Fe. Lo más común son las tiradas individuales: cada uno hace sus propias tiradas de Fe. Pero estas tiradas no son acumulativas, ni siquiera aunque hayan sido en el mismo turno. Por ejemplo, cuatro Inquisidores se enfrentan a un vampiro. Uno de ellos tiene Fe 3, y los demás, Fe 1. Todos hacen sus tiradas, consiguiendo en total 6 éxitos. Bastaría con 5 éxitos para hacer huir a un vampiro, o para causarle daño, pero en este caso, al tener distintas fuentes, los éxitos no se acumulan. Los fieles pueden optar por actuar al unísono y unir su Fe. Esto exige que todos los participantes sean miembros de la misma tradición religiosa, aunque pertenezcan a denominaciones distintas; por ejemplo, los luteranos, cuáqueros y católicos romanos son todos cristianos, por lo que pueden unir su Fe; igualmente, los musulmanes chiítas y los suníes pueden hacer lo mismo. Un católico y un musulmán, sin embargo, considerarán equivocado al otro en su fe, e incapaz de recurrir al verdadero poder de Dios; no podrán unir su Fe a menos que tengan el Mérito Ecuménico. En caso de “acumulaciones” de Fe, se opera con la puntuación del miembro con Fe más elevada, más un punto por cada participante adicional. Si los Inquisidores del ejemplo anterior unieran su Fe, tirarían seis dados: tres por el Inquisidor con mayor Fe de todos, y un dado más por cada Inquisidor adicional. Si la tirada saliese bien, podrían conseguir seis éxitos: más que suficiente para expulsar a un Vástago, o incluso para dañarle.
Los caprichos de la Fe Es posible que algunos Narradores quieran poner límites al uso conjunto de la Fe. Pueden establecer que no se puede hacer esto para rezar por milagros u otros casos extremos de intervención divina, argumentando que en tales casos, el Cielo atiende más a la calidad que a la cantidad: diez personas con Fe 1 no igualan a una con Fe 10. Igualmente, los Narradores pueden optar por limitar la reserva de Fe a un máximo igual al doble de la puntuación del personaje con más Fe. Diez personas actuando al unísono, una con Fe 3, y el resto con Fe 1, producirían una Fe conjunta de 6, no 12 (3+1+1+... etc. +1).
Los que marchan con el Cielo Estos son los amigos de Dios: han descubierto secretos divinos, y los guardan con devoto silencio. - Hugh de Saint-Victor, “De Arrba Animae”. Las personas particularmente fuertes en Fe (cualquiera con una puntuación de 6 ó más) son verdaderos faros en el Mundo de Tinieblas, y permanecen un tanto apartados de los demás humanos. Reciben muchos nombres: Amigos de Dios, Beatíficos, santos, hombres sagrados; sus títulos poco importan: son los Defensores del Cielo en la Tierra, y poderosos aliados en la guerra contra el Enemigo. Son recipientes vivos de Númenes. Los Beatíficos adquieren de forma automática el Mérito Aura Sagrada: sus auras deslumbran a cualquiera que pueda verlas. Incluso los que son ciegos a las auras, pueden sentir algo más acerca de esas personas
Los Beatíficos encuentran que su presencia perturba la actividad sobrenatural, y que tienen diversos y poderosos beneficios al enfrentarse a sus enemigos. Los Beatíficos ya no necesitan símbolos sagrados al enfrentarse a las fuerzas de las tinieblas: saben que el poder del Cielo fluye libremente sin necesidad de ningún artefacto de madera. Pasando una tirada de Fe, los Beatíficos pueden percibir automáticamente la presencia de lo sobrenatural; si gastan un punto de Fuerza de Voluntad, pueden determinar la fuente, pero no su naturaleza exacta. Los Beatíficos pueden ver a través de todos los niveles de Ofuscación, Quimerismo y otras Disciplinas o Dones relacionados, con una tirada de Percepción + Alerta (la dificultad equivale al nivel del poder contrario + 3). Vampiros, wraiths y demonios no pueden soportar encontrarse en presencia de los Beatíficos. No pueden acercarse a menos de treinta centímetros por nivel de Fe que tenga el Beatífico sin hacer una tirada de Fuerza de Voluntad y gastar un punto de Fuerza de Voluntad, a menos que el Beatífico les invite específicamente a acercarse. Si es el Beatífico quien se acerca, entonces se ven forzados a retroceder. Demonios y otros espíritus conjurados retroceden al contacto del Beatífico, y se niegan a tocarle. Los Vástagos que toquen a un Beatífico con intenciones hostiles sufrirán daño agravado, haciendo la tirada por la puntuación de Fe del Beatífico. Sin embargo, un Beatífico puede tocarles sin dificultad y sin causarles daño.
Milagros Quienes se aferran devotamente a Dios suelen realizar maravillas cuando surge la necesidad, a veces por la oración, a veces por su propio poder.
-San Gregorio, “Diálogos, libro II: San Benedicto”. Con certeza, la herramienta más poderosa (si es que se le puede llamar así) en manos de los Fieles es el poder de los milagros. Los milagros son la manifestación de lo divino a través de las manos de los Fieles. Para hombres y mujeres de verdadera santidad y virtud, los milagros pueden ser considerados como algo cotidiano, pero estos hombres y mujeres son bastante raros. Estrictamente considerado, un milagro es la interferencia con la naturaleza por parte de algún poder sobrenatural. Tales interferencias no tienen por qué ser necesariamente algo “opuesto” a la naturaleza (por ejemplo, despertar a los muertos, o dividir las aguas), pero sí pueden ser una ayuda “no natural” (curar una enfermedad o tranquilizar a una bestia salvaje). Asimismo, tales acciones no tienen por qué ser dinámicas e impresionantes; un milagro desapercibido sigue siendo un milagro. Muy pocos miembros de la Sociedad de Leopoldo son capaces de realizar milagros. La Fe suele ser bastante difícil de mantener y reforzar, y más todavía al nivel de un hacedor de milagros. Y estos pocos hacedores de milagros existen. Los personajes no serán capaces de hacer milagros hasta que no tengan una puntuación mínima de Fe 6. En esta descreída época moderna y secular, la mayor parte de los milagros serán actos sutiles. En última instancia, el Narrador debería decidir sobre la presencia y el papel de los milagros en sus partidas. Aunque suele permitirse al jugador que decida las ocasiones en las que puede pedir ayuda divina, le corresponde al Narrador determinar si tiene respuesta de su deidad, y cómo responde ésta.
Ejemplos de milagros Considera los siguientes ejemplos como una guía de los tipos de milagros que pueden ser realizados con la puntuación apropiada.
Seis Santificar una zona, sumando 1 temporalmente a su puntuación de Fe durante las 24 horas siguientes. Si el lugar no tenía Fe previamente, ahora tiene Fe 1 (temporal). Crear un área de tranquilidad. Resta 1 a la dificultad de las tiradas de reacción. Suma 1 a las tiradas de Rabia de los hombres lobo que haya en la zona. Sientes la Fe de Dios en ti: tienes un punto adicional de Fuerza de Voluntad por el resto de la escena. Imposición de manos: los mortales heridos se curarán a una velocidad doble de lo normal, siempre que descansen de acuerdo con las reglas habituales. Expulsar a un demonio o espíritu invocado. Siete Hacer que una criatura con intención de matar (vampiro, hombre lobo o incluso mortal) se sienta abrumado por la culpa. Puedes ser amigable con el sujeto, o un severo disciplinario, pero nunca te aprovecharás del colapso temporal de la criatura. Brindar “contramagia” ante cualquier uso de magia en tus proximidades, esté dirigido a ti o no. Añadir tres dados a todas las tiradas de reacción hechas hacia ti, incluso por animales (“Cálmate, hermano lobo”). Curar una enfermedad seria, pero no terminal. Bendecir un icono religioso de forma que su contacto inflija daño a los seres sobrenaturales (magos incluidos). Los personajes que usen estas armas no necesitan tener Fe. Estas “armas” harán un nivel de daño (no agravado) por cada punto de Fuerza de Voluntad que gastes en la bendición. El icono debe ser representativo de tu Fe, y ser usado de tu misma confesión. Recibir una señal que os inspire a ti y a tus aliados. Todos recibís un punto adicional de Fuerza de Voluntad durante el resto de la escena.
Expulsar de inmediato a un wraith que esté encarnando a un mortal (ver Wraith: El Olvido). Esto disolverá cualquier vínculo construido con l Consorte. Sacar a un hombre lobo de su frenesí. Ocho Conversión: Cambiar de forma temporal o permanente la naturaleza de alguien, según el resultado de una tirada de Carisma + Empatía contra la Fuerza de Voluntad del sujeto: 1 éxito: 1 día. 2 éxitos: 1 semana. 3 éxitos: 1 mes. 4 éxitos: 1 año. 5 éxitos: permanente (más o menos; las vidas de las personas están sujetas a cambios). Reducir el nivel de las Disciplinas vampíricas en uno por cada éxito en una tirada de Fe. Esto sólo dura el resto de la escena. Nueve Exorcizar a demonios y espíritus malignos sin recurrir a Rituales: Tu Fe contra la Fuerza de Voluntad del espíritu o demonio. Llevar el reposo a un fantasma: el wraith alcanza la Trascendencia. Delimitar permanentemente un área de tranquilidad (como está descrita en el nivel 6). La zona se volverá más amable y protectora (el crimen descenderá, la gente mostrará las mejores facetas de la humanidad): tu Fe ha dejado su marca sobre el mundo de forma imperecedera. Volverte completamente inmune al mal sobrenatural (o cualquier fuerza sobrenatural que pueda hacerte daño), siempre que permanezcas concentrado y en actitud pasiva. No puedes realizar actos violentos, y también puedes proteger a otros, pero sólo si se mantienen en paz. Hacer que un ser maligno se dé cuenta de que merece la muerte, siempre que esto sea absolutamente cierto. Conseguir este efecto requiere cinco éxitos en una tirada de Fe
(dificultad igual a la Fuerza de Voluntad del oponente). El objetivo no puede tener Humanidad superior a 2 (o un comportamiento similar, si usa uno de los sistemas que no tienen Humanidad), y debe ser culpable de verdaderas atrocidades. Si el personaje tiene éxito, la arrepentida criatura se suicidará o se someterá a la ejecución, que debe ser humanitaria: tan rápida e indolora como sea posible. Diez Ignorar una fuente de daño si has pasado al menos cinco asaltos preparándote y has pasado una tirada de Fe (dificultad 9): cada éxito anula dos dados de daño. Eres tan firme en tu fe que no sufres daño. Curar todas las heridas de un mortal. Curar la ceguera o la sordera. Curar una enfermedad terminal. Purificar a alguien del Abrazo, siempre que el sujeto lo desee. Las circunstancias deben ser dramáticas, y el personaje haber pasado por una historia significativa. La dificultad es 10. Alternativamente, el vampiro puede alcanzar la Golconda. Llamar a los servidores de Dios para que te ayuden en tu hora de necesidad: prepárate para cualquier cosa, desde un pequeño grupo de soldados bien armados hasta una figura solitaria envuelta en una capa oscura; los servidores de Dios son tan variados como los del Enemigo.
La vida en la Fe Ni adquirir el Rasgo de Fe ni aumentarlo es una cuestión tan sencilla como pagar puntos gratuitos o de experiencia. Es una forma de vida. El jugador que quiera desarrollar un personaje con alta puntuación de Fe tendrá que pensar seriamente en su estilo de vida: ¿vive de acuerdo con los principios de su religión? Es mucho más que acatar minuciosos detalles doctrinales; consiste en vivir una vida de devoción a Dios, y seguir cualquier camino que tal devoción requiera.
Es mucho más que asistir a misa, respetar el Sabbath o darle una moneda a un mendigo. No hay criterios sobre lo que puede ser ofrecido como medida de si tu personaje es “Fiel”. De todas formas, hay algunas guías necesarias. Ortodoxia: Contrariamente a la opinión popular, la ortodoxia no es necesariamente un factor que califique para una vida de Fe... una ironía que la Sociedad de Leopoldo no ha descubierto aún. Muchos hombres y mujeres de Fe han vivido con creencias que eran distintas a la norma, que se apartaban de lo comúnmente aceptado. Tales figuras se convierten en santos o en herejes. Culto: Representa una gozosa y sincera celebración de la Fe. El culto debería extenderse más allá de las paredes de la iglesia: toda la vida debe ser adoración. Piedad: La creencia debe ser puesta en práctica. Decir que crees en los principios de la Fe es una cosa, pero ¿de verdad vives de acuerdo con ellos? ¿Te desvías de tu camino para hacer lo correcto? Los personajes con Fe deben interesarse por algo más que “matar vampiro y hacer del mundo un lugar más seguro”; deberían preocuparse por transformar el mundo de forma que se acerque un poco más a ser el Cielo sobre la Tierra. Motivación: ¿Por qué hace tu personaje lo que hace? ¿Va a la iglesia simplemente porque se supone que debe hacerlo? ¿Da de comer a los pobres esperando recibir unas pocas indulgencias más? ¿O lo hace porque es lo correcto? Aunque cierta medida de Fe (y de miedo) puede implicar estas acciones, el comportamiento de un personaje debe ser sentido sinceramente, no porque esté intentando evitar el castigo divino. En general, debes vigilar el comportamiento de tu personaje entre y durante las cacerías. ¿Por qué caza vampiros? ¿Cree estar cumpliendo una misión sagrada, o es sólo por venganza? ¿Cómo oculta sus actividades? ¿Se esfuerza de veras por asegurarse de que ningún inocente resulte
herido? ¿Está dispuesto a sacrificarse por otros? Cuando mata a uno de sus enemigos, ¿lo hace con un grito de alegría o con una oración por su alma? No se espera de tu personaje que sea perfecto. Puede sufrir resbalones a lo largo del camino hacia la Fe perfecta y cometer errores de juicio. Sólo es humano. Lo ideal sería que se desarrollase gracias a sus experiencias; quizá un joven e impulsivo cazador de brujas puede ir madurando hasta convertirse en uno sabio y compasivo, que evite la violencia innecesaria y lamente la pérdida de otra alma humana, sin que importe cuán mancillada estuviese por lo infernal. Más poderosos incluso que los milagros que la Fe puede generar en el mundo exterior son los que puede llevar a cabo el alma humana.
Los Inquisidores y la Jerarquía de Pecados La Jerarquía de Pecados se aplica tanto a los Inquisidores como a los Vampiros, y muchas veces, los miembros de la Sociedad tendrán que hacer una tirada de Conciencia para evitar la pérdida de Humanidad. Gran parte de ello, claro, depende del punto de vista del personaje. ¿Cree que los hombres lobo y los vampiros son verdaderamente demonios sin un ápice de humanidad, y que un Auto-da-fe es la única solución? ¿De veras justifica el Apostolado de la Sociedad “hacer el mal a propósito” en el nombre de Dios? Los Inquisidores medievales eran monstruosos y bárbaros para nuestros criterios, pero de acuerdo con las creencias de su tiempo, tan sólo eran un poco extremistas. Los Inquisidores modernos proceden de un paradigma cultural distinto, y tienen distintas éticas y enseñanzas sociales a las que enfrentarse. Los Narradores pueden pedir una tirada de Conciencia basada en las acciones realizadas durante un Auto-da-fe (la dificultad es la Humanidad del enemigo). Aparte de
Vampiro: La Mascarada, los demás juegos del Sistema Narrativo no usan la Humanidad como Rasgo, así que el Narrador debería asignar una puntuación para estos propósitos. También se aplican los siguientes modificadores a la dificultad. Situación -1 El enemigo ataca sin ser provocado. -1 El enemigo muestra apariencia o poderes inhumanos (cambio de forma, garras... etc.). -1 Está demostrado que el enemigo se dedica a actividades injustificablemente inmorales (distracción desenfrenada y cosas así). Esto no incluye la caza del vampiro, que puede ser justificada como “necesaria”, pero si se ha causado dolor y sufrimiento... +1 Un inocente es puesto en peligro. +1 Está demostrado que el enemigo se dedica a actividades benéficas o bienintencionadas (por ejemplo, la bruja dirige un refugio para gente sin hogar). +1 El enemigo no se defiende. Algunos cazadores pueden argumentar que las tiradas de Conciencia no son necesarias cuando los Inquisidores están llevando a cabo su misión divina; a pesar de esto, pídeles que hagan la tirada, y deja que sus personajes muestren su sorpresa cuando, tras acribillar a otra “bruja”, las punzadas de la culpa aparezcan repentinamente. Después de todo, nadie quiere sentirse culpable, y la historia nos demuestra que la excusa de “sólo hago mi trabajo” es tan inmoral como irrelevante. Los Narradores deberían pedir también que los personajes Inquisidores hiciesen tiradas de Conciencia tras cualquier acto verdaderamente cuestionable: cualquier tipo de muestra de crueldad, insensibilidad o motivaciones impropias. ¿Han matado los Inquisidores un hombre lobo con, quizá, un
poquito de placer sádico? ¿Ha sido la venganza un motivo demasiado fuerte?
Fe y Tortura ¿Será capaz alguien que tenga Fe de torturar a otro, de acuerdo con los principios de su religión? Esto depende mucho del paradigma cultural; la tortura era algo habitual en la jurisprudencia medieval, así que los Inquisidores en una crónica ambientada en esta época pueden no tener que hacer tiradas de Conciencia. Sin embargo, en el siglo XX se nos puede enseñar que la tortura, no importa con qué propósito, está mal. Los Inquisidores que recurran a la tortura de forma sistemática tendrán que hacer tiradas de Conciencia y comprender que su Humanidad empiece a bajar (o quizá a caer en plomo). Simplemente torcerle el brazo a alguien ya se considera “tortura”, aunque no tan severa como el uso de la picota o de la Doncella de Hierro. La dificultad de las tiradas de Conciencia basadas en la tortura deberían variar: Dificultad Acción 5 Amenazas, violencia mínima: bofetadas. 7 Violencia más sistemática: pegar una paliza. 9 Empleo de instrumentos de tortura; tortura psicológica. La Sociedad de Leopoldo se opone a la tortura, por lo menos en el papel, y la mayoría de sus miembros coincide con esa filosofía. No obstante, unos pocos Inquisidores han encontrado que resulta útil reabrir los laboratorios y mazmorras de sus antecesores. Estos incidentes suelen ser cubiertos por la burocracia de la Sociedad, tan rápida y discretamente como sea posible. Puedes encontrar más información al respecto en el siguiente capítulo.
Capítulo Cuatro: Ayudas al Narrador Nuestro mejor y mas sencillo remedio es el nombre de Jesús. Hace que el Diablo huya volando y nos salva de incontables males. -Las Maravillas del Santo Nombre
Este capítulo proporciona información y consejo a los Narradores que usen a la Sociedad de Leopoldo en sus crónicas. Los jugadores no deberán leer este capítulo: si hay algo que necesiten saber, su Narrador se lo dirá en el momento adecuado.
La crónica de la Inquisición Hay abundantes oportunidades para los Narradores para utilizar a la Sociedad de Leopoldo y otros cazadores de brujas aliados en sus crónicas. Al igual que los Vástagos son mucho más que los simples monstruos sedientos de sangre tradicionales, los personajes Inquisidores deberían ser mucho más que simples celotes cristianos armados con estacas.
La Sociedad como antagonista La Sociedad puede ser fácilmente integrada en una crónica en curso como antagonista, ya sea en una única aparición, o como un enemigo recurrente. En tales casos, es improbable que cualquier personaje sepa mucho de la Sociedad, aparte de unos pocos hechos, algunos rumores y muchas insinuaciones. Los Vástagos suelen ver a los Inquisidores como el entretenimiento de una velada en el mejor de los casos, o como una pequeña molestia en el peor. Las crónicas en las que la Sociedad aparece una sola vez no necesitan cambiar esta idea: si la Sociedad hace sólo una aparición, es probable que los Inquisidores hayan declarado un Auto-da-fe
contra un personaje. En tal caso, o los Inquisidores fracasan (lo que significará su muerte, más que probablemente) o tienen éxito (y entonces el que muere es el personaje); en ninguno de estos supuestos hay mucha necesidad u oportunidad de revelar cómo es verdaderamente la Sociedad. Los Narradores pueden enviar intencionadamente un Cenaculum (o un solo Inquisidor) inexperto contra los personajes, para que fracase ese Auto-da-fe, confirmando así la imagen que tienen los personajes de la Sociedad: cuando ésta reaparezca más tarde en la crónica puede ser una antagonista mucho más eficaz y letal, particularmente si los Vástagos han bajado la guardia. La Sociedad puede ser usada de forma más profunda y satisfactoria como antagonista recurrente. Esto no quiere decir que, cada pocas semanas, deba aparecer un nuevo cenáculo para fallar en el Auto-da-fe habitual: algo así haría aparecer a los Inquisidores como poco más que unos bufones incompetentes. En lugar de eso, un Inquisidor inteligente puede ser tan hábil como los Vástagos en los juegos maquiavélicos: esperando a distancia, y apareciendo sólo para lanzar un plan bien tramado. Los vampiros no son los únicos cazadores capaces de manipular y ocultar sus movimientos. Los buenos Inquisidores podrían hasta participar con éxito en el juego sin dejar ninguna pista sobre su identidad o afiliación, asegurando así su relativa seguridad.
En definitiva, en cualquier crónica con la Sociedad como antagonista recurrente, es probable que ésta acabe declarando un Autoda-fe. En tal situación, particularmente cuando los Inquisidores son eficaces o despistados (y quizá cuentan con ayuda del Gladius Dei o de los Condotieri), el Auto-dafe puede ser una torturadora e inmisericorde persecución, enseñando a los arrogantes Vástagos que los mortales pueden ser dignos de algún temor, después de todo.
Ideas para crónicas
La Sociedad como protagonista
En este tipo de crónicas, los jugadores son todos miembros de un Cenaculum y los responsables de limpiar la región (normalmente una ciudad, y quizá los pueblos de los alrededores) de plagas sobrenaturales. Este tipo de crónica permite a los personajes desarrollar un “hogar”, y proporciona un escenario estable de una historia a otra. Los Narradores pueden dedicarse a elaborar un surtido de personajes habituales y
Las crónicas que se centran en los Inquisidores como protagonistas requieren una mayor profundidad de los personajes. Ni ellos ni las historias deberían permanecer estáticos, sin crecer ni cambiar. Las crónicas de Inquisidores deberían cubrir un amplio espectro intelectual: las que sólo consistan en incesantes expediciones de búsqueda y estaca acabarán aburriendo a los participantes.
Uno de los primeros puntos que Narrador y jugadores deben tomar en consideración, es el tipo de crónica que desean. ¿Qué tipo de Inquisidores quieren crear e interpretar los jugadores? ¿Qué proyecta el Narrador? Aunque será éste quien tenga la última palabra, debería escuchar a los jugadores.
Basadas en un Cenaculum
lugares importantes. No obstante, deberían evitar el “síndrome de la amenaza sobrenatural de la semana”, típico de los episodios televisivos. Se espera que haya encuentros con lo sobrenatural, pero pueden aparecer tanto para sencillamente poner nerviosos a los personajes como para amenazarles de verdad. Los personajes asignados a un Cenaculum no tienen por qué estar limitados a una sola ciudad; el Narrador puede hacer que su Cenaculum sea llamado a otro lugar a causa de sus conocimientos únicos o su experiencia en cierta materia, o para investigar, o con cualquier otro anzuelo. No des por sentado que una crónica centrada en una ciudad (como lo será cualquier crónica basada en un cenáculo) es necesariamente restrictiva.
Itinerantes En lugar de estar asignados a un Cenaculum particular, los Inquisidores podrían ser itinerantes, dedicados a recorrer el país de una provincia a otra, unas veces llamados para ayudar en un caso, otras sólo visitando una provincia para echar una mano. Este tipo de crónica permite a Narrador y jugadores contar historias muy diversas: en una, cazar Garou en el norte de Canadá, e investigar una zona urbana embrujada en la siguiente. Las crónicas itinerantes pueden ser un desafío mayor para algunos Narradores; recuerda que tendrás que crear nuevos escenarios cada vez, y que en cada uno de ellos debería haber algo único, o pronto todas las ciudades o regiones parecerían iguales. Por supuesto, si esto llega a ocurrir, siempre es posible que los personajes itinerantes sean asignados a un Cenaculum establecido.
Gladius Dei Otra opción que pueden considerar los Narradores es hacer que todos los jugadores creen personajes miembros del Gladius Dei.
Recuerda que el Gladius Dei es visto a veces como la más alta representación de la Sociedad: por lo tanto, las historias de este tipo tenderían a ser más intensas, y probablemente más orientadas al combate. Es posible que el Narrador quiera dar a los jugadores algunos puntos gratuitos adicionales, para representar la experiencia superior que suele ser necesaria para entrar en el Gladius Dei.
Censores Los Censores suelen ser vistos con desagrado y desconfianza (aunque nunca en voz alta) por los demás miembros de la Sociedad. En muchos aspectos, los Inquisidores temen a los Censores de la misma forma en que un campesino medieval podría haber temido a un Inquisidor: representan una absoluta y con frecuencia inescrutable autoridad que parece llevar consigo el sufrimiento y la violencia. Sin embargo, puede ser interesante una crónica en la que todos los personajes sean representantes del Oficio Censor, normalmente un grupo mixto de Condotieri y Censores de diversos grados de experiencia. Los personajes pueden tener su propia base de operaciones, pero serán llamados por distintos provinciales para investigar algún caso extraño. Los Censores son en muchos aspectos una combinación de psicólogo y detective privado, y las crónicas de este tipo estarán muy centradas en la interpretación y en resolver misterios. Los jugadores acaban convirtiéndose en los constantes recipientes (y portadores) de miedo y sospecha que caracterizan al Oficio Censor. Los jugadores que demuestren regularmente su desprecio por los Censores pueden encontrarse con que sus personajes son “enrolados” súbitamente por el Provincial, que les pide que investiguen un suceso inusual, y acaban descubriendo indicios de corrupción maligna: un Inquisidor
trabajando en secreto para un Vástago, o actuando como agente de los Nefandos, por ejemplo. Esto puede enseñar a los jugadores alguna medida de respeto por la labor del Censor.
Rebeldes En este tipo de crónicas, los personajes son radicales en uno u otro aspecto. Quizá estén en desacuerdo con la estructura jerárquica de la Sociedad, o desprecien alguna otra regla o convención. También pueden ser devotos miembros de la Inquisición que han empezado a aceptar la Herejía Florentina, y creen que (Dios nos libre) no todas las criaturas sobrenaturales son intrínsecamente malignas. Sea como sea, se han apartado de la Sociedad de Leopoldo, y no pueden recurrir a ella en caso de necesidad; todavía peor: es posible que pasen a ser considerados enemigos de la Inquisición, marcados como traditores y sufriendo su persecución.
Temas Cualquier crónica de la Inquisición puede tener distintos temas simultáneos, algunos más prominentes que otros. Te ofrecemos algunos ejemplos.
Venganza La venganza es un motivo de muchos mortales para convertirse en cazadores de brujas, pero en última instancia, está condenado al fracaso. No importa cuántos Vástagos sean enviados a la Muerte Definitiva, los seres queridos no volverán nunca. Sin embargo, hasta los mortales que se unen a la Sociedad por los más nobles y puros motivos, pueden sentirse tentados de buscar venganza en alguna ocasión, particularmente tras la muerte de algún amigo o camarada. Se anima a los Narradores a crear escenarios en los que el deseo de venganza pueda hacerse tan abrumador que todo lo demás (incluyendo la actitud de un Inquisidor) sea ignorado. ¿Hasta qué punto
puede buscar venganza un personaje? ¿Puede un Inquisidor volverse más inhumano que su presa simplemente por satisfacer su deseo de venganza?
Seducción El peligro de la seducción es un tema común en la literatura cristiana. La clave no está en la seducción del cuerpo (que por sí misma puede ser un interesante elemento de la historia) sino en la del espíritu. Más de un Provincial o Censor ha rechazado su llamada a favor del encanto del poder. ¿Pueden ser igualmente tentados los personajes, y a qué precio? ¿Qué podría ganar un Inquisidor sucumbiendo a la tentación, y cómo puede hacerlo? ¿Y qué pasa si se le ofrece alivio de sus más profundos temores y deseos? ¿Cuánta gente caza vampiros sólo por miedo a su poder, y qué harían si de repente se les ofrece ese poder a ellos? ¿Puede ser seducido un Inquisidor hasta el punto de comprometer sus principios?
Cazadores Cazados La relación entre los Inquisidores y lo sobrenatural (particularmente los Vástagos) es un ciclo sin fin de cazadores y cazados: los Vástagos se encuentran convertidos en el blanco de un Auto-da-fe, y los Inquisidores se ganan la enemistad de una cuadrilla, y los papeles de cazador y presa están cambiando continuamente a medida que cada bando aprende alternativamente a odiar y temer al otro. Éste es un tema común en muchas crónicas de la Inquisición. Cuanto mayor sea la frecuencia de los cambios de papel, más tensión habrá en la vida de los Inquisidores: la suya no es una vida fácil, y no siempre consiguen el papel que desean interpretar.
Condena y redención Independientemente de los motivos personales, la participación constante y activa en Autos de Fe está destinada a afectar el
alma del Inquisidor: ¿cuántos asesinatos, por posiblemente justificables que sean, puede cometer antes de darse cuenta de que gran parte de su propia humanidad ha sido sacrificada? ¿Puede haber vampiros inocentes? ¿Actúa la Sociedad impulsada por un prejuicio teológicamente impuesto? ¿Es malvado un hombre lobo sólo por ser un hombre lobo? Muchos Inquisidores se han planteado estas cuestiones. ¿Qué pasa si un Inquisidor (o todo un cenáculo) sopesa estas cuestiones y decide que hay algo equivocado en la Sociedad? ¿Es que hay seres sobrenaturales en el mundo, pero que no pueden ser tan fácilmente identificados como le gusta creer a la Inquisición? ¿Empezará a actuar en contra de la Sociedad, o intentará reformarla desde dentro? ¿Se volverá más selectivo en su caza, empezando a buscar verdaderas pruebas de la existencia del mal? ¿Lavará algo de todo esto la sangre de sus manos? En última instancia, deberías preguntarte quién está siendo redimido... los habitantes sobrenaturales del Mundo de Tinieblas, los Inquisidores individualmente o la Sociedad misma.
Fuentes de conflicto Dado que la Inquisición tiene tantos intereses y enemigos, las crónicas largas pueden introducir fácilmente varios de los siguientes conflictos.
Sociedad contra vampiros La Sociedad no está del todo al tanto de las diferencias entre Camarilla, Sabbat e Inconnu, ni de los diversos juegos de poder en las comunidades de la Estirpe. Algunas historias de conflictos con la Estirpe podrán centrarse en los intentos de manipulación por parte de los distintos clanes o grupos (por ejemplo, anarquistas manipulando un Cenaculum para que declare un Auto-da-fe contra el príncipe de la ciudad), o el paulatino aprendizaje de más cosas sobre la sociedad de
los Vástagos. Es muy probable que a la Inquisición no le preocupe el conflicto Camarilla-Sabbat: los vampiros pueden discutirlo en el infierno todo lo que quieran. Si la Sociedad declarase una guerra abierta y total contra los vampiros, sería probablemente suicida, pero también tendría un efecto devastador sobre la Estirpe. Los Vástagos no han aprendido todavía a valorar o a temer a la Sociedad como se debe; es posible que esta situación cambie.
Sociedad contra Magos La Sociedad de Leopoldo tiene una cierta idea de que hay varios “tipos” de magos (brujas, herméticos, etc.), pero no sabe nada de las Tradiciones ni de la Tecnocracia. Podría haber historias con la Tecnocracia guiando a los Inquisidores contra algunos Magos de las Tradiciones, implicando a la Sociedad en la guerra del paradigma. Otra historia podría tratar de un grupo de magos que decide que el Cenaculum es una fuente de Quintaesencia bastante jugosa, y merece una incursión. Por supuesto, la Sociedad podría ser llevada fácilmente a un conflicto con los Nefandos y los Merodeadores, grupos que serían catalogados como absolutamente malignos (sobre todo los primeros).
Sociedad contra hombres lobo Cuando llega el caso, encontrar hombres lobo puede ser mucho más fácil que localizar vampiros. Tienden a mantenerse unidos, formando grupos particularmente feroces. Por otra parte, salir simplemente “de caza” es un camino seguro al desastre. Si los Garou pudiesen revelar a la Sociedad (o al menos a unos pocos Inquisidores inteligentes) la existencia del Wyrm, y si la Sociedad pudiese incorporar el concepto a la cosmología cristiana, encontraría un nuevo foco para sus misiones.
Sociedad contra momias La Sociedad no ha descubierto la existencia de estos inmortales hechiceros egipcios. Es improbable que llegue incluso a distinguirlos de otros magos a la larga, pero los más estudiosos podrían tener algún interés. No obstante, hay posibilidades de que los Inquisidores se vean implicados, a sabiendas o no, en la guerra entre Set y Horus.
Sociedad contra wraiths Un conflicto de potencial interés podría tener lugar entre Inquisidores y los fantasmas de Inquisidores muertos. Por lo demás (aparte de los Hijos de Tertuliano y la Secta de San Jaime) no suele perseguir a los fantasmas y otros espíritus a menos que éstos hagan algo que atraiga su atención.
Sociedad contra Arcanum La Sociedad de Leopoldo y el Arcanum no están directamente enfrentados, pero sería fácil que lo estuviesen: ¿y si un mago vulgar del Arcanum fuese señalado para un Auto-dafe? ¿Qué pasaría si una logia del Arcanum y un cenáculo de la Sociedad acabasen compitiendo por una reliquia o un volumen de ocultismo? Ambos grupos podrían prestarse ayuda mutua, pero al tener cada uno sus propios prejuicios, lealtades y motivos (los del Arcanum permanecen envueltos en el misterio), es improbable que alguna vez lleguen a cooperar oficialmente.
Sociedad contra otros cazadores de brujas La Sociedad de Leopoldo no es el único grupo de cazadores de brujas en el Mundo de las Tinieblas; ¿qué pasaría si la Sociedad y otro grupo se acusasen mutuamente de malignidad? Supón que un cazador independiente decide que un Teurgo de la Sociedad es un brujo y toma el paso que la Inquisición nunca llegó a tomar, persiguiéndole por brujería. O que la Sociedad decide que el dominio de los
Ikhwan Al-Safa sobre los “djinn” no es más que invocación de demonios. ¿O qué pasaría si la Sociedad de San Jorge y la de Leopoldo se enzarzasen en una lucha por el control de suelo sagrado o reliquias en Gran Bretaña?
Secta contra secta La rivalidad entre las sectas ha sido siempre parte de la historia de la Sociedad, y no hay razón para creer que no vaya a seguir siéndolo. Las sectas pueden causarse problemas entre sí sin necesidad de luchar: pueden intentar quedarse con el mérito de una campaña, desacreditar a otras sectas... etc.
Condena contra salvación ¿Y si los personajes se ven envueltos en la controversia de la Herejía Florentina? La materia es importante: ¿deben todos los seres sobrenaturales ser destruidos? ¿Es posible que todos sean intrínsecamente malignos? ¿Tienen negada la salvación? Este conflicto podría tener repercusiones a largo plazo en cualquier crónica. ¿Es posible la reconciliación? ¿Podría llegar la Sociedad a modificar sus perspectivas, o al menos hacer sitio para ésta? ¿Y qué pasa si los Inquisidores abrazan la Herejía Florentina y deciden no acabar con un vampiro determinado, para encontrarse al año siguiente que está aterrorizando la ciudad? ¿O qué ocurre con los Sambenito que de algún modo se alían con los Garou en la lucha contra el Wyrm y presencian después la Rabia de sus aliados? La Herejía Florentina no debería ser el final de todas las preguntas, sino el comienzo de otras nuevas.
Épocas históricas No hay necesidad de pensar que las crónicas de la Inquisición están limitadas a la época actual. En cualquier caso, la Inquisición es adecuada para crónicas de distintos períodos. Cualquiera de los siguientes puede ser uno de ellos, tanto para las historias aisladas como para crónicas más largas.
La Primera Era Cristiana Antes de la Sociedad de Leopoldo estaba la Orden de San Miguel. ¿Cómo debía ser el siglo V para este pequeño grupo de apocalípticos guerreros sagrados? Una crónica centrada en un grupo de Micaelitas podría resultar muy emocionante, viajando a través del mundo conocido en combate contra las fuerzas infernales, incluso aventurándose hasta los lejanos confines del norte de Europa u otros lugares ocultos y misteriosos aún no cristianizados. La Orden de San Miguel perduró hasta la Edad Media, por lo que también podría jugarse con Micaelitas en la época de Carlomagno y sus paladines.
La Edad Media La Inquisición tal y como la conocemos empezó en el siglo XIII, y ésta sería una época apropiada para una crónica: los primeros días de la Sociedad de Leopoldo. ¿Cómo debió ser para un cazador de brujas medieval que fue el primer Inquisidor en descubrir pruebas de la existencia de vampiros y hombres lobo? Los jugadores podrían interpretar a los discípulos de Leopoldo, o a los primeros miembros de la Sociedad. Una crónica medieval puede tener un escenario muy rico si se elabora correctamente.
El Renacimiento Técnicamente hablando, el Renacimiento fue el período de los siglos XV y XVI europeos. El término fue acuñado en la época por intelectuales que intentaban demostrar la superioridad de la misma sobre la edad oscura anterior. Si la Edad Media fue la infancia de la Sociedad de Leopoldo, el Renacimiento fue su adolescencia, pues se convirtió entonces en una institución más formal y estable. Esta época podría ser también un completo escenario para una crónica de la Inquisición. La política eclesiástica, intrigas cortesanas, el
aumento del aprendizaje seglar, el redescubrimiento de la magia pagana, el nacimiento del humanismo religioso, el alba de la Mascarada... un escenario perfecto para cualquier crónica, en realidad.
El Nuevo Mundo Cuando Colón cruzó el Atlántico, un miembro de la Sociedad de Leopoldo le acompañaba. La Sociedad estuvo siempre presente durante los días de los exploradores, algunas veces de formas más obvias que otras. No pocos Inquisidores llegaron con los primeros colonos, y una crónica ambientada en los tempranos días del Nuevo Mundo implicaría sin duda a los Garou. ¿Cayeron los Inquisidores de Roanoke con los Croatanos, o tuvieron un papel más importante en la desaparición de la tribu?
La Revolución Francesa Francia no era un buen lugar para la Iglesia en el siglo XVIII. La mayoría de los Inquisidores eran itinerantes, y no podían esperar mucha ayuda de la Iglesia ni de la Sociedad, mientras recorrían el campo intentando evitar a las turbas por una parte, y a los agitadores Brujah por otra.
La Segunda Guerra Mundial Quedan varias cuestiones pendientes acerca de la Segunda Guerra Mundial. ¿Cuál fue el verdadero papel de la Iglesia Católica? ¿Estaba controlada la Iglesia por una fuerza exterior y la Sociedad lo descubrió? ¿Es cierto que Hitler envió equipos de búsqueda tras ciertas reliquias, en un intento de hacerse con su poder? ¿Y si es así, cómo reaccionó la Sociedad?
El Futuro Los Narradores que ambienten crónicas en el futuro (cercano o no) deberían reflexionar sobre el papel y posición de la Sociedad en cualquier cronología venidera. ¿Ha vuelto a unirse a la Iglesia? ¿Está la
Sociedad (y/o la Iglesia) dirigida como una multicorporación? ¿Está todavía en vigor la Mascarada, y cómo enfoca su misión la Sociedad? ¿Y si la Inquisición tiene su propia fuerza militar o se ha visto forzada a la clandestinidad en un mundo abiertamente gobernado por los vampiros? Simplemente piensa en cuál sería el futuro lógico de la Sociedad a partir del contexto cultural que hayas desarrollado. Cualquier crónica ambientada en una época histórica distinta exigirá en última instancia alguna consideración sobre la mecánica del juego, incluyendo nuevos o revisados Méritos y Defectos (si se usan), atributos, características de las armas... etc.
Estereotipos Los siguientes estereotipos son para los Narradores que necesiten personajes y no tienen tiempo para crear uno. Son sólo estereotipos, y no personajes redondos, ni siquiera completamente desarrollados: los Narradores son libres de hacer cuantos cambios consideren oportunos.
Censor Cita: Comprende, hermano mío, que estas preguntas me duelen tanto como a ti. Información sobre el personaje: Los Censores son miembros de la Sociedad de Leopoldo que la vigilan atentos a indicios de corrupción, traiciones... etc. Casi nunca intervienen en cazas de brujas, y se dedican sólo a materias de orden interno. Naturaleza: Manipulador. Conducta: Director. Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 2, Resistencia 2. Atributos Sociales: Carisma 2, Manipulación 3, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 2, Inteligencia 3, Astucia 3. Talentos: Actuar 2, Diplomacia 2, Homilías 3, Interrogatorio 4, Intimidación 3.
Técnicas: Armas de Fuego 1, Debate 2, Documentación 2, Etiqueta 2, Tortura 2. Conocimientos: Cultura de la Inquisición 3, Cultura de lo sobrenatural (dos o tres distintas) 2, Historia Eclesiástica 2, Investigación 5, Lingüística 2, Medicina 2, Ocultismo 2, Psicología 4. Númenes: Ninguno. Trasfondos: Contactos 2, Criados 3, Posición 4. Virtudes: Conciencia 3, Autocontrol 5, Coraje 4. Humanidad: 7. Fuerza de Voluntad: 9.
Condotiere Cita: ¡Alto o disparo! (Ruido de armas de fuego). Información sobre el personaje: Los Condotieri son los guardaespaldas y personal de seguridad de la Inquisición. Suelen ser asignados a puestos en los Cenacula más antiguos (e influyentes), o a la compañía de Inquisidores bien conocidos. Naturaleza: Solitario. Conducta: Rutinario. Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 3, Resistencia 3.
Atributos Sociales: Carisma 2, Manipulación 2, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 2, Inteligencia 2, Astucia 3. Talentos: Alerta 4, Atletismo 2, Esquivar 4, Liderazgo 1, Pelea 4. Técnicas: Armas Cuerpo a Cuerpo 4, Armas de Fuego 4, Conducir 3, Etiqueta 1, Primeros Auxilios 3, Procedimiento Policial 2, Seguridad 3. Conocimientos: Ciencia Militar 2, Cultura de la Inquisición 1, Electrónica 2, Lingüística 1, Ocultismo 1. Númenes: Ninguno. Trasfondos: Aliados 1, Posición 2, Recursos 2. Virtudes: Conciencia 4, Autocontrol 4, Coraje 5. Humanidad: 7. Fuerza de Voluntad: 6.
Exorcista Cita: El demonio ha arraigado profundamente en él, regodeándose en su inocencia. Me recuerda cierta ocasión en Etiopía. Información sobre el personaje: Los exorcistas son Inquisidores especializados en
expulsar espíritus o demonios que habitan una persona o lugar. No siempre son supersticiosos que malinterpretan cualquier suceso inusual como una prueba de actividad sobrenatural. Naturaleza: Fanático. Conducta: Tradicionalista. Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 2, Resistencia 4. Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 4, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 4, Astucia 3. Talentos: Buscar 3, Empatía 2, Interrogatorio 2, Intimidación 1. Técnicas: Documentación 3, Etiqueta 1, Primeros Auxilios 2, Psicoanálisis 3. Conocimientos: Cultura de la Inquisición 1, Escrituras 2, Historia Eclesiástica 1, Lingüística 2, Medicina 1, Ritos 4, Teología 1. Númenes: Fe 3/Via Geniorum 4. Trasfondos: Contactos 1, Criados 2, Posición 1, Recursos 1. Virtudes: Conciencia 4, Autocontrol 4, Coraje 4. Humanidad: 9. Fuerza de Voluntad: 9.
Sambenito
Cita: Por favor, no pretendo hacer
daño. Información sobre el personaje: Los sambenitos son ex Inquisidores que se han adherido a la Herejía Florentina, habiendo decidido que la Sociedad de Leopoldo se equivoca en su celo y que su misión debería ser de piedad y no de odio. Degraciadamente, suelen acabar despreciados tanto por la Sociedad como por las criaturas a las que tratan de proteger. Naturaleza: Visionario. Conducta: Radical. Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 2, Resistencia 2.
Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 4, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 4, Inteligencia 4, Astucia 3. Talentos: Actuar 1, Alerta 1, Callejeo 1, Empatía 3, Homilías 2, Intriga 2. Técnicas: Armas Cuerpo a Cuerpo 1, Armas de Fuego 2, Documentación 2, Supervivencia 2. Conocimientos: Cultura de la Inquisición 2, Cultura de lo Sobrenatural (tres cualesquiera) 3, Escrituras 1, Historia Eclesiástica 1, Investigación 1, Lingüística 2, Medicina 2. Númenes: Fe 1, Via Medicamenti 2, Via Oraculi 1. Trasfondos: Aliados 2, Contactos 2, Posición 1. Virtudes: Conciencia 5, Autocontrol 4, Coraje 4. Humanidad: 10. Fuerza de Voluntad: 9.
Caballero del Gladius Dei
Cita: Una caza fácil, gracias sean dadas a Dios.
Información sobre el personaje: Los miembros del Gladius Dei son la élite de la Sociedad, los más dotados, prometedores y experimentados Inquisidores. Son escogidos uno a uno por el Inquisidor general, y se les suelen encomendar misiones específicas y bastante peligrosas. Naturaleza: Competidor. Conducta: Caballeroso. Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 3, Resistencia 4. Atributos Sociales: Carisma 4, Manipulación 3, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 3, Astucia 4. Talentos: Alerta 1, Empatía 1, Esquivar 2, Liderazgo 2. Técnicas: Armas Cuerpo a Cuerpo 3, Armas de Fuego 4, Conducir 2, Etiqueta 1. Conocimientos: Cultura de la Inquisición 2, Cultura de los Sobrenatural (tres cualesquiera) 2, Investigación 1, Medicina 1, Ritos 1. Númenes: Fe 2. Trasfondos: Contactos 1, Posición 3, Recursos 2. Virtudes: Conciencia 3, Autocontrol 5, Coraje 4. Humanidad: 8. Fuerza de Voluntad: 8.
Conciliar Cita: No creo que hayamos examinado lo suficiente la situación. Repasemos la última parte una vez más. Información sobre el personaje: Los Conciliares son Inquisidores más experimentados. Su celo ha disminuido un tanto, para ser reemplazado por la sabiduría de la experiencia. Naturaleza: Pedagogo. Conducta: Visionario.
Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 2, Resistencia 3. Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 3, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 3, Astucia 3. Talentos: Alerta 2, Empatía 2, Interrogatorio 2, Pelea 1. Técnicas: Armas Cuerpo a Cuerpo 2, Armas de Fuego 2, Conducir 1, Documentación 3, Etiqueta 2, Primeros Auxilios 2, Sigilo 2. Conocimientos: Cultura de la Inquisición 3, Cultura de lo Sobrenatural (tres cualesquiera) 3, Escrituras 1, Investigación 2, Ritos 2. Númenes: Fe 2. Trasfondos: Aliados 2, Cenaculum 1, Contactos 1, Posición 2, Recursos 3. Virtudes: Conciencia 3, Autocontrol 5, Coraje 4. Humanidad: 9. Fuerza de Voluntad: 9.
Camorrista de turba Cita: ¡Muere, engendro infernal! Información sobre el personaje: Los Inquisidores suelen reunir a gente en la que
han llegado a confiar para disponer de un poco de músculo extra en las grandes cazas. Naturaleza: Fanático. Conducta: Mártir. Atributos Físicos: Fuerza 3, Destreza 2, Resistencia 2. Atributos Sociales: Carisma 2, Manipulación 2, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 2, Inteligencia 2, Astucia 2. Talentos: Alerta 1, Esquivar 1, Pelea 3. Técnicas: Armas Cuerpo a Cuerpo 3, Armas de Fuego 3, Conducir 1, Sigilo 1. Conocimientos: Escrituras 1. Númenes: Ninguno. Trasfondos: Aliados 1, Contactos 1, Mentor 1, Recursos 1. Virtudes: Conciencia 3, Autocontrol 3, Coraje 4. Humanidad: 7. Fuerza de Voluntad: 7.
Provincial Cita: Comprendo tu dilema, pero me temo que la Sociedad no puede prestar ayuda en este asunto. Información sobre el personaje: Los Provinciales son los administradores regionales de la Sociedad de Leopoldo. Ocupados con las tareas de administración y burocracia, ya no se dedican activamente a la caza de brujas. Naturaleza: Perfeccionista. Conducta: Juez. Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 2, Resistencia 2. Atributos Sociales: Carisma 4, Manipulación 4, Apariencia 2. Atributos Mentales: Percepción 3, Inteligencia 4, Astucia 3. Talentos: Alerta 2, Empatía 2, Esquivar 1, Interrogatorio 4, Pelea 1. Técnicas: Armas Cuerpo a Cuerpo 2, Armas de Fuego 2, Conducir 1, Documentación 3, Etiqueta 3, Primeros Auxilios 2, Sigilo 1.
Conocimientos: Cultura de la Inquisición 4, Cultura de lo Sobrenatural (tres cualesquiera) 3, Escrituras 1, Investigación 3, Lingüística 3, Ocultismo 4, Política 3, Ritos 2. Númenes: Fe 1. Trasfondos: Aliados 2, Cenaculum 3, Contactos 1, Posición 3, Recursos 3. Virtudes: Conciencia 3, Autocontrol 5, Coraje 4. Humanidad: 8. Fuerza de Voluntad: 7.
Tortura Confesé; pero confesé una mentira. Confesé para obtener la absolución; pero ahora esa falsedad pesa más en mi corazón que cualquiera de mis anteriores pecados. ¡Que Dios me perdone! Desde entonces he estado condenado, mi confesor me asedia; me amenazó y acosó hasta que casi empecé a pensar que yo era de verdad el monstruo que decía. Me amenazó con la excomunión y el fuego del infierno en mi último momento, si seguía empecinándome. Querida señora, no tenía nada más que me apoyase; todo me miraba como una ruina condenada a la ignominia y la perdición. ¿Qué podía hacer? En un mal momento recurrí a una mentira; y ahora sólo yo soy verdaderamente miserable.
- Mary Shelley, “Frankestein”. Ningún estudio de la Inquisición sería completo sin, al menos, una mención a la tortura. La Iglesia de los primeros tiempos desaprobaba la tortura como una forma de tratar con la herejía (o cualquier otra cosa), pero aquello hizo poco que mitigar la aplicación de la tortura como una parte del procedimiento inquisitorial. Por supuesto, la Inquisición de nuestros tiempos rechaza la tortura, aunque hay Inquisidores que siguen considerándola como un medio práctico y válido. Diversos instrumentos de tortura se han hecho familiares desde entonces, y algunos pueden ser encontrados todavía en uso. Pero no creas que la Sociedad tiene la exclusiva de su empleo: los instrumentos del miedo y el dolor son de aplicación universal.
La cuna Se trata de una cuna con púas en el interior. Los prisioneros eran encerrados y medidos en ella, encadenados o inmovilizados de alguna manera. No hace falta decir que no era un sueño muy cómodo.
El kranz El kranz era una banda de metal que se iba apretando poco a poco en torno a la cabeza de la víctima.
Strappado Es un aparato que mantenía a los prisioneros en el aire por medio de una cuerda, con los brazos atados tras el cuerpo. Los torturadores creativos podían ir añadiendo pesos lentamente a los pies de la víctima. Otra alternativa era golpear repetidamente la cuerda de la que colgaba el prisionero: las vibraciones acababan por dislocarle los hombros. Otras variantes del término “strappado” son la “polea” o el “Aufziehen”.
El potro
Tortura del agua
El potro es uno de los más famosos instrumentos de tortura, que estiraba los miembros del prisionero, normalmente hasta sacarlos de sus articulaciones.
Este término se aplica a dos formas de tortura. En la primera, el torturador ataba al prisionero a una escalera, los pies por encima de la cabeza, y con las muñecas y los tobillos fuertemente apretados, de forma que la cuerda cortase la carne si el prisionero se movía. Tras sujetar fuertemente la cabeza del prisionero, le abría la boca con una pinza de hierro. Sus agujeros de la nariz eran obturados (normalmente con madera), y se le ponía una gran pieza de lino sobre la boca. Después, el torturador sólo tenía que ir derramando lentamente jarras de agua por la garganta del prisionero, lo que a su vez llevaba la tela hacia abajo. El prisionero se tragaba el agua y la tela de forma automática, y sus forcejeos hacían que las cuerdas cortasen su cuerpo. Cuando la víctima estaba medio muerta a causa de la asfixia, la tela era recuperada y el tratamiento “suspendido”. Un método vistoso y eficaz, es fácil emplearlo con un equipo mínimo. Una variante posterior, más sencilla, consistía simplemente en ir va ciando jarras de agua por la garganta del prisionero.
La hija del trapero Este aparato causaba el efecto contrario al del potro, comprimiendo lentamente el cuerpo del prisionero, causando fracturas, desgarros y hemorragias.
Las empulgueras Unas pesas remachadas en metal que comprimían los pulgares del prisionero. Las empulgueras son portátiles y verdaderamente útiles para confinar a prisioneros en campo abierto.
Peine forte et dure Componente habitual del código legar anglosajón, este medio de tortura forzaba a la víctima a yacer sobre la espalda en el suelo con una tabla puesta encima. Se iba acumulando peso lentamente sobre la tabla, hasta que el prisionero confesaba o moría. Giles Cory murió así en el pueblo de Salem en 1692, negándose a confesarse culpable de una acusación de brujería.
La bola La bola, en su forma más básica, no era más que una serie de tablas puestas en torno al pie de un prisionero; al añadir cuñas entre las tablas, iban aplastando los huesos del prisionero. Otras variantes cubrían también la rodilla.
La mordaza Era un instrumento de metal de forma parecida a una pera mientras estaba cerrado. Podía introducirse en la boca del prisionero y abrirse, de forma que las mandíbulas del prisionero quedasen dolorosamente abiertas.
La silla española Era una silla de hierro en la que se sentaba el prisionero, con brazos y cabeza inmovilizados por una banda de metal, y sus pies desnudos colocados muy cerca de un brasero. Los pies eran untados de grasa y asados lentamente hasta quedar en su punto. La grasa debía ser aplicada continuamente para que la carne no se quemara demasiado rápido.
La Madonna Este instrumento (que tiene diversos nombres) era una estatua con forma de mujer. La parte frontal estaba cubierta de púas y clavos; accionando los oportunos resortes, los brazos de la estatua abrazaban al prisionero, aplastándole y clavándole los pinchos al mismo tiempo.
Otros métodos
Sistema
Los azotes, las palizas, y cortar los dedos de pies y manos (gradualmente, por supuesto) son algunos de los otros métodos de tortura empleados. Las variantes son infinitas.
Los Narradores pueden exigir una puntuación mínima de Tortura 1 para emplear los instrumentos más sofisticados... cualquier cosa más allá de los azotes y la amputación. Otra opción es que permita una tirada de Inteligencia para determinar si el torturador en potencia puede deducir el modo de empleo del instrumento. Se supone que los prisioneros atados a un instrumento de tortura sufren daño de forma automática. No hay elementos de posibilidad o de “si” un personaje sufrirá daño. Lo único que es incierto es la cantidad de daño que va a sufrir. Cada instrumento listado tiene una puntuación de daño distinta; para determinar el daño que sufre la víctima, tira un número de dados igual a la puntuación (dificultad 6). Los personajes con la habilidad de Tortura pueden moderar los resultados de forma que no se inflija más de un nivel de daño cada vez que se aplica el instrumento: después de todo, no tendría sentido matar al prisionero la primera vez que se le pusiese en el potro. Los instrumentos de tortura pueden ser empleados repetidamente, hasta el punto de matar a un prisionero. No obstante, muchos instrumentos de tortura tienen un daño máximo, que representa el número de Niveles de Salud que le pueden ser arrebatados a la víctima, sin contar la absorción de daño. Más insidioso que el daño físico (que ya es bastante horrible de por sí) es el psíquico y emocional infligido a la víctima: muchos inocentes han reconocido crímenes imaginarios para acabar con su tortura. A fin de cuentas, están siendo interrogados. Con frecuencia, el prisionero no tendrá respuesta a la pregunta (por ejemplo: ¿Dónde está el refugio del príncipe? o ¿Cuánto tiempo llevas alimentándote de inocentes niños cristianos?). Si un prisionero sabe algo que intenta ocultar activamente, debe pasar una tirada de Fuerza de Voluntad (a dificultad 6 + Manipulación
La tortura y lo Sobrenatural A pesar de todos sus poderes, las criaturas sobrenaturales son tan susceptibles como los mortales a los métodos e instrumentos del torturador. Cierto, algunos seres son más resistentes al dolor, o incluso capaces de curar sus heridas de forma instantánea, pero siempre hay alguna forma de solventar esto. La Sociedad descubrió muy pronto que los vampiros eran capaces de curarse algunas heridas casi en el mismo momento en que eran infligidas, pero que eso les debilitaba en última instancia. Cuanto más débil estaba el vampiro, más probable era que se volviese loco a la vista de la sangre, recuperando sus fuerzas si ingería bastante. Los Inquisidores experimentados en “interrogar” a los vampiros aprendieron a alternar sus torturas con el premio de un gato o una rata muertos... apenas lo suficiente para mantener la no-vida del vampiro, pero en absoluto lo necesario para devolverle su peligroso estado anterior. Los hombres lobo podían ser igualmente problemáticos. Pero los Inquisidores aprendieron a equipar sus mazmorras con grilletes especiales hechos con una aleación de plata: un hombre lobo en forma humana que intentase adoptar su mucho mayor forma demoníaca sufriría cortes en muñecas y tobillos. La amputación era un resultado frecuente. Los Inquisidores descubrieron también que una mordaza de aleación de plata podía ser muy útil frente a un posible cambiaformas. Con el tiempo, los Inquisidores han experimentado con variantes en plata de muchos instrumentos de tortura (como también han hecho otros oponentes de los Garou).
Instrumentos de tortura Instrumento Daño Máximo Cuna 2 Kranz 1 4 Strappado 1 6 Potro 3 7+ La hija del trapero 3 7+ Empulgueras 1 4 Peine forte et dure1 7+ Bota 1 5 Mordaza 1 3 Tortura del agua 2 5 Silla española 2 6 Madonna 3 7+ Daño: El número de dados tirados cada turno para determinar el daño que causa el instrumento (dificultad 6). Máximo: El número máximo de Niveles de Salud que puede perderse a causa de un instrumento de tortura. Algunos sólo duelen y dejan cicatrices. Los que tienen una + detrás del número pueden ser empleados para matar lentamente a un prisionero; teóricamente, por supuesto, la víctima puede perder el deseo de vivir, y el Narrador puede optar por ignorar todas estas reglas en tal caso. del interrogador) cada vez que se sufre daño, para no revelarla. También tiene la alternativa de gastar un punto de Fuerza de Voluntad. Por cada turno de tortura, el interrogador tira Manipulación + Tortura (la dificultad equivale a la Fuerza de Voluntad del oponente). “Turno” tiene aquí un sentido amplio, no unos estrictos tres segundos. Un turno pasado con un instrumento de tortura puede oscilar entre 30 segundos y varios minutos. Cada éxito anula un punto de Fuerza de Voluntad del prisionero. Cuando al prisionero no le queden puntos de Fuerza de Voluntad, abandonará por lo común toda resistencia, contestando a cualquier pregunta. Puede incluso inventarse las respuestas, simplemente para complacer al interrogador: confesando falsas culpas, señalando a
cómplices en crímenes imaginarios o describiendo detalladamente pecados inexistentes. El truco está en hacer que el prisionero pierda su Fuerza de Voluntad antes de que la tortura acabe con su vida. Los torturadores hábiles son capaces de ello. Después de todo, la práctica lleva a la perfección.
Suelo Sagrado La tumba de un santo, un dolmen abandonado hace mucho, un cementerio sagrado: estos y otros lugares por todo el mundo han acumulado la esencia divina. Estos sitios son esencialmente “baterías” de Fe, que pueden aumentar la Fe de un mortal en sus esfuerzos por resistirse a lo sobrenatural. Pueden encontrarse en cualquier parte y estar relacionados con cualquier tradición religiosa. Independientemente del motivo original de su condición, ahora son sagrados a ojos de los creyentes. Estas localizaciones tienen su propia puntuación de Fe, asignada por el Narrador. El lugar debe estar reconocido por los creyentes, o su calidad de Numen se mantiene aletargada: una pequeña iglesia parroquial con una congregación muy devota puede tener una puntuación de Fe más baja que una colina donde San Francisco tuvo una revelación divina, pero si nadie conoce la colina, su potencial no está canalizado. Como algunos mortales, los lugares sagrados tienen una puntuación de Fe que oscila entre 1 y 10. Hay diversos factores de consideración: Antigüedad: ¿Cuánto tiempo lleva el lugar siendo santo o sagrado? El Suelo Sagrado puede acumular el Numen a lo largo de siglos de Fe. Los lugares más nuevos tienden a tener puntuaciones más bajas; el Numen de Fe puede crecer a lo largo de los siglos, a causa de las experiencias acumuladas. Algunos lugares con una pequeña acumulación de piedad y demostraciones menores de Fe tendrán
puntuaciones elevadas simplemente a causa de su edad. Masas: Hablando en general, cuantos más fieles haya, más elevada será la puntuación de Fe. No obstante, hay algunas limitaciones: una gran multitud de fieles tibios no otorgará necesariamente una puntuación elevada. Los más importantes centros de peregrinación deberían tener por lo general una puntuación de al menos 4. Piedad: ¿Se pone la Fe en acción? ¿Son activos los fieles? ¿Tiene la devoción una frecuencia continua, o esporádica? Un monasterio tendrá normalmente una puntuación de Fe más elevada que un santuario al lado de la carretera, pero una pequeña iglesia parroquial activamente dedicada a obras de caridad puede ser igualmente poderosa. Epifanía: ¿Ha sido el lugar el foco de una manifestación divina? ¿Tuvieron visiones los fieles? Por supuesto, depende del Narrador decidir si se trata de algo genuino o de simple histeria colectiva, pero la auténtica actividad religiosa debería crear una fuente de Fe. Recuerda, no obstante, que dicha Fe debe ser alimentada y apoyada por los Fieles, o permanecerá aletargada. Numina loci: Algunos lugares simplemente tienen elevadas puntuaciones de Fe, por razones que pueden ser inexplicables. Aunque nunca tendrán actividades contrarias a lo divino, pueden ser simplemente lugares ricos en Númenes sin explicación histórica. Tales lugares son muy buscados como ubicación para iglesias y otros centros sagrados. Por lo que respecta a la puntuación de Fe, cuanto más elevada es ésta, más raro es el caso: la mayoría de las iglesias y demás lugares no tendrán una puntuación superior a uno o dos. Cualquier puntuación que superase el siete sería una definitiva rareza, y el lugar debería merecerse de verdad una puntuación tan elevada.
Ejemplos de lugares sagrados
1ª Iglesia Metodista de Fort Smith (Montana): Una pequeña congregación sin mucha historia, pero fuerte en Fe. La iglesia dirige un comedor de beneficencia y un centro de acogida. Además alberga un programa de Alcohólicos Anónimos y patrocina otros actos de bienestar social, aparte de cumplir con sus tareas del ministerio. Esta iglesia tiene una puntuación de Fe 1, que puede subir fácilmente si persisten los programas sociales y la piedad. Monte Athos (Grecia): El Monte Athos, la “Montaña Sagrada”, ha sido el centro de la actividad monástica de la Iglesia Ortodoxa Oriental desde el siglo X. Se encuentra en una península en el Egeo, y llega casi a los 2’1 kilómetros de altura. El Monte Athos está dedicado enteramente a los asentamientos monásticos, con 20 monasterios, una mezcla de casas menores y celdas para ermitaños. Su antigüedad, piedad y número de fieles son muy altos, y además, aquí fueron escritos varios influyentes textos ortodoxos. La puntuación de Fe de cualquier lugar de la montaña, desde la celda de un ermitaño hasta una de las muchas capillas, puede oscilar entre 5 y 8. Catedral nacional (Washington, D.C.): Iniciada a principios del siglo XX a la manera de una catedral gótica tradicional, la Catedral de Washington está mantenida por la Iglesia Episcopaliana como una “iglesia para todos sus fieles”: sus diversas capillas son empleadas para varias denominaciones además de los servicios episcopalianos. Aunque es muy fuerte en actividad devota, su frecuente uso para conciertos y seminarios puede eliminar gran parte de la piedad cotidiana del lugar: el turismo y el público de los conciertos no ayudan a aumentar la Fe. La Catedral Nacional tendría una puntuación de 3. Su aspecto es impresionante (es bastante hermosa), pero la imagen puede inspirar fe, no aumentar una puntuación de Fe.
Monasterio de San Michele (Roma): El cuartel general de la Sociedad de Leopoldo, este lugar lleva mucho tiempo siendo rico en númenes. A causa de la larga historia de San Michele como Suelo Sagrado y de los niveles de Fe tras sus muros, su puntuación oscila entre 4 y 8 según el lugar exacto. Se puede encontrar más información sobre San Michele en el Capítulo Uno.
Centros notables Puede que los Narradores quieran asignar puntuaciones de Fe a lugares sagrados históricamente significativos, de acuerdo con los factores mencionados. Sé flexible: esto es más una estimación que un análisis científico. Algunos de los ejemplos siguientes tienen puntuaciones más altas, sencillamente a causa de su antigüedad y su historia, pero no hay nada grabado en piedra. Sólo los más sagrados lugares del
mundo deberían tener una puntuación de 10; se trata de los puntos en los que todos los fieles están de acuerdo en que se encuentra el corazón de una tradición religiosa viviente. Por lo general, esta puntuación debería estar muy limitada geográficamente a edificios concretos, o incluso a puntos de los mismos. Una periferia limitada puede tener puntuación 9, al derramarse literalmente el Numen. Los “Lugares más Sagrados” El Muro de las Lamentaciones, Jerusalén (Israel), Judaísmo. La Basílica de San Pedro, Vaticano, Cristianismo Católico. La Kaaba, Meca (Arabia Saudí), Islam. Monte del Calvario, a las afueras de Jerusalén, Cristianismo. La Cúpula de la Roca, Jerusalén, Islam.
Lugar Puntuación Mont Saint Michel 8 (Francia) Catedral de Notre Dame 7 (París, Francia) Casa de Encuentro de la 2 Sociedad de Amigos (Washington D.C., Estados Unidos) Catedral de San Juan el 3 Divino (Nueva York, Estados Unidos) Monasterio de San 4-8 Michele Mezquita Azul del Sultán 6 Ahmed I (Estambul, Turquía) Basílica de la Asunción 2 (Baltimore, Estados Unidos) Otros lugares pueden haber tenido antes puntuaciones de Fe 10, como Hagla Sophia en Estambul, Angkor War o el oráculo de Delfos, pero cuando su uso entró en declive, lo mismo le ocurrió a su puntuación. Si la importancia religiosa de tales lugares (aparte de su obvio interés histórico) reviviese, sería muy fácil que volviesen a alcanzar esta puntuación.
Terreno inactivo Lamentable como resulta, ocurre en ocasiones: el Suelo Sagrado queda fuera de uso, y los lugares santos son abandonados a medida que las tradiciones cambian de acuerdo con el capricho de la historia, y nuevas fes reemplazan a las viejas creencias; los Terrenos Sagrados quedan inactivos. En tales casos, considera dos puntuaciones de Fe: una latente y otra activa. Ambas serán iguales al principio. La puntuación latente representa las alturas alcanzadas durante las Épocas de Fe, mientras que la activa representa la Fe disponible en tiempos de descuido. Cuando un mortal
aprovecha el terreno, lo que hace es sangrar un punto de Fe de la puntuación activa. Al final, la puntuación activa del lugar puede bajar a 0. Con el tiempo puede rellenarse hasta una puntuación de 1 (asumiendo un lugar rico en Numen), pero por lo demás, su potencial se ha agotado. Si el lugar se pusiese de nuevo en activo (la edificación de una iglesia, miembros de la fe encontrando y reviviendo el lugar... etc.) asume entonces que el lugar irá recuperando poco a poco su puntuacion original.
Profanación En ciertamente posible que el Suelo Sagrado sea “profanado” por actos de blasfemia, odio y violencia allí realizados. Estos actos pueden ir de grabar obscenidades en las paredes de la iglesia o profanar estatuas de santos, a la violación o el asesinato en el recinto del santuario. Se considera entonces que el lugar ha sido profanado. Aunque el terreno sigue siendo sagrado, ha quedado herido por estos actos. El terreno profanado puede encontrar temporalmente disminuida su puntuación de Fe. El Narrador debería hacer una tirada por la Fe del lugar con las siguientes dificultades: Blasfemia menor (pintada): 6 Blasfemia grave: 7 Violación o asesinato: 8 Invocación demoníaca: 9 Si la tirada es un éxito, no se ha perdido Fe. Si el resultado es un fallo, la puntuación se reduce en 1. Si el resultado es un fracaso, en 2. Los sucesos acumulados (por ejemplo, asesinato un día y violación otro) tienen efectos acumulativos. Si los acontecimientos ocurren en un día, el Narrador puede aumentar la pérdida de Fe en dos, o incluso en tres puntos, pero debe tratarse de algo realmente infame, como una orgía de derramamiento de sangre y sacrificios rituales. Puede repetirse la tirada a lo largo de los días siguientes para ver si la Fe es
recuperada. Cualquier número de éxitos sumará 1 a la puntuación. Si se celebran en el lugar actos regulares de devoción, la dificultad para restaurar la Fe se reduce en 2.
El Suelo Sagrado y los Sobrenaturales Un mortal con Fe que se encuentre en Suelo Sagrado puede añadir su puntuación de Fe a la del lugar. Este nuevo total puede usarse para expulsar a vampiros, reducir el frenesí de un hombre lobo o activar algún otro uso de la Fe. Algunos usos específicos pueden variar de una criatura a otra.
Vampiros Si un vampiro intenta entrar en Suelo Sagrado pero es bloqueado con éxito por un Inquisidor, no será capaz de penetrar en la zona, e intentará dirigirse a la periferia tan pronto como sea posible, independientemente del número de éxitos. Si el vampiro persiste, debe pasar una tirada de no entrar en frenesí para huir presa del pánico. El número de éxitos iniciales del Inquisidor se suma a la dificultad establecida. Si el vampiro fracasa en la tirada, es muy probable que adquiera un trastorno. Si un miembro de los fieles invita a pasar a un vampiro, éste podrá pasar sin preocuparse. Igualmente, si el vampiro tiene Fe en la misma religión, puede entrar con libertad. No obstante, la puntuación de Fe del lugar puede ser empleada contra el vampiro si se suma a la puntuación de Fe de un mortal que desea expulsarle.
oponentes es igual a su nueva Fe combinada, lo que puede ser bastante difícil para un mago.
Wraiths Al proteger una zona contra los wraiths, el lugar mismo es el foco, así que no es necesario ninguno adicional. La puntuación de Fe del lugar se suma a la Fe del Inquisidor y a su Fuerza de Voluntad para determinar el número de éxitos. Es increíblemente difícil anular las defensas de los lugares sagrados Protegidos: al ser todo el lugar (que puede ser un edificio completo) el foco, tendrá que ser destruido o quedar inoperante de alguna forma. Los wraiths que están Encarnando a mortales tendrán que hacer una tirada de Fuerza de Voluntad, o simplemente gastar un punto, para entrar en Suelo Sagrado (dificultad igual a la puntuación de Fe de la zona).
Demonios Los demonios y otras entidades infernales encontrarán el Suelo Sagrado como un lugar verdaderamente inhóspito. Cualquiera de estas criaturas que intente entrar allí deberá pasar una tirada de Fuerza de Voluntad (dificultad 6 + puntuación de Fe del lugar; máximo 9). Suponiendo que, con todo, sea capaz de entrar, sufrirá una seria desventaja: resta la puntuación de Fe del lugar de la Reserva de Dados del demonio para cualquier acción.
Hombres lobo
Suelo Sagrado y Cenacula
Los hombres lobo sólo tienen una complicación al enfrentarse a un Inquisidor en Suelo Sagrado: se suma 1 a la dificultad de las tiradas para desatar su Rabia.
La Sociedad es muy consciente de la seguridad que los lugares sagrados ofrecen contra las criaturas de lo sobrenatural., y siempre ha procurado aprovecharse de ello. En los días anteriores a su separación de la Iglesia, era fácil para los Inquisidores ser asignados a iglesias parroquiales (o estructuras mayores) para disfrutar de la protección del Suelo Sagrado. Tales Cenacula
Magos Los Magos no tienen ningún problema con el Suelo Sagrado, aparte de que la nueva Reserva de Dados de contramagia para sus
son ancestrales, habiendo presenciado el paso de generaciones de Inquisidores. Pero ahora que las conexiones entre la Santa Sede y el Santo Oficio son mucho más tenues, hay que tomar distintas medidas. Algunos Inquisidores tienen contactos con lo más alto de la jerarquía y pueden arreglar circunstancias similares. Otros cenáculos han tenido que dedicarse a la especulación inmobiliaria, comprando iglesias abandonadas. Estos acontecimientos varían de las pequeñas comunidades evangélicas que surgen en torno a un líder carismático para después desaparecer en la oscuridad, hasta las venerables iglesias góticas de ladrillo encontradas en los vecindarios urbanos, agregadas a insignificantes comunidades monásticas o escuelas parroquiales recién cerradas. Tales iglesias suelen ser renovadas y quedar abiertas para el culto comunitario; si algún Inquisidor es un sacerdote ordenado, puede incluso pronunciar misas semanales, o ponerse de acuerdo con algún sacerdote para que lo haga. Por lo demás, los terrenos de la iglesia se convierten en el nuevo refugio de los miembros de la Sociedad.
Reliquias Otra potente arma en manos de la Sociedad es su centenaria colección de reliquias. Estos objetos están bañados en Númenes, y llevan su marca. La Sociedad ha aprendido a emplear el poder de las reliquias en su Cruzada. Las reliquias representan el poder tangible del cielo; aunque son objetos transitorios, piezas de madera, hueso o metal, cosas perecederas, también son eternas, pues albergan literalmente el poder del cielo. Las reliquias eran un componente esencial de la vida espiritual en la Edad Media: El trono de Carlomagno en Aquisgrán tenía diversas cavidades con reliquias en su interior; los reyes llevaban reliquias en sus coronas y en torno al cuello. Las reliquias eran también
objetos d cambio y poder en la Edad Media: quien tenía más reliquias tenía más poder. Incluso el hombre común buscaba reliquias, y era capaz de emprender largas peregrinaciones con tal de obtener una astilla de hueso supuestamente de un santo menor. Por lo general, una reliquia se compone de dos partes: la reliquia propiamente dicha y el relicario. La reliquia suele ser una parte del cuerpo de un santo, por ejemplo un hueso (o una astilla), un órgano momificado, la lengua, un rizo de pelo... etc. Algunas reliquias no son partes del cuerpo, sino propiedades personales u otros objetos que han sido de alguna importancia para el santo o la iglesia, como por ejemplo, una astilla de la “verdadera” cruz. El relicario es el contenedor de la reliquia, y puede ser tan sencillo como una caja, o tan adornado como un cierre de hierro y pan de oro. Los relicarios suelen estar forjados o soldados en torno a la reliquia, dejándola encerrada permanentemente. Aunque esto tiene la ventaja de evitar que la reliquia se pierda accidentalmente, también la mantiene atrapada: muchas reliquias son imposibles de usar porque están encerradas en objetos que no son portátiles, o son demasiado frágiles, y el riesgo de romper reliquias y relicario es demasiado alto. Hace mucho tiempo que la Sociedad de Leopoldo conoce el valor y la eficacia de las reliquias en la guerra contra lo sobrenatural. Los primeros Inquisidores y seguidores de Leopoldo solían apartarse de su camino para procurarse reliquias en cuanto surgía la oportunidad. Al llegar el siglo XV, la gran devoción medieval por las reliquias se había desvanecido, y fue fácil para Roma pedir ciertas reliquias a diversas diócesis: el 1486, cuando el pontífice otorgó dinero y propiedades a la Sociedad, gran número de reliquias pasaron también a manos de ésta.
El Gran Relicario Todas las reliquias de la Sociedad están guardadas en el Gran Relicario, una bóveda de seguridad en San Michele. El Custodio de las reliquias es el responsable de mantener su seguridad: responde directa y únicamente ante el Inquisidor General. Las peticiones de acceso al Gran Relicario deben ser cursadas a través de la oficina del Inquisidor General, y pocas de ellas llegan a ser aceptadas. El Gran Relicario no se dedica simplemente a prestar reliquias a los interesados; algunas de sus piezas tienen cerca de 1500 años (se cree que algunas llegan casi hasta los 2000, datando de los tiempos de los primeros Apóstoles), y tienen un alto valor histórico y material además de su importancia religiosa. Desgraciadamente, se ha descubierto la falsedad de muchas reliquias, que eran simplemente huesos de alguien fallecido hace mucho tiempo y atribuidos erróneamente a un santo.
Se cree que hay poco menos de 50 reliquias en el Gran Relicario, de las cuales aproximadamente el 25% son imposibles de utilizar por una razón u otra. Otro 25% es portátil (se trata, por ejemplo, de altares o estatuas). Se sabe que el Custodio se dedica activamente a la búsqueda de nuevas reliquias para aumentar los fondos de la Sociedad. Algunos intentos de traspasar reliquias a otros relicarios han tenido éxito, mientras que otros han sido verdaderos fracasos que además han provocado la destrucción de la reliquia: tales operaciones son ahora llevadas a cabo con mucho cuidado. Los intentos de construir nuevos relicarios (normalmente en forma de armas) para guardar las reliquias, como se hacía en la Edad Media, han fracasado por alguna razón.
Las reliquias como armas Las reliquias tienen una puntuación permanente de Fe que puede ser añadida a la
del Inquisidor; la puntuación de Fe de una reliquia suele estar entre 1 y 5, dependiendo del santo y de lo venerada que fuera la reliquia. Podría pensarse que las falsas reliquias (las que son fraudes probados) podrían tener algo de Fe en ellas debido a la veneración de que gozan; no es así: el objeto debe haber empezado con algún Numen genuino. La puntuación de Fe de una reliquia se añade a la puntuación del Inquisidor a efectos de combatir lo sobrenatural. Además, algunas raras reliquias, particularmente las que tienen alguna historia militar, son capaces de infligir daño agravado a los seres sobrenaturales (Nota del Traductor: puedes encontrar más datos sobre reliquias y sus efectos en Vampiro, Edad Oscura, páginas 283-285). Se sabe que algunas reliquias tienen otras facultades, por razones desconocidas. Las reliquias que han manifestado capacidades especiales suelen ser catalogadas
como tales; por lo demás, nadie sabe con certeza si una reliquia manifestará algún efecto inusual en la guerra contra lo sobrenatural. Las reliquias no son genéricas, y cada una parece tener sus propias características. Las criaturas sobrenaturales pueden intentar destruir físicamente las reliquias; sin embargo, algunos seres, como los vampiros, se muestran reacios a tocarlas por miedo al dolor que les produce. Un vástago que golpee una reliquia sufre daño agravado (tira por la puntuación de Fe de la reliquia a dificultad 6; los éxitos determinan el daño sufrido) pero 5 éxitos en una tirada de Fuerza (dificultad 8) pueden romper el objeto.
Ejemplos de reliquias Las siguientes reliquias están ordenadas de acuerdo con su poder relativo, de 1 a 5, para corresponder con el Trasfondo Reliquia.
Puedes usarlas como están aquí descritas, o aprovecharlas como guía para crear otras.
Anillo de Crisóstomo (Reliquia ) Se cree que este anillo, una banda de plata con una tosca cruz grabada, perteneció a San Juan Crisóstomo. Llevarlo proporciona un punto adicional de Fe.
Hisopo Franciscano (Reliquia ) Este hisopo contiene una astilla del hueso de San Francisco. Si alguien con Fe lo usa para rociar agua bendita por una habitación, puede crear un aura de tranquilidad. La dificultad del frenesí para los Garou aumenta en 2. Llevar encima el hisopo da un punto adicional de Fe. El objeto es demasiado pequeño para ser eficaz como arma.
El Fuego del Mártir (Reliquia ) Esta linterna fue forjada con cenizas de huesos de santos. Los que tengan Fe y se encuentren en el radio de luz de esta pequeña linterna (aproximadamente 8 metros) recordarán los sufrimientos de los mártires y recibirán fuerzas de su sufrimiento: sus Reservas de Dados no tendrán penalización por heridas. Aunque sufran daño de la forma normal, sus heridas no entorpecerán sus acciones de ningún modo.
Turíbulo Bizantino (Reliquia ) Este adornado turíbulo de plata apareció poco después de la caída de Constantinopla, llevado a Roma por un Inquisidor que evitó su destrucción a manos de los turcos. Usado por alguien con Fe, el humo despedido por el incensario rebajará temporalmente el poder del Manto, revelando la presencia de wraiths.
Hasta que el humo se disipa (normalmente una media hora, dependiendo del tamaño de la sala y la ventilación), la sala tiene una puntuación de Fe 1 (o suma 1 a su puntuación si es Suelo Sagrado). Puede ser usado como arma contra los sobrenaturales (con una puntuación de Fe 1), pero es frágil y propenso a romperse. Con un resultado de fracaso, la reliquia se quebrará.
El Escapulario del Eunuco (Reliquia ) Se supone que este escapulario fue llevado en vida por un devoto santo chipriota que se castró para evitar las tentaciones de la carne. Demonios y espíritus malignos le tentaban todos los días en su celda, prometiéndole devolverle su condición física y proporcionarle mayores placeres carnales si renunciaba a Dios sólo por una hora. Sus oraciones fueron lo bastante fuerte para detener el avance de estos súcubos. Llevar puesto (o transportar) este escapulario otorga inmunidad a la disciplina vampírica de Presencia y otros poderes similares. Asimismo, el contacto prolongado con el escapulario provoca impotencia al portador durante variables períodos de tiempo... lo que no es necesariamente malo para alguien que se encuentra bajo votos de castidad.
La Espada del Cruzado (Reliquia ) Hay diversas reliquias que encajan con esta descripción, todas creadas durante los primeros días de la Sociedad. Las reliquias propiamente dichas suelen estar en el puño de la espada. Invertida, la empuñadura y los gavilanes forman un símbolo sagrado, que insufla poder a la espada y lo canaliza a través suyo, añadiendo un dado de daño éxito en una tirada de Fe cuando se usa contra seres sobrenaturales. Las heridas causadas por estas armas, cuando son esgrimidas por uno de los Fieles, son agravadas. Mientras lleve encima una de estas hojas, el Fiel tiene el Mérito Voluntad de Hierro (no hay beneficios
adicionales si ya lo tenía). Estas espadas otorgan también un punto adicional de Fe. Se trata de espadas anchas medievales como las descritas en Vampiro: Guía del Jugador: hojas de cerca de un metro de longitud y empuñaduras de 25 centímetros. Es necesaria una fuerza mínima de 2 para llevarlas, y de 3 (o más) para esgrimirlas. El arma hace un daño de Fuerza + 5, agravado si está en las manos correctas. Además, irradia un aura de Fe inmediatamente discernible para cualquier vástago con Auspex (apareciendo como un nimbo de llamas doradas). A corta distancia, los vampiros sudan sangre. Hay cuatro de estas espadas en el Gran Relicario. Se sabe (o corren rumores) de la existencia de otras, pero esto no ha sido verificado.
Las Llaves de Leopoldo (Reliquia ) Cuando Leopoldo de Murnau murió, uno de sus aliados había intentado curar sus graves heridas. El intento no tuvo éxito, pero cuando la venda fue retirada antes de dejar el cadáver en su féretro, fueron encontradas tres astillas de hueso en el tejido. Las astillas fueron colocadas en un juego de tres pesadas llaves de carcelero de hierro. Alguien que tenga Fe puede usar estas llaves para atar a una criatura sobrenatural de forma que quede permanentemente inmovilizada. El personaje debe pasar una tirada de Astucia + Fe (la dificultad equivale a la Fuerza de Voluntad del objetivo); la criatura permanecerá inmóvil durante un turno por cada éxito obtenido. El juego de llaves da además dos puntos adicionales de Fe al portador. Los experimentos han demostrado que las llaves no pueden separarse para ser usadas por más de un Inquisidor: deben mantenerse juntas. Cada uso de las llaves para aprisionar a alguien le cuesta al usuario un punto de Fuerza de Voluntad.
Daga de Espinas (Reliquia ) Esta daga apareció en una iglesia siria del siglo VI, llevada por un monje cenobita que afirmaba haberla forjado con una espina de la corona llevada por Jesús en la crucifixión. El monje decía haber usado la daga para derrotar a los demonios que perturbaban sus oraciones diarias. La daga proporciona 3 puntos de Fe adicionales. Además, hace daño agravado (Fuerza + 1) cuando se usa contra seres sobrenaturales: la Fe del usuario es irrelevante. Por otra parte, los vampiros apuñalados por esta daga empezarán a sangrar por los ojos, la boca y otros orificios; cada ataque con éxito provoca
la pérdida de un Punto de Sangre además del daño infligido.
El Clavo Doloroso (no puntuado) Esta reliquia fue robada de una capilla en Jerusalén en el siglo XIV, siendo buscada fervientemente por los Inquisidores desde entonces. Se supone que el Clavo Doloroso es uno de los que se usaron en la cruz. Nadie sabe lo que es capaz de hacer esta reliquia, pero las leyendas y tradiciones de los Inquisidores le atribuyen una plétora de poderes. Hay quien supone que el Clavo Doloroso matará instantáneamente a cualquier criatura sobrenatural cuyo pecho atraviese.
Capítulo cinco: Personalidades El día de un Santo es la Luz brillando desde el Rostro de Dios. -Peter Stercy, “Platónico y Puritano”. Muchos observadores de la Sociedad de Leopoldo (y la Inquisición en general) desmienten la idea de los Inquisidores como rabiosos fundamentalistas cristianos armados con antorchas y escasamente variados. Como hemos aprendido, hay muchas razones distintas para incorporarse a la Sociedad, y las filosofías de sus miembros son muy diversas. Aunque algunos Inquisidores serán los estereotipados cazadores de brujas con alzacuellos, abrigo negro y expresión severa, los interesantes tienen más personalidad y carácter. Los siguientes ejemplos son para uso tanto del Narrador como de los jugadores. Los jugadores que busquen un personaje rápido pueden usarlos tal y como están o modificarlos a su gusto. Los ejemplos también pueden dar ideas a los jugadores que no saben por dónde empezar a crear su personaje. Los Narradores pueden usar los ejemplos para no tener que crear Pnjs en todas las ocasiones; estos ejemplos tienen más detalle y profundidad que los estereotipos de personajes dados en el Capítulo Cuatro. Los personajes pueden ser utilizados como antagonistas o protagonistas con sólo unas pocas modificaciones personales; los elementos del pasado de un personaje pueden cambiarse para que encajen en la crónica. Jugadores y Narradores: sentíos libres para alterar los ejemplos como mejor os parezca. Cambiad la Naturaleza y la Conducta, o cualquiera de los Atributos, por algo más afín a vuestra idea del personaje. Si usáis Méritos y Defectos, éstos pueden ser
igualmente añadidos. Cualquier cambio hecho por los jugadores, debería ser aprobado antes por el Narrador. Algunas de las Naturalezas y Conductas son de Vampiro: Guía del Jugador.
Personalidades: Aficionado El Aficionado está interesado en todo pero no se concentra en nada. Revolotea de idea en idea, de pasión en pasión y de proyecto en proyecto sin acabar nada. Otros pueden verse arrastrados por el entusiasmo del Aficionado, y se quedan a dos velas cuando pasa a hacer otra cosa sin avisar. La mayoría de los aficionados tienen valores en Inteligencia, Carisma y Manipulación. –Recuperas Fuerza de Voluntad cuando encuentres un nuevo entusiasmo y dejes completamente el anterior. Ansioso de elogios Tu valía depende totalmente de la opinión de los demás. Ansías aprobación y alabanzas y recurrirás a cualquier cosa para conseguirlas, incluso arriesgando las cosas que aprecias o a ti mismo. A diferencia del “Sicofante”, no piensas en protección y no tienes deseos de usar la opinión favorable de los demás para tu propio beneficio; simplemente ansías alabanzas y aprobación por sí mismas, para poder sentirte a gusto contigo mismo. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que otro personaje te ofrezca alabanzas, admiración o aprecio.
Ansioso de emociones Vives buscando ese momento de peligro, en el que te invade una descarga de adrenalina y te sientes vivo de verdad. De la misma manera que un yonqui está enganchado a su tipo concreto de veneno, tú eres un adicto al peligro. A diferencia de la mayoría de la gente, te desvives por ponerte en situaciones peligrosas que pongan a prueba los límites de tus aptitudes. Te entrenas y trabajas para estar lo más dispuesto posible para estas situaciones y luego buscas dichas situaciones. Esto es lo que te distingue de las enormes masas de zoquetes paranoicos que se arrastran de un lado a otro, escondiéndose de sus propias sombras. Recuerda que "te lo pide el cuerpo". –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que tengas éxito en una hazaña particularmente osada o consigas superar unas situación casi imposible en la que te involucraste intencionadamente. Arquitecto Tu sentido del deber va más allá de tus propias necesidades; tratas de crear algo de valor perdurable para aquéllos que lleguen detrás de ti. La gente necesita muchas cosas y tú obtienes satisfacción proporcionando lo que te es posible. Eres el tipo de persona que se esfuerza por construir algo de valor: fundar un pueblo, crear una compañía o, de alguna forma, dejar un legado imperecedero. Muchos pioneros norteamericanos eran Arquitectos por Naturaleza. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que crees o establezcas algo de importancia o valor duradero. Autista Ocultas tus secretos a los demás. Nadie tiene tu entera confianza. Más importante: ocultas tu verdadero yo. Cualquiera que te comprenda podrá hacerte daño, así que nadie debe ver tu verdadero ser, y ni siquiera acercarse. Revela de ti mismo lo mínimo posible -adopta una personalidad
falsa, si te apetece- pero asegúrate de que nadie descubra la verdad sobre ti. El conocimiento es poder y los que te conocen pueden hacerte cualquier cosa que les apetezca. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que otro personaje confiese que no puede comprenderte o siempre que alguien haga una suposición falsa sobre ti y esto te confiera una ventaja. Autócrata Debes tener el control total de la situación, el control total sobre los que te rodean y el máximo control posible sobre el destino, el tuyo y si es posible, el de los demás. El control es lo único que comprendes; es a lo que rindes culto. La autoridad es lo que deseas y es lo que consigues cuando tienes el control. Cuanta más autoridad tengas, más control conseguirás. Una mano alimenta a la otra. Puede que los demás te consideren tiránico, pero es que no están a la altura de tal tarea. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que consigas el control total sobre un grupo, organización o situación que implique a otras personas. Bellaco Al Bellaco solo le importa una cosa: él mismo. A cada uno lo suyo, y si los demás son incapaces de protegerse ese es su problema. No tiene porqué tratarse de un matón; simplemente se niega a sucumbir a las quejas de los demás. Prácticamente todos los Bellacos se creen autosuficientes y tienen sus propios intereses siempre presentes. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que tu actitud egoísta te conduzca a una gran ganancia material o de cualquier otro tipo. A discreción del Narrador, acumular ganancias sin exponer tus debilidades podría permitirte ganar 2 puntos.
Bizarro Eres en el mismo grado llamativo y amoral; algunos te consideran un pícaro, un donjuán, un calavera, un mujeriego o simplemente un ligón; pero tú te consideras todo lo anterior. Eres un actor consumado al que le encanta hacer de todo el mayor espectáculo posible, y nada atrae más tu atención que un público receptivo. Adoras a la gente y te encanta aún más impresionarles. Aunque puede que realmente seas un amante de primera, disfrutas de la persecución casi tanto como del acto. Los Bizarros varían mucho en su temperamento y ambición, y tienen en común poco más que su amor por la atención. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que consigas deslumbrar o impresionar a otra persona. El Narrador siempre es el juez, incluso cuando hay personajes implicados.
Bufón
Bravucón Tienes fama de matón, rufián y tipo duro y te encanta atormentar a los débiles. Las cosas siempre tienen que salir como tú quieres, y no toleras a los que te contraríen. El poder y la fuerza son todo lo que respetas; tan es así que sólo haces caso de los que pueden demostrarte su poder. Consideras las amenazas un modo totalmente razonable de lograr la cooperación. No ves nada malo en imponer tu voluntad a los demás. No hay nada que te guste más que acosar, importunar, intimidar y enemistarte con los que desprecias; y éstos son numerosos. Las emociones de la bondad y la piedad no te son totalmente extrañas, pero con la crueldad hacia los demás te escondes de tu propia sensación de debilidad. Si bien la mayoría de los Bravucones desprecian a los débiles, algunos se convierten en sus protectores. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que intimides/obligues físicamente o verbalmente a otra persona a hacer lo que deseas.
Caballeroso Eres tan audaz, intrépido, valiente y resuelto como sea necesario para cumplir tu deber. Eres el héroe que trata de estar a la altura de ideales gloriosos y de códigos de justicia y honor. Al proteger lo que es bueno, tratas de conservar la sociedad que te convirtió en lo que eres. Si tu Naturaleza es Caballeroso, y tu Humanidad desciende alguna vez por debajo de cuatro, tendrás que escoger una nueva Naturaleza. Probablemente odias a los Pervertidos, aunque puede que no siempre los reconozcas. –Recuperas Fuerza de Voluntad cuando consigas completar una tarea importante que afecte positivamente al grupo al que perteneces.
Eres el tonto, gracioso, payaso o cómico, continuamente burlándote tanto de ti mismo como de los demás. Constantemente buscas el humor en cualquier situación y te esfuerzas por luchar contra la marea de la depresión dentro de ti mismo. Odias la pena y el dolor y tratas continuamente de apartar las mentes de los demás del lado oscuro de la vida. A veces harás casi cualquier cosa por olvidar que existe el dolor. Puede que tu marca concreta de humor no impresione a tus amigos, pero hace que se sientan mejor. Algunos Bufones consiguen escapar al dolor y son felices, pero la mayoría nunca encuentran la liberación. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que animes el humor de los que estén a tu alrededor por medio del humor, sobre todo cuando puedas, de paso, escapar de tu propio dolor.
Celebrante Gozas con tu causa. Ya disfrutes con la batalla, el fervor religioso, la derrota de tus rivales o con la lectura, este placer te da fuerzas para resistir a la adversidad. Si tienes la ocasión, satisfarás tu pasión en la medida de lo posible. Al contrario que el Fanático, no
actúas por sentido del deber, sino por entusiasmo. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que persigas tu causa o conviertas a otro a tu misma pasión. Por el contrario, perderás un punto temporal de Fuerza de Voluntad cuando se te niegue tu pasión o cuando sufras una severa derrota.
convirtiendo las interacciones del grupo en otra competición: debes ser el líder, el más productivo, el más indispensable o el más popular; cualquier cosa, siempre que signifique que ganas. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que ganes una competición de cualquier tipo, formal o informal.
Científico Para un Científico, la existencia es un rompecabezas que puede ayudar a montar de nuevo. Un Científico examina metódicamente toda situación y maniobra, buscando resultados y pautas lógicas. Esto no quiere decir que el Científico esté siempre buscando una explicación racional o empírica, sino más bien que examina rigurosamente y con ojo crítico todo lo que les rodea. El sistema que trata de imponer un Científico sobre el mundo puede ser completamente absurdo, pero es un sistema y se aferra a él. Los Científicos tienen altas puntuaciones en los Atributos Mentales, y a menudo ocupan puestos bajos en los gobiernos urbanos de la Inquisición. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que un enfoque lógico y sistemático de un problema te ayude a resolverlo o si la información recopilada de manera lógica es útil en otra situación similar.
Confabulador ¿Cuál es el sentido de trabajar duro cuando puedes obtener algo a cambio de nada? ¿Por qué trabajar como un esclavo cuando, simplemente hablando, puedes conseguir lo que quieres? Siempre tratas de encontrar la salida fácil, el camino más rápido hacia el éxito y la riqueza. Algunas personas podrían llamar a lo que haces estafa o incluso robo, pero tú sabes que no haces más que lo que hacen todos los demás; sólo que tú lo haces mejor. Además, es un juego y te da un gran placer ser más listo que alguien. Los confabuladores interpretan muchos papeles, así que puedes ser un ladrón, un timador, un niño desamparado, un contratista, un estafador o simplemente un embaucador. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que puedas conseguir lo que quieres al engañar a otra persona para que haga lo que deseas.
Competidor Te mueve la necesidad de ganar a toda costa. La emoción de la victoria es la única que reconoces; es lo que te impulsa a seguir siendo lo que eres. Ves la vida como una competición y la sociedad como una dicotomía de ganadores y perdedores. Crees en “todos” los proverbios machistas de los hombres de negocios –"Si no eres el caballo de cabeza, la vista siempre es la misma"; "come o serás comido"–. Tratas de convertir todas las situaciones en una competición de algún tipo y es la única forma que tienes de relacionarte con cualquier cosa. Eres capaz de cooperar con los demás, pero sólo
Confidente Comprendes a la gente y, lo que es más importante, te gusta la gente. Eres un colaborador que escucha y aconseja. Las personas se confiesan ante ti y, a cambio, tú les das consejo, la mayor parte del cual es bueno (aunque a veces tu consejo vaya más en tu propio beneficio que en el del receptor). Estás muy interesado en los demás, en quién y qué son. Las personalidades te fascinan, así como la enfermedad y la belleza de la naturaleza humana. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que alguien confía en ti a un nivel personal e íntimo.
Conformista Eres un seguidor. Tomar el mando no es tu estilo. Te es fácil adaptarte, armonizar, obedecer y conformarte con cualquier situación en la que te encuentres. Te orientas hacia la estrella más brillante, la persona que te parece la mejor, ligando tu suerte a la suya. Para ti es difícil y desagradable ir contra la corriente o rebelarte. Odias la incoherencia y la inestabilidad y sabes que, al apoyar a un líder poderoso, ayudas a evitar que se produzca el caos. Todos los grupos estables necesitan algún Conformista. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que tu grupo consiga algo debido a tu apoyo y auxilio. Crítico Nada en el mundo debería aceptarse sin un escrutinio y examen exhaustivos. Nada es perfecto y hay que señalar los defectos para que se conozca realmente lo bueno. Tus parametros son muy elevados para todo e insistes en que se cumplan. Fomentas en los demás los mismos ideales, porque la laxitud y los criterios poco exigentes reducen la calidad de vida para todos. Los demás te lo agradecerán más tarde, una vez que descubran la pureza de tu perspectiva. Buscas y muestras las imperfecciones de cualquier persona o cosa que encuentres. Nunca te satisface nada que no sea perfecto, a menos que esté dentro de ti mismo; después de todo, no eres un perfeccionista. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que puedas descubrir una imperfección significativa que se les haya escapado a los demás. Director Desprecias el caos y el desorden y tiendes a hacerte con el control de la situación y a organizarla con el fin de suprimir la anarquía. Te gusta estar al mando, vives para organizar y habitualmente te esfuerzas por hacer que todo funciones con suavidad. Confías sin reservas en tu propio juicio y para
ti las cosas son blancas o negras: "Estás conmigo o contra mi", "Hay dos maneras de hacer esto: la mía y la equivocada". –Recuperas Fuerza de Voluntad cuando te permitan encabezar un grupo y cumplir algún cometido significativo. Fanático Hay una causa que te consume; es la fuerza principal en tu vida, para bien o para mal. Cada gramo de sangre y de pasión que posees está dirigida hacia ella; de hecho puede que te sientas muy culpable por emplear tiempo en cualquier otra cosa. No dejarás que nada se interponga en tu camino; nada que no puedas superar en todo caso. Tú y los que te rodean podéis sufrir, pero tu causa lo es todo: el fin justifica los medios. Antes de que comience el juego, asegúrate de describir tu causa y de definir cómo puede afectar a tu comportamiento. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que realices un acto relacionado con tu causa. Honesto Tienes un temperamento moderado y te guardas a toda costa de decir mentiras y de robar. Te educaron para vivir honrada y abiertamente y para ser bueno con los demás; desde entonces, has vivido tu vida de acuerdo con estas verdades sencillas. No eres dogmático y no insistes en que los demás deban vivir como tú, ni tampoco te has construido un conjunto complicado de reglas. Eres flexible en tu comportamiento, pero siempre sopesas tus acciones contra tus creencias. –Recuperas Fuerza de Voluntad si tu honestidad te perjudica a ti o a tus amigos de alguna forma, pero más tarde redunda en tu beneficio. En otras palabras, resulta que tu honestidad ha sido la forma adecuada de hacer las cosas.
Hosco En el fondo, eres una persona irascible, áspera y amargada, te tomas todo en serio y encuentras poco humor en la vida (aunque puede que tengas un ingenio morboso y afilado). El escepticismo es tu segundo nombre; es la herramienta con la que juzgas todo en la vida. Tienes una idea bien definida de cómo funcionan realmente las cosas, sobre todo en lo tocante al circo de los esfuerzos humanos. Hace tiempo que dejaron de sorprenderte las acciones estúpidas de los demás. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que alguien haga una tontería, tal como tú predijiste. Debes predecirlo en voz alta a los demás personajes o bien en privado al Narrador. Idealista Los Idealistas creen verdadera, loca y profundamente en una aspiración o moralidad superior. El objeto de su idealismo puede ser algo tan pragmático como el triunfo final de la Inquisición o tan amorfo como el bien absoluto, pero la creencia está ahí. Los Idealistas frecuentemente son o muy nuevos en la causa o muy viejos y cerrados en su creencia. Mientras tanto, un Idealista intenta reconciliar sus creencias con las exigencias de la vida del Inquisidor, actuando a menudo altruistamente para lograrlo. –Recuperas un punto de Fuerza de Voluntad cada vez que una acción en busca de tus ideales sirva para acercarte a tus objetivos. Juez Como buscador de soluciones, moderador, conciliador y pacificador, siempre tratas de mejorar las cosas. Te enorgulleces de tu racionalidad, tu juicio y tu capacidad para deducir una explicación cuando te aportan los hechos. Te esfuerzas por promover la verdad, pero comprendes lo difícil que es desvelarla.
Respetas la justicia, ya que es la forma de la que puede reinar la verdad. Según tu punto de vista, la gente son recursos, aunque los más difíciles de administrar y emplear. Odias la disensión y las discusiones y te apartas del dogmatismo. A veces, los Jueces son buenos líderes, aunque la falta de visión puede hacer que mantengan el statu quo en lugar de buscar un camino mejor. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que resuelvas correctamente un misterio mediante las pruebas obtenidas o cuando tus argumentos logren la unidad en un grupo fracturado. Manipulador Los demás siempre te han fascinado. ¿Por qué se comporta así la gente? ¿Qué pensamientos y emociones afectan a sus acciones? Los procesos cognitivos que influyen en las decisiones que toma la gente te intrigan. A veces, el solo hecho de hacer preguntas a la gente sobre sus acciones puede dar una información importante, pero a menudo la gente no comprende realmente sus verdaderas motivaciones e intereses. En estos casos, es mucho más fácil establecer situaciones, experimentos, si así quieres llamarlos, para ver cómo se comporta la gente. Intentas manipular estas situaciones para tu provecho personal, con el fin de descubrir más información sobre los sujetos escogidos. Algunos podrán tachar de crueles tus experimentos, pero para ti no son más que una necesidad científica. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que consigas establecer un incidente o situación que te permita conseguir una visión más profunda de la psique de tu sujeto. Mártir Todos poseen el instinto de mártires, pero pocos actúan según él. Menos aún viven la vida de un Mártir, pero tú eres uno de ésos. Tu deseo del propio sacrificio provoca una baja autoestima, una sensación de falta de
control o un sentido del amor profundamente establecido. Eres capaz de soportar sufrimientos graves y duraderos gracias a tus creencias e ideales. En el peor de los casos, un Mártir espera compasión y atención debido a sus sufrimientos y puede llegar incluso a fingir o exagerar el dolor o las privaciones. En el mejor de los casos, un Mártir preferirá sufrir heridas o incluso la Muerte Definitiva antes que renunciar a su religión, creencias, principios, causa o amigos. –Recuperas Fuerza de Voluntad cuando te sacrifiques de forma real e inmediata por tus creencias o por otra persona.
El Narrador puede conceder más puntos para una mediación especialmente destacada. Depravado La maldad y el sufrimiento son herramientas que empleas allá donde vas y no hay perversidad, mentira o dolor con el que no te atrevas. No cometes maldades por placer, sino como un medio para comprender aquello en lo que se ha convertido. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que cometas tu atrocidad (Por ejemplo, un tentador recuperará Fuerza de Voluntad cada vez que logre que alguien cometa algún acto malvado). Niño
Masoquista Te gusta forzar las fronteras y ver cuánto puedes aguantar: cuánto dolor puedes tolerar antes de desmayarte. Obtienes cierta satisfacción al sufrir humillaciones e incluso mutilaciones, sobre todo cuando tú eres la causa de tu propio dolor y tienes cierto control sobre él. Sabes que tu necesidad es algo perversa, pero sabes que no estás loco. Sencillamente es tu forma de ser. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que sufras de una forma nueva. Mediador El mundo está lleno de gente que quiere cosas. Algunos tienen lo que otros desean y estarían dispuestos a conversar para llegar a un trato, pero no saben cómo empezar. Esta gente a menudo tiene tremendas dificultades para encontrarse y comunicarse unos con otros. Y aquí entras tú. Te dedicas a mediar entre personas y, en general, ayudando a la gente a hablar unos con otros. Eres el diplomático, el intermediario perpetuo. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que puedas actuar como mediador entre dos personas o grupos y también si llevas la situación hasta un final satisfactorio.
Aún eres inmaduro en tu personalidad y temperamento: un chico que nunca creció. Aunque puedes cuidar de ti mismo (deseablemente), prefieres la seguridad de ser vigilado por otros. A menudo buscas a alguien que cuide de ti: una especie de cuidador. Algunos te consideran un mocoso mimado, mientras que otros te ven como un querubín inocente, al que no han afectado los males del mundo. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que consigas convencer a alguien para que te ayude sin lograr nada a cambio o para que cuide de ti. Optimista "Todo es siempre para bien". Ése es el lema de tu vida y sabes que, si puedes mantener el ánimo y dejar de preocuparte, tus problemas acabarán por desaparecer. Algunos te llaman necio, pero incluso ellos tienen que admitir que tú eres más feliz que ellos. No cabe duda de que encontrarás dificultades de vez en cuando, pero no tiene sentido preocuparse de la muerte. No te preocupes, sé feliz y que tengas un buen día. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que las cosas se solucionen para mejor, tal como tú dijiste. Debes predecir ese
resultado, ya sea en voz alta a los demás personajes o a ti mismo (díselo al Narrador).
arbitra lo que constituye un acto razonable de reparación.
Pedagogo Has estudiado en unos cuantos sitios, has visto unas cuantas cosas y por el camino te has enterado de una o dos cosas; y te gusta contarle a todo el mundo lo que has aprendido. La enseñanza es tu vocación, aunque no necesariamente tu profesión. En tu época, has visto cómo la inexperiencia y la ignorancia conducían a desgracias e infortunios y no tienes estómago para quedarte a un lado y mirar cómo sucede lo mismo. Estás entregado a la labor de transmitir lo que has aprendido, para el beneficio de los demás; no sólo técnicas y conocimientos, sino también sabiduría y experiencia, menos tangibles. Si tienes ocasión, puedes adoctrinar a los demás durante horas. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que veas (o descubras) que alguien se ha beneficiado de algo que le enseñaste o mostraste.
Perfeccionista No puedes soportar la imperfección, ni en los demás ni mucho menos en ti mismo. No puedes tolerar a los que no se esfuerzan al máximo para que todo en su vida sea correcto e impecable. Si bien puede que seas estricto con los demás, es contigo mismo con quien eres más crítico; todo debe estar siempre en su lugar, siempre hacer lo mejor y ser el mejor. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que consigas algo impecable, sin un solo error, defecto, herida, vacilación, confusión, retraso u obstrucción.
Penitente Eres indigno. Eres un pecador. Eres bajo, vil y carente de virtudes. No tienes derecho a existir y estás fuera del alcance de la redención. Por el bajo concepto que tienes de ti mismo o debido a un trauma espectacular de tu pasado, te sientes obligado a pasarte la vida haciendo penitencia por lo que eres, por lo que no tienes o por lo que has hecho. Le debes a toda la Creación un acto de contrición por el crimen de tu existencia. Cada día, te esfuerzas por enmendar tu debilidad y cada noche, sueñas con poder, al fin, superarla. Pero sabes que eres débil sin remedio. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que creas que has conseguido la absolución por un agravio determinado. Esta redención debe ser de la misma magnitud que la transgresión: cuanto mayor es el crimen, mayor la penitencia. El Narrador es el que
Pervertido Siempre hay personas que no se adaptan, y tú eres uno de estos sinvergüenzas. Tus creencias, motivaciones y sentido de la decencia son antítesis completas del statu quo. No eres tanto un rebelde sin objetivo como un pensador independiente que no pertenece a la sociedad en la que creciste. Te importa un comino la moralidad de los demás, pero sí que cumples tu propio y extraño código de conducta. Los Pervertidos suelen ser irreverentes y algunos tienen gustos y deseos verdaderamente anormales. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que puedas hacerle un corte de mangas a la sociedad y a sus preceptos sin sufrir represalias. Planificador Todo lo que haces está planificado. Apenas hay nada que hagas espontáneamente. A menudo, tus planes son largos y complicados, y a veces casi imposibles y mas parecidos a un sueño. Los detalles deben ser exactos, ya que crees que una desviación conllevaría la ruina. Tratas de preverlo todo en tu vida; cada cosa que hagas debe cumplir alguna parte del gran plan. Sin embargo, desviarse de la rutina es algo molesto, no
traumático. Eres organizado, no trastornado. Tiendes a ser escrupuloso y preciso en todo lo que haces. –Recuperas Fuerza de Voluntad cuando dé fruto uno de tus planes exactamente de la forma que planeaste. Protector Siempre tratas de ayudar a los que te rodean, esforzándote por influir en las necesidades y pesares de los desgraciados. La gente que te rodea depende de tu estabilidad y fuerza para mantenerse estables y centrados. Eres a quien acude la gente cuando tiene un problema. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que tengas éxito al proteger y apoyar a otra persona. Puede ser algo tan nimio como una sonrisa de apoyo o un hombro en el que apoyarse en un momento apropiado. Debes ayudar a la otra persona de alguna forma, aunque puede que ésta no lo reconozca abiertamente. Pusilánime Enfrentarse a los problemas de cara es la táctica de los tontos y de los optimistas. La forma sensata de ocuparse de los problemas es quitarles su blanco. Aunque puede que algunas personas te acusen de hundir la cabeza en el suelo, tendrán que admitir que así has conseguido mantener la cabeza en su sitio durante bastante tiempo y parece que podrías seguir haciéndolo indefinidamente. Nunca te enfrentas con algo que puedas evitar y nunca te encaras con nada a menos que haya otra opción. El valor no ocupa un lugar elevado en tu lista de virtudes pero, de todas maneras, a tus ojos la línea entre la valentía y la locura es prácticamente inexistente. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que puedas evitar un problema o situación sin ocuparte de él. Siempre puedes culpar a otro ¿no?.
Rebelde Eres un descontento, iconoclasta y librepensador recalcitrante. Tienes una mentalidad tan independiente y una voluntad tan libre que no estás dispuesto a unirte a ninguna causa o movimiento particular. Tú eres sólo tú y sólo deseas la libertad de ser tú mismo. No eres un buen seguidor y tampoco serás normalmente un líder muy bueno (a menos que tus seguidores estén dispuestos a ir adonde los lleves). Tiendes a insubordinarte a la autoridad hasta la estupidez. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que tus acciones afecten adversamente a la oposición que has elegido. Los Rebeldes pueden enfrentarse al gobierno o lo que sea. El jugador debería elegir un objetivo a la hora de tomar este Arquetipo. Rutinario Estás entregado a la ininterrumpida rutina de tu existencia y te niegas a hacer nada que comprometa tu rutina y las prácticas que hayas establecido. Independientemente de lo urgente o digno de atención que sea un caso individual, la conservación de las costumbres establecidas, y de las rutinas es más importante. Las decisiones y consideraciones individuales son falibles, mientras que las rutinas y los procedimientos establecidos son la sabiduría destilada a lo largo de años o décadas de decisiones. Las rutinas son lo que separan el orden del caos. Haz una excepción una vez y sentará un precedente peligroso; haz una excepción dos veces y se abrirá la puerta a la anarquía. –Recuperas Fuerza de Voluntad cada vez que puedas conservar tu rutina y cada vez que evites volver a evaluar algo o tomar una decisión sobre una decisión basándote en sus méritos individuales. Sicofante En el gran diseño de las cosas, eres pequeño y débil y no estás capacitado para sobrevivir. Tu máxima aspiración es encontrar a alguien que sea más poderoso que
tú y convencerle de que cuide de ti. A cambio, le servirás, admirarás y seguirás. Harás todo lo que te diga, a menos que te haga correr un gran riesgo. En cualquier tipo de situación poco clara, te mantendrás al lado de la persona que parezca ser más fuerte, poniéndote de su parte, efectuando diversos servicios imprescindibles y, en general, tratando de congraciarte. De esa manera, esperas conseguir algún tipo de protección. Tu capacidad de rebajarte para ser aceptado no tiene límite, no tienes orgullo. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que un personaje más fuerte al que te hayas pegado actúe en tu defensa, ya sea poniéndose de tu parte en una discusión o protegiéndote físicamente. Soldado El Soldado no es un seguidor ciegamente leal. Aunque existe para recibir órdenes, no las acepta incondicionalmente. Más independiente que un Conformista pero demasiado vinculado a la idea del mando para ser un Solitario, el Soldado aplica sus propias técnicas a los objetivos de otros. Aunque algún día quizá busque el mando, sus ambiciones se incluyen dentro de la jerarquía y estructura establecida. El Soldado no tiene escrúpulos a la hora de usar los medios necesarios para hacer lo que tiene que hacerse, mientras que las órdenes vengan del sitio adecuado. –Recuperas un punto de Fuerza de Voluntad cuando logres los objetivos de tus órdenes. Cuanto más difícil sea cumplir las órdenes, mejor se siente al llevarlas a cabo. Según el criterio del Narrador, la obtención de un éxito espectacular o el cumplimiento de una misión larga puede valer la concesión de puntos de Fuerza de Voluntad adicionales. Solitario Eres el tipo de persona que siempre está sola, incluso en medio de una multitud. Aunque otros pueden verte como alguien
solo, abandonado, aislado o apartado, en realidad prefieres tu propia compañía a la de los demás. Hay muchas razones distintas por las que esto puede ser así: no comprendes a la gente, la comprendes demasiado, no le gustas a la gente, le gustas demasiado o simplemente estás perdido en tus propios pensamientos. Tienes tus propias razones. –Recuperas Fuerza de Voluntad cuando logres algo por tu cuenta que además beneficie de algún modo a tu cuadrilla. Superviviente Sea como sea, siempre consigues sobrevivir. Puedes soportar casi cualquier circunstancia y sobrevivir e imponerte a ella. Cuando la situación se pone fea, tú sigues adelante. Mientras hay vida, hay esperanza; nunca abandonas. Nada te enfada tanto como una persona que no se esfuerza o que se rinde ante las fuerzas sin nombre del universo. –Recuperas Fuerza de Voluntad cada vez que sobrevivas a una situación peligrosa gracias a tu tenacidad, o cuando otro persevere a pesar de la oposición gracias a tu consejo. Tradicionalista Eres una persona ortodoxa, conservadora y extremadamente tradicional. Lo que te bastaba cuando eras joven te basta también ahora. Casi nunca cambias. En general, te opones al cambio; ¿qué sentido tiene? Algunos te pueden considerar un tacaño, un reaccionario o simplemente un viejo carcamal. Siempre te esfuerzas por conservar el statu quo. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que los métodos tradicionales demuestren ser los mejores. Recupera también un punto cada vez que logres resistirte a un cambio. Vanguardista Siempre debes estar en primera línea; quieres ser siempre el primero que se entera de una noticia, un baile, etc. Nada te hace
sufrir más que oír noticias de segunda mano o que otra persona te hable del nuevo grupo de la última hornada. Los descubrimientos nuevos son tu vida y dedicas mucho tiempo y esfuerzo a mantenerte al tanto de la situación. Después de todo, si no estás en vanguardia, no estás en ninguna parte. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que seas el primero que consigue una noticia o algún otro descubrimiento significativo.
diversión. La mayoría de los Vividores tienen un Autocontrol bajo, por que aman el exceso. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que te lo pases realmente bien y puedas expresar plenamente tu júbilo. A opción del Narrador, una fiesta especialmente salvaje podría proporcionar más puntos de Fuerza de Voluntad.
Visionario Hay muy pocos que sean lo bastante valientes o imaginativos para mirar más allá del abrazo asfixiante de la sociedad y el pensamiento y ver algo más. La sociedad trata a estas personas a la vez con respeto y desprecio, ya que es el Visionario el que previene a la sociedad al tiempo que la guía hacia el futuro. Puedes ser un espiritualista, chamán, profeta de la Nueva Era, filósofo o inventor pero, seas lo que seas, siempre andas buscando algo más. Ves más allá de los límites de la imaginación y creas nuevas posibilidades. Si bien puede que tengas la cabeza en las nubes y a veces tienes una inclinación nada práctica, estás lleno de ideas y percepciones nuevas. –Recuperas Fuerza de Voluntad siempre que puedas convencer a otros para que crean en tus sueños y sigan el camino perfilado por tu visión del futuro.
Un aviso para los jugadores: estas descripciones están pensadas sobre todo para el Narrador. Si queréis leer sobre alguna de estas figuras, podréis hacerlo con las dos primeras (Leopoldo de Murnau y Bernardo Gui). La lectura del resto puede anular la diversión de descubrir cosas sobre estos personajes a medida que avanza el juego. Narradores, algunos de estos personajes son simplemente ilustrativos de la historia y la actual situación de la Sociedad de Leopoldo. Otros individuos pueden haber planteado a través de sus acciones, las semillas que darán fruto en tu crónica; no creas, porque sean las únicas figuras representadas, que no hay otras de importancia.
Vividor Sabes que la vida es hueca y no tiene significado alguno, por lo que has decidido disfrutar al máximo. Roma podrá arder, pero tú beberás y cantarás. Para ti, un hedonista, sensualista y sibarita, las palabras austeridad, sacrificio y autodisciplina no tienen lugar en tu vida. Prefieres con mucho el concepto de la gratificación instantánea. Aun así, no te molesta un poco de trabajo duro, con tal de que una vez completado te aguarde la
Quién es quién en la Sociedad de Leopoldo
Leopoldo de Murnau, O.P. Leopoldo de Murnau es, sencillamente, la mejor conocida y más importante figura en la historia de la Sociedad que lleva su nombre. Aunque sus actos y creencias apenas se reflejan en las crónicas históricas ordinarias, su importancia no puede ser pasada por alto. Leopoldo nació en 1176, y comenzó a prepararse para el sacerdocio a edad muy temprana. El suyo era un camino de fe y piedad, y era bien conocido por sus exitosas plegarias y exhortaciones a la vida santa. En el año 1200 coqueteó brevemente con la posibilidad de unirse a la Orden de San Miguel, considerándola una fuente de gran fuerza espiritual. Por las razones que fuesen
(gran parte de este período no está cubierta por sus diarios) acabó desechando la idea. En 1215, su fama llamó la atención de Santo Domingo, y se contó entre los primeros escogidos para formar parte de la nueva Orden Dominicana. En 1224, Leopoldo fue enviado para tratar el problema de los Cátaros. Las primeras experiencias de Leopoldo como Inquisidor están bien detalladas en sus diarios, que forman parte del Testamento de Leopoldo. Entre ellas se cuenta su primera experiencia con el oscuro mundo de lo sobrenatural. En 1231, Leopoldo abordó al Papa Gregorio IX, y éste le confió la responsabilidad de buscar a los seres malignos que infestaban la sociedad y la creación. Poco después de la creación de su Sociedad, Leopoldo empezó a recibir visiones apocalípticas que le alertaban de la inminente Parousia, el segundo advenimiento de Jesús. Llegó a creer que sus seguidores eran miembros de una nueva Cruzada, más importante que cualquier otra. La Sociedad de Leopoldo era la vanguardia de los ejércitos de la Iglesia, y su misión era la de proteger a los siervos de Dios de las huestes del Enemigo. Leopoldo murió en 1255, asesinado a la luz del día por un campesino, del que más tarde se supo que era el servidor humano de un vampiro en cuya destrucción Leopoldo estaba especialmente interesado. El vampiro y su servidor humano fueron pronto localizados y destruidos en un enfrentamiento que también costó las vidas de cinco Inquisidores. Sólo la guardia personal de Leopoldo y dos ayudantes fueron testigos del ataque del fundador de la Sociedad, y su cuerpo fue encerrado inmediatamente en un féretro de hierro sellado, por miedo a que los sobrenaturales profanasen el cadáver de alguna forma. Leopoldo fue enterrado en una tumba privada de Roma. Cuando la Sociedad recibió el monasterio de San Michele, el féretro de hierro fue trasladado a una tumba en los
sótanos especialmente rediseñada para este propósito. Es raro que el lugar se encuentre vacío, pues los Inquisidores fatigados rezan aquí todos los días para recuperar fuerzas y seguir adelante en su nombre. A lo largo de la historia de la Sociedad, algunos de sus miembros han señalado que el cuerpo de Leopoldo podría ser una gran fuente de reliquias, aunque la Inquisición no pone pegas al saqueo de otros cuerpos en busca de herramientas para su trabajo, esto pareció canibalismo a muchos, pero de todas formas, los restos de Leopoldo están sellados dentro del féretro. Algunos visionarios de la Sociedad han proclamado que el féretro se abrirá cuando llegue la Parousia, y que Leopoldo dirigirá de nuevo a sus ejércitos. Otros han especulado con la idea de que el féretro esté ya vacío.
Bernardo Gui, O.P. Bernard Gui, o Bernardus Guidonus (1261-1331), fue una de las figuras señoras de la Inquisición. Su manual, Practica Inquisitionis Heretice Pracitaits (1325), sentó las bases de la filosofía y el procedimiento inquisitoriales básicos. Su labor como Inquisidor, centrada en Tolosa durante unos 15 años, fue prodigiosa: llegó a investigar más de 900 casos. Su labor como Inquisidor no frenó la carrera de Gui; estudió filosofía y teología, y ocupó cargos de sublector, lector y prior por toda Francia. En 1323 se convirtió en obispo de Tuy, en España. Su intervención en 1327 en un caso particularmente difícil, que incluía herejía, asesinato y brujería en una anónima abadía italiana está ampliamente documentada; sin embargo, los rumores de que murió en la abadía a manos de una multitud enfurecida son totalmente falsos. Gui falleció en 1331, y fue enterrado en la iglesia Dominicana de Limoges. Bernard Gui no llegó a ser miembro de la Sociedad de Leopoldo, aunque fue amigo de muchos Inquisidores que sí lo eran. Su
principal preocupación era la herejía más que la brujería, pero los Inquisidores le consultaban en numerosas ocasiones.
Balthazar Richter, S.I. Balthazar Richter fue un misionero enviado a China en el siglo XVIII por la Compañía de Jesús, con la doble misión de llevar a cabo un análisis de la filosofía china y convertir a los paganos a la Fe Única y Verdadera. Sus estudios sobre la demonología china le llevaron a encuentros mucho más emocionantes y peligrosos de lo que había esperado, y la Sociedad de Leopoldo no tardó en ponerse en contacto con él. En el curso de una década, Richter se convirtió en uno de los más eficaces Inquisidores de la Sociedad de Leopoldo. Se calcula que clavó la estaca con sus manos al menos a ocho vampiros, exorcizó a cinco demonios y es el responsable directo de la muerte de más de una docena de practicantes de la Goecia. Su fama se extendió rápidamente (entre los círculos apropiados), e Inquisidores de todo el mundo le pedían consejo; fue llamado dos veces a Roma para asesorar al Inquisidor General sobre diversas materias. En 1794, en vísperas del décimo aniversario de su apostolado en China, Richter desapareció. Sus colegas supusieron rápidamente que había muerto seguramente a manos de las mismas fuerzas que había combatido con tanto éxito. Pero cinco años después, Richter fue visto de nuevo por uno de sus antiguos protegidos, aparentemente en perfecto estado de salud. Estaba en una bulliciosa calle de Hong Kong, y huyó antes de ser abordado. Desde entonces, ha sido identificado repetidamente por todo el Lejano Oriente en diversas ocasiones, más o menos cada diez años. Se supone que ha sido convertido en un no muerto. Sus intenciones y objetivos no están claros: algunos creen que ha continuado con su trabajo, aprovechando su nuevo estado para infiltrarse en la comunidad vampírica y
destruirla desde dentro; otros creen que si Richter es de verdad uno de los no muertos, puede haber revelado muchos secretos de la Sociedad a los enemigos de ésta. Se ha decidido oficialmente que si es cierto que Richter se ha convertido en un vampiro, se convocará un Auto-da-fe contra él, con el Gladius Dei al frente de la caza. Hasta entonces, sin embargo, su caso permanece sin resolver, y su destino sigue sumido en el misterio.
Ingrid Bauer: La Doncella de Hierro Una mujer adusta y sin sentido del humor. La nueva Provincial de Austria es una de las más temidas de la Sociedad. Se susurra (pero nunca al alcance de su oído, por supuesto) que sus Inquisidores le tienen más miedo a ella que a todas las tropas infernales juntas. Es fría, despiadada y bastante antipática; los demás Provinciales se quejan de que es tozuda y se niegue a escuchar cualquier opinión que entre en conflicto con la suya. No se fía de nadie, y, francamente, no le importa si no cae bien a los demás. Por otra parte, Bauer es una Inquisidora extremadamente eficaz. En el curso de su carrera le ha clavado la estaca a 15 sujetos, 14 de ellos confirmados como vampiros. Su prioridad actual es investigar la desaparición del anterior Provincial de Austria. Ha pedido a San Michele que envíe un Censor para investigar a los restantes miembros del Cenaculum de Viena. Argumenta que esto es necesario para determinar la seguridad de la Sociedad en Austria, pero sus detractores sospechan que lo ha hecho sólo por el placer de intimidar. Ingrid Bauer se unió a la Sociedad con poco más de 20 años, y su celo no ha disminuido en el último cuarto de siglo. Pero sus métodos han ido desviándose hacia lo extremo. Confía en que nadie descubra que ha reabierto la cámara de torturas de uno de sus predecesores del Renacimiento, y la ha dotado con un pequeño equipo de Inquisidores leales
(y también temerosos) a cada una de sus palabras. Siente un especial desagrado hacia los magos, y está interesada en descubrir qué secretos revelarán bajo sus “cuidados”.
Monseñor Amelio Carpaccio Además de ser un afable anciano sacerdote, Monseñor Amelio es el actual Inquisidor General de la Sociedad de Leopoldo. La sangre del Inquisidor es fuerte en su familia; su padre y su abuelo fueron también sacerdotes ordenados (aunque no de ninguna orden en particular) y miembros de la Inquisición, habiendo engendrado cada uno un hijo para prolongar el legado de la caza de brujas. Amelio fue dejado en el orfanato de una iglesia, y desde su juventud demostró ser un alma devota. Su padre vigiló la educación y la infancia de Amelio, visitando frecuentemente al niño, que no sabía nada, como padre confesor del orfanato. Cuando Amelio alcanzó la edad de entrar en un seminario, su padre le recomendó al mejor de Roma. Una semana después, su padre fue encontrado muerto, con la garganta rajada, en un callejón de Roma. Sus pertenencias, incluyendo sus diarios, fueron entregadas de acuerdo con su testamento a Amelio, que estaba cursando su primer año de seminario. La verdad de su filiación fue devastadora para el joven seminarista, que rechazó las creencias de su padre como bobadas enfermas y supersticiosas. Una noche, años después, visitó la tumba de su padre. Su melancolía nocturna fue interrumpida por la aparición de un hambriento Nosferatu que emergió de su refugio en un mausoleo. Amelio consiguió mantener al vástago alejado de él con la simple fuerza de su fe, sin recurrir a ningún arma ni símbolo sagrado. A la mañana siguiente, volvió a los diarios de su padre, y se puso en contacto con personas mencionadas en ellos; una semana después se había unido a la Sociedad de Leopoldo.
A medida que avanzaba la carrera eclesiástica de Amelio, la de Inquisidor hizo lo mismo. Rápidamente se convirtió en Abbé del Cenaculum de Milán, y más tarde en Provincial de Italia. Su celo, templado por su fe y su temperamento tranquilo, se combinó con la sencillez de su sabiduría y la agudeza de su intelecto, convirtiéndose en un Inquisidor popular y respetado. Cuando llegó el momento de elegir a un nuevo Inquisidor General, Amelio fue la elección fácil. A la edad de 57 años, Amelio lleva 15 siendo el Inquisidor General. Su carrera está marcada por el intento de llevar lentamente el Santo Oficio a la era moderna (algo muy difícil si se tiene en cuenta el bagaje medieval de la Sociedad), sin recurrir de forma excesiva a la tecnología. Aunque es un hombre amable y compasivo, se opone fuertemente a la Herejía Florentina, y ha jurado combatirla en toda ocasión. Teme que los Sambenito sean un cáncer que esté royendo a la Sociedad, que debe mantenerse firme en su misión; la piedad tiene un lugar, pero no para los soldados del enemigo. La edad de Monseñor Amelio es notable, pero el Inquisidor General ya está preparando a la próxima generación de Provinciales para que le reemplace, siempre dispuestos para la Parousia.
Marcel Dupuy Marcel Dupuy, un Conciliar en el Cenaculum de Nueva Orleáns, sigue un camino peligroso. Si la Sociedad descubriese uno solo de sus numerosos secretos, sería rápidamente retirado. No hay mucho sitio en la Inquisición para un homosexual infectado con el VIH, un Teurgo de tapadillo y un incipiente Sambenito. La carrera como Inquisidor de Dupuy tiene sólo tres años. Estudiando en la universidad de Tulane, comenzó su búsqueda de sabiduría oculta y enseñanzas secretas. Su camino le condujo a los practicantes de magia vulgar y vudú que proliferaban en Nueva
Orleáns. Coincidiendo con sus investigaciones sobre la magia y el ocultismo, empezó también a explorar su largamente reprimida orientación sexual, frecuentando los bares y clubes nocturnos de ambiente gay. Su cara bonita y su encantadora personalidad le hicieron popular en poco tiempo. Desgraciadamente, no fue muy cuidadoso en ninguna de sus búsquedas. Sus despreocupadas prácticas sexuales le llevaron a contraer el VIH, algo hubiese podido evitar fácilmente. Al mismo tiempo, sus investigaciones atrajeron la atención de Peter Fisher, un Inquisidor itinerante y miembro de la Orden de San Pedro que había decidido que su objetivo personal era limpiar de taumaturgos las calles de Nueva Orleáns. La
inocencia y relativa ignorancia de Dupuy no significaban nada para Fisher, que una noche lo acorraló en un callejón cuando volvía del mercado. Dupuy se salvó de los disparos de Fisher gracias a un anónimo mago del Coro Celestial, que se había hartado de ver a sus Acólitos siendo asesinados a sangre fría. Después de tratar a Fisher de una forma que sólo podría considerarse como piadosa (borrando su memoria y convirtiéndola en una tabula rasa, de forma que tuviese una segunda oportunidad de llevar una vida menos llena de odio), el mago entregó a Dupuy a uno de sus Acólitos supervivientes, Peter Garraty, un Teurgo franciscano y miembro del cenáculo local. Dupuy pasó pronto a formar parte de la Sociedad, pero prefirió que su práctica de la Teurgia quedase en secreto, así como su orientación sexual. Tanto por su personalidad como por su mentor y su introducción formal a lo sobrenatural (el terror es una lección muy poderosa), Dupuy era un Inquisidor bastante misericordioso. Raramente participaba en Autos de Fe, prefiriendo en su lugar la vida del investigador; si tomaba parte en alguno, era sólo si opinaba que el culpable lo era de algo más que de brujería. Cuando Dupuy descubrió que era seropositivo, lo ocultó a todos excepto a sus más íntimos amigos y colegas, incluyendo a su mentor, el Hermano Peter. Las inclinaciones de Dupuy no han pasado desapercibidas. El Oficio Censor ha dirigido su penetrante mirada a Nueva Orleáns más de una vez, pero como Dupuy no ha descuidado nunca sus deberes, aún debe ser investigado en serio. Es una suerte, pues hace tiempo que Dupuy decidió que la Sociedad se equivocaba en su misión. Ha sido abordado por renegados de la Sociedad y seguidores de la Herejía Florentina, y está a punto de desertar. Si esto o su práctica de la Teurgia llegase a descubrirse, probablemente desaparecería antes de que el Oficio Censor pudiera hacerse con él.
Apéndice: Creación de Cenaculum La importancia del Cenaculum para un Inquisidor no puede ser subestimada. Los Inquisidores pueden operar como Itinerantes, sin hogar ni Cenaculum formales. Muchos, no obstante, pueden residir en un cenáculo, al menos para aprovechar el refugio que ofrece frente a la tormenta. Cualquier grupo de miembros de la Sociedad de Leopoldo puede establecer un Cenaculum en cualquier ciudad que desee, pero antes deben consultar al Provincial local. Para que el Cenaculum sea reconocido por la Sociedad, sus miembros deben, por supuesto, comportarse de acuerdo con las reglas y restricciones que se aplican a los Inquisidores. Éstos pueden operar juntos sin restricciones y sin notificárselo al Santo Oficio, pero en este caso son simplemente Inquisidores trabajando en equipo, y no tienen reconocimiento oficial como Cenaculum. El Santo Oficio puede anunciar su aprobación al nuevo Cenaculum, pero no empezará a proporcionarle fondos importantes o a ayudar a mantenerlo hasta que no haya demostrado ser valioso para la Sociedad. Por lo general, los Cenacula oficialmente mantenidos por la Sociedad han sobrevivido al menos a una generación de Inquisidores, haciendo valiosas contribuciones de información. Unos pocos Autos de Fe llevados a cabo con éxito tampoco están de más.
Sistema Los personajes Inquisidores que quieran pertenecer a un Cenaculum oficial deben adquirir el Trasfondo Cenaculum. Todos los personajes deben tener la misma puntuación para pertenecer al mismo Cenaculum: esta puntuación determina su fuerza global. El
Narrador puede decidir a qué Cenaculum pertenecen los personajes, o si los jugadores pueden elaborar juntos los detalles de su santuario. Por cierto, la Sociedad no reconoce a los Inquisidores solitarios como miembros de un cenáculo unipersonal; en este caso son clasificados como “Itinerantes”. Los Cenacula están clasificados (de acuerdo con el sistema, no por la Sociedad) en cinco categorías. Hay diversos factores condicionantes en la determinación de la categoría de un Cenaculum. Aunque los explicamos por separado, deben ser vistos actuando juntos como un todo en la historia del cenáculo.
Débil Los Cenacula débiles son nuevos y aún deben demostrar su valía, o llevan algún tiempo en activo sin haber conseguido resultados, o también pueden haber sido prominentes en el pasado pero haber entrado en declive. Fe: Los Cenacula débiles tienen Fe 0. Para que un Cenaculum tenga puntuación de Fe, debe estar en Suelo Sagrado de algún tipo; pero por alguna razón, el edificio escogido como sede (incluso aunque se trate de una iglesia) no tiene puntuación de Fe (todavía). Fondos: La Sociedad de Leopoldo no proporciona fondos al Cenaculum más que para cubrir el pago del alquiler (o lo que corresponda al caso). Todo lo demás, debe salir de los bolsillos de los Inquisidores, incluyendo el mantenimiento y las reparaciones del edificio. Por lo común, estos Cenacula pueden albergar cómodamente a tres o cuatro Inquisidores, aunque puede que tengan que compartir habitación.
Criados: Con suerte, viene una doncella dos veces a la semana. Medidas de seguridad: Cerráis las puertas con llave. Si sois listos, ponéis etiquetas en las ventanas que anuncian que el edificio está protegido electrónicamente (aunque es mentira). Tecnología: Tenéis máquinas de escribir, o cualquier recurso electrónico que paguéis de vuestro propio bolsillo. Transporte: Si no disponéis de vehículo propio, mal asunto.
Marginal Los Cenacula marginales llevan un poco más en activo, y están empezando a adquirir importancia (o están en decadencia pero aún no han tocado fondo). Fe: Estos Cenacula tienen un punto de Fe. Fondos: Cada miembro del Cenaculum dispone de una asignación de 500 €al mes. No es mucho, pero cubre la comida (y algunos otros gastos). La Sociedad cubre también el mantenimiento básico del edificio. Criados: Hay un criado a jornada completa o dos a tiempo parcial. Ningún criado adquirido a través del Cenaculum tomará parte en Autos de Fe, ni estarán necesariamente al tanto de las operaciones de los Inquisidores. Los criados más leales o que puedan participar en un Auto-da-fe o misión similar han de ser adquiridos normalmente como Trasfondos. Medidas de seguridad: Seguridad mínima, pero un escalón por encima de las puertas cerradas... quizá un sistema de alarma automática que hace mucho ruido y luces cuando entra un intruso. Tecnología: La Sociedad ha pagado un ordenador nuevo y ¡mira! ¡Funciona y todo! Transporte: La Sociedad autoriza el alquiler de un coche cuando sea realmente necesario.
Medio Los Cenacula medios son exactamente eso: la media. Gozan de un respeto básico por parte de la Sociedad, lo que no está mal. Muchos Cenacula más débiles aspiran a llegar a este nivel. La mayoría de los Cenacula son medios. Fe: 2 punto2. Fondos: Cada Inquisidor dispone de una asignación mensual de 1000€. La Sociedad cubre todas las necesidades básicas del edificio, pero cuestionará seriamente las facturas por renovaciones mensuales o las solicitudes de un jacuzzi. Criados: Los Cenacula medios tienen un criado a jornada completa para el trabajo administrativo, y asistencia doméstica a tiempo parcial Medidas de seguridad: Aparte de las alarmas, tenéis un sistema básico de cámaras que controla todas las salidas. Aunque no tenéis seguridad a jornada completa (a menos que los Inquisidores organicen turnos), hay un tablero central de seguridad con monitores y videocámaras. Tecnología: Cada Inquisidor tiene su ordenador personal con procesador básico de textos. Si los Inquisidores tienen los conocimientos apropiados de electrónica o informática, pueden instalar un LAN, usar lectores de CD-ROM, pero todo por cuenta propia. La Sociedad proporcionará un aparato de Fax. Transporte: La Sociedad ha asignado al Cenaculum un vehículo (de tamaño medio) para uso de los Inquisidores, pero el cenáculo debe ocuparse de su mantenimiento. La Sociedad pagará los billetes de tren de los Inquisidores o reembolsará parcialmente los de avión (clase turista cutre).
Fuerte Los Cenacula fuertes tienden a haber pasado mucho tiempo en activo, a lo largo de varias generaciones de Inquisidores.
Fe: 2 puntos. Recuerda que las puntuaciones de Fe superiores a 2 son bastante raras. Fondos: Cada Inquisidor tiene una asignación de 1500 €al mes. La Sociedad cubre todos los gastos justificables, incluyendo los costes básicos de munición. Criados: Las Cenacula fuertes tienen dos criados a jornada completa y tres a tiempo parcial, por lo común dedicados a tareas domésticas o eclesiásticas. Medidas de seguridad: Además del sistema de alarma electrónica y las cámaras, hay un guardia de seguridad en todo momento. Es alguien más o menos capaz de estar atento a las cosas, pero no necesariamente capaz de enfrentarse a ellas; eso corresponde a los Inquisidores. Tecnología: El Cenaculum dispone de un LAN con lectores de CD-ROM (para investigación, por supuesto). También hay un aparato de fax. Transporte: Hay dos vehículos ordinarios (o uno de calidad) disponibles en todo momento. La Sociedad de Leopoldo cubre el 50% de los gastos del coche (siempre que estén relacionados con la actividad del Cenaculum y sean justificables), así como los billetes de tren o avión (de nuevo, siempre que sean justificables).
Venerable Los Cenacula venerables son raros. Tienden a estar agregados a iglesias muy antiguas, y suelen ser el hogar de un Provincial. Fe: Estos Cenacula tienen 3 puntos de Fe. Fondos: Cada Inquisidor recibe 2000 € al mes. Todos los gastos y costes de munición están cubiertos, y hay un reembolso del 50% en gastos por armas inusuales (por ejemplo, balas de plata). Criados: Estos Cenacula tienen cinco criados a jornada completa (o una cantidad equivalente en trabajadores a tiempo parcial),
que se ocupan de las necesidades básicas del Cenaculum y de los Inquisidores que alberga. Medidas de seguridad: Las medidas de seguridad incluyen alarmas, cámaras, uno o dos guardias, y quizá un detector de metales e incluso un sensor de movimiento. Normalmente, las medidas de seguridad están bajo la supervisión de un Condotiere. Tecnología: LAN y lectores de CDROM, posiblemente con e-mail interno, escáner y otros aparatos, así como un fax de papel normal con su propia línea telefónica. Transporte: Estos Cenacula tienen un coche de lujo y tres vehículos ordinarios. Todo el mantenimiento y los gastos de viaje están cubiertos por la Sociedad de Leopoldo.
Jugando con las puntuaciones Recuerda que todo esto no es más que criterios flexibles. Los Narradores pueden modificarlos como consideren oportuno, o simplemente ignorarlos y aplicar otros. También puedes jugar con las clasificaciones para crear un cenáculo más acorde con tu idea: un cenáculo “medio” en concreto podría carecer de personal doméstico, pero estar totalmente sistematizado en una compleja instalación tecnológica, con su propio nodo de Internet. O un Cenaculum fuerte podría carecer de tecnología y medios de transporte, pero tener a dos Condotieri a cargo de la seguridad.
Ejemplo de Cenaculum Describimos a continuación un cenáculo medio, para mostrar mejor las categorías y puntuaciones que pueden ser desarrolladas y modificadas.
Sagrada Trinidad, Chicago El Cenaculum de la iglesia de la Sagrada Trinidad se encuentra en Wicker Park, Chicago, una zona con una población étnicamente mixta (incluyendo fuertes comunidades hispana y polaca). Aunque no es el más prominente, sí se trata de un
Cenaculum bien conocido y con una sólida base. Originalmente una iglesia, y escuela conventual abierta a principios del siglo XIX, fue reconstruida con esplendor victoriano en la década de 1880. A través de una serie de Provinciales del Medio Oeste con bastantes recursos y un tanto manipuladores, la Sagrada Trinidad fue adquirida por la Sociedad de Leopoldo; el colegio fue vendido, pero la Sociedad se quedó con el pequeño convento, la iglesia y los jardines adyacentes, rodeado todo por un imponente muro de piedra. Aunque tanto el colegio como los servicios comunitarios del convento dejaron de funcionar, la iglesia permanece abierta para la contemplación en horario diurno. Los domingos y fiestas de guardar, un sacerdote visitante celebra la misa. La iglesia no suele tener muchos visitantes; es una parroquia local que cuida de las necesidades espirituales y religiosas de su congregación. La mayoría de los que visitan el lugar disfrutan de la soledad y la tranquilidad espiritual reinante, o acuden para contemplar el trabajo de cantería o las vidrieras de la iglesia. El convento, reformado y llamado ahora el Dormitorio, está cerrado al público. Este Cenaculum es de tipo medio. Pasamos ahora a describir sus factores. Fe: Los terrenos y la iglesia de la Sagrada Trinidad tienen 2 puntos de Fe. Dado que el Cenaculum satisface las necesidades espirituales de la comunidad, su puntuación de Fe es bastante segura. Si la iglesia hubiese quedado cerrada, es probable que la puntuación de Fe hubiese bajado a 1. Fondos: Cada Inquisidor de la Sagrada Trinidad dispone de una asignación mensual de 1000 dólares. La Sociedad se ha hecho cargo de la mayoría de la mayoría de las necesidades del edificio, pues han sido sobre todo mejoras de las instalaciones o reparaciones con pocos toques innecesarios. Criados: Hay un auxiliar administrativo a jornada completa y una asistenta que acude dos veces a la semana.
Medidas de seguridad: La seguridad del Cenaculum es bastante primitiva, y no consiste en más que un sistema de alarma. Pero por otra parte, los Inquisidores se las han arreglado para conseguir un Condotiere de bajo rango que esté a cargo de la seguridad. Tecnología: Un PC, un fax y una fotocopiadora; aunque no son uno recursos tremendos, cubren el mínimo necesario para una oficina media. Transporte: La Sociedad ha asignado dos vehículos al cenáculo: un Ford Explorer con dirección en las cuatro ruedas y un Ford Taurus. Los gastos de mantenimiento del Taurus corren a cargo de la Sociedad, pero los del Explorer son responsabilidad del cenáculo. Este Cenaculum mantiene su calidad media. Algunas categorías son más fuertes que otras. Por ejemplo, aunque las medidas de seguridad electrónica son débiles, hay un Condotiere. De la misma forma, aunque la tecnología es inferior a la media, hay más sistemas de transporte de lo normal.
Toques finales Siempre hay elementos que deben quedar a discreción del Narrador, y han sido dejados fuera de la fórmula. ¿Tiene el cenáculo algún enemigo en particular? ¿Ha tenido roces con la ley? ¿Alberga alguna reliquia? Estas cuestiones, y otras similares, deberían ser tenidas en cuenta por el Narrador para redondear el Cenaculum. Animamos a todos los Narradores y jugadores interesados a trazar planos de planta de sus Cenacula, encontrar fotografías de edificios que puedan servir como modelos, y hacer cualquier cosa necesaria para darle veracidad al Cenaculum. Los libros sobre conservación arquitectónica suelen tener muchas fotografías y dibujos de edificios que podrían servir como modelo de un cenáculo.