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E
l Programa Educativo de la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica, a
través de la Coordinación del mismo, se solicitó mediante asamblea al Consejo Académico, de la Unidad Académica de Psicología, la apertura de dicho Programa Educativo a Nivel Nacional, siendo aprobado por unanimidad el día 15 de Marzo de 2017, habiendo contado con la previa autorización del Rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas, el Dr. Antonio Guzmán Fernández. De esta manera dio inicio el Programa de la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica en la Ciudad de México el día 25 de Agosto del 2017. En Agosto de 2018, daría apertura la Segunda Generación en la Cd. De México, y se abrirían nuevas Sedes en Cuernavaca, Puebla, Toluca, Xalapa, y en la Ciudad de San Luis Potosí, en Colaboración con la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Además, el Programa Educativo de la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica, por medio de esta Coordinación, se solicitó mediante asamblea al Consejo Académico, de la Unidad Académica de Psicología, una Reestructuración al Plan de estudios de dicho Programa, habiendo sido aprobada por unanimidad el 9 de Noviembre de 2017, y entrando en vigor en lo inmediato. Siendo así como el Programa de posgrado paso a convertirse en lo que actualmente es la Maestría en Clínica Psicoanalítica de la Unidad Académica de Psicología de la UAZ, fortaleciéndose como un Programa orientado hacia la investigación, acorde con la oferta general de posgrado de la UAZ, y buscando la formación de psicólogos y profesionistas afines, con saberes teóricos y clínicos en psicoanálisis, así como un fuerte compromiso ético, que sean capaces de investigar e intervenir en las demandas del sujeto que se presentan actualmente en el campo clínico.
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Es así como, buscando corresponder con la misión de formar profesionistas que se especialicen en la investigación en teoría y clínica psicoanalítica, que se caractericen por una sólida formación teórica, clínica y ética; con una postura analítica y crítica, que le permita al egresado intervenir en el campo clínico y en las demandas emergentes del sujeto, efecto de las problemáticas psicosociales contemporáneas, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la población, del Estado y del País, es que se ha impulsado distintos eventos en los que números Psicoanalistas de reconocimiento Nacional e Internacional, han participado en la modalidad de Maestros Invitados en el Programa de la Maestría en Clínica Psicoanalítica, y que de igual manera han colaborado y formado parte de este proyecto, participando en distintos Congresos, Coloquios y Seminarios de Investigación, y que ahora en colaboración con los alumnos surge este proyecto editorial, que
se
suma
con
profesionistas
de
otras
disciplinas
para
formalizar
los
Diálogos [entre] Psicoanálisis-Humanidades-Arte. Buscando con ello ser un posgrado de referencia en la investigación enfocado en la teoría y clínica psicoanalítica, promoviendo los saberes subjetivos como un modelo de intervención en las demandas del sujeto, ante las problemáticas psicosociales, a nivel estatal y nacional. No me resta, más que agradecer y felicitar, a todos los maestros y estudiantes, que han formado parte de este programa, contribuyendo a su crecimiento, así como su compromiso con este proyecto, fortaleciéndolo de manera integral. Enhorabuena. Atte. Alfonso Sarabia Romo Responsable del Programa de Maestría en Clínica Psicoanalítica
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ace ahora una revista de estudiantes y egresados de la maestría en Psicoanálisis de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Se trata de un doble comienzo, primero de la Sociedad de Alumnos y Egresados cuyo órgano de expresión es este medio de difusión de sus ideas, investigaciones, propuestas, reseñas y demás asuntos que ésta comunidad desee compartir para ampliar el debate sobre lo que el psicoanálisis puede aportar a distintos campos del conocimiento y de la práctica del Psicoanálisis. Este proyecto permite a su vez articular las distintas sedes de la maestría que se encuentran repartidas en la República Mexicana. Se trata de una apuesta que nace de la autogestión, son los mismos estudiantes y próximamente egresados que administran esta revista y propongan las líneas editoriales, espero que con este trabajo se pueda contribuir al diálogo nacional e internacional sobre los temas que se planteen ya que el psicoanálisis se alimenta de las propuestas dialógicas y críticas, ya que el léxico críptico favorece la constitución de capillas, lo que impide cualquier clase de intercambio. Quizá como resultado de estas discusiones pronto aparezcan mesas redondas y congresos para seguir creciendo con el proyecto y que puede tener los alcances que sus participantes sean capaces de imaginar. Se pudo construir la posibilidad de este programa de estudios de maestría, que pudiera incluir la posibilidad de participar al menos en dos ocasiones en congresos de alumnos que los llevará a formalizar y presentar ponencias sobre sus temas de interés. También, en ese periodo pudieron escuchar a sus profesores en un par de congresos, en los que cada uno expone lo que es su tema de interés, para además señalar a partir de los mismos las posibles líneas de investigación que puedan coincidir con los intereses de los estudiantes para ser asesorados en sus tesis. Además debieron haber asistido a distintos congresos nacionales e internacionales, que les permite conocer distintas voces. Finalmente para aquellos que estén en análisis, se interesen en la clínica se abrió una red clínica y un sistema de asesoramiento: supervisiones grupales, ateneos clínicos, supervisiones individuales y la constitución de trabajo en carteles. No es necesario desearles suerte, ya que sabemos, que la suerte en realidad se obtiene con el trabajo, la dedicación y la tenacidad, por lo que espero que la pasión que los reúne pueda seguir generando frutos en otras apuestas.
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esde la juventud no cronológica, decir año 1, número 1, es un acto de soltar la pluma. Si bien podría decirse que para comenzar a escribir o, justamente, para reescribir desde [los] Diálogos [entre] Psicoanálisis – Humanidades – Arte, se cimienta un espacio plural de lo elaborado en los diferentes escenarios estudiantiles, dando voz a los pares. Una revista en torno al psicoanálisis que, invita a dialogar con otras disciplinas, a generar enigmas y partir de cada pregunta en la singularidad del otro. Quizás es importarte permitir esa subversión y por qué no, trastrocar los discursos en el intercambio de ideas y desde la lectura personal. Parafraseando al Dr. Tappan, los errores de redacción, faltas de ortografía, equívocos en categorías y conceptos, serán entendidos como síntomas, como muestras del entorno, de los contextos de cada autor y de los editores. Se buscará integrar consejos editoriales y de redacción en los distintos espacios de formación y de transmisión del psicoanálisis, con ello, la responsabilidad de cada uno de los textos que aparezcan en la publicación, así como contenido e imágenes, será enteramente del autor y del grupo de editores que se encuentren avalándolo. Es por esto, que se tendrán participaciones de psicoanalistas, o filósofos para comentar algunos de los trabajos presentados. Diálogos Psicoanálisis – Humanidades – Arte, no representa a las instituciones de pertenencia de ningún autor ni consejo editorial, se mantiene en el ejercicio independiente; se reserva los derechos de publicación de los artículos enviados. Para dudas, comentarios o mayor información, contactar por correo electrónico:
dialogospsicoanalisis@gmail.com Sin más por agregar, es grato comunicar que esperamos sus ensayos, trabajos y elaboraciones en torno al psicoanálisis sin ignorar la musicalidad del otro. Editorial
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RESUMEN: Este es un trabajo a partir de la articulación de algunos conceptos teóricos-clínicos sobre el espacio analítico, en primera instancia es una construcción de hipótesis sobre mis lecturas a lo largo de la maestría en Clínica Psicoanalítica
principalmente
desde las teorías construidas por Sigmund Freud y Jacques
Es en ese lugar donde todo me comienza a parecer familiar y un poco endemoniado, aún asustada no quiero parar de indagar, me doy cuenta que mis ansiedades se calman y lo ominoso se comienza a disipar, me percibo diferente de lo que era, de los demás. Comienzo a reconstruir las responsabilidades delegadas, aceptar mis pérdidas y desde mi lugar pensar que mientras exista la palabra, yo puedo estar… sujetada a la vida. - Abigail Montero -
El psicoanálisis se construye a través de la clínica, en sus principios a partir del trabajo arduo de Sigmund Freud que teoriza y construye con los errores que como analista comete con sus pacientes, el cual lo podemos notar a leer la
Lacan, en segunda sobre el
construcción de sus casos, si bien él subraya estos errores que
cuestionamiento de la experien-
produjeron que los pacientes dejaran el tratamiento, cómo caso
cia analítica como analizante,
Dora o bien tuvieran efectos como el Hombre de los Lobos, pero
precisamente para cuestionar el
son errores que fecundan en cuanto teoría y clínica, errores que
espacio analítico, ya que estando en la formación como psicoanalista me interesa la manera en cómo se expone el sujeto en análisis y el que haya una
lo hacen repensar su método, cuestionar, poner en duda, tirando, a lo largo de la construcción del psicoanálisis, dogmas tanto personales como los de la misma ciencia. Asevero esto último siguiendo el hilo de sus obras escritas, los diferentes tiempos que fue revolucionando su técnica y la repercusión que
escucha analítica, tendrá efec-
tuvo para las ciencias psi y el mundo.
tos.
Siendo el psicoanálisis en primer momento el estudio del sujeto inconsciente, a través del discurso y de la asociación libre, teoría que dio la importancia de categorizar distinto a la sexualidad, dejando a un lado lo biológico y tomándola como base de la constitución y desarrollo del aparato psíquico. 8
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Entonces el psicoanálisis escucha, lee y habla del sujeto, sujeto amarrado a lo simbólico, sujeto que no se sabe de él hasta que la persona habla a través del cuerpo, del síntoma, de los sueños, de los lapsus, de los actos, no del lenguaje común pero si a partir del lenguaje. De manera que ¿Sujeto de qué y a qué? Del inconsciente, al discurso. En primera instancia al discurso de la madre, y en segunda si la madre lo permite al de la cultura, a los demás. Hay un momento crucial el cual es el corte entre la madre e hijo, es cuando el sujeto ya perdió, le hace falta ―algo‖ en ese instante y para siempre, el lenguaje es el que inscribe la diferencia con el otro, esto sucede en la primera infancia, la manera en cómo se inscriba esta diferencia marcará estructuralmente el aparato psíquico de la persona, puesto que deja de ser una bola de carne y hueso, a una persona que se le da un lugar y un nombre propio, donde se inscribirá en lo inconsciente un mundo de significantes, se formará una cadena principal que construirá a partir de eso un estructura que definirá a la persona , pero esto se sabe a partir ¿de qué? De la clínica.
¿Qué es la clínica?
la clínica es de los que narran, los que se encuentran sujetados, jodidos de todo
ese lenguaje cargado de historias y familias (de ese gran Otro) llegan al espacio analítico cuando se rompió ―ALGO‖, notan que puede ser interno o que algo externo los aplasta, cuando su estructura les pesa, o se rompe, llegan a un lugar de auxilio al espacio analítico a ser escuchado, llegan como persona víctima de las circunstancias y de los demás, llegan a poder resolver o a que le ―solucionen‖ el lío en el que están metidos, hay algo causante del orden inconsciente que está teniendo efectos, quizás ese auxilio es que por fin se estén acercando a conocer su deseo, en primera para ellos mismos y en segunda en re-conocerse en una realidad meramente extraña, indeseada para el yo principalmente, no para lo inconsciente. De manera que el discurso narrado por el analizante siempre será del orden de lo subjetivo, de lo cuestionado, de lo conflictivo, por esto no es fácil plasmar en teoría la realidad psíquica, porque la persona no va a análisis a saber en qué etapa de su desarrollo hubo una falla, no es del orden desarrollista ni cognitivo, porque el caso y lo interesante es que siempre falla e ir a la falla no requiere de manuales, requiere de construcciones simbólicas y no del analista, sino del analizante porque cada persona tiene una historia distinta, sufrimientos que no serán por las mismas causas que otra persona, es totalmente singular.
El conflicto principal psíquico es el yo con el sujeto tachado, ese yo que es necesario que se construya de primer momento y es a través de una imagen inscrita por el deseo de la madre y se va construyendo por las vivencias representadas en imágenes y por las percepciones que se inscribirán en el sujeto a través de los registros imaginario, simbólico y real. Todas estas representaciones, identificaciones, vivencias que se construyen sobre el yo, comienzan a construirse en el orden de la ficción, de lo imaginario, de manera que se es sujeto de su propia imagen, sujeto de la imagen de su semejante y sujeto al deseo de la madre.
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Ese deseo logrará que ese sujeto se mueva a través de las fantasías, es decir del fantasma, en cuanto marcado por el efecto de la palabra, nos dice Lacan en 1958, en calidad de ese sujeto tachado, tachado por la palabra, que intenta, debe, puede encontrar la respuesta, pero no la encuentra, ya que encuentra un vacío, un hueco en el Otro. Es ahí cuando el sujeto da cuenta que está embarcado en la relación imaginaria con el otro, es entonces cuando la persona se plantea la interrogante acerca de lo que es él verdaderamente, acerca de lo que él quiere verdaderamente, a través de esto surge el fantasma, como oposición entre sujeto tachado y a minúscula, a lo que refiere es entre ese sujeto atravesado por la palabra y ese objeto de deseo que ―me acercara realmente a lo que de verdad quiero‖ ante la carencia de significante que responda por su lugar de sujeto a nivel del gran Otro. Llegar a ese lugar no es cosa fácil, ya que el deseo se presenta ante todo como un trastorno, que tormenta al hombre y trastoca esa relación imaginaria con el otro que resulta contraria a ella, este se organiza como un discurso y se desarrolla en lo insensato, eso es el inconsciente y eso nos designa como sujetos el índice del deseo, de manera que solo podremos acercarnos a él a través de la clínica psicoanalítica. Esto pensado en que el psicoanálisis es ese lugar que posibilita no pensarse y ser, como diría Lacan ―yo pienso donde no soy. Yo soy donde no pienso‖ porque ya en el momento en el que pienso ya no eres si no en el plano de la ficción de ti mismo, del lado de lo imaginario de lo construido razonablemente, no de lo simbólico, donde implica ser desde la búsqueda de ese deseo interno, ese que contradice al método de cada persona, me gusta pensarlo así, cada persona ha construido un método imaginariamente con el cual lo ayuda a ―vivir‖ o a desvivirse, este método lleva un discurso, un discurso bien anclado que busca fundamentalmente el bien, de suerte tal que los errores y las aberraciones de su deseo solo pueden promoverse en experiencia a título de accidentes.
Entonces
como sujeto entendemos que es todo aquel
atravesado por la palabra, el que cumple la función de analista
también
es
sujeto
y
sujeto
deseante,
¿Qué de su deseo lo lleva hasta ese lugar? Y cómo se lidia con ese deseo es lo interesante. El analista debe cuestionar su propio lugar, como sujeto, sujeto a su propio deseo ¿que lo lleva a interesarse en el psicoanálisis? y que ¿lo lleva al análisis mismo? porque es necesario que se enfrente con su propio discurso, su propia historia y que alguien más pueda escucharlo y regresarle lo dicho de su sufrir, así pueda conocer la responsabilidad que lleva su palabra, y pueda posicionarse de distinta forma. Así también la responsabilidad que conlleva la clínica, no se es psicoanalista para dar consejos, para decir que hacer y qué no hacer, ni para estar en posiciones paternalistas.
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No es sencillo ya que si el psicoanalista no ubica su lugar ni como sujeto ni como analista, no podrá hacer clínica, ya que tan sólo la presencia del analista es una manifestación del inconsciente. puesto que el psicoanálisis no es una psicología más, y es muy fácil perder esa línea, también hay algunos analistas actualmente que por el hecho de tener el ―saber‖ sobre el inconsciente , se ―santifican‖ sin embargo tampoco podrá ser el ―todopoderoso‖ y no comprenden que no existe el Otro del Otro, ya que siempre que llega una persona a análisis siempre es distinto, no se sabe cuál será su historia, sus problemas, es como un libro a punto de abrir, vas conociendo en primera la demanda y en segunda desde donde te está hablando. Hay que ser totalmente cuidadosos con la escucha, las estructuras no son para determinarlas por ciertos síntomas si bien las patologías dan la posición subjetiva del sujeto, sin embargo hay que ver cuál es su posición de ese sujeto frente al deseo. En la transferencia habrá algo que el Yo intente rechazar y algo con lo que se pretende rechazar las mociones que buscan alcanzar el estadio consciente. Es así entonces la resistencia un efecto del yo, producto por el mismo análisis y generada por la represión. Lo singular de esta dinámica es que estas ocurrencias pueden ser proyectadas sobre la figura del analista y operan como obstáculo para el trabajo analítico. Los imagos maternos y paternos, el vínculo que se tuvo con estas desde la primera infancia se reaniman por la necesidad de amor que caracteriza al conflicto neurótico. Es decir, hay elección bajo el modelo de las figuras parentales entonces existe una demanda de amor que es dirigida hacia el analista, la cual el analista no debe ceder a esa demanda, ya que se tiene que mantener la postura de tensar la transferencia, no siempre el analista debe estar en el supuesto saber. Es necesario desplegar un espacio a la palabra para que el analizante tenga una mayor posibilidad de expresarse. La técnica pretende cuestionar al sujeto e ir descubriendo su propia historia que da respuesta a su propia estructura así para que los vacíos puedan ser fecundos.
El analista no se queda en el lugar del saber tiene que ir más lejos , indagar más allá de su ser; ―Interroguemos
lo
que ha de ser el analista (del “ser” del analista)
en
cuanto
a
su
propio
deseo” (Lacan, 1958, p.622) y es que es muy fácil caer en la línea del propio engaño y de la misma transferencia, donde las resistencias son clave de estropear el análisis, pero ya teniendo el conocimiento y también cuestionando desde que lugar lo estás leyendo o percibiendo ya no puedes hacerte de la vista gorda, principalmente contigo mismo, puesto que el campo del psicoanálisis también tiene que ver con ese trabajo clínico que como sujeto tienes que hacer previo a tener una escucha clínica. Así como lo hizo el mismo Freud que escribió sobre sus propios sueños, expuso sus propios errores con sus analizantes para enseñar lo que no se debe hacer con el trabajo analítico.
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Así pues el trabajo analítico es desde un lugar distinto, con las personas que relatan, que sin saber son síntomas hablantes de la ficción que emerge una verdad y que se construye a partir de un sujeto que desea, que perdió y cuando perdió ganó, ganó el poder nombrarse. El ser psicoanalista es una construcción que cuida y vigila que el analizante le dé un lugar a su propio deseo. “Se trata de la verdad, de la única, de la verdad sobre los efectos de la verdad” (Lacan 1958) De eso se trata la verdad, de eso oculto que escribí anteriormente, el deseo, entonces pienso al analista como provocador del deseo, como seductor pero no un seductor romántico como lo conocemos si no como ese que seduce al deseo, haciéndolo expresar la verdad, captándolo a la letra, para que el analizante desee, desee la vida haciéndose responsable del lugar que le corresponde en sus propias desgracias, que vaya más allá del goce.
Referencias: Aulagnier, Piera. 1994. Un intérprete en busca de sentido. Ed. Siglo XXI Freud, Sigmund. 1981. Las neuropsicosis de defensa, 1895. Obras Completas V.III, Buenos Aires, Amorrortu, 4761. Lacan, Jacques.1993. La dirección de la cura y los principios de su poder, 1958. Escritos 2, Madrid, Siglo XXI, 17ª ed., 565-626.
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RESUMEN: El objetivo de este artículo constaba no únicamente de la reproducción que el autor hizo apoyándose a partir de su propio trabajo analítico, y que le permitió poner en palabras una parte importante de la re elaboración del síntoma, también a su vez era intentar sostener desde su lectura, los aspectos teóricos que nos proporcionan la formación y la constitución del síntoma en psicoanálisis. Este trabajo se realizó con el objetivo de compartir algunos de los tantos malestares subjetivos que acontecen en la cultura humana, y que justamente desembocan como repeticiones sucesivas victimarías del sufrimiento y el dolor. No sé pretende proponer una solución a la ―sanación‖ como cura conductual, pero sí, poner como posibilidad de cura, el sostén de la repetición desde el análisis subjetivo. Esto significa que el artículo es singular por la propuesta tan desgarradora pero infalible que el autor propone al describir desde su experiencia clínica y analítica que él no dolor es imposible he inevitable, pero él no sufrimiento es posible en tanto aceptación de falta, carencia, he imposibilidad de modificación prehistórica del individuo. Pues uno de los objetivos fundamentales en el trabajo clínico es la transición de lo imposible a la imposibilidad. En conclusión, no solo se espera que el lector sienta en las entrañas cada una de estas letras, también se espera que la transferencia que se pueda generar sea alfiler punzo pinchante del movimiento psíquico, produciendo una lectura estricta de los imperativos categóricos que constituyen la teoría psicoanalítica.
EPÍGRAFE
LA FEALDAD MORAL Sea un alma fea, intemperante he injusta. Este llena de innumerables deseos y De las más profundas inquietudes, Espantosa por villaquerías, envidiosa Por mezquindad … vive la vida de Las pasiones del cuerpo y solo halla Placer en la fealdad. ¿No diríamos que Su fealdad llega del exterior a esta alma Como una enfermedad que la ofende La vuelve impura y la convierte en un Amasijo confuso de males? … El alma Lleva una vida oscurecida por la impureza Del mal, una vida contaminada por los gérmenes de la muerte. Ya no es capaz de ver lo que alma Debe ver; ya no Le es permitido recogerse en sí misma Por qué es atraída continuamente a la Región de la exterioridad, inferior y Cargada de oscuridad. Impura, arrastrada Por todas partes por la atracción de Las cosas sensibles, está mezclada Con muchas características del cuerpo. Puesto que ha acogido en sí la forma de La materia, diferente a ella, ha quedado Contaminada por dicha materia, y su Propia naturaleza permanece Contaminada de lo que es inferior. Plotino (siglo III d. C.) Enēadas, I, 6
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He decidido causalmente hablar sobre el síntoma, pero la única forma que encuentro de dar cuenta de su existencia es hablándolo a través del síntoma propio. Es complicado poner en palabras aquello de lo que te constituye pero que desconoces etiológicamente. Hare un esfuerzo por sostener a continuación mí experiencia ante el sabor del síntoma, y también el sinsabor, como esa sensación de boca amarga al despertar, ocasionada por los avatares intergalácticos de ―la vida cotidiana‖. Es importante hablar de inhibición y represión para dar el salto a la producción de síntomas como ramificaciones infinitas que se sostienen unas con otras. Freud en inhibición, síntoma y angustia menciona que la inhibición está presente bajo una rebaja de la función, y de síntoma, de una desacostumbrada variación de ella o de una nueva operación. La mayoría de las inhibiciones trabajan bajo una renuncia a cierta actividad o ejercicio por que tras haberlo consumado deviene la angustia. El yo renuncia a estas funciones
que le competen a fin de no verse precisado a emprender una nueva represión, a fin de evitar un conflicto con el ello (Freud 1926, 86). El yo no tiene la autorización de tomar decisiones, pues en tanto hay decisión hay elección y éxito, y la instancia superyoica a denegado esta acción. El yo renuncia a las operaciones selectivas del placer, con el fin último de no encontrarse en conflicto con el súper yo. Sería importante señalar que en tanto hay está renuncia la represión trabaja activamente, pero no sin consecuencias ante esto, pues si, se limita algo de la función yoíca por precaución pero saldrán como respuestas sintomáticas. Las emociones reprimidas nunca mueren, están enterradas vivas y saldrán a la luz de
la peor manera (Freud 1926), de esta función el yo consigue inhibir y desviar el decurso exitatorio. No sería preciso señalar al yo como desafortunado frente a la instancia omnipotente del principio de placer, pues aunque esté sea el renunciante no se presenta como una instancia más débil. Al contrario me atrevería a mencionar que es absolutamente necesaria su renuncia para que el sujeto devenga como sujeto deseante, pues en tanto hay falta hay deseo, y el deseo es vida. Es momento de profundizar en lo mencionado anteriormente; el conjunto de ramificaciones sintomáticas. El síntoma es el resultado de un proceso represivo que a priori fue indicio de una satisfacción pulsional. Lo reprimido siempre retorna, no se puede huir de la deuda simbólica. Esté retorno bajo la influencia de mociones pulsionales desagradables. Estas mociones pulsionales no retornan por casualidad, no son nuevas producciones a raíz de la represión, sino un producto afectivo que quedó inscripto de una huella mnémica preexistente. Lacan vendrá a proponer la teoría del significante, donde estas vivencias afectivas quedan instauradas a partir de un significante amo, uno de menos que permite que el síntoma de repita. Este primer significante (significante amo, S.N.P), que queda por fuera de la cadena significante, causante de repeticiones, síntomas y retornos es con el que nos enfrentamos en un dispositivo analítico, no por que se pretenda llegar a el, si no por que fue el origen de la cadena significante. 14
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Freud presupone que las represiones encontradas en el trabajo terapéutico son represiones primordiales, producidas con anterioridad y que ejercen un influjo de energía en la situación actual.
El síntoma ya está ahí, y no puede ser eliminado; ahora se impone avenirse está situación y sacarle la máxima ventaja posible. (Freud 1926, 95). No se busca resolver el síntoma, se buscan sus causas, no se busca dejar de repetir, se busca repetir distinto, que sea de la misma forma no implica que sea igual, el análisis te permite buscar des-igualdades, y te permite encontrar lugares alternos de colocación frente al inmanente, afable he insoluble síntoma. Intentemos pensar en el síntoma como el encargado de sustituir afectos, y a su vez impregnarse más en el yo, se convierte en algo absolutamente necesario, esta constante compulsión a la repetición aferrada inútilmente en algo imposible de alcanzar. Me parece de suma relevancia mencionar en nombre de todos los soldados caídos que llegamos a un espacio analítico, la valentía que se juega en este acto, pues aquellos que tocamos la puerta del analista llevamos la insoportable carga de síntomas acumulados y enmarañados que nos impiden seguir en la batalla; un cúmulo de sufrimientos, repeticiones, contradicciones, necesidades, satisfacciones, angustias incomprensibles y una lucha defensiva secundaria contra el síntoma que ni siquiera es reconocida, este sujeto hablante, es siempre ya hablado y al menos en un dispositivo analítico el discurso es incontrolable, pues siempre se dice más, de lo que se pretendía decir, en tanto no se pueden dominar los efectos de lo que se está diciendo. Aquí, es donde lo reprimido retorna, donde ese Otro emerge y es ineludible de un Otro que escuche, para que lo ICC pueda salir a la luz, en palabras de lacan: el ICC es la palabra censurada que se intenta recuperar, me parece que estuvo bien dicho, se intenta, pues la incompatibilidad del deseo y la palabra hace que la verdad nunca pueda ser confesada (Silvia Elena Tandlarz 1996, 15). Nos vemos así conducidos a partir del síntoma a invocar en esta mesa al goce, aquella verdad que nos falta, que buscamos, es la figura ley que regula el goce. Entiendo el goce como la suposición de un deseo que fue satisfecho, y a posteriori la creencia de que es posible encontrarlo, encontrar ese objeto perdido que fue causante de la completa satisfacción, pero, paradójicamente nunca se ha tenido; y precisamente por esta falta, esta pérdida, es por lo que se le apuesta a la búsqueda, a la recuperación, a rencontrar lo perdido. Existe el trazo de una falta, la
marca de la pérdida del goce puede ser llamada rasgo unario (Helí Morales 2008, 348). Este intento de reencuentro no nos deja otra cosa que lo mencionado al inició, una sensación de boca amarga al despertar, y lo único que encuentras es la afirmación de esa ausencia. La acidez en el estómago, el dolor de cabeza, y todas las itis que refieren inflamación o infección, provocadas por el alcohol, el cigarro, la comida, el sexo, el desamor, las sobre dosis de desilusiones, de ilusiones, las pérdidas, las ganancias, las peleas, el enojo, el rencor, el estrés, la angustia, el miedo, el terror a conocerte, y el sinsabor al hacerlo.
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En cada uno de estos intentos y más, se deja un resto de lo perdido, un plus de goce, pues no abría goce sino en relación con la pérdida del goce mismo. Y a falta de un significante que responda por él dentro del orden
simbólico, el goce puede hacerse presente desbordando las barreras del “lenguaje” que lo contienen (Daniel Gerber 2007, 46). La mayoría, cuando llegamos a un espacio analítico por primera ocasión, llegamos creyendo saber el motivo de nuestra consulta, manifestando las causas de la asistencia con el analista, como si de verdad se conociera el motivo de nuestro sufrimiento. Aquel que tiene una demanda de análisis, de conocerse, de hablarse, de escucharse, sufre, y a diferencia del dolor, del sufrimiento se desconocen las causas. Esta instancia regida bajo el principio de placer nos acompañará siempre, y ese resto que queda allí, como sobrante, es el que nos posibilita seguir buscando, pues la insistencia y la creencia de que encontrar la completud es posible es lo que nos enferma, el sujeto le teme a la falta del Otro, por qué la revelación de la falta del Otro refleja la suya propia. El síntoma no es su verdad, no hay verdad absoluta, aunque el síntoma sea una manera de gozar de su verdad. El psicoanálisis permite poner en manifiesto que no existe verdad absoluta, permite pasar de lo imposible a la imposibilidad del saber, imposibilidad de saber la verdad toda, en el análisis no únicamente vamos a saber, incluso queremos saber de más, pero recordemos que ese más que falta ya quedó por fuera, quedó como uno menos de la cadena significante.
Necesidad, demanda y deseo la tríada que se juega en el dispositivo analítico, pues si yo no conozco la verdad al menos tiene que existir uno que si la tenga, que si sepa S.ss.S. Bienaventurados aquellos que se embarcan a la odisea, a sabiendas de que no existe tierra prometida, pues quien se compromete con la regla fundamental, no únicamente es inducido por la insistencia y deuda simbólica del significante, sino encaminado firmemente hacia lo imposible de decir, a rendirse ante el no todo, no siempre, a sostener que no hay todas las palabras, ni todas las respuestas a preguntas infinitas, pero esa renuncia es necesariamente la renuncia más dolorosa, por qué entonces estarías renunciando a lo que persistente llevabas buscando.
Referencias: 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Obras completas. Inhibición, síntoma y angustia. ( 1926 [1925]) Sigmund Freud p. 86 Op citt p. 95 Op citt Estudio sobre el síntoma. 1996 Silvia Elena Tendlarz p. 15 Sujeto y estructura 2008 Helí Morales p. 348 Discurso y verdad 2007 Daniel Gerber p. 46
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Engaño, truco, treta, falacia, mentira, triquiñuela, trampa, amor. El asunto del amor no es sencillo aunque así se presente, no es un asunto lineal, transparente y claro cómo se pretende es. El asunto del amor quizá es el más complejo de los asuntos, el más intrincado, el más abigarrado. Quizá incluso sea el único asunto que existe en esta vida. Pero, ¿Cómo hablar de amor?, si es lo único que hemos hecho desde que sabemos hablar y no lo decimos todo. Amor es de lo único que hablamos, escribimos, pintamos, soñamos. Odiamos por amor, tememos por amor, confiamos por amor y por amor trabajamos. Y aun, pese a todo, el amor huye, nunca es completo ni fijo, nunca lo abrazamos completamente. El amor es una suerte de ilusión inalcanzable que empuja la carne a vivir, un imparable motor de búsqueda no colmado que usa el pretexto de la otredad para filtrarse en el deseo. Aquí la paradoja fundamental del amor, una búsqueda que cuando logra alcanzar lo que busca se disuelve como búsqueda. El conflicto estructural del sujeto no es otro que el amor roto, el amor no alcanzado, el amor con un agujero, el amor que nos deja dar vueltas y vueltas para no llegar a él. Lo verdaderamente fatídico del amor es que no se puede vivir sin amar, pero el amor no se puede tocar. Escribir sobre el amor es una paradoja en si, el amor esquiva las disquisiciones lógicas. El amor vive allá, donde la palabra no lo puede ir a visitar, solo le queda a la palabra hablar con otras palabras del amor, la metáfora. Es claro entonces, que como dice Lacan ―Es hablando como se hace el amor‖. La palabra y el amor tienen una distancia interesante, nuestra relación con las cosas es afectiva y luego racional. El lenguaje da rodeos a veces excesivos y el llamado ―amor‖ es indecible, pero otorga en su
condición de imposible el escenario, el escenario donde adquiere significado lo que yo pueda bailar, decir, pintar, crear. La necesidad del amor, hambre imposible de saciar, se puede anudar en la ilusión del otro. En la supuesta complementariedad material de los cuerpos, en la trampa de creer que dos en suma serán una unidad y que uno tiende la treta del que el otro sea como uno. Pero terminando el otro como uno, el amor recae en uno y allí se abre de nuevo el hambre imposible. El amor en el otro es usado como plataforma por Platón para alcanzar el amor al saber, el amor en el otro es usado por Lacan para permitir la asociación a partir de la transferencia.
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Esto nos enseña que el amor en el otro aunque engañoso e imposible es una jugada estratégica. El amor es la transformación de mentira a metáfora, la transformación de treta en ardid, la transformación de truco en estratagema, la transformación de engaño a subterfugio.
―Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos.‖ Galeano Lacan dice que “El amor siempre es recíproco” y en primera instancia podríamos decir que esto nunca es así. Es un extraño vaivén vertiginoso donde converge lo que se necesita, lo que se pide y lo que se desea. Pero una vez entendido el asunto del amor como vía y no como meta, de camino y no como lugar, es que sabemos que somos lo que amamos, percibimos exteriormente solo lo más interior, amamos con nuestra subjetividad creyendo que está afuera el objeto. El conveniente inconveniente del amor es una lógica diferente, es el largo rodeo de las miradas y las instancias imaginarias que se mantienen a una distancia exquisita, como un baile. El amor no es ilógico, es contralógico. Muere para nacer, pierde para ganar, desea para no tener. Justamente de esto anterior emerge el sufrimiento, el sufrimiento está en dar la espalda al amor, en tomar decisiones convenientes, en capitalizar la razón sobre lo que se ama. Eludir los deseos por razones sostenibles es insostenible, el mejor negocio aparente termina siendo la bancarrota del sujeto, no escuchar su deseo. La reedición de los primeros objetos de amor en la adultez es el reencuentro con lo mas íntimo y lo más íntimo es también lo mas externo, es decir, los vínculos paternos antiguos son metaforizados en los vínculos adultos. Pero los padres son objetos de amor etéreos, inaprensibles y divididos como todos sujetos. Entonces ¿Qué
exactamente se edita en la adultez? ¿Qué parte de nuestra
relación con el gran Otro se pone en los terrenos del juego del amor? Quizá la búsqueda de la respuesta es el fundamento del dispositivo analítico y la transferencia podría ser la ligazón desviada al analista con la ética de continuar siendo metaforizada y no caer en la ilusión. El amor tiene muy mala prensa. El amor es mercantilizado, caricaturizado y infantilizado para su producción. Creo que esto no podría estar más errado, el amor va de polo a polo, tiende entre la física y la poesía. Físicamente el amor es termodinámica, pierde y cede energía en contacto con otros cuerpos, las reacciones exergónicas provocan el caos y en ese caos un orden indecible. Poéticamente pienso con Paz que el erotismo es una metáfora de la sexualidad y la poesía una erotización del lenguaje. Sin duda el amor transfiere razones mas fuertes que la lógica y a la vez envuelve el sujeto en una paradoja ineludible, la elección de objeto de amor. En la contemporaneidad es común tomar distancia de elección o compromiso con el objeto de amor, esto es quizá debido a la inercia de las sociedades de consumo con múltiples opciones que pierden sentido de elección, masas que transitan entre la materia y los cuerpos para no perder el construido y mercantilista sentido de ―libertad‖. Realmente creo que es revolucionario en estos tiempos el compromiso de amor, la reposición dialéctica permanente.
18
18
―El amor es un accidente que nuestra libertad transforma en una elección‖ Octavio Paz
El amor será dispar siempre, es caritativo, solidario y compasivo. Se aplica a otra persona y sucede dialéctica. Es utópico un amor parejo, hay un amo y un esclavo siempre, el amo busca el reconocimiento del siervo y su amor. Pero como famosamente revela la dialéctica, el amo no recibe dicho reconocimiento, porque al haber rebajado al otro a un nivel inferior, su reconocimiento carece de valor. El siervo, en cambio, al someterse al amo y obedecerlo, encuentra en el trabajo que está obligado a hacer, cierta agencia y autonomía. Es decir, mediante su servidumbre, el siervo cobra una humanidad de la que el amo, por su afán de dominio, no da cuenta. El siervo fue obligado a someterse, a negar su soberanía, en el amor entre dos personas ésa es una actitud que uno puede tomar de forma voluntaria. El amor es una suerte de
servidumbre mutua y dispar que en vez de rebajar al otro, cultiva y posibilita la libertad de cada uno en la elección. El
deseo.
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El estadio del espejo, como imagen especular, refleja una
RESUMEN:
condición importante en la estructuración psíquica del sujeto.
El presente ensayo pretende dar cuenta de cómo el niño pasa de un ser un ente indiferenciado a configurar una de las instancias constitutivas de su psique, su yo. Se va esclareciendo el proceso desde un primer momento en que la supremacía biológica impera; hasta llegar al denominado por Lacan El estadio del espejo, mismo
Cuando un infante (ente-coso-raro) nace, lo hace con toda la marca de indefensión que lo caracteriza. Su condición biológica determina que habrá de satisfacer una serie de necesidades para su supervivencia como ente perteneciente a la naturaleza. Freud señalaba la existencia de un principio de constancia, que cuando se pierde implica un malestar, un
displacer. El llanto,
mecanismo del infante que se pone en marcha cuando se pierde este estado, es el indicador de la existencia de una necesidad que debe ser cubierta para eliminar el displacer provocado.
que da cuenta del modo en que opera
Sin embargo, este infante ha nacido en una cultura, establecida
el Otro en la conformación de la ins-
en un lugar geográfico y en una época determinada, con sus
tancia yoica. Así mismo, la pregunta
específicas formas de satisfacer esas necesidades. La madre -o
¿Qué
nos
su subrogado-, con base en esta cultura, se ha creado una serie
espejo?
de expectativas imaginarias en relación con su misma función
vemos
mir-amos
cuando al
permite reflexionar sobre la importancia del Otro en la conformación, no sólo del yo, sino del psiquismo.
materna, así como con lo que espera de ese niño, que en este primer momento es un ente indiferenciado psíquicamente. Al escuchar el llanto hará una interpretación de este llanto, traduciéndolo como una demanda y actuará en consecuencia: ―tendrá hambre‖, ―tendrá frío‖, ―estará mojado‖, ‖le dolerá la panza‖… estas interpretaciones de la madre que le dan sentido al llanto, también le irán dando sentido al hijo. Lo que signifiquen para la madre, significarán para el hijo. Lo que la madre quiere que demande el hijo, contribuirá a formular la pregunta,
¿qué me quiere el Otro?
20
20
Esta situación me remite a la observada en la relación entre terapeuta y paciente. En donde la interpretación dada al paciente implica
una
formulación
desde
el
imaginario
de
la
persona-terapeuta. Y desde su propio imaginario el paciente puede responder por sugestión. Y ¿dónde queda el deseo del sujeto? En el psicoanálisis, contrariamente, se establece el dispositivo para que emerja el sujeto supuesto saber y encuentre su propia verdad. Pero regresemos a la madre y el hijo. Al mismo tiempo, las acciones de darle de comer, de taparlo, o de cambiarle el pañal van acompañadas de caricias, mimos, calor y olor corporal, palabras tenues, besos, es decir, de todo un acompañamiento que resulta también disfrutable y que se convierte pronto en sí mismo en placentero y requerido. De esta manera en la demanda se apuntala el deseo por lograrla. Ya no se trata sólo de una necesidad biológica, de llenar el estómago, de regular la temperatura o de aliviar un ardor, se trata de una pulsión y su satisfacción cargada de afecto. Toda
demanda es una demanda de amor.
Entre toda la serie de interacciones que se dan entre madre-hijo, darle de comer representa uno de los primeros aspectos de la sexualidad infantil (oral: boca-pecho), y pone en juego la posibilidad del cruce de miradas. Miradas que harán la vez de espejos. El estadio del espejo de Lacan (1949) revela la importancia del Otro (agente materno) y de su discurso (lenguaje) en la conformación del yo (moi-je). A diferencia de los animales, el niño reacciona con una sonrisa jubilosa cuando se reconoce en un espejo,
¿esto qué significa? Veamos. 1.
Al nacer se observa una inmadurez y descoordinación motriz características del infante, lo que da pie a Lacan para hablar de un cuerpo fragmentado.
2.
El infante, al ver su imagen en el espejo, en un primer momento, no sabe que es la suya.
3.
El infante mira la mirada de la madre que está dirigida al espejo y que muestra una gran carga de afecto (amor), afectación dirigida a esa imagen especular.
4.
Todavía no reconoce esa imagen como propia, odia así su reflejo porque éste es deseado por la madre y no sabe que el reflejo es él mismo. Esta operación es la base del odio. Si lo que mira la madre no es él, lo que mira es odiado.
5.
Ante los intentos de la madre por hacerle ver al niño que ese del espejo es él mismo, “ese eres tú”, llega el momento en que se reconoce a sí mismo, muestra de ello es la sonrisa jubilosa con que ahora responde. Momento en que se cristaliza el yo(moi). Hay un efecto simbólico del deseo de amor, se afecta (afecto) la diferencia. La mirada imaginaria constituye el receptáculo de los sentimientos (amor, odio, etc.), que manifiesta una intencionalidad simbólica de la madre al hijo.
21
6.
Aquel que ahora mira y reconoce, y que es él mismo, es percibido sin descoordinación, sin fragmentación. La imagen aparece como entera, unificada. Al asumir esta unidad surge a la vez la premisa de haber estado fragmentado con anterioridad. Cuando se establece la diferencia se establece la no diferencia. Si ahora no tengo el cuerpo fragmentado, es porque antes sí lo tenía. La fragmentación consiste en ser un organismo inacabado, descoordinado, pero de la que tampoco se tenía noción pues en la indiferenciación tampoco existe con qué comparar. A posteriori, se da cuenta de que hubo fragmentación.
7.
Esa unificación es señalada por todo lo que la madre, en su discurso (lenguaje), señala que es él. La imagen del espejo se convierte en imago, imagen a partir de la cual puede decir ―yo soy él‖, primera
identificación imaginaria, base de las posteriores identificaciones que irán constituyendo al yo. De la misma manera que para Lacan, para Freud, el yo es una superposición de identificaciones imaginarias. 8.
Se construye la idea de cuerpo, antes todo estaba fragmentado (no se era), ahora es y es un cuerpo. La afectación de la diferencia conlleva la erogenización del cuerpo. El organismo deviene cuerpo. El ente indiferenciado deviene yo. Sin
embargo,
al
mismo
tiempo
que
se
va
constituyendo el yo, se lleva a cabo un proceso profundamente alienante. Por un lado, aquel que se reconoce como yo, no está fragmentado, no está inmaduro, el del espejo representa un
estado ideal
de madurez, de coordinación, de completud. El
ideal
yo
es del orden de lo imaginario, narcisismo
primario que se constituye según Freud, el yo (moi) perfecto, ―yo soy el mejor‖. La imago resultante que implica la identificación (el que está en el espejo soy yo-moi) es poderosa, fascinante, cautivante, cargada de libido narcisista. De esta manera, el yo se establece como matriz de identificaciones. Al asumir esta imagen, se dice que el niño se precipita, se anticipa a ver una totalidad donde no la hay, se adjudica ser algo que no es, quedando atrapado en un artificio, en una ilusión, en una ficción. Alienado quiere decir, que me coloco en la imagen en donde no estoy, que no me corresponde. La Gestalt y el discurso de la madre conllevan al engaño, sin embargo, esto proporciona un gran poder a la imagen. Y da pauta para el cogito cartesiano: ―donde el yo piensa, es‖. Un ejemplo claro y reciente del poder de la imagen y la identificación: el mundial de fútbol. Cuando estaba en juego, o su completud o la nuestra, Corea era el equipo rival por vencer. Pero cuando este equipo contribuyó a no ver nuestra propia incompletud, se redujo la distancia y pudimos identificarnos, ¡ahora resulta que los amamos! El yo(moi) se constituye como una imagen y así adquiere una función de desconocimiento, de desconocimiento de lo que soy y de mi deseo, desconocimiento de aquello que me determina; función de imagen especular porque imaginariamente “si soy yo”, es decir, función de lo imaginario. En este sentido el yo es sintomático, lo que pretende es ocultar lo inconsciente, ocultar al sujeto. 22
22
Se desconoce lo inconsciente pero también una parte de lo consciente, aquella parte que no concuerde con la imagen de completud, todo tiene que ser bonito, armonioso, bueno, lo que signifique ser perfecto. Se aleja lo más posible de lo que considera caótico, desagradable. Atendiendo a su formación de origen, la cuestión alienante, al yo no le gusta ver, oír, saber nada que lo saque de su completud. En su tendencia gestáltica a cerrar y completar, a acomodar para no estar fragmentado, considera que todo es maravilloso, objetivo, racional. El niño se reconoce en, y mira jubiloso su imagen especular. Al voltear a ver a la madre nuevamente, este Otro le confirma que el del espejo es él, pero además esa confirmación se acompaña de un discurso. El discurso y el deseo de la madre estará representado por el ―tú eres lo que me seguirás‖, es decir, todos los tú eres: tú eres…obediente, tú eres tranquila, tú eres inteligente; por todos los tú debes: tú debes… comerte todo, tú debes ser callada, tú debes ser violento; por todos los tú necesitas… tú necesitas taparte, tú necesitas comer cada cuatro horas, tú necesitas que yo te cuide toda la vida… El niño convierte este ―tu‖ en ―yo‖ dando paso al yo ideal. Identificarse entonces es identificarse a lo que el Otro indica, a lo que el Otro desea. A través del Otro se apropia de sí mismo. El Otro es aquel que le devuelve su imagen. El yo es capturado por el espejo, por el Otro. El yo no es autónomo, depende del Otro. Así, lo que regresa el espejo manifiesta de qué manera se juegan las imágenes en el yo. Un ejemplo, el niño, se identifica con otro niño, como si fuera él mismo. Si otro niño se cae, él llora, si otro niño llora, él llora; si otro niño quiere un juguete, él también lo quiere, quiere el mismo juguete. Estas situaciones indican un asunto de transitividad, en donde hay una especie de confusión entre el sí mismo y el otro, no hay separación. Otro ejemplo, situado en el lado extremo de la vida. La persona que al llegar a la vejez se mira al espejo y éste le devuelve, ahora sí, una imagen cada vez menos linda, más débil, tal vez enferma, deteriorada, que la lleva a la incompletud. Situación que si no es mediatizada por lo simbólico puede desencadenar situaciones críticas, como agresión y estados depresivos (depresión menopáusica), entre otros. El yo ideal no desaparece, sigue operando en la vida. El lenguaje en Lacan no sólo implica lo simbólico del significante, sino las dimensiones de lo real y lo imaginario. Esta tercia, actuante en todo momento entreverada, delimita el discurso de la madre en cuanto al yo del infante. El significante proviene del Otro. ¿Qué me quiere el Otro (la madre)? La mirada del Otro estructura y unifica. Al emerger el yo, emerge el no-yo, y emerge el Otro, emerge la diferencia. Emerge el lugar (Otro) que permite tener una relación simbólica y que posibilita salir del atrapamiento narcisista.
En la relación con el Otro, el sujeto necesita demandar algo y ser demandado. Demanda ser demandado. No se trata de qué deseo yo, como podría pensarse, sino de qué me desea el Otro, y qué interpreto que me demanda. Esa interpretación se da a través del fantasma. Hay un deseo de saber qué desea el Otro, qué me quiere, qué me demanda. La demanda implica que el Otro me desee y viceversa, el otro me demanda que yo lo desee. Continuamente el deseo del Otro mediatiza, y se rivaliza con los objetos del deseo del Otro o más aún con el mismo deseo del Otro.
23
Si resaltamos el ―contenido imaginario‖ de los discursos cuando el agente-Otro es la madre, podemos observar una serie de situaciones expresadas por ellas en relación con sus hijos. No querer tener un hijo, pero aceptar tenerlo por exigencia de la propia madre que quería un nieto antes de morir. Tener un hijo pensando que así se divorciaría su pareja y se casaría con ella. Tener un hijo para que su esposo no fuera infiel. Tener un hijo para ser la primera en la familia en dar nietos. Querer un hijo varón y resultó que fue una niña…
¿ Q ué m e q u i e r e e l O t r o ? Caso por caso, habría que escuchar en el dispositivo analítico el discurso de estas madres para dar paso a la emergencia del sujeto del inconsciente y de su propio deseo. Todas estas situaciones llevan a cuestionarme: ¿Es este el don dado por el padre a la hija? ¿El hijo sustituye al falo? ¿El convertirse en madre otorga a las mujeres el enorme poder de un agente alienante en sus dos dimensiones: por un lado, posibilidad de la estructuración yoica del niño ante el establecimiento de la diferencia yo(tu)-no yo; y, por otro lado, posibilidad de quedar atrapado en el deseo del Otro? Y aquí lanzo la pregunta: ¿qué vemos cuando nos mir-amos al espejo? ¿El discurso de la madre funge aquí como el discurso del amo? Al ver el reflejo propio en el espejo, ¿mir-amos a la persona obesa que la madre quiere alimentar hasta el límite, aunque el cuerpo reflejado sea delgado?, ¿mir-amos a la persona desagradable y fea que avergüenza a la madre, aunque las facciones reflejadas sean hermosas?, ¿mir-amos al niño tímido e insignificante que no puede sostenerse ante la madre, aunque ya sea un adulto?, ¿mir-amos al abogado, médico, ingeniero, orgullo de la madre, aunque se quisiera ver al artista? Se convierte en un, como el Dr. Tappan señala, ―yo quisiera querer lo que no quiero‖ cuando no se cuestiona si se quiere o no, si se está de acuerdo o no con el deseo del Otro. El deseo es el deseo del Otro. ¿Y dónde queda el deseo del sujeto? Si observamos la relación con el otro, por ejemplo, en una pareja que tiene un lazo amoroso, me pregunto, ¿el otro me espejea?, ¿el otro al que se ama ocupa el lugar de esa imagen alienante que me refleja mi yo ideal (mi cuerpo no fragmentado)? Si es así, ¡ahora entiendo un poco más el ena-mora-miento! ¡Me ―mora‖ (habita) y me afecta (afecto) la imagen alienante! Si es así, ¡ahora entiendo un poco más por qué la relación sexual no existe! El amor hacia el otro tiene una base narcisista. Somos iguales. Lo que yo piense, haga y sienta lo tiene que pensar, hacer y sentir el otro, al fin es mi imagen especular. Cuando ya no se sostiene la identificación con el otro, cuando la imagen alienante falla, cuando ya no es simétrica, cuando lo imaginario se rompe, cuando se retorna al cuerpo fragmentado, surge entonces el odio y la agresión hacia ese otro. Se convierte en perseguidor que quiere dañar (aspecto paranoide). Misma situación en el caso de algunas madres y sus hijos, en cuanto el hijo no refleja sus expectativas imaginarias, la imagen especular se rompe y fragmenta… y lo agreden, y lo odian. Sin el propósito de caer en el simplismo caben estas otras preguntas: ¿Y cuando la mirada del Otro no refleja nada, cuando no hay deseo de la madre y no se logró diferenciar el yo? Cuando no hay afectación de la diferencia, hay posibilidades de algunos tipos de autismo y psicosis. ¿Y cuando no se alcanzó a diferenciar (libidinizar) al Otro? posibilidades de narcisismo. 24
24
Lo imaginario es organizado por lo simbólico, de lo contrario se puede llegar incluso a la muerte. La palabra pude impedir un suicidio, por ejemplo. Paradójicamente, esta alienación abre también la posibilidad de que el sujeto desee, cuestión dialéctica. Cuando el yo-moi-imagen es atravesado por el lenguaje, se convierte en je(yo). Son momentos lógicos, no cronológicos, los que están implicados en este atravesamiento. El establecimiento de la diferencia, como habíamos mencionado, a través de la cual se construyen simultáneamente lo real, lo simbólico y lo imaginario, constitutivos del lenguaje lacaniano. En el niño, la diferencia entre la ausencia y presencia de la madre (Fort-da), lo comienza a atravesar simbólicamente. Este momento, junto con el del estadio del espejo del que hemos estado hablando, se erigen como condiciones previas, insisto en orden lógico y no cronológico, a uno tercero que tiene que ver con la constitución del sujeto psíquico como tal, situación que se plasma en el complejo de Edipo. El sujeto, sujeto del inconsciente para Lacan, tiene que ver con la forma en que se organiza en una matriz simbólica en relación con el deseo del Otro. Se destacan tres momentos del estadio del espejo: el yo sujeto a su propia imagen (narcisismo primario), el yo sujeto al deseo de un semejante, el yo sujeto al deseo del deseo de la madre. En este último punto se implica también una identificación con rasgos de la madre (transitividad con la madre). De esta manera, al identificarse con la madre, se identifica con el falo, que es lo que la madre desea. La metáfora paterna, operador lógico que implica cambiar el deseo materno (deseo por el niño) por el deseo del padre, el Significante Nombre del Padre, será el organizador simbólico que brinde, la posibilidad al sujeto de posicionarse frente al deseo del Otro, papel estructurante del sujeto. Se trata de un corte, de un decir no a lo mismo, no a sólo el lugar de la madre, y un sí a un lugar diferente, el lugar del padre. Resultando también como efecto de este complejo el ideal del yo, que refiere al orden simbólico que pone en falta, a lo que se pretende llegar a hacer en la vida para ser, aunque sea predeterminado. Sin embargo, el sujeto no es pasivo, se encuentra ante una limitada posibilidad de actuar, pero posibilidad al fin, ante la cual, actúa. Se puede nunca cuestionar cuál es su propio deseo, ni diferenciarlo del deseo del Otro. Pero también se puede sí hacerlo. Distinguir que el deseo establecido de manera alienante no es el propio. Uno se puede preguntar sobre su propio deseo, y sobre el malestar que le provoca asumir que el deseo del Otro es el propio cuando no lo es. Al psicoanálisis le atañe la escucha que acompaña al sujeto para que descubra su deseo, para decir ―tú eres eso‖, para descubrir su verdad. Para plantear, a diferencia de Descartes y siguiendo a Lacan que ―donde no pienso, soy‖. Sin embargo, el camino por recorrer no es sencillo, implica asumir una responsabilidad subjetiva. REFERENCIAS Lacan, J. El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica, Escritos 1, Siglo XXI, México, 2009.
25
Para esbozar estas líneas, miraremos hacía atrás, al no
RESUMEN: En
el
presente
del niño, que a su vez permite un sí no dicho; ¿por qué hay días? artículo,
se
presenta un breve recorrido de la adolescencia desde una lectura del psicoanálisis. Desde la
re-
trospectiva se plantean puntos de encuentro en el uso de la definición y sus variantes, así como un
Porque hay noches; en la edad adulta y la niñez existe un ―espacio‖ temporal del que poco se habla. La adolescencia es una
metamorfosis,
atraviesa esa
transformación compleja, dicho de otro modo, se deja de ser algo para ser otra cosa que no se funda en la biología, se cambia (no de forma consciente) para ser algo más.
pequeño viro en la niñez.
Antes de continuar, se esboza un par de aclaraciones, la primera
En la elaboración del documento
es resaltar que Freud acaso uso el término adolescente una o dos
se da un vistazo al campo clínico,
veces, quizá como producto de las traducciones, como segundo
para tratar de dar cuenta de ese
punto que ―en la época en que Freud escribió no existía en el
estallamiento libidinal que conlle-
idioma alemán la palabra ―adolescencia‖. Dice P. Blos (1979) al
va la adolescencia, su proceso me-
respecto que el término ―adoleszenz‖ apareció con posteridad,
tamórfico y una breve discusión
de modo que la palabra utilizada era ―pubertad‖ y ―…se refería
sobre lo acontecido en el cuerpo.
tanto a la etapa de maduración física como a las características
Se proponen preguntas para el
psicológicas concomitantes‖.
argumento teórico.
“Esto explica que los procesos que Freud adscribe a la pubertad, tales como el desasimiento de la autoridad de los padres y el hallazgo de objeto exogámico, tienen un decurso prolongado que excede al período de la pubertad, término con el que comúnmente se hace referencia al primer momento de la adolescencia, en el que tienen lugar los cambios corporales derivados de la madurez sexual”. (Belçaguy, Gómez, & Menis) 26
26
Hasta
ahora,
parecería
que
la
adolescencia es un invento más de la revolución
industrial,
síntoma. Pero ¿Qué
o
quizá
su
es eso de
pasar por la adolescencia? Freud desde su teoría de la libido, parece que nos aproxima a pensar la vida desde el cuerpo y sobre todo, lo psíquico. Tiempo después Lacan toma este umbral y trabaja con una reelaboración del gran desencanto.
Lo conflictivo de la metamorfosis opera en torno a la libido que quedará en un solo objeto, se conjuntan las peculiaridades mezclando las pulsiones, y dando paso a eso que Sigmund aproximó a plantear que la evolución de la libido es la genitalidad. En la adolescencia se encuentra el primer encuentro con los bordes de lo Real, me atrevería a decir que es un encuentro traumático; cuando los bordes se tocan se está en las dimensiones de la locura. Durante este período hay una gran cantidad de movimientos psíquicos, que se anudan en la organización libidinal, una tensión permanente; se libra una batalla entre las pulsiones y el adolescente, es quizás esto un asunto pendiente para indagar en el concepto coloquial de ―edad de la punzada‖. Freud con Dora, nos enseñó lo que no se debe hacer, con él aprendimos a escuchar, respetar que las interpretaciones vienen del lado del analizante, un descubrimiento propio. El psicoanálisis consiste en no decir qué hacer, no da formulas: genera enigmas. Esto es considerar ―lo
que sé y no se dice‖ .
A propósito del decir o nombrar, que es hacer existir, si no hay palabras, no hay nada. Es importante escuchar las voces adolescentes que demandan una mirada, ya que algo significa ser en el deseo del Otro. La clínica plante desde el psicoanálisis, plantea abrir canales que posibiliten un espacio para no estar (tan) atrapados por los discursos, dicho de otro modo, abrir una posibilidad de exploración subjetiva. Pero ¿por
qué un adolescente iría a análisis?
¿por qué no?
Con sencillez responderé con otra pregunta
Si con este recorrido, suponemos que la adolescencia es casi insoportable, es preciso hablar
que el analista podrá proporcionar aquello que en su historia no puede simbolizar a través de su narración, cuestionarse sobre lo que pretende justifique su existencia. Durante la adolescencia se juegan ritos de distintos indoles, como los que suponen la iniciación, como el caso de la pederastia griega, que como bien nos dice Verónica Peinado, son “prácticas diversas que sorprenden
al hombre moderno” (2010) y que sim embargo lo coloca frente a la conciencia de su propia falta.
27
Si bien, la vida se juega todo el tiempo entre dos pulsiones, al momento de hacer clínica hay que identificar de dónde proviene la demanda. La práctica nos enseña que, al adolescente, comúnmente ―se le lleva a terapia‖, ni siquiera se le invita o pregunta, algunas ocasiones se les engaña para que lleguen a un consultorio, si bien los padres intervienen, algunas veces son presiones o demandas, propiamente dichas, de las instituciones educativas donde se encuentra el muchacho.
Los pacientes hablan, en el análisis se trata de llegar a eso que se bordea y sacarlo, desenmascarar de lo que se habla sin hablar de ello. Esto, se relaciona al pago que moviliza al síntoma. En la niñez se pone una coma, para crear un pasaje de un antes y un después. Podríamos pensar la adolescencia como un terreno fronterizo con bordes difusos, por esto es por lo que no podríamos plantear una resolución al complejo de Edipo. Aunque, esta frontera nos puede confrontar frente al deseo y al igual que en la locura, interrogarnos, tratar de asumir la diferencia. Con lo anterior, podría decirse que lo
biológico
de
la
psiquiatría
no
es
contundente, incluso uno de sus graves errores fue negar la locura. Si bien la emergencia de la adolescencia es un estallamiento de la libido, como un volcán en erupción; dicho de otro modo, esto deja huellas, marcas, cicatrices, apabulla. Frente a este escenario del escarnio, comienza una búsqueda de un lugar – no tiene un lugar. Quizá el lugar de la angustia es un sitio recurrente, no obstante, el adolescente nos invita muchas veces a colocarnos en una posición ética de la vida, frente a la posibilidad del suicidio, pero ¿dónde colocarnos? Sin titubear, colocarnos en el lugar del psicoanálisis que está del lado de la vida, el analista pregunta e invita a hablar, la construcción del discurso a través de la palabra igual a deseo. Hábleme, cuéntame de esto, ¿a qué te refieres con?, esto es ponerse del lado de la vida, es dirigir una posibilidad de cura, no a una persona. Todo el cuerpo se presenta como un objeto erógeno (del amor), y en la adolescencia no hay quien escuche, aún colocados en el objeto a. el diagnóstico en el psicoanálisis no es concebido de inicio, siempre permanece a posteriori, incluso dinámico a través de las diferentes lecturas, puntualizo diciendo, que el sujeto escapa a cualquier clasificación. Todo lo que se dice del amor, tiene que ver con el alma. La humanidad está atravesada por la falta, nos hace infelices y nos moviliza; no todo está dicho, siempre habrá más cosas qué decir. Soportar la vida es quizá lo más denso. El analista propicia que el analizante produzca una verdad, la verdad es no toda, como la mujer.
La histérica creadora del psicoanálisis seduce con su discurso, que no es otra cosa más que sufrimiento inscrito en el cuerpo. 28
28
Citando al Dr. Novoa: ―Lacan
se sirvió de conceptos de la lingüística para
regresar al texto freudiano y enfatizar como en él ya estaba presente la importancia de la palabra en el universo humano‖. (2009) Pero, qué hay en el lenguaje. En algún punto el malestar está matando al que consulta, no soporta cómo se está moviendo, el síntoma falla, regresa si esos efectos analíticos no dejan vivir. Si bien la estructura en psicoanálisis nunca está bien construida, tiene sus fallas, el sujeto afronta su sufrimiento subjetivo, da cuenta de que hay un dolor que no puede ser apalabrado, el psicoanálisis de cuenta de que el lenguaje no siempre alcanza.
El dolor
pasa al sufrimiento y se reinventa: pasar del drama a la tragedia en el dispositivo. Así es como se encuentra la clínica cotidiana, escuchando al adolescente con su encuentro con lo real, un explorador de un mundo desconocido donde pierde constantemente, partiendo desde la imagen, y lo perdido de esta. Un ejemplo podría ser la biomimesis entre dos sujetos que en la distancia están sincronizados, incluso lo que acontece en el cuerpo, acontece en el cuerpo del otro vivido de diferente manera. Los adolescentes que van a análisis están en posibilidad de transferencia frente a ese sujeto supuesto saber, quien a través de la escucha otorga la probabilidad de hacerse un lugar ahí dentro del dispositivo analítico. Es acá, el sitio de las preguntas a sí mismo. Durante el estallamiento, aparece la elección de objeto y la identificación. El deseo se apoya en la necesidad. Para tratar de dar cuenta de dichas palabras, utilizaré un ejemplo breve. •
Dora: posición homosexual.
•
Sidonie Csillag (―la joven homosexual‖): elección de objeto homosexual.
Haré una acotación,
<<el estudio del caso de la llamada “joven homosexual” hace
aparecer que “su” niederkommen – su “caer”, su derrumbe, su descenso – es correlativo del evento que para ella constituye la mirada de su padre que de repente se posa sobre su relación con la Dama>>. (Favard) En la clínica hay dos fenómenos a los cuales se debe estar advertidos, acting out y el pasaje al acto; el primero de estos ocurre fuera del dispositivo, fuera de la escena (espacio de traición) y tiene dedicatoria, la más de las veces al analista, el segundo se actúa como un sujeto borrado que no siempre compromete a la vida. Tiene que haber un dispositivo para que el sujeto hable al analista. Sólo el psicoanalista escucha al inconsciente, esta podría ser la diferencia crucial entre hablar en un café a decirlo dentro del dispositivo, si analista hay, lo inconsciente podrá ser escuchado desde otro lugar. Llama la atención que durante la adolescencia ocurre algo con el poner el cuerpo y la vida de por medio, luego que no se puede simbolizar, algo que pasa a lo Real, que lo toca. La joven homosexual nos regala una enseñanza, nos invita al igual que a Freud a escuchar a los que nadie escucha: los
adolescentes.
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Tiene que haber un dispositivo para que el sujeto hable al analista. Sólo el psicoanalista escucha al inconsciente, esta podría ser la diferencia crucial entre hablar en un café a decirlo dentro del dispositivo, si analista hay, lo inconsciente podrá ser escuchado desde otro lugar. Llama la atención que durante la adolescencia ocurre algo con el poner el cuerpo y la vida de por medio, luego que no se puede simbolizar, algo que pasa a lo Real, que lo toca. La joven homosexual nos regala una enseñanza, nos invita al igual que a Freud a escuchar a los que nadie escucha: los adolescentes. Es el adolescente quien nos invita a su reedición del complejo de Edipo, eso que las psicoterapias no logran, estas cierran sentidos y análisis genera enigmas. El psicoanálisis al adolescente le da la posibilidad de estar sin que alguien le diga qué hacer, apoderarse de ese espacio transferencial. El psicoanálisis ofrece un ―tratamiento‖ posible a las metamorfosis. El psicoanalista, podría ser como dijo Nuria Pérez de Lara ―deseo
de ser guía, tan sola, saber callar, tanto más
… y encontrar las debidas palabras‖. El analista debe estar atento a lo que está entre el discurso,
no hay manera de decirlo todo y no hay manera de no decirlo, tiene puesta su es-
cucha en la musicalidad del otro; escucha el sufrimiento que dice tener por algo que no sabe.
REFERENCIAS Belçaguy, M., Gómez, J., & Menis, A. (s.f.). Las metamorfosis de la pubertad y el despertar de la primavera. Obtenido de http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/obligatorias/055_adolescencia1/ material/archivo/metamorfosis_pubertad.pdf Favard, L. (s.f.). El Niederkommen. "hacer vibrar armónicamente un sentido más alla". Me cayó el veinte, 185-204. Novoa Cota, V. J. (2009). Jacques Lacan: memoria sin olvido. En V. J. Novoa Cota, Psicoanálisis y escritura: reflexiones sobre el cuestionamiento del sujeto (pág. 249). Madrid: Tesisi doctoral. Peinado, V. (2010). La pederastia socrática. Del deseo a la filosofía. Cuernavaca: CIDHEM. Pérez de Lara Ferré, N. (2002). Deseo de ser guía, tan solo. DUODA Revista d'Estudis Feministes , 113-122.
30
30
RESUMEN: En el porvenir de una ilusión Freud escribe sobre la El presente artículo lo abordo
renuncia a lo pulsional y sobre la represión de estas pulsiones,
desde la lectura de la teoría de
como lo he entendido a través de estudiar la teoría Freudiana, la
Freud, comienzo con el Porvenir
represión falla es decir cualquier pulsión no está exenta de
de una ilusión, asocio las ideas
lograr su meta, o de devenir.
con el libro de Metafísica de Aristóteles, el capítulo uno o alfa, el cual escribió sobre la verdad y la importancia que tiene este
En el capítulo 1 del porvenir de una ilusión hay una cita que me llamo la atención, considero que a partir de esta cita se puede ir enlazando una ilusión, y es "mientras
menos sepa
concepto para la persona que se
uno sobre el pasado y el presente, tanto más
pregunta sobre ella y la relación
incierto será el juicio que pronuncie sobre el
que tienen en la lectura del
porvenir" (Freud,1975).
Malestar en la Cultura, y las afecciones contextos dogmáticas.
que de
se
en
Al buscar la traducción de la palabra alemana Zukunft que es la
ideologías
que aparece como traducción al castellano de porvenir, encontré
dan
la palabra futuro, agregando la palabra futuro a la cita, cambia completamente la estructura de la idea, ya que culturalmente el futuro es incierto y el porvenir se puede tomar en algunas lecturas como algo ya escrito sobre cualquier historia o suceso, el futuro considero que tiene una connotación mística y el porvenir es algo ya escrito, por nombrarlo de alguna manera, pero las 2 palabras como las plantee, no dejan su base ilusoria, es decir, es simplemente una especulación sobre algún tema, algún acontecimiento que está por venir, se tiene la ilusión de que va a pasar algún día.
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Freud nombra en algún momento a estas ilusiones que son indemostrables, nadie puede estar obligado a tenerlas por ciertas o a creer en ellas, y en algún momento las compara con ideas delirantes (bajo la reserva de las diferencias psicológicas). Después de analizar como plantea la idea de ilusión Freud, creo que queda claro que se está refiriendo a la religión, cualquier tipo de religión en cualquier parte del mundo que contenga un dogma, puede ser redundante escribir, religión y dogma, pero de acuerdo a como lo plantea Freud considero que solo se está refiriendo a la parte religiosa, la parte en la que el hombre reconoce una relación con una divinidad, la parte dogmática es la que considero que va más en relación con una ley algo que no se puede cuestionar, que ese dogma esta ahí por algo , que es inamovible, considero esta parte, como el fanatismo de algunas personas sobre algún tema en específico, es decir no lo cuestionan, y esta ahí por algo.
Todas las religiones tienen rituales muy diferentes pero tienen algo incuestionable y aunque se pueda desplazar una persona de alguna religión a otra, hay algo que no se puede desplazar y considero que dentro de un ámbito religioso es nombrada como "fé", o se podría llamar verdad, esa creencia que para algunos puede ser falsa y para otros cierta pero es incuestionable para algunos y cuestionable para otros, es algo que considero que no se le puede dar un concepto general, simplemente tiene un significado para alguien a partir de una ilusión.
"En efecto, el fin de la especulación es la verdad, el de la práctica es la mano de obra y los practicas, cuando consideran el porqué de las cosas, no examinan la causa misma si no con relación a un fin en particular y para un interés presente " (Metafísica 2014) Para ejemplificar una problemática me apoye de la cita de Aristóteles específicamente en la parte que escribe,
―no examinan la causa misma , sino con relación a un fin en particular y para un interés presente" la cita me llamo la atención ya que se parece a la cita de Freud con la cual empecé este artículo, en donde escribo sobre el tiempo, es decir pasado y presente , la problemática que propongo es la de la pregunta, ¿por qué y para que la pregunta??, ¿Que pasarla si se pregunta sobre el pasado y el presente?, de acuerdo a mi experiencia en la clínica, si suceden muchas cosas, pero considero fundamental preguntar acerca de cualquier tema que sea de interés del individuo y analizarlo, esto cambiaría la ilusión, es cierto que la ilusión no se puede cancelar, pero se significa de otra manera, y hablando de tiempo, el pasado se re significa a el presente y puede generar un porvenir subjetivo, si, a partir de una ilusión, pero un poco objetiva de acuerdo al sujeto, no a partir de una idea totalmente impuesta, es decir en ese dogma. 32
32
Puede existir la posibilidad de resignificarlo, al momento que se cuestiona objetivamente, y se puede convertir en una convicción subjetiva y deja de ser ilusorio, pierde un poco el misticismo, pero, considero que la "fé" por decirlo de alguna manera, se desplaza en aceptarla como sujetos, aceptando y preguntando también sobre las pulsiones que plantea Freud, sobre la represión, sobre el Cc., Icc y también sobre el porvenir de cada una de las personas e ir construyendo ese porvenir.
Aristóteles lo nombra su escrito con la letra alfa del abecedario griego, y empieza cuestionando sobre la verdad , que no hay una posesión completa de la verdad (pensamiento oceánico) es una ilusión simplemente, problematizando una idea de perfección, la búsqueda social de perfección, se me ocurre cuestionar algo que también considero que causa un malestar si no se pregunta, como es las redes sociales, la obsesión de algunas personas por obtener cierto número de likes o de visitas, etc. ¿Para qué? ¿Para seguir con esa ilusión que genera una cantidad de likes? retomando la cita de Aristóteles y de Freud, hay un interés presente, pero va cambiando y creo que ese interés, genera más interés en la próxima publicación y así sucesivamente, hasta que desilusiona alguna respuesta, o que alguna persona no haya compartido la publicación, etc, pueden ser muchas variantes, y empezar a formar una "cadena", que empieza por algo, significa algo para alguien y tiene que existir un porvenir en ello. Pero la crítica va más hacia la angustia, y genera eso, el porvenir de una angustia alucinatoria, a partir de un introyecto de perfección, como lo nombra Freud, ―una idea delirante, bajo
las debidas reservas.‖ (Freud, 1975)
REFERENCIAS Freud, S. (1975). Obras Completas, El Porvenir de una Ilusión, El malestar en la cultura y otras obras. 2nd ed. Buenos Aires: Amorrortu, pp.21-55. Metafísica. (2014). 1st ed. Distrito Federal: Editores Mexicanos Unidos S.A., p.45.
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La
RESUMEN:
consola
se
enciende;
Federico
selecciona
su
personaje. Elige a su avatar, un joven, que es rápido, le gusta la cacería y tira bien. Comienza en el primer nivel va conociendo el
A través de este artículo, se busca
terreno desplazándose por los varios caminos que el juego le
acercar la mirada a una realidad
presenta. Encuentra puntos en los que puede obtener armas, de
que existe y que pareciera para
diferentes tipos, pequeñas, grandes, más grandes, poco
muchos inofensiva, pero que tiene
poderosas, muy poderosas. Las va acumulando para utilizarlas
un peso tan importante que hace
en el momento en el que sea necesario. El día y la noche caen sin
pensar
está
una distinción más allá que el color del fondo de la pantalla.
de
Federico avanza cada uno de los niveles, hasta llegar al último.
realidad. Los juegos de video
En ese nivel la escenografía es una escuela secundaria. Federico
ofrecen realidades virtuales que
elige una pistola de calibre bajo; es el último nivel pero lo que
proporcionan
satisfacción
despliega es destreza más que fuerza. Ingresa a la escuela, va
que atrae a muchos niños y
caminando por sus áreas, va obteniendo vidas que están
jóvenes a permanecer en un
acumuladas en su récord. Entra a un salón. Encuentra a muchos
juego, como viviendo a través de
jóvenes como su personaje adentro. Empuña el arma, y comien-
él sin la participación de los
za a disparar. Mata a uno y el objetivo que sigue, el que repre-
padres en ello.
senta más puntos, es el de la maestra que da la clase, le apunta,
tomando
que una
la
imagen relevancia
una
le dispara y la mata. Puntos obtenidos, niveles recorridos,
Game Over. El juego anuncia que ha terminado, solo que Federico no ha terminado. Empuñó un arma calibre 22 en una escuela secundaria de la ciudad de Monterrey Nuevo León, en su salón de clases y le disparó a uno de sus compañeros de 14 años, de su edad, y después le disparó a su maestra. Apuntó a todos sus compañeros logrando que se asustaran y se tiraran al piso del salón. El juego no dio vidas, no había vidas ya. No había premios; no había marcado Game Over después de que la maestra cayera ensangrentada frente a él. (Beaureagard 2017)
34
34
Federico se disparó en la barbilla, el juego tenía que terminar en la realidad. No más imaginario, lo que estaba viendo no estaba en el imaginario que se había creado adentro del videojuego. No era su avatar quien mató a dos personajes en el último nivel del juego. Federico mató a un joven de su edad y a su maestra y ellos no se pondrían de pie nuevamente para ser seleccionados en otro momento. No es posible preguntarle a Federico ya, pero tal vez la única forma de que el juego marcara Game Over en la realidad que cayó sobre él, era matarse él mismo. Esto ocurrió en el año 2017 en México. Mucha gente comenzó a buscar una explicación al respecto de lo que había pasado. Los periódicos declararon que Federico sufría de depresión y trastornos psicológicos. Las sociedades de padres de familia hablaron de las familias disfuncionales, de su papá cazador y de su madre ausente. Hubo quien señaló la irresponsabilidad de no tenerlo medicado ante el diagnóstico que tenía. Las autoridades dijeron que había que revisar las mochilas de todos los niños que entraran a la escuela para que no volviera a entrar ningún niño armado. En México hay 210,000 escuelas. Hay quien dice que esto no pasaba en generaciones anteriores. ¿Qué tiene de diferente esta generación a las anteriores en la historia? ¿Qué la hace realmente distinta frente a lo que podemos identificar desde el comienzo de las civilizaciones hasta el día de hoy? La condición humana es la misma, las dudas, el tipo de problemas, las formas de desarrollo. ¿Hay algo que particularmente esté propiciando una forma de relación distinta a las que se han dado en algún otro momento de la humanidad? ¿Es el avance dinámico de la tecnología un elemento determinante para que la posibilidad de relacionarse haya cambiado? ¿Afecta o afectará de alguna manera la influencia tecnológica, la estructuración psíquica de las personas de las ―nuevas generaciones‖? Muchas personas hoy sostienen que los niños y los jóvenes, no tienen modales, no respetan a los adultos, no tienen responsabilidades, no saben desempeñarse en organizaciones laborales, no acatan instrucciones. Tampoco saben relacionarse con otros. Son personas con una posibilidad de aprendizaje muy distinta a las generaciones anteriores. Ellos aprenden a su tiempo y a su forma, accediendo a la información sin límite y sin vigilancia, dando rienda suelta a su fantasía frente a lo que ven de forma desbocada. Están inconformes con todo, quieren que todo sea novedoso y se resisten a entender que dicha realidad es así, intentando a través de los recursos aportados por la tecnología, tapar esa falta horrible a la que se enfrentan a medida que crecen, como si fuera un videojuego. Envueltos en un mundo lleno de positividad, en el que la felicidad es un destino alcanzable en un camino dado, al que hay que recorrer cumpliendo requisitos como si se tratara de un videojuego en el que hay que ir atravesando mundos, se encuentran sin rumbo, algunos cumpliendo los requisitos del tránsito y otros quedándose pasivos sin saber qué hacer, como si esperaran que algo caiga del cielo y los coloque en ese punto del final del videojuego en el que el game over anuncie la llegada al punto denominado felicidad, o se encuentren con la sorpresa de otro punto de llegada.
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Estos jóvenes han crecido de la mano de un ordenador, que lejos de ser ordenado pareciera que les ordena. Los padres están ausentes, sin asumir responsabilidades frente a lo que ven todos los días. Culpabilizan a todos alrededor de lo que les ocurre a sus hijos, o culpabilizan a los hijos de su ―defectuoso‖ armazón de vida. Los padres también son presa del espejismo de la felicidad como punto final de un viaje lineal, que de hecho transmiten a los hijos como una obligación de viaje, no como una consecuencia responsable de colocación subjetiva. En el camino, solo preparan a sus hijos para enfrentarse a un mundo sórdido que siempre lo ha sido, a través de saber más de lo que se pueda; mientras más conocimiento de todo, mientras más tecnológico y menos humano sea es mejor. Pareciera de pronto que los humanos tienen rechazo a ser humanos, o que tienen un rechazo a lo que los hace ser humanos, pero que en la medida en que más lo rechazan, más se vuelve esa humanidad contra ellos. En tanto la tecnología se convierte
en
opción
absoluta,
hay
menos
posibilidad de la palabra. Todo el tiempo se camina en el imaginario que los elementos tecnológicos como los videojuegos o las redes sociales promueven. En esos espacios son como quisieran ser o como se espera de ellos que sean. Alcanzar lo que se supone que deben alcanzar es posible. No existe la falta aunque realmente existe. Más saber y menos sentir, como la certeza del avatar dentro de los videojuegos. Movido por una fuerza extraña que no saben de donde viene pero que no importa; caminando de un lado a otro en busca del botón que habrá de tocarse para obtener el paso al siguiente nivel que les dará satisfacción. Sin cuestionarse, sin emocionarse, sin sentir, sin vivir. Manteniendo la esperanza de que al llegar al final del juego haya algo que sentir. Sin embargo, el juego avanza, se termina, se inicia otro, se termina y la esperanza comienza por convertirse en lo que realmente es, un engaño de algo que jamás habrá de realizarse porque no hay todo. Los niños que antes jugaban, preguntaban, exploraban, buscaban, hoy no pueden hacerlo. Deben estar dedicados a aprender automáticamente, a obedecer sin cuestionar, a hacer sin preguntar. Si no lo hacen de esa manera están mal, están enfermos. Los padres de esos niños, no se cuestionan porqué los quieren quietos, aprendiendo, obedientes y dedicados. Quieren a niños perfectos, ellos creen que eso es que sean perfectos. Entonces de pronto imagino como si los niños se metieran en un videojuego, en el que todo está definido, todo tiene una respuesta, todo tiene un premio y siempre hay un mundo al que se debe llegar bajo ciertas circunstancias y que hay un destino final que en el mundo de la realidad es la felicidad definitiva. Los niños en su realidad, viven como en esos juegos; van buscando estación en estación, árbol en árbol y se están moviendo todo el tiempo, sin dejar espacio a nada. Buscando distraerse todo el tiempo, buscando el camino del final que no saben que tiene. Cuando no están en el videojuego, los niños son inundados de juguetes que no les permiten concentrarse en ninguno de ellos. Toman uno, no es posible ni siquiera terminar de verlo e inmediatamente cambian al otro. Pronto se encuentran aburridos de todo. 36
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El juguete, el teléfono celular, el videojuego. Pasan
Y
de uno al otro de forma inmediata, sin descanso,
diagnosticados
sin pausa. No hay tiempo para comer, entonces
psicológicos, como Federico.
comen en el mismo lugar donde están los juguetes que van intercambiando o los videojuegos que van jugando. No hay tiempo para dormir, así es que siguen hablando y mandando mensajes y subiendo fotos a sus redes sociales. Duermen poco, comen mal, no se organizan, todo les parece aburrido, porque lo que ellos han aprendido es que cada segundo de la vida tiene que estar
lleno,
absolutamente colmado. Si tienen algún minuto vacío, se angustian, no saben qué hacer con un minuto vacío.
así
es
como
salen de esos
con
depresión
consultorios y
trastornos
Sin embargo, en medio de toda red, a pesar del siglo XXI y sus imparables avances tecnológicos que han inundado al ser humano de opciones que puedan
explicar
todo
lo
que
ocurre
y
presumiblemente mitigar su angustia ante la falta, hay algo que no cambia y que hace frente a los síntomas que este momento en la civilización está arrojando: que el Psicoanálisis surja como refresco en medio del desierto de la confusión generada por no
encontrar
respuestas
a
pesar
de
tantas
herramientas. Hay que hacer un alto en el camino.
¿Qué ocurre con el
Por su parte, las redes sociales promueven mundos
Regresar a lo básico.
de fantasía que en su grupo de aceptación
ser humano frente a todos los
consideran que ciertas formas de actuar, de vestirse, de trabajar, de comer, son las que
avances tecnológicos?
determinan su felicidad, como si fuera un patrón y
rre lo mismo que sin ellos, solo que ahora hay ma-
se
yores posibilidades de
esmeran
en
demostrarlo,
dando
cuenta
Yo creo que ocu-
confusión.
permanente de ello a través de fotos, de frases, de
Los seres humanos siguen naciendo de la misma
relatos asociados a sus vidas que hacen parecer que
manera, en lo general arropados por otros seres
son lo que se espera de ellos aunque para ello
humanos que a veces los esperan y a veces no, pero
tengan que mentir y fabricar la escenografía para
en tanto humanos, tienen condiciones que les
que parezca real.
permiten insertarse en la posibilidad de ser un
Pareciera imposible sacarlos de ahí, todo el tiempo
sujeto a partir de inscribirse en el lenguaje, que no
están posteando su felicidad ideal y dependen de
lengua; esa lógica simbólica, más lo imaginario y lo
los likes que los demás les dan. Hay un Otro al que
real; ese conjunto de operaciones que hace que
agradar del otro lado de la red, que es ilimitado e
desaprenda a ser animal para convertirse en ser
insaciable.
humano, en sujeto deseante a partir de que la
Y así es como un día llegan a un consultorio con un terapeuta. Con quejas de los maestros de que los alumnos no se concentran, que no estudian como ellos quisieran, que no se quedan quietos, que no hacen lo que ellos les dicen, que no llevan tareas. Y los padres se sienten enojados y angustiados frente a esas quejas en el sentido de que sus hijos
diferencia se inscriba en él. Es decir que ser humano no se nace por el hecho de ser un mamífero humano, se requiere una estructura para ocupar un lugar dentro de la cultura en la que se insertará junto con otros humanos.
Se requiere
de esa estructura para poder relacionarse con ellos, para habitar un lugar en el
―no sirven‖, no satisfacen las expectativas que debe-
lenguaje y tener la
oportunidad de res-
rían cumplir de acuerdo a lo que los maestros les
ponsabilizarse de ello.
dicen y lo que ellos mismos esperaban de sus hijos.
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Los cachorros humanos que nacen hoy, nacen igual
La madre podrá proveer de calidez, amor, alimento
que lo han hecho desde que la civilización tiene
e interpretará las primeras señales del cachorro
referencia; son seres biológicos y psíquicos. Se rigen
humano. El padre hará que la madre se aleje del
por instintos, y tienen una estructura psíquica que
niño permitiendo que se incorpore el significante
pueden habitar desde tres posiciones, la neurosis, la
nombre del padre para inscribir la diferencia en su
psicosis y la perversión.
forma más pura y abrir así la posibilidad de que el
Para poder estructurarse necesitan al otro de
manera
que
se
den
los
vehículos
posibilitadores de la lógica simbólica que les haga incorporarse al lenguaje y entonces reconocerse afectados por la pasión que el inconsciente deposita en el sujeto que a pesar de la razón, termina haciendo o diciendo
cosas
con
las
que
no
necesariamente coincide. No coincide porque en su inscripción en el lenguaje ya están determinados los mis y los tus del otro, que le hace formar los debes y los tienes, su yo ideal y su ideal del yo, que le perseguirán durante toda su vida,
niño pueda entender que tiene un lugar en la vida, como sujeto sujetado del que él mismo tendrá que encargarse. Al alejar a la madre, se abre la posibilidad de que aprenda la ausencia y la presencia, que vea que existen diferencias que duelen pero que le permiten desear. Si todo está lleno, no hay nada que desear. Si no se desea no hay nada por que vivir. Es aquí donde regresaría a la pregunta que generé al inicio en el sentido de que si la condición humana es la misma, si el avance dinámico de la tecnología es un elemento determinante para que la posibilidad de relacionarse haya cambiado?
a fin de lograr ser querido por ese Otro, no importa
Considero, que el avance dinámico de la tecnología,
si hacerlo provoca pasar por encima de si mismos.
está insertando variables a la ecuación que hace que
Aquí no hay deseo, no permitirá que surja y por lo tanto lo que hay es un automatismo, sí como un ordenador programado, en el que sin cuestionar porqué, siempre hará lo que los otros quieran que haga para ser aceptado. No querrá ver, no querrá explicar y no querrá aceptar la diferencia, la falta; pero el hecho de que no quiera aceptarlo, no implica que no esté ahí y que a pesar de querer evitar verla, o de querer taparla, insistirá una y otra vez, se presentará en síntomas que en algún momento pueden ser insoportables y que lejos de permitir continuar en una vida tratando de no ver, se manifiesten agresivamente haciendo insoportable la vida.
se modifique, pero que la estructura de origen no ha cambiado. Que los agentes posibiliten la inscripción del humano en la cultura para hacerlo sujeto, implica una responsabilidad que hoy parece no quererse ver. Tal vez porque los propios agentes están absortos en el mismo espejismo. La tecnología permite la recopilación, comparación y evaluación de datos en tiempo real que permite generar la ilusión de certeza en todos los campos. Todo es estadístico y todo tiene patrón, por lo tanto todo es programable
y
los
resultados
siempre
son
esperados. Creo que esto es lo que ha propiciado una confusión, porque es sencillo pensar que se tiene la respuesta a todas las preguntas y todo lo que no cae en
los
patrones
previstos
es
eliminado
entonces
es
patológico,
Para posibilitar la inscripción en el lenguaje de los
―Gaussianamente‖
seres humanos, se requiere que haya agentes que lo
anormal. Por eso ahora los niños tienen que ser de
lleven a cabo. Estos agentes pueden ser los padres o
cierta forma, saber y hacer ciertas cosas que los
quien desempeñe la función materna y la paterna.
hagan normales, incorporados en la cultura de la
y
manera en la que tienen que ser. 38
38
Están depositados en ellos ideales muy elevados y su compañía más cercana, no es con otros sujetos, sino con los dispositivos tecnológicos que les han propiciado una forma distinta de relación más bien desde el registro imaginario, impidiendo la simbolización de lo aprendido, de lo visto, de lo vivido. Los agentes padres pareciera que no han querido darse cuenta de que hay variables nuevas en la ecuación. No quieren hacer nada respecto de ello, ya que la tecnología también les ha aportado muchos elementos de pretexto para no hacerlo. Las compilaciones estadísticas han permitido generar nuevos trastornos y padecimientos que se incrementan inconmensurablemente sin causa aparente. Sin embargo, si hay causa, y ellos, los agentes padres tienen responsabilidad en ello. Hoy en día, los chicos no tienen un límite establecido para nada; de lo que se trata es de estar absolutamente ocupados, todo el tiempo absortos en lo que sea pero absortos. No tienen alguna actividad de responsabilidad familiar definida, tienen derecho a todo sin ninguna obligación. Tienen todo lo que piden y nunca hay un precio por ello, nada les falta, ante cualquier idea que surja de inmediato se les concede; contienen la falta de sus padres a través del exceso que les prodigan. Cuando los padres descubren que el niño no es como quisieran que fuera, es decir que está fuera de la curva de Gauss, llegan a buscar una terapia porque están descompuestos, y necesitan que alguien se los repare. El niño está muy mal, algo ocurrió cuando nació, o el padre o la madre tienen una carga genética que seguramente hace que se comporte de esa manera. No sirve. Es urgente que se arregle rápido, necesita sacar las calificaciones más altas que le hagan ser el ser humano más exitoso del mundo. El ser humano feliz más exitoso del mundo. El ser humano que para ser feliz debe ser el más exitoso del mundo. La madre culpará al padre de lo que le ocurre al hijo. De que se fue de casa y se desentendió de él o de que debería irse porque no sirve para nada. El padre culpará a la madre de no haber atendido su encargo. Ambos se culparán de tener una familia disfuncional. Como si las familias funcionales existieran. Nadie ha preguntado al chico, nadie ha escuchado al chico. Han adivinado todos los días de su vida lo que el chico quiere, y por lo tanto, peor aún, el chico ha decidido no hablar. Al no hacerlo no se hace responsable de nada, porque no pone en palabras nada. De cualquier forma todo estará colmado. Eso es lo que él ha creído que es el secreto de la felicidad. Ante ese silencio, prende el ordenador que ordena; abre el juego que le lleva a los mundos que atravesará, ganando premios y reconocimientos, representando virtualmente su realidad, hasta alcanzar el GAME OVER... ojalá que en la consola. El avance tecnológico no cesa, galopa vertiginosamente construyendo todo lo inimaginable. La realidad virtual es una realidad hoy, y tal pareciera que los seres humanos están complacidos con que las máquinas vivan por ellos, todos inmersos en un mundo imaginario que ante tal crisis, están teniendo síntomas cada vez más agresivos, su inconsciente está gritando por ser escuchado y lograr que comiencen a preguntarse, a regresar a lo básico, a reconocer-se en ese Pathos de ser un humano.
REFERENCIAS Beaureagard, Luis Pablo. 2017. El Pais. 19 de Enero. Último acceso: Agosto de 2018. https://elpais.com/ internacional/2017/01/18/mexico/1484752144_868329.html.
39
El objetivo del presente trabajo es abrir la posibilidad de
RESUMEN:
cuestionamiento sobre la manera en la que se lleva a cabo un diagnóstico y, posiblemente, cuestionar el diagnóstico mismo.
En
el
artículo
intenta
No con fines simplemente oposicionistas sino en vías de crear
reflexionar sobre la manera en la
formas de mirar/pensar a las personas que solicitan atención,
que se lleva a cabo el diagnostico
desde otra postura que sólo desde la tradición medicalista
en las instituciones especializadas
dominada por categorías que poco nos dicen de quien acude a
en salud mental, tomando como
valoración. En los muchos artículos o conferencias, ya sean de
ejemplo las canalizaciones por
corte neurológico, genético o psicológico, con relación al
probable Síndrome de Asperger
Trastorno del Espectro Autista, es fácil ubicar una insistencia
que en los últimos años presentan
por parte de los clínicos en la confirmación de los datos que se
un auge en su detección, haciendo
creen tener sobre su etiología, a pesar de la dificultad que se
necesaria
los
tiene para asegurar la causa. En este sentido, se han identificado
parámetros e instrumentos con
los aspectos que están alterados, pero no es posible aun
los que se lleva a cabo –si se lleva-
atribuirlos a un factor específico.
la
se
revisión
de
la evaluación, evitando así el sobrediagnóstico, principalmente realizado
por
profesores
profesionistas no especializados.
y
En suma, no se cuenta con información concluyente y, sin embargo, se toman como los indicadores que dan respuesta a todos los casos. Se podría decir que el espectro se encuentra en la etapa ―preparadigmatica‖ de la que habla Khun, con muchas preguntas necesarias de plantear y dejando de lado aquellas respuestas que cierran más puertas de las que abren (Tappan, 2007). Es necesario también analizar las herramientas con las que se lleva a cabo el diagnóstico, las implicaciones de hacer un diagnostico a partir de la pura observación clínica. En el caso del TEA la gama de características de los casos es muy amplia, desde los casos en los se distingue la ausencia casi completa de interacción social y comunicación verbal y no verbal -síntomas descritos por L. Kanner- hasta el llamado Síndrome de Asperger 40
40
que presenta algunas características, pero de manera distinta, como si fuesen una misma entidad nosológica. El espectro entonces puede albergar a una gran cantidad de casos, funcionando como una manera de clasificar sin clasificar del todo. Por esta razón es importante analizar cómo es que se construye el síndrome y se lleva a cabo el diagnóstico. El Síndrome de Asperger, considerado una de las condiciones del espectro con mayor funcionalidad, representa uno de los retos en las clínicas y centros de salud especializados en el diagnóstico por la cantidad de niños referidos de las escuelas o de otros centros. El problema que se presenta es que no hay forma de hacer el diagnóstico más que de manera empírica, reduciendo la clínica a lo descriptivo,
aspecto
que
resulta
sumamente
delicado y merece ser cuestionado. A pesar de no haber marcadores de ningún tipo, el consenso científico parece estar inclinado específicamente por lo neurológico. Pero resulta significativo posturas teóricas como las de Hobson (Hobson, 2006), que a pesar de las alteraciones neurológicas que se puedan encontrar, ―el único instrumento de medida para detectar el contacto interpersonal es una sensación subjetiva de ‗ser humano‘‖. Por lo tanto, la clasificación, que pretende basarse en los datos duros, estadísticos, es muchas veces cuestionable, pues las herramientas que se utilizan para el diagnostico no son específicas para el síndrome y las pocas específicas son únicamente descriptivas, a diferencia, por ejemplo, del Síndrome de Down que tiene bases genéticas demostrables, pertenecientes exclusivamente a esta condición. En su tesis doctoral de 1943 para la facultad de medicina de la Universidad de Viena “Die „Autistischen Psycopathen‟ im Kindersalter (Asperger, 1943), el pediatra austriaco Hans Aspeger describe, con cuatro casos, el cuadro que podría traducirse como Psicopatía Autística -o autista- en la Infancia. A pesar de ser contemporáneo de la publicación de Leo Kanner sobre las perturbaciones del autismo infantil, no fue mundialmente reconocido sino hasta el redescubrimiento y traducción hecha por Lorna Wing en 1981 (Wing, 1981). Wing hace referencia a la malinterpretación del termino psycopathen, que refiere a cierta anormalidad en la personalidad, por el uso cotidiano que lo asemeja a la sociopatía, nombrándolo así, de manera más neutral, Síndrome de Asperger. Los casos relatados en los estudios realizados previamente incluían similitudes diagnósticas, sin embargo, no se hacía mención de un síndrome como tal. Desde entonces se han realizado esfuerzos por homogeneizar la descripción, la clasificación y el diagnóstico diferencial. La principal de las dificultades que se presentan en el análisis es la falta de traducción del texto original, por lo que la mayoría de los textos se basan en el trabajo de Wing y Atwood (Atwood, 2002), que dan pie a los diferentes criterios diagnósticos que se utilizan a nivel mundial, principalmente con el CIE-X y el DSM-V. Formado como médico general con especialización en pediatría en la Clínica Pediátrica Universitaria en Viena y su especial interés por la Pedagogía Curativa, crea una estrategia que combina diferentes posturas teóricas y técnicas de educación especial integrándolas a la medicina, con un equipo multidisciplinario conformado por enfermería, psiquiatría, educadores y terapeutas; partiendo de la posibilidad de adaptación mediante una intervención psicopedagógica, sin importar las dificultades que los casos observados presentaban.
41
Observó mayor prevalencia en hombres que en mujeres, que generalmente no presentaban características hasta pasados los tres años de vida. Su descripción tiene como base siete rubros: habla, comunicación no-verbal, interacción social, actividades repetitivas y resistencia al cambio, coordinación motriz, y habilidades e intereses. Si bien la descripción está abierta a las variantes en los síntomas, se intenta englobar, tal vez de manera arriesgada, las características claves para el diagnóstico. A grandes rasgos, el síndrome se puede describir de la siguiente forma: En el lenguaje se caracteriza por alteración en el habla que comprende la inversión de pronombres, gramática demasiado correcta, prosodia extraña, dificultad para entender sarcasmo o bromas sutiles y tendencia a hablar únicamente de ciertos temas; en la comunicación no verbal se presentan alteraciones en la comprensión y uso de gestos faciales, así como los sentimientos, propios y ajenos. Las interacciones sociales se caracterizan por la falta de comprensión
de los códigos sociales y conductuales como el contacto visual, postura, movimientos corporales, etc. Aunque estas habilidades varían de persona a persona, en el Síndrome de Asperger se presentan con mayor intensidad, por fuera de la “normalidad”, representado como un comportamiento “ingenuo y peculiar” (Wing, 1981, pp. 1). Se podría decir que la persona tiene el interés de acercase e interactuar con los demás, sin embargo, hay aspectos de esta interacción que no sabe cómo llevar a cabo o que no entiende el sentido de porqué los demás lo hacen de esa forma, con el riesgo de preferir
aislarse
embarazosas,
y
así
evitar
convirtiéndose
en
situaciones personas
introvertidas y solitarias. Otra de las características que se describen es la dificultad para aceptar los cambios en su ambiente, su rutina, la ropa que usan –por ejemplo, el material con el que está hecha-,
la
comida,
entre
otras,
haciendo
complicado la participación en escenarios que no son familiares para la persona. La pobre coordinación motriz, aunque no es decisivo para el diagnóstico, es un aspecto que se considera, principalmente si implica movimientos estereotipados o manierismos significativos. En resumen, el síndrome se caracteriza por falta de habilidades cognitivas, inter e intrapersonales que determinan de varias formas la interacción que se puede tener en cualquier ámbito social, ya sea escolar, familiar, laboral. Hasta aquí la descripción que H. Asperger realizó con 34 pacientes. Por su parte, Wing agrega síntomas como retraso en algunos hitos del desarrollo motriz y social como poco interés por compartir juegos, juguetes o actividades con las personas cercanas, poca intención comunicativa excepto para necesidades y uso de palabras inusuales o inventadas; el juego generalmente no es imaginativo, sino repetitivo e individual. La autora discrepa en la descripción hecha por Asperger en dos sentidos. Por un lado, el lenguaje aparece con cierto rezago, lo que explicaría el uso singular de la gramática, las alteraciones pragmáticas, de entonación y uso estereotipado de frases, neologismos y lenguaje no verbal. Por el otro, las habilidades superiores en
ciertos temas se relacionan con una “estrecha, pedante, lógica, pero literal, cadena de razonamiento” (Wing, 1981, pp. 1), y no se relacionan directamente con la capacidad intelectual de la que habla Asperger sino en la memorización y repetición de los temas, con marcada falta de sentido común. 42
42
Como podemos notar, las características están muy bien establecidas, pero ¿cuál es la explicación etiológica del síndrome? Pues es precisamente este aspecto lo que pone sobre la mesa las dudas y huecos que no permiten una conclusión acerca de los múltiples casos estudiados. Digamos, la etiología es el punto débil del tan divulgado síndrome. Por un lado, se pone atención a la transmisión genética, observable en similitudes principalmente del padre y antecedentes familiares de alto nivel intelectual. Sin embargo, los casos que se han tomado como referencia carecen de la evaluación de los padres, centrándose en las características que el niño presenta. El nivel socioeconómico no es tomado como referente por el sesgo que existe entre las familias que acuden a asociaciones o centros especializados de atención –generalmente de nivel medio/alto- y las que no. Los antecedentes perinatales varían en cada caso, por lo que el daño cerebral atribuible, por ejemplo, a hipoxia en el nacimiento, no es una generalidad. Aspectos emocionales originados durante la crianza, como rigidez de los padres o etilos específicos de educación carecen de significatividad. En suma, la etiología del síndrome es aún desconocida, por lo que el diagnostico diferencial representa una de las principales dificultades clínicas. Wing plantea que fácilmente se llegan a diagnosticar casos que cumplen con ciertas características, pero que se explican mejor desde otras nosografías, principalmente esquizoides o depresivas. En la práctica cotidiana es muy común encontrar diagnósticos de Asperger incorrectos, debido a un desconocimiento del síndrome y, sobre todo, a un sobre diagnóstico de las características que se describen en él. Es decir, cualquier niño o joven con problemas en la interacción o socialización es sospechoso de tener el síndrome. A modo de un check-list, si se cumple con los ítems se confirma o descarta. No se discrimina en la manera en la que se presentan los síntomas, es decir, el contexto, solo se presta atención a la presencia o ausencia. De ahí que el incremento en la prevalencia del síndrome este sesgado por diagnósticos conocidos como ―falsos positivos‖. Como ejemplo de la dificultad que se presenta en la valoración de los casos se tomará la Escala Diagnostica para el Síndrome de Asperger (Smith). A modo de entrevista estructurada, se divide en cinco subescalas: social, cognitivo, lenguaje, desadaptativa, sensoriomotor. Con numero diferente de preguntas por subescala, el informante va respondiendo si ha observado o no dicha conducta en la persona que se evalúa. Con las puntuaciones se obtiene el Coeficiente de Síndrome de Asperger en cinco rubros: Poco posible, Poco probable, Posible, Probable y Muy probable. Dos problemas principales se presentan en este instrumento. Por un lado, las preguntas pueden resultar ambiguas, por lo que un profesional puede preguntar algo distinto a otro, sin tener claro el objetivo de la pregunta y puede aplicarse sin la necesidad de discriminar con ejemplos, pues las respuestas son dicotómicas, es decir, el contexto no es relevante. Por el otro, y más importante aún, el resultado que brinda la escala, a diferencia de las preguntas y respuestas, no es dicotómico. Las opciones no se reducen a ―positivo‖ o ―negativo‖ para hacer el diagnostico. Por lo que un caso se toma como ―posible síndrome de asperger‖ o ―poco probable‖. Lo que hace de la interpretación de los resultados un intento de objetivar fenómenos que no están bien delimitados y depende enteramente del clínico que la realice. Posiblemente la angustia
-que tiene al menos dos vertientes: la personal y la institucional- ante lo casos que no son tan claros
es lo que define la respuesta. Al encontrar datos que no cuadran con la normalidad, automáticamente se da por sentado que pertenece al síndrome.
Lo que el psicoanálisis puede aportar es la convicción de una constante búsqueda y transformación de los conceptos a partir de lo que nos muestran la clínica, minimizando la tendencia a encajar en las categorías diagnosticas a quienes acuden a valoración, con especial atención para le TEA por la dificultad que presenta su clasificación.
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Es decir, por ahora contamos con un espectro muy amplio que parece resistirse a delimitar su área y quienes se dicen expertos se limitan a describir y confirmar, a manera de proyección, lo que se sabe en la persona que evalúan, pareciendo innecesaria la constante retroalimentación de la clínica con la teoría. Como si únicamente bastase observar y confiar en lo que se observa, se crean generalidades y se estructuran perfiles en los manuales y pruebas diagnósticas que no en pocos casos quedan rebasados por la singularidad
de
los
casos.
Con
esto
fácilmente
favorecen
estereotipos que estorban en la clínica y vician la teoría. El psicoanálisis, sin necesidad de formarse en él, nos invita a pensar en la subjetividad que está presente en cualquier actividad que realicemos. Aspecto que requiere cierta estructura que permita al clínico cuestionar sus certezas en lugar de reafirmarlas con cada caso, ostentando un lugar ilusorio de experto en el tema, corriendo el riesgo de agrandar los ya existentes e inevitables puntos ciegos que, en el caso del Síndrome de Asperger, se traducen, como ya lo hemos mencionado, en un sobrediagnóstico. La propuesta, inevitablemente a largo plazo, implica una reestructuración de los protocolos de atención, pues lo primero que se realiza al llegar a los hospitales y clínicas especializados es el diagnostico a partir de la historia clínica. Dependiendo de la institución, se realizan evaluaciones que contemplen las diferentes áreas biopsicosociales, pero siempre precedidas del diagnóstico médico y no al revés. Es decir, después de una evaluación integral, como se hace en otros ámbitos médicos, se da un diagnóstico -en muchos casos provisional - y se diseña el tratamiento a seguir.
REFERENCIAS Asperger, H. (1943) Die ―Autistischen Psychopathen― im Kindesalter. Viena. Atwood, T. (2002). El síndrome de Asperger, una guía para la familia. Paidos. Barcelona. Hobson, R. Peter (2006) Autismo infantil: La importancia del compromiso afectivo. En el niño pequeño con autismo. APNA. Mexico-España. Perrés, José (2018) La epistemología del psicoanálisis: Introducción a sus núcleos problemáticos y encrucijadas. Smith, B. Asperger Syndrome Diagonostic Scale: Examiner‘s Manual. Pro.ed. Texas. Tappan, José (2007) Notas para la investigación en psicoanálisis. Equinux Tappan, José (2004) Epistemologia y psicoanálisis. Facultad de psicología. San Luis Potosí. Wing, L. (1981) Asperger's syndrome: a clinical account. En Psychological Medicine. Volume 11. Issue 01. Cambridge. Sobre Hans Asperger (1906-1980) https://www.asperger.es/hans_asperger.html
44
44
La Real Academia Española, en su versión digital (RAE
RESUMEN: El autor intenta exponer los fallos
2001), reconoce a la pasión, proveniente del latín passio, patior,
ocasionados en su experiencia clínica,
que significa, padecer, sufrir o sentir y generalmente designa a la
que hubieran quedado totalmente
posición que tiene una persona respecto a otra o un objeto.
invisibilizados de no ser por la
Es precisamente esta pasión, en contra de la mesura -en cual-
intervención del psicoanálisis y cómo
quiera de sus configuraciones dependiendo de la situación
se las arregla para dar cuenta de ello
histórica, la que caracterizaba a las personas que eran
mediante la relación con la existencia de otros discursos que abordan e
construidas como enfermas desde que se puede dar cuenta.
intentan apropiarse la subjetividad, el
A un intenso sentir de dolor, hablamos de pasión, de
padecer,
de
enfermedad, de algo que hay que deshacerse, lo mismo a un
problematizarlo. Se detiene en la
intenso sentir de bienestar, catalogados para otros como
necesidad de pensar el gesto de
malestar, puesto que como lo planteaba Freud, en un
y
la
necesidad
Freud, de hipotetizar el inconsciente y la relevancia de la singularidad, así como la traición de la letra del texto freudiano por Lacan, en favor de su
PROYECTO DE UNA PSICOLOGÍA PARA NEURÓLOGOS, la diferencia radica en la intensidad, ¿acaso podríamos inducirnos el olvido, de cómo incluso actualmente, alguien que muestre una
espíritu, usando la noción de la
fuerte devoción a una persona, a alguna causa u a algún objeto
repetición
una
es catalogada como fuera de sí, moneda corriente para salir en
expresión de lo que virtualmente
una segmento televisivo que busca suscitar el escándalo al
tendría que repetirse y no solo
espectador por estar excluida de lo adaptado según los paráme-
complementarse dentro del mismo
tros de la sociedad ilustrada y no ilustrada? ¿Es posible
terreno creado por Freud y Lacan,
pretender que no podemos siquiera fantasear con un escenario
evitando
donde para empujar el libre y veloz movimiento continuo de este
de
Žižek,
como
descaminarse
como
lo
hicieron otras propuestas, que el mismo autor advierte en su práctica clínica y que le permitió pasar a pensar
la
propuesta
de
la
terror, no hacemos más asequible la propaganda de la enfermedad, participando en una creación compulsiva de términos y glorificándolos en manuales de diagnósticos de
subjetividad, posicionado desde el
distinta tradición clínica? Ahí confluyen los instrumentos más
psicoanálisis.
obtusos para diseccionar a una persona.
45
Podríamos tomar por antonomasia al usualmente referido y apabullado DSM o al CIE, en cualquiera de sus distintos desarrollos, que en sus respectivos nichos reservados para las llamadas enfermedades mentales, manifiestan la intención de emular un mismo objeto y método de investigación que el que construye la medicina u otra ciencia de la cual sostenerse para otorgarse legitimidad, ¿no nos dejan entrever que a la existencia de un agente patógeno, habría que erradicarlo en favor del bienestar del padeciente? Si bien, este término está en desuso, apela a la idea principal del agente que soporta una pasión.
De
seguir
las
proporciones
de
un
compromiso mesiánico como éste, debería haberse cuidado el mismo psicoanálisis o para dar una impresión de exactitud, cierta práctica y desarrollo supuesto de él, cuando comenzó a pulular el conjuro ―el yo tiene que desalojar al ello‖ tal como lo problematiza Lacan y que incluso lo denuncia como una ―porquería de traducción‖ (Lacan, SEMINARIO 11: LOS CUATRO CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL PSICOANÁLISIS 1990). Tomemos el ejemplo del DSM, que de entre las mejores características de las que podría ser deudor de los alienistas, toma la distinción entre lo saludable y lo que no -recordemos que los alienistas sugerían distinguir los delirios saludables y los que no los eran, para eso existe una pequeña simulación en el DSM 4, que se aplica como mantra, el malestar clínicamente significativo, que apela supuestamente a la subjetividad del paciente ¿Cómo es entendida esta subjetividad, acaso no simplifica la construcción de la realidad, en base a una ingenua distinción percepción-hecho o en última instancia vela el asunto a manera de considerar lo concerniente a la subjetividad en una dualidad de virtud-vicio, generando una falsa elección para el padeciente entre un bien que le conviene por representar menos malestar? Habría que detenerse a cuestionar ¿qué diferenciaría esa subjetividad de la que se aborda en la propuesta psicoanalítica? Ya que como podemos apreciarlo, no somos dueños del monopolio de la subjetividad, hay alusiones a ella desde otros discursos, así como del inconsciente por ejemplificar, pudiera verse el trato de la psicoterapia Gestalt, por ejemplo, en lo que concierne al método al abordar la interpretación de los sueños, se sugiere usar tres elementos del discurso del usuario y abundar en las significaciones para generar una coherencia y consistencia imaginaria, adheridos por supuesto a la supremacía del Yo, jerarca responsable, como prescripción clínica. Aquí se gestan otra clase de problemas ¿Habría que celebrar que se hayan tomado de incluir en la fórmula del diagnóstico al paciente? ¿Realmente se le escucha o solo se le da entre un abanico de respuestas en las que solo cabe la visión del experto diagnosta? ¿Qué es lo que se escucha y desde dónde? Al paciente solo se le escucha en calidad de que se adopte el molde que se le prescribe, en mi formación como psicólogo varias veces los inexpertos alumnos preguntábamos a nuestros profesores si se daban cuenta que en las descripciones del DSM 4, por ejemplificar, ¿no
éramos susceptibles de identificarnos cualquiera de nosotros, prác-
ticamente con cualquier categoría? a lo que después de un silencio casi sepulcral o una explosión de 46
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violencia contenida sentenciaban que un diagnóstico acertado era fruto de un ojo clínico agudizado por la experiencia, la cual carecíamos por supuesto y del sufrimiento que pudiera referir o no el paciente, al cual por supuesto en la calidad de iniciados, no podíamos escuchar de la manera adecuada. De manera velada aún hoy en la era que presume los axiomas de los derechos humanos, el conocimiento sigue del lado del experto y, por lo tanto, el paciente, cliente o usuario (como se ha celebrado ahora de nombrar, grandes conquistas acontecen en nuestros tiempos sin duda alguna) solo tiene la falsa elección entre confirmar los criterios del diagnosta o persistir a su manera, en su palabra, de cómo abordar su posición. Era habitual que cuando un padeciente usara un término que no entraba en la lógica del marco humanista, desde donde se nos recomendaba operar, o bien lo rectificáramos, que el término en su tropiezo, no era correcto, impidiendo -a nosotros como clínicos- el progreso de la cura o se apelaba a su extremo o se le prestaba atención en un marco a la intencionalidad, tomemos un ejemplo, en una situación donde practicamos entre compañeros estudiantes, en una especie de ensayo de una sesión gestáltica y rogeriana, sucedían lapsus entre el discurso de los supuestos consultantes, pero estos, dentro del marco operacional, no tenían valor alguno, se elidía la dimensión de lo dicho y eran, por supuesto, sustituidos por la importancia de lo que realmente quiso decir el enunciador, en situaciones de práctica con pacientes externos, era usual que el padeciente se restringiera al uso correcto y recomendado de lo que quería decir, incluso de su intencionalidad, ya no solo de lo dicho, era necesario adueñarse ¿no habría que recordar, que la problemática que supone la posición del analista frente al sujeto y lo referente a una ética que estribe entre la coerción moral de la adaptación o el libertinaje, sigue estando dentro de su misma lógica, sigue siendo como lo expone Lacan -que acentúa que Freud no podía ser pensado como un progresista (Lacan, SEMINARIO 7: LA ÉTICA DEL PSICOANÁLISIS 1990) -una falsa elección? ¿No nos coloca esta disyuntiva, entre la forma de habitar el mundo en las propias palabras del padeciente y el marco lógico que tiene para dar cuenta de ello el clínico, un callejón sin salida? ¿No existen otras salidas, otras vías? Si no ya una puerta, al menos dejemos una ventana abierta y si no, como podemos dar cuenta, la palabra del padeciente encontrará la forma, incluso emparedada, de abrirse paso de su confinamiento.
¿No encontramos, en base a la asimilación de ―nuevos discursos‖ que
tratan de franquear viejas nociones –el padecer, la pasión el sufrimiento, que ya eran tomadas en cuenta por el psicoanálisis- actuales problemáticas que pueden mistificar de lo que tratamos de apostar en el psicoanálisis? Entonces, como Lacan, damos cuenta de nuestras propias imposibilidades y nuestras propias falsas elecciones, el decirlas como saldadas porque alguien las saldó en alguna vieja forma, no basta para zafarse de ellas y como nos interrogan en el presente, ¿con qué máscaras se presentan ahora? con una situación concreta aquí, podría ayudarles, si me siguen, a como se relaciona esto en el intento de sostener un dispositivo clínico, estando en el HGZ41 de Huatulco, a modo de prestador de servicio social del área de psicología, acudió a consulta un joven estudiante de 14 años, éste había sido referido por la pediatra de la unidad por dolor en los huesos, el cual en la exploración que ella había llevado a cabo, no le refería algún tipo de propósito la intervención de ella, pues había descartado de acuerdo a las pruebas que le hizo, cualquier relación con algún problema orgánico, lo usual en esa instancia, es que al suceder esto, fuera el área de psicología a donde el paciente fuera destinado. Cuando recibí al joven, este refería que ―el dolor le aparecía de la nada‖ y que ―no estaba haciendo ningún trabajo pesado‖, que comía bien aunque se encontraba muy delgado, esto fue confirmado por la madre, que en términos de la pediatra, suponía que era el verdadero problema, debido a lo que la especialista en niños llamaba una madre demasiado apegada al joven, presté atención a este punto y pregunté por la relación
›››
47
que tenía madre e hijo al joven, tanto en solitario
hay cierto uso homogéneo por las personas, nos
como acompañado por ella, ya con cierto prejuicio de
previene, en el caso de los símbolos, de dar una
que la información pudiera variar en presencia o
extremada atención a la importancia de los mismos
ausencia física de ella, aún con esta estrategia, el
en la interpretación de los sueños (Freud 1991), dado
refería que ―es buena mamá‖, negaba alguna
que
preocupación o conflicto relacionado con la madre o
representaciones
con cualquier otra cosa, en la exploración de otras
recomendación que absolutamente no respeté al
áreas, relacionadas con la escuela, decía que esta no
tratar de homogenizar el malestar del paciente y
le representaba ninguna complicación, que llevaba
clausurar su singularidad.
calificaciones aceptables para para él y su madre, ésta última también se sentía complacida por eso. Lo curioso para mí, es que de acuerdo a la clasificación en la hoja de contrareferencia era diagnosticado con ansiedad generalizada, lo que me extrañó es que no presentaba ninguno de los rasgos necesarios para identificarla, indagando con el registro de pacientes, en él con anterioridad había sido catalogado con hipocondría, por considerar a los síntomas similares al dolor de huesos intenso como psicológicos.
siempre
tiene
que en
encontrarse su
con
las
particularidad,
No es mi interés aludir al contenido de la aplicación de las políticas públicas de salud mental en sus diferentes aristas que conciernen a este tema, pero sí dejar en claro como permea en la atención que se brinda al usuario del servicio de salud mental. En este caso en concreto, los médicos, suelen esperar que el prestador de servicios de salud de mi área, sepa, y no sea el paciente el que tenga el saber de lo que sucede, lo cual a su vez es lo mismo que demanda el usuario, concretamente ―el dolor de
Voy a resaltar que debido a las necesidades
huesos y no otra cosa‖ es lo que demandaba el
preestablecidas de esa unidad (alta incidencia de
padeciente a ser tratado, la impresión que me dio, fue
pacientes con algún trastorno de ansiedad), el marco
que el asistir a mi espacio solo era un motivo para
para la labor de consulta era la terapia cognitivo
poder pedir a la institución otra clase de estudios, mi
conductual, en concordancia con esto, apegándome a
intervención como un requisito para otra clase de
las propuestas de Vicente E. Caballo, me dispuse a
intervención.
seguir sus lineamientos, depositando ahí el saber suficiente para intervenir, éste sugería que para abordar
este
entrenamiento cognitiva,
trastorno en
se
relajación,
exposición
real
podía
conjugar
reestructuración o
imaginada,
entrenamiento en habilidades y desensibilización (Caballo 2005). Pero mi intervención resultó un fracaso, sino es que abiertamente un error, el joven no ejecutaba ninguna de las tareas establecidas, la madre tampoco colaboraba en asumir algún tipo de acción para que se respetara la lógica que en la que trataba de enmarcarlo, el joven no refería la esperada implicación en la aplicación de la relajación ni en la práctica, ¿cómo había arruinado mi intervención? de tal manera fue como redescubrí la importancia que ya señalaba Freud, aludiendo a que si bien ciertas imágenes en los sueños se pueden generalizar porque 48
48
Tristemente, las alternativas a estos marcos de
dónde extravié el decir del
trabajo, por ejemplo, la Gestalt como terapia (de
agregar que la introducción de las variadas técnicas
tradición humanista y en la que principalmente había
de la psicoterapia, eran desdeñadas, ¿será que
sido abonado por la formación universitaria) sigue
solo resultaban abiertamente incapaces
esta construcción, plantea a grandes rasgos dos polos
de brindar un espacio para el deseo del
basados por la intensidad, en el exceso de buscar el
sujeto porque mi marco de referencia, la
alejamiento o la cercanía con los otros, en su modalidad de relación, clasificados como confluencia y aislamiento, en el primero el yo se funde con el ambiente y en el segundo se evita el contacto, de
padeciente? Cabe
lógica interna desde dónde trataba de operar, impedía su articulación o había algo más intrínsecamente en mi propio
nuevo se plantea una vieja posibilidad de equilibrio
deseo que estaba destinado a impedirlo?
entre estas polaridades. Ya sea que la propuesta verse
Al final de la fallida intervención, para dar una
entre la adquisición de habilidades o información
contestación que no se demorara, supuse que la falta
desprovista de su dimensión punitiva, los resultados
de experiencia y conocimiento en el área era mi
pueden ser indiferenciados, aun cuando se promueva
principal enemigo, tal vez un mal criterio para
su conjugación, el quedarse en términos de salud y
orientarme respecto al cuadro sintomatológico,
no salud, terminaron por acorralar mi práctica.
ahora se agregaría que la necedad-necesidad de curar
La aportación definitiva del psicoanálisis propuesto
al paciente fue un factor clave, entendido para mí en
por Lacan - ¿acaso hay otro? podrían esgrimir
ese entonces como desampararlo de sus síntomas.
algunos psicoanalistas- sería entonces con todo y su
Un gran problema que se suma al marco de mis
retorno a Freud, tan distinta a cualquier otra clase de
conocimientos desde el que me apoyaba, ya que, a mi
propuesta, le devolvería la responsabilidad de su
consideración, el psicoanálisis enseñado en la
existencia al sujeto, el saber sobre su deseo le
universidad por psicólogos que sólo lo conocen en
concerniría a él y no a un presunto especialista, las
términos de desarrollo y obsoleto, yerra en el blanco
estructuras
llevarían
en los puntos más cruciales, ¿acaso ellos no
directamente a posicionar al analista para su
consideran el inconsciente como un reservorio de
intervención y no serían una mera labor recreativa de
pulsiones?, ¿cómo les sería posible, considerar
descripción
tratar
siquiera, lo inconsciente como a una lógica?, ¿cómo
veladamente de distintas formas de obturar la falta
no seguirlo sustancializando, cómo no restringirlo a
de este sujeto con algún saber o fármaco.
un pasado cronológico y aludir a que al psicoanálisis
que
para
se
un
construirían
instante
Desde este punto de vista,
después
¿fue el problema
sencillamente, el no implicar al paciente en su tratamiento, ¿cómo incidir más? ¿No se trata de esa manera de incidencia, entonces de cuál? Por tratar de emular, en una fantasía siquiera, aunque puede resultar hacia ella una actitud irrisoria ¿cómo no sostuve la posición propia del analista para dar espacio al decir del sujeto, que posición se privilegió, podía virar hacia ella estando la situación como la describo?
¿Lo
inconsciente,
si
bien
se
manifestó, no fue escuchado por mí o si lo fue dónde se perdió mi escucha, mi respuesta,
le interesa la reminiscencia en el mejor de los casos y no la rememoración que alude a los significantes amo con los que el sujeto tiene que dar cuenta la reescritura de su historia? sin ser tampoco este el lugar
propio para ahondar
en estos detalles
sumamente importantes respecto al lugar que universidad le da al psicoanálisis (cabe destacar que en mi experiencia educativa no hubo alusión a Jacques Lacan, como si el psicoanálisis fuera homogéneo en sus diferentes propuestas) si es propio para dar cuenta del caldo de cultivo que sostiene esta actitud hacia no escuchar al inconsciente y del que se puede tener una responsabilidad indiscutible.
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La exposición, espero deje ver, que fue precisamente el desarrollo que se llevó a cabo -en mi intervencióndentro de los horizontes del mismo amago freudiano, -traicionando su espíritu- lo que llevo mi participación a un callejón sin salida.
¿No se diría que de esta desdicha fueron víctimas los traidores que quedaron entrampados en la lógica del gesto freudiano, a manera de oponerse o mejorar el psicoanálisis? Que se tome como ejemplo las ―otras dos grandes fuerzas de la psicología‖, ya sea el conductismo, el humanismo -permanecen en su mismo horizonte porque o tratan de recubrir lo que faltó, más cientificidad, más objetividad o más subjetividad, (a propósito de ciertas construcciones freudianas que suscitan críticas por los humanistas) ya que no se deja escuchar la voluntad, la intencionalidad, si le das más peso a las formaciones del inconsciente, por lo tanto se busca dentro de la lógica humanista privilegiar la significación en última instancia- y su descendencia abiertamente bastarda o incestuosa, ignorando que el espíritu, la actitud, hacia el gesto freudiano, es a lo que se apunta, ¿es un no la repetición? Es un no a cierta clase de repetición, podríamos usar la dialéctica que establece en su obra, EN DEFENSA DE LAS CAUSAS PERDIDAS, Žižek, acerca de lo Nuevo y su relación con la repetición (Žižek 2011), si bien lo enmarca en relación a Kant y Habermas, la emancipación universal y la realidad del comercio y Heidegger, podríamos tomar prestada su idea y cuestionar si nos alcanza para preguntarnos, ¿acaso no hay que cuidarnos de lo Nuevo en cuanto a cómo entra al dominio del psicoanálisis? No se trata de una nostalgia al pasado, hay que tener cuidado con el señuelo de la novedad, ¿es un no a la repetición? Es un no a la repetición de la letra, es la repetición del espíritu a lo que se apuesta, ¿no se extraviaron por una repetición sin la dimensión del espíritu, los post freudianos -que ya se dejaba entrever en Freud, al menos para Lacan, al gesto de no continuar su andar en el mismo rodeo, propuesto por los diferentes colectivos de los que se hizo separar por su fidelidad al espíritu de Freud, por como situaban al psicoanálisis, los que detentaban saber y poder de él? ¿Acaso no siendo fieles a la letra, los mismos
psicoanalistas, en los posteriores desarrollos de Freud que, precisamente al ser considerados como desarrollos sobre un desarrollo, entendieron que se dirigía la apuesta a fortalecer al Yo, a un área libre de conflictos, etc.? Esa es una traición al espíritu freudiano. En mi caso, fue la traición a la letra humanista, acerca de cómo considerar lo que realmente quiere una persona, lo que me acercó a repensar ese ―lo que realmente quiere‖ y someterlo a juicio desde el psicoanálisis lacaniano, creo que de igual forma habría que volver a llevar a cabo este gesto dentro de la comunidad de los que nos acercamos al psicoanálisis, ya que podemos sostener que existen de traiciones a traiciones, paralizando momentáneamente todo este rodeo, habría que preguntarnos:¿En dónde ha radicado nuestra fidelidad a Freud, a Lacan? ¿Hemos sido leales al espíritu freudiano o a su letra? ¿Qué necesitamos para mantener nuestra fidelidad al gesto de Freud, mediante la fidelidad al espíritu y qué es lo estamos haciendo para repetir esa traición lacaniana? Ya sea con nuestros escritos, nuestra práctica clínica, nuestras investigaciones, sin afán de seccionarlas, y en general a lo que nos remita al psicoanálisis ¿estamos siendo fieles al espíritu, traicionando la letra o fieles a la letra, traicionando el espíritu freudiano?
¿Repetimos la letra o el espíritu freudiano?
50
50
REFERENCIAS Caballo, Vicente. 2005. Manual de trastornos de la personalidad: Descripción, evaluación y tratamiento. Madrid: Síntesis. Freud, Sigmund. 1991. La interpretación de los sueños. Obras completas: Volúmen V. Buenos Aires: Amorrortu. Lacan, Jacques. 1990. Seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. —. 1990. Seminario 7: La ética del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. Lema.rae.es. (2019). [Versión en línea] Disponible en: http://lema.rae.es/drae2001/srv/search?id=8VTZkeiFUDXX21UKkrLL [Recuperado el 13 Mayo 2019]. Žižek, Slavoj. 2011. En defensa de las causas perdidas. Madrid: Akal.
51
Con este trabajo se busca indagar teóricamente en la
RESUMEN:
problemática psíquica que aqueja a un sujeto, un paciente muy El paso de los años y las investigacio-
impaciente. Su nombre es Miguel. También se buscará dar
nes realizadas permiten dar cuenta
fundamento a hipótesis formuladas durante el proceso
de que las aproximaciones al estudio
terapéutico. Por último, con base en los aportes teóricos de un
de la histeria han tenido diversos
par de libros, se responderá a la pregunta que da título al
cambios
artículo, es decir, si el caso Miguel corresponde a un caso de
y
replanteamientos,
lo
anterior por la dificultad de entender algo que parece inentendible, incluso,
histeria o no.
Charcot
Para mayores detalles del caso, describiré algunas sesiones.
utilizaba la hipnosis como método
Miguel acudió por primera vez al consultorio en el año 2015.
para remitir la sintomatología de la
La respuesta que dio a mi pregunta: ―¿Por qué estás acá?‖, fue la
histeria. Freud lo retoma pero cambia
siguiente: ―No pienso positivo, ha sido una limitante para
el curso. Intenta un método distinto
muchas cosas en mi vida.‖ En aquel entonces Miguel tenía 28
para
los
analizantes.
al descubrir que la hipnosis resultará improductiva para la cura de la histeria. En los años más recientes, varios autores proponen y clarifican
años. Presentaba gastritis, que había mejorado debido a algunos cambios en su alimentación. En la primera sesión narró que en 2013 su novia le notificó, durante una llamada telefónica, que
tales postulados, pero las propuestas
estaba embarazada. Razón por la que Miguel tuvo que bajar del
que han sido retomadas en este
autobús donde viajaba y solicitó atención médica debido a una
trabajo son las de Nasio y Green. No
hipoglucemia.
debemos olvidar que la clínica del psicoanálisis es caso por caso, más aún cuando un cuadro clínico parece
El paciente mencionó que posiblemente sus dolores de cabeza y mareos estaban asociados a la presión que sentía por ser ―un
ser descrito a detalle en los libros, y a
padre ejemplar‖ para su hija, sin tener certeza de lo que
sabiendas de que la histeria nos
caracteriza a un ―buen padre‖ o la forma de comportarse para
puede engañar.
llegar a serlo. Desde tiempo atrás dudaba de su sexualidad, pero de lo que sí estaba seguro es que iba a defraudar a su hija si se aceptaba como homosexual, preferencia a la que asoció las palabras de fracaso e infelicidad. 52
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En esa sesión mencionó la siguiente sintomatología: Miedo, inseguridad y sensación de que ―algo malo va a suceder‖, impotencia sexual, pensamientos de minusvalía, sudoración en manos, sensación de hormigueo en mano y pie izquierdos, nerviosismo, problemas epigástricos, tic en el ojo izquierdo, taquicardia y dificultad para respirar. Su aspecto era somnoliento y su tono de voz era bajo. En un intento por resolver la encrucijada sobre la homosexualidad, accedió a tener un encuentro sexual con uno de sus amigos. En ese momento, Miguel no tuvo erección y rechazó la posibilidad de ser penetrado, así que ambos se acostaron abrazados durante un rato. El paciente quiso recostarse en el pecho de su amigo. Esta escena le hizo revivir su sentir hacia su padre. Recordó el día que fue al panteón y lloró mientras estaba recostado en su tumba, eso lo tranquilizó. Al respecto, Juan David Nasio (1991, 09-10) establece que, desde el puesto transferencial, se verifican tres estados o posiciones permanentes y duraderas del yo histérico. Una de ellas es la caracterizada por la tristeza del yo, cuando debe afrontar por fin la única verdad de su ser: no saber si es un hombre o una mujer. Es pues, un ―yo tristeza‖. Mismo que para histerizar (Nasio) la realidad debe ser maleable y capaz de estirarse sin discontinuidad desde el punto más íntimo de su ser hasta el borde más exterior del mundo, y cuán incierta se torna entonces la frontera que separa los objetos internos de los externos. Por esta singular plasticidad del yo, instala al histérico en una realidad confusa, medio real medio fantaseada, donde se emprende el juego cruel y doloroso de las identificaciones múltiples y contradictorias con diversos personajes y ello al precio de permanecer ajeno a su propia identidad de ser y en particular a su identidad de ser sexuado (Nasio 1991, 9-10). Con lo escrito hasta ahora, más la información contenida en los párrafos subsiguientes, parecería que la problemática psíquica de Miguel está siendo explicada en El dolor de la histeria. Continuaré con otros detalles del caso, para observar hasta qué punto se sostiene esta afirmación. En una de las entrevistas preliminares, relató haber vivido una infancia caracterizada por la hostilidad de su familia paterna, incluyendo en su relato la presión de su padre por ―conservar el apellido‖ y su rechazo enfático a la homosexualidad. Miguel es el único hijo varón. Refirió que su padecimiento actual tuvo origen en la infancia, identificando que desde aquel entonces presenta ideas de minusvalía y sensación de inseguridad. Recuerda que su familia sólo le prestaba atención cuando estaba enfermo. Los abusos sexuales por parte de su hermana mayor se suman a los hechos que para Miguel fueron significativos durante su infancia. En una ocasión, ella le tocó sus genitales por la fuerza. En otro momento, lo acostó boca arriba y escupió en su boca. Cuando el paciente relató ambos acontecimientos, destacó el asco que sintió en esos momentos.
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Antes de finalizar la cuarta sesión, indicó padecer tricotilomanía, al grado de llegar a arrancarse más de 300 cabellos. En el transcurso de las sesiones el número de cabellos que arrancaba fue en decremento. Recordemos que en los inicios de su obra, Freud pensaba que el enfermo histérico sufrió en su infancia una experiencia sexual traumática. Según esto, el niño o niña vivieron una experiencia de seducción proveniente de un adulto, lo que dio lugar a una efusión sexual excesiva en un momento en que no se contaba con el desarrollo ni las herramientas psíquicas que permitieran comprender lo sucedido. El trauma consiste en el surgimiento de una gran carga de afecto sexual recibido en el inconsciente y en ausencia de la angustia que hubiera ayudado con el exceso de tensión (Nasio 1991, 16-17). A esta altura, se puede plantear la hipótesis de que Miguel atravesó por un par de eventos (los relatados) que le fueron traumáticos y que durante las sesiones ha ido elaborando con una característica sui generis, el asco. Este podría ser tomado como una formación reactiva ante lo percibido a partir de los toqueteos de su hermana mayor. En otra sesión, Miguel dijo tener un apego excesivo con su madre, mismo que se incrementó tras la muerte de su padre en el año 2000. El paciente fue considerado entonces como ―el hombre de la casa‖, y fue obligado por su madre a vestir la ropa de su progenitor. Esto le generó enojo y repulsión porque a su parecer, él y su madre se comportaban como una pareja. Al igual que su padre, el paciente es profesor de historia. ¿Y cómo no enojarse y sentir repulsión si justamente es la castración lo que da la posibilidad de ser? En otras palabras, la castración es angustiante pero necesaria. Green (2010, 87) retoma a Winnicott para decir que en las relaciones pasionales en una edad adulta tardía entre la madre y el hijo, se establecen sobre el fondo de una dependencia con respecto a las actitudes y sentimientos de la madre que perdura indebidamente y no desaparece con el tiempo. Relaciones que contienen interminables reproches mutuos. Se adivina entonces de una sed de amor nunca satisfecha e imposible de satisfacer, del hijo hacia la madre. Una demanda materna imperiosa, infranqueable, siempre decepcionada en cuanto a lo que la madre espera del hijo para que este responda a la imagen que ella se hace de él, lo cual favorece la eclosión de un falso self. Durante la última sesión, Miguel relató algo relacionado con su problema eréctil. De pronto, dedujo que su padre también tenía ese problema. Recordó que en una plática con su madre, le comentó que había sido ―muy paciente‖ con su difunto esposo, refiriéndose a sus relaciones sexuales insatisfechas. Aparentemente hubo un padre que no satisfizo a la madre. Se puede formular la conjetura de que la madre de Miguel lo tomó como una especie de consuelo. También se podría suponer que la madre tomó al paciente como su falo en sustitución de su pareja.
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Actualmente Miguel tiene una relación de noviazgo que lo llena de angustia. A su novia de 18 años la describe como ―cachonda‖ y ―guapa‖, lo que ha sido motivo para pensar en que no va a poder satisfacerla sexualmente y por ende ella buscará a ―otro hombre‖ que sí pueda satisfacerla. Esa sensación de inferioridad ante las mujeres que le parecen atractivas no es actual. Él llega a posicionarse así ante mujeres de piel blanca, con pechos y trasero grandes, provocando impotencia sexual. Por ello, ha decidido tomar pastillas como viagra, cialis o levitra. Nasio (1991, 22) menciona, a propósito de la elección de órgano, que la región somática afectada por el síntoma de conversión corresponde a aquella parte del cuerpo alcanzada antiguamente por el trauma y que pasó a constituir así una imagen determinada. En la conversión, la carga energética abandona la imagen inconsciente para ir a ―energizar‖ el órgano cuyo reflejo es esta imagen. Es así que podríamos ejemplificar de la siguiente manera, y apoyados con el esquema del Nasio, la elección del asiento somático: Parte del cuerpo percibida en la escena traumática imagen inconsciente parálisis conversiva. Vemos así, tres estados sucesivos del cuerpo (cuerpo percibido, cuerpo en imagen y cuerpo sufriente). No se debe olvidar que la zona corporal percibida en ocasión del trauma puede pertenecer tanto al cuerpo del niño como del
adulto seductor (Nasio 1991, 22).
En su libro El pensamiento clínico, Green menciona que en la histeria no se trata, por una parte, tanto de amor como de la forma y la prueba de amor; y de su relación con la sexualidad y con el deseo, por la otra. Tal es el núcleo fundamental de la histeria. Green complementa diciendo que se puede considerar que a esos aspectos clásicos se han agregado otros nuevos, especialmente los relativos a la escena primaria. Subraya la importancia del narcisismo y la sensibilidad de la depresión. Argumenta, apoyado en sus propias lecturas, que la atención se centralizó en el rencor del histérico, cuyos reproches se dirigirían más bien a la incapacidad del objeto de permitir el desarrollo del yo. También se podría pensar que los problemas de erección y la falta de relaciones sexuales satisfactorias tienen que ver con las fantasías vinculadas a su madre, en contraposición con la idea del incesto que está presente y varios momentos. Ambas cosas aunadas a una carente identificación por asumirse como hombre. Volviendo a Green, dicho autor subraya, sin buscar una simplificación del asunto, el carácter abiertamente sexual casi constante en la histeria, donde las seducciones, directa o simbólicamente incestuosa, rara vez faltan. Otro de los ejes trabajados en el caso Miguel es lo concerniente a su padre. Aunque faltan respuestas por encontrar o asuntos por elaborar. Digo esto porque aparentemente él no recibió los ―emblemas del padre‖, teniendo como consecuencia la imposibilidad de tener a una mujer satisfecha. En varias sesiones habló de su relación con Alejandra, madre de sus dos hijas. Dicha relación se caracterizó por problemas constantes, golpes e insultos, al grado de llegar a procesos legales por la guardia y custodia de sus hijas y la casa que habitaban. El paciente ha gastado dinero para pagar a los abogados que llevan su caso, pero llegó un momento en el que le fue imposible continuar con el pago de dichos honorarios, viéndose en la necesidad de pedirle dinero a la madre, quien intervino económicamente para el pago de los honorarios.
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A Miguel le fue negado el acercamiento a sus hijas después de que, a su parecer, Alejandra ―se victimizó‖ en el DIF y logró que se le descontara un porcentaje de sus ingresos para gastos de manutención. Por esta situación, Miguel dijo haber caído en depresión y estar sufriendo porque no le era posible ver a sus hijas. Le atemorizaba pensar en la posibilidad de no verlas nunca más, o que Alejandra les ―metiera ideas‖ para que sus hijas lo percibieran como un ―mal padre‖. Actualmente Miguel vive con su madre, ella lo apoya económicamente porque le redujeron las horas de clase. Aunque considera que sus proyectos pudieran ser exitosos, se percata que pierde el interés en ellos al identificar que siempre hay un hombre que lo supera. Por ejemplo, estaba realizando una investigación del club de futbol Zacatepec, haciendo entrevistas y documentando información que extrajo de personajes importantes para el club y su historia. Pese a ello, el proyecto lo suspendió cuando encontró en internet que ya había un libro escrito por un hombre que se enfocaba a algo similar. En otra sesión, Miguel identificó las similitudes en su vida y en la vida de su padre. Curiosamente, sólo encontró cosas negativas, por ejemplo, un semblante triste, un andar lento, la decisión de laborar en la docencia y especializarse en la materia de historia, la impotencia sexual y la incapacidad de ser ―un buen padre‖. Con lo anterior, se podría formular la nueva hipótesis de que hubo un padre fallido, ausente, pero no físicamente sino como función. Además, creo que Miguel no tiene la certeza de reconocer a su padre como ―buen padre‖, pues no lo percibió como defensor en los momentos que lo necesitaba. Esto generó una sensación de soledad. Pero lo que considero más importante, es que no pudo ser un padre que llegara a castrar a la madre para poder sacar al paciente de ese lugar.
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Conclusiones Pese a las concordancias identificadas en los textos de Nasio y Green, considero que no corresponde a un caso de histeria. Sí a una neurosis, pero con un sufrimiento que va más por el predominio de rasgos obsesivos, debido a que hay una latente angustia de castración que se palpa con la tricotilomanía, aunado a que la conflictiva es llevada a nivel de ideas o pensamientos. Para reforzar la hipótesis anterior, mencionaré que su conflictiva es expresada con ideas confusas y frases tales como ―No sé quién soy‖, o con los siguientes cuestionamientos: “¿Qué es un hombre?” y “¿Cómo
debe comportarse un hombre?”. Con esto, intenta discernir las cualidades, virtudes o características que debería tener un hombre, pues le resulta complejo posicionarse desde ese lugar. Esa pregunta, se podría tomar como el opuesto a la pregunta de la histeria “¿Qué es una mujer?”. Como último punto a trabajar, percibo un esfuerzo por parte de Miguel por complacer sexualmente a su novia, esperando una doble satisfacción. Se adelanta a la búsqueda de placer en ambos o, mejor dicho, un goce que se impide por la posibilidad de su propia extinción. A manera de reflexión y con los elementos que fueron revisados en el trabajo, queda claro que, en ocasiones, la teoría puede señalar un camino que la clínica se encarga de desviar. Considero así pertinente decir que en razón de la clínica habrá que pensar la teoría. Por último, este caso nos muestra lo que significa trabajar con el psicoanálisis, es decir, de que la teoría nos da pauta para trazar las bases de la forma de intervención, sin embargo, la singularidad de las personas es lo que nunca se debe dejar atrás. Sin duda, esto singulariza el trabajo psicoanalítico y lo hace más apasionante.
REFERENCIAS Nasio, Juan David. El dolor de la histeria. México: Paidós Mexicana SA. 1991 Green. André. El pensamiento clínico. Buenos Aires: Amorrortu. 2010
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1.-Nota periodística.
RESUMEN:
Madre1 pierde custodia de sus hijos, los envenena y se Los silencias no solo equivalen a la presencia sonora, auditiva en la percepción, la locura nos ha mostrado más de la condición humana que de los supuestos de la normalidad; Freud y Lacan dan muestra de esto a través de la propuesta psicoanalítica como una clínica (práctica) que permita, construya y despliegue un posible espacio analítico que permita la escucha del sujeto del inconsciente. Los diferentes silencios, en un determinado momento, pueden promover para alguien en particular, la forma de crear un posicionamiento subjetivo que de cuenta de sus complicidades haciéndose responsable de ello, y que, por el contrario, el silencio en la palabra, en los actos, son muy fuertes, pero no son perceptibles a todos y menos en situaciones de divorcio contencioso, en donde la agresión y violencia toma múltiples direcciones. El analista, que atento escucha los silencios en palabra y en acto, posibilita un dispositivo dentro del espacio analítico que despliegue las significaciones singulares de quien llega a análisis. En situaciones de amplia complejidad, terminan en noticias tan terribles como tristes. Y solo cabe la pregunta ¿Qué su-cedió?
suicida2. Este miércoles fueron encontrados los cuerpos de cinco personas, entre ellas la mujer, los menores y el abuelo, en el interior de un domicilio Tras perder la custodia de sus tres hijos, una mujer3 decidió y provocar la muerte de cuatro integrantes de su familia y luego suicidarse..., …se dio a conocer que fueron encontrados los cuerpos de los niños de 6, 8 y 10 años de edad, y de dos adultos en la recámara de una casa. Según las primeras investigaciones, en el lugar se encontró un recado póstumo donde la mujer aseguraba que estaba deprimida y explicaba la razón por la que tomó la decisión de matar 4 a su familia. …decidió envenenar, a los pequeños y a los abuelos de estos,
con
un
tóxico
disfrazado
de
medicamento.
Presuntamente el padre había solicitado exámenes psicológicos para la excónyuge, pues aseguraba que no era apta para el cuidado de sus hijos. 1.-El llamado Síndrome de Medea, nombre dado por una figura de la mitología griega y protagonista de una de las más famosas tragedias: Medea, quien asesinó a sus hijos en venganza a su marido Jason. También se le puede considerar como parricidio o filicidio. 2.-Fuente tomada de: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/metropoli/ cdmx/2017/06/8/mujer-envenena-sus-tres-hijos-menores-tras-perdercustodia-y-luego 3.-Parricidio: (del latín, parracidĭum) es el homicidio de los parientes consanguíneos en línea recta. 4.-Filicidio: es un delito que consiste en atentar contra la vida y que es cometido por un genitor (padre/madre) hacia un menor hijo propio. El término deriva del latín filius, que significa "hijo".
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2.-Primeras impresiones. Tras un breve silencio, ¿Por dónde comenzar?, si no es por el asombro visceral, el de la tristeza y el enojo talvez, es ese sentimiento de la posibilidad de que ocurrirá algo horrible, lo ves venir, pero los recursos no alcanzan para detener ese destino. Huir del destino, solo precipita su cumplimiento. En la asociación civil de padres separados, se percibe un silencio incomodo y horrorizarte, todos se llaman, desean saber que ocurrió, quieren informarse, hay varias versiones, esto está que arde, en la tv y prensa buscan culpables, alguien tiene que pagar. La historia se vicia, todos opinan, todos se protegen de no mancharse las manos de sangres 5, buscan refugios legales, se desaparecen abogados, psicólogos, jueces, magistrados, la prensa busca la nota. Sobre el muerto las coronas, se anticipa que la mujer padecía un tipo de trastorno (posiblemente deprimida, con trastorno psicótico con tendencias suicidas) dirigido a vengarse de su excónyuge y generarle culpa, algo así como el síndrome de Medea (es la época de los trastornos, los síndromes, los límites) ¿Y el instinto materno? ¿El amor incondicional de madre? ¿Y el Padre, qué tanto participó en esta historia? ¿Y, el vivieron felices para siempre? Al parecer el odio, la ira, la venganza, son las líneas que pueden dar salida a toda esta enmarañada trama de verdades. Aunque, no estoy seguro, que así sea. De lo anterior, se desprende lo siguiente y permítanme sugerir algo: ¿Qué hubiera sucedido si el silencio, la escucha, la transferencia y el lugar del analista, o bien, que existiera el analista ahí en donde hablaba, callaba, actuaba, divagaba esta mujer, otrora esposa, excónyuge, madre? ¿Qué o a quien mato? ¿Qué no se escuchó, que no se supo leer, que no se supo articular, apalabrar? En dicho contexto, las inconveniencias legales, no favorecen que personas con ciertas ―características‖ 6 accedan al espacio analítico, en donde el dispositivo, ―verdaderamente‖ disponga toda su complejidad al posicionamiento frente al dolor que trae consigo, si bien es cierto que la persona, sufre y desea con premura resolver su situación, sabemos que también no desea cambiarla. Es decir, el nudo de síntomas que trae consigo, genera ganancias secundarias de las cuales son difíciles de afrontar, cuando los mandatos de ―ser bueno o
ma-
lo‖ es un imperativo. El sin numero de evidencias que presentaba dicho caso, dan muestra que las resoluciones prontas y expeditas, forman parte de la ficción, como parte de una realidad. Ya seria divagar demasiado, tratar de resolver las preguntas realizadas arriba, sin embargo, no quitamos el dedo del renglón en hacer una apuesta por la clínica psicoanalítica, para los sufrimientos humanos. 5.-Sangres: haciendo referencia al pasaje bíblico de Caín y Abel, en donde la traducción hebrea es sangres y no sangre, ya que el plural remite a toda la posible descendencia que sucederían al hermano asesinado. 6.-Recomendamos tomar con reservas los diagnósticos, si bien, pueden dar indicadores o puntos de partida, también pueden obstaculizar el despliegue del discurso dentro del espacio analítico, incluso son marcas subjetivas muy fuertes para quien ha sido diagnosticado.
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Cabe mencionar que el presente trabajo, se desprende de uno que se titula: “Psicosis en el des-amor y delirio”7. Este como antesala, de indagar sobre las motivaciones que llevan a una persona a realizar acciones de este tipo. Lo que llevó a dialogar y auxiliarme con psiquiatras y psicoterapeutas de corrientes humanistas (Lo sé, nadie es perfecto). Sin embargo, llegaba un momento en que, como el perro persiguiendo su cola, ya no había hacia donde seguir, todo esta resuelto con una Depresión Mayor o Grave, Trastorno Border, Trastorno Narcisista de la Personalidad, Trastorno Asperger, TDAH, Mitomanía, entre otros más. Diagnósticos que justifican las peleas de excónyuges y en donde los hijos importan demasiado como para desaprovechar su utilidad destructiva ante el otro excónyuge, a lo que, en los últimos años, se conoce como Alienación Parental o Interferencia Parental. 8 Al dar un preámbulo de este tipo, estoy trabajando los silencios, lo que digo y lo que omito, de lo que esta viñeta, para el gusto de algunos, puede no ser válida, pero que, en este momento, me permite elaborar progresivamente de acuerdo a las teorías y práctica del psicoanálisis. Dicho sea de paso, ha sido, demoledor en su propuesta. No podía ser de otra forma.
… 3.-Silencios Así como del fondo de la música
brota una nota que mientras vibra crece y se adelgaza hasta que en otra música enmudece, brota del fondo del silencio otro silencio, aguda torre, espada, y sube y crece y nos suspende y mientras sube caen recuerdos, esperanzas, las pequeñas mentiras y las grandes, y queremos gritar y en la garganta se desvanece el grito: desembocamos al silencio en donde los silencios enmudecen.
(Octavio Paz)
¿Cómo expresarlo todo sin palabras, todo sin sonidos? Sabemos que es posible. Primeramente, pensar el silencio como ausencia de sonido, voz, ruido, casi de inmediato, nos remite a la ausencia de algo sonoro, algo que irrumpe en la quietud. No es en sí, el silencio como tal, sino todo lo que lo rodea, lo que se cree que esta sucediendo o lo que se piensa aconteció como tal.
7.-Huerta, J. (2018) Psicosis en el des-amor y delirio. Mecanismos de Defensa en la Psicosis. Editorial Ledoria-España. 8.-Aguilar, M. J. define_ “el síndrome de Alienación Parental es un trastorno caracterizado por el conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus hijos mediante distintas estrategias, con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor…‖. (pp. 21). Más adelante dice: ―El primer autor que definió el SAP fue Richard Garner (1985), profesor de Psiquiatría Clínica del Departamento de Psiquiatría Infantil de La Universidad de Columbia en un artículo titulado –―Tendencias recientes en el divorcio y la litigación por la custodia-.‖ Ibid.
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Para nosotros, es posible que el silencio evidencie mucho sobre la psique, para las personas, si acaso leen libros de superación personal, tendrán un acceso simple a los silencios y que significa el tono y el momento, una especie de Tarot Psi. Puede parecer hasta vago, pero que bueno que para nosotros no lo es, que bueno que Freud se preguntó y tomó en serio a las histéricas (patrimonio del psicoanálisis), que bien que Lacan supo leer la propuesta Freudiana. Que bien que no siguió la corriente cientificista, que bien que ―el aguijón del psicoanálisis esta ahí en el lugar del analista, para inyectar ese veneno con toda intensión (incluso hasta cierto punto irrisoriamente-malévolo: Tómala cabr@n” [sic. Tappan]). Podría decir que existen diferentes tipos de silencios o al menos, formas de expresión, a saber: el silencio de la expectativa, silencio del amor, del sentirse defraudado, de la alegría desbordante, silencios de complicidad, silencios de los amantes, silencios de verdades incomodas, el silencio del analista, el silencio de la muerte, el silencio de las lágrimas, el silencio de la creación, el silencio de Dios, el silencio de la soledad, el silencio de un bello atardecer, el silencio en la música, el silencio de la poesía, el silencio del insomnio, el silencio que avecina la tormenta. Los silencios poéticos, artísticos, silencios que acarician, silencios que torturan, confrontan, silencios que dicen más que mil palabras. (Otros silencios: ¡tenemos que hablar!) Silencios hablantes. 4.- ¿Qué silencio le interesa al analista? ¿Cómo escribir del silencio, sin violar su estructura? ¿Qué cosas dice en su aparente mutismo? Es necesario, hablar, hacer ruido, ser humanos, como lo menciona Fernando Savater, la humanidad, se nos da por contagio, por otro humano‖. Esta posible construcción, atiende a la clínica y teoría psicoanalítica, a la travesía del propio análisis. (Experimentar el veneno analítico, su peste y después de la paliza, agradecer al perpetrador, perdón, agradecer a nuestro analista por provocar el espacio propicio del sujeto.) El valor del silencio es oro puro, un aliado del analista y sobre todo del analizante en sus posicionamientos ante la vida, su dolor, su historia, de ello dio cuenta Freud, en su trabajo con las histéricas (Estudios sobre la histeria, vol. 2) y la propuesta psicoanalítica. Sin silencio no hay conversación, sin el arte del silencio es imposible escuch-arte. Silencio que habla y palabra que calla, como parte del lenguaje. ¿Acaso es posible que, el silencio logre un tipo de palabra que se pluralice? No tiene nada que ver, con no tener nada que decir, un silencio que se elige, es un silencio más poderoso, es el silencio que quiere hablar y no puede, tal como todos lo hemos pasado. Es como un imperativo superyoica a callar. Obedece al cállate, a la orden. El analista, con su sola presencia, interviene con la invitación a hablar, si se pretende decir la verdad y queda a medias, entonces hay algo que quedó en el terreno del silencio. Talvez, el silencio cobra importancia en tanto pueda conducir a realizar una pregunta correcta, adecuada, pertinente, exacta, esa que surge en tanto aparece el destello del inconsciente. Esos silencios que se sirven de la vigilia y se gritan en sueños, silencios que quiebran la coherencia del discurso, que aparecen en lapsus.
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Pero también podemos decir, que el silencio, puede dar cuenta de la ineficacia de la palabra (ej., la violencia) el que convierte al sujeto en objeto, que elimina al otro, que teme, que no se pronuncia, que imposibilita, que lo excluye (el silencio del silencio: ni los veo, ni los oigo). También puede ser creativo, en el sentido que mueve, que permite al analizante dar cuenta, mirar desde otro lugar su propia existencia, estipularlo como algo significativo, que pueda hablar para sí mismo, escucharse, el deseo, de hacerse oír. Entonces, el silencio, no significa el fin de la palabra, Jacques Lacan dice que «el silencio no libera al sujeto del lenguaje… [porque] …el callarse permanece cargado de un enigma» 9(S. 14. La lógica del fantasma) El paciente entonces ha de encontrar en el lugar del análisis, su propia verdad. Y más que hablar del silencio, seria necesario, quizá, cuestionarse por la intencionalidad de este, en el sentido que atrapa lo que no se escucha por el exceso de palabras. El cuerpo, los ancestros, mundos oníricos, la escritura silenciosa, comienza a salir, una voz que nos habita se despliega. Esto no se calla, la voz del inconsciente se re-pite, habla, con su propio lenguaje. Parece que el silencio, entonces, no existe, es otra manera de decir inconsciente, de decir sujeto. Silencio de vida, en tanto espacio analítico que pro-mueva la creatividad del analizante (por decirlo menos) y silencio de muerte, en tanto no haya análisis. Respecto a la viñeta citada al principio, y respecto de los silencios, que tan fuerte gritaban en acciones destructivas y finalmente el asesinato, sin que se atendiera lo importante. Si no hay un analista que escuche esos silencios, y genere algo en el espacio analítico, habrá más caso como estos, quizá (temerariamente me arriesgo a decirlo).
9.-“Lacan en el seminario 14. “La lógica del fantasma”, -en la clase del 12 de abril de 1967- retoma la distinción entre “tacere” y “silere” y se apoya en la definición del sujeto en relación con el lenguaje. Hay entonces un callar y hay silencio. Callar es el atributo del sujeto, lo mismo que la función de la palabra. Cuando la demanda calla la pulsión comienza. De todas maneras, nos dice que la frontera entre tacere y silere es una frontera oscura, un enigma. (E. Fernández, 2002)
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Música, poesía y psicoanálisis, las criaturas son ciegas, eso lo sabe el analista, y los silencios, ocupan más espacios que las palabras, las palabras mismas, están creadas de silencio, de vacíos, palabras y silencio, encadenados, el silencio nos antecede, el silencio es de todos, pero el silencio y los silencios no son lo mismo. El silencio, como en el interior, no grita, pero tampoco se calla, y esto, es un Grito muy fuerte, precisa ser escuchado, La verdad-habla. (Joaquin H.R. 2018)
REFERENCIAS Aguilar, M. José. (2005). S.A.P. Síndrome de Alienación Parental. Hijos Manipulados por un cónyuge para odiar al otro. (2da. Edición), Ed. Almuzara. España. El silencio… del psicoanalista. 30/05/2002- Por Élida E. Fernández Fuente tomada de : http://www.elsigma.com/ columnas/el-silencio-del-psicoanalista/2085 Huerta, J. (2018) Psicosis en el des-amor y delirio. Mecanismos de Defensa en la Psicosis. Editorial Ledoria-España. Otto Berdiel R. El silencio no existe. Fuente tomada de: https://psicoanalisisypolitica.blogspot.com/2011/11/el-silencio-no-existe.html Paz, O. Poema Silencio. Tomado de: Poema trazosdelamemoria.wordpress.com/2012/03/04/95-silencio/
Silencio,
Octavio
Paz.
Tomado
de
https://
Ponte, Ricardo. (2009). La lógica del fantasma. [Versión Critica] (1966-1967). Escuela Freudiana de Buenos Aires. S, Freud (1999). Estudios sobre la Histeria. Vol. II. Amorrortu Editores.
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RESUMEN: El presente trabajo surge a partir del gusto, la inquietud e interés
Estoy muy triste y me siento más desgraciado de lo que puedo decir, y no sé hasta dónde he
por las manifestaciones artísticas
llegado... No sé qué hacer ni qué pensar, pero
a lo largo de la historia como un
deseo vehementemente dejar este lugar...
elemento de expresión del sentir y
Siento tanta melancolía (Vincent Van Gogh)
ese deseo de saber, qué relación hay con el momento creador del artista. Cómo el arte puede ser ese vehículo que permite acceder al
En ocasiones, al leer un poema, al escuchar una melodía, al observar una pintura, una fotografía o una película, se despliegan una serie de sentimientos en las personas,
dolor ocasionado por las pérdidas,
desde la alegría, el enojo, el terror, la sorpresa y por
un puente entre los objetos y el
supuesto la tristeza; algunas veces no existen las palabras
lenguaje que los nombra, las ma-
para poder expresar aquello que nos transmite cualquiera
nifestaciones artísticas podrían
de las representaciones del arte, simplemente afectan ya
permitirnos a acceder a lo irrepre-
sea por un instante o de manera perpetua.
sentable y reconciliarnos con el dolor producido por lo que nos rebasa, ante una pérdida.
Se dice que las expresiones artísticas son la forma en que el artista expresa lo que siente, su punto de vista, sus ideales, sus creencias, y esto lo hace por medio de su obra, que al transmitirla podemos accesar a una parte de esa manifestación, mediante diseños, signos y símbolos que generan una experiencia nueva en cada persona.
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Desde George Melies causando asombro con su película ―Viaje a la Luna‖ de 1902, o Peter Paul Rubens generando temor con su pintura de ―Saturno devorando a su hijo‖, pasando por la nostalgia de Macondo al leer ‖Cien años de Soledad‖ de Gabriel García Márquez, o una canción tan trivial como ―Happy‖ de Pharrell Williams‖ para generar un buen humor, son algunos de los ejemplos del gusto y elegidos por quien en este momento les lee el presente trabajo, pero que cada uno de ellos de manera singular afectan el momento en que están presentes. Por ello me parece importante plantear desde el psicoanálisis, la relación que hay entre una actividad artística y la condición humana. Seguramente cada uno de ustedes tienen alguna referencia de algún trabajo artístico en el que pudieron percibir o sentir un momento melancólico, al asistir a un museo, leer un libro, observar una pintura podemos vincularlo a una emoción. Por ello se debe hablar de la melancolía en el arte, ya que es un tema vasto, y dónde podemos encontrar una gran cantidad de ejemplos de artistas y obras inspiradas en ella, como materia prima de la expresión artística. Las artes, el pensamiento filosófico y algunos otros campos que requieren de pensar y experimentar la vida de otra manera, se han ayudado de la melancolía para poder transmitir ese sentir que pareciera es difícil de describir. Ya que la melancolía es una especie de desentendimiento con el mundo exterior. El vínculo no es necesariamente causal, es decir, ser melancólico no se traduce en ser creativo. Sin embargo hay una larga lista de artistas relacionados con este malestar, y cómo este se convirtió en parte de su proceso creador. Es necesario ubicar que la persona melancólica no solo sea ―triste‖, puede incluso admitir la posición en la que se encuentra reconocerlo, y aceptar dichas emociones como parte de su vida para así manifestarla en un acto creativo. Es decir puede ser un acto voluntario, de permanecer en el desconsuelo ya que es un proceso eminentemente personal. Pero
entonces
estas
expresiones
artísticas
¿nos permiten acceder al dolor? Y acaso, ¿nos identificamos con el dolor del artista? No siempre la melancolía ha sido vista como parte del proceso creativo, desde el discurso psiquiátrico la melancolía, o más bien la llamada depresión está ligada a una serie de síntomas y conductas que hasta cierto punto imposibilitan al paciente a ser funcional a nivel social y llevar una ―vida estable‖, a partir de lo establecido socialmente; en la actualidad, el tratamiento por medio de fármacos, busca una solución al que se cree es un problema ya de salud pública de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esto solo nos muestra la necesidad de nombrar el problema, etiquetar y consumir los fármacos que se ofrecen como cura, buscando la llamada higiene mental, donde se aspira a eliminar el problema, evitando escuchar el dolor de la persona.
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Pero, ¿qué es eso que causa dolor en la gente? Realmente ¿se cuestiona esto? Y aún más importante ¿la persona conoce la causa de su dolor? ¿Cuando se manifiesta una expresión artística a partir de este estado, se podría considerar que algo está mal? Si esta situación la trasladamos a un momento cotidiano donde las personas hacen alusión a ―sentirse tristes‖ generalmente la pregunta que sigue es ¿qué te pasó? O ¿por qué?, si es que hay respuesta, esta puede estar ligada a un factor externo, podríamos relacionarlo a un hecho que ha ocurrido previamente como: la muerte de un ser querido, una desilusión amorosa, la perdida de la salud, problemas económicos, incluso hasta el haber tenido un hijo, y a partir de esto se podrían mencionar una serie de síntomas que acompañan esta experiencia como: el insomnio, la falta de apetito, el desgano al realizar las actividades cotidianas, etc., esto en el mejor de los casos, de que exista una aparente causa de ese duelo, pero y ¿Cuándo la persona simplemente desconoce la razón de su malestar? ¿cómo tratar esa afección? La aparente solución rápida, sería buscar un medicamento de fácil acceso en la farmacia que prometa disminuir o incluso eliminar dichos síntomas y que por la mañana el asunto este resuelto; y entonces que pasa con la melancolía? Me pregunto, si algunos de los grandes pintores, músicos y escritores hubiesen utilizado fármacos habría sido posible que crearan esas manifestaciones artísticas? Fue Sigmund Freud quien publica en 1917 Duelo y Melancolía, que forma parte de los textos de Metapsicología, destacó la importancia de establecer una comparación entre la melancolía y los estados normales de duelo. El duelo, como lo menciona Freud, y cito, es la reacción frente a la pérdida de una persona amada de una abstracción que haga sus veces, la patria la libertad, un ideal, trayendo así desviaciones de la conducta de la vida cotidiana, lo califica como normal para distinguirlo de la Melancolía; el duelo será un proceso ineludible cuando se produce una pérdida y toma un tiempo, que no puede establecerse de antemano hasta llegar al desasimiento del objeto perdido, desde Freud se prensaría que el principio de realidad impone romper los lazos con el objeto, sin embargo continua persistiendo psíquicamente durante mucho tiempo, porque el yo mantiene las investiduras libidinales.
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Para Freud es natural que ante la orden de dar por perdido el objeto, la libido haga objeción y se oponga, ningún sujeto toma de buen agrado abandonar las posiciones e investiduras que la libido ha establecido, incluso cuando aparentemente se ha encontrado un sustituto del objeto perdido; sin embargo, Freud no llega a dar una explicación, de cómo se llevaría a cabo esto y de cómo las manifestaciones que llama mórbidas, después de un cierto tiempo desaparecen. Justo en la melancolía se singulariza en lo anímico por una desazón profundamente dolida, una cancelación de interés por el mundo exterior, pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de toda productividad y una rebaja del sentimiento de sí, que se exteriorizará en autorreproches y autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo. (Freud 1917,242) El objeto en la melancolía puede no estar muerto, pero se ha perdido como el objeto de amor, pero en sí, no se atina a discernir con precisión lo que se perdió; Freud menciona: esto nos llevaría a referir de algún modo la melancolía a una pérdida de objeto sustraída de la conciencia. El melancólico muestra algo que falta en el duelo, una extraordinaria rebaja en el sentimiento yoico, un enorme empobrecimiento del yo, se hace reproches, se denigra y espera repulsión y castigo, este autorreproche es de hecho una recriminación al ser amado perdido. Podríamos pensar entonces que el artista se encuentra en este no saber qué perdió, y en dicha búsqueda es donde se plasma un trabajo artístico? (no olvidemos la singularidad del caso por caso) Retomando la pregunta anterior de si ¿nos identificamos con el dolor del artista?, de inicio podríamos inferir, que de acuerdo a la singularidad de las personas y a partir de una experiencia de pérdida, podría emerger la creación, de una forma única y singular para expresarse a sí mismo, y que permite que otros puedan reconocerse en su dolor. La clave sería construir un sentido diferente en análisis, justo no deshacerse de los síntomas, lo trascendente sería, permitir que lo que se exprese a través del discurso y de las expresiones artísticas, se articule de tal manera que el sujeto logre posicionarse y responsabilizarse de su actuar. Por ello al leer a Edgar Allan Poe, al escuchar la ópera de ―Tristán e Isolda‖ de Wagner o al ver la película ―Melancolía‖ de Lars von Trier, sin duda harán alusión a ese estado que considero en algún momento hemos llegado a sentir. La vida no únicamente es felicidad, calma y estabilidad, que sería de esa melodía, esa pintura, ese poema, esa película, entre las tantas expresiones artísticas, que generan en nosotros ese estado de tristeza, esa identificación con el autor, esa identificación con el dolor, o con la pérdida, o incluso, ese no saber que es que nos provoca melancolía.
Para
finalizar
y
representaciones
puntualizar, artísticas
e
canalizar
dicho
intelectuales,
estado,
desde
la
podría
originar
creatividad
y
la
inspiración y a su vez estas manifestaciones artísticas permitirnos como espectadores reconocer nuestro sentir, como un estatus compensatorio de la melancolía.
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¿Es una necesidad humana, enunciar simbólicamente dicha condición melancólica?, hasta qué punto hay un proceso de identificación con el creador artístico? En el sentido de que ese otro ha podido hacer algo a partir de esa experiencia de pérdida, queda mucho por preguntarse frente a esta condición humana que se manifiesta en el arte. Mi pintura lleva con ella el mensaje del dolor.- Frida Kahlo
REFERENCIAS S. Freud, ―Duelo y melancolía‖, Obras Completas, Tomo XIV, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1917. S. Freud, ―Introducción al Narcisismo‖, Obras Completas, Tomo XIV, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1914. L. Darian, ―La moda Negra. Duelo, melancolía y depresión‖, Sexto Piso, CD, de México, 2014.
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RESUMEN: El
presente
texto
aborda
la
relación de Fiódor Dostoievski con su producción discursiva, así como
los
eventos
más
importantes a lo largo de su vida, particularmente
el asesinato de
su padre, evento que no ha sido
<<Es usted un aristócrata terrible. ¡Un aristócrata partidario de la democracia es irresistible! Para usted no significa nada sacrificar la vida (la propia o la ajena). Usted es el hombre que necesitamos; y yo, en particular, necesito a un hombre como usted. No conozco a otro más que a usted. Usted es mi caudillo, usted es mi sol y yo soy su gusano>>. -Los demonios, Dostoievski (1872).
menor para el autor ruso, pues
Como elemento adicional al análisis de lo antes
debido al deseo parricida que lo
mencionado, y con miras a continuar el tema en próximos
desbordaba, este se identifica con
textos, se propone repensar la efectividad sublimatoria que
el asesino, lo que trae para él un
idealmente tendría la construcción de una obra con los alcances
monto
como la de Dostoievski, puesto que la atemperación sintomática
de
elevado
culpa
sumamente
provocando
en
él
tiene lugar en el literato ruso de una forma peculiar.
síntomas tales como la adicción al sexo y al juego, así como ataques epilépticos
e
inestabilidad
económica. Dicho análisis, es lle-
Fiódor Mijailovich Dostoyevski nació el 11 de noviembre de 1821 en Moscú. Entre los eventos más trascendentes en su historia se destacan los siguientes:
vado a cabo a partir de los
―En 1838 se trasladó con su hermano a San Petersburgo
elementos expuestos en diferentes
para ingresar en la Academia de Ingeniería Militar, donde se
obras de Freud, particularmente
graduó como subteniente. Fue cuando comenzó su afición al
en el texto ―Dostoievski y el
juego, asunto que le trajo muchos problemas a lo largo de su
parricidio‖.
vida. En 1839 su padre fue asesinado por uno de sus sirvientes y esta situación produjo una crisis nerviosa en el escritor, desarrollando así sus primeros síntomas epilépticos.
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Sin embargo, la herencia que le dejó su padre le sirvió para abandonar su carrera en el ejército y dedicarse a escribir. Fue arrestado en 1849 por formar parte de un grupo de carácter liberal llamado Círculo Petrashevski. Se le acusó de conspirar contra el zar en las reuniones del grupo. Junto a Dostoievski, varios integrantes fueron condenados a muerte. No obstante en el último momento el autor vio conmutada su pena por cinco años de trabajos forzados en Siberia‖. A propósito del escritor ruso, Sigmund Freud realiza un texto titulado ―Dostoievski y el parricidio‖1 por encargo de Fülóp-Miller y Eckstein, quienes se encontraban realizando la publicación de una serie de volúmenes suplementarios de la gran edición alemana de las obras de Dostoievski dirigida por Moeller van den Bruck. El texto freudiano está incluido en el tomo titulado como La versión original de «Los hermanos Karamazov», publicada en el otoño de 1928. Freud identifica en Dostoievski las ‗cuatro fachadas‘ siguientes: El Literato, El Neurótico, El Pensador Ético, y El Pecador. Fachadas que encuentro separables en dos grupos, mismos que serán comentadas más adelante. La primera crítica de Freud hacia Dostoievski es hecha a partir del sentido ético encontrado en sus escritos, ya que considera que este no se ha conducido de tal forma, ya que «ético es quien reacciona ya, frente a la tentación interiormente sentida sin ceder a ella»2, y Fiódor, como se hace evidente en los contenidos de su obra, se conducía más bien por preceptos morales, ya que la vida ética implica una ‗renuncia‘ ante la tentación, y no un castigo ante el constante desliz3; y al asumirse él mismo como „criminal‟ (situación que es evidente en la identificación que él mismo tiene con los personajes principales de sus obras), perdió su ‗autoridad ética‘ para convertirse en un sujeto amordazado por su moral. En ―Dostoievski y el parricidio‖4, Freud menciona dos características de un criminal: 1) Un egoísmo sin límites y 2) una tendencia destructiva que desemboca en una falta de valoración afectiva hacia los otros; señalando además, que en el día a día del autor ruso se encuentra una cara completamente opuesta, aunque en su producción literaria se develan sus más oscuras inclinaciones, que se hicieron presentes además, en el juego y la transgresión sexual de una menor5. _______________ 1.-Sigmund Freud, “Dostoievski y el parricidio”, en Obras completas tomo XXI (Argentina: Amorrortu, 1928 [1927]). 171-194. 2.-ibid. 3.-ibid. 4.-ibid. 5.-Abarrón, “Vida sexual de Dostoievski”, Asombros diarios, http://www.fogonazos.es/2006/05/vida-sexual-de-dostoievski.html
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Se vislumbra en estos últimos hechos la pulsión destructiva de Dostoievski que, a causa de la mencionada carga moral, da un giro para volcarse en contra de sí mismo, desembocando en una posición masoquista respecto a sus propios impulsos cuando se presentaban más abrumadoramente, y de forma sádica cuando estaban en menor medida, además de salir de manera ‗velada‘, ya que siempre lo manifestó en la forma de tratar a sus lectores, particularmente a través de sus personajes; situación en la que se vislumbra una lógica ‗bisexual‘ frente a la pulsión, pero con una fuerte tendencia hacia la pasividad. Por otra parte, aquí es donde tiene lugar la división en dos grupos, de las ‗cuatro fachadas‘ encontradas por Freud. Yo (moi)
Yo (Je)
-Literato.
-Neurótico.
-Pensador ético.
-Pecador.
Hombre amable, manso y solícito.
Criminal (parricida).
Entendiendo que el Yo (moi) es aquel que es mostrado a los otros y con el cual el sujeto media la relación con los mismos, mientras que en la instancia Yo (Je) estará ubicado el sujeto tácito, es decir, las mociones inconscientes. La separación realizada en la tabla es con meros fines explicativos, ya que la lógica con la que opera el Yo no es dividida tajantemente entre uno y otro. Menciona Freud6, que en Dostoievski existen fuerzas pulsionales que son puestas en juego en conjunto con inhibiciones que las contrarrestan, a las que se suman las vías sublimatorias. Situación que le hace pensar a Dostoievski como un sujeto de carácter <<apasionado [triebhaft]>>, afirmación no sin consecuencias, dado que un ‗apasionado‘ es alguien que se encuentra dominado por la pasión; término que tiene su origen en el latín passio, que significa padecer, tolerar o sufrir y que además indica pasividad, entendimiento abonado por la traducción desde el alemán, de trieb/haft: trieb: pulsión haft: prisionera o reclusa. Vale decir entonces que Freud detecta en Dostoievski a un hombre poseído por la pasión, por un sufrimiento desde una posición de pasividad. Situación que podría hacer pensar como metáfora aquel episodio donde el mismo Dostoievski es prisionero en Siberia, periodo en el cual, se rumora que consiguió atemperar sus ataques de epilepsia. Situación que lastimosamente no puede ser confirmada, debido a que como en el caso del texto freudiano sobre Da Vinci7, no pudo obtenerse la palabra directamente de quien hace las veces del analizante. Otra cuestión de suma relevancia es la conjugación de síntomas que se presentan en Dostoievski desde muy temprana edad, es a los dieciocho años -cuando se consuma el asesinato de su padre- que se agrava con notoriedad la ‗reacción epiléptica‘ que padecía desde muy joven. A dicha reacción, antecedió un habitual ‗estado de dormir letárgico‘, es decir, que el novelista ruso pasaba constantemente por periodos en los que su actividad anímica estaba en extremo reducida, cercano al ‗principio de nirvana‘. _______________ 6.-Sigmund Freud, “Dostoievski y el parricidio”, en Obras completas tomo XXI (Argentina: Amorrortu, 1928 [1927]). 171-194. 7.-Sigmund Freud. “Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci” en Obras completas, Tomo XI,. (Argentina: Amorrortu, 1910). 53128.
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En este punto, se pueden localizar similitudes entre un síntoma y otro, ya que en ambos casos se trataría de un mecanismo de descarga pulsional que lleva al enfermo a un estado económico cercano a la muerte, cuestión que podría enlazarse con la comparativa hecha por Freud, apoyado en otros médicos, de la epilepsia con un orgasmo –una petite mort- , en tanto se tramitan por la vía somática las masas de excitación que el sujeto no puede tramitar psíquicamente, apuntalándose como la vía típica de descarga ante grandes impulsos. La diferencia en la lógica operativa entre el sueño letárgico y los ataques epilépticos estaría dada en que, en los ataques de epilepsia, el enfermo infiere graves daños sobre sí mismo. Situación nada alejada de lo que la pesada conciencia moral provocó en Dostoievski, sumándose la existencia de cierta carga en el momento de la muerte de su padre, que tanto deseaba; lo que podría hacer pensar que se trata de un castigo ante el cumplimiento de su deseo parricida. El asesinato de su padre llevó entonces a Dostoievski a identificarse con este en calidad
de
muerto,
situación
cuyas
consecuencias se dan por partida doble. Por un lado, esto esboza en Fiódor la forma en que estará planteada su propia muerte, y por otro, desemboca en una desfiguración regresiva que pondría al novelista en una posición de goce sexual femenino frente al padre, es decir, en un deseo de ser poseído por este, manifestándose en lo que Freud enuncia como ‗masoquismo por conciencia moral‘8, puesto que al desear la muerte de su padre y verla cumplida, se asume como autor del crimen, por lo que no merece otra cosa más que un severo castigo. Continuando con el texto sobre Dostoievski, Freud hace mención respecto a encontrar ciertas nociones de homosexualidad en este, alusión que hace referencia a la lógica pulsional del ruso, aunque en este sentido, yo encontraría una lógica más bien bisexual pasando intermitentemente de ser él mismo quien hace las veces del padre que ‗pega‘ a sus lectores, a la posición de ‗el niño pegado‘, ubicándose en un lugar donde ser azotado es una conjunción de conciencia de culpa y erotismo, es decir, es el castigo por la referencia genital prohibida y también su sustituto regresivo, recibiendo de esta última la excitación libidinosa que hallará descarga en actos onanistas, actos que podrían verse reflejados en sus problemas con el juego: (Se la) juega hasta que lo ha perdido (descargado) todo. Un aspecto particularmente curioso, es la relación de Dostoievski con la religión, ya que se asoma otro indicio de la lógica ambivalente -vale decir bisexual- con respecto al padre, debido a que no se mantiene en una posición fija ante la fe (ensalzar al padre) y el ateísmo (matar al padre), además de que su relación con Cristo está dada en una identificación similar a la que se presenta en la salida del complejo edípico, porque se somete _______________ 8.- Freud, S. (1924). El problema económico del masoquismo en Obras completas, tomo XIX, (Pp. 161-176). Buenos Aires: Amorrortu.
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a la pasión, entregando su vida para enaltecer el nombre del padre, y es justamente aquí donde podría verse la relación del ‗novelista‘ con ‗El Neurótico‘, así, en un texto freudiano publicado en 1909 9, se habla de una novela inventada por los neuróticos como forma de resarcir al padre que ha desilusionado al niño, situación que no deja de saltar a la vista en este caso, pensando que Dostoievski se ha convertido en uno de los más grandes novelistas de todos los tiempos y además, en sus obras hay citas, como la que está al inicio del presente texto, en la que ese ―aristócrata‖ es tremendamente alabado por el escritor mediante otro personaje, y este personaje -que hablaría por Fiódor-, se humilla ante dicho aristócrata poniéndose en la posición de ―su gusano‖. Por otro lado, es igualmente interesante el hecho de que una de sus más grandes obras tenga como temática principal el parricidio. Como notas peculiares que podrían abonar a la identificación con el padre muerto es que el padre asesinado lleva por nombre ‗Fedor Pavlóvich Karamazov‘, y el nombre del autor es Fiódor (Fëdor), escenario que evidencia a todas luces la identificación de Dostoievski con el padre muerto, además, el presunto culpable es uno de sus hijos, quien dicho sea de paso, resultó ser inocente. En el trámite de la novela este descubrimiento llega demasiado tarde, dado que Dimitri11 ya ha recibido el castigo por tal crimen. Lo que remite nuevamente al episodio en el que Dostoievski es acusado injustamente en 1849 y es condenado a muerte, pero de último momento se decide que en lugar de esto, será llevado a Siberia a realizar trabajos forzados por cinco años; castigo que el novelista aceptó sin reparos en ambos casos. Finalmente, un último comentario respecto a la relación de Dostoievski con el juego que, como por lo demás, no podría ser de otra manera, se trata de una metáfora, tropo de una deuda por la que necesita ‗perderlo todo‘ para que -una vez que lo ha hecho-, solo se tenga a sí mismo, lo que lo colocaría en una posición de necesidad ante la que responde con la entropía de su economía psíquica traducida en una producción literaria que, a decir de Freud, es un mecanismo de sublimación. Situación que yo pondría en duda, dado que en este punto podría pensarse a la producción de obras como parte de la sintomatología de su neurosis pese a ser sublimes, debido a que solo le procuraban una ganancia económica entendida en términos monetarios y psíquicos. Incluso me atrevería a más, ya que a propósito de esto se me ocurre cuestionar la noción de sublimación, vista por los analistas como un recurso frente al goce12. ¿Qué tanto se trataría de un
re-curso del goce, que desemboca en una capacidad creativa, pero que no necesariamente atenúa los síntomas de la neurosis? En el caso de Dostoievski podría afirmar que sus creaciones literarias no permitían una reelaboración propiamente dicha, sino que se traducía en una repetición. ―...hay algo especial en esa sensación, cuando está uno solo, en el extranjero, lejos de su patria, de sus amigos, sin saber si va a comer ese día, y apuesta su último gulden, así como suena, el último de todos. Gané y al cabo de veinte minutos salí del casino con ciento setenta gulden en el bolsillo. ¡Así sucedió, sí! ¡Eso es lo que a veces puede significar el último gulden! ¿Y qué hubiera sido de mí sí me hubiera acobardado entonces, si no me hubiera atrevido a tomar una decisión? ¡Mañana, mañana acabará todo!‖.13 _______________ 9.-Freud, S. (1908 [1909]). La novela familiar de los neuróticos en Obras completas, tomo IX, (Pp. 213-220). Buenos Aires: Amorrortu. 10.-Fiódor Dostoievski, Los hermanos Karamazov, (España: Alianza, 1880). 11.-Dimitri Karamazov, personaje de “Los hermanos Karamazov”. 12.-Yudowski, “El séptimo arte: entre la pulsión de muerte y la creación”, ponencia presentada en las IV Jornadas de Psicoanálisis de la Red Americana de Psicoanálisis, 2018. 13.-Fiódor Dostoievski, “El jugador”, (España: Alianza, 1866).
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REFERENCIAS Sigmund Freud, ―Dostoievski y el parricidio‖, en Obras completas tomo XXI (Argentina: Amorrortu, 1928 [1927]). 171-194. Abarrón, ―Vida sexual de Dostoievski‖, Asombros diarios, http://www.fogonazos.es/2006/05/vida-sexual-dedostoievski.html Sigmund Freud. ―Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci‖ en Obras completas, Tomo XI,. (Argentina: Amorrortu, 1910). 53-128. Freud, S. (1924). El problema económico del masoquismo en Obras completas, tomo XIX, (Pp. 161-176). Buenos Aires: Amorrortu. Freud, S. (1908 [1909]). La novela familiar de los neuróticos en Obras completas, tomo IX, (Pp. 213-220). Buenos Aires: Amorrortu. Fiódor Dostoievski, Los hermanos Karamazov, (España: Alianza, 1880). Yudowski, ―El séptimo arte: entre la pulsión de muerte y la creación‖, ponencia presentada en las IV Jornadas de Psicoanálisis de la Red Americana de Psicoanálisis, 2018. Fiódor Dostoievski, ―El jugador‖, (España: Alianza, 1866).
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La salud mental ha sido –y será- uno de los temas más
RESUMEN:
complejos que acuñen a la humanidad y a la ciencia desde tiempos muy remotos. Por lo que, con el paso de los siglos, en la
El sujeto habla del síntoma.
actualidad contamos con diferentes ―métodos‖ que buscan
O de sus síntomas, si estamos
normativizar el
acostumbrados
también el malestar cultural del hombre. Por su parte, la
a
una
revisión
comportamiento social y cultural, así como
médica.
medicina, y la psicología desde sus inicios, se ligaron
Pareciera que todo aquello de lo que
indisolublemente de la condición salubrista en pro de
nos
determinar y establecer conductas funcionales y productivas
adueñamos
necesariamente
en
el
tendría
mundo, que
ser
categorizado. El duelo y la melancolía surgen como una marca propia del
para el entorno en que se desenvuelve y se desarrolla. Apuntando a otro vértice, el psicoanálisis desde los primeros
prozac; el que un infante cuestione el
borradores de una metapsicología para neurólogos le apostó a
mundo
otra
a
través
del
juego
se
cosa. Desde los pensamientos de Freud e inclusive desde
encuentra impreso bajo la patente del
sus propias necesidades, cuestionamientos, ambiciones, y más
ritalin: un adolescente que prefiere
adelante con las propuestas de Lacan, surgió una nueva manera
estudiar arte en lugar de medicina
de pensar la cultura, la sociedad y la posición que ocupa el sujeto
necesariamente está ―desperdiciando
sujetado
su vida‖; y así mismo, un sinfín de
necesariamente se da pauta a generar una especie de debate en
historias, rinden cuenta desde la pesadez y muy a pesar de su deseo y de su cuerpo a ese Otro que pareciese ser lo más semejante al cruce entre el
a
estas.
Cuando
hablamos
de
psicoanálisis,
torno a la controversia de dicho modo de pensar la psique, puesto que son muchas las ideas equivocas que abrazan la teoría y la practica; especialmente podemos descartar el supuesto de
gato negro de Edgar Allan Poe y el
“hablar hasta dar con el inconsciente”, mucho menos de
gran-hermano de Orwell.
interpretar todo acerca del discurso del analizante, sino más
Entonces cuando alguien llega al consultorio
nos
cuestionamos
¿Quién está hablando?
bien de ir más allá. Escribiría Freud en el yo y el ello (1923): el psicoanálisis no puede
situar en la conciencia la esencia de lo
psíquico que puede añadirse a otras cualidades… y es que precisamente en la manifestación de esa frontera que se alcanza a divisar, surge tanto el quehacer y la responsabilidad del analista, como la ética del analizante.
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La diferencia principal entre el psicoanálisis y las múltiples disciplinas que trabajan con el psiquismo, es que la primera establece un corte casi tajante entre la consejería, la readaptación y la modificación de conductas, para apostarle a la manera en que el sujeto hace frente a su deseo, así como la forma en que se posiciona con respecto a su entorno, lo que este le provee y especialmente, con su propia historización. Un claro ejemplo de esta disyuntiva, es la condición en que el psicoanálisis toma postura frente a la subjetividad del sujeto y las manifestaciones sintomáticas del mismo. ―¿Por qué los hombres y las mujeres caemos tan bajo por un pedazo de carne y un poco de ilusión? ¿Será acaso que, como replico Jesucristo a su padre segundos antes de su muerte, “no sabe lo que hace”? Si nos apegamos al discurso de la señorita Vodka (2017): nada son casualidades, todo desde un principio está en la mesa y depende de uno si se sirve hasta atascarse, hasta vomitar o saborear. Y es que gracias a esto podemos partir del supuesto de la satisfacción completa de las necesidades; ya que para el psicoanálisis no existe satisfacción total –desde Freud se diferenciaba necesidad de pulsión- existe un modo de satisfacción anudada al goce; así mismo, son tan diversos los métodos que se acercan a dicha condición de manera, ¿inadvertida? Síntoma: forma contraria a la discursiva psiquiátrica y a las diferentes vertientes de la psique, es aquello que habla del sujeto. Según Morales (2011), es el enigma escrito en el cuerpo de aquello que la invocación ignoraba; la compulsión a la repetición de una petición no elaborada; el afecto que queda separado de la palabra y se aloja en el cuerpo. Por lo que podríamos pensar que la historia de cada sujeto se encuentra escrita con la grafología de síntomas anudados al inconsciente, que para el sujeto es lo que reúne en él la condición: o él no es o él no piensa. Así mismo podríamos enunciar que nuestra vida es solo un constructo entre una débil torre de naipes de enlodados desamores y deseo. Entonces la historia también está plasmada de dolores del cuerpo, de metáforas, ideales, fantasmas y narraciones obscenas, tal vez por eso Kundera no duda en describir –haciendo la respectiva diferenciación con la carne- el cuerpo como una jaula en la que dentro de ella algo mira, escucha, teme, piensa y se extraña. El psicoanálisis plantea la tesis de que el sujeto se encuentra conformado por su deseo y la forma en que la sexualidad le atraviesa.
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76
Cuerpo sexuado en su relación con el deseo del Otro y sacudido por el goce, precisaría Lacan. Retomando “Otra historia de la sexualidad”, damos cuenta de que el goce, si bien está relacionado con el deseo, es otra cosa, debido a que “el sujeto se encuentra agujerado por un objeto que ha perdido y que será la causa de su deseo” y de su angustia también; el sujeto no sabe que se perdió, pero si, se coloca en una constante búsqueda. Búsqueda impregnada de la singularización de cada individuo, teniendo como resultado la manifestación de los diferentes sentir/es y pensares. Aunque las refutaciones de las distintas ciencias y dogmas en torno a la vigencia de la apuesta de la teoría psicoanalítica, -la singularidad del sujeto o el famoso caso por caso-, existe la posibilidad anamórfica de sostener la puesta en escena, ya sea desde la cuestión estructuralista, la articulación de los nudos o la relación con el goce. La vida entonces, implicaría el enlazamiento de acordes de material pulsional con sus respectivas producciones. Si contamos la historia personal de cada uno de nosotros, podemos dar cuenta que el borde entre el dolor y el placer aparece difuminado, similar a un espectro del que poco se habla y –si no se analiza- se sabe. A manera de conclusión, la formulación desde distintas tópicas para un mismo interrogante de Milan Kundera en su ensayo titulado “El telón”, me parece ilustrativo: ¿Son realmente las grandes acciones dramáticas la mejor clave para comprender la naturaleza humana? La narración es un recuerdo, por tanto, un resumen, una simplificación, una abstracción. El verdadero rostro de la vida, de la prosa de la vida. Y, si lo es, ¿es esa nuestra dicha o nuestra desgracia?, ¿nuestra humillación, nuestro alivio, nuestra evasión, nuestro idilio, nuestro refugio? Y puesto que la realidad necesariamente se encuentra percibida a partir de la elaboración individual del anudamiento entre lo simbólico, lo imaginario y lo real, y los diferentes afectos determinados por el mal-estar cultural, podría pensarse que el síntoma se convierte en una experiencia de vida, y vivir, ES UNA IMPOSIBILIDAD COLECTIVA.
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I. Arte y cultura
RESUMEN:
La hipótesis es sencilla: el arte, como una expresión privilegiada Vistos desde cierta perspectiva, el arte y la cultura pueden arrojar importantes claves para la interpretación
de
la
política.
De
acuerdo con esto, habría que establecer una serie de premisas que nos lleven, a manera de señales en camino, a conclusiones novedosas en el afán de arrojar una mirada prospectiva a la
de la cultura, puede ser un vehículo para la comprensión de la misma. Así, a diferencia de la filosofía —que, como el búho de Minerva levanta el vuelo al atardecer—, el arte nace prematuro y siempre cifra su encanto en lo que está por acontecer. No es que al arte puedan legítimamente endosársele funciones proféticas, pero en retrospectiva, cuando ya la cultura ha puesto de manifiesto sus potencialidades, voltear a la obra de arte lo resignifica en la clave de lo que ya estaba ahí, muchas veces esperando su espectador adecuado. En Las palabras y las cosas, Michel Foucault nos da un
El
ejemplo de lo que yo he llamado espectador adecuado. En 1656,
psicoanálisis puede contribuir a
Velázquez pintó su cuadro Las Meninas, del que Foucault dice lo
este propósito.
siguiente: ―El pintor contempla, el rostro ligeramen-
política
del
siglo
XXI.
te vuelto y la cabeza inclinada hacia el hombro. Fija un punto invisible, pero que nosotros, los espectadores, nos podemos asignar fácilmente ya que este punto somos nosotros mismos: nuestro cuerpo, nuestro rostro, nuestros ojos. Así, pues, el espectáculo que él contempla es dos veces invisible; porque no está representado en el espacio del cuadro y porque se sitúa justo en este punto ciego, en este recuadro esencial en el que nuestra mirada se sustrae a nosotros mismos en el momento en que la vemos.‖ (Foucault, 2007, pp. 13-14.) 78
78
Poco más de cien años después, en 1781, se publica la Crítica de la razón pura y se hace comprensible el sentido del punto ciego al que alude Foucault. Dice Kant, en el parágrafo 16 de dicha obra: ―El Yo pienso
tiene que poder acompañar todas mis representaciones. De
lo
contrario,
sería
representado en mí algo que no podría ser pensado, lo que equivale a decir que la representación, o bien sería imposible o, al menos, no sería nada para mí.‖ (Kant, 2014, p. 141.) Dicho de otra manera, de acuerdo con Foucault, el tema de la obra de Velázquez no son los personajes sino la representación misma o incluso podría decirse que el tema de la pintura es la imposibilidad de representar un sujeto unificado. El sujeto se presupone, pero no se ve a sí mismo. En la obra de Velázquez, en 1656, ya estaba presente, por medio de la alquimia del arte, lo que en 1781 habría de hacerse explícito en la filosofía y en la obra de Kant.
II.
Lo ominoso
Sirva la anterior afirmación como premisa de una demostración más general. Ahora demos un salto al siglo XX. Siglo corto (como algún historiador lo llamó), siglo de guerras cruentas. ―¿Qué ha pasado que no hemos visto que venían los nazis?‖ Se preguntó Walter Benjamin antes de quitarse la vida. ¿Qué ha pasado?, podríamos preguntarnos con él siguiendo su razonamiento, si en 1933 los nazis quemaron libros, si en 1935 se dictaron las leyes de Núremberg que —como dice Juan Carlos Monedero en el libro del que esta parte de mi texto es una paráfrasis— ―señalaban los requisitos genealógicos para ser alemán y prohibían los matrimonios entre arios y judíos‖ (Monedero, 2013, p. 35); en 1934 los miembros de las SA habían sido ya desarticulados; en 1937 tuvo lugar la muestra de “arte degenerado” en Múnich; en 1938 tuvo lugar la anexión de Austria y en 1939 empezó la guerra. ―No teníamos herramientas conceptuales para procesar el horror.‖ Se respondió Benjamin.
―Medio siglo después —cito a Monedero—, Bauman dirá que hay un hilo directo que va del pensamiento moderno a los hornos crematorios de Auschwitz. Un pensamiento militarizado, endurecido, atento a los medios y desocupado de los fines, depredador, eficiente, intolerante, riguroso, enemigo de la emocionalidad. Un pensamiento muy ejecutivo y poco deliberativo.‖ (Monedero, 2013, p. 35.) ―No teníamos herramientas conceptuales para procesar el horror‖, se aclaraba Benjamin. Una década antes, el horror ya estaba ahí.
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El horror ya estaba ahí, elocuente pero ignorado, en el arte. Lo que faltó, quizá, fue una mirada que lo decodificara como tal horror. Una mirada imposible, sin embargo, porque la mirada sobre el arte es retrospectiva, mientras que la mirada del arte, como podría postular, es introspectiva. En 1920, Robert Wiene estrenó El gabinete del doctor Caligari y en 1922, F.W. Murnau hacía lo propio con Nosferatu. Paul Wegener presenta, en 1920, la que quizá sería la película más representativa de esta vanguardia cinematográfica conocida como expresionismo alemán. Se trata de El Gólem. No son los únicos filmes producto de esta vanguardia, pero tienen en común que exploran la figura del monstruo como metáfora del ello: lo ominoso, lo siniestro, lo unheimlich. ¿Y qué es lo ominoso o siniestro? En un famoso ensayo de 1919, Das Unheimliche, Freud nos dice de lo ominoso, como una primera aproximación, que ―(…) unheimlich es todo lo que, estando destinado a permanecer en secreto, en lo oculto, ha salido a la luz‖. (Freud, 1919, p. 225). Por el momento, lo que nos interesa de este trabajo de Freud son todos los ―artificios para producir efectos ominosos‖ y que Freud rastrea magistralmente en el cuento ―El hombre de la arena‖ de E.T.A. Hoffmann. Según esto, lo siniestro sería todo aquello que, habiendo sido parte de lo cotidiano, de lo familiar, un día empieza a producir angustia de manera desbordada. La siguiente cita aclarará mayormente el punto: ―Se tiene un efecto ominoso cuando se
borran los límites entre fantasía y realidad, cuando aparece frente a nosotros como real algo que habíamos tenido por fantástico, cuando un símbolo asume la plena operación y el significado de lo simbolizado (…)‖ (Freud, 1919, p. 244.) En los filmes aludidos es común la presencia de lo monstruoso como algo que no es ajeno sino que de alguna manera nos pertenece y lo hemos creado. Es, en resumidas cuentas, los totalitarismos que asolaron la Europa de las décadas siguientes, nazismo y fascismo.
III. Inmadurez Retomemos algo de lo expresado hasta ahora: La obra de arte condensa el espíritu de una época. Así, Las Meninas condensa el espíritu de la modernidad y su episteme; el cine del expresionismo alemán condensa el espíritu del siglo XX en la figura del monstruo, trasunto de los totalitarismos de la década de los 30 y los 40. Si esto es así, podrá ser solo apreciado en retrospectiva, como he querido demostrar con un par de ejemplos. Ahora bien, dada la premisa anterior, podríamos preguntarnos si se puede hacer un ejercicio no de retrospectiva sino de prospectiva para el arte del siglo XXI. Dicho de otra manera, ¿habrá hoy en día una película que condense el espíritu del siglo XXI y que nos haga adivinar de alguna manera lo que podría esperarnos en el terreno de la política en los años por venir? Para responder, será preciso primero arriesgar una nueva hipótesis, de la mano de Francesco M. Cataluccio en su libro Inmadurez, que nos haga concebir que, al menos desde un cierto punto de vista, el espíritu del siglo XXI está en riesgo de sucumbir ante regímenes totalitarios. Desde luego, en cierta medida se puede decir que ya se barruntan los primeros atisbos de un giro hacia la barbarie: Bolsonaro en Brasil, Trump en EEUU, Brexit, encarcelamiento de Lula… 80
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En Inmadurez, Francesco Cataluccio se atreve a diagnosticar una enfermedad propia de las sociedades modernas: la puerilidad, el infantilismo. Dice Cataluccio: (citado sin indicación de página por el sitio de internet www.viceversa-mag.com/la-experiencia-leer-inmadurez: ―Kundera replantea el tema del infantilismo descrito por Witold Gombrowicz, opinando que todo sistema totalitario es una máquina que infantiliza a los adultos. Lo que se propone al pueblo es que olvide la libertad, la propia individualidad, convertirse en niños, dejar de ocuparse de las grandes cuestiones políticas. La satisfacción de las necesidades materiales a cambio del sacrificio de la libertad. Y en efecto, esos regímenes se han desmoronado cuando ya no han sido capaces de garantizar ni siquiera los bienes materiales‖. De acuerdo con mi hipótesis y según lo planteado, habría en mi opinión dos filmes que nos indicarían en prospectiva que nos acercamos a tiempos totalitarios: Her (Spike Jones, 2014) y Matrix (Lana y Lilly Wachowski, 1999). En el primero se nos previene de un tiempo de hiperconectividad y amor líquido; en el segundo se nos recuerda que lo real es un desierto y que solo nos queda la opción de elegir la cápsula azul o la cápsula roja. Al parecer Edipo sigue en la matriz. Se trata de una matriz virtual, propiamente de hiperconectividad, que nos infantiliza, que nos mantiene atados a un cordón umbilical siempre en riego de clamar por un mundo totalitario. Yo, desde luego, no elijo ni la cápsula azul ni la cápsula roja. Elijo inventar una nueva cápsula, morada, verde, negra…
REFERENCIAS Cataliuccio, Francesco M. (2006), Inmadurez. La enfermedad de nuestro tiempo, Siruela, Madrid. Freud, Sigmund (1919), Lo ominoso, Amorrortu, Buenos Aires. Foucault, Michel (2007), Las palabras y las cosas, Siglo XXI, México. Monedero, Juan Carlos (2013), Curso urgente de política para gente decente, Seix Barral, Barcelona.
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RESUMEN: Cuando murió Narciso las flores de los El siguiente ensayo propone una relectura del texto ―Introducción al Narcisismo‖ publicado por Freud en
campos quedaron desoladas y solicitaron al río gotas de agua para llorarlo.
1914, considerando el mito original y
-¡Oh! -les respondió el río- aun cuando
retomando la relación que hace entre
todas mis gotas de agua se
los personajes mitológicos que allí aparecen y su interacción emocional.
convirtieran en lágrimas, no tendría suficientes para llorar yo mismo a Narciso: yo lo amaba. -¡Oh! -prosiguieron las flores de los campos- ¿cómo no ibas a amar a Narciso? Era hermoso. -¿Era hermoso? -preguntó el río. -¿Y quién mejor que tú para saberlo? dijeron las flores-. Todos los días se inclinaba sobre tu ribazo, contemplaba en tus aguas su belleza… -Si yo lo amaba -respondió el ríoes porque, cuando se inclinaba sobre mí, veía yo en sus ojos el reflejo de mis aguas.
El reflejo Oscar Wilde 82
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En el principio fue el mito, la metáfora, la alusión ditirámbica, la imagen poética. El mito de Narciso ―El Hermoso‖ entrelaza distintos momentos y personajes variopintos, en un único tapiz narrativo que refleja el imperativo categórico de las pulsiones y su destino con implicaciones inconmensurables y consecuencias ostensibles. Debemos recordar que Sigmund Freud es un gran lector de Ovidio y Hesíodo, es decir, de la amplia y exquisita bóveda poética de la mitología grecolatina, y que este acercamiento especializado del mundo clásico occidental lo hace Freud a partir de leer y traducir al alto alemán los idiomas originarios, griego y latín. Tenemos que recordar que tres de los pilares fundacionales del psicoanálisis son la antropología, la mitología universal y la poesía germánica del período sturm und drang. Es decir, el romanticismo que tiene como uno de sus personajes centrales a Goethe. Por consiguiente, nos proponemos en este ensayo releer el tratamiento psicoanalítico del narcicismo retomando el texto original introductorio de 1914 y el mito originario que lo inspira. El mérito de Freud a diferencia de sus antecesores, es que fue el primero en abordar el narcicismo desde el punto de vista de su significación psicológica y psico-genética, planteada formal y sistemáticamente con un abordaje metapsicológico – con pretensiones teóricas. James Strachey, el más importante editor de las obras completas, glosista y traductor de Freud, nos sugiere una guía cronológica para entender el momento histórico en que fue introducido el término en la teoría psicoanalítica. Ya desde 1898 Havelock Ellis, toma los fundamentos de Narciso para referirse a: ―un amor anormal sobre sí mismo‖ posteriormente, en el año 1899, Paul Näcke utilizó el término para designar conductas en las cuales el individuo daba un trato a su cuerpo parecido al que le daría a su pareja sexual, es decir, lo acaricia hasta tal punto de alcanzar la satisfacción sexual. De modo que, los registros históricos indican que Freud hace referencia al narcisismo por primera vez en una nota de adenda a sus Tres Ensayos para una Teoría Sexual de 1910, lo vuelve a retomar ese mismo año en su libro sobre Leonardo da Vinci, y en el año 1911 también lo vuelve a abordar en su famosa descripción del caso Schreber. La sistematización formal del narcicismo sería propuesta por Freud en el año 1914 en su ensayo introductorio sobre el mismo, el cual, es un texto de metapsicología que intenta actualizar la vigencia y sentido del mito descrito por Ovidio, desde el punto
de vista de una hipótesis sobre la
movilización de las pulsiones y la libido.
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¿Pero qué fue lo que llamó la atención de Freud de la narrativa mítica concerniente a Narciso? El mito ovidiano está lleno de alusiones sobre predisposiciones, precursores y formaciones psíquicas, personajes y rasgos de carácter que al interactuar crean un contexto de significación con efectos de sentido a mediano y largo plazo, que marcan el destino del protagonista. Narciso es hijo de Liríope, una ninfa náyade que habitaba en los márgenes de ríos. Al igual que las de su especie era hija de Zeus y le llamaban Liríope porque tenía una graciosa forma de lirio. Ella fue seducida por los remansos cristalinos del río Céfiso, el cual era – hijo silvestre de dos titanes, Océano y Tetis. Céfiso es violador de ninfas y padre de varias figuras mitológicas - Céfiso atrapó a Liríope con oleajes violentos que se levantaban del fondo con forma de briosos corceles, raptándola por varios días para violarla. Hesíodo, nos trasmite del hecho –con un incisivo tono de indignación- que el producto gestacional del estupro de Liríope fue un hermoso niño al que le pusieron como nombre Narciso -cuya raíz griega narkaos significa narcótico aromático-. Preocupada por el destino de su amado hijo, Liríope consulta el Oráculo de Tebas, preguntando a sus exégetas si su hijo llegaría a ser anciano, a lo que ellos responden con una admonición: “sólo si tu hijo no llega a conocerse”. Empero, hasta la edad de 16 años, el oscuro presagio del oráculo parecía lejano y del todo infundado, porque su madre lo rodeo de un desmesurado amor y un ejército de sirvientes que atendían con prontitud todas sus necesidades. Cabe señalar que todos los que le conocían caían rendidos ante su belleza y encanto, pero a Narciso ningún joven o doncella le impresionaban. A diferencia de la visión patologizada de sus antecesores, Freud considera al narcicismo desde el punto de vista de un enfoque psicogenético al que incorpora en la lógica del desarrollo natural del individuo, que es puntualizado como un estadio intermedio entre la constitución del yo y la transferencia libidinal hacia objetos externos. En este ensayo seminal Freud propone una serie de posiciones concernientes: PRIMERO. El estudio del narcisismo no se puede abordar directamente, si no de forma indirecta, a través de tres acercamientos fenomenológicos, dejando excluido de ese conjunto el caso exacerbado de la parafrenia: A)
La enfermedad o la sensación obsesiva de sentirse enfermo –hipocondría- y la forma en que estas manifestaciones plantean la redistribución de la libido al retirar interés y energía de los objetos externos para concentrarlos en el órgano que manifiesta estar enfermo.
B)
El sueño y el acto de soñar como una auto referencia o construcción de una imagen realizada.
C)
Las relaciones amorosas del sujeto dentro de su variada diferenciación como hombre y mujer.
SEGUNDO. El abordaje del narcicismo no es tratado como una perversión sino como el complemento libidinoso del egoísmo, lo que es inherente a la pulsión de auto-conservación atribuida a todo ser humano; lo cual, implica distinguir en grado de oposición la libido yoica y libido de objeto.
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En ese sentido, sugiere Freud, desde el punto de vista de su estado larvario que ambas expresiones de la pulsión no están separadas y son indiscernibles, pero a la postre y sólo con la investidura de objeto se hace posible diferenciar la energía sexual concerniente a la libido de objeto, de la energía de pulsiones yoicas. Cada uno de estos sentidos es distinguido por Freud utilizando un criterio de orientación dimensional: Libido yoica: en la que se efectúa un proceso de transferencia de la energía libidinal dirigida al interior e inherente a la pulsión de autoconservación y Libido de objeto: en la que se efectúa la transferencia de la energía libidinal hacia objetos externos. TERCERO. Freud propone el abordaje del narcicismo desde el enfoque de las relaciones amorosas, pues permite establecer etapas de evolución en cuanto a la constitución de los primeros objetos amorosos y su apuntalamiento para la constitución del yo y su posterior proyección externa o interna. ** Hacen falta las citas en los tres posicionamientos. Por consiguiente y a partir de las relaciones amorosas se pueden
distinguir
conceptualmente
estadios
de
desarrollo, sentidos expresivos del narcicismo y tipos de apuntalamiento yoico. Estadios de desarrollo: Narcisismo primario: la emergencia del yo a partir de transferir energía libidinal hacia los primeros objetos externos
(la madre o los cuidadores) y depende en
satisfacciones básicas de sobrevivencia. Narcicismo secundario: consiste en transferir a un objeto externo (pareja o hijo) de manera intencional la energía de la libido para luego regresarla a uno mismo a través de una transferencia indirecta, (proceso de elaboración). En este punto es conveniente volver al mito original para recordar algunos de sus determinantes, consecuencias y elaboraciones psíquicas en la vida del protagonista justo en el inicio de sus relaciones objetales: Narciso gustaba de cazar ciervos y perdices en los bosques silvanos, y uno de esos días, el azar hace que Narciso se separe del grupo de jóvenes cazadores, hecho que no pasó desapercibido para la ninfa Eco atraída por la belleza del joven. Pero el orgullo de Narciso, humillador de hombres y ninfas, fue castigado por Némesis diosa de la venganza. La deidad fue creando las condiciones perfectas para que el designio del oráculo de Tebas se cumpliera: Narciso encuentra a su paso la representación visual del lugar de su destino, atraído por el Edén del lugar, decide descansar y beber agua en la fuente que lo dejará inmóvil. Apoyado en la orilla contempla al doble astro, se mira y se conoce. Admirando en sí, todo aquello que ha sido admirado. Sin saberlo se desea. Narciso es víctima de una doble ilusión, acústica y visual y esta ultima le lleva a la ilusión y al amor por sí mismo.
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Nada puede separarlo de allí, ni el hambre ni el cansancio, la juntura misero furori ha llevado a Narciso a lamentarse. Engañado el enamorado ruega y suplica a su amado el dejarse ser tomado, pero éste con crueldad al ser turbado por las lágrimas dolientes de Narciso le devuelve una imagen difusa. De este modo lacerante, Narciso es debilitado por el amor a sí mismo hasta convertirse en líquido (locura) y es consumido por un fuego oculto de pulsiones no controladas. Retomando la CUARTA postura, en este punto debemos de puntualizar que para el psicoanálisis la noción Narcicismo contiene una hipótesis que correlaciona un sistema parental tríadico con el destino de la libido y de las pulsiones. El narcisismo es un sistema que opera a partir de una activación relacional que involucra una tríada afectiva, padre, madre e hijo. La principal característica psico-dinámica de este sistema relacional que apuntala de forma precursora el yo del niño, es la sobre-estimación que gobierna el vinculo libidinal-pulsional paterno hacia el hijo, en el que predomina la percepción de toda clase de perfecciones y el encubrimiento o el olvido de todos los defectos, lo cual, es pertinente subrayarlo, está relacionado con la desmedida estimulación sexual infantil, la cual a su vez, suspende frente al niño todas esas conquistas culturales que hubo de arrancarle al propio narcicismo y a renovar a propósito la exigencia de prerrogativas a las que se renunció hace mucho tiempo en la historia de la humanidad. En este contexto utópico –de entelequia emocional- y recordemos que la entelequia desde el platonismo es algo perfecto que no existe; el niño debe tener mejor suerte que sus padres, no debe estar sometido a esas necesidades objetivas cuyo imperio vital hubo de reconocerse como severos límites reales, por ejemplo la enfermedad, la muerte, la renuncia al goce, la restricción de la voluntad propia, el sacrificio, de modo que las leyes de la naturaleza y las leyes de la sociedad han de cesar ante él y realmente debe ser de nuevo el centro y el núcleo de la creación. Por otra parte, y concordante con este sistema narcicista, el hijo debe cumplir los irrealizados deseos de sus padres: el varón será un gran hombre y un héroe en lugar del padre, y, la niña se casará con un príncipe como tardía recompensa para la madre. Pero el punto más complejo del sistema narcisista es la ilusión de inmortalidad del yo, que la fuerza de la realidad asedia duramente. El sistema narcisista ha ganado su seguridad refugiándose en el niño: el conmovedor amor paternal -tan infantil en la opinión de Freud- no es otra cosa que el narcicismo revivido de los padres que en su trasmutación al amor de objeto revela inequívoca su prístina naturaleza; con dos mecanismos cuya función es por un lado redireccionar la libido y por el otro retroalimentar las pulsiones. Los mecanismos a las que me refiero son: la sublimación y la idealización. A. La sublimación: es un proceso que atañe a la libido de objeto y consiste en que la pulsión se lanza a otra meta, distante de la satisfacción sexual; el acento recae entonces en la desviación respecto de lo sexual. B. La idealización es un proceso que envuelve al objeto sin variar de naturaleza, este es engrandecido y realzado psíquicamente. La idealización es posible tanto en el campo de la libido yoica y en el campo de la libido de objeto (porque en el origen la libido yoica y la libido de objeto son indiscernibles). 86
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A la luz del mito original y el tratamiento teórico de Freud, he de proponer cuatro conjeturas, a modo de consideraciones finales: Primera Conjetura: Considerando el enfoque psicogenético, ¿Podría Narciso haber apuntalado su energía pulsional a un amor de objeto externo? Retomando la tercera vía de acceso al estudio del narcisismo la vida amorosa, podríamos postular que Liríope queda embarazada después de haber sido violada, este acto la imposibilita: Primero; a envestir su elección de objeto desde el enamoramiento, tomando como camino al pleno amor de objeto al hijo que dio a luz. Segundo; Narciso, que, rebosante de hermosura, hace olvidar a su madre el deseo insatisfecho de una maternidad no anhelada. Por su belleza y encanto fue sobre estimulado primero por su madre y después por los jóvenes y doncellas que alimentaban su encanto y su belleza. La sobre estimulación sexual a la que el Narciso fue sometido debido a su hermosura acentúa su narcisismo primario hasta entrada su adolescencia, siendo orgulloso e inalcanzable. Narciso amó a lo que el mismo era. Tercera; Narciso no fue forzado a renunciar a su goce narcisista infantil, las mociones pulsionales libidinosas no sucumbieron a la represión sino hasta entrada su adolescencia (los 16 años). Por tanto, las perturbaciones a las que estuvo expuesto posibilitaron que Narciso se mantuviera en la satisfacción de su perfección narcisista, no fue capaz de renunciar a su goce narcisista y se mantuvo en la satisfacción de su perfección narcisista infantil. Se mantuvo como His Majesty the baby. Cuarta; ¿Narciso Pudo haber escapado al designio del Oráculo que le condena a morir si llegase a conocerse? El mito de Narciso está determinado por el castigo impuesto del oráculo, la influencia de la prehistoria de Narciso puede ayudarnos a entender el mito como una historia determinada por eventos que estructuraran una matriz a priori y que sería la base junto con la subjetividad lo que constituye la estructura psíquica del individuo.
REFERENCIAS 1. Ovidio Nasón, Publio. 2008. Metamorfosis. Libros I–V. Madrid: Editorial Gredos. 2. Freud, Sigmund. Obras completas de Sigmund Freud. Volumen XIV - Trabajos sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916), «Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico». 2. Introducción del narcisismo (1914). Traducción José Luis Etcheverry. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores.
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A continuación, trataré de plasmar una elaboración
RESUMEN:
propia de lo anteriormente mencionado. Si la primera palabra de la definición de falo es ―símbolo‖ quiere decir que esta
A lo largo de la teoría psicoanalítica ―el falo‖ ha sido de gran importancia
instaurado en lo simbólico por un otro que podría ser la función materna, esta función se encuentra latente en todo momento ya
para la elaboración de diferentes
que el falo no puede ser borrado, ni eliminado, sino más bien
propuestas.
estará en constante desplazamiento, ya que se encuentra
Comenzaré con una definición breve
totalmente del lado de la actividad humana, incluye una parte
del falo proveniente del diccionario
consciente y una inconsciente, el falo está adherido a la función
de
del lenguaje y con mayor fuerza a la del significante.
psicoanálisis
de
Roland
Chemama: “Símbolo de la libido
Quiero también retomar a Sigmund Freud para hablar sobre falo
para los dos sexos; significante
pues es el insertó parte del en el psicoanálisis. “Freud sitúa la
que designa el conjunto de los efectos del significante sobre el sujeto
y,
en
particular,
la
castración, palabra amenazante tanto para el niño, cómo para la niña‖.
pérdida ligada a la captura de
Freud menciona el concepto anterior haciendo referencia a la
la sexualidad en el lenguaje‖.
pérdida del pene, en la cual el niño tiene miedo a perder el pene
Como bien dice al comienzo el falo es
ante la amenaza de castración dada por la palabra una palabra
un ―símbolo‖ de la libido, tratando de
generada por la función materna o paterna, el niño se da cuenta
articular lo propio con relación al falo
de la amenaza de castración ante la develación que tiene al ver a
podría decir que se encuentra del
una niña que no tiene ―pene‖ entonces es cuando se ´presenta el
lado de lo simbólico, imaginario y de
sentimiento de angustia por perderlo, al imaginar que la niña
lo real también, pues no podríamos
hizo algo en contra de alguna ―palabra‖ (ley) dada por la función
desunir al nudo borromeo, todo se va moviendo en conjunto dentro de los tres registros.
materna o paterna, pensando esto en que el niño empieza a crear en su imaginario la cuestión de la ley del padre, el niño piensa que a la niña si se lo han cortado y es aquí cuando surge el concepto de la prohibición del incesto, el cual ayuda a crear la diferencia también, una diferencia que primero pasa por la cuestión orgánica y luego por lo psíquico pero sin olvidar que estos dos van de la mano.
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La ley del padre o ley de prohibición se vuelve amenazante, pero cuya verdad estructura el deseo (pero no el deseo propio, sino más bien el deseo del otro), es aquí cuando algún día el sujeto tendría supuestamente que hacerse la pregunta respecto a su propio deseo. Ahora bien, quiero mencionar una de las primeras aproximaciones de Lacan al falo, en la cual Jaques Lacan hace que el falo se convierta verdaderamente en un concepto crucial para la teoría psicoanalítica, ya que Lacan fue quien elevó el vocablo ―falo‖ al rango de concepto analítico y reservó el vocablo ―pene‖ para denominar sólo el órgano anatómico masculino. Freud anteriormente ya había utilizado la diferencia entre ―falo‖ y ―pene‖, pero como antes mencioné Lacan se ocupará de acentuar. En el artículo <de la significación del falo> (1958), Lacan marca de entrada la postura simbólica del falo en el inconsciente y su lugar en el orden del lenguaje. Lacan propone que: “El falo no puede desempeñar su papel si no es velado‖, con lo antes mencionado Lacan propone que el falo es un significante del significado, el cual se encuentra del lado del primer significante (la ley del padre) con esto podemos decir que es aquí en este tiempo donde se genera la represión originaria freudiana. Planteando la develación en forma de que toda significación remite al falo y con ello puntuar que no es una cuestión del sentido de un efecto imaginario, no un objeto que tenga un valor moral, ni menos el órgano real, ya sea pene o clítoris. Lo anterior mencionado entre las tres dimensiones, lo real, lo simbólico y lo imaginario resuelven las contradicciones de esta noción. Entonces con todo lo redactado hasta este punto podemos decir que el concepto de imaginario o simbólico de falo no debe de ser confundido con el concepto orgánico de pene. Freud menciona que el carácter exclusivamente masculino de la libido no se refiere al órgano masculino si no a la libido fálica. El elemento organizador de la sexualidad humana no es genital como muchos piensan tal vez solamente nos ayuda a ver la diferencia en la infancia, lo que nos ayuda a generar la parte de la sexualidad humana es la libido fálica. Lo que el niño ve presente en algunos y ausente en otros realmente no es el pene sino todo lo que conlleva la representación psíquica, bajo la forma imaginaria o simbólica del falo.
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A continuación, mencionaré una elaboración entre el falo imaginario y simbólico. Falo Imaginario. Es la representación psíquica inconsciente que brinda tres rasgos para su devenir: el anatómico, libidinal y fantasmático. El rasgo anatómico, se encuentra completamente del lado orgánico del cuerpo, con esto se da la percepción del niño de una parte presente o ausente del cuerpo. El segundo rasgo, es la carga libidinal que se encuentra acumulada en esta parte del cuerpo (el pene) y con esto despertarán las preguntas sobre la cuestión anatómica y generarán tocamientos. Y por ultimo, el tercer rasgo, es el fantasmático ligado a la fantasía de que dicho órgano realmente podría ser alguna vez cortado. Con todo lo anterior mencionado podemos darnos cuenta que realmente designar la palabra ―pene‖ para hablar del rasgo imaginario es totalmente equivocado, solamente podríamos mencionar ―pene‖ para plantear un rasgo meramente orgánico. Falo Simbólico. El órgano masculino tiene el valor de ser intercambiable con otros objetos. Aquí el falo ya no juega un papel de presencia o ausencia, trata más bien de que ocupe uno de los lugares de los objetos que se ofrecen para el niño en el momento que es despojado del objeto de goce que sería la madre. Esto permite mantener el deseo sexual del niño, trasladado a otro objeto con lo cual permite quitar a la madre de ese lugar de goce. La experiencia de castración es importante para la constitución sexual humana. El desdetete o el control de esfínteres le quitaran al niño el lugar de goce en el que se encuentra, el no estar inmiscuido en el goce total todo el tiempo y con ello los objetos perdidos obtendrán un valor de falo simbólico el cual pueda desplazar el deseo hacia otro objeto. Aquí también se puede dar una condición de no estar siempre en el goce, que algo falte, que exista la falta y es aquí cuando se comienza a dar una condición de posibilidad para que el niño comience arrojar esbozos de frases o palabras las cuales pueden ser articuladas al momento en que el niño quiere decir algo y esto se da cuando le falte algo. El falo simbólico significa que el hombre habita un deseo sexual, con esto se quiere decir que existirá un deseo incestuoso el cual tuvo que renunciar en algún momento de su vida, dada la ley del padre (ley de prohibición del incesto). Todo esto pensado en que tendría que haber renunciado al goce de la madre y aceptar la insatisfacción del deseo, el no todo no siempre, el no estar completo con el Otro.
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La castración no se define solamente por la amenaza que provoca la angustia del niño, ni por la envidia de pene de la niña, principalmente se define por la separación que existe entre la madre e hijo. Para Lacan ―la castración es el corte producido por un acto que secciona el vínculo imaginario y narcisista entre la madre y el niño”. Dando así la posibilidad de la falta. Para concluir quiero tomar algo que Lacan propone: “El falo es situado como <ex-sistencia>; se
trata de ubicarlo en la separación entre el redondel de lo Real y el de lo Simbólico, en el límite del goce fálico que, en los bordes del objeto a, se articula con el goce del Otro y el sentido‖. El falo es por lo tanto una noción central para el psicoanálisis, a condición de articular y de entender sus tres dimensiones en un abordaje a la vez lógico y topológico que, de modos diferentes, pero no contrarios, permita no hacer de él una sustancia, mágica, religiosa o metafísica.
REFERENCIAS. Juan David Nasio. (1996). ENSEÑANZA DE 7 CONCEPTOS CRUCIALES DEL PSICOANÁLISIS. Barcelona, España: Gedisa. Jaques Lacan. (2009). Jaques Lacan, Escritos ll. México: Siglo Veintiuno Editores. Sigmund Freud. (1905). Tres ensayos de teoría sexual. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu. Dylan Evans. (1998). Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano. Buenos Aires, Argentina: Paidós. Roland Chemama. (1998). Diccionario del Psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.
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“…el médico se vale para acercarse,
RESUMEN:
con mayor o menor éxito, al modelo de una cura por amor
El presente artículo presenta las semejanzas entre el método psicoanalítico propuesto por S. Freud hasta 1907 y el proceder del protagonista Hanold en la novela breve de ―Fantasía pompeyana‖ de W Jensen, analizada por S. Freud en su obra ―El delirio y los sueños en la obra de la Gradiva‖. No es la finalidad exponer el análisis de los sueños, la generación del delirio, ni los análisis detallados que realiza Freud del aspecto anímico en los personajes de esa novela. El interés es mostrar los elementos descubiertos por S. Freud y que el poeta Jensen expone y desarrolla admirablemente, como si conociera la teoría psicoanalítica freudiana, tales como: 1) represión de los impulsos libidinales, 2) la vida consciente determinada por su vida inconsciente, 3) la negación de su deseo, 4) la compulsión a la repetición como una salida, 5) su manifestación en sueños, 6) su manifestación en delirios, 7) simbolización por desplazamiento, 8) desenlace. En conclusión, S. Freud reconoce que los poetas saben más del ser humano, de quienes hay que aprender. Comentarios finales.
tal como nos la pinta el poeta”. (1) I.- Introducción. Sigmund Freud propone que los sueños son realizaciones de deseos que se alimentan de los restos diurnos. Son dos elementos que plantea en su magna obra ―Introducción a la interpretación de los sueños‖ al inaugurar el nuevo siglo, año 1900. Tres años después de publicarse la gran obra inaugural sobre la investigación de la psique humana, se encuentra en librerías, la novela de ―Fantasías Pompeyanas‖ del escritor W. Jenssen. Y cuatro años más tarde (1907), S. Freud publica un análisis sobre ―El delirio y los sueños en la Gradiva‖, referido a los sueños y delirios de Norbert Hanold, el protagonista de la Novela de W. Jensen. Con esta publicación, S. Freud demuestra como el inconsciente y sus procesos, no solo se presentan en los sueños, sino que también se expresan en todas las actividades de la vida diaria. De forma muy especial, en una obra literaria, como la novela. Los sueños y delirios de Hanold, a pesar de ser sueños del actor principal en una obra literaria, estos expresan de forma análoga lo que sucede en las ensoñaciones de cualquier persona. En el fondo, plantea Freud, son las proyecciones de su autor, el escritor W. Jenssen, quien hace soñar a sus personajes fruto de la fantasía.
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A pesar de ser sueños y delirios del protagonista de una obra literaria, S. Freud encuentra que en estos, se encuentran y expresan los mismos elementos y procesos descubiertos en su magna obra: la Interpretación de los sueños. S. Freud refiere que en esta obra, “El delirio y los sueños en la Gradiva”, tenía el único propósito de indagar, con ciertos métodos analíticos, los sueños esparcidos en la novela de la ―Gradiva‖ de Jensen. Pero comenta que se vio arrastrado a desmembrar la historia y examinar los procesos anímicos de sus dos personajes principales, Hanold y Zoe. Reconoce que los sueños de Hanold no son sueños reales de una persona, sino sueños jamás soñados, creados por el poeta y atribuidos a los personajes de su obra. (2) S. Freud plantea al final de este artículo, “El delirio y los sueños en el Gradiva”, que los sueños, son: “Deseos figurados como cumplidos, pensamientos oníricos latentes… , para que nazca un sueño se requiere de la cooperación del deseo, la más de las veces inconsciente. Este último establece la fuerza pulsional para la formación del sueño, mientras que los restos diurnos le proporcionan el material”. (3) En Norbert Hanold se expresa la contradicción, ser cautivado por una mujer imposible, una imagen en bajo relieve de yeso, y al mismo tiempo aparece indiferente a la mujer posible de carne y hueso que tiene cerca, Zoe. En el fondo, está el deseo del que parece no darse cuenta, que se esconde, que lo hace actuar, viajar y padecer sueños y delirios de un deseo reprimido que nació en su infancia. El viaje que realiza a Nápoles y Pompeya, parece como actividad de lo más normal, el deseo de un arqueólogo. Pero ¿Qué se esconde detrás de ese actuar?, realmente parecen dos deseos, un deseo de naturaleza científica y otro de índole erótica inconsciente. Este último, es el que mueve en realidad toda la trama, un deseo reprimido que oculta su naturaleza. Hanold hace infinitos rodeos para no encontrarse con ese deseo crucial, y que se aparece en detalles que aparentemente no tendrían ninguna importancia, como los pliegues de un vestido, los pies en una sandalia en una posición un tanto difícil, de un pie parado en su punta, en la aparente función de caminar, al dar un paso con gracia en la imagen en bajorelieve de Gradiva. La misma imagen y acción que tendría la chica de apellido germánico, ―Bergang‖, mujeres de esa familia que tienen ese peculiar andar y que son descendientes de griegos. En la imagen de la Gradiva, ―La de andar resplandeciente‖ se disfraza ese significado del caminar de los ―Bergang‖. Ese detalle es el que desencadena todo su acontecer, todos sus conocimientos, todos sus intereses se van al servicio de su deseo, convertido en una fantasía, un sueño y un delirio. Sobre el delirio, S. Freud dice: ―Es que los síntomas del delirio – tanto fantasías como acciones – son resultado de un compromiso entre las dos corrientes anímicas, y en un compromiso se toman en cuenta las demandas de cada una de las partes: y por lo demás cada una de ellas ha debido renunciar a un fragmento de lo que quería conseguir. Toda vez que se produjo un compromiso, hubo ahí una lucha; en nuestro caso, el conflicto que hemos supuesto entre el erotismo sofocado y los poderes que lo mantienen en la represión. En verdad cuando se forma un delirio esta lucha nunca toca a su fin. Ataque y resistencia se renuevan tras cada formación de compromiso, ninguna de las cuales resulta satisfactoria‖. (4) S. Freud plantea que lo reprimido, en su retorno, sale a la luz desde lo mismo que fue represor. Pone como ejemplos, los casos de Felicien Rops, monje que abrazo a mujer voluptuosa en una cruz, para distraer el deseo de lo que es sexual. Otro ejemplo que apoya esta tesis, el caso de Jean Jacques Rousseau, quien en actividades docentes con la dama Lascia, realiza tareas inocentes y neutrales como las matemáticas.
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Pero estas le traicionan, ante una aparente actividad neutral, como al chocar dos cuerpos en la enseñanza de la física, este fenómeno le hace referencia simbólicamente por desplazamiento, al deseo de chocar sus cuerpos entre sí. Las matemáticas le traicionaron al hacer evidente su deseo. (5) En el relieve de Gradiva en su aparente función de caminar, se pueden observar recuerdos y representaciones vinculados a unos sentimientos eróticos reprimidos o adormecidos desde su infancia, que al mismo tiempo, se revelan y buscan abrirse paso, pero existe un poder, una fuerza que los reprime. Un conflicto que se expresa en síntomas: sueños y delirios. El arqueólogo Hanold, en su infancia, compartió actividades en la escuela con la niña Zoe, hija del Profesor Universitario. Con esta niña tuvo muchas actividades lúdicas y acciones disfrazadas en empujones y manotazos, sobre el afecto que sentía por ella. Pero hubo una acción que se podría decir le marco, como una especie de impronta. Fue ahí donde nace su interés por ese curioso caminar, el recuerdo de su compañera de la infancia. Ese ―Bello caminar‖, con ―La punta del pie tocando el piso al dar el paso‖, podría decirse un fetichismo nacido en la niñez. Una perturbación anímica que se inicia en una impresión casual de sus vivencias infantiles, con un rastro erótico que quedan olvidadas, no llegan a la consciencia y quedaron reprimidas. (6) En la Inconsciencia de este deseo es donde se juega toda la trama y el desarrollo del delirio y los sueños en Hanold, la imagen de la Gradiva es su representante. No es el delirio de un psicótico, si el de un neurótico que se cree sus sueños y le atribuye realidad a sus espectros simbolizados. Más adelante expone que, las fantasías precursora del delirio, llegan a la consciencia toda vez que hay arreglos con la cesura, mediante alteraciones y desfiguraciones. Luego de consumado el compromiso, los recuerdos se convierten en fantasías. La situación psicológica resultante despierta y produce sentimientos que sólo se pueden asir con su representación. El juego que se desarrolla en su interior, es una lucha entre erotismo y fuerzas que lo reprimen, y lo que resulta de esta lucha se exterioriza en el delirio y en los sueños. S. Freud propone un determinismo en el ser humano, que en la obra de la Gradiva, se le revela a Hanold consciente, el otro inconsciente. Sus recuerdos reprimidos infantiles que se esconden tras las imágenes. Hanold tiene varios sueños, con muchos elementos simbólicos entretejidos que dan cuenta de su deseo reprimido y su forma incompleta de satisfacerse. El poeta, dice Freud, ha agregado una historia de amor a su fantasía arqueológica y preparo un desenlace en un cortejo amoroso como algo necesario. ―Mira todo eso significa que me amas‖, de esta manera, la chica lo libera de su delirio. ―El poeta, (dice Freud), conoce la naturaleza del delirio. La perturbación desaparece cuando esta es reconducida a su origen, ―Gradiva‖ que es Zoe Bergang, y de esta forma opera simultáneamente la curación‖. (7) Para el caso de la obra de la Gradiva, más que el delirio y los sueños del arqueólogo Hanold, comenta Freud, la novela escrita, refleja las manifestaciones de deseo del poeta, y son expresadas estéticamente en su obra literaria. Esto parece confirmarse en otras de las obras de W. Jenssen, que reflejan el mismo problema de vida amorosa y que resuelve de la misma manera poéticamente satisfactoria. Las obras son: ―El parasol rojo‖, ―En la casa gótica‖. Los tres relatos con mismo tema, que reflejan la propia vida del escritor, su Infancia. Todos estos aspectos observa S. Freud al analizar las obras literarias del poeta. Los actores de sus novelas son tratados como sujetos reales, que considera son fiel reflejo de realidad de su autor. 94
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En un anexo posterior (parte IV), S. Freud relata el intento de haberse entrevistado con W. Jensen para conocer su punto de vista sobre su artículo e invitarlo a intercambiar opiniones, pero que no obtuvo respuesta. S. Freud compara la semejanza entre el proceder en la obra de Gradiva y su método analítico. Se limita a dos puntos: Hacer consciente lo reprimido, y la coincidencia del esclarecimiento con la curación. Se extiende a lo que resalta como lo esencial de toda alteración, el despertar de los sentimientos. (8) Por conclusión, todo tratamiento psicoanalítico, así como sucedió en la obra de Gradiva, la solución a una situación de neurosis es un intento de poner en libertad un amor reprimido que había hallado en un síntoma una lamentable escapatoria de compromiso. (9) II.- Semejanzas y paralelismos de los hallazgos de la teoría Psicoanalítica Freudiana en la obra: ―El delirio y los sueños en la Gradiva‖, (1907) como manifestación de la neurosis: 1) Represión de su vida amorosa infantil: - Hanold en su infancia daba jaloneos y manotazos hacia Zoe como juegos amorosos, sentimientos que fueron reprimidos. - Los recuerdos reprimidos de la infancia y actuales de Hanold por su sentido erótico hacia su compañera Zoe, hace que se quede fijada sólo en una representación: ―El hermoso andar‖. - Más tarde en Hanold se reactualiza esa representación, cuando queda impactado ante una imagen de yeso, en bajo relieve, de una doncella por su ―Hermoso andar‖, aunque no puede descifrar porque. - Su vida amorosa queda reprimida y desplazada por actividades neutras, como su interés científico por la arqueología. - La huida de Hanold de su amada significa un triunfo de la represión. - El viaje en busca de su ―Gradiva‖, es la añoranza de su infancia manifestada en un delirio que resulta vencedor. 2) Simbolización por desplazamiento: - Esto queda representado por la figura atrayente de una imagen en bajo relieve de una de las diosas griegas de la naturaleza, a la que denomina ―Gradiva‖. Simbolizando sin saber ―El hermoso andar‖ de la amiga de su infancia, Zoe Bergang. - Gradiva (Latín, griego) = Bergang (Alemán) = ―Andar resplandeciente‖. (10) - ―Le confiere nombre a ―Gradiva‖, apelativo del dios de la Guerra, ―Mars Gradivus‖ de linaje griego, no latino, aunque el contexto donde lo extrae sea latino, Pompeya‖. (11) - El poeta homologa a Zoe como la diosa de la naturaleza del bajo relieve. - S. Freud indica ―Lo más llamativo del enamoramiento de la figura de piedra… parecerle sospechoso de ―fetichismo‖… el pie de la mujer y su posición al andar. (12) - N. Hanold como prisionero de su deseo no cumplido, simbolizado en el pájaro atrapado en su jaula, y en la lagartija atrapada por un pájaro.
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- Otras simbolización, el sepultamiento del deseo de Hanold, semejante al sepultamiento de la ciudad de Pompeya por el Vesubio, centro de sus investigaciones. - Otra homologación del escritor, es poner a Zoe que “Caza lagartijas”, equivalente a “Caza marido”. - El sueño de la pareja de Apolo Belvedere y a la Venus capitolina, exaltación irónica de la pareja de la habitación contigua a la de él. 3) La compulsión a la repetición: Otros efectos de su represión es la acción repetitiva de estar observando el caminar de todo tipo de damas, para encontrar a una con ―El hermoso caminar‖, semejante a la ―Gradiva‖ de su imagen. 4) Negación de su deseo: Hanold en su viaje a Roma, Nápoles, va a dar las ruinas de Pompeya en donde se encuentra con Zoe, a quien no reconoce. ―Hanold, según la queja de la muchacha poseía el don de la ―alucinación negativa‖, o sea el arte de no ver ni reconocer a ls personas aunque estuvieran presentes‖ (13) - A Hanold le molesta las parejas en viaje de bodas, en su viaje asexual. - Desautoriza su erotismo, al expresar su aborrecimiento de las parejas comunes y corrientes, como la pareja Agust y Grete. - A una pareja de enamorados, en el viaje de bodas, quiere verlos como hermanos. 4) Actuación de su vida consciente determinada por su inconsciente. - Reprime su vida amorosa por actividades científicas. - Hanold hace estudios de arqueología, de forma consciente investigando el pasado arcaico, pero en el fondo, buscando su pasado reprimido inconsciente. - Su ciencia arqueológica es inhibida y perturbada y viaja a Pompeya al servicio del delirio, investigando la imagen de la ―Gradiva‖. 5) Manifestación en sueños: Se cumplen reglas del sueño como cumplimiento de deseo. - El sueño se entrama con las actividades de la víspera: Las indagaciones pedestres de Hanold en búsqueda de la Gradiva y el consecuente sueño. - La creencia en la realidad de las imágenes oníricas y que algo del sueño coincide con la realidad. Ejemplo, El ruido de la calle al dejar la ventana abierta, con el ruido del mar embravecido y furia de la erupción del volcán en su sueño. - Hay contenidos de sueños que son terroríficos, como el primer sueño de Hanold. S. Freud propone que ―…en una interpretación del sueño es preciso sustituir la angustia por un estado de exitación sexual‖. (14) - También hay sueños que no son angustiantes como el segundo sueño de Hanold, sobre la pareja de Apolo Belvedere y a la Venus capitolina. 96
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- S. Freud, plantea que ―el sueño es el delirio por así decir fisiológico del hombre normal‖. (15) -También propone que, ―…el soñante en su pensar inconsciente sabe todo aquello que ha olvidado en su pensar consciente‖. (16) 6) Manifestaciones de delirio: S. Freud plantea que, ―En todo delirio se esconde un granito de verdad‖ (17) - Hanold al levantarse de su sueño, ve a través de la ventana en la calle, a una dama con la imagen de ―Gradiva‖, (―De hermoso caminar‖) y corre tras ella, para luego descubrir su error, ante la burla de la gente. - Hanold toma a la ―Gradiva‖ de su sueño como un evento de la realidad, de ahí surge el delirio, y va a Pompeya en su búsqueda. - Otra manifestación de su delirio, es confundir a Zoe, joven real, con el espectro de la ―Gradiva‖. 8) El desenlace. La solución al delirio de Hanold la tiene Zoe, que significa ―Vida‖, y es ella quien va a rescatarlo, por la fuerza de su amor. - La aparición de Zoe como ―Gradiva‖, crea la máxima tensión de todo el relato de la novela, y hace que Hanold regrese a la realidad. - S. Freud plantea que toda perturbación desaparece cuando esta es reconducida a su origen. En el caso de Hanold el espectro de la ―Gradiva‖ es reconducida a su origen, la joven Zoe. (18) Función de realidad: - Hanold al observar el ―Hermoso caminar‖ de Zoe con zapatillas y no con las sandalias de ―Gradiva‖ lo hace cuestionarse de la irrealidad de su delirio. - Zoe le dice: ―Me parecer como si ya una vez, hace dos mil años, hubiéramos comido juntos nuestro pan. ¿No puedes acordarte?, él no supo que responder‖, Una analogía de su niñez. - Zoe lo nombra por su nombre: ―¡Estas manifiestamente loco, Norbert Hanold!‖ Freud indica que, ―…Llamar a un durmiente o sonámbulo por su nombre es el mejor recurso para despertarlo‖ (19) - Hanold es confrontado al dirigirse a Zoe en griego y ella lo confronta y le dice: ―Si quiere usted hablar conmigo, tiene que ser en alemán‖.
La solución, es llevar a Hanold al origen de su deseo, como lo hizo Zoe al recordarle los eventos de su niñez. Le recuerda cuando la empujaba y daba manotazos, le jalaba el cabello, en su remoto pasado.
- Hanold se da cuenta que ―Gradiva‖ es Zoe, y ella vive en el presente y en la misma ciudad que él. - Zoe hace ver a Hanold el sentido de su delirio: ―Mira todo eso significa que me amas‖. - S. Freud puntualiza ―…El triunfo del erotismo lleva a reconocer lo que había de bello y valioso también en el delirio‖. (20)
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- Por su parte, para Zoe, la trama le resuelve un punto muy importante en su vida, reencontrar al padre en el amado, y es el poeta, quien proporciona la salida y el análisis psicológico. - Como corolario: Tal como lo describe S. Freud para ese momento en que escribe esta obra (1907), considera que, ―… el médico se vale para acercarse, con mayor o menor éxito, al modelo de una cura por amor tal como nos la pinta el poeta‖. (21) Conclusión. Sigmund Freud encuentra apoyo para su teoría en esta obra, y ve en el poeta, todo un saber, sobre cómo se expresa la psique en el inconsciente. Se encuentra sorprendido por todos los elementos del psicoanálisis por él descubiertos y como los procesos inconsciente se manifiestan en los personajes de una novela ficticia, y como estas conclusiones pueden extenderse a todo el campo de los escritores. ―Opinamos que el poeta no necesita saber nada de tales reglas y propósitos de suerte que puede desmentirlos de buena fe, y que por otra parte no hemos hallado en su creación nada que no estuviera contenido en ella (del método psicoanalítico). Lo probable es que nos nutramos de la misma fuente, elaboraremos idéntico objeto, cada uno de nosotros con diverso método; y la coincidencia en el resultado parece demostrar que ambos hemos trabajado bien. Nuestro procedimiento consiste en la observación consciente de los procesos anímicos anormales en otras personas a fin de poder colegir y formular sus leyes. El poeta procede de otro modo; dirige su atención a lo inconsciente dentro de su propia alma, espía sus posibilidades de desarrollo y les permite la expresión artística en vez de sofocarlas mediante una crítica consciente. (22) Comentarios finales. La obra ―El delirio y los sueños en la Gradiva‖, fue la primera publicación que hizo S. Freud de un análisis desde su teoría sobre una obra literaria, que ahora se conoce como psicoanálisis aplicado. Le antecedieron, de acuerdo a Strachey, comentarios sobre Edipo Rey y Hamlet en ―La introducción a la Interpretación de los sueños‖, y a un cuento breve ―La Juez‖ de Ferdinand Mayer, como comentario en una carta a Flies en 1898. La finalidad de hacer la revisión de este análisis, fue para observar como S. Freud encontraba elementos comunes de sus hallazgos, con el actuar de los personajes ficticios de una novela, que infiere, son proyecciones de su autor. Con esta publicación, le hace de dar un nuevo giro en sus indagaciones sobre el psiquismo humano. Sus observaciones en la clínica, se podía encontrar y corroborar en las producciones literarias, y estas podían reflejar elementos del psiquismo humano que su campo de saber estaba elaborando. Reconocía en el poeta recursos y fuentes de producción del inconsciente, y que expone mucho del psiquismo, de un saber y del padecer humano. Lo sorprendente, era encontrar estos fenómenos en personajes de ficción, que confirmaban sus hallazgos hasta ese momento. S. Freud abrió un campo nuevo en el estudio del psiquismo humano, diferente a la psiquiatría y los inicios de la psicología, que se concentraban en los procesos psíquicos conscientes. Al contrario de estas disciplinas, se interesa en el equívoco, el lapsus, olvidos, sueños, todo aquello que parece contradictorio, paradójico y fuera de lo normal, que sin embargo, determina el proceder humano. El inconsciente fue el proceso que centró su atención. Ve en la Producción literaria y posteriormente en otras áreas como la pintura, escultura, y del arte en general, medios óptimos de indagación sobre el psiquismo humano. Observando en la producción del artista efectos del psiquismo humano del que hay que aprender. 98
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S. Freud siguió investigando y haciendo hallazgos que confrontan, y superan sus anteriores indagaciones. Aún le falta por escribir sus grandes construcciones teóricas y estructurarlas en su ―Metapsicología‖, ―Sobre el narcisismo‖, ―Duelo y melancolía‖, ―Más allá del principió del placer‖, ―Inhibición, síntoma y angustia‖, su segunda tópica, etc. Sin embargo, es importante señalar, que en el curso de la evolución de su pensamiento, el giro de su mirada a otros campos de la producción humana como los mitos y las artes. No dejo de considerar la importancia de la aportación de los artistas, como un productor natural de elementos sobre el psiquismo y la complejidad de la condición humana, elementos de interés para el psicoanálisis.
Citas Bibliográficas. 1.- S. Freud. “El delirio y los sueños en la Gradiva” de W. Jensen (1907 (1906)), Ed. Amorrortu editores 2011 Buenos Aires, Vol. IX, p. 75 2.- Op. cit., p. 35
3.- Op.cit., p. 77
4.- Op. cit., p.34
5.- Op. cit., pp. 30,31
6.- Op. cit., p. 38
8.- Op. cit., p.74
9.- Op. cit., p.74
10.- Op. cit., p.31
11.- Op. cit., p.42
12.- Op. cit., p.38
13.- Op. cit., p. 56
14.- Op. cit., p. 51
15.- Op. cit., p. 52
16.- Op. cit., p. 69
17.- Op. cit., p. 67
18.- Op. cit., p. 74
19.- Op. cit., p. 23
20.- Op. cit., p. 33
21.- Op. cit., p. 75
22.- Op.cit., p. 76
7.- Op. cit., p.74
BIBLIOGRAFÍA SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS 1.- S. Freud. (2011) “El delirio y los sueños en la “Gradiva” de W. Jensen (1907 (1906)), Ed. Amorrortu editores Buenos Aires, Vol. IX, pp 3 -79 2.- S. Freud. (2011) “Introducción a la interpretación de los sueños” Ed. Amorrortu editores Buenos Aires, Vol. V
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RESUMEN:
Este artículo analiza la trayectoria que va del eje saber-verdad, al eje verdad-subjetividad, a partir de una revisión de los cursos que
1. A manera de introducción En este artículo, tomando como base el triunfo de la razón y sus instituciones, como la aurora de la filosofía y posterior base de la racionalidad moderna, se realiza un recorrido sucinto por la obra tardía de Michel Foucault,
comprenden de 1970 a 1984, con
para explicar el giro fundamental que se dio entre el
el objetivo de ubicar el giro hacia
primer tomo de la Historia de la sexualidad y los tomos
la hermenéutica del sujeto y hacia
subsecuentes.
la época en que Foucault apunta al eje de la parrhesía como decir verdadero y su vinculación con una nueva ética entendida como estética de la existencia.
De esta forma, se transita del eje poder-saber, a los nuevos ejes analíticos de la gubernamentalidad y la biopolítica, para llegar al eje definitivo y acabado del último Foucault: verdad y subjetividad. La base del análisis de la relación verdad-subjetividad pasa del tema de la veridicción a la parrhesía, entendida como el coraje de decir la verdad. El énfasis en la parrhesía nos lleva a la aventura de configurar una nueva relación del sujeto consigo mismo y a una nueva, y por qué no decirlo, tal vez definitiva configuración de la ética. La base de esta nueva ética, que se aleja de los supuestos formalistas, así como de las bases religiosas y jurídicas es la constitución del sujeto como la única y auténtica obra de arte por la que vale la pena luchar, hasta el final.
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2. Mito y logos: el triunfo de la razón hegemónica Según la más comúnmente aceptada interpretación, la filosofía nace del corte que se da entre las concepciones míticas del mundo y la nueva forma de cuestionarse sobre el origen de las cosas, del Arché, como el principio rector y actuante que antecede al ser y lo determina, ya sea mediante elementos naturales (agua, fuego, aire, los elementos o lo indeterminado) o a partir de las formas (ideas). Mito y logos se concatenaban en los griegos para construir narrativas, ―órdenes del discurso‖ sólo separados por sus respectivas pretensiones de verdad. El conocimiento científico moderno, a través de su canon de método de experimentación, prueba y verificación, también puede ser considerado, a la postre un mito, una fabricación más de la voluntad de verdad: "¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas sino como metal"1 El mito de Apolo y Dionisio encarna en buena medida este paso del mito al logos, de la vida puramente instintiva a la razón. Según Nietzsche2, los griegos llamaban Dionisio a la sensación ilimitada, no limitada por la palabra, sin individuación, porque el acto de individuación es ya un filtro racional. Individualizar es hacer del ser un ente, lo cosifica. Dionisio es caos, es embriaguez, es instintos que están en constante lucha por emerger, pero se le opone Apolo. Superar a Dionisio es encarcelarlo y esa cárcel se llama Apolo, que es el orden, la luz, la razón que busca controlar la experiencia dionisíaca. Apolo es conocimiento, religión, ética Pero Apolo necesita a Dionisio para aprisionarlo y Dionisio necesita a Apolo para superarlo. Apolo se transformó en instituciones como la familia, el gobierno, la religión y en una constante lucha domestica a Dionisio, que tiene una fuerza interior devastadora y es esa fuerza que provoca los cambios. Apolo es la palabra, la razón, la armonía, el orden, el logos, mientras que Dionisio es el dios del vino, de la embriaguez, de las pasiones ilimitadas, de las orgías; es instintivo primitivo. Hay una batalla que nunca acaba entre Apolo y Dionisio porque finalmente Dionisio no puede ser domesticado, quizá es aprisionado temporalmente por Apolo, pero su fuerza interior se encuentra desatada y ese campo de batalla entre estos dioses impulsa todas nuestras acciones y nuestro saber. La arena en la que Apolo logra una victoria temporal es el marco del análisis realizado por ―el primer Foucault‖ desde la Historia de la locura en la época clásica hasta Vigilar y castigar. El gran mito del logos encumbrado a orden, a disciplinas, a examen, a ortopedia social, es analizado por el autor de Las palabras y las cosas con base en una arqueología que disecciona las formaciones discursivas, para desentrañar las narrativas >> _______________
1.- NIETZSCHE, Friedrich. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. p. 25. 2.- Cf. NIETZSCHE, Friedrich., El origen de la tragedia.
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mitológicas que configuran las instituciones de la modernidad: el asilo, la escuela, el taller, la prisión, la clínica, el manicomio; instituciones que fabrican al demente, al estudiante, al delincuente, al enfermo, con base en una discursividad locuaz que configura los espacios, determina las conductas aceptables, segrega y cuadricula, estigmatiza y reticula. En la apoteosis de las mitologías del gran logos racionalista, aparece el aparato disciplinario por excelencia: el Panóptico, instrumento eficaz que permite vigilar sin ser vigilado, que configura una sociedad que recibe su nombre y que vive en la trama inflexible de las instituciones configuradas discursivamente por el logos de la modernidad: del hospital, a la escuela, al taller o a la prisión y de ahí al asilo. Sin embargo, es posible pensar de otra forma… Aunque siempre termina en una predominancia de Apolo, éste se encuentra con la aparición de lo dionisiaco que nos alerta que la existencia ha tomado un rumbo, que no es el único. De ese campo de batalla entre Apolo y Dionisio emerge la verdad materializada en el arte, Nietzsche lo expone con claridad: Mucho es lo que habremos ganado para la ciencia estética cuando hayamos llegado no solo a la intelección lógica, sino a la seguridad inmediata de la intuición de que el desarrollo del arte está ligado a la duplicidad de lo apolíneo y lo dionisiaco (…) esos dos instintos tan diferentes marchan uno al lado del otro, casi siempre en abierta discordancia entre sí y excitándose mutuamente a dar a luz frutos nuevos y cada vez más vigorosos…hasta que finalmente, por un milagroso acto metafísico de la voluntad helénica, se muestran apareados entre sí y en ese apareamiento acaban engendrando la obra de arte, a la vez dionisíaca y apolínea, de la tragedia ática3. Obra de arte en cuyo origen se encuentra no otra cosas que la extroversión plena de la existencia. Aquí como ya lo sabían los grandes teólogos medievales: ents et pulchrum convertuntur, o como lo sostiene Nietzsche en sus Nachgelassene Fragmente:
"¿qué es lo bello? una sensación de placer que nos oculta las verdaderas intenciones que tiene la voluntad en un fenómeno… Objetivamente, lo bello es una sonrisa de la naturaleza, un exceso de fuerza y de sentimiento de placer de la existencia"4. Nietzsche libra la batalla en el ámbito del des ocultamiento de la verdad a partir de la genealogía con la que pretende "recorrer con preguntas totalmente nuevas y, por así decirlo, con nuevos ojos, el inmenso, lejano y tan recóndito país de la moral"5. Esta labor genealógica le permite des ocultar lo que en las narraciones morales se había ocultado: Todo cuanto se consideraba verdad ha sido desenmascarado como la mentira más peligrosa, más pérfida, más subterránea; el sagrado pretexto de mejorar los hombres aparece como una astucia para agotar la vida misma, para anemiarla extrayéndole la sangre6. _______________ 3.- Ibid. p. 21. 4.- NIETZSCHE, Friedrich. Fragmentos póstumos. I. p. 159-160. 5.- NIETZSCHE, Friedrich. La genealogía de la moral. Prólogo. p. 24. 6.- NIETZSCHE, Friedrich. Ecce homo. p. 158.
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Al final debe triunfar la vida como éxtasis, "la vida ascendente", en la que "felicidad e instinto son idénticos" 7: ―Dionisios enfrente del crucificado‖. En su ―Introducción a la estética‖, Ignacio Yarza expone que todo arte presenta, junto a la belleza, contenidos inteligibles. Por ejemplo, la pintura, además de su belleza, declara muchas verdades de modo directo y con frecuencia, es más eficaz que las descripciones conceptuales. Lo mismo que una novela puede expresar, de manera más directa, muchas verdades del hombre y su conducta. Yarza señala que una verdad puede ser conocida de manera diversa, a través de una racionalidad estética, presente en las distintas manifestaciones del arte, con la que es capaz de percibir la belleza y junto a ella la verdad8. El arte manifiesta así la verdad, revela al ser en tanto que verdadero, rompe con el domino hegemónico de una discursividad locuaz que pretender arrogarse el dominio total del descubrimiento del ser, de la alétheia, de la mostración de la verdad. El arte es a la vez belleza, entidad y verdad. La verdad resplandece a través del arte que no es otra cosa que vida. La parrhesía es el resplandor de la verdad del ser, en tanto obra de arte que se expresa a partir del discurso que releva la verdad íntima del sí mismo; esto es lo que habrá que demostrar. 3. La parrhesía como arte de la existencia Los últimos años de vida de Michel Foucault representaron un giro decisivo con un retorno a los clásicos, que evoca la trayectoria emprendida por el ―segundo Heidegger‖, incluso con las sutilezas etimológicas comunes, pero yendo más allá al provocar una profunda reflexión sobre la vida como obra de arte. Ya desde las conferencias en Rio de Janeiro el filósofo de Poitiers hacía uso del recurso al mito de Edipo, como representación del saber y del poder vinculándolo a la justicia en la comunidad, y no a la usanza freudiana como remarcado en el inconsciente totalizante del sujeto9. Para Foucault el Edipo de Sófocles no es una mera representación de las patologías de la sociedad, es una historia sobre las formas de producción de la verdad. En Edipo se da la transición de un modelo de justicia basado en la ordalía y en el testimonio de los dioses, a un modelo basado en el testimonio de los seres humanos bajo la égida del gobernante: Tenemos pues dos series que se oponen, y cada una de ellas caracteriza un tipo de saber y un tipo de poder. Por una parte la serie de la mántica, que está suspendida sobre el tiempo, se despliega en la dimensión de la πρόνοι y por intermedio de los mensajeros se mantiene a la escucha de los decretos-profecías a los que hay que someterse: ese saber está ligado al poder del soberano-religioso. Por otra parte está la serie de la γνωμη: ésta se despliega entre el pasado y el presente; y, sobre la base del testimonio de quienes han visto, han presenciado, ―estaban allí‖, permite que uno ―descubra‖ por sí mismo y encuentre el remedio; ése es el saber del tirano10. Estudiar al ―primer Foucault‖ es entablar un diálogo sobre el poder y el saber: la verdad como tópico fundamental de la filosofía no puede separarse del planteamiento del intelectual francés: la verdad que emerge de las formas jurídicas, la voluntad de saber que prevalece como tema en el curso 1970-1971 en el Collège de France.
_______________ 7.- NIETZSCHE, Friedrich. El crepúsculo de los ídolos. p. 25. 8.- Yarza, Ignacio., Introducción a la estética. p. 153-190. 9.- FOUCAULT, Michel, La verdad y las formas jurídicas. Segunda conferencia. p. 28 - 30. 10.- FOUCAULT, Michel. Lecciones sobre la voluntad de saber. p. 274.
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Cabe agregar que el poder y la verdad se relacionan de diversas maneras mas no de modo universal, lo que nos incapacita para determinarlo teóricamente; por ello dentro de la estrategia foucaultiana está el de inspeccionar desde la particularidad de ciertos discursos y prácticas a nivel de la arqueología y la genealogía, aspectos que favorecen más el análisis en cuestión11. Y esto no por motivos etimológicos de la disciplina filosófica, sencillamente el poder y el saber conllevan un discurso de verdad ontológica y el sujeto en su plena constitución desarrolla el intercambio dialéctico entre el sí mismo y la realidad. Lejos del proyecto desarrollado en Upsala, con la claridad intelectual que la experiencia sueca en la indagación en archivos y bibliotecas le dejó, Foucault relega la arqueología que fue la herramienta con la que escaló los peldaños de la erudición, en aras de una exégesis directa de los textos clásicos que representaron el giro definitivo del primer tomo de la Historia de la sexualidad al segundo tomo, marcado por el regreso a la subjetividad a partir de: … un conjunto de prácticas que tuvieron ciertamente una importancia considerable en nuestras sociedades: es lo que podríamos llamar "las artes de la existencia". Por ellas hay que entender las prácticas sensatas y voluntarias por las que los hombres no sólo se fijan reglas de conducta, sino que buscan transformarse a sí mismos y hacer de su vida una obra que presenta ciertos valores estéticos y responde a ciertos criterios de estilo 12. Este giro fundamental sólo se puede explicar a partir del regreso a la Grecia antigua y a los primeros años del cristianismo manifestado en los últimos escritos, cuadernos y clases que paulatinamente se van desarrollando y cuyo recorrido puntual podemos seguir en sus lecciones en el Collège de France. Foucault transita de la arqueología a la genealogía, en el sentido de Nietzsche, como búsqueda del origen. En perspectiva, Foucault relata así, su itinerario visto desde la perspectiva genealógica. Tres ámbitos de genealogía son posibles. En primer lugar una ontología histórica de nosotros mismos en relación a la verdad a través de la cual nos constituimos en sujetos de conocimiento; en segundo lugar una ontología histórica de nosotros en relación al campo de poder a través del cual nos constituimos en sujetos que actúan sobre los otros; en tercer lugar una ontología histórica en relación a la ética a través de la cual nos constituimos en agentes morales13. Foucault profundiza así en las llamadas "artes de la existencia" o "técnicas de sí". El primer giro apenas perceptible se da cuando en el curso de 1975-1976 aparece para Foucault un nuevo ámbito analítico: la población La nueva tecnología de poder no tiene que vérselas exactamente con la sociedad… Se trata de un nuevo cuerpo: cuerpo múltiple, cuerpo de muchas cabezas, si no infinito, al menos necesariamente innumerable. Es la idea de población. La biopolítica tiene que ver con la población, y ésta como problema político, como problema a la vez científico y político, como problema biológico y problema de poder, creo que aparece en ese momento14 En el siguiente curso, Foucault introduce un nuevo término de gran importancia, que habría de ser eje de varias reflexiones hasta el último curso dictado ya en el umbral de la muerte: gubernamentalidad. _______________ 11.- GARDUÑO, Carlos Alfonso. Verdad y poder en la obra de Foucault. p. 37. 12.- FOUCAULT, Michel. Historia de la sexualidad: 2 el uso de los placeres. p. 13-14. 13.- FOUCAULT, Michel. "El sexo como moral" En Saber y verdad. p. 194. 14.- FOUCAULT, Michel. Defender la sociedad. p. 222.
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En la clase del 22 de febrero de 1978, en el contexto del análisis del surgimiento del Estado moderno, resultado del tránsito de la vieja ciencia cameralística y de la ciencia de la polizei, Foucault introduce el término, al analizar el poder pastoral: El pastorado no coincide ni con una política, ni con una pedagogía, ni con una retórica. Es algo enteramente diferente. Es un arte de gobernar a los hombres, y creo que por ahí debemos buscar el origen, el punto de formación y cristalización, el punto embrionario de esa gubernamentalidad cuya aparición en la política marca, a fines del siglo XVI y durante los siglos XVII y XVIII, el umbral del Estado moderno15. Es sumamente relevante dar cuenta de que el curso 1977-1978, la semántica de saber-verdad, crucial todavía en los cursos 1973-1974 (El poder psiquátrico) y 1975-1976 (Defender la sociedad) queda relegada a un plano ―inferior‖ y sólo adquiere relevancia en el análisis de la tecnología de la dirección de conciencia: En la Antigüedad clásica, el examen de conciencia era un instrumento de dominio; aquí será, por el contrario, un instrumento de dependencia [en la práctica pastoral]. Y en virtud de él, por lo tanto, uno forjará a cada instante un discurso de verdad sobre sí mismo. Extraerá de sí mismo y producirá cierta verdad, y ésta será el elemento que lo una a su director de conciencia16. El eje del saber y la verdad será relegado de forma importante en el curso 1978-1979 (Nacimiento de la biopolítica), en el cual, se profundiza de manera importante en la gubernamentalidad y aparece un tópico novedoso, inicialmente vinculado a los análisis del mercado: la veridicción: El mercado, en la medida en que a través del intercambio permite vincular la producción, la necesidad, la oferta, la demanda, el valor, el precio, etc., constituye un jugar de veridicción, y con ello quiero decir un lugar de verificación y falseamiento de la práctica gubernamental17. Los análisis de esta temática continuarán en el curso 1979-1980 (Del gobierno de los vivos) en el que Foucault introduce la noción de aleturgia con lo que designa: … al conjunto de los procedimientos posibles, verbales o no, por los cuales se saca a la luz lo que se postula como verdadero en oposición a lo falso, lo oculto, lo indecible, lo imprevisible, el olvido…18 Más importante aún que la introducción de la noción de aleturgia, será la aparición de un nuevo foco analítico: la subjetividad, que surge del análisis de la dirección cristiana de las conciencias y en específico, de la confesión (exomologesis): Decirlo todo de sí mismo, no ocultar nada, no querer nada por sí mismo, obedecer en todo; la unión entre ambos principios está, creo, en el corazón mismo, no solo de la institución monástica cristiana, sino de toda una serie de prácticas, de dispositivos que van a dar forma a lo que constituye la subjetividad cristiana y, por consiguiente, la subjetividad occidental19.
_______________ 15.- FOUCAULT, Michel. Seguridad, territorio, población. p. 193. 16.-Ibid. p. 217. 17.- FOUCAULT, Michel. Nacimiento de la biopolítica. p. 49. 18.-FOUCAULT, Michel. Del gobierno de los vivos. p. 24. 19.-Ibid. p. 309.
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Del eje de la gubernamentalidad y la veridicción, se da un importante tránsito al eje subjetividad y verdad, que a la postre llevará a los importantes análisis de la Parresía. El eje analítico subjetividad y verdad es materia de las conferencias pronunciadas por Michel Foucault en el Darmouth College en 1980 y será parte central del importante curso de 1981-1982 (Hermenéutica del sujeto) uno de cuyos ejes focales será el análisis de las técnicas del cuidado de sí mismo (la cura sui). Con ello tenemos ya el preludio a lo que será, en los últimos cursos, la introducción de los importantes y profusos análisis sobre la parrhesía. El año de 1982 es crucial en términos de la transición del análisis de las tecnologías del yo a la centralidad de la parrhesía. El término parrhesía fue utilizado por vez primera por Foucault en la clase del 10 de marzo de 1982 y es retomado en su penúltimo curso de 1982-1983 (El gobierno de sí y de los otros): Una de las significaciones originales de la palabra griega ―parrhesía― es ―decirlo todo‖, pero en realidad se la traduce mucho más a menudo como ―hablar franco‖, libertad de palabra, etc... la parrhesía es una virtud, un deber y una técnica que debemos encontrar en quien dirige la conciencia de los otros y los ayuda a constituir su relación consigo mismos20. Así, la parrhesía tiene tres aspectos principales: como virtud es un práctica constante y habitual que manifiesta la verdad, que se basa en el decir verdadero; como deber, es la obligación de aquellos que tienen cierta relación con otros, como lo pueden ser el preceptor, el maestro, el director de conciencia y el gobernante; en tanto que técnica está sujeta a cierto tipo de reglas que regulan su práctica. La parrhesía no es otra cosa, en el ámbito de la polis, que la concreción de un conjunto de instituciones fundamen tales, que son las condicionantes estructurales de la democracia ateniense: el nomos ―esto es, el hecho de que la regla del juego político y del ejercicio del poder se da en el marco de algo que es la ley‖, la isonomía entendida como la ―igualdad de todos ante la ley‖, la isegoría o ―igualdad de palabra‖ y la eleuthería o ―libertad interna‖21. En el curso de 1983 en Berkeley Foucault habla explícitamente de técnicas de la parrhesía, las cuales son, en apretada síntesis: ―ser lo bastante valiente como para revelar la verdad sobre uno mismo‖, los entrenamientos o ejercicios prácticos denominados como askesis para lograr el arte de vivir el techné tou biou, así como ejercicios específicos que llevan a examinar la ―verdad sobre sí mismo y decírsela a otra persona‖ 22 El poder del término ―parrhesía‖ deriva de su rica polisemia: La parrhesía… es pues cierta manera de hablar. Más precisamente es una manera de decir la verdad. En tercer lugar, es una manera de decir la verdad de tal modo que, por el mero hecho de decirla, abrimos, nos exponemos a un riesgo. Cuarto, la parrhesía es una manera de abrir ese riesgo ligado al decir veraz al constituirnos en cierta forma de interlocutores de nosotros mismos cuando hablamos, al ligarnos al enunciado y la enunciación de la verdad. Por último, la parrhesía es una manera de ligarnos a nosotros mismos en la forma de un acto valeroso
23.
_______________ 20.- FOUCAULT, Michel, El gobierno de sí y de los otros. p. 59. 21.- Cf. FOUCAULT, Michel. El gobierno de sí y de los otros. p. 162. 22.- FOUCAULT, Michel. Discurso y verdad en la Antigua Grecia. p. 183-185. 23.- Ibid. p. 82.
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Es así que la parrhesía está vinculada con la develación de lo que nosotros somos, en nuestra naturaleza nuda y evidente, pero es también un riesgo y un arte, ya que realiza cierta forma de la estética de la existencia, que consiste precisamente en la vinculación que toma la forma de un acto valeroso. De ahí que la parrhesía implique el coraje de decir la verdad. Así Foucault define a la parrhesía de la siguiente manera: Es el coraje de la verdad en el que habla y corre el riesgo de decir, a pesar de todo, toda la verdad que piensa; pero es también el coraje del interlocutor que acepta recibir como verdadera la verdad hiriente que escucha24. Este coraje conlleva entonces el riesgo para la propia vida, tal como sucedió con Platón en la aventura infortunada con Dioniosio de Siracusa, que narra con detalle en la Carta VII, y que Foucault analiza en la clase del 12 de enero de 198325. Platón el parresiasta en su decir verdadero (parrhesía) es condenado a muerte y sólo salvado por Dión quien, desobedeciendo órdenes expresas, lo vende como esclavo. Aparece así una figura emblemática de lo que debe ser el parresiasta: el que ―pone en juego el discurso veraz de lo que los griegos llamaban ethos‖25. Michel Foucault muestra como en Platón se entrelaza el arte de la existencia y el discurso verdadero, la existencia bella y la vida verdadera, la vida en la verdad y para la verdad. Por su parte, Sócrates representa el momento en el que la exigencia del decir verdadero y el principio de la belleza de la existencia26. La parrhesía es la decisión del hombre por revelar la verdad y la mejor forma de expresarla es a través del arte en sus más diversas manifestaciones, a lo cual, el filósofo parisino enuncia: ―Hay parrhesía cuando el decir verdad se dice en tales condiciones que el hecho de decir la verdad y de haberla dicho, pueden o deben desencadenar consecuencias costosas para aquellos que la dicen‖27. En ―El Gobierno de sí y de los otros‖, Foucault dedica un análisis al ―Ion‖ de Eurípides y señala que, si bien, el término parrhesía solía aplicarse a la libertad de los individuos para tomar la palabra en el espacio público, en la polis, Eurípides muestra cómo la parrhesía es parte intrínseca del individuo. La obra de Eurípides, entonces, puede ser leída como una tragedia del decir verdadero28. En este análisis cabe distinguir la parrhesía política vinculada al ―privilegio estatutario, ligado al nacimiento, consistente en una forma determinada de ejercer el poder por el decir, y por el decir veraz‖; una parrhesía judicial ―ligada a una situación de injusticia‖; y la parrhesía moral, ―consistente en confesar la falta que pesa sobre la conciencia, y confesarla a quien puede guiarnos y ayudarnos a salir de la desesperación y el sentimiento que tenemos de nuestra propia falta‖29. Hay en los dos últimos cursos de Foucault una vuelta al tema crucial del olvido del ser, planteada en una nueva clave ontológica, más cercana a Lévinas que a Heidegger. No se trata de regresar a los griegos para desentrañar etimologías que den cuenta de las dimensiones del ser ahí, sino de recuperar el sentido de la filosofía primera, de la auténtica ontología como ética y volver a la pregunta fundamental que la ontología debe plantearse desde el inicio: quién es el ser que somos nosotros. _______________ 24.- CASTRO, Edgardo. Diccionario Foucault. p. 288. 25.- FOUCAULT, Michel. El gobierno de sí y de los otros. p. 165 ss. 26.- FOUCAULT, Michel., El coraje de la verdad. p. 41. 27.- FOUCAULT, Michel. El coraje de la verdad… p. 150. 28.- FOUCAULT, Michel. El Gobierno de sí y de los otros. p. 56. 29.- Ibid. p. 105.
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Durante siglos la búsqueda de la verdad ha sido una de las actividades fundamentales de la filosofía. Heidegger mismo llega a desentrañar esta verdad en la obra de arte: ―Toda obra de arte es una cosa y puede ser también un útil. La obra hace visible al ser… si la obra devela los entes, en ella se da un desocultamiento de la verdad. La esencia del arte es develar la verdad del ente‖30. Del pensamiento de Heidegger en ―Arte y poesía‖, el concepto de parrhesía desarrollado bajo la mirada hermenéutica de Foucault, encontramos el tránsito de la idea de que el arte se manifiesta como un modo de apertura del ser, que solo es posible gracias a las experiencias vividas por el artista, a una revolución de primera línea en el ámbito de las reflexiones éticas y estéticas: Lo que me sorprende es que en nuestra sociedad el arte ya sólo tenga relación con los objetivos y no con los individuos o la vida; y también que el arte sea un dominio especializado, el dominio de los expertos que son los artistas. Pero ¿no podría la vida de cualquier individuo ser una obra de arte? ¿Por qué un cuadro o una casa son objetos de arte, pero no nuestras vidas?31 La ruta de Heidegger lleva al arte objeto, al arte exterior, a la verdad manifestada en la obra de arte y al des ocultamiento del ser a través del artista. Esta ruta conduce a una estética de la existencia opuesta a las técnicas de sí, que es donde encontramos la auténtica moral, aquella que se olvidó cuando la ética devino analítica de las virtudes y no de las técnicas mediante las cuales nos constituimos como sujetos éticos: … en los siglos XVIII y XIX, se propuso e inculcó en la clase burguesa toda una moral del ―interés‖, en oposición sin duda, a las otras artes de sí mismo que podían constatarse en los medios artísticos críticos; y la vida ―de artista‖, el ―dandismo‖, constituyeron otras estéticas de la existencia opuestas a las técnicas de sí que eran características de la cultura burguesa32. El arte por el arte nos ha hecho olvidar el tema absolutamente central de la estética: En nuestra sociedad apenas se recuerda esa idea, según la cual, la principal obra de arte de la que hay que preocuparse, el área fundamental donde deben aplicarse valores estéticos, es uno mismo, su propia vida, su propia existencia33. La parrhesía no parte de la exterioridad sino va hacia ella, parte del sujeto. La clave del sentido estético de la parrhesía, como decir la verdad, se da en cuanto al estricto modo antropológico de la verdad en sí misma, es decir, como hecho puramente real y ontológicamente necesario para el ser humano, Foucault revela esto desde el escenario antiguo dando cuenta de la pureza del sentido, por ello, se propone no como el hecho simple de decir la verdad, sino como el coraje –en plenitud- de decir la verdad. Para valorar en toda su dimensión la parrhesía y su atrevimiento y coraje por decir la verdad, en las antípodas encontramos lo que Harry Frankfurt señala sobre la paparrucha que se parece a la patraña, que es básicamente un intento de confundir deliberadamente, pero no llega a ser directamente una mentira. También puede ser pretensiosa y una falsa representación consciente que uno tiene de una determinada situación 34. _______________ 30.- HEIDEGGER, Martin., Arte y poesía. p. 17. 31.- FOUCAULT, Michel. La inquietud por la verdad. p. 205 Ibid. p. 166. 32.- Ibid. p. 220. 33.- Ibid. p. 214. 34.- FRANKFURT, Harry G., On Bullshit: sobre la manipulación de la verdad. p. 149.
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El discurso político grandioso, por ejemplo, no pretende decir cómo es realmente el mundo; su propósito es que el orador parezca un patriota, una persona espiritual o el protector de los principios morales. La parrhesía, vista como arte, por el contrario, es la manifestación de la verdad materializada en la obra. A modo de conclusión El legado del último Foucault nos permite atisbar el horizonte de una recuperación de lo que para la filosofía tiene auténtico valor, más allá de las tradicionales concepciones de la contraposición entre mito y racionalidad, se encuentra la posibilidad de retomar el proyecto nietzscheano de plantear la moral sobre nuevas bases: … lo que más les preocupaba [a los griegos], su gran tema, era constituir una suerte de moral que fuera una estética de la existencia. Me pregunto si nuestro problema no es hoy, en cierta manera, el mismo, porque somos mayoría los que no creemos que una moral pueda fundarse en la religión y no queremos que un sistema legal intervenga en nuestra vida moral, personal e íntima35. En sus últimas lecciones, la parrhesía es el eje fundamental en la constitución de esta nueva moral, construida con independencia de sistemas religiosos y morales, pero más allá de morales formales al estilo kantiano. La parrhesía implica el reto exigente de desarrollar tecnologías del yo, que lleven al sujeto fuera de la trama aparentemente inflexible de instituciones ―apolíneas‖ que caracterizan a la modernidad y que configuran una subjetividad cautiva en los roles de maestro-alumno, supervisor-obrero, médico-paciente, custodio-prisionero, terapeuta-asilado Con este reto, Foucault nos invita a pensar de otra manera, tomando como base el ideal de la parrhesía que nos confronta al trauma fundamental y determinante de decirnos la verdad a nosotros mismos, de retomar la autenticidad heideggeriana en un plano superior de ―eticidad‖ y proyectar así una nueva ética.
Tal vez Foucault tenía que morir y su proyecto filosófico tenía que truncarse, porque en caso contrario es muy probable que, gracias a su extraordinario talento, hubiera hecho realidad el sueño (o pesadilla) de Wittgenstein:
… si un hombre pudiera escribir un libro de ética que realmente fuera un libro de ética, este libro destruiría, como una explosión, todos los demás libros del mundo36.
_______________ 35.- Ibid. p. 198. 36.- Citado en Emanuel Lévinas. Ética e infinito. p. 16.
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