EL PODER CURATIVO DEL OCÉANO.
l mar ha encantado durante mucho tiempo a la especie humana, tal vez a través de su misterio inexplorado, su increíble poder y su capacidad continua para proporcionar recursos útiles. Adam Royal fundador de la compañía de bienestar Surfer Billie creó el programa único de terapia oceánica centrada en el mar. El programa ayuda a las personas con problemas de salud mental, discapacidades y a los surfistas principiantes y experimentados a escapar del estrés de la vida cotidiana: “soltar”; sanar; y encuentra una relación similar y profunda con el océano. “Subconscientemente he estado usando terapia oceánica desde que era un niño en vacaciones familiares en las costas de Victoria y Queensland”, recuerda Royal con cariño. “Recuerdo vívidamente levantarme al amanecer cada mañana y caminar hacia la playa solo para mirar el océano. La energía que recibiría del mar siempre me daba una sensación de paz: había una profunda conexión espiritual.
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El ocĂŠano no solo puede curar cortes con sal, sino que tiene la capacidad de desencadenar un estado de calma y satisfacciĂłn. Literalmente puede eliminar el dolor.
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La idea de estar inmerso en la naturaleza para mejorar la salud y el bienestar no es nueva. En 1901, el naturalista John Muir escribió cómo: “Miles de personas cansadas, nerviosas y sobre civilizadas están comenzando a descubrir que ir a las montañas es ir a casa; lo salvaje es una necesidad; que los parques de montaña y las reservas son útiles no solo como fuentes de madera y ríos de riego, sino como fuentes de vida “.
Incluso antes de eso, los griegos habían desarrollado una terapia de curación llamada “cura de agua”. Esto estaba compuesto por una serie de terapias, incluida la hidroterapia, que dio paso al sistema de terapéutica natural del padre Sebastian Kneipp, que formó la base de lo que ahora se conoce como naturopatía.
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Royal cree que la inmersión en la naturaleza juega un papel importante en la terapia, pero agrega que, desde una perspectiva holística, literalmente estar sumergido en el océano desempeña un papel particularmente poderoso y afirma que es uno de los primeros en incorporar el contacto directo con el mar en tal un programa.
“La premisa básica de la terapia oceánica es la terapia de inmersión en la naturaleza, pero hay mucha profundidad en la investigación realizada sobre el deseo interno de los humanos de moverse hacia el agua, que parece ser mucho más que simplemente estar en la naturaleza”, dice Royal. Entonces, ¿cómo funciona el programa de terapia oceánica de Royal y qué lo distingue de otras formas de terapia de inmersión en la naturaleza?.
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La terapia oceánica es una combinación de programas centrados en el océano y elegidos para crear equilibrio a través de la conexión entre la mente y el cuerpo.
“El surf está en su núcleo: aprender a surfear; mejorar las habilidades de la observación de la formación de olas; y escuchando y sintiendo la energía del océano. Formar una conexión con el mar a través del poder de la visualización a través de la meditación en la playa y el yoga forma otra parte del programa de terapia oceánica ”. Y parece ser la forma perfecta de relajar la mente y reducir el estrés, según Royal y sus clientes. “Con respecto al trabajo con personas con problemas de salud mental o discapacidades físicas, lo más importante es que el océano es un gran nivelador. Elimina la noción de habilidad o discapacidad, porque para todos nosotros estamos a merced del océano, ninguno de nosotros puede controlarlo. “Esto da poder a las personas a quienes se les ha dicho que son diferentes o más débiles, o cualesquiera connotaciones negativas derivadas de su diagnóstico, el océano proporciona un campo de juego nivelado para que todos puedan conectarse. Desde una perspectiva puramente terapéutica, proporcionar programas de terapia oceánica a personas con problemas de salud mental o discapacidades físicas es una herramienta de terapia increíblemente poderosa para abordar el tratamiento desde una perspectiva no lineal. Permite un elemento de espacio, creatividad y diversión, que a menudo carece de las opciones de terapia tradicionales “.
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tro factor diferenciador es la creencia de Royal en la conexión intrínseca de la humanidad con el océano. Citando el trabajo del Dr. Wallace J Nichols y su libro The Blue Mind: The Surprising Science que muestra cómo estar cerca, dentro, sobre o debajo del agua puede hacerte más feliz, más saludable, más conectado y mejor en lo que haces, dice Royal : “Ha publicado un trabajo increíblemente interesante sobre la conexión evolutiva con el agua, específicamente con el océano, con su trabajo más reciente examinando más a fondo lo que él llama ‘la mente azul’, preguntando por qué el océano nos atrae a las vacaciones, qué es la neurociencia está detrás de este deseo y de cómo forma parte del bienestar.
Es una inmersión sensorial completa que nos deja sin otra opción que permanecer en el presente.
“Es un momento increíblemente emocionante ya que estudios posteriores revelan lo que muchos de nosotros ya hemos sabido intuitivamente: que el océano no solo puede curar cortes con sal, sino que tiene la capacidad de desencadenar un estado psicológico de calma y satisfacción”. Literalmente puede eliminar el dolor “. Cubriendo el 71 por ciento de la superficie de la Tierra, los océanos proporcionan gran parte de los alimentos que comemos, suministran el 50 por ciento del oxígeno en la atmósfera, soportan más del 90 por ciento del comercio entre países en barco y albergan la mitad de los cables de comunicación del mundo bajo el agua. Sin embargo, solo el 10 por ciento ha sido explorado por la humanidad y desde la perspectiva de Royal, la exploración de conectarse y “conocer” el océano a un nivel más profundo recién ahora está comenzando realmente.
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océano proporciona una perspectiva de una manera que nada más en la terapia de la naturaleza puede ofrecer. Cambia y cambia constantemente ante tus ojos, lo cual es atractivo tanto desde una perspectiva física como psicológica. Nos obliga a aprender a adaptarnos rápidamente y a recibir nueva información a medida que el entorno cambia ante nosotros. El océano nos bombardea con estimulación multisensorial, sentimos los granos de arena, saboreamos y olemos la sal, el viento nos azota la cara y el cuerpo, escuchamos las olas romperse y moverse y sentir el agua en nuestra piel. Es una inmersión sensorial completa que nos deja sin otra opción que permanecer en el presente.
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“Estaba mirando a todos y a cada surfista. aparecieron tan en paz consigo mismos. No conocía sus antecedentes, su estado psicológico, qué problemas personales tenían, pero en ese mismo momento todos tenían esta tranquilidad sobre ellos, ni una sola palabra, solo una conexión increíble con el océano “.
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“Este es el despertar de la conciencia del estado presente que es el elemento que mis clientes llevan conigo mucho después de que concluyen nuestros programas de terapia oceánica, arraigando una modificación positiva del comportamiento que permite la autorregulación”.
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