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TRIBUNA LIBRE El Congreso Futuro

2023

SE REALIZÓ EN CHILE, ORGANIZADO POR EL SENADO

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En el Perú vivimos días convulsos y muy preocupantes, signados por una protesta que se pretende pacífica pero que, por su conducción violentista y radical, está llevando al país a la anarquía y a la destrucción de su infraestructura básica y de sus instituciones, incurriendo en delitos punibles de violencia y terror. Mucho hay por cambiar en el Perú; hay problemas de abandono y desigualdad social, y en las soluciones estamos unidos todos los peruanos, pero nos toca rechazar el altísimo costo del vandalismo que estamos viviendo. Esta dinámica, al ser nuestra preocupación fundamental, nos aleja de la reflexión sobre otros problemas que también son esenciales.

No sucede así en nuestro vecino Chile que, a pesar de haber tenido y sufrido su tiempo de protestas, se da el tiempo y la atención para una mirada más integral. En esta semana que pasó, con el impulso del Senado de la República, más otros auspicios esenciales, logró cumplir con la tercera versión de su Congreso Futuro 2023, destinado a conocer, profundizar, difundir y divulgar entre su ciudadanía la conciencia sobre los temas e inquietudes a los que deberá responder la sociedad global en el presente y en el futuro.

Con la presencia de grandes personalidades como la escritora Shoshana Zuboff, autora del libro clave Capitalismo de la vigilancia, del biólogo español Rafael Yuste, defensor notable de los neuroderechos y del lingüista Noam Chomsky que abordó el flagelo de la manipulación para la desinformación, entre otros muy destacados participantes, dicho evento congregó enorme cantidad de asistentes presenciales y virtuales.

Durante tres días pudimos informarnos de primera mano de los desafíos de la era digital. Reflexionamos sobre la transición en la revolución tecnológica, especialmente el de los nuevos trabajos digitales, y la forma de mitigar los posibles riesgos asociados. Se habló de cómo corregir la falta de información para disminuir la inequidad de acceso a las nuevas tecnologías. Se insistió en las calificaciones que necesitarán los trabajadores para adecuarse a la transformación tecnológica que nos toca vivir. Entre los varios aspectos sumamente valiosos.

Nos interesó escuchar virtualmente a Shoshana Zuboff, autora de un libro de referencia cuyo título sintetiza un momento del capitalismo. ¿De qué forma se comercian los datos personales y qué efectos tiene este tráfico sobre las personas que los entregamos? ¿Cómo se produce la predicción de nuestras conductas con datos cuyo uso final desconocemos? ¿Estamos frente a una nueva lógica de acumulación capitalista que nos perjudica sin que podamos ofrecer resistencia?

Zuboff complementó en el 2019 la información sobre el espionaje que denunció Edward Snowden en el 2013. Sabemos que la vigilancia no nos preocupa demasiado pero ello no quiere decir que debamos estar al margen de sus consecuencias. Que las empresas y los Estados tengan a su disposición asombrosas cantidades de datos sobre nosotros tampoco nos quita el sueño. Que exista un nuevo poder que conduce nuestras vidas desde los algoritmos y la inteligencia artificial está muy lejos de nuestras angustias. Aceptamos todo por las facilidades que la tecnología ha traído a nuestras vidas, pero hay riesgos que debemos conocer para reflexionar sobre ellos.

Zuboff describe un nuevo tipo de capitalismo inclinado a convertirnos en ratas de laboratorio de la psicología conductista. De seguro no lo sentimos así pero tampoco podemos quedarnos fuera. La tecnología nos involucra a todos por igual con sus enormes ventajas y también sus riesgos.

Es tiempo de recordar al gran filósofo norteamericano Neil Postman que, fallecido en el 2004 sin llegar a ver los avances que hoy nos asombran, nos dejó una notable advertencia: La tecnología da pero también quita. Recordarlo es impulsar que en nuestro medio el pensamiento crítico tenga su lugar, que eventos como el chileno generen una sana emulación académica y política. No podemos admitir que la revolución tecnológica avance solo con la comodidad que nos aporta, hay lugar para conocerla en aspectos menos positivos si queremos que se desarrolle en el sentido de lo que la sociedad necesita, el de los intereses colectivos a fin de no quedar reducidos a servir máquinas inteligentes que dan ganancias exorbitantes a unos cuantos magnates privilegiados.

Muy lejos del catastrofismo y más cerca de la realidad, felicitamos al Senado chileno por ilustrarnos, gracias a la virtualidad, en los grandes temas del debate mundial. Y esperemos activar en nuestro país la curiosidad, la preocupación y el conocimiento en torno al nuevo poder de los gigantes tecnológicos y al control mundial que ejercen sobre todos nosotros.

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