Responsabilidad Social Empresarial FEBRERO/2007

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JUEVES 15 DE FEBRERO DE 2007

R E RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Las lecciones de Santo Domingo Julio Mario Santo Domingo, “el hombre más rico de Colombia” según el ranking anual de la revista Forbes, siguió los pasos de Bill Gates y Warren Buffet con su donación de $24 mil millones a la Universidad de los Andes. La donación ratifica su liderazgo como empresario socialmente responsable y habrá de impulsar un movimiento empresarial en esa dirección, donde otros hombres de negocios desarrollen más programas sociales a favor de los sectores de menores ingresos. Así lo plantea el rector de los Andes, Carlos Angulo Galvis, quien explica el programa al que se destinarán los nuevos recursos -“Quiero estudiar”-, que otorga becas a estudiantes pobres con elevado nivel académico. De otra parte, el director de la Fundación Santo Domingo, Pablo Gabriel Obregón, habla de los programas que allí se adelantan a favor de “las micros” y el desarrollo regional.

(4-5) Julio Mario Santo Domingo hace entrega de su “inversión social” por $24 mil millones a la Universidad de los Andes, cuyo rector, Carlos Angulo Galvis, presidió este acto.

Conceptos básicos “De la teoría a los casos”, titula Juan David Enciso -experto en RSE- su artículo de hoy, donde analiza las prácticas empresariales en materia de responsabilidad social en el país, según una reciente publicación. “Las carencias de nuestras sociedades provienen de fallas estructurales”, dice al tiempo que reclama “un mapa social más equitativo y de mejor desarrollo”.

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INTERNET

Ser responsable, el mejor negocio

Relaciones capital y trabajo

Una gran noticia para Colombia fue su reciente designación como sede regional para América Latina y el Caribe del Global Compact, la iniciativa de las Naciones Unidas que promueve la RSE. El acto formal del convenio, suscrito ante la Canciller María Consuelo Araújo, contó con la asistencia de Manuel Escudero (foto), director mundial de las redes locales del GC, quien dialogó con este diario. “La responsabilidad social es el mejor negocio”, dice Escudero, ex profesor del Instituto de Empresa en Madrid.

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Responsabilidad social en la banca

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Cómo exportar a Europa Visite nuestra página web (www.larepublica. com.co), con nuevos servicios informativos sobre RSE.

Para exportar al Viejo Continente ya no basta con tener un producto de excelente calidad y alta demanda, pues allí se exige cumplir requisitos sociales y ambientales que forman parte de la RSE según documentos como el Libro Verde, Eurepgap o los beneficios contemplados en el SGP Plus. Dos representantes de la UE en Bruselas dan sus opiniones al respecto.

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Exportaciones totales De Colombia a la UE - 2006 Millones de dólares

327,0

326,8

315,2

319,8

303,5

293,1 291,7

297,2 287,5

280,0

Jul. Fuente: Proexport

Ago.

Sep.

Oct.

Los convenios de la OIT –que prohíben el trabajo forzoso e infantil mientras consagran la libertad sindical y el derecho de huelga- son abordados por el presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, quien denuncia la violación de esos convenios en Colombia y propone mejorar las relaciones entre el capital y el trabajo.

Nov.

Compromiso de las cajas “Los aportes de los empresarios a las cajas de compensación familiar son prueba de su responsabilidad social”, dice el director de Colsubsidio, Luis Carlos Arango, en entrevista exclusiva donde resume los programas sociales de la entidad a su cargo.

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INTERNACIONAL(3

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Exportar a la Unión Europa con RSE es apuesta segura Requisitos sociales y ambientales, barrera para entrar a mercados del Viejo Continente María Ximena Plaza mplaza@larepublica.com.co Bogotá

2005 - 2006

Cifras en millones de euros

12.000

U

n producto de excelente calidad y alta demanda en el exterior ya no es la llave de entrada hacia los mercados internacionales, menos aún en la Unión Europea (UE), donde las empresas que demuestran un fuerte compromiso con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) tienen su paso asegurado en esa región. La Comisión Europea ha establecido que la RSE es una decisión voluntaria de las compañías por ofrecer soluciones a los problemas sociales y ambientales a través de sus operaciones comerciales y la relación con el público, según la declaración política de la UE frente a la RSE en 2006. Sin embargo -apunta este documento-, la Comisión Europea destaca a las compañías que van más allá de los requisitos jurídicos y las obligaciones mínimas. “En Europa, así como en otras

7.294 3.571

6.500

2.138

435

0

-1.798

-4.500 -10.000

-2.944

partes del mundo, existe un creciente mercado de bienes y servicios con valor agregado, dado que pueden ser mostrados ante los consumidores y empresarios como resultado de un proceso de producción responsable que tiene en cuenta aspectos ambientales y sociales, algo que va por encima de su comercialización y venta”, dijo en diálogo con LA REPUBLICA, desde Bruselas, el oficial a cargo de la política de la RSE para la Comisión Europea, Thomas Dodd. El funcionario agregó que para que el Viejo Continente manten-

El primer documento que lanzó la Unión Europea para concientizar sobre la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) fue el libro verde publicado en 2001 y que puso sobre la mesa la importancia del tema en los círculos de las autoridades que formulaban las políticas en la región. Un año más tarde fue elaborada la declaración de la política del RSE y en 2006 se actualizaron los lineamientos, dijo el oficial a cargo de la política de la Responsabilidad Social Empresarial para la Comisión Europea, Thomas Dodd. “Nuestro reto es que más compañías se integren a este propósito sin importar su tamaño, localización o el sector al que pertenezcan”, expresó el vicepresidente responsable de los negocios y las empresas para la Unión Europea, Günter Verheugen.

Exportaciones totales colombianas a la UE 2006

Cifras en millones de dólares

237 200

326,8 319,8

322,7 293,1 287,5 297,2

288,5 272,2

275

267,5

265,5

218,5 Ene.

Feb.

Fuente: Proexport

Mar.

Abr.

May.

1.600

600

-3.200

-3.600

2.200

3.100

-5.300

Fuente: Bloomberg

Libro verde y algo más

312

-730

9.600

Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Ene. Feb. Mar. Abr. May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. 2005 2006

Historia

350

de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo.

Balanza comercial Zona Euro

Jun.

Jul.

Ago.

Sep.

Oct.

Nov.

ga su competitividad influye, en parte, el grado de confianza entre los ciudadanos y las empresas que se posicionan en este mercado. Explicó que si una compañía no es valorada por la contribución que hace a la sociedad, es difícil que logre aportar al crecimiento económico y a la generación de empleos de la zona. Hizo énfasis en que cada vez más firmas europeas están solicitando que proveedores de otros países como Colombia cumplan con requisitos relacionados con el medio ambiente y la sociedad, lo cual es considerado en el bloque como un “fenómeno relevante, importante y común”. Incentivos comerciales Algunas compañías de la zona euro verifican que los proveedores de bienes o servicios sigan al pie de la letra los estándares internacionales de producción. Dodd aseguró que hay un buen número de iniciativas lideradas por los sectores público y privado que, incluso, involucran asociaciones de comercio y organizaciones no gubernamentales, las cuales buscan certificar que los productos fueron elaborados de acuerdo con criterios mundiales como la reglamentación laboral de modo que se evite, por ejemplo, la explotación infantil. “Esos programas reciben el apoyo financiero de los miembros de la UE, aun cuando no reflejen directamente las exigencias mínimas”, añadió. Mediante el sistema de preferencias arancelarias SPG Plus, aprobado el año pasado, el bloque pretende utilizar incentivos comerciales para fomentar la protección al ecosistema, el respeto a los derechos humanos y los principios de gobernabilidad, señala la declaración europea. “Básicamente el SPG Plus otorga condiciones favorables de acceso tributario a la UE para las naciones en desarrollo, que deben comprobar sus avances políticos en asuntos ambientales y laborales”, sostuvo el directivo. Se trata, entonces, de un estímulo para que los países fuera de la Unión Europea aseguren que en sus propias comunidades de negocios se están realizando progresos según los modelos internacionales acordados, insistió Dodd. El funcionario europeo aclaró que éste es un programa enfocado a las naciones, no a los actores individuales empresariales, protagonistas de la RSE. De todos modos preparan el terreno para que los inversionistas se encaminen hacia prácticas más responsables en sus negocios con el fin de pisar fuerte en el continente europeo.

Los autores de la declaración insisten en que la UE tiene en la mira la promoción de la RSE en todas las zonas del planeta, de modo que las compañías se alineen con los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, los principios para las multinacionales fijados por la Organización Internacional del Trabajo –OIT- y los lineamientos

Un caso colombiano La compañía colombiana Morenos Ltda. ha exportado hierbas frescas a Canadá, los Estados Unidos, Holanda y Gran Bretaña, mercados donde coloca veinte toneladas semanales de sus productos. Según el gerente de la firma, Roberto Moreno, el proceso para entrar al mercado inglés es muy exigente porque las comercializadoras de ese país realizan certificaciones rigurosas sobre las prácticas agrícolas y el bienestar de los trabajadores. “Nosotros tenemos que seguir con detenimiento el documento Eurepgap, que establece normas en cuanto a la protección del medio ambiente”, sostuvo Moreno. Incluso, agregó, en ocasiones envían un instructor para verificar

que se está llevando a cabo una reposición de la naturaleza, entre otras cosas. Moreno explicó que nada más el hecho de que las hierbas reposen en los estantes de los supermercados del Viejo Continente, garantiza a los ciudadanos europeos que fue producido de manera correcta. “Todos los empaques de los productos deben llevar el nombre de la empresa y así se fija una relación de responsabilidad tanto los consumidores que identifican a la productora que mantiene vigentes los protocolos internacionales y de los empresarios con sus políticas en todos los aspectos de la compañía”, dijo el directivo. En últimas, lo que se logra es que los distintos actores no pierdan de vista la dinámica de la oferta y la demanda en el mercado bajo la lupa de los lineamientos de la RSE.


4)PERSONAJE

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Donación de Santo Domingo a Uniandes, modelo a seguir E

l industrial Julio Mario Santo Domingo, “el hombre más rico del país” según el célebre ranking de la revista Forbes, donó $24 mil millones a la Universidad de los Andes, que es prueba cabal de su responsabilidad social como empresario, de la cual ha dejado también constancia de tiempo atrás en la fundación que lleva su nombre (o apellido, en realidad). En tal sentido, sigue los pasos de Bill Gates y Warren Buffet, quienes encabezan la lista mundial de Forbes. Y así como aquellos se han convertido en modelos ejemplares a nivel internacional, cabe esperar que él lo sea igualmente para nuestros empresarios. Su gesto, pues, podría representar un hito en la historia doméstica de la RSE, “jalonando” a otros hombres de negocios para invertir en educación de calidad de muchos jóvenes con pocos recursos económicos. Que inviertan, por tanto, en el desarrollo y el futuro del país. Pero, ¿en qué se invertirá tan cuantioso aporte? ¿Qué hará Uniandes con la extraordinaria donación, muy superior a cualquiera que haya recibido hasta hoy? ¿Cuál será, entonces, su destinación específica? ¿Cuál? “Quiero estudiar” Tal es el nombre del programa al que se destinará la plata, para decirlo sin rodeos. ¿Y en qué consiste –se preguntará- dicho programa, cuyo nombre resulta bastante atractivo? Para empezar, fue lanzado en el primer semestre de 2006, es decir, hace poco más de un año, y en tan corto tiempo se ha transformado en el programa líder de la universidad en materia de responsabilidad social con sus estudiantes de menores ingresos. La forma como opera es muy simple: financia totalmente los estudios de los alumnos favorecidos, en su mayor parte a través de becas y, en pequeña proporción, con préstamos subsidiados a largo plazo (90 y 10%, respectivamente), cuyos pagos posteriores van al mismo fondo para ayudar a futuros estudiantes. En esta forma, al término del presente año serán cerca de 300 quienes reciben ese apoyo tras una rigurosa selección que responde a estrictos criterios académicos, meritocráticos, a partir de los mejores puntajes en las pruebas del Icfes. En efecto, a partir de las más altas notas en esas pruebas se escogen, con base en la lista de inscritos a la universidad, a quienes carecen de condiciones económicas para pagar sus estudios, las cuales se verifican en visitas domiciliarias para comprobar la veracidad de la información reportada. Se reciben estudiantes de primer nivel,

Francisco (California): “Quiero darle las gracias –le dijo- porque los Andes me apoyó a lo largo de mi carrera. Por esto puedo hacer el doctorado de matemáticas aquí, en la Universidad de Berkeley…”. La Universidad de los Andes no es, en consecuencia, “sólo para ricos”, a diferencia de lo que suele creerse. No. Casi la mitad de su población estudiantil recibe distintas formas de ayuda financiera, y por eso en sus aulas se capacitan miles de jóvenes de escasos ingresos que comparten sus esfuerzos con compañeros de los estratos sociales más elevados. “Sí, somos para una elite, pero una elite intelectual”, afirma el rector, orgulloso de la enorme acogida de los empresarios a esos programas sociales, prueba cabal –insiste- de su responsabilidad con los más necesitados. “He ahí –explica- la alianza ideal entre la empresa y la universidad, ambas en el afán de contribuir al mejor futuro del país a través de la educación, de la calidad educativa”. No han sido vanos sus esfuerzos, tanto de él como del Consejo Directivo, por conseguir más y más recursos para programas como “Quiero estudiar”, convertido a su vez en modelo exitoso para las demás universidades, sean regionales o de Bogotá. “Es nuestro proyecto líder en responsabilidad social”, repite con honda satisfacción.

El rector de la Universidad de los Andes, Carlos Angulo Galvis, explica en qué se invertirá la donación que por $24 mil millones hizo el empresario Julio Mario Santo Domingo a ese centro educativo.

con elevados puntajes que garantizan de antemano su óptimo rendimiento académico, según demuestran los primeros resultados. El aporte de Santo Domingo permitirá que cien estudiantes más se sumen al programa de manera vitalicia: ¡cuando unos se gradúen, vendrán otros a reemplazarlos! Todo porque los rendimientos de la inversión irán al fondo de “Quiero estudiar”, sin que sea necesario siquiera

tocar esa especie de capital semilla, inicial, por $24 mil millones. No sólo para ricos “El programa tiene un costo anual de $11 mil millones, pero se han comprometido cerca de $15 mil millones”, según informa el rector de la universidad, Carlos Angulo Galvis, quien por cierto pudo cursar estudios de ingeniería con un programa similar, el cual le permitió incluso especializarse luego, con varios condiscípulos, en los Estados Unidos. En consecuencia, la RS de la universidad viene desde mucho antes, acaso desde su misma fundación, como se lo ratificó uno de los miles de egresados durante una reciente reunión en San

Un modelo a seguir Julio Mario Santo Domingo precisó, en el acto de entrega de su donación, que ésta se hacía a la Universidad de los Andes por su óptima calidad académica, lo cual garantiza de antemano que los recursos sean destinados a algunos de los mejores estudiantes pobres, quienes luego habrán de contribuir al desarrollo del país. Según el rector, para esa decisión influyó también el hecho de tener un programa como “Quiero estudiar”, con resultados igualmente positivos, a diferencia –cabe suponer- de otros centros académicos, a los cuales no duda en recomendar que lo adopten para atraer más aportes empresariales. Más aún: esta experiencia la han compartido con varias universidades, en ocasiones con la asesoría debida para mejorar su calidad académica y asumir la responsabilidad social educativa en sentido estricto. Lo necesitan, claro está. Al fin y al cabo se pretende que al término de la presente década se favorezcan más de mil estudiantes con la ayuda financiera de “Quiero estudiar”, lo cual tendría un costo estimado en cien millones de dólares, que no es poco decir. “Los recursos que requieren nuestras universidades son inmensos”, concluye mientras subraya la urgencia de que más y más empresarios, en ejercicio de su RS en educación, les tiendan la mano generosa, a la manera de Julio Mario Santo Domingo. (JES)

Un programa transversal

El rector de los Andes, Carlos Angulo, recibe la donación de Julio Mario Santo Domingo para becas a estudiantes pobres con elevado nivel académico.

La RSE en la Universidad de los Andes –según su rector, Carlos Angulo Galvises un programa de carácter transversal, o sea que se presenta en las diferentes facultades, sin excepción. En Derecho, por ejemplo, se da apoyo jurídico a personas de bajos recursos económicos a través del consultorio jurídico; en Administración, existen proyectos específicos de RSE, como el apoyo a Pymes y ONGs que adelantan importantes labores sociales, al igual que en Ingeniería, Economía, Ciencia Política… En particular, los alumnos favorecidos con becas de programas como “Quiero estudiar” tienen el compromiso de realizar un trabajo social, a veces con el apoyo de condiscípulos que valoran dicha actividad, sin que ésta sea obligatoria. Pero acaso el campo más importante para el ejercicio de la responsabilidad social de la universidad es en los colegios que ésta maneja, como tres que existen

en Bogotá: Los Nogales, Nueva Granada y San Carlos, o los que administra, en alianza con el Distrito, en diversos sectores populares: Usme, Kennedy, Las Cruces y Bosa, en uso de la concesión otorgada por 14 años, de los cuales ya han transcurrido cinco. Son colegios públicos, en realidad. Donde nadie paga su matrícula, como es obvio. Sólo que la administración es privada, a cargo de la universidad, que se encarga de contratar a los profesores, asegurar la calidad educativa y vincular a algunos de sus alumnos tanto en los colegios como en las áreas donde se encuentran. “El Distrito da unos recursos, pero no son suficientes”, precisa. Algunos egresados de esos colegios son ahora alumnos de los Andes, la cual escoge a los diez mejores bachilleres para concederles becas que cubren la totalidad de sus estudios. “Esa es otra expresión de nuestra responsabilidad social”, agrega.


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6)TRABAJADORES

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¡A mejorar las relaciones entre capital y trabajo! L

a Organización Internacional del Trabajo –OIT- es el único organismo tripartito de las Naciones Unidas, donde participan no sólo los representantes del gobierno y de los empresarios sino de los mismos trabajadores. Así ha sido desde sus orígenes en 1919, hace ya cerca de noventa años. Ahora bien: su balance casi centenario no podía ser mejor. En lo social, en lo político y especialmente en lo laboral, cuando no con relación a la paz mundial puesto que la entidad ha sido protagonista en la busca de soluciones a conflictos como el del Medio Oriente (recientemente en Irak y Palestina, por ejemplo) o al “apartheid” en Sudáfrica. A nivel laboral, sobre todo, sus esfuerzos se han centrado en la armonización de las relaciones entre capital y trabajo, o sea, entre empresarios y trabajadores, naturalmente con la debida participación del gobierno. Para ello, dispone de un conjunto de convenios sobre el mundo laboral, desde el trabajo forzoso y en esclavitud hasta el trabajo infantil, la lucha por la igualdad de las mujeres en sus sitios de trabajo o contra la discriminación racial, para sólo citar los más conocidos. Una lucha por la justicia social, mejor dicho. Que comprende, además, libertad sindical o derechos de organización de los trabajadores, como la negociación colectiva tanto en el sector público como en el privado, o el universal derecho de huelga. “A pesar de su carácter tripartito, la Organización siempre ha estado a favor de los grupos menos favorecidos, es decir, de la parte más vulnerable en las relaciones capital-trabajo”, dice el presidente de la Confederación General del Trabajo–CGT-, Julio Roberto Gómez, uno de los pocos miembros del Consejo de Administración de la OIT, su máximo órgano directivo en el mundo. Violaciones a granel De hecho, los convenios de la OIT son ratificados por los distintos países miembros de la ONU a través de sus gobiernos, previa aprobación del poder legislativo que se encarga, por lo general, de sancionar las leyes respectivas y reglamentarlas cuando sea necesario. Cuando se violan tales conve-

Denuncia “La caridad empieza por casa” Como se sabe, los trabajadores de la empresa son una de las áreas donde ésta debe ejercer su responsabilidad social, igual que los demás stakeholders o grupos de interés, como los proveedores, los consumidores, la comunidad local, etc. Pero, el presidente de la CGT, Julio Roberto Gómez, ve con preocupación que algunas empresas no desarrollen programas sociales a favor de sus trabajadores y, en cambio, los cumplan por fuera a través de donaciones para educación, salud, etc. “Uno no puede barrer la casa del vecino si no ha barrido su propia casa”, dice con ironía para concluir en alusión a principios cristianos: “La caridad o, mejor, la solidaridad, empieza por casa”. Afirma, además, que la RSE “externa” a la compañía, para atender a las necesidades de los sectores más pobres de la población, es bienvenida, pero que en forma simultánea y paralela debe darse hacia el interior, donde se encuentran los empleados y sus familias. “No deberían construir escuelas para la comunidad cuando los hijos de sus trabajadores no pueden estudiar por falta de ingresos”, afirma al tiempo que denuncia también como algunas empresas desarrollan tales programas por sus beneficios publicitarios, de marca o imagen, de preferencia entre los consumidores o simplemente por mayores dividendos. Otras empresas sí lo hacen con profundo sentido social, admite.

nios, vienen las sanciones de rigor, como la temida cláusula social, sobre la base de atentarse ahí contra la paz mundial o al menos contra los derechos consagrados en las normas correspondientes, las cuales se quedan a veces en el papel. Ahora mismo –según Gómez-, la OIT se ha declarado preocupada por la violación de convenios como el que prohíbe el trabajo forzoso o en esclavitud, o el trabajo para el pago de deudas como sucede

en países asiáticos, donde niños, jóvenes e incluso adultos prestan sus servicios laborales “en arrendamiento”, situación opuesta sin duda a la RSE en boga. Colombia, por desgracia, aparece entre las naciones con mayor número de violaciones en tal sentido, sea por el rechazo de algunos empresarios a la libertad sindical y el derecho de huelga, sea por el asesinato de líderes sindicales o porque cerca de tres millones de niños laboran en renglones

informales de minería, servicio doméstico, plantaciones, etc., como si no rigieran principios universales contra el trabajo infantil. “Son abusos de empresarios inescrupulosos, que son una minoría”, observa el dirigente sindical, quien precisa que los conceptos anteriores se enmarcan en la célebre noción del “trabajo decente” que popularizó la OIT, durante los últimos años, en todo el mundo. Para él, trabajo decente es un trabajo digno, estable, debidamente remunerado y acorde con la capacidad de quien lo ejerce, según su oficio o profesión. Como es obvio, implica el pleno cumplimiento de los convenios mencionados. ¿Trabajo decente en Colombia?, se pregunta. Y responde, sin pensarlo dos veces: No, en muchos casos. Porque –aduce- el salario mínimo no cubre siquiera el costo de la canasta familiar para el estrato bajo, el cual estima en $850.000 mensuales, más del doble del actual salario mínimo legal. “No hay trabajo decente porque

nadie puede vivir con el salario mínimo legal”, observa en tono crítico. ¡No más precariedad! En otras palabras, cuando no hay libertad sindical, ni trabajo decente, ni se respetan los derechos laborales suscritos por Colombia ante la OIT y, por ende, ante la comunidad internacional, las empresas no son, ni pueden ser, socialmente responsables. Tampoco lo son cuando no se propician en las empresas –insiste Gómez- los sistemas de inclusión, no de exclusión, de los trabajadores, en una flagrante discriminación que va en contra a todas luces de los principios democráticos, en especial los nuevos mandatos de la Constitución sobre democracia participativa o sobre democracia económica y social. En definitiva –observa-, la RSE en dichas circunstancias es prácticamente inexistente, aunque las firmas en cuestión desarrollen programas de responsabilidad social o hayan suscrito

pactos como el Global Compact de la ONU, entre otros. Rechaza, pues, la precariedad laboral, admitida por voceros empresariales como el presidente de la Andi, Luis Carlos Villegas, y fenómenos de “tercerización” que se prestan a abusos como los de ciertas cooperativas de trabajo asociado, “que no son –dice- la mejor práctica de responsabilidad empresarial”. Reclama, entonces, eliminar la precariedad laboral, lo cual daría en su opinión excelentes resultados al generar mayor sentido de pertenencia de los trabajadores, así como cumplir las diversas normas internacionales, tarea que no considera difícil a pesar de ser más de 180 los convenios de la OIT. “Son normas mínimas, de sentido común”, precisa. “Si las cumplimos –comentase contribuiría en forma significativa a mejorar las relaciones entre capital y trabajo, con un objetivo común: el desarrollo del país”. (JES)

Aporte a la justicia social no es un sofisma de distracción Si a los empresarios se les exige responsabilidad social, ¿qué no decir de los trabajadores, parte fundamental de la empresa, cualquiera sea? Así las cosas, ellos también deben ser socialmente responsables y colaborar, en consecuencia, para el éxito cabal de los planes sociales de la compañía, no sólo de aquellos que en ocasiones los favorecen. Eso explica por qué los empleados de muchas empresas participan en el desarrollo de programas de RSE, según se ha visto en pasados informes de esta separata especializada. Según Gómez, dicha tarea es indispensable, necesaria. O que los trabajadores ejerzan su RS, como les corresponde. Que él concibe básicamente en tres niveles: ser cada vez más eficientes en las actividades de la empresa, “para que ésta surja y se consolide”; ofrecer productos y servicios de calidad, con mejor atención en entidades públicas, para bien de los consumidores; e impulsar programas

sociales, “sin esperar que los demás los hagan”. Al respecto, menciona que los trabajadores de la secretaría de Obras Públicas de Bogotá laboran un día sábado, sin pago, para irse en cuadrillas a tapar huecos, en beneficio de la comunidad. “Debemos ser parte de la solución, no sólo del problema”, insiste. Cree, en fin, que programas de auténtica responsabilidad social empresarial son un gran aporte a la justicia social en nuestro país, a la cual se podría llegar por esa vía, aunque muchos –advierte- la consideren un sofisma de distracción. “Esto nos puede llevar a una sociedad mejor, más incluyente”, sentencia mientras señala que el país debe perderle el miedo a coincidir, a unir esfuerzos, a evitar la confrontación. “Es que la confrontación nos puede destruir, prolongando la guerra que padecemos”, son sus palabras finales.

Los trabajadores son parte esencial de toda empresa y, como tales, también tienen la enorme responsabilidad de construir una sociedad mejor.


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EMPRESAS (7

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El microcrédito, clave para la equidad en el sector financiero E

l efecto del microcrédito en el país no sólo se puede medir desde el punto de vista del negocio financiero. A través de esta línea de crédito, la banca desarrolló en forma paralela e intencional un agresivo plan de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) que ha tenido un gran impacto en el ámbito social y económico del país, incluso en los indicadores de reducción de la pobreza y la desigualdad. Los beneficiarios de estos recursos son los micro y pequeños empresarios del país que han conseguido mayor inclusión a la economía formal y a los servicios financieros tradicionales, dejando de lado los agiotistas que durante muchos años les cobraron tasas de interés cercanas a 300% anual, es decir 30% mensual. La decisión de la banca de involucrarse de manera decidida en este proyecto no es cosa de un día; al contrario, ha sido un trabajo de análisis, estudio del público objetivo y de la administración de los recursos, entre otras variables. El vicepresidente de Banca Personal y Pymes de Bancolombia, Santiago Pérez, aseguró que esta modalidad de crédito sí ayuda a mejorar la calidad de vida, pero además tiene unos componentes que generan valor agregado para la comunidad. “Es algo duro de entender, pero el microcrédito sólo genera muy poco desarrollo y los ejemplos son Bolivia o Bangladesh. Incluso el aporte de las microempresas al PIB de Colombia es sólo del 4%. Por esa razón decidimos acompañarlo con otros programas de asesoría y capacitación a los demás miembros de la familia, entre otros”, dijo. Generación de empleo Pero el impacto de estos recursos no es sólo para el receptor de los

Cartera de microcrédito Evolución 2006 Billones de pesos

1,65

1,51

1,37

1,27

1,30

1,34

1,44

1,39 1,38

1,49

1,53

1,58

1,62

1,65

1,23

1,10

Ene.

Feb.

Mar.

Abr.

May.

Jun.

Jul.

Ago.

Sep.

Oct.

Nov.

Fuente: Superfinanciera

ONU Reconocimiento mundial Durante la conmemoración del Año Internacional del Microcrédito en 2005, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó a Colombia entre los diez países del mundo que más impulso han dado a esta línea de financiamiento como estrategia para reducir la pobreza y apoyar el emprendimiento. El reconocimiento obedece al trabajo conjunto del sector público, la banca y la sociedad civil, que permitió colocar más de $5 billones en microcréditos. Entre los criterios que tuvo en cuenta las Naciones Unidas para exaltar el modelo colombiano, es que se llenaron los vacíos de información de la población, mostraron la importancia del microcrédito al público y generaron compromiso entre todos los sectores de la sociedad. recursos, sino para las personas que lo rodean, porque ayuda a generar empleo formal que beneficia a la comunidad ubicada en los alrededores de la unidad productiva. Por ejemplo, el Banco Caja Social Bcsc busca satisfacer las necesidades integrales de

los microempresarios, desde la cobertura de los requerimientos productivos para el negocio como compra de inventarios, pago a proveedores, ampliación o mejora del negocio, hasta la atención de sus necesidades familiares y personales como adquisición de electrodomésticos, educación y

recreación entre otros. Sobre estos pilares, el banco ha desarrollado dos modelos de relación para atender de manera más efectiva las necesidades del mercado microempresarial. “Los beneficios que encuentra el cliente son el fácil acceso a los recursos, la no exigencia de experiencia o codeudor para adquirir un crédito, la asesoría personalizada de nuestros funcionarios y unos procesos ágiles y efectivos”, dijo una fuente de la entidad. Dar acceso a recursos del sistema financiero a los microempresarios de forma responsable genera beneficios en sus condiciones productivas, porque se traducen en beneficios para su núcleo familiar. Enfrentar al agiotista Poder abandonar el esquema tradicional de financiación del agiotista o el “gota a gota”, donde casi que se trabaja para pagar los intereses -anotó una fuente del Bbva Colombia-, permite generar acumulación que se traduce en mejores condiciones de vida. “La indicación desde la presidencia del Grupo es trabajar con intensidad en este tema, por eso desde 2002 se ha incrementado la cartera de forma significativa. Hace cuatro años era de $3.000 millones y a 2006 superó los $26.000 millones”, precisó. En los últimos cuatro años la cartera de microcrédito del sistema financiero ha crecido 323%, al pasar de $390 mil millones en 2002 a $1,65 billones a diciembre del año pasado. Estos recursos han beneficiado a más de 500 mil empresarios, de los cuales 60% son personas naturales y el restante son jurídicas. Todos los días nuevos bancos se interesan por el tema. Por ejemplo, en el Citibank se convir-

El presidente del Citibank, Franco Moccia, anuncia para este año un proyecto para los interesados en crear microempresas. tió en un área en la que se trabaja de manera intensiva. El presidente de esa entidad financiera, Franco Moccia, explicó que tienen varios programas en los que entregan fondos a compañías prestadoras para que los coloquen entre las poblaciones más necesitadas.

“Este año, adicionalmente, tenemos un proyecto que ofrece una ruta completa para los interesados en crear empresa ya que comprende capacitación, crédito y seguimiento. La meta es ver en junio de este año 220 nuevas microempresas sostenibles”, dijo.

De la teoría a los casos

Opinión:

Juan David Enciso consultor en RSE

E

n septiembre de 2006, la revista Dinero publicó una edición especial sobre RSE, en la que se incluyeron testimonios de algunas de las principales empresas del país, junto con la visión del tema por parte de personas debidamente acreditadas. Trataré de hacer un análisis comparativo entre la teoría y la práctica, a partir de algunos de los postulados allí expuestos. Entre las propuestas de los expertos podemos destacar la transmisión de valores a través de la publicidad, el desarrollo humano, la importancia de dirigirse a todos los grupos de interés, así como no confundir la RSE con filantropía. También se da cuenta de los beneficios en términos de rentabilidad, productividad, fortalecimiento de la marca, o atracción de la inversión, que vienen de la mano de las políticas de RSE. También se menciona la posibilidad de articular la RSE a la cadena de valor y a la estrategia de la compañía, hasta el punto de proponer el concepto de valor social, es decir, «integrar la RSE en las operaciones del negocio». Por lo que acabamos de exponer, se puede pensar que en la mente de quienes estudian el tema, existe hoy una visión holística, sistémica, sobre la RSE. No se agota el concepto en la implementación de una serie de prácticas de caridad, sino que entienden la empresa como una pieza que debe articularse al conjunto del engranaje social

para contribuir al logro de los fines integrales de una sociedad. ¿Sucede lo mismo con los ejemplos de empresas reseñados? Se podría decir que hay parte de lo que dicen los expertos, pero quedan importantes restos de esa filantropía, bajo la cual nació la RSE. Muchos directivos son concientes de que la operación del negocio es el primer canal para atender la Acción Socialmente Responsable de sus compañías, sean colaboradores, proveedores, clientes o accionistas. Desde la producción de alimentos de calidad en compañías como Alpina, hasta la capacitación en medidas de seguridad para Gas Natural, pasando por la provisión de energía para las comunidades o el estímulo al reciclaje en el caso de Cartón de Colombia. Hay empresas en las que se puede comprobar la preocupación por generar empleo, buen trato a los colaboradores y el pago de salarios justos como compromisos sociales de las empresas. No obstante, dado el carácter de voluntariado (magnanimidad) que ha adquirido el concepto de RSE, queda el cuestionamiento sobre si el ofrecimiento de salarios justos o productos de calidad es RSE o simplemente el cumplimiento de las condiciones mínimas exigibles por cualquier persona que pacta un acuerdo comercial o laboral. Otras compañías que exponen sus prácticas muestran estrategias tipo fundaciones de apoyo a escuelas, guardabosques, servicios de salud,

etc., desde el sector financiero en su conjunto, hasta compañías de alimentos y generadoras de energía. De hecho, un indicador del apego por esta clase de iniciativas es la preocupación que surgió a raíz del posible desmonte de exenciones tributarias a las donaciones. Caso especial son aquellas organizaciones que en su esencia llevan el cometido social, tales como la Fundación Social o las Cajas de Compensación Familiar. Surge entonces una pregunta –quizás capciosa- pero que puede servir para estimular el debate: ¿qué hace que unas organizaciones, en su nacimiento, sean consideradas como de interés social en tanto que otras parecieran tener una mira primariamente económica, cuyos principales beneficiarios parecieran ser accionistas y clientes y, posteriormente, otros stakeholders, como consecuencia de la presión ejercida por las teorías actuales? Para finalizar, es claro que, independientemente del alcance y el número de las compañías involucradas, las carencias de nuestras sociedades provienen de fallas estructurales; es decir, no parece que con el simple incremento cuantitativo en lo que ya se hace vayamos a lograr un mapa social más equitativo y de mayor desarrollo, en un contexto que definitivamente está dominado por las organizaciones, dado el grado de especialización que han alcanzado y el poder económico que pueden ostentar. Cabe preguntarse entonces: ¿qué le falta a nuestras teorías y a nuestras acciones?


8)EMPRESAS

JUEVES 15 DE FEBRERO DE 2007

S

R E RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

…de interés Programas de salud

El director de Colsubsidio, Luis Carlos Arango, explica los planes de RSE en organizaciones que tienen alto impacto entre la población.

Cajas de compensación prueban el compromiso social de los empresarios “

La responsabilidad social ha estado siempre presente en los empresarios colombianos”, dice el director de Colsubsidio, Luis Carlos Arango, cuyo liderazgo nacional en tal sentido es reconocida de tiempo atrás en el país, naturalmente en representación de las cajas de compensación familiar. Ese compromiso empresarial –explica- se manifestó hace más de medio siglo, en 1954, cuando la Andi, en la presidencia de José Gutiérrez Gómez –“Don Guti”- y tras convocar a los jefes sindicales del momento (Antonio Díaz y Tulio Cuevas, entre otros), decidió aumentar los ingresos de los trabajadores de menores recursos con aportes específicos a través de lo que se llamaría el subsidio familiar. Ese fue el origen de las cajas de compensación familiar como Comfama en Antioquia, a partir de un espíritu filantrópico, inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia Católica, que buscaba elevar las condiciones de vida de los empleados más pobres y sus familias. No les importaba, de ninguna manera, que tal compensación representara mayores gastos para sus empresas. No. El afán de construir una sociedad mejor los justificaba con creces. Más conciencia social En 1957, cuando la ley estableció la obligatoriedad a algunas empresas para aportar al sistema de subsidio familiar, se crean otras cajas en las diferentes regiones del país, como Colsubsidio en Bogotá-Cundinamarca, donde luego enfrentaría la competencia de Cafam y Comfamiliares. Precisamente fue por iniciativa de Colsubsidio que las cajas de compensación, a partir de 1962, pudieron ir más lejos del subsidio familiar, entendido como la cuota monetaria para los trabajadores de bajos salarios, y suministrar otros servicios sociales: en alimentación, salud, educación, vivienda y recreación. En sentido estricto –según Luis Carlos Arango-, hubo un fortalecimiento de la conciencia

Tras liderar Colsubsidio la iniciativa de que las cajas de compensación familiar prestaran servicios sociales además del subsidio monetario para los trabajadores, desarrolló varios programas de salud, centrados al principio en los servicios pediátricos como la clínica especializada “de la 67”, a la que siguió el Centro Médico “de la 26”, entre otros. Luego, al entrar en vigencia la Ley 100 de 1993, se creó una Empresa Prestadora de Salud –EPS- con Cafam: Famisanar, que hoy tiene más de un millón de afiliados, y hasta una IPS, que dispone en la actualidad de la Clínica de maternidad, centros médicos de terceros niveles de complejidad y programas de educación y prevención en salud.

Y en educación, ¿qué? La educación vino después, buscando, a través de diferentes programas, impartir una formación académica de alta calidad a los hijos de los trabajadores e incluso a estos como afiliados de la caja de compensación a través de sus empresas. Así, Colsubsidio posee cuatro colegios propios, con más de cuatro mil estudiantes que registran notas superiores en los exámenes del Icfes, y otros colegios por concesión en el Distrito, tanto de primaria como de secundaria, sin olvidar el bachillerato de adultos, al que asisten cerca de cinco mil alumnos. En 2006, alrededor de 65 mil personas se favorecieron con tales programas que incluyen, además, convenios con universidades y empresas para la capacitación.

La actividad cultural

mundiales, en ocasiones a través de mandatos legales cuyo incumplimiento genera graves sanciones e incluso la suspensión de la compra de sus productos. “Pensemos no más en la prohibición del trabajo infantil por mercados como el europeo”, señala.

El director de Colsubsidio, Luis Carlos Arango, es otro líder nacional en RSE, como representante de las cajas de compensación familiar.

social de los empresarios o, si se quiere, un mayor sentido de su responsabilidad social, con criterios modernos, gerenciales, que hoy están en boga a lo largo y ancho del planeta. De hecho, admite que existen diferencias de fondo, estructurales, entre aquella época y la actual, trascendiendo el espíritu filantrópico de otrora, pero en ambos casos se mantiene esa conciencia social, siempre en forma voluntaria, sin presiones legales, fruto de las más hondas convicciones sobre el bienestar de los trabajadores y de la sociedad en general. No es sólo, además, algo característico, exclusivo, de las grandes empresas, como suele pensarse por el citado origen en la Andi o

porque son tales compañías, en ocasiones por la alta formación educativa de sus directivos y los cuantiosos recursos de que disponen, quienes emprenden programas de RS, a diferencia de las micros, pequeñas y medianas. No. También éstas –sostienetienen la enorme responsabilidad social que deben ejercer a cabalidad, lejos de eludir sus obligaciones en tal sentido, a veces por fuera de la ley o por obtener algunas ganancias (evasión tributaria, por ejemplo). Ahí se requiere una intensa labor educativa, precisa. Que las empresas comprendan, en cómo la RSE es una exigencia cada vez mayor de los mercados, de los mismos consumidores y hasta de los países y organismos

Defensa de los aportes Las cajas de compensación familiar –según el director de Colsubsidio- son una prueba de la RS de los empresarios, pues sus aportes permiten desarrollar planes de vivienda, salud, educación, cultura, recreación…, para los estratos más bajos de la población. Tales aportes ascienden al cuatro por ciento de las nóminas, valor que se distribuye en el fondo para vivienda social, el Fosyga para la salud subsidiada y el fondo de la niñez para la jornada escolar complementaria y los jardines sociales, entre otros programas que se financian con tan cuantiosos recursos. Apenas el 8% cubre los gastos de administración. Son los llamados aportes parafiscales, que él prefiere llamar “prestación social subsidio familiar”, en torno a los cuales se han desatado intensos debates por los altos costos que representan –al decir de sus críticos- para las empresas, afectando su competitividad. “Ese debate –aclara- se dio antes. Hoy no, porque las cajas están cumpliendo su función en programas de salud, vivienda, educación, etc.”. Y agrega, sin dejar dudas al respecto: “Los aportes se defienden ahora con mayor razón porque es a través de ellos como los empresarios ejercen su responsabilidad social”. Precisa, de otro lado, que las críticas anteriores nunca salieron de los empresarios, “quienes son muy conscientes –insiste- de la importancia para el país de estos programas sociales”. “Todos queremos tener un mejor país, una mejor calidad de vida y, en último término, la infraestructura social necesaria para alcanzar el desarrollo nacional”, concluye. (JES)

La cultura es complemento básico de la educación, pues sus programas forman parte de la formación educativa de las gentes de escasos recursos económicos. En efecto, desde sus orígenes Colsubsidio planteó la importancia de la cultura para la dignidad y el desarrollo intelectual de las personas, permitiendo así que a ella tengan acceso no sólo los sectores privilegiados. En esta forma desarrolla proyectos como las bibliotecas populares, unas fijas y otras móviles, que prestan libros y textos de estudio en barrios pobres de la capital; o el Museo de Museos Colsubsidio, con excelentes reproducciones de los mejores museos (“que un humilde trabajador no podrá visitar”); o el Teatro Roberto Arias Pérez, escenario de los más bellos espectáculos artísticos.

Proyectos de vivienda En vivienda popular, donde las cajas de compensación fueron pioneros, Colsubsidio tiene dos frentes de acción: en primer lugar, la entrega de subsidios a trabajadores que ganan menos de cuatro salarios mínimos, quienes acceden así a viviendas tipos 1, 2 y 3 según el estrato social, y en segundo término, la construcción de VIS a través de proyectos como la Ciudadela Colsubsidio en Bogotá, un verdadero modelo urbanístico para Colombia y América Latina, que alberga a doce mil familias, faltando apenas dos mil para concluirlo en su totalidad. En general, sus programas permitieron construir tres mil viviendas en 2006, y se espera una cifra mayor, de 3.500, en el presente año.

Los supermercados Por último, están los supermercados. Nacieron en 1962, para desarrollar programas de nutrición en las cajas de compensación familiar, de modo que los trabajadores tuvieran alimentos de calidad, higiénicos, sin tener que ir hasta las plazas de mercado, fuera del beneficio de regularse los precios, objetivo que por cierto desapareció con el paso del tiempo al entrar en la onda del libre mercado o de la plena competencia, la misma que se ha acentuado con la presencia de los llamados hipermercados de cadenas tanto nacionales como extranjeras. Según Luis Carlos Arango, las cajas no ejercen competencia desleal, “pues pagamos todos los impuestos de cualquier empresa”, y han respondido con creces a los competidores, gracias al respaldo de los consumidores que valoran su función social.


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