Responsabilidad Social Empresarial JUNIO/2008

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SOCIAL

EMPRESARIAL

JUEVES 26 DE JUNIO DE 2008

James Austin en Colombia 2

James Austin, uno de los más reconocidos expertos mundiales en Pág. responsabilidad social empresarial, estará el próximo 22 de julio en Bogotá, donde participará en un foro de este diario y el Instituto Internacional de Liderazgo –INILID-. En su intervención, Austin, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard y calificado por el Financial Times como “El gurú

del tercer mundo”, orientará un taller con los asistentes para llevar la RSE de la teoría a la práctica en sus empresas. Durante el foro, también intervendrán directivos del Pacto Global de la ONU, Cecodes y el Icontec, quienes explicarán los principios del Global Compact, los informes de sostenibilidad del Global Reporting Initiative -GRI- y la guía de normalización de la ISO a nivel internacional.

Visión social de Minprotección

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El ministro de Protección Social, Diego Palacio, habla a LA REPUBLICA Pág. sobre trabajo infantil y derechos laborales, temas claves de la RSE según principios del Pacto Global y convenios suscritos por Colombia en la Organización Internacional del Trabajo –OIT- consagrados en normas constitucionales y legales. Según el funcionario, el país presenta avances significativos en ambos aspectos, incluso con el apoyo del sector privado para erradicar el trabajo infantil, pero considera que aún falta mucho por hacer, cumpliendo a cabalidad las disposiciones jurídicas. Se refiere, además, a las cifras sobre desempleo y subempleo, a la informalidad y el trabajo decente, entre otros temas propios de su cartera.

Diego Palacio, ministro de Protección Social

EMPRESAS LÍDERES

Hocol: Un modelo con grupos de interés

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En Hocol, una compañía petrolera, su modelo de responsabilidad social en relación con los diferentes grupos de interés o stakeholders, según la concepción moderna de la RSE, entendida a Pág. su vez de manera integral. “Hemos sido pioneros en esto”, declara al respecto uno de sus directivos, Ramiro Santa, quien a propósito defiende las acciones filantrópicas, a las que considera importantes en el ejercicio de la responsabilidad social.

ANÁLISIS COMBUSTIBLES ¿LA ÉTICA ALTERNATIVOS SÍ PAGA? Javier Sabogal Aguilar, profesor universitario, aborda el controvertido tema de los biocombustibles a la luz de la RSE y, en particular, de la sostenibilidad, dada su relación con aspectos ambientales que son motivo de intensa discusión en todo el mundo. Elementos para un debate de gran importancia. PAG. 6

¿Cómo hacer los informes de sostenibilidad?

Con base en la metodología del Global Reporting Initiative, las empresas elaboran sus informes de sostenibilidad, analizadas para esta edición, en entrevista exclusiva, por el director del GRI, Ernst Ligteringen.

Juan David Enciso, consultor en RSE, vuelve sobre la cuestión ética en responsabilidad social empresarial, esta vez con “La lista de Schindler” como telón de fondo para juzgar los parámetros económicos frente a opciones morales, un dilema que se presenta a cada momento en las empresas, sean públicas o privadas. ¿Debería pagar la ética?, pregunta. PAG. 8

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ran primicia informativa: Entrevista exclusiva al director del Global Reporting Initiative –GRI-, Ernst Ligteringen, en su reciente visita a Colombia, invitado por el Centro de Responsabilidad Empresarial. “Está empezando una nueva revolución industrial, basada en la sostenibilidad”, asegura en declaraciones a RSE de LA REPUBLICA, mientras explica en detalle los informes de sostenibilidad, basados en la metodología del GRI, que presentan las empresas más importantes del mundo. Además, cómo hacer informes de sostenibilidad en las pequeñas y medianas empresas –Pymes-, en opinión de un experto. PAG. 4, 5 y 7

LO QUE USTED QUIERE SABER SOBRE LOS REPORTES DEL GRI

LA ESENCIA DE LO SIMPLE

Portal en Internet Desde hoy, entre a la página web del Global Reporting Iniciative –GRI- a través de un vínculo en la siguiente dirección electrónica, sección de RSE: www.larepublica.com.co

El presidente de Confecámaras, Eugenio Marulanda, explica qué son los reportes de sostenibilidad y cómo desde las cámaras de Comercio se promueve su elaboración en las Pymes de las diferentes regiones del país a través del programa ComprometeRSE. PAG. 7

Eugenio Marulanda, presidente de Confecámaras

Impactos de doble vía Las mejores prácticas Riesgos y oportunidades Guía y plan estratégico

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FORO R E

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

James Austin en foro sobre RSE James Austin, uno de los más reconocidos expertos mundiales en responsabilidad social empresarial, visitará a Colombia el próximo 22 de julio, cuando realizará un seminario-taller en el Salón Rojo del Hotel Tequendama de Bogotá. El foro es organizado por LA REPUBLICA, en desarrollo de su proyecto sobre RSE, y el Instituto Internacional de Liderazgo –INILID-, con el apoyo de Colsubsidio, Emgesa y Codensa. Pero, ¿quién es James Austin? Es profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, donde fundó el programa de Responsabilidad Social Empresarial; ha sido Consejero Especial de la Casa Blanca, y fue calificado por el Financial Times como El Gurú del Tercer Mundo (ver recuadro) por sus contribuciones a la gestión estratégica de las empresas en los países en desarrollo. Es autor de más de una docena de libros y centenares de artículos y estudios en distintos negocios, así como consultor en más de 45 países, tanto de gobiernos como de empresas privadas e instituciones de diversa naturaleza. Con relación a la RSE, considera que va más allá de la filantropía (ver artículo en esta misma página) y genera valor económico y social a la empresa, la cual se beneficia en tal sentido por sus múltiples beneficios. Durante el seminario-taller en Bogotá, Austin mostrará cómo llevar la RSE de la teoría a la práctica, es decir, pasar de qué es la RSE a cómo aplicarla en las empresas con base en sus estrategias y, sobre todo, su implementación, temas iniciales de su presentación en la jornada de la mañana (ver Programa). En la tarde, dirigirá el trabajo en grupos, tras el cual efectuará un taller de socialización. Al término del seminario, Austin recibirá la Mención Liderex, entregada por el director de INILID, Carlos Pardo. DEL QUÉ AL CÓMO

La presentación de Austin en Bogotá estará precedida de dos

EL GURÚ DEL TERCER MUNDO James Austin, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, es considerado el gran experto de la gestión estratégica de las empresas en los países en vía de desarrollo. Es autor de más de 15 libros, entre los que se destacan “The Colaboration Challenge” y “Managing in Developing Countries”, así como de numerosos artículos y más de cien estudios de distintos negocios. Egresado de las universidades de Harvard y Michigan, ha sido Consejero Especial de la Casa Blanca y consultor en más de 45 países. Como líder del Grupo de Gestión Estratégica del Harvard Business School, lanzó un proyecto de investigación sobre las implicaciones de las organizaciones y sus ejecutivos en los denominados “Servicios Sociales”. De otra parte, es el fundador del programa de Responsabilidad Social Empresarial de la Universidad de Harvard. Precisamente por estas contribuciones a la ciencia de la gerencia, The Financial Times lo llamó “El gurú del Tercer Mundo”. Actualmente, fuera de su actividad docente en Harvard, es presidente de la firma Austin Associates International y consejero de gobiernos, agencias internacionales y empresas. Austin es igualmente experto en Negocios Internacionales y conoce de cerca las realidades de los tratados de Libre Comercio, particularmente en lo que respecta a los retos para las empresas latinoamericanas.

James Austin, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, participará el próximo 22 de julio en un foro sobre RSE, organizado por este diario y el Instituto Internacional de Liderazgo –INILID-.

paneles, uno de expertos y otro de dirigentes empresariales, sobre asuntos prácticos de la RSE, según parámetros inter-

PROGRAMA 7 a.m.

Acreditación y registro

8 a.m.

Panel sobre Pacto Global, GRI y Guía del Icontec Ernesto Salinas, director del Pacto Global en Colombia Santiago Madriñán, director de Cecodes Fabio Tobón Londoño, director del Icontec

9 a.m.

Prácticas empresariales en RSE Luis Fernando Rico, presidente de Isagén Juan Carlos Gutiérrez, director del Cinset

10 a.m.

Refrigerio y visita a stands

10:30 a.m.

James Austin: Estrategias de RSE

11:30 a.m.

James Austin: Implementación de las estrategias

12.30 p.m.

Almuerzo y visita a stands

2 p.m.

Trabajo en grupos, dirigido por James Austin

3 p.m.

Taller de socialización, con James Austin

4 p.m.

Mención LIDEREX - Certificación Carlos Pardo, director de INILID

4:30 p.m.

Clausura y visita a stands

nacionales. Así, en el primer panel se presentarán los principios del Pacto Global de las Naciones

Unidas, los reportes o informes de sostenibilidad del Global Reporting Initiative –GRI- y la Guía de RSE del Icontec, a

través de sus máximos directivos en Colombia: Ernesto Salinas, director del Pacto Global en Colombia; Santiago Madriñán, director del Centro Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible –Cecodes-; y Fabio Tobón Londoño, director del Icontec. Se presentarán, además, dos experiencias empresariales de RSE: Isagén –a través de su presidente, Luis Fernando

Rico-, en representación de las grandes empresas, y la RSE en las pequeñas y medianas empresas –Pymes-, por parte del director del Cinset, Juan Carlos Gutiérrez. Los asistentes al seminariotaller recibirán el libro “RSE: Lecciones, casos y modelos de vida”, publicado por LA REPUBLICA con el apoyo de Indupalma, Seguros Bolívar y la Fundación Éxito. (JES)

Instituto para promover el liderazgo El Instituto Internacional de Liderazgo –INILID- es una entidad profesional especializada en programas de Alto Liderazgo y Coaching, con énfasis en el desarrollo de habilidades y competencias para el ejecutivo de hoy. Es un organismo líder de su género en Colombia, donde obtuvo el Premio The Bizz Awards 2007 por su calidad, liderazgo e innovación, al lado de importantes empresas como Exxon Móvil, Telefónica, General Motors, Servientrega, Merck y Panasonic, entre otras. INILID trabaja desde hace cinco años en alianzas y convenios con importantes instituciones y universidades

del país, prestando servicios de consultoría y asesoría en capacitación y Coaching, así como en la formación de líderes y Coachs para Colombia y América Latina. Sus programas, que cuentan con Certificación Internacional, logran forjar una nueva visión de Liderazgo moderno, donde priman el alto desempeño y la efectividad personal y laboral… Un liderazgo activo, fundamentado en la ética, los principios, los valores y un sentido de compromiso y responsabilidad social. El Instituto Internacional de Liderazgo está conformado por un amplio equipo de trabajo y una Red de reconocidos confe-

rencistas nacionales e internacionales. Su presidente fundador, Carlos Pardo, cuenta con una experiencia de más de 15 años de investigación y trabajo en Coaching y Liderazgo.

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EVENTOS DE IMPACTO

NILID ha realizado eventos de gran impacto en el país, entre los que se destacan la Primera Cumbre Internacional de Liderazgo Femenino y el Primer Congreso de Coaching y Liderazgo. En julio próximo, en alianza con LA REPUBLICA, efectuará el Primer Foro–Taller Internacional de Liderazgo en Responsabilidad Social Empresarial, con la participación de Jim Austin,

profesor de Harvard y uno de los máximos exponentes mundiales en este tema, catalogado por el Financial Times como El Gurú del Tercer Mundo. INILID creó la primera Facultad de Liderazgo y Coaching en Colombia y el primer Programa de Coaching y Liderazgo para la Responsabilidad Social Empresarial en convenio con el Global Compact de las Naciones Unidas. “INILID ha logrado constituir una Red Internacional de líderes ejecutivos comprometidos con el cambio, el mejoramiento continuo y la excelencia personal y empresarial”, afirma su presidente, Carlos Pardo.

El salto de la filantropía a la RSE “Hemos pasado de una filantropía tradicional, en la que se hacía un cheque para quien venía a pedir, a una relación en la cual las empresas y las ONG empiezan a pensar en cómo pueden interactuar para generar más valor para cada lado”, dice James Austin, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. La RSE debe tomarse como un proceso de generación de valor tanto económico como social. Si su empresa busca mantenerse competitiva en el largo plazo, ha llegado el momento de revaluar su relación con las organizaciones civiles ya que, si sigue actuando bajo el tradicional prisma filantrópico, es muy probable que esté desperdiciando un activo de gran potencial para su organización. Antes se pensaba que los aportes económicos a entidades de beneficencia, del Estado, etc., obedecían a una forma de “caridad”; en la actualidad, la

movilización de recursos de la compañía (ya sean de carácter técnico, humano, de investigación o económicos) debe lograr un impacto mucho más importante y la interacción de la empresa y la comunidad debe llevar a una relación de beneficio mutuo, donde estos aportes se conviertan en inversión al lograr posicionar la marca y acreditar una reputación que hable a las claras de responsabilidad social y compromiso con el entorno de la empresa.

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NUEVO PARADIGMA

e requiere un cambio de paradigma en el modelo de sustentabilidad de la empresa, para que su valor social alcance una importancia y significación similares al de los valores económicos y de productividad. Hoy por hoy las demandas sociales y medioambientales involucran a los sectores privados, exigiéndole a la empresa un papel protagónico y de compromiso en el

aporte a la solución de estas problemáticas. Por otra parte, en Latinoamérica las reformas económicas no han sido suficientes para reducir la pobreza y la persistente desigualdad. Esto hace que la gente de la región espere más del sector privado. Se hace urgente que más allá de las promesas de estabilidad macroeconómica, de promisorias reformas de mercado que incluyen privatizaciones, liberalización del comercio y, en los últimos años al menos, un sólido crecimiento económico, el sector privado se convierta en verdadero doliente de la situación de las regiones. No debemos seguir viendo a la empresa, ni ésta se puede seguir presentando, como el villano del momento, sino que se debe tomar como una oportunidad de cambiar, ofreciendo una nueva propuesta de valor a la sociedad, que integre el valor social al valor económico, yendo más allá de sus tradicionales

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contribuciones en empleos, productos, impuestos, filantropía o aportes a la política. La nueva propuesta de valor debe incluir nuevas formas de relacionamiento con gobiernos y grupos sociales.

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BENEFICIOS A LA VISTA

acer responsabilidad social fortalece la imagen de la organización ante la sociedad y dentro de la compañía, es decir, entre sus empleados. Una táctica de las empresas es incluir a sus trabajadores en los planes sociales para que se sientan más identificados con la empresa, sean más productivos y más leales. Esto también influye en la opinión de nuestros consumidores, ya que ellos perciben el compromiso social de la empresa y ven acciones que alivian y proponen caminos de solución de las diferentes carencias que maneja el entorno. En ese sentido, hay eviden-

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cia de que los consumidores favorecen a las compañías que son socialmente responsables (puesto que sus actividades le dan una reputación positiva) y se muestran más dispuestos a dar su apoyo a esa empresa que a su competidor, así tengan los mismos productos a similar precio. “Los consumidores aprecian el hecho de que la empresa esté involucrada con la comunidad. Los estudios indican que las personas pagan por un producto que lleva una causa ligada a la responsabilidad social. Esto está vinculado a una nueva modalidad de marketing que ha surgido en Estados Unidos conocido como mercadeo por causa, mediante el cual se realizan alianzas entre las compañías, ONG y organizaciones de la sociedad civil”, afirma Austin. La clave de estos aspectos sociales, según el experto, es que se trata de una responsabilidad “compartida”, por lo que “dejar la responsabilidad en manos de

otros, que a su vez la dejan en manos de otros alegando que no les corresponde a ellos, no es un diálogo muy constructivo porque los problemas de la sociedad son serios y su resolución requiere una aportación de todos los sectores”.

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FORMACIÓN EDUCATIVA

inalmente, el propósito de Austin -y esto se observa más en su institución SEKN- es con la formación y el compromiso de las entidades educativas con el tema de la RSE. Su visión es que las escuelas de negocios a lo largo de América Latina lleguen a considerar a la educación sobre emprendimientos sociales como una parte integral de su misión y que en esta área mejoren significativamente las capacidades profesionales de sus egresados. Esto nos llevaría a tener una nueva generación socialmente responsable y con la prioridad de lo social en el marco organizacional.

Dirección y edición: Jorge Emilio Sierra Montoya / Asesor de Dirección: Fidel Duque Ramírez / Fotos: Cortesía, Colprensa, Agencias



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Nueva revolución industrial,

Jorge Emilio Sierra Montoya DIRECTOR LA REPUBLICA

BOGOTÁ. Nunca antes, a lo largo de su historia milenaria, el hombre había alcanzado tan altos niveles de bienestar, con un crecimiento económico espectacular gracias al desarrollo científico y tecnológico. Pero, tampoco hay precedentes de tanta miseria en el mundo. Peor aún: la forma de producción que tenemos, aunque bastante avanzada, resulta poco eficiente desde el punto de vista ambiental porque destruye los recursos naturales, en lugar de conservarlos, poniendo en grave riesgo la supervivencia de la humanidad, cuya población además se ha multiplicado en las últimas décadas. Tan terribles afirmaciones se confirman, a su vez, en varios indicadores que muestran cómo el planeta no aguanta más las prácticas tradicionales de producción e incluso de consumo, dados los perjuicios tanto ambientales como estrictamente sociales. Así, el cambio climático, producido por el uso de combustibles fósiles como el petróleo y la correspondiente generación de gases efecto invernadero, provoca escasez de agua, sorpresivos y drásticos cambios meteorológicos traducidos en inundaciones o sequías, y crisis alimentaria, entre otros fenómenos que golpean con rigor a millones de personas. Es una situación crítica, en verdad. Y por serlo, por estar en juego la supervivencia del hombre sobre la Tierra, es necesario cambiar de rumbo, con reformas estructurales, de fondo, que permiten hablar de una nueva revolución industrial, basada en principios de sostenibilidad. “Estamos en el principio de esa revolución”, asegura al respecto el director del Global Reporting Initiative –GRI-, Ernst Ligteringen, una de las

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

EL DIRECTOR DEL GRI, HOLANDÉS Y COLOMBIANO

más importantes autoridades mundiales en responsabilidad social empresarial (ver recuadro).

El director del GRI, Ernst Ligteringen, es holandés, pero también considera a Colombia su segunda patria, porque de aquí, de Palmira (Valle), es su esposa, con quien se casó hace 26 años, poco después de haber llegado al país, uno de los muchos que recorrió en su larga correría por el mundo, antes de regresar a su tierra en el 2002, precisamente para ponerse al frente del importante organismo a su cargo. En efecto, el Global Reporting Initiative había nacido en 1997, por iniciativa de una ONG en Boston (Estados Unidos) en colaboración con programas como el de las Naciones Unidas para el medio ambiente, siempre con el propósito de asegurar plena transparencia en la comunicación sobre el desempeño de las empresas. Pues bien: cuando los directivos de esta organización decidieron internacionalizarla y actuar en forma independiente, trasladaron en 2002 su sede principal a Ámsterdam (Holanda), escogiendo para dirigirla a Ligteringen, quien volvía así a su lugar de origen, ahora con esposa colombiana y dos hijas que todo el día hablan español, mezclado con el inglés y el francés, en su propia casa. Bajo su dirección, el GRI ha extendido su red a más de cincuenta países a lo largo y ancho del planeta, promoviendo la práctica de los informes de sostenibilidad con base en la guía respectiva, la más respetada de su género en el mundo.

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ADICCIÓN AL PETRÓLEO

e requieren –insistecambios de fondo a nivel global, dando al traste con el modelo de desarrollo vigente a través de la industrialización y, por consiguiente, en las empresas, en nuestros propios negocios, cualesquiera sean. En el primer caso, sobre la industrialización, su afirmación es contundente, demasiado explícita: “¡Hay que acabar con la adicción por el petróleo!”, llamado que justifica de inmediato al recordar que el 90 por ciento de la economía mundial funciona con base en ese producto, el llamado “oro negro”, cuya cotización empieza a alcanzar proporciones gigantescas, astronómicas, con enorme impacto sobre las distintas economías. En su opinión, tales precios exorbitantes, que parecen reflejar el tercer shock petrolero según expertos, ratifican que se trata de un recurso finito, próximo a agotarse, y causa el citado cambio climático que obliga –repite- a adoptar medidas de emergencia, donde se consideran aspectos económicos, del mercado, así como ambientales y sociales, o sea, la sostenibilidad en su triple dimensión. Sustituir el petróleo implicará, por tanto, cambios en los procesos de producción, en los medios de transporte, en la generación de energía y, a fin de cuentas, en la vida social en general, cambios de los que ninguno de nosotros podrá estar ajeno. “Será otra gran revolución industrial”, subraya con entusiasmo. No cae por ello, sin embargo, en el pesimismo. Al contrario, confía en que los avances cientí-

Según el director del GRI, Ernst Ligteringen, el mundo en el principio de una nueva revolución industrial que trae cambios profundos a la vida económica y empresarial.

ficos permitirán desarrollar las nuevas tecnologías necesarias y, en consecuencia, resolver tan graves problemas. La solución, a su turno, tendrá igualmente que ser económica, ambiental y social, con un papel protagónico por parte de las empresas, sean grandes, medianas o pequeñas. La solución está en la sostenibilidad, para expresarlo sin rodeos. CAMBIOS EN EMPRESAS

Habrá, entonces, cambios en las empresas y en los mismos empresarios, es decir, en el plano microeconómico, no

sólo a nivel macroeconómico o global. ¿Por qué? La razón es obvia: la empresa debe estar preparada para enfrentar esta nueva revolución industrial –en la producción, la distribución y el consumo-, determinando las implicaciones que tendrá en los próximos años. Tiene que prepararse, en definitiva. Y si no lo está, si deja las cosas para después, es probable que cuando la transformación total se dé, cuando los cambios globales tengan lugar, ya sea demasiado tarde. Pero, ¿cómo –se preguntaráhay que prepararse en un entor-

no tan complejo y cambiante? La respuesta salta a la vista: el informe de sostenibilidad, elaborado a partir de la metodología del GRI (ver “Todo lo que usted quiere saber…”), le ayuda a la empresa a prepararse en tal sentido. Es lo que acaba de hacer –observa, satisfecho acaso por la labor cumplida- el gobierno de Suecia al ordenar que sus empresas reporten los informes del próximo año con base en el GRI, garantizando la cabal ejecución de sus buenas prácticas empresariales. Las autoridades de China, por su lado, hicieron algo similar, sabiendo de antemano que allí hay numerosas empresas estatales por el régimen comunista imperante; Wal Mart, la poderosa cadena de comercio minorista de Estados Unidos, empieza a reclamar de sus proveedores el cumplimiento de normas ambientales, e igual pasa con General Electric, con varias firmas del Brasil, a diestra y siniestra… “Apenas estamos empezan-

do, pero cada vez más empresas lo aplican en casi todos los países”, declara mientras señala que es mejor prepararse a tiempo en lugar de esperar a que sea demasiado tarde y algunos de sus competidores le hayan cogido ventaja.

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NUEVAS OPORTUNIDADES

ara terminar, Ligteringen vuelve sobre la responsabilidad de todas las personas, y en especial de los empresarios, en la solución de problemas como el calentamiento global y la miseria que convive con elevados niveles de bienestar, nunca antes vistos. “¿Qué estamos haciendo?”, es la pregunta que en su opinión nos deberíamos formular a cada momento, naturalmente poniendo en tela de juicio nuestra responsabilidad social o, en términos del GRI, la sostenibilidad global y empresarial. Cuando esto se hace –comenta-, los problemas se pueden convertir en oportunidades, PASA PÁG. 5


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basada en la sostenibilidad

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Hay que ir más allá de las utilidades

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aquellas que surgen por doquier con los cambios estructurales en la sociedad, el proceso de industrialización y los mismos negocios, incluidas las pequeñas y medianas empresas cuyo tamaño les facilita ser más flexibles para adaptarse a las nuevas circunstancias. De igual manera –añade con la seguridad del experto-, muchas pymes están integradas a cadenas de proveedores de las grandes compañías que les exigen estándares diferentes, adecuadas a las condiciones descritas, o prevén al menos que en un futuro cercano les impondrán tales requerimientos, por lo cual realizan los cambios debidos. “No queda otra salida”, advierte.

¿Cuál es –se preguntará usted, con seguridad- la diferencia entre la sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial? Según Ligteringen, ambos conceptos tienen mucho en común, aunque el primero apunta sobre todo –al decir de un amigo suyo, cuya definición adoptó como propia- “a vivir, producir y compartir este mundo de tal manera como si fuéramos a permanecer acá por varias generaciones más”. En realidad, la sostenibilidad, a juzgar por los informes correspondientes, incluye los triples resultados de la empresa: económicos, ambientales y

sociales, lejos de reducirse al tradicional balance financiero, sobre el estado de pérdidas y ganancias, que a su modo de ver sólo presenta una visión del pasado, como de espejo retrovisor. El informees más bien un radar –explica- que permite ver las oportunidades y riesgos de la empresa, más allá de lo estrictamente financiero, de utilidades o pérdidas contables. Y claro –agrega-, otra característica de los informes es el diálogo con diferentes grupos de interés (empleados, clientes, proveedores, inversionistas, comunidad, ONGs…) para medir también

el impacto ambiental y social de la compañía, identificando temas que se tornan esenciales para su posicionamiento en el mercado y la sociedad. Un tema clave en ese diálogo es determinar hasta qué punto la empresa ayuda a resolver problemas como el cambio climático o, por el contrario, los acentúa. “Si es parte de la solución o es parte del problema”, precisa.

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EL CAMINO DEL ÉXITO

ara Ligteringen, la sostenibilidad de la empresa y la del mundo, a nivel global, guardan una estrecha relación. “La una tiene que ver con

la otra”, explica mientras aduce que ninguna empresa podrá tener éxito en un medio ambiente y en una sociedad en graves problemas, menos aún cuando los genera en lugar de contribuir a resolverlos. En cambio –añade-, cuando la empresa, por ejemplo, ofrece soluciones a los problemas ambientales por medio de sus productos y servicios, de su forma de operar, etc., esto se convierte en una oportunidad por la acogida que su actuación recibe entre los clientes, inversionistas y demás grupos de interés. “Ese ya es un reto importante para la empresa”, advierte.

Todo lo que usted quiere saber... Los impactos de doble vía -Con base en la guía del Global Reporting Initiative –GRI-, las empresas elaboran sus informes de sostenibilidad. ¿Qué contienen esos informes? -Dan información del impacto que tiene la empresa a través de sus productos, servicios y operaciones, en los niveles económico, ambiental y social, que son precisamente las tres dimensiones de una empresa, conocidas también como sus triples resultados. -Pero, ese no es el único aspecto que se considera. También está la doble vía. -Exacto. Porque no sólo se ve el impacto de la empresa sino cómo ésta, a su vez, resulta afec-

tada por el entorno económico, ambiental y social. Hay una doble vía, en realidad. -¿En qué se diferencian, entonces, los tradicionales balances financiero y social (éste incluye, en ocasiones, lo ambiental) de los informes de sostenibilidad? -Repito: los informes identifican los aspectos más relevantes del desempeño ambiental, social y económico de la empresa; de otra parte, muestran los retos y riesgos en los tres niveles, relacionados con las principales estrategias corporativas. Explican, en fin, el desempeño empresarial en aspectos como el uso de los recursos naturales, que es lo

Riesgos y oportunidades -¿Cuántos indicadores tiene la guía? -79, aunque un buen informe elige los que la empresa considera más importantes.

-¿El costo es inferior al beneficio? -Así es. Con el tiempo se encuentra que el valor generado es muy superior al costo. -¿Y es un equipo de trabajo quien elabora la guía? -No. Esto no se puede dejar a un solo departamento, como el de relaciones públicas. Quienes sacan ventaja del proceso es porque lo integran a la empresa con la formulación de estrategias, el monitoreo de resultados, la búsqueda de eficiencia y la medición del desempeño.

-¿O sea que la medición es fundamental? -Lo que se mide es lo que se puede gerenciar. Si no se sigue sistemáticamente, si no se observa el impacto, el empresario corre el riesgo de estar ciego ante una dimensión que será cada vez más importante para la empresa. -¿Y qué tan necesario es el diálogo de la empresa con sus grupos de interés? -Lo es en grado sumo porque ayuda a la empresa a identificar sus temas principales, les da confianza a los consumidores o clientes, y contribuye a la reputación de la compañía.

Guía y plan estratégico -¿Conviene que la empresa tenga un plan estratégico antes de trabajar en la guía? -El plan estratégico facilita mucho la elaboración de la guía porque el informe también parte de los objetivos, las metas y la visión, pero el proceso acá comprende el diálogo, la recolección de datos y el análisis. Los temas ambientales y sociales son igualmente estratégicos para la empresa, cualquiera sea. -¿Esto les interesa a los inversionistas? -Claro, porque los inversionistas miran cada vez más hasta donde la empresa es parte del problema o de la solución. De ahí la importancia de la sostenibilidad en temas como la crisis energética, la escasez de alimentos, el cambio climático, etc. -En definitiva, ¿cómo se hace una guía para el informe de sostenibilidad? -Mirando las buenas prácticas empresariales. De hecho, el GRI dispone de materiales o herramientas necesarios, pero en cada país hay organismos

-¿No bastan, pues, los buenos resultados financieros? -No. Son mucho más que eso. -Un ejemplo. -Si una empresa utiliza mucha agua en su proceso de producción, como es el caso de la industria cervecera, debe ser eficiente en su uso por razones económicas, ambientales y sociales. De ello, entre otros múltiples factores, depende la sostenibilidad.

Empresas más grandes -¿Por dónde hay que empezar el informe? -La mejor manera de empezar es hacerlo.

-¿Para qué sirven? -Ante todo, para evaluar los riesgos y oportunidades de las empresas en el futuro. -¿Qué tanto tiempo se requiere para elaborar la guía? ¿Y cuánto cuesta? -El tiempo y el costo dependen del tamaño o la complejidad de la empresa.

ambiental; las relaciones con empleados y otros grupos de interés, o derechos humanos y laborales, que es lo social; y el valor generado, que es lo económico.

especializados en el manejo de la metodología, consultores y, sobre todo, empresas que ya la han aplicado y pueden compartir su experiencia. -¿Qué tantas empresas siguen el proceso después de hacer el informe por primera vez? -La mayoría. Alrededor del 98 por ciento, según nuestras estadísticas. -¿Qué aspectos hay que cubrir en la guía con base en los indicadores? -Insisto: no hay que trabajar los 79 indicadores sino aquellos que tienen mayor sentido en la empresa, centrándose así en sus indicadores más importantes. Y como el lector es selectivo, siempre busca en dichos informes las respuestas a los aspectos que considera más críticos. -¿Toda la empresa debe trabajar, además, en la guía? -Tampoco. Aunque ese es el objetivo final, se puede empezar con un departamento para luego irlo ampliando a otros.

-Pero, ¿qué tan difícil es? Hay quienes consideran excesivo el número de indicadores. -Aunque el número, como antes dije, se puede reducir para tener un cuadro muy sencillo que puede dar mucha transparencia y confianza en el lector, no queremos simplificarlos porque creemos que eso no ayuda al empresario. Además, la cuestión ambiental y social no es tan sencilla y, al contrario, cada vez es más compleja. Sólo ahora empezamos a aprender cómo enfrentar en la empresa problemas como el cambio climático, la escasez de agua y energía, el uso de los recursos naturales… -¿Cuántas empresas tienen informes de sostenibilidad? -No lo sabemos porque es una práctica totalmente voluntaria y sólo pedimos, de quienes nos enteramos que usan la guía, nos avisen incluso para aprender de su experiencia. Que sepamos, son cerca de tres mil (en especial las empresas más grandes, pero también hay pequeñas). De las cien más grandes de Estados Unidos, 60% tienen informes de sostenibilidad; y de Europa, 70%. -¿Cuáles son los beneficios específicos que generan? -Sirven para que la empresa sea competitiva, esté lista frente el futuro y produzca, con base en una información relevante, lo que el mercado necesita. Al fin y al cabo nadie puede predecir, frente a un hecho inesperado, qué información empresarial requieren los inversionistas, empleados o clientes. Que cuando estos la busquen, la encuentren. -¿No es pérdida de tiempo? -¡De ninguna manera! Si esta información no le genera valor a la empresa, ¿para qué hacerla?. -¿O sea, el informe le da valor a la compañía? -¡Claro! Esta herramienta ha demostrado a muchas empresas en el mundo que les sirve para ser competitivas en el futuro, posicionándose más frente a sus clientes, el mercado, los inversionistas. Todo esto da valor a la empresa.

Las mejores prácticas -En realidad, ¿la metodología del GRI es la más confiable a nivel internacional para la medición de la sostenibilidad o, si se quiere, de la responsabilidad social empresarial? -En este momento, sí. Es la mejor práctica en tal sentido. -¿Qué les falta? -Todavía podemos avanzar mucho más. -¿Cómo? -A través, sobre todo, de las experiencias o prácticas de las empresas en la elaboración de sus informes, así como de los diálogos con grupos de interés de la sociedad civil, las ONG, los sectores académicos… Nuestra guía debe ser más precisa y ex-

plicar cada vez más a las empresas cómo pueden monitorear y mejorar sus prácticas. -¿Nuevos proyectos? -Acabamos de firmar un proyecto con la IFC del Banco Mundial para mirar el tema de las mujeres en las empresas, en la vida laboral, en su forma de actuar ante la sociedad, sabiendo de antemano que representan más del 50 por ciento de sus clientes, no así de sus trabajadores. Hay un creciente interés en el mundo por tales aspectos. -¿Y para qué sirve esa información? -Ahí las empresas pueden hallar grandes oportunidades de negocios. Basta un ejemplo: cierto productor de vehículos

reunió un grupo de mujeres para recomendarle el mejor diseño de acuerdo con sus necesidades. La sorpresa fue mayúscula porque el diseño fue muy distinto al de los grupos que solían consultar en tales casos. -Hay que consultar, pues, a los grupos de interés. -Que es precisamente la gran revolución empresarial en la época actual. -¿En el GRI ya hicieron el proceso? -Lo hicimos con nuestros casi cincuenta empleados y la experiencia nos enseñó mucho, permitiéndonos identificar áreas críticas para formular las estrategias correspondientes.


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EMPRESA R E

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Hocol

Un modelo con grupos de interés “Gerente del equipo de relaciones y recursos humanos de Hocol”, es el cargo que identifica a Ramiro Santa en Hocol, una empresa petrolera. Y aunque el título resulta incomprensible a simple vista (sobre todo por aquello del equipo de relaciones), expresa claramente el modelo de responsabilidad social de la compañía. Veamos porqué. En realidad, la gerencia a su cargo, además del manejo tradicional del recurso humano, está al frente de las relaciones con los diferentes grupos de interés de la empresa. “Es una gerencia de relaciones con los stakeholders”, precisa en alusión a la concepción moderna de la RSE, entendida a su vez de modo integral, con cada uno de los grupos, desde los empleados y la comunidad hasta el gobierno y los contratistas, en temas como salud y medio ambiente, seguridad industrial y física. “Hemos sido pioneros en esto”, observa con honda satisfacción, si bien admite que un modelo similar existe en Ecopetrol, aunque allí les falta –aclara- el área de recursos humanos que en cambio Hocol considera básica en la RSE porque ésta “empieza por casa”, es decir, por sus empleados. Dicha gerencia, además, reporta de manera directa, sin intermediarios, al presidente de la compañía, en la que tales asuntos se vienen manejando desde hace quince años, larga historia de la que conviene hacer un repaso a vuelo de pájaro. ¡Tomen lápiz y papel!

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DESARROLLO SOSTENIBLE

odo empezó –recuerda Santa- porque un buen día comprendieron que Hocol, como empresa rural que trabaja en zonas apartadas del país, debería avanzar en el desarrollo sostenible, yendo más allá de sus operaciones petroleras. Abrieron los ojos, mejor dicho. Y comprobaron, por ejemplo, que en las regiones donde operaban había falta de liderazgo, que sus instituciones carecían de medios adecuados

para ser efectivas, y que las propias comunidades no se “apersonaban” de su futuro por fuera del petróleo, cuyos recursos desaparecerán en el futuro. ¿Qué hacer?, fue la pregunta del millón. Y la respuesta no tardó en llegar: era necesario, como aún lo es, empoderar a las comunidades en el manejo de las regalías petroleras, en el marco de un auténtico modelo económico, social y político, que les garantizara su cabal desarrollo incluso después del retiro de Hocol al agotarse las reservas petroleras o vencerse los contratos con el Estado colombiano. “Debemos dejar una capacidad instalada mucho más allá del petróleo”, concluyeron sus directivos, comprometidos con impulsar proyectos específicos como el fortalecimiento institucional de acuerdo con el crítico diagnóstico arriba citado. Ese fue el punto de partida, por lo visto. Y como las firmas petroleras son “tercerizadas” en alto grado, el paso siguiente era inevitable: hacer que los contratistas colaboraran en tal sentido, no sólo para el progreso colectivo sino para la generación de riqueza en sus negocios, que es el gana-gana característico de la RSE. “Tardamos dos años para que los gerentes de contratos entendieran su obligación frente al entorno y al Estado”, observa, derivando de ahí, de esta experiencia, la relación con otro grupo de interés, tanto o más importante que los anteriores: el gobierno o Estado. “Entendimos que el Estado es nuestro mayor cliente, al que debemos atender en forma especial”, dice en referencia a lo que fue el pilar de un documento sobre la política de Hocol, donde definen principios como su relación con el Estado como cliente principal, el compromiso de generar riqueza donde operan y hasta el modelo de RSE en ejecución. Su trabajo, en fin, es poner en armonía todo este sistema de relaciones con los grupos de interés o stakeholders: comuni-

EL SUEÑO DEL PETRÓLEO EN EL ALTO MAGDALENA Luis Morales, colombiano de pura cepa, tenía un sueño: descubrir petróleo en el Alto Magdalena, idea que en su momento parecía descabellada. “Está loco”, se comentaba a hurtadillas. Nunca cedió a las críticas y burlas. Al contrario, persistió en su lucha, tanto que alguna vez convenció al Banco de Bogotá para que le prestara plata con destino a su proyecto de encontrar crudo en el departamento del Huila, donde nadie creía que lo hubiera. ¡Y lo encontró! Y ahí vinieron los inversionistas, uno tras otro, hasta llegar a la Shell, que vendió la empresa a unos sauditas y éstos a unos ingleses, quienes por último la cedieron a unos franceses, sus dueños actuales que trabajan con talento ciento por ciento colombiano, como es Ramiro Santa, gerente de relaciones y recursos humanos. “Don Luis fue un pionero”, dice Santa en justo reconocimiento, cuando precisamente Ecopetrol acaba de hacer otro hallazgo petrolero en Huila, aunque usted no lo crea. dad, empleados y proveedores, clientes y Estado.

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“MADE IN COLOMBIA”

ocol, una empresa de origen colombiano (ver recuadro), ha pasado por varias manos, en especial de inversionistas extranjeros, como sus actuales dueños, que son franceses. Pues bien: cuando estaba en manos de Shell, sus entonces gerentes de asuntos externos: Eduardo Pizano y Mónica de Greiff, le dieron gran impulso al nuevo modelo de RSE, el cual superaba la filantropía (entendida como “ser buena persona con los vecinos”) para abordar, en cambio, la realización de procesos y la evaluación de impactos sociales. Luego de la venta de Shell, el modelo –según Santa- es “hecho en casa”, con tanto éxito que se ha podido exportar a las operaciones de la compañía en otros países. ¿Con qué resultados? Al parecer, bastante positivos. Con las comunidades, verbigracia, se pueden comprobar los avances en su calidad de vida a partir de varios indicadores de desarrollo. Es lo que se ha visto, por ejemplo, en regiones donde revirtieron sus campos por el vencimiento en los términos de los contratos. Y aunque alguien diga que es un error atribuir con exclusi-

vidad tales avances a la firma petrolera, la afirmación es válida a la luz del modelo, el cual es de carácter multipartito, con la participación de múltiples actores, fuera de buscar la construcción de confianza. Y es que no se trata –explicade llevar a cada comunidad un modelo prefabricado sino que el modelo a seguir es elaborado por la propia comunidad, como debe ser. “No es lo mismo un modelo de desarrollo para Huila que para Tolima o para los Llanos Orientales, cuyas diferencias culturales son notorias”, afirma como si repitiera al pie de la letra las enseñanzas de los más connotados analistas sociales del país, como Eduardo Santa (quien por cierto, y a mucho honor, es su padre). “Ha sido un trabajo de varios años”, agrega, siempre con la mirada puesta en la meta de la sostenibilidad, conseguida –insiste- con el apoyo de los diversos grupos de interés en áreas como la seguridad industrial, la salud y el medio ambiente. Hasta la seguridad física, puesto que las petroleras suelen ser blanco de los ataques de grupos violentos, entra ahí en juego. “Pero la seguridad se genera de fuera hacia dentro, con un entorno sano, y no de adentro hacia fuera, porque las armas son monopolio del Estado”, asegura. Sobra entrar en explicaciones al respecto. (JES)

Filantropía ordenada

Es cierto que las estrategias de las empresas en Responsabilidad Social deben necesariamente agregar valor al negocio, ya sea en capital humano, reputación, mercadeo o viabilidad, pero también está probado que entre mayores sean las intersecciones de estos beneficios más exitosa, medible y sostenible será la empresa. Pero no por eso debemos negar que las contribuciones altruistas o filantrópicas son menos importantes. Es común ver en los países desarrollados la cantidad de personas que dedican ordenadamente su tiempo libre y con subordinación a labores que fortalecen la sociedad y la inclusión transversal a través de su conocimiento y especialidad y por sobre todo deseo de aportar. Es a través del arte atendiendo visitantes en museos, de la educación en las guarderías y escuelas, a través de la salud ayudando en los hospitales, en trabajos científicos con temas de medio ambiente y biodiversidad, pero también en el manejo de emergencias que llegan a ser de alta complejidad, hasta en la misma espiritualidad haciendo labores de pastoral. Estas expresiones de la Responsabilidad Social tienen sus réditos en la dignidad de las personas que reciben, de la calidad de la sociedad donde se habita y de la realización personal de quien ofrece y da. Simple pero complejo, sencillo pero profundo. En el mundo de las mediciones ya se puede encontrar valores que asombran, como es el aporte del trabajo voluntario reflejados varios puntos del PIB de los países mas desarrollados, donde se reconoce el aporte macroeconómico de estas manifestaciones filantrópicas, altruistas o como las quieran llamar. Qué decir de nuestro país, donde en todas las emergen-

Contribuciones altruistas o filantrópicas no son menos importantes que estrategias de RSE. RAMIRO SANTA

consultor en RSE

cias vemos la oportunidad, compromiso y recursos de los voluntarios de la Cruz Roja, de la Defensa Civil y de otras muchas persona e instituciones que contribuyen con efectividad y oportunidad; así mismo en construcción de infraestructura, educación, cultura, salud, deporte, etc. Realidad que nos debería obligar a calcular y estudiar el valor de todas esas personas, conocimiento y recursos que benefician permanentemente y de forma importante a todos. Estoy seguro que no hay colombiano de bien que no haya participado directamente en un programa, proyecto o actividad donde lo único que se busca es mejorar las condiciones de vida y de dignidad de nuestros congéneres y también estoy cierto que la institucionalidad a toda prueba de Colombia es gracias a estas iniciativas ordenadas y desordenadas, preventivas o remediales que nos ha dado este voluntarismo / altruismo / filantropía.

La RSE y los biocombustibles En debate realizado el pasado jueves 24 de abril por sus organizadores: la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, Colciencias y el Instituto de Estudios Ambientales –IDEA- de la Universidad Nacional, se inicia en el país una discusión que involucra el futuro cercano de la sostenibilidad de Colombia. El punto de partida de la discusión es el concepto mismo, puesto que al hablar de biocombustibles se les atribuye una connotación ecológica. Esto es así porque la propuesta surge desde posiciones ambientalistas que desde hace más de 30 años plantean este tipo de combustible como alternativa a los combustibles fósiles dado su carácter de recurso renovable y lo presentan como herramienta para mitigar el cambio climático. De manera contraria, muchos ambientalistas propugnan hoy por llamarles Agrocombustibles, resaltando que la manera como se han utiliza-

Elementos para un debate de gran importancia para la sostenibilidad del país. JAVIER SABOGAL AGUILAR

profesor UMNG y Universidad Nacional

do ha llevado a que no deban ser asociados con el calificativo de Bio. Esta postura se sustenta

en estudios científicos que luego de hacer análisis de flujo de materia y energía muestran un resultado negativo; es decir, los cultivos requieren más inversión energética que la que obtienen como resultado, es a lo que se ha llamado “sembrar petróleo”. Cabe aquí aclarar que las investigaciones arrojan resultados diversos, y que hay cultivos en los que en principio este balance sería positivo, como es el caso de la caña y de la palma. Sin embargo, si se incluyen en el análisis otros factores como el transporte del Agrocombustible desde los países del trópico hacia los países industrializados del norte, el balance es negativo. Otra crítica de fondo que se hace a los Agrocombustibles es que su modo de producción responde a lo que ha sido llamado Revolución Verde. Este tipo de agricultura se caracteriza por: utilización de material transgénico, alto requerimiento de capital, necesidad progresiva

de insumos químicos y excesiva mecanización del agro. Cada uno de estos elementos genera efectos negativos sobre el ambiente y relaciones sociales caracterizadas por la implementación de monocultivos, poco requerimiento de mano de obra y una creciente dependencia hacia las empresas productoras de insumos químicos. Adicionalmente, el modelo transgénico utilizado en la producción de los Agrocombustibles, de acuerdo con el profesor Tomás León Sicard, trae problemas como: supermalezas, impacto sobre insectos benéficos, transformación de funciones ecológicas, cambios en las relaciones económicas y sociales por implantación masiva de campos de monocultivo en grandes extensiones y dependencia de los agricultores a oligopolios compuestos por grandes multinacionales que se apropian de los genomas modificados. Debe tenerse en cuenta que

este debate es el comienzo de una amplia disertación sobre el tema de los Agrocombustibles dada su importancia para la sostenibilidad del país. Si se adopta en Colombia un modo tradicional de producción, los resultados de esta actividad productiva involucrarán: la distribución de la propiedad de la tierra; el uso del territorio nacional en cuanto a satisfactor de necesidades nacionales o de exportación, o en cuanto a la producción de alimentos o de combustibles; la paz de nuestros campos; la explotación no sostenible de bosques, páramos, sabanas y otros ecosistemas; la utilización de transgénicos y consecuentemente una agricultura de Revolución Verde con externalidades ambientales y sociales; la sostenibilidad de las fuentes de agua; la pérdida de suelos fértiles y por último mas no menos importante las relaciones comerciales y geopolíticas colombianas. Las preocupaciones presen-

tadas son reales, pero en la discusión hay un alto grado de acuerdo en que dada la ubicación de Colombia en una zona privilegiada por la energía solar, los suelos y la disponibilidad de agua, los Agrocombustibles representan una oportunidad interesante en un mundo altamente consumidor de energía y con combustibles fósiles de difícil extracción o ubicados en zonas geopolíticas de alto nivel de conflicto. Por lo anterior, el resultado de los debates debe estar orientado a la necesidad de una producción que cumpla con los parámetros de la RSE, involucrando la sostenibilidad en el amplio sentido de la palabra. No se trata sólo de una discusión ética; los principales compradores de estos combustibles están exigiendo de manera creciente productos con altas especificaciones de RSE, garantizadas por certificados, auditorías y sellos muy exigentes.


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R E PYME

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Sostenibilidad en las Pymes Margarita Matias MMATIAS@LAREPUBLICA.COM.CO

BOGOTÁ. Cuando una empresa

habla de Responsabilidad Social Empresarial, debe tener en cuenta aspectos como las buenas prácticas con la comunidad, los trabajadores y el medio ambiente. Y éste es un tema que les corresponde no sólo a las grandes compañías sino también a las pequeñas y medianas empresas que, aunque es evidente que existe una diferencia de recursos entre unas y otras, es viable aplicarla. Así mismo, no existe distinción para la actividad económica ni el sector productivo al que pertenece. Sin embargo, no basta con tener buenas intenciones y cumplir con las responsabilidades impuestas, y aunque en el país no existe una norma o regla que obligue a las empresas a implantar la RSE, hay prácticas que de alguna manera certifican la veracidad y buena aplicación de los convenios establecidos. Una de esas maneras de comprobarlo es mediante los informes de sostenibilidad, realizados por diferentes compañías que se dedican a revisar y entregar los resultados que después sirven para aprobar la gestión de la organización en el tema de responsabilidad. Una de las organizaciones que ha venido trabajando no sólo en los informes sino también en la implantación de una cultura de RSE, es el programa ComprometeRSE de Confecámaras.

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CÓMO COMPROMETERSE

amón Morales, Gerente del Programa, habla sobre la importancia de los reportes de sostenibilidad: “Es un instrumento que utilizan las empresas para comunicar su desempeño en los aspectos económicos, sociales y ambientales como los que compone los esquemas de RSE”.

Estos informes van dirigidos a los grupos de interés que de alguna forma tienen relación con el entorno laboral y ambiental de la empresa. Allí se muestran los resultados de la integración que está teniendo la organización con las personas. “Implantar esta práctica al interior de las pequeñas y medianas compañías es muy difícil porque los conceptos de RSE no han entrado en las pyme y están dando sus primeros pasos en ese tema”, afirma Morales. Y aunque en la actualidad el programa viene trabajando con 115 empresas de todos los sectores económicos y todos los tamaños, investigaciones de ComprometeRSE han demostrado que estas organizaciones están más preocupadas por ser certificadas en buenas prácticas que en entregar los reportes. Así lo ratifica Ramón Morales: “En el caso de las pyme en Colombia, para ellas es mucho más importante que alguien avalúe lo que están haciendo, ya sea por medio de una norma ISO, que estar preocupados por un reporte que hable de su desempeño con la comunidad”. Frente a esta situación, Confecámaras plantea una serie de soluciones que van encaminadas a lograr una mayor masificación de la entrega del uso de los informes, así mismo están trabajando para formar más personas que estén capacitadas y sean competentes para elaborarlos. “En el caso de Colombia, nosotros pensamos que es muy importante desarrollar un modelo de reporte que sea más liviano y más compatible con lo que hacen las pyme en sus sistemas de gestión”, dice. Existen diferentes formas para elaborar los reportes. El más aceptado y reconocido es el del Global Reporting Initiative (GRI), organización que se encarga de manejar este tipo

PROYECTOS CON EL BID Desde hace dos años Confecámaras y el Banco Interamericano de Desarrollo –BID- están trabajando varios proyectos que van encaminados a contribuir de manera directa en la inclusión de las pequeñas y medianas empresas en los proyectos de Responsabilidad Social Empresarial. En la actualidad el programa ComprometeRSE tiene vinculadas a 115 empresas de cinco ciudades del país: Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena. Para Ramón Morales, la participación de las organizaciones en los proyectos promueve más que una buena imagen frente a la comunidad. “Es claro que los resultados de la aplicación de la RSE se ven reflejados en la competitividad y productividad de la misma, así como una mayor ventaja y oportunidad de acceder a nuevos mercados”, dice.

Los informes de sostenibilidad no son exclusivos de las grandes empresas o compañías multinacionales. Las Pymes también los hacen con la metodología del GRI.

de temas; sin embargo, sigue siendo muy difícil utilizarlo, incluso cuando hay una versión dirigida especialmente para las pyme.

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GUÍA DEL REPORTE

na empresa que quiere hacer un reporte completo que sea aprobado por las entidades certificadoras, debe tener varios aspectos en cuenta para hacerlo de manera correcta. Primero, es necesario que estén claros los indicadores de desempeño económico, y para esto se mide el valor directo generado y distribuido de los ingresos; así mismo, se revisan

Responsabilidad Social, la esencia de lo simple La Responsabilidad Social Empresarial, más que una premisa, refleja el compromiso de hacer más cosas en beneficio de más personas, y generar inclusión, en el proceso de construir prosperidad colectiva. Dentro de las variadas maneras que una organización evidencia su Responsabilidad Social, viene tomando cada vez más auge lo que se denomina Reporte de Sostenibilidad. El reporte es la opción voluntaria, por la que optan las organizaciones, de comunicar a sus partes interesadas (empleados, socios, proveedores, clientes, comunidad, gobierno y demás grupos de interés), las acciones, impactos y los resultados económicos, sociales y ambientales que han logrado en un periodo de tiempo, a partir de la interacción con las mismas, en un ambiente de mutuo beneficio y respeto. Se trata de contar lo importante que se hace, de una manera transparente, concisa y clara. El reporte, por sí mismo, no es un fin ni un objetivo; es un instrumento, que permite a la empresa retroalimentar sus procesos, para establecer un esquema de mejora continua, convirtiéndose en un elemento de comunicación que facilita la toma de decisiones. En la actualidad, muchas empresas se autoproclaman socialmente responsables por el hecho de generar un reporte, en la mayoría de los casos muy bien diagramados y con exquisita manufactura –lo cual es muy deseable-, con indicadores de desempeño excelente, mientras los clientes o proveedores se quejan de maltrato o abuso de posición dominante, contaminan el medio ambiente, discriminan a sus trabajadores, y

En las Pyme, el reporte de resultados fortalece los procesos de comunicación. EUGENIO MARULANDA GÓMEZ

presidente de Confecamaras

atropellan las comunidades de sus entornos. De ninguna manera una organización puede considerarse socialmente responsable por emitir un reporte. Son los grupos de interés quienes validan el grado de responsabilidad social empresarial. Genera más impacto hacer cosas que presentar resultados; esto no debe perderse de vista. Es indispensable que se haga una profunda reflexión para que regresemos a lo simple, a lo esencial: las empresas deben tener un sentido común que las lleve a hacer las cosas bien, con todos y para todos. En Confecámaras, a partir del trabajo que realizan las Cámaras de Comercio con las pequeñas y medianas empresas colombianas, vemos cómo el reporte se constituye en instrumento vital para la organización. En las Pyme, el

reporte de resultados fortalece los procesos de comunicación más allá de sus empleados, de manera que el público en general pueda ver los factores de diferenciación, que siempre son tan difíciles de hacerlos evidentes. A diferencia de las grandes empresas, las pequeñas y medianas no son dadas a comunicar; por ello, la gran mayoría de acciones que realizan pasan desapercibidas, y no se aprecia su verdadera contribución al desarrollo económico, social y ambiental del país. Las Pyme, más dadas a la acción, ejecutan sus planes de manera sencilla y práctica, logrando alto impacto en sus entornos, demostrando coherencia entre las premisas, las acciones y los resultados. Confecámaras y las Cámaras de Comercio, en desarrollo de su compromiso de apoyar las Pyme del país y construir entornos favorables para los negocios, ejecuta el programa ComprometeRSE, financiado parcialmente con recursos de cooperación del Banco Interamericano de Desarrollo –BID- y cuenta con más de 120 pequeñas y medianas empresas, ubicadas en Bogotá, Medellín, Cartagena, Barranquilla y Cali, quienes reciben asesoría para incorporar en el modus operandi del negocio los principios de responsabilidad que les garantizará mayor competitividad y sostenibilidad en el tiempo. El empresariado colombiano encuentra en las Cámaras de Comercio un socio sin igual para generar sinergias que apunten a construir una Colombia próspera, incluyente, equitativa y con oportunidades para todos.

las consecuencias financieras, la cobertura de las obligaciones con programas de beneficio social y las ayudas recibidas del gobierno.

Segundo, se tiene en cuenta la dimensión ambiental, que habla sobre los impactos que genera la empresa a los ecosistemas, el suelo, el aire y el agua. Así mismo los indicadores cubren el desempeño en relación con los flujos de entrada, que son los materiales, la energía y el agua, y los de salida como las emisiones, vertidos y residuos. Por otra parte, se mide el cumplimiento legal del cuidado del medio ambiente. Otro aspecto que debe incluir el reporte elaborado por una empresa, es el de la responsabilidad de la organización con su entorno, en temas como la formación y sensibilización del cuidado al medio ambiente y la evaluación y seguimiento tanto de la misma organización como de la cadena de suministro. La dimensión social también

es un punto que tiene peso en el reporte, y se revisa en la medida en que la sostenibilidad está relacionada con los impactos de las actividades con los sistemas sociales en los que opera. Una de las empresas que se encarga de elaborar de manera adecuada y efectiva los reportes de sostenibilidad en el país es Bureau Veritas, compañía de servicios especializada en responsabilidad social, con una red que cubre 140 países. Carmen Cortés, consultora de la compañía, habla de la manera como se hace un reporte real: “Nosotros hacemos un tipo de evaluación que emplea un conjunto de principios y estándares para evaluar la calidad del informe de una organización, así como los principales sistemas, procesos y competencias que sustentan sus resultados”.


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GOBIERNO R E

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Diego Palacio

“La responsabilidad empresarial pasa por erradicar trabajo infantil” EL TRABAJO DECENTE EN LA MIRA DEL MINISTERIO

Jorge Emilio Sierra Montoya DIRECTOR LA REPUBLICA

BOGOTÁ. El ministro de Protección Social, Diego Palacio, repasa con preocupación las últimas cifras sobre trabajo infantil en Colombia, fenómeno que va en contra de los principios básicos de la responsabilidad social empresarial, como los del Pacto Global de la ONU. De hecho, admite que en tal sentido hay mucho de culpa por parte del gobierno o del sector público en general, pero también de las empresas o del sector privado y de las mismas familias, las cuales –dice, sin pelos en la lengua- deben entender que es más productivo dejar que los niños se eduquen en lugar de lanzarlos al mercado laboral, condenándolos el resto de sus vidas a no poder progresar. “Los padres no pueden creer que es mejor para el niño ganarse un jornal que estudiar”, sentencia mientras explica que en ocasiones tal decisión no es por falta de ingresos sino de conciencia sobre la importancia del conocimiento en la sociedad actual. Considera, entonces, que esa responsabilidad es compartida; que por serlo, el gobierno trabaja en forma coordinada con los empresarios, invocando su responsabilidad social, sobre la necesidad de no vincular a los niños a la actividad laboral; y que el ministerio a su cargo avanza en los aspectos legislativos y en el fortalecimiento de las acciones de vigilancia, inspección y control. Criterios que por cierto son un buen preámbulo para entrar de una vez en materia.

C

DEL DICHO AL HECHO

omo es sabido, la prohibición del trabajo infantil está consagrada en normas legales con base en convenios mundiales como los suscritos por Colombia en la Organización Internacional del Trabajo –OIT-, que son de obligado cumplimiento. Pero, ¿qué tanto se cumplen? ¿O se quedan más bien en letra muerta, como muchas otras disposiciones? Según Palacio, tal inquietud es válida a juzgar incluso por las cifras en cuestión. Porque si bien –aclara- la regulación interna es adecuada, su aplicación no se da a cabalidad, habiendo por consiguiente un amplio camino por recorrer. En efecto, todavía falta mejorar –admite- la capacidad del

Según la OIT, no basta con que una persona tenga empleo sino que éste debe ser ante todo un trabajo decente. Si ello es así, cabe poner en entredicho no sólo al desempleo sino al subempleo y la informalidad en general, cuyas tasas en Colombia son elevadas. Para el ministro de Protección Social, Diego Palacio, ese concepto de trabajo decente se relaciona cada vez más, en la OIT, con la inserción del trabajador en seguridad social, ya no sólo con su estabilidad laboral o la existencia de un contrato de trabajo. Trabajo decente, en fin, es que tenga seguro de salud, esté cubierto en pensiones, haga su ahorro pensional y disponga del seguro en riesgos profesionales. Por tanto –agrega-, Colombia presenta ahí un balance satisfactorio, pues la cobertura de riesgos profesionales reportó un crecimiento de 50 por ciento entre 2002 y 2007, aunque el número de personas por fuera es todavía elevado y persisten la evasión y la elusión. En pensiones, la cobertura es amplia, como el pago de la pensión es competitivo por ser igual o mayor al salario mínimo, y en salud, el nivel de satisfacción de los usuarios es muy superior al que se registra en países como Estados Unidos, aunque usted no lo crea. El descontento allá es del 35 por ciento, mientras aquí es sólo del once”, precisa.

El ministro de Protección Social, Diego Palacio, se refiere a la responsabilidad social del Estado en temas como la defensa de los derechos laborales. La alianza con el sector privado es un factor clave para erradicar el trabajo infantil.

Estado en áreas de vigilancia, inspección y control, con las sanciones correspondientes, para lo cual se fortaleció a un grupo especializado que en los próximos meses actuará en este sentido. Dicho fortalecimiento –precisa- fue contemplado en el Código del Menor, expedido el año pasado por el Congreso de la República, que también precisa funciones especiales del Instituto de Bienestar Familiar –ICBF- para combatir el trabajo infantil. Y claro, el Ministerio se ha concentrado –explica- en la mencionada coordinación con el sector empresarial, particularmente en zonas como Boyacá, en cuyas minas de carbón, dentro de la informalidad reinante a diferencia de las minas en Cesar, suelen contratarse niños en operaciones de alto riesgo. “Ahí tenemos avances”, asegura, pero reconoce que no son suficientes para que el

país esté tranquilo y alcance los estándares mundiales exigidos, o sea, la prohibición total del trabajo infantil. Al respecto, celebra los acuerdos suscritos con diferentes gremios de la producción, los cuales –insiste- están cada día más comprometidos con su responsabilidad social, según lo ratificó el pasado Congreso Nacional de la Andi en Cartagena, uno de cuyos temas centrales fue precisamente la RSE. “La responsabilidad social empresarial pasa por erradicar el trabajo infantil”, asegura.

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DERECHOS LABORALES

l trabajo infantil, a su vez, es una flagrante violación de los derechos laborales, tema que en su conjunto es parte esencial de la RSE. Y si allá llueve –valga decirlo- por aquí no escampa, pues recordemos la censura de Estados Unidos a Colombia por el asesinato de líderes sindicales, causa principal de la

no aprobación del TLC entre ambos países. Según el ministro de Protección Social, el tema laboral entre nosotros se puede dividir en tres capítulos: seguridad, impunidad y estándares laborales, sobre cada uno de los cuales expone sus puntos de vista, teniendo naturalmente como telón de fondo el debate con los congresistas norteamericanos del partido demócrata. Sobre seguridad –o inseguridad, para ser exactos-, destaca los “avances significativos”, reconocidos por los mismos sindicatos nacionales y la OIT: mientras en 2002 eran más de doscientas los sindicalistas asesinados, en 2007 fueron 26, número que sin embargo considera alto. “Lo ideal es llegar a cero. A eso hay que apostarle”, afirma al tiempo que subraya los cuantiosos recursos destinados para ese fin, por cerca de once millones de dólares, para la

protección de dirigentes sindicales. Sobre la impunidad, que guarda estrecha relación con lo anterior, resalta la colaboración del Consejo Superior de la Judicatura y de la Fiscalía General de la Nación a través, por ejemplo, de unidades y jueces especiales para investigar tales delitos, por los cuales hay entre 70 y 80 personas detenidas. “Hay avances, pero la impunidad sigue siendo alta”, observa. Y sobre estándares laborales, dice estar tranquilo porque sólo hay cuatro divergencias con la OIT, de las cuales quedarían dos cuando se sancionen los proyectos de ley sobre la declaratoria de ilegalidad de la huelga y sobre tribunales de arbitramento. En lo laboral, alerta sobre los altos niveles de informalidad, que cubren a casi la mitad de los trabajadores colombianos, y sobre algunas cooperativas de trabajo asociado, que en su concepto usan el cooperativismo para desconocer ciertos derechos laborales.

Y

DESEMPLEO AL BANQUILLO

el desempleo, ¿qué? Si bien ha bajado en los últimos tiempos por las mayores tasas de crecimiento económico, ¿no está entre los más altos de América Latina, todavía con dos dígitos? ¿Qué hay, entonces, del derecho al trabajo, consagrado en la Constitución Nacional? Para Palacio, la crítica es válida pero no objetiva del todo. ¿Por qué? La razón es obvia:

hace algunos años, cuando apenas empezaba la primera administración del Presidente Álvaro Uribe, la tasa de desempleo estaba cerca del 20 por ciento, con tendencia al alza, tanto que la Contraloría General estimaba que llegaría al 24% en el mediano plazo. “Hoy la tendencia es a la disminución”, observa no sin alertar sobre fenómenos como la revaluación del peso que provoca la eliminación de puestos de trabajo en varios sectores intensivos en mano de obra (café, confecciones, textiles, banano, flores, etc.). Y otra cosa: al oído de los críticos, aduce que la medición de desempleo en Colombia es mucho más exigente que en otros países, igual que la de subempleo, citando las pruebas de rigor. En México, por ejemplo, sólo se habla de subempleo en empresas con menos de cinco trabajadores, mientras acá es para menos de diez, “aunque tengan doctorado”. En tales circunstancias, no es de extrañar que el subempleo sea asimismo exorbitante, teniendo en cuenta además que esta variable –asegura- “es la menos objetiva de las mediciones laborales del Dane”. Y explica de nuevo: cuando a un periodista cualquiera se le pregunta si está contento con lo que gana, y responde que no, lo clasifican como subempleado, igual que cuando un trabajador afirma que su preparación es suficiente para desempeñar un mejor cargo. “El subempleo es la variable que menos me preocupa”, dice.

¿Debería pagar la ética? “¡Ellos me pertenecen! ¡Cada día que pasa pierdo dinero! ¡Cada trabajador asesinado me cuesta dinero!”, era el reclamo de Oscar Schindler a Amon Goeth en uno de los diálogos de la película “La Lista de Schindler”. Quizás el móvil inicial de Schindler con su planta industrial operada por mano de obra judía fuera económico: el negocio era muy atractivo en razón del bajo costo de operación. Dado el contexto en que se desarrolla esta historia -sin desconocer que la analogía es casi macabra-, se podría decir que la acción socialmente responsable de Schindler era rentable: financieramente le convenía salvar a estas personas. El ejemplo viene al caso porque la pregunta sobre la rentabilidad de las acciones éticas es cada vez más recurrente. Hace pocos días apareció un análisis en el Wall Street Journal, a cargo de dos investigadores

Como Schindler, no se puede medir la ética con parámetros económicos. JUAN DAVID ENCISO

consultor en RSE

de la Universidad de Ontario, que volvía sobre el tema (Does being ethical pay?, Remi Trudel y June Cotte, 12 de mayo de 2008). Preguntaron a diferentes grupos de consumidores si estarían dispuestos a reconocer un precio superior por un producto que cumpliera con prácticas de manufactura socialmente responsables, y si estaban dispuestos a penalizar con un menor precio a uno que no lo hiciera. Las respuestas fueron positivas en ambos casos. Además, la media de encuestados estaban más dispuestos a pagar un precio significativamente menor por un producto menos ético, del que reconocerían de más por un proceso satisfactorio. La conclusión del estudio era la siguiente: “Las lecciones son claras. Las compañías deberían segmentar su mercado y hacer un esfuerzo especial para lle-

gar a consumidores con altos estándares éticos, porque son ellos quienes representarán mayores rendimientos potenciales a partir de productos manufacturados éticamente”. (Traducción libre). Este argumento de la rentabilidad ha sido una de las principales banderas para promocionar la gestión socialmente responsable entre accionistas y miembros de cuerpos directivos, de los que se cree que no responden más que a motivos económicos. Se trata de un razonamiento bien intencionado pero que pone la ética al servicio de los intereses particulares; aquélla como medio y éstos como fines. En la misma línea de la película, hay otro diálogo que nos permite entender el papel de la ética en las acciones humanas. Goeth, un oficial nazi asesino, sentía una fuerte atracción por su joven asistente, pero

creía que era una debilidad reconocerlo -mucho menos se lo iba a manifestar- de modo que optaba por agredirla brutalmente. Dado que Schindler era su confidente, le transmitió su preocupación y éste le sugirió que justamente quien se niega a utilizar el poder para demostrar superioridad es quien tiene más poder, porque no es esclavo de él. Es una lección importante que ilustra la razón por la que debemos guiarnos, ante todo, por criterios éticos, al margen de los rendimientos económicos o de las relaciones de poder: la ética es la guía que nos orienta para comportarnos de acuerdo con nuestro más alto potencial; al hacerlo somos verdaderamente libres. De lo contrario, cada que escogemos un camino inferior, cada que optamos por algo que es menos bueno, nos hacemos inferiores nosotros mismos.

Al final, Schindler no repararía en absoluto en el costo que le hubiera supuesto rescatar al menos una persona más: -“Una persona, Stern. A cambio de esto (probablemente un carro lujoso). Pude haber recuperado una persona más y no lo hice. No lo hice…” Era la confesión de un profundo remordimiento por los que dejó de rescatar, a pesar de que había ayudado a más de mil familias. La lógica se había invertido: era su patrimonio económico entero como medio para rescatar a las personas, a una sola persona, al ser humano; los medios y los fines ocupaban el lugar que les correspondía. Para Schindler valió la pena -a pesar de su remordimiento- justamente porque dejó de medir la ética con parámetros económicos. La experiencia le había enseñado el valor de la verdad.


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