Responsabilidad Social Empresarial MAYO/2008

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R E RESPONSABILIDAD

SOCIAL

EMPRESARIAL

JUEVES 29 DE MAYO DE 2008

Responsabilidad social de “la U” 7 Sobre la responsabilidad social universitaria escriben hoy el rector de Pág. la Universidad de La Salle, Carlos Gómez Restrepo; el director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades –Ascun-, Bernardo Rivera, y el decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Sergio Arboleda,

Álvaro Cala Hederich, en artículos cedidos en forma exclusiva para RSE de LA REPUBLICA. Visión académica del tema, en el que abordan aspectos como la sociedad global sostenible, la alianza Universidad-EmpresaEstado y la Responsabilidad Social Empresarial como necesidad o asunto de moda.

Cajas, pioneras de la RSE en Colombia

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Las cajas de compensación familiar fueron pioneras de la RSE Pág. en Colombia, sostiene el presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, en entrevista exclusiva donde también hace una propuesta a las empresas nacionales para apoyarlas en la ejecución de proyectos en educación, vivienda, salud, etc.

“Las cajas son una clara expresión de la RSE en el país”, afirma al tiempo que defiende los llamados aportes parafiscales, equivalentes al cuatro por ciento del valor de la nómina de sus trabajadores.

“Que no se vean los costos sino también los beneficios”, recomienda mientras destaca que los últimos son muy superiores a los primeros porque se contribuye,

Álvaro José Cobo, presidente de Asocajas

además, a la redistribución del ingreso al subsidiar a los trabajadores de menores salarios.

EMPRESAS LÍDERES

BBVA: Plan de becas contra la deserción

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Pág.

Dos de los máximos directivos del BBVA en España, Javier Ayuzo y Antonio Ballabriga, visitaron en días pasados a Colombia, donde explicaron las políticas que tienen a su cargo en los 32 países donde opera el banco.

TRABAJADORES, PUNTO DE PARTIDA PARA SIDOC

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La solución del conflicto armado en el país no es responsabilidad exclusiva del Estado o el gobierno. Ahí le toca al sector privado jugar un papel fundamental, protágonico, que es precisamente el tema del Informe Central en esta separata especializada.

Responsabilidad empresarial por la paz de Colombia

¿

Qué papel cumplen, o deben cumplir, las empresas y los empresarios colombianos frente al conflicto armado que afecta de tiempo atrás a nuestro país y que golpea con rigor a la economía nacional y a los mismos negocios? ¿Cuál es, entonces, la responsabilidad empresarial por la paz de Colombia?

A tales interrogantes, que se plantean con insistencia en los círculos especializados, trata de responder el Informe Central de la presente edición, donde abordamos temas como seguridad y derechos humanos, Ideas para la Paz y programas para desplazados, entre otros.

Hablan expertos, directores de fundaciones y empresarios, todos a una en busca PAG. 3 a 7 de la paz.

INFORME CENTRAL

Declaración de la Cumbre de Lima En la reciente cumbre Unión Europea-América Latina, realizada en Lima, pasó casi desapercibida, al menos entre los medios de información, la cumbre empresarial que coincidió con la de los gobernantes, entre quienes se destacó el Presidente Álvaro Uribe.

Dicha cumbre se cerró con la llamada Declaración Empresarial de Lima, donde se fijaron posiciones en torno a la equidad, la responsabilidad compartida y la inclusión social, entre otros que son

propios de la RSE. Este documento, de obligada consulta entre los interesados en responsabilidad social de las empresas, puede ser consultado, en su totalidad, en el portal de RSE que tiene este diario en su página web, donde aparecen igualmente todas las ediciones de la separata mensual, noticias, artículos de opinión, otros documentos y memorias de foros, en la siguiente dirección electrónica, sección de RSE: www.larepublica.com.co

SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS

IDEAS PARA LA PAZ VS. EL CONFLICTO

Alexandra Guáqueta, experta académica, considera que la seguridad y los derechos humanos son el nuevo ingrediente en la canasta del portafolio de la RSE en el siglo XXI. Y como viene el debate sobre “paraempresarismo”, según advierte…

PAG. 3

María Victoria Llorente es la directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz, organización creada por varios empresarios, como Nicanor Restrepo. “La Fundación es promovida por el sector empresarial, pero no depende de él”, dice.

Alexandra Guáqueta

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María Victoria Llorente

PROYECTOS PRODUCTIVOS DE POBLACIÓN DESPLAZADA PAG.4 LANZAN PREMIO EMPRENDER PAZ PAG.6 COMFAMILIAR RISARALDA DA PRIORIDAD A LOS DESPLAZADOS

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GREMIO R E

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JUEVES 29 DE MAYO DE 2008

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Asocajas

Cajas de compensación familiar, pioneras en responsabilidad social BALANCE POSITIVO CON EL INGRESO DE PYMES

Jorge Emilio Sierra Montoya DIRECTOR LA REPUBLICA

BOGOTÁ. En 1954 nació en Colombia el sistema de subsidio familiar, con el cual se pusieron en marcha las cajas de compensación familiar, previo acuerdo voluntario, que luego se hizo obligatorio por mandato legal, entre empresarios y trabajadores.

“Las cajas son una clara expresión de la responsabilidad social empresarial en el país”, anota al respecto el presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, quien explica que aquel histórico acuerdo se originó en el afán de los empresarios por atender a las necesidades económicas de los trabajadores y sus familias, sobre todo de menores ingresos.

En efecto, el subsidio se fijó con base en el nivel salarial y el tamaño de la familia o, mejor, según el número de hijos del trabajador, quien recibía cierta suma de dinero por cada hijo.

Luego se extendió a otros servicios, naturalmente en la medida en que las necesidades también se fueron ampliando a salud, educación, alimentación, recreación, etc.

Así las cosas, la RSE en este caso se traduce, desde entonces, en aportes de las empresas para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores; lo es por haber sido fruto de una decisión voluntaria (la ley surgió en 1957), como lo exige la responsabilidad social en su concepción moderna; y expresa, en fin, el compromiso social de los empresarios.

Las pruebas en tal sentido saltan a la vista.

Y

PROGRAMAS SOCIALES

es que los recursos de las cajas provienen en gran parte de las empresas, las cuales les aportan, dentro de los llamados aportes parafiscales, el cuatro por ciento del valor de la nómina de sus trabajadores, en forma obligatoria.

Tales aportes llegaron en 2007 a 2,2 billones de pesos (ver recuadro), que no es poco. Y claro, las cajas de compensación generan recursos propios en distintas actividades aún de carácter comercial, que

Los aportes de las empresas a las cajas de compensación familiar llegaron a 2,2 billones de pesos en 2007, lo que representó un crecimiento del 7 por ciento con relación al año anterior.

En ese período, el número de trabajadores afiliados se incrementó en un 10 por ciento, que equivale a más de medio millón de nuevos afiliados al sistema, y el de las empresas se elevó en más del 20 por ciento, gracias a la creciente vinculación de las pequeñas y medianas –Pymes-.

Para el presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, este último fenómeno demuestra que son muchas las empresas que abandonan la informalidad para pasarse a la formalidad, estando dispuestas a hacer sus aportes por los múltiples beneficios que obtienen a través de los diversos servicios de las cajas de compensación.

Y como los trabajadores de esas pymes suelen recibir bajos salarios, sus beneficios son mayores…

Las cajas de compensación familiar desarrollan diferentes programas en cabal ejercicio de su responsabilidad social, afirma el presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, en entrevista exclusiva a RSE de LA REPUBLICA.

PROPUESTA A LAS EMPRESAS SOBRE PROYECTOS DE RSE Asocajas está lanzando un novedoso proyecto de RSE, que con seguridad recibirá la máxima acogida de los empresarios. ¿En qué consiste? Es muy simple: como las cajas de compensación cumplen programas sociales, tienen conocimiento y experiencia, infraestructura y credibilidad, pueden poner todo esto al servicio de las empresas interesadas en desarrollar proyectos de vivienda, educación, salud, etc., en el marco de su responsabilidad social.

No es necesario, pues, que las empresas desarrollen tales proyectos o creen para ello una fundación o algo parecido. No. Las cajas les montan los proyectos (para atender a niños o adultos mayores, por ejemplo) y, sobre todo, los ejecutan, aprovechando los recursos mencionados.

Las empresas, entonces, deben financiar los programas, ya no con la plata de sus aportes a las cajas de compensación, como se viene haciendo con éxito en la Costa Atlántica, en el Valle del Cauca y en Bogotá, para citar unos casos ejemplares. ¡Se oyen ofertas! se destinan en su totalidad a programas sociales.

Dichos programas –insiste Cobo- van desde los subsidios y demás servicios para los trabajadores afiliados a las cajas, que en su mayoría ganan menos de cuatro salarios mínimos, hasta los orientados a la comunidad, en especial a sectores de bajos ingresos.

En esta forma, las cajas aportarán 160 mil millones de pesos en 2008 para ayudar a financiar

el régimen subsidiado de salud; impulsan proyectos de atención integral a la niñez o de formación escolar complementaria para niños y jóvenes no vinculados al sistema (o sea, no son hijos de sus afiliados), que están en grupos muy deprimidos de la población; y dan subsidios a desempleados, en ocasiones con la capacitación debida.

Como si fuera poco, las cajas cuentan con 186 IPS, las cuales prestan sus servicios al sistema

de seguridad social en salud, servicios que por cierto se pretenden ahora mejorar con base en un estudio, contratado con alguna firma española, para formar una red entre dichas instituciones prestadoras de salud, “que sería bastante novedoso”.

De igual modo, desarrollan actividades de mercadeo (pensemos en los supermercados), que de ninguna forma son subsidiadas sino que operan con auténtico criterio comercial, en busca de los citados recursos propios y dentro de la libre competencia, sólo que sus utilidades –insiste- se tienen que reinvertir en los mismos programas sociales.

Como en los de vivienda, además de los subsidios que para ello otorgan las cajas.

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LOS GRUPOS DE INTERÉS

e acuerdo con lo anterior, la RSE de las cajas de compensación familiar tienen su foco en dos grupos de interés –stakeholders-: trabajadores y comunidad, si bien entre los trabajadores hay que distinguir a los afiliados (externos) y a sus empleados (internos).

Sobre los trabajadores afiliados, Cobo insiste en ser de bajos

ingresos en su mayoría, que ganan menos de cuatro salarios mínimos, pues representan el 95% de los cinco millones trescientos mil afiliados a las diferentes cajas de compensación en el país.

“Todos nuestros afiliados tienen derecho a los servicios de las cajas, pero estos gozan de operaciones subsidiadas con los recursos que aportan los empleadores”, aclara mientras subraya que ahí está la prueba rotunda, irrefutable, del beneficio particular a los sectores de más bajos ingresos. ¿No se corre el riesgo, sin embargo, de que los subsidios lleguen a personas que no los necesitan, como tanto se dice del Sisbén? No, responde. Porque las empresas entregan cada mes a las cajas donde están afiliadas los comprobantes de los pagos salariales, los cuales permiten establecer quienes tienen o no derecho a los subsidios.

De otra parte –agrega-, está el ejercicio de la responsabilidad social con los empleados de las cajas, cuyo número asciende a 56 mil, prueba cabal a su turno de la generación de empleo.

Para estos trabajadores hay programas sociales –en educación, vivienda, etc.- que al parecer generan amplio sentido de pertenencia a las cajas por la gran estabilidad laboral, reflejada en que el promedio en algunas de ellas es superior a los diez años.

Y en cuanto a los programas a la comunidad, recordemos lo expuesto arriba sobre salud, vivienda, educación, recreación

y actividades de mercadeo, entre otras.

COSTOS Y BENEFICIOS

Al concluir el diálogo con RSE de LA REPUBLICA, el presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, tercia en el debate sobre las cargas parafiscales como son los aportes a las cajas de compensación, cuyo costo, según sus críticos, afecta la competitividad de las empresas, propugnando entonces por su eliminación para hacerlas más competitivas en la economía global de hoy.

Que no se vean sólo los costos sino también los beneficios –recomienda-, los cuales en su opinión son superiores a aquellos. ¿O qué pasaría –se preguntasi aquella población de bajos ingresos no tuviera servicios de las cajas? ¿Cómo harían para adquirir vivienda, educar a sus hijos, tener recreación y acceso al crédito o un ingreso adicional por el subsidio familiar que a veces representa del diez al doce por ciento del valor del salario? ¿Cómo harían?

A su modo de ver, lo que ahí se cumple es una verdadera redistribución del ingreso al subsidiar a los trabajadores de menores salarios, que es lo justo.

Al fin y al cabo no son pocas las empresas, por lo general medianas y pequeñas, cuyos beneficios a sus trabajadores, por medio de los servicios de las cajas, superan con creces el costo de sus aportes.

Todo sea en nombre de la responsabilidad social, señores empresarios.

Política pública para la tercera edad Colombia, según el Dane, tendrá para el 2020 una población cercana a los 50.9 millones de habitantes, a la cual llegará con una tasa de crecimiento en proceso de disminución del 1.09% en el quinquenio 20152020, originada por el descenso de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida. Según estas proyecciones, en doce años la población mayor de 65 años se incrementará el 38%, al pasar de 2.682.579 personas en 2005 a 4.324.538 adultos mayores en 2020. Esto evidencia un proceso de envejecimiento de la población que obliga a reorientar las políticas y los recursos en lo referente calidad de vida, cumplimiento de los derechos constitucionales y la inclusión social.

Reorientar políticas por el proceso de envejecimiento de la población. ÁLVARO JOSÉ COBO

presidente Ejecutivo de Asocajas

ANCIANOS SIN PENSIÓN

Este panorama no sería preocupante porque ser adulto mayor no implica necesariamente un problema social para un Estado. Sin embargo, en Colombia, donde tan solo el 18,6% de esa población cuenta con una pensión, uno de los niveles más bajos en América Latina; donde la pobreza y la informalidad laboral atentan contra la posibilidad de que

la mayoría de los colombianos obtengan una pensión; e incluso, la desigualdad social ha permitido que la cobertura disminuya para los más pobres y aumente para los de mayores ingresos.

Esto significa que la situación es particularmente grave entre la población de menores ingresos, de acuerdo con cifras

de la Corporación Andina de Fomento (CAF) sobre la región, que no duda en advertir sobre las enormes dificultades de un ciudadano, más si es pobre, de recibir una pensión al llegar a una edad avanzada.

Del mismo modo, así como no tienen acceso a una pensión digna, menos posibilidades tienen de acceder a un servicio integral desde una perspectiva de seguridad social. Tan sólo se les otorga una serie de prebendas sociales que tienen que ver con la atención preferencial en establecimientos públicos y descuentos para algunos espectáculos públicos, y pare de contar.

El mismo Ministerio de la Protección Social, a través del Programa de Protección Social al Adulto Mayor, contempla subsidios entre $40.000 y 75.000 mensuales para los adultos mayores indigentes o en extrema pobreza.

Cuando la misma Constitución establece en su artículo 48: “La Seguridad Social es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado…”. No obstante, para estos propósitos, el Estado, reza la ley, podrá

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contar con la participación de los particulares, porque la Seguridad Social puede y debe ser prestada por entidades públicas o privadas.

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NO ES POR CARIDAD

istas así las cosas, Colombia necesita con urgencia una política pública de protección social para la tercera edad. No se trata de caridad sino de una política pública de protección dirigida hacia esas personas que por situaciones de edad, enfermedad o discapacidad han perdido o tienen alguna carencia en su autonomía física y mental y que por ende necesitan de otras personas para realizar las actividades básicas de su vida diaria.

Esa política debe consultar la estructuración de una atención integral pero también integrada, es decir que mire todas las entidades que en su momento tienen que ver con el desarrollo y el sustento de esas personas, pero que haya también una atención que este orientada a la personalización con excelente calidad, sostenibilidad y accesibilidad en los servicios.

Igualmente, es fundamental que sea una ley sostenible en el

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tiempo como política de Estado, donde igualmente se tengan en cuenta también las personas, las familias y las entidades que las involucra.

Obviamente, una acción de éstas no es posible sin el concurso de la iniciativa privada y del tercer sector o sector social, para que no se deje al arbitrio de una simple labor filantrópica, sino que haya, desde el punto de vista de seguridad social, una Política de Estado definida para esos propósitos y para ese tipo de población. En fin, el Estado debe buscar mecanismos de financiación, precisar cuáles son las personas y los actores sobre las cuales se va a intervenir para hacer realidad esa política.

En ese sentido hay experiencias importantes en el mundo como la reciente del gobierno español en la que, a través de una ley, se reconoce un nuevo derecho de ciudadanía en España, como es el derecho a la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia. Esta ley define el término ‘dependencia’ como el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la

discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal.

PROYECTO DE LEY

En Colombia, cursa en el Congreso un proyecto de ley con características similares que propone la creación del Sistema Nacional para la Atención del Adulto Mayor, cuyo objeto es garantizar los derechos de las personas adultas mayores para su protección, asistencia y la promoción de su integración a la vida familiar y comunitaria de manera activa con el concurso del Estado, la sociedad y la familia. Sin embargo, cualquier política pública sobre la materia debe necesariamente consultar los principios de integralidad e integración de las acciones y las fuentes de financiación que concurran con dicho propósito dentro de una visión necesaria de universalidad.

Dirección y edición: Jorge Emilio Sierra Montoya / Asesor de Dirección: Fidel Duque Ramírez / Fotos: Cortesía, Colprensa, Agencias

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

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Alexandra Guáqueta

La seguridad y los derechos humanos, RSE del siglo XXI “Ahora, en el siglo XXI, la seguridad y los derechos humanos son el nuevo ingrediente en la canasta del portafolio de la responsabilidad social empresarial”, dice Alexandra Guáqueta con la autoridad del Ph.D. que exhibe en sus tarjetas de presentación, donde también se identifica como directora académica de la Fundación Ideas para la Paz. Y, como si estuviera dictando cátedra en la universidad, hace un breve repaso histórico de la RSE en las últimas décadas, por lo menos cuando el tema –según suele decirse- se puso de moda.

Así, mientras en los años 80 –explica- la RSE estuvo centrada en aspectos laborales, de manera que las empresas comprometidas en tal sentido cumplían ciertos estándares en cuestión de normas, salarios y seguridad social, hacia los 90 se trasladó el énfasis hacia lo ambiental, con la exigencia de no contaminar, y a lo estrictamente social, entendido más en forma filantrópica, como dar dinero para construir una escuelita de niños pobres.

Luego, también en la década anterior, entró aquello del gobierno corporativo o el buen gobierno, es decir, la sana administración de los negocios, con la debida transparencia en su información a los diferentes grupos de interés, en especial a los inversionistas.

Por último, vino el concepto de inversión social estratégica, según el cual la RSE no es una mera donación, para resolver problemas de corto plazo, sino una estrategia de largo plazo que debe generar valor a la propia compañía.

No se trata, en este caso, de hacer la escuela sino de mejorar la calidad educativa, por lo general con ayuda del Estado.

Fue cuando las compañías decidieron especializarse en programas de educación, salud, vivienda, etc.

Hasta llegar, sí, a la seguridad y los derechos humanos, área que no reemplaza a las anteriores –aclara- sino que las complementa, sabiendo de antemano que todas a una se han sofisticado cada vez más en este portafolio de la responsabilidad social empresarial, hoy bastante amplio en verdad.

cima el lío de la inseguridad, pero lo prolongan en el futuro con su plata.

O no pagan –observa en tono crítico-, pero se hacen los de la vista gorda con los pagos de extorsión que hacen sus contratistas…

“

LA DOBLE MORAL

Frente al conflicto armado, la responsabilidad social de las empresas se expresa en su afán de superarlo con proyectos específicos, sostiene Alexandra Guáqueta.

“Es el último grito de la moda”, como alguien diría.

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PLATA PARA LA GUERRA

e hecho, unos sectores productivos se relacionan mucho más que otros con el tema de la seguridad, como cuando sus empresas operan en zonas de conflicto o son víctimas habituales de la violencia.

Pensemos, verbigracia, en las petroleras, blanco permanente de los ataques terroristas a lo largo y ancho del planeta. En Colombia, como se sabe, la voladura de oleoductos ha sido común de tiempo atrás.

En opinión de la experta, sin embargo, lo que importa acá, desde el punto de vista de la RSE, no es tanto ver cómo el conflicto las afecta sino cómo lo afrontan, obviamente buscando contribuir a superarlo.

Que es una cuestión difícil, compleja. Al fin y al cabo –precisa- para hacer frente a la inseguridad, o sea, para su defensa, destinan cuantiosos recursos en seguridad privada, a veces por medio de acuerdos con fuerzas militares, quienes a su turno pueden violar los derechos humanos en el ejercicio de

sus operaciones o actividades bélicas.

En esta forma –agrega-, en varios países se han creado auténticos ejércitos privados, de mercenarios uniformados con armamento moderno, en lugar de la vigilancia normal que entre nosotros se cumple en oficios como los de “porteros” o celadores en las empresas. ¿Fue lo que pasó en Colombia?, cabe preguntar, teniendo como telón de fondo al paramilitarismo y la guerrilla, grupos ilegales que al parecer se han llegado a financiar con recursos provenientes del sector privado (recordemos las célebres demandas contra la bananera norteamericana Chiquita Brands).

Sí, por lo visto. Todo porque al principio, con permiso legal, se buscó seguridad privada ante la ausencia del Estado en la protección del derecho a la vida y a la propiedad, y cuando la ley se opuso, se siguieron estas relaciones non sanctas que condena la justicia.

En realidad –anota-, tales acciones atizan el conflicto en lugar de aliviarlo, según lo demuestra a las claras el pago de extorsión: se quitan de en-

La triple alianza entre el Estado, las empresas y ONG-fundaciones Alexandra Guáqueta habla de una tríada de la RSE en su concepción moderna, integrada por el Estado, las empresas y las ONGs o fundaciones de la sociedad civil (no de las de carácter empresarial).

“Es un esquema de alianza que se ha vuelto muy común”, subraya al tiempo que destaca cómo cada una de las tres partes ofrece sus fortalezas y capacidades, que son diferentes.

Las tres se juntan, por ejemplo, para hacer inversión social, pero también para participar en otras iniciativas como Guías Colombia, promovida en la fundación Ideas para la Paz, y en proyectos productivos, como sería montar una fábrica de zapatos para desplazados o reinsertados.

“Los proyectos de inversión social requieren que haya esa tríada”, insiste.

Pero, ¿por qué?

TODOS PONEN Y GANAN

Supongamos que una empresa decide, por su política de RSE, destinar dos millones de dólares al desarrollo social de

varios municipios en determinada región del país.

Como para dicho proyecto se requiere mucho personal, conocimiento de la zona y de las necesidades de la comunidad, así como la gestión misma del proyecto, pero la empresa no puede hacer todo esto, contrata a quien sí sabe, que es una ONG. La empresa, pues, pone la plata, mientras la ONG pone el know how, su cercanía a la comunidad, su vocación social, etc., para la ejecución del proyecto en forma solidaria, que es precisamente en lo que consiste la alianza.

A esta alianza, sin embargo, le falta el Estado, que aporta la regulación, la prestación de servicios públicos y las políticas públicas, cuando no parte de los recursos, todo ello para el fortalecimiento del propio Estado en zonas por lo general marginadas del país.

Por eso, en fin, se dan las alianzas. Un gana-gana para las tres partes, como es obvio.

Y así como el proyecto en desarrollo municipal, hay muchos más en el sector agrícola,

en la educación de poblaciones especiales, en nutrición y salud, vivienda y tecnología.

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SUMA DE LAS PARTES

n “Guías Colombia”, de la fundación Ideas para la Paz, la tríada es evidente: mientras las empresas son las encargadas de ejecutar el código de conducta frente al conflicto armado, la ONG las asesora en materia de seguridad y derechos humanos o hasta en la rendición de cuentas; por su parte, el Estado, que debe garantizar la seguridad por mandato constitucional, ejerce control a la vigilancia privada, imponiendo sanciones si es necesario.

“Son problemas tan complejos que ninguna de las partes puede resolverlos en forma aislada, sin ayuda de las otras dos”, señala, citando como caso ejemplar el manejo de los efectos negativos de la globalización.

“Es un proceso que apenas empieza”, sostiene al término de la entrevista con RSE de LA REPUBLICA.

Es que muchas empresas le prenden una vela a Dios y otra al diablo”, cita lo que decía un sacerdote en Rionegro, quien cuestionaba esa doble moral de dar dinero a la Iglesia para atender a desplazados y al mismo tiempo darla a los “paras” o a los guerrilleros.

“Dónde queda –se preguntaba el cura- la responsabilidad social empresarial?”, para concluir, con la sabiduría popular, que así borraban con el codo lo escrito con la mano.

Según Alexandra Guáqueta, lo peor es que algunas empresas consideran válido el pago de extorsiones, proclamando que son víctimas y no causantes del conflicto, mientras sostienen a cuatro vientos que si el

PREGUNTAS DE MOCKUS “¿Cuántos de los empresarios aquí presentes han pagado alguna vez extorsión a grupos armados en Colombia?”, preguntó el ex alcalde Antanas Mockus en un reciente foro en Bogotá.

Del centenar de asistentes al foro, alrededor de la mitad alzó la mano.

A continuación, Mockus hizo una segunda pregunta: “En los últimos dos años, ¿cuántos han dejado de pagar?”

En este caso, sólo dos personas alzaron la mano, no se sabe si porque el resto no sabía o simplemente no responde.

Sobran los comentarios.

Estado no los protege tienen el legítimo derecho a la defensa y, por tanto, a contratar ejércitos privados para preservar los derechos humanos.

Tales decisiones –observason rechazadas por la comunidad internacional y por la ley local, la cual deberá aplicarse con rigor para que las firmas implicadas sean castigadas y otras se abstengan de hacerlo

por temor a idénticas sanciones.

Para ello, Ideas para la Paz cuenta con las Guías Colombia (ver nota aparte) que les indican a las empresas cómo actuar correctamente frente al conflicto, ahí sí en el marco de su responsabilidad social.

Y como ya viene el escándalo del “paraempresarismo”, según advierte… (JES).

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INFORME CENTRAL R E

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Ideas para la paz

Aportes de las empresas para resolver el conflicto armado

Corría el año de 1999, cuando el gobierno de Andrés Pastrana impulsaba un proceso de paz, con zona de despeje en el Caguán, donde se adelantaban las negociaciones con el grupo guerrillero de las Farc.

El optimismo al respecto, que luego se fue de bruces, contagió al sector empresarial, en el cual figuras tan representativas como Nicanor Restrepo vieron la necesidad de aportar al proceso, creando una fundación cuyo nombre hablaba por sí solo: Ideas para la Paz. Fue así como surgió este centro de pensamiento –think tank, en inglés-, cuyo propósito fue precisamente dar ideas para superar el conflicto armado en nuestro país y promover diversas iniciativas en tal sentido.

Nació con el apoyo entusiasta de Corona, el Grupo Empresarial Antioqueño y Bavaria, pero luego se sumaron las empresas petroleras y Colpatria, entre otras, que empezaron a hacer aportes como expresión de su responsabilidad frente al grave problema social de la guerra que tanto afecta, por cierto, al sector privado.

“La fundación es promovida por el sector empresarial, pero no depende de él”, sostiene su directora ejecutiva, María Victoria Llorente, insistiendo en la independencia de la entidad que también obtiene recursos de otros gobiernos e instituciones internacionales, como la Fundación Ford, para financiar sus proyectos. ¿Cuáles proyectos? Es lo que se verá a continuación.

una fundación como ésta no podía faltar: estudios sobre seguridad y defensa, donde se trata de cubrir las diferentes áreas estratégicas para la superación del conflicto.

“No tendría sentido que no nos metiéramos en ese tema”, sostiene Llorente.

CONFLICTO Y DIÁLOGO

Los proyectos están reunidos en cuatro áreas, la primera de las cuales viene desde que nació la fundación: seguimiento del conflicto y del proceso de paz, con el conocimiento debido de sus actores.

“No se puede superar el conflicto mientras no se entienda a sus actores”, dice Llorente, anotando que los proyectos aquí van desde la recopilación de información, con distintos indicadores, hasta los análisis de rigor.

Y una segunda área es fruto de la evolución del proceso en los últimos años. Se trata, en este caso, no tanto de la guerra como de la paz, especialmente en temas de post conflicto a partir de programas de desmovilización y de reinserción o reintegración a la sociedad, que no es una tarea fácil.

“Ahí tenemos grandes proyectos”, anota mientras explica, a manera de ejemplo, cuanto se ha hecho en el proceso de paz con los paramilitares a través de la llamada “justicia transicional” en opinión de los juristas, quienes observan que esa expresión se refiere a los mecanismos de transición entre el período de conflicto, con violación de derechos humanos, y el de normalización, cuando los grupos violentos se incorporan de nuevo a la vida colectiva.

De hecho –agrega-, la Ley de Justicia y Paz es uno de tales mecanismos, en el que la fundación trabajó de tiempo atrás, desde la etapa inicial de discusión, cuando propició la

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EL SECTOR PRIVADO

“La Fundación Ideas para la Paz es promovida por el sector empresarial, pero no depende de él”, asegura su directora, María Victoria Llorente.

participación de expertos internacionales que se reunieron con los propios congresistas.

En los últimos meses han surgido otros procesos, como el de reparación a las víctimas y el de reconciliación, así como el de abordar las causas estructurales del conflicto, entre las que se identifica en primer lugar el problema de tierras, el problema rural, “sin cuya solución –asegura-, no podrá

resolverse el conflicto armado en Colombia”.

No obstante, acepta que dicho problema es bastante difícil por la ideologización que le caracteriza, pues quienes proponen una reforma agraria son tildados de izquierdistas, y quienes no la aceptan, son de derecha.

“En esto apenas estamos empezando”, confiesa.

La tercera área es la que en

la cuarta área nos lleva de nuevo a la responsabilidad social empresarial, volviendo a los orígenes de la fundación: Sector privado y conflicto, cuyo principal objetivo es que las empresas adopten ciertas normas de comportamiento para prevenir el conflicto.

Como es obvio, el programa está dirigido con mayor énfasis a las empresas que operan en zonas de conflicto, una situación habitual en Colombia a diferencia de otros países.

En tal sentido, se ha trabajado desde la adopción de principios voluntarios, relacionados con firmas del sector extractivo, hasta un código de conducta -Guías Colombia-, el cual da cabida a compañías de sectores diferentes que también operan en zonas de conflicto.

La guía establece el modo adecuado de relacionarse con empresas de vigilancia privada, con fuerzas militares, con sindicatos, etc., y qué hacer frente a formas delictivas como el secuestro, la extorsión y el chantaje, de manera que se contribuya a resolver el conflicto, no a estimularlo.

“No se trata sólo de elaborar el código sino de desarrollar

los mecanismos de gobierno interno y cómo evaluar todo esto”, añade la funcionaria, quien precisa que en la guía participan sindicatos, ONGs y la misma empresa, no que ésta la imponga como suele ocurrir en casos similares. ¿Y qué papel cumple –se preguntará- la fundación? Muy simple: un rol de mediador en el proceso, propiciando el diálogo entre las partes, quienes exponen así sus diferencias.

En síntesis, las cuatro áreas conducen, por distintos caminos, a un solo fin: contribuir a superar el conflicto armado en Colombia, que es su razón de ser.

MODELO A SEGUIR

Las empresas, a su turno, en ejercicio de su responsabilidad social están comprometidas con ese propósito, haciendo sus aportes económicos o simplemente participando en las diversas iniciativas de la fundación, como Guías Colombia (a la cual están vinculadas, verbigracia, Isagen e Indupalma).

En ocasiones, las empresas trascienden sus intereses específicos, particulares, y se integran a proyectos externos, sin ninguna relación directa con su operación, como es el que busca las razones del éxito de la reinserción de desmovilizados en Medellín, un verdadero paradigma en las políticas públicas de seguridad a nivel urbano. ¡He ahí otra manifestación de la auténtica responsabilidad social empresarial! (JES).

Proyectos productivos de población desplazada Andrea Mancera AMANCERA@LAREPUBLICA.COM.CO

BOGOTÁ. Usaid, Ipes, Acción So-

cial, Fundaset y la Comunidad, han logrado una significativa sinergia, en la que los actores principales son los desplazados y la población vulnerable colombiana.

La Fundación para el Desarrollo Agrícola, Social y Tecnológico –Fundaset-, se encuentra trabajando, encaminando al apoyo inmediato a personas desplazadas de Bogotá y Villavicencio como ciudades pioneras del proyecto.

Se denomina “Proyecto de generación de ingresos”, en el que participan diez profesionales que, unidos al deseo de mejoramiento de la calidad de vida de esta población, realizan actividades específicas relacionadas con la generación de proyectos productivos.

Los componentes del proyecto se basan en tres aspectos básicos que corresponden a la generación de ingresos, capacitación y fortalecimiento de las Unidades de Atención y Orientación a la Población Desplazada –UAO–.

Los objetivos del programa consisten en la identificación y diagnóstico de la población beneficiaria, sentando bases sociales y organizacionales para el desarrollo de actividades asociativas. Igualmente el refuerzo de destrezas productivas de los participantes del proyecto y formular planes de negocios para implementar estrategias de generación de ingresos.

Fundaset, como un orga-

COOPERATIVA INDÍGENA Fundaset lleva cinco años realizando proyectos sociales en poblaciones de Arauca, Meta, Guaviare, Cundinamarca y Cauca, entre otros. Así mismo, se creó un grupo asociativo de precooperativa indígena con nueve beneficiarios. Son indígenas Pijaos que comenzaron en el sector de las artesanías y evolucionaron al trabajo de muebles en madera, que genera más ingresos.

“En este momento queremos sacar adelante esos pequeños proyectos que soñaron y es nuestra tarea lograr que estos productos sean vendidos en el ámbito local”, dijo el profesional de apoyo empresarial de Fundaset.

Se busca igualmente la conformación de redes que permiten el intercambio comercial entre los miembros del proyecto. nismo que contribuye al fortalecimiento urbano y rural, mejoramiento de la calidad de vida y preservación del medio ambiente, está comprometido con la responsabilidad social que implica la ayuda y el apoyo empresarial y comercial para las personas que tuvieron que salir de sus lugares de origen, por causa de la violencia.

Para la profesional de apoyo empresarial de Fundaset, Ana Isabel Villota, es importante que la población desplazada que desee participar en el proyecto haya presentado su carta antes de 2005 y no haya recibido apoyo de ninguna fundación.

“Esta población es verificada con listados de Acción Social, pues es importante que las personas que reciben este apoyo, sean realmente necesitadas”, dijo Villota.

U PROCESO

na vez se identifica la población, se inscribe y se realiza la primera capacitación, mediante cursos que brindan a cada uno de los inscritos las herramientas necesarias para

que hagan realidad su idea de negocio.

Estas herramientas no se otorgan en efectivo sino en maquinaria, equipos e insumos, según las capacidades de los participantes. Algunos de ellos tienen experiencia en negocios específicos y los demás tienen un proceso de diagnóstico en el cual se determina su habilidad empresarial.

“Queremos que los desplazados comiencen de nuevo a soñar y a pensar en lo que es importante para su vida”, afirmó la profesional de Fundaset.

El plan de negocios se desarrolla luego como un instrumento que plasma la idea en general de lo que quieren trabajar, pues cada uno de ellos escoge su especialidad.

Existen varias líneas de capacitación de negocio, como servicios, artesanías, producción, confección, gastronomía y comercialización.

Desde hace un año, profesionales de apoyo como José Rodolfo García, también se encuentran trabajando en los planes de negocio.

“Tratamos de asegurarle a

las personas que pertenecen al programa, que todo lo que necesiten lo tendrán. Existen profesionales en publicidad que realizan la promoción de sus productos”, dijo García.

Hasta la fecha existen 340 planes de negocios y la meta para 2008 es de 400 beneficiarios.

Después de evaluar las capacidades en las capacitaciones se procede al acompañamiento, proceso en el que se ayuda a los miembros del programa a formular y evaluar el plan de negocio. Se les asesora y se procede a dotarlos de la maquinaria suficiente para que comiencen a trabajar.

Igualmente, existe otra modalidad de ayuda en la que se vincula al desplazado con una empresa de servicios generales, en donde se les ayuda desde la realización de las hojas de vida, hasta el asesoramiento en la presentación personal.

El promedio que se destina para cada proyecto es de un millón 800 mil pesos (representados en herramientas de trabajo e insumos) y los que se vinculan a trabajar reciben un promedio de 850 mil pesos mensuales, esto con el fin de lograr incorporarlos a la vida productiva y comercial.

La fase final se considera la más difícil, pues se trata de conseguir el apoyo de las empresas que todavía relacionan el “apoyo”, con la “donación”.

La ardua labor de estos profesionales de apoyo en cuanto a la consecución de ayudas comerciales, debe comenzar por sensibilizar al empresario sobre la actividad de Responsabilidad Social que puede

Fundaset da ayuda empresarial a las personas que debieron salir de sus lugares de origen por causa de la violencia.

realizar, logrando beneficios bilaterales.

Es así como se está buscando ayuda con las grandes superficies, que pueden vincular a estos emprendedores mediante líneas de apoyo en las que los pequeños y los grandes pueden realizar negocios con éxito.

“El proyecto es ambicioso debido a que los canales comerciales deben ser la base de todos los negocios”, dijo Villota.

A VISIÓN

demás de todo este proceso de generación de ingresos, se debe tener en cuenta que los negocios deben ser autosostenibles a futuro.

Es por esto que se busca la vinculación con cajas de compensación, grandes almacenes, y pequeñas y medianas empresas que puedan servir como plataforma comercial a esta población desplazada.

“No faltan los problemas con las personas que se acostumbran a las donaciones sin esfuerzos, pues muchos de ellos sólo se limitan a pedir y esperar”, dijo García.

Sin embargo, muchos de ellos se sienten agradecidos con esta

colaboración y comienzan con ahínco el modelo de negocio que han esperado desde hace muchos años.

El proyecto se ha apoyado en programas del Gobierno Nacional dirigidos a las pequeñas y medianas empresas. Es así como se logran convenios con entidades especializadas en el sector.

El programa maneja alta población femenina, con interés en enfocar sus emprendimientos en lo que saben hacer empíricamente, como procesamiento de alimentos, manualidades y confección.

Sin embargo, las ideas de negocio presentan bajos requerimientos de tecnología ferias En días pasados se realizó la primera feria Redes Empresariales, con el fin de fomentar la inclusión socioeconómica de personas en situación de desplazamiento, a las relaciones comerciales productivas de cada uno de los sectores específicos.

Igualmente, se llevará a cabo la feria de la mujer empresarial, del 27 al 31 de agosto, y la feria de las colonias, del 10 al 20 de julio de 2008.

6

S Lanzan Premio Emprender Paz

JUEVES 29 DE MAYO DE 2008

El pasado martes se lanzó en Bogotá la primera versión del Premio Emprender Paz, creado por la Fundación Konrad Adenauer y la gtz, agencia de cooperación técnica alemana.

“Con este premio buscamos exaltar a las empresas que contribuyen a la construcción de la paz en Colombia”, afirmó al respecto el director de la Fundación Konrad Adenauer, Carsten Wieland, quien declaró que se evaluarán los

INFORME CENTRAL R E

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

distintos proyectos que ayuden a resolver el conflicto armado y ofrezcan oportunidades a la población afectada.

“Emprender Paz es una apuesta de los empresarios por la paz de Colombia”, dijo tras aclarar que el premio tendrá tres modalidades: una, para grandes; otra, para medianas, y finalmente para pequeñas empresas.

“Puede participar cualquier empresa que tenga un proyecto de paz en el país”, señaló, precisando que también ahí están incluidas las fundaciones empresariales.

ALIANZA CON EL ESTADO

Según Wieland, el proceso de paz en Colombia nunca tendrá éxito mientras no haya un firme compromiso del sector

Carsten Wieland, director Fundación Konrad Adenauer

privado. No es asunto exclusivo del gobierno, mejor dicho.

Más aún: en su concepto, debe

haber sincronización o total armonía entre las políticas del Estado y las de los particulares en programas como la reinserción de guerrilleros o paramilitares, sin lo cual tampoco sería posible la sostenibilidad de dichos programas.

Explicó, por ejemplo, que la donación de becas a desmovilizados es algo positivo pero no es sostenible. “La sostenibilidad sólo se consigue cuando hay alianza entre el Estado y el sector privado”, agregó.

El premio busca, en consecuencia, promover esa alianza a través de proyectos por la paz entre el gobierno y los empresarios, iniciativas que a su turno deben ser sostenibles, por lo menos con dos años de venirse realizando.

Se pretende, pues, hacer

públicas las buenas prácticas en tal sentido, aún en el marco de la responsabilidad social empresarial, de modo que las empresas y empresarios revelen su compromiso social e incluso político, relacionado con el proceso de paz.

De ahí que durante la entrega del galardón, prevista para noviembre próximo, se realice una feria donde se presentan los proyectos de ganadores y demás participantes, quienes intercambian ideas, direcciones electrónicas, etc., cual si se tratara de una gran rueda de negocios por la paz de Colombia.

Los tres ganadores, a su turno, no recibirán dinero sino asistencia técnica y recursos adicionales para sus proyectos,

buscando que estos sean –según Wieland- más exitosos.

C

EMPRESARIOS VISIBLES

omo es sabido, los empresarios colombianos suelen ser de bajo perfil, casi siempre por razones de seguridad. Cosa distinta sucede en otros países, donde divulgan en cambio las buenas prácticas para que sus experiencias sirvan de modelo al resto de empresarios.

Es claro, entonces, que el premio busca también ese cambio cultural, de manera que los empresarios hagan visibles sus proyectos de paz, cuenten lo que hacen, compartan sus ideas y promuevan con entusiasmo el compromiso social y político del sector privado. (JES).

Comfamiliar Risaralda da prioridad a los desplazados Teresita Celis TCELIS@LAREPUBLICA.COM.CO

PEREIRA. El incremento de la población desplazada en Colombia, un país con un conflicto interno permanente, llevó a la Caja de Compensación Familiar de Risaralda (Comfamiliar) a participar activamente en una problemática social a la que no se le puede dar la espalda.

La entidad desde hace un año opera, en convenio con CHF Internacional (Fundación para la Vivienda Cooperativa) y Acción Social, varios programas encaminados a mejorar las condiciones de vida de los desplazados y sus familias que por diversas circunstancias han llegado a Risaralda sin un rumbo y sin posibilidades económicas para sobrevivir.

El coordinador del Progra-

ma de Atención a Población Desplazada de Comfamiliar, Óscar Javier Zapata, dijo que la entidad empezó su labor con población desarraigada, que se enmarca dentro de un trabajo de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), en mayo de 2007. Su función está centrada en el desarrollo de una estrategia para no sólo reinsertar las personas a la sociedad, sino también ubicarlas en un plan de vida que les permita garantizar el sustento a ellas y a sus familias.

Z

ESPERANZA DE VIDA

apata definió la labor de devolverle a los desplazados una esperanza de vida en tres pasos: atención humanitaria inmediata (alimento, vivienda, ropa, salud, entre otros) que debe asumir el Gobierno; otra es el acompañamiento

psicológico para ayudar a las familias a superar los traumas propios de un fenómeno como el desplazamiento y la estabilidad socioeconómica.

En esto Comfamiliar destina de su presupuesto propio alrededor de mil millones de pesos, sin incluir el recurso humano que la entidad destina para la atención de estos programas. Sólo en población desarraigada la Caja atiende a 1.300 familias.

“Estos tres componentes los maneja la Caja con convenios con CHF, el Gobierno (Acción Social) que hacen aportes y con recursos propios de la entidad, donde Comfamiliar ofrece como valor agregado toda la institucionalidad al servicio de los desplazados en educación y recreación”, dijo.

En este sentido el directivo señaló que la entidad, mediante el instituto de educación,

les ofrece a los desplazados la posibilidad de culminar la educación básica (primaria y bachillerato) y los capacita en diversas áreas para aprender o adoptar una habilidad que les permita aprovecharla como un oficio o sustento de vida permanente.

Zapata señaló que la Caja realiza gestiones con empresas de la región con el objetivo de que una vez capacitados los desplazados, puedan ser insertados laboralmente por el aparato productivo de Risaralda.

Hasta el momento a este programa se han vinculado alrededor de seis firmas locales grandes (cuyos nombres fueron reservados para proteger la identidad de los desplazados vinculados) que han empleado a veinte personas en lo corrido de este año.

“La labor de la Caja es asesorar a estas personas para que

La Caja de Compensación Familiar de Risaralda (Comfamiliar) tiene varios programas orientados a mejorar las condiciones de vida de los desplazados y sus familias.

se adapten, cojan el ritmo y no abandonen sus puestos”, dijo.

PROYECTOS PRODUCTIVOS

Pero no sólo se ha impulsado la inserción laboral. La operación de los programas para los desplazados, con aportes de la Usaid (programa Midas), CHF, el Gobierno Nacional y Comfamiliar, cubre la formulación y conformación de proyectos productivos con un capital semilla que oscila entre 1.4 y 1.5 millones de pesos, que les permita a las personas conformar su propia microempresa y subsistir de ella. El radio de acción está en Risaralda y norte del Valle.

“Se han realizado varias ruedas de proveedores en las que estuvieron más de 30 empresas del país con el propósito de que conozcan lo que se está produciendo y ferias comerciales para establecer un canal de venta”, señaló.

En el período laborado, Comfamiliar ha asesorado y aprobado alrededor de 1.200 unidades productivas (tiendas, abarrotes, alimentos, agrícolas, artesanías entre otras) de las cuales sobrevive el 80 por ciento que son asesoradas, además, por el programa Midas, en fortalecimiento de negocio desde el punto de vista familiar, psicológico y comercial.

S

R E EDUCACIÓN

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JUEVES 29 DE MAYO DE 2008

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible Quienes hemos tenido la oportunidad de vivir en diferentes lugares de este país, especialmente los de la periferia, hemos experimentado en carne propia los altísimos niveles de inequidad en el desarrollo de nuestras regiones. Cabe hacer conciencia de cuán distinto es el país visto desde Bogotá solamente. En varias de nuestras regiones (hablemos, por ejemplo, de zonas de los antiguos Territorios Nacionales, del Chocó, de la Mojana y la Costa Pacífica, incluso de “regiones” entre nuestras mismas ciudades), el grado de desarrollo, si lo miramos en perspectiva histórica lineal, bien pudiera uno sentirse en la edad media, o, para decirlo en términos actuales aunque imprecisos, en el Cuarto Mundo.

Estas realidades son, sin duda, un indicador privilegiado para observar que el desarrollo en Colombia dista mucho de ser humano y de acercarse a la sustentabilidad.

Viviendo en estos territorios he aprendido que no hay nada más depredador de la naturaleza que la pobreza.

Con cuánta facilidad se corre la frontera ganadera hiriendo la selva de manera irreparable o, lo que es peor, para usarla en cultivos que alimentan la cadena ya conocida de crimen, corrupción e ilegalidad. No quiero decir, por supuesto, que los pobres sean los culpables de tales males.

Al contrario, la inequidad es una de las causas del golpe mortal a la naturaleza y un llamado angustiante para entender que mientras no estemos en camino de resolver el problema de la pobreza jamás podremos hablar tampoco de desarrollo humano sustentable, ni de equidad, ni mucho menos de seguridad social, porque el asunto es, de entrada, inexistente.

E

ASPECTOS ÉTICOS

stas reflexiones nos ponen también de frente a la necesidad de replantearnos el tema ético y buscar urgentemente otros principios que sustenten la posibilidad del desarrollo con respeto y cuidado con la vida, solidario y equitativo para los pueblos, y creador de oportunidades para las presentes y futuras generaciones.

Es obvio que el neoliberalismo a ultranza no es el mejor camino; que produce riqueza, sin duda pero también que no la distribuye equitativamente, que depreda la naturaleza a partir de una ambición sin límites, que le incomodan los temas de responsabilidad social, que el tema ético se reduce exclusivamente a los asuntos legales.

Kant, el gran filósofo alemán, nos dejó como legado para el actuar ético el famoso imperativo categórico de “obra de tal manera que la máxima de tu acción pueda valer como ley universal y común para todos”.

Puesta en palabras más prosaicas, Kant recoge de la sabiduría milenaria el “no hagas a otro lo que no quieres que hagan contigo” y va más allá: que nuestro obrar debiera ser ley universal que nos rigiera a todos, incluyendo el ser que obra.

Pero, el imperativo categórico kantiano exige los consensos de pueblos y seres humanos para realizarse y la historia nos enseñó en los dos siglos siguientes que bajo el nombre del progreso y la civilización llegamos a dos guerras mun-

“No podemos hablar de desarrollo humano sustentable, ni de equidad, ni de seguridad social, mientras no avancemos en resolver el problema de la pobreza”, afirma el rector de la Universidad de La Salle, Carlos Gómez Restrepo.

diales, incontables conflictos en todo el mundo, más de 200 millones de muertos por las aventuras bélicas, y las armas de destrucción masiva.

Hans Jonas, quizás uno de los mejores filósofos de la moral de los últimos tiempos, en su libro “El principio de responsabilidad: Ensayo de una ética para la civilización tecnológica” formuló de otra manera el imperativo categórico: “Actúa de tal manera que las consecuencias de tus acciones no destruyan la naturaleza, ni la vida, ni la tierra”.

En la actualidad solemos culpar a los gobiernos y a las políticas de los estados la situación de depredación del medio ambiente y toda forma de pobreza, inequidad y exclusión; y, sin duda, que tienen mucha culpa. Pero Gobiernos y Estados son entelequias mentales como lo son la sociedad y las instituciones.

El desarrollo en Colombia dista mucho de ser humano y de acercarse a la sustentabilidad.

CARLOS G. GÓMEZ RESTREPO

Rector Universidad de la Salle

La revolución de la ética que se nos pide toca a cada uno en particular. Es, precisamente, de las convicciones de cada uno y de las propias actitudes que depende el futuro del planeta como también la justicia, la equidad y la inclusión. Muchos de nosotros con frecuencia condenamos la injusticia y la inequidad pero en nuestras actitudes personales reproducimos en nuestros mundillos lo que tanto condenamos en los estados y gobiernos. Nos escondemos bajo el facilismo que oculta una de las más grandes perversiones éticas: que si la mayoría lo hace quedo facultado para yo hacerlo o, lo que es peor, nos decimos mentalmente: ¿qué puede impactar mi acción si soy

un insignificante uno entre los seis mil millones que pueblan la Tierra? He ahí el problema. La suma de nuestras insignificancias ya hace una hecatombe.

C

FÁBULA DE HIGINIO

ayo Julio Higinio fue un liberto romano que dirigió la biblioteca de César Augusto, la biblioteca Palatina. Nos legó un conjunto de fábulas muy profundas que han inspirado a filósofos y literatos en la historia de la humanidad. Una de estas fábulas, que incluso llamó la atención de Heidegger y Dante, nos presenta la relación del hombre con el mundo.

Cuenta Higinio que: “Una vez llegó Cura a un río y vio terrones de arcilla. Cavilando, cogió un trozo y empezó a modelarlo.

Mientras piensa para sí qué había hecho, se acerca Júpiter. Cura le pide que infunda espíritu al modelado trozo de arcilla. Júpiter se lo concede con gusto. Pero al querer Cura poner su nombre a su obra, Júpiter se lo prohibió, diciendo que debía dársele el suyo. Mientras Cura y Júpiter litigaban sobre el nombre, se levantó la Tierra (Tellus) y pidió que se le pusiera a la obra su nombre, puesto que ella era quien había dado para la misma un trozo de su cuerpo. Los litigantes escogieron por juez a Saturno.

Y Saturno les dio la siguiente sentencia evidentemente justa: Tú, Júpiter, por haber puesto el espíritu, lo recibirás a su muerte; tú, Tierra, por haber ofrecido el cuerpo, recibirás el cuerpo. Pero por haber sido Cura quien primero dio forma a este ser, que mientras viva lo posea Cura. Y en cuanto al litigio sobre el nombre, que se llame homo, puesto que está hecho de humus (tierra)».

Aunque la fábula habla por sí sola y creo que el mensaje es claro, debo hacer una precisión. La palabra “Cura”, de la que nos habla la fábula, debemos traducirla para mayor precisión como “Cuidado”. Ésta es mi conclusión y mi invitación: a trabajar juntos por una ética del Cuidado que es la esencia de la sustentabilidad del desarrollo y para los Administradores de Empresas es columna vertebral de su trabajo y acción profesional: el

espíritu que reclamaba Júpiter para sí, o el cuerpo al que la tierra quería ponerle nombre exige la CURA, el Cuidado. Es la única posibilidad de preservar el Hábitat, de legarlo a la posteridad, de reconciliarnos con Gaia, la Madre Tierra, de crecer nosotros, de ser felices pero responsables con el único Hábitat conocido y con la única relación de congéneres en la que vivimos inmersos.

Pero más aún, la ética del Cuidado hunde sus raíces en valores como la solidaridad, la equidad, el respeto por la vida, la inclusión: todos valores fundamentales.

S

UniversidadEmpresa-Estado: la nueva alianza El desarrollo de políticas de ciencia, tecnología e innovación, y la discusión en el Congreso de un proyecto de modificación de la Ley de Ciencia y Tecnología, hacen parte de las iniciativas que se promueven para que el país haga transición hacia una sociedad del conocimiento.

La innovación tecnológica, un nuevo concepto productivo indispensable para la competitividad regional y del país, ha venido creando nuevos espacios para la cooperación universidad–empresa. Los proyectos de innovación, cofinanciados con las empresas, y la participación de éstas en la planificación de la investigación, contribuyendo a mejorar la pertinencia del quehacer académico, son un buen ejemplo.

Pero no es sólo el afán de elevar la competitividad lo que estimula los vínculos mencionados. La ética en los negocios, base de la responsabilidad social empresarial, se expresa a través de principios y valores practicados por la organización; en alianza con la universidad, esta práctica se hace más efectiva. Avances más tímidos se han conseguido en la articulación del conocimiento al proceso de toma de decisiones políticas; hay divorcio entre la comunidad académica y el sector político, y, en consecuencia, la influencia de la universidad sobre los procesos sociales se ve restringida.

SERVICIO A LA SOCIEDAD

La universidad colombiana reconoce desde su nacimiento tres funciones misionales: la formación, la generación de conocimiento y el servicio a la sociedad, a través de la apropiación social del conocimiento.

U

MODELOS DE COOPERACIÓN

EL DÍA DE LA TIERRA

e acaba de celebrar El Día de la Tierra. En realidad, hoy es muy difícil separar los temas económicos y administrativos de los ecológicos, y los problemas políticos de los sociales.

Quiero recordar el preámbulo de la Carta de la Tierra que encuentro muy relacionado con los temas de estos días: “Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas.

Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras” Debemos continuar la lucha por un mundo equitativo y justo a partir de valores personales con tremendo impacto social: la solidaridad, el cuidado y la responsabilidad, y que estos valores nos ayuden a transferir a las empresas e instituciones.

en esa dirección y constituyen un referente para Colombia.

Distintos autores reconocen en la pertinencia, la característica clave de la nueva universidad; es decir, aquella que forma trabajadores del conocimiento, con compromiso y responsabilidad con el cambio social y el desarrollo sustentable. Desde esa perspectiva, el eje de la calidad del proceso educativo se traslada hacia la utilidad social del conocimiento producido.

La responsabilidad social universitaria se expresa en la transferencia del conocimiento; en su pertinencia y relevancia para el desarrollo social; en la naturaleza de las relaciones con el sector productivo, el mercado laboral y la institucionalidad social y cultural; y en las acciones para formar ciudadanos, demócratas, y para promover el crecimiento y la participación de los sectores sociales tradicionalmente excluidos.

Se advierte que no se trata de crear nuevos cargos burocráticos, nuevos guetos institucionales, y sí de hacer una revaloración del concepto de extensión universitaria, como una estrategia para investigar y formar: una filosofía, una forma de ser, un ethos cultural.

Se trata de elaborar una nueva propuesta de operación de la extensión, que sin caer en el riesgo asistencialista, eleve la legitimidad social de la institución universitaria. Este redimensionamiento concibe la extensión como un diálogo de saberes entre los académicos y los actores sociales para contribuir a la solución de los problemas del entorno, elevando la capacidad de autogestión, y para aprender y transformar internamente sus dimensiones sustantivas.

La actividad de proyección social es el nuevo capítulo de la transformación universitaria.

BERNARDO RIVERA

Director Asociación Colombiana de Universidades -ASCUN-

No obstante, su desarrollo misional ha sido asimétrico, enfatizando a lo largo de su trayectoria la actividad formativa. En las últimas décadas, las políticas de educación superior y de ciencia y tecnología han conseguido transformaciones institucionales importantes relacionadas con la investigación; el país dispone de grupos de investigación escalafonados y productivos, algunos de excelencia; de un sistema transparente y en crecimiento de indexación de revistas; y de una dinámica sin precedentes de programas de doctorado.

Pareciera que la actividad de proyección social, llamada por otros de extensión, es el nuevo capítulo de la transformación universitaria; países como Brasil han dado importantes pasos

n aspecto clave que subyace en el divorcio entre la universidad y la empresa y la sociedad, es la desconfianza y la falta de instrumentos para hacer más armónica esta relación. El estatuto del investigador, los criterios y normas de propiedad intelectual, los incentivos al investigador que promueve la innovación, y la vinculación de gestores de conocimiento en las empresas, por ejemplo, son aspectos que deben discutirse en perspectiva de su transformación.

Un país que aspira a ser competitivo y a vivir en paz requiere con urgencia mejorar su inversión en ciencia, tecnología e innovación; fortalecer las relaciones entre ese sistema y el de educación superior; mejorar la gestión de la innovación en las universidades; estimular la creación de empresas de base tecnológica (spin–offs); revisar los instrumentos y los incentivos a la creación; ampliar las oportunidades de formación de los jóvenes profesionales en transferencia de tecnología (emprendimiento y empresarismo); entre otros.

Ascun viene trabajando en la identificación de modelos de cooperación, como la Red de Gestión Tecnológica Universitaria (GTU), que pueden ayudar a superar colectivamente las limitaciones que de manera individual afrontan las universidades, aprovechando y canalizando de mejor manera conceptos, métodos, prácticas y recursos existentes dentro y fuera del país.

¿Una necesidad o un tema de moda?

Educar en lo que son las obligaciones de cada uno para con los demás, consigo mismo y la sociedad. ÁLVARO CALA HEDERICH

decano Escuela de Negocios, U. Sergio Arboleda

El tema relacionado con la responsabilidad social ha tomado especial preponderancia en los últimos años. Es algo de enorme importancia ante los desequilibrios que en diferentes órdenes se presentan en el mundo de hoy, como son, entre otros, la mala distribución del ingreso, el desempleo, la explotación laboral de menores, el deterioro del medio ambiente, el consumo de productos agropecuarios con insumos perjudiciales para la salud, la baja calidad de vida de muchas comunidades, las prácticas corruptas, el desconocimiento de la ley, la desorientación causada por informaciones o campañas mal dirigidas, las deficiencias de educación y en general la insolidaridad social.

Se ha acotado el término Responsabilidad Social Empresarial (RSE), que pone un énfasis

en el problema que incumbe a las empresas productoras, pero no se debe perder de vista que el tema de la responsabilidad social también atañe en forma no menos importantes a otros dos actores: 1- Las personas, o sea los consumidores como se las llama en términos económicos, y 2- El poder de Estado que aún en regímenes liberales orienta y regula la marcha de la sociedad. Al fin y al cabo tanto el Estado como las empresas están conformadas por personas.

De aquí surge la necesidad de educar primordialmente en los que son las prácticas y las obligaciones de cada uno para con los demás, para consigo mismo y para con la sociedad entera.

Ello sólo se logra con una buena educación impartida desde el hogar, el colegio, la uni-

versidad y posteriormente con campañas educativas permanentes para toda la población.

Nos podríamos preguntar si en nuestro país la educación se ha quedado corta en alcanzar esos propósitos o si los gobiernos han fallado en promoverlos y cumplirlos. ¿O ambos han estado cortos en su misión?

Seguramente se ha enfatizado en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) porque la industria, junto con el monóxido de los vehículos, genera la mayor parte de la contaminación ambiental.

Además, porque las empresas agrupan personas de mayor nivel educativo con mejor accesibilidad a recursos económicos. Sin embargo, es preciso tener claro que la responsabilidad social no sólo se refiere al control ambiental sino también a aquellas falencias debidas

a los desequilibrios antes mencionados. Las actividades desarrolladas deben mantener su independencia de campañas políticas o emocionales que pueden alterar el balance entre la verdadera responsabilidad social y la productividad que, en últimas también es parte de esa misma responsabilidad social.

Se debe reconocer que poco a poco el tema ha penetrado en el alto estamento empresarial y que hoy en día existen muchas empresas consientes de su responsabilidad social y comprometidas en la promoción y las prácticas del bien común como complemento de su objetivo productivo y económico. Pero, de otra parte, hay un buen número de empresas que no han tomado conciencia de este tema tan importante para el futuro de la sociedad y sólo atienden

aquellos asuntos contenidos en mandatos legales.

Hacia el futuro inmediato será necesario focalizar el otro extremo de la cadena, en donde están los consumidores, que bien podría acotarse dentro de una Responsabilidad Social de los Consumidores (RSC), porque para ellos no es menor la responsabilidad de conocer a fondo las empresas y sus productos mediante información amplia, difundida por entidades de gobierno, por asociaciones o por ONG’s no politizadas, que permita a los consumidores hacer sus decisiones de compra atendiendo la protección del bien común con base en el conocimiento de los bienes y servicios, producidos por empresas, dentro y fuera del país, para tener la seguridad de la salud, el cumplimiento de las leyes, con impedir el trabajo de los niños, etc.

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EMPRESAS R E

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JUEVES 29 DE MAYO DE 2008

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

BBVA

Becas contra la deserción

Jorge Emilio Sierra Montoya

DIRECTOR LA REPUBLICA

La Fundación Sidoc inició hace un par de años las jornadas de “Pintatón” en el barrio Siloé de Cali, iniciativa que hoy se convirtió en un plan integral de apoyo al sector.

Sidoc

Los trabajadores, el punto de partida Francie Elena Chagüendo CALI. La Responsabilidad Social Empresarial, RSE, empieza por casa. Esta es la base de la estrategia que utiliza la compañía Sidoc para devolver a la sociedad todo lo que recibe de ella.

Por eso los planes de la organización arrancan en primer lugar con la comunidad de trabajadores, y luego con todos aquellos que de alguna manera están vinculados con la compañía como los recicladores de chatarra que acopian el producto y lo venden a la siderúrgica que lo utiliza como materia prima.

Según Eduardo Llano, director de Relaciones Institucionales y Gestión de Sidoc, la política integral de RSE se fortaleció en la empresa en el año 2005 con la creación de la Fundación, y desde entonces se ha consolidado para dar formalidad al trabajo social que durante los últimos 20 años han realizado las directivas de la Siderúrgica, única de la región con capital 100% vallecaucano.

Explicó que la responsabilidad social se concibe bajo la perspectiva y convicción de que la sostenibilidad económica de una compañía colombiana sólo es viable mientras esté inmersa en una sociedad sana, por ello, la estrategia está orientada en beneficio, además de sus trabajadores y familias, a los habitantes del entorno inmediato donde se encuentra ubicada la planta de producción y a quienes viven en la ladera de la capital del Valle del Cauca, específicamente en el sector de Siloé, en la Comuna 20.

“El trabajo que se iniciara en la década de los 80 con el apoyo en educación, vivienda, salud, recreación y deporte para los empleados y trabajadores de la fábrica, se complementa con los recursos que la organización destina al patrocinio y forta-

lecimiento de programas de conservación y recuperación de espacios públicos y para la preservación del medio ambiente en la zona de impacto de la planta”, dijo el Director de Relaciones Institucionales.

Así mismo, la cadena de proveedores de chatarra ocupa un renglón preponderante en la política de RSE de Sidoc, siendo los pequeños chatarreros los mayores beneficiados con los incentivos y las relaciones construidas para el fortalecimiento de su economía y sostenibilidad como fuente de generación de recursos claves como es la materia prima.

Destacó Eduardo Llano, que otro proceso ejecutado por la compañía y que tiene que ver con su relación con la comunidad y la necesidad de devolverle a la sociedad parte de lo que obtiene de ella, es el proyecto Siloé Visible, proceso que se inició hace tres años con la campaña “Pintatón”, que fue el inicio para el desarrollo de un programa integral de gran alcance.

“Fue la ventana para que los caleños vieran desde afuera los cambios que estaba empezando a tener el barrio Siloé a su interior. El proyecto, más allá de mejorar el aspecto físico del barrio sector y mostrarle a Cali que estos cambios son posibles, está dirigido a promover la educación con la creación de bibliotecas, impulsar la cultura, la participación y la convivencia en un lugar que por años ha sido estigmatizado por sus altos índices de violencia”, afirmó.

Con esta iniciativa la empresa se propone generar entornos urbanos agradables, recuperar el tejido social, crear fuentes de ingresos sostenibles, además de promover prácticas artísticas como se está haciendo con la Orquesta Sinfónica Juvenil Mensajeros de Esperanza que hace algunos meses ya viene trabajando con niños del sector.

BOGOTÁ. La visión del banco BBVA, señalada en su plan estratégico, es trabajar por un futuro mejor para las personas, que expresa de manera explícita su responsabilidad social, mejorando las condiciones de vida de la comunidad en general.

Más aún: según sus voceros, la responsabilidad corporativa del BBVA se da ante todo por convicción, porque a fin de cuentas una compañía multinacional como la suya, de origen español pero con presencia en 32 países (Colombia, entre ellos), tiene que ser un buen ciudadano donde esté.

No es sólo la convicción, sin embargo. No. También pesan bastante otros dos factores, como la necesidad, porque la sociedad les exige cada vez más a las empresas que contribuyan a la solución de sus problemas, y el interés por el desarrollo conjunto de los países donde están presentes.

Son, pues, tres poderosas razones que justifican con creces su política de RSE a nivel global, la cual es orientada desde Madrid por Javier Ayuzo y Antonio Ballabriga, los directores de Comunicación e Imagen y de Responsabilidad y Reputación Corporativas del BBVA, quienes hablaron en forma exclusiva con LA REPUBLICA durante su reciente visita a Bogotá.

A continuación, el diálogo que sostuvimos con ambos funcionarios.

“… DE INTERÉS” BENEFICIOS A GRANEL Para Ayuzo y Ballabriga, son muchos los beneficios de la responsabilidad corporativa en las empresas. Unos son intangibles, y otros, tangibles; entre estos, van desde la mejor reputación de la compañía y el costo del lucro cesante por no adelantar esas políticas ante las exigencias crecientes en tal sentido de los mayores inversionistas del mundo, hasta la preferencia de los clientes, el sentido de pertinencia de los empleados y estar la firma en mejores condiciones para enfrentar las crisis en virtud de su sostenibilidad.

Los beneficios, en síntesis, tocan a los distintos grupos de interés, como debe ser. Y claro, la RSE genera valor a la empresa, según dice el presidente del banco: “La ética no sólo es deseable sino que es rentable”, rentabilidad –aclaran- financiera, económica y social.

Y LA BANCARIZACIÓN, ¿QUÉ?

Aunque la educación es el foco principal de la responsabilidad corporativa del BBVA, éste tiene otras líneas de actuación social, como la bancarización, o sea, el mayor acceso a los recursos financieros, el cual está limitado hasta ahora a 900 millones de los seis mil millones de

personas que tiene el planeta. Al respecto, sus programas incluyen servicios especiales para que los inmigrantes latinoamericanos envíen sus remesas a los países de origen; una fundación para microfinanzas, dotada con 200 millones de euros; creación de redes bancarias muy baratas, naturalmente para sectores de bajos ingresos, y la correspondiente adopción del sistema de Corresponsales No Bancarios en Colombia, al igual que otras entidades financieras.

PLAN DE VOLUNTARIADO Otros programas de RC del BBVA comprenden actividades de tipo cultural y social o de donaciones por catástrofes de diverso orden, con base en el treinta por ciento del presupuesto de acción social, cuyo setenta por ciento restante va al programa de becas escolares; hay un plan de Voluntariado Corporativo en el grupo, a través del cual los empleados se vinculan a los diferentes programas donde ponen a prueba su propia responsabilidad social, y en Colombia se acaba de crear el Comité de Responsabilidad Corporativa, donde participan sus principales directivos encabezados por el presidente, que es una forma –dicen- de comprometer a toda la empresa, en todas sus áreas, con la responsabilidad corporativa de la compañía.

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EL PROCESO GLOBAL

e hecho, las firmas multinacionales, como es el BBVA, lideran la RSE en el mundo, acaso porque los mercados mundiales así lo exigen con normas estrictas como por ejemplo en el campo ambiental.

Al respecto, Antonio Ballabriga aclara que el proceso seguido en tal sentido ha sido más o menos el mismo en las últimas décadas, cuando el tema en cuestión entró en auge: en primer lugar, actividades de tipo filantrópico; luego, la realización de acciones sociales como gran foco; después, los riesgos reputacionales comenzaron a ser muy importantes, sobre todo precisamente en las multinacionales; y, por último, como una verdadera estrategia corporativa, integrada al negocio.

En este caso, entonces, se va más allá de los programas sociales para convertirse la RSE en palanca de la transformación de la sociedad y de las mismas empresas, que no es poca cosa.

Ni lo es –agrega Ayuzo- que tal responsabilidad corporativa no sea sólo un costo (el de sus programas sociales, claro está) sino una excelente oportunidad para mejorar el negocio y la vida colectiva, en particular de los pueblos donde tienen sus operaciones, como en América

Javier Ayuzo y Antonio Ballabriga, máximos directivos del BBVA en lo relacionado con responsabilidad corporativa, consideran que ésta es necesaria en el mundo global de hoy.

Latina, cuyos problemas sociales son bien conocidos: pobreza, desempleo, violencia, etc.

“Para el BBVA, América Latina es una región fundamental”, observa Ayuzo, quien también admite que la RSE es común a las entidades financieras, según lo han podido comprobar en Colombia, mientras sus características globales les obliga a tener un fuerte compromiso social.

“Debemos demostrar en cada sociedad que somos buenos ciudadanos corporativos”, insiste.

“Es que no podemos vivir en un mundo global –explica- sin entender el compromiso de la empresa con sus accionistas y clientes, con sus empleados y proveedores, y con la propia comunidad”.

“La RSE es una necesidad”, subraya con entusiasmo.

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EL FOCO EDUCATIVO

omo el BBVA –anotan sus directivos- fue el fruto de la fusión de varios bancos, algunos de estos tenían políticas y programas de responsabilidad corporativa e incluso fundaciones, por lo cual su historia al respecto se remonta hasta mucho antes de su creación.

Sólo que el banco –precisandio un cambio estructural, si bien al principio pasó igualmente por las mencionadas etapas de la filantropía y la acción social: trazar, hace alrededor de cinco años, una política de responsabilidad corporativa total, única si se quiere, en los diferentes países, lejos de la dispersión que antes se presentaba.

Así, las operaciones tenían un hilo conductor, de ética y transparencia en los nego-

cios, al tiempo que se puso en marcha un plan de acción social “muy ambicioso”, especialmente en América Latina, donde está el 70 por ciento de su plantilla y se genera la mitad de sus ingresos.

Con una decisión histórica, trascendental: destinar a dicho plan parte de las utilidades del banco, nada menos que del uno por ciento en el presente año, lo cual representará 28 millones de euros.

Pero, ahí no paran los cambios de fondo. Además de evitar que cada país actuara por su lado, se identificó igualmente un foco, el de la educación, por considerar –explican- que es donde más se puede hacer y se tiene más efecto o impacto social, pues la formación educativa es fuente de empleo e ingresos, enfrentando por tanto problemas como la desigualdad social y la pobreza.

“Al fin y al cabo en la educación está el futuro”, dicen.

Y acá, en la educación –agregan-, tomaron un camino específico, el de becas escolares, concedidas a los estudiantes no por méritos académicos sino por consideraciones más hondas, de estricto carácter social, que apuntan a la integración de la familia, pilar a su vez de la cohesión social.

Con los controles debidos, además, de manera que los cuantiosos aportes no terminen en un fondo perdido, sino que lleguen finalmente a niños que los necesitan, alcanzando los objetivos correspondientes.

Veamos cómo.

EL PLAN DE BECAS

En 2007, 18 mil niños y niñas de América Latina recibieron becas del BBVA, mientras en 2008 ese número crecerá a 28

mil. ¿Pero, qué incluye la beca?, es la pregunta de cajón. Y la respuesta no tardan en formularla Ayuzo y Ballabriga, quienes se desenvuelven a sus anchas con el manejo de estas cifras.

En cada país es diferente.

En México, verbigracia, un problema en muchos estados es que los niños abandonan la escuela porque sus padres emigran a Estados Unidos y tienen que trabajar para ayudar al sostenimiento de sus familias, víctimas de la pobreza.

La beca es, entonces, contra la deserción escolar, y consiste en que cada niño recibe cien dólares al mes, suma equivalente a la que percibe por su trabajo en el campo.

“La beca es para que sigan estudiando”, señalan no sin advertir que el banco ejerce los controles de rigor que garantizan que el programa se cumple a cabalidad. ¿Cómo? Simplemente la beca se suspende si el niño deja de estudiar.

En Colombia, por su parte, la beca se destina a la alimentación de los niños (cuya suma actual es de 1.800), porque aquí el problema de la desnutrición es una de las causas principales de la deserción escolar. Y en un número mayor, hasta 16 mil, se les entregan materiales de estudio, que por lo general no pueden adquirir debido a los bajos ingresos de sus familias. ¿Con qué resultados? Saltan a la vista: menor deserción escolar y mayor nivel académico, mayor unión familiar y hasta la cohesión social que en los pueblos latinoamericanos ha sido un viejo anhelo para resolver muchos de sus conflictos. ¿Quién iba a pensar –valga la pregunta- que una cuestión tan simple fuera la solución a tan graves problemas sociales?