MEDIO DEL CAMPO
AÑO 9 | Nº 78 | ENERO DE 2018
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DESARROLLO DEL INTA "Las huertas tienen un rinde bastante estable". Francisco Pescio.
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PANORAMA AGROPECUARIO
El campo hace un aporte económico vital para el país La cadena agroalimentaria genera
el 66% de las exportaciones totales, el 10,4% del Producto Bruto Interno y el 10,7% de los impuestos nacionales.
Además, de acuerdo con un informe
de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina, el ruralismo sostiene el 17% del empleo privado.
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En almácigos y surcos se obtienen alimentos sanos y nutritivos.
COMO LA QUINTA DEL ABUELO
La huerta en casa, un alivio para el bolsillo En apenas 150 metros es posible cultivar más de 1.150 kilos de verduras agroecológicas, con un ahorro estimado en $3.200 mensuales.
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ExPLOTACIóN AGRíCOLA
Para arrendar, hay que afinar el lápiz
Producir en establecimientos alquilados a terceros puede tener un resultado estrecho o pérdidas si no se evalúan bien los costos. Página 5
PROYECCIONES DE LA FAO CAMBIO DE HÁBITOS
La mesa quiere carne de cerdo En las últimas décadas creció la demanda de productos porcinos, muy por encima del pollo y de los cortes vacunos.
El campo tiene efecto multiplicador sobre las demás actividades económicas y genera divisas inmediatas a través de las exportaciones.
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ACTIVIDAD AGROPECUARIA
El campo, un aporte vital para el país Las estadísticas son contundentes: 66% de las exportaciones totales, 10,4% del PBI, 10,7% de impuestos nacionales y 17% del empleo privado provienen de la cadena agroalimentaria.
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a actividad agropecuaria tiene un papel preponderante en la generación de riqueza a lo largo y a lo ancho del territorio argentino, porque tanto la agricultura como la ganadería aportan el 66% de las exportaciones del país. Sin embargo, como en general se trata de la comercialización de productos primarios, sin el agregado de valor, se suele cuestionar el efecto multiplicador que tiene el agro argentino sobre el resto de las actividades económicas e, incluso, sobre el desarrollo del país. Para despejar las dudas y las controversias que se suscitan en torno a esta cuestión, existe “El campo argentino en números”, una investigación anual de FADA -Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina- que pone en cifras lo que el conjunto del ruralismo significa para la economía nacional. La producción del agro argentino genera: • 1 de cada 6 puestos de trabajo. 17% del total de empleo nacional privado. • 1 de cada 10 pesos de recaudación tributaria. 10,7% de recaudación de impuestos de de AFIP. • 1 de cada 10 pesos de producto bruto interno. 10,4% del PBI nacional. • 7 de cada 10 dólares por exportación. 66% del total de exportaciones. También, FADA traduce algunos datos productivos de distintas cadenas agroalimentarias: • La Argentina produce carnes suficientes para un asado de 10.435 millones de personas. ¡Más que el mundo entero! • Es necesaria una parrilla tan grande como Capital Federal, para asar las más de 5 millones de toneladas de carne bovina, aviar y porcina que produce argentina. • La producción lechera brinda los nutrientes necesarios a 44 millones de niños. • Se produce yerba mate, para que 34 millones de argentinos compartan momentos. • Producción de papas para llenar 17.000 obeliscos. • Poniendo los granos en filas de camiones, podrían darse dos vueltas a la tierra. • Con la producción vitivinícola es posible llenar
puestos de trabajo se generan desde las cadenas agroalimentarias. Esto equivale a que el 17% del empleo total nacional (privado). Si se suma el empleo público, dicho porcentaje se reduciría al 14%. Si se analiza dentro de las cadenas agroalimentarias, se destaca la importancia de las economías regionales como generadoras del 32% de los puestos de trabajo. La agricultura extensiva genera el 35% del empleo, conformada por las cadenas de soja, maíz trigo, girasol y otros granos. Las cadenas cárnicas, por su parte, generan un 23% del empleo ocupado por el campo argentino. La cadena láctea, en particular, genera el 9%. En este esquema, también se suma la cadena de la maquinaria agrícola con un 1% del empleo. El campo produce alimentos y tiene la capacidad de generar buena parte de las divisas que ingresan al país a través de las exportaciones.
378 millones de piletas olímpicas • Con la producción de biocombustibles es posible dar 4 millones de vueltas a la luna en auto. • Las cadenas agroalimentarias generan empleo para llenar 4 veces todos los estadios mundialistas 2018. Estos datos demuestran la importancia del campo para el desarrollo del país. Pero este aporte podría ser aún mayor ya que el agro argentino todavía tiene mucho potencial por explotar. Incrementos de productividad en la agricultura pampeana, crecimiento de la producción lechera, aumento del stock, la faena y el peso en la ganadería bovina, oportunidades de seguir creciendo en la actividad porcina y potencialidades en todas las economías regionales, con cambios varietales e inversiones. Así como la posibilidad de incrementar el valor agregado de la producción agropecuaria en todas las cadenas, desde las frutas a las bioenergías. Todas estas oportunidades permitirían generar más empleo, exportaciones, actividad económica y recaudación fiscal. Sin embargo, todavía queda mucho potencial, valor por agregar y empleo por generar. Para esto, el sector público deberá resolver cuestiones tales como la infraestruc-
tura de transporte, realizar las obras para prevenir y disminuir el impacto de las inundaciones, y mejorar el sistema tributario. También, hay temas que mejorar hacia adentro de las cadenas, como trabajar aplicando las mejores prácticas productivas y ambientales. Los números aquí presentados corresponden al año 2016, ya que muchas de las estadísticas recién se conocen meses después de cerrado el año. La producción de las cadenas agroalimentarias abarca un numeroso conjunto de productos, tanto primarios como industriales. Para dimensionarlas debemos contabilizar diferentes producciones. Estas son algunas: Cereales y oleaginosas En los campos argentinos se produjeron 122 millones de toneladas de los principales granos, entre los que se destaca la producción de soja con 58 millones de toneladas, maíz con 39 millones y trigo con 11 millones de toneladas producidas. Esta producción equivale a 4,5 millones de camiones cargados. Si se los estacionara a todos al mismo tiempo, uno detrás de otro, podrían dar 2 vueltas a la tierra.
Carnes La producción cárnica alcanzó un total de 5,2 millones de toneladas, entre la carne vacuna (2,6 millones de toneladas), aviar (2 millones de toneladas) y porcina (518 mil toneladas). Las 5,2 millones de toneladas alcanzan para abastecer el consumo de los habitantes argentinos, quedando carne disponible para alimentar a 7 millones de personas más, el equivalente a la población de Hong Kong. En la Argentina, el consumo promedio por habitante se incrementó en 5 kilogramos, alcanzando 116 kilos de carne consumida por habitante a lo largo de un año. Si se pone a la parrilla la producción argentina de carne bovina, de cerdo y de pollo, alcanza para que 10.435 millones de personas se puedan comer un asadito. De todo un poco La producción de leche, alcanzó un total de 9.895 millones de litros, mostrando una caída del 12%. Pese a ello, la producción de leche argentina alcanzaría para brindar, en un año, los nutrientes necesarios a 44 millones de niños. La producción de vinos cayó un 30%, con un total
de 944 millones de litros producidos. La Argentina produjo, al menos, 8,5 millones de toneladas de frutas, legumbres y hortalizas. La papa se destaca con una producción de 2,4 millones de toneladas. Entre los cultivos industriales, se destaca la producción de yerba mate 230.923 toneladas de yerba mate (seca). En base al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), una persona consume un promedio anual de 100 litros de mate, para los cuales se utiliza aproximadamente 6,8 kilos de yerba. La producción de yerba mate argentina alcanza para que 34 millones de personas, 75% de la población argentina, tomen sus 100 litros de mate al año, mientras trabajan, estudian y comparten momentos. La caña de azúcar, el maíz y la soja, no sólo se vuelven alimento, sino también energía. La producción de biocombustibles alcanzó un total de 3.894 millones de litros, distribuidos en 890 millones de litros de bioetanol, 55% a partir de maíz y 45% de caña de azúcar, y 3.004 millones de litros de biodiesel, a base de soja. Empleo Si se considera el total de empleo privado (registrado y no registrado), 1 de cada 6
PBI e impuestos El aporte de las cadenas agroalimentarias sobre el Producto Bruto Interno creció en 1,4 puntos porcentuales, siendo que la industria manufacturera de origen agropecuario mantuvo constante su aporte sobre el PBI, mientras que el sector primario fue el que presentó un crecimiento en su participación. Esta participación que alcanza el 10,4%, refleja que 1 de cada 10 pesos del Producto Bruto Interno lo generan las cadenas agroalimentarias. El aporte impositivo del agro representa el 10,7% de la recaudación tributaria nacional (AFIP) en base a los impuestos seleccionados, es decir que 1 de cada 10 pesos recaudados provienen de las cadenas agroalimentarias. Exportaciones Para el año 2016, las cadenas agroalimentarias aportaron 7 de cada 10 dólares en concepto de ingreso de divisas por exportación, equivalente a USD 38.019 millones, el 66% del total de divisas por exportación, Si se evalúan las balanzas comerciales de todos los rubros, todas ellas, salvo las cadenas agroalimentarias, presentan déficit. Es decir, que las importaciones netas del resto de los sectores se pagan con el superávit del campo argentino. l
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l RETENCIONES
Rige la baja para la soja
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on el inicio del año, comenzaron a regir las modificaciones en el sistema de retenciones en las exportaciones de soja del 0,5% mensual, lo que totalizará un 6% anual y dejará el impuesto a fin de año en 24%. La medida, se espera, contribuirá a revertir la caída en las ventas al exterior del complejo sojero. El costo fiscal de la medida está en torno a los $ 20.000 millones para el primer año, de los cuales unos $ 6.000 millones dejarán de recibir las provincias, a través del Fondo Federal Solidario, que distribuye el 30% de las retenciones a la soja. Y el impacto se duplicará en 2019. Es que las retenciones del poroto de soja y del aceite de soja bajan un 0,5% mensual, desde el 30% y 27%, respectivamente, que tenían hasta el mes pasado, hasta llegar al 18% y 15% a fines de 2019. Mientras tanto, se quitan las retenciones móviles al biodiésel, que son mínimas y casi no alcanzan a producir recaudación. Se reemplazan por retenciones fijas del 8%. l
POLÉMICA INTERMINABLE
¿Pérdida o ganancia para el Estado? En medio de los debates en torno a la Reforma Previsional, se escucharon voces críticas a la política implementada por el Gobierno nacional de eliminar retenciones.
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a eliminación de las retenciones al trigo y al maíz, más la baja del 5% a la soja provocó grandes interrogantes en la comunidad y también generó ciertas críticas. Entre los cuestionamientos se encuentran quienes afirman que el sector desfinanció al Estado o que el campo se benefició más que otros sectores, a lo que algunos responden, que no se trata de beneficios, sino de haberles sacado "la pata de encima". Al respecto, especialistas pusieron luz sobe los datos que giran en torno a la quita de retenciones y así colocaron sobre la balanza por un lado lo que perdió el Estado y por el otro, el impacto que la medida generó en la economía. Detrás de las retenciones Según datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), la eliminación de derechos y trabas de exportación al trigo y
Efecto derrame
La baja de retenciones se compensó con una mayor producción.
al maíz, más la baja del 5% de derechos de exportación a la soja, aportaron a la economía argentina US$ 1.995 millones, sólo considerando el año 2017. "Este dinero nuevo que se ha inyectado a la economía es debido a que la producción de los tres cultivos en 2017 es 16 millones de toneladas más que en el 2015″, explicó David Miazzo, economista jefe de FADA. Sobre los motivos por los cuáles se da el incremento en la producción total, el espe-
cialista señaló que se debe al aumento de la producción del maíz con 15,7 millones de toneladas, un 46% más con respecto al 2015, y el trigo con 6,7 millones de toneladas, un 59% más. Mientras que la de soja cayó 6,4 millones de toneladas, un 10% menos. "La producción de soja baja, ya que se producen más hectáreas de maíz. Esto es positivo para la rotación de cultivos y la sustentabilidad del sistema productivo", argumentó Miazzo.
El aporte de los US$ 1.995 millones y las 16 millones de toneladas de granos más, significa que la agricultura y otros sectores de la economía se dinamizan y generan empleo, con influencia directa por ejemplo en el rubro de la maquinaria agrícola y del transporte. De acuerdo a los datos recolectados, la maquinaria agrícola es una actividad que creció sustancialmente respecto a 2015 y es un sector que genera 33.430 empleos. En términos de unidades, en 2017 se vendió un 70% más que hace dos años. Respecto de la facturación, el 2017 cerró con ventas cercanas a los $30.000 millones, mientras que a precios de hoy en 2015 fue de $16.350. Así, la venta de maquinaria agrícola creció en $13.648, tras un incremento importante también en 2016. Por otro lado, transportar estas 16 millones de toneladas más en camión,
requiere de 533.333 fletes nuevos que generan 2.216 puestos de trabajo nuevos. Según FADA, el valor de esta cantidad de fletes al día de hoy es de $7.136 millones y de acuerdo a datos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte del Autotransportes de Carga, estos fletes tuvieron un pago tributario de aproximadamente $2.898 millones. Pero, ¿Cuánto perdió el Estado por la tan polémica quita de las retenciones? La ecuación resulta en que baja la recaudación del Estado por derechos de exportación, pero sube por otros impuestos. Al mismo tiempo, hay más producción por la cual se paga impuestos. Pero, como se analizó más arriba, otros sectores también se ven afectados y tributan más impuestos. "Sólo con los impuestos que paga la mayor demanda de flete, equivale a 18 veces lo perdido por el Estado en la agricultura", explicó Miazzo. l
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LA QUINTA DEL ABUELO
Una huerta familiar ahorra hasta $3.200 al mes
Especialistas del INTA presentaron un informe que analiza la producción de verduras agroecológicas y compara sus rindes con los precios de venta.
La Clave
n apenas 152 metros cuadrados es posible cultivar más de 1.150 kilos de verduras que, en términos económicos, equivalen a alrededor de $3.200 por mes. Esta cifra representa cuánto puede ahorrar una familia al producir sus propios alimentos con una huerta agroecológica. Así lo afirmó un estudio del ProHuerta, el programa del Ministerio de Desarrollo Social y del INTA, llevado a cabo durante dos años por especialistas del instituto en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). “Bien manejadas, las huertas tienen un rinde bastante estable”, dijo Francisco
veces no pueden comprar verduras, y en este sentido, es importante que puedan producir alimentos saludables y nutritivos para su autoconsumo”. Además, señaló el extensionista, los huerteros suelen compartir su cosecha con otros familiares y vecinos y, eventualmente, es posible que comercialicen los excedentes. El estudio se realizó durante dos temporadas en dos años consecutivos, en una parcela del centro demostrativo del ProHuerta ubicado en el Hospital Italiano de San Justo, partido de La Matanza –Buenos Aires–. Fue parte del trabajo de tesis elaborado por Laura
>En apenas 152 metros cuadrados es posible cultivar más de 1.150 kilos de verduras que, en términos económicos, equivalen a alrededor de $3.200 por mes.
E
La huerta aporta alimentos sanos, con bajo costo y alto valor nutritivo.
Pescio, coordinador del ProHuerta, quien precisó que, en la superficie estudiada -propia de zonas periurbanas y rurales, antes que urbanas-, se logró una productividad de 7,5 kilos de hortalizas por metro cuadrado. “Vimos día por día cuánto representaba esa cantidad en los costos de verdulería y nos dio un ahorro equivalente a unos
3.200 pesos por mes gracias a la huerta”, agregó. Para hacer el cálculo, los técnicos del INTA tuvieron en cuenta la variación estacional en el valor de las hortalizas y tomaron como base los precios mayoristas del Mercado Central de Buenos Aires ajustados a precio minorista, para asimilar los valores a las verdulerías. No obstante,
las huertas que promueve el programa otorgan un valor diferencial a los productos debido a sus características agroecológicas. De acuerdo con Pescio, el ahorro alcanzado es significativo, en particular, para el público objetivo del ProHuerta: “El programa está pensado especialmente para familias en situación de vulnerabilidad, que a
Varano para la carrera ingeniería agronómica de la UBA, dirigido por Pescio y acompañado por los técnicos Tomas del Compare, León Degreef -recientemente fallecido- y Gonzalo Pares, coordinador del Proyecto Regional Territorial Urbano del INTA AMBA. Para tabular los datos, el equipo consideró la producción estacional, con un pico importante en primaveraverano, debido al volumen cosechado de tomates, zapallos y zapallitos. En el caso de la temporada otoño-invierno, las verduras de hoja tuvieron un gran protagonismo. La diferencia de rendimientos entre ambos años se debió, sobre todo, a que la producción de tomate y zapallo fue sensiblemente inferior durante una de las temporadas. Ese trabajo concluyó que las huertas son productivas y valiosas, ya que permiten acceder a vitaminas de calidad y generar un ahorro importante en las economías familiares. l
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l HORTICULTURA
Explotación agrícola
En campo arrendado, hay que afinar el lápiz Producir en establecimientos alquilados a terceros puede tener un resultado muy estrecho y hasta es posible que genere pérdida: la suba de los costos de fertilizantes, labores y transporte complica aún más el panorama.
Verdurazo por la crisis
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equeños productores protagonizaron un "verdurazo" frente al Congreso para protestar por la situación que atraviesa el sector y entregaron unos 20 mil kilos de mercaderías a decenas de jubilados que se acercaron a la plaza. Para evitar incidentes por la cantidad de gente, los organizadores de la protesta, pertenecientes a la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), entregaban bolsas con un peso promedio de 5 kilos. Nahuel, uno de los productores participantes de la protesta, afirmó: "los alquileres aumentan constantemente, hay diferencias del 400 por ciento en lo que sale de la quinta y lo que se paga en los negocios y el Gobierno no ha tomado una sola medida" a favor del sector.
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a baja de los precios internacionales de los commodities junto al fuerte incremento de los costos forzaron a los agricultores a cambiar sus esquemas productivos y, por sobre todas las cosas, a afinar los lápices a la hora de las cuentas para no salir perdiendo. Los actuales valores esperados a cosecha en el actual ciclo 2017-2018 determinan que será mucho más conveniente ser propietario de un campo arrendado que empresario agrícola en tierra alquilada. Los números Con un precio de la soja mayo 2018 Matba de 260 dólares la tonelada, un planteo con tecnología óptima, seguro agrícola, monitoreo y un arrendamiento de 400 dólares la tonelada en la zona núcleo pampeana, se necesita lograr un rinde promedio de 3.400 kilos la hectárea en soja de primera para recuperar la
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aumentaron los fertilizantes en los últimos meses. la inversión. Y para lograr obtener el mismo ingreso bruto que recibe el propietario deberían cosecharse 12.800 kilos por hectárea. La suba de costos y la caída de precios ponen la rentabilidad al límite.
inversión. Para recibir el mismo ingreso bruto que el propietario del campo (400 dólares la tonelada equivalentes actualmente a 1500 kilos la hectárea), el empresario agrícola debería poder lograr un rinde de 5200 kilos la hectárea. "Vale recordar que el rinde promedio de soja de primera en la zona núcleo pampeana en el pasado ciclo 20162017 –que fue un buen año en términos climáticos– fue
de 3800 kilos por hectárea, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires", manifestó el análisis. En lo que respecta al maíz temprano en la zona núcleo pampeana, con un alquiler de 400 dólares la tonelada y un precio bruto a cosecha de 150 dólares la tonelada (tomando como referencia al contrato maíz abril 2018 del Matba), se necesita lograr un rinde promedio de 9500 kilos por hectárea para recuperar
Suba de costos En este contexto hay que tener en cuenta que el precio de los fertilizantes aumentó en los últimos meses, especialmente la urea, alrededor del 20%, y en menor medida los fosforados con un incremento del 5%. También las tarifas de fletes de granos aumentaron en dólares alrededor de un 9%. Además, los gastos de comercialización tienen fuerte impacto. Para una distancia a puerto de 400 kilómetros a
Bahía Blanca, expresados en porcentaje sobre el ingreso bruto por hectárea, representan 37% en trigo, 27% en soja y 44% en maíz. Este es sólo un ejemplo pero se multiplica en muchas otras regiones, para el sur de Córdoba, también en campo alquilado, los rindes de indiferencia son de 50 qq/ ha en trigo, de 21 qq/ha en soja de segunda, de 81 qq/ ha en maíz, de 30 qq/ha en soja de primera y de 19 qq/ ha en girasol. Altos rindes o pérdidas Estos números son muy ajustados y obligan al productor a conseguir los máximos rendimientos para no salir perdiendo. Hay que tener en cuenta siempre la cuestión climática, porque el campo es una fábrica a cielo abierto y la falta de precipitaciones o exceso de ellas pueden complicar todavía más el escenario. l
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PROYECCIONES DE LA FAO
A la hora de la carne, avanza el cerdo
En 2016, el consumo de porcinos ascendió a 13 kilos por habitante, ocho kilos más respecto de los niveles registrados hace 15 años atrás.
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n las últimas décadas, el consumo mundial de carnes creció a tasa sostenida, incentivado principalmente por los incrementos poblacionales y con significativos hitos como cuando la carne porcina superó a la bovina en 1978 o la aviar tomó el segundo lugar en 2001. Este año, según proyecciones de la FAO, la demanda mundial de carne de cerdo sería de 119 millones de toneladas, 117 la de pollo y 69 la de bovino. Entre los hechos que impulsaron el consumo porcino, se destacan el aumento del costo del alimento de los animales, el crecimiento poblacional y los cambios en los hábitos de consumo. De igual modo, la evolución tecnológica en genética, alimentación y sanidad mejoró la productividad de los reproductores, la conversión alimentaria, la proporción de tejido magro y el rendimiento en faena. El resultado fue
La Clave >La demanda mundial de carne de cerdo sería de 119 millones de toneladas, 117 la de pollo y 69 la de bovino. percibir variaciones. Cambio de hábitos
El consumo de carne porcina creció 196% en los últimos quince años.
un producto más económico y saludable. De acuerdo con el análisis del Centro de Información de Actividades Porcinas (CIAP), en la Argentina el sistema agroalimentario de carne porcina se desarrollaría -en gran medida- por las condiciones competitivas
para la producción. En 2016, el consumo de carne bovina por habitante fue de 57 kilogramos, 37 el de aviar y 13 el de porcina, mientras que, 15 años atrás, las mismas variables rondaban los 59, 18 y 5 kilogramos, respectivamente. En este período, el consu-
mo total porcino se incrementó un 196 %, cubierto por una producción nacional que creció un 205 % y con importaciones que representaron entre el 25 y el 1 % del consumo anual. En tanto, los precios en carnicería pasaron a ser más bajos que los de carne bovina y dejaron de
Alentados esencialmente por los precios y la disponibilidad de carne fresca, aumentaron la cantidad de consumidores, la frecuencia y el volumen consumido, comportamientos sostenidos en períodos de crecimiento y de recesión económica. Por su parte, los productores se incrementaron, ampliaron el plantel de madres y mejoraron la productividad de los establecimientos. También la industria y el comercio progresaron, y el desarrollo dejó de tener la exclusividad en las pro-
vincias del viejo núcleo maicero. Sin embargo, la expansión de la actividad porcina tiene significativas ineficiencias en los procesos de producción, industrialización, comercialización y consumo que, en ocasiones, suponen riesgos para la salud humana y generan daños ambientales. En la Argentina, aún es posible lograr una mayor expansión del sistema agroalimentario porcino con más beneficio para toda la sociedad, si se continúa con el desarrollo del mercado interno a partir de la oferta de carnes más económicas, saludables y sanas y se avanza en el fortalecimiento del mercado externo. En este contexto, es de vital importancia el rol de los estados nacionales, provinciales y municipales para implementar políticas que permitan alcanzar esos fines. l
ACTIVIDAD TAMBERA
La lechería no sale a flote C on un nuevo retroceso de los precios internacionales a alrededor de 2.700/2.800 dólares por tonelada (después de los récords de casi 6.000 dólares de hace una década), la lechería argentina atravesó otro fin de año con sus indicadores en franco retroceso y afronta un panorama de incertidumbre. Es que desde la producción, a la cantidad de tambos, pasando por el número de vacas, todos los datos muestran que una de las actividades más emblemáticas del país, sigue sin poder despegar después de casi una década de estancamiento, y a pesar de que la Argentina es uno de los pocos países con condiciones agroecológicas casi óptimas para lograr un crecimiento notable. Así, con la única ventaja de cotizaciones de los granos debilitadas (el principal insumo del tambo es la alimentación), los establecimientos siguieron
La actividad lechera sigue cuesta abajo.
perdiendo productividad y eficiencia afectados, además, por condiciones climáticas extremas en los últimos tres ciclos, con inundaciones en las principales cuencas. Esto, sumado a las condiciones generales de la economía para cualquier empresa, es decir, con altas tasas de interés para los créditos, costos crecientes, presión impositiva en aumento y pesadas cargas laborales, determinaron que 2017 haya terminado con un volumen total de pro-
Negocio de pocos
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ay relevadas cerca de 1.100 empresas tamberas pero sólo las primeras 38
ducción apenas por encima de los 9.000 millones de litros de leche, después de haber estado entre 10.000 y 11.000 millones durante casi 10 años, o sea, casi 2.000 millones menos. El dato más significativo, sin embargo, pasa por la cantidad de vacas de tambo (Holando) que, de 2,1 millones en 2006 apenas comenzada la crisis del sector, se ubica ahora 18% por debajo, con apenas 1,72 millón, mientras que no cesa el cierre de tambos. l
absorben el 85% del total de leche que se produce.
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l CLIMA
Verano con pocas lluvias
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ejos quedaron ya las constantes y abundantes precipitaciones que aguaron las últimas campañas. Ahora, los productores deberán adaptarse al déficit hídrico con elevadas temperaturas estimado por los especialistas para el próximo trimestre. Producir con altos riesgos y variabilidad climática parece ser la norma para este verano. Desde el INTA recomiendan estar atentos a los pronósticos y ser conscientes de que el cambio climático llegó para quedarse. En este contexto, Carlos Di Bella –director del Instituto de Clima y Agua del INTA– aseguró que “para el próximo trimestre se esperan condiciones deficitarias de precipitaciones para gran parte del país, con temperaturas superiores a lo normal”. “Si esta condición se mantiene, la situación será complicada”, aseveró. “Estamos frente a un fenómeno climático de Niña, con precipitaciones entre normales y por debajo de la media para esta época que, probablemente, se establezcan durante todo el verano”, destacó el especialista. l
EROSIÓN HÍDRICA
La riqueza que se va con el agua Cerca del 26 % del país, equivalente a 72 millones de hectáreas, tiene niveles de degradación que afectan el rendimiento anual de soja, maíz y trigo y genera pérdidas cercanas a los 30 millones de dólares anuales.
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a pérdida de suelo es el principal problema que compromete la sustentabilidad de todos los sistemas productivos del país, con un impacto económico sobre el rendimiento anual de los cultivos estimado en US$ 29,9 millones. Esta pérdida, calculada para soja, maíz y trigo, es acumulativa y, por lo tanto, ascendería a US$ 1.645 millones en una década. Los valores surgen del libro “Estimación de la pérdida de suelo por erosión hídrica en la República Argentina”, que llevaron a cabo especialistas el Instituto de Suelos del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA. Según este estudio científico, alrededor del 26 % del territorio argentino, equivalente a 72 millones de hectáreas, presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables, es decir, que afectan la salud de los ecosistemas. Esto
La erosión hídrica disminuye la productividad de los suelos y afecta la salud de los ecosistemas.
indica un agravamiento del problema, ya que el último estudio efectuado en 1988 estimó que la superficie afectada era de 25 millones de hectáreas, 47 millones de hectáreas menos respecto de la actualidad. La consecuencia inmediata de la erosión del suelo “es una disminución de la pro-
ductividad agrícola, debido a la pérdida de nutrientes, a su deterioro físico y a la pérdida de profundidad”, indicó Juan Gaitán, especialista del Instituto de Suelos del INTA y uno de los autores del trabajo, quien puntualizó: “En casos extremos, puede implicar la pérdida total del suelo”.
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Costos económicos y ambientales
>Alrededor del 26% del territorio argentino, equivalente a 72 millones de hectáreas, presenta niveles de erosión hídrica que superan las tasas tolerables, es decir, que afectan la salud de los ecosistemas.
Según el trabajo científico, que demandó dos años de investigación, en la Argentina la tasa media de erosión hídrica en el área de cultivos agrícolas equivale a 3,91 toneladas por hectárea por año. En tal sentido, se toma como referencia una densidad aparente media de 1,2 toneladas por metro cúbico para toda el área agrícola -valor considerado para región Pampeana-, por lo que esta tasa se correspondería con la pérdida de una capa de 0,33 milímetros de suelo por año. No obstante, la investigación reconoce que, además de la pérdida de rendimiento de los cultivos, la erosión provoca otros costos que “no son valorizados en números” y corresponden a “costos ambientales”, causados por la pérdida o disminución de los servicios ecosistémicos que brindan los suelos. l
De acuerdo con el estudio, la tasa media de erosión actual de los suelos, que considera todo el territorio nacional, equivale a seis toneladas por hectárea al año. Esto representa aproximadamente una capa de 0,5 milímetros de espesor que se pierden al año. Por su parte, alrededor de un 12 % del territorio presenta tasas de erosión mayores a 10 toneladas por hectárea por año, principalmente en las regiones áridas y semiáridas con fuertes pendientes y baja cobertura vegetal.
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