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Todas las fichas a la campaña que viene

Los especialistas estiman que durante la cosecha del año próximo la producción alcanzará los mejores niveles de rendimiento y el campo recuperará las pérdidas sufridas por la prolongada sequía, con ingresos superiores a los 31.000 millones de dólares.

La desazón fue tan grande, que los productores de la zona núcleo prefieren la cautela antes de sumarse a los pronósticos más optimistas que auguran para la próxima campaña una cosecha que reportará ingresos proyectados de 31.669 millones de dólares, que permitirán mitigar la debacle padecida este año.

Es que soja, maíz y trigo, los tres principales cultivos generadores de divisas, sufrieron -tal vez como nunca- los crueles embates de la peor y más prolongada sequía que se recuerde en la región central del país, la de mayor capacidad productiva, con pérdidas cercanas a los 30.000 millones de dólares.

Semejante calamidad climática, provocó una caída estrepitosa en los rendimientos agrícola de la zona núcleo y una disminución importante en las demás regiones agrícolas, con daños muy severos en los ingresos de los productores y el consiguiente perjuicio para las arcas estatales, con la falta de ingreso de las divisas indispensables para el país. Se sabe que la producción primaria tiene estos riesgos por la extrema dependencia del clima que tienen los cultivos extensivos, a campo abierto, más allá de las características de los suelos.

Hace una docena de años, el profesor Pablo Traficante, coordinador de las actividades prácticas dentro de la Escuela Salesiana de Ferré, terminó con el viejo mito que dice “que estas tierras son tan ricas, que uno tira una semilla y crece un almácigo. En una nota con Medio del Campo, el docente explicó por aquel entonces que “esta no es la mejor tierra, porque tiene alto componente limoso; tampoco es buena la de predominio arcilloso o arenoso, es necesario un equilibrio para el mejor desarrollo de los cultivos. Pero lo que distingue a la zona núcleo es el régimen de lluvias, porque sin la humedad adecuada, no hay buenas cosechas”. La Niña se encargó de confirmar las afirmaciones del profesor Pablo Traficante, porque el fenómeno climático

En granos

Se proyecta una producción de 135 millones de toneladas entre los seis principales cultivos: trigo, cebada, maíz, sorgo, soja y girasol.

En verdes

Se proyectan ingresos para la cosecha de 2024 de 31.669 millones de dólares generados por los tres principales cultivos: trigo, maíz y soja.

provocó una ausencia inusual de precipitaciones y esa sequía no solo complicó los tiempos de siembra, sino que impidió la adecuada germinación de granos finos y gruesos y arrasó con los márgenes de rendimientos indispensables para garantizar una mínima rentabilidad.

Siempre el clima

Y los hechos reafirman también que -en los tiempos actuales- el productor se habituó más a mirar el cielo que el suelo. De acuerdo con las estimaciones de los especialistas, el fenómeno de La Niña se disipó, tras tres terribles ciclos de sequía, y comenzó a gestarse un tiempo bajo el imperio de El Niño, con condiciones favorables para alcanzar una buena cosecha.

De todas formas, se preveían más lluvias durante junio para recuperar los niveles de humedad que propiciaran la siembra de trigo y nada de eso ocurrió. Llegó El Niño, pero todavía el suelo no logró resarcirse de lo perdido, las precipitaciones son escasas y débiles, mientras que los pronósticos de posibles excesos hídricos están descartados, porque de acuerdo con el reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, el fenómeno de El Niño finalmente será para la Argentina más moderado de lo que se preveía, lo que hace prever mejores condiciones para la campaña gruesa. "El Niño se intensificaría durante la primavera. Va a alcanzar niveles de Niño fuerte entre noviembre y diciembre, pero ya no muy fuerte. Hay una tendencia a una ligera disminución del evento entre febrero y abril de 2024", sostuvo Alfredo Elorriaga, especialista en cuestiones climáticas.

No obstante, de acuerdo lo informado por el experto, la actualización de los indicadores a junio 2023 mostró cambios significativos y hubo una disminución de los valores proyectados de anomalía. Esos cambios en las proyecciones son una buena noticia para la agricultura nacional, ya que el otro escenario traía altos riesgos de excesos hídricos e inundaciones que amenazarían el normal desempeño de las cosechas y siembras.

Los agrodólares Como se espera que las lluvias alcancen la mejor frecuencia hacia la primavera, se estima que el país recuperará el año próximo lo que perdió por la sequía en divisas por exportaciones agropecuarias. De acuerdo con un informe privado, elaborado por el ingeniero agrónomo Javier Preciado Patiño, director de RIA Consultores y exsecretario de Mercados Agropecuarios entre diciembre de 2019 y agosto del año pasado, se proyectan ingresos para 2024 de 31.669 millones de dólares en los tres principales cultivos.

Los pronósticos climáticos - señala el informe- proyectan un cambio de ciclo en el régimen de lluvias para el país, saliendo del fenómeno de La Niña a una fase neutra o al Niño, implicando "precipitaciones promedio o por encima del promedio para la región agrícola".

El documento señala que esto llevará a una recuperación de la producción agrícola en la próxima campaña a los niveles previos a la sequía y, en ese sentido, proyecta una producción de 135 millones de toneladas entre los seis principales cultivos: trigo, cebada, maíz, sorgo, soja y girasol, similar a la alcanzada en la campaña 2018/19 y posteriores.

En el caso de la sequía de la última campaña, la caída de la producción fue del 35% respecto de la previa, "proporción muy similar a la de la campaña 2008/09 y más fuerte que la de 2017/18". Las proyecciones del año próximo proyectan una "recuperación inmediata" de la producción, tal como sucedió en las dos sequias precedentes.

Cultivo por cultivo

Al analizar cada cultivo en particular, las proyecciones realizadas por Preciado Patiño ubican a la producción de trigo de la próxima campaña en 18 millones de toneladas, de maíz en 59 millones de toneladas y de soja en 48 millones, contra los 12,6, 41, y 25 millones, respectivamente, del ciclo que finalizó este año. A partir de los valores futuros FOB y las cifras de producción estimadas, el informe prevé que solo estos tres cultivos "aportarían US$ 31.697 millones" en exportaciones en la próxima campaña, que comenzará en diciembre con el ingreso de la cosecha del trigo.

De este total, el maíz aportará US$ 9.000 millones, con un cálculo a US$ 240 la tonelada y una producción dirigida a la exportación de

37,5 millones de toneladas, mientras que la soja lo haría en US$ 19.599 millones a un precio de US$ 470 la tonelada y una producción exportable de 41,7 millones de toneladas. Por su parte, el trigo aportaría US$ 3.098 millones, con envíos proyectados por 10,5 millones de toneladas y a un precio de US$ 295.

"En principio, estas cifras nos llevarían a pensar que lo que se perdió en ingresos de divisas este año se va a recuperar el año que viene porque, dentro de todo, los precios se mantienen en niveles históricamente altos", afirmó Preciado Patiño. El especialista señaló que, con un cálculo "conservador" y con el "promedio de los últimos tres años", se recuperarían "US$ 18.500 millones de lo que se perdió".

Por otro lado, destacó "el crecimiento en todo lo que tiene que ver con la producción agroindustrial y de transformación de materia prima con valor agregado. En la producción de leche estamos 10% arriba de los cuatro años previos, es decir, el sector tambero está ofreciendo 10 litros de leche más por persona; mientras que en la carne porcina la producción crece a tasas chinas con una disponibilidad interna de tres kilos y medio más por persona", y recalcó que se está "industrializando 20% más de maíz que entre 2016 y 2019". •

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