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¿Por qué tanta violencia? Experto analiza los motivos tras el estallido social del 18-O Del 16 al 22 de agosto de 2020

Págs. 4-5

Archivo Diario El Centro

LA MÁQUINA DEL TIEMPO | Págs. 8-9

Tardes de cine en el Palet CRÓNICA | Págs. 6-7

Nostalgias de otra Talca


2 Zapping

Domingo 16 de agosto de 2020


Pixeles

Domingo 16 de agosto de 2020

No hay acuerdo Abed Al Hashlamoun/EFE/EPA

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anifestantes palestinos se enfrentan a las fuerzas de seguridad israelíes en la ciudad cisjordana de Hebrón. Para OLP (Organización para la Liberación de Palestina) el acuerdo al que llegaron Israel y los Emiratos Árabes Unidos para normalizar completamente las relaciones no es motivo de celebración. Por el contrario, es más una traición. No hay acuerdo. Nada está resuelto.

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Director: Hernán Espinoza Jara Editor de Reportajes: Rodrigo Contreras Vergara Diseño y Diagramación: Diario El Centro Corrección de Textos: Diario El Centro Preprensa e Impresión: EL CENTRO S.A.

temas de domingo

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4 Entrevista

Domingo 16 de agosto de 2020

Felipe Schwember:

“La violencia del 18–O en adelante obedece a la idea de que la historia de Chile está jalonada por incontables injusticias” En medio de la profunda crisis social y sanitaria que vive Chile, Felipe Schwember espera que el “plebiscito permita recomponer las bases de legitimidad, el diálogo y la comprensión mutua entre los chilenos”.

Mario Rodríguez Órdenes

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n medio de la compleja coyuntura que atraviesa Chile, el proceso constituyente, con miras al plebiscito del próximo 25 de octubre, avanza raudamente. El 26 de agosto comienza la campaña de difusión y el 26 de septiembre comenzará la campaña televisiva. Temas conversó con Felipe Schwember, editor, conjuntamente con Valentina Verbal y Benjamín Ugalde, de “El octubre chileno/Reflexiones sobre democracia y libertad” (Ediciones Democracia y Libertad), donde 11 intelectuales analizan el Chile actual tras el 18 de octubre del 2019. Este 25 de octubre, si las circunstancias lo permiten, los chilenos votarán si aprueban o rechazan que se inicie el camino para elaborar una Constitución y el órgano que se encargaría de redactarla. Felipe, ¿Cómo surge “El octubre chileno”? “El libro es parte de una iniciativa mayor en la que nos embarcamos con Valentina Verbal y Benjamín Ugalde: un sello editorial, Democracia y Libertad, con el cual aspiramos contribuir a la discusión pública y, más específicamente, a la reflexión acerca de los valores sobre los que se levanta una sociedad libre, democrática y pluralista. ‘El octubre chileno’ es fruto de la colaboración de varios intelectuales, provenientes de distintas disciplinas: historia, filosofía, economía, derecho y ciencia política. Cada uno de ellos aborda, desde sus propias disciplinas, distintos aspectos de la crisis actual. Por ejemplo, los antecedentes históricos de la actual crisis, su significado político, el problema de la violencia o los desafíos que plantea al liberalismo.

¿Cómo afianzar los espacios que caracterizan a una sociedad democrática, basada en la libertad, igualdad, responsabilidad individual, la no violencia y el respeto recíproco? “Paradójicamente, el afianzamiento de esos valores presupone un compromiso por parte de la ciudadanía y de los distintos actores políticos, con la democracia, la no violencia y el respeto recíproco. Uno de los graves problemas que tenemos hoy es que, a lo largo del espectro político, no hay consenso acerca de lo que todo eso significa. Por ejemplo, acerca de qué tipo de actos pueden y deben considerarse como ‘violentos’. Para unos, la violencia es la que realizan algunas personas con ocasión de las marchas o protestas; para otros, la violencia la ejerce la policía cuando enfrenta, llegado el caso, a los participantes de esas marchas o protestas. Así las cosas, es fácil trenzarse en una serie interminable de acusaciones recíprocas: ambas partes acusan a la otra de haber comenzado la violencia”. ¿Cómo explicarse el proceso de violencia que se desató el 18 de octubre del 2019? “Probablemente las causas sean muchas y no una sola. Es razonable pensar que ciertos actos de violencia estaban preparados. Por ejemplo, la quema casi simultánea de varias estaciones del Metro. Pero esos actos de violencia no alcanzan a explicar todo lo sucedido a contar de octubre, que ha ido mucho más allá de esos ataques. Esos ataques agravaron la situación, la exacerbaron. O incluso, si se quiere, la precipitaron. Pero el hecho mismo de que hayan tenido ese efecto es llamativo. La violen-


Entrevista

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El análisis de Felipe Schwember apunta a entender la violencia “no tanto contra el modelo neoliberal o el gobierno”, sino contra el Estado y sus instituciones.

El libro aspira a “contribuir a la reflexión acerca de los valores sobre los que se levanta una sociedad libre, democrática y pluralista”.

cia subsiguiente (los saqueos, el vandalismo, la destrucción de locales comerciales en el centro de distintas ciudades) no puede agotarse en esa explicación. Es obvio que había cierto descontento y que esa violencia es la expresión más extrema del mismo. Una causa importante de la violencia es que parte de la población se siente gravemente abusada y tiene la convicción de vivir en un sistema extremadamente injusto. En ese sentido, la violencia se presenta a esas personas como una reivindicación, como un desahogo y como una forma de hacer justicia”. DESLEGITIMACIÓN DEL MODELO Felipe Schwember Augier (Santiago, 1976) es licenciado en Derecho y Filosofía por la Universidad Católica de Chile y doctor en filosofía por la Universidad de Navarra, España. Explica que el libro está dividido en cinco partes. La primera bajo el título de “Antecedentes históricos y devenir político”; la segunda, “La disputa por la interpretación”. Luego, “Aproximaciones al problema de la violencia”; la cuarta, “La psicología de la protesta y el derecho de reunión”. Finalmente, “Crisis del liberalismo e instituciones”. De fondo, ¿Esta crisis es una reacción contra el modelo neoliberal? “Es difícil saberlo con exactitud. En un cierto sentido sí lo es, puesto que vivimos bajo un modelo ‘neoliberal’. Pero en otro, no parece que ese sea el caso. Si uno atiende, por ejemplo, a los símbolos que reivindican y, alternativa-

mente, repudian quienes se toman espacios públicos, vandalizan monumentos, etcétera, verá que su rechazo no se limita al actual modelo económico y político, sino que, más bien, se extiende a lo que representa el Estado y la historia de Chile en su conjunto. Así, por ejemplo, la adopción de la bandera mapuche, el derribo de estatuas de conquistadores españoles o de héroes de la Guerra del Pacífico o la destrucción de Iglesias, pueden entenderse como una enérgica expresión de repudio a lo que todas esas personas o instituciones han hecho con Chile a lo largo de su historia. La apropiación real y simbólica de ciertos espacios públicos tiene lugar mediante el derribo o la profanación de esos símbolos ‘oficiales’, que representan a quienes han construido el Estado y las instituciones nacionales; tales símbolos son desplazados para ser reemplazados en su caso con otros símbolos que son lo otro del Estado ‘oficial’. En esos otros símbolos se adivina otra narrativa sobre la cual vivir y legitimar la organización social. En ese sentido, la violencia parece pretender desempeñar una función redentora y, con ello, impulsar cierta identidad y ciertos valores alternativos (poseídos de modo tosco, oscuro, indiferenciado, etcétera) para la sociedad y/o el Estado de Chile. Por ello, parece más apropiado entender que la violencia desatada a contar del 18 de octubre va dirigida, no tanto contra el modelo neoliberal o el gobierno (aunque también contra ellos, obviamente, aunque en un sentido accidental) como contra el Estado y sus instituciones, en tanto que productos

de ciertas injusticias históricas”. Este modelo, ¿está deslegitimado tras el movimiento estudiantil del año 2011? “Ha habido un proceso largo, pero persistente de deslegitimación, que culminó en octubre del año pasado. Diría que al menos tres factores son fundamentales. Primero, los sucesivos casos de colusión que fueron saliendo a la luz a contar del 2011. Desde entonces, el modelo comienza a ser percibido, no ya como un sistema de oportunidades, sino como un sistema que permite, o que incluso alienta, el abuso de los consumidores por parte de los más ricos. Segundo, el abandono del modelo, tanto por parte de los personeros y políticos de la ex-Concertación como por parte de la misma derecha. Es un abandono distinto, en cada caso. En el de la centro izquierda, y en gran medida como consecuencia de la derrota en la elección presidencial de 2009, se trata del progresivo repudio del modelo que, con mayor o menor convicción, había administrado por tantos años. Ese repudio pareció tanto más urgente cuanto más críticos eran los nuevos movimientos de izquierda. En el caso de la derecha, se trata más bien de una renuncia o una dejación: ese sector no supo defender el modelo en el que supuestamente creía. Quizás cundía la idea de que el modelo se defendía solo, sobre todo porque no tiene una alternativa creíble. Esto nos lleva al tercer factor, la ralentización del crecimiento económico. En la medida en que la economía pierde dinamismo, re-

sulta más difícil que la ciudadanía se identifique con el modelo, sobre todo cuando este es objeto de tantas críticas”. La violencia desde el 18 - O, ¿puede explicarse por las grandes desigualdades de la sociedad chilena? “El problema de esa explicación es que la desigualdad ha disminuido en el último tiempo. Tendría que ser, entonces, la percepción de la desigualdad, más que la desigualdad efectiva. Pero, por otro lado, quizás sea más correcto pensar que lo que molesta a las personas no es tanto la desigualdad como el hecho de que las desigualdades sean consecuencia de una injusticia. En este sentido, creo que la violencia del 18-O en adelante obedece a la idea de que la historia de Chile está jalonada por incontables y repetidas injusticias, que merecen ser resarcidas. La violencia sería una respuesta proporcional a esas injusticias históricas. Creo que la destrucción de ciertos símbolos y monumentos puede interpretarse como una prueba de ello”. ¿El plebiscito del próximo 25 de octubre es una forma adecuada para encararlo? “Espero que lo sea. No se me ocurre otra, sobre todo porque, como decía antes, hoy no parece existir consenso en la sociedad acerca de lo que cuenta como ‘violencia’. Ese desacuerdo —al que la pandemia ha quitado urgencia— es particularmente grave en una democracia, pues la democracia descansa en el diálogo y la búsqueda de acuerdos entre adversarios y contradictores políticos. Es de esperar, entonces, que el plebiscito permita recomponer las bases de la legitimidad, el diálogo y la comprensión mutua”.


6 Crónica

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Muy lejos del mundo Hugo Villar Urrutia/Fotografías: John Pallero Nieraad

Con el frescor de los escasos árboles, vuelvo a la plazuela donde mi hijo juega, observo la nueva avenida Colín, donde transitan muchos vehículos y las personas se trasladan a diversos lugares, ocultas tras sus mascarillas, sin preocuparse del pasado, tratando de sobrevivir a una injusta pandemia.

Las tardes de verano a orillas del Río Claro obligaban a la búsqueda de una aventura.

Crónica 7

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hora me acuerdo de la ciudad de Talca, de esa que se fue y nunca más regresará, trato de recordar cómo era en mi infancia y adolescencia a finales del siglo pasado, mientras estoy tirado en el pasto, en esta plaza del distópico siglo XXI, observando a mi hijo jugar en unos columpios. El viento arrastra una mascarilla olvidada por alguien. Recuerdo la precoz Villa Magisterio, una isla urbanizada lejos del centro, con sus jóvenes profesores y sus pequeños hijos, como unos colonos al sur de Talca. Las plantaciones de tomates al fondo del caserío se abrían como un vergel y las tardes de verano a orillas del río Claro, obligaban a la búsqueda de una aventura. Antes todo era más sencillo y los niños no estábamos preocupados de la tecnología, éramos felices arrancando tomates de sus matas para polvorearlos con sal y comerlos a mascadas, mientras cantábamos “Voy cruzando el río, sabes que te quiero, no hay mucho dinero, lo he pasado mal”. Luego, caminar hacia el borde del río o perdernos en el pantano, para después luchar contra los treiles. Qué agradable sensación me provoca la memoria de mi alegría infantil, cuando mi padre me invitaba a comer un rico completo en los carritos de la 4 Oriente, al costado de Las Escuelas Concentradas, o en la 5 Oriente, a veces en Ibiza, después de haber visto “Los Aristogatos” en el cine Astor. También recuerdo el terremoto de 1985, esa tarde de verano calurosa, justo a la hora de once. Se me viene a la mente el movimiento de las paredes de adobe de la casa y nosotros, todos juntos, en el fondo del patio, abrazados entre los gritos, el polvo y el movimiento telúrico. Yo, con mis casi cinco años de vida no entendía nada, estaba asustado, sentía miedo, pero en ningún momento solté mi completo casero, el cual devoraba entre lágrimas. Sigo escarbando en ese pasado que me provoca alegría y pena. Siento en mi cuerpo de adulto la emoción que vivía

cuando íbamos a buscar las fotografías reveladas en Foto Estudio Chévere, con la incertidumbre de no saber cómo salíamos en la imagen o si el rollo se había velado y se perdían todos nuestros momentos. Díganme ustedes, cómo no me voy a emocionar al recordar el Talca de finales de los ochenta, con sus calles infinitas y sus arquitecturas antiguas, con el estero Piduco, como un rayo, atravesándola, iluminada por sus faroles de luciérnagas y sus adoquines de piedra. O cuando pasábamos caminando por la 4 Oriente con 4 Sur y sentíamos en nuestras narices ese olor a chocolate proveniente de la fábrica Calaf, y quedábamos inmóviles, maravillados con lo que podía estar ocurriendo adentro, con la esperanza de que alguien saliera de la fábrica y nos regalara un Inkat o un Sunny. En tanto, en los inviernos, bebíamos el agua limpia que caía del cielo, con la boca abierta, mirando las nubes negras y los goterones en nuestros rostros de niños. Pareciera que estoy escuchando el silbido de mi abuelo, quien atendía la única ferretería de las 10 Oriente, entre 3 y 4 Sur, donde las papas quemaban y las mujeres se sentaban afuera de las casas a media tarde. Con mi madre íbamos a comprar el pan en la panadería La Flor de Talca y de vuelta, con un trozo de marraqueta tibia en mi boca, volvía a mirar nervioso a esas mujeres que me intrigaban y no entendía por qué al final del pasillo de sus casas siempre se veían luces de colores y espejos, de donde provenía una música festiva, pero triste. Tampoco entendía por qué a los hijos de esas mujeres los molestaban en los patios y en las salas de la Escuela 13, donde yo también estudiaba. Veía cómo esos niños de segundo o tercero básico se peleaban todos los días con los chicos de los cursos más grandes. Reconocía sus rostros cuando estaban sentados en las veredas, juntos a sus madres, y me quedaba con el salu-

do sin respuesta, pues quizás por vergüenza me ignoraban. Qué bonito recuerdo se me viene a la memoria cuando en 1993 presencié la final de fútbol entre Rangers y Cobresal. El rojinegro goleó 3 a 1 a los nortinos, quedándose con el campeonato de segunda división, entre abrazos, fuegos artificiales y eucaliptus alegres. Con el frescor de los escasos árboles, vuelvo a la plazuela donde mi hijo juega, observo la nueva avenida Colín, donde transitan muchos vehículos y las personas se trasladan a diversos lugares, ocultas tras sus mascarillas, sin preocuparse del pasado, tratando de sobrevivir a una injusta pandemia. De nuevo me voy al pasado, a los domingos reunidos frente a la TV de 21 pulgadas, cuando vibrábamos con cada capítulo del Acompáñeme, con el Pollo Fuentes alentando a un ilusionado concursante dentro del “Ciclón Millonario”, soñando estar dentro de ese torbellino de billetes de cinco y diez mil pesos, lograr sacarlos por la ranura y arreglar los problemas económicos que aquejaban a la familia. Cómo no me voy a acordar, recostado en esta plaza del sector La Florida, mirando el cielo, de la antigua avenida Colín, con su hermosa arboleda y sus modernos supermercados, Megamarket Fiesta e Hipersur, cuando en esa época era un panorama ir a comprar el pedido del mes junto a nuestros padres, siempre a la espera de alguna degustación o algún concurso. Y mientras se me vienen todos estos recuerdos a la cabeza, entre imágenes fugaces, observo a mi hijo de 4 años jugando distraído y pienso en lo que él recordará cuando sea un adulto como yo. Tal vez se tire en el pasto de esta misma plaza del futuro a observar las nubes, el cielo, ojalá más azul que ahora, y recuerde su infancia. Espero que sus recuerdos sean tan buenos como los míos y se emocione hasta las lágrimas, como me suele pasar, por la nostalgia de ese niño que fui y nunca más volveré a ser.

Caminar hacia el borde del río o perdernos en el pantano, para después luchar contra los treiles.


8 La máquina del tiempo/1951-1960

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Tardes de cine en el Palet Jorge Valderrama Gutiérrez

Póster de una película de época: Rebelde sin causa (1955), protagonizada por James Dean y Natalie Wood, con la dirección de Nicholas Ray.

Frontis del Cine Palet. Ubicado en el sector céntrico de Talca -1 Sur esquina 2 Oriente-, poseía tres niveles: Platea, para la gente acomodada; Balcón o Platea Alta, para la clase media; y Galería, para las personas más pobres.

Actrices Vivien Leigh, en el papel de Scarlet O’Hara en Lo que el Viento se llevó (realizada en 1939); Marilyn Monroe, recordada por su belleza y actuaciones; y el actor Audie Murphy, protagonista de numerosos films de acción.

Portadas de revistas de época: Cascabel, Pimpinela (del libro Cómics en Chile, de Moisés Hasson) y Selecciones Escolares Chilenas.


Domingo 16 de agosto de 2020

La máquina del tiempo/1951-1960

Cuando en el mundo comenzaba la Conquista del Espacio y la Guerra Fría, en Talca, sus habitantes acudían al Cine Palet, al Teatro Oriente y al lujoso Teatro Municipal a disfrutar de la diversificación cinematográfica y artística, con todo su universo de astros, modelos y pósters entintados

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inicios de 1951 el mundo comenzaba a dejar atrás la Segunda Guerra Mundial, creyendo ilusoriamente que se consolidaría una paz durable y reposada. Y en este lejano rincón del planeta los vecinos de Talca y sus alrededores recreaban sus momentos de ocio yendo a los cines y teatros que ofrecían una variada y multifacética cartelera. No obstante, la paz que la humanidad anhelaba estaba lejos de alcanzarse, lo que la cinematografía, la radio, la literatura, el teatro y los musicales de entonces enfatizaban con sus naturales sesgos, según la ideología predominante. De esa manera, los conflictos armados continuaron su secuela de muerte y destrucción, aunque a menor escala. En ese escenario se inició la Carrera Espacial y la Guerra Fría, que enfrentó a las dos superpotencias por la supremacía del planeta: a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas -URSS- con su régimen socialista, y a Estados Unidos del bloque capitalista. Fue un conflicto no armado, carente de enfrentamientos bélicos directos, que involucró a países bajo su dominio político e ideológico (como Corea y Vietnam). Aquella dicotomía que buscó superar a su oponente con todos los medios necesarios existentes en la época, abarcó el ámbito social, tecnológico, territorial, político, deportivo, económico, científico, informativo y militar, prolongándose hasta la disolución de la Unión Soviética en 1991. INOLVIDABLES DÍAS DE CINE En aquel entonces los vecinos de Talca disfrutaban de sus momentos de ocio y esparcimiento yendo al Cine Palet -construido en 1915- a deleitarse con las películas del oeste norteamericano, donde su principal ídolo era el actor Audie Murphy, héroe de la Segunda Guerra Mundial que protagonizó numerosos films de acción, entre los que se mencionan: Más allá de la Gloria (1948); Muchacho Malo (1949); Sierra (1950); De Regreso al Infierno (1955); Aléjate del Diablo (1955); Cimarrón Kid (1951); Insignia Roja de Valor (1951), y muchas más. Pero no fue el único, pues habían otros actores consagrados, como Gary Grant, Burt Lancaster, Randolph Scott, Humphrey Bogart, Peter Sellers, John Wayne, Charlton Heston, James Dean, además de las actrices Audrey Hepburn, Vivien Leigh, Gina Lollobrigida, Doris Day, Kim Novak, Marilyn Monroe, Ingrid Berman, Grace Kelly, Sara Montiel, Betty Davis, y una larga lista. Se debe recordar que el Teatro Oriente se había inaugurado en 1947, en pleno corazón del bravo Barrio Matadero, a través del visionario proyecto de la Empresa Ibarra y Compañía de Santiago, generando una intensa actividad laboral y causando gran expectación en la población del vasto sector oriente de la ciudad. Hacia mediados de ese año tuvo lugar la prueba de máquinas y la primera proyección de cine en la flamante sala. Y hacia 1951 en su entrada se ubicaban las típicas vendedoras de pan con pernil, ají y huevos duros, amén de sopaipillas en invierno. El edificio, de Estilo Clásico, albergó al popular teatro-cine, satisfaciendo en gran medida el apetito cinéfilo de un público diferente al del área céntrica de la ciudad. Ese dispar gusto se expre-

só con fuerza en la preferencia masificada por la vasta producción cinematográfica del cine mexicano (curiosamente, las películas de Cantinflas eran distribuidas por una compañía que tenía contrato de exclusividad con el Teatro Palet y no llegaron, salvo por excepción, a ese teatro), gusto que elevó a la categoría de obras de arte a varias de las películas exhibidas en los primeros tiempos de cine, como Allá en el Rancho Grande, un clásico del cine azteca. Entre los astros aztecas se mencionan a Jorge Negrete, Tito Guizar, Pedro Infante, los hermanos Luis y Antonio Aguilar, Miguel Aceves Mejías y Pedro Vargas, ídolos que identificaron plenamente a la gente del Talca de antaño. Asimismo, la cartelera del Cine Palet rebosó de títulos: La Reina de África, dirigida por John Houston, 1951; Un Tranvía Llamado Deseo, del director Elia Kazan, 1952; Cantando Bajo la Lluvia, de Stanley Donen y Gene Kelly, 1952; Vacaciones en Roma, dirigida por William Wyler, 1953; Los Siete Samuráis, de Akira Kurosawa, 1954; La Ventana Indiscreta, del brillante Alfred Hitchcock, 1954; Rebelde sin Causa, con la actuación de James Dean - el Niño Rebelde de Hollywood y de la década- y la dirección de Nicolás Ray, 1955; Gigante, de George Stevens, 1956; El Puente sobre el Río Kwai, dirigida por David Lean, 1957; El Séptimo Sello, de Ingmar Bergman, 1957; Vértigo, Alfred Hitchcock, 1958; La Gata Sobre el Tejado de Zinc, por Richard Brooks, 1958; Ben-Hur, con la actuación central de Charlton Heston y la dirección de William Wyler, 1959; El bolero de Raquel, con la actuación de Mario Moreno “Cantinflas” y Flor Silvestre, 1957… verdaderas joyas del Séptimo Arte. El flamante Teatro Municipal -inaugurado en agosto de 1874-, en tanto, se caracterizó por presentar creaciones europeas, francesas e italianas fundamentalmente, con los actores Alain Delon, Jean Paul Belmondo, Marcello Mastroianni, Sofía Loren, y a directores como Ingmar Bergman y Roman Polansky, entre otros. REVISTAS Y CÓMICS Los kioscos talquinos exhibían las portadas de El Peneca (1908); Pirulete (1952), revista que se editó en Barcelona -España- y que narraba las desventuras de un español radicado en Chile; Barrabases (1954), revista deportiva infantil creada por el genio de su autor y editor: Guido Vallejos; Condorito (1955), el personaje de historieta más popular y “longevo” que se comenzó a publicar en las páginas de revista Okey en 1949; Ventarrón (1955), la primera revista hecha completamente en Chile; Cascabel (1957), un precario cómic book en forma seriada o de folletín; Pimpinela (1958), revista juvenil de publicación quincenal en formato tabloide; Pandilla (1959), revista infantil que aglutinó historietas, caricaturas y cuentos; y Selecciones Escolares Chilenas (1960), edición para Chile de la creación homónima argentina, cuyo Copyright perteneció a una editorial italiana. Y, por supuesto, los cómics Historietas de Walt Disney y Cuentos de Walt Disney que llegaban desde México, entre otras… Tiempos mágicos para el cine, las revistas, los cómics y un auditorio volatizado.

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P.D. James: centenario de la reina del crimen y el misterio EFE/Andrés Ballesteros/et

Manuel Noriega/EFE

Este año se cumple el centenario del nacimiento de la escritora Phyllis Dorothy James White, reconocida como una de las grandes plumas de la novela negra. Su obra “Children of men”, de 1992, fue llevada al cine bajo la dirección del mexicano Alfonso Cuarón y con un reparto que incluía a Clive Owen, Julianne More, Clare–Hope Ashitey y Michael Cane, entre otros. La cinta fue nominada al Óscar en 2006.

Considerada la Reina del crimen literario y merecedora de prestigiosos premios, la escritora británica P.D. James en una visita a Madrid.

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urante años, P.D. James se labró a golpe de palabra un título que hoy, 100 años después de su nacimiento y seis tras su muerte, sigue ostentando: el de reina del crimen y el misterio. El de la gran dama de la novela negra. Las historias a las que dio vida se vendieron por millones, llenaron estanterías y fueron adaptadas al cine y a la televisión. Entre sus obras más conocidas están “Children of men”, llevada a la gran pantalla bajo la dirección de Alfonso Cuarón; “Death comes to Pemberley” o “The murder Room”. DE VOCACIÓN, LAS LETRAS P.D. James, siglas que comprimían su nombre, Phyllis Dorothy James White, nació el tres de agosto de 1920, en Oxford, la ciudad inglesa mundialmente conocida por su universidad, en la que murió a los 94 años, en 2014. Su padre era funcionario de la Agencia Tributaria del país y el matrimonio, según la BBC, no fue precisamente feliz. Su madre fue ingresada en un hospital psiquiátrico cuando James apenas había entrado en la adolescencia y a los 14 años tuvo que hacerse cargo de la casa y de sus hermanos. La escritora acudió a la escuela Cambridge Girl’s High School, pero no pudo continuar con sus estudios e ingresar en la universidad por la situación económica de la familia. Para poder ayudar en casa, James dejó la escuela a los 16 años y pronto se empleó en una oficina de impuestos. Más tarde ejerció como asistente del director de escena en el Cambridge Festival Theatre. Desde sus días de colegiala, James ambicionaba convertirse en una escritora profesional. Su vocación estaba entre historias, papel y pluma. La escritora contó a The Paris Review que creía que nació sabiendo que sería escritora. “Desde temprana edad le contaba historias imaginativas a mis hermanos y hermanas menores. Vivía en el mundo de la imaginación e hice algo que otros escritores me dijeron que hicieron cuando eran niños: me describí internamente en tercera persona”, dijo. Con 21 años contrajo matrimonio con un estudiante de medicina que, algún tiempo después, se enroló en el cuerpo médico de la Armada británica. Fue enviado al extranjero y, cuando regresó, le diagnosticaron esquizofrenia.


Letras

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EFE/Juan Herrero

EFE/Henning Kaiser

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El realizador mexicano Alfonso Cuarón (i), posa junto al actor Clive Owen (d), en San Sebastián tras presentar su película “Children of men”. EFE/ Claudio Onorati

Fotografía de marzo de 2014 que muestra a la escritora británica Phyllis Dorothy James durante una lectura de su libro “La muerte llega a Pemberley”, en el festival literario LitCologne, en Colonia, Alemania.

En aquel entonces, y por segunda vez en su corta vida, James tuvo que ver cómo un miembro de su familia era ingresado en una institución para enfermos mentales. De nuevo tuvo que echarse a la familia sobre sus hombros y sacar a sus dos hijas adelante, esta vez en solitario. A pesar de que el impulso de la autora que llevaba dentro seguía intacto, los acontecimientos la alejaban de la posibilidad de escribir a tiempo completo. Entre 1949 y 1968 fue administradora del Servicio Nacional de Salud y ese mismo año se incorporó como funcionaria al Ministerio del Interior, donde estuvo hasta 1979, y trabajó para el departamento de Policía. EL TIEMPO PARA ESCRIBIR “Me di cuenta de que nunca sería un momento conveniente para comenzar esa primera novela”, dijo en 1997 a un periodista según recoge la BBC. “Si no encontraba tiempo, no encontraba la motivación, habría sido una escritora fallida y eso sería absolutamente terrible”. Así, tras llevar un tiempo compaginando su trabajo ofi-

La escritora acudió a la escuela Cambridge Girl’s High School, pero no pudo continuar con sus estudios e ingresar a la universidad por la situación económica de la familia. Para poder ayudar en casa, James dejó la escuela a los 16 años.

cial con las palabras, en 1962 publicó su primer libro, “Cover her face”. En esa primera novela, James presentó a su protagonista estrella: el inspector, y poeta, de Scotland Yard, Adam Dalgliesh. Este personaje protagonizó otros títulos como “A mind to murder”, “Unnatural causes”, “Shroud for Nightingale”, “The black tower” y “A taste for death”, entre otros, hasta

La actriz inglesa Claire-Hope Ashitey (d) y el director mexicano Alfonso Cuarón (i) posan en la presentación de la película “Children of men” en el Festival de Cine de Venecia.

“The private patiente”, en 2008. Sus trabajos, tanto en el departamento de Policía como en el Servicio Nacional de Salud le sirvieron de inspiración para el desarrollo de sus historias. También dio vida a una detective mujer, Cordelia Gray, y la convirtió en una de las primeras detectives privadas de la ficción moderna. Gray protagonizó solo dos libros. Según publicó The Guardian, James abandonó el personaje después de que en la versión televisiva se quedase embarazada y se diese cuenta de que su personaje “se había ido”. El estilo de James, calificado de tenso y absorbente, caló en la editorial Farber & Farber, la casa que publicó todos sus libros en Reino Unido. En la década de los ochenta su carrera dio el salto internacional: “Al comienzo de la semana era relativamente pobre y al final de la semana, no lo era”, dijo, según el medio inglés. Una de las novelas por las que es más reconocida no tiene nada que

ver con el mundo policial. “Children of men”, publicado en 1992, y en ella se describe un futuro distópico en el que los seres humanos han perdido la capacidad de reproducirse y está en juego la supervivencia de la especie. Esta historia fue llevada al cine bajo la dirección del mexicano Alfonso Cuarón y con un reparto que incluía a Clive Owen, Julianne More, Clare– Hope Ashitey y Michael Cane, entre otros. La cinta fue nominada al Óscar en 2006. El último libro de sus libros que vio la luz fue “Death comes to Pemberly”, en 2011, una suerte de secuela de “Pride and prejudice”, con un giro criminal y negro, de Jane Austen, autora a la que admiraba. “Lo tuve en mente durante bastante tiempo”, dijo a The Guardian en 2011, “y después de terminar ‘The private Patiente’ vi que tenía la oportunidad de darme ese capricho. Quería combinar mis dos entusiasmos: escribir ficción de detectives y leer a Jane Austen”.


12 Cine

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Huyendo de tu hogar David Lizana Barros

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adie puede discutir que migrar es un derecho humano, más cuando detrás está la supervivencia a guerras, cambios climáticos o conflictos religiosos. Un fenómeno social que provoca en la actualidad que más de 65 millones de personas dejen sus lugares de origen para tratar de probar suerte, alcanzar tranquilidad y felicidad. Detrás de “Marea humana”, que puede verse en Prime Video, está Ai Weiwei, destacado artista chino, célebre disidente del régimen comunista, incluso hoy en pandemia. Wei, con su equipo técnico, recorrió 23 países y casi 40 campos de refugiados de todo el mundo para observar a migrantes de todo el planeta, un abanico de interesantes miradas e impresionantes imágenes de los riesgos que corren los refugiados con sus pequeños hijos

“Marea Humana” es un emotivo documental que recorre 23 países y 40 campos de refugiados en el mundo para brindar una mirada cruda en torno a la migración, fenómeno que en la actualidad ha sido mayor que los ocurridos en las guerras mundiales. y mujeres para arrancar de su hogar que es víctima de la barbarie del hombre. Durante más de dos horas vemos mucho material audiovisual, muy bien documentado, como un campo de refugiados provisional en las afueras de Calais, Francia; la frontera de Estados Unidos y México; y la controversia sobre la política de “puertas abiertas” de Alemania. El director a menudo usa drones para

obtener impresionantes vistas aéreas, mostrándonos ríos de personas marchando hacia destinos nebulosos Las imágenes, más que las palabras, asumen la tarea de remover conciencias sobre esta tragedia global, que incluso nos atañe a nosotros como país. “Human Flow”, o “Marea humana”, posee imágenes en movimiento puras y muy desgarradoras. Hay una en particular que me conmovió. Un ciudadano de África observa, en un

improvisado cementerio, las tumbas de quienes no pudieron llegar al naufragar su precaria embarcación, incluida su familia, y pide clemencia de este mundo. Ai Weiwei, como buen artista, incorpora capítulos con breves líneas de poesía. Nos encontramos, además de refugiados y migrantes, con trabajadores humanitarios, activistas, académicos o políticos, quienes han dedicado sus vidas a ayudar. Como indica el documental, cae el muro de Berlín, pero nacen más de 70 muros en todo el mundo para intentar controlar esta migración descontrolada que trastoca desde naciones desarrolladas a otras no tanto, que deben asumir este tremendo mar de personas. La recomiendo de todas maneras. Nos puede ayudar a ser un poco más empático con esta cruda realidad.


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