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UN PARÁCLITO PARA ENTRAR EN EL MISTERIO DEL AMOR…
Este Evangelio recoge una de las cinco palabras de envío del Espíritu Santo que el Evangelista Juan pone en labios de Jesús en los discursos que anteceden al relato de la Pascua. Lo primero que habría que hacer para entrar en la interpretación de este pasaje es mirar las coordenadas que estructuran este pasaje que se presenta en forma de una inclusión simétrica:
Comienza y termina con la mención del Agape, del vínculo de amor, en donde se fundamenta el anuncio que va a realizarse: la recomendación a cumplir los mandamientos del Maestro, como exigencia, respuesta y prueba del amor que une a los discípulos con Jesús; en ambos versículos, el cumplimiento de los mandamientos aparece inmediatamente ligado a la relación de permanencia en el amor que une a Cristo con el Padre y con la comunidad de discípulos, la Iglesia.
En el centro del discurso, la promesa: no los dejaré desamparados, no los dejaré huérfanos; promesa que tiene su sustento en el anuncio, que conlleva a su vez una segunda promesa: el Padre le dará otro Paráclito, el Espíritu de la Verdad…
La primera pregunta que el texto nos puede suscitar, en una lectura superficial, es la siguiente: ¿Está condicionando Jesús el amor que Él nos tiene y que nos tiene el Padre, a la práctica de los mandamientos por parte nuestra?
Nada más lejano al espíritu del texto que interpretar la práctica de los mandamientos como una condición previa, que nos haga merecedores del amor de Dios; Sin embargo, no basta con decir: yo creo en Jesús, ese creer en Él, ha de ir seguido con un creerle a Él, creerle cuando nos dice que efectivamente su actuar, íntimamente conectado con sus palabras, es el camino certero y fiel que nos conduce tras sus huellas a la Vida; para tomar la decisión de ponernos en camino por su misma senda.
La segunda pregunta apunta al significado del término “Paráclito” y por qué el Evangelista nos habla de un otro Paráclito, (si habla de otro, es que ya considera que existe uno primero).
Paráclito es una palabra griega de amplia traducción, sustantivo verbal del verbo para-kaleo; literalmente podría traducirse como el que habla en lugar de, o a favor de alguien, o bien, el que sale a dar la cara por uno, o nos consuela con su cercanía; la figura que lo podría representar es la de alguien, que poniéndose al lado nuestro, nos cobija con su abrazo, y alza la voz en nuestra defensa; de aquí las traducciones posibles: Abogado, Defensor, Consolador, Contenedor, etc., la esperanza puesta en alguien que se empeñe en esta tarea, va más allá de este texto del Nuevo Testamento, hunde profundamente sus raíces en el Antiguo.
En el pueblo de Israel desde el tiempo de los profetas comienza a aparecer una misteriosa figura que ilumina el esperar del pueblo, el esperar de los pobres, se trata del Go-él. En su origen, el Go-él designaba a aquel pariente poderoso, que sale a la defensa del honor de la familia, aquel que puede vengar las afrentas hecha a los más débiles de la tribu familiar, afrentas que, golpeando al más débil, deshonraban a la tribu entera. La pregunta que surge en esa época es: ¿Y para los pobres, para los desheredados, para los huérfanos, para las viudas, para los despreciados, para el exiliado en tierra extraña, ¿quién será el Go-él?, ¿Quién sale a su defensa?
¿Quién los protege y venga sus humillaciones?
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¿Quién restaña sus heridas? ¿Quién los consuela?
La respuesta contundente de los profetas será: Dios mismo. El Go-él comienza a ser así una figura para el anuncio del Mesías, del Redentor: los pobres no tienen en la economía del mundo quien los defienda, Dios mismo entonces es y habrá de ser su Go-él; “El auxilio me viene del Señor”, cantará el salmo 120; “Sé que Mi Defensor vive, y que Él al final triunfará”, gritará Job en medio de la angustia extrema (Jb 19, 25).
La promesa del otro Paráclito, en Juan, se hará eco de esta tradición: hemos visto ya el cumplimiento de la promesa en Jesús, Él es el primero, el Redentor, el primer y principal intercesor de la humanidad ante el Padre; y esta acción redentora, ha de seguir poniéndose de manifiesto en el misterio de su presencia en la Iglesia; el Espíritu Santo, será así el Otro, el que nos abra los ojos para seguir contemplando a Cristo en el misterio, el que nos abra el corazón para seguir sintiendo su presencia viva en nosotros; el que nos manifieste con fidelidad, porque es el Espíritu de la Verdad.
Recordemos en este punto que la Alétheia, la Verdad, para el pueblo de Israel, el primer destinatario de las palabras de Jesús, no es tanto des-velamiento (a-letheia), de aquello oculto que tenemos y que podemos descubrir y poner de manifiesto a la luz de la razón, naturalmente capacitada para este efecto, sino Revelación, aquello que escucho con oído atento y fiel, porque sé que viene de la boca y del corazón de alguien que no quiere ni puede decir mentiras, la Verdad es ‘Emunah: Fidelidad, que se construye en la relación entre uno que siempre es fiel, y otro, que aprende a ser fiel en la constante compañía del primero, que aprende a confiar en la voz, que aprende a ejercitarse en el creer.
El Espíritu Santo es el Espíritu de la Verdad, porque no es otra cosa sino ese vínculo dinámico, intenso soplo del amor, del Agape, que circula en todas las direcciones en el seno del Dios Uno y Trino, y desde Él: que se efunde del seno del Padre, que se infunde todo entero para dar plenitud de vida al Hijo, y se difunde sobre la creación, sobre la íntegra obra del Dios de amor, a través de los innumerables cauces, por los que fluye la Iglesia, que ha nacido y acoge esta corriente de amor incontenible, para inundar de vida al mundo.
Y la Verdad, que nos viene a revelar, capacitándonos para acogerla y comprenderla, es que Cristo no se cansa de ser fiel a la Iglesia; que es Él mismo -por medio de Su Espíritu- el que nos abre los labios y nos pone las palabras precisas en la boca para proclamar la obra de Dios en medio nuestro, para dar razón de nuestra esperanza a quien nos la pida, para anunciar la buena noticia de la salvación a todos los pueblos; y nos da la inteligencia que precisamos para comprender que las exigencias de seguimiento que nos propone Jesús, sus mandamientos, no son una carga adicional, una suerte de impuesto agregado a su llamada de amor, sino, la expresión y el camino que conduce y que nos sumerge en ese amor que anima la vida misma Dios, que nos hace entrever, anhelar y finalmente participar del misterio de la Trinidad.
Cristo no ha dejado huérfano al Pueblo de Dios, su presencia permanece viva entre nosotros, y es el Espíritu Santo el que nos permite entrar en comunión con esa presencia, reconocerla en los sacramentos, reconocerlo en la fracción del pan, descubrirlo incluso en estos tiempos de Pandemia, en donde todo parece trastocado, en donde todo parece inestable o amenazante, caminando en medio de los que sufren, y en medio de los que trabajan arduamente para seguir anunciando al mundo la esperanza.
Ley de Riego
La Sala del Senado aprobó en particular la propuesta legal que apunta a contribuir a la seguridad hídrica y eficiencia en el uso del agua, además de permitir a mejoramiento continuo del sistema de riego.
Durante el análisis del proyecto los senadores destacaron el aporte que implica aplicar tecnología en momentos de escasez hídrica a fin de mejorar la eficiencia en el uso del agua. Del mismo modo, valoraron la focalización de las bonificaciones pues la ide es entregar el beneficio a la pequeña y mediana agricultura, facilitando las postulaciones en casos de emergencias agrícolas, escasez hídrica o situaciones de catástrofe.
Asimismo, pusieron énfasis en el uso sustentable del agua, avanzar hacia la eficiencia hídrica, trabajar con el ordenamiento territorial y gestión de cuencas.
Además, señalaron que una política nacional de riego es fundamental para la eficiencia hídrica y asegurar la política alimentaria. En tal sentido, valoraron que los puntajes para los concursos puedan verse asociados a si se trata de un cultivo tradicional que es la canasta básica.
Los senadores relevaron que con la iniciativa no solo se busca mejorar la eficiencia hídrica sino que también se permite el desarrollo de los distintos sectores agrícolas y resguardar los pozos de las APR (Agua Potable Rural).
¿Un hogar de ancianos o el hogar propio?
Cuando un país envejece a la velocidad que lo hace Chile, es natural que veamos el fenómeno del que esta semana ha dado cuenta la prensa: el cierre o la crisis de muchos establecimientos de larga estadía para adultos mayores (ELEAM).
Hay mucha demanda, poca oferta y el servicio se vuelve cada vez más caro.
Los mal llamados “hogares de ancianos”, a medida que sus residentes siguen envejeciendo y deteriorándose en términos de salud física y mental, deben ser dispositivos residenciales, altamente especializados. Se transforman por la fuerza de los hechos en programas de carácter clínico más que sociosanitario, pero, sin el financiamiento estatal necesario, no hay presupuesto que aguante.
Son muchos los gastos que involucra el deterioro por edad avanzada. Un ejemplo que he usado otras veces: el Hogar de Cristo es uno de los mayores consumidores de pañales para adultos del país, lo que es una medida de nuestra “modernidad” como sociedad. En Japón, país súper desarrollado con una de las poblaciones más longevas del mundo, la industria de este producto supera por lejos a la de los pañales para guaguas.
Cuando estos establecimientos no cuentan con presupuesto, que es lo que pasa con muchos, terminan siendo precarias estaciones terminales. Lugares de confinamiento, alejados de la comunidad. Con ocasión de la pandemia, vimos con asombro el número de muertes en residencias de adultos mayores de países mucho más desarrollados que el nuestro. España e Italia aún no se reponen del impacto que provocó el COVID-19 en esas residencias donde murieron en abandono y soledad miles de personas mayores.
En este escenario, Hogar de Cristo ha reorientado su estrategia social, siguiendo la tendencia mundial a la desinstitucionalización en el abordaje de la infancia vulnerada, la discapacidad mental y sobre todo el envejecimiento. Hoy debemos privilegiar intervenciones mixtas y flexibles que combinen lo residencial de corta estadía con lo
INTEGRA ES UNA OPCIÓN POR LA EDUCACIÓN PARA NIÑOS POBRES
La Vicepresidenta Provincial de la Fundación INTEGRA de Linares, Gladys Garrido de Espinoza, señaló que “INTEGRA es una opción por la educación para los niños de escasos recursos del país”. Añadió que “se trata de lograr que estos pequeños lleguen a la enseñanza básica en las mismas condiciones que los niños de Chile, con el mejor nivel económico”, recordando que INTEGRA, que preside a nivel nacional la Primera Dama Leonor Oyarzún de Aylwin, presta atención a menores entre dos y cinco años, otorgándoles educación y alimentación adecuada.
Promulgar N Ley De Fomento Al Libro Y La Lectura
Quedó listo para ser promulgado por el Presidente de la República, el proyecto para una Ley de Fomento al Libro y la Lectura. Al respecto el Ministro de Educación Jorge Arrate, expresó su satisfacción por el proyecto al cual calificó como de ‘una Ley Histórica’, por cuanto su promulgación también requerirá de un tratamiento diferente, por lo que verán con el Jefe del Estado la forma que tendrá, probablemente una ceremonia especial de todos los sectores interesados. El Consejo administrará un fondo con cuyos recursos se financiarán los proyectos.
Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo
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ambulatorio, lo domiciliario y lo comunitario, y estén bien enraizadas en los territorios. Con perspectiva de género, además, porque las mujeres viven más que los hombres y son más pobres, lo que se acentúa con la vejez. Y poniendo siempre a la persona al centro, reconociendo su capacidad de agencia y su derecho a vivir incluida.
Todo eso caracteriza a los programas de atención domiciliaria (nuestros PADAM), un dispositivo flexible, ágil, que apoya a los adultos mayores en sus domicilios, así como a sus cuidadores, que normalmente son mujeres, también de edad avanzada. Estos programas identifican a las personas más frágiles de los territorios y las vinculan con las redes sociales de asistencia sanitaria, legal, psicológica. Las apoyan y acompañan en sus casas, retardando su ingreso a residencias especializadas o, si fuera el caso, prestando cuidados paliativos en el propio domicilio.
La mejor manera de imaginar la solución a la crisis de las residencias para mayores es preguntarse, dónde preferiría pasar la última etapa de mi trayecto existencial. ¿Lo conocido y familiar del hogar de siempre o una residencia sanitaria, clínica y ajena? En el primero, en un PADAM, respondo yo. Y mi opción empieza a ser confirmada por el impulso que les están dando los gobiernos regionales otorgando financiamiento para crear nuevos o ampliar los ya existentes. Esto demuestra que los PADAM son una respuesta adecuada y ágil para este Chile que envejece.
Vuelo De 22 Rbitas Alrededor De La Tierra Se Realizar Hoy
Si no hubiere impedimentos de última hora, en Cabo Cañaveral Gordon Cooper intentará hoy volar 22 veces alrededor de la tierra, aumentando la hazaña del primer grupo de pilotos de las tres astronaves de los Estados Unidos que también volaron en órbita alrededor de la Tierra: John Glenn, Scott Carpenter y Walter Schírra. Propósito del vuelo – Obtener información sobre los efectos de la falta de gravedad prolongada sobre el comportamiento de la astronave y la actuación del piloto; determinar el límite de alcance visual en el espacio.
Rotary Rendir Homenaje A La Escuela De Artiller A
En la vitrina de Calzados Soteras de Independencia 444 se está exhibiendo desde ayer un busto en bronce que Rotary Club de Linares entregará a la ciudad como un homenaje al padre de la patria y al pueblo de Linares. Se trata de un busto fundido en los talleres de la Armada Nacional y que fue conseguido gracias a la intervención del presidente de Rotary, don Héctor Taricco Salazar, que hiciera sus estudios en la Escuela Naval de Valparaíso y más tarde oficial de la Armada por algunos años. La ubicación del busto estará de acuerdo con el pensamiento de las autoridades.
El Evangelio de hoy continúa con el discurso de Jesucristo a sus Após- toles durante la Última Cena. Y en sus palabras el Señor nos indica los requerimientos del Amor de Dios y también la recompensa para aquéllos que cumplan estos requerimientos. Sabemos que Dios es infinitamente generoso en su Amor hacia nosotros sus creaturas. Pero también es exigente al reque- rir nuestro amor hacia Él. Si no, ¿qué significan estas palabras del Señor? “El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama... El que no me ama, no guarda mis palabras... Si me aman, cumplirán mis mandamientos.” (Jn 14, 15-24). Aquí Jesús nos está mostrando, no solamente las exigencias del Amor de Dios, sino también nos está indicando algo que es esencial en el amor: quien ama complace al ser amado.
1.- Y ¿qué es complacer a quien se ama? Complacer no significa mimar, ni consentir, ni aceptar conductas censurables. Complacer es tratar de hacer en todo momento lo que le cause contento y agrado. Dios nos ama con un Amor infinito -sin límites-, con un Amor perfecto -sin defectos- ... porque Dios es, la fuente de todo amor, es cierto. Pero aún más que eso: Dios es el Amor mismo (cfr. 1 Jn 4, 8).
Amar a Dios es complacerlo en todo: en cumplir sus mandamientos, en aceptar su Voluntad, en hacer lo que creemos que nos pide. “El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama... El que no me ama, no guarda mis palabras”. Amar a Dios es, entonces, amarlo sobre todas las personas y sobre todas las cosas; amarlo a Él, primero que nadie y primero que todo... y amarlo con todo el corazón y con toda el alma.
2.- En este pasaje del Evangelio de San Juan, Jesús nos dice cuál es nues- tra recompensa por amar a Dios, como Él lo merece y como Él lo requiere. Esa recompensa es ¡nada menos! que Él mismo: “Al que me ama a Mí, lo amará mi Padre; Yo también lo amaré y me manifestaré a él... y vendremos a él y haremos nuestra morada en él” (Jn 14, 21-24). Pero... si observamos bien nuestra actualidad: los hombres y mujeres de hoy ponemos nuestra confianza y nuestra admiración en los poderosos, en los artistas, en los modelos de belleza, en las estrellas deportivas, etc. Podríamos decir que nos identificamos con ellos, les damos todo nuestro aprecio -inclusive nuestro amor- llegando a imitar sus maneras de ser, siguiendo sus recomendaciones, etc.
Pero... pensemos bien... ¿Nos llaman la atención los poderosos, las estrellas deportivas? … ¿qué mayor Poder que el de Dios, fuente de todo poder? ¿Nos gusta la belleza? … ¿qué mayor Belleza que la de Dios, fuente de toda belleza? ¿Nos atraen los que hacen algo bueno por la humanidad? … ¿qué mayor Bondad que la de Dios, fuente de todo bien? En fin, ¿quién es más merecedor de nuestro amor, de nuestra confianza, de nuestra admiración, de nuestra voluntad, que Dios?
3.- Los hombres y mujeres de hoy hemos sido absorbidos por las cosas del mundo: poder, dinero, riquezas, placeres, frivolidades, vicios, pecados, conductas erradas, apegos inconvenientes, etc. Unos más, otros menos, todos estamos sumergidos en un mundo muy alejado de los valores eternos, muy desprendido de las cosas de Dios, muy desapegado de lo que realmente es valedero y duradero. Y corremos el riesgo de no poder recibir esa recompensa que Cristo nos ofrece, que es Él mismo. “El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce” (Jn 14, 16-17). Se refiere al Espíritu Santo -es decir, el Espíritu del Padre y del Hijo- que Él nos envía para estar siempre con nosotros, para enseñarnos la Verdad, para recordarnos todo lo que debemos saber. En efecto, al estar nosotros sumergidos en lo que el Señor llama “mundo”, es decir, todos esos apegos frívolos, vacíos, insignificantes, intrascendentes, negativos, no podemos percibir al Espíritu Santo. Sólo pueden percibirlo aquéllos que aman a Dios, aquéllos que tienen a Dios de primero en sus vidas, aquéllos que buscan hacer la Voluntad de Dios, aquéllos que buscan complacer a Dios en todo. Si no es así, se permanece ciego al Espíritu Santo, no se siente su suave brisa, no se perciben sus gentiles inspiraciones.
4.- En la Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles (Hech 8, 5-8, 14-17), vemos la importancia que se daba al comienzo de la Iglesia, que los cristianos recibieran el Espíritu Santo. Fijémonos que Pedro y Juan se trasladan desde Jerusalén a Samaria, para que aquéllos que recientemente habían aceptado la Palabra de Dios, recibieran también el Espíritu Santo. Vemos que en esta Lectura se nos dice con cierta preocupación que esos nuevos cristianos “solamente habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús, pero no habían recibido aún al Espíritu Santo”, comentario que nos hace volver a aquellas palabras de Jesús a Nicodemo: “Quien no renace del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el Reino de Dios” (Jn 3, 5). Significa esto que no basta que seamos bautizados y que creamos en la Palabra de Dios. Necesitamos, además, recibir el Espíritu Santo.
5.- Él es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Él es el Espíritu del Padre y el Espíritu de Jesús. Él es la promesa que Jesús hizo solemnemente a sus Apóstoles antes de morir y antes de partir de este mundo. Veamos, entonces, qué nos dice el Señor hoy. Nos dice que para recibir al Espíritu Santo, tenemos que creer en Dios y tenemos que cumplir sus Mandamientos; pero, además, tenemos que distanciarnos de las cosas del mundo, pues si permanecemos atados al mundo, nos quedamos ciegos: no podemos ni ver, ni conocer al Espíritu Santo. Así nos dice el Señor: “El mundo no puede recibir el Espíritu Santo, porque no lo ve ni lo conoce. En cambio, ustedes (los que hacen mi Voluntad, los que cumplen mis Mandamientos) sí lo conocen, porque habita entre ustedes y estará en ustedes” (Jn 14, 15-18). Por eso, Dios nos sigue interpelando con su Palabra, día a día, semana a semana. Esta semana nos promete el Espíritu Santo y nos llama a amarle a Él, indicándonos cómo: Amar a Dios es complacerlo en todo: 1º cumplir sus mandamientos, 2º aceptar su voluntad, 3º hacer lo que creemos nos pide. En breves palabras: querer lo que Él hace y hacer lo que Él quiere Y nos indica también cuál será nuestra recompensa: nada menos que el tenerlo a Él mismo y el ser amados por Él como sólo Él sabe hacerlo: en forma perfecta e infinita.
Conclusión: Mientras busquemos en las cosas de este mundo y en los seres de este mundo lo que nuestro corazón ansía, seguiremos insatisfechos, deseando siempre algo más. Ese “algo más” que siempre nos falta es el amor a Dios, pues sólo en Él hallaremos el descanso, la alegría, la paz que ni el mundo, ni las creaturas pueden darnos. Sólo Él es la plenitud infinita que nuestro corazón busca y no encuentra, porque busca donde no es. Eso que buscamos sólo lo encontraremos cuando lo busquemos a Él. Es que, como Dios nos creó para Él, sólo en Él hallaremos el descanso, la alegría, la paz que no nos pueden dar ni las cosas del mundo, ni las mismas creaturas. Sólo Dios satisface plenamente.
Nos dice San Pedro en la Segunda Lectura (1 Pe 3, 15-18) que a veces la conducta cristiana puede traer críticas, pero advierte que “mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal”
(*)Mario A. Díaz Molina es Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule.
Sin transparencia en el mercado laboral
Señor Director,
La gestión de datos se ha vuelto fundamental para tomar decisiones acertadas, sobre todo en la situación que está viviendo nuestro mercado laboral. Contar con información fidedigna y transparente es crucial para estimar con precisión el crecimiento, estancamiento o decaimiento de éste.
Hoy existe una seria falta de transparencia en la información que se entrega desde la Dirección del Trabajo; somos pesimistas del mercado porque solo estamos viendo datos de las desvinculaciones, pero ¿qué pasa con la creación de empleo?, ¿en qué industrias está ocurriendo?, ¿cuántas mujeres y hombres?, ¿con subsidios o sin? Es información transaccional dura, la ecuación finiquitos versus nuevos contratos, es la que necesitamos para saber realmente si la economía y el mercado están avanzando o en recesión.
A pesar del buen posicionamiento de nuestro país en niveles de transparencia y nuestra constante comparación con estándares OCDE, en cuanto a datos del mercado laboral estamos al debe. La información existe en el Ministerio del Trabajo, se le exige día a día a cada empleador, pero ésta no se comparte ni entrega a través de los esquemas comúnmente aceptados, para que diferentes actores podamos colaborar en mejorar alguna de las variables que están afectando hoy.
La transparencia en la información no puede ser en algunos casos sí y en otros no. El compromiso de Gobierno Transparente, sea cual sea su color político, y más frente a los números de desempleo conocidos hace unos días, debe ser permanente y serio. Esta es la única forma de que las políticas públicas no den palos de ciego.
Ramón Rodríguez Gerente General de Trabajando.com