Cuerpos dolientes

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JOHN ASHBERY DESCÍFRAME

CARLOS VELÁZQUEZ

QUEREMOS TANTO A HEF

JESÚS RAMÍREZ-BERMÚDEZ

ÉTICA PLANETARIA Y CONMOCIONES TERRESTRES

El Cultural N Ú M . 1 1 8

S Á B A D O

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[ S u p l e m e n t o d e La Razón ]

CUERPOS DOLIENTES

LA SED DE LOS MIGRANTES SANDR A LORENZANO

SIRIA: ARMAS QUÍMICAS Y MENTIRAS TÓXICAS NAIEF YEHYA

Foto > Gabriel Tizón: Belgrado, Serbia.

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De la fotografía a la literatura y la realidad virtual, Sandra Lorenzano enfoca en esta edición a los miles de migrantes de África y Medio Oriente que huyen “de la guerra, de la miseria” a través del Mar Mediterráneo. En busca de refugio y oportunidades en Europa, afrontan sufrimientos y pérdidas atroces, cuya pauta se reproduce en el territorio y las fronteras mexicanas, con sus

propios y torturados flujos migratorios. Acompañan su texto —y la primera parte de este número— las fotos de Gabriel Tizón que comenta en este ensayo. Cuerpos dolientes en un mundo difícil: guerra y crisis humanitarias, sociales, económicas, políticas —en cualquier zona del planeta— con un ritmo que aumenta, como las cifras de sus víctimas, de manera implacable.

Cuerpos dolientes

L A SE D DE LOS MIGR A NTES SANDRA LORENZANO FOTOS GABRIEL TIZÓN 1 Los cuerpos dolientes llegan del mar. Son cientos. Miles. Huyen de la violencia, del despojo, de la guerra, de la miseria. Atraviesan desiertos y montañas. En el camino sufren golpes, torturas, violaciones. Pagan enormes cantidades de dinero a los traficantes de personas quienes los ponen, a cambio, en pequeñas balsas sin seguridad, ni agua, ni alimentos, o en bodegas insalubres y oscuras. Más de cinco mil personas murieron en el Mediterráneo solamente durante 2016. Los que llegan a tierra están heridos, deshidratados, asustados. Todo esto sucede a las puertas de Europa. Se dice que estamos viviendo la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial: al finalizar 2016 había 22.5 millones de refugiados en el mundo. Pocos, muy pocos, voltean a ver esta realidad. Los migrantes son incómodos: su presencia nos interpela, su silencio nos cuestiona. ¿Quién quiere mirar de frente el

horror? Las fotografías de Gabriel Tizón ponen el dedo en la llaga de la indiferencia. Con su cámara ha seguido las historias de los migrantes de África y de Medio Oriente. Teniendo como único guión a las personas, como él mismo lo ha dicho, sus imágenes son el testimonio del infierno. Así —“el infierno”— llaman los migrantes al campo de Moria en Lesbos, Grecia. Así podrían llamarse muchos de los otros campos que deberían ser de acogida, pero se han convertido en campos de concentración revelados por la lente del fotoperiodista. Los cuerpos dolientes llegan del mar. De ese mar por el que han pasado a lo largo de los siglos egipcios y fenicios, griegos y cartagineses. De ese mar de Jasón y los Argonautas, de Ulises y Medea, de sirenas que enloquecen a los marineros con su canto. De ese mar que fue cuna de culturas, de mezclas de religiones, de riqueza, de diálogo, hoy llegan los cuerpos dolientes que dejan la intolerancia, la desigualdad, la opresión. El fotógrafo gallego Gabriel Tizón denuncia esta realidad.

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Frontera, Macedonia.

Hago este trabajo —afirma— por admiración a la gente que fotografío, porque es gente que hace tres días estaba igual que nosotros, y de repente tuvo que salir con sus familias corriendo, los que pudieron, los afortunados, y se encontraron con una Europa sin valores. Las imágenes van desde los primeros planos en que la desesperación o el dolor más profundos son ya una marca indeleble sobre los rostros, a los espacios precarios, inhóspitos, miserables en que los migrantes son recluidos durante meses. Y los niños. ¿Quién soporta mirar el rostro desolado de un niño? Seguramente ustedes sentirán, como lo siento yo al enfrentarme a esas fotos, que los hemos traicionado, que no hemos sido capaces de construir para ellos el mundo que merecen. Me siento responsable del fracaso. Sé que hay poderes políticos y económicos que han provocado este derrumbe social que lleva a los migrantes y refugiados a vivir una pesadilla. Pero no puedo dejar de pensar también en nuestra responsabilidad en esta herencia de desesperanza que estamos dejándoles a nuestros hijos, a nuestros nietos, a esos niños fotografiados por Tizón. Así, esas imágenes se convierten a la vez en un grito de denuncia y en un gesto ético imprescindible. No hay indiferencia posible. A lo largo de dos años Tizón viajó por más de diez países acompañando a los migrantes. Grecia, Turquía, Serbia, Macedonia... Diversos paisajes, distintos rostros: un mismo horror. Mientras camino por el camellón de Reforma, al otro lado de la avenida veo la tienda de campaña instalada por los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa. Los infiernos nos hermanan.

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“A “ LO LARGO DE DOS AÑOS TIZÓN VIAJÓ POR MÁS DE DIEZ PAÍSES ACOMPAÑANDO A LOS MIGRANTES. GRECIA, TURQUÍA, SERBIA, MACEDONIA... DIVERSOS PAISAJES, DISTINTOS ROSTROS: UN MISMO HORROR.” 2 A veces pienso que no lo conseguiré, que no podré mantener este ritmo, pero sobre todo que no podré soportar tanto sufrimiento, tanto dolor, escribe Pietro Bartolo. Tal vez a ustedes este nombre no les diga nada, como no me lo decía a mí hasta hace unos pocos meses. Hoy lo pronuncio con respeto, con admiración, con agradecimiento, porque Bartolo me lleva a pensar, como Tizón, que quizás aún pueda haber un mínimo rayo de esperanza para el género humano. Tan simple y tan complejo como eso. “Quién dijo que todo está perdido —canta Fito Páez— yo vengo a ofrecer mi corazón.” Y eso es lo que hace este médico italiano cada día: ofrecer su corazón. Lampedusa, situada en el Mediterráneo a 250 kilómetros de Sicilia, pero a sólo 140 de las costas de África, se ha convertido en la puerta de entrada “natural” a Europa de migrantes africanos y de algunas zonas de Medio Oriente. Allí nació Pietro Bartolo

hace poco más de sesenta años. Como todos los niños de la isla, este hijo de pescadores creció amando y respetando al mar. A los dieciséis años tuvo una experiencia que él mismo sitúa como el momento en que su vida se transforma: una noche que había salido a pescar con el padre y su gente, se cayó del barco sin que nadie se percatara y durante tres horas permaneció en el agua esperando ser rescatado. Durante ese tiempo se sintió morir. Y fue ese sentimiento el que lo llevó a identificarse más adelante con las mujeres y los hombres que, arriesgando su vida, llegan a esa isla de sólo veinte kilómetros cuadrados de superficie en busca de una vida mejor que la que tienen en sus lugares de origen. Muchos de mis colegas están convencidos de que ya me he acostumbrado, que inspeccionar los cadáveres se ha convertido en una rutina para mí. No es así —escribe—. Nunca te acostumbras a los niños muertos, a las mujeres que mueren

SANDRA LORENZANO es una poeta y ensayista “argen-mex”. Autora de las novelas Saudades (2007), Fuga en mí menor (2012), y La estirpe del silencio (2015); de los poemarios Vestigios (2010) y Herencia (2014); y de los libros de ensayo Escrituras de sobrevivencia (2001), Aproximaciones a Sor Juana (2005), Políticas de la memoria (en coautoría, 2007), Lo escrito mañana y Narradores mexicanos nacidos en los 60 (ambos de 2010). Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y subdirectora de Vinculación del Centro Cultural Tlatelolco de la UNAM. Twitter: @sandralorenzano

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“DURANTE “ LA GRAN GUERRA, ESCRIBIÓ WALTER BENJAMIN EN EXPERIENCIA Y POBREZA, ‘LOS HOMBRES VOLVÍAN MUDOS DEL CAMPO DE BATALLA’. LOS NIÑOS DEL MEDITERRÁNEO PARECEN VOLVER DE INFINITAS BATALLAS.” después de dar a luz durante el naufragio... No te acostumbras al ultraje de cortar un dedo o una oreja para extraer el ADN y dar un nombre, una identidad, a un cuerpo exánime para impedir que sea sólo un número. (Lágrimas de sal. La historia de un médico en Lampedusa, Debate Barcelona , 2017, p. 18). Desde hace más de veintiséis años Pietro Bartolo es quien recibe a los migrantes; el primero en conocer las historias dolorosas que acompañan cada cuerpo, cada rostro. “No soy sólo el médico que los examina, soy la persona a la que pueden contar el drama que están viviendo”. Lágrimas de sal, el libro escrito por el “médico de Lampedusa”, en colaboración con la periodista Lidia Tilotta, es el testimonio conmovedor de un hombre que ha decidido poner su vida y sus conocimientos al servicio de los demás. Allí están algunas de las historias que más lo han sacudido: la del joven que atravesó el desierto cargando a su hermano sobre la espalda, la de otro al que unos delincuentes castraron con un machete, las mujeres quemadas por la mezcla de gasolina, orines y agua salada que se junta en el fondo de las barcas. Los niños que llegan deshidratados, heridos. Mudos. Durante la Gran Guerra, escribió Walter Benjamin en Experiencia y pobreza, “los hombres volvían mudos del campo de batalla”. Los niños del Mediterráneo parecen volver de infinitas batallas. Y las terribles bolsas verdes en que le son entregados los cadáveres. Él se ocupa de que los análisis de ADN le den a cada cuerpo un nombre, una identidad. “No son números, son seres humanos.” Las imágenes vuelven cada noche. “No tengo buenos sueños”, confiesa. No podemos acostumbrarnos. Niños, mujeres y hombres que han atravesado el infierno libio, el infierno sirio o afgano. Han sido violados, explotados, perseguidos. Cuerpos desechables. Minas de oro para los traficantes: cada uno de los migrantes debe pagar más de mil euros para embarcar. ¿Trescientos ahogados? ¿Ciento treinta? ¿Setecientos? Lo mismo da. Las muertes no cesan. “No podremos decir que no lo sabíamos. Y no estamos interviniendo”, expresa el médico, comparando la situación actual con el Holocausto. Hay que construir corredores humanitarios. Europa tiene que hacerse cargo de esta situación. Él sabe que la solución no es cerrar las fronteras, sino llevar adelante una política de integración a la sociedad europea. “Somos más de 500 millones en la Unión Europea y en 2016 llegaron unos 350 mil refugiados. Eso no es una invasión.”

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Isla de Lesbos, Grecia.

¿Y México? “Durante el 2016, hubo alrededor de 5 mil ahogados, y 2 mil en lo que va de este año”, dice Carlos Martínez Assad, pero nosotros desde aquí preferimos ignorar el tema. No ha habido una respuesta acorde con la tradición de refugio del país —señala— y con los eventos históricos por los que México pasó. Por ejemplo, al recibir a miles de republicanos en los años treinta del siglo pasado, así como a miles de sirios y libaneses entre el final del XIX y muy avanzado el XX. Ahora parecería que México nada tiene que ver con lo que sucede en esa región, con todos sus problemas. 1

3 ¿Y México?, preguntábamos. La respuesta tendrían que darla quizás los migrantes centroamericanos que atraviesan nuestro país buscando llegar a Estados Unidos. El viaje que emprenden desde Guatemala, Honduras, El Salvador, puede ser mortal. Las extorsiones, los secuestros, las violaciones, las vejaciones de todo tipo, se suceden a lo largo del camino. En 2016, el Instituto Nacional de Migración mexicano detuvo a 188 mil 595 personas migrantes en situación irregular, de las que el 81 por ciento procedían de Centroamérica, y deportó a 147 mil 370 a

Campo Skaramagas, Grecia.

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Belgrado, Serbia.

sus países de origen. Pese a que la ley mexicana prohíbe expresamente la detención de menores de edad, México recluyó a 40 mil 542 niños y niñas en centros de detención para migrantes, denuncia Amnistía Internacional. 2 Los derechos humanos en nuestra frontera sur no son más que palabras. La realidad es brutal. Aunque no hay cifras exactas, se habla de entre 10 mil y 70 mil migrantes desaparecidos a su paso por nuestro país.3 El Movimiento Migrante Centroamericano y activistas comprometidos como el padre Alejandro Solalinde han denunciado la complicidad de las diversas instancias de gobierno con esta situación; de ahí la impunidad en la que quedan los delitos. Alrededor del 80 por ciento de las niñas y mujeres que llegan a México a través de la frontera sur sufren agresiones sexuales, según ha denunciado Amnistía Internacional. Y así podríamos continuar la numeralia del horror. A este horror pertenecen también, por supuesto, las terribles condiciones en que viajan los migrantes mexicanos hacia la frontera norte —el lugar de mayor flujo migratorio en el mundo—, expuestos a la corrupción y la violencia de las redes de trata de personas, del narcotráfico y de las propias autoridades de nuestro país. Una mínima parte de ese espanto podemos verla y sentirla en la nueva propuesta de Alejandro González Iñárritu, Carne y arena. Una experiencia multisensorial, creada en colaboración con Emmanuel Lubezki, presentada en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, que permite “vivir” a través de la realidad virtual sensaciones similares a las que atraviesan los migrantes. Entrar en ese espacio sacude, conmueve, emociona, entristece... Nadie que lo viva saldrá siendo el mismo. Es nuestro propio cuerpo sintien-

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“LOS “ CUERPOS DOLIENTES DE TODOS AQUELLOS QUE SE VEN OBLIGADOS A DEJAR SU HOGAR, SU FAMILIA, SUS RAÍCES, CRUZAN LA TIERRA. LA ONU ESTIMA EN MIL 193 MILLONES EL NÚMERO DE MIGRANTES EN EL MUNDO.” do el miedo, la angustia, la sed de los migrantes. El desierto es nuestro Mediterráneo. Los cuerpos dolientes de todos aquellos que se ven obligados a dejar su hogar, su familia, sus raíces, cruzan la Tierra. La ONU estima en mil 193 millones el número de migrantes en el mundo. Muchos, muchísimos, quedan en el camino, no logran llegar jamás al destino soñado. “No podremos decir que no lo sabíamos”, como bien lo escribe el médico de Lampedusa. Mirar esa realidad brutal, hacernos responsables de los otros, sentir en carne propia su dolor, es un gesto ético imprescindible. Las imágenes de Gabriel Tizón, las

páginas de Pietro Bartolo, la propuesta de González Iñárritu buscan en cada uno de nosotros ese resto de empatía y de solidaridad que nos hace verdaderamente humanos. ¿Seguiremos eligiendo mirar para otro lado o seremos capaces de estar a la altura de la responsabilidad que nuestros vivos y nuestros muertos nos exigen? Notas 1. http://www.joranada.unam.mx/2017/08/09/ cultura/a05n2cul 2. http://www.elmundo.es/internacional/2017/06 /15/59416544ca4741fa398b45f7.html 3. http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/08/18/desaparecidos-10-mil-migrantes-en-mexico-solalinde

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Las múltiples fuerzas que luchan en la guerra de Siria conforman un mapa intrincado y fomentan, por su complejidad, el desconocimiento de sus implicaciones y consecuencias —que comprometen al mundo en su conjunto. Naief Yehya concentra este ensayo en dilucidar y articular esos factores que oscurecen la trama criminal de las ideologías, los intereses, ambiciones en pugna, cuya destrucción humana y material no tiene precedente. Y mientras la situación se agrava, el porvenir de este conflicto resulta imprevisible.

La guerra de Siria

A R M AS QU ÍM IC AS Y M EN T I R A S TÓX IC A S NAIEF YEHYA FOTOS GABRIEL TIZÓN CUENTOS DE GUERRA

L

as teorías conspiratorias circulan, prosperan y proliferan en todo momento pero la bruma de la guerra es un formidable caldo de cultivo para historias falsas y maquinaciones siniestras, tanto aquellas creadas por los medios de comunicación para manipular a la opinión pública, como las manufacturadas por las partes e intereses involucrados en los conflictos para promover su causa. No hay guerras sin conspiraciones, sin alianzas oscuras ni planes nefastos fraguados en las sombras. Las teorías conspiratorias y la propaganda se funden en el caos de la desinformación y la confusión del combate. La guerra civil en Siria es un ejemplo notable de un conflicto que se pelea en el terreno y en las pantallas del mundo. Mientras este país es desgarrado desde adentro, desde afuera una variedad de grupos y naciones con intereses antagónicos conspiran en contra de la población y de cualquier posibilidad de paz, a veces por ambición y otras por ignorancia. Aliados y enemigos del gobierno difunden denuncias y acusaciones, a veces ciertas y otras manufacturadas, en una batalla por los “corazones y las mentes” de los cibernautas y de la comunidad internacional. Así tenemos que las operaciones militares del gobierno son presentadas por unos como la heroica lucha del ejército en contra de los fanáticos y por otros como sádicas campañas de exterminio. Esta es una guerra mediatizada, sin cuartel, en la que hasta los grupos humanitarios de rescatistas, como los White Helmets o Cascos blancos, son acusados no sólo de ser militantes yihadistas sino terroristas al servicio de al Qaeda y financiados por la CIA. Lo que comenzó como un movimiento popular, derivado de la Primavera Árabe de 2010, que exigía democracia, justicia y respeto a los

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Calais, Francia.

derechos humanos, se convirtió en Siria, a partir de marzo de 2011, en una guerra sangrienta y brutal de alta intensidad, peleada entre muchos frentes y que ha costado más de 480 mil vidas hasta ahora.1 Entre la carnicería han destacado actos de barbarie inverosímiles, tanto los bombardeos inmoderados y el uso de artillería pesada por el gobierno en ciudades y zonas densamente pobladas, como las matanzas cometidas por diversos grupos rebeldes, especialmente el Estado Islámico (ISIS). Todas las guerras son colecciones de atrocidades, abusos y matanzas, pero en ésta el ex presidente estadunidense, Barack Obama, impuso en 2012 una “línea roja” al gobierno de Bashar el Assad, un límite selectivo que de ser rebasado daría lugar a represalias: no sería tolerado el uso de armas químicas. Durante años en esa guerra el ejército ha empleado bombas de barril (explosivos improvisados que se tiran desde aviones o helicópteros y carecen de precisión) y toda clase de explosivos de alto poder. Los rebeldes tampoco han limitado su uso de armas y

bombas. Mientras tanto, cientos de miles de civiles han sido despojados de sus bienes y hogares, forzados al exilio, torturados, mutilados, asesinados y decapitados con crueldad increíble, principal pero no únicamente por los rebeldes. Ciudades milenarias han sido arrasadas, hospitales y escuelas se encuentran en ruinas, el tejido social de tolerancia que existió en ese país desde sus orígenes ha sido desgarrado. La decisión de Obama fue polémica e hipócrita, sin embargo no carece de fundamento histórico. Las armas químicas fueron prohibidas por la ley internacional desde la Convención de la Haya de 1899, sin embargo se emplearon ampliamente durante la Primera Guerra Mundial, y volvieron a ser prohibidas por el Protocolo de Ginebra de 1925, así como la Convención de armas químicas de 1993, que actualmente es administrada por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (en adelante OPCW, por sus siglas en inglés). Estas armas son en particular repugnantes por ser asesinos silenciosos que matan indiscriminadamente y

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TORPES PROVOCACIONES EN MOMENTOS MAL ESCOGIDOS

Sid,Serbia.

con extrema crueldad. En gran medida, si las potencias han dejado de usarlas es por sus limitaciones, dependencia de las condiciones atmosféricas, falibilidad, alto costo de manejo y almacenamiento, así como por la facilidad de ser víctima de los propios agentes químicos, pero sobre todo, porque estos países cuentan en sus arsenales con una gran variedad de opciones más destructivas y eficientes. De cualquier modo, numerosos países tienen arsenales con este tipo de agentes o bien venden precursores para su fabricación, además de que algunos usan regularmente municiones que tienen efectos tóxicos mortales y consecuencias a largo plazo, como pueden ser las bombas de fósforo blanco y de uranio empobrecido. Desde el inicio de la guerra ha habido una veintena de presuntos ataques con armas químicas en los que el gobierno y los rebeldes se han acusado mutuamente. Los rebeldes tienen armas químicas, tal vez algunas de fabricación casera y otras que obtuvieron de los depósitos de armas gubernamentales que capturaron.2 Esto se confirmó en varios ataques con gas de cloro y gas mostaza, sin embargo aparentemente no tienen agentes nerviosos o VX y por tanto no tienen gas sarín, que ha sido el enfoque de las acusaciones de Occidente. Tras varios ataques que el gobierno adjudicó a los rebeldes, Assad invitó a observadores de la ONU a visitar los sitios de los ataques para recoger muestras. Mientras tanto, el régimen sirio, con el apoyo ruso, comenzaba a ganar terreno en la guerra y a reconquistar partes del país que habían caído en manos de los rebeldes. Parecía que el fin de la guerra se acercaba con sus triunfos sobre ISIS, al Nusra y otros grupos financiados principalmente por países de la península arábiga, Jordania, Estados Unidos e Israel.

“LA “ ‘LÍNEA ROJA’ DE OBAMA FUE VIOLADA CON EL ATAQUE AL SUBURBIO DE DAMASCO, GHOUTA ESTE. SE ESTIMA QUE ALREDEDOR DE MIL QUINIENTAS PERSONAS MURIERON ESPANTOSAMENTE ENTRE CONVULSIONES Y ESPASMOS.”

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Pero de pronto, la “línea roja” de Obama fue violada el 21 de agosto de 2013 con el ataque al suburbio de Damasco, Ghouta este. Se estima que alrededor de mil quinientas personas (mientras algunos aseguran que no fueron más de 281, otras fuentes ponen la cifra en mil 729) murieron espantosamente entre convulsiones y espasmos, sin lesiones visibles, con anillos oscuros alrededor de la boca y los ojos. Familias enteras perecieron en sus casas. Docenas de videos del horror fueron posteados inmediatamente en sitios de internet y el mundo consternado condenó al gobierno sirio. En ese momento Assad acababa de recibir a los inspectores de armas de la OPCW. Es necesario hacerse la pregunta: ¿Por qué se expondría Assad a lanzar un ataque semejante en ese preciso momento en que deseaba deslindarse de los ataques con armas químicas y el mundo estaba atento? Por supuesto que podemos creer que lo ordenó precisamente por eso, para contar con la excusa de que sólo un idiota o un suicida haría algo semejante teniendo a los inspectores en casa. Esto dio lugar a una marejada de teorías conspiratorias. Cuando todo mundo esperaba que comenzaran a caer las bombas estadunidenses sobre Siria, Obama anunció que buscaría otra manera de responder y esto dio lugar al acuerdo negociado por Rusia y firmado por el entonces secretario de estado John Kelly y el ministro Sergei Lavrov, con el que el gobierno sirio renunció a su arsenal químico “declarado” (mil 300 toneladas de agentes nerviosos y una variedad de sustancias tóxicas). Esta fue una mediación sin precedentes, en la que sin disparar una bala, Siria reconoció por fin tener armas químicas (después de negarlo por décadas) y las destruyó ante agentes de la OPCW. Sin embargo, prácticamente nadie festejó este triunfo pacífico y se volvió otro argumento más en contra de las políticas de conciliación de Obama, quien se resistía a involucrar a su país en otra guerra más en el Medio Oriente. El 4 de abril de 2017 el ejército sirio bombardeó posiciones rebeldes en las afueras de la localidad de Khan Sheikhoun y de nuevo comenzaron a circular en las redes sociales, medios especializados en internet y canales informativos, imágenes y videos de civiles que parecía morir asfixiados y envenenados por un arma química. Los medios del mundo no tardaron en acusar al gobierno de Siria por emplear armas químicas contra su propia población, en claro desafío a las advertencias de Washington y la comunidad internacional. No hay un número oficial de las víctimas de ese día, pero se ha especulado que fueron entre ochenta y noventa y dos. Curioso que tan sólo unos días antes del ataque, el 30 de marzo, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, había declarado que el futuro de Assad debería decidirlo el pueblo sirio,3 con lo que el gobierno de Donald Trump parecía

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dar un giro a la política de cambio de régimen que apoyó Obama. Por su parte, el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que Estados Unidos no había descartado cooperar con Assad para derrotar a ISIS,4 y el entonces secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, declaró que el gobierno de Trump había abandonado el objetivo de cambiar el régimen sirio.5 Otra vez parecía extremadamente sospechoso que Assad lanzara una provocación semejante, justo cuando el gobierno de Trump lo había reconocido y así traicionaban a Rusia, que buscaba la cooperación de Occidente para luchar contra ISIS. La corresponsal del New York Times, Anne Barnard, escribió que el uso de gas sarín encajaba perfectamente en la estrategia de “victoria total” de Assad, la cual buscaba hacer la vida imposible en las zonas rebeldes, intimidar a sus enemigos y mostrarles que están a merced del régimen, que nadie los puede proteger, ni los rebeldes ni la comunidad internacional.6 Los defensores de esta visión sostienen que Assad no tenía nada que temer, dada la relación en gran medida incomprensible (aunque quizás vinculada con intereses financieros o con la intervención electoral rusa en Estados Unidos) que Trump mantenía con Putin. Varias fuentes señalan que Trump se convenció de la urgencia de actuar al ver fotos y quizás videos de los niños víctimas del ataque, que su hija Ivanka le mostró pidiéndole que hiciera algo. El ex protagonista del reality show “El aprendiz” aseguró que se había conmovido al ver bebés y niños, “beautiful babies”, asesinados con armas químicas, por lo que ordenó a sus jefes militares que se preparara un ataque punitivo y pidió a la CIA que presentara evidencias de que se había usado gas sarín. Tales pruebas, si existieron, no se hicieron públicas, pero de todos modos Trump ya había decidido bombardear, así que cuando se reunió con el secretario de la defensa, James “El perro loco” Mattis, Tillerson y parte de su gabinete, tan sólo se trataba de decidir el curso de acción de entre cuatro posibilidades que iban desde no hacer nada hasta lanzar un ataque de decapitación, bombardear el palacio de gobierno en Damasco y todos los sitios donde pudiera esconderse Assad, algo similar a lo que hicieron al inicio de la guerra de Iraq, con la fracasada campaña Shock and Awe. Al final eligieron la opción del “gorila”, que consistió en ofrecer un espectáculo vistoso para atemorizar al enemigo pero sin provocar en realidad el mínimo daño posible. Les preocupaban las posibles consecuencias, como podrían ser bajas rusas, lo cual podría tener un desenlace impredecible. Así, Trump pasó de la posición aislacionista que pregonó durante la campaña a una intervencionista, en la línea de sus predecesores republicanos y demócratas. Los cincuenta y nueve misiles Tomahawk de Trump fueron lanzados el 6 de abril a las 6:55 am (casi la medianoche en Washington), desde dos destroyers de la Marina, el Ross y el Porter, contra la base aérea de Shayrat, de la cual supuestamente despegó el avión que tiró la bomba química. Los

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“LA “ INFORMACIÓN DE HERSH CONTRADICE A LA ORGANIZACIÓN PARA LA PROHIBICIÓN DE LAS ARMAS QUÍMICAS, LA CUAL REPORTÓ QUE ANALIZARON MUESTRAS DEL SITIO. ENCONTRARON RASTROS DE GAS SARÍN Y SUSTANCIAS SIMILARES.”

Calais, Francia.

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primeros tomahawks, que llevaban una carga baja de explosivos (220 libras de HBX ), destruyeron los depósitos de gasolina del aeropuerto, provocando enormes nubes que luego interfirieron con los sistemas de navegación de los siguientes misiles, por lo que veinticuatro de ellos no acertaron a su objetivo. En el ataque se destruyeron nueve aviones sirios, los cuales —según un informante— no estaban en condiciones operativas. La mayoría del personal, especialmente ruso, había sido desalojado horas antes, las pistas y los hangares destruidos fueron reparados en un periodo de alrededor de ocho horas. El 20 de julio siguiente, Trump accedió a una de las exigencias rusas que era la suspensión de los programas de la CIA, iniciados por Obama en 2013, para armar y entrenar a los rebeldes “moderados”. De cualquier modo, esta acción bélica le dio un empujón sorprendente a los patéticos índices de popularidad de Trump, a pesar de contradecir sus promesas de dejar de ser el policía del mundo. Incluso entre la prensa “crítica” y no faltaron algunos demócratas quienes lo aplaudieron y declararon cosas como: “Hoy Donald Trump se convirtió en el presidente de Estados Unidos”. De cien editoriales de periódicos, treinta y nueve apoyaron el bombardeo y por varias semanas casi nadie habló de los interminables escándalos, torpezas y ridículos del magnate convertido en político. Trump fue tratado con respeto por los medios, con el espantoso mensaje de que incluso un presidente como él sería apoyado en caso de guerra. Resulta curioso e inquietante que los principales beneficiarios de este ataque fueron los salafistas, los yihadistas y Donald Trump. Con esta acción Trump quedó obligado

a responder aún con más violencia a cualquier ataque futuro.

LA TEORÍA DE LAS EXPLOSIONES SECUNDARIAS El ataque y la represalia dieron lugar a incontables historias y teorías. Entre ellas destaca la del famoso periodista Seymour Hersh, quien entre otras revelaciones y una carrera impresionante, denunció la masacre de My Lai en 1968 y la tortura en la prisión de Abu Ghraib. Hersh publicó un polémico y controvertido artículo en Die Welt,7 cuando al parecer ninguna de sus publicaciones usuales (The New Yorker, New York Review of Books, London Review of Books) quisieron correr con el riesgo de publicar ese material. El problema principal del artículo es que Hersh sólo contó con la información filtrada de un asesor anónimo de inteligencia del departamento de defensa y de la CIA. El periodista no ofrece documentos ni testimonio alguno que pueda ser corroborado, aparte de mencionar una conversación vía chat entre su fuente y un oficial del ejército también anónimo. En el periodismo de investigación no es tan raro documentar un artículo con una sola fuente y menos en un tiempo de persecución de los informantes como el que vivimos desde la era de Obama, quien instrumentó castigos ejemplares para los “whistleblowers” o filtradores internos de información. Sin embargo, las publicaciones han retomado la política de requerir confirmación de varias fuentes y en realidad es poco confiable un trabajo repleto de revelaciones explosivas que dependen únicamente de una versión. El informante le aseguró a Hersh que un bombardero sirio SU-22 (en el texto señala erróneamente que fue un SU-24), lanzó una bomba dirigida por láser, con explosivos convencionales, contra un edificio de tabicón de dos pisos que servía de base de operaciones rebeldes, en el norte de la ciudad, donde tenía lugar una presunta reunión de yihadistas en la que participaban miembros de Ahrar al-Sham y Jabhat al-Nusra (la filial de al Qaida en Siria), dos grupos que acaban de unir fuerzas en la zona. En el edificio también había una verdulería, una tienda de electrónica y una de telas, entre otros comercios, y en el sótano de esa construcción había armas y municiones, así como productos que los rebeldes distribuían a la población para controlarla, como medicinas, limpiadores, gas propano, pesticidas y fertilizantes. Los rusos habían vigilado ese sitio con drones por algún tiempo y conocían los “patrones de vida” de los ocupantes. La versión de Damasco es que la explosión de una bomba convencional, que mató, por lo menos, a cuatro líderes yihadistas y un número indeterminado de choferes, agentes de seguridad, militantes y agentes diversos, activó también una serie explosiones secundarias que liberaron y generaron gases tóxicos. Según Hersh, Trump ignoró que, desde el principio, sus servicios de inteligencia desconfiaron

de las evidencias presentadas. Por otra parte, escribe que el ejército ruso había anunciado días antes del ataque a la alianza militar en Doha, encargada de coordinar las operaciones militares sobre Siria y evitar que los bombarderos, cazas y demás aeronaves pudieran tener percances o colisiones sobre el espacio sirio. Todas las partes involucradas en vigilar los cielos y bombardear objetivos en la zona estaban enteradas de lo que harían los sirios el 4 de abril. De ser cierto, los sirios hubieran estado bajo escrutinio y quizás algún observador hubiera notado los preparativos para usar una bomba química. El informante dice respecto del ataque químico: Eso es un cuento de hadas. Si eso hubiera sido, todos los involucrados en el transporte, carga y armado de la bomba —tienes que hacer que el arma parezca una bomba convencional de 500 libras— estarían usando trajes protectores de hazmat [materiales peligrosos] en caso de una fuga. Habría muy pocas posibilidades de sobrevivir sin equipo como ése. El gas sarín de grado militar incluye aditivos diseñados para incrementar la toxicidad y letalidad. Cada lote que se fabrica tiene un poder de matar maximizado. Es para eso que se produce. La información de Hersh contradice a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, la cual reportó que analizaron muestras del sitio y encontraron rastros de gas sarín y sustancias similares o sus derivados.8 El gas sarín tiene la particularidad de que puede penetrar en la pintura, por lo que es posible encontrar muestras con tan sólo raspar la pintura de las casas. Asimismo, tomaron muestras de sangre y orina de varias víctimas, recogieron un ave muerta y muestras del pelambre de animales. El reporte de la OPCW señala que algunas muestras fueron recogidas por su propio equipo, mientras que otras fueron obtenidas por “personal médico operando en las áreas controladas por la oposición”. Aun con la mejor voluntad, es claro que esto puede implicar un conflicto de intereses que podría comprometer la neutralidad del reporte. Doctores de la organización Médecins sans frontières que trataron a las víctimas encontraron que ocho pacientes mostraban síntomas consistentes con la exposición a un agente neurotóxico como el gas sarín o una sustancia similar. Algunos doctores de esa organización reportaron que las víctimas olían a cloro, por lo tanto era posible que se hubieran expuesto a una variedad de agentes químicos. Quienes niegan la teoría de que se usó gas sarín señalan que una bomba con un arma química no tendría suficiente poder explosivo para activar explosiones secundarias, sino apenas suficiente para romper el casco del arma, sin quemar el gas y liberarlo. Por tanto los síntomas serían exclusivamente de gas sarín, y este no es el caso. El rango de síntomas que presentaban las víctimas era consistente con la inhalación de una mezcla de sustancias químicas

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como cloro, organofosfatos (que se usan en fertilizantes) y que tienen efectos semejantes al gas sarín: pupilas dilatadas, espasmos musculares, sofocación, labios azules, espuma blanca y defecación involuntaria. El gobierno de Francia presentó un reporte, el cual concluye también que se empleó gas sarín y que sin lugar a dudas éste fue producido por el gobierno sirio. Su principal evidencia es la presencia de hexamina, que usa el gobierno —según el reporte9 — para fabricar gas sarín, pero varios expertos aseguran que esa sustancia es muy usada en una variedad de procesos químicos. De cualquier manera, es difícil cuestionar a quienes ven, en la estrategia estadunidense contra Assad, ecos y resonancias de lo que hicieron contra Saddam Hussein. Una comunicación militar siria que fue intervenida por algún gobierno aliado, reveló que los mandos militares hablaban de un arma especial que requería de un piloto veterano y experto. Al parecer nunca se habló de gas sarín ni de armas químicas, pero la mayoría de los gobiernos occidentales citaron esa grabación como prueba incontrovertible. Haley habló apasionadamente ante la ONU de la complicidad rusa: “¿Cuántos niños más tienen que morir para que a Rusia le importe?” Por otro lado, cualquier teoría que trate de defender la posición rusa y siria tiene que contender con las inconsistencias entre ambas versiones, ya que ni siquiera coinciden en el sitio exacto del ataque ni la hora. No es lo mismo si destruyeron una bodega de productos como dicen los sirios o una fábrica de armas químicas como dijeron los rusos. Hersh no niega que haya habido un ataque, sino que éste haya sido con armas químicas. ¿Se trató de una operación false flag y, si fue así, en qué consistió? ¿Fue éste un ataque real o una puesta en escena por parte de salafistas y yihadistas? ¿Los rebeldes fueron responsables del ataque o bien se apropiaron de la narrativa y convirtieron un ataque convencional en uno químico? ¿Para esto tuvieron la complicidad de Occidente o engañaron a organizaciones humanitarias y a los expertos en armas químicas?

INCONSISTENCIAS VENENOSAS Por el otro lado tenemos las evidencias contrarias que comienzan con el tamaño del agujero que dejó el misil, el cual según expertos entrevistados por Gareth Porter de Truthdig 10 no pudo ser causado por una bomba de 250 kilos. Ahí se encontraron, de acuerdo con la propia documentación del grupo de

“LA “ GUERRA ES SIEMPRE UNA MONSTRUOSIDAD Y EL HECHO DE DECIDIR QUE UN ARMA ES INACEPTABLE Y OTRA NO, CUANDO SE OBTIENEN RESULTADOS IGUALMENTE ESPANTOSOS CON AMBAS, PARECE UN JUEGO PERVERSO.”

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rescatistas White Helmets (quienes son también activistas rebeldes), tan sólo dos pedazos de metal, mientras que el resto del material de la bomba desapareció. La organización Human Rights Watch elaboró un reporte en el que propone que la bomba utilizada fue una KhA3-250 soviética,11 pero de acuerdo con Porter esta arma, que fue descontinuada hace cincuenta años, no fue exportada a los demás países del bloque comunista ni a los del Medio Oriente. Además, las dos pruebas aplicadas por la OPCW para detectar gas sarín pueden dar falsos positivos. El experto en armas y profesor emérito de MIT, Theodore A. Postol, descalificó en un artículo el reporte de inteligencia de la Casa Blanca, y concluyó de modo categórico que el supuesto sitio donde cayó la bomba con gas sarín no pudo ser físicamente el origen de una dispersión de un gas nervioso.12 Para esto, estudió cientos de videos posteados en línea por el personal de emergencia, periodistas y gente común, empleó datos climáticos, meteorológicos y geográficos, así como geometría del ángulo solar.13 Postol dice que bien pudo haber víctimas de un ataque pero no de lo que describe la Casa Blanca, y propone que el reporte en cuestión no siguió las metodologías usadas por los servicios de inteligencia. “Ningún profesional de inteligencia hubiera podido hacer tantas afirmaciones falsas que son inconsistentes con las evidencias”. Es fundamental preguntarnos si las organizaciones humanitarias así como el gobierno de Francia mentirían, y por qué; asimismo, hay que considerar si el general Mattis comprometería su prestigio y posición afirmando una mentira y debemos dudar del hecho de que no hay más filtradores de esta información, dado que el gobierno de Trump se ha caracterizado por sus incontrolables fugas de información.

¿LA MEJOR ENTRE LAS PEORES OPCIONES? La guerra es siempre una monstruosidad y el hecho de decidir que un arma es inaceptable y otra no, cuando se obtienen resultados igualmente espantosos con ambas, parece un juego perverso, una estrategia absurda para perpetuar el control de la geopolítica y el intervencionismo. Tratar de defender a Assad es ocioso, no es un líder que se pueda concebir como el protector de su pueblo. Pero la campaña que Occidente lanza contra él consiste en señalarlo como un asesino y un verdugo, que usó armas químicas en contra de su propio pueblo, de manera semejante a Saddam Hussein. Es paradójico que lo que convierte a Assad en el “carnicero de Damasco” es el uso de armas químicas y no la magnitud de sus crímenes de guerra, los cuales son comparables a las atrocidades cometidas regularmente por los rebeldes, Estados Unidos, Rusia y otras de las partes involucradas en esta guerra. Al establecer que Assad usó estas armas se está creando un casus belli, la justificación para una próxima invasión y ocupación de Siria. Ante la certeza

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de que semejante acción tendría un costo humano enorme, como han puesto en evidencia las invasiones de Afganistán e Irak, es claro que apoyar la idea de cambio de régimen es ser cómplice de una catástrofe de aún mayor proporción que la que ha vivido Siria. Dada la presión saudita, jordana, estadunidense e israelí, no existe una sola evidencia de que una intervención sea de cualquier manera una mejor alternativa para el pueblo sirio o pueda ofrecer la oportunidad del establecimiento de un gobierno democrático, digno y justo. Muchos sirios sueñan con ser salvados de este calvario por la comunidad internacional, lamentablemente quienes tienen los recursos y las armas para intervenir no tienen el interés y bienestar de los sirios entre sus planes.

Isla de Lesbos, Grecia

Notas http://www.iamsyria.org/death-tolls.html https://www.reuters.com/article/us-mideast-crisis-syria-chemicalweapons/exclusive-chemicalweapons-used-by-rebels-in-syria-sources-idUSKCN0SU2PZ20151105 3 https://www.reuters.com/article/us-mideastcrisis-syria-usa-haley/u-s-priority-on-syria-nolonger-focused-on-getting-assad-out-haleyidUSKBN1712QL 4 http://www.cnn.com/2017/03/30/politics/tillerson-haley-syria-assad-turkey/index.html 5 https://www.nytimes.com/2017/03/31/us/politics/trump-bashar-assad-syria.html?mcubz=3 6 https://www.nytimes.com/2017/04/06/world/ middleeast/syria-bashar-al-assad-russia-sarinattack.html 7 https://www.welt.de/politik/ausland/article165905578/Trump-s-Red-Line.html 8 https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/N1714412.pdf 9 http://www.diplomatie.gouv.fr/en/country-files/ syria/events/article/chemical-attack-in-syrianational-evaluation-presented-by-jean-marcayrault 10 https://www.truthdig.com/articles/ deceived-syrian-sarin-attack/ 11 https://www.hrw.org/report/2017/05/01/deathchemicals/syrian-governments-widespread-andsystematic-use-chemical-weapons 12 https://www.truthdig.com/articles/the-nervegas-attack-described-in-white-house-report-didnot-occur-expert-says-of-syria-incident-2/ 13 En un segundo artículo corrigió datos acerca de la dirección del viento: https://www.truthdig. com/articles/with-error-fixed-evidence-againstsarin-attack-remains-convincing-2/. 1

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Harold Bloom lo decretó el primer clásico de la era posmoderna y para referir su importancia en la segunda mitad del siglo XX lo comparó con Wallace Stevens. John Ashbery nació en 1927 y murió el 3 de septiembre de este año, y obtuvo casi todos los grandes premios de su país: Pulitzer, Nacional del Libro, Poetas Jóvenes de Yale, y también internacionales.

Su poesía concita los recursos y estrategias del modernism, sin menoscabo de la condición lírica. Su ambiguo tramado de complejas voces involucra elementos narrativos y argumentativos eludiendo tanto la emoción como la anécdota. “El poema como una sucesión de estados o atmósferas”, dijo Roberto Echavarren, traductor suyo y el poeta que mejor asimiló su lección en el orbe hispano.

DESCÍFR A M E JOHN ASHBERY N O TA Y V E RS I Ó N JOSÉ HOMERO Los días de lluvia son mejores, hay cierta permanencia en el ángulo que las cosas forman con el suelo; en no apartarse tras las disculpas. El velocímetro hacia el crepúsculo. Mientras conversaban el sol comenzó a desaparecer tras una nube, De acuerdo, mejor contornos vagos aunque ceñidos, firmemente, alrededor de un estado de ánimo semejante a una alegría vengativa. Y en el bosque sucede igual.

Pero los amantes son como gatos o ermitaños; no saben cuándo entrar, parar de reunir ramitas para la cena. En la pequeña estación esperé por ti.

Foto > F. Sacco

Diría que me gustabas más cuando apenas te conocía.

John Ashbery en Villa Madama. Roma, 1963.

más actos de retroceso volver fresco de la muerte. Y seguiré, aunque tanto interés

Podemos sobrevivir a las tormentas, cubriéndonos

en tus planes y el porvenir de las estrellas me deje sediento

con sombreros de arcoiris, temerosos a desandar los pasos

antes de arrodillarme

hacia el pasado tan reciente,

a buscar alegría en el aserrín.

que tememos encontrar una fiesta. ¿O te ha ocurrido que te embaucaran

Junio y los chiquillos ni siquiera mirarán nuestro camino.

a tal punto que se convirtiera en tu pensamiento?

Y será arriesgado entonces así es entonces con esa nube imaginándonos

En el paseo donde aún hay movimiento se combinan

y a lo que sería nuestra historia, sentarnos

una sombra color ciruela y un sol apagado, resignados

a conversar, pero ellos son ya identidades ajenas.

a las instalaciones en la orilla opuesta mezclamos saludos con lágrimas jadeantes y finalmente probamos

Y con todo esto la ciudad comienza a vivir

los preciosos suministros.

como un lugar donde se cree en el movimiento hacia un nombre específico y permanecer, y tras

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—De April Galleons, 1987.

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EL CORRIDO DEL ETERNO RETORNO

Q U E R E M O S TA N T O A H E F

Por

CARLOS VELÁZQUEZ

@charfornication

U

no de los pasajes más memorables de mi educación sentimental fue patrocinado por Hugh Hefner. La primera revista Playboy que compré fue aquella donde se encueró Alejandra Guzmán. Era 1993. Yo tenía quince años. La doña del puesto de revistas del barrio me ubicaba bien. Yo era un clientazo. Mi evolución como consumidor de revistas se basaba en el eje Capulinita-Video Risa/Simón Simonazo-Box y Lucha. Las de rock las compraba en otra parte. Con la insolencia que me otorgaba que ya se me parara el pito, me planté ante la doña y solicité la Playboy. Con parsimonia, sin levantar la vista de su crucigrama, me pidió mi credencial para votar. Me quedé paralizado. No te la puedo vender, remató. Eres menor de edad. Me fui a casa decepcionado de mi boxeadora. Qué falta de lealtad para con la clientela. Había estado dejándole todo mi dinero durante años. Y así me pagaba. Aquella noche conocí el insomnio. El coraje no me dejaba dormir. No se me ocurría a quién pedirle el favor de que adquiriera la revista por mí. Estaba rodeado de puro profesional del bulin. Uno de las pasatiempos favoritos de la raza era “salar” a la gente. Esto significaba que te bajaran los calzones y te llenaran los genitales y el culo de sal. O de tierra. Regresé al puesto de periódicos. Con la mirada con que el oso Yogi codicia la miel, yo observaba la revista. Compré un Sensacional de Luchas y me alejé. No estaba dispuesto a darme por vencido. No me quedó alternativa. Me presenté frente a la boxeadora y me delaté. Le confesé

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LAS MATERIAS CON LAS QUE TRABAJABA HEF ERAN EL DESEO, EL ANHELO, EL MORBO. Y CON ELLO CONSTRUYÓ UN IMPERIO.

El sino del escorpión

que era yo quien todos los días le robaba un ejemplar del diario de un costado del puesto. Nunca me había descubierto. Le prometí que si me vendía la Playboy dejaría de hacerlo. Por primera vez en los más de cinco años que me había presentado ante ella, despegó los ojos de su crucigrama. Me vendió la revista con la amenaza de que si me la descubrían y la echaba de cabeza, ella me acusaría con la policía. Le pagué los quince nuevos pesos y me entregó la Playboy en medio de una publicación de crucigramas. Me encerré en el baño de mis casa a guachar la revista. Me sentí estafado. Pinche Alejandra Guzmán no enseñaba ni madres. Ni un méndigo pezón. En aquel momento no lo aprecié, pero lo que había ocurrido era una muestra de la mente maestra de Hugh Hefner, cuya filosofía inspiró la versión mexicana de Playboy. Demostraba que era más que un simple comerciante de carne. Era un genio de la vendimia. Las materias con las que trabajaba Hef eran el deseo, el anhelo, el morbo. Y con ello construyó un imperio. Tres años más tarde volví a caer en la trampa. Ora sí con credencial para votar en mano, me agencié la Playboy con Stephanie Salas en la portada. Esta vez hubo pelos. Y en exceso. La cantante de “Ave María” no se rasuraba ni el pubis ni las axilas. Si existe alguien que haya impactado a nivel intergeneracional, es Hef. Por lo que dos décadas después apareció Frida Sofía, la hija de la Guzmán, en Playboy. Pinche Hef, sólo le faltó la conductora de Mujer casos de la vida real para tener al póker de la dinastía Pinal.

Este espacio no alcanza para enumerar la influencia que Hef tuvo en la cultura occidental. Recuerden aquel capítulo de los Simpsons en que Bart sale en una bata color vino echando burbujas con una pipa de juguete. Esa postal se la debemos a Hef. Aunque Playboy ha sido una publicación duramente criticada, siempre se menciona entre sus fortalezas la presencia de plumas pesadas. Publicó por entregas Farenheit 451, además de colaboraciones de Updike, Nabokov, Bellow, Baldwin, Mailer, entre muchos otros. Se nos olvida que era una revista de desnudos. Pero Hef era un visionario. Y lo que nos quedaba a deber con la revista nos lo pagaba en televisión. Cómo olvidar su reality: La mansión de Playboy. En ese show conocí a la que sería mi fantasía sexual de los últimos años: Kendra Wilkinson. No me perdía el programa por ella. Incluso descargué su sex tape. Mi telón de fondo preferido en muchas de mis cogidas. Traducción: nunca dejé de ser un cliente del artista llamado Hugh Hefner. El pasado 27 de septiembre se nos fue pal otro barrio, dejando un legado y una marca a la que ningún mortal puede aspirar. Y varios lo intentaron, Larry Flint por ejemplo, pero les ha faltado la clase que a Hef le sobraba. Murió a los noventa y un años. Figura controvertida, héroe para muchos, machista para otros, hay que reconocer que fue fiel a sus ideales. Cuando la industria pornográfica se vulgarizó, Hef mantuvo sus creencias en cuanto a lo que él consideraba debía ofrecer su publicación: el deseo por lo inalcanzable. Hef, te vamos a extrañar. C

Por ALEJANDRO DE LA GARZA @Aladelagarza

Declaración de odio DETENIDO en el transporte público por un congestionamiento vial, el escorpión ratifica la imposibilidad de una “Declaración de amor”, al estilo de Efraín Huerta, y la sola pervivencia de su “Declaración de odio” a esta urbe insufrible, irracional, caótica, gandaya, y sus “días pesadísimos / como una cabeza cercenada con los ojos abiertos”. El venenoso podría extrapolar a José Emilio y decir: “No amo mi ciudad / Su fulgor abstracto es irrespirable / y los lugares suyos por los cuales alguna vez pude dar la vida / (una calle, un patio, un bosque) ya no existen”. O musitar precavido con Luis Miguel Aguilar: “La Ciudad, la populosa, se vacía / Sobre las calles se vuelcan los fantasmas / Y los señores, los dueños de la noche / Preparan el asalto inminente en las esquinas”. Nocturno al fin, el alacrán gusta recorrer con José Joaquín Blanco La ciudad tan personal y llegar a “uno de esos pun-

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tos frágiles donde la ciudad se te vuelve personal y con sólo sospecharlo se te desordenan los nervios, duele el estómago y nunca el cigarro te había sabido tan agrio; / donde el viento polvoso y el ruido y el tráfico ni siquiera te den tiempo de ponerte triste y sólo puedas exasperarte”. Pero el venenoso escucha a Ricardo Castillo decirle: “la ciudad tiene planes para todos / ella te dice cuáles son tus intereses y cuál tradición te hará pedazos el futuro / la ciudad cultiva gusanos adormecedores de la sangre / y ellos te rigen, te pudren la herida de tu vida cotidiana… // Caen lluvias de cenizas provocadas por los últimos derrumbes / el horizonte es una línea morada donde la destrucción se riza burlescamente el bigote / el cadáver de la ciudad es el de una mujer en lo más intestinal de la autopsia / la cultura y el concreto como residuo fecal / La vida se acabó / Fue como el caer de un millón de dinosaurios a la velocidad del

instante / sólo hubo tiempo para un pesado trago de sangre / luego la muerte fue relampagueante”. “La oración del Ogro”, de Jaime Reyes, persigue entonces al arácnido: “He visto las épocas desde cuando en los puestos hacían su comercio / de dormitorio, de casa, de todo. / Aquí empieza la esclavitud / En ciudades perdidas de casado, dentro, con la ironía de la vida / —de aspecto quede bien— ahora lo que estamos viendo criticamos / que destruyen la ciudad, que primordial falta lo más urgente, / la vivienda, la carencia / y que sea desplazada la gente a la televisión, esperanzado sueldo, raquítico / nos toca para una puerta, una especie de terreno que a todos jala parejo”. Acaso ya no queda nada, insiste el escorpión, de aquello amado aquí; por eso trae a la ciudad infrarrealista la despedida de Mario Santiago: “A la poesía que la salve su chingada madre / Yo ya me cansé”. C

NOCTURNO AL FIN, EL ALACRÁN GUSTA RECORRER CON JOSÉ JOAQUÍN BLANCO LA CIUDAD TAN PERSONAL.

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ÉTICA PLANETARIA Y CONMOCIONES TERRESTRES REDES NEURALES

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EL FILÓSOFO Y EL CIENTÍFICO COINCIDEN EN LA REGLA DE ORO DE LA RECIPROCIDAD, COMO ORIGEN DE UNA CULTURA SOLIDARIA.”

Foto > Especial

996. Un filósofo protestante y un pensador católico discuten el proyecto de una ética planetaria, tras reconocer que toda religión ha sido fuente de actos de violencia escalofriantes, a pesar del mensaje religioso de amor y paz. Hans Kung, católico, defiende la posibilidad de un acuerdo de convivencia entre religiones. Paul Ricoeur, protestante, se muestra escéptico hacia una filosofía práctica centrada en los acuerdos, pero que subestima las profundas diferencias culturales. El debate de Kung y Ricoeur actualiza la tradición de la Carta sobre la tolerancia de John Locke, y enfrenta retos formidables. Las mayorías, en cada iglesia o corriente espiritual, consideran imposible, indeseable o innecesario el diálogo interreligioso. La Carta de Locke, publicada en Inglaterra en 1689, promovía el derecho a la libertad religiosa, con dos límites: la protección del Estado no debía incluir sujetos ateos ni agentes de la Iglesia Católica. Trescientos años después, la ética planetaria promovida por Kung ve más allá de la tolerancia entre grupos cristianos: es un manifiesto firmado por el Dalai Lama, quien no cree en un Dios, junto a representantes católicos, protestantes, judíos, musulmanes, budistas, hinduistas. No es un consenso metafísico, sino un acuerdo básico de reglas morales comunes a toda religión, al margen de las justificaciones teológicas o míticas divergentes. El manifiesto considera que un nuevo orden mundial es imposible sin una ética planetaria, que todo ser humano debe recibir un trato humano, y que se requieren cuatro compromisos inalterables: a favor de una cultura de la no violencia, a favor de la solidaridad y un orden económico justo, a favor de la tolerancia, la honradez y la veracidad, y a favor de la igualdad y la camaradería entre hombres y mujeres. El escepticismo de Ricoeur surge al reconocer la incompatibilidad de las convicciones fundamentales de cada religión, que

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Por

JESÚS RAMÍREZBERMÚDEZ retroalimentan los estilos xenofóbicos de nuestra sociedad porque dan soporte a etiquetas culturales para distinguir entre “lo nuestro” y “lo ajeno”. Al pasar de la gran discusión universal a las experiencias regionales, podemos recuperar testimonios del terremoto que destruyó vidas y bienes materiales en México, el 19 de septiembre del 2017. Al advertir la gravedad del sismo, la masa ciudadana suspendió transitoriamente la competencia individualista y los sistemas de etiquetado xenofóbicos, para practicar, en forma intuitiva, los preceptos de una ética universal, al margen de liderazgos espirituales o políticos. 2017. En el hospital, debíamos evacuar enfermos de la Unidad de Neuropsiquiatría. Antes del temblor, algunos estaban eufóricos, como expresión de un episodio de manía. Tras la evacuación, bromeaban y transmitían una alegría resistente al miedo generalizado. Un paciente con diagnóstico de esquizofrenia se encontraba en el más profundo silencio: la sacudida violenta y las noticias de la tragedia no cambiaron su rostro inexpresivo. Quienes padecían depresión mayor sufrieron el evento intensamente. Las reacciones fueron individuales, según la psicopatología y los estilos de personalidad, pero en general los pacientes se brindaron apoyo moral, unos a otros. El personal de enfermería actuó con determinación. Los médicos jóvenes del servicio hicieron planes para auxiliar a las víctimas en la calle. Un colega realizaba una cirugía cerebral, en la cual el paciente permanece despierto para monitorear los efectos de la operación sobre la mente y el comportamiento. Durante el temblor, el equipo de salud permaneció junto al enfermo en el quirófano. En las horas siguientes, mis colegas completaron la cirugía, mientras se confirmaba el derrumbe de edificios circundantes. Admiro la fortaleza de mis colegas, pero otros preguntan: ¿Habría sido mejor desalojar el edificio para buscar una zona segura? ¿Es mejor un médico heroico, sepultado con su paciente en las ruinas de un hospital, o un profesional pragmático que abandona una cirugía, pero podrá ayudar a las víctimas del desastre al día siguiente? La coincidencia de fechas entre el temblor del 2017 y el peor desastre natural mexicano, el terremoto devastador de 1985, es una casualidad, aunque parece una versión sádica de la teoría nietzscheana del Eterno Retorno. En un estado psicológico de excepción, los ciudadanos se concentraron en acciones de rescate y apoyo social. La crónica popular no

olvida las canalladas cometidas por políticos que “expropian” bienes donados por la sociedad civil para repartirlos a sus clientelas electorales, pero en general las muestras de fraternidad comunitarias han sido abrumadoras. Por un momento, quedó entre paréntesis cualquier etiqueta mezquina de clase, género, etnia. 1998. Paul Ricoeur regresa al debate sobre la universalidad de la ética, esta vez frente a un neurocientífico ateo, Jean-Pierre Changeux. La discusión se encuentra en el libro La naturaleza y la norma: Lo que nos hace pensar. El científico pregunta: en la formación de una ética laica y transreligiosa, ¿las ciencias naturales pueden ayudarnos a discriminar entre las normas éticas universales, y las convenciones sociales triviales que nos separan, como llevar barba, velo o sombrero, o la observancia de ritos alimentarios? El filósofo y el científico coinciden en la regla de oro de la reciprocidad, como origen de una cultura solidaria. El estudio de los grupos humanos sugiere que la formación del código ético universal es necesario, pero no suficiente para combatir la violencia y garantizar la justicia. Se requieren poderosas corrientes emocionales capaces de dar vida al código. En tal contexto, pregunto por qué las comunidades mexicanas sacudidas por el sismo olvidaron las etiquetas sociales que segregan y dan soporte a la competencia grupal. Quizá la conmoción terrestre generó una experiencia sincrónica de terror, que aproxima a las conciencias individuales, y diluye las diferencias que separan el “nosotros” del “ustedes” y el “ellos”. Podemos suponer que tras la fase inicial de la reparación colectiva (el “furor curativo”, dice algún psiquiatra), la solidaridad volverá a focalizarse, en función de las etiquetas convencionales de género, clase social, raza, religión, lengua, nacionalidad, y según la pertenencia a mayorías o minorías sexogenéricas, étnicas o neuropsiquiátricas. Mientras los pensadores debaten, el sueño fraterno generado por la conmoción terrestre comienza a diluirse frente a la competencia encarnizada, bajo las reglas anónimas del darwinismo social. Quiero pensar que estos días de excepción generaron una impronta emocional, que revitaliza la estructura ética de incontables jóvenes, víctimas o testigos del desastre. ¿Se requieren más lecciones, provocadas por desastres naturales, para generar una solidaridad duradera que avance contra las desigualdades de género, clase, raza? ¿Es la única manera de aprender en forma colectiva el significado duro de la no-discriminación?

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