Especiales
Sábado 15.Domingo 16.06.2013
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.*
La inmortal novela de Julio Cortázar cumple cinco décadas de encantar a hombres y mujeres que desean ser o encontrarse a la Maga, el personaje entrañable de Rayuela. Su influencia, sus personajes, su historia y el espacio que se ha convertido en la ruta de los amantes en París, se describen en las siguientes páginas. Así como la influencia que esta novela ha dejado a las letras latinoamericanas y, por supuesto, la música, “melancólico alimento para los que vivimos de amor”, como escribe Cortázar en su obra maestra. *Fragmento del capítulo 7
Especiales
50 años
de rayuela
“Si no la hubiera escrito me habría tirado al Sena” Una de las máximas obras de la literatura latinoamericana cumple medio siglo de conquistar generaciones; un libro que se consumó en París en cinco años Por Anabel Clemente Trejo anabel.clemente@razon.mx
“N
ingún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso”. Así describe Mario Vargas Llosa la obra que el 28 de junio cumple 50 años: Rayuela. Grandes plumas han celebrado la existencia del libro que revolucionó la manera de leer la literatura, de enfrentarse a los personajes y de darle un lugar preponderante al lector, el de jugador. En 1963, cuando Julio Cortázar estaba a punto de cumplir 50 años, llevó a la editorial Sudamericana su manuscrito, con 155 capítulos y un tablero de lectura, algo innovador en la literatura hispanoamericana, indica en entrevista con La Razón el crítico literario Miguel Ángel Muñoz. Las historias que se cuentan en la novela de 1963, que se mezclan entre París y Buenos Aires, tienen también la dedicación de un autor que tomó su trabajo como un encanto de la realidad: “Ahí se puede hablar de posesión, esa cosa maravillosa que tiene la literatura… Ir a comer, tomarme una sopa eran actividades ‘literarias’, artificiales; lo otro, la literatura, era lo verdadero”, aseguró Cortázar, el escritor que también expresó: “Si no hubiera escrito Rayuela, probablemente me habría tirado al Sena”. El proceso de gestación de esta novela fue por completo en París —siete años después de llegar a la ciudad francesa,
Octavio Paz Escritor mexicano
“
Prosa hecha de aire, sin peso ni cuerpo pero que sopla con ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes y visiones, vaso comunicante entre los ritmos callejeros de la ciudad y el soliloquio del poeta”
2
Alfaguara presenta edición conmemorativa Para celebrar los cincuenta años de Rayuela, la editorial Alfaguara lanzó al mercado una edición conmemorativa que incluye cartas de Julio Cortázar que relatan la creación de esta novela. El encargado de l libro conmemorativo fue Ramón Córdoba, quien asegura que este material tiene un destino indiscutible: los lectores. “Hemos pensado en dedicarle la edición no a la crítica especializada ni a la academia. Queremos que estén contentos en especial los lectores”, destaca. El editor asegura que desde hace 12 años que labora en Alfaguara, se han publicado seis ediciones y reeditado 37, de esta novela, que sólo en 2012 vendió 17 mil 852 ejemplares. La nueva edición ya se encuentra en librerías.
en 1951, con una beca del gobierno— en dos casas que el autor argentino habitó durante su labor como traductor de la UNESCO. “Lo primero que yo escribí fue el tablón (el capítulo 41), sin tener la menor idea de todo lo que iba a escribir antes y después… El final de Rayuela lo escribí todo en el manicomio, en cuarenta y ocho horas, realmente en un estado (…) casi de alucinación…”, señaló el autor tras la publicación de una de las novelas precursoras del boom latinoamericano. En la década de los sesenta los movimientos latinoamericanos habían comenzado; renacieron las tensiones entre Rusia y Estados Unidos, con la Guerra Fría, por la construcción del Muro de Berlín y el bloqueo comercial a Cuba; en
Carlos Fuentes Escritor mexicano
“
la cultura los Beatles enloquecían a los jóvenes del mundo y el surgimiento de la minifalda se convirtió en un acto contestatario contra el conservadurismo, todo este contexto era símbolo de la búsqueda de libertad, lo que no pasó por alto Julio Cortázar en su gran obra. La Maga representa esa cualidad. Los personajes, la historia y los escenarios en que transcurre la novela se han convertido en entrañables para las distintas generaciones que han seguido la historia de Horacio Oliveira y Lucía, la Maga. Asimismo, calles, museos, parques, rutas para visitar en París, están implícitos en cada una de las páginas con la intención de no aburrir al jugador-lector de Rayuela.
Si no hay una voluntad de lenguaje en una novela en América Latina, para mí esa novela no existe. La hay en Cortázar, que es casi un Bolívar de la literatura latinoamericana. Nos ha liberado, nos ha dicho que se puede”
De acuerdo con Julio Ortega, académico de la Universidad de Brown y editor de la crítica francesa de Rayuela, en los años sesenta “todas las muchachas de la facultad querían ser la Maga, y todos los hombres querían buscar a su Maga, la fantasía masculina de la mujer enigmática que se relaciona con las fuerzas más intuitivas con una sabiduría inocente”; cincuenta años después, los nuevos lectores siguen en esa búsqueda. Los seguidores de Cortázar no pueden estar equivocados, mucho menos autores de la talla de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, al manifestar que Rayuela es una de las obras imprescindibles de la literatura hispanoamericana.
Mario Vargas Llosa Escritor peruano
“
Ningún otro escritor dio al juego la dignidad literaria que Cortázar, ni hizo del juego un instrumento de creación y exploración artística tan dúctil y provechoso. La obra de Cortázar abrió puertas inéditas”
Sábado 15.Domingo 16.06.2013
50 años
de rayuela
Para vivir al estilo Rayuela De acuerdo con los personajes, la forma de vida debe traspasar el arte y la realidad, vivir con un poco de magia. 1. Aceptar la seriedad que merecen las situaciones absurdas. 2. En las citas con los amantes no deben fijarse horarios y lugares, basta confiar en el azar. 3. Actuar sin una finalidad establecida. Se puede entrar a un hospital sin saber a quién se va a visitar. 4. La música representa una parte fundamental de la vida, el jazz es la clave para disfrutarla. 5. Inventar un idioma, como el gíglico, que será entendible ante la alerta de los hablantes. 6. Jamás apriete el tubo de la pasta dental desde abajo.
Julio Cortázar Escritor argentino
“
No se imagina en qué estado escribí yo ese diálogo (El final de Traveler y Horacio). Ése, la muerte de Rocamadour, el concierto de Berthe Trépat, los capítulos patéticos del libro (…). Yo había perdido completamente la noción del tiempo (…). Ahí se puede hablar de posesión, esa cosa maravillosa que tiene la literatura. Yo estaba totalmente dominado”
el escritor Julio Cortázar en el Pont Neuf, sobre el Sena, en París.
El juego que transformó la literatura Por Lizeth Gómez de Anda lizeth.gomez@razon.mx
U
n extraño artefacto literario, de esta manera calificó Julio Cortázar la creación que sería considerada la más representativa de su obra. Rayuela es un juego de niños que se convirtió en la primera novela intertextual escrita en español, afirma en entrevista a La Razón el escritor Alberto Chimal. En este ejercicio narrativo Cortázar sacó su lado adolescente, quizá infantil, que lo llevó a plasmar el amor, la pasión, los encuentros, los desencuentros, las búsquedas existenciales y el desarreglo con el mundo para colocarlo en un volumen que lleva al lector por las calles de París, pero también lo invita a elegir qué historia quiere leer. El Nobel de Literatura mexicano, Octavio Paz, destacó el arriesgado experimento de Rayuela: “prosa hecha de aire, sin peso ni cuerpo, pero que sopla con ímpetu y levanta en nuestras mentes bandadas de imágenes y visiones, vaso comunicante entre los ritmos callejeros
de la ciudad y el soliloquio del poeta”. “Cortázar tuvo una gran ambición artística. El juego que propone, la estructura misma de la novela, poder leerlo por lo menos de dos maneras, una lineal y otra por medio de ese tablero que juega un papel de intertexto, que enlaza un capítulo con otro que no es el de la secuencia ordenada. Es como un precursor del hiperenlace, de lo que hoy conocemos como link”, comenta el creador de Los esclavos. Con él coincide el escritor Antonio Calera, quien define a la novela como un organismo vivo que se tiene entre las manos. “No se trata de un libro que emita su sentido de manera convencional, sino estamos frente a una especie de molusco que se mueve, nos atrapa de diversas maneras. Es una novela a la que tú le das vueltas y que no mide el tiempo, sino que lanza historias a discreción, como ella quiere”, comenta el autor. Así, el escritor argentino convierte al lector en un participante activo y durante el desarrollo del libro recuerda que está adentrándose en un texto. Ésa era preci-
samente la intención de Cortázar. En una carta a su editor Jean Barnabé, fechada el 27 de junio de 1959, el autor de Todos los fuegos el fuego expresa por primera vez su intención de escribir una antinovela que rompiera los moldes que petrificaban el género. “Un cuento es una estructura, pero ahora tengo que desestructurarme para alcanzar, no sé cómo, otra estructura más real y verdadera; un cuento es un sistema cerrado y perfecto, la serpiente mordiéndose la cola; y yo quiero acabar con los sistemas y las relojerías para bajar al laboratorio central y participar, si tengo fuerzas, en la raíz que prescinde de órdenes y sistemas”, confesó. Un año después, el 30 de mayo de 1960, mientras lo ponía al tanto en los avances de su hazaña literaria le platicó: “La cosa es terriblemente complicada, porque me ocurre escribir dos veces un mismo episodio, en un caso con ciertos personajes, y en otro con personajes diferentes, o los mismos pero cambiados por circunstancias correspondientes a un tercer episodio”.
Tablero de direcciones Julio Cortázar propone desde la primera página más de una lectura, a través de un juego. Aquí las dos propuestas descritas: »Siguiendo el orden normal, desde el capítulo 1, termina en el capítulo 56. El lector puede prescindir de los capítulos consecutivos. »El segundo inicia en el capítulo 73, con el siguiente orden:
3
Especiales
Quai de la Magisserie Íbamos por las tardes a ver los peces del Quai de la Mégisserie, en marzo del mes leopardo, el agazapado pero ya con un sol amarillo donde el rojo entraba un poco más cada día. Desde la acera que daba al río, indiferentes a los bouquinistes que nada iban a darnos sin dinero, esperábamos el momento en que veríamos las peceras (andábamos despacio, demorando el encuentro), todas las peceras al sol, y como suspendidos en el aire cientos de peces rosa y negro, pájaros quietos en su aire redondo. Una alegría absurda nos tomaba de la cintura, y vos cantabas arrastrándome a cruzar la calle, a entrar en el mundo de los peces colgados del aire.
Pont des Arts (capítulo 1) Más tarde te creí, más tarde hubo razones, hubo madame Léonie que mirándome la mano que había dormido con tus senos me repitió casi tus mismas palabras. “Ella sufre en alguna parte. Siempre ha sufrido. Es muy alegre, adora el amarillo, su pájaro es el mirlo, su hora la noche, su puente el Pont des Arts”.
Quai de Conti (Capítulo 1 y 21) ¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.
Pont Neuf (Capítulo 4) Toc, toc —Despertémonos decía Oliveira alguna que otra vez. Para qué contestaba la Maga, mirando correr las péniches desde el Pont Neuf—. Toc, toc, tenés un pajarito en la cabeza. Toc, toc, te picotea todo el tiempo, quiere que le des de comer comida argentina. Toc, toc. —Está bien —rezongaba Oliveira—. No me confundás con Rocamadour. Vamos a acabar hablándole en glíglico al almacenero o a la portera, se va a armar un lío espantoso. Mirá ese tipo que anda siguiendo a la negrita. —A ella la conozco, trabaja en un café de la rue de Provence. Le gustan las mujeres, el pobre tipo está sonado.
destino: parís
La relación de la Maga y Horacio Oliveira, en Rayuela, comienza en la rue du Cherche-Midi, lugar del que salió aquella mujer, despeinada, que se sorprendía con las insignificancias de la realidad, y se encontró con el que sería su antítesis, un hombre de 40 años, culto, que parecía estar buscando algo. Así comienza la ruta por París de Rayuela. Un recorrido que hace de la ciudad francesa el escenario perfecto para continuar el juego que propuso Julio Cortázar hace 50 años, involucrar al lector en la historia. Recorrer las calles y los cafés que se describen en alguna de las 598 páginas se ha convertido en una tarea que se aprovecha como destino turístico, por esa razón el Instituto Cervantes creó la Ruta Rayuela, que consta de 20 puntos significativos, aunque la novela tiene cerca de cien. El arco que da al Quai de Conti es uno de los más visitados, justo al atardecer de diciembre, para tratar de distinguir sobre el Point des Arts la figura delgada de una mujer inclinada sobre el agua, tal como encontró Oliveira a su amada, la Maga.
4
Place Dauphine (capítulo 31) —Vos —insistió Gregorovius— tenés una idea imperial en el fondo de la cabeza. ¿Tu derecho de ciudad? Un dominio de ciudad. Tu resentimiento: una ambición mal curada. Viniste aquí para encontrar tu estatua esperándote al borde de la Place Dauphine. Lo que no entiendo es tu técnica. La ambición, ¿por qué no? Sos bastante extraordinario en algunos aspectos. Pero hasta ahora todo lo que te he visto hacer ha sido lo contrario de lo que hubieran hecho otros ambiciosos. Etienne, por ejemplo, y no hablemos de Perico.
Rue de la Huchette (capítulo 73) Ardemos en nuestra obra, fabuloso honor mortal, alto desafío del fénix. Nadie nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette. Carrefour de l’Odéon (Capítulo 1) Me hartabas un poco con tu manía de perfección, con tus zapatos rotos, con tu negativa a aceptar lo aceptable. Comíamos hamburgers en el Carrefour de l’Odéon, y nos íbamos en bicicleta a Montparnasse, a cualquier hotel, a cualquier almohada.
ces del Quai de la pardo, el agazapaonde el rojo entraa acera que daba stes que nada amos el momento ábamos despacio, las peceras al sol, entos de peces u aire redondo. de la cintura, y vos la calle, a entrar os del aire.
Sábado 15.Domingo 16.06.2013
los persona jes
rue des Lombards (CApítulo 1) ¿Qué venía yo a hacer al Pont des Arts? Me parece que ese jueves de diciembre tenía pensado cruzar a la orilla derecha y beber vino en el cafecito de la rue des Lombards donde madame Léonie me mira la palma de la mano y me anuncia viajes y sorpresas. Nunca te llevé a que madame Léonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.
Pont au Change (Capítulo 1) Aún ahora, Maga, me preguntaba si este rodeo tenía sentido, ya que para llegar a la rue des Lombards me hubiera convenido más cruzar el Pont Saint-Michel y el Pont au Change. Pero si hubieras estado ahí esa noche, como tantas otras veces, yo habría sabido que el rodeo tenía un sentido, y ahora en cambio envilecía mi fracaso llamándolo rodeo.
Existen personajes se reflejan el mundo int cundarios que electual de París de los años cincuen ta; sin embargo, de la historia destacan cu ritmo a la historia. La atro, que le dan Oliveira están inspir Maga y Horacio ad reales, de acuerdo co os en personas n y Traveler derivaron su autor. Talita de los personajes anteriores.
La maga
De nombre Lucía, es una uruguaya despistada, ingenua y tierna, que vive en París con su hijo Rocamadour. Conoce a Horacio Oliveira por casualidad, después de diversos encuentros azarosos, y se convierte en amante suya. Su sencillez la hace ser parte del Club de la Serpiente, en el que se reúnen personas cultas que analizan todo tipo de temas. Pont Marie (Capítulo 154) Con la llave en la mano, Oliveira no sabía qué decir. Todo estaba equivocado, eso no tendría que haber sucedido ese día, era una inmunda jugada del ajedrez de sesenta piezas, la alegría inútil en mitad de la peor tristeza, tener que rechazarla como a una mosca, preferir la tristeza cuando lo único que le llegaba hasta las manos era esa llave a la alegría, un paso a algo que admiraba y necesitaba, una llave que abría la puerta de Morelli, y en mitad de la alegría sentirse triste y sucio, con la piel cansada y los ojos legañosos, oliendo a noche sin sueño, a ausencia culpable, a falta de distancia para comprender si había hecho bien todo lo que había estado haciendo o no haciendo esos días, oyendo el hipo de la Maga, los golpes en el techo, aguantando la lluvia helada en la cara, el amanecer sobre el Pont Marie...
Horacio Oliveira
Es el protagonista de la historia. Un argentino culto e inteligente, con angustias metafísticas, que llega a París para estudiar; sin embargo, no lo hace. Se dedica a organizar correspondencia. Se relaciona con la Maga y a su vez con el Club de la Serpiente. Después vuelve a Buenos Aires con su novia Gekrepten.
ulo 73) honor e nos cucolor que Huchette.
Notre Dame (capítulo 20) —Te tengo lástima —insistió la Maga—. Ahora me doy cuenta. La noche que nos encontramos detrás de Notre Dame también vi que... Pero no lo quise creer. Llevabas una camisa azul tan preciosa. Fue la primera vez que fuimos juntos a un hotel, ¿verdad? —No, pero es igual. Y vos me enseñaste a hablar en glíglico. —Si te dijera que todo eso lo hice por lástima. —Vamos —dijo Oliveira, mirándola sobresaltado. —Esa noche vos corrías peligro. Se veía, era como una sirena a lo lejos... no se puede explicar.
Traveler
Amigo de juventud de Horacio Oliveira; vive en Argentina. Este personaje es reflejo de Oliveira, quien se ve a sí mismo en Traveler.
Talita
Esposa de Traveler, de quien Horacio se enamora por ver en ella a la Maga.
5
Especiales
50 años
de rayuela
La jazzuela de Julio Cortázar Por Carlos Olivares Baró
La narrativa del autor refleja la músicalidad de artistas como Louis Armstrong; Miguel Zenón y Laurent Coq lanzan un disco que recrea las armonías y los episodios de la novela
C
uando Julio Florentino Cortázar Descotte (Ixelles, Bruselas, 26 de agosto de 1914-París, 12 de febrero de 1984) escuchó a Bix Beiderbecke, un azoro grande y una pena ensimismada de sí mismo lo acosaron: se fue apresurado a comprar una trompeta. La obtuvo por 20 francos en una pequeña tienda de la orilla izquierda del Sena en el Barrio Latino de París. Concentrado, hizo mudanza a su memoria de los acordes de “Bless You Sister” y fue feliz durante varias semanas. La noche que “I’ve Got a Feeling I’m Falling” —con la trompeta de los músicos Louis Armstrong, la voz de Vilma Middleton, el trombón de Trummy en la historia Young y el piano de Billy Kyle—, lo condujo por los amarraderos de la caLa novela incluye menciones dencia supo que “el jazz es una música que permite todas las imaginaciones”. de los siguientes jazzistas: Julio Cortázar iba siempre caminando por el mundo con un bamboleo en el que »George Gershwin se mezclan guiños del Earl “Fatha” Hire de “I Ain’t Got Nobody” (Lucas —alter ego de Rayuela »Tadd Dameron Cortázar en Un tal Lucas— quiere, a la hora de morir, escuchar el solo de piano) con impronArtista: Miguel Zenón y »Dizzy Gillespie tas de Jelly Roll Morton, Bud Powell, Kenny Clarke y Thelonious Monk: “Swing, luego existo”. Laurent Coq »Lester Young “La libertad es eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa”. 62, modelo para armar o El perseDisquera: Sunnyside »Sonny Rollins guidor o Rayuela. Gregorovius, Etienne, Ronald, Perico y Oliveira en el Club de la Serpiente escuchando Records »Horace Silver a Benny Carter y Johnny Hodges. “Uno es una pobre porquería al lado de un tipo como Johnny Carter” (El Año: 2012 »Elvin Jones perseguidor). La vuelta al piano de Thelonious Monk. La vuelta al día en ochenta mundos. El jazz es un saxofón »Coleman Hawkins al que se le ha roto el alma. Un soplo murmura el sueño. Parker corre detrás de la vida que lo rebasa con 15 minu»Thelonious Monk tos adelante: “My Melancholy Baby”, “Irresistable You”. La Maga escucha un lamento de la trompeta de Lee Morgan. »Charlie Parker La narrativa de Cortázar está trazada huyendo de toda linealidad temporal. Rayuela es, indiscutiblemente, una Jazzue»Miles Davis la. Convergencias donde discurren glosas de George Gershwin, Tadd Dameron, Dizzy Gillespie, Lester Young, Sonny Rollins, »Art Blakey Horace Silver, Elvin Jones, Coleman Hawkins, Thelonious Monk, Charlie Parker, Miles Davis, Art Blakey, Errol Garner, Art Tatum... »Errol Garner, Swing, bebop, hardbop, free: “... alguien ha puesto The blues with a feeling y casi no se baila, solamente se está de pie, balanceándose, y »Art Tatum todo es turbio y sucio y canalla y cada hombre quisiera arrancar esos corpiños tibios mientras las manos acarician una espalda y las muchachas tienen la boca entreabierta y se van al miedo delicioso y a la noche, entonces sube una trompeta poseyéndolas...” (Capitulo 17, Rayuela). El saxofonista alto portorriqueño Miguel Zenón y el pianista francés Laurent Coq acaban de grabar un disco en el cual ponen de manifiesto los hilvanes jazzísticos de la novela emblemática de Cortázar: Rayuela (Sunnyside, 2012) en formato de cuarteto (sax alto, piano, trombón/cello, batería/ tabla/percusión) y 10 temas que hacen referencias a personajes y circunstancia del cosmos cortazariano: “Talita”, “La muerte de Rocamadour”, “Gekrepten”, “Buenos Aires”, “Moreliana”, “Oliveira”, “Berthe Trepat”, “Traveler”, “La Maga” y “El Club de la Serpiente”. Suerte de anagrama musical que hace una exégesis de la novela: marcha ondulada en la que llega la rubia teñida Gekrepten; Oliveira se pregunta: ¿Encontraría a la Maga?; Morelli escribe un libro de visión aniquilante; y en Buenos Aires hay una hora en que casi nadie hace el amor. Jazz programático que rinde tributo al Cronopio mayor, quien hizo de la literatura un paseo sinuoso en el que las palabras son armónicos naturales caligrafiados en una escala de blue note en que humor, juego, búsqueda, añoranza y exilio “de la tierra al cielo” conforman una jam session inolvidable.
6
Sábado 15.Domingo 16.06.2013
Obra de lectura obligada Por Brenda Vargas Martínez
Académicos que encontraron su vocación a través de Rayuela y escritores que vieron en ella la motivación para crear, son algunas de las influencias que Julio Cortázar ha dejado entre sus lectores. La Razón entrevistó a algunas figuras literarias que coinciden en que la mejor edad para acercarse a la obra maestra del autor argentino es la adolescencia, el momento adecuado para volver la historia entrañable.
Rafael Pérez Gay Escritor y editor
“
Aprendí en esa novela la ruptura de las formas, a la ruptura de las formas novelísticas, al juego y al azar, como propuesta estética; al humor, a los espejismos, a los rituales, a la profundidad de la existencia, a la desesperación de que nada dura y al final todo se pierde” Juan Villoro Escritor mexicano
“
Leí Rayuela como un libro de autoayuda, tratando de parecerme a los personajes. Cortázar aborda temas eternos como el amor, el exilio, la muerte de un niño, pero también depende de referencias culturales”
Guillermo Samperio Narrador mexicano
“
Me di cuenta de que el len utiliza Cortázar sigue siendguaje que o fascinante; es una obra universa l. To do mundo tiene que leer Rayuela si zona donde va a disfrutarquiere ir a una , va a jugar”
Alberto Chimal Escritor mexicano
“
scente, que Yo leí Rayuela de adolebe leerse. Es de do creo que es cuan y vital, que puede un libro muy joven, mus querido por una ser más apreciado y má persona joven”
Juan Gabriel Vásquez Escritor colombiano
“
Es el libro de un hombre de cincuenta años sobre un hombre de cincuenta años, y sin embargo sus lectores más fieles han sido desde el principio jóvenes de veinte”
Julio Ortega Académico peruano
“
Rayuela sigue siendo innovadora. Permite a cada lector sintonizar con el espacio creativo que le pertenece. Cada generación la lee de un modo diferente”
Ramón Córdoba Editor Alfaguara
“
Siempre ha habido un Rayuela y creo que lo público para seguirá habiendo. No creo que pierd a es e poder que ha conservado durante 50 años”
Miguel Ángel Muñoz Crítico literario
“
do. Es muy Quien la lee queda marca edes empesignificativa porque la pu el final, el desde a zar leer donde quieras, s que te quedasnte sie y , irla abr principio, es lo magistral te en el mismo lugar; eso ” zar rtá que tiene Co
Eduardo Casar Académico de la UNAM escrito bajo Muchos autores han otros hemos el influjo de Cortázar; lpa de él, como do literatura por cu dia tu es s dedicado a vivir es mi caso, y nos hemo a” ell ra de la literatura y pa
“
Carmen Galindo Académica de la UNAM
primera portada, publicada por la editorial Sudamericana en 1963.
“
Cortázar rechazaría completamente cualquier explicación lógica racional que pudiéramos dar de su obra; él no quería que su obra se explicara, quería que la leyéramos, que la gozáramos, nos divirtiéramos” 7
Te quie-ro o r e i u q e t o r e i u q te Por Julio Cortázar
más del brazo de Oliiznaba, y la Maga se colgó todavía Llov . eau Van rue la en aron entr s Por la rue de Varenne posible explicación a fría. Etienne y Perico discutían una sop a olía que le eab erm imp su tra veira, se apretó con la Maga. También eso eira pasó el brazo por la cintura de Oliv o, rrid Abu bra. pala la y ura pint del mundo por la tía el juego leve de ura fina y caliente, al caminar se sen cint una o tand apre o braz un , ción podía ser una explica -ro te quie-ro te quieistente, una Berlitz obstinada, te quie pers y o óton mon uaje leng un o los músculos com só gramaticalmente . “Y después siempre, la cópula”, pen -rer que , -rer que o, pur o verb : ción ro. No una explica eo lo exasperaba, inútil cómo de pronto la obediencia al des der pren com ido pod iera hub a Oliveira. Si la Mag su mejilla, el aire Toulola cintura, ese pelo mojado contra tibia tan ta, poe un o dich ía hab a obediencia solitari violar es explicar pero tra él. En el principio fue la cópula, con a nad nco arri inar cam para a use Lautrec de la Mag -ro fuese el cubo de la licatorio, que ese te quie-ro te quie exp anti odo mét el rir cub Des a. no siempre vicevers comer, todo vuelve a luto. Después hay que comer o des abso un hay no , nza mie reco o Tod rueda. ¿Y el tiempo? cosa: trampa del tiempo demasiado diferente y cada vez otra ca nun as, hor as tant a cad eo des entrar en crisis. El ión del Todo. Pero en arder eternamente en la contemplac o, fueg el o com r amo “Un s. ione para crear las ilus ado.” seguida se cae en el lenguaje desafor las ven. Y esto se llama si no nombran las cosas ni siquiera des Uste —. nne Etie a uñí —gr r lica —Explicar, exp licar. Pinto, ergo soy. no. Perico, hay que mostrar, no exp Dui de el ía dec o com , casa a llam perro y esto se —¿Mostrar qué? —dijo Perico Romero. estemos vivos. —Las únicas justificaciones de que ias —dijo Perico. sentido que la vista y sus consecuenc —Este animal cree que no hay más rpo, en ese sentido jo Etienne—. Yo pinto con todo el cue —di al visu to duc pro un que cosa —La pintura es otra la manía de las explicano sé cuánto. Lo que me revienta es de o Tirs tu o tes van Cer tu de e no soy tan diferent vamente como verbo. ciones, el Logos entendido exclusi ogo de sordos. sentidos, el de ustedes parece un diál los de o land Hab —. eira Oliv jo —di —Etcétera pensó Oliveira. “Neceva a decir alguna de sus burradas”, ésta ora “Ah él. tra con más avía tod La Maga se apretó orosa, algo tan contradic.” Sintió una especie de ternura renc ente icam érm epid se idir dec ero, sita frotarse prim de abejas. Pero en este ntar la bofetada dulce, el puntapié inve que bría “Ha ma. mis ad verd la torio que debía ser . Lástima, haría falta el Perico tiene razón, el gran Logos vela . rirse cub des por n está mas últi mundo las síntesis sar a Gregorovius”. la antimateria que tanto da que pen ra, neg luz ra ade verd la plo, ejem amoricidio, por
Fragmento del capítulo 9 de Rayuela, editorial Alfaguara, pág. 54
Obra In bed the kiss, de Henri de Tolouse Lautrec, 1893.
La Razón SUPLEMENTO ESPECIAL
»Edición Anabel Clemente Trejo
»Diseño Elizabeth Cuevas
»Retoque digital Jesús Díaz Jorge G. Báez
»Corrección Raúl Chávez Sánchez
Contáctenos. Conmutador: 5260-6001. Publicidad: 5250-0078. Suscripciones: 5250-0109. Para llamadas del interior: 01-800-8366-868. Diario La Razón de México. Nueva época, Año de publicación: 5