Cuatro madejas de lana teñidas con cochinilla Cat. 59
ROJO MEXICANO
LA APORTACIÓN DE MÉXICO
AL ARTE UNIVERSAL POR MIGUEL FERNÁNDEZ FÉLIX HABLAR de la cochinilla mexicana es explorar la historia mediante un testigo que sigue desde las profundidades de Mesoamérica hablándonos del tránsito de la naturaleza a la cultura. Rojo mexicano. La grana cochinilla en el arte es un recorrido por las paletas que incluyeron el rojo de la grana en las obras de los más importantes artistas plásticos del arte universal; desde Tintoretto, Velázquez, Zurbarán, hasta Delacroix, Cézanne, Van Gogh, y muchos más, cuyas pinceladas guardan la historia de un pequeño insecto que revolucionó el arte a través de sus brillantes colores y sus cualidades tintóreas únicas.
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El insecto que rompió fronteras Por Helena Rangel Guerrero >
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ESTAMOS ACOSTUMBRADOS a ver en los museos de arte exposiciones sobre uno o varios artistas o diversas corrientes plásticas; jamás imaginamos que algún museo podría dedicar una muestra a un insecto poco conocido que se alimenta del nopal, símbolo de identidad y cultura mexicanas, y, mucho menos, que éste pudiera tener relación con el arte mismo; sin embargo, el arte universal le debe mucho a este pequeño animal cultivado por nuestros antepasados mesoamericanos desde antes de la llegada de los españoles, y que hizo de vastas regiones mexicanas como Oaxaca, lugares prósperos gracias a su cultivo. Nos referimos a la grana cochinilla, conocida científicamente como Dactylopius coccus, y por nuestros antepasados como nocheztli o “sangre de nopal”. Su historia se remonta a la época prehispánica; los registros históricos indican que servía como medicamento, para colorear alimentos como los tamales, pintar la piel, teñir textiles, y hasta como producto de tributo tal como lo señalan algunos códices mesoamericanos. Cuenta Bernal Díaz del Castillo en su Historia General de las Cosas de la Nueva España, que se vendía en los tianguis en forma de panecillo para los tintoreros y los pintores. Muchos de los códices que hoy en día conocemos fueron pintados utilizando este insecto. Del otro lado del mundo, desde tiempos ancestrales, el rojo se volvió un color muy importante para la sociedad. Ya desde el año 1100 la Iglesia lo había adoptado como símbolo de autoridad;
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Obras integran la exhibición en el Palacio de Bellas Artes
un siglo después, en 1295, por decreto papal los ropajes “rojos” se convirtieron en prenda obligada para los cardenales. Existieron muchas fuentes para la obtención de este color, sin embargo, eran productos muy escasos y por tanto costosos ya que provenían del oriente. Tras la conquista de la gran Tenochtitlán, los españoles encontraron en diversos productos, entre ellos la grana cochinilla, la posibilidad de generar grandes riquezas para la corona. El propio monarca Carlos V escribiría a Hernán Cortés solicitando información sobre aquel nuevo colorante rojo conocido como “grana cochinilla”, cultivada y producida por los indios en la meseta mexicana. Así, con el conocimiento de que los tintes y pigmentos rojos eran productos ampliamente demandados en el viejo mundo y con el descubrimiento de que la grana cochinilla podía producir carmines más brillantes que los ocupados tradicionalmente, fue como hacia 1523 salió el primer embarque de grana cochinilla del puerto de Veracruz a Europa, convirtiéndose por más de tres siglos en la segunda fuente de ingresos para la corona española después de la plata. Pero ¿qué relación tuvo este colorante con el arte? Antes los artistas utilizaban materiales naturales como minerales, plantas, otro tipo de cochinillas como la polaca y la armenia; incluso ponían a remojar retazos de telas pintadas que los tintoreros desechaban para extraer el colorante y utilizarlo en sus lienzos. Así fue como la grana cochinilla llegó a las paletas de los más prominentes artistas a lo largo de la historia desplazando cualquier colorante natural antes utilizado.
EL MEJOR COLORANTE NATURAL
Los pigmentos de la cochinilla mexicana tienen una coloración y calidad superior a la de cualquier otra pintura animal en el mundo. COCHINILLA MEXICANA PALO DE BRASIL
COCHINILLA MEXICANA
(Dactylopius coccus) Parásito de la raíz de los nopales. En náhuatl significa: “Sangre de tuna”.
PALO DE BRASIL
17% a 24%
de ácido carmínico
OTROS COLORANTES
Antes de la Conquista los colorantes provenían de oriente.
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COCHINILLA DE POLONIA COCHINILLA DE ARMENIA
COCHINILLA DE ARMENIA
(Porphyrophora hamelli) Parásito del pasto y del bambú.
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Las hembras poseen el ácido carmínico en su interior. Los machos tiene alas y son más pequeños.
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de ácido carmínico y kérmico
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(Kermes vermilio) Parásito de encino Kermes.
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de ácido kérmico
(Rubia tinctorum) Su raíces son usadas para fabricar colorantes además de fines medicinales.
Es un hemíptero, se caracteriza por poseer una trompa. Se alimenta de la savia del nopal.
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(Porphyrophora polonica) Parásito del pasto.
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(Caesalpina echinata) Del fruto y la corteza se extraen colorantes.
Este insecto es de forma oval y de cuerpo plano.
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HISTORIA ILUMINADA
LA COCHINILLA EN LA PINTURA DE LOS CÓDICES
La grana cochinilla se encuentra presente en documentos elaborados tanto antes como después de la conquista. Algunos de los códices en los que se ha comprobado que este material fue usado como colorante es el Florentino.
FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN (1540 A 1585) En el Códice Florentino, Capítulo undécimo, los informantes de Bernardino de Sahagún hablan de la diversidad de los colores que se empleaban en la época prehispánica y de las recetas para fabricar los pigmentos laca.
Por D. Domenici, C. Grazia y D. Buti >
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os antiguos mesoamericanos utilizaron la cochinilla por lo menos a partir del periodo clásico, y en las vísperas de la conquista española este color, extraído del insecto Dactylopius coccus, se utilizaba en la pintura mural, en la pintura de jícaras, en el teñido de textiles, pelo de animal y plumas, en la cosmética y en la pintura de códices. En su Códice Florentino, el franciscano Bernardino de Sahagún nos indica que en los mercados aztecas se vendía la cochinilla bajo la forma de nocheztlaxcalli, “tortilla de cochinilla”. Si nocheztli era el nombre náhuatl del insecto, tlapalli era la palabra que, aunque utilizada para indicar los colores en general, se utilizaba para referirse al material colorante extraído de la cochinilla; las fuentes nos dicen que tlacuahuac tlapalli, “rojo duro”, era el color más utilizado por los pintores, descrito como “muy bueno, firme, vívido, un color vívido, rojo como chile, como sangre, como sangre fresca” y probablemente obtenido calentando la cochinilla y mezclándola con alumbre, caparrosa y tézuatl: otras variantes eran el tlapalnextli, “rojo ceniza”, mezclado con yeso o ceniza y por ende de color menos brillante, y el camopalli, “rojo patata dulce”, en donde una mezcla de cochinilla, alumbre y tzacutli (goma de orquídea) proporcionaba una tinta morada obscura, “con que hacen las sombras los pintores”. La gama semántica del término tlapalli indica que la cochinilla se percibía como material colorante por antonomasia entre los pintores de códices, y no es casual que su descripción sea la primera de la sección que Sahagún dedicó a estos artistas. Ya que el conocido difrasismo náhuatl in tlilli in tlapalli, “el negro, el rojo”, se refería a los colores de los códices y, metafóricamente, a la sabiduría, no parece atrevido decir que en la época prehispánica la cochinilla materializaba uno de los valores príncipes de la cultura nahua. La complejidad terminológica registrada en las fuentes apunta hacia la existencia de prácticas tecnológicas que permitían la obtención de una gran variedad de tonos, mezclando la cochinilla con varios otros materiales —entre ellos el tézuatl, el alumbre, la caparrosa, la goma de orquídea, el yeso y la ceniza—, los mesoamericanos lograban obtener lacas que variaban entre el morado, el purpúreo y el escarlata; además, los pintores podían modular el tono de color por medio de diluciones y mezclas con otros materiales (arcillas, carbonato de calcio, etc.), como indican los resultados de los modernos análisis científicos.
Español (Transcripción del texto original) las tierras a manera de mata, que se hazen en “Ay en esta tierra una mata, o arbusto desta mata o arbusto, cueçense iuntamente hojas las tl: calientes que se llama tesoa e una color colorado muy fino con que con piedra lumbre y contaliyac, y hazes mucho etc.” tiñen el tochomitl colorado hase de heruir
Fray Bernardino de Sahagún (Reino de León, 1499 - México, 1590) Historia General de las cosas de la Nueva España (Códice Florentino) [edición facsimilar], México, Secretaría de Gobernación, vol. III, 1979 Impresión offset Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, INAH, Ciudad de México.
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recolecta del nopal, re con cuidado para no reventar su caparazón.
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EL COLOR DEL PODER
La intensidad de la grana cochinilla cautivó a los sectores político y religioso. EL COLOR EN EL PODER RELIGIOSO
EL COLOR EN EL PODER CIVIL
EL TEXTIL Y LAS ARTES PLÁSTICAS
Diego Velázquez (España, 1599 – 1660) Retrato del Arzobispo Fernando de Valdés, ca. 1645 The National Gallery, Londres
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ductos de consumo diario como los embutidos, los cosméticos y las bebidas; así como su uso en diversas manifestaciones artísticas, por medio de herramientas históricas y científicas que sin duda enriquecerán las investigaciones en torno a los pigmentos provenientes de fuentes naturales. Entre las piezas más destacadas se encuentran Magdalena penitente, de Francisco de Zurbarán; San Juan escribiendo el Apocalipsis, de Maerten de Vos; Retrato de hombre en armadura, de Tiziano; Isabella Brandt, de Rubens; La deposición de Cristo, de Tintoretto; La visita a la tumba, del inglés Joseph Turner; Madame Léon Clapisson, de Pierre-Auguste Renoir; Retrato del Arzobispo Fernando de Valdés, de Diego Velázquez; Mujeres de Argél en interior, de Eugéne Delacroix, así como la Recámara de Van Gogh en Arlés, de Vincent van Gogh, entre muchas otras obras que revelan cómo la grana cochinilla se convirtió en pieza fundamental que dio color al arte en cada rincón del mundo. Si por largo tiempo su cultivo y producción fue un secreto que científicos, teóricos y artistas de todas partes pretendieron descubrir, hoy su pasado es recuperado por el Museo del Palacio de Bellas Artes presentando como protagonista de esta historia al insecto que hizo del rojo un rojo perfecto.
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EL MUSEO DEL PALACIO DE BELLAS ARTES, con este fascinante contexto, decidió emprender y trazar el camino por la historia de la grana cochinilla. Para ello, en colaboración con la Secretaría de Cultura de Morelos, organizó en 2014 Rojo mexicano. Coloquio internacional sobre la grana cochinilla en el arte, donde logró reunir a los más destacados investigadores del tema, nacionales e internacionales, provenientes de los museos y centros culturales y de investigación más importantes en todo el mundo como la National Gallery de Londres, la National Gallery de Washington, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Centro de Restauración e Investigación de los museos de Francia, el Museo Nacional del Prado de Madrid, el Rijksmuseum de Ámsterdam, la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, ambos en México, entre otros. Los aportes realizados en este coloquio sentaron las bases para Rojo Mexicano. La grana cochinilla en el arte, una exposición que destaca la importancia de este insecto desde la época prehispánica hasta nuestros días, ahora como un colorante natural para numerosos pro-
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Por Helena Rangel Guerrero >
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Un coloquio marcó la génesis de la exposición
Cristóbal de Villalpando (México, ca. 1649 – 1714) Virgen de Guadalupe Segunda mitad del silgo XVII Colección María y Manuel Reyero, Ciudad de México
Sebastián López de Arteaga (España, 1610 – México, 1652) La incredulidad de santo Tomás Primer tercio del siglo XVII Museo Nacional de Arte, INBA, Ciudad de México
Thomas Lawrence (Reino Unido, 1769 – 1830) Retrato de Sir Nicolas V ansittart, 1825 Museo Nacional de San Carlos, INBA, Ciudad de México
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Después se cuelga 6 D
la lana hasta secarsse y se lleva a un río para enjuagar.
S agrega la lana que 5 Se se s desea colorear y se deja hervir una hora y media.
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aagua y ácidos (c (como limón) con los insectos pulverizados.
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Georges Roque Curador de la muestra
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Lo que nos interesa es contribuir a una historia material del arte, tomando en cuenta sus propiedades, funciones y significados, lo que la historia del arte tradicional ha ocultado en gran parte a partir del Renacimiento”
LOS ARTISTAS NOVOHISPANOS también utilizaron el llamado carmín de Indias elaborado con grana cochinilla para darle color a sus pinturas; tuvieron sobre todo la ventaja de que su obtención fue mucho más accesible que para sus homólogos europeos, pues de Oaxaca se comercializaban importantes cantidades de este colorante hacia la ciudad y no había que esperar a que el insecto cruzara el océano del puerto de Veracruz al puerto de Sevilla y Cádiz, lugares a los que arribaba y de dónde se comercializaba al resto de Europa, para poder utilizarlo en sus obras. Desde mediados del siglo XVI, fueron llegando a México pintores españoles que ya tenían conocimiento del uso de la cochinilla tanto en textiles como en pintura. Entre estos encontramos a Andrés de Concha, activo en la Nueva España a partir de 1568; Alonso Vázquez, que llegaría en 1603, cuyo uso de la cochinilla para imitar telas de terciopelo ya había sido elogiado por Francisco Pacheco en su famoso tratado El arte de la pintura; y Sebastián López de Arteaga, que llegó a México alrededor de 1640, y que al igual que los pintores mencionados, utilizó la cochinilla mexicana para colorear sus más prominentes obras a lo largo de los más de tres siglos en los que la grana dominó el mundo de los pigmentos.
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Influye en los novohispanos
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Jacopo Robusti, Tintoretto (Italia, 1519 – 1594) La deposición de Cristo, Finales de 1550 Scottish National Gallery
Peter Paul Rubens (Alemania, 1577 – Bélgica, 1640) Isabella Brandt, ca. 1610 Galleria degli Uffizi, Florencia
Luis de Morales, El Divino (España, ca. 1510 – 1586) Ecce homo, siglo XVI Museo Nacional del Prado, Madrid
Nicolas Poussin (Francia, 1594 – Italia, 1665) San Dionisio, ca. 1620 Réunion de Musées Métropolitains Rouen Normandie Musée des BeauxArts, Rouen
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Francisco de Zurbarán (España, 1598 – 1664) El martirio de Santiago, ca. 1640 Museo Nacional del Prado, Madrid
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Vincent van Gogh (Países Bajos, 1853 – Francia, 1890) La recámara de Van Gogh en Arlés, 1889 Musée D’Orsay, París
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Vincent Van Gogh Siglo XIX
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Carmín es el rojo del vino con la vivaz calidez del vino”
VINCENT VAN GOGH, UN IMPRESIONISTA RENDIDO ANTE LA GRANA Redacción >
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an Gogh constituye un caso excepcional, describe Ella Hendricks en su texto “Carmín es el rojo del vino” (el cual está disponible en el catálogo de la exposición); debido al gran número de pinturas en las que utilizó cochinilla. Esto se sabe gracias al análisis sistemático que se ha realizado en el Museo Van Gogh de Ámsterdam, donde se han encontrado restos de grana cochinilla en más de cincuenta obras, además de interesantes alusiones en sus cartas a su hermano Theo sobre las propiedades cromáticas del color rojo y el carmín producido con cochinilla, “el carmín es el rojo del vino, con la vivaz calidez del vino”, así como la petición de nuevos pigmentos desde París, a pesar de sus elevados precios y la precaria economía del artista. Muchas de estas cartas fueron escritas durante la estancia de Van Gogh en Amberes, el puerto donde llegaba la cochinilla destinada a Flandes y a pintores como Rembrandt o Rubens. Es importante señalar que Van Gogh apreciaba la obra de ambos artistas. En La Recámara de Van Gogh en Arlés, la cochinilla contribuye también al significado general de la obra. Para entenderlo es preciso recordar que, a través de
esta obra, Van Gogh quería transmitir la idea de reposo, de descanso a partir de un moderno sistema cromático. Se basó en las ideas de un teórico de la época, Charles Blanc, cuya teoría leyó con muchísimo interés y entusiasmo. Una de las ideas de Blanc consistía en hacer una distinción entre las oposiciones de colores complementarios (rojo y verde; amarillo y morado; azul y anaranjado) al utilizarlos puros y saturados para producir un choque visual. El artista le expresó a Theo en una de sus cartas la armonía que debía llevar el uso del color, y cómo estos “tenían que hacer su trabajo”. Existen tres versiones de esta recámara que han sido analizadas de manera detallada, y todas contienen cochinilla. La primera de ellas fue la única pintada dentro del pequeño cuarto del artista en su casa amarilla en Arlés, en octubre de 1888. Debido a una inundación en el estudio, la pintura sufrió fuertes daños que llevaron a Van Gogh a crear dos versiones más en septiembre de 1889, realizadas durante su estancia en el asilo en Saint Rémy-de-Provence. La versión que se presenta en la exposición, perteneciente al Musée D’Orsay, de París, es la tercera de estas versiones, con un valor especial para Van Gogh, pues la realizó pensada como un regalo para su madre. A pesar de que mantuvo la misma pa-
leta de colores en las versiones posteriores de la obra, no eran copias exactas del primer trabajo. Si se comparan las tres, se pueden apreciar sutiles variaciones que Van Gogh presentó en cada obra al ajustar la mezcla de los pigmentos utilizados en distintas capas de pintura. Lo mismo puede decirse de la exploración que el artista hizo en la utilización de la cochinilla. Si bien se ha encontrado en todas las obras los restos de este pigmento, en cada una de ellas Van Gogh le dio un tratamiento diferente al mezclarlo con distintos sustratos. Es importante señalar que las pinturas de Van Gogh han ido cambiando sus colores con el paso del tiempo. En las puertas y las paredes, los colores se han desvanecido por la exposición a la luz. Mientras que el artista los describe como elementos de color violeta, hoy en día se han tornado azul pálido. Una toma transversal del cuadro de Ámsterdam demostró que las partículas rojas de la laca de cochinilla se han decolorado, un cambio que es irreversible. Permanecen únicamente la combinación de blanco de zinc y azul cobalto, lo que le da su tonalidad azulada a esa sección de la obra. A pesar de esto, en las mismas cartas de Van Gogh él afirma que estaba consciente de que sus obras irían cambiando sus colores, por lo que, quizá, previó la situación actual de sus pinturas.
La Razón SUPLEMENTO ESPECIAL »COORDINACIÓN Y DISEÑO Carlos Mora
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LA GRANA COCHINILLA EN EL ARTE
ARMADO
Forma tu afiche de la grana gochinilla.
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DESDE LOS PINTORES de cuevas como Lascaux que tuvieron que conformarse con el rojo anaranjado apagado del óxido de hierro, pasando por los hebreos y los antiguos griegos y romanos, donde el rojo fue asociado con las divinidades, así como la marca distintiva de la élite; el rojo ha sido un color muy importante cultura tras cultura. En la Edad Media y el Renacimiento el rojo se convirtió en el emblema favorito del poder real, sin embargo, la obtención del tinte era problemática. Los rojos se obtenían de fuentes naturales como la rubia, cuyos mejores rojos únicamente eran conseguidos por tintoreros del Imperio Otomano, la India y otras regiones de oriente, lo cual hacía de este tinte, una sustancia sumamente cara. En regiones como Turquía, China y España, los rojos se obtenían a partir del cinabrio, conocido también como bermellón que, si bien era barato, era sumamente tóxico. Otras fuentes fueron el palo brasil, el quermes de roble, y la cochinilla polaca y armenia. Obtener un buen rojo por parte de tintoreros y pintores implicaba técnicas arcaicas y materiales provenientes de regiones lejanas, considerados raros y costosos, y por ello fue la forma idónea para que los acaudalados manifestaran su jerarquía social y su poder económico. No sólo ocupaban el rojo para sus vestimentas, el apetito por el rojo estaba prácticamente en todos lados, desde l Pala
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Piezas de la exposición provienen de museos extranjeros
cubrir sus paredes con tapicerías de seda teñida; alfombras rojas importadas con frecuencia de Oriente para cubrir los suelos y coronar sus mesas; hasta sus libros que eran forrados con tela o tapas de cuero rojas. La demanda de tintes para cubrir estas lujosas necesidades hacía que su comercio fuera muy redituable. Venecia y Florencia fueron del siglo XI a mediados del siglo XVI los principales proveedores de telas y de otros productos para teñir debido a que controlaron gran parte del comercio europeo con Oriente durante siglos. Sin embargo, con el descubrimiento de América y la caída de Tenochtitlan, España empezó a ser protagonista hasta desplazar el comercio europeo hacia la península Ibérica con la introducción de la grana cochinilla como sustituto de los tintes ancestralmente ocupados. Su gran cualidad tintórea y al ser mucho más accesible en cantidad, hizo que tintoreros y pintores buscaran utilizarla, esto aumentaría su valor económico y le otorgaría a la corona española cuantiosas riquezas a lo largo de tres siglos, relegando a los venecianos y florentinos en el ramo que por mucho tiempo habían dominado. La grana cochinilla se cosechó primeramente en la región central de México (Tlaxcala, Puebla, Estado de México), sin embargo, pronto Oaxaca se convirtió en el principal proveedor de este insecto. Para su comercio internacional la grana era transportada desde el puerto de Veracruz rumbo a Sevilla, que durante
Autor no identificado Casulla de terciopelo carmesí, Francia, siglo XVI Fig. 5
los siglos XVI y XVII se volvió el puerto más importante del comercio de tintes y materiales para su elaboración. Esto cambiaría en el siglo XVIII cuando Cádiz reemplazó por completo a Sevilla como puerto de llegada y reexportación de la mayoría de los productos provenientes de América rumbo a varias regiones como Ruan, Ámsterdam, Londres, Hamburgo y Estambul. Sin embargo, esto no repercutió para que la grana mexicana siguiera siendo un producto demandado por Europa y el resto del mundo.
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Por Helena Rangel Guerrero >
Lunes 27.11.2017 | La Razón
Un color de los dioses, cargado de poder
Despues del proceso de trasnformación, la tintura se utiliza en la industria cosmética, textil, farmaucética, asi como en la preparación de alimentos. od
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CHIHUAHUA
COAHUILA En grandes invernaderos se obtiene una producción de
3 TONELADAS AL AÑO, equivalentes a llenar de mermelada la alberca olímpica.
Se aparean 2 o 3 veces al año. El macho se coloca de lado de la hembra para introducir su esperma.
NUEVO LEÓN SAN LUIS POTOSI ZACATECAS
Los huevos fecundados están en un saco en el abdomen de la hembra Tiene entre 5 a 80 crías llamadas ninfas o larvas.
Se tiñen hilos y elaboran tapetes con grana de cochinilla.
HIDALGO TLAXCALA PUEBLA En algunos lugares colorean el Pan de Muerto con grana.
AGUASCALIENTES COLIMA GUANAJUATO QUERÉTARO Se elaboran tortillas ceremoniales pintadas con grana de cochinilla. De 12 a 15 días sueltan huevos sobre el nopal, del cual son las que se recolectan.
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MORELOS ESTADO DE MÉXICO
OAXACA La tintura se sigue utilizando en obras artisticas, alebrijes y telas teñidas en pequeñas cantidades de producción.
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Rafael Doniz (Ciudad de MĂŠxico, n. 1948) Sin tĂtulo, de la serie La grana cochinilla, 2015 Cat. 21
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