INTELIGENCIA ARTIFICIAL
SÁBADO 06 de julio de 2024 Año 19 • No. 6922 • Pachuca de Soto, Hidalgo México • $5.00 PESOS • SÍGUENOS EN: @diaplazajuarez • Diario Plaza Juárez • www.plazajuarez.mx •
Por ahora
Cuando creímos que ya se había superado el trago amargo que el COVID-19 dejó en el imaginario colectivo, llega un estudio realizado a las ballenas jorobadas que migran anualmente por la costa este de Australia, el cual revela que estos ejemplares fueron más felices durante el primer año de pandemia debido a la disminución de contaminantes en sus aguas de alimentación, por si no nos había quedado claro que el impacto de los seres humanos está acabando con la flora y fauna de este planeta.
Porque en efecto, los cambios climáticos que estamos presenciando actualmente son consecuencia de las nulas acciones que se tomaron por cuidar el agua, por sembrar y cuidar los árboles y plantas que nos dotan de oxígeno, y por ignorar los efectos de nuestros desechos sólidos urbanos; de este y muchos otros temas nos hablará nuestro colaborador Luis Ángel Martínez, que nos llevará a una reflexión de “las cinco fases de la pérdida” en las problemáticas sociales que están ocurriendo. Además, como en cada edición, no podemos dejar de lado el impacto de las nuevas tecnologías en nuestro día a día, donde nos encontramos con dispositivos que detectan y monitorean nuestros signos vitales, niveles bioquímicos y actividades del cuerpo, todo desde los aparatos que usamos diariamente como teléfonos móviles, tabletas electrónicas, audífonos y relojes. Nos alegra que estés aquí, ¡ven y disfruta la historia de cada semana!
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PLAZA JUÁREZ. “La Historia de Cada Día”, publicación diaria 06 de julio de 2024. Año 19 Número 6922 • Editor Responsable Sr. Martín Peralta Sánchez • Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor 04-2021-110417520700101 • Número de Certificado de Licitud de Contenido Número 11644 • Número de Certificado de Licitud de Título Número 14071. Otorgado por la comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación • Publicado y Distribuido por Comunicación Colectiva de Hidalgo S.A. de CV. *Domicilio de la Publicación: Calle Diamante 400 Fraccionamiento Colosio I. Pachuca, Hidalgo CP 42088 Teléfono 71 702 80
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ÍNDICE
4
¡Nos salvaste, Alberto! Por ahora
Inteligencia artificial para tratar el asma
Sensores que fomentan una vida más saludable 10 8
12
Las ballenas fueron más felices durante la pandemia de covid-19
15 Pasatiempos
PEDAZOS DE VIDA: Aquellos ayeres
RELATOS DE VIDA: Justicia terrenal
Por ahora Nos salvaste, Alberto! !
LUIS ÁNGEL MARTÍNEZ I
La tormenta 'Alberto' está terminando y estamos a días de que llegue 'Beryl'. Cuando se habla de cambio climático, muchas veces este tipo de datos se ven como algo a futuro o, mejor dicho, como algo lejano, pero las consecuencias climáticas ya están aquí. En México ya es visible: la falta de agua, cada año las temporadas de calor son más extremas y con temperaturas elevadas a lo largo del día, las temporadas de lluvia en varias partes del país son casi inexistentes, las sequías arrasan los cultivos y la agricultura solo es viable en invernadero, la lluvia se vuelve ácida; e incluso los huracanes y ciclones, que antes eran desastres naturales poco comunes en México, con el calentamiento de los océanos pasan a volverse anuales entre verano y otoño, convirtiéndose en la única forma en que se llenan las presas, lagos y mantos acuíferos del país. ¿Pero cómo llegamos hasta aquí?
En el año 1972, en Estocolmo, se dio la primera conferencia de la ONU para tocar el tema del cambio climático. En ese tiempo la única preocupación era la contaminación del aire y del agua por la industria. En los años ochenta se hicieron diversos estudios que encontraron que las emisiones de gases de efecto invernadero estaban provocando “calentamiento global” y por ello se crearon programas internacionales para investigar sus consecuencias y evitarlo.
En los años 2000 se midió que el calentamiento global estaba aumentando por influencia humana y se entró en otra etapa: “cambio climático”, es decir, ya no se trataba de una simple subida de temperatura, sino que en el futuro nos encontraríamos con que ecosistemas, provincias e incluso países podrían sufrir cambios significativos en su clima natural. Desde 2010 en adelante ha crecido la concientización, con programas ambientales en diversos gobiernos para la reducción de gases de efecto invernadero y programas legales para la protección y defensa del medio ambiente.
También se han creado nuevas alternativas para mejorar el medio ambiente; hay planes internacionales y energías renovables para reducir el uso de energías fósiles e incluso
países como Dinamarca y Alemania han iniciado una transición total a energías limpias.
Sin embargo, la producción de emisiones de CO2 no ha bajado demasiado con las nuevas prácticas, sobre todo porque en países en vías de desarrollo aún hay dependencia de los combustibles fósiles. Otra alternativa para reducir el CO2 en el aire ha sido la tecnología: máquinas y dispositivos que absorban los contaminantes en el aire y los conviertan en oxígeno o agua; o diseñar adaptaciones en las casas o calles para sobrellevar las crisis climáticas. Aquí hay un tema importante y es la capacidad económica y tecnológica de cada país, por lo que no es un reto sencillo solo usar tecnologías ecológicas. Con el paso del tiempo podrían diseñarse mejores prototipos, aunque eso no nos libraría del problema económico, por lo que solo pocas personas podrían adaptarse a este tipo de cambios, mientras muchos otros sufrirían las consecuencias.
Esta es una crisis climática dado que nos encontramos en una fase aún más avanzada: hay un aumento de desastres naturales como tormentas, huracanes, sequías, etc. Pero entonces, ¿qué mantiene la crisis climática? La respuesta sencilla es la contaminación, y ¿qué hay detrás de la contaminación? Este problema escapa de México; diversos países mantienen cierta negligencia política hacia los planes y necesidades ecológicas en el mundo. Además, el sector privado genera emisiones enormes. Según el informe del Proyecto de Divulgación del Carbono (CDP): “100 empresas han sido responsables de aproximadamente el 71 por ciento de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero desde 1988”.
Hace unos cuantos años, en el surgimiento pleno de la pandemia, el filósofo y psicoanalista Slavoj Zizek escribió un controvertido libro llamado “Pan(dem)ic” haciendo un juego de palabras entre “pandemia” y “pánico”, en referencia al sentimiento general a inicios del 2020. En ese texto profundizó en muchos temas sociales, psicológicos y económicos que estaban apareciendo en el mundo en ese año. Su análisis sobre la sociedad partió de un concepto bastante conocido que viene de la psiquiatría: “las 5 fases de la pérdida” de
Elizabeth Kübler-Ross. Estas son negación, cólera, negociación, depresión y aceptación. Pero el autor nos recuerda que no tienen un orden de aparición fijo, ni que tienen que aparecer todas en una persona o una sociedad.
En el caso de la pandemia, Zizek menciona que se vivió una negación cuando se intentó aminorar la noticia los primeros meses en China y no sacarla a la luz; luego la cólera cuando en diferentes países explotó el racismo contra chinos y asiáticos por igual para “evitar contagiarse”. Se pasó por la negociación cuando en muchos países se aceptó la idea de que habría muchas pérdidas y que en adelante se hablaría de “aminorar daños”. Y tras varios meses de confinamiento y muertes llegó la depresión, en la que el pesimismo abundaba y, con las cepas mutadas, solo se esperaba la tragedia. Zizek terminó el libro antes de que apareciera la primera vacuna y consideraba que no había llegado la aceptación. Y ahora es difícil pensar en que haya pasado, dado que tras la pandemia muchos gobiernos y personas de a pie solo han visto a la pandemia como un suceso extraordinario, mientras seguimos sin un sistema de salud público nacional o internacional preparado para este tipo de emergencias.
En el caso del cambio climático, aún en la actualidad existe una etapa de “negación”. Aunque es un hecho unánime para la comunidad científica, hay muchos negándolo (ellos fueron un sector importante de votantes de Trump en 2016). Podría
parecer que podemos mantener esa postura, pero la crisis climática ya no es ni siquiera un problema para el futuro, sino del presente. Nuestro “cólera” se ha visto con la violencia de activistas como la reciente vandalización de Stonehenge o, en el caso de México, la desaparición forzada de activistas ambientales como Homero Gómez, a quien Netflix le dedicó un documental en mayo. “Negociamos” con actividades para hacer algo de tiempo antes de la crisis. Ya hace años se recomienda usar menos agua, evitar aerosoles, separar la basura, usar poca luz eléctrica, comprar carros ecológicos y cosas biodegradables, no usar bolsas de plástico, etcétera. Estas medidas son solo actos individuales; es un deber adoptarlas en medida de lo posible, pero a pesar de lo nobles que son estas acciones, no son suficientes para aminorar los daños de la crisis climática. En la “depresión” aparece una indiferencia y catastrofismo al tema; aparecen frases como: “pues a mí ya no me va a tocar” o “es demasiado tarde”.
La aceptación no ha terminado de surgir. Se sabe que este es un problema grave y que, si lo solucionamos, aun así no recuperaremos el clima que teníamos en los sesenta. La parte faltante de la aceptación es actuar. Incorporar nuevos hábitos es indispensable, pero también que la ciudadanía exija y los gobiernos procuren medidas sociales y equitativas para estos cambios. Necesitamos aceptar que, para crecer, nuestro modo de vida necesita cambiar, individual y socialmente.
PEDAZOS
DE VIDA
Aquellos ayeres
OSCAR RAÚL PÉREZ CABRERA
Parece que en las alturas de la ciudad, una bestia voraz ha logrado atrapar a su presa. Allá donde todavía la hierba silvestre crece sin problema alguno, se ve como el matorral se mueve al compás de lo que parece ser un lamento, un grito y después lo que parece el último suspiro. Entre los nopales y la hierba se ha formado un delgado camino, hecho por quienes avanzan entre la maleza para saciar su apetito…
Así es uno de los cerros de Pachuca, que en su cima tiene la enorme escultura de un Cristo abierto de brazos, mientras tanto, abajito, unos metros más abajito, el pecado se enciende de vez en cuando. Las revistas pornográficas, los condones usados, y el camino talloneado, seguramente por alguna posición sexual convencional, lo delatan.
Tras asomarse, no era una bestia lo que estaba tras la hierba, más bien dos jovencitos que buscan-
do “pasarla bien” lograron atraer el interés de doña Lupe, la señora que buscando algunos matorrales secos para su boiler, se encontró con la imagen impura y a la vez chusca de dos chamacos en pleno acto pasional.
“¡Váyanse de aquí! Pinches chamacos calientes, ahorita le voy hablar a la policía, si están bien chiquitos y ya andan de calientes, pónganse a estudiar”, grita la señora.
Y a lo lejos tomados de la mano, ella aún sacudiéndose la falda, le gritan “¡usted no se meta, vieja chismosa!”, y se pierden en el camino que baja del cerro del Cristo Rey, para tomar la colectiva que va pasando, se alejan y ahora doña Lupe tiene algo que contar, no sin antes recordar aquellos tiempos en los que con don Aurelio, siendo chamacos, también disfrutaban del pecho a tierra en ese mismo lugar.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Los profesionales sanitarios ya tienen a su disposición una herramienta similar a Chat GPT, pero especializada exclusivamente en asma. Se trata de la primera guía de práctica clínica que incorpora inteligencia artificial conversacional.
El asma es una de las principales enfermedades no transmisibles. Afecta a niños y adultos y, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de la enfermedad crónica más habitual en la población infantil. Esta patología provoca una inflamación en el interior de los bronquios (los tubos que conectan la tráquea con los pulmones) que hace que se estrechen y el aire no llegue a los pulmones de manera correcta. “Esta enfermedad no se cura, pero se puede tratar y controlar”, subrayan los especialistas de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
SEPAR es una de las entidades creadoras de la Guía Española para el Manejo del Asma (GEMA). Se trata de una guía de práctica clínica elaborada por un grupo multidisciplinar de expertos que representan a 17 sociedades científicas, entre las que también se encuentra la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT).
Una guía de práctica clínica es un documento dirigido a los médicos que contiene información concreta sobre una determinada enfermedad y sus opciones terapéuticas. Es una herramienta que proporciona a los facultativos información precisa y fácil de localizar en la que apoyarse para la toma de decisiones.
En este sentido, GEMA es la guía de referencia en asma en todo el mundo de habla hispana. “No se trata de una extensa monografía que aglutina todo el conocimiento científico sobre la enfermedad, sino de un documento conciso, que recoge lo esencial para que el profesional sanitario no experto en dicha patología pueda ofrecer una asistencia clínica de calidad a sus pacientes”, aclaran desde SEPAR.
GEMA nació en el año 2003, pero se actualiza cada año para incluir novedades relevantes. Estas actualizaciones las realizan los miembros del Comité Ejecutivo GEMA, ayudados por una comisión formada por cuatro expertos que revisan los artículos sobre asma que aparecieron en publicaciones científicas durante el año previo. La comisión está formada por los doctores Astrid Crespo (neumología), Miguel Ángel Lobo (medicina familiar), Manuel Rial (alergología) y Álvaro Gimeno (pediatría). La información más destacada, seleccionada por estos doctores, supone el núcleo de los cambios de las actualizaciones anuales de la guía. Además, a partir de GEMA se ha creado iaGEMA, la primera guía de práctica clínica que incorpora inteligencia artificial conversacional. Se trata de una herramienta similar a Chat GPT, que permite a los médicos interactuar con los contenidos de la guía. “Es una revolución en la práctica clínica asistencial. Ahorra tiempo y esfuerzo al profesional sanitario. Esto se traduce en una mejor experiencia para los facultativos a la hora de consultar dudas sobre las decisiones clínicas habituales”, señala Vicente Plaza, director del Servicio de Neumología del Hospital de la Santa Creu Sant Pau de Barcelona, miembro de SEPAR y coordinador de GEMA. “Es una herramienta conversacional, un robot parlante”, comentó el doctor Plaza en la I Jornada Inteligencia Artificial y Medicina de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) celebrada recientemente en Madrid.
Una vez realizada la pregunta, la herramienta responde de manera instantánea y permite repreguntar de modo que se puede mantener con ella una conversación fluida, lo que hace que el profesional sanitario pueda resolver las dudas, si le surgen, tras la respuesta inicial. “La herramienta ha sido sometida a un entrenamiento exhaustivo para garantizar su fiabilidad. Por ello cuenta con el apoyo de SEPAR y del resto de sociedades científicas que respaldan GEMA”, subraya el doctor Plaza. La creación y entrenamiento de iaGEMA se ha realizado en varios pasos. El primero de ellos fue modelar la inteligencia artificial conversacional para definir su comportamiento y personalidad, según explican desde Luzán 5, la empresa que ha llevado a cabo el desarrollo tecnológico. Después, se utilizó un software llamado OCR (Reconocimiento Óptico de Caracteres) para escanear la guía de práctica clínica e indexarla a la inteligencia artificial. Una vez cargada la documentación, comenzó un ciclo de entrenamiento supervisado, en el que un grupo de profesionales sanitarios interactuó con la inteligencia artificial para afinar sus resultados. Una vez que la herramienta ya está en uso, ha llegado la fase de entrenamiento no supervisado, en la que el empleo de la guía por parte de los usuarios hace que la inteligencia artificial siga aprendiendo. En este sentido, Víctor González, director de la Unidad de Tech & Data de Luzán 5, indica que las inteligencias artificiales “no nacen siendo soluciones definitivas, sino que crecen con el aprendizaje profundo y así es como se consiguen cada vez mejores respuestas”.
SENSORES QUE FOMENTANUNA VIDA MÁS SALUDABLE
Los sensores que detectan distintos procesos biológicos, químicos o físicos específicos del cuerpo humano, generando una información que registran o transmiten al instante, han saltado desde los grandes y complejos aparatos que se usan masivamente en los entornos sanitarios como hospitales y clínicas, a los pequeños dispositivos que utilizamos y llevamos diariamente.
Estos componentes electrónicos han convertido a los aparatos que los llevan incorporados, como ‘smartphones’, ‘tablets’ y ‘wearables’ o ponibles (dispositivos que llevamos puestos sobre el cuerpo), en objetos clave para el cuidado diario de nuestra salud, según Sergio Álvarez, responsable de Formación en España de Oticon, firma especializada en tecnología auditiva.
Este especialista describe a continuación, explicando cómo funcionan y para qué sirven, algunos de los sensores más recientes, útiles y populares que están presentes en dispositivos de nuestro día a día, permitiendo llevar el control de distintos índices fisiológicos y aportando datos claves sobre nuestra salud.
Aclara que el uso de los dispositivos tecnológicos equipados con sensores, nunca debe sustituir a la realización periódica de pruebas médicas supervisadas por especialistas, y que “siempre debe primar la opinión de un profesional tanto para interpretar los resultados obtenidos por los sensores como para recomendar cambios en las rutinas de la persona, si fueran necesarios”.
SENSORES DE RITMO CARDÍACO
Presentes sobre todo en pulseras y relojes inteligentes, estos mecanismos se basan en la tecnología óptica para medir en tiempo real (instantáneamente) las pulsaciones del usuario.
Para ello, “suelen utilizar luz LED que es emitida sobre la piel y que se refleja de vuelta. La cantidad de luz reflejada varía con cada latido, gracias a lo cual el sensor es capaz de calcular el ritmo cardíaco”, según Álvarez.
SENSORES DE OXÍGENO EN LA SANGRE (SPO2)
Estos sensores trabajan también con la tecnología óptica, en este caso sobre la hemoglobina presente en los glóbulos rojos y que se encarga de transportar el oxígeno por todo el cuerpo.
“Si la sangre está bien oxigenada, la hemoglobina absorberá menos cantidad de luz emitida”, señala Álvarez, en referencia a estos sensores, que también están presentes en numerosos dispositivos ‘wearables’ (ponibles).
SENSORES DE GLUCOSA
Destinados a las personas con diabetes, están presentes en dispositivos específicos que, dotados de una pequeña aguja que extrae fluido intersticial de debajo de la piel, miden los niveles de glucosa en sangre.
“Los datos captados son transmitidos a un dispositivo receptor que habitualmente es un monitor específico, aunque en los últimos tiempos se ha diversificado el tipo de aparatos capaces de realizar esta función, hasta incluir ‘smartphones’ con ‘apps’ especializadas”, entre otras opciones, informa Álvarez.
SENSORES DE ESFUERZO
Utilizan diferentes tecnologías para detectar y cuantificar la intensidad del ejercicio, la frecuencia cardíaca, la cantidad de calorías quemadas y otros parámetros relacionados con el ejercicio físico.
Estos sensores “pueden ser acelerómetros, giroscopios, sensores de frecuencia cardíaca o una combinación de varios sensores, y ayudan a los usuarios a establecer y alcanzar objetivos de entrenamiento, realizar un seguimiento de sus progresos y evitar lesiones”, asegura Álvarez.
SENSORES DE ELECTROCARDIOGRAMA
Suelen estar incorporados a dispositivos ‘wearables’ avanzados, que utilizan electrodos integrados en la parte posterior del dispositivo o en la correa para detectar las señales eléctricas del corazón a través de la piel.
La capacidad de efectuar un electrocardiograma dónde y cuándo lo requiera el usuario “es especialmente útil para la detección temprana de arritmias cardíacas y otros problemas del corazón”, según explica Álvarez.
SENSORES DE CALIDAD DEL SUEÑO
Registran los cambios en la posición del cuerpo, la frecuencia cardíaca, la respiración y otros parámetros para identificar cuándo el usuario está dormido, despierto o en diferentes etapas del sueño, como sueño ligero, profundo o REM. “La información que proporcionan estos sensores puede ayudar a sus usuarios a entender mejor sus patrones de sueño, identificar problemas como el insomnio o los trastornos del sueño, y tomar medidas para mejorar la calidad de su descanso”, puntualiza.
SENSORES DE CALIDAD DEL AIRE
Utilizan tecnologías como la detección de luz láser, electroquímica o de semiconductores, para detectar y registrar varios parámetros relacionados con la composición y la pureza del aire, como la concentración de partículas finas, la presencia de compuestos orgánicos volátiles, la temperatura y la humedad.
Entre los dispositivos que incorporan sensores de calidad del aire están los teléfonos móviles, distintos wearable’s y los purificadores de aire inteligentes, de acuerdo a Álvarez.
SENSORES 4D
Esta tecnología innovadora, incorporada a audífonos de última generación, posibilita que estos dispositivos auditivos sean capaces de interpretar cuáles son las intenciones comunicativas del usuario, en base a la información que captan y transmiten sobre el movimiento de su cabeza, su cuerpo, y sobre la actividad conversacional y los sonidos de su entorno.
De esta manera, el audífono adapta su funcionamiento para responder mejor a las necesidades del usuario, aportando a su cerebro la información detallada que necesita para interpretar las señales sonoras que hay a su alrededor, permitiéndole escuchar conversaciones y comunicarse adecuadamente en entornos ruidosos, según explica Álvarez.
Las ballenas fueron más felices durante la pandemia de covid-19
AGENCIA EFE I
Las ballenas jorobadas que migran anualmente por la costa este de Australia fueron más felices durante el primer año de la pandemia de covid-19, cuando el país oceánico aplicó estrictas medidas de confinamiento a su población, reveló un estudio científico publicado este viernes.
La investigación realizada por científicos de la Universidad de Queensland se apoyó en imágenes tomadas por drones y las muestras de grasa extraídas de varios ejemplares de ballenas jorobadas que transitaron en las aguas cercanas a la Isla North Stradbroke, a unos 100 kilómetros del sur de la ciudad de Brisbane.
Las imágenes permitieron observar la condición corporal y las reservas energéticas de las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) durante su larga migración anual -entre las aguas antárticas y zonas ecuatoriales a través de la costa australiana- y su intenso período de crianza.
Asimismo, los científicos midieron genéticamente las concentraciones hormonales de la grasa (cortisol y testosterona) "durante un periodo de cambios sin precedentes en la actividad antropogénica y los procesos naturales", según el artículo sobre este estudio publicado en la revista Marine Environment research.
El análisis de las muestras reveló concentraciones de cortisol significativamente más bajas en las ballenas estudiadas en 2021, en comparación con el año anterior.
"Este cambio en su fisiología sugiere una disminución de los factores de estrés ambiental entre estos dos años", dijo el autor
principal de este estudio, Jake Linsky, de la Facultad de Medio Ambiente de la Universidad de Queensland, en un comunicado publicado hoy por la institución educativa australiana.
A lo largo de 2020, se aplicaron estrictas medidas de confinamiento y restricción de movimiento en casi todo el planeta a raíz de la pandemia de covid, mientras que a la par se iniciaba el fenómeno meteorológico de La Niña, que los científicos apuntan que también pudo tener cierta influencia en el descenso de estrés.
Los resultados genéticos "plantean la hipótesis de que las ballenas pueden haber estado respondiendo a una disminución de los contaminantes en sus remotas aguas de alimentación", puntualizó el científico.
Linsky también destacó la resiliencia de esta especie que "ha logrado una de las recuperaciones más exitosas tras la caza histórica de ballenas".
Estudios previos ya han registrado cambios similares en las hormonas del estrés en las ballenas en el lado opuesto del continente antártico, aunque los científicos de la Universidad de Queensland sugieren que la nueva investigación podría dar cuenta de que se trató de un incidente generalizado en todo el Océano Austral.
La ballena jorobada, también conocida como yubarta, es un cetáceo de 40 toneladas de peso que puede llegar a medir 20 metros, con un cuerpo característico que recuerda a una joroba.
La población de ballenas jorobadas de Australia, que tiene dos poblaciones migratorias que navegan por sus costas oeste y este, es de 70 mil ejemplares, un número que ha ido aumentando por las medidas de protección implementadas por el país.
RELATOS DE VIDA
Justicia terrenal
ANA LUISA VEGA
El tráfico era insoportable, eran filas de carros esperando avanzar y buscando la mínima oportunidad para colarse en otro carril que les permitiera fluir en la circulación, pero los minutos avanzaban y las oportunidades no se presentaban.
Ya era tarde para llegar a la escuela y a los compromisos planeados un día antes, pero el día había empezado mal, primero con levantarse tarde y en consecuencia saliendo aún más tarde de la casa hacia los destinos que estaban previstos.
Los ánimos y las energías estaban muy bajas, la situación en carretera no ayudaba en mejorar el panorama, el silencio en el carro era sepulcral y en el ambiente los silbidos del claxon de los automóviles provocaban aún más caos del que ya había.
De momento un golpe alertó a todos los tripulantes, un motociclista no midió la distancia y golpeó el espejo lateral, rompiéndolo en su totalidad, para después seguir entre los carros, dándose a la fuga.
El trágico no permitió avanzar para alcanzarlo, ni tampoco hubo tiempo de gritar para que alguien lo detuviera, lo único que quedaba era mentarle en varias ocasiones a su progenitora, y esperar a que su imprudencia fuera pagada.
El tiempo siguió pasando y la circulación seguía lenta, cuando por fin pudieron salir del tráfico aceleró para alcanzar a llegar aunque sea a uno de los compromiso de la mañana, y en ese paso, más adelante encontró otro paro en la circulación, al percatarse de lo que había sucedido, encontró la motocicleta del prófugo tirada.
El conductor se estrelló contra un coche que le cerró el paso, en venganza porque metros antes, rayó su carro al no tener prudencia cuando pasaba entre los carros y tratar de ganarle al tiempo.
La motocicleta quedó inservible y el conductor sin lesiones, pero con la enseñanza que todo se paga, a veces en largo tiempo, pero en otras de manera muy rápida.
Pasatiempos
SOLUCIÓN SUDOKU SEMANA PASADA
SOLUCIÓN SUDOKU
¡ES EL DIA DE LOS BEATLES!
BACK BE BLACKBIRD
DARLING GOODBYE
HELLO HELP
JUDE LET LOVE
LUCY
OBLADA
OBLADI SOMETHING UNIVERSE YESTERDAY
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