EDICIÓN


SÁBADO 15 de marzo de 2025 Año 20 • No. 7133 • Pachuca de Soto, Hidalgo México • $5.00 PESOS • SÍGUENOS EN: @diaplazajuarez • Diario Plaza Juárez • www.plazajuarez.mx •
Glaucoma: la prevención es crucial
¿Por qué odian lo público?
El disco de vinilo resiste como objeto de culto y memoria
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En esta ocasión, el hilo conductor de nuestra edición se podría definir como “voltear a ver el pasado para vivir mejor el presente”, por ello hablamos del vinil, un formato de reproducción musical que se niega a morir, porque ya fueron superados en capacidad, pero no en calidad. Además, recordamos los primeros regresos, esos que duelen en el alma y solo pueden entenderse con el corazón y por ello la traición no solo nos carcome, nos llena de piedritas el hígado, nos da “vía libre” para la venganza, y, a veces nos desquitamos con los que ni lo deben ni lo temen. Así nos lo dan a conocer nuestros escritores de hoy.
Por otro lado, en el tema de salud, platicamos del glaucoma, cómo reconocerlo y por qué es tan importante su prevención.
Yessenia Mendoza nos comentó desde La Ruleta el auge de la fotografía deportiva ahora comandada por mujeres.
Y en la historias que pocos conocen, hoy tenemos a Haruki Murakami, quien regentó durante años un club de jazz en Tokio, llamado Peter Cat, antes de dedicarse a tiempo completo a la escritura y por fin vuelve a su pasión: el jazz. ¡Gracias por la bendición de su elección! ¡Feliz fin de semana largo!
Adalberto Peralta Sánchez EX DIRECTOR Y FUNDADOR
L.P. Javier E. Peralta Sánchez PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN Y DIRECTOR GENERAL
Martín Peralta Sánchez SUBDIRECTOR EDITORIAL
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PLAZA JUÁREZ. “La Historia de Cada Día”, publicación diaria 15 de marzo de 2025. Año 20 Número 7133 • Editor Responsable Sr. Martín Peralta Sánchez • Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derecho de Autor 04-2021-110417520700101 • Número de Certificado de Licitud de Contenido Número 11644 • Número de Certificado de Licitud de Título Número 14071. Otorgado por la comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación • Publicado y Distribuido por Comunicación Colectiva de Hidalgo S.A. de CV. *Domicilio de la Publicación: Calle Diamante 400 Fraccionamiento Colosio I. Pachuca, Hidalgo CP 42088 Teléfono 71 702 80
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El disco de vinilo resiste como objeto de culto y memoria
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La maldición del "club de los 27"
Glaucoma: la prevención es crucial 12
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Murakami vuelve a su pasión, el jazz
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LA RULETA: Fotografía deportiva: Capturando el juego a través de un lente diferente
OPINIÓN: ¿Por qué odian lo público?
RELATOS DE VIDA: Siseo
PEDAZOS DE VIDA: Se acabó
En el principio fue la pizarra, de la misma quinta que el gramófono allá por los años ochenta del siglo XIX. Más tarde amaneció el vinilo, mediado el siglo XX para refinar la arqueología sonora de las 78 revoluciones por minuto antes de dar paso, a partir de 1982, a la hegemonía del disco compacto. Sony en Japón y Phillips en Países Bajos marcaron entonces el paso de la industria desde la llegada de '52nd Street', de Billy Joel, considerado el primer compacto de la historia y principio de un imperio que, casi medio siglo después, no ha podido con un vinilo que resiste como objeto de culto y memoria musical de generaciones. Es una de las conclusiones de 'Arte en el Vinilo', lema de las exposición inaugurada este viernes en Segovia, en el Palacio Quintanar, con cerca de medio millar de carátulas, libros, carteles y documentos pertenecientes a la Colección Chambao, gestada en el último cuarto del siglo XX y propiedad de Eduardo Luján y Rosario Martínez.
CONSTELACIÓN DE ARTES
Fotografía, diseño, música y pintura germinaron en los microsurcos del vinilo en una fértil cosecha durante las mismas décadas en que eclosionaron los principales intérpretes musicales y artistas visuales, plásticos y tradicionales que dejaron su impronta en las carátulas de los discos LP (Long Play), maxisingle (EP) y sencillos.
Esa relación se explica en esta exposición que recorre medio siglo de música y podrá verse hasta el 1 de junio en las salas del Centro de Arte y Diseño de Segovia (Palacio de Quintanar), dentro de un itinerario que ha coordinado como comisario Antonio Lafuente, artista plástico y fotógrafo que perteneció al Grupo Yeti (1974-1980).
Cientos de vinilos pero también libros, revistas, carpetas, desplegables y cassettes conviven para explicar la historia de las artes y de la sociología del último medio siglo XX a través de grandes creadores nacionales e internacionales, músicos y compositores pero también artistas que diseñaron las carátulas.
En algunos casos coincidían la misma autoría (Luis Eduardo Aute) y en otros fluía en feliz armonía con firmas como las de Antoni Tàpies, Pablo Picasso, Eduardo Úrculo, Rafael Alberti, Joan Miró y Salvador Dalí: reclamos de lujo, compañeros de viaje o pintores que exponían en un soporte muy especial y de gran proyección.
SIETE ITINERARIOS
Todos ellos configuran dos de los siete itinerarios propuestos por el comisario: el primero concebido como un homenaje a Federico García Lorca, con sus versos musicados o letras inspiradas en su legado, y el segundo dedicado a pintores españoles.
Algunos de los artistas internacionales representados en carpetas o álbumes, otra de las sendas planteadas, son los estadounidenses Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat, y el británico Bansky, reclutados para la ocasión como artistas urbanos.
El capítulo de ilustradores luce con trabajos de Javier Mariscal, Goldberg e Iván Zulueta, junto a los cuales se sitúan, en otro de los apartados, una fulgurante galería de fotógrafos con el neoyorquino Robert Mapplethorpe, el californiano Michael Lavine y el español Alberto García-Alix como primeros espadas.
La música de la Movida Madrileña, con alguna derivación en Vigo y Cataluña, luce con las aportaciones fotográficas de Ouka Leele (Bárbara Allende Gil de Biedma) y de los pintores e ilustradores Ceesepe (Carlos Sánchez), El Hortelano (José Alfonso Morera), y Guillermo Pérez Villalta, éste también escultor.
Todos esos nombres remiten a iconos de una generación, genios que propusieron otras miradas, maneras de entender la vida, de interpretar la realidad, plantear alternativas o esgrimir pacíficas formas de rebeldía como la que simboliza el vinilo, un sorprendente e inesperado soporte de gran resistencia y gran capacidad de memoria pese a su aparente fragilidad.
YESSENIA MENDOZA RAMÍREZ
COMUNICÓLOGA CON EXPERIENCIA EN EL DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÓN PARA EL SECTOR PÚBLICO A TRAVÉS DE UN ENFOQUE DE RESULTADOS. FOTÓGRAFA DEPORTIVA. HE COLABORADO PARA EL MISTER, PODIUM DEPORTES, VÍA MX Y FUTBOL MEDIA.
En el marco del 8M, hablemos del papel de la mujer en la fotografía deportiva, el cual, por cierto, ha evolucionado significativamente.
En redes, soy La Pambolera, me autoproclamo como una mujer inquieta, curiosa y que, cuando lo cree necesario y con justa razón, rompe reglas, porque en ocasiones, considero que es mejor pedir perdón que pedir permiso. A mi corta edad (para algunos, no tanto para otros tantos), tengo la suerte, la fortuna y el privilegio de vivir en carne propia un proceso de transformación social y cultural. Te cuento.
Durante décadas, la fotografía deportiva se percibió como un «mundo de hombres», con poquísimas oportunidades para que las mujeres accediéramos a los vestuarios, los palcos de prensa, los banquillos o incluso la cancha.
Pioneras como Annie Leibovitz, abrieron el camino para nosotras, las rebeldes que creemos firmemente que el género no es una barrera para captar la esencia del deporte.
En la actualidad, las fotógrafas cubren desde torneos locales hasta acontecimientos mundiales como los Juegos Olímpicos o la Copa del Mundo, mostrando sus conocimientos técnicos, su visión artística y aportando nuevas perspectivas y una narrativa única que desafía los estereotipos, pero también inspira a futuras generaciones.
Llevo muy poco tiempo en este rubro, pero el suficiente para afirmar que las mujeres que se dedican a la fotografía deportiva suelen aportar una mirada distinta a su trabajo, haciendo hincapié no solo en la acción, sino también en las historias humanas que hay detrás de cada atleta. Destacan a la hora de captar emociones en estado puro, ya sea la determinación en el rostro de un velocista, la alegría de un equipo que celebra una victoria o los inquietantes
momentos de reflexión tras una derrota, pero esta premisa, me hace preguntarte, querido/a lector/a: ¿Acaso esta capacidad de conectar con las y los deportistas a nivel profesional y personal es única y exclusiva del género masculino?
Yo creo que no. Y lo señalo con cierta seguridad, porque durante mi ejercicio como fotógrafa deportiva he encontrado en mi camino que, parte del ADN de las mujeres fotógrafas deportivas se compone de ser:
- Cazadoras: ¡Claro! Ellas en territorio se vuelven depredadoras y sus mejores víctimas siempre son los instantes, los gestos, las emociones o las miradas. No son una espectadora más, por el contrario, son cómplices de la memoria.
- Testigos: Son parte de la historia. En cada captura sus imágenes trascienden el tiempo, tanto que nos permiten revivir momentos épicos y recordar a los héroes y villanos de cada deporte.
- Poetas: Pues logran con cada fotografía, la necesaria reflexión sobre la vida, la condición humana y nos recuerdan que el deporte es mucho más que un juego, es un reflejo de nuestra sociedad, de nuestros sueños y esperanzas.
- Artistas: Con enfoque, luz y dirección captan la esencia del deporte en cada imagen.
En conclusión, cada que tomo mi arma, salgo al campo de batalla y disparo, soy más consciente de que la fotografía ha sido una herramienta poderosa para nuestra la emancipación y expresión. Y aprovechando la coyuntura del pasado 8M, hoy me comprometo a continuar promoviendo la igualdad de género en la fotografía y reconocer el talento de las mujeres.
Gracias a quienes me han brindado la confianza abriéndome espacios para que pueda dotar a usted, un disparo de realidad.
Seguro esta escena le resulta familiar: entra al transporte público, toma asiento y las sillas están rasgadas. Tal vez haya habido algún valiente, que con una llave talló su nombre o por lo menos el apodo con el que lo nombran sus amigos. Otro más astuto tomó un plumón y dibujo penes o maldijo a su ex. Si va en un camión encontrará que los asientos de piel o tela están quemados ¿cómo queman un asiento con colillas sino se puede fumar dentro? Esas son interrogantes que nunca tienen respuesta cuando se habla del daño a lo público. Ahora imagine que está a punto de bajar a su destino, verifica por la ventanilla y no le cuesta nada, alguien ha despellejado tramo por tramo la película polarizada de las ventanas, se acerca a la puerta para bajar en su parada y se da cuenta de que alguien bastante cauto a prevenir las urgencias urbanas, astutamente ha modificado la frase de la unidad: “no recargarse” por “no cagarse”, evitando bochornosos malentendidos por si más de uno pensaba hacer algo más antes de descender. Al bajar, mira que las paredes poseen una segunda capa con grafos interesantes para los antropólogos del futuro, que narran cosas como el nombre de una pandilla, a veces solo mensajes y gramáticas inentendibles o algunas cartas de amor desesperadas. El graffiti no es lo único que se siembra en las calles, las paredes blancas y las banquetas pálidas se amarillentan con la orina de un pobre vagabundo o la de un oficinista ebrio que no sabe cómo regresará a casa. Si las paredes hablaran nos dirían muchas cosas, pero si las banquetas y todo lo público lo hicieran, seguro que explotarían de rabia.
Lo genuinamente interesante del daño a lo público no es que simplemente nos afecte a todos, sino que es algo en lo que todos hemos participado y sido cómplices al menos una vez. Desde basura lanzada a la calle, pasando por colillas en las banquetas, hasta tal vez romper alguna flor o planta de jardines para ver si “pega la patita”. El problema del daño a la propiedad pública es que, por lo menos en pequeña escala, es complicado no contribuir al mismo desgaste de este y que, hasta cierto punto, es inevitable este tipo de conductas en el grado minoritario y más recurrente. Los personajes que roban cables, material de construcción y adornos de plazas y centros, aunque dañan la propiedad pública, no lo hacen bajo la intención de dañarla, en realidad, solo lo ven desde lo económico. No se roban las coladeras para hacer daño a la gente, al estado o su comunidad, lo hacen porque se venden a un buen precio por kilo. Los grandes robos y los daños a gran escala no son la intención de este texto dado a que, si bien son recurrentes, no lo son al grado de daños a la propiedad pública, que son poco notorios, aunque rutinarios. Pero, ¿por qué dañan lo público? Un caso puede ser mucho más esclarecedor a la hora de poner sobre la mesa este tipo de conductas, es algo que sufre día con día el personal de limpieza de clínicas u hospitales públicos: es el estado en el que les dejan los baños. Hasta eso, un baño público en un hospital no es tan concurrido como si lo es el de una cocina o de un concierto, sin embargo, las más de las veces, implican un reto fuerte para el personal de limpieza acostumbrado a diversas barbaridades, es un tipo de reto tan ensañado que no deja indiferente a ninguno. Si bien los baños de los hospitales no son tan recurridos, en estos lugares hay un componente emocional bastante notorio. En el servicio de salud, el personal muchas veces es indolente, apático y, a modo general, poco humanitario. En varias ocasiones los servicios hospitalarios y la supervivencia encuentran trabas burocráticas o físicas, y cuando la desatención no es el pan de cada día, las negligencias médicas esperan bajo las sombras apareciendo bajo un cruel azar. Este tipo de atención, más cuando la salud está de por medio, es un caldo de cultivo perfecto para que las personas trasgredan las instituciones o, simbólicamente, a las personas que ese día las representan. Así, las obras de arte repugnante que hacen muchas personas en los baños de estos lugares cobran otro sentido, no es solo burlarse de las personas que le han atendido, lanzan su furia y su rabia, embarrando de ella misma a los lugares que ellos transitan. Les dejan una sorpresa a modo de agradecimiento por los malos tratos. Pero una evidencia latente de su sentir. Acá parece que este tipo de casos en especial tienen respuesta, pero otros daños a la propiedad pública aún tienen mucho al aire, sin una falta de explicación concreta. A estos actos y muchos de violencia en general, le queda perfectamente a la medida un concepto
LUIS ÁNGEL MARTÍNEZ
llamado acting-out, pero de ¿qué trata este mecanismo? La idea simple de este es que las pulsiones e instintos violentos de los seres humanos están siempre en vigilia, es por obra de otros mecanismos que estas pulsiones encuentran salida en alternativas mucho menos agresivas y mejor aceptables como el boxeo, la música fuerte o el arte. Es cuando una de estas pulsiones no encuentra una salida sana y se muestra tal como es que se cae en lo patológico. El acting-out son todas estas descargas inconscientes de agresividad que solo dejan a la persona perpleja, dubitativa sobre porque reaccionó como lo hizo. El daño a lo público es un acting-out, una salida violenta de energía inconsciente, que por falta de trabajo en sí mismo, no ha encontrado más que esa salida. Bajo la influencia del acting-out se daña el inmobiliario, se arruinan los adornos nuevos de las calles, se rompen máquinas de calistenia, se arrancan árboles recientemente donados, se desueldan las ya pocas bancas públicas sin arquitectura hostil, los cada vez más infrecuentes botes de basura son destruidos dejando que la basura nuevamente se trague las calles, el transporte público termina devastado cada final de cada ruta; aunque para muchos países este transporte siempre ha sido la alternativa moderna a las crisis urbanas. ¿Entonces ya está? ¿La destrucción de lo público solo es producto del acting-out de gente inconsciente y autodestructiva con serios problemas mentales? Si fuese tan sencillo ya se hubiese implementado un programa de psicoterapia o incluso talleres o materias escolares especializadas en la gestión de estos temas. La razón por la que esto no pasa es porque el problema es más rentable que la solución. Pero además lo es porque el concepto de los impuestos es tan abstracto que mutila la subjetividad, la individualidad y el valor personal de cada centavo es puesto bajo el nombre despersonalizante de: recurso público. Por ese mecanismo, en el que los impuestos ni siquiera parecen algo propio (o que vino de uno), es que la propiedad pública tampoco lo aparenta. Ver a los impuestos tan lejanos hace que el daño a estos tampoco se vea como algo importante, ni grave. Sin embargo, esta ilusión se mantiene en tanto que esta retorcida perspectiva de la propiedad no es responsabilidad de que el individuo esté demasiado ciego o dormido, como si fuera tan fácil que solo buscara los lentes adecuados. Las ideologías individualistas del siglo XXI tienen diferentes puntos con los que moldean el deber ser de la vida de cada sujeto, parasitan nuestros deseos y aparentan ser el destino o, al menos, el modo en que se encontrará nuestra propia felicidad. Pero una de ellas enjuicia la idea de propiedad y a lo público lo hace ver como mediocre, se rechaza por que se le asocia a algo indigno, pobre, peligroso o marginal.
Pero la destrucción de lo público no se mantiene únicamente desde un polo económico. En tanto que se paga a sí misma e, ideológicamente, se rechaza o evita su uso para ahorrar costos extra; es evidente que la destrucción de estas propiedades también tiene como utilidad un alivio psicológico. De hecho, se establece un ganar-ganar, pues los deseos de incitación y agitación social son cansados poco a poco con el daño a la propiedad pública: nuestro rascador de gatos comunitario es una gran solución a la energía psíquica producto de rabia hacia injusticias estructurales, es rentable porque se paga a sí misma. Para algunos profesionales de la salud mental sin escrúpulos, seguro que esto será un problema individual y digno de ser medicado o rehabilitado. Esto no significa que dañar la propiedad pública sea revolucionario, antisistema o punk, todo lo contrario, es la mejor forma de hacerse de la vista gorda e ignorar un problema social.
Claro que para varios preservar lo público no tiene nada de urgencia, miran con desdén el camión o la combi, se mofan de la gente apretujada mientras intentan presumir buenos autos que solo pueden manejar a vuelta de rueda en los embotellamientos interminables. Se puede hacer caso omiso de lo público, incluso podemos reducir su tamaño, podemos evitarlo hasta que las carteras aguanten. Pero el problema de lo público es que no se puede escapar de ello, mientras exista lo privado habrá algo público esperando a quienes no pueden permanecer todo el tiempo en un modo de vida, aunque sea ligeramente menos apretada. Los giros de la vida tienen un papel sumamente presente, y más en la economía, no hay que ver con desprecio el hoy que siempre se puede convertir en el mañana.
Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison, Kurt Cobain, Amy Winehouse… Los nombres de artistas brillantes cuya estrella se apagó antes de tiempo son muchos y, en particular, aquellos cuya pérdida ocurrió a los 27 años han dado lugar a un oscuro mito.
Cuando perdemos a alguien, el dolor es inmenso. Cuando un famoso al que admiramos se va, a veces podemos sentirlo como si fuese la pérdida de una persona cercana. Y, si además esa estrella se apaga joven, la conmoción suele ser más grande, al pensar en todo lo que a ese artista tan lleno de talento tenía todavía por ofrecerle al mundo. Quizá por eso surjan leyendas como la del “Club de los 27”. Una expresión que se refiere a una serie de artistas, especialmente músicos, que fallecieron trágicamente a la edad de 27 años en diferentes épocas.
Esta coincidencia ha generado un mito en torno a una supuesta “maldición” que afecta a talentos prometedores en el mundo del arte y el entretenimiento, a pesar de que la idea no se sustenta bajo ningún fundamento científico y de que no hay estadísticas realmente diferenciadoras con esta edad. Pero el concepto comenzó a tomar forma tras las muertes consecutivas de destacados músicos a finales de la década de 1960 y principios de 1970. En concreto, Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, fueron los nombres que iniciaron el funesto club.
Sin embargo, fue tras el fallecimiento de Kurt Cobain en 1994 cuando el término se asentó con fuerza en la cultura popular. Y, en el nuevo siglo, pérdidas como la de Amy Winehouse en 2011 han mantenido presente la leyenda. La combinación de muertes prematuras y estilos de vida marcados por los excesos hicieron que la teoría cobrara fuerza. A esto se suma que, aunque las causas de las defunciones son varias, en muchos casos estos famosos decidieron quitarse la vida o murieron accidentalmente por alguna sobredosis.
Y, sobre todo, en los casos más conocidos se trata de artistas cuyo impacto cultural ya era notorio a pesar de su corta edad, por lo que su temprana marcha no ha impedido que dejasen un importante legado. Así, estos son algunos de los nombres más representativos dentro de este club tan trágico.
ROBERT JOHNSON (1911 - 1938)
Sin embargo, sus problemas de salud mental y física, asociados tanto a las drogas como al asma, le llevaron a tal estado de deterioro que fue apartado de la banda en 1969. A pesar de haber sido piedra angular de los Rolling, él tampoco puso objeción a esta decisión.
Introvertido, se cree que además sufría epilepsia sin saberlo, y que quizá esto contribuyó a su tragedia. Y es que no había pasado ni un mes después de su expulsión, cuando Jones fue encontrado muerto en la piscina de su casa.
La causa oficial fue un ahogamiento accidental debido probablemente al asma, aunque en internet existen teorías de la conspiración que apuntan a un posible asesinato a pesar de que su cuerpo no mostraba signos de violencia.
JIMI HENDRIX (1942 - 1970)
Otro nombre imborrable en la historia de la música es el de Jimi Hendrix. Considerado uno de los mejores guitarristas de la historia, este virtuoso revolucionó el panorama gracias a su experimentación con la guitarra eléctrica.
Y es que hoy temas como ‘Purple Haze’ (1968) y ‘All Along the Watchtower’ (1968) son icónicos. Y su interpretación del himno nacional de EE. UU. en Woodstock ha quedado grabada en la memoria de la humanidad.
Lamentablemente, aquel cuyo legado debería haber estado plagado de décadas de éxito, partió de manera prematura, a raíz de una vida de fama entremezclada con los excesos, salpicado por la violencia y el abuso de sustancias.
Porque JimI Hendrix falleció en Londres, aparentemente por una sobredosis de pastillas y la aspiración de su propio vómito, aunque conocimientos posteriores llevaron a señalar el enfisema pulmonar como la causa.
JANIS JOPLIN (1943 - 1970)
Si hay una voz femenina que marcó un antes y un después en el rock y el blues, esa es la de Janis Joplin, cuyo carisma vocal, con una interpretación que parecía nacer de las entrañas, la convirtieron en leyenda.
venido de otro siglo, con las sombras incluidas. Porque, aunque dentro de las adicciones es poco probable que la heroína fuese una de ellas debido a su fobia a las agujas, sí que consumía otras sustancias. Fue encontrado sin vida en la bañera de su apartamento. La causa oficial fue un paro cardíaco, pero la ausencia de una autopsia ha contribuido, una vez más, a la conspiración en torno a su muerte.
KURT COBAIN (1967 - 1994) Líder de Nirvana, Kurt Cobain fue la voz de la Generación X. Su manera tanto de crear canciones como de interpretarlas revolucionó el rock al constituir un nuevo género musical: el grunge. Y es que discos como ‘Nevermind’ (1991) e ‘In Utero’ (1993); y canciones como ‘Smells Like Teen Spirit’ o ‘Heart-Shaped Box’ se adueñaron del panorama musical de los 90, cambiándolo para siempre. Sin embargo, la lucha de Kurt contra la depresión y una vida llena de adicciones, le llevaron a quitarse la vida en su casa de Seattle en 1994, a pesar de que en la actualidad hay teorías que señalan que tal vez no fue un fallecimiento voluntario.
En cualquier caso, fue la pérdida de Kurt Cobain lo que reavivó el mito del “Club de los 27”, ya que coincidía con la edad a la que fallecieron otras leyendas del rock anteriores a él y que habían pasado por batallas similares.
AMY WINEHOUSE (1983 - 2011)
Su nombre fue una de las incorporaciones más sonadas del nuevo siglo. Amy Winehouse, cantante británica con una voz única y un estilo que mezclaba jazz, soul y R&B, parecía destinada a reinventar el pop, con el mundo a sus pies.
Que el mito del “Club de los 27” surgiera en los 70, no quita que en su lista haya miembros de épocas anteriores, y ese es el caso de Robert Johnson. Uno de los grandes pioneros del blues, del que se decía que había hecho un pacto con el diablo en un cruce de caminos: su alma, a cambio de ser un virtuoso de la guitarra.
Y es que la de Johnson fue una carrera breve como influyente. Canciones como ‘Cross Road Blues’ (1937) y ‘Sweet Home Chicago’ (1937), sirvieron de inspiración para leyendas del pop y el rock como lo son Eric Clapton o The Rolling Stones (una banda que, efectivamente, después contribuyó a esta triste leyenda).
Hoy, la causa de su muerte se desconoce de manera oficial. Sin embargo, la versión más extendida es que Robert se involucró con la mujer equivocada: Beatrice Davies. Según la leyenda, el marido de ésta habría envenenado al talentoso artista. Actualmente, la verdad sigue siendo un misterio, al igual que la ubicación de su tumba.
BRIAN JONES (1942 - 1969)
¿Quién no conoce el nombre de Brian Jones? Fundador y líder original de The Rolling Stones, este multiinstrumentista fue una de las piezas claves fundamentales para el sonido del mítico grupo.
Porque, ¿quién no conoce canciones como ‘Piece of My Heart’ (1968) o ‘Me and Bobby McGee’ (1969), asociadas por siempre a esa voz mítica? Además, su estética hippie hizo de Janis todo un icono de la contracultura.
Pero, como en la mayoría de sus compañeros de “club”, desgraciadamente la inseguridad y los problemas de autoestima, entrelazados con la fama, marcaron una vida en la que el abuso de sustancias fue recurrente.
Y así, Janis Joplin murió por una sobredosis de heroína en un hotel de Los Ángeles… Y lo hizo cuando su último álbum, ‘Pearl’, estaba cerca de completarse (1971). Seis semanas después de su fallecimiento, el disco vio la luz de manera póstuma y alcanzó el número uno.
JIM MORRISON (1943 - 1971)
Estrella del rock a la par que poeta, el vocalista y líder de The Doors está considerado como uno de los mejores cantantes de todos los tiempos. Canciones como ‘Light My Fire’ (1967) y ‘Riders on the Storm’ (1971) siguen siendo hoy piezas legendarias en la historia de la música.
Y, a pesar de ser toda una estrella del rock, no tuvo reparos en cambiar la música por la poesía y Los Ángeles por París, como si se tratara de un bohemio
Con su álbum ‘Back to Black’ (2006) y éxitos como ‘Rehab’, alcanzó la fama mundial. Además, su particular estética, con un peinado y un maquillaje llamativos y que se asociaban a una mezcla entre los barrios más humildes y el estilo pin-up llevado a una versión más decadente; la hicieron icónica. Desgraciadamente, la vida y carrera de Amy estuvieron marcadas por problemas de adicción y conflictos personales. Falleció en 2011 debido a una intoxicación etílica en su casa de Londres. Y, a su marcha, la leyenda del “Club de los 27” resurgió una vez más, esta vez avivada con el poder de expansión de las redes sociales.
EL DURO PRECIO DE LA FAMA A estos nombres pueden sumarse muchos otros, como los de Pete Ham (1947 - 1975), Reggie Lewis (1965 - 1993), Andrés Escobar (1967-1994), Kristen Pfaff (1967 - 1994), Jonathan Brandis (1975 - 2003), Valentín Elizalde (1979 - 2006), Christian Benítez (1986 - 2013) o Julián Figueroa (1995 - 2023). Todos ellos, “demasiado jóvenes” para dejarnos. Y es que, aunque la idea de una maldición es más una construcción cultural (aupada en su momento por los medios y el boca a boca, y en la actualidad por las redes sociales) que una realidad, hablar del “Club de los 27” puede servirnos de recordatorio sobre cómo la fama trae consigo una serie de presiones, tentaciones y desafíos que pueden pasar factura. Quizá, más allá de alimentar el mito, este tipo de desafortunadas coincidencias puedan destacar la importancia de la salud mental o poner el foco en lo frecuente de las adicciones en la industria del entretenimiento. O, al menos, esa es una reflexión que a veces se deja entrever en los ríos de tinta que fluyen en internet en torno a la tragedia de estas leyendas.
La fiesta había estado buenísima, su plan era regresar temprano a casa, pero el ambiente y el alcohol la impulsó a quedarse más tarde, fue hasta cerca de las 4 de la mañana cuando llegó al hogar, se quitó las zapatillas y se tiró a la cama a dormir, así vestida y maquillada. Durmió alrededor de dos horas, tenía que alistarse para irse al trabajo; una vez en su espacio laboral y del recorrido de saludos y deseos de buenos días, llegó a su cubículo, preparó un café que le permitiera despertar y comenzar con sus labores.
Era viernes y el ánimo ya era de descanso, afortunadamente su jefe informó que no asistiría, así que avanzó lo más urgente y descansó sus brazos en el escritorio, para apoyar su cabeza y tomar una pequeña siesta que la reviviera.
Fueron cerca de cinco minutos de sueño que se vieron interrumpidos por sonidos de siseos, que primero fueron intermitentes y se escuchaban lejanos, pero en poco tiempo se volvieron permanentes y más fuertes, más cercanos.
Al principio, no lograba descubrir el origen del sonido, pero con el paso de los minutos comenzó a sospechar que se trataba de una serpiente, el miedo la invadió y salió despavorida de la oficina para contar lo que estaba pasando, pedir ayuda y resguardarse.
Al comenzar a recorrer los pasillos y las áreas que conforman su área laboral, fue encontrando ser-
ANA LUISA VEGA
pientes en las ventanas, en las puertas, y ni una alma humana que le pudiera decir lo que estaba pasando.
La escena parecía de una película de terror, de esas en donde la naturaleza decide revelarse contra los humanos por sus errores cometidos en la tierra en contra de toda la especie animal.
El constante siseo y el miedo, la motivó a correr hacia el estacionamiento para huir del lugar y al hacerlo tropezó con una cubeta que la hizo caer, en su desesperación por levantarse veía un grupo de serpientes acercándose a ella para atacarla.
Fue esa ansiedad que la despertó gritando por ayuda, volteó hacia a todos lados y sus compañeros estaban expectantes de saber lo que le pasaba; apenada tomó su bolsa y se dirigió al baño a refrescarse.
Mientras se echaba agua en la cara, escuchó voces al interior de dos de los sanitarios, hablaban sobre ella, la criticaban por haberse quedado dormida, la tachaban de presumida y también lanzaban la sospecha de que sostenía una relación con el jefe porque en muchas ocasiones había llegado en las mismas condiciones y no levantaban ninguna acta administrativa.
Se apuró para salir del baño antes que sus compañeras, regresó a su cubículo y confirmó que el sueño solo era la advertencia de los chismes que corrían en la oficina.
¿Cuántas veces te pedí una oportunidad? ¿Recuerdas cuántas veces fueron? No lo sabes porque a diferencia de mí yo no lo sé porque perdí la cuenta bajo la sombra de la esperanza de que algún día me dijeras que sí, en cambio tú ni siquiera tomaste interés, querías verme cautivo en el territorio de tus conquistas, querías verme atrapado bajo el papel de amigo, querían mantenerme atado con la ilusión de que algún día pudieras decir que sí.
No sé si en esta vida hubo alguien que te haya deseado tanto como yo, que te haya amado como lo hice, con el respeto a tu cuerpo, con la admiración a tu intelecto, con el veneno dulce de tus palabras, alguien que se haya puesto feliz al verte sonreír, una sola persona que haya llorado en silencio por tus penas, aunque es una posibilidad, no creo que pudiera haber otra persona que se hubiera sentido tan vacía con tu ausencia.
¿Y a qué vienes ahora? ¿Para qué quieres que nos veamos de nuevo? ¿Por qué esperaste hasta hoy? El tiempo te sepultó y los gusanos del exceso acabaron contigo, a qué vienes… ¿acaso tengo cara de ser un cenicero? ¿Tengo cara de ser el depósito de basura donde puedes llegar para recibir todo eso que buscaste en otros y nunca se dio?
¿Cómo cambian las cosas, cierto? En verdad creíste que te iba a recibir con los brazos abiertos en estos momentos en los que mi dignidad ha dejado de ser frágil, no puedo creer que ahora vengas y ruegues porque nos veamos como si el tiempo no hubiera pasado, como un bote de basura que necesita ser purgado, como una ola perdida en el mar, como un animal que se ha dado cuenta de lo que perdió.
Yo no soy mujer para ti, porque tu tampoco lo fuiste para mí, nacimos en tiempos distintos y no pudimos equilibrarnos, ahora que tú vienes a buscarme yo ya no quiero verte, tu simple presencia me repugna, y me duele que el tiempo se haya encargado de esto, que si hubiera tenido esta oportunidad antes ahora quizá estaríamos felices las dos, pero no fue así, vete y no dejes que violente tu dignidad como yo misma violenté la mía, vete de aquí, yo no soy una basura que puede entrar en ti, tú eres un bote que está lleno y yo… yo aprendí dónde está mi lugar.
OSCAR RAÚL PÉREZ CABRERA
El glaucoma es una enfermedad silenciosa que daña el nervio óptico, progresa sin síntomas evidentes y puede conducir a la pérdida total de la visión sin un diagnóstico precoz.
AGENCIA EFE I
El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por el aumento de la presión intraocular (presión del líquido que se encuentra dentro del ojo) y por lesión del nervio óptico (grupo de fibras nerviosas que trasladan mensajes visuales al cerebro) y que puede acabar en una pérdida parcial o total de visión.
“En condiciones normales, una parte del interior del ojo está llena de un líquido transparente llamado humor acuoso, que se va renovando continuamente, pero que a veces no se elimina correctamente produciéndose un exceso de fluido” explica José Ramón García Baena, óptico-optometrista a cargo de Producto y Servicios de Salud Visual en General Óptica (GO).
“El humor acuoso se drena a través de una zona llamada trabécula, a la cual nos referimos cuando hablamos del 'ángulo de drenaje'. Si ese ángulo es muy pequeño, el drenaje no funciona correctamente y el fluido se acumula” según el especialista de GO.
“Cuando la producción y eliminación de humor acuoso es correcta (los fluidos de nuestros ojos están en equilibrio), la presión ocular se mantiene constante. Pero si la eliminación del líquido no se produce de manera efectiva, se produce un aumento de la presión intraocular, que daña el nervio óptico, creando zonas ciegas en nuestra visión” apunta García Baena.
PRIMERAS FASES ASINTOMÁTICAS
Una de las características del glaucoma es su capacidad para desarrollarse sin síntomas muy evidentes en las fases iniciales.
Pero a medida que la dolencia avanza, pueden aparecer señales que pueden alertar de su presencia, como pérdida progresiva de la visión periférica; dificultad para ver en ambientes oscuros o con poca luz; visión borrosa y halos alrededor de las luces; y dolor ocular y enrojecimiento, según García Baena.
El aumento de la edad (a partir de los 40 años); los factores hereditarios (antecedentes familiares de esta enfermedad); la presión intraocular elevada (de forma habitual); las condiciones médicas asociadas (diabetes y problemas cardiovasculares); los problemas refractivos (miopía o hipermetropía); y el uso prolongado de medicamentos (corticoides), pueden aumentar las probabilidades de desarrollar glaucoma, según añade.
Para prevenir las consecuencias del glaucoma “es vital realizar exámenes regulares para detectar cualquier anomalía en la presión ocular. La prevención es la mejor estrategia ante el glaucoma y el seguimiento continuo es la clave para intentar preservar una buena salud visual” destaca García Baena.
Añade que estas revisiones incluyen la medición de la presión intraocular, con un instrumento llamado tonómetro; y exámenes de imagen, con herramientas como la retinografía.
LA IMPORTANCIA DE LAS REVISIONES PREVENTIVAS
El glaucoma es una enfermedad silenciosa que, sin un diagnóstico precoz, puede llevar a la pérdida total de la visión. Al avanzar sin síntomas evidentes, muchas personas buscan ayuda médica cuando ya han sufrido un daño visual irreversible. Se prevé que su impacto seguirá aumentando en los próximos cinco años, según los especialistas de la aseguradora médica privada Sanitas.
“El carácter asintomático de la enfermedad en sus primeras fases hace que la mitad de los pacientes desconozca su diagnóstico, lo que retrasa el inicio del tratamiento y eleva el riesgo de ceguera” explica la doctora Sara Hernández, oftalmóloga y experta en glaucoma del Hospital Sanitas CIMA.
“La pérdida de visión puede prevenirse si se detecta a tiempo. Los principales factores de riesgo incluyen antecedentes familiares, miopía o hipermetropía alta, presión intraocular elevada, edad avanzada, diabetes, hipertensión arterial o tensión arterial demasiado baja, apnea del sueño y trastornos circulatorios” explica la doctora Hernández.
“Por ello, los especialistas recomiendan las revisiones oftalmológicas periódicas a partir de los 40 años, e incluso antes, con el objetivo de diagnosticarlo en sus primeras fases y frenar su progresión” recalca.
"El problema del glaucoma no es solo su alta prevalencia (en torno al 3% de la población), sino el desconocimiento de los pacientes”, lo que conduce a que “la mitad de las personas afectadas no sabe que tiene la enfermedad hasta que han perdido parte de su visión de forma irreversible”, señala Hernández.
“La detección precoz es la mejor herramienta para preservar la calidad de vida y evitar complicaciones graves", enfatiza.
Los expertos de Sanitas aconsejan que las personas con factores de riesgo se sometan a controles oftalmológicos desde antes de los 40 años.
“Además, el uso prolongado de corticoides, incluso en colirios, puede aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad, por lo que es fundamental que un especialista supervise su administración” apuntan.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTOS
“El diagnóstico temprano requiere pruebas especializadas como la tomografía de coherencia óptica, el campo visual y la paquimetría, que permiten evaluar el estado del nervio óptico y la presión intraocular”, de acuerdo a la doctora Hernández.
“Afortunadamente, los avances en el tratamiento han abierto nuevas opciones para los pacientes. Técnicas como el láser SLT y las cirugías mínimamente invasivas han demostrado ser eficaces para reducir la dependencia de los colirios y mejorar la adherencia al tratamiento” puntualiza.
Señala que "el avance en las opciones terapéuticas es una gran noticia para los pacientes, ya que permite un control más eficaz de la enfermedad con menos efectos secundarios y complicaciones, pero el éxito del tratamiento sigue dependiendo de una detección precoz".
“Existen distintos tipos de glaucoma. El más común es el de ángulo abierto, que evoluciona lentamente y sin síntomas hasta que la visión está seriamente comprometida” precisa.
Por otro lado, “el glaucoma de ángulo cerrado puede desarrollarse de forma repentina y provocar un aumento brusco de la presión intraocular, causando dolor intenso, visión borrosa y enrojecimiento ocular”, puntualiza esta oftalmóloga.
Para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad, también “es recomendable adoptar hábitos que contribuyan a la salud ocular, como seguir una alimentación equilibrada rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3, realizar ejercicio físico regularmente para favorecer la circulación sanguínea ocular y evitar el tabaco, que puede afectar negativamente al nervio óptico”, concluye.
Quienes hayan leído a Murakami saben bien que la música es un elemento imprescindible en la narrativa del escritor japonés. Le apasiona la música de todo tipo, pero más si es jazz, blues, clásica, folk, o rock, un elemento imprescindible en su escritura, que toma familiarmente, como muchos de nosotros escuchamos música en nuestra vida diaria.
El propio Murakami refiere en sus entrevistas que sus novelas poseen una fuerte influencia musical, especialmente del jazz. Tan íntima es esta vinculación -escritura y jazz- que incluso algunos han acertado en decir que su obra “más que leerse, se escucha”.
De esta pasión por el jazz sale ahora Retratos de Jazz (Tusquet, 2025) un texto compuesto por cincuenta y cinco retratos de músicos que van acompañados de una ilustración del pintor japonés Makoto Wada y de un comentario sobre un álbum de cada artista.
Cada capítulo se convierte en una historia, en un fragmento de memoria autobiográfica, y hasta de consejos a la hora de escuchar a un intérprete, o en sus descripciones de los músicos, y su época. Una figura importante para Murakami fue Stan Getz, el famoso saxofonista pero por el libro desfilan desde el mítico Chet Baker hasta Ella Fitzgerald, y figuras como Billie Holiday, Duke Ellington, Bill Evans o Art Pepper.
"Nada me haría tan feliz como hacerle sentir también al lector parte del placer que yo experimento cuando el tocadiscos se pone en marcha, la aguja de este cae sobre uno de mis viejos elepés de jazz y, cómodamente arrellanado en mi poltrona, escucho la música que se disemina en el aire, al calor de mi madriguera."
DEL JAZZ,
Cuenta Haruki Murakami (Kyoto,1949) que cuando cumplió 15 años, en 1964, le regalaron unas entradas para un concierto de jazz en Kobe. "Me quedé atónito. Nunca había escuchado una música tan increíble". Aquel primer encuentro con el género, le marcaría la vida por completo, la música ha sido una constante y, es más, según él mismo, le enseñó a escribir.
Diez años después, el ahora célebre escritor y su esposa abrieron un pequeño bar en Kokubunji, una de las ciudades al norte de Tokio, llamado Peter Cat, (el nombre de su gato) donde cada día este melómano empedernido, pinchaba música jazz de su propia colección de vinilos, entonces unos 3.000 (ahora alcanza los 10.000) que funcionó hasta 1981.
“Trabajé duro, ahorré dinero, pedí muchos préstamos a amigos y familiares y poco después de dejar la universidad abrí un pequeño club de jazz en Tokio".
Como es de imaginar el joven Murakami estudiante de Literatura (como lo fueron sus padres, profesores de Lengua y Literatura), hacía de todo. Además de servir bebidas y comida y recoger las mesas, pinchaba sus discos favoritos, en especial jazz de los años 50. Por la noche, tras cerrar el pub, se quedaba escribiendo en la mesa de la cocina hasta que salía el sol.
En Retratos de Jazz, el lector tendrá la sensación de haberse sentado a una de las mesas de aquel local mientras el propio Murakami cuenta, en un tono confidencial, cercano y entusiasta, todo tipo de anécdotas de las canciones y vivencias de aquella época.
"Servíamos café durante el día y bebidas por la noche. También servíamos algunos platos sencillos. Teníamos discos sonando constantemente y músicos jóvenes tocando jazz en vivo los fines de semana. Seguí así durante cinco años. ¿Por qué? Por una sencilla razón: me permitió escuchar jazz desde la mañana hasta la noche.”
UN ESCRITOR QUE CAUSA PASIÓN Y RECHAZO
Fue precisamente con una obra como Tokyo Blues, a finales de los ochenta, cuando un joven y desconocido Harini Murakami obtuvo su primer éxito en el mercado internacional, que se tradujo a más de 40 idiomas y hasta tuvo una adaptación cinematográfica.
Desde entonces, el escritor japonés más famoso del planeta que abarca diferentes géneros: novela, ensayo, o relato corto, ha llegado a varias generaciones de lectores de muy distintas procedencias, pasando en apenas dos décadas de ser autor de culto a autor de 'best seller'.
Pero este hombre tranquilo, es de los pocos autores que no le ha preocupado mucho haber dado ese difícil salto de ser un escritor de prestigio, selecto, de pocos, a ser un autor para todos los públicos, de ventas millonarias, el perfecto autor de best-sellers, que dieron el salto inverso, de “autor de culto y de masas”.
Sobrevalorado para muchos, que recelan de un autor volcado en la literatura fácil, es para otros un escritor de indudable influencia en el mercado literario desde hace décadas, todo un fenómeno editorial de masas por el que vale la pena esperar colas infinitas en las librerías ante cada una de sus publicaciones.
LITERATURA PENSABLE EN TÉRMINOS MUSICALES Hablar de jazz es hablar de improvisación; pero para que ésta sea posible uno debe conocer el lenguaje musical y es esto lo que le permite a Murakami escribir frases improvisadas. Sus palabras van como hiladas a notas musicales, mantienen el ritmo, interpretan una melodía.
Murakami controla la pluma a su antojo y, con los mismos tonos irreverentes de las piezas del jazz, se convierten en una excusa para resaltar la absurdidad de lo normal, revisándola después como si fuera una composición musical, una forma de trabajar, aprendida de las improvisaciones de músicos de jazz.
El estilo sencillo y directo de Murakami posee sin embargo, un ligero toque intimista, mágico, donde combina lo surrealista y lo popular con rasgos de humor Es melódico y conmueve al lector. Cada una de las palabras tiene su significado, no usa nada en vano.
A sus 76 años, este hombre sencillo y reflexivo, sigue sin salirse de sus rutinas. Inalterablemente cotidiano, se considera un funcionario de la escritura: “escribo mis diez páginas a diario como cualquier persona que ficha a la entrada y a la salida del trabajo.”
El autor de la trilogía 1Q84, (tres tomos publicados en homenajea a la obra Orwell), encarna el prototipo de escritor solitario y reservado; se considera extremadamente tímido y siempre subraya que le incomoda hablar de sí mismo, de su vida privada, pero no mientras escribe y reflexiona. Por ejemplo ha confesado ( en 'De qué hablo cuando hablo de escribir') que cuando comenzó a escribir en japonés le bloqueaba la responsabilidad de redactar en un idioma que conocía perfectamente y por tanto le exigía un mucho nivel, con un lenguaje culto y elevado.
Pues bien, ante aquella barrera psicológica, paralizante, de no llegar a dar la talla, se le ocurrió, a modo de reto también, escribir en inglés, una lengua que no dominaba como la suya y que le llevaría a escribir con frases más simples y palabras sencillas, dando como resultado un texto de una simpleza enternecedora, precisamente, una de las claves de su éxito.
Te hablan en tono violento para intimidarte, solicitan que realices un depósito de dinero como pago del “rescate”.
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