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EL FUELLE CASA CULTURAL APUESTA A LA ÚLTIMA MUDANZA

“El Fuelle Casa Cultural es un espacio libre de violencia y nos tocó momento en que tuvimos que decir que no a ciertos artistas por denuncias de violencia; es un espacio transfeminista, no negociamos, no le damos escenario a personas violentas o que tienen antecedentes, el espacio se reserva el derecho de admisión, las puertas están abiertas a todo el mundo, pero el escenario, donde sí podemos decidir no es para violentos, decimos no a la homofobia, transfobia, es una cuestión de identidad”. Así define Lola Greatti, integrante del equipo de El Fuelle, a este lugar que hace cuatro años abrió sus puertas a la comunidad artística formoseña. Y Caro Sosa, también del equipo, agrega: “Somos un espacio seguro para la comunidad LGBTIQ +, libre de violencia, militamos el feminismo y es un espacio seguro para la diversidad”.

Con esa identidad bien definida, El Fuelle hoy está en la búsqueda de un espacio propio, pues la casita que hoy habitan en la calle Padre Grotti 926 -al costado del cementerio Virgen del Carmen- a fines del año pasado se vendió y hay un plazo definido para la mudanza.

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Hace cuatro años un grupo de artistas y emprendedores, indepen- dientes y autogestivos que militan la cultura y valorizan el trabajo de los artistas decidieron abrir un lugar de inclusión para toda la comunidad, y así nació El Fuelle que rápidamente aglutinó a la nueva generación de artistas, la nueva vanguardia. Arrancó en el 2018 en un lugar alquilado en la avenida Pantaleón Gómez, en el medio de la pandemia y en pleno éxito tuvo que mudarse a la casa de la calle Padre Grotti y actualmente el equipo está nuevamente en proceso de búsqueda de un lugar y enfocado en conseguir este 2023 un espacio propio y tener la Personería Jurídica para ser reconocidos como espacio cultural y seguir trabajando por amor al arte con la bandera de la independencia y la autogestión.

“El ser reconocidos como espacio cultural cambia la energía del trabajador cultural”, dicen Lola y Caro, así como “la visión, el objetivo, los tiempos; se trabaja mucho más relajado; nuestro objetivo es que sea la última mudanza de El Fuelle, queremos encontrar una casa que esté a la venta, alquilarla y poder comprarla en un futuro, cuando salga la Personería podemos acceder a un subsidio para comprar y así poder modificarla también, porque acá no podemos modificar nada y todo lo que hicimos es desmontable”.

“Al tener un espacio propio –señalan- cambian los objetivos, es diferente el trabajo, la autogestión va cambiando y se van eligiendo las actividades a realizar, es como más selectivo. Ahora no podemos decirle que no a nadie, no podemos privarnos de no hacer un evento por semana porque tenemos que pagar alquiler, la luz y otros gastos”.

El trámite de Personaría Jurídica ya está iniciado y algo importante es que el Fuelle Casa Cultural está reconocido por el Instituto Nacional del Teatro (INT) como sala de teatro y forma parte del circuito teatral. La casa fue sede de varias fiestas: la Provincial, la Regional y el año pasado, la Nacional.

“Lo que apelamos –dice Caro- es que como es un espacio cultural, las entidades oficiales culturales de la provincia nos ayuden en ese trámite”. Cuesta conseguir la Personería y como ejemplo están los cinco años que peleó el centro cultural independiente La Mandinga para conseguirla, espacio con el que El Fuelle articula el trabajo cultural y al que piden consejos precisamente sobre cómo seguir el trámite. También buscan asesoramiento con el Ministro de Cultura y Educación y con el Subsecretario de Cultura que saben de las necesidades y la prioridad hoy de El Fuelle. Con la Municipalidad también hay muy buena relación y el año pasado brindó una gran ayuda para la celebración del cumpleaños de la casita cultural, “pero sabemos que pedir que nos cedan un espacio tiene su compromiso, nuestra bandera es autogestiva e independiente, mas allá que con la mejor de las ondas nos relacionamos con el Gobierno, la Subsecretaría, con la Municipalidad, y contamos con la ayuda de estos organismos públicos que sabemos es necesario y es el trabajo de ellos también”.

El Fuelle y La Mandinga son en la ciudad de Formosa los dos únicos espacios culturales propiamente dicho, a los que se suman

Una Comunidad Que Se Mueve

¿Cómo sigue El Fuelle? Por ahora un poco tranqui, arrancando el año de a poco, armado la agenda cultural y sobre todo con el objetivo supremo de conseguir la futura casa, consciente el equipo que el proceso de búsqueda es difícil puesto que por la poca demanda de alquileres en Formosa todo es muy caro “y por ello apelamos mucho a nuestros amigues y al público para ver si conseguimos un lugar que esté bueno”.

“Si alguien quiere organizar algo -dice Lola- habla con nosotras. Caro lleva la agenda, pero igual con cualquiera puede conectar. Traé tu propuesta, si es música en vivo y querés cobrar una entrada trabajamos 70/30 en porcentaje de entrada, la cantina es de El Fuelle y lo mismo en porcentaje con teatro, talleres, con todo hacemos esa división”.

Lola y Caro cierran agradeciendo la respuesta y el apoyo de la comunidad, la gestión cultural del espacio, y en especial a los artistas y amigos, destacando además el crecimiento pospandemia de la movida cultural en Formosa con nuevos espacios como Calle 2 y El Bosquecito, un lugar más para la movida urbana, con cuyos equipos gestores hay un contacto permanente “y son compas que siempre nos están pidiendo consejos, así como nosotros pedíamos consejos a La Mandinga, hoy otros espacios nuevos nos consultan y les brindamos lo que necesitan, desde equipos hasta la gestión de trámites para los eventos… y nosotras felices de que esto ocurra”.

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