EL NÚMERO 26: UN BREVE RELATO
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¿Qué tiene de extraordinario un pato y una serpiente? No lo sé: -Respondió en un tono indiferente, Jeremy. Piensa un poco, hijo. -Le dijo su padre. ¡No me molestes papá…! Con esta expresión dio por concluido el dialogo corto, que le sabía a tortura, mientras se levantaba del cómodo sillón de la sala rumbo a su cuarto.
En la escuela recuerdo que mi profesora, cuando quería que aprendiera a reconocer los primeros números. Generalmente sus trazos eran asociados a diversas formas. Así que el número dos (2) estaba muy relacionado con el pato. En clara alusión, quizás, a su postura de descanso.
Recuperado domestico/
de
https://avesexoticas.org/patos/pato-
Recuperado de https://pixabay.com/es/dosazul-cuadrados-redondeado-39419/
Lo cierto era que se trataba de una relación concreta (pato, como realidad concreta que se puede observar) y pictórica (porque se puede estilizar los trazos del ave y construir un símbolo), en este caso el número dos, como lo conocemos ahora. Aunque de forma abstracta, representa la unidad, no a dos unidades como debiera ser. Pero, de cualquier modo, la estilización del pato cierta o falsa sirvió para dar lugar al símbolo dos, de este modo quedó retratada en la historia de los números y así se le reconoce ahora. Por los siglos de los siglos, amén. Pero otro símbolo que se instaló en mi inconsciente fue el número seis (6) tan polémico, porque depende de la posición con que lo observes, da lugar a un punto de vista, que hoy sirve de ejemplo para indicar las características de los paradigmas.
Recuperado de http://www.slideboom.com/presentations/1554278/Caracter%C3%ADsticasde-los-Paradigmas.
Pero no quiero distraer su atención en este tema. Mi deseo es seguir hablándole del número 6. Nuevamente la naturaleza nos ayuda a retratar el número seis (6), estilizando la serpiente por un trazo, no sé si de descanso o de agresión. Lo cierto es que se trata de una espiral.
Recuperado de https://www.curiosfera.com/caracteristicas-de-laserpiente/
Recuperado de https://www.piepschuimletters.nl/webwinkel/letters -25-cm/arial-black/cijfer-6arial-black25-cm
Aunque hay otras voces que afirman que no se trata de la serpiente, sino del caracol:
Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Caracol
Recuperado de https://www.piepschuimletters.nl/webwinkel/letter s-25-cm/arial-black/cijfer-6arial-black25-cm
Quizás diversas culturas puedan ofrecer sus propios argumentos al respecto. Pero lo cierto es que la naturaleza nuevamente es el referente para la construcción de símbolos, premunidos como es lógico, de la creatividad humana con las estilizaciones, para crear lo singular en materia de arte. De cualquier modo, estos dos símbolos: dos (2) y el seis (6), si se juntan dan otro número veintiseis (26): pato/serpiente o pato/caracol. Sin embargo, los matemáticos que permanentemente están cavilando y creando, nos hablan de la cualidad de los números. Así, si se suman el dos (2) y el seis (6), tenemos como resultado el ocho (8). Si somos acuciosos, el ocho puesto en una posición horizontal nos da como símbolo el infinito:
Recuperado de https://scirescience.wordpress.com/2014/05/03/dondese-cruzan-el-mago-y-los-naturales-en-el-infinito/
Pero este mismo símbolo, en las tradiciones de las culturas antiguas, refieren a la serpiente que muestra la intención de devorarse a sí misma. Aunque esto es meramente simbólico, porque los antiguos ocultistas lo asociaron con el devenir del tiempo, pasado y futuro, principio y fin per se, discurriendo de manera permanente, pasando a ser retratado como el infinito y que en topología está relacionado con la cinta de Moebius.
Recuperado de https://www.pinterest.es/pin/346777240038236878/?lp=true
En algunas civilizaciones representa el alfa y el omega, el principio y el fin de todo. Aunque otros dicen que se tratan de los ojos avizores de una deidad, que todo lo ve, desde el principio hasta el fin de los tiempos. En matemáticas, representa la inconmensurabilidad del espacio y del tiempo, y en el cálculo sirve para retratar la secuencia de los números sin término. Para mí, pienso que plasma el pasado y el futuro, y el presente es el punto de encuentro del principio y el fin. Vale decir, el instante que se diluye, si se puede decir así, en la vida de las personas, y que ha pasado a constituir el símbolo del devenir de la humanidad. En la iglesia este símbolo representa el renacer. Entonces, siendo optimistas con la vida, el número 26 tiene como cualidad el número 8, lo que significa que es el renacer continuo en la vida de las personas, porque la dialéctica de la vida está atravesada por el cambio continuo, y eso significa aprendizajes nuevos para ser cada día mejores: ¡Dioses! Como decían los antiguos sacerdotes del oráculo cuando miraban el Sol y las estrellas.
Diego Contreras Vela