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Happy Pets Club
LAGUNITA • HAPPY PETS CLUB
Fuegos artificiales y mascotas Mala combinación
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Citando al filósofo Jean-Paul Sartre: “Mi libertad termina donde empieza la de los demás”, podemos comenzar a entender gravedad de la costumbre de lanzar fuegos artificiales por parte de personas que no toman en cuenta la salud animal y las agreden con ruido. Nosotros podemos minimizar las consecuencias de este complejo hábito de celebrar con fuegos artificiales, que afecta a las mascotas domésticas y a la fauna silvestre urbana. Ciertamente, esta costumbre representa una de las formas de tortura animal más crueles que podemos imaginar, generando un pánico incontrolable en ellas, al igual que en la fauna urbana, llegando a producirse la caída de polluelos de los nidos, entre otras muchas consecuencias.
Y esto es fácilmente explicable por el oído desarrollado durante la larga evolución de las mascotas y fauna en general, como mecanismo de supervivencia, sin el cual habrían sido fácilmente depredados. A esto se suma, que el espectro de ondas sonoras captado por sus oídos es más amplio que el de
nosotros. La analogía con respecto a nosotros correspondería al equivalente de escuchar música en MP3 a bajo volumen contra ser el director de una orquesta de 100 integrantes. Así de distante es el nivel de percepción y nos empieza a dar una pista de por qué se alteran tanto con esta “diversión” altamente difundida en las fiestas de cualquier índole y más en las navideñas.
Entonces… ¿qué debemos hacer o cómo podemos ayudar a nuestras mascotas a que toleren la agresión auditiva con el menor trauma posible? Aquí te damos varios consejos que han demostrado ser de gran ayuda. - De ser posible, estar a su lado para brindarle seguridad y confianza. - Mantener a nuestra mascota en un ambiente aislado del ruido con algún sonido fuerte de fondo, como puede ser música o TV. - En los momentos críticos, ponerle unos audífonos si ella lo permite. - Medicación bajo supervisión veterinaria.
Entre las consecuencias, pueden ocurrir accidentes como atravesar puertas de vidrio, saltar de espacios altos, agresión a sus cuidadores, desequilibrio del liderazgo de la jauría llevando a peleas entre mascotas compañeras de vida sin explicación aparente, trastornos digestivos como diarreas, entre otros.
Por lo tanto, nuestra responsabilidad como propietarios de mascotas es comenzar por identificar esta costumbre como un problema de salud para ellas y tomar todas las precauciones y medidas necesarias para que este ruido inexplicable para ellas, sea lo menos traumático.