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Miami Con Clase

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Chanel N° 5

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se convierte en joya

Para celebrar por todo lo alto el aniversario número 100 de la primera fragancia que creó Gabrielle Chanel, la casa de moda encargó a su Estudio Creativo de Joyería Fina una colección que traduce en diamantes la esencia del perfume

En 1921, la diseñadora Gabrielle Chanel creó un perfume para una mujer decidida y moderna, con espíritu inquebrantable. Lo bautizó sencillamente con su número de suerte, el 5. Aunque muchos consideraron que no era precisamente un nombre, lleva 100 años en la cima de la fama.

En numerología, al número 5 se le atribuye el significado de “libertad”, y recoge la esencia de la conocida Coco, que para su época se adelantó en cuestiones de moda, tanto, que su influencia se sigue viendo hasta en este siglo XXI. Con esa misma inspiración, Patrice Leguéreau, director del Estudio Creativo de Joyería Fina de la casa de moda, concibió la colección Chanel N°5.

Se trata de la más larga colección de joyería en la actualidad, con 120 piezas en total. El proceso creativo de Leguéreau lo llevó a una inmersión completa en la fragancia, desde los sembradíos de rosas,

El collar que es pieza central de la colección se compone de 700 diamantes y su broche es el mítico número 5 relleno de estas piedras

jazmines e iláng iláng que la componen hasta la forma de la famosa botella.

Es allí de donde parte la colección. El famoso diseñador joyero tomó dos figuras, el número 5 y el envase, ambos le dieron forma tanto a las piedras preciosas como a las piezas. La idea de Leguéreau fue traducir el perfume, su aroma y su esencia, pero también lo que representa, a una pieza casi tridimensional de alta joyería.

El showstopper

La pieza más importante de la colección es un diamante “ferozmente blanco y eternamente puro”, de acuerdo como lo describen en la página web de la casa de moda. Fue cortado especialmente para que pesara 55,55 kilates, para que le hiciera honor al perfume.

La inspiración para el corte esmeralda viene de la forma geométrica de la plaza Vendóme, en el centro de París, la ciudad que vio nacer la fama del perfume. El collar evoca la forma de la botella, desde la tapa hasta el cuerpo, que es el gran diamante. De ella cuelgan otros en forma de pera que parecen las gotas del perfume.

El collar completo se compone de 700 diamantes y su broche es el mítico número 5 relleno de estas piedras. Así como Gabrielle Chanel confió en su intuición para crear la fragancia, igual Laguéreau se dejó llevar por la suya.

“Conocíamos la botella, teníamos el diamante y la composición de la fragancia, pero para unificar perfume y alta joyería, tuve que también que seguir mi instinto”, explicó el joyero, que hizo una amplia investigación antes de dar con los diseños de las piezas.

También topacios

La otra característica inolvidable de Chanel N°5 es su color ambarino. Para recrearla en joyería, Leguéreau se sirvió de otra piedra preciosa, el topacio.

Así, además de los diamantes, hay un collar llamado Golden Burst, que busca traducir el allure del perfume en la piel con 54 topacios que evocan la fragancia. Esta misma piedra se puede ver en zarcillos, relojes, dijes.

Además, toma un lugar protagónico el número 5, que se reproduce en anillos y otras joyas. También reproduce tridimensionalmente con piedras preciosas las flores que componen la fragancia, tomando inspiración en la primera colección de joyería que diseñó Gabrielle Chanel en 1932, cuando aparecieron las grandes flores de piedras preciosas.

“No solamente quise traducir la fragancia, sino también escribir la historia de N°5 en joyería. Enmarcar el número a través de toda la colección, no solo en forma sino en espíritu”, aseguró el joyero.

Patrice Leguéreau, diseñador joyero, tomó dos figuras, el número 5 y el envase, ambos le dieron forma tanto a las piedras preciosas como a las piezas

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