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Viajando
PRODELSUR
Defiende la legalidad
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Fundada en 2006, esta empresa se ha esmerado en ofrecer a sus clientes productos de máxima calidad de Oceanía, Europa y Sur América. Durante años, su representante ha recorrido los más importantes viñedos del mundo, para traer los mejores vinos a nuestro mercado
Por Yolanda Manrique
Bien reza el dicho popular: “No se puede amar aquello que no se conoce”, por eso, Ingrid Hernández Cova, directora de la Importadora ProdelSur1, se esfuerza permanentemente en brindar mucho más que la función de importar vinos exclusivos y de reconocida calidad. La empresaria venezolana se ha propuesto una decidida campaña para informar y educar sobre la importancia de consumir bebidas legítimas, adquirir vinos de fiscalizada procedencia y reconocer un producto que cumpla con las medidas y normativas legales en nuestro país.
La trayectoria y experiencia en el medio enológico de Ingrid Hernández se inició hace casi treinta años, cuando visitó por primera vez la bodega Finca Flichman en Mendoza, Argentina. A partir de ese momento, inició su estrecha relación con los caldos sureños, que poco después la impulsarían a su verdadera pasión, los vinos europeos y en especial, los franceses. Sin embargo, el amor “al primer sorbo” que sintió por los vinos de Finca Flichman no disminuyó nunca. Prueba de ello es su tesón en recuperar, para el mercado venezolano, el prestigio que tuvo hace pocos años, Misterio Malbec, un vino muy bien ponderado por los expertos, entre ellos el maestro Alberto Soria.
Traer a nuestros anaqueles este y otros caldos de la reconocida bodega argentina, así como productos exquisitos de otras regiones, como el aceite de oliva, ha sido una gestión minuciosa y eficiente, que Ingrid Hernández Cova ha asumido con total entrega: “Nuestros clientes merecen un producto de comprobada calidad. Nuestro respeto por el consumidor pasa por obedecer la legislación vigente en materia de importación de bebidas alcohólicas. Siempre recomendamos al comprador que examine detalles tan primordiales como la etiqueta de la botella, en la cual se identifican todos los datos de la bodega y el distribuidor y —más importante aún— verificar la validez de la banda que se coloca en el cuello de la misma. Este elemento es fundamental, pues es la única forma de garantizar que el vino fue importado bajo las condiciones legales correctas”.
Para la especialista y empresaria del vino, cuando se trata del delicado tema de los permisos y reglamentos para la importación de bebidas alcohólicas, es significativo enfatizar en la orientación al público para que tenga las herramientas necesarias para proteger su salud y hacer valer sus derechos como consumidor. Las recomendaciones para consumir un vino de forma confiable son: 1) Verificar que posee el estudio muestras por laboratorios autorizados, para tener la certeza de sus componentes. 2) Permiso sanitario. 3) Comprobar que la botella tiene la etiqueta que detalle cuál es la bodega y quién el importador. Hernández enfatiza: “Es necesario reconocer la importancia de un vino o cualquier producto nacionalizado, es decir, aquel que paga impuestos. El contrabando es un ilícito que perjudica la salud y la economía”.