María Moya y Diego Lizán: dos ilustradores que no quieren dejar de jugar. Después de un año de residencia artística en el Centro Cultural Puertas de Castilla de Murcia y, tras un intenso trabajo, han puesto el broche a este tiempo con una gran exposición titulada “Todo lo que sucede entre el verde y el azul”, un mundo imaginario repleto de personajes donde lo maravilloso va de la mano de lo asombroso. Este mundo se ha hecho realidad con un gran despliegue de más de doscientas piezas realizadas en cerámica.
¿Qué es? Alguien con un ojo de visión científica, repleto de conos y bastones, diría que es todo aquello que sucede entre los 450 y los 570 nm (aprox.) del espectro visible. Sería correcto, por supuesto. Habría quien, con una visión plástica y/o estética, afirmaría que nos encontraríamos con toda una gama de colores muy adecuada para armonizar ambientes. Un acierto. Otro con una capacidad afectiva sobredimensionada hablaría de las relaciones prohibidas que se producirían entre estos dos colores de estratos diferentes. No podemos olvidar que uno (el azul) pertenece al selecto grupo de los colores primarios y el otro (el verde) al común y vulgar grupo de los secundarios, estableciendo un sistema de castas entre colores. Posible. Luego estarían todos los que nunca se lo han planteado. Pero para entender todo lo que sucede entre ellos hay que jugar. Y en un juego se necesitan jugadores: dos, María Moya y Diego Lizán (aunque en fases más avanzadas del juego se introducirán más.) Comencemos de la nada, de la ausencia absoluta de cualquier ser o cosa, un buen punto de partida para comenzar un juego. Y como si de un génesis bíblico se tratara, un dios bicéfalo crea, en un principio, los cielos y la tierra. Pero la tierra está desordenada y vacía. Antes de llenarlo, este nuevo universo situado entre el verde y el azul que se acaba de crear hay que ordenarlo. Y tras una divertida primera fase del juego, Diego y María lo dividen en cinco paisajes definidos y delimitados, aunque con límites móviles que se pueden trasponer. Para eso son los jugadores. A saber: 1- La tierra; 2- El aire; 3- El agua; 4- El inframundo; 5- El paisaje perpendicular. Los paisajes de la tierra, el aire y el agua se definen por su mismo nombre. El inframundo es un paisaje repleto de sabiduría donde el fuego impera sobre los demás elementos. (No debemos confundirlo con el infierno. En este universo la maldad no existe.) El paisaje perpendicular es todo aquello que abarca el plano vertical, un paisaje rotado 90º y aislado del resto aunque, como descubriremos durante el juego, se hallarán puntos de contacto entre este paisaje y los demás del plano horizontal.
Una vez que Diego y María han definido su universo y lo tienen cual tablero vacío, empiezan a llenarlo de vida. Veamos: objeto = personaje = vida. (No hay que olvidar que los dos jugadores están jugando a ser un dios bicéfalo capaz de dotar de alma a sus objetos.) Así continúa la creación. Con barro. Pero a diferencia del génesis de nuestro mundo, los personajes no se modelan directamente. Pasan de la mente al papel; del papel a la figura tangible donde se pueden percibir los procesos de sacrificio, permanencia y adición; se encierran durante horas es un abismo controlado hasta su alumbramiento. Y, una vez alumbrados, comienzan su nueva vida en el hábitat designado. Tras repetir este proceso infinidad de veces, los cinco paisajes se ven inundados de nuevos habitantes, inanimados pero con alma. Maravillosa paradoja. El dios bicéfalo ve que todo es bueno y por fin descansa. Es el momento de añadir nuevos jugadores a este juego de la creación. A los nuevos jugadores los llamaremos observadores. No hay número máximo ni rango de edad. Como su nombre indica, la función principal de estos jugadores es la de observar, explorar los cinco paisajes y conocer a sus habitantes. Mantener diálogos con ellos, ponerles nombre, etiquetarlos, escuchar sus historias, desentrañar todo lo que sucede. En resumen, todo lo que sucede entre el verde y el azul es un juego en el cual dos jugadores, Diego y María, han creado un mundo maravilloso para que el resto de jugadores lo descubran, lo sientan y lo interpreten. Fran Bermejo
Los Invitados Cuatro artistas plásticos fueron invitados a participar en la exposición. Para ello se les pidió que, tras reflexionar sobre los personajes creados por María y Diego, crearan uno propio. Custodiados en sus cúpulas de cristal, las piezas de los artistas invitados son una visión personal y única, fruto del trabajo conjunto en el taller.
María Moya
Diego Lizán
Licenciada en Bellas Artes y Máster en Ilustración Editorial (Macerata, Italia, 2012). Ha publicado tres álbumes ilustrados con la editorial Italiana ZOOlibri. Ha participado en varias exposiciones colectivas de ilustración infantil en Italia (Libriamoci, TorrediLibri) y como invitada extranjera en Picnic Festival!, evento anual de ilustración y cómic.
Es Ilustrador y diseñador gráfico. Sus ilustraciones, repletas de personajes y pequeños detalles sobre paisajes imaginarios, coloristas e inundados de optimismo, reivindican una huida positiva de la realidad.
En sus ilustraciones encontramos siempre un vínculo directo con la realidad, más concretamente, con la naturaleza, en la que se inspira para crear sus personajes y ambientes. Sus mundos están llenos de minúsculos y númerosos detalles en los que nunca falta una gran dosis de humor y ternura. Es una apasionada de las técnicas tradicionales, de la materia y en definitiva, de los oficios. mariamoyaillustration.com info@mariamoyaillustration.com
Aplica la ilustración sobre objetos como muñecas de madera, calabazas y botijos. Ha expuesto en Nüremberg, Valencia y Murcia. Realizó una residencia artística en Finlandia y tiene un libro publicado por el Centro Cultural Puertas de Castilla, que recoge su trabajo como ilustrador. Tiene obra en museos como la Casa Encendida o el Museo ABC de Ilustración y ha trabajado para empresas como Djeco en Francia y cartonLAB o el Ayuntamiento de Murcia. diegolizan.com diego@diegolizan.com
Ficha tĂŠcnica
La exposición está compuesta por cinco paisajes y la zona de invitados
Terrestre Acuático Aéreo El inframundo Perpendicular Los invitados
Cada paisaje está concebido como una pieza o instalación que funciona de manera independiente. De esta forma se puede exportar la exposición fragmentada con los paisajes que más puedan interesar adaptándolos al espacio expositivo. La exposición irá acompañada con el libro Todo lo que sucede. Método Rápido y Visual de iniciación a lo Maravilloso, publicado por El centro Cultural Puertas de Castilla, con textos de Grassa Toro y dioramas de los diferentes paisajes realizados por Muñeco de Barro.
Paisaje Terrestre Sobre una isla de tierra que ocupa el centro del espacio expositivo, se despliegan 51 piezas. Esta isla tiene un pequeño lago y una zona de playa, que sirve de conexión con el Paisaje Acuático. El conjunto tiene una medida aproximada de 4 x 2 metros. Se necesitará disponer para el montaje de 6 sacos de 70 litros de tierra de maceta.
Paisaje Acuático La estructura de este paisaje está formada por una peana de madera y 8 cilindros de cristal cubiertos por una tapadera doble de madera. La base de los cilindros está cubierta de arena. El paisaje se compone de un total de 61 piezas: 15 piezas suspendidas con un hilo de nylon de las tapaderas y el resto, apoyadas sobre la arena y las estructuras acuáticas. Las tapaderas de los cilindros, en su centro, tienen unas pequeñas lámparas Led que iluminan su interior. La estructura tiene un peso total de 860 kg El conjunto tiene las siguientes medidas: Altura: 1,41 m. Anchura: 2,40 m. Profundidad: 0,40 m.
Paisaje AĂŠreo EstĂĄ compuesto por un total de 11 piezas (simples o compuestas) suspendidas del techo de la sala con hilo de nylon.
El Inframundo Este paisaje se localiza en una pequeña habitación de tres metros cuadrados, completamente cerrada e iluminada únicamente por luz roja. Un total de 15 piezas colocadas sobre estructuras “arquitectónicas” de cerámica que cuelgan de la pared. Escaleras y rampas sirven de conexión visual a las estructuras. En el muro frontal a las piezas hay un agujero a 1,4 m. de altura desde el que se observa el interior de la habitación. La construcción de esta habitación se puede hacer aprovechando un hueco existente o adaptando cualquier otro espacio. Sí que es necesario tener la pared exterior con el orificio para observar la instalación.
Paisaje Perpendicular Este paisaje se compone de 17 piezas y de troncos de madera. Están dispuestas a lo largo de las paredes de la sala distribuidas en 5 grupos. Tanto las figuras como los troncos están sujetos a la pared por su base con la ayuda de tornillos y alcayatas. Como particularidad, habría que destacar la pieza del Funambulista, que además de estar colgada del techo, se apoya sobre una cuerda que va desde este paisaje hasta el otro lado de la sala.
Los invitados Las piezas de los invitados se situan sobre 4 pequeñas baldas a modo de peana y cubiertas por sus correspondientes cúpulas de cristal. A una altura de 1,40 metros y con una separación aproximada de 0,50 metros. Esta zona de invitados se situaría dentro de la sala separada sutilmente del resto de paisajes.
Mx+Dy=mdbz Con muñeco de barro, María y Diego abren los ojos y miran a otros mundos diferentes a los nuestros, muy cerca de los nuestros. Tocan lo inaccesible y ven lo invisible como si de guardianes en el techo de la noche se tratasen. Sus visiones nos traen recuerdos desde lo más profundo y sus personajes irrumpen portando la luz que ilumina este universo cubierto de oscuridad atravesando rincones misteriosos, cielos, mares, océanos y montañas. La cima de su mundo es una de las cumbres que dominan el horizonte del arte, del fuego, de la tierra, del aire y del agua. De ahí fluye toda una poesía singular y especial. Por un lado lo fantástico; por otro lo fantasioso que no es otra cosa que lo soñado. Sus mundos vertiginosos habitan esta altura. Tienen un precipicio, la locura. Es el mundo que es y no es. Seamos quienes seamos, todos somos aventureros de sus ideas. Nadie pasará por estas tierras sin compartir sus fantasías. En Muñeco de barro el paisaje es otra cosa. El ojo se pega a la lente del telescopio. Todas las formas desaparecen. Nada o la nada. Una manera de percibir lo real que se nos ofrece en toda su complejidad como si de una ecuación imposible se tratase. Jesús de la Peña
Director Centro Cultural Puertas de Castilla Jesús de la Peña Sevilla Producción Damián Olmo Serra Coordinación Técnica Diego Lizán Diseño y maquetación Diego Lizán Autor María Moya y Diego Lizán Fotografía Antonio Márquez José Luis Carrillo Edita Pictografía Centro Puertas de Castilla Ayuntamiento de Murcia Depósito Legal MU 75-2018
Todo lo que sucede entre el verde y el azul Exposición comisariada por Jesús de la Peña, director del Centro Cultural Puertas de Castilla de Murcia
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“El Muñeco de barro es un juego y una burla, es infancia y huele a vintage. El Muñeco de barro es un experimento, un campo de batalla, es la pasión por la extraordinaria ordinariez”
Tras el éxito de la exposición, la alianza entre los jugadores se refuerza y surge Muñeco de Barro. Un lugar donde el juego, la ensoñación y la maravilla, siempre tendrán cabida.