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Cómo superar el síndrome post-vacacional
Levantarse pronto unos días antes de volver a la rutina, respetar las horas de sueño o alejar los pensamientos negativos son algunas de las buenas prácticas que ayudan a que la "depresión" post-vacacional sea mucho más llevadera.
En primer lugar, ¿qué es el síndrome post-vacacional? Podríamos decir que son aquellos
síntomas que padece una persona al volver
a la rutina (trabajo, estudios, responsabilidades…) tras unas semanas de descanso. Hay a quien le afecta al apetito o el sueño; y otros presentan dolores musculares, apatía y cansancio generalizado.
¿Qué se puede hacer entonces para evitarlo? Lo primero si se está fuera de vacaciones, es aconsejable regresar un par de día antes de la vuelta a la normalidad. Será el momento de normalizar, de nuevo, los horarios y de recuperar los buenos hábitos; es decir, una buena alimentación y volver, poco a poco, a realizar ejercicio físico. Los días aún son largos, así que practicar un deporte es un plan ideal: libera endorfinas, esas hormonas causantes de la felicidad y el optimismo.
También es importante no caer en la negatividad. Es mejor parar, respirar, salir a pasear o ponerse música. Así los pensamientos recurrentes desaparecerán. Las aficiones son, en este sentido, una buena vía de escape. De todas maneras, no hay que desesperarse: el síndrome no suele durar más allá de dos semanas. El cerebro vuelve a adaptarse en ese tiempo a la rutina.
Si sientes apatía, cansancio o te cuesta dormir, es mejor volver cuanto antes a la normalidad de horarios y hábitos