Cardinalis #01

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ISSN 2314-1913

CARDINALIS Publicación del Departamento de Geografía Diciembre de 2012 Año 1 Nº1


Cardinalis es una publicación anual del Departamento de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Es una revista abierta al pensamiento crítico de problemáticas socio-territoriales. Está dirigida a geógrafos y profesionales de las ciencias sociales y naturales, interesados en cuestiones espaciales, territoriales y ambientales. Editor responsable: Departamento de Geografía - Facultad de Filosofía y Humanidades Universidad Nacional de Córdoba Para adquirir ejemplares o remitir artículos o reseñas diríjase a: Departamento de Geografía. Casa Verde, Primer Piso. Ciudad Universitaria (5016)Córdoba, Argentina. Tel.: +54 351 4334060, int. 34. E-mail: geografia.unc@gmail.com

Las afirmaciones expuestas en los artículos son de responsabilidad exclusiva de sus autores

Impreso por Editorial de la Facultad de Filosofía y Humanidades - UNC Pabellón Francia Anexo. Ciudad Universitaria. (5016) Córdoba, Argentina Tel.: +54 351 4334059, int. 33. E-mail: imprenta@ffyh.unc.edu.ar Web: http://www.ffyh.unc.edu.ar

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723 Impreso en Argentina © 2012 Cardinalis 1 E-mail: geografia.unc@gmail.com ISSN 2314-1913


Autoridades

Universidad Nacional de Córdoba Facultad de Filosofía y Humanidades Decano: Dr. Diego Tatián Vicedecana: Dra. Beatriz Bixio Secretario Académico: Dr. Juan Pablo Abratte Secretaria de Posgrado: Dra. Silvia Morón Secretaria de Extensión: Lic. Liliana Pereyra Secretaria de Asuntos Estudiantiles: Prof. Virginia Carranza Secretaria de Administración: Cra. Graciela del Carmen Durand Pauli Secretaria de Coordinación General: Dr. Sebastián Torres Secretaría de Investigación, Ciencia y Técnica: Dra. Jacqueline Vasallo Prosecretaría de Relaciones Internacionales e Interinstitucionales: Dra. Silvia Cattoni

Departamento de Geografía Director: MSc. Biol. Rubén del Sueldo Coordinadora Académica: Arq. Esp. Norma Josefina Vaudagna Secretaria Técnica: Lic. Beatriz Ensabella

Consejo Departamental Consejeros Docentes: Dr. Marcelo Zak – Ing. Rubén Actis Danna Lic. Luciana Buffalo – Lic. Noemí Fratini Lic. Cecilia Irazoqui – Lic. Lucas Palladino Estudiantes: Aylén Martínez Cornejo - Ramiro Díaz Gastón Calderón - Yohana Puican Egresados: Lic. Carla Eleonora Pedrazzani – Lic. Gina Lucía Aichino

Comité editorial Lic. Beatriz Ensabella Lic. Carla Pedrazzani Lic. Gabriela Cecchetto Mgter. Lic. Estela Valdés Arq. Esp. Norma Josefina Vaudagna MSc. Biol. Rubén del Sueldo

Diseño gráfico Rubén Kalmbach

Diseño de logotipo Claudia Serrot


INDICE

Editorial

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ARTÍCULOS Las bases territoriales de la segmentación educativa

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Disputas por la apropiación del territorio: construcción, redefinición y negociación de sentidos de lugar en la localidad de Villa Allende durante el período 2002-2009

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Nuevas ruralidades en el norte de Córdoba: una propuesta teórico-metodológica. El caso de los campesinos del departamento Tulumba, Córdoba

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El proceso productivo de una planta frigorífica y su incidencia en la configuración territorial de Río Segundo

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(Re) Pensando el proceso de investigación. Una articulación de lo teórico con lo empírico en el abordaje territorial de las fronteras simbólicas

68

Territorio, comunidad e identidad. El proceso de comunalización de los Comechingones del pueblo de La Toma, ciudad de Córdoba (2008-2009)

85

Los usos y sentidos del territorio, modos de producción en disputa en El Paso Viejo

103

Trabajo de campo y formación del geógrafo. Algunos aportes para su reflexión

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Políticas de Lugar: convergencias de discusiones e intervenciones académicas, sociales y políticas.

139

Santa María y Bajo la Alumbrera: multivocalidades, multiterritorialidades y representaciones en tensión.

156

Juan Cruz Fornazaric Aranda

Gina Lucía Aichino

Beatriz Ensabella

Noemi Fratini

Carla Eleonora Pedrazzani

Lucas Palladino

Melisa Soledad Suárez

Gina Lucía Aichino, Lorena Arancibia, Natalia Astegiano, Yamila Asis, Emanuel Barrera, Eugenia Cavanagh, Carolina Cisterna, Diana González, Lucía Luna, Lucas Palladino, Carla Eleonora Pedrazzani y Jeremías Rodigou

Lucía Aichino, Lorena Arancibia, Carolina Cisterna, Candelaria Juliá, Santiago Llorens, Lucas Palladino, Carla Pedrazzani, Carolina Ricci, Francisco Robino

Silvia Valiente


INDICE

La Geografía en Córdoba: recorridos actuales y futuros en torno a un conflictivo proceso de institucionalización

170

Indagando acerca de las relaciones industria-territoriotrabajo en la región metropolitana Córdoba postconvertibilidad: logros, desafíos y consolidación de GIIT en el ámbito del Departamento de Geografía UNC

183

Dinámica social y territorial en relación a problemáicas del uso del agua. Estudio a nivel de cuencas en la vertiende oriental de las Sierras Chicas.

200

Perla Zusman, Gabriela Cecchetto, Lisandro Barrionuevo, Lucas Palladino, Nicolás Rabboni y Eugenia Cavanagh

Luciana Búffalo, Diego Omar

Sergio Chiavasa, Beatriz Ensabella, Cecilia Irazoqui, Santiago Llorens, Carlos Saavedra, Marina Bustos, Joaquín Deón


2012 VOL. 1, Nº1

ISSN 2314-1913

EDITORIAL

Cuando se cumplen diez años de la creación de la Licenciatura en Geografía, con orientación en Gestión Territorial y Ambiental, en la Facultad de Filosofía y Humanidades, presentamos la primera publicación del Departamento. Indagar sobre la institucionalización de la Geografía en la Universidad Nacional de Córdoba, supone reconstruir un largo y accidentado proceso que comienza en el último tercio del siglo XIX y se concreta recién a comienzos del siglo XXI. Así, a través de Cardinalis, procuramos insertar a nuestra disciplina, en los debates nacionales e internacionales en torno al estudio de temáticas geográficas y, particularmente, difundir problemáticas de Córdoba y el centro de Argentina. La revista generará un espacio académico para la discusión, producción y extensión de conocimiento científico desde la perspectiva geográfica. Buscamos enriquecer las visiones y explicaciones del mundo social con un pensamiento independiente y crítico, que apele a la creatividad como condición de innovación para la generación de conocimientos que puedan dar cuenta de procesos complejos. La propuesta editorial está orientada al análisis de procesos sociales complejos y cambiantes del mundo actual, a partir del abordaje de problemáticas territoriales y ambientales en un interjuego de escalas, local-global que se retroalimentan y configuran formaciones socio-territoriales diferenciadas, orientadas a la gestión territorial y ambiental. Deseamos invitarlos a compartir este nuevo espacio cuyo objetivo es promover la reflexión sobre la construcción del pensar geográfico con responsabilidad social y ambiental. En esta edición, se difunden los trabajos finales de los primeros egresados de la Licenciatura en Geografía. Si bien los trabajos abordan una variedad de temas, en todos subyace la preocupación sobre aspectos territoriales o espaciales insertos en realidades sociales concretas. Se incluye, además, una producción colectiva sobre el trabajo de campo en geografía, dadas las características particulares que adquiere en la construcción del conocimiento disciplinar. Agradecemos a los autores su buena voluntad para colaborar con esta publicación, que consideramos será un aporte efectivo en la discusión de cuestiones espaciales, territoriales y ambientales actuales. Un especial agradecimiento a la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba, por el apoyo económico brindado para realizar esta publicación. Y, por último, una afectuosa bienvenida a nuestros lectores…

COMITÉ EDITORIAL DICIEMBRE 2012


2012 VOL. 1, Nº1, 9-22

ISSN 2314-1913

LAS BASES TERRITORIALES DE LA SEGMENTACIÓN EDUCATIVA 1 Juan Cruz Fornazaric Aranda Resumen En la fracción censal 68, localizada en la zona N-O de la ciudad de Córdoba, existe un área segregada de pobreza, surgida en primera instancia, por la diferenciación socioeconómica entre los habitantes de la fracción 66 (que contiene grupos con elevados valores en los indicadores de bienestar social) y los de la 68 (conformada por grupos pobres). A la vez, se aprecia una fuerte segmentación educativa en función de las características socioeconómicas de los alumnos que asisten a los distintos establecimientos educativos de nivel medio según tipo de gestión (pública/privada) y según la localización diferenciada de estas escuelas en la zona. Esta exclusividad territorial y educativa son características negativas que refuerzan la aceptación de la diferencia como algo “normal y natural”, promoviendo la falta de contactos con “el distinto, el diferente”, dando como resultado un espacio urbano cada vez más fragmentado. Palabras claves: Segregación-Segmentación Educativa (S.E) - Fragmentación espacial THE TERRITORIAL BASES OF EDUCATIONAL SEGMENTATION Abstract In the census fraction 68, located in the N-W of the city of Cordoba, there is a segregated area of poverty, arising primarily, by socio-economic differentiation between the inhabitants of the fraction 66 (containing groups with high values ​​in the indicators of welfare) and the 68 (comprised of poor groups). At the same time, there is a strong educational segmentation based on the socioeconomic characteristics of students attending various educational institutions of middle management by type (public / private) and differentiated according to the location of these schools in the area. This territorial exclusivity and education are negative characteristics that reinforce the acceptance of difference as “normal and natural”, promoting the lack of contact with “the other, the different,” resulting in an urban space increasingly fragmented. Keywords: Separation - Segmentation Education (SE) - Spatial Fragmentation. Introducción La localización y comportamiento de los grupos socioeconómicos en el espacio urbano de la Ciudad de Córdoba nos brinda información sobre la existencia de un proceso de segregación residencial socioeconómica (SRS) que posee características específicas: “Personas con disímiles atributos (niveles educativos y satisfacción de necesidades básicas) residen en zonas diferentes y agrupadas 1 Segregación Residencial Socioeconómica y Segmentación Educativa en la ciudad de Córdoba: El caso de la zona de Argüello. Autor: Fornazaric Aranda, Juan Cruz. Director: Tecco, Claudio Alberto. Córdoba. Junio de 2011.


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entre ellos. Los ciudadanos de distinta condición social no se mezclan en espacios residenciales comunes. Los espacios residenciales de condición social más alta son el centro de la ciudad y algunos de los barrios colindantes, como también varias urbanizaciones del corredor Noroeste. Existe, sin embargo, una gran zona segregada de pobreza en el extremo N.O. de este mismo corredor y otras zonas (más pequeñas) de similar condición en el área intermedia de la ciudad. Las áreas que presentan mayores porcentajes de población pobre se encuentran en la periferia de la ciudad”. (Tecco, C. Valdés, E. 2006: 56-57). En un espacio urbano segregado, los ámbitos de interacción entre grupos sociales heterogéneos se ven reducidos: plazas, tiendas, escuelas, pertenecen a tal o cual, de esta forma las interacciones entre grupos diversos se ven afectadas, conformándose una especie de aislamiento en lo que a contactos sociales se refiere. La escuela pública ocupó siempre un lugar clave para fomentar intercambios entre sectores sociales diferentes: “(…) A través de la construcción cotidiana de códigos comunes, de vínculos de solidaridad y afécto que se consolidaban en esos encuentros informales, muchos escolares fueron incorporando sus primeras experiencias de formar parte de una misma sociedad (...)” (Kaztman, R. Retamoso, A. 2007:136). El problema radica en que en la ciudad de Córdoba ese potencial integrador de la escuela pública fue socavado por la segmentación educativa, en lo que concierne a: 1) la concurrencia de grupos socioeconómicos a uno y otro tipo de escuela (publicas y privadas), y, 2) una creciente diferenciación en la localización de estos establecimientos educativos. A partir de estas cuestiones surge el interés central del presente estudio: Analizar en el sector NO de la ciudad de Córdoba la interrelación constante entre dos procesos (Segmentación Residencial Socioeconómica -S.R.S.- y Segmentación Educativa -S.E.-) teniendo en cuenta los efectos de esta interacción en las posibilidades de desarrollo de los grupos más pobres. Referencias Conceptuales Segregación Residencial Socioeconómica Este proceso ha sido conceptualizado desde distintas maneras, luego de la revisión bibliogarfica hemos optado por considerarla como:“En términos simples, segregación espacial o residencial es la aglomeración geográfica de familias de una misma condición o categoría social, como sea que se defina esta última, social o racialmente o de otra forma. En términos más complejos, podemos diferenciar tres dimensiones principales de la segregación: (a) la tendencia de un grupo a concentrarse en algunas áreas; (b) la conformación de áreas socialmente homogéneas; y (c) la percepción subjetiva que tiene la gente de las dimensiones objetivas (las dos anteriores) de la segregación (…)”. (Sabatini, F 1999: 3 en Rodríguez Vignoli, J. 2001: 12-20).

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Las bases territoriales de la segmentación educativa

La escala de la S.R.S. La escala reviste un papel clave a la hora de establecer mediciones y definiciones de la S.R.S. a causa de las dificultades analíticas que supone la noción de homogeneidad, que es intrínsicamente dependiente de la escala de análisis. En este sentido, resulta peligroso imputar la esencia de la segregación a la mera similitud o disimilitud social de un aglomerado, sin considerar las especificidades de localización de los grupos que integra. En base a esta situación Vignoli nos advierte: “Zonas de la ciudad heterogéneas socialmente pueden registrar una alta segregación si en su interior están claramente separados o distanciados los diferentes grupos que la integran”. (Rodríguez Vignoli, J. 2001:14) De acuerdo a la escala utilizada, la S.R.S. adoptará distintas características y sus procesos serán diferentes. Una breve inspección de esta definición lleva a concluir que la delimitación de la unidad de referencia territorial (o su equivalencia, la escala geográfica del análisis) es crucial para entender y medir la segregación residencial: “Corresponde concluir que la única forma de captar situaciones de segregación residencial es apreciando simultáneamente la condición de un segmento en relación con los otros segmentos análogos de la subunidad territorial. En suma, el primer paso para cualquier indagación empírica de la segregación residencial consiste en especificar la escala de análisis, es decir, de las unidades territoriales cuya composición social y cercanía física serán consideradas en los cálculos y el análisis (...)” (Rodríguez Vignoli, J. 2001:18). Segmentación Educativa Los estudios sobre la elección del tipo de escuela en la Argentina se vienen llevando a cabo a partir de distintos enfoques. Desde una perspectiva reproductivista, Braslavsky explicaba el fenómeno de segmentación del sistema educativo como resultado del influjo de los sectores sociales más acomodados, quienes a través de sus propias elecciones y de su influencia en la definición de las políticas educativas, procuraban mantener el carácter excluyente de la escuela en un contexto de ampliación de la matrícula (Veleda, C. 2006: 1-2). Carro ha llamado la atención sobre la preocupación creciente de las familias en torno a la evaluación y selección de la oferta educativa y el modo en que estas nuevas formas de “utilización” del sistema educativo contribuyen a la profundización de los circuitos educativos diferenciados. La preferencia de la escuela privada o la evitación de las escuelas públicas, donde predominan alumnos de más bajo nivel socio-económico, emergen en estos estudios como estrategias de reproducción social construidas en connivencia con las prácticas selectivas de las propias escuelas (Veleda, C. 2006: 2-3). Desde un abordaje sociológico, Filmus indaga en su trabajo acerca de la educación media, las expectativas y razones de elección de la escuela por parte de las familias, subrayando la tendencia a la concentración de los diferentes grupos sociales entre sí y el modo en que esta homogeneización del perfil social del alumnado de cada escuela determina la calidad educativa que éstas pueden ofrecer. (Veleda, C. 2006: 2-3). Teniendo en cuenta lo anterior, es importante destacar lo expresado por Cecilia Veleda con respecto 11


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al componente territorial de esta elección: “El impacto de la pobreza y de la ampliación de las brechas sociales sobre el sistema educativo tiene ante todo una base territorial: la creciente segregación urbana ha profundizado la segregación educativa, es decir la distancia creciente en el perfil socioeconómico de las escuelas según su implantación geográfica” (Veleda, C. 2006:3-4). La autora esta remarcando que uno de los principales factores que influyen en la segmentación educativa está referido al perfil socioeconómico de la escuela, adquirido a partir de la localización de la misma en zonas de mayor o menor nivel socioeconómico. Ahora bien, si consideramos las distintas políticas educacionales, basadas principalmente en la reducción del presupuesto educativo destinado a la educación pública, la pauperización de la población escolar -tanto por el inédito crecimiento de la pobreza vivido por el país en los últimos treinta años, como por el acceso paulatino de los adolescentes más postergados a la escuela secundaria desde la década del ’80, aunque más fuertemente en la década del ’90, con la extensión de la obligatoriedad escolar- (Veleda, C. 2006: 5-6), la creciente tendencia a la privatización de la enseñanza y la diferenciación de las escuelas públicas según su localización espacial, la cuestión de la segmentación educativa se profundiza. Es decir, existen procesos territoriales (junto con otros factores) que influyen en forma creciente en la segmentación educativa. Diseño Metodológico Medición y determinación de la S.R.S. Para analizar los aspectos objetivos de la Segregación Residencial Socioeconómica (S.R.S.), se utilizaron los radios censales del sector como unidades básicas, teniendo en cuenta los siguientes indicadores: Hogares con N.B.I. y Educación de los jefes de hogar. Los datos estadísticos surgieron del censo nacional de población y vivienda del año 2001. El área segregada por pobreza se identifico de la siguiente forma: N.B.I. (radios censales que presentan 20% o más de hogares con N.B.I.) y Educación (radios censales que presentan un promedio de escolaridad de los jefes de hogar igual o inferior a 7 años). Determinación objetiva de la Segmentación Educativa. En primer término, se cartografío la localización efectiva de los establecimientos educativos en la zona de estudio. En una segunda instancia, se trabajo directamente sobre los listados de alumnos de los establecimientos educativos localizados en la zona. De esta forma obtuvimos una imagen de los grupos socioeconómicos que asisten efectivamente a los tipos de establecimientos educativos (públicos/privados) y las zonas de residencia de estos alumnos. Es importante destacar que se trabajo con los alumnos que están cursando el Ciclo Básico Unificado (C.B.U.) -Se fija esta condición por la obligatoriedad del cursado del C.B.U., según lo estipulado en la Ley Federal de Educación, y porque es en ese momento (al comenzar el C.B.U.) cuando los padres

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deben tomar la decisión sobre el colegio al que mandaran a sus hijos, una vez que hayan terminado los estudios primarios. (Veleda. C. 2005: 3-4). Aspectos Subjetivos de los procesos analizados. Para analizar esto, se llevaron a cabo una serie entrevistas semiestructuradas durante los meses de Enero, Febrero y Marzo del año 2011. Complementando lo anterior, para el caso de la S.E., se utilizaron los listados de alumnos del año 2010. A partir de un análisis exhaustivo de las entrevistas, las cartas temáticas y las conclusiones obtenidas, se realizo un cruzamiento de datos con el fin de obtener posibles relaciones entre los procesos estudiados (S.R.S. y S.E). Características socioeconómicas y territoriales de la zona de estudio Descripción del sector. La zona de estudio comprende las Fracciones censales Nº 66 y Nº 68 de la ciudad de Córdoba, localizadas en el extremo N-O de la misma. En dichas fracciones se encuentran contenidos los siguientes barrios: Argüello Norte, Argüello Lourdes, Autódromo, El Cerrito, Mercantil, UOCRA, Villa Silvano Funes, Dos de Septiembre -fracción censal 68-, Argüello -fracción censal 66-. El área comprende un total de 973,66 hectáreas, en donde residen unos 40.000 habitantes. – Es importante destacar que en las fracciones trabajadas existen otros barrios además de los mencionados, pero por cuestiones metodológicas y con el fin de obtener representatividad, se fijaron criterios en la elección de los mismos: Dimensiones físicas, cantidad de habitantes, representatividad del sector en los indicadores socioeconómicos, antigüedad-. De acuerdo al relevamiento estadístico de la zona podemos establecer: 1. Nuestra zona de estudio experimentó un importante incremento poblacional entre los años 1991-2001. 2. Los barrios Dos de Septiembre, El Cerrito y Autódromo presentan los peores valores con respecto a cobertura de obra social y jefes de hogar sin asistencia escolar. 3. Los barrios Dos de Septiembre, El Cerrito y Argüello Lourdes son los que poseen los niveles más altos de desocupación. 4. Argüello Norte presenta las mayores carencias habitacionales. 5. Barrio Argüello presenta los mejores valores en relación a salud, educación, infraestructura, N.B.I. y empleo. En términos generales podemos afirmar que en nuestra zona de estudio se observan grandes diferencias socioeconómicas entre barrio Argüello (localizado en la fracción censal 66) y el resto (Argüello Norte, Argüello Lourdes, Autódromo, El Cerrito, UOCRA, Villa Silvano Funes y Dos de Septiembre, 13


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Mercantil - localizados en la fracción censal 68- ). Análisis de la S.R.S en la zona de estudio Dos sectores socioeconómicamente diferenciados Teniendo en cuenta los valores desprendidos de los indicadores hasta aquí expuestos, podemos diferenciar dos sectores bien definidos: 1) el barrio Argüello (fracción censal 66), el cual se constituye como un área que posee los mejores valores en los indicadores seleccionados, 2) los demás barrios (Argüello Norte, Argüello Lourdes, Autódromo, El Cerrito, Dos de Septiembre, UOCRA, Mercantil, Villa Silvano Funes, todos pertenecientes a la fracción censal 68) los cuales poseen valores inferiores en los mismos indicadores.(Carta temática N°1). De acuerdo a las observaciones de campo realizadas, el límite físico entre estos dos sectores –fracción censal 66 y fracción censal 68- es la Avenida Ricardo Rojas. A partir de este límite, es visible el contraste en lo que respecta a las características de las viviendas y de infraestructura. Los barrios de la fracción 66 cuentan con una adecuada provisión de servicios públicos, espacios verdes y plazas, seguridad privada, gran cantidad de comercios, bancos, escuelas y centros de salud privados. En el conjunto de los demás barrios (fracción 68), se observan en general, viviendas de construcción sencilla, propias de clases sociales con un bajo poder adquisitivo. Existen urbanizaciones correspondientes a planes de vivienda impulsados por el gobierno provincial y municipal, estas casas poseen características uniformes en cuanto al diseño y a los materiales de construcción. El único barrio del sector que escapa a esta constante es Argüello Norte, en el se observan casas discretas que no son de plan, mezcladas con viviendas precarias y de plan. Del reconocimiento visual de esta fracción, se desprende que presenta una variedad de carencias relacionadas con la infraestructura. Dimensiones objetivas de la S.R.S. en la zona de estudio En función de los indicadores utilizados para determinar la segregación (N.B.I., Educación de los jefes de hogar) en el extremo Este de la fracción censal 68 existe un área segregada de pobreza conformada por distintos barrios y asentamientos marginales (Carta temática N°2). La conformación y localización de la misma en dicha fracción, nos está indicando que, en nuestro caso, existe una relación directa entre la pobreza general del sector y la localización del área segregada en su interior. Dimensiones Subjetivas de la S.R.S. en la zona de estudio Estas hacen referencia a: 1) las representaciones que los “otros” (personas que viven fuera del área segregada) tienen de la misma, 2) las representaciones que los habitantes del área segregada de pobreza tienen con respecto a los espacios en que ellos mismos habitan, y, 3) las representaciones de ellos con respecto a los espacios urbanos próximos no segregados, hacia “los de afuera, los otros”.

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Consideraciones de “los de afuera, los otros” con respecto al área segregada de pobreza. De la información obtenida en las distintas entrevistas podemos establecer que el área segregada de pobreza esta estigmatizada, por parte de los habitantes de los barrios próximos, como un área peligrosa, insegura, habitada por delincuentes y personas peligrosas, en donde abundan los problemas de robos y drogadicción. Consideraciones de los habitantes del área segregada con respecto a los espacios urbanos que ellos habitan, y, a los espacios urbanos próximos pobres Los habitantes de la mayoría de los barrios que conforman nuestra área segregada de pobreza, tienen una sensación de “decadencia” de los espacios urbanos que habitan y de los espacios urbanos próximos segregados, esta “decadencia” se refiere a: la falta de infraestructura y provisión de servicios, a la inseguridad, a los problemas de droga y narcotráfico, a la delincuencia y a la conformación de “barritas de jóvenes”. Consideraciones de los habitantes del área segregada de pobreza con respecto a los espacios urbanos próximos no segregados, hacia los de afuera, los otros De acuerdo a las entrevistas realizadas en nuestra zona de estudio existirían grandes trabas y barreras para generar una integración territorial entre los habitantes del área segregada de pobreza y los espacios urbanos próximos no segregados, estas están relacionadas con las sensaciones de “rechazo” y las consideraciones como “distintos/diferentes” que expresan las personas del área segregada hacia los espacios urbanos próximos no segregados y hacia los que viven en esos barrios, constituyéndose como una excepción la aceptación que tienen los de Argüello Lourdes y El Cerrito hacia algunos sectores y vecinos de barrio Argüello Norte. Análisis de la segmentación educativa en la zona Cantidad, localización y tipos de establecimientos educativos de nivel medio En la zona se contabilizan siete (7) establecimientos educativos de nivel medio pertenecientes al sistema privado de gestión. Seis (6) están localizados en barrio Argüello, y, uno (1) en barrio Argüello Norte. Con respecto a las escuelas de gestión pública/provincial, existen cuatro (4), dos (2) están ubicadas dentro del área segregada de pobreza (Argüello Lourdes y Granja de Funes II), una (1) se ubica en proximidades de la misma, en barrio Argüello Norte fracción 68-, y, una (1) está fuera (- fracción 66- ). (Carta temática N°2). Según lo anterior los establecimientos educativos de gestión privada tienden a localizarse en sectores y áreas que presentan los mejores valores en los indicadores socioeconómicos seleccionados, es decir, la distribución de los mismos en la zona responde a una lógica, en la cual los componentes socioeconómicos del territorio tienen mucha influencia. De 15


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la misma forma, las escuelas públicas siguen una generalidad con respecto a la localización, se ubican en sectores y áreas que presentan bajos niveles socioeconómicos, es decir, los componentes socioeconómicos del territorio influyen también en su localización. Matrícula y composición de la misma según barrios de procedencia de los alumnos, y, según tipo de gestión de los establecimientos educativos (pública/privada) Los establecimientos correspondientes al sector privado de gestión, contienen una matrícula algo inferior que la matrícula de los públicos (1196 y 1209 respectivamente). La matrícula de las escuelas privadas (salvo la del Instituto Brigadier Juan I. San Martin), está conformada en su mayoría por alumnos de Argüello y en menor medida por alumnos de barrios localizados fuera de la zona de estudio que presentan un elevado nivel socioeconómico (Countries de la zona de Villa Allende, La Calera, Villa Warcalde y Mendiolaza y barrios como Cerro de las Rosas, Villa Belgrano, Altos del Chateau, Nueva Córdoba, Urca, entre otros). Los establecimientos de gestión pública, contienen una matrícula conformada en su mayoría por alumnos provenientes de los barrios que presentan los niveles socioeconómicos más bajos del sector (Autódromo, El Cerrito, Dos de Septiembre, Argüello Norte, Argüello Lourdes, 9 de Julio, Villa Serrana, Villa Cornú, Policial Anexo, Granja de Funes II, I.P.V., Hna. Sierra, Coop. Atalaya, étc.). Consideraciones de los habitantes de la zona de estudio con respecto a los tipos de establecimientos educativos según tipo de gestión (pública/privada) y según la localización de los mismos. La mayoría de los entrevistados de Argüello consideran que las escuelas de gestión privada ofrecen una mejor educación, destacan el control y seguimiento de los alumnos por parte de estas y el contexto socioeconómico adecuado. Concretizan sus dichos mandando a sus hijos a estas escuelas, en su mayoría localizadas en la zona. Expresan que las públicas están muy degradadas y que esta degradación pasa (sobre todo) por la condición socioeconómica de los alumnos que concurren a ellas. Para ellos, la mezcla de los distintos grupos socioeconómicos en la escuela sería positiva, pero manifiestan rechazo a que sus hijos tengan compañeros pertenecientes a grupos pobres. Según esto, tienen una imagen negativa de las escuelas públicas (la cual empeora sobre aquellas localizadas en la zona) y una imagen muy positiva de los establecimientos educativos de gestión privada (la cual mejora cuando estás se ubican en sus espacios urbanos próximos). Las personas que viven en la fracción censal 68 (fuera del área segregada), consideran, en general, que las escuelas públicas están “bastante mal”, resaltando los problemas de conducta, violencia y droga. Hacen mención a que las mismas han experimentado una degradación en comparación con las privadas, es decir, no consideran que las escuelas privadas hayan mejorado, sino que las públicas han empeorado con el tiempo. Al igual que los habitantes de barrio Argüello, coinciden en que la principal causa de esta situación guarda relación con el contexto socioeconómico que poseen estos establecimientos educativos. Expresan que las privadas ofrecen mejor educación y un adecuado 16


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contexto socioeconómico, y que si contaran con los recursos económicos necesarios mandarían a sus hijos a ellas, estén localizadas en la zona o en otro sector de la ciudad. Creen que la mezcla de los distintos grupos socioeconómicos en las escuelas sería positiva pero expresan que es muy difícil, debido a la resistencia de las clases sociales más acomodadas a mandar a sus hijos a establecimientos donde se de esta situación. Los que viven en el área segregada de pobreza manifiestan opiniones diversas sobre los establecimientos educativos de gestión pública: La mayoría considera que “están bien” o son “normales” y compensan los aspectos negativos (violencia, infraestructura, étc.) con el servicio gratuito de comedor que brindan. Una minoría tiene una “mala imagen” de la escuela pública, formada a partir de las falencias de infraestructura, mala educación y violencia. La mayoría mandarían a sus hijos a establecimientos privados si tuvieran la posibilidad de hacerlo, porque consideran que ofrecen mejor educación, hay más disciplina y los compañeros de sus hijos serían mejores de los que tienen en la escuela pública. Una minoría expresa que no mandarían a sus hijos a escuelas privadas porque no son para “ellos” son para “otros”. Todos los entrevistados coinciden en que la mezcla de grupos socioeconómicos en estos ámbitos sería positiva, sobre todo para los grupos más pobres (ellos). Relaciones entre la S.R.S. y la S.E. Relaciones desde las dimensiones objetivas En nuestra zona de estudio existe una fuerte S.E.: Desde la localización diferenciada en el territorio de los establecimientos educativos según el tipo de gestión al que pertenecen, y, desde las características socioeconómicas de los barrios de donde provienen los alumnos que componen las respectivas matrículas, viéndose reforzada esta segmentación, por la escasa concurrencia y/o alejamiento de los habitantes de barrio Argüello (fracción censal 66) hacia las escuelas privadas localizadas en contextos socioeconómicos pobres, y hacia las públicas ubicadas en las proximidades. Relaciones desde los aspectos subjetivos 1) Teniendo en cuenta la relación entre: a) la consideración negativa de las personas que viven en Argüello sobre los grupos sociales pobres próximos a ellos, y, b) la consideración negativa que tienen, particularmente, sobre las escuelas públicas cercanas. Podemos explicar el rechazo y respectivo alejamiento de los vecinos de Argüello de los establecimientos educativos públicos de la zona y los privados localizados en áreas pobres: se alejan de estos, “no por ser públicos o privados”, sino porque a estos concurren aquellos que consideran como “peligrosos y perjudiciales”. 2) Teniendo en cuenta: a) la consideración de los habitantes del área segregada sobre sus propios espacios, y, b) la consideración hacia las escuelas en función de la localización y la composición de la matrícula. Podemos decir que la consideración que tienen las personas del área segregada de su propio espacio urbano, se traslada e influye en la consideración hacia las escuelas del sector, debido a que estas están en un espacio decadente y compuestas por sus propios vecinos: los problemas que 17


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conforman la sensación de otredad de sus espacios segregados, se reproducen en los establecimientos públicos de la zona. Considerando: a) las sensaciones de rechazo hacia los espacios urbanos próximos no segregados, y, b) su rechazo a concurrir a ellas. Observamos que las sensaciones de rechazo hacia los “otros, los de afuera” influyen en su posible inserción en las escuelas privadas, porque consideran que estas han sido apropiadas, o son espacios exclusivos, de aquellos “otros” a los cuales ellos rechazan. 3) En los barrios localizados en la fracción censal 68 (fuera del área segregada), la construcción de las consideraciones negativas hacia las escuelas públicas de la zona están influidas por las percepciones hacia el área segregada próxima, la principal causa de que los establecimientos educativos públicos cercanos “estén mal” pasa por la asistencia a estos de aquellos que son los “culpables” de la decadencia de su propio barrio, es decir, las personas del área segregada de pobreza. Las consideraciones positivas hacia las privadas (independientemente de su localización -dentro o fuera de sus propios espacios urbanos-) están relacionadas con el supuesto de que aquellos que viven en el área segregada próxima a ellos, no pueden acceder a estas escuelas. Conclusiones Sobre la S.R.S. en la zona de estudio A partir de una diferenciación socioeconómica y subjetiva (amplia) entre las fracciones censales 66 y 68, en el interior de la última fracción se ha conformado, por medio de una serie de procesos objetivos y subjetivos, un espacio urbano diferenciado -área segregada de pobreza- del entorno socioeconómico que lo contiene, área que no muestra señales ni indicios desde los procesos objetivos y sobre todo de los subjetivos de desaparecer o reducirse por medio de una integración socio-territorial plena en el espacio urbano que la contiene y rodea. Sobre la S.E. en la zona de estudio Según el tipo de gestión (pública/privada) al que pertenecen las escuelas de la zona y la localización de las mismas, existe una S.E. en función de los grupos socioeconómicos que asisten a los distintos tipos de establecimientos educativos (aspectos objetivos de la S.E.), si a esto le agregamos, como consideran (aspectos subjetivos de la S.E.) lo anterior las personas que viven en los distintos sectores y áreas que conforman nuestra zona de estudio observamos que la S.E. en la zona se ve fuertemente reforzada en lo inmediato y en lo mediato. Sobre las relaciones entre la S.R.S y la S.E. en la zona El entorno socioeconómico de las escuelas y las características socioeconómicas de sus matrículas disparan un proceso de alejamiento de los grupos socioeconómicos más acomodados de las escuelas públicas, lo cual, a su vez, refuerza la homogeneidad socioeconómica hacia el interior de los

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establecimientos educativos. Estamos hablando de un proceso de causación circular acumulativa entre las dimensiones objetivas de la S.R.S. y las dimensiones objetivas de la S.E (localización, cantidad y composición de la matrícula) que refuerza y aumenta notablemente la S.E. en los distintos tipos de escuelas. Este proceso es el que afecta las consideraciones diferenciadas de los distintos grupos socioeconómicos hacia las escuelas públicas y privadas de la zona, reforzando aún más la S.E. desde sus aspectos subjetivos, si estas consideraciones no se modifican es inevitable un alejamiento cada vez más marcado de las clases medias de las escuelas públicas, dando como resultado la conformación de espacios educativos exclusivos para los distintos grupos -máxima S.E.- (la escuela pública en general y las privadas localizadas en áreas pobres como espacios exclusivos de grupos socioeconómicos pobres, y, las escuelas privadas localizadas en entornos socioeconómicos buenos como espacios exclusivos de aquellos grupos que poseen los mejores indicadores socioeconómicos). En una sociedad que debe integrarse en forma plena en todos los espacios de uso común para poder avanzar como conjunto, esta exclusividad en los espacios educativos es una característica negativa que refuerza la aceptación de la diferencia como algo “normal y natural”, promoviendo la falta de contactos con “el distinto, el diferente”. Esta pérdida de relaciones con el “otro” da como resultado un espacio urbano cada vez más fragmentado y sectorizado que atenta contra las posibilidades de cambio o bienestar de todo el cuerpo social, pero sobre todo para aquellos que resultan más perjudicados con esta desintegración socio-territorial: los grupos socioeconómicos pobres en general y los habitantes de las áreas segregadas de pobreza en particular. Sobre los tipos de intervenciones que podrían contrarrestar los efectos negativos de las relaciones entre la S.R.S. y la S.E. en la zona y nuevas líneas de investigación Es evidente, a partir de lo analizado, que las medidas aplicadas para disminuir y contrarrestar los efectos negativos de las interrelaciones planteadas deben estar encaradas hacia la eliminación, o por lo menos, reducción de la pobreza en el sector N-O de la ciudad para evitar el crecimiento y desarrollo del área segregada de pobreza que se encuentra contenido en él. Esto es responsabilidad de las distintas administraciones públicas (municipal, provincial, nacional) a partir de medidas que generen un mejoramiento en las condiciones de vida de los habitantes del área segregada de pobreza (en particular) y de las personas que viven en la fracción censal 68 (en general), no solo desde la provisión de servicios e infraestructura, sino también desde la posibilidad del acceso hacia cuestiones básicas como el trabajo, y sobre todo por medio de planes o proyectos que promuevan la integración plena de los distintos grupos socioeconómicos a nivel territorial, para que de esta forma la aceptación de la diferencia (desde sus aspectos negativos) y la consideración del distinto como alguien “peligroso” y “perjudicial” no sea algo normal o de existencia natural en la zona. Modificando esta realidad socioterritorial, como primera acción, se podrán aplicar una serie de medidas a nivel sistema educativo, con el fin de promover la participación efectiva de los distintos grupos socioeconómicos en los distintos tipos de escuelas. En este punto surgen una serie de interrogantes: ¿Se podría fomentar una mayor integración en las escuelas a partir de una distribución más amplia de los establecimientos educativos 19


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públicos en la fracción censal 66? ¿El otorgamiento de becas estudiantiles, por parte de las escuelas privadas de la fracción 66, para los habitantes de la fracción censal 68, podría ser una alternativa viable para reducir la S.E.? ¿Resultaría factible promover la asistencia de alumnos provenientes de barrio Argüello a escuelas privadas de la fracción 68, por medio de proyectos de intercambio interescuelas? Lo expuesto hasta el momento, supone un enfoque del problema (espacios educativos exclusivos y diferenciados), desde una perspectiva que no considera la diferencia y apropiación de los distintos grupos socioeconómicos sobre las distintas escuelas como algo normal, natural e inevitable, sino que trata de disminuir o mitigar la exclusividad de apropiación de estos espacios, por considerar que esta exclusividad aumenta la brecha entre las posibilidades de desarrollo de la sociedad en su conjunto y sobre todo fomenta el desarrollo de áreas aisladas dentro del cuerpo social de nuestra ciudad. Bibliografía Braslavsky, Carlos: La discriminación educativa en Argentina en Elección de escuelas. Problemas de diversidad y justicia social. Narodowski, M. Gómez Schettinni, M. Buenos Aires. Prometeo sujetos/políticas/educación. 2006. Pág. 1-2. Filmus, Daniel. Kaplan, Carina: Cada vez más necesaria, cada vez más insuficiente en Elección de escuelas. Problemas de diversidad y justicia social. Narodowski, M. Gómez Schettinni, M. Buenos Aires. Prometeo sujetos/políticas/educación. 2006. Págs. 2-3. INDEC: Censos nacionales de población y vivienda. Buenos Aires, Instituto nacional de estadísticas y Censos. 1991, 2001. Kaztman, Rubén. Retamoso, Alejandro: Efectos de la segregación urbana sobre la educación en Montevideo. Revista de la CEPAL N° 91 .Abril 2007. Págs. 136-138.. Municipalidad de Córdoba. Observatorio Urbano: Barrios bajo la lupa Córdoba. Municipalidad de Córdoba. 2004. Rodríguez Vignoli, Jorge: Segregación residencial socioeconómica: ¿qué es?, ¿cómo se mide?, ¿qué está pasando?, ¿importa?. Proyecto Regional de Población CELADE-FNUAP. Fondo de Población de las Naciones Unidas. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) – División de Población Santiago de Chile, agosto de 2001. Pags.12-20. Sabatini, Francisco: Medición de la segregación residencial: reflexiones metodológicas desde la ciudad latinoamericana” en Los Barrios Cerrados en Santiago de Chile: Entre la Exclusión y la Integración Social. Cáceres, Gonzalo. Sabatini, Francisco (Eds.), Santiago de Chile. Instituto de Geografía. PUC.2004. Págs. 3-10. Tecco, Claudio. Valdés, Estela: Segregación residencial socioeconómica (SRS) e intervenciones para contrarrestar sus efectos negativos: Reflexiones a partir de un estudio en la ciudad de Córdoba, Argentina. Cuadernos de Geografía N° 15. ISSN 0121-215X. Departamento de Geografía, Universidad Nacional de Colombia, Ciudad Universitaria, Bogotá D.C., Colombia, 2006. Págs. 53-66. Veleda, Cecilia: Entre querer y poder: Las clases medias y la elección de la escuela en el conurbano bonaerense en Elección de escuelas. Problemas de diversidad y justicia social. Narodowski, M. Gómez Schettinni, M. Buenos Aires. Prometeo sujetos/políticas/educación. 2006. Págs. 3-6. Veleda, Cecilia: Efectos segregatorios de la oferta educativa. El caso del conurbano bonaerense. CIPPEC Documento de trabajo N° 5. 2005. Págs. 3-4.

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ISSN 2314-1913

DISPUTAS POR LA APROPIACIÓN DEL TERRITORIO: CONSTRUCCIÓN, REDEFINICIÓN Y NEGOCIACIÓN DE SENTIDOS DE LUGAR EN LA LOCALIDAD DE VILLA ALLENDE DURANTE EL PERÍODO 2002-20091 Gina Lucia Aichino Resumen Frente a contextos globalizantes Villa Allende se presenta como una ciudad testigo de un fuerte crecimiento ante la llegada de nuevos habitantes, el aumento de servicios y comercios, la realización de nuevas construcciones y la demolición de otras. En consecuencia, este artículo busca analizar a esta ciudad como lugar dinámico, multiescalar, conflictivo y con límites difusos. Desde un abordaje de la Nueva Geografía Cultural se analizan las subjetividades del espacio, teniendo en cuenta las construcciones de sentidos de lugar y las estrategias de activación patrimonial realizadas por diferentes agentes en respuesta a transformaciones territoriales ocurridas como consecuencia de procesos de especulación inmobiliaria y mercantilización del suelo. El objetivo del artículo es explicar estos procesos de construcción de sentido(s) de lugar a partir de las estrategias de activación patrimonial ocurridas en Villa Allende, Córdoba, durante el 2002-2009. Palabras claves: Lugar – Sentidos de lugar – Patrimonio - Estrategias de activación patrimonial – Representaciones LAND APPROPRIATION CONFLICTS: CONSTRUCTION, REDEFINITION, AND NEGOTIATION OF SENSE(S) OF PLACE IN VILLA ALLENDE DURING 2002-2009 Abstract In a context of globalization, Villa Allende is a city that experiences a strong growth: the arrival of new habitants, the increase of services and shops, the construction of new buildings and the demolition of others. In consequence, the paper analyzes this city as a dynamic and conflictive place with unclear boundaries. From a New Cultural Geography approach we discuss the subjectivities of the place, taking into account the construction of senses of place and heritage activation strategies carried out by different actors in response to territorial changes as a result of land speculation. The article aims to explain the sense(s) of place construction`s processes from heritage activation`s strategies occurred in Villa Allende, Córdoba, during the 2002-2009. Key words: Place – Sense of place – Heritage - Heritage activation strategies – Representations 1 Estrategias de activación de patrimonios y construcción de sentido(s) de lugar en la localidad de Villa Allende, Córdoba (2002-2009). Director: Gabriela Cecchetto. Año 2011.


Gina Lucia Aichino

1. Introducción Los actuales procesos de globalización tienden a reducir el territorio a una mera mercancía, un soporte y un objeto externo a la subjetividad de quien lo habita (de Sousa Santos, 2002). En este marco globalizador las ciudades tienden a crecer y desarrollarse a espaldas de sus ciudadanos, llegan nuevos habitantes, aumenta el número de servicios y comercios, se realizan nuevas construcciones y se demuelen otras para dar lugar a nuevos emprendimientos. Sin embargo en algunos lugares sus habitantes, como agentes activos constructores de su realidad, están luchando por construir un espacio habitable guiados por diferentes intereses. Como resultado, en los centros urbanos se produce una disputa por la apropiación diferenciada del territorio, en el que múltiples agentes definen y re-definen territorios de disputa económica, política y simbólica. Frente a los procesos que transforman el territorio surge el patrimonio como elemento simbólico de lucha que crea en numerosos ciudadanos la necesidad de exaltar lo local a través de la activación de “su” concepción de patrimonio construida a partir de representaciones sobre el futuro esperado para el lugar. A la luz de estas consideraciones, este trabajo busca analizar los procesos de construcción de sentido(s) de lugar a partir de las estrategias de activación de patrimonios en la ciudad de Villa Allende, provincia de Córdoba, durante el período 2002-2009. Pretende así mostrar cómo los sentidos de lugar de Villa Allende son redefinidos y renegociados desde los posicionamientos, tensiones y conflictos entramados en este proceso, dando cuenta de una construcción colectiva y cambiante. Como objetivos específicos, la investigación busca identificar, por un lado, los intereses y posicionamientos de los diferentes agentes que intervienen en estos procesos a partir de su involucramiento en estrategias de activación patrimonial. A la vez propone indagar en las activaciones de patrimonio que estos agentes ponen en juego según cuáles sean sus intereses. Por otro lado, busca analizar las estrategias de activación de patrimonios locales realizadas por estos agentes y su influencia en las construcciones de sentidos de lugar. Por último, pretende vincular las estrategias de activación de patrimonios con los sentidos de lugar y las diferentes representaciones de lugar desarrolladas por los agentes de la localidad. El problema de investigación que se plantea en este trabajo es: frente a la conflictividad que generan los procesos de reterritorialización y las disputas que distintos agentes sostienen por la apropiación diferenciada del territorio en la localidad de Villa Allende, de qué manera influyeron las estrategias de activación de patrimonios locales en la construcción, redefinición y negociación de sentidos de lugar durante el 2002-2009. 2. Metodología Este trabajo se basa en una lógica de investigación cualitativa, dado que el mismo realiza una recolección de memorias, relatos, experiencias, discursos y representaciones de los agentes involucrados en la problemática (Lindón 2008, Guber 2001, Kornblit 2004). La aplicación de esta metodología permite 24


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una aproximación a los “significados que los sujetos le otorgan a los lugares” (Lindón 2008: 12). Las técnicas utilizadas incluyen la realización de entrevistas en profundidad a informantes claves (García Ballesteros 1998, Oxman 1998, Guber 2001). La condición que delimitó la selección de los entrevistados fue que vivieran en Villa Allende. Para identificar diferentes intereses y posicionamientos se elaboraron tres grupos de entrevistados: agentes de la comunidad que realizaran o hubieran realizado acciones de activación de patrimonios de Villa Allende, tanto colectivos como individuales; desarrolladores inmobiliarios y agentes del gobierno local. También se tomaron registros de eventos organizados por los agentes locales. Se realizó la observación de festivales organizados por una de las agrupaciones que desarrollaban estrategias de activación de patrimonios de Villa Allende. Además se analizaron diversas fuentes de información secundaria tales como censos, publicaciones periodísticas diversas a nivel local(1), provincial(2) y nacional, informes, documentación oficial como actas del Consejo de Cultura de Villa Allende, entre otras. 3. Dinámicas espacio temporales en la ciudad de Villa Allende Desde un abordaje trialéctico que tiene en cuenta procesos de territorialización - desterritorialización - reterritorialización (Mançano Fernandes, 2005), este artículo da cuenta de los efectos que han tenido las transformaciones territoriales ocurridas en la ciudad de Villa Allende en el marco de la globalización. Los procesos de territorialización se manifiestan en la instalación de nuevos comercios, la creación de corredores comerciales, la construcción de un hipermercado, la instalación de barrios cerrados y housings, etc. (3). A su vez, esta dinámica está acompañada por la afluencia de nuevos habitantes(4), principalmente provenientes de la ciudad de Córdoba, produciéndose un amalgama de culturas diferentes. Estos procesos replantean los sentidos tradicionales del lugar poniendo en cuestión el sentido de pertenencia e identificación hacia la localidad (desterritorialización). Como consecuencia se generan reterritorialidades que se hacen visibles en la revalorización del territorio, expresados en diversas activaciones patrimoniales que llevan adelante algunos agentes buscando imponer diferentes concepciones de patrimonio y así aumentar o consolidar la conexión entre el territorio y las manifestaciones culturales de la comunidad. Estas luchas por la apropiación diferenciada del territorio producen, a partir de las representaciones de Villa Allende que levantan, una diferenciación entre agentes que promueven la renovación de la ciudad, gobierno y desarrolladores inmobiliarios, y agentes que quieren preservar la localidad ante cambios que está experimentando, o que directamente se oponen a ellos. 4. Villa Allende como lugar Las transformaciones mencionadas anteriormente impactan en las subjetividades de los habitantes de Villa Allende, en sus experiencias, en las cargas de sentido que le otorgan a dichas experiencias, en sus percepciones y en sus sentidos de lugar. 25


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Desde el abordaje de la Nueva Geografía Cultural (J. Agnew, D. Massey) Villa Allende se presenta como lugar dinámico, conflictivo, multiescalar y con límites difusos que mantiene fuertes relaciones y conexiones con el afuera. Este abordaje permite considerar a esta ciudad como el resultado de flujos y movimientos, y como un campo de relaciones que se juegan a múltiples escalas, puntos de encuentro, conflictos y contrastes, superando otras conceptualizaciones que, al posicionarse desde un enfoque humanístico anclado en una visión idealista del mundo, lo restringen a la escala de lo micro y lo parroquial(5) (Yi-Fu Tuan, 1996). Massey (en Cresswell 2004: 69) afirma que dentro del análisis de los lugares los límites se convierten en un elemento difuso ante la actual interrelación que se establece entre las localidades. En este caso de estudio, se puede observar la presencia de límites funcionales pero difusos, que marcan una continuidad entre Villa Allende y localidades vecinas, sobre todo la ciudad de Córdoba. Características como la localización y la accesibilidad de esta ciudad con la capital han llevado a que la historia de crecimiento de esta localidad esté directamente relacionada con la de Córdoba(6). Este desdibujamiento de límites se ve reflejado también en el discurso de la mayoría de los agentes entrevistados: “un barrio más, prácticamente ya va a ser un barrio más Villa Allende… porque con Córdoba ya prácticamente no tenemos barreras” (Eusebio). Los relatos de los entrevistados dan cuenta de disputas entre las diferentes formas de percibir estas dinámicas. Por un lado, algunos agentes de la comunidad perciben esta fuerte interconexión como negativa: “yo creo que la cercanía con Córdoba nos terminó matando (…)” (Aurelio). Por otro lado, los agentes inmobiliarios y el Estado mencionan este hecho como positivo ya que si bien muestran a la localidad como parte de Córdoba afirman que ésta tiene características propias que la diferencian. 4.1 Agentes involucrados en la problemática Las subjetividades que estos procesos generan se manifiestan de manera diferente en los agentes involucrados en la problemática según cuáles sean sus intereses, posicionamientos, grados de poder y las propias estrategias que ponen en práctica. Esto lleva a reconocer múltiples escenarios problemáticos, en los que se juega la relación de los habitantes con lo que consideran patrimonial, o el modo de operar de los inversores de capital que, a través de diversas alianzas económicas y sociopolíticas, intentan ampliar sus espacios y esferas de acción en Villa Allende. Siguiendo a García Canclini, el patrimonio “como espacio de disputa económica, política y simbólica” (1999: 20) se encuentra atravesado por la acción de al menos tres tipos diferentes de agentes: el Estado, los desarrolladores inmobiliarios y los movimientos sociales. Este último fue redefinido como “agentes de la comunidad” para nuestro estudio ya que también existen en la comunidad agentes individuales que no participan de organizaciones, pero que están legitimados por la comunidad. Se originan de esta manera tensiones entre las diferentes activaciones de patrimonios locales. A su vez, los sentidos de lugar de los habitantes de Villa Allende van siendo reconstruidos, redefinidos y renegociados desde las estrategias de activación de esos patrimonios, dando cuenta de 26


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una construcción colectiva y cambiante. 4.2 Activaciones patrimoniales en tensión Los patrimonios de Villa Allende se presentan como construcciones colectivas, dinámicas y situadas en las que los agentes de la localidad entrevistados re-subjetivan y re-significan el lugar dotándolo de sentido y construyendo sentidos de lugar a partir de la apropiación patrimonial y la identificación con los mismos. Para definir patrimonio se parte de un concepto que da cuenta de las relaciones de desigualdad, de las diferencias de producción, acceso y usufructo de lo que se considera patrimonial en Villa Allende. Nos apoyamos así en Prats, quien lo define como “todo aquello que socialmente se considera digno de conservación independientemente de su interés utilitario” (1998:63). Los referentes patrimoniales son un elemento que permite a los agentes apropiarse del lugar y sentirse parte de la comunidad. Una fuerte apropiación patrimonial realizada por los agentes entrevistados quedó manifestada en sus discursos cuando al hacer referencia a “nuestro patrimonio”, aluden a “nuestra idiosincrasia”, “nuestra cultura”, “lo que nos pertenece” es decir, a un elemento colectivo, de toda la comunidad, “y… es lo de todos”. Es “lo que le pertenece al pueblo (...) es algo que te pertenece y que a la vez vos le pertenecés” (Agustín). En la importancia del patrimonio como símbolo de identificación radica, según la mayoría de los entrevistados, la necesidad de defenderlo y preservarlo porque “sino no tenemos nada…” (Jacinto y Agustín). A su vez, guiándonos por Prats, los referentes simbólicos son “potencialmente patrimonializables” porque para integrar el patrimonio éstos deben ser activados por versiones ideológicas de la identidad. Por activar este autor hace referencia a escoger un determinado referente simbólico y exponerlo de una u otra forma (1998: 67). En este sentido, ninguna activación patrimonial es neutral, inocente o dada, y en todas se pone en juego el poder ya que, afirma Prats (1998), sin poder no hay patrimonio. Los agentes con los que se trabajó activaron diferentes concepciones patrimoniales que dan cuenta de procesos de diferenciación social que evidencian tensiones en las relaciones que se establecen entre los mismos. Los patrimonios materiales e inmateriales que fueron activados en los discursos de los agentes entrevistados fueron diversos, aunque varios de ellos aparecieron constantemente en todas las entrevistas. Algunos de estos referentes patrimoniales son: lo edilicio, principalmente casonas antiguas; lo histórico como el Nogal Histórico y La Reducción(7); el golf; lo natural como ríos, Cerro Pan de Azúcar y el camino que conduce al mismo; algunas instituciones locales; los eventos, mencionados como momentos que congregan a la comunidad; los patrimonios intangibles, como los relatos de los habitantes de la comunidad. La diversidad de activaciones patrimoniales presenta fragmentaciones en su interior. Este es el caso del golf, de los eventos organizados en la localidad y de los recursos naturales que posee la misma. Estas activaciones van dando cuenta de la presencia de una multiplicidad de representaciones y sentidos de lugar. 27


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4.3 Estrategias de activación de patrimonios Frente a la multiplicidad de patrimonios activados, los agentes desarrollan diversas estrategias tendientes a hacer prevalecer su concepción sobre las otras, poniendo en juego su representación de lugar y su construcción de sentidos de lugar. Se entiende por estrategias de activación patrimonial al conjunto de acciones con objetivos específicos que realizan los agentes tendientes a escoger un determinado referente patrimonial y visibilizarlo de determinada manera. Todo accionar político es producto de una particular estrategia aplicada según un proyecto de ciudad concreto. Según los relatos de los entrevistados la Municipalidad de Villa Allende ejerce su poder para definir “esto no se hace y esto sí se hace” (Aurelio), imponiendo sus proyectos y clausurando espacios de participación. Los habitantes manifiestan en sus relatos la existencia de impedimentos y obstáculos con los que se han encontrado para la realización de acciones tendientes a participar de las decisiones de gobierno. “(D)esde el gobierno hay un poder que permite abrir o cerrar espacios eh... de poner trabas o dificultades para que se hagan las cosas...” (Sandra). Frente a esta cuestión, se pueden identificar una serie de estrategias que los agentes involucrados en las problemáticas han desarrollado y que aparecen ligadas a las diferentes representaciones de Villa Allende puestas en juego: - Algunas estrategias se despliegan ante lo que se vive como colapso en el funcionamiento de la ciudad(8). Los agentes de la comunidad afirman que actualmente Villa Allende es un “caos”, por lo que han desarrollado una serie de acciones. En primer lugar, se identifican acciones centradas en realizar denuncias contra el municipio de la localidad. Por ejemplo, ante la instalación de una planta de incineración y un crematorio en la localidad, contra el avance indiscriminado de emprendimientos inmobiliarios, y frente al vertido de contaminantes de un frigorífico(9). En segundo lugar, se destacan estrategias centradas en la concientización de la población para el cuidado de referentes patrimoniales, por ejemplo campañas de concientización para la limpieza de los arroyos. Finalmente, se presentan proyectos a la Municipalidad, aquí se destacan uno sobre planificación estratégica participativa y otro sobre planificación urbanística. Sin embargo, los entrevistados afirman que sus reclamos no fueron escuchados. - Otro tipo de estrategias son las que levantan una imagen idílica de Villa Allende, anclada en un pasado idealizado, en la “antigua identidad pueblerina”, y buscan conservar un patrimonio que remite a la ciudad como era antes del fuerte crecimiento de los últimos 30 años. Las mismas son desarrolladas específicamente por los agentes de la comunidad. Dentro de las estrategias se destacan la presentación de proyectos en la Municipalidad, uno para la preservación del patrimonio arquitectónico y otro para la refuncionalización de la estación de ferrocarril. Sin embargo los entrevistados denotan una falta de interés de la Municipalidad, “entró en el Concejo Deliberante y murió en el intento.... y yo te digo que trabajé casi seis meses en el proyecto... (...) yo quería que ese lugar fuera el lugar para los bocheros, que vienen a jugar a las bochas ahí, poder hacer un salón con música, poder pasar una película, un cine debate, hacer prevención del dengue... qué se yo (...)” (María). Otra estrategia

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realizada es la lucha sostenida por un grupo de vecinos de Villa Allende que evitó que se vendiera y demoliera la escuela más antigua de la localidad, la Escuela San Martín. En lugar de construir allí un shopping se abrió un museo en una de las aulas “(...) Nosotros queremos que el museo se nutra de la memoria de la gente, de los objetos de la gente (...)” (María). Estrategias más puntuales se manifiestan por ejemplo en la colocación de un hito en la casa donde habitó Josefina Prieur(10), el registro y exposición fotográfica de casonas antiguas, la publicación de libros(11) y revistas(12), el dictado de charlas en escuelas, la creación de un video, la presentación en programas de radio y televisión como estrategias de difusión. Otro conjunto de acciones buscan activar referentes patrimoniales mediante la reactivación de espacios culturales en casonas antiguas, como por ejemplo la apertura de un bar y su decoración con objetos antiguos, y la creación de la “Casa de la Cultura” como centro cultural. Para ello, algunos agentes realizan varietés(13) en las que cuentan la situación que está atravesando la Casa de la Cultura. “Nuestro objetivo es que, obvio, se reabra la casa... pero que, si no se logra eso, por lo menos que toda la gente de Villa Allende sepan qué es lo que está pasando...” (José). Por otra parte, el Estado también recupera el relato del pasado de Villa Allende, pero centrándolo en la tranquilidad y el contacto con la naturaleza que por entonces eran característicos de la localidad. Estas estrategias se manifiestan en el lema colocado a la localidad: “ciudad-pueblo”. Se diferencia de las acciones mencionadas anteriormente ya que se limitan a lo discursivo como estrategia para, a través de esta imagen, incentivar la llegada de nuevos habitantes a la ciudad. - Otras estrategias, por el contrario, levantan una imagen de Villa Allende como un lugar en el que lo relevante es la capacidad de progresar y desarrollarse. Estas son gestionadas por agentes ligados al sector inmobiliario. Desde una posición ambigua, defienden la idea de Villa Allende como lugar de progreso y desarrollo, pero a la vez expresan su desacuerdo con la falta de preservación de las construcciones antiguas. Estos agentes se enmarcan en un discurso de impotencia e incapacidad de actuación, y aparecen directamente vinculados a la demolición de casonas antiguas para desarrollar grandes emprendimientos (barrios privados, hipermercados, shoppings). “nosotros estamos un poco atados de manos con el tema del patrimonio... nosotros no podemos tomar ninguna medida...” (Rubén). Frente a las estrategias antes mencionadas, ¿cómo actúa el Estado? En principio, con falta de respuesta, indiferencia o ausencia. “(Cuando presenté el proyecto de conservación patrimonial) me dijeron que no, acá ya tenemos uno, ah, no sabía, le digo, porque, irónicamente también, no se nota... no, no, si tenemos uno (...)” (María). Sin embargo, puede observarse la presencia del Estado en la construcción de una concepción de ciudad como lugar de progreso a través de la formulación de políticas(14) que responden a intereses funcionales a los desarrolladores. La protección y activación de determinados patrimonios, existencia de ordenanza(15) que protege viviendas localizadas en una calle específica de la localidad donde se destacan las construcciones del arquitecto Ferrari, y la implementación de proyectos de crecimiento urbano, se presentan como estrategias que posibilitan la especulación del suelo. La identificación de una serie de estrategias desarrolladas por los diferentes agentes involucrados en 29


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la problemática da cuenta de que los mismos no son indiferentes ante las dinámicas experimentadas en la localidad. Por un lado el Estado y los desarrolladores inmobiliarios son promotores de una nueva imagen de progreso y por otro lado los agentes de la comunidad exigen políticas más conservacionistas. 5. Construcciones de sentido(s) de lugar y representaciones Tanto los patrimonios activados como las estrategias de activación realizadas por los diferentes agentes considerados en el estudio, evidencian la existencia de experiencias y memorias comunes que ponen en juego su subjetividad, dando cuenta de fuertes sentidos de lugar. Por sentido de lugar se adhiere a Agnew, quien lo define como la subjetividad y apego emocional de la gente hacia el lugar (Agnew en Creswell, 2004). Los procesos de apropiación del lugar donde la gente vive son fundamentales para la creación de un fuerte sentido de lugar en los habitantes. Haber nacido y haberse criado en “la Villa” es un hecho común a todos los entrevistados, mencionado con orgullo y diferenciador de otros habitantes: “es mi pueblo natal, o sea que lo veo como el mejor del mundo… con el sentimiento” (Rubén). Sin embargo, ese sentimiento de orgullo va acompañado de un fuerte sentimiento de pérdida y desencanto hacia su ciudad actual: “como pueblo, estamos perdiendo la identidad (…) a través del modernismo y del supuesto progreso, Villa Allende se va muriendo (…)” (Aurelio). Los sentidos de lugar construidos por los agentes se diferencian según los intereses de cada uno y construyen como consecuencia diferentes representaciones. Este vínculo es fundamental ya que los sentidos de lugar se encuentran en la base de las representaciones y a su vez las representaciones abonan y reconfiguran a estos. Por representación se adhiere a Chartier (1994), quien la define como la expresión de las posiciones y de los intereses de los agentes sociales que, en su interacción, sirven para describir la sociedad tal cual estos mismos agentes piensan o quieren que sea. De esta manera es relevante analizar en conjunto las construcciones de sentidos de lugar y las representaciones construidas, en la medida en que permiten visualizar las tensiones y divergencias presentes en los discursos y estrategias desarrollados por los agentes. - Los entrevistados denotan sentidos de lugar que hacen referencia a las características que presenta hoy la localidad. Manifestaciones relacionadas con problemáticas en la provisión de servicios públicos (agua corriente y red cloacal principalmente), contaminación ambiental (basurales, frigorífico, cantera, etc.), congestiones de tránsito, inundaciones, entre otros, develan sentidos de lugar construidos en torno al sentimiento de estar habitando una ciudad colapsada, saturada y sin controles ni planificación: “acá se va haciendo parche sobre parche... en el momento” (Alfredo). El Estado, junto con los desarrolladores inmobiliarios, fomentan el aumento de la población y la construcción de nuevos emprendimientos. Su relato justifica estas acciones afirmando que son positivas ya que produjeron y producen un crecimiento “de calidad”, haciendo referencia a que las familias que se han instalado a vivir en la localidad son de clase media-alta, gente de alto poder 30


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adquisitivo, y que los nuevos emprendimientos realizados son de un nivel elevado: “Villa Allende es a lo mejor la que ha crecido con… con un nivel de crecimiento mayor, de mayor calidad… digamos, la gente que se ha radicado en Villa Allende ha sido de clase media, (…) de clase alta, las residencias que tenemos son de gente de realmente muy buen poder adquisitivo” (Eusebio). Por otra parte, los habitantes de la localidad, sostienen que se ha producido un aumento de comercios y residencias sin tener en cuenta a los habitantes. Esto denota la construcción de una ciudad de “exclusividad” para ciertos sectores, haciendo que los habitantes tradicionales se sientan expulsados de la localidad y no se identifiquen con la nueva imagen de ciudad. “Este es mi lugar y yo quiero que mi lugar tenga posibilidades para todo... yo tengo mis necesidades que no están cubiertas...” (José). - Una imagen de ciudad-pueblo es levantada a partir de manifestaciones que rescatan y rememoran antiguas características de Villa Allende como la tranquilidad, seguridad y relación de cercanía y conocimiento que se mantenía entre los habitantes. “(…) creo que el patrimonio de Villa Allende pasa por esa especie de identificación con una ciudad-pueblo, como un pueblo que (uno) lo lleva adentro, que lo siente y lo ha visto crecer... y este... uno dice, y este ya no es más mi pueblo” (Alfredo). Al sentirse excluidos y no identificados con las reconfiguraciones materiales de Villa Allende los agentes de la comunidad rescatan experiencias, memorias y anécdotas que exaltan e idealizan la realidad pasada de la localidad, buscando actualizarla y ponerla en juego como una imagen deseable para su futuro. Esta representación también es levantada por funcionarios municipales y desarrolladores, pero con un interés diferente: el de construir un valor diferencial que haga atractiva la localidad para nuevos habitantes. La diferencia entre ambos agentes es que, mientras la comunidad presenta esta representación como pasado ideal y futuro deseado, el Estado y los desarrolladores lo muestran como una continuidad vigente en la actualidad. “(L)a gente se está yendo… estamos perdiendo la tranquilidad del Villa Allende que uno quería…” (Rita). Los entrevistados rememoran el pasado de Villa Allende por medio de la activación de patrimonios tales como eventos que se realizaban en la localidad años atrás como los corsos(16), los bailes de San Cayetano(17) y el Encuentro de Escultores(18), valorándolos como acontecimientos que posibilitaban el encuentro y el contacto entre los miembros de la comunidad. Otro elemento que juega en la construcción de esta representación son las casonas señoriales, permanentemente señaladas como rasgo característico del lugar. “(...) Villa Allende era un pueblo de casonas viejas, casonas de época, a donde la gente venía a veranear (...)” (María).”Todo eso formó parte de un antes y un después, yo creo que, en algún momento, hubo una decisión política de neutralizar todo ese tipo de cosas en Villa Allende para que pase a ser una mera ciudad dormitorio, representada por un deporte, de la clase alta, como es el golf...” (José). - Al mismo tiempo, se presentan otros relatos que construyen un sentido de lugar en torno a una localidad promisoria, un lugar en crecimiento y desarrollo. Esta representación de un lugar “comercial” está vigente en la mayoría de los discursos de los entrevistados, pero mientras el Estado y los desarrolladores inmobiliarios la fomentan y plantean como deseable para el futuro de la ciudad, propicia para la instalación de nuevos emprendimientos edilicios y oportunidades comerciales 31


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dirigidos a sectores de alto poder adquisitivo, la comunidad la reconoce críticamente, valorándola como negativa y denunciando una orientación puramente económica y estética, sin tener en cuenta la calidad de vida de sus habitantes. “Buscamos construir una ciudad destinada más que todo a uso residencial (...) y comercial” (Eusebio). - El impacto generado por estos nuevos emprendimientos desarrollados en Villa Allende produjeron la pérdida de ciertos referentes patrimoniales activados por los habitantes de la localidad. Este es el caso de la demolición de casonas antiguas. “Todo lo que se pueda voltear lo voltean para hacer locales…” (Felipe). Frente a esta realidad de Villa Allende se presenta un dilema donde chocan intereses y subjetividades de los diferentes agentes involucrados. Por un lado se construye un sentido de lugar tradicionalista en algunos agentes de la comunidad que quieren que sigan en pie esas construcciones porque sostienen que forman parte de su historia e identidad. “La casa de los Thompson, que era la casa señorial del centro del pueblo, se demolió de un día para el otro para hacer un supermercado (...)” (José). Por otro lado se encuentran los agentes inmobiliarios que presentan un sentido de lugar progresista y desarrollista y valoran este proceso en términos mercantiles: “Las han volteado para hacer locales, que es lo que hoy por hoy da beneficio al dueño de la propiedad y no guardar ese patrimonio como una reliquia histórica (…)” (Rubén). Las contradicciones existentes entre los diferentes intereses de los distintos agentes que intervienen en la problemática son más evidentes por cuanto no existe una legislación que regule el crecimiento urbano y proteja el patrimonio local (García Canclini 1999). Los discursos de representantes del gobierno de Villa Allende dan cuenta de que “no hay declaraciones patrimoniales en la localidad” (Eusebio). Los agentes entrevistados sostienen que la falta de planificación y regulación de las transformaciones materiales que se están produciendo en Villa Allende, facilita que los agentes privados desarrollen sus emprendimientos en la localidad “sin restricciones ni controles”. “… (N)o hay compromiso con lo patrimonial(...)” (Alfredo). El Estado es un agente que cumple un papel protagónico en lo que respecta al patrimonio ya que posee las herramientas, los recursos simbólicos y la capacidad para buscar consenso en lo patrimonial y conservarlo. En las entrevistas, los agentes de la comunidad y los desarrolladores inmobiliarios, e incluso algunos representantes del gobierno de Villa Allende, dan cuenta de políticas desarrolladas por el Estado municipal que buscan desactivar los referentes patrimoniales que los habitantes locales levantan: “No hay lineamientos de defensa patrimoniales de ningún tipo, entonces todo el mundo está, hasta donde pueda, haciendo lo que quiere” (Lucio). Estas tensiones entre los discursos de los entrevistados tienen como eje la construcción de un futuro deseado y buscan poner en juego los elementos que les permiten construir “su” representación. Estas representaciones no son comunes al conjunto social porque los sentidos de lugar son distintos y expresan la apropiación y el apego diferenciado que se siente hacia la localidad.

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6. Villa Allende como lugar de encuentro, conflictos, negociaciones y contrastes A partir de los diferentes sentidos de lugar construidos y las representaciones de Villa Allende levantadas por los agentes en base a las estrategias de activación patrimonial que realizan, podemos afirmar que, si bien en algunos casos el patrimonio se presenta como unificador, las desigualdades en su apropiación exigen estudiar Villa Allende como espacio de tensiones materiales y simbólicas. A lo largo del trabajo queda en evidencia el acceso diferencial a patrimonios y el rol de éstos como instrumento de identificación social de un grupo frente a otro (Mantecón, 2003). Los diversos intereses encontrados entre los agentes y, como consecuencia, las diversas representaciones sobre el presente de la ciudad y el futuro que esperan de ella, nos presentan a la Villa como lugar de encuentros, conflictos, negociaciones y contrastes, y es en esta complejidad en la que se construyen y reproducen múltiples sentidos de lugar. Las entrevistas realizadas dan cuenta de estas tensiones. Sus discursos muestran una separación en Villa Allende, marcada por su localización espacial: “los del alto” y “los del bajo”, su poder adquisitivo: “los ricos” y “los pobres”, su tiempo de residencia en la localidad: los “nuevos” y los “viejos”. Los agentes de la comunidad sostienen que si bien esta división es antigua, se ha radicalizado con la construcción de la ruta Padre Luchessi: “en Villa Allende hay una fuerte separación entre los de alto, los que viven en el golf, y los del bajo, los que estamos en la zona del centro, que siempre la hubo, pero que se vio reforzada cuando se construyó la ruta que nos separa, intensificó la separación...” (Rita). De esta manera, se produce una demarcación entre un “nosotros”, “los de acá”, el “pueblo” y un “otros”, “los de allá”, “los del golf”, impidiendo la formación de estrategias conjuntas tendientes a construir un proyecto de ciudad común. En consecuencia, ciertos agentes buscan realizar acciones conjuntas y no aisladas, ya que “individualmente no se puede hacer mucho... (...) participar, lo más importante es participar”. (Lucio). De las organizaciones existentes, pocas realizan acciones conjuntas, duran poco tiempo, no reciben apoyo ni involucramiento por parte del Estado y son poco conocidos por toda la comunidad: “no, no… yo no conozco ninguna… y si hay alguna no se hacen conocer… porque si hubiera alguien que defiende el patrimonio, sería lindo saber quiénes son para tratar de presionar a la Municipalidad para que defienda el patrimonio…” (Rubén). Algunas agrupaciones de Villa Allende dan cuenta de una necesidad de encuentro a través de la búsqueda por construir un “espacio abierto, de debate...” que congregue a toda la comunidad que no esté de acuerdo con cómo se está transformando Villa Allende y que “tenga ganas de hacer”. (José). Esta manifestación viene acompañada de la queja ante la falta de participación ciudadana, la indiferencia y la ausencia de involucramiento de la mayoría frente a problemáticas: “en Villa Allende hay cultura de poca participación (...) creo que una característica de Villa Allende es que cada uno mira a su pupo (risas), no hay interés comunitario” (Marta). El Estado es considerado un agente que fomenta la fragmentación entre la comunidad al desactivar o desalentar la creación de espacios de encuentro, diálogo y participación entre los habitantes o, 33


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en los que acepta, no tener en cuenta los reclamos que se generan en su interior. Los agentes de la comunidad afirman además que, al oponerse a la representación de ciudad “progreso” que busca el Estado, son individualizados, excluidos y tildados de “locos”, “los que siempre están en contra de todo” (Jacinto). Como consecuencia, nos encontramos con que, según los entrevistados, en Villa Allende hay una ausencia de espacios de encuentro en los cuales los habitantes de la comunidad puedan relacionarse, entablar diálogos y discutir. “(...) El problema no es que haya negociados inmobiliarios, más bien esa es la consecuencia de falta de espacios de discusión en Villa Allende... (...)” (Mario). 7. Reflexiones finales y continuidades A lo largo de este trabajo se investigó, desde una perspectiva espacial, los procesos ocurridos en la ciudad de Villa Allende según cómo son apropiados por agentes implicados en estrategias de activación patrimonial. Este análisis permite dar cuenta de prácticas sociales en las que juegan múltiples relaciones, dimensiones y escalas, configurando una serie de representaciones que operan en la construcción de la localidad como un lugar dinámico, con límites difusos y construido a partir de relaciones con el afuera. En este marco, Villa Allende se presenta como lugar de conflictos, negociaciones y contrastes, que pone en discusión la imagen dominante. A partir del análisis de las estrategias y discursos desarrollados por los diferentes agentes involucrados en la problemática podemos concluir que tanto el Estado como los desarrolladores buscan homogeneizar la ciudad de Villa Allende con la de Córdoba, mientras que los agentes de la comunidad local comprometidos en defensas patrimoniales se oponen a esto buscando activar otras representaciones, y poniendo en juego otros sentidos de lugar. De esta manera, se busca dar cuenta de que frente a los actuales procesos de reorganización estructural presentes en Villa Allende es importante analizar las dinámicas de los agentes ya que son signo de que la población se ve “impactada” por esas reformas pero, mientras algunos responden a estos hechos pasivamente, otros se oponen sosteniendo prácticas de resistencia a los procesos del neoliberalismo presentes en el territorio. Estos últimos agentes han sido los sujetos centrales de esta investigación, al manifestarse contra una realidad con la que no se sienten identificados, y a la que buscan transformar desarrollando diferentes estrategias. Es en este proceso que los sentidos de lugar se ponen en juego en una permanente (re)construcción. La identificación y caracterización de los agentes permitió dar cuenta de que los patrimonios que activan y las estrategias que desarrollan, están mediadas por intereses y posiciones dentro de la comunidad. A su vez, la activación de determinados referentes patrimoniales y no de otros está determinada por la presencia o ausencia de poder para imponerlos que tiene cada agente según el lugar de importancia otorgado por el Estado. En Villa Allende el Estado está comprometido en la construcción de una representación de futuro deseado para la localidad a través de la formulación de políticas que responden a intereses funcionales a los desarrolladores. La clara presencia del Estado es 34


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antagónica y rivaliza con los reclamos de los agentes de la comunidad cerrando el juego, clausurando la participación e ignorando sus reclamos. Esta estrategia promueve la construcción de una ciudad de “exclusividad” para ciertos sectores. Este trabajo da cuenta entonces de procesos de construcción del espacio que reflejan tensiones entre procesos de dominación y resistencia. A partir de los nuevos emprendimientos comerciales y residenciales experimentados en Villa Allende en los últimos años, en detrimento de elementos considerados patrimoniales por algunos habitantes, se puede dar cuenta del predominio del poder de los especuladores inmobiliarios por sobre el poder de los vecinos. La mercantilización y especulación del suelo y la privatización de espacios resaltan la fuerte presencia del mercado en la dinámica de renovación de la ciudad. Las resistencias se reflejan en las estrategias de activación que buscan conservar ciertos elementos considerados patrimoniales en Villa Allende, y ponen en evidencia la disconformidad de los agentes de la comunidad con la nueva imagen que se pretende imponer y a la que efectivamente está tendiendo la ciudad y de la que se sienten excluidos. A su vez, las continuas referencias al Estado municipal como agente que ignora sus reclamos pero que sí atiende los de los desarrolladores, evidencian descontento con el gobierno municipal, y abren la cuestión a una dimensión política. Estas políticas de desarrollo implementadas por el Estado generan tensiones entre los habitantes porque originan procesos de inclusión-exclusión que contribuyen a reproducir estructuras de igualdad-desigualdad entre los nuevos y viejos habitantes. Otra de las conclusiones a las que se puede arribar con este trabajo hace referencia al proyecto de ciudad que se está imponiendo en Villa Allende. Esta visión de ciudad está construida en la búsqueda por establecer, aumentar y/o reforzar sus relaciones con el afuera. Las estrategias que se ponen en juego para lograrlo apuntan a satisfacer demandas de nuevos habitantes e inversionistas, en consonancia con el crecimiento de la ciudad de Córdoba y de la Región Metropolitana Córdoba, invisibilizando demandas y necesidades locales. Si bien los agentes de la comunidad se caracterizan por su diversidad y heterogeneidad, es importante destacar que lo que los une es la defensa del territorio ante la influencia de factores extra locales. El punto central que los unifica son las denuncias ante la percepción de un presente caótico en Villa Allende, resultado del aumento de nuevas construcciones en detrimento de referentes considerados patrimoniales. El patrimonio se convierte, de esta forma, en un elemento de lucha a través del cual los agentes se apropian de la ciudad y buscan resistir a las transformaciones del espacio urbano que el Estado gestiona o apoya sin consulta o planificación colectiva. La diferencia radica en el hecho de que sólo algunos buscan revertir esta situación mediante la implementación de determinadas estrategias, mientras que otros agentes, los desarrolladores, fomentan e incentivan la realización de nuevos emprendimientos. En este trabajo se observó también que a pesar de que los habitantes de la comunidad comparten una representación común que idealiza su pasado, no realizan estrategias colectivas de activación patrimonial. Por el contrario, sus acciones son individuales y aisladas o se insertan en algunas organizaciones que -según el relato de los propios entrevistados- surgen con un objetivo específico 35


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pero son frágiles y no perduran en el tiempo. El estallido de particularismos al interior de la comunidad impide la construcción de un proyecto articulado capaz de unificar sus demandas. Se considera que esto está vinculado a la existencia de múltiples y fragmentadas construcciones de sentidos de lugar, que repercute en los propios acuerdos entre los agentes, y en la imposibilidad de generar espacios permanentes de encuentro y de discusión entre los habitantes de la localidad. Las estrategias de invisibilización e individualización implementadas por el Estado promueven e intensifican estas divisiones. Se considera que la generación de puentes de intercomunicación horizontales y la organización colectiva entre los habitantes de Villa Allende permitirán que sus reclamos tomen mayor fuerza y puedan construirse acuerdos que promuevan una ciudad en la que diferentes voces y sentidos de lugar se encuentren. Notas (1) “Nosotros y la realidad”, “La Villa Hoy”, “La Unión Regional” y “Comunicarte en la Villa”. (2) Indymedia, La Voz del Interior y Matices. (3) Profesionales ligados a la industria de la construcción y al desarrollo urbano sostienen que la cantidad de emprendimientos inmobiliarios realizados en Villa Allende creció entre un veinticinco y un treinta por ciento en los últimos años (La Voz del Interior, sábado 5 diciembre de 2009, “espacio publicitario”, pp 3). (4) En la década de 1980-1991 se produce el mayor crecimiento de la población: 11.711 habitantes en 1980, cifra que en 1991 trepó a 16.025 habitantes, aumento que se explica fundamentalmente por la inmigración proveniente de Córdoba capital y, en menor medida, de otras regiones de la provincia. En el año 2001 la ciudad de Villa Allende contaba con 21.528 habitantes (Censo Nacional de Población INDEC 2001. Dirección General de Estadísticas y Censos. Secretaría General de la Gobernación. Gobierno de la Provincia de Córdoba) (5) “Los lugares no existen como entidades sino sólo como representaciones resultado de las diferentes experiencias de las personas” (Tuan en Ortiz Guitart 2004: 162). A su vez, Massey critica a las visiones tradicionales internalistas que definen al lugar como cerrado, despojado de conflictos y con un carácter identitario excluyente. (2004) (6) Algunas de las transformaciones materiales que dan cuenta de estos procesos son: la construcción y/o mejoramiento de corredores viales que comunican la localidad con la ciudad de Córdoba, ruta municipal Avenida Padre Francisco Aurelio Lucchese, en el año 1992, construcción de cuatro rotondas sobre esta avenida y ampliación de la avenida Monseñor Padre Luchesse; su ubicación sobre uno de los “ejes de mayor continuidad y extensión de la mancha urbana” de la ciudad de Córdoba (Tecco y Bressan 2005); su pertenencia en la Región Metropolitana de Córdoba que denota una marcada existencia de relaciones funcionales con la ciudad de Córdoba que se evidencian por medio de “flujos diarios y continuos de habitantes” (Tecco y Bressan, ob. cit., pág.6) hacia la capital provincial. El 26,8 por ciento de la población de Villa Allende (de 18 años o más), viaja diariamente a la ciudad de Córdoba. Los principales motivos de estos flujos son por trabajo, estudio, salud, compras y recreación (Ibid. pp. 8). (7) Estos dos patrimonios forman parte de hechos que el discurso oficial o ciertos historiadores aficionados consideran importantes. En el primero, según tradiciones locales, San Martín reposó y estudió el plan de la campaña para cruzar los Andes, antes de viajar a Mendoza y formar el Ejército de los Andes. El segundo fue un asentamiento aborigen que se llamaba “Reducción de los Vilelas”. Este último fue mencionado sólo por uno de los agentes de la comunidad entrevistados. 36


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(8) Congestiones en el tránsito, problemas en la provisión de agua, saneamiento de la basura, deficiencia de los servicios municipales, inundaciones, vertidos de contaminantes al río e irregularidades en la ejecución y autorización de housings (9) Denominado “La Superiora”. (10) Personaje destacado de la historia de Villa Allende, donó dinero para que se creara el hospital de la localidad que actualmente lleva su nombre. (11) Por ejemplo el publicado por MOYANO ALIAGA A., SARAVIA A., MARTÍNEZ M. (2006): Villa Allende de pueblo a ciudad. Municipalidad de Villa Allende. Córdoba. (12) Los integrantes de APROAS publicaron algunos números de una revista con el dinero aportado por algunos vecinos. La revista se llamaba Tupac Ñu Ñu, que significa Cerro Pan de Azúcar y llegaron a editar tres números. Otro grupo de habitantes de la localidad se organizaron para editar la revista “La Villa Hoy”. (13) Un integrante de la agrupación afirma: “se le dio el nombre de varieté, justamente por eso, de que haya una variedad de números artísticos” (Jose). (14) Recae sobre el Estado la aprobación de los nuevos proyectos que se están realizando en la localidad, barrios cerrados, ampliación de vías de acceso, instalación de nuevos comercios, etc. (15) Número 38/05 La misma manifiesta: “disponer como área protegida del patrimonio arquitectónico y urbanístico a la Av. del Carmen entre las avenidas Goycochea y Marcelo T. de Alvear en razón de su carácter paisajístico, histórico e institucional” (16) Según uno de los entrevistados los corsos de Villa Allende eran conocidos en toda la provincia, era la que se caracterizaba por los corsos y no Unquillo como lo es en la actualidad. (17) Uno de los miembros de la comunidad recuerda a los mismos como fiestas a las cuales asistían “grandes orquestas de tango” (Mario). La pileta de San Cayetano también fue mencionada por muchos de los entrevistados como centro de reunión. (18) El Encuentro de Escultores en madera se realizó en la plaza de Villa Allende entre 1989 y 2000, repitiéndose en 2005 y 2006, posteriormente no se realizaron más. Bibliografía AGNEW, John: Place and politics: the geographical mediation of state and society. Boston. Allen & Unwin. Bachelard. 1987. CHARTIER, Roger: El mundo como representación. Historia cultural: Entre práctica y representación. Barcelona. Editorial Gedisa. 1995. CRESSWELL, Tim: Place: a short introduction. Oxford. Blackwell. 2004. DE SOUSA SANTOS, Boaventura.: Os processos da globalização. En: Revista Crítica de Ciências Sociais. Portugal. Eurozine. 2002. GARCÍA BALLESTEROS, Aurora.: Métodos y técnicas cualitativas en Geografía Social. Barcelona. OIKOS-TAU. 1998. GARCIA CANCLINI, Néstor: Los usos sociales del Patrimonio Cultural. En: Patrimonio Etnológico. Nuevas perspectivas de estudio. Aguilar Criado. Consejería de Cultura. Junta de Andalucía. Encarnación. 1999. Pág. 16-33. GUBER, Rosana: La etnografía. Método, campo y reflexividad. Bogotá. Grupo Editorial Norma. 2001. HAESBAERT, Rogerio: O mito da desterritorializaçao: do “fim dos territórios“ á multiterritorialidade. Brasil. Bertrand. 2004. KORNBLIT, Ana Lía: Metodologías cualitativas en Ciencias Sociales. Modelos y procedimientos de análisis. Buenos Aires. Ed.Biblos. 2004 37


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ISSN 2314-1913

NUEVAS RURALIDADES EN EL NORTE DE CÓRDOBA: UNA PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA. EL CASO DE LOS CAMPESINOS DEL DEPARTAMENTO TULUMBA, CÓRDOBA1 Beatriz Ensabella Resumen El artículo gira en torno a dos preocupaciones básicas. Por un lado se presenta una síntesis del trabajo final de la licenciatura en geografía. En relación a esto, el estudio aborda las estrategias de adaptación y resistencia de las familias campesinas del norte de Córdoba, más específicamente del departamento Tulumba, ante el avance de la frontera agropecuaria. Se trata de reconocer las diversas formas en que estos productores combinan ciclos agropecuarios, producción propia o en aparcería, trabajo predial y asalariado, y cómo estas formas se modifican en el tiempo y aseguran la reproducción de las familias y la construcción de nuevas ruralidades. Paralelamente, se reflexiona sobre las prácticas de construcción del conocimiento y las principales operaciones y procedimientos involucrados en el proceso de investigación. Al poner énfasis en las cuestiones metodológicas, se cuestiona a cerca de ¿cómo se construye un objeto de estudio?, ¿qué conceptos teóricos pueden guiar el análisis?, ¿qué herramientas resultan más apropiadas? Palabras claves: estrategias de reproducción - familias campesinas - nueva ruralidad - metodología de investigación. NEW RURALITIES IN NORTHERN CÓRDOBA: A THEORETICAL AND METHODOLOGICAL. FOR FARMERS TULUMBA DEPARTAMENT, CÓRDOBA Abstract The article revolves around two basic concerns. On one side is a summary of the final degree in geography. In this connection, the study deals with adaptation strategies and resilience of farming families in northern Cordoba, more specifically in Tulumba Department, before the advance of the agricultural frontier. It is about recognizing the various ways these producers combine agricultural cycles, subsistence production or in partnership, farm and wage work, and how these forms are modified over time and ensure the reproduction of families and building new ruralities. In parallel, we reflect on the practices of knowledge construction and the main operations and procedures involved in the research process. By emphasizing methodological issues, questions about how do you build an object of study, and what theoretical concepts can guide the analysis, and what tools are most appropriate? 1 Las estrategias de reproducción de las familias campesinas en la nueva ruralidad. El caso del departamento Tulumba, Córdoba. Directora: Susana Adamo, Co-directora: Estela Valdés. Año 2009.


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Key-words: reproductive strategies - farm families - new rurality - research methodology. Introducción La presente investigación se centra en el estudio de las familias campesinas del norte de Córdoba, más específicamente del departamento Tulumba. Las comunidades campesinas de la región, se organizan en base a una economía de subsistencia y constituyen el tipo social agrario más vulnerable del sector rural. Los cambios operados a nivel nacional para la década del noventa (proceso de agriculturización con avance de la frontera agropecuaria a zonas áridas, emergencia de complejos agroalimentarios) en un contexto que favorece la concentración de la tierra y la marginalidad de los pequeños productores, impusieron transformaciones estructurales para las familias tulumbanas. Comprender las formas de adaptación y resistencia de estas unidades domésticas, constituyó la motivación principal para iniciar y dar curso a la investigación. El supuesto sobre el que se trabaja es que, los cambios en el sistema productivo local (1), generan una multiplicidad de respuestas de las unidades domésticas, diseñadas como formas de adaptación y/o resistencia a los nuevos contextos. Se sostiene que la transformación de los tradicionales sistemas productivos y las nuevas estrategias de reproducción de las familias campesinas del Departamento Tulumba, van produciendo una nueva ruralidad en el norte de Córdoba. En este marco, el artículo gira en torno a dos preocupaciones básicas. Por un lado, se presentan los resultados de la investigación realizada como trabajo final de grado de la licenciatura en geografía y por otro, se reflexiona sobre las prácticas de construcción del conocimiento y se presentan las principales operaciones y procedimientos involucrados en el proceso de investigación. Al poner énfasis en estas cuestiones metodológicas, se problematiza a cerca de ¿cómo se construye un objeto de estudio?, ¿qué conceptos teóricos pueden guiar el análisis?, ¿qué herramientas de indagación y análisis resultan más convenientes y apropiadas?, ¿con qué criterios analizar e investigar?. Estas cuestiones se presentan encuadradas en el concreto espacial y temporal seleccionado. Construyendo el objeto de estudio La investigación es un trabajo de construcción, búsqueda y superación de obstáculos (Bachelard, G 1979; Bourdieu, P., Chamboredon, J.C. y Passeron J.C. 1988). Lo metodológico, abarca la totalidad del proceso, desde que se concibe la idea hasta la comunicación de los resultados. Esto supone abordar problemas del conocimiento vinculados a la definición de objetos, a la producción del conocimiento, al encuadre teórico y a la argumentación fundada en datos empíricos. Los datos empíricos se construyen a través de un proceso gradual por el cual investigador va incorporando información en sucesivas etapas de trabajo de campo (Guber, 2004). Se trata de recurrir a una serie de procedimientos que permitan al investigador la construcción dialéctica del objeto de estudio entre el concreto real y el concreto de pensamiento (Leff, E. 1994). El concreto real aparece como fenómeno observable y su interpretación mediante una lectura conceptual, tiene la intención de develar la trama oculta de relaciones que subyacen a su apariencia, 40


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es decir, se trata de hacer tangible lo intangible (Tomadoni, C. 2001). En este sentido, los conceptos son herramientas para interpretar la realidad. La síntesis entre lo real y lo conceptual da cuenta de un objeto de estudio que al decir de Bachelard se conquista, se construye y se comprueba (Bachelard, G. 1979: 15-26). Así, el recorrido que se realiza para investigar, a veces resulta lleno de obstáculos que tienen que ver con cuestiones operativas, de viabilidad, de conocimientos previos, de tiempos, de rupturas, de construcciones teóricas, de exploraciones y comprobaciones empíricas. Para esta investigación en particular, las primeras aproximaciones al campo se realizaron en 2006, época en la que se emprendió un trabajo sistemático, pero no lineal, más o menos sostenido y en un recorrido con idas y vueltas que culminó a fines de 2009. Las lecturas, las revisiones, el análisis de las entrevistas exploratorias, las charlas informales con especialistas, constituyeron el marco de lo que fue el proyecto en sus orígenes. A lo largo del trabajo se fueron modificando varios aspectos del proyecto inicial y se fue construyendo el campo problemático de la investigación. Como objetivo de la investigación se planteó, comprender las estrategias de producción/reproducción de los campesinos del norte de Córdoba, ante el desmonte y el avance de la frontera agropecuaria. Dichas estrategias, en ocasiones de resistencia, otras veces de organización y/o adaptación de las unidades domésticas, construyen una nueva ruralidad en el área de estudio que es necesario conocer y explicar. En base a estas premisas, las problemáticas que guiaron la investigación fueron ¿qué estrategias de reproducción incorporan las familias campesinas del departamento Tulumba, ante los cambios en el sistema productivo local?; ¿las nuevas estrategias, pueden pensarse como una salida a la situación de exclusión y arrinconamiento?; ¿cómo estas formas de construcción activa de su mundo social, generan nuevas configuraciones territoriales?; las familias campesinas de Tulumba, ¿se perciben como agentes claves en la construcción de una nueva ruralidad local/regional? Es interesante resaltar desde el punto de vista metodológico, que los múltiples procesos de objetivación y subjetivación que constituyen la realidad social, no pueden ser abordados desde un solo marco teórico-metodológico y mucho menos desde la compartimentación disciplinaria (Fuentes Navarro, R. 2001). Por ello, los resultados de la investigación se articulan con otras ciencias sociales, en la medida en que las transformaciones territoriales son el resultado de múltiples procesos y escalas, que involucran disciplinas que estudian comportamientos, estrategias, y organización de agentes sociales en respuesta a la dinámica del contexto. Cada disciplina social, se ve convocada a estudiar estos procesos de explicación compleja desde su especificidad. En este caso se trata de un análisis en clave geográfica y con una mirada socioantropológica. La perspectiva teórica sobre campesinos El término de familias campesinas, remite a múltiples referencias aportadas por diversos autores (2). En base a ellos y en una primera aproximación, se las puede definir como unidades domésticas y de 41


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producción que manejan en forma independiente una explotación agropecuaria, realizando todas las labores propias de la actividad, sin contar con equipos mecánicos u otros que impliquen acumulación de capital y/o aumento significativo de la productividad de la mano de obra familiar. Siguiendo a Cragnolino, en la unidad campesina la reproducción biológica, social y económica de la fuerza de trabajo se realiza a través del desempeño combinado de actividades diversas en un solo ámbito, que no admite oposición entre una esfera doméstica y una esfera económica, concebidas como departamentos estancos. La conjunción en una sola entidad como productoras y grupos familiares les confiere a estas unidades características, necesidades y posibilidades particulares. Les toca la responsabilidad de organizar en su totalidad, el ciclo de la reproducción de sus miembros, a diferencia de la empresa capitalista y de la familia obrera que aseguran cada una por separado el aspecto de la reproducción de la fuerza de trabajo que le corresponde. (Cragnolino, E. 2001) (3) De acuerdo con Murmis se trata de entender el carácter dinámico de la condición campesina, considerándola como un subconjunto dentro de la categoría “pequeño productor”. Así, “las unidades campesinas no sólo son parte de un conjunto más amplio, sino también (por)que tienden a estar en ‘flujo’ hacia o resistiendo el ‘flujo hacia’ otros tipos de unidades productivas que en algo se asemejan” (Murmis, 1992: 82). De esta manera se plantea la probabilidad de que se descompongan en dos direcciones alternativas: hacia la dependencia laboral o hacia la capitalización. La primera situación implica un ciclo productivo donde la combinación directa tierra-trabajo familiar se combina con períodos de trabajo con dependencia para terceros, a través de relaciones salariales (semiproletarios) o bajo formas no salariales, como la aparcería. La segunda, o “diferenciación hacia arriba” es tan compleja como la primera. Es posible al darse la capitalizacón, porque los miembros expulsados de la parcela que trabajan afuera por un salario, lo invierten en la parcela; el salario funciona como un recurso hacia la parcela, como una vía hacia la recampesinización (Murmis, M. 1992: 94) Aplicando estos conceptos al área de estudio se observa que en las últimas décadas, la expansión de la frontera agropecuaria y los incendios, en su mayoría provocados, han tenido dramáticas consecuencias sobre la población local dedicada a actividades de subsistencia relacionadas con la explotación del monte y la ganadería de carácter sumamente extensivo. En este escenario, se profundizan los problemas de concentración de la tierra y ausencia de un régimen jurídico y de garantías legales para quienes la ocuparon por más de veinte años. El deterioro generalizado de las actividades regionales, se manifiesta entre otras variables, en la emigración de la población local y en el aumento de los índices de pobreza. Asimismo, es posible analizar la presencia de familias que poseen una larga tradición en la venta estacional de fuerza de trabajo, las que podrían ser consideradas como “reservas de mano de obra” según la concepción de Claude Meillassoux(4). El autor retoma la categoría del valor trabajo marxista y analiza la expresión material de la subsunción del trabajo por el capital. Siguiendo este razonamiento, Trinchero sostiene que se trata de relaciones sociales de producción, donde el capital domina al trabajo, de manera directa. Pero existen también, en otros contextos históricos, modalidades indirectas, donde la reproducción del trabajo es garantizada por el sector doméstico. (5) 42


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Entre estas últimas, se encuentran las transferencias de valor desde la unidad doméstica al modo capitalista de producción analizadas por Meillasoux, a través de los mecanismos con que funciona la unidad doméstica que asegura la reproducción de la fuerza de trabajo dentro de la misma unidad, garantizando de esta manera también salarios que se encuentran muy por debajo del mínimo necesario para la reproducción de la propia fuerza de trabajo dentro del capital. Entonces, las modalidades indirectas de subsunción del trabajo al capital que sostiene Trinchero, producen una “descomposición hacia la dependencia laboral” de la unidad doméstica, tal como afirma Murmis, y esto es precisamente lo que se observa en Tulumba. Por ello importa reconocer y relacionar las obligaciones económicas y sociales que el sistema capitalista impone a estas unidades y las variadas formas que éstas implementan para asegurar, en esas condiciones, su producción y su reproducción. Acerca de las estrategias de reproducción Apelar a la noción de estrategia de reproducción social (6) abre, en este sentido, la comprensión de las prácticas de las familias campesinas más allá del campo específicamente económico y las vincula con los espacios de relaciones sociales, políticas y culturales. Siguiendo a Cragnolino, “entender a la estrategia como resultado de una lógica práctica, implica considerarla no como consecuencia de la obediencia a reglas o producto de la libre iniciativa del actor y del cálculo consciente y racional, sino resultado de posiciones y disposiciones construidas en el tiempo y productos de la historia. Pero aquí se hace necesaria otra aclaración respecto de la historia (...) no se trata simplemente de reconstruir biografías individuales de los integrantes de las familias campesinas, sino de recuperar trayectorias” (7) Siguiendo una perspectiva bourdiana, las estrategias campesinas son aquí entendidas como producto del sentido práctico de los campesinos, es decir, de su aptitud para moverse, para actuar y para orientarse según: i) la posición que ocupen en el espacio social; ii) la lógica del campo; y iii) las situaciones particulares en la cual se encuentran comprometidos (Gutiérrez, 2005). Como constructores activos de su mundo social, los campesinos de Tulumba, generan sus propias estrategias de producción/reproducción social. En relación con esto, el término reproducción hace referencia no sólo a la reproducción biológica de la familia campesina, sino también a la reproducción cultural y social, lo cual implica ciertas concepciones del mundo, de la relación con la naturaleza y aquella que vincula a los hombres entre sí. (Balazote y Radovich, 1992) Por eso el presente trabajo se orienta a conocer cuáles son las estrategias de vida y cómo se diseñan en el interior de las unidades domésticas, sin dejar de considerar los procesos externos al grupo doméstico, que se manifiestan en la región y que se vinculan de una forma decisiva con el diseño de las estrategias que se definen dentro de la unidad. Esto es una cuestión analítica central, ya que se requiere de la especificación del ámbito social, económico y político en el que se desarrollan las estrategias, esto implica considerar que la organización doméstica y la vida de las familias es parte de procesos complejos que varían según las condiciones del sistema social global.

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Sin embargo, las estrategias familiares de vida (8), no pueden ser consideradas como respuestas mecánicas a las condiciones estructurales existentes, postura que asumiría una negación a la posibilidad de generar acciones por parte de los propios individuos. Por otro lado, considerarlas como decisiones tomadas a partir de una evaluación racional de opciones entre las cuales elegir, implicaría no reconocer límites en estas opciones. A estos elementos es necesario sumarle algunos factores que se relacionan con la existencia de un contexto social y cultural de referencia (tradición, costumbres, experiencias) es decir, pautas de acción que han sido validadas por la experiencia y condicionan en gran parte la toma de decisiones (Bourdieu, 1993; Forni y Benecia, 1988). Las estrategias de vida diseñadas por el grupo doméstico conforman características diferenciales de las unidades domésticas, las cuales se definen en el presente trabajo como unidades de producción y consumo, así como de reproducción. En este sentido los integrantes del grupo doméstico, que no necesariamente co-residen, llevan adelante actividades orientadas a la conformación del ingreso de la unidad doméstica. Entre estos campesinos puede haber ingresos no generados por la parcela, especialmente transferencias formales, como jubilaciones y pensiones, subsidios estatales a la producción, programas oficiales de alimentos. También es posible registrar transferencias informales, como contraprestaciones de trabajo entre vecinos y remesas de migrantes (9). La nueva ruralidad desde la lógica campesina La nueva ruralidad en los países latinoamericanos adquiere connotaciones propias que es necesario analizar ya que este concepto tiene implicancias territoriales y está estrechamente vinculado con las estrategias que asumen los agentes sociales involucrados. Para el sociólogo José Graziano da Silva, en los 80 surge un “novo rural” en Brasil. Se trata de un espacio rural penetrado por el mundo urbano, con viejos y nuevos personajes denominados “neorurales” (profesionales liberales y otros ex habitantes de la ciudad que pasan a residir en el campo), los asentados (ex sin tierra) y los “sin-sin” (sin tierra, sin empleo y casi siempre sin salud, educación y, principalmente, sin organización). Este enfoque vincula tres dimensiones: 1) la diversificación de actividades ligada a nuevas demandas sociales, 2) la interrelación rural-urbana y 3) la existencia de nuevos actores. (Graziano da Silva, J. 2002: 10-17). Respecto a estos últimos, Marcelo Sili (1995: 43) realiza una diferenciación entre “agentes rurales” y “usuarios rurales”. Los distingue teniendo en cuenta las lógicas espaciales y temporales que movilizan sus acciones y desde allí analiza dos variables de relevancia territorial: a) identidad y apego al lugar y, b) uso y valorización del patrimonio rural local. Siguiendo a Edelmira Pérez, la nueva ruralidad hace referencia a un territorio -fuente de recursos materiales, naturales y de materias primas -, cuya población lleva a cabo actividades en distintos sectores, como la agricultura, la ganadería, la actividad en el monte y en actividades terciarias o de servicios colectivos, a través de los planes sociales de los gobiernos locales. A esto se agrega el incremento de las migraciones, la pluriactividad familiar y la multiocupación de las personas, el crecimiento demográfico de algunas comunidades y pueblos, y la importancia de los territorios y 44


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lugares en la articulación de las estrategias familiares, de las nuevas protestas y de los movimientos sociales. (Pérez, E., 2001: 17-19). Así, las transformaciones en el mundo social que rodea el campo y los cambios en el nivel de la producción agraria, resultan en nuevas configuraciones espaciales, denominadas, nuevas ruralidades. Para comprender el concepto desde una mirada espacial es imprescindible trabajar con los aportes del geógrafo brasilero Milton Santos y sus discípulos Ana Clara Torres Ribeiro, Bernardo Mançano Fernández y Carlos Walter Porto Gonçalves (10). Sostienen la construcción de nuevas territorialidades que se configuran en la confrontación de intereses entre el mercado mundial y la cultura local; se construye identidad en confrontación con “los de afuera” y en la disputa por los recursos naturales. Hablan de una nueva geografía que reconoce que el planeta es uno pero los mundos son muchos. “Ni un mundo, ni una tierra. El territorio y el terruño son un locus, un espacio en el que se asienta la cultura apropiándose de la tierra… El territorio es lugar porque allí arraiga una identidad en la que se enlaza lo real, lo imaginario y lo simbólico” (Porto Gonçalves, C. W. 2001: 189). Milton Santos reafirma lo anterior cuando dice, “por cuanto el lugar, no importa su dimensión, es la sede de la resistencia de la sociedad civil, pero nada impide que aprendamos las formas de extender esa resistencia a escalas más altas. Para eso es indispensable insistir en la necesidad del conocimiento sistemático de la realidad… (Santos, M. 1994:260). Se destaca igualmente la importancia que se otorga a los recursos naturales como riqueza local y global, por lo cual la emergencia de problemas ambientales y la necesidad de un uso sostenible de los mismos es una cuestión donde se entrecruzan diversas escalas territoriales de gestión. En todo caso, la nueva ruralidad sostiene la necesidad de encarar conjuntamente, tanto la sociedad civil como las instituciones públicas en todos sus niveles, las problemáticas ambientales. Continuando con nuestro país, es necesario considerar la relación entre nueva ruralidad y fenómenos de migración urbano-rural y/o constitución de nuevos agentes en la producción agropecuaria, procesos que resultan importantes en términos cualitativos, ya sea porque aluden a un cambio en la composición social de algunas áreas rurales o porque indican nuevas demandas, vinculadas, por caso, al acceso a otros bienes o servicios. En relación a ello, Forni, Benencia y Neiman (11) analizan las migraciones por relevos en las áreas de riego de Santiago del Estero. En estos estudios se destaca la presencia del “contratista” que recluta mano de obra en diferentes regiones del país, como mediador en el vínculo laboral entre el tarbajador y el productor. Gran parte de los trabajadores “enganchados” está en negro con todas las consecuencias negativas que implica, sin embargo, los autores también destacan la función positiva de la migración en cuanto la expansión de los horizontes sociales, económicos y culturales para el que “se va”. La precarización del trabajo rural está presente en todos los casos, haciéndose visible la protesta, e impulsando la presencia de organizaciones sociales teritorializadas como emergentes de la nueva ruralidad. Para este trabajo, y en el caso de Tulumba, se asume la nueva ruralidad como un proceso dinámico, basado en la mayor interrelación entre las ciudades y el campo, donde se identifican nuevos roles para 45


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los espacios rurales y donde se asigna mayor protagonismo a todos los agentes sociales, incluidos los campesinos. El proceso incluye el crecimiento de poblados o localidades rurales, muchas veces ligados a nuevas condiciones de pobreza y exclusión urbana, que son producto de la migración del campo a la ciudad, motivados por factores económicos, sociales y políticos. La nueva ruralidad en Tulumba, estaría vinculada también, con el pluriempleo, la multiactividad, la presencia de asalariados rurales temporarios, la participación en nuevos emprendimientos productivos, y en organizaciones comunitarias de base local. A ello se suma las migraciones por periodos cortos de tiempo o en forma definitiva, dadas las características limitantes del mercado de trabajo. En este escenario, coexisten en Tulumba, grandes empresas agrícola-ganaderas, con campesinos que generan ingresos extraprediales; que se organizan colectivamente para reclamar por los derechos territoriales; o que se asocian para organizar nuevos emprendimientos productivos. Pensando en el trabajo metodológico Siguiendo a Bachelard (1979) y a Bourdieu y otros (1988), el diseño metodológico se expresa en estrategias que suponen la superación de obstáculos epistemológicos mediante técnicas de ruptura y vigilancia epistemológica. Desde esta concepción, en la delimitación del problema se entrecruza lo teórico-conceptual de acuerdo a lo que se quiere estudiar y lo empírico, el concreto real. Entonces es importante la selección de casos de estudio e informantes claves con los cuales se realiza la indagación más profunda, en el trabajo de campo. Se trata de decisiones que toma el investigador en base a criterios que no se fijan en un momento y se mantienen hasta el final, sino que se modifican a partir de los resultados preliminares que se van obteniendo, de la información que se va procesando en el campo y de la emergencia de elementos imprevistos que puedan identificarse en el proceso de investigación. El investigador utiliza las herramientas de su trabajo metodológico desplegando una amplia diversidad de estrategias, métodos o materiales empíricos y si tiene que inventar nuevos instrumentos, lo hará. El uso de múltiples métodos o triangulación, refleja el intento de lograr una comprensión en profundidad del fenómeno en cuestión. La realidad objetiva nunca puede ser capturada. La triangulación no es una herramienta o estrategia de validación sino una alternativa a la validación (Denzin y Lincoln, 1989: 194). La combinación de múltiples métodos, materiales empíricos, perspectivas, observadores y observados, es entendida como una estrategia que agrega rigor, amplitud y profundidad a cualquier investigación. Particularmente, la perspectiva teórica adoptada en esta investigación, implica tomar ciertos recaudos a la hora de plantear la metodología de investigación. En este sentido, se debe dar cuenta de la complejidad y multidimensionalidad de la vida cotidiana al ubicar al grupo doméstico en el contexto y sociedad global. Supone un análisis dinámico de la realidad, que implica considerar las estrategias actuales de las familias campesinas como producto de la historia social regional. Para ello es necesario identificar las trayectorias sociales de las familias. En síntesis, el perfil del trabajo demanda la triangulación de métodos cualitativos y cuantitativos que posibiliten una interpretación 46


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más completa del proceso en estudio. Por ello se optó por un diseño de investigación flexible, es decir no estandarizado (Marradi, 1996), que permite integrar los aspectos emergentes, al tema central de la investigación a medida que se los identifica. El diseño no estandarizado concibe el trabajo de campo como un trabajo artesanal, que pone en juego la articulación entre la experiencia y la toma de decisiones metodológicas (Marradi, 1996). Siguiendo a Tomadoni y Búffalo, hay dos procesos dialécticos en relación al trabajo de campo: el primero, es la reelaboración de conceptos teóricos generando un proceso de diálogo con otros investigadores que trabajan la temática y con los distintos agentes que viven el proceso; y el segundo, es la reflexión sobre las herramientas y estrategias metodológicas. Esto requiere de un ir y venir entre información y análisis y nuevos requerimientos de información, que van completando el espiral del trabajo de campo cualitativo-cuantitativo. A su vez permite al investigador tomar decisiones acerca de las técnicas de recolección de información para cada encuentro. En este camino sin duda juegan un papel crucial las técnicas de obtención de material, en la selección de la red de informantes, en el valor asignado a los datos producidos, en la selección de conversaciones. El trabajo de campo entendido así, no es sólo un medio de construcción de información, sino el momento mismo de producción de datos y elaboración de conocimientos. Las técnicas no son elementos neutros e intercambiables, sino una serie de procedimientos con grado variable de formalización que permiten obtener información en una relación de encuentro, en el marco de una relación social. A partir de los datos cualitativos - que se construyen a través de entrevistas individuales y familiares, observaciones y participación en fiestas patronales de las localidades – se pretende poner en juego la reflexividad entre los sujetos (investigador-investigado) ya que permite superar la visión etnocéntrica y posibilita que el investigador amplíe sus miradas y sus sentidos, por ende comprenda el mundo social de los actores, clave en este trabajo. La opción metodológica del caso “Tulumba” Comprender las estrategias de las unidades domésticas campesinas de Tulumba y la construcción de nuevas ruralidades implicó el siguiente recorrido metodológico. Primeramente se reconstruyó la historia del espacio social regional, desde una mirada contextual y centrada en las transformaciones sufridas desde la década de los noventa, para lo cual se indagó sobre: 1) las características de los ecosistemas incluidos en la región y la oferta de recursos a lo largo del tiempo; 2) los cambios en la estructura agraria del departamento, sobre todo los ocurridos a partir de los noventa; 3) la estructura demográfica y social del área de estudio y los cambios sufridos a lo largo del tiempo; 4) las prácticas productivas y laborales de los integrantes de las familias tulumbanas y en relación con esto, las fuentes de ingresos que generan considerando las provenientes de actividades prediales o extraprediales, y también las provenientes de ingresos formales e informales; 5) las prácticas sociales, principalmente la inserción de los campesinos en instituciones locales. Para reconstruir la historia del contexto socioeconómico se apeló, entonces, a información estadística de diversas fuentes. Los censos poblacionales y agropecuarios permiten reconstruir el desarrollo 47


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demográfico, la movilidad espacial de sus habitantes (en forma limitada) y la evolución de la estructura agraria. Se apeló también a la búsqueda y análisis documental. En tal sentido se consultaron documentos emanados por el Gobierno de Córdoba tales como el informe departamental, el Programa de Monitoreo de los Sistemas Agropecuarios, los informes realizados por la SAGPyA, trabajos de investigación empírica realizados por agrónomos de la UNC y por las organizaciones campesinas que trabajan en la región. Se entrecruzó la información de estos materiales con entrevistas a los extensionistas que trabajan en el área desde hace veinte años. En segundo lugar la atención se centró en las familias campesinas como unidades de análisis (12). Se seleccionaron nueve familias/hogares, y se indagó acerca de las estrategias de reproducción social implementadas en diferentes períodos históricos. El trabajo empírico se llevó a cabo con familias residentes en tres ámbitos diferentes: familias que viven en el campo (El Tuscal, Los Tajamares), familias que viven en los pueblos del departamento (La Dormida, Las Arrias) y familias que han emigrado a la ciudad de Córdoba, aunque todas de origen campesino. Con relación a los sujetos seleccionados para el análisis, se realizaron historias de vida, entrevistas en profundidad y observación del cotidiano. Se recorrió así, la historia predial, familiar, migratoria y laboral de los grupos domésticos. Vale aclarar que, no necesariamente todos los integrantes de un grupo doméstico están vinculados por relaciones de parentesco y tampoco la totalidad de los miembros de una familia integran un mismo grupo doméstico. Esta última situación es la que permite trabajar con miembros de una misma familia que residen en espacios sociales diferentes y que hipotéticamente, constituyen otras unidades domésticas en esos ámbitos: en la zona rural del Departamento Tulumba, en este caso familias de El Tuscal; en pueblos como San José de la Dormida y Las Arrias; y en la ciudad de Córdoba. Esto implica que, en los estudios de comunidades rurales como este, el requisito de co-residencia, no es necesario y es probable que se encuentren casos de bi-localidad o multi-localidad de miembros de la misma familia (13). Síntesis de los resultados Una de las formas de comprender objetivamente las estrategias de reproducción social, es a través del análisis del presupuesto económico de la familia. Otros autores hablan de estrategias para “movilizar los activos o recursos y convertirlos en ingresos… estos procesos tienen lugar en contextos específicos que forman la estructura de oportunidades o el acceso” (Adamo, 2003) (14). El recorrido de la historia predial, familiar, migratoria y laboral de estos grupos domésticos, permite verificar la puesta en juego de una variedad de estrategias de reproducción social: 1º) diversificación de actividades en el lote e intensificación del uso de la fuerza de trabajo dentro y fuera del mismo, 2º) asalarización permanente en el medio rural (los jefes de familia se transformaron en peones tractoristas o puesteros de establecimientos de tipo capitalista) y en otros trabajos en relación de dependencia, predominantemente públicos o por cuenta propia, 3°) migraciones permanentes o temporarias de uno o más miembros de la familia y, 4º) la participación en organizaciones comunitarias de base local y/o 48


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la participación en nuevos emprendimientos productivos (15), mediante la adopción de programas financiados por el gobierno como medios para resistir, luchar y no abandonar el predio. El análisis y la interpretación de las entrevistas muestran que las familias tulumbanas, recurren a una multiplicidad de estrategias para sobrevivir en un entorno difícil. Se puede mencionar por ejemplo, la migración con destino urbano a la capital provincial o a los pueblos cercanos de los departamentos, la asalarización rural y la pluriocupación, la participación en nuevos emprendimientos productivos, entre otras. Sin embargo, el éxito de estas estrategias para mantener o mejorar el nivel de vida, la diversificación de fuentes de ingresos y minimización del riesgo parece relativa, ya que están vinculados a actividades agrarias que entran marginalmente en los sistemas comerciales, generan escasa ganancia y los hace dependientes del empleo público y de trabajos transitorios o inestables. Muchas veces las escasas posibilidades desembocan en la emigración, sobre todo de los jóvenes. A manera de síntesis, el cuadro de la figura 2, muestra las estrategias de reproducción social analizadas. En el cuadro se incluyen dos actividades no productivas; una, las tareas domésticas o de reproducción que si bien no aportan al presupuesto familiar, son esenciales para la supervivencia de la familia y otra, la participación en organizaciones locales como OCUNC o en UCAN (16), se constituye en ingreso indirecto, ya que a través de estas organizaciones sociales, las familias acumulan capital social y cultural, incorporan técnicas y todo ello influye a largo plazo en la mejora del presupuesto.

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Pero ya sea que decidan establecerse en la ciudad, o quedarse en el campo, manteniendo el predio familiar o asalariándose como peones, tractoristas o puesteros de estancia, las familias construyen nuevas relaciones con el ambiente, con las demás familias y con las instituciones locales. Sobrevivir, mantenerse, reproducirse social y generacionalmente implica relaciones dentro y fuera de la estructura familiar, a los que el grupo asigna determinado significado, determinado valor, y a los que dedica cierto esfuerzo, y que supone movimientos que involucran a otros actores fuera de la unidad doméstica. Cada una de las estrategias laborales, de organización, doméstica y migratoria están implicadas en la construcción de una nueva ruralidad en la región. Es necesario hacer hincapié en que la situación financiera de la mayoría de los hogares parece bastante precaria. Este escenario parece colocar a las familias campesinas en los márgenes del sistema. Producen mercancías cada vez menos apetecibles, aún para los poco exigentes mercados locales. A su vez la inserción en el proceso de trabajo dentro o fuera de la región y en actividades vinculadas o no a lo agropecuario y forestal es, año a año más dificultosa. Estos grupos domésticos producen mercancías no requeridas y fuerza de trabajo que no tiene mayores posibilidades de inserción en las actuales condiciones de producción y trabajo. Bajo estas condiciones, la capacidad de retención poblacional del monte, combinada con la incorporación selectiva de fuerza de trabajo en diversas cosechas temporarias y otras alternativas laborales ocasionales, no está garantizada la reproducción de la población asentada en la región. Las alternativas de inserción en el mercado laboral ya sea local, provincial o regional, serían sumamente deseables, no solo para la población que posee una larga tradición en la venta estacional de fuerza de trabajo, sino también para numerosos grupos domésticos, que ante el reflujo de la actividad silvo-pastoril se encuentran progresivamente pauperizados. Es cierto que coexisten en Tulumba varios Programas de Desarrollo Rural, que han logrado algunos avances en relación a lo organizativo, la comercialización y algunas mejoras de infraestructura. Pero estos esfuerzos no son suficientes ya que el desarrollo rural no se ha alcanzado. Probablemente esto se debe a que los planes y programas no dejan de tener un sesgo asistencialista sin revertir la situación de exclusión de los campesinos y pequeños productores. El modelo político-económico dominante produce problemas socioambientales, lo cual induciría a pensar nuevas formas de gestionar el territorio. Es necesario evaluar la disponibilidad de recursos y servicios ambientales disponibles hoy, y comprender las condiciones de vida de la población rural afectada, a fin de analizar las posibilidades de revertir la tendencia. Se trata de contar con elementos de juicio para estructurar políticas de conservación, mejora o enriquecimiento de los recursos naturales incluidos en los ambientes analizados y pensar en la necesidad de implementar políticas sociales orientadas a la retención de la población en el campo. Notas (1) Se trata de un proceso de avance de la frontera agropecuaria en detrimento del bosque nativo. La introducción en la década del ochenta de pasturas megatérmicas y mesotérmicas, provocó el desmonte y posibilitó, el cultivo de soja y maíz. Se ha estimado que la tasa de deforestación desde 1969 alcanza a 2.75% para las áreas bajas y 3.13% en las zonas serranas (Zak et al. 2008:186). Entre 1998 y 2002, 50


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la superficie deforestada fue de 23.329 has en Tulumba, (Bono et al. 2004) La desaparición del bosque impacta negativamente las estrategias de la población local en un contexto de escasez de oportunidades alternativas. En el este, la expansión de la soja aprovechó la aparición y adopción rápida de la siembra directa, y la implantación desde 1996/1997 de soja transgénica, resistente a mayores temperaturas y al glifosato, además de las condiciones macroeconómicas globales y nacionales. También influyó un ciclo húmedo en la zona, con un promedio de precipitaciones de casi 800 mm en la década del 90, muy superior a los 650 mm anuales en la década del 50. La tecnificación productiva y la alta rentabilidad de la soja ha jugado a favor de la concentración económica y productiva (por efecto de la venta y arriendo de tierras) en manos de agentes empresarios mayoritariamente extraregionales. Con el proceso de concentración de la tierra que se observa en toda la región (CNA 1988, 2002) y el “alambrado” de los campos se perjudicó a los campesinos, ya que anteriormente, tenían acceso libre a las tierras para su uso, en pastoreo, extracción de leña y ramoneo. Hoy, estos pequeños productores (caprinos sobre todo) dependen de que los propietarios de las tierras linderas les den permiso para que entren sus animales a pastorear. (2) Entre otros, Murmis, M. (1992), Radovich, J. C. y Balazote, A. (1992), Reboratti, C. (1988), Manzanal, M. (1990) y Craviotti, C. y Soverna (1999). (3) La autora cita a Chayanov (1974) para fundamentar lo siguiente: postulaba que existe en la unidad campesina, una racionalidad diferente a la de la economía capitalista; la motivación de la actividad económica y la concepción de lo que es ganancia es también particular. Orientada a la subsistencia de la unidad familiar, la evaluación económica de la producción campesina es cualitativa. Existe una tendencia permanente a alcanzar un punto de equilibrio, el balance de la satisfacción de las necesidades de la unidad y la fatiga del trabajo que es subjetivamente evaluado con relación a las necesidades. Estas dependerán del tamaño y composición de la familia (que varían según el ciclo de desarrollo) y el punto de equilibrio también depende de diferentes condiciones específicas como ubicación en relación al mercado, situación del mercado, condiciones climáticas, entre otras. (4) Meillassoux, en su obra Mujeres, Graneros y Capital, centra el análisis en la problemática de la explotación de la unidad doméstica y profundiza el modo en que se transfiere valor de las economías domésticas al modo de producción capitalista. (Meillassoux, Claude. 1977: 129). (5) Trinchero, H. Antropología Económica. Ficciones y representaciones del hombre económico. Buenos Aires. EUDEBA. 1998: Cap. I. (6) Se asume el concepto de estrategias de Bourdieu, entendida como “ese conjunto de prácticas fenomenalmente muy diferentes, por medio de las cuales los individuos y las familias tienden, de manera consciente o inconsciente, a conservar o a aumentar su patrimonio, y correlativamente a mantener o mejorar su posición en la estructura de las relaciones de clase”. (Bourdieu 1988: 122) (7) Cragnolino, E. Educación y estrategias de reproducción social en familias de origen campesino, Tesis de doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. (Mimeo). 2001: 1-10. (8) Esta categoría conceptual la propone Susana Torrado y la define como “aquellos comportamientos de los agentes sociales de una sociedad dada que –estando condicionados por su posición social (o sea por su pertenencia a determinada clase o estrato social)- se relacionan con la constitución y mantenimiento de unidades familiares en el seno de las cuales pueden asegurar su reproducción biológica, preservar la vida y desarrollar todas aquellas prácticas, económicas y no económicas, indispensables para la optimización de las condiciones materiales de la existencia de la unidad y de cada uno de sus miembros” (Torrado, S. 1982: 3-4). (9) Según Craviotti y Soverna (1999: 24), la presencia de transferencias formales e informales, favorece la división de un subtipo, el campesino “subsidiado”, dentro de la tipología campesinos “puros”. (1999: 24) 51


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(10) Torres Ribeiro, A. C et all (2005) “Outros territórios, outros mapas”. En: OSAL. Observatorio Social de América Latina. Año VI, N° 16, enero-abril. (11) Forni, Benencia y Neiman (1991). Capítulo IV: “Estrategias rurales de reproducción con alta fecundidad: familia troncal y trabajo y migración por relevos” (pp: 63-119). En: Empleo, estrategias de vida y reproducción. Hogares rurales en Santiago del Estero. Buenos Aires, CEAL/CEIL. (12) Los sujetos de esta investigación son “familias campesinas o familias rurales”, metodológicamente esta unidad de análisis es equivalente a los “Hogares” del INDEC. Comprende a todos los tipos de estructura de hogares, a saber: a) de una sola persona, b) nuclear completo (pareja conyugal y sus hijos), c) nuclear incompleto (uno de los padres y los hijos), d) nuclear extendido (padres e hijos con otros familiares) y e) compuesto (personas vinculadas y no vinculadas por lazos de parentesco). (13) Se puede consultar Adamo, S. (2003: 24); José de Souza Martins (1986: 196-203) y Graeme Hugo (1988: 74). Martins sostiene que “con este tipo de desarrollo capitalista, la producción y la reproducción del capital están en un lugar y la reproducción de la fuerza de trabajo está fundamentalmente en otro. La reproducción de la fuerza de trabajo está parcialmente separada… la creación de lugares geográficos distintos, es el traslado de la producción de subsistencia fuera de las haciendas” (de Souza Martins, J. 1986. “El vuelo de las golondrinas. Migraciones temporarias en Brasil”.) (14) La autora reúne varias clasificaciones para definir la cartera de activos, bienes o recursos de los hogares. De este modo señala: a) la fuerza de trabajo y el capital humano; b) activos financieros y productivos, como tierra, agua, animales, ahorros, crédito, entre otros; y c) el capital social, que comprende relaciones familiares, redes sociales y asociaciones. (Adamo, 2003: 217-218) (15) Al respecto, existían en Tulumba según un relevamiento oficial de 2006, ocho (8) organizaciones, tres (3) públicas y cinco (5) privadas que ejecutaban un total de doce (12) Programas. (Registro y mapeo de beneficiarios de organizaciones y proyectos de desarrollo de la Provincia de Córdoba, PROINDER, 2006) De ellos, el PSA – Programa Social Agropecuario -, fue el que más presencia territorial tuvo en Tulumba. Según el relevamiento antes mencionada, el número de beneficiarios del programa en el departamento ascendía a 114. El PSA actuó de manera continua hasta noviembre de 2008, año en que el Gobierno Nacional crea la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar. (16) Las organizaciones campesinas que trabajan en Tulumba son, OCUNC – Organización de Campesinos Unidos del Norte de Córdoba – y UCAN – Unión Campesinos del Norte -. La OCUNC, junto a otras organizaciones que también integran el Movimiento Campesino de Córdoba, forma parte del Programa de Desarrollo de Cadenas Productivas de la Provincia de Córdoba. Este programa es ejecutado por la Agencia para el Desarrollo Económico de la Ciudad de Córdoba, la ex Agencia Córdoba Ciencia, hoy Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba, con financiamiento parcial del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), administrado por el BID. A través de OCUNC, participan 54 productores del Depto Tulumba y a través de la Unión Campesina del Noreste (UCAN), 40 productores. (Programa de Desarrollo de Cadenas Productivas de la Provincia de Córdoba) http://www.cadenasproductivas.com.ar/cadenas/caprina. html). Bibliografía ADAMO, Susana: Social sustainability and social resilience of rural communities in drylands: the case of Jáchal (Argentina) in the 19th and 20the centuries, en: Meeting of the Latin American Studies Association. Dallas, Texas. 2003. BACHELARD, Gastón: La formación del espíritu científico. México. Editorial Siglo XXI. 1979. BOURDIEU, Pierre: El sentido práctico. Madrid. Taurus. 1993. BOURDIEU, Pierre; CHAMBOREDON, Jean Claude y PASSERON, Jean-Claude: El oficio de 52


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ISSN 2314-1913

EL PROCESO PRODUCTIVO DE UNA PLANTA FRIGORÍFICA Y SU INCIDENCIA EN LA CONFIGURACIÓN TERRITORIAL DE RÍO SEGUNDO1 Noemi Fratini Resumen El trabajo indaga sobre una rama de la agroindustria que por su complejidad y fluctuaciones representa una temática de difícil abordaje. Se analiza el proceso productivo de un frigorífico emplazado en el SE de la ciudad de Córdoba, que destina su producción al mercado externo. Se caracteriza por ser una actividad expuesta a los vaivenes permanentes del mercado, las políticas nacionales, e internacionales provocando un impacto en la sociedad y el territorio. Para lograr los objetivos propuestos se trabajó sobre la planta y la comunidad local para identificar la nueva configuración territorial que surge a partir de este espacio de flujos, resultado de las interacciones entre los actores sociales que intervienen y la circulación de los productos y servicio Es un trabajo de investigación de tipo exploratorio y descriptivo que propone caracterizar y explicar las características de un fenómeno. Palabras claves: Configuración territorial. Proceso productivo. Eslabones productivos. Flujos de intercambio. Innovaciones productivas. THE PRODUCTIVE PROCESS OF A MEAT PROCESSING PLANT AND ITS INCIDENCE IN THE TERRITORIAL CONFIGURATION OF THE RÍO SEGUNDO. Abstract The paper investigates about a section of the agribusiness, which represents a difficult topic to deal with because of its complexity and fluctuations. It’s analyzed the productive process of a meat processing plant in the southeast of Córdoba, which production goes to external market. It’s characterized of being an activity exposed to the permanents swings of the market, the national and international politics causing an impact in the society and the territory. To achieve the proposed objectives, the investigation was about the meat processing plant and the local inhabitants, to identify the new territorial configuration, which came up from this space of flows, result of the interactions between the social actors who take part and the product and service mobility. It’s an exploratory research, that propose characterize and explain the characteristics of a phenomenon. 1INDUSTRIA CÁRNICA Y TERRITORIO: Un estudio de la incidencia de una planta frigorífica en la configuración territorial de la localidad de Río Segundo. Córdoba. Director: Mgter Claudio Tecco. Co directora Mgter Silvia Valiente. Año 2009.


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Key-Words: Territorial configuration. Productive process. Productive linkage. Exchange flows. Productive innovations. Descripción de la problemática Para analizar las características actuales del proceso productivo de una industria frigorífica y los cambios que se producen en la configuración territorial de la localidad, se toma como caso testigo una empresa con elevado nivel tecnológico, la cual ha comenzado a exportar durante el último lustro a mercados competitivos a nivel global. En relación a la agroindustria, “este sector industrial constituye una de las actividades primordiales de la economía nacional y su importancia radica en sus efectos multiplicadores directos e indirectos, en su demanda intensiva de mano de obra, en el valor de las exportaciones y en que ha sido y es un generador importante de recursos para el sector público” (Gatto y Gutman .1990:18), El proceso productivo construye un espacio de flujos que interactúa con el territorio local promoviendo cambios en la configuración territorial. Involucra encadenamientos hacia atrás, como la movilidad de la hacienda y el abastecimiento de insumos, encadenamientos hacia los costados asociados a servicios, como marketing, asesoramiento jurídico y hacia adelante vinculados al transporte y comercialización. Un rasgo distintivo del sector agroindustrial cárnico es la demanda intensiva de mano de obra en los territorios en los que opera. En el caso que se estudiará, la empresa es el principal empleador de la localidad, esto se replica en otras plantas donde las actividades de manufactura son en su mayoría manuales. El proceso aplica innovaciones que responden a una nueva lógica de gestión productiva, indispensables para insertarse en el mercado global. Este emprendimiento implicó inicialmente una importante inversión de capitales promoviendo una reactivación del mercado local evidenciado, en el abastecimiento de algunos insumos para la planta, el incremento en las ventas de los comercios, una mayor actividad inmobiliaria, etc. En relación a la localidad de Río Segundo, podemos establecer que se halla situada a sólo 37 Km de la ciudad de Córdoba, en el departamento homónimo, en un punto de convergencia vial de gran importancia sobre la ruta nacional número 9, que la comunica con la provincia de Buenos Aires. Además a través de la autopista denominada “Córdoba - Pilar”, se integra al área Metropolitana que circunvala a la capital de la provincia. Por último, se halla sobre el nudo vial que permite enlazar la Ruta Nacional Nº 9 con la Ruta Provincial C-45 y la Provincial N º 13, que une el Noreste de la Provincia de Córdoba (San Francisco, Las Varillas, Villa del Rosario), con el Pacífico por Alta Gracia, Río Cuarto, Mendoza, Chile y hacia el Atlántico con Uruguay y Brasil. La población económicamente activa trabaja en la administración pública y en actividades privadas asociadas a la industria, la cual sufrió altibajos económicos que repercutieron en radicaciones de fábricas y erradicaciones. Algunas constituyeron en su momento motores de desarrollo, como Molinos Río de la Plata, Cervecería Río Segundo, Delphi Packard y Harman Motive. 56


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Actualmente se encuentran en la localidad, la planta Georgalos, que constituye un ícono con más de 50 años en Río Segundo, (se instaló en 1956) y otras plantas de importancia como: Río Metalúrgica, Tensolite (premoldeados de hormigón), Q Peanuts, Molino Sytari, Molino Celestial, estas últimas asociadas al acopio, selección y molienda de cereales y oleaginosas2. Se diferencia de la localidad contigua Pilar, porque ésta ha tenido una tradición agropecuaria que se incrementó a través de los años, como consecuencia de los precios internacionales y la aplicación de los nuevos paquetes tecnológicos. La ciudad cuenta con una población, según el Censo 2001 de 18.155 habitantes, donde los varones suman 8.813 y las mujeres, 9.342. La variación intercensal es de + 15,3 % (1991-2001) ya que en 1991 contaba con 15.746 hab. Pilar por su parte, la localidad con la que constituye un aglomerado urbano, tiene 12.488 hab. (Censo 2001), ambas mantienen una relación dinámica de intercambio socio-económico. Objetivo de la investigación y estructura del informe Objetivo general Caracterizar los cambios que produce en la configuración territorial de Río Segundo el funcionamiento de una planta frigorífica. Objetivos específicos *Caracterizar el proceso de manufactura de un frigorífico localizado en Río Segundo y sus innovaciones tecnológicas destinadas al mercado global. *Identificar en el territorio los flujos e intercambios de productos y la interacción entre actores sociales. *Explorar la relación del frigorífico con la generación de empleo en el territorio. *Explorar la relación del frigorífico con el funcionamiento del comercio local. Planteamiento del problema *El planteo del problema será el eje que acompañe a este trabajo exploratorio. ¿Qué cambios produce en la configuración territorial de Río Segundo, el proceso productivo de una planta frigorífica? CIRCUITO PRODUCTIVO CÁRNICO Análisis de caso Para conocer y comprender la importancia de esta industria cárnica se hará en primer lugar una introducción sobre los eslabones productivos, luego se analizará el entorno local para corroborar si existió un contexto facilitador desde el ámbito público y privado, para el emplazamiento de la planta y por último se caracterizará de modo general la agroindustria. 1. Eslabones productivos involucrados en el proceso agroindustrial cárnico En todo proceso de transformación productiva, las empresas usan de manera diferencial y jerárquica 2

. Gobierno de la Provincia de Córdoba. Ministerio de la Producción y Trabajo. Registro industrial de la provincia.

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el territorio, el cual se explica por el poder de éstas, es decir, la capacidad que poseen para controlar los recursos que le son necesarios a ella y a otras organizaciones. Este poder es ejercido frente al proceso directo de producción, frente a los procesos políticos o frente a la acción política en las fases de producción, distribución, circulación y consumo, cuando el territorio es utilizado como un todo. En el mes de agosto del año 2002, una empresa familiar con capital local, compra a través de un remate la antigua planta frigorífica del Duraznillo de Río Segundo con el objetivo de refuncionalizarla e incorporarla a mercados competitivos del espacio global. Para su reacondicionamiento se deja parte de su estructura y se le incorporan todas las innovaciones necesarias para cumplir con las exigencias de los mercados externos. Y el 24 de febrero del 2003, luego de un trabajo intensivo, se comienza a faenar. Esta planta Logros de Ciclo I, se articula con la planta Vare, la cual está situada en sus inmediaciones y es propiedad de la misma empresa. Figura Nº 1 Para estas industrias cárnicas que destinan parte de su producción a la exportación, las transformaciones operadas a partir del modelo de re-estructuración económica se manifiesta en la gestión. Es decir en la incorporación de, “Prácticas de Buena Manufactura”3 y la aplicación de Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control”4, todas exigencias del mercado externo. “La economía se moverá a lo largo de su frontera de producción en respuesta a la señal de precios internacionales y todas las actividades con potencial para incrementar el ingreso nacional se organizarán en el sistema”. FIEL, 1998. (En Llach.1998). De esta manera las actividades productivas se localizarán en las regiones donde se encuentre el recurso base, o cerca de los centros de consumo, o en zonas aleatorias, dependiendo de factores como costos de transporte versus el producto final, o la disponibilidad de otros recursos adicionales en la región- mano de obra, capital, conocimiento, etc. Las profundas transformaciones sufridas por la agroindustria cárnica durante la década del 90 se analizan en este estudio de caso, a través del análisis de las características del circuito productivo, el cual determina cambios en la configuración territorial de la localidad de Río Segundo. Si analizamos el circuito productivo completo identificamos tres etapas del proceso; la primera se refiere a la obtención de la materia prima o hacienda, luego se halla la etapa correspondiente a la manufactura de la materia prima dentro la planta, y por último la circulación y distribución del producto con destino al mercado interno y externo. Además de estos encadenamientos hacia adelante y atrás se reconocen encadenamientos hacia los costados que apoyan y dinamizan el proceso. Figura Nº 2 2. Eslabonamientos productivos del Frigorífico Logros. En general, en América latina la expansión de los complejos productivos aún no ha avanzado hacia elaboración de productos de mayor especialización y valor agregado nacional. Se necesita una estrategia de desarrollo que potencie no tanto la extracción y procesamiento más simple de los recursos naturales, sino la aceleración de múltiples actividades que tienden a aglomerarse en torno a dichos recursos, potenciando los encadenamientos con actividades proveedoras de insumos, 3 PBM 4 Normas HCCP 58


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equipos e ingeniería (hacia atrás), así como los encadenamientos con actividades procesadoras de los recursos naturales (hacia adelante). Los complejos productivos constituyen una concentración sectorial y/o geográfica de empresas que se desempeñan en las mismas actividades o relacionadas con importantes y acumulativas economías externas, de aglomeración y especialización y con la búsqueda permanente de eficiencia colectiva. Para comprender ¿por qué se forman los complejos productivos?, hay diversos enfoques teóricos, como la teoría de localización y de geografía económica, la teoría de los encadenamientos hacia atrás y hacia adelante, la teoría de la interacción y los distritos industriales, etc. (En Ramos Joseph 1998: 108.). Para el caso de estudio, las dos primeras teorías pueden echar luz en la comprensión de esta agroindustria cárnica, por una parte la teoría de la localización hace hincapié en el peso relativo del costo de transporte en el costo final. Lo que explicaría porque esta planta se halla relativamente cerca del insumo esencial y ubicado sobre vías de gran accesibilidad y conectividad hacia el insumo y hacia su destino final el puerto de Bs. As. Y la teoría de los encadenamientos procura mostrar cómo y cuándo la producción de un sector es suficiente para satisfacer el umbral mínimo o escala mínima necesaria para hacer atractiva la inversión en otro sector que éste abastece (encadenamientos hacia atrás) o procesa (hacia delante). (En Ramos Joseph. 1988: 108-109. Hirschman, 1957 y 1977) Las ventajas competitivas de las Pymes agrupadas en clusters se basan en tres aspectos: especialización, cooperación y flexibilidad. • En primer lugar, la especialización de las firmas permite que estas concentren sus recursos en producir aquello para lo que son más eficientes, llevando a una división del trabajo entre las mismas. • En segundo lugar, la cooperación entre las firmas es fundamental para que todas las empresas obtengan beneficios de la división del trabajo. • Por último, la flexibilidad permite que las empresas respondan rápidamente a cambios en la demanda y en las condiciones de producción (Gomez Minujín, 2005:27).

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Fuente: Elaboraci贸n personal Figura N潞 2

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CONCLUSIONES ¿Una nueva configuración territorial? 1. Incidencia de la actividad frigorífica en la configuración del territorio local. Retomamos a Santos para pensar en el impacto del Frigorífico Logros en la configuración del territorio cuando expresa “la interacción permanente de fijos y flujos, se materializa en una nueva configuración territorial, que está determinada por un conjunto de sistemas naturales existentes en un país determinado o en un área dada y por los agregados que los hombres han sobrepuesto a esos sistemas naturales”. “La configuración territorial no es el espacio, ya que su realidad proviene de su materialidad, en tanto que el espacio reúne la materialidad y la vida que la anima” (Santos, 1998:54). Se puede inferir a través de lo investigado, que esta planta tiene incidencia en el territorio de Río Segundo, generando una nueva configuración territorial. No obstante, si evaluamos las inversiones realizadas por la planta desde sus inicios y el entorno facilitador que constituyó la localidad a través de la ley de exención impositiva promulgada por el municipio, podemos concluir que no se observa un efecto derrame altamente significativo. Las características del entorno territorial actuaron como facilitadoras de la empresa, tanto en el marco legislativo como en la inversión de infraestructura por parte del gobierno provincial pero algunos factores no influyeron positivamente en la articulación de la planta con la localidad. Se observa actualmente, por ejemplo, una relación netamente formal con el municipio lo cual no alienta políticas de intervención pública para mejorar el ordenamiento territorial. . En cuanto al impacto sobre el territorio, asociado al incremento de flujos materiales e inmateriales, la localidad no constituye un espacio favorable a la innovación que promueva cambios sustanciales en la organización territorial. La empresa se abastece en su mayoría de bienes y servicios en el territorio regional, provincial y nacional, así también los recursos humanos calificados y el apoyo en investigación & desarrollo son abastecidos desde la ciudad de Córdoba. Fig. Nº 3 No obstante, a través de las entrevistas realizadas, se pudo identificar que la percepción general de la sociedad, en lo que se refiere a la fuente laboral es positiva. Ya que le da empleo a muchísimos jóvenes del espacio local que actualmente estarían desempleados, producto del elevado nivel de desocupación actual. Hay además vinculaciones de la empresa con algunas instituciones y comercios, que han permitido un efecto derrame en el territorio, medianamente importante. Así también para muchos, que quisieron compararlo con la auto-partista Delphi Packard, que en su momento llevó gran bienestar a la localidad, las diferencias son marcadas, para el dueño de una Inmobiliaria, esa empresa constituyó un “verdadero espejismo”, porque luego de generar grandes expectativas, con excelentes sueldos se trasladó a los pocos años a Brasil. Se concluye, que la densidad y dirección de los flujos de operarios, mercancías, transportes, capitales e información, se materializa en una nueva dinámica espacial. Es esperable que el crecimiento 62


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sostenido de la empresa puesta de manifiesto en sus exportaciones a mercados competitivos y su crecimiento con una importante inversión de capital asistido con nuevas tecnologías profundice positivamente la incidencia de esta agroindustria sobre la configuración del territorio. Al revisar cada uno de los objetivos planteados al iniciar la investigación, nos encontramos con las siguientes conclusiones: Con respecto al primer objetivo específico, se puede concluir que se confirma la existencia de una planta de elevado nivel tecnológico, evidenciado especialmente en su modo de gestión productiva y en la aplicación de innovaciones respaldadas por un centro de Investigación & desarrollo (Ceprocor). El nuevo paradigma tecnológico opera con una amplia gama de productos diversificados y la empresa ha demostrado capacidad para adaptarse de modo flexible a una demanda: diferenciada de bienes y servicios, para lograr la eficiencia productiva. Los controles de calidad e inocuidad aplicados a cada eslabón productivo, han permitido su inserción en los mercados globales, en efecto cerca del 70 % de su producción se destinan al mercado externo. Este fenómeno ha exigido un cambio cualitativo de la actividad, a partir de la reestructuración productiva, que se ha centrado en la importancia de la genética, biotecnología y química para cubrir las demandas internacionales. Luego se pueden identificar en el territorio los flujos de intercambio e interacción de productos y actores sociales, número de trabajadores que superan los 700 operarios favorecidos por la buena accesibilidad y conectividad del territorio se desplazan diariamente en motos, bicicletas, colectivos y remises en general. El intenso intercambio diario de flujos, asociado a la oferta y demanda de insumos, servicios y subproductos es satisfecha por contratistas y subcontratistas que abastecen a la planta. El transporte de camiones distribuye los productos enfriados y congelados, al mercado interno e internacional. Por último, se observa una circulación permanente de camiones jaulas desde las distintas rutas, en particular desde el norte de la provincia, con hacienda para abastecer una demanda diaria de 1.000 animales. La red vial permite la interconexión con ciudades medianas y con la ciudad de Córdoba, la cual concentra funciones y empresas que operan en la economía global, y comunica la planta a través de la Ruta 9, con el puerto de la ciudad de Buenos Aires, punto final del embarque de la mayor parte del producto manufacturado en la planta. Lo anterior es importante, porque como sostiene Méndez, “la función de la circulación de los flujos es la más compleja y estratégica de todas, incluyendo actividades que actúan como insumos intermedios y dinamizan el sistema productivo al organizar los flujos materiales (mercancías y personas) e inmateriales (capital, información, tecnología), necesarios para el funcionamiento de las restantes. Se incluye además el empleo en empresas de transporte, de comercio, finanzas, seguros, servicios a la producción, etc”. (Méndez. 1997:239) En el análisis de la relación del frigorífico con la generación neta de empleo, se corrobora que esta agroindustria demanda un número de operarios para el proceso de manufactura, constituyéndose en una fuente de trabajo importantísima para la población de Río Segundo. Fenómeno que puede ser 63


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replicado en otras plantas frigoríficas que tienen producción destinada al mercado externo, como la de este caso de estudio. La empresa emplea a más de 700 operarios abastecidos desde el territorio local. En general población joven, la cual es más resistente a las condiciones laborales de este trabajo, por el horario de ingreso (Primer turno a las 4 AM), número de horas de pie, el carácter repetitivo de las operaciones, el esfuerzo físico, las bajas temperaturas en las cámaras, etc.). En general, las ramas de la agroindustria alimentaría son de mano de obra intensiva y relativamente poco calificada, con salarios pagados que se ubican en niveles bajos, considerados en términos absolutos. En otro orden, los resultados de la investigación realizada permiten afirmar que el movimiento comercial se ha incrementado sin alcanzar niveles destacables. Las entrevistas realizadas determinaron que el consumo de los operarios del frigorífico influirían entre un 15 y 20 % en las ventas globales de los comercios entrevistados. Las compras de los empleados del frigorífico se focalizan a satisfacer necesidades básicas, (alimentos, indumentaria, alquiler de vivienda, salud, etc.). Dichas compras se realizan en algunos casos, aprovechando el financiamiento de comercios locales, que constituyen acuerdos con la empresa, como el caso de un supermercado local con dos sucursales y dos farmacias de diferentes propietarios; así también tienen la posibilidad de acceder a cuenta corriente en el caso de comercios que venden calzados. Se observa además que, por el nivel promedio de ingresos, ($ 1.100 por quincena) no se desplazan a otras localidades y se abastecen de productos y servicios para atender sus necesidades básicas en la localidad. . Sin duda la asignación de la cuota Hilton y la alta performance alcanzada por la empresa, sumada a vinculaciones políticas con el gobierno provincial y el gobierno nacional le han permitido sostener, a pesar de la inestabilidad política y económica del país, un crecimiento importante, reflejado en las inversiones realizadas para lograr autoabastecerse, inversiones que siguen el objetivo de lograr una mayor integración productiva. En la actualidad han logrado el autoabastecimiento de la hacienda en alrededor del 20% a 25%, la utilización de los subproductos como insumos para generar energía y para la industria farmacéutica, la producción de césped para cementerios parque, canchas de golf, etc., asociado al tratamiento de efluentes y el transporte a puerto con vehículos propios. En consecuencia, la localización de una agroindustria cárnica en la localidad de Río Segundo, ha provocado una nueva dinámica sobre los fijos y flujos que intervienen en la actividad, re configurando el territorio y construyendo nuevas formas y procesos espaciales, no exentos de conflictos por los intereses y valores contrapuestos. Esta empresa muestra gran visión a nivel industrial y comercial, pero su vinculación con la comunidad y el municipio se aprecia insuficiente, sería muy importante para la sociedad de Río Segundo un mayor acercamiento que contemple su responsabilidad social empresaria. Se trata de promover políticas de intervención desde la comuna que beneficien a una localidad que por ejemplo aún tiene el 80 % de sus calles sin asfaltar. Concluyendo, para lograr un mayor desarrollo regional y local, se sugiere que representantes de las 64


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dos plantas más importantes, funcionarios de la comuna y miembros de instituciones que trabajan para la comunidad, se reúnan con el objetivo de construir un espacio de discusión que permita la cooperación mutua. Se trata de identificar las problemáticas inherentes a la comunidad y las posibles estrategias para su resolución, a través de la cooperación de cada integrante para desarrollar acciones que promuevan el bien común. Para Barreiro Cavestany, “la cooperación tiene un sentido más pragmático y es una respuesta racional a la propia lógica de cada uno de los actores”. (Barreiro Cavestany, 2000: 3) Una de las estrategias para desarrollar puede estar asociada a la generación de encadenamientos hacia adelante y los costados, agregando valor y diversificando la oferta de bienes y servicios locales, para lograr una mayor territorialización de las actividades. Para culminar, las decisiones y acciones que tomen cooperativamente cada uno de los actores desde el territorio incrementarán, sin duda, la creación de valor de las actividades que allí se desarrollen, mejorando las rentas, aumentando las oportunidades de empleo y la calidad de vida de los habitantes de la localidad. Es importante agregar que este trabajo tiene la posibilidad de ser continuado siguiendo varias líneas de investigación que no fueron abordadas en esta ocasión, una de ellas es el estudio del impacto ambiental en el territorio y otra línea la constituye el estudio de las condiciones laborales y productividad de los operarios en relación a al desarrollo económico y las desigualdades espaciales. Bibliografía BAGNASCO, Arnaldo y otros: El Capital Social. Instrucciones de uso. Bs As. Fondo de Cultura económica. 2003. BARREIRO CAVESTANY, Fernando: Desarrollo desde el territorio- (A propósito del desarrollo local) en http://www.iigov.org. 2000 BISANG, Roberto y otros: Mecanismos de formación de precios en los principales subcircuitos de la cadena de ganados y carnes vacunas en la Argentina. Oficina de la CEPAL en la Argentina. Bs As. Elaborado por el Instituvo de Promoción de Carne Vacuna Argentina. 2007. BOISIER, Sergio: Desarrollo (local). Transformaciones globales, institucionales y políticas de desarrollo local. Rosario. Homo Sapiens. 2001 CASTELLS, M.: “La era de la Información. Vol.1. La Sociedad Red”. El espacio de los flujos. Madrid. Alianza Editorial. 1998. Capítulo 5. GATTO, Francisco, GUTMAN, Graciela: Agroindustrias en la Argentina. Cambios organizativos y productivos. (1970-1990). Bibliotecas Universitarias. Bs. As. Centro Editor de América Latina. CEPAL. 1990. P.18. GÓMEZ MINUJÍN, Gala: Competitividad y complejos productivos: Teoría y lecciones de política. Bs. As. Oficinas de la CEPAL. 27. 2005. GHEZAN, Graciela: La producción primaria y la industria agroalimentaria. Vínculos entre la agroindustria y el sector primario; las relaciones de mercado: La carne vacuna. Bs. As. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. 1995. HIRSCHMAN, Albert: Eslabones. Versión de Ramírez Hernández. Reeditada por M. Coll. www. eumed.net/.../Hirschman-Eslabones.htm. 1977. LACH, Juan: El crecimiento económico regional. El papel de los complejos productivos basados en los recursos naturales. Univ Nac.de La Plata. Trabajo para el Programa de Maestría de Finanzas públicas, provinciales y municipales. 1998.

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VOTTERO FABIO. Propietario de una Inmobiliaria. 04-08-2009 Entrevistas estructuradas a comercios de Río Segundo CALZADOS GIULIANO. 12-08-09 CASA TERRADAS. Artículos del hogar y muebles.12-08-09 EL DELFÍN I. Supermercado.12-08-09 EL DELFÍN II. Supermercado.12-08-09 FARMACIA DEL SOL.12-08-09 FARMACIA ROMANO I. 18-08-09 GIULIANO. Casa de deportes. 18-08-09 LA FÁBRICA- Ventas por mayor y menor. 18-08-09 MANOLOS- Calzados. 18-08-09 MG MOTOS. Venta de motos y motocicletas. 18-08-09

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ISSN 2314-1913

(RE) PENSANDO EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN. UNA ARTICULACIÓN DE LO TEÓRICO CON LO EMPÍRICO EN EL ABORDAJE TERRITORIAL DE LAS FRONTERAS SIMBÓLICAS1 Carla Eleonora Pedrazzani Resumen En este artículo se presentan algunas reflexiones acerca de lo que fue el proceso de investigación en el proyecto de trabajo final de la Licenciatura en Geografía. La intención es dar cuenta de la articulación teórica-empírica en la construcción del objeto de estudio. Así como, el rol del trabajo de campo en todo el proceso. Palabras claves: proceso - articulación - trabajo de campo - construcción (RE) THINKING THE RESEARCH PROCESS. AN ARTICULATION OF THE THEORETICAL WITH THE EMPIRICAL APPROACH TERRITORIAL OF SIMBOLIC BORDERS Abstract This article presents some thoughts on what was the research process in the final working draft of the Degree in Geography. The intention is to account for the joint theoretical-empirical construction of the object of study. As the role of field-work in the whole process. Keywords: process - joint field-work - construction Introducción IPV de Argüello es un conjunto de sectores/núcleos de viviendas localizado en la zona de Argüello, al noroeste de la Ciudad de Córdoba- Argentina. Se trata de una urbanización llevada a cabo por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) a finales de los 80’ y principios de los 90’, cuyo objetivo fue el de proveer a familias procedentes de distintas zonas de la ciudad una solución a la necesidad de vivienda a través de la implementación de planes habitacionales que se correspondieron con diversas líneas programáticas y operatorias. La acción estatal estuvo dirigida a dos sectores: familias de clase media que respondían a un perfil de beneficiario tipo del FONAVI y familias de sectores de menores ingresos que residían en asentamientos de tipología villa, que fueron erradicados y relocalizados a través de políticas asistenciales de provisión de vivienda. Este hecho trajo aparejado como consecuencia, una apropiación diferencial del territorio correspondiéndose con la forma de

1 Territorialidades Urbanas y Fronteras Simbólicas. Un análisis desde las políticas habitacionales implementadas en IPV de Argüello de la Ciudad de Córdoba-Argentina– Facultad de Filosofía y Humanidades – Universidad Nacional de Córdoba. Autora: Carla Eleonora Pedrazzani – Directora: Silvana Fernández. Año 2011


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implementación y destinatarios del los planes. En el presente artículo, se plantea como objetivo reflexionar acerca de cómo se fue dando el proceso de investigación haciendo hincapié en la articulación entre los aspectos teóricos en relación a las nociones de fronteras simbólicas y territorialidades, con las prácticas y representaciones de la vida cotidiana de los propios residentes de este espacio; en donde el eje de análisis son las políticas de habitacionales implementadas en IPV de Argüello. Sobre el proceso de investigación En el año 2006 fui parte del equipo de un proyecto de investigación, en el cual se realizaron entrevistas en la zona de IPV de Argüello; es a partir de ellas, que surgió la idea sobre comprender la conformación de fronteras simbólicas y la construcción de territorialidades en relación a las políticas habitacionales implementadas, como así también las prácticas y representaciones socioespaciales de sus residentes. Esto posibilitó en la investigación, una perspectiva de análisis donde se articuló lo teórico con lo empírico, dando categorías basadas en un marco de referencia pero retroalimentadas y cuestionadas por lo propio que pasaba en ese espacio. La metodología utilizada, fue de tipo cualitativa lo cual posibilitó reflexionar sobre los distintos aspectos que hacen a la temática y realidad estudiada desde una lógica interpretativa-comprensiva. El diseño metodológico, tuvo un carácter flexible en donde las técnicas de recolección de datos se ajustaron a la manera en que se fue dando el desarrollo de la investigación y a los elementos que surgían y que posibilitaban una mejor comprensión de la problemática. El estudio, entonces, se desarrolló mediante un proceso de ida y vuelta entre la teoría (marco teórico) y las manifestaciones empíricas de los fenómenos analizados de acuerdo a las prácticas y representaciones en la vida cotidiana de los residentes del conjunto habitacional; y entre la recolección de datos y el análisis de estos últimos. En cuanto al grupo poblacional, se trabajó con adolescentes/jóvenes residentes en IPV de Argüello, debido a que eran y son el grupo en el cual más se expresan y reflejan las diferentes fronteras; sin embargo, esto no limitó la investigación únicamente a ese grupo, sino que también se trabajó con otros grupos etarios (adultos mayoritariamente). Así mismo, tanto entrevistas como recorridos y observaciones fueron realizados a distintas horas del día con el fin de poder considerar la dinámica barrial, las prácticas, comportamientos y relaciones en el contexto(1). Trabajo de campo En el período 2008-2010, se desarrolló el trabajo de campo como un proceso en constante definición entre lo que queríamos comprender y la interacción con los propios sujetos. Sin embargo, podemos afirmar que el primer acercamiento, como se mencionó, estuvo dado a través de la participación en el proyecto “Políticas Públicas y Segregación Residencial Socioeconómica (SRS) en la Ciudad de Córdoba-Argentina” ya que en la indagación sobre la dimensión subjetiva de la SRS (a fines del año 2006 y durante el 2007) se realizaron entrevistas no directivas en IPV de Argüello en torno a tres ejes: 69


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historia personal en el barrio, percepción sobre el mismo, e interacción y redes en el espacio; lo que posterior al análisis realizado, posibilitó observar que emergía de los propios relatos la existencia de fronteras internas y simbólicas entre los distintos planes habitacionales que se habían llevado a cabo y la construcción de territorialidades diferenciadas. Motivo por el cual, las entrevistas realizadas en el marco del proyecto anteriormente mencionado se volvieron el principal antecedente para pensar la pregunta de investigación. En cuanto al trabajo de campo propio del estudio al cual nos abocamos, contó con tres fases(2): a) Relevamiento y análisis de la configuración del territorio desde la dimensión material (aspecto objetivo)(3): en esta fase se trabajó conjuntamente y de forma paralela con fuentes primarias y secundarias. Se realizaron: entrevistas semi-estructuradas y charlas informales con funcionarios de la Dirección de Vivienda de la provincia, con profesional del Área de Catastro de la Municipalidad de Córdoba, con profesional de ONG Serviproh, entrevistas en profundidad a los vecinos de IPV de Argüello y recorridos por el área de estudio. Se realizó también un análisis documental acerca de la implementación de los planes de vivienda. En las entrevistas en profundidad realizadas a los vecinos de los distintos planes se abordaron los siguientes temas: configuración urbana, de modo que permitan conocer su visión sobre los planes y políticas habitacionales implementadas, sobre la apropiación de los distintos sectores, y sobre la provisión de infraestructura, servicios y equipamientos. Así mismo, se realizaron también recorridos por el área de estudio atendiendo a la morfología, la disposición espacial, infraestructura, equipamientos e instituciones/organizaciones presentes. b) Relevamiento y análisis de la construcción del territorio desde la dimensión simbólica (aspecto subjetivo)(4): aquí partimos del análisis del relevamiento realizado en la fase anterior y lo articulamos con las siguientes fuentes primarias: entrevistas semi-estructuradas a representantes, coordinadores y directivos de instituciones y organizaciones de IPV de Argüello, entrevistas en profundidad y charlas informales a informantes claves y vecinos de IPV de Argüello, observaciones participantes y no participantes, y recorridos por el área de estudio. Con respecto a las entrevistas semi-estructuradas, se optó por trabajar con algunas de las organizaciones e instituciones de IPV de Argüello (Centro de Salud Nº57, Esc. “Hugo Leonelli”, Red Agenda IPV(5), Radio Comunitaria “Rimbombante”, Centro Infanto-Juvenil “Juana Azurduy”, y Red Agenda IPV), que fueron seleccionadas de acuerdo al reconocimiento, identificación y apropiación por parte de los vecinos, que mediante el relevamiento pudimos observar. Para llevarlas a cabo, se estructuraron en base a una guía con los siguientes puntos: historia/origen de la organización, objetivos de la misma, funciones y metodologías de trabajo, recursos, vinculación con otras organizaciones, trabajo y acciones en la comunidad y jurisdicción. En cuanto a las entrevistas en profundidad, se realizaron en base a una guía flexible de preguntas en torno a las siguientes dimensiones: usos diferenciales y prácticas (lugares de recreación y ocio, de trabajo, vinculación con el entorno, actividades que desarrollan durante el día, recorridos y 70


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movilidad cotidiana, lugares de encuentro y vinculación con los vecinos), representaciones y relaciones socioespaciales (puntos de referencia y elementos de diferenciación con los sectores de IPV de Argüello, percepción hacía los vecinos de los diversos planes habitacionales, y vinculación con los mismos) y vivencias acerca de la conformación de IPV de Argüello. Por su parte, tanto la observación participante y no participante como los recorridos por el área de estudio fueron claves para el análisis debido a que tuvieron un papel complementario en la identificación de los elementos y actores que intervienen en la conformación de las fronteras simbólicas y en la construcción de territorialidades. En este sentido, mediante la observación, tanto en reuniones de la Red Agenda IPV (a las cuales fui invitada a participar) como en el taller de cartografía social con chicos de la escuela “Hugo Leonelli”, nos permitió reconocer elementos de diferenciación entre los distintos sectores correspondientes a los planes habitacionales, profundizar sobre las representaciones y relaciones socioespaciales existentes y la construcción de fronteras y territorialidades diferenciadas. Cabe destacar, que tanto entrevistas como observaciones y recorridos se realizaron a distintas horas del día y con personas de edades diferentes, con el fin de poder considerar la dinámica barrial, prácticas, representaciones, comportamientos y relaciones. c) Taller de cartografía social(6) (aspecto integrador)(7): con el taller, se trabajó en las vivencias, prácticas y representaciones socioespaciales junto con localización de los planes habitacionales, puntos de referencia y relaciones entre los distintos sectores; lo que posibilitó profundizar sobre la configuración territorial de IPV de Argüello. El proceso del taller de cartografía social y su riqueza El taller de cartografía social nació a raíz de una propuesta que realizamos en la Red Agenda IPV y se realizó en la Escuela “Hugo Leonelli” en las horas de Jornada de Extensión, en el área de Ciencias Sociales. El equipo de trabajo lo integró la coordinadora del Centro Infanto Juvenil “Juana Azurduy” (referente de IPV de Argüello y de la Red Agenda IPV), una alumna del 4to año del IPEM Nº 18 (que vive en IPV de Argüello) y un grupo(8) (del cual formo parte) conformado por una Licenciada en Trabajo Social, dos estudiantes en trayecto de trabajo final de la Licenciatura en Geografía, y la maestra de Ciencias Sociales de 6to grado de la Escuela “Hugo Leonelli”. Se trabajó con 6to grado “B” del turno tarde (14 alumnos), al cual asisten niños/adolescentes de entre 11 y 16 años, de ambos sexos, que viven en IPV de Argüello (en el plan de 228 viviendas, y en Granja de Funes II) y en los barrios colindantes: Barrio- Ciudad Sol Naciente, Autódromo, y Cerrito. La intencionalidad del taller respondió a la necesidad planteada por las organizaciones de la Red Agenda IPV de reconstruir la historia del barrio; sin embargo, al trabajar con niños y adolescentes, éste objetivo se vio trunco ya que los chicos no vivían todos en IPV de Argüello, por las edades no contaban con demasiado conocimiento sobre la historia de conformación del mismo, y la posibilidad de trabajo conjunto con sus padres y/o familiares era casi nula por diversos motivos como por ejemplo: 71


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horario en que se realizó el taller, escasa participación de los padres y familiares en actividades de la escuela, entres otros. De acuerdo a ello, se optó por utilizar la cartografía social para realizar un reconocimiento del territorio y de las vivencias; a través del mismo profundizar en el reconocimiento de los espacios, dar cuenta de las relaciones cotidianas y dar a conocer las vivencias, percepciones y atribuciones que los chicos tienen acerca de IPV de Argüello y los barrios colindantes. El marco de referencia: territorialidades, fronteras simbólicas y políticas habitacionales Territorialidades y fronteras simbólicas, fueron dos nociones claves en el abordaje realizado en la investigación. Un punto importante para el análisis, era el pensar desde qué concepción de territorio iban a ser abordadas ambas categorías. Aquí, la perspectiva integradora que propone Rogério Haesbaert en torno a la noción de territorio, en la cual la territorialización es vista “como un proceso de dominio (político-económico) y/o apropiación (simbólico-cultural) del espacio por los grupos humanos” (Haesbaert, R. 2004: 1) y las elaboraciones teóricas de Robert Sack (1986) sobre la noción de territorialidad humana pasaron a constituir el eje fundamental en el cual se inspira la perspectiva de análisis, ya que permitieron poner en juego distintas dimensiones, escalas y distintos territorios en la compresión de la conformación de fronteras simbólicas y territorialidades. La territorialidad desde R. Sack (1986) es definida como: “el intento por parte de un individuo o grupo de afectar, influenciar, o controlar personas, fenómenos y relaciones, a través de la delimitación y el establecimiento de un control sobre un área geográfica” (Sack, R. 1986: 1). Bajo esta perspectiva existen tres relaciones que dan cuenta de la lógica y efectos de la misma: incluir una forma de clasificación por área, la cual demarque lo que está fuera y dentro del alcance de la misma; contener una forma de comunicación, marca o señal, un límite; e incluir el intento por influenciar las interacciones, es decir, reforzar y reafirmar el control sobre el acceso a un área ó a determinadas cosas y relaciones dentro de un área. Sin embargo, un límite no es siempre una frontera sino que se transforma en ella “cuando los grupos despliegan sus estrategias para afectar, influir y controlar la circulación y localización de las personas, sus recursos, y sus ideas” (Benedetti, A. 2007: 16). La noción de territorialidad expresa, entonces, una estrategia de poder desplegada por una persona, un grupo o determinados grupos para apropiarse y dominar un área o territorio, estableciéndose diferentes grados de acceso a las personas, fenómenos, relaciones, y a determinados grupos sociales. R. Haesbaert (2004, 2007, 2007a) plantea que la misma proporciona un efectivo poder sobre la reproducción tanto de los grupos sociales como de los individuos, y sobre ello manifiesta que es siempre multidimensional (de dominación y apropiación al mismo tiempo, en la cual se abarcan aspectos tanto materiales como inmateriales) y multiescalar. No se presenta una dominancia de un territorio sobre otro, sino por el contrario, van siendo construidos por los actores a diferentes escalas. Las territorialidades se solapan unas con otras, son dinámicas cambiando en el tiempo y en el espacio, pudiendo ser activadas o desactivadas (9). En cuanto a las fronteras, podemos estar haciendo referencia tanto a los límites jurídico-políticos existentes entre países o Estados-Nación, como a “las discontinuidades existentes entre grupos 72


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humanos diferenciados en razón de género, la posición generacional, la cultura u otros aspectos considerados relevantes para distinguirlos entre sí” (Bartolomé, M. 2006: 1); por lo que pasan a ser espacios en donde los procesos socioculturales, ya sean materiales o simbólicos, se condensan (Grimson, A.2000: 3). A esto último, le agregamos que no solo condensan este tipo de procesos sino que también son espacios que constituyen y comunican procesos territoriales en donde se demarcan barreras, que por un lado pueden ser de tipo físicas (como un canal, un río, una calle, un muro, etc.) y por el otro, simbólicas pero que ambas hacen a la construcción de territorios y de territorialidades diferenciadas. Las fronteras sirven para diferenciar un “nosotros” distinto de un “ellos” o de los “otros”, un “adentro” y un “afuera” y por lo tanto, un proceso de inclusión-exclusión (identificación de un grupo y distinción de otro) tanto a nivel territorial como social; lo cual conduce a “la construcción de discontinuidades que delimitan identidades diferenciadas” (Bartolomé, M.2006:11). Referirnos a fronteras simbólicas implica necesariamente hacer alusión a la identidad, a la identificación que la construye y a la diferenciación con la que tiene relación. Sobre ello, Barth (1969) plantea que “en el proceso de identificación lo primero es, justamente, esa voluntad de marcar el límite entre ‘ellos’ y ‘nosotros’ y, por lo tanto, de establecer y mantener lo que se denomina ‘frontera’” (Cuche, D. 1999: 122), la cual va a estar dada por la identidad que el grupo se da y la que los otros le asignan, conformando de este modo fronteras simbólicas que pueden o no tener una contrapartida territorial (Cuche, D. 1999: 122); pero que lo que las crea es la voluntad por diferenciarse. Esta diferenciación puede remitir a distintos enunciados para ser visualizada o materializada, pero son siempre construidas en relación a representaciones, vivencias, percepciones, discursos, prácticas e identificaciones que tienen los sujetos y grupos sociales. Utilizan distintas barreras físico-materiales (espaciales) ó simbólicas para desplegar estrategias y diferenciarse de los “otros”. Podemos pensar las fronteras como un espacio de diferenciación pero a la vez de contacto, indican cerramiento y extroversión pero también apertura y/o permeabilidad; donde “la clasificación proporcionada por esos recortes espaciales, a través de la atribución de significados al espacio, puede reforzar, legitimar o dar forma a identidades territoriales específicas” (Haesbaert, R. 1997: 41. En: Bustos Ávila, C. s/d:8). De este modo, “las fronteras simbólicas son las líneas que incluyen y definen a algunas personas, grupos y cosas mientras que excluyen a otras” (Epstein, C: 1992. En: Galascio Sánchez, M. S/D: 1). No son cerradas, sino que al construirse en relación a otro tienen implícito una porosidad o permeabilidad, se trata de un espacio de negociación; poseen un rol importante en las relaciones de poder, ya que comunican una demarcación social y se manifiestan e interfieren en las prácticas y representaciones socioespaciales. Como tales, no son inmutables en el tiempo, ni “(…) remiten necesariamente a factores culturales sino a las construcciones ideológicas de sus protagonistas, ya que constituyen categorías de adscripción” (Barth, F. 1974.1994. En: Bartolomé, M. 2006: 11). Para el abordaje realizado, la noción de frontera pasa a constituirse en una herramienta teóricometodológica por medio de la cual podemos indagar cómo se construyen distintas territorialidades, cómo identidades, sus distinciones, conflictos, prácticas y representaciones sociales pasan a adquirir 73


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un significado espacial, pasan a contener un carácter territorial que va organizando el comportamiento de sus habitantes, y va constituyendo y reconstruyendo el propio habitar de los mismos. Sirven para entender “cómo se construye el sentido de lo propio y lo ajeno, de `nosotros´ y los `otros´” (Rizo García, M. y Romeu Aldaya, V. 2006: 38). Por último, al ser el eje de análisis las políticas habitacionales se trata de pensar y de indagar cómo a partir del desarrollo de ciertas políticas se da un proceso de dominio más de tipo técnico-político y económico, en el cual se realiza un ordenamiento del espacio a través de la implementación de diversos planes habitacionales, y por lo tanto se construye un determinado territorio. No significa confundir el territorio con un sustrato material sino analizar cómo se proyectan y se producen relaciones de poder, cómo es construido el territorio funcionalmente y cómo los propios habitantes lo redefinen, se apropian y construyen otros territorios, y cómo en esa construcción aparecen recortes territoriales y fronteras. Las políticas habitacionales las definimos, entonces, como “un conjunto de acciones y omisiones que manifiestan en forma concreta la intervención del Estado en relación a la distribución/localización de los diferentes sectores y grupos sociales en la ciudad y, concomitantemente, en relación a la satisfacción de necesidades habitacionales básicas” (Oszlak, O. 1991(10). En: Rodríguez, C. et al; 2007: 24). De esta forma, “la actuación del Estado, a través de la formulación de políticas habitacionales define (mediante distintas fases: diseño, implementación, seguimiento) diversas formas de intervención y relación entre ciertos actores, estableciendo mecanismos de gestión que estructuran roles y relaciones, formas de ejecución y pautas de localización en la producción del hábitat” (Rodríguez, C. et al; 2007a: 14). La definición, como tal, expresa la existencia de tomas de posición por parte de las diferentes agencias, organizaciones e instancias del aparato estatal y su interacción con diferentes sectores y grupos sociales. En nuestro caso de estudio, dentro de las políticas habitacionales nos enfocamos particularmente en lo que respecta a los planes habitacionales del Instituto Provincial de la Vivienda(11) (IPV) implementados en IPV de Argüello (12), prestando atención a los procesos socio-espaciales relacionados a ellos. Configuración urbana y políticas habitacionales en IPV de Argüello Desde la lógica de lo público(13), se dieron en IPV de Argüello distintas intervenciones en materia de políticas; como se mencionó, en la introducción del artículo, se trata de una urbanización llevada a cabo por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) bajo la cual se desarrolló un conjunto de sectores/ núcleos de viviendas a través de la implementación de planes habitacionales que se correspondieron con diversas líneas programáticas y operatorias. La acción estatal estuvo dirigida a dos sectores: familias de clase media que respondían al perfil del beneficiario tipo del FONAVI(14); y familias de sectores populares que residían en distintas villas de emergencia, que fueron erradicadas de las mismas y relocalizadas a través de políticas asistenciales de provisión de vivienda. 74


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En cuanto a la configuración urbana, los sectores que conforman IPV de Argüello se corresponden con planes del IPV que fueron concretados en distintos períodos de tiempo. Cronológicamente de acuerdo a su implementación, los planes son los siguientes: Etapa 1983-1989 - Plan 360 viviendas, denominadas sector Casas Blancas. - Plan 227 viviendas, denominadas sector Casas Amarillas. - Plan 164 viviendas, denominadas sector Casas Rosas. Estos tres planes, responden a la línea programática: Atención de Demanda Libre y fueron registrados en el Registro Único y Permanente (RUyP). En cuanto a los dos últimos (Plan 227 y 164), destacamos que el tipo de beneficiario se corresponde con el definido por el FONAVI; es decir, aquellos que poseen cierta capacidad de ahorro e ingresos estables (familias de clase media). Y en el caso del primer plan (el del año 1987) “una parte fue de erradicación de villa de emergencia (15)”. Etapa 1990-1999 - Plan 150 viviendas, de la cooperativa/gremio COETRA. Acorde a la línea programática de Entidades Sin Fines de Lucro; seleccionados también de acuerdo al beneficiario tipo del FONAVI (familias clase media). - Plan 244 viviendas -Granja de Funes II. - Plan 288 viviendas, complementario del plan anterior (Granja de Funes II). Correspondientes a la relocalización de villas de emergencia, y con beneficiarios definidos por parte del Ministerio de Desarrollo Social. En cuanto a la disposición espacial de los planes efectuados, los que se corresponden con la relocalización de villas de emergencia se encuentran localizados hacia el noreste y los planes de acuerdo al beneficiario tipo del FONAVI en el centro y suroeste del área de estudio. Este hecho trajo aparejado como consecuencia, una apropiación diferencial del territorio correspondiente a la forma de urbanización. En cuanto a la política, la gestión de los planes y proyectos habitacionales que dieron origen a esta configuración, tuvieron un carácter altamente centralizado. El posicionamiento del Instituto Provincial de la Vivienda fue de intermediario entre la política nacional y los propios beneficiarios, con la función de ejecutor de las diversas operatorias. Las propias líneas programáticas en las que se enmarcaron los planes mencionados dieron lugar a un proceso complejo de entrecruzamiento y acción conjunta entre diversos organismos del aparato estatal (relaciones intergubernamentales entre el gobierno nacional y provincial, y ámbitos de trabajo intersectorial entre diversas áreas). Sin embargo, en el caso de relocalización de villas de emergencia, al no existir un diseño de coordinación integral entre los actores involucrados en el plan habitacional, el proceso no transcurrió de forma integrada y organizada sino por el contrario, se dio como un esquema fragmentado en donde cada una de las partes se enfocó en su propia función sin relacionarse con la otra. 75


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En relación a lo planteado, pero enfocándonos en lo que respecta al ordenamiento y adecuación urbana, la infraestructura, equipamientos y servicios fueron contemplados dentro de los planes implementados pero contando con graves deficiencias, y produciéndose un gran desfasaje en años entre la construcción de las viviendas y la provisión de los mismos. No obstante ello, en la propia política no se tuvo en cuenta los aspectos que hacen al mantenimiento posterior, por lo que se fueron deteriorando progresivamente; sin existir una atención estatal al respecto. Si pensamos en la configuración de IPV de Argüello como consecuencia de las lógicas de políticas habitacionales únicamente y de acuerdo a su expresión cartográfica en el plano, podríamos tomarlo como un solo territorio (desde un sentido material), en donde se presenta como una trama homogénea en la que se inscribe un cierto orden, un ámbito que está destinado a un uso residencial, en el que existe cierta armonía entre sus habitantes, y en el cual los distintos planes habitacionales encajan como si tratara de un rompecabezas. Sin embargo, lo que nos resulta homogéneo desde afuera, al adentrarnos nos encontramos con que enmascara una realidad compleja y heterogénea. Las condiciones materiales-objetivas pasan a configurar una realidad que es vivida y reconstruida por los propios residentes de este espacio. Conformación de IPV de Argüello desde las vivencias e historia de sus residentes Al constatar los datos oficiales de la Dirección de Vivienda y lo que los residentes relatan como parte de su historia, encontramos coincidencias y contradicciones. La percepción que desde afuera se posee de este espacio, cambia al estar desde dentro; nos encontramos con diversos procesos y relaciones sumamente complejas que van construyendo toda una heterogeneidad a su interior, en la cual se produce una apropiación diferencial del territorio potenciando la conformación de fronteras simbólicas y la construcción de distintas territorialidades. La denominación con la cual identifican sus residentes a los planes que lo conforman, a veces coincide con la designación realizada por el Instituto Provincial de la Vivienda y otras veces, tiene relación con alguna característica de las viviendas, del plan, con el nombre de las villas en las que anteriormente residían, ó con construcciones que realizan algunos grupos sobre otros. De este modo, al Plan 360 viviendas lo denominan “IPV 360”, “el 360”, “las Casas Blancas”; al Plan 227 viviendas, “el 227”, “IPV 227”; al 164 viviendas, “las Casas Rosas”, “IPV 164”; al Plan 150 viviendas, “el 150”; el Plan 244 viviendas- Granja de Funes II, es mayoritariamente identificado como “Los 40” ó “Los 40 guasos”, sin embargo también lo denominan “La Granjita” o “Granja de Funes”; y el Plan 228 viviendas, es “La 17”. En todos los casos, estas identificaciones poseen un papel preponderante para la identificación de las fronteras simbólicas y van denotando indicios de cómo se van construyendo territorialidades diferenciadas. Si bien todos los planes se corresponden con operatorias ejecutadas por el Instituto Provincial de la Vivienda, sólo tres de los seis planes son reconocidos como tales: IPV 360, IPV 227, e IPV 164. En el caso del plan de 150 viviendas, la identificación que realizan los propios residentes y los del resto de los sectores es neutra; mientras 76


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que a los dos últimos planes se los reconoce como otro tipo de asentamiento y no como un plan IPV. La interpretación anterior, no tendría mayor trascendencia si no fuera que no se trata de núcleos habitacionales aislados sino de un conjunto, cuyo habitar y desarrollo se ve dificultado por las discontinuidades presentes. Fronteras Simbólicas “Toda relación de poder espacialmente mediada es también productora de identidad, púes, controla, distingue, separa y al separar de alguna forma nomina y clasifica a los grupos sociales. Y viceversa, todo proceso de identificación social es también una relación política, accionada como estrategia en momentos de conflicto y negociación” (Haesbaert, R. 2007: 37). En IPV de Argüello, las fronteras simbólicas forman parte de la propia conformación de este espacio. A lo largo de los años, los residentes de cada plan habitacional han ido reforzando diferenciaciones que los lleva a construir identidades diferenciadas y conflictivas entre los grupos. Y la expresión de estas, ha derivado en la construcción de fronteras simbólicas que poseen una contrapartida territorial. De este modo, existe una discontinuidad en el espacio dada por procesos de inclusión-exclusión entre sus residentes. Si bien, estas fronteras forman parte del propio habitar de este espacio y como tales son construidas y reconocidas por los distintos grupos que residen en él, no son las mismas para todos los grupos. Se presentan fronteras que son construidas por los adultos y que están asociadas a los modos de vida, a una distinción y categorización entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo que debería ser y lo que es; y que terminan expresándose como una diferenciación entre clases sociales. Existen también, las construidas por los jóvenes y adolescentes; las cuales se vinculan mayoritariamente a diferenciaciones en torno a rivalidades entre los grupos y relaciones de poder entre quién posee el control sobre determinados territorios, y por ende, manda sobre ellos. Y por último, encontramos aquella que se mantiene desde los inicios de la conformación de IPV de Argüello, que tiene que ver con procesos de dominación y apropiación; y que se retroalimenta entre los distintos grupos generacionales a lo largo del tiempo. Esta frontera, es la que se corresponde con el sector de Granja de Funes II; pero que es expresada mayoritariamente como una diferenciación con los de “Los 40”. Tiene su origen en la propia conformación de IPV de Argüello y en las representaciones, los estigmas, e imaginarios que se construyeron y que se conservan hasta la actualidad acerca de los residentes de Granja de Funes II como sumamente “peligrosos” que quedan plasmados en enunciados concretos acerca de la construcción de “Los 40” como un “otro” distinto y que se ve materializado en el espacio público. De la calle para acá…y de la calle para allá El espacio público, principalmente las calles son el ámbito primordial en el que se expresan las 77


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fronteras entre los residentes de IPV de Argüello. Éstas son utilizadas para delimitar el territorio perteneciente a los distintos planes habitacionales. El “para acá”, “de ahí”, “para allá”, “al fondo”, “abajo” son expresiones/ marcas que indican una dirección en el espacio y que delimitan ámbitos diferenciados; en los cuales se produce un proceso de inclusión-exclusión. Todas ellas, toman como referencia a las calles y otros objetos que pasan a ser elementos referenciales para la ubicación dentro de IPV de Argüello, y por ende, para la demarcación física de los territorios con los cuales se identifican. Así mismo las propias calles, además de convertirse en fronteras, se tornan muchas veces en lo que podríamos denominar microterritorios; ya que pasan a constituir un espacio en el que se despliegan estrategias que afectan la movilidad geográfica de los residentes y que expresan relaciones de poder por parte de quienes poseen el control. Las fronteras simbólicas como distinción de clase social En el caso de los adultos residentes en IPV de Argüello, a pesar de que en su mayoría afirman que “son los chicos los que se dividen por sectores”, existe una clara delimitación de fronteras simbólicas asociada a una diferenciación entre “nosotros y los otros” en torno a una distinción de clase social; que por un lado, tiene que ver con la situación laboral. Aquí, el trabajo formal se convierte en el portador de prestigio y elemento de distinción con respecto a ese “otro” que viene de una villa y que sólo puede acceder a trabajo de tipo informal -changas-, que trae la “delincuencia al barrio”, que es un “choro” y que se llega a asemejarlos con animales. Y por el otro, se termina transformando en una diferenciación de acuerdo a la forma de adjudicación del plan entre quienes “pagan por su casa” y los que no; debido a que los planes que se corresponden con erradicación de villas, la adjudicación de las viviendas fue sin contrapartida económica por parte de los beneficiarios. Estas distinciones no quedan solamente en ‘lo simbólico’, sino que toman un carácter territorial a partir del cual se delimitan y comunican territorios propios. Se presenta una relación conflictiva entre quienes residen en los distintos sectores correspondientes a los planes habitacionales. A través de ello, se construye una discontinuidad en el espacio influenciando en las relaciones, las prácticas y las representaciones. Las fronteras simbólicas en los chicos En los jóvenes/adolescentes las fronteras simbólicas no son construidas de la misma manera que en el caso de los adultos. En estos grupos, la distinción que los separa se construye de acuerdo a relaciones de poder mucho más marcadas, tanto en ‘lo simbólico’ como en ‘lo material’. Las fronteras, de este modo, pasan a demarcar un territorio en el cual no se le permite entrar al grupo del cual se distinguen; y la calle, una esquina u otro espacio público (como una plaza, un playón, o descampado) no sólo comunican ello, sino que se convierten en una barrera, en un dispositivo físico de división y de control. 78


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En cuanto a lo territorial, las diferenciaciones se establecen principalmente entre “La 17” y “Los 40”. La calle y el descampado, que delimita a ambos sectores, pasan a constituirse en un elemento clave de separación y de exclusión entre un grupo y otro. A su vez, se presenta otra frontera con lo que denominan IPV, haciendo referencia al conjunto que conglomera al plan 227, al 164, al 360 y al 150. Las fronteras simbólicas construidas entre los jóvenes/ adolescentes se vuelven un espacio en el cual las rivalidades y enfrentamientos son un aspecto recurrente en la identificación de los grupos y en la diferenciación territorial. A la vez, se tornan también un espacio de relación con aquél definido como distinto. Los que pertenecen a “La 17” y a “Los 40” construyen una identificación compartida como “los que venimos de la villa” frente a quienes residen en IPV; mientras que entre ellos mismos se distinguen de manera diferencial. “De la identidad al territorio y del territorio a la identidad” R. Haesbaert plantea que “(…) la construcción de identidades territoriales envuelve un movimiento que va de la identidad al territorio y del territorio a la identidad” (Haesbaert, R. 2007a: 55) (16). En IPV de Argüello, las identidades de los grupos se construyen tomando como referencia central el sector correspondiente a la localización de los planes habitacionales en el espacio. Se construye un “nosotros” por parte de los residentes del mismo plan, identificándose con la denominación del mismo; a la vez, que se produce una diferenciación con los residentes de los demás planes, los cuales pasan a formar parte de aquellos considerados como “otros”. El territorio, entonces, se convierte en un aspecto formativo de las identidades, ya que pasa a ser la principal referencia en la identificación de sus residentes. Así mismo, las estrategias a través de las cuales se mantienen esas identificaciones son parte de la construcción y mantenimiento de ese territorio. La identidad que los residentes de IPV de Argüello poseen, se presenta como el resultado de la interrelación con los “otros” y de la síntesis de múltiples dimensiones a través de los procesos de identificación. Por un lado, aparece un vínculo de pertenencia con IPV de Argüello cuando se sale hacia afuera de los límites del mismo; y por otro, en el marco de estrategias de diferenciación, el sector del plan en cual residen se destaca como aspecto formativo de la identidad de sus residentes. Las fronteras simbólicas, en este caso, se vuelven el ámbito de convergencia y de manifestación entre el cruzamiento de la identidad con el territorio. En el caso del plan 228, sus residentes se autodenominan como “La 17”. La construcción de esta identidad se presenta como un híbrido entre la identificación con el territorio de pertenecía anterior (Villa 17 de Octubre), la construcción y apropiación del territorio en el que residen actualmente (sector correspondiente al plan 228), y la relación con los residentes del resto de los planes, quienes los reconocen y identifican del mismo modo en el que ellos se autodefinen. En cuanto a “Los 40”, la identificación como tales tiene relación entre lo que determinados grupos definieron desde fuera y lo que ellos mismos afirmaron.

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Conclusiones La configuración de IPV de Argüello surge como producto de un proceso de dominio técnicopolítico y económico, en el cual, el ordenamiento del espacio fue realizado por intermedio de la ejecución de una serie de planes llevados a cabo de acuerdo a distintas líneas programáticas en las que los beneficiarios accedieron de un modo diferenciado -según la situación socioeconómica- al mismo. Las políticas habitacionales, en este sentido, se convirtieron en un instrumento de acción en la concretización de este proceso; en donde el Estado, por intermedio de los actores estatales que formularon, dirigieron y ejecutaron los planes, sentó las bases para una territorialización del espacio en la que las prácticas de sus residentes son condicionadas, volviendo dificultosa y costosa la adaptación al mismo y prestando menores posibilidades a su apropiación. Los residentes, por su parte, aunque de forma dificultosa y diferenciada, llevan a cabo una apropiación del espacio en la cual se envuelven dos procesos: uno, de dominación territorial en cuanto a la reproducción funcional del propio espacio de acuerdo al ordenamiento del mismo realizado desde la visión técnico-política; y otro, de apropiación territorial en el que existe una construcción simbólica y material acerca de los “otros” y del espacio de acuerdo a sus posibilidades como grupo, en la que se despliegan diversas estrategias socioespaciales de inclusión/exclusión dando como resultado territorialidades antagónicas y conflictivas. Con respecto al objetivo planteado en el presente trabajo, a modo de cierre, podemos decir que desde una perspectiva relacional se abordaron los efectos territoriales desencadenados por la implementación conjunta de diversas políticas habitacionales en un mismo espacio; centrándonos, específicamente, en el estudio de las fronteras simbólicas y la construcción de territorialidades. En este marco, la temporalidad y multiescalaridad fueron dimensiones que emergen y atraviesan todo el análisis. En este abordaje, se intentó mantener una articulación y retroalimentación constante entre lo teórico y lo empírico. A partir de ello, se presentó otra forma de pensar la problemática y de este modo, dar cuenta de otra forma una realidad que se presentaba como conflictiva y estereotipada. Por lo cual, en la construcción del objeto de estudio no solo hay un ida y vuelta entre lo teórico y el trabajo de campo, sino que la manera de abordarlo y presentarlo también remite a una posición tanto política como ideológica. Notas (1) Cabe destacar, que a los fines de este artículo, se han utilizado los resultados del análisis de la investigación empírica y no se han incluido los fragmentos de entrevistas y otros registros de fuentes primarias. Estos últimos pueden ser consultados en el trabajo final de la Licenciatura en Geografía. (2) Hablamos de fases y no de etapas, debido a que las primeras poseen un carácter flexible y no así las segundas. Fase da cuenta de un proceso en el cual se retoman aspectos de una u otra fase y se avanza en otros. (3) A esta fase la denominamos “aspecto objetivo” dado que en el análisis se hace énfasis en el ordenamiento del espacio y su uso desde una visión de tipo técnico-política. Se atiende más bien a la configuración urbana, disposiciones espaciales, adecuación urbana, entre otros aspectos. 80


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(4) A esta fase la denominamos “aspecto subjetivo” porque se analiza lo referente a cómo viven, cómo habitan y construyen los propios sujetos los territorios, las territorialidades y fronteras. (5) Se trata de una red formada por la mayoría de las organizaciones sociales presentes en IPV de Argüello, cuyo objetivo es la articulación de las mismas con el fin de trabajar conjuntamente sobre diversas necesidades y problemáticas que posee el conjunto habitacional. (6) Las integrantes del grupo son miembros del Colectivo de Cartografía Social “Los ‘Otros’ Mapas”, que está formado por estudiantes y docentes de la Lic. en Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades-UNC, y una Lic. en Trabajo Social. El mismo, se conformó en el año 2009 a raíz de una experiencia de Mapeo Colectivo llevada a cabo en el IX ENEG (Encuentro Nacional de Estudiantes de Geografía), Córdoba 2008; organizado por la FADEG (Federación Argentina de Estudiantes de Geografía). (7) La cartografía social es definida como una propuesta conceptual y metodológica mediante la cual, a través de una forma de trabajo dinámica y lúdica, se llevan a cabo talleres participativos con personas pertenecientes a un grupo en torno al conocimiento y reconocimiento de su territorio. Se utiliza la elaboración colectiva de mapas para comprender lo que ha ocurrido y ocurre en el mismo, considerando como uno de los principios fundamentales la participación del grupo en todo el proceso; por lo cual, permite realizar mapas del pasado, presente y futuro, y promueve procesos de intercomunicación y reflexión entre los participantes sobre las problemáticas y necesidades de la comunidad y el grupo. Dentro de esta metodología, el mapa es tomado como centro de motivación, reflexión y redescubrimiento del territorio al posibilitar la traducción a un mismo lenguaje de todas las versiones de la realidad que comienzan a ser subjetivamente compartidas. Permite, entonces, tomar conciencia acerca del espacio en que se habita, del tiempo en que se vive y del entorno natural próximo y lejano, dando cuenta de las relaciones y de las prácticas socioespaciales. Establece una relación entre la construcción del conocimiento y la acción local, ya que plantea la posibilidad de fortalecer el trabajo conjunto, responder y diagnosticar diversas necesidades y problemáticas, y promover a partir de ello distintos proyectos (García Barón, 2005). En este sentido, si bien el taller de cartografía social se convirtió en el elemento articulador de los objetivos en lo que respecta al trabajo de campo, la intencionalidad del mismo no estuvo definida desde los abordajes realizados en la investigación sino que se la construyó de forma conjunta con el equipo de trabajo con el que se llevó a cabo. (8) A esta fase la denominamos “aspecto integrador” debido a que consideramos que, dentro del trabajo de campo, cumplió una función de síntesis de las dos fases anteriores. Nos permitió relacionar aspectos materiales/objetivos y simbólicos/subjetivos en torno a la conformación de fronteras y construcción de territorialidades de forma integral. (9) Al afirmar que la territorialidad puede ser activada o desactivada, Sack nos muestra la movilidad inherente a los territorios, su relativa flexibilidad; rompiendo con la concepción tradicionalmente difundida de territorio como algo estático o dotado de una gran estabilidad en el tiempo. Tal como ocurre con las identidades territoriales, la territorialidad vinculada a las relaciones de poder, en Sack es una estrategia, o más aún, un recurso estratégico que puede ser movilizado de acuerdo con el grupo social y su contexto histórico y geográfico (Haesbaert. 2007: 36). De esta forma, afirma que “ni los límites de un territorio, ni los medios por los cuales tales límites son comunicados son inalterables” (Sack, R.: 1986; 2). (10) Merecer la ciudad. Buenos Aires. Ed. Humanitas-Cedes. (11) Organismo que en la actualidad se denomina Dirección de Vivienda, perteneciente a la Subsecretaría de Vivienda, y a la Secretaría de Vivienda y Coordinación dependiente del Ministerio de Obras Públicas del Gobierno de la Provincia. (12) Los terrenos en donde se llevaron a cabo los planos habitacionales mencionados, fueron donados por su dueño (Funes) al Instituto Provincial de la Vivienda para fines sociales. En la zona, actualmente, además de los planes correspondientes a IPV de Argüello existen otras intervenciones estatales en materia de vivienda social: Barrio-ciudad “Sol Naciente” y barrio “Blas Pascal”. 81


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(13) La producción y apropiación del suelo urbano, en las últimas décadas responde a tres lógicas que interactúan de manera compleja y contradictoria: la lógica de la ganancia -ciudad como objeto y soporte de negocios-, la lógica de la necesidad - impulsada por aquellos sectores que no logran acceder a las condiciones de reproducción social en el marco de la regularidad urbana-, y la lógica de lo público - donde por medio de distintas intervenciones en materia de políticas, el Estado provee el sustento para el despliegue y desarrollo de las otras lógicas (Herzer et al; 1994. En Rodríguez, C. et al. 2007). (14) “El perfil del FONAVI debe responder a un nivel de ingreso familiar, cuyo monto o porcentaje variará en cada gestión de gobierno, y según el tipo de operatoria a la que se postula (…). Otro requerimiento es el de carecer de vivienda propia o bienes por un valor equivalente o superior al monto total del crédito, o del tipo de respuesta habitacional a asignar” (Rodríguez, M. et al. 2010: 203). (15) Fragmento de entrevista a funcionario del IPV - Área correspondiente a adjudicación de planes. (16) Traducción propia del portugués al castellano. Bibliografía BARTOLOMÉ, Miguel: Antropología de las fronteras en América Latina. AmeriQuests[Online] Vol. 2, No. 1 http://ejournals.library.vanderbilt.edu/ameriquests/viewarticle.php?id=49. 2006 (Fecha de consulta: abril, 2008). BARTOLOMÉ, Miguel: Discontinuidad en América Latina. Revista TodaVía Nº 15. Diciembre. Fundación OSDE. 2006ª. S/L. www.revistatodavia.com.ar BENEDETTI, Alejandro: Territorialidad y Fronteras en las relaciones sociales. Algunos conceptos ordenadores. Instituto de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. UBA. 2007. Argentina http:// estatico.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/cepa/frontera.pdf (Fecha de consulta: mayo, 2008) BOURDIEU, Pierre: Conversación: el oficio del sociólogo. En: Capital cultural, escuela y espacio social. 1° Ed. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina. 2003, pp. 41-64 BOURDIEU, Pierre: El campo científico En: Los usos sociales de la Ciencia. Nueva Visión. Buenos Aires, 2003, pp 11-55. BUSTOS ÁVILA, Camilo: Apuntes para una crítica de la geografía política: territorio, formación territorial y modo de producción estatista. (S/F), S/D. Universidad de Sao Paulo. Brasil. CUCHE, Denys: La noción de cultura en las ciencias sociales. Ediciones Nueva Visión. Argentina, pp. 107-123. En: Material de cátedra – Antropología social y educación. Año 2006. FFyH. UNC. Córdoba. Argentina 1999. FERNÁNDEZ, Silvana y PEDRAZZANI, Carla: Segregación Residencial Socioeconómica: experiencias y representaciones socioespaciales como elemento empírico para el análisis de políticas públicas. I Jornadas la Universidad en la Sociedad: Aportes de la investigación de la Universidad Nacional de Córdoba para el diseño de políticas públicas; Córdoba, 24, 25 y 26 de agosto del 2009Argentina. FERNÁNDEZ, Silvana y PEDRAZZANI, Carla: Segregación Residencial Socioeconómica, Políticas Públicas y Prácticas Socioespaciales. Congreso “El Bicentenario desde una mirada interdisciplinaria: legados, conflictos y desafíos”. UNC. Córdoba, 27, 28 y 29 de Mayo de 2010. Argentina. GARCÍA BARÓN, Catalina: La cartografía social en la práctica. Sistematización del primer año del proceso – Proyecto: “Barrios del mundo: historias urbanas”. 2005, Colombia. www.quartiersdumonde. org (Fecha de consulta: abril, 2009) GARCÍA BARÓN, Catalina: La cartografía social…pistas para seguir. Proyecto: La experiencia de cartografía social en la fase piloto del proyecto barrios del mundo. 2003. Proyecto “Barrios de mundo: historias urbanas”. Colombia. www.quartiersdumonde.org GARCÍA CANCLINI, Néstor: Imaginarios urbanos. Ed. Eudeba. 2007. Bs. As. Argentina. GARGANTINI, Daniela: Gestión local del hábitat. Experiencias en municipios intermedios. Ed. EDUCC. Colección Thesys7. 2005. Córdoba. Argentina. 82


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ISSN 2314-1913

TERRITORIO, COMUNIDAD E IDENTIDAD. EL PROCESO DE COMUNALIZACIÓN DE LOS COMECHINGONES DEL PUEBLO DE LA TOMA, CIUDAD DE CÓRDOBA (2008-2009)1 Lucas Palladino Resumen Este artículo sintetiza los resultados de investigación de la tesis titulada “Procesos de comunalización y territorio, el caso de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma, Ciudad de Córdoba”. La pregunta orientadora es ¿Qué papel tiene el territorio en los procesos de comunalización de los Comechingones del Pueblo de La Toma? Para contestarla este trabajo se estructura en tres apartados diferentes: en primer lugar, se identifican agentes, representaciones y prácticas tantos Comechingones y no-Comechingones (institucionales y no institucionales) involucrados en el proceso de comunalización; en segundo lugar, el apartado procesos de comunalización y territorio, se analiza el papel de las auto representaciones y heterorepresentaciones sobre lo Comechingón como las prácticas de reivindicación comunal y política. De este modo se identifica la asociación de la idea romántica de indígena, la construcción del relato histórico y la elaboración de celebraciones Comechingones como estrategias comunalización como de visibilización política. El artículo también se pregunta sobre algunos presupuestos teórico-políticos de la metodología de investigación etnográfica en geografía. Palabras claves: Procesos de comunalización - territorio - reconstrucción identitaria Comechingones Territority, community and identity. Communalization process of Comechingones from the “Pueblo de la Toma”, Córdoba City. (20082009) Abstract This article summarizes the research results of the thesis entitled “Processes communalization and territory, the case of Comunidad Comechingona from the “Pueblo de La Toma”, Cordoba City”. The guiding question is: What role does the territory communalization process of Comechingones from the Pueblo de La Toma? To answer this paper is divided into three different sections: first, identify agents, representations and practices of non-Comechingones and Comechingones (institutional and noninstitutional) involved on communalization process, secondly, paragraph communalization processes and territory, he examines the role of self-representations and what comechingón heterorepresentations as claiming practices and political community. This will identify the association of the romantic idea of Indian, historical narrative construction and the development of such strategies Comechingones communalization celebrations as political visibility. The article also questions about some theoreticalpolitical ethnographic research methods in geography. Key-words: Process communalization - territory - identity reconstruction - Comechingones

1 Procesos de Comunalización y Territorio. El caso de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma (2008-2009) Directora: Perla Zusman Co-directora: Gabriela Cecchetto. Diciembre de 2010.


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1. Introducción Hablar de existencia de aborígenes en Córdoba es todavía algo novedoso, más cuando los pensamos en un espacio urbano o un barrio casi céntrico como lo es Alberdi. Un poco motivados por esta pregunta elaboramos la tesis titulada “Procesos de comunalización y territorio el caso de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma” y defendida en el año 2010 en donde buscamos comprender el papel del territorio (en su sentido simbólico como material) en el proceso de comunalización de los Comechingones del Pueblo de La Toma. Pregunta que metodológicamente la dividimos en varios interrogantes para pesquisar: ¿Quiénes son los agentes involucrados en el proceso de comunalización?, ¿Cuáles son las prácticas y representaciones que se ponen en juego en dicho proceso?, ¿Qué papel tiene el territorio en estas prácticas y representaciones, y qué relación hay entre ellas y la construcción de estrategias de comunalización? Para organizarnos estructuramos esta publicación en 4 ejes. El primero, habla del proceso de reconstrucción identitaria de los Comechingones del Pueblo de La Toma frente a la extinción oficial. Este apartado de alguna manera sintetiza la presentación de quiénes son los Comechingones como también otros agentes involucrados en el proceso de comunalización. En el segundo pretendemos aclarar elementos teóricos y conceptuales mediante los cuáles enfocamos analíticamente la investigación. En el tercero presentamos la mayor parte de los resultados de investigación. A su vez este apartado está dividido en cinco puntos que analizan: las representaciones del Nosotros comechigón, papel de la cartografía, las fuentes documentales, los usos del pasado, y finalmente las celebraciones en el proceso de comunalización. Este último ítem pretende responder a la pregunta de las representaciones y prácticas como el papel del territorio en el proceso de comunalización. Luego en el último punto titulado “notas sobre metodología” presentamos una reflexión sobre las implicancias epistemológicas y teóricas del trabajo de campo de esta investigación. Finalmente cerramos haciendo algunas reflexiones sobre el proceso de territorialización de los Comechingones, como también pensando el papel del investigador a partir de la experiencia de campo de tipo etnográfica en geografía. 2. La reconstrucción de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma frente a su extinción oficial Algo novedoso en Argentina es la situación de reivindicación política de los Pueblos Originarios que viene ocurriendo desde la década de los 90´. Esta “novedad” tiene que ver, por un lado, por la eficiencia que han tenido los procesos de construcción del Estado Nacional como consolidación y las políticas de blanqueamiento (Briones, 1994) de la población asociadas. Ellas buscaron consolidar una nación homogénea, cultural y políticamente orientada a Europa invisibilizando a la población aborigen y reduciéndola drásticamente a lo largo de los siglos XIX y XX (1). En sintonía con esto y, quizás algo más agravado, en Córdoba es todavía importante la representación de la extinción de los Pueblos Originarios Comechingones. De hecho, en Córdoba la existencia indígena se reduce a dos locus: el 86


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temporal, la presencia indígena como sinónimo del pasado (2); el espacial, la presencia aborigen sólo es legítimamente reducida al espacio rural (3). Estas representaciones identitarias se asocian a ciertas adscripciones biológicas (como pureza racial), o bien a cierto patrimonio cultural (Cuche, 1999) fijo e inmutable (4) que esencializan u objetivan las identidades aborígenes reduciéndolas a mero “dato” (5). Sin embargo los movimientos Comechingones comienzan a hacerse presente en la Provincia de Córdoba (6). Tal es el caso de las Comunidades de San Marcos Sierras como las del Valle de Traslasierra y Calamuchita. Sin embargo es la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma en la Ciudad de Córdoba la única ubicada en un espacio urbano así como la última en haberse reconocido, año 2007 (7). Es preciso destacar que el resurgimiento de estas comunidades estuvo relacionado con el trabajo político de instituciones de fomento político y académico de culturas originarias. En la Ciudad de Córdoba un papel fundamental lo tuvo el Instituto de Culturas Aborígenes (ICA) que a partir del 2001 mediante un trabajo de su Centro de Investigaciones se propuso estudiar e investigar y rastrear la presencia de los Comechingones en dicha ciudad (8). Desde el trabajo de esta institución, se fueron reconociendo nuevos Comechingones que en el marco de barrio Alberdi, se iban sumando. Posteriormente en 2007 los Comechingones conocidos fueron juntantándose para conocerse y para luego, en 2008, formar la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma. A partir de acá se encaró un lento, polémico y conflictivo (9) proceso de re-construcción de la identidad y de la Comunidad en donde una decena de familias que se iban reconociendo a sí mismas como Comechingones (a través de las estrategias de comunalización) también buscaron ser reconocidas oficialmente (bajo las instituciones estatales como el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas) como Comunidades Comechingonas. Es así como se llevaron adelante un conjunto de prácticas grupales orientadas, por un lado, a reconstruir una memoria basada el reconocimiento de una identidad colectiva, y por el otro a obtener tanto el reconocimiento oficial como comunidad a través de la personería jurídica (10). En ciertas ocasiones estas estrategias contemplan el reclamo de la propiedad de las tierras. En la Ciudad de Córdoba, los descendientes trabajan articuladamente con el Centro de Investigaciones del ICA para reconstruir la historia y la geografía de los Comechingones (el relevamiento de los archivos de la Dirección General de Catastro y del Arzobispado en busca de información que contribuya a esta reconstrucción forma parte de sus actividades). En este marco los Comechingones tendrán que negociar con la sociedad local y el Estado Nacional Argentino a través del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) su visibilización oficial para ser reconocidos políticamente como Comunidad. Para esto ellos han elaborado una serie de estrategias a fin de posicionarse legítimamente como auténticos aborígenes Comechingones. En primer lugar, decidieron reorganizarse políticamente en un sistema de asambleas basado en el sistema de cacicazgo incaico, la representación se estructura en torno al jefe de familia también llamado Curaca. En las en las asambleas se definieron tanto las estrategias políticas como las prácticas a llevar adelante para tramitar la personería jurídica frente al INAI. Seguidamente, definieron un calendario de celebraciones y eventos. Este se conformó en conjunto con otros pueblos originarios 87


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regionales y nacionales. Al mismo tiempo, acordaron la participación en una serie de eventos en la Ciudad y Provincia de Córdoba y en la Ciudad de Buenos Aires con la finalidad de contar la historia legítima de los Comechingones del Pueblo de La Toma. Por último, ellos han investigado, documentado, sistematizado y luego escrito su versión de la historia elaborando una cronología de hechos que muestran que ocuparon el territorio del Pueblo de La Toma antes de su ocupación por parte de los españoles y que se encontraban habitando esta porción de territorio durante el proceso de consolidación del Estado-Nación argentino. Esta reelaboración de la historia fue letigimada a través de documentos y cartografías obtenidos de archivos oficiales y religiosos (11). En el medio de este proceso entonces se sitúa nuestro comienzo del trabajo de campo (2008, 2009 y 2010) y nuestras preguntas de investigación que pretenden ser elucidadas a lo largo de los siguientes apartados. 3. Elementos conceptuales: Reconstrucción identitaria, procesos de comunalización y territorio ¿Cómo entender identidades aborígenes en procesos de construcción sin pensarlas situados en los imaginarios tradicionales que conciben las identidades en base a criterios objetivos, tanto biológicos como culturales? En este sentido ¿Qué papel tiene el territorio en un contexto en donde si bien lo aborigen se considera extinto o asociado a espacios rurales existen reivindicaciones urbanas? ¿De qué manera construyen esta reivindicación los Comechingones del Pueblo de La Toma y qué papel el territorio en su proceso de comunalización? Para comprender estos procesos proponemos un marco interpretativo basado en el análisis de la relación procesos de construcción identitaria de pueblos originarios y territorio. Esta relación involucra tanto procesos de reconstrucción de la comunidad como procesos de reconocimiento político y social hacia fuera de la comunidad (12). Enfocados desde la perspectiva que considera las identidades en términos relacionales y como procesos, partimos del estudio de James Brow (1990) para quien los procesos de comunalización son construcciones sociales que se entienden como “los patrones de acción que promueven el sentido de estar juntos” (Brow, 1998:1). Es decir que algunos grupos sociales establecen una serie de estrategias a través de las cuales ciertos elementos son presentados como útiles en la creación de una cohesión que ayuda a reconocerse como comunidad. Los procesos de comunalización implican la construcción de una “tradición autorizada” (Brow, 1990, 3) en la que se promueve la versión del pasado que –a través de la proclamación de la descendencia compartida- une a los miembros, refuerza el sentimiento de identidad y asocia a la colectividad con un territorio particular. Sumado a esto, en algunos casos la comunalización estaría relacionado con la idea de una “primordialización” (Brow, 1990, 2) de las relaciones sociales, esto es que cierto tipo de relaciones comunales son promovidas y experimentadas como si poseyeran inevitabilidad original y natural (Brow, 1990: 2). Entonces si bien la comunalización es una construcción, requiere de “trabajo cultural” para afianzar los lazos de identidad compartida y devenir, sus miembros viven estos lazos como si fueran naturales

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e inevitables. En este sentido también el territorio es visto como elemento constitutivo “natural” de cada comunidad. Así, se puede entender al territorio como elemento constituyente de determinadas comunidades. Sin embargo, la relación territorio-identidad mediada por procesos de comunalización no puede ser entendida solo pensando al territorio como referente material, o quizás, como el tradicional “ámbito de dominación de un grupo en un área del espacio” (Haesbaert; 2004) desde una perspectiva económicopolítica. Si pensamos en esta denominación del territorio reduciríamos a al Estado como único agente en la construcción de territorios y a la dimensión material como posibilidad de realización del territorio. Consideramos que el concepto tiene que tener amplitud interpretativa para entender otros procesos de apropiación que no necesariamente sean constatados a través una perspectiva económicapolítica. En este mismo sentido estamos de acuerdo en incorporar la dimensión capilar/reticular del poder (Foucault, 1979) al análisis territorial, tal como lo hacen Raffestin (1993) y Haesbaert (2004). En cualquier sentido, consideramos la idea del territorio desde una perspectiva integradora (también definida por aspectos económicos, culturales y políticos) y como un híbrido (13) que articula los aspectos materiales y simbólicos del espacio en el marco de las relaciones sociedad-naturaleza. De este modo entendemos al territorio como un continuum que se “extiende desde la apropiación más específicamente simbólica (´territorialidad sin territorio´) hasta la dominación funcional en sentido más estricto (tipo ´ideal´, ´territorio estrictamente funcional´)” (Haesbaert; 2007:40) Nos interesa haber retomado este breve planteo conceptual ya que en córdoba el proceso político y social que demuestra el reconocimiento (hacia el interior del grupo y hacia el exterior del mismo) de aborígenes en la Provincia de Córdoba que no es acompañado por estudios académicos que analicen dichos procesos. Los estudios que encontramos en Ciencias Sociales dan cuenta de la emergencia de Pueblos Originarios en Latinoamérica y en Argentina (14). Sin embargo casi no hay trabajos académicos (15) que aborden estos procesos en Córdoba (16), menos aún, estudios que indaguen sobre la relevancia de la dimensión territorial en el proceso de reconstrucción identitaria. De este modo pretendemos establecer una discusión teórica que permita entender el papel del territorio desde una perspectiva integradora y relacional frente los procesos de construcción identitaria. Consideramos que estos planteos pueden ampliar el debate político sobre la identidad aborigen y sobre el papel de la tierra y el territorio en los procesos de reivindicación aborigen en espacios urbanos. 4. El proceso de comunalización, la construcción del Nosotros Comechingón y la invisibilización oficial 4.1 Nosotros y los otros Una vez explicado el proceso de surgimiento de los Comechingones del Pueblo de La Toma y las categorías analíticas con el cuál hemos llevado el estudio pasaremos a reflexionar sobre los resultados de investigación. De esta forma, en este apartado analizamos el modo en que los Comechingones construyen las representaciones de la identidad y el territorio para comunalizarse. Mostramos como el 89


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proceso de comunalización de los Comechingones se construye en la tensión con las representaciones culturales “oficiales”. Estas representaciones, estructuradas a partir de considerar que la definición de identidad está basada en criterios objetivos-físicos y estáticos, colocan al Comechingón como Pueblo extinto, o bien hacen foco en la ruralidad como un locus de autenticidad del aborigen. Existen de esta manera ciertos actores asociados a estas representaciones que buscaron obstaculizar el proceso de reivindicativo de los Comechingones. Entre ellos historiadores de la Junta Provincial de Historia, funcionarios políticos y algunos vecinos de Barrio Alberdi quienes desconfían de la reivindicación comechingona urbana, asociándola con una práctica oportunista vinculada a la búsqueda de tierras. Frente a ello, la reivindicación comechingona se estructura activando representaciones y estrategias tanto al interior como al exterior de la Comunidad. Ellas están orientadas, por un lado, a demostrar una “autenticidad aborigen”, por el otro denunciar la versión oficial de la historia que considera que en Córdoba no hay aborígenes. “En la segunda mitad del siglo XVIII, trajeron hermanos diaguito-calchaquíes, pocos como para poblar la región. Y allí nació el argumento tramposo del sistema que nuestro pueblo venía del norte, que no éramos dueños de nuestra tierra. (…) Se sumaron otros, algunos hermanos pampas, afro descendientes, y blancos, pero el tronco principal nunca huyó, fuimos siempre nosotros, los Comechingones” (Negritas del original/ Folleto de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma/Octubre de2008. Pág. 2. Las negritas corresponden al original). En primer lugar, notamos la construcción simbólica de un Nosotros Comechingón asociado con las representaciones y prácticas que Brow definió como de primordialización, es decir, la concepción de que las relaciones sociales de la Comunidad son experimentadas como naturales e inevitables, más que producidas social e históricamente. En ellas se evidencian la construcción de vínculos ancestrales y de parentesco con los antiguos comuneros del Pueblo de La Toma que establecen lazos con los “ancestros (no tan) míticos” (Comuneros del Siglo XIX y de la época colonial) (17). Por ejemplo de considerar que el criterio para ser Comechigón esté relacionado con la identificación de familias Comechingonas antiguas que vivían en dicho Pueblo. “(…) tenemos que ser claros con esto: De qué familia vienen, de qué familia son. Si no yo le digo ya a (a modo de ejemplo da un nombre) que se reconozca como Comechingón. No creo que sea el autoreconocimiento solamente, yo creo que tiene que haber una demostración en el registro, en el antecedente. Si no te digo de que cualquiera va a venir a decir ´yo soy del Pueblo de La Toma, me autoreconozco´ ¡No señor! Yo quiero también saber si usted solo es o se le ocurrió ayer…no se, me parece que tiene que haber una seguridad en eso” (…) La Antropología física (18) es la que nos lleva a la parte genética, que es la que nos lleva a la parte física, carne y hueso, sangre. Y yo creo que en un pueblo tan numeroso como este, el de Alberdi, creo, creía, y por eso en esto lo defiendo a muerte (risas) de que la pertenencia a una familia es imprescindible aún cuando ya la persona

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(…) cuando la persona por los dos apellidos, papá y mamá ya no pertenecen supongamos a la familia de La Toma, pero que pueda demostrar que por abuelitos, bisabuelos sí (…) (Horacio Saravia, ICA, 8 – 2008) En este sentido los Comechingones han practicado la construcción de una secuencia genealógica (a través del uso de la historia) con esas familias que les ha permitido evidenciar que existe una continuidad entre aquellos viejos Comechingones y la Comunidad actual. Entendemos que de esta manera la primordialización también es construida a través de una representación anclada en la preexistencia territorial y la ocupación ancestral de la Comunidad Comechingona antes de la fundación de la Ciudad de Córdoba. De hecho, el lema presentado por los Comechingones: “El Pueblo de La Toma: espacio de continuidad originaria” presentado en varios folletos de promoción de la Comunidad como discurso oral en las presentaciones públicas, es útil a estos argumentos. 4.2 El nosotros construido a través del mapa En segundo lugar, estos vínculos se instalan a través de la apelación a un territorio que señalan, clasifican y conciben como ámbito de pertenencia legítimo de estas familias y de dominación comunal. De esta manera, el territorio es también representado como un constitutivo natural del cual la Comunidad usufructuaba los recursos naturales. El uso que la Comunidad hace de la cartografía histórica de la Ciudad de Córdoba nos permitió sustentar estas aseveraciones. Por un lado, la cartografía (se han usado los planos catastrales de 1832 y 1890) sirvió a los fines de corroborar el “aquí estábamos”, en el sentido de permitir localizar las familias que vivían en el Pueblo de La Toma antes de la aprobación de las leyes de tierras (1882 y1885) y que darían lugar al crecimiento urbano de la Ciudad hacia el margen oeste en donde se encontraba el Pueblo de La Toma; por el otro, ella apoya el relato de la expropiación y que los territorios fueron reducidos a una cuadrícula municipal o como Raffestin denomina un sistema territorial (19). De este modo, a través del procedimiento de señalar el territorio de pertenencia y dominio y de recordar la expropiación, se afirma que el territorio del Pueblo de la Toma existía antes del “mapa” y que fue perdido en tanto dominio comunal, sin embargo, y a pesar de eso, las familias continuaron habitando allí. Consideramos estas prácticas de la cartografía (como veremos con las fuentes documentales) en tanto usos contra-hegemónicos, ya que los instrumentos cartográficos que hace un siglo se habían usado por las clases dominantes para representar, apropiar y dominar sus intereses ahora son usado de forma disidente por Comechingones para legitimar su reivindicación. 4.3 Nosotros y ellos: usos del pasado, versiones hegemónicas y alternativas El uso de la cartografía nutre la primordialización ya que justifica el sentido del “porqué estamos acá” y contribuyen a demostrar “autenticidad” frente a aquellos que, como mencionamos, argumentan la extinción del Pueblo de La Toma. Sin embargo estas prácticas se sustentan con la construcción

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de un relato histórico y geográfico propio de la Comunidad. El pasado (21), alternativos, se van construyendo con el ejercicio del cuestionamiento de la doxa (de las representaciones oficiales de la historia) y se instala manifestando una versión propia anclada en una representación sobre la ocupación del territorio. En esta perspectiva, el análisis del relato histórico y geográfico que construyen los Comechingones nos ha permitido entender también algunos aspectos de la invención de la tradición en la medida que este relato busca demostrar la permanencia de los Comechingones en el territorio en el presente. En este sentido, se destaca la construcción un relato del pasado, en donde se evocan personajes, fechas y acontecimientos desde los cuales se identifican algunos ancestros y sus luchas en contra de la expropiación y el desalojo (22). En este marco, aparece el uso que se le da a las fuentes documentales como registros que evidencian sucesos de expropiación y desalojo en el pasado. En este marco aparece la carta del antiguo Curaca Don Lino Acevedo, especialmente como un documento que ayuda tanto a reconstruir este pasado y este territorio, como a naturalizar las relaciones comunales y prácticas económicas de los Comechingones. A modo de ejemplo colocamos sólo un extracto de la carta y posteriormente algunos usos: “Hay un hecho, una necesidad innata en toda población, necesidad consagrada en tiempo de la conquista de estos territorios, toda población fundada en estos, en virtud del hecho de conquista de los reyes de España, al designar su asiento se ha designando al mismo tiempo cierta extensión del territorio para pastos comunes, con arreglo a la vez de los pobladores. Esta medida obedecía a una razón natural; es a saber que toda colectividad social se forma trayendo como elemento de accionar para la vida practica el pastoreo y el cultivo del territorio elementos primordiales de existencia así se hizo cuando se fundó esta ciudad y así se ha hecho siempre en casos análogos” (…) “la división total de los terrenos como a cada uno va a tocarle una parte insignificante de estos de algunas varas, la mayor partes de los comuneros no va a tener lugar donde pasten sus ganados y esto como es evidente va a concurrir con el poco haber de aquella población (…) “Actualmente H.C. los dos panteones que existen desde hace mucho tiempo atrás están situados en terrenos pertenecientes a la comunidad que represento, la cual los cedió para este objeto de interés publico, gratuitamente y sin reservarse siquiera derecho ni privilegio alguno sobre ellos en virtud de la naturaleza de la cesión. [Continúa la descripción] Ésta no ha reclamado de esas obras, ni reclamará porque hay allí un propósito de interés público, y por último HC el Pueblo de La Toma siempre estuvo dispuesto y así lo ha hecho a servir a esta ciudad y a su provincia, aún a ir hasta el sacrifico cuando ha sido requerido por sus gobiernos las consideraciones apuntadas basta a mi juicio para que vuestra honorabilidad aprecie las distintas condiciones en que se encuentra el Pueblo de La toma respecto a cualquier otra población indígena” (Acevedo, 1882). 92


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La repercusión que tiene esta carta se evidencia tanto en las publicaciones del ICA, que argumentan su importancia para constatar que la Comunidad Comechingona no sólo existia sino que poseía gran cantidad de tierras en Córdoba que fueron posteriormente expropiadas. Esto se refleja en el siguiente extracto de una publicación de los miembros del Centro de Investigaciones: “En 1873, elegido por la comunidad y a solicitud del gobierno como síndico, el curaca Don Lino Acevedo, destaca el esfuerzo y sacrificio que significa para el Pueblito, que es principalmente agricultor, el desmonte, la falta de riego, las prolongadas sequías que caracterizan a la provincia; todo eso, “superando la laboriosidad de sus habitantes que además fabrican ladrillos, tejas, y otros materiales con los “que se construyen varios edificios de la ciudad”(Gleser, A. y Brisighelli, A. El Pueblo de La Toma, hoy barrio Alberdi: espacio de continuidad Originaria. En Cuadernos de Discusión: identidad aborigen en Córdoba, Octubre, 2009. Pág. 9. Subrayado original.). Por otro lado la utilidad de la carta también se refleja en un Comechingón que la analiza: Ahí te vas a dar cuenta, también, una cosa que nosotros siempre decimos, y que ponen en duda, pero que ahí no hay ninguna equivocación: el cementerio San Jerónimo lo donó mi tatarabuelo a la Provincia, (se equivoca y agrega) a la Ciudad de Córdoba. El cementerio San Jerónimo, ahí lo dice (indica documento). Donó el terreno para que hicieran panteones, ahí lo dice (…) (Alberto Canelo, Los Plátanos, 9-9-08). La carta entonces contribuye a dar consistencia a los relatos de ocupación del territorio en el pasado contribuyendo a mostrar que la Comunidad vivía de su tierra, además fortalece el relato de que el avance de la Ciudad de Córdoba implicó el deterioro de la Comunidad del Pueblo de La Toma. En este sentido, el relato histórico y geográfico define una secuencia de procesos de carácter material y simbólico que llevaron a la situación en que la Comunidad Comechingona del Pueblo de la Toma se encontraba en el momento de iniciar su proceso de comunalización: la expropiación, el desalojo y la invisibilización, y asocia estos procesos a ciertas coyunturas en las que los mismos tuvieron lugar: el período colonial, el de formación del estado-argentino y el de la década de 1970. Este relato -y la documentación que lo fundamenta- constituye un corpus de antecedentes que evocan la idea de pérdida y operan como una “conciencia diaspórica” (Escolar, 2007) en donde el concepto de pérdida (de la población, de las tierras y de su modo de vida) permite justificar la vuelta al Pueblo de La Toma. 4.4 Nosotros como nativos ecológicos Antes de hacer mención a las celebraciones precisamos destacar brevemente otra noción de las representaciones de los Comechingones que tiene que ver con su visión romántica de un sujeto aborigen ligado a lo conservacionismo y el ambientalismo. Esta representación hace foco en la 93


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idea de que la identidad comechingona, en tanto identidad aborigen, se define por tener vinculación armónica con la naturaleza. Tópicos como identidad natural, conservadora de la naturaleza, sensible a la urbanización; que los lleva a construirse como aborígenes en tanto son descendientes de personas que poseen habilidades especiales en términos conservacionistas. En este marco, existen una serie de representaciones de los Comechingones del Pueblo de La Toma destinadas a entenderse a sí mismos como “nobles salvajes” o bien, nativos ecológicos (23). Desde este perspectiva, se considera que el originario vivía y/o vive una vida comunal y tenía y/o tiene una relación cercana y armónica con el medio ambiente, construyéndose (y reproduciéndose) el supuesto de que el indígena realiza un manejo eficiente del mismo (Ulloa 2005). Así, existen lecturas y reinterpretaciones acerca de la identidad comechingona que destacan el carácter ecológico de sus prácticas. Nosotros tenemos otra visión, cosmovisión, visión de la vida, la que nos han dejado nuestros abuelos, lo natural. Ustedes saben que nuestros padres nos decían que a la orilla del río (…) a nosotros nos enseñaban a pedir permiso al Suquía para bañarnos…esa es la educación que tenemos nosotros para las cosas. Veo yo que los chicos pasan y rompen el árbol, y nosotros no…(…) Nosotros creemos en el Sol, nuestro Inti para que les de fuerza a las plantas, para que crezcan, para que pesquemos lo que tenemos que pescar…ahora ya no, porque viste esta todo contaminado el río, increíble… (Rubén Villafañe, Villa Páez, 13-12-2009). Los Comechingones han publicado parte de su cosmología en boletines de circulación del Instituto de Culturas Aborígenes y en otros espacios de difusión gráfica y audiovisual. En ellos también se manifiestan sus representaciones. Entre ellas consideramos que son fundamentales para construir su identidad comechingona las siguientes. En primer lugar el modo con que conciben la relación armónica con el ambiente (este tipo de relación es continuamente recordada en la apelación nostálgica del Río Suquia como fuente de recursos como lugar de ocio de la Comunidad). En segundo lugar, la asociación del trabajo no capitalista sobre los elementos naturales y la representación del modo de vida rural como locus de vida de sus antepasados. En tercer lugar, la cuestión espiritual, que tiene que ver con la asociación de los aborígenes como seres intuitivos, meditativos (rótulos asignados por el primer ítem que es la relación armónica con el ambiente). En cuarto lugar, cierta idea de “salud” asociada al consumo de alimentos naturales autóctonos y hierbas naturales. En quinto lugar, la representación de los elementos naturales de la tierra como divinidades o dioses. Sobre este punto, ellos han elaborado una bandera (marca por excelencia de identidad) en donde colocan el Sol, la Luna, el Cóndor, el Algarrobo, y el Río Suquía como los elementos autóctonos y nativos que permiten a ellos mostrar el estilo de vida de respeto y admiración de los recursos naturales. En síntesis, consideramos que el Nosotros Comechingones también se construye través de una romantización de la vida pasada del aborigen. Consideramos que estos aportes nos permiten comprender la primordialización de sus relaciones, en la medida en que asocian este origen común a un lugar no urbanizado, ámbito de vida de sus ancestros, quienes tenían una relación armónica con la naturaleza y llevaban adelante prácticas sustentables que fueron impedidos por la llegada del hombre 94


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occidental. Este tipo de relación con la naturaleza sería un legado que los ancestros habrían dejado a la población actual. Estas representaciones toman un carácter político y son constitutivas de la identidad étnica de los Comechingones. Ellas se constituyen en uno de los marcos discursivos a partir del cual su reivindicación actual adquiere legitimidad. De esta forma, la noción de pérdida permite en la actualidad fortalecer el discurso del “regreso a la naturaleza” acompañado de las nociones de cooperación y preservación. En este contexto, la Comunidad se muestra preocupada por el cuidado del territorio en el marco urbano, reivindica y apoya la preservación de espacios verdes en barrio Alberdi y la Ciudad de Córdoba. 4.5 Las celebraciones construyendo la tradición Sí es la “perdida” el motivo discursivo a partir del cuál se construye el regreso, son las celebraciones el acto por el cuál se manifiestan públicamente el discurso del regreso de la Comunidad. En este sentido, en este apartado encontramos por un lado la activación de representaciones vinculadas con la identidad, el territorio y la historia de los Comechingones. Precisamente a través de la elaboración de un calendario de celebraciones. Ellas aportan a la invención de una tradición en la medida que evocan fechas y sitios, tanto para denunciar la historia oficial como para asentar el relato propio de la historia (24). Además, las mismas instancias permitieron estudiar el pasado, reinventar rituales a partir de otras prácticas tradicionales aborígenes (comidas, vestimentas), sean propias o de otros aborígenes. En este sentido las celebraciones buscan otorgan un sentido de permanencia en el territorio, reinventar y promover los sentimientos de pertenencia al interior del grupo. Además, a través de ellas se hace público su legitimidad en tanto “aborígenes” dando fuerza a su denuncia de los criterios homogeneizantes de autenticidad. Sin embargo, en nuestro estudio nos hemos interrogado en qué medida estas celebraciones que tienden a legitimar la identidad Comechingona en tanto auténtica, no están esencializando dicha cultura, construyendo ahora criterios objetivos (tales como vestimenta, alimentos, o bien en el intento de reinventar rituales) que no se alejan de aquellos que plantea la visión oficial (25)1.De todos modos las celebraciones no sólo se inscriben como momentos a partir de los cuales la Comunidad promueve y reafirma los sentimientos de pertenencia, sino que también la proyectan hacia el futuro y orientan sus prácticas. En este sentido, las celebraciones también nos permitieron entender algunas relaciones de la comunalización con el territorio, de modo que más abajo en las conclusiones las vincularemos 5. Notas sobre la metodología Este trabajo consto de un diseño metodológico flexible e interactivo, trabajando con el método etnográfico. Quiero destacar que el método del trabajo de campo buscó acompañar las prácticas de comunalización de dichas comunidades y la flexibilidad a la que refiero persigue derivar a través de los procesos políticos de las comunidades. Al respecto de esto quiero una breve reflexión. Considero que se puede pensar en una “política de trabajo de campo” (Katz, 1994) el investigador puede posicionarse desde un espacio intermediario entre sus prácticas, las académicas y la de los 95


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investigados. De este modo puede trabajar conjuntamente, aceptando diferencias, negociaciones, entre sus propios intereses (para la academia) y el de las comunidades. Al mismo tiempo pensar las relaciones de poder entre el investigado y otros ámbitos en sus procesos de investigación. Desde esta posición de “colaboración” (Zusman, 2002) el investigador puede observar como participar en los procesos políticos, desde su posición en tanto intelectual comprometido. Esto aporta a la idea de acompañar, pero desde un espacio de interacción con las actividades que realice la comunidad, de modo de poder contribuir, pero también entender y analizar los procesos desde el trabajo en conjunto. Del conjunto de estas prácticas, pretendí describir y analizar mis desplazamientos personales en el campo, y luego comprender estos procesos. 6. Comunalizaciones, territorializaciones: conclusiones A lo largo del análisis hemos podido constatar empíricamente la afirmación de Haesbaert (2004, 2007) según la cual no existe territorio que no sea a su vez apropiado y dominado, por más que en apariencia, alguno de estos aspectos sea el que adquiera predominancia. En este sentido, el análisis empírico de esta investigación nos permite pensar que el territorio más estrictamente apropiado con lleva, en cierta medida, una estrategia política. De esta manera, representaciones han devenido en estrategias políticas de visibilización y prácticas en determinados espacios, implicando un proceso de dominación. El análisis de las celebraciones, en particular, nos permite entender esta argumentación. Ellas cobran importancia desde el punto de vista del territorio ya que son instancias a través de las cuales los acontecimientos señalados por el relato histórico y geográfico propio se corporizan; activan redes y más que convertir sitios en lugares, se territorializan. Activan un sistema de territorios o bien territorialidades articuladas en red, flexibles y móviles (Haesbaert, 2007), que están en sintonía con las representaciones de la identidad Comechingona, de su territorio de pertenencia y el pasado. Sitios cargados de significatividad simbólica y política en barrio Alberdi, que se incorporan a las conmemoraciones de los Comechingones en su vida cotidiana y que son tomados como representativos del Pueblo de La Toma. En la misma línea, las representaciones de una Comunidad Comechingona (en tanto ancestral y ecológica) que mantiene una relación armónica con la naturaleza, incorporan al universo de este Pueblo Originario espacios verdes y/o públicos de la Ciudad de Córdoba. Ambas contribuyen al proceso de comunalización, sedimentando estrategias de primordialización como construyendo la tradición Por otro lado, en las líneas anteriores hemos mostrado la tensión que se manifiesta entre el resurgimiento de un grupo aborigen en un contexto urbano en la Ciudad de Córdoba y las representaciones oficiales de la población como producto de una historia nacional y provincial de invisibilización de las poblaciones subalternas. En el medio de la tensión sostuvimos que la construcción del pasado de los Comechingones estaba ligada por un lado a re-inventar la tradición a modo de legitimar los sentimientos de pertenencia en el proceso de comunalización y al mismo tiempo a subestimar la visión dominante –homogeneizante, estática- de la identidad aborigen promulgada por los defensores de la historia oficial. Hicimos hincapié en el carácter racial de la representación oficial de la identidad aborigen 96


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por estar asociada con prácticas de invisibilización de las coyunturas de las colonias y los estados republicanos pero al mismo tiempo llamamos la atención a que estas representaciones también buscan sedimentar un Estado que si bien se encuentra fuertemente naturalizado, también busca comunalizarse étnicamente. Entre medio de la puja mostramos el también el papel otorgado al territorio, desde dos puntos principales: como elemento que permite describir el tipo de prácticas que los Comechingones han tenido con su entorno natural en su historia; y como objetivo el cuál sustenta el relato que permite dar coherencia a la narrativa de la desterritorialización, es decir la expropiación, el desalojo de los Comechingones y la invisibilización de los Comechingones. En este sentido el estudio también ha mostrado la importancia de las fuentes documentales y la cartografía en tanto medios representados como legítimos para constatar los hechos ocurridos en el pasado por los Comechingones del Pueblo de La Toma. Finalmente consideramos que estos resultados así como las notas metodológicas buscan aportar al análisis crítico de una geografía comprometida en visibilizar y denunciar tanto las condiciones de opresión y subordinación histórica de dichos pueblos por gobiernos de turno o clases dominantes, como así también comprender “Otros” procesos de surgimiento y articulación comunal y territorial históricamente invisibilizados. Notas (1) Es importante pensar en la tensión entre representaciones de lo aborigen que hay en Argentina. En este contexto aparece la noción racializada de lo étnico que tiene causa en la autoimagen de blanquitud y europeitud difundida en Argentina, es decir, un la población de un país auto imaginada cultural y racialmente blanca y europea, que invisibiliza cualquier posibilidad de evidencia que no se corresponda con dicho canon. El refuerzo de este mito sedimenta un discurso que a la vez que busca identidades “auténticas” en base a criterios raciales, biológicos y culturales niega la posibilidad de pensar identidades aborígenes o afrodescendientes como posibles habitantes legítimos del país. Esto se refleja en las palabras de Bidaseca (2010) al referirse a los indígenas: “El poder se pregunta quién es verdadero indio. El ideario de una nación homogéneamente blanca y europea se construye a partir de la negación, invisibilización, borramiento de otras alteridades: indígena y afro-descendientes.” (Bidaseca, 2010, p. 149) (2) Basta con consultar manuales, diarios, revistas, libros de historia, antropología y geografía, o indagar en la currícula escolar, para notar esta supuesta extinción. En todos estos textos, el sustantivo Comechingón es usado siempre seguido de algún verbo que alude a la vida de la Comunidad en un pasado que no tiene conexión alguna con el presente. Así se sostiene, por ejemplo, que “los Sanavirones y Comechingones habitaban en cuevas” (Bischoff, 1979: 30), “se dividían en numerosas tribus” (Bischoff: 1979: 31). Siempre enfatizando el carácter de pretérito imperfecto (“comían”, “cazaban”, “vivían”, entre otros.) (3) Existen otros trabajos que nos permiten elaborar estas aseveraciones. Por un lado los trabajos de Escolar, (2007) y Szulc (2004) que muestran estas tensiones para la existencia de aborígenes en Santa Cruz y la región cuyana. Por otro lado, en Córdoba también Stagnaro (2008) comparte las afirmaciones para los Comechingones. (4) En diferentes presentaciones públicas de los Comechingones se generaron discusiones en las que emergieron representaciones donde la presencia comechingona se asocia con determinados 97


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sitios arqueológicos de la Provincia de Córdoba y algunas localidades serranas. Tales los casos de Ongamira, Capilla del Monte, Cerro Colorado y Sierra de Comechingones, entre otros. (5) Abordaremos este problema de legitimación de identidades aborígenes en base a estándares biológicos y/o culturales como la cuestión de la “autenticidad” (Briones, 1994) (6) Por un lado, el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 del Instituto Nacional de Estadística y Censo –INDEC- registra que de 18.300 hogares encuestados en la Provincia de Córdoba al menos una persona se adscribe como miembro de algún Pueblo Originario. A partir de esto, con el objetivo de “cuantificar y caracterizar la población que se reconoce perteneciente y/o descendiente de pueblos indígenas” el INDEC crea entre los años 2004 y 2005 la Encuesta Complementaria de Pueblos Indígenas (ECPI). Esta encuesta muestra 5.119 personas que para ese período se adscriben como pertenecientes y/o descendientes en primera generación del pueblo Comechingón. Por el otro, notamos un incremento social y político de reivindicaciones aborígenes en ámbitos rurales y urbanos en dicha Provincia (7) Este pueblo se localizó principalmente en donde hoy se sitúan los barrios Alberdi, Alto Alberdi y Villa Páez. Los registros de catastro muestran una extensión prolongada del mismo hacia las afueras de la ciudad en su margen oeste. (8) A partir de su investigación esta institución buscó rastrear a posibles descendientes de Comechingones en la misma ciudad. Hasta julio del 2010, 7 familias se habían autoidentificado como descendientes de Comechingones del Pueblo de La Toma. (9) Existe entre ciertos sectores sociales de Córdoba la sospecha de que estos “indios” no son “auténticos”. El historiador Prudencio Bustos Argañaraz, ex -director de la Junta Provincial de Historia ha publicado en el diario “La Voz del Interior” algunas notas argumentando que los Comechingones no existen; incluso ha desacreditado el trabajo de investigación del Instituto de Culturas Aborígenes. (“La Voz del Interior”, 12-10-07) (10) Cabe destacar la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma ha obtenido personería jurídica en el 2010. Esto significa el reconocimiento como comunidades aborígenes pre-existentes al Estado Argentino, además el reconocimiento legal implica apuntalarse como sujetos de derechos y obligaciones. Cabe destacar que en esta investigación he seguido y participado en el proceso burocrático de tramitación de la personería. Existen una serie de requisitos formales que los comuneros Comechingones deben llenar a través de un formulario. Estos criterios fijan coordenadas sobre lo qué es la identidad aborigen para el Estado y exige de alguna manera que los Comechingones se adecuen a ellos. Debido a esto, muchos estudios en antropología han estudiado el efecto de estas solicitudes en las prácticas y representaciones de las comunidades (ver Briones, Escolar, Rodriguez). Si se quiere profundizar en el caso de esta tesis consultar el segundo capítulo titilado “El proceso de comunalización en Palladino, 2010. (11) Simultáneamente con estas prácticas o estrategias de reivindicación, ellos han reconstruido parte de su cosmología, no sin conflictos, y la han dado a conocer. En este punto, existe una fuerte asociación de su identidad aborigen como una identidad natural, conservadora de la naturaleza, sensible a la urbanización apelándose como aborígenes en tanto son descendientes de personas que poseen habilidades especiales en términos conservacionistas y una cultura ligada a esta práctica. (12) Nos basamos principalmente en Stuart Hall (2003) quien sostiene que las identidades se conforman en un juego dialéctico en la relación con los “otros”, en el marco de relaciones de autoidentidad (definición de identidad al interior del grupo) y hetero-identidad (definición de identidad por los otros). En este sentido Hall, desde un enfoque del materialismo cultural, agrega a la definición organizacional de Barth una dimensión material de las acciones que en el análisis del último estaba negligenciada. Agregamos la consideración de Briones (1994), de llevar las reflexiones 98


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de estos procesos hacia pueblos aborígenes usando la categoría de aboriginalidad para entender la construcción material e ideológica del “aborigen” en el marco de las representaciones de los Otros. Es en este contexto que consideramos que las estrategias de comunalización son continuamente negociadas y redefinidas a partir del reconocimiento político y social otorgado por agentes externos a las Comunidades Comechingonas. (13) La idea de identidades territoriales, entendidas desde la formación de territorios híbridos (materiales y simbólicos), nos permite discutir la tradicional relación entre comunidad-tierra (en el sentido material) asociada a la constitución de las identidades aborígenes y otorgar relevancia a las representaciones simbólicas del territorio en la configuración de estas identidades. También nos permite analizar, por un lado, las relaciones entre las reivindicaciones de las comunidades y las representaciones del territorio (tanto al interior de las comunidades como hacia el exterior) y, por el otro, el papel otorgado a los contextos urbanos y rurales en la definición de estas representaciones. (14) Para el caso latinoamericano ver los trabajos de Axel Lazzari (2006) y de Miguel Bartolomé (2000). Para el caso de las reivindicaciones aborígenes en la actualidad en la Argentina destacamos los textos de Claudia Briones (2005), Diego Escolar (2007), Ana Ramos y Walter Delrío (2005), Mariela Rodríguez (2008), Andrea Szulc (2004) y Liliana Tamagno (1997,2003). Las últimas dos autoras citadas tienen planteos interesentates que tratan sobre la cuestión de la ciudad y los aborígenes; mientras Szculc se centra más en diferenciar los estereotipos y los criterios de autenticidad que se construyen sobre lo aborigen en contextos urbanos y rurales, Tamagno (1997,2003) se basa principalmente en la cuestión de la posmigración de Tobas chaqueños migrantes en la Ciudad de La Plata. (15) Solo encontramos el proyecto de maestría de Marianela Stagnaro que tiene como objetivo analizar etnográficamente los procesos de identificación con lo indígena en la Ciudad de Córdoba. Algunos resultados de su investigación pueden encontrarse en Stagnaro (2008). (16) En esta provincia encontramos estudios de arqueólogos y antropólogos de comienzos y mediados del siglo XX que realizan un estudio arqueológico, lingüístico o toponímico. Desde esta perspectiva la población originaria de Córdoba forma parte únicamente del pasado. (17) Agregamos “no tan míticos” ya que en nuestro caso, los ancestros, a partir de los cuales se construyen estos vínculos genealógicos, son remitidos principalmente al período de formación del estado-nación. (18) Horacio Saravia se está refiriendo más que a la Antropología física a la Antropología biológica. (19) Boixadós (2006) muestra cómo en la Ciudad de Córdoba los estados municipal y provincial, aliados a las clases dominantes, estaban interesados en ejercer el control sobre el mercado de las tierras. Estos intereses habrían derivado en la demanda de un mapa que diera cuenta del proceso de mensuramiento de las nuevas tierras apropiadas. Así, la autora explica: “la explosiva extensión y crecimiento de la ciudad de fines de la década de 1880, que desencadenó el origen de once nuevas zonas loteadas en solo tres años, fue producto de un redituable y atractivo negocio de la tierra, más que el resultado de una política urbanística o bien de una intervención de parte del estado por regular y planificar el espacio” (Boixadós, 2006: 2). A partir de esto, “la cartografía adquirió un valor fundamental para conocer, reconocer, intervenir, planificar y controlar el espacio constituyéndose en un instrumento de registro y control, pero simultáneamente en una forma de representación de la ciudad, de la ciudad ideal o la que debe ser incorporada en el imaginario ciudadano” (Boixados, 2006: 1). (20) Según Boixados, en el plano de 1889 firmado por Santiago Albarracín –el cual integraba la publicación oficial titulada Bosquejo Histórico, Político y Económico de la Provincia de Córdoba- se 99


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incluyen los nuevos barrios con sus respectivos conjuntos de manzanas. Dentro de éstos aparece el Pueblo de La Toma, designado como “el Pueblito”. Del mismo modo, el plano de Machado de 1890 expresa esta división y muestra al Pueblo de La Toma solo con el nombre de “La Toma” (Ver figura 4). (21) Hemos usado el término uso del pasado para designar los procesos de construcción del relato vinculado al pasado. Estos términos nos exigieron pensar a posterior de la tesis la construcción política de la memoria. En cierta forma estos aspectos del pasado fueron profundizados en Palladino, 2012. (22) Tal es el caso de la Conmemoración de Don Lino Acevedo, la conmemoración de la resistencia de Villafañe frente al Policía Fabriciano Martínez, y la de los curacas Cortes y Ávalos en los episodios de Octubre de 1886. (23) Ulloa destaca que a través de la imagen del nativo ecológico se propaga la idea de que los indígenas deben tener un conocimiento milenario y una sabiduría ancestral donde la naturaleza aparecería como un ente sagrado y respetado. En este contexto la relación del indígena con la naturaleza es de intimidad espiritual y armonía. Así, el autor destaca que existen dos formas de concebir al nativo ecológico: la primera es como un buen salvaje que vive en un mundo no intervenido, que actúa como guardián del mundo y, que mediante su conocimiento, posee la clave para la salvación de la naturaleza. La segunda, tiene que ver con la idea que considera que los aborígenes “no deforestan, no acumulan excedentes y tienen economías de subsistencia” siendo prácticas que entran en contraste con las prácticas occidentales (Ulloa, 2005:106). Lo interesante es que esta concepción permite posicionar de una manera particular a los aborígenes en la toma de decisiones de políticas ambientales globales, legitimando sus prácticas y conocimientos, pero desconoce las luchas y actividades indígenas que no se corresponden con este ideal. (24) En sus inicios la Comunidad Comechingona estableció una serie de fechas en las que se reunía y reafirmaba sus reivindicaciones. Pero a través de estas celebraciones, aparecieron nuevos eventos para recordar y rememorar; algunos reafirman su identidad como Pueblo Originario y otros como Comechingones del Pueblo de La Toma. Entre estos esos eventos son celebrados aquellos vinculados con el calendario aborigen oficial (y que se celebran en toda América Latina), y otros particulares de la Comunidad, destinados a rememorar fechas propias. Entre los primeros se encuentran: el Día del Aborigen Americano (18 de abril, pero las actividades de celebración se desarrollan durante toda la semana), el Inti Raymi (21 de junio), el ritual de la Pachamama (lº de agosto, puede también ser festejado durante todo el mes), y el Contrafestejo por el descubrimiento de América (12 de Octubre). Dentro de los segundos encontramos: la celebración de la muerte del Curaca Don Lino Acevedo (20 de agosto, junto con el ritual de la Pachamama) y “El grito de libertad de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma” (28 de Octubre). Es interesante que cada celebración tiene es llevada a cabo en cada sitio diferente de barrio Alberdi. Por ejemplo la Pachamama como la celebración de la muerte del Curaca Don Lino Acevedo fueron elaborados en un antiguo terreno de la familia Villafañe. Mientras que otros eventos fueron celebrados en barrio Alberdi. (25) Esta cuestión nos deja una duda abierta que tiene que ver con el escencialismo estrátegico. En la medida que estas prácticas Comechingonas también responden a cánones de autenticidad oficial, ¿Hasta que punto éstas prácticas otorgan legitimidad a las estrategias de comunalización de los Comechingones del Pueblo de La Toma en el futuro? Quizás la cuestión pueda enfocarse 100


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entendiendo las prácticas Comechingonas bajo la idea de mimesis y ambivalencia como lo propone Bhabha (1994), para ver las formas en que los colectivos subalternos son camuflados en las prácticas del poder. Bibliografía BHABHA, Homi: El lugar de la cultura. Buenos Aires, Manantial. (1994) BIDASECA, Karina: Perturbando el texto colonial. Los estudios (pos)coloniales en América Latina. Buenos Aires, Ed. SB. (2010) BISCHOFF, Efrain: (1984) Historia de los barrios de Córdoba. Córdoba. Plus Ultra, Buenos Aires. BRIONES, Claudia: “Formaciones de alteridad: contextos globales, procesos nacionales y provinciales”. En: Briones, C. (comp.) Cartografías Argentinas. Políticas indigenistas y formaciones provinciales de alteridad Buenos Aires: Antropofagia, (2005) pp. 11-44. Briones, Claudia:(1998) La alteridad del “cuarto mundo”. Una deconstrucción antropológica de la diferencia. Serie Antropológica Ediciones del Sol. Buenos Aires. BROW, James: “Notes on Community, Hegemony, and Uses of the Past”. Anthropological Quarterly 63(1):1-6 (1990) CIICA Hijos del Suquía. Los Comechingones del Pueblo de la Toma, actual barrio Alberdi, ayer y hoy. Editora Imprentica, Córdoba. (2009) ESCOLAR, Diego: Los dones étnicos de la Nación: Identidades huarpe y modos de producción de soberanía en Argentina. Buenos Aires: Prometeo libros. (2007) GUBER, Rosana: La etnografía. Método, campo y reflexividad. Norma: Buenos Aires (2001). HAESBAERT, Rogério: O mito da Desterritorializaçao. Do “fim dos territórios” à multiterritorialidade. Rio de Janeiro: Ed. Bertrand. (2004) Haesbaert, Rogério: “Identidades Territoriais: entre a multiterritorialidade e a reclusão territorial (ou: do hibridismo cultural à essencialização das identidades)”. En: Haesbaert, R. Identidades e territórios: questões e olhares contemporâneos. Río de Janeiro: ACCES Editora, (2007) pp. 33-56. HALL, Stuart: „Introducción: ¿Quién necesita la identidad?”. En: Stuart Hall y Paul du Gay (eds.), Cuestiones de Identidad. Buenos Aires: Amorrortu Editores. (2003) pp 13-39. HARLEY, John: La nueva naturaleza de los mapas. Ensayos sobre la historia de la cartografía /Fondo de Cultura, Económica. México (2005) KATZ, Cindi: Jugando en el campo. Cuestiones referidas al trabajo de campo en Geografía. The Profesional Geographer, 1994, Vol. 46, Nº 1, p. 67-72.Traducción de Perla Zusman, mimeo de manejo interno en la Cátedra de Metodología de la Investigación, Carrera de Geografía, Facultad de Filosofía y letras, U.B.A. (1994), pp. 14. LAZZARI, Axel: “Historias y reemergencias de los pueblos indígenas en América Latina”. En: Proyecto Explora (Actualizacion curricular para la escuela media). Ministerio de Educacion, Argentina. (2006) LEFEBVRE, Henri: A produção do espaço. Trad. Doralice Barros Pereira e Sérgio Martins (do original: La production de l’espace. 4e éd. Paris: Éditions Anthropos, 2000). Primeira versão. (2006) MIGNOLO, Walter: “Historias locales/Diseños globales. Colonialidad, conocimientos subalternos y pensamiento fronterizo, Madrid, Akal (2003). PALLADINO, Lucas: La in-visibilización en disputa. disyuntivas territoriales e identitarias en el proceso de comunalización de los comechingones del pueblo de la toma, provincia de córdoba. Anales del Coloquio Internacional de Geocrítica (2012).

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2012 VOL. 1, Nº1, 103-121

ISSN 2314-1913

LOS USOS Y SENTIDOS DEL TERRITORIO, MODOS DE PRODUCCIÓN EN DISPUTA EN EL PASO VIEJO1 Melisa Soledad Suárez Resumen El actual proceso de “expansión de la frontera agropecuaria” genera la disputa por el uso y el sentido del territorio. El avance del agronegocio generó transformaciones ambientales, productivas, y del régimen de tenencia y propiedad de la tierra desplazando numerosas familias campesinas que se encontraban en una situación precaria de tenencia de la tierra. En este contexto, se aborda el proceso de ocupación de las parcelas de “El Campo Fiscal El Paso Viejo” por parte de la organización campesina la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba. El abordaje de este estudio de caso se realiza a partir del paradigma de la cuestión agraria, que permite reconocer en la configuración territorial de las parcelas, las relaciones de poder, dialécticas y conflictivas, que emanan dichos actores sociales, para garantizar su propia reproducción. Palabras claves: Configuración territorial – Territorio – Espacio de Resistencia -Modos de producción – Organización campesina

THE USES AND MEANINGS OF THE TERRITORY, MODES OF PRODUCTION IN DISPUTE IN EL PASO VIEJO Abstract The current process of “expansion of the agricultural border” generates the dispute over the use and meaning of territory. The progress of the agribusiness gender transformations environmental, productive, and land tenure and land ownership by moving many peasant families that were in a precarious state of land tenure. In this context, we present the process of occupation of the plots of “El Campo Fiscal El Paso Viejo” by the peasant organization Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba. The approach to this case realizes from the paradigm of the agrarian question, which allows us to recognize the territorial configuration of the plots, the relations of power, dialectical and troubled, which emanate from these social actors, to ensure its own reproduction. Keywords: territorial Settings - Territory – Resistance Space - Modes of production - Peasant organization Introducción Desde la década del 70´ comienzan a percibirse cambios en el “agro” argentino, se inicia un proceso 1 Procesos de territorialización de la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC) en torno al régimen de tenencia y posesión de la tierra en el noroeste de Córdoba: el proceso de ocupación de las Parcelas en El Paso Viejo. Director: Chiavassa, Sergio. Año 2010.


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de agriculturización caracterizado por el incremento de la producción agrícola y la reducción de la actividad ganadera, “se establecen nuevas variedades de cereales y oleaginosas en el campo pampeano y se introduce la doble cosecha” (Teubal, M. et. Al 2005: 42) acompañado de la implementación de paquetes tecnológicos (de semillas, agroquímicos y maquinaria agrícola asociada), entre otros factores, permitiendo el avance de la frontera agropecuaria hacia zonas consideradas marginales para este tipo de producción, en el marco de un contexto mundial que incide significativamente en los procesos socio-económicos del sector agropecuario. En esta etapa el proceso de “avance de la frontera agropecuaria”(1) ha sido impulsado por cambios en el régimen de tenencia y propiedad de la tierra, resultante en un proceso de concentración de la misma, así como cambios productivos en unidades existentes, incorporación de tierras, ya sea de bosque nativo o tierras con titularidad imperfecta, es decir, cumplen con la posesión veinteñal(2) mas no poseen la escrituración. Este último ha estado acompañado por desalojos forzosos, desplazando numerosas familias campesinas y de pequeños productores que se encontraban en una situación precaria de tenencia de la tierra, tal es el caso del norte de nuestra provincia en la cual los desalojo forzoso han estado impulsados por quienes detentan la titularidad de la tierra, con apoyo de las fuerzas policiales y jueces locales, y su resistencia por parte de las diferentes familias y organizaciones campesinas que se nuclean en el Movimiento Campesino de Córdoba. En nuestro caso se analizan los cambios acaecidos en la estructura agraria del departamento Cruz del Eje donde se localiza la organización campesina Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC) desde el marco de la cuestión agraria, abordando los procesos de territorialización, desterritorialización y reterritorialización (TDR) del capital (empresas agrícolas, terratenientes, etc.) y del campesinado, en la disputa por la delimitación del “territorio campesino” frente al avance del “territorio del capital”, en el estudio del proceso de toma de las parcelas de El Paso Viejo. La cuestión agraria, la conflictualidad y los procesos de teritorialización Las modificaciones que ocurren en el régimen de tenencia y posesión de la tierra permiten reconocer las transformaciones territoriales del departamento Cruz del Eje para comprender el surgimiento y teritorialización de las organizaciones campesinas, específicamente de la APENOC, y reconocer los diferentes modos de producción en disputa, así como en las prácticas y estrategias llevadas a cabo por la organización y los productores empresariales. La caracterización de la estructura agraria de tenencia y propiedad de la tierra, del departamento Cruz del Eje y de la Provincia, permite comprender que la misma es resultado de procesos históricos de transformación y apropiación del espacio agrario argentino en el proceso de desarrollo territorial rural(3). Este análisis, desde el paradigma de la cuestión agraria, nos permite analizar las contradicciones inherentes al sistema capitalistas en dicho proceso de desarrollo, en simultáneo a los conflictos que por la tierra se generan producto de éste. Así, podemos comprender el movimiento de “destrucción y recreación de relaciones sociales”, el surgimiento de la organización de sectores 104


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oprimidos de la sociedad “con el objetivo de contestar el orden establecido y la manera en que la sociedad está organizada” (Fabrini, J. E. 2008:240. Traducción propia), ya que ello forma parte de la recreación de las relaciones sociales como contestación a las contradicciones estructurales del capitalismo que produce simultáneamente la concentración de la riqueza y expansión de la pobreza y la miseria (Fernandes, B. M.2004: 3). Este proceso, denominado por Fernandes de “conflictualidad”, está alimentado por las desigualdades y contradicciones del capitalismo, al interior del desarrollo, promoviendo de esta manera un “movimiento de destrucción y recreación de relaciones sociales: de teritorialización, desterritorialización y reterritorialización del capital y del campesinado; del monopolio del territorio campesino por el capital” (Oliveira, A. en Ob. Cit. 2004: 3). Abordar la Cuestión Agraria del departamento Cruz del Eje contextualizada en la provincia de Córdoba y en el país, mediante el análisis de la Estructura Agraria (EA), nos permite comprender la temporalidad y espacialidad de los procesos sociales de TDR mediante el abordaje de la interrelación existente entre la estructura de tenencia de la tierra (su distribución, formas legales de tenencia); la estructura económica- productiva, en relación a los recursos productivos (naturaleza, capital, mano de obra), producción, formas y tipos de explotación (de acuerdo a los usos de recursos, organización social del trabajo, racionalidad económica productiva, etc.); y la estructura Social (población, migraciones, tipos sociales agrarios, relaciones sociales, etc.) (Margiotta, E. y Benencia, R.1995). Tomando como eje la estructura de tenencia la tierra para comprender la conflictualidad emergente en torno a la disputa por la tenencia y posesión de la tierra en el noroeste cordobés, analizamos su interrelación con las otras “estructuras”. El hacer hincapié sobre la misma nos permitió aproximarnos a las transformaciones territoriales que se generaron en torno al usufructo de los bienes naturales a partir de los cambios en el régimen de tenencia y en la superficie de las explotaciones agropecuarias, vinculando esto con los tipos de productores, ya sean campesinos, pequeños, medianos o grandes, o empresarios. De este modo nos aproximarnos al proceso de territorialización de los diferentes actores sociales, comprendiendo lo que motivó la organización y resistencia frente a los procesos de desalojo, que se reflejan en el régimen de tenencia, en el paso de la posesión a la propiedad. En estos procesos de territorialización se desenvuelven determinadas estrategias y prácticas espaciales para impedir que ocurra la “territorialización” de uno u otro actor social, configurando así, espacios de resistencia, definidos desde Routledge como “terreno de resistencia” (Routledge en Oslender, U. S/D: 11), que se entiende como “el terreno geográfico concreto y material en que las resistencias están articuladas y actuadas como experiencias activamente vividas” (Oslender, U. S/D: 11), la lucha, articulada por los “oprimidos”, cuya resistencia es parte inherente de su vida, genera un espacio que resiste a la coerción y coacción de los “opresores”, manteniendo una relación dialéctica y conflictiva entre quienes “oprimen y son oprimidos”, intentando, subvertir o reproducir su posición en este par dialéctico.

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Debido a que el territorio “tiene un dominio políticamente estructurado (dimensión más concreta) y una apropiación simbólico-identitatária, determinados por acciones de ciertos grupos sociales sobre el espacio de vida” (Haesbaert en Saquet, M. A. 2007: 125. Traducción propia), siempre acontecen relaciones de poder en la configuración territorial en la búsqueda por el control y delimitación de un área geográfica (territorio), la territorialidad es concebida como la primera forma espacial que adopta el poder en el proceso de producción del territorio, siendo entonces la territorialidad el “intento, por parte de un individuo o grupo, de afectar, influenciar, o controlar personas, fenómenos y relaciones, a través la delimitación y el establecimiento de un control sobre un área geográfica” (Sack, R. D. 1986: 1). Desde Haesbaert, la territorialidad incorpora la dimensión estrictamente política, junto a las relaciones económicas y culturales (perspectiva integradora) ya que “está íntimamente ligada al modo en que las personas utilizan la tierra, como ellas se organizan en el espacio y como ellas dan significado al lugar” (Haesbaert, R. 2004b: 2), es en estas prácticas espaciales, establecidas en el territorio, donde existen “mediaciones espaciales del poder, resulta(ntes) de la interacción diferenciada entre las múltiples dimensiones del poder, desde su naturaleza más estrictamente política hasta su carácter más propiamente simbólico, pasando por las relaciones dentro del llamado poder económico, indisociable de la esfera jurídico-política” (Haesbaert, R. 2004a: 93) Es necesario destacar que puede haber territorialidad sin la confirmación de un territorio, pero no puede haber territorio sin territorialidad, siendo ésta cada vez más relevante para el análisis de los procesos de territorialización. De esta manera, la territorialidad “en un sentido simbólico, se impone como argumento para la construcción efectiva del territorio” siendo éste el “más eficaz de todos los constructores de identidad” (Haesbaert, R. 2008: 7) Es este proceso de territorialización, mediante el cual el “espacio es apropiado, espacio hecho cosa propia, en fin, el territorio es instituido por sujetos y grupos sociales que se afirman por medio de el”, habiendo siempre “territorio y territorialidad, o sea, procesos sociales de teritorialización” (PortoGonçalves, C. W. en Paulino, E. T y Fabrini, J. E (Org.). 2008. Traducción propia). Así mismo, en un mismo territorio encontramos múltiples territorialidades, en las cuales se presentan una multiplicidad de manifestaciones y de poderes, incorporados estos desde los múltiples agentes que forman parte del proceso que analizamos, en la búsqueda del ejercicio de la soberanía territorial (cualidad propia y exclusiva del territorio), motivo por el cual se impulsan las disputas, para definir el uso y sentido del territorio. Es por ello que en la configuración de los territorios distinguimos diferentes procesos de teritorialización – desterritorialización - reterritorialización (TDR). Éstos se encuentran estrechamente relacionados debido a que al producirse el desplazamiento (desterritorialización) de un actor (ya sea individual o grupal, estatal o privado) existe otro que se territorializa en el mismo espacio (redefine el territorio), y ocurre una reterritorialización de quien es desplazado (ya sea un desplazamiento forzoso o no) en otro espacio perdiendo el territorio (más no su territorialidad). Dentro de este proceso se reconoce la posibilidad del surgimiento de espacios de resistencia “la convivencia de múltiples territorialidades implica siempre disputas” (Haesbaert, R. 2008: 18), ya que todos los actores involucrados en los 106


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procesos de TDR pueden compartir la territorialidad, en un sentido simbólico, pero no necesariamente la apropiación y/o propiedad (dimensión material). Este proceso de TDR es el que observamos en el norte de la provincia de Córdoba y en torno al cual han surgido diferentes organizaciones campesinas que resisten a los intentos de desalojos forzosos y que hoy conforman el Movimiento Campesino de Córdoba (MCC), en la disputa por la confirmación del territorio campesino frente a los territorios del capital, ya que es el territorio el que “comporta las acciones de producción, circulación y consumo, el trípode de la valorización capitalista” (Paulino, E. T. 2008:214) Sobre aquello que se ha denominado “el avance de la frontera agropecuaria”. Una aproximación al análisis de la Estructura Agraria Se pueden reconocer tres etapas que nos permiten comprender el desarrollo rural del país: la etapa agro “exportadora” (c1880 – 1930); la etapa de “industrialización por sustitución de importaciones” (1930-c1970); y la actual etapa de “apertura al exterior”, “ajustes estructurales” o de valorización financiera” (Giarraca, N. y Teubal, M. 2005: 25). La actual etapa de desarrollo capitalista se ha caracterizado por la aplicación de políticas neoliberales, que impulsaron el proceso de privatización, desregulación y apertura exterior, profundizadas durante la década de los ’90 “incidieron significativamente en los márgenes de pobreza, de desocupación, y en los salarios e ingresos reales” (Teubal, M. et. al. 2005: 40). El impacto de dichas políticas en el sistema agroalimentario argentino, derivaron en la concentración y centralización del mismo, particularmente debido a la liberalización financiera y comercial, a la desprotección del Estado, a la falta de apoyo financiero a medianos y pequeños productores, lo que tendió a “desplazar o subordinar” a estos actores sociales, que debieron “abandonar” en muchos casos sus unidades productivas o reconvertir su producción a una de mayor rentabilidad, a través del crédito y endeudamiento en muchos casos (Piñeiro, M y Villareal, F. 2005; Slutzky, D 2006; Reboratti, C 2006). Esto derivó en “la desaparición de gran parte de estas explotaciones agropecuarias, la quiebra y desaparición de numerosas cooperativas, comercios e industrias vinculados con el sector, el deterioro de las condiciones de vida de la familia rural y el deterioro de las condiciones ambientales producidas en el marco del nuevo modelo” (Teubal, M. et. al. 2005:40). A diferentes escalas, tanto local como nacional, se reconocen a través de la comparación de los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA) de entre 1988 y 2002(4) la reducción en el número de explotaciones agropecuarias(5) y cambios en el régimen de tenencia de la tierra, aumentando los arriendos y aparcerías, en detrimento del régimen de propiedad. En el Dpto. Cruz del Eje se distingue el régimen de tenencia bajo ocupación, ya que éstas representan las explotaciones agropecuarias en las que se establecen quienes hacen posesión efectiva del territorio mas no necesariamente son propietarios de la misma(6). Se observa una reducción de este régimen, afectando la posibilidad del desarrollo productivo de los productores de menor escala.

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La concentración económico-productiva de la tierra está vinculada al aumento de la producción de commodities para exportación, como es el caso de la soja - junto a otros productos de carácter agroindustrial- que en el período 1971/72 se producían en la Provincia 18 Tn, mientras que en el período 2006/07 se pasaron a producir 13.078.365 Tn(7). Este crecimiento exponencial está vinculado a las demandas internacionales de ésta, lo que implicó el destino de tierras para dicha producción en detrimento de otros productos tales como el girasol, trigo y maíz, este último en menor medida debido a la “doble cosecha”, que se observa en toda la región pampeana de Argentina (Teubal, M. et. Al. 2005). La producción característica del campesinado(8) y pequeños agricultores en el departamento es la caprina y la extracción de leña del monte para la producción de carbón, utilizando para dichas actividades la mano de obra familiar. Debido a la delimitación y alambrados de los campos que eran usufructuados de manera colectiva, se redujeron las posibilidades de acceder al alimento en el monte por parte del ganado caprino (Cáceres, D. et.al. 2008); también se observa la reducción de la cobertura boscosa (monte) para la incorporación de suelo a actividades ganaderas intensivas y/o agrícolas, pasando de 300.936 Has en 1988 a sólo 287.531 Has de bosque nativo en el 2002, lo que afectó también las posibilidades de realizar la extracción de leña y la producción de carbón. Producto del acorralamiento las familias campesinas y ante la falta de alimento, se produjo el deceso de los animales o, en el “mejor” de los casos, debieron comercializar los animales, perdiendo la base productiva (9). La reducción de la producción campesina se contrapone al aumento de la producción de forrajes y al aumento en el número de cabezas de ganado vinculado a la radicación de feed-lot(10). De la comparación y análisis de los datos de los CNA se desprende que los cambios productivos y de uso de suelo en general, han estado vinculados al incremento de la actividad ganadera bovina y caprina en mayor medida en productores de carácter empresarial y la reducción de la producción vacuna por parte de campesinos, acompañado por cambios en el régimen de tenencia de la tierra que indican el proceso de concentración de la misma. Podemos observar que dicho proceso se debe, indirectamente al proceso de sojización que afectó a los departamentos del sur de Córdoba produciendo un desplazamiento de la actividad ganadera al norte debido a la baja rentabilidad de estas tierras y a la incapacidad de las mismas para el desarrollo de actividades agrícolas como la soja, de este modo, es el noroeste de Córdoba “escenario de la expansión de la frontera ganadera a partir de la (re)localización de productores provenientes de las zonas tradicionales de ganadería en el sureste de la provincia de Córdoba, una región que se veía reconvertida a la agricultura, principalmente por el avance de la soja” (Domínguez, D., Lapegna, P y Sabatino, P. 2006: 242), siendo el sur cordobés, debido a sus condiciones edáficas y climáticas más propicio para actividades agrícolas, de mayor rentabilidad debido a que los costos de producción son menores ya que las condiciones ambientales son más favorables. Estas transformaciones en el sistema económico-productivo del departamento Cruz del Eje se vinculan 108


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fuertemente con los cambios en la estructura social del departamento y con los procesos migratorios “campo-ciudad” que se han desarrollado desde la década del 60`en adelante, ya que se produce una reducción de la población rural y un aumento de la población urbana tanto en la provincia como en el departamento Cruz del Eje. Estos procesos migratorios han estado vinculados en este período a causas estructurales propias del cambio de modelo productivo en el sector agropecuario en el cual, mediante la incorporación de maquinaria, se produce una reducción de la demanda de mano de obra, impulsando dichas migraciones. La interrelación de los elementos de la estructura agraria nos permiten dar cuenta de la cuestión agraria del departamento y realizar una primera aproximación a las conflictualidades emergentes en la misma resultantes de los cambios en los modos de producción, en el proceso de territorialización del modelo agro-exportador de producción hegemónico de la pampa húmeda sobre las regiones denominadas “marginales” en las cuales se desarrollan las economías regionales, en el marco del proceso que se ha denominado de “avance de la frontera agropecuaria”. Procesos de territorialización, las disputas por el uso y el sentido del territorio - Análisis de caso: Las Parcelas En el proceso de estudio y análisis de la territorialización de APENOC, a partir de la comprensión del marco en el que se desarrollan los conflictos por la tenencia y posesión de la tierra se aborda el proceso de ocupación de las parcelas nº 32 y 24 en el Campo Fiscal El Paso Viejo. El mismo permite comprender la cuestión agraria y el surgimiento de la lucha por la tierra como conflictualidad emergente en un contexto de disputa continua por definir el uso y sentido del territorio, impulsado por distintos actores sociales. Al implicar esto una confrontación entre diferentes modos de producción, se permite un abordaje integral del proceso de territorialización de APENOC. La lucha por la Tierra: ocupación y resistencia En nuestro país, son pocos los procesos de toma de tierra -en espacios rurales- impulsados por organizaciones sociales que han salido a la luz pública (11), pero son aún mayores los casos de resistencia a desalojos forzosos generados por la reproducción ampliada del sistema capitalista en su fase reciente y cuyo proceso ha sido denominado de “avance de la frontera agropecuaria”. A éste lo concebimos como un proceso de avance de un modo de producción -capitalista- por sobre otro -el de producción familiar campesino-indígena-, implicando procesos de resistencia, así como nuevas formas de organización socioeconómica del territorio. Es mediante el estudio y análisis de las transformaciones de la estructura agraria del Departamento Cruz del Eje y en diferentes escalas territoriales que se observan procesos de concentración de la tierra y económico-productivos. Ante estas transformaciones, comprendemos que la organización campesina APENOC se consolidó, en principio, mediante la organización y resistencia frente a dichas transformaciones espaciales que han promovido la “degradación de la condición campesina” (Sevilla 109


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Guzmán, E. y González de Molina, M. 2005) y el desplazamiento de las familias campesinas. Fue así como la organización generó una estructura de movilización que impidió (e impide en la actualidad) el desalojo de familias campesinas y permitió la ocupación de dos parcelas, la nº 32 en el año 2006 y la 24 en el año 2007, pertenecientes al Plan de Colonización del Campo Fiscal El Paso Viejo, implementado en el año 1987. Para analizar y comprender estos procesos generados por la organización, retomamos a Oslender, U. (S/D), quien propone el estudio de las acciones colectivas de los movimientos sociales enmarcados en el contexto espacial. En éste, se configura la identidad de la organización y nos permite comprender, en este caso, los procesos de lucha por la tierra, ya sea mediante la resistencia o la ocupación. Así, “la lucha por la tierra es uno de los principales elementos para comprender la cuestión agraria. La ocupación y la resistencia en la tierra son esas formas de lucha” (Fernandes, B. M. 2001: 1) y es a través del análisis y comprensión de las prácticas y estrategias de APENOC que podemos dar cuenta de esas formas de lucha, ya que dicha organización se ha constituido en un actor clave de resistencia al avance del agronegocio que desplaza a las familias campesinas en el noroeste de la provincia de Córdoba. Colonización y Reordenamiento Agrario: La distribución del agua y de la tierra en “El Paso Viejo” La configuración territorial del Campo Fiscal “El Paso Viejo” surge a partir de la implementación y puesta en marcha de políticas estatales enmarcadas en la Ley Provincial 5487/72 de Colonización y Reordenamiento Agrario. Estas políticas fueron creadas en el año 1972 con el objetivo de “Propender hacia una redistribución más equitativa de la tierra; (…) y Elevar integralmente el nivel de vida de la familia campesina” (Ley Provincial 5487/72). En el proyecto de colonización, se delimitaron 55 parcelas de aproximadamente 100 has cada una y se define un marco legal referido a las adjudicaciones, bases y reglamentos, así como a las obligaciones de los adjudicatarios en el que se encuadran las condiciones para hacer uso y posesión efectiva de las parcelas; mantener la indivisibilidad del predio; a no arrendar, dar en aparcería o bajo cualquier otra forma que implique desprenderse de la dirección de la explotación ni ceder sus derechos sin consentimiento previo y expreso de la administración provincial; y la obligación a integrar los grupos cooperativos y/o consorcios que se constituyan. En la actualidad, las parcelas son explotadas mayoritariamente por empresarios de la zona: “la mayoría de las parcelas -el 80%- se concentraron en manos de empresarios que arrendaron, compraron parcelas y produjeron a costa del trabajo de las familias de la zona, explotándolas e incumpliendo todos los requisitos para acceder a la colonización” (MNCI, 2008). Además de las irregularidades que se observan en la distribución de la tierra, lo mismo ocurre con la distribución del agua para riego y consumo humano provisto a través del Dique Pichanas. El dique significó la reducción total del caudal del Río Pichanas, que era utilizado aguas abajo por las familias campesinas para el riego de sus unidades productivas, así como para el uso doméstico 110


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a través de un sistema de riego por tomas desde Sachamuyo hasta el norte de Serrezuela. También se realizó una división de la distribución del agua a través del canal de la margen izquierda, que provee de agua a más de 300 familias pertenecientes a diversas comunidades: Sachamuyo, Santa Ana, Tuclame, Iglesia Vieja, Las Abras y los regantes ubicados al margen de la ruta 38 entre Serrezuela y Tuclame. A diferencia de este, el canal de la margen derecha, está revestido y es regulado a través de un consorcio y provee de agua a las poblaciones de Pichanas y Paso Viejo y a las parcelas que integran el plan de colonización, proveyendo a estos últimos 4 m3/s y a los primeros sólo 1 m3/s. La distribución del agua de manera desigual ha sido planificada y gestionada por el ente estatal a cargo (Di.P.A.S), así como por el “consorcio de riego de la margen derecha” que realiza la gestión y distribución directa del agua y que está integrado por los parceleros, funcionando mediante asamblea. Los integrantes de la organización han manifestado las dificultades de acceder al agua para riego en las parcelas, ya que no se les reconoce el derecho a riego (se desconoce su situación de parceleros). En este caso, se hace un manejo ineficaz de riego y es sobreutilizado por quienes detentan más poder en las parcelas; es decir, los productores de carácter empresarial. De los relatos obteniedos a través de las entrevistas a los integrantes de APENOC que trabajan y habitan las parcelas, podemos dar cuenta de esta realidad: “Actualmente, en el dique no hay agua por falta de responsabilidad en el manejo, por aprietes de los empresarios. Con la asamblea del agua(13) se logró igualar algo entre las dos márgenes, en la margen izquierda hay más familias y el canal posee menor conducción, es diferente a la margen derecha, en donde los grandes -se refiere a los empresarios- siguen sembrando, usan más agua aunque hay emergencia hídrica. Ellos siembran papa aunque no hay agua. Si no hay conciencia colectiva de que es un derecho de todos, no va a haber fuerza para cambiar esto” (Entrevista a integrantes de APENOC que trabajan y habitan las parcelas nº 24 y 32). En este marco de irregularidades en cuanto a la tenencia de la tierra y el acceso al agua, APENOC ha llevado adelante direfentes prácticas y estrategias para denunciar ante el Estado el manejo de los recursos productivos, así como para llevar a cabo el proceso de ocupación de las parcelas. Disputas en el proceso de territorialización en las Parcelas: Prácticas y Estrategias En el territorio, existen mediaciones espaciales de poder (Haesbaert, R. 2004). Los actores presentes en la zona de estudio disputan el uso y sentido del territorio: unos lo hacen desde el avance y la exclusión del “otro” y ese “otro” desde la resistencia y su reafirmación en el territorio. A partir del análisis de algunos atributos del territorio, tales como la multidimensionalidad, la escalaridad y la soberanía territorial (Ob. Cit.), podemos develar esas disputas. De este modo, la multiescalaridad del territorio permite dar cuenta de la multiplicidad de agentes que construyen el territorio y lo reconfiguran, rompiendo así con la perspectiva exclusivista que plantea “donde domina uno, no domina el otro”. De esta manera, se suceden una multiplicidad de territorialidades e identidades (multiterritorialidad) que se superponen simultáneamente, tal como ocurre en la disputa entre campesinos y empresarios. Asimismo, ambas territorialidades se yuxtaponen a la soberanía estatal

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-de carácter “fijo”- en diferentes escalas de gestión provincial y nacional. En el caso de las parcelas, podemos reconocer una escala geográfica en la cual es el Estado nacional y provincial quien definió, mediante un marco legal, cuáles deben ser esos “usos y sentidos” del territorio; cediendo, en parte, la soberanía territorial sobre esa “porción” de tierra (cada una de las parcelas) bajo determinadas condiciones expresadas con anterioridad. Sin embargo, los “parceleros”(14) se apropian de ese espacio, lo resignifican de acuerdo a sus prácticas e intereses, desconociendo la gran mayoría el marco legal que se define desde el Estado en cuanto al uso que debe darse al espacio. Retomando a Fernandes, podemos ver que, cuando el territorio es entendido como propiedad particular o comunitaria, “el sentido político de la soberanía puede ser explicado por la autonomía de sus propietarios en la toma de decisiones al respecto del desarrollo de esos territorios” (Fernandes, B. M. 2008: 279. Traducción propia). En este caso, entra en contradicción el marco legal con la apropiación real de quienes detentan la posesión de las parcelas. También se reconoce, en la falta de control y regulación del territorio, la complicidad de los diferentes gobiernos con los parceleros, quienes realizan un uso inadecuado de las parcelas. De esta manera, el Estado es consecuente con los intereses de algunos sectores de la sociedad civil, proveyendo a dichos parceleros de infraestructura y de las condiciones necesarias para su reproducción (Porto-Gonçalves, C. W. 2001) y, en consecuencia, de la reproducción del capital. En este contexto de irregularidad, inicia el proceso que deriva en la posterior ocupación de las parcelas. En principio, miembros de la organización llevan a cabo en las parcelas experiencias cooperativas de trabajo agrícola para experimentar la producción en la zona bajo riego, y realizan una campaña de maíz. En la entrevista a uno de los integrantes de la organización, relata que al identificarse las parcelas como espacio posible para la producción, se fue buscando información para conocer la situación de las parcelas: “mediante la cooperación internacional se ha accedido a saber claramente que pasaba en la zona de las parcelas (…) entonces se logró construir y recabar información de una manera muy seria y eso permitió ir construyendo la denuncia (…) de la cantidad de irregularidades que había en el uso, en la tenencia, en el manejo, hay una cuestión del agua muy fuerte, entonces bueno, llegado un momento había espacio para eso y había compañeros dispuestos, entonces se empezó a trabajar en el Estado la idea de acceder a tierra en ese lugar” (Entrevista a miembro de la organización). De esta manera, comienza a configurarse la territorialidad de la organización (dimensión simbólica del territorio) en las parcelas, ya que son posibles de ser apropiadas y usufructuadas por los campesinos; logrando, con ello, expandirse territorialmente y redefiniendo el uso y sentido del territorio de las parcelas. En el año 2005 la organización elabora un informe del estado de las parcelas en el que se relevan los datos de los adjudicatarios iniciales (año 1987), quién la explota en ese momento y el tipo de producción que realiza. De dicho informe se desprenden casos de arriendos en las parcelas junto con la falta de infraestructura desarrollada en las mismas y la predominancia de algunos cultivos por sobre otros. La utilización que se realiza de este territorio no se corresponde con el marco legal que regula el uso y aprovechamiento 112


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de las parcelas que define, entre otras cosas, que deben ser habitadas y trabajadas por los adjudicatarios en conjunto con su familia. Así, ante las sucesivas denuncias que se realizaron por la situación de irregularidad de las parcelas, es que desde el Estado se llevó a cabo, en el año 2005, la anulación de la adjudicación de las parcelas mediante el Decreto nº 1536/05. En esa coyuntura, la organización presenta un proyecto de producción(15) y radicación de 40 familias en 12 parcelas continuas, así como la construcción de una escuela, un centro de salud e infraestructura necesaria para su habitabilidad y un plan productivo diversificado con un esquema de rotación de cultivos para producir en 480 has bajo riego (APENOC, Informe Parcelas. 2006). Frente a esta propuesta, el gobierno provincial se compromete a otorgar, en principio, dos parcelas de forma inmediata, mientras analiza la propuesta. No obstante, el incumplimiento de dicha promesa luego de un proceso previo de discusión lleva a la organización a hacer efectiva la posesión, desarrollando diversas prácticas y estrategias que permitieron su territorialización en las parcelas. A partir de entrevistas realizadas a miembros de la organización, surge que éstos consideran su propia existencia como una manera de reclamar al Estado la garantía de los derechos a una vida digna de las familias campesinas. Así, el hacer posesión de las parcelas pone en tensión el rol de Estado de garantizar esos derechos. En el desarrollo de las entrevistas, los integrantes de la organización dan cuenta de cómo llegan a definir la toma de tierra en las parcelas y cómo se dio ese proceso de territorialización. Una vez que se solicitó al Estado la asignación de las parcelas mediante la presentación del proyecto -en el cual se solicitan las 12 parcelas- y tras el incumplimiento de un compromiso verbal que se había obtenido, se toma la decisión de ocuparlas: “pasaba el tiempo y no accedíamos a los lotes, entonces se enfriaba la discusión, nosotros teníamos identificados los lotes y entramos al lote y a partir de ahí nos entregan (…) la tenencia, reconoce el Estado la tenencia y empezamos a producir, y después otra más, son dos (…) porque nosotros recibimos un compromiso verbal de dos lotes, pedimos 12 y recibimos un compromiso de 2…entonces hicimos efectivo, con presión, hicimos efectivo ese compromiso, sin perjudicar a terceros, digamos (…)” (Entrevista a miembro de la organización). En este caso, es la base material del territorio jurídico-política (Haesbaert, R. 2004a) la que está en disputa, aunque no es la única ante el Estado para lograr consolidar la territorialidad como dimensión simbólica pre-existente, construida por la organización sobre las parcelas nº 24 y 32: “no fuimos a ocupar los lotes que estaban siendo utilizados, son lotes que estaban desocupados, o subutilizados…eso es el porqué de esos lugares y no en otros…el estado jurídico que tenían esas tierras al momento de ocuparlas, era, era un estado jurídico que estaban en derecho del Estado, (…)la posesión jurídica la tenía el Estado y no un tercero, un privado, eso es lo que hizo más fácil la discusión, porque era entre el Estado y nosotros” (Entrevista a miembro de la organización). De esta manera, se fue consolidando la territorialidad, ya que, mediante el trabajo comunitario y la discusión colectiva, se consolida la necesidad de hacer efectiva la posesión por sobre las parcelas por parte de la organización. Es así como el uso colectivo que se pretende desarrollar en las mismas 113


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resignifica el territorio del capital, de dimensión exclusivista e individual. El proceso de territorialización de APENOC en las parcelas disputa ante el Estado la dimensión jurídico-política del territorio, reclamando el cumplimiento de la promesa realizada, así como el derecho de acceso a la tierra y al riego para poder producir y, por ello, para garantizar la vida campesina que produce, en principio, para su reproducción así como para la comercialización del excedente. Ante un contexto continuo de degradación del medio natural en el que se reproducen las familias campesinas -debido a las transformaciones del sistema agroalimentario característico de la zona y frente al avance del agronegocio- es que, en el año 2007, ante la falta de tierra para el pastoreo de los animales, se define ocupar la segunda parcela. La parcela nº 24 era la segunda comprometida por el Estado a la organización y, de esta manera, como el compromiso estaba “durmiendo” (término utilizado por los miembros de APENOC) y la tierra estaba “a mano”, se empezó a discutir en las comunidades la posibilidad de ocupar la misma. Las discusiones empezaron en las reuniones de delegados, desde las cuales se dio el aval para la toma y entonces inició el proceso: “empezamos a instalarnos con miedo, con llamados de atención, con empresarios que iban a presionar, con otros que no iban a presionar pero que iban a ver, pero que de esa manera te meten presión, la policía que iba a constatar, la policía que iba a allanarnos por supuestos robos de alambres, por muchas cosas, para meternos presión, para darnos miedo, meter presión…” (Entrevista a miembro de la organización). Si bien la disputa por la tenencia es frente al Estado, ya que las parcelas se encuentran a su disposición, es el empresariado el que confronta en el territorio de manera directa y es ante quien se disputa un modelo de producción, así como el uso y sentido que se le otorga al territorio. De esta manera, el Estado aparece como cómplice mediante la presencia de la policía a favor de este sector de la sociedad. En cuanto a las confrontaciones directas al interior de las parcelas, se han desarrollado diferentes estrategias por parte del empresariado mediante, por ejemplo, la colocación de un alambre de 1500 metros por sobre el territorio de la organización en las parcelas, de esa manera la organización perdió 3has, en este caso particular se priorizó la existencia del alambre para detener la entrada de animales a la parcela que la tierra perdida. Así, se pone en tensión la delimitación del territorio: al ser el alambrado un elemento que comunica los límites del territorio, así se configura el territorio campesino diferenciado del empresarial mediante la delimitación y establecimiento de un control sobre un área geográfica determinada (Sack, R. 1986; Fernandes, B. M. 2005). La defensa de la territorialidad de cada actor se reconoce en cada una de las prácticas llevadas a cabo, en la disputa permanente por la definición del territorio, del área a controlar, así como del uso y sentido de dicho territorio; distinguidos ambos actores a través de los diferentes modos de producir y, por ende, en el vínculo que establecen los productores -campesinos o empresariales- con la tierra y demás recursos naturales. Son diversas las prácticas y estrategias llevadas adelante por los diferentes actores presentes en la zona

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para delimitar sus territorios. Allí, encontramos procesos de desterritorialización en las parcelas y los consecuentes procesos de territorialización y reterritorialización (TDR), así como la expropiación de los recursos productivos como el agua (16) o el establecimiento de cercos tecnológicos (17). En cuanto a los procesos de TDR, encontramos, en principio el proceso impulsado por APENOC que apunta a desterritorializar al Estado como portador de la tenencia de las parcelas y a desterritorializar el modelo de producción capitalista hegemónico en este territorio, ya que, al año 2005, ambas parcelas se encontraban usufructuadas por diferentes empresarios que realizaban una producción intensiva de algodón. Al tomar ambas parcelas, la disputa es material y simbólica ante el empresariado que desarrolla, en este territorio, un modo de producción de carácter capitalista. Mientras ese modo de producción es desplazado, se redefine el uso y sentido del territorio a través de la territorialización de la organización campesina y con ella del modo de producción familiar-campesino. Sin embargo, podemos reconocer que ocurre un proceso de desterritorialización de la tenencia estatal y la desterritorialización del empresariado, mas no ocurre la des-territorialidad de este último pues, como hemos señalado con anterioridad, el empresariado confronta directamente en el territorio con la organización debido a que mantiene su territorialidad en ambas parcelas, las que busca recuperar bajo distintas estrategias para incorporarlas nuevamente al modelo de producción hegemónico. De esta manera, reconocemos que existe, en las parcelas, una superposición simultánea de la territorialidad campesina y de la territorialidad empresarial disputándose su territorialización. Respecto al proceso de reterritorialización, este proceso no se reconoce en el caso de la tenencia del Estado, ya que éste no pierde su soberanía estatal en las parcelas, sino que a la soberanía estatal se le yuxtapone la soberanía campesina. En cuanto al empresariado, a partir de las entrevistas, se conoce que trasladaron parte de su producción a otros territorios en la provincia, reterritorializandosé y con ellos, reterritorializando el modelo productivo que les es propio. Como resultante de este proceso de TDR, encontramos la territorialización de la organización en ambas parcelas, expandiendo su territorio mediante la radicación de las familias pertenecientes a APENOC. Sin embargo, los conflictos continúan “afuera” del territorio mediante amenazas que se realizan en otros espacios próximos a las parcelas, en “la calle”. En la actualidad, el conflicto entre los parceleros y la organización ha disminuido, esto se vincula con la radicación definitiva de las familias en las parcelas y la producción que se realiza en las mismas; sin embargo, la conflictualidad emerge de diferentes maneras vinculada con el uso del territorio. Encontramos dos modelos de producción en disputa (18) que confrontan directa e indirectamente y que, con objetivos completamente diferentes, producen y reproducen diferentes relaciones sociales de producción. La resistencia y la lucha por la tierra se lleva a cabo con el trabajo cotidiano, sosteniendo el modo de producción propio de las familias campesinas a pesar de las dificultades que se presentan. El comprender y analizar las prácticas espaciales (sociales) del campesinado nos ha permitido comprender el proceso de territorialización de APENOC en un proceso de continua disputa por

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definir el uso y sentido del territorio mediante la apropiación y producción del mismo. La configuración territorial de las parcelas es resultado de las relaciones de poder, dialécticas y conflictivas, que emanan tanto de la organización campesina como del empresariado. Así, las prácticas y estrategias de las familias campesinas en las parcelas han estado orientadas a resistir a las presiones ejercidas por el empresariado, configurándose; de esta manera, este territorio como un espacio de resistencia a un modelo productivo agro-empresarial que desplaza al campesinado. Dicha resistencia se da a través del desarrollo y reproducción de la vida campesina y en el marco de la lucha por la tenencia y posesión de la tierra. Apreciaciones finales, a modo de conclusión… El desarrollo del presente trabajo nos ha permitido comprender la cuestión agraria del noroeste de la provincia Córdoba. Una región que ha sido excluida históricamente por ser considerada improductiva debido a sus condiciones ambientales y por la permanencia en ella de parte de la población campesina de la provincia considerada un freno para el “desarrollo” económico del país. El estudio de las transformaciones de la estructura agraria en diferentes escalas (departamental, provincial y nacional) permitió comprender el marco en el que se desarrollan los conflictos por la tenencia y posesión de la tierra, así como el contexto en el que se configura la territorialización de la organización campesina APENOC. En este sentido, podemos reconocer que, ante la conflictualidad emergente, producto de las transformaciones de la estructura agraria y del avance de un modo de producción sobre otro, mediante el desarrollo de diversas prácticas y estrategias por parte del capital, se genera un movimiento de destrucción y recreación de relaciones sociales que (re)definen el uso y el sentido del territorio. En este proceso, se generan las condiciones para el surgimiento de la organización campesina, recreando nuevas relaciones sociales, de carácter colectivo, que se presentan como una estrategia para resistir al avance del modelo agro-empresarial, así como a las políticas aplicadas por el Estado y sus instituciones. La organización campesina apunta a contestar -sin dejar de reclamar ante el Estado- a las contradicciones estructurales del capitalismo que produce simultáneamente la concentración de la riqueza y expansión de la pobreza y la miseria, ya que genera la exclusión del modo de producción familiar campesino y la degradación de la vida campesina mediante el proceso de acumulación por desposesión de los bienes naturales a través del control del acceso a los dichos bienes a partir de la delimitación del territorio del capital -y la desterritorialización del campesinado-, lo cual se lleva adelante mediante la concentración de la propiedad privada de la tierra en manos de productores de carácter agro-empresarial. Así, el campesinado resiste ante el capital al no subordinarse a la extracción de excedentes, a la desposesión de los bienes naturales y/o de los recursos productivos y genera; de esa manera, organización política en defensa de su clase y de su modo de vida. La disputa territorial se da mediante diferentes prácticas y estrategias que permiten diferenciar un territorio de otro a partir de la organización social y de las relaciones sociales que se producen y 116


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reproducen al interior de dichos territorios (Fernandes, B. M. 2008). Del estudio de las acciones, prácticas y estrategias territoriales de la organización, se desprende que APENOC es una organización socioespacial en la medida en que espacializa sus prácticas de protesta y resistencia; por ejemplo, en la ciudad de Córdoba, a través de marchas y reclamos a la secretaría de Agricultura, pero se constituye en un movimiento socioterritorial (Fernandes, B. M. 2005) ya que, mediante el “anclaje” de sus prácticas en el espacio, disputa cotidianamente el sentido y el uso del territorio, definiendo así su territorio de acción, el territorio de las familias campesinas y, en definitiva, el de la organización. El proceso de ocupación de las parcelas permite dar cuenta de ello, ya que implica también un avance en la territorialización de la organización y del modo de producción familiar campesino. De esta manera, el proceso de territorialización en las parcelas implicó la incorporación de territorio campesino, la resignificación del mismo a través del uso y sentido propio del modo de producción familiar campesino. Del mismo modo, apunta a revertir la concentración de la tierra y el agua en manos empresariales, permitiendo, de esta manera, el acceso a los bienes naturales necesarios para el desarrollo de la producción campesina y principalmente el acceso al agua, ya que, en las parcelas, la disputa por la tierra significa el acceso al recurso hídrico que permite el desarrollo productivo, mejorando la rentabilidad empresarial o la posibilidad de una producción diversa de alimentos a partir del desarrollo de la producción familiar. Por otra parte, a partir de este proceso de investigación, que se centra en el análisis del proceso de territorialización de la organización campesina APENOC en las parcelas del campo fiscal de El Paso Viejo, se reconoce la necesidad de avanzar sobre el estudio de la lógica del agro-negocio a partir de una lectura geográfica, abordando las formas, acciones y relaciones que se dan en y alrededor del agro-negocio, para pensar y comprender los espacios y territorios producidos o construidos por la lógica agro-empresarial y así poder pensar alternativas a este modelo de producción en pos de garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos, frenar la exclusión del modelo de producción familiar- campesino y promover la reforma agraria integral, que permita la producción agropecuaria sin la degradación intensa de los bienes naturales, la concentración de la riqueza y expansión de la pobreza y la miseria. Notas 1. Respecto a este término, si bien no es el objetivo del presente trabajo abordar una discusión al respecto, sí nos parece necesario identificar que esta denominación toma como punto de análisis la región pampeana y la producción que allí predomina que responde a un modelo de país agro-exportador de commodities, y que el avance de la frontera agropecuaria versa sobre los cambios productivos del suelos que, o bien estaba cubierto por bosques nativos, y/o sobre el cual se desarrollaban otras actividades productivas de carácter agropecuario (obtención de leña del monte, producción caprina, apicultura, etc.) vinculadas a las economías regionales o familiares, en las denominadas “áreas marginales” desde el punto de vista del modelo de producción hegemónico 2. La posesión veinteañal es un instrumento legal que reconoce el derecho de propiedad a toda persona que demuestre estar ocupando las tierras en cuestión por un lapso mayor a veinte años, en forma ininterrumpida y pacífica, habiendo realizado mejoras al inmueble. (Domínguez, D., Lapegna, P y Sabatino, P. 2006: 245, en nota al pie) 3. Cuando hablamos del “desarrollo rural” o de “desarrollo territorial rural” nos referimos a aquellas transformaciones sociales, económico-productivas, que ocurren en el espacio rural (pero que no quedan limitadas sólo a este), intentando criticar aquellas visiones eurocentristas de desarrollo cuyo 117


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parámetro de comparación es una cultura, economía, sociedad en general, que no está vinculada a nuestro desarrollo histórico particular y que considera al campesinado en condición de “atraso” por no “adaptarse” a las demandas actuales del mercado debido a su falta de capitalización o a que no se inserta “plenamente” en la economía capitalista, en su modo de producción. Es por ello que al posicionarnos en el marco de la cuestión agraria buscando evidenciar “la necesidad de un debate permanente, en los planos teóricos y prácticos, a cerca del control político y de modelos de desarrollo” (Bernardo, M. F. 2004: 4) que se imponen a América Latina. 4. Se analizan los datos de los CNA de 1988 y 2002 debido a que son comparables entre sí debido a que utilizan las mismas variables de análisis, no siendo comparables con CNA anteriores a 1988. 5. La Explotación Agropecuaria (EAP) es la unidad de organización de la producción, con una superficie no menor a los 500 m2, dentro de los límites de una misma provincia que, independientemente del número de parcelas, produce bienes agropecuarios, tiene una dirección única y utiliza en todas las parcelas que la integran los mismos medios de producción de uso durable y parte de la misma mano de obra. El productor es la persona física o jurídica (sociedad, empresa, cooperativa, organismo oficial, etc.) que en calidad de propietario, arrendatario, aparcero, contratista accidental u ocupante, ejerce el control técnico de la EAP; el productor es tal, independientemente del tipo de tenencia de la tierra (arrendamiento, aparcería, ocupación, propiedad, contrato accidental, etc.) (Slutzky, D. 2006: 7). 6. Es importante destacar las explotaciones en “ocupación” debido a que los pequeños productores y campesinos se encuentran, en la mayoría de los casos, sin poseer la titularidad “perfecta”, esto es ejercer la posesión y tener la escritura del predio (propiedad), sin embargo la posesión de las tierras son heredadas a través de diferentes generaciones, lo que les otorga el derecho legítimo mediante el reconocimiento de la “posesión veinteañal”. A los fines de este trabajo, en el que intentamos comprender procesos de territorialización de la organización campesina APENOC que reclama la “tierra para quien la trabaja” y nuclea campesinos y pequeños productores que han sido víctimas de intentos de desalojos forzosos por ejercer la posesión y no tener la titularidad perfecta, estos datos del régimen de tenencia de la tierra que refieren a “ocupación” adquieren mayor relevancia frente al resto de los datos censales. Al analizar los mismos, observamos que a nivel provincial se reduce en -21.918,9 has la superficie bajo ocupación, y para el departamento de Cruz del Eje en -14.144 has, y en cuanto a las EAPs esta reducción es de -285 y -165 respectivamente. 7. Fuente: Córdoba - Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos; y SAGPyA de la Nación Argentina. 8. La discusión en torno al campesinado es extensa y no se ha saldado en el campo de las ciencias sociales. El campesinado ha sido definido y caracterizado desde diferentes corrientes ideológicas y epistemológicas, Lenin, Chayanov, Abramovay, Shanin, Kautsky, entre otros, han desarrollado diferentes teorías en torno al modo de vida campesino y a su condición de clase o agente “externo” al modo de producción capitalista. Sin embargo retomamos a Margiotta y Benencia para el análisis exploratorio, ya que consideran el campesino como un “agente socioeconómico que posee unidades agropecuarias productivo- domésticas, que bajo cualquier forma de tenencia, producen para el mercado en condiciones de: 1 escasez de recursos naturales (tierra y/o agua, en cantidad y/o calidad) y/o de capital, para la actividad predominante en la zona, y 2 el factor trabajo en razón de las dos limitaciones anteriores es fundamentalmente familiar” (Margiotta, E. y Benencia, R, 1995: 9). Si bien se caracteriza al campesinado por producir para la unidad doméstica primero y luego comercializar su excedente en el mercado. En nuestro caso, el destino de los bienes de uso que genera la unidad doméstica no define la condición campesina, aunque sí reconocemos que el campesinado produce principalmente, para garantizar la subsistencia del grupo familiar. 9. Según datos aportados por la APENOC sobre las campañas de vacunación de bovinos en el año 2003 y en el año 2007, pertenecientes a productores campesinos de la zona, algunos de ellos integrantes de la organización, en este grupo de productores se produjo una reducción del ganado entre dichos años, pasando de 6.100 vacunos en 2003 a 2.448 en el año 2007. 10. El crecimiento de ganado bovino es de 16.591 cabezas más en el año 2002 respecto al año 1988, sin presentar modificaciones en las EAPs. Esto nos podría estar indicando la implementación de ganadería intensiva, feedlot o feed-lot, que refiere al sistema intensivo de engorde a corral. Fuente: Secretaría de agricultura, ganadería, pesca y alimentación de Argentina. 2006. 11. No se pretenden desconocer procesos recientes de ocupación de tierra llevados a cabo en diferentes provincias (Misiones, Mendoza, etc.) por parte de pueblos originarios y campesinos, más no existe un desarrollo científico al respecto y mucho menos generado a partir del campo de estudio de la geografía, que aporten teóricamente a la presente investigación. En el caso de Misiones, “las 118


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organizaciones ligadas a la lucha por la tierra intervienen después de la ocupación para garantizar la permanencia más que para conquistar la tierra” (García, A. 2005:6). 12. El Dique, construido entre los años 1966 y 1978, fue concebido y diseñado para dotar de agua de riego a las parcelas (Plumed Méndez, J. 2006: 3) 13. La asamblea del agua fue un espacio generado a partir de los reclamos de la organización para regular el manejo y distribución del recurso hídrico. Se presenta como una estrategia más en el proceso de territorialización y disputa de la organización, que desarrollaremos más adelante. 14. Con este término hacemos referencia a los productores que hacen uso de las parcelas, ya sean los adjudicatarios de las mismas o quienes las arriendan en la actualidad. 15. La presentación del proyecto estuvo acompañada de una movilización en el centro de la ciudad de Córdoba. 16. En la margen derecha el agua para riego es garantizada por el consorcio, sin embargo, se realiza un manejo del agua que favorece a algunos productores en cuanto al número de horas utilizadas y la cantidad de agua provista a cada uno. Además de ello algunos empresarios de mayor poder compran agua o ejercen presión para el aumento del número de horas por hectárea. 17. En las entrevistas desarrolladas a los miembros de la organización, éstos expresan que una de las dificultades para iniciar la producción en las parcelas era la falta de maquinaria propia y ante esto quienes realizaban esos labores no les querían alquilar la maquinaria, retrasándose de esa manera la producción. 18. Diferenciamos los modos de producción en cuanto el empresariado arrienda la tierra y no habita las parcelas, ejerce el control del territorio desde fuera del mismo: retomando a Sack, “El territorio puede ser usado tanto para contener o retener como para excluir y no es necesario que los individuos que ejercen el control estén dentro del territorio. En realidad, ni siquiera necesitan estar cerca del mismo” (Sack, R. 1986: 2). Así, el proceso de producción y apropiación del territorio difiere de la lógica campesina que prioriza la dimensión simbólica del territorio, ya que le permite la subsistencia de la familia. En cambio, en la lógica empresarial, prevalece la dimensión material del territorio, ya que éste le es funcional (Haesbaert, R. 2008) en tanto provee de recursos naturales que permiten la reproducción del modelo capitalista y del empresariado priorizando la producción para el mercado con un uso intensivo de recursos productivos, alta inversión de capital, producción de pocas especies (monocultivo), uso intensivo de agroquímicos y semillas transgénicas; así como una modernización tecnológica de cada etapa productiva, implicando por ello un uso intensivo de mano de obra generalmente local y de procedencia campesina. Bibliografía BARBETTA, Pablo: El movimiento campesino de Santiago del Estero: Luchas y sentidos en torno a la problemática de la tierra, en: El campo argentino en la encrucijada. Estrategias y resistencias sociales, ecos en la ciudad. Giarraca, N. y Teubal, M. (comp.). Bs. As. Editorial Alianza, 2005. BIDASECA, Karina: Disputas culturales y políticas en torno a las/os campesinas/os sin tierra en Argentina. VII Congreso Latinoamericano de Sociología Rural (2006). Recuperado el: 20 de junio de 2010, de www.rimisp.org. CALIGARIS, Gastón y MIRI, Gonzalo: Acumulación de capital y estructura social en el agro. Elementos para su análisis. V Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales (2007). Recuperado el 22 de mayo de 2010, de agro.unc.edu.ar/extrural/caligaris.pdf CÁCERES, Daniel y otros: Impacto de la expansión capitalista en las estrategias de reproducción social de los campesinos del norte de Córdoba. XIV CONGRESSO BRASILEIRO DE SOCIOLOGIA (2009). Recuperado en junio de 2010, de www.sbsociologia.com.br CERVIÑO, Pedro y otros: Los Campesinos y el derecho a la tierra, en: Informe sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina. CELS - Centro de Estudios Legales y Sociales -. 2002. DOMINGUEZ Diego; LAPEGNA, Pablo y SABATINO Pablo: Un Futuro Presente: Las Luchas Territoriales. En: Nómadas. Nº 24. Colombia. Universidad Central, 2006. DOMÍNGUEZ, Diego y SABATINO, Pablo: La conflictividad en los espacios rurales de Argentina”, en: Laboratorio, Estudios sobre Cambio Estructural y Desigualdad Social. Año 10, número 22. 2008. FERNANDES, Bernardo Mançano. Cuestión Agraria: conflictualidad y desarrollo territorial. 2004. Recuperado 2009, de: http://www.ua.es/grupo/giecryal/documentos/docs/BMFUNESP%202.pdf 119


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ISSN 2314-1913

TRABAJO DE CAMPO Y FORMACIÓN DEL GEÓGRAFO. ALGUNOS APORTES PARA SU REFLEXIÓN1 Gina Lucía Aichino, Lorena Arancibia, Natalia Astegiano, Yamila Asis, Emanuel Barrera, Eugenia Cavanagh, Carolina Cisterna, Diana González, Lucía Luna, Lucas Palladino, Carla Eleonora Pedrazzani y Jeremías Rodigou Resumen Del 15 al 17 de noviembre del 2011, en el Departamento de Geografía de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, se llevaron a cabo las I Jornadas “Formación del geógrafo y trabajo de campo. Reflexiones acerca de su abordaje, articulación y reconocimiento curricular en la carrera de grado”. Recuperar esta experiencia, los aportes y reflexiones dadas en el marco de ese espacio, se vuelve el objetivo central de este artículo. Palabras claves: Trabajo de campo, formación del geógrafo, reflexión, posicionamientos. FIELD-WORK AND GEOGRAPHER TRAINING. Some contributions for its reflection Abstract From 15 to 17 November 2011, in the Department of Geography at the Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, were held the First Conference “Formación del geógrafo y trabajo de campo. Reflexiones acerca de su abordaje, articulación y reconocimiento curricular en la carrera de grado”.Recapture this experience, contributions and reflections given in that context, becomes the central objective of this article. Keywords: field-work, geographer training, reflection, positioning Introducción La edición especial de la primera publicación en formato revista del Departamento de Geografía, enfocada en la producción que este departamento ha tenido y desarrolla en el área de la investigación, se vuelve el espacio ideal para acercar y presentar los aportes y reflexiones que surgieron de las I Jornadas “Formación del geógrafo y trabajo de campo”. Reflexiones acerca de su abordaje, articulación y reconocimiento curricular en la carrera de grado”, dado que consideramos que tanto en los trabajos finales de la Licenciatura en Geografía como en los equipos de investigación de la carrera el trabajo de campo y la forma en que éste se desarrolla posee un rol importante en la formación del geógrafo.

1 El artículo se basa en los registros y la sistematización de las I Jornadas “Formación del geógrafo y trabajo de campo. Reflexiones acerca de su abordaje, articulación y reconocimiento curricular en la carrera de grado”, organizadas por: Lucía Aichino, Lorena Arancibia, Natalia Astegiano, Yamila Asis, Emanuel Barrera, Eugenia Cavanagh, Carolina Cisterna, Diana González, Lucía Luna, Lucas Palladino, Carla Pedrazzani y Jeremías Rodigou y avaladas por el Departamento de Geografía de laFFyH – UNC. Noviembre de 2011.


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De esta forma, este artículo invita a (re)leer los trabajos finales de la Licenciatura y los trabajos de los equipos de investigación como procesos de construcción de conocimiento y aprendizaje en los cuales la formas que adopte o se construya el trabajo de campo no van a dar cuenta de distintos tipos de aprendizaje, de distintos abordajes, de distinta relación entre sujeto-objeto, por ende, de explicar o comprender la realidad. La propuesta de las Jornadas “Formación del geógrafo y trabajo de campo” Las Jornadas mencionadas han tenido su origen en un interés continuo por parte de los estudiantes, egresados y algunos profesores, desde que comenzó la carrera, por la institucionalización y realización de un trabajo de campo integrador de los conocimientos abordados en el cursado de la Licenciatura; una instancia que contemple una articulación de los contenidos desarrollados en las materias obligatorias con la realidad socioespacial. A su vez, tanto estudiantes como egresados, han participado de diversas experiencias sobre trabajo de campo ya sea en los ENG (Encuentro Nacional de Estudiantes de Geografía) de la FADEG (Federación Argentina de Estudiantes de Geografía) como en pasantías, en materias cursadas en intercambios estudiantiles en Brasil, proyectos-equipos de investigación y en las investigaciones de los propios trabajos finales de la Licenciatura. Estos diversos antecedentes sobre la experiencia con trabajo de campo en otros ámbitos nos llevaron a reflexionar sobre: por un lado, la necesidad de ampliar la propuesta curricular del trabajo de campo en nuestra carrera de Geografía; pero por el otro, pensar en las necesarias implicancias metodológicas, epistemológicas y políticas del trabajo de campo en Geografía, sumado a cuestiones que habían estado poco abordadas en nuestra formación. Así empezamos a realizar un trabajo colectivo de estudiantes y egresados de la carrera en torno ala realización de unas jornadas de taller-debate en las que al mismo tiempo se analizara la necesidad de pensar en fomentar y fortalecer dicho trabajo en carrera y también se reflexionara sobre las implicancias teóricas, metodológicas y políticas del trabajo de campo en la formación del geógrafo. En este sentido, como trabajo previo a la planificación y concreción de las jornadas, se conformó a fines del año 2010 y principios del año 2011 un grupo de estudiantes y egresados -quienes luego pasaron a ser la comisión organizadora-. El trabajo de este grupo se fundó bajo un interés de reflexionar, intercambiar experiencias y opiniones acerca del trabajo de campo con el fin de elaborar un proyecto de trabajo de campo integrador para toda la carrera, que posea un viaje de estudio en el cual se articulen conocimientos interdisciplinares. En un principio, el grupo estuvo abocado a dar forma a un proyecto de seminario sobre trabajo de campo a través del cual se planificara de forma conjunta un viaje de estudio con articulación de conocimientos teóricos y prácticos; parte de las actividades desarrolladas fueron: búsqueda de bibliografía y autores que trabajaran sobre el tema, puesta en común de experiencias vividas en distintos espacios, lectura crítica y debates sobre elementos que pudiesen rescatarse para contribuir a la puesta en práctica de un trabajo de campo integrador en la carrera. Sin embargo, esta primera idea de proyecto excedió la capacidad y recursos del grupo, por lo cual se decidió realizar una jornada en el cual el debate y reflexión fueran más 123


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amplios que los del propio grupo. De acuerdo a ello, el objetivo central de las jornadas fue realizar una reflexión teórica-metodológica sobre la importancia del trabajo de campo en la producción y construcción de conocimiento geográfico haciendo hincapié en la articulación entre conceptos, teorías y procedimientos metodológicos propios de la disciplina y de otras disciplinas afines. En este sentido, el Boletim Paulista de Geografía (2006) en el primer párrafo de su editorial plantea: “Algunos días de trabajo de campo valen más que muchas clases, cursos y ponencias. Lo que se aprende y aprehende no está en los libros o en los archivos y no sale de la boca de los docentes. Ese contacto fuera de los altos muros de la Academia es importante para la formación de cualquier geógrafo, siempre que el viaje no tenga la modalidad de turismo. Es lejos de la sala de clases donde se puede comprender plenamente la información que es transmitida no solo en el contenido del discurso, sino también en el tono de la voz, en la expresión, en los trayectos y en la forma como el Otro evita responder ciertas preguntas. Es en las entrelíneas y en los actos-fallidos que las dudas son aclaradas y cuestiones son desvendadas, además de tantas otras que surgen, instigándonos a conocer más y más… (…)” (Associação dos Geógrafos Brasileiros, 2006:5. La traducción es nuestra). Lo expresado anteriormente se convirtió tanto en un elemento de motivación para la realización de las jornadas como en un posicionamiento político respecto al papel del trabajo de campo en la formación del geógrafo. En la comisión organizadora se tomó como premisa y punto de partida el considerar, como un aspecto ineludible, el papel fundamental que le cabe históricamente al trabajo de campo como elemento constitutivo en la formación y profesión del Geógrafo. La Geografía, en sus comienzos y a lo largo de su historia, se ha desarrollado en íntima relación con el trabajo de campo; presentándose este último como un elemento constitutivo de la propia disciplina. Desde los viajes, cartografías y expediciones hasta los estudios más enfocados en abordajes culturalistas, el trabajo de campo ha sido definido, redefinido y re-significado a lo largo del tiempo por las diversas corrientes teóricas y prácticas que atravesaron nuestra disciplina; como sostiene Perla Zusman (2011) en acuerdo con el concepto de tradición disciplinar de Livinsgstone(1993), el trabajo de campo (como la tradición disciplinar) en la Geografía fue pensado desde diversos enfoques situados en diferentes contextos temporales y espaciales. En este sentido, siguiendo el rastreo de esta autora, en la década de los 70’- 80’ diversos autores (Lacoste, 1985; Kayser, 1985; Tricart, 1980; Oliveira, 1985, entre otros) han discutido sobre el sentido del trabajo de campo para el geógrafo y desde propuestas vinculadas a la Geografía Radical y Crítica(1). En estos trabajos se considera a esta instancia como central en la definición de los problemas y preocupaciones de la disciplina, como un momento de articulación entre teoría y práctica y como un espacio de compromiso con las comunidades (Katz, 1994). Consideramos, entonces, que el trabajo de campo en Geografía requiere de una reflexión y un 124


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reconocimiento de su importancia dentro de la disciplina junto a una definición de espacios de conceptualización adecuados al contexto y fenómenos abordados. En referencia a ello, el eje de análisis y articulación de las jornadas fue el trabajo de campo en tanto formación, investigación y extensión. En este marco, se planteó como fundamental discutir las diferentes visiones del trabajo de campo en la Universidad, en las Ciencias Sociales y en la Geografía, con especial énfasis en sus implicancias políticas, epistemológicas y metodológicas. Asimismo, como mencionamos anteriormente, el interés en las jornadas radicó en la construcción de un espacio para la reflexión y aporte a la institucionalización de un trabajo de campo en la carrera (Licenciatura en Geografía de la FFyH- UNC), como instancia de trabajo e integración de contenidos y aprendizajes acerca del desenvolvimiento de saberes, conocimientos y prácticas espaciales. Estructura de las Jornadas Las Jornadas fueron pensadas en un formato de exposiciones, talleres-debates y trabajos en grupo a fin de que se logre una participación dinámica entre los participantes y asistentes. La intención fue la de aproximarse al trabajo de campo en Geografía y desde allí, realizar una reflexión conjunta y colectiva en base al diálogo y participación acerca de su implicancias e importancia en la formación del Geógrafo y en la producción/construcción de conocimiento geográfico. La estructura estuvo planteada para tres días de trabajo en jornadas de 6 hs durante la tarde, abiertas al público en general, pero con énfasis en la participación de estudiantes, egresados y docentes de la Licenciatura en Geografía de la Universidad Nacional de Córdoba. Se organizaron como un espacio de debate y participación, en el cual se partió de ideas y experiencias sobre trabajos de campos llevados a cabo por distintos grupos para luego adentrarse en aspectos de orden teórico en donde se discutieran los supuestos epistemológicos y ontológicos del trabajo de campo de forma general en Geografía y en las Ciencias Sociales. De este modo, las jornadas se estructuraron en tres ejes con dos bloques cada uno; los primeros bloques, se destinaron a la exposición de experiencias sobre trabajos de campo en distintos ámbitos (trabajos de tesis de grado, trabajos de equipos de investigación de las cátedras del Departamento de Geografía y experiencias de extensión pertenecientes al mismo Departamento como también de otros estudiantes y docentes). Y los segundos bloques, fueron propuestos como talleres de trabajo, discusión y plenario en grupo sobre textos seleccionados según la temática correspondiente del eje. Eje 1: Trabajo de campo e investigaciones. Experiencias, posicionamientos y enfoques. Bloque 1 - Maneras de hacer trabajo de campo en la investigación: aquí se presentaron experiencias, reflexiones y propuestas teórico-metodológicas sobre el trabajo de campo desarrollado en proyectos de investigación y en los trabajos finales de la Licenciatura. Las reflexiones giraron en torno a las formas de abordar el trabajo de campo según la perspectiva metodológica que ha guiado las investigaciones, el lugar e importancia que tuvo éste en cada experiencia de investigación, el posicionamiento y rol del investigador, las implicancias políticas personales a la hora de llevarlo a 125


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cabo, el proceso de reflexión, definición y redefinición de este último en base a la estructura teóricometodológica planteada. Los proyectos de investigación presentados fueron: “La Institucionalización de la Geografía en Córdoba: Contextos, sujetos, prácticas, discursos e instituciones (1878 – 1984)” (2008-2009), “Los saberes sobre el territorio en el proceso de institucionalización de la Geografía en Córdoba (1878-1984)” (2010-2011). Directora: Perla Zusman, Co-directora: Gabriela Cecchetto. “Dinámica social y territorial en relación a problemáticas del uso del agua. Estudio a nivel de cuencas en la vertiente oriental de las Sierras Chicas. Director: Gabriel Saal, Co-director: Sergio Chiavassa. Y los trabajos finales de la Licenciatura en Geografía: “Aproximaciones al proceso de producción del espacio. El caso del barrio ‘Ciudad de Mis Sueños’”. Autora: Carolina Cisterna. Año: 2011. “Procesos de Comunalización y Territorio. El caso de la Comunidad Comechingona del Pueblo de La Toma (2008-2009)”. Autor: Lucas Palladino. “Territorialidades Urbanas y Fronteras Simbólicas. Un análisis desde las políticas habitacionales implementadas en IPV de Argüello de la Ciudad de Córdoba- Argentina”. Autora: Carla Eleonora Pedrazzani. Año: 2011. “Procesos de territorialización de la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC) en torno al régimen de tenencia y posesión de la tierra en el noroeste de Córdoba: el proceso de ocupación de las Parcelas en El Paso Viejo. Autora: Melisa Soledad Suárez. Año 2010. Bloque 2 – Repensando el trabajo de campo. Introducción a algunos posicionamientos y enfoques: aquí se armaron grupos de trabajo, en donde se realizó la lectura de artículos y publicaciones en las cuales se discuten los significados e implicancias del trabajo de campo en la producción y construcción del saber geográfico y debate sobre supuestos epistemológicos y ontológicos. Las preguntas que orientaron este bloque, fueron:¿Cómo se plantea en el texto la relación teoríametodología-posicionamiento político e ideológico en el trabajo de campo? ¿Cuál es el o los enfoques teóricos que se pueden identificar a partir de la lectura del texto? ¿Cuál es el posicionamiento que toma el autor y cuáles son sus implicancias? Los textos selecionados(2)fueron: Alentejano, Paulo y Rocha-Leao, Otávio (2006) Trabalho de campo: Uma ferramenta esencial para os geógrafos ou um instrumento banalizado? Katz, Cindi (1994) Jugando en el campo. Cuestiones referidas al trabajo de campo en Geografía. Pedone, Claudia (2000) El trabajo de campo y los métodos cualitativos. Necesidad de nuevas reflexiones desde las geografías latinoamericanas.

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Eje 2: Experiencias de trabajo de campo, posicionamiento y enfoques Bloque 1 – Recuperando experiencias: este bloque estuvo pensado como un espacio participativo de socialización y diálogo con distintos grupos que han desarrollado diferentes experiencias de trabajo de campo. Se presentó como un espacio de intercambio y reflexión en torno a: los posicionamientos y enfoques que tenían cada uno de los grupos de sus experiencias, el marco teórico desde el cual trabajan, las preguntas o cuestionamientos que impulsaron a que la iniciativa se desarrolle, el modo de aproximación al campo, aspectos referidos a las relaciones sujeto-objeto y el posicionamiento político. Las experiencias convocadas, fueron: Aula de Montaña: proyecto de Ordenamiento Territorial en La Calera -Reserva La Perla Colectivo “Los Otros mapas”: cartografía social como una de las formas de hacer Trabajo de Campo. Proyecto de Extensión: equipo extensionista de docentes y estudiantes de la Licenciatura en Geografía que lleva a cabo un proyecto comunitario en torno al agua en una comunidad del norte de la provincia de Córdoba. Representantes FAdEG: formas de abordar, pensar y hacer el Trabajo de Campo en los Encuentros Nacionales de Estudiantes de Geografía. PASANTIA 2011: Asambleas auto-convocadas de La Rioja. Bloque 2 - Repensando el trabajo de campo. Introducción a algunos posicionamientos y enfoques: en este bloque, al igual que en el segundo bloque del primer eje, se trabajó en grupos en donde se realizó un taller de discusión acerca de artículos y publicaciones en los que se discuten los significados e implicancias del trabajo de campo en la producción y construcción del saber geográfico. Aquí las preguntas que guiaron el debate fueron: ¿Qué es el campo y cómo se delimita? ¿Es sólo el lugar donde se encuentran los informantes? ¿Cómo se construyen el campo y los datos, y cómo se relaciona con lo metodológico, con los problemas? Cabe destacar que en este bloque también incorporamos discusiones sobre el proceso de “entrada” al campo, las representaciones de los investigadores sobre los investigados y sobre la idea de “viaje” que implicaría pensar que el campo es un deslocamiento espacial o que el investigador tendría que irse de su cotidiano para realizar un trabajo de campo (Krotz, 1991). A partir de discutir la concepción antes mencionada, reflexionamos sobre la posibilidad de pensar en otras posibilidades de trabajo de campo a partir de la teoría de la Deriva de Guy Debord a través del texto de Flávia Da Silva (2004). Los textos seleccionados para la discusión fueron: Serpa, Angelo (2006) O trabalho de campo em geografia: uma abordagem teóricometodológica. Krotz, Esteban (1991) Viajes, trabajo de campo y conocimiento antropológico. Da Silva, Flávia (2004) Aproximar sem reduzir: as derivas e a pesquisa de campo em geografia urbana.

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Eje 3: Trabajo de campo en la formación del geógrafo y como integración de contenidos Bloque 1 – Experiencias de trabajo de campo en la currícula: se presentaron reflexiones sobre propuestas metodológicas de trabajo de campo en equipos de cátedra, viajes de campo realizados: propuestas, planeamiento, dificultades, presupuesto, costos, cantidad de personas. Asimismo, se realizó una presentación de experiencia de salidas de campo y viaje de estudios de estudiantes intercambistas nativos y extranjeros que han cursado materias en otras universidades nacionales e internacionales. El objetivo de este bloque fue el de adentrarse a las experiencias sobre trabajos de campo, viajes de estudio existentes en las cátedras o en la currícula de la carrera. Algunas preguntas que nos introdujeron en esta reflexión, fueron:¿De qué forma se plantea el trabajo de campo en términos de gestión? ¿Cómo se piensa teóricamente? ¿Cuáles son los objetivos? ¿Para qué sirve el trabajo de campo? Planificación –Dificultades –Trabajo anterior y posterior- Sistematización – ¿Cómo es planteado en la cátedra, como constatación de teoría y recopilación de datos u otras formas? Aquí participaron las cátedras de Geografía Física, Seminario de Organización Territorial I (Urbana) y Seminario de Organización Territorial II (Rural).A ello, le sumamos un espacio denominado “Intercambistas”, en donde tanto estudiantes nativos como internacionales presentaron experiencias de trabajo de campo desarrolladas en los intercambios académicos en universidades de otros países (Brasil – Alemania). Bloque 2 –Sistematización: aquí, se planteó una división en grupos de trabajo en los cuales se sistematizó lo desarrollado, lo trabajado, discutido y reflexionado en el transcurso de las jornadas, con hincapié en los aportes de las experiencias presentadas y los talleres de discusión. La intención de la sistematización de las jornadas estuvo ligada a dos ejes: el primero, como una síntesis de los debates y reflexiones dadas a lo largo de las jornadas aportando a la construcción colectiva de conocimiento sobre la temática; y el segundo, como un espacio para rescatar cuestiones positivas del trabajo de campo, limitaciones y posibilidades nuevas a partir de iniciativas creativas que nos permitan trabajar sobre un proyecto de trabajo de campo institucional/es para la Licenciatura en Geografía. Reflexiones, ideas y aportes en torno al trabajo de campo en Geografía El sistematizar el cúmulo de ideas, debates y reflexiones dado en las jornadas luego de un intenso trabajo colectivo quizás sea la tarea más difícil. Sin embargo, intentaremos ser fieles a cada uno de los aportes que se realizaron en los distintos ejes y bloques presentados. En este sentido, una reflexión que atravesó todo el desarrollo de las jornadas fue el considerar, en coincidencia con Perla Zusman (2011), que no existe una sola forma de realizar un trabajo de campo sino que se presenta una diversidad y complejidad de formas de hacerlo; ello se da cuenta en los aportes que la Geografía toma de otras disciplinas. Hay idealizaciones/exotizaciones sobre el campo, pero también rupturas(3) que poseen un rol importante en la construcción del conocimiento. El campo es relacional y, al decir de Cindi Katz (1994), se presenta como una práctica espacial y discursiva. Esto implica pensar lo 128


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cotidiano como campo, como un sistema de relaciones donde los procesos no los inaugura uno, sino que son procesos en curso. Ver el trabajo de campo como un momento en ese proceso es adoptar otra posición ontológica frente a una realidad concebida como externa a los sujetos, que genera situaciones en ese lugar. Esta postura nos obliga a pensar el posicionamiento del sujeto académico (investigador o extensionista) que desarrolla el trabajo de campo, al incorporar aspectos que giran en torno a un sujeto jugando en un campo(4). Pensarse, situarse como un aporte más, implica considerar que el campo nos antecede y precede; es un momento dialógico entre y con los actores, en un proceso que está en conflicto y devenir. Se trata de un posicionamiento político-ideológico, pero también ontológico y epistemológico respecto a cómo se concibe la/s realidad/es y a la relación sujetoobjeto. Es un proceso de tensión y construcción de conocimiento en donde se articulan y dialogan los saberes. Existen desplazamientos, posicionamientos, recorridos, se está en el campo en medio de relaciones de poder y dar cuenta de las tensiones existentes es justamente parte de la construcción de conocimiento (Pedone, 2000). En los debates generados a lo largo de las jornadas se coincidió en afirmar que en el trabajo de campo se atraviesan subjetividades propias y las de los propios sujetos partícipes en él. Hay desplazamientos constantes que lo transforman a uno y a otros. No se trata de algo acabado, sino de un proceso de articulación y construcción de conocimientos, donde se construye un espacio en base a las experiencias de uno y de los otros. En las reflexiones dadas entre los participantes de las jornadas, se coincidió en otorgarle una gran importancia -dentro del trabajo de campo- al proceso de articulación entre teoría y práctica, a la existencia de un posicionamiento teórico previo a la situación de campo. Entender de qué manera influye en el contacto con las prácticas de los sujetos y grupos investigados; en donde el trabajo de campo no es un objeto en sí mismo, una realidad aparente y fuera del sujeto que recoge datos, ni tampoco él es un recorte espacio-temporal del investigador, más bien antecede y participa dialécticamente en la producción de conocimiento. Consideramos, entonces, que la teoría no está desprendida de la práctica, ni ambas de la política. Un hecho sobre el cual giraron, también, diversas experiencias y debates a lo largo de las jornadas fue el de las relaciones y posicionamientos imbricados en el trabajo de campo, aquí se puso en tensión la relación entre la universidad y la sociedad. El trabajo de campo como parte propiamente de lo académico y de producción de conocimiento “científico” versus trabajo de campo como una fase de la investigación pero en negociación con las reivindicaciones de los propios sujetos, de los colectivos (Katz, 1999(5), con involucramiento y participación activa por parte de quien posee el rol de investigador(6). Una interpelación y cuestionamiento sobre ¿Qué lleva uno? ¿Qué deja? ¿Se piensa el campo como un laboratorio donde uno va y observa? ¿Qué esperan los otros? ¿Qué relaciones se establecen? ¿Hay una única manera de hacer el campo desde la academia? ¿Existe una dicotomía entre academia y política? En relación a ello, existieron varios planteamientos; pero todos ellos en concordancia con el posicionamiento de una práctica académica con involucramiento político tanto para reivindicar luchas 129


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como para problematizar y cuestionar la/s realidad/es; donde no se trate de “llevar” o “dejar” algo sino de trabajar conjuntamente sobre algo, donde existan rupturas con lo que se concebía previamente acerca de esa realidad, de la sociedad, donde la relación sujeto-objeto no se presente escindida y la realidad posea una entidad por fuera del pensamiento y de la práctica de los propios sujetos, sino que la teoría posea una función práctica, plantear la teoría como praxis, que esté destinada a la acción política, donde la realidad esté vinculada a los propios sujetos, a las construcciones ideológicas de las prácticas y a las condiciones materiales de éstas(7). Otra cuestión que se planteó fue que no existe un trabajo de campo propio “de” la Geografía o inherente a la propia disciplina, ya que en el desarrollo de los trabajos de campos se presenta una articulación de enfoques teóricos-metodológicos tanto de la propia disciplina como de diferentes disciplinas en ciencias sociales. En este sentido, coincidimos con Paulo Alentejano y Otávio RochaLeao (2006), quienes plantean que desvincular la teoría de la práctica lleva a banalizar el trabajo de campo, a cosificarlo; para que no se banalice debe estar anclado en una base teórica, pero redefinirse en la articulación de teoría y práctica. El campo no posee una entidad aparte o por fuera, sino que se construye en el mismo momento de aprendizaje; una instancia de formación que no se puede ejercer sólo en las aulas. Desde el momento en que como sujeto en el campo académico, se desarrolla algún tipo de experiencia como pasantía, investigación, extensión, ya se problematiza algún aspecto de la sociedad y de esta forma se vincula con el trabajo de campo, dado que la forma de concebir, de pensar la realidad implica un posicionamiento ontológico, epistemológico y metodológico. En relación a ello, se rescató del texto de Esteban Krotz (1991) y a su planteo de que el conocimiento no es algo acabado, que los lugares, el propio campo, redefinen y reconstruyen la mirada, hacen que se vean las cosas y a uno mismo de otra manera, de otra forma, con otro contenido; se va modificando la percepción, la perspectiva. Y aquí el campo no se delimita por un espacio sino que es un proceso en donde se ajusta la mirada, se re-significa lo conocido, se desnaturaliza lo cotidiano. Trabajo de campo no significa irse a un lugar localizado lo más lejos posible, puede realizarse en la movilidad habitual, en el mismo barrio donde se vive. Nuevamente sumamos los aportes de Cindi Katz(1994) al pensar que los investigadores (o en este caso los involucrados) no están en otro espacio, más bien ellos están situados en un espacio intermediario. En relación a ello, retomamos una idea reiterada entre los participantes: la de que no existe una sola forma de hacer trabajo de campo(8) y que hay que jugar con la multiescalaridad del campo (Serpa, 2006). Todos estos aspectos en torno al trabajo de campo, nos llevaron a reflexionar sobre un debate alrededor dela denominación que se le otorga a este proceso: ¿salida o entrada de campo? Salida de campo vs. entrada de campo. Trabajo de campo ¿una posible solución? ¿Salida o entrada de campo? Es una discusión que ha sido y es debatida en el desarrollo de los distintos Encuentros Nacionales de Geografía – ENEG(9). El paso de la denominación “salidas de campo” al de “entradas de campo” no fue un cambio fortuito, sino que estuvo en directa relación 130


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con el posicionamiento de la Federación Argentina de Estudiantes de Geografía –FADEG(10) acerca del perfil profesional del geógrafo y del compromiso político con la/s realidad/es y la sociedad. Desde sus comienzos, en los encuentros se realizaban “salidas de campo” en donde se iba a distintos lugares con el fin de conocer problemáticas desde la propia voz de los involucrados y se trataba, generalmente, de una actividad de tipo descriptiva. Es a partir del 6to Encuentro que esta instancia tomó otra forma y comenzó a denominarse “entradas de campo”; aquí, el contacto de los estudiantes participantes con la realidad/problemática territorial local pasó a establecerse como: “…un contacto más estrecho con organizaciones sociales de base, asentadas en un territorio determinado y con problemáticas específicas. Esto nos permite aprehender realidades socio-espaciales determinadas en todos sus aspectos, posicionándonos sobre el terreno, interactuando con los sujetos, comprometiéndonos con la parte de la realidad ignorada por la academia: el saber popular, el conocimiento vulgar, la subjetividad de sujetos únicos e irrepetibles” (FADEG)(11). A partir de esa decisión, las “entradas de campo” pasaron a tener otro formato y contenido dentro de los Encuentros. En relación a ello, Maia Krakowiak y Martina Lewin Hirschhorn (2011) plantean que como nuevos objetivos de estas instancias se presentan: el ampliar la visión sobre las realidades locales y problemáticas que muchas veces se encuentran invisibilizadas en los distintos lugares, el construir y reconstruir conocimientos a través de la vinculación y el diálogo con diferentes grupos, comunidades, organizaciones y movimientos sociales, el promover una participación activa y compromiso por parte de quienes participan en el Encuentro, el incentivar trabajos y proyectos conjuntos entre los estudiantes y las organizaciones - movimientos sociales, el comprometerse y conocer problemáticas territoriales concretas y cotidianas, el pensar y redefinir prácticas académicas y militantes; y de esta forma reforzar el posicionamiento de un geógrafo comprometido con realidades concretas. Debemos reconocer que la instancia denominada “entrada de campo”, en el marco de los ENEG y la FADEG, es producto de un proceso histórico en construcción; por lo tanto sigue abierto a las transformaciones que pongan en evidencia su significado fundamental para la Geografía y los geógrafos. En relación a ello, consideramos que la apertura al debate tanto ontológico-epistemológico como metodológico se encuentra atravesado por limitaciones espacio-temporales que permiten un conjunto de acciones a futuro con los movimientos sociales, pero que a la vez dificultan también una continuidad. Aquí rescatamos el hecho de que el espacio dedicado a la salida/entrada de campo ha estado relacionado con una motivación de los estudiantes de Geografía, en base a una inquietud e interés por conocer otros procesos de organización, otras miradas sobre la realidad en otros lugares y que además apuntan a superar la barrera cultural del académico y permitirse poner todos los sentidos en situación; lo que produce también un encuentro emocional con la problemática, las personas y el espacio en relación. 131


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De acuerdo a las reflexiones dadas en estas primeras jornadas, ponemos a consideración, desde la comisión organizadora de éstas, una nueva forma de denominación de estas instancias donde no se haga referencia a “salir” o “entrar” al campo sino que se “trabaje” en el campo. Hablar de trabajo de campo implica un determinado posicionamiento ontológico, epistemológico, metodológico y esencialmente político; un modo de entender la constitución de la realidad social y de pensar desde allí la construcción de conocimiento académico. En este sentido es que proponemos la denominación trabajo de campo, como forma de dar cuenta de un posicionamiento en el cual no existe una actividad teórica de construcción de la realidad aislada de la práctica, ni tampoco una práctica aislada de la teoría, sujeto-objeto no se encuentran escindidos, no hay una distinción entre ambos, no hay una fragmentación de la realidad; ésta última es tanto consecuencia de las acciones y construcciones ideológicas de los sujetos como de las propias condiciones de esas prácticas y acciones. Consideramos que el referirse a “salida” o a “entrada” implica concebir la realidad social como externa a los sujetos. Si bien con “entrada de campo” se incluye un contacto, una vinculación, una acción y un tomar parte con los otros, en su propia connotación lleva implícita la exterioridad de la realidad, donde se puede producir un adentro y un afuera; y a partir de la cual se pueden llegar a establecer y entrecruzar ciertos sesgos del pensamiento positivista en las Ciencias Sociales. Nuestra postura es la de pensar y aportar a la construcción de trabajos de campo como un espacio de reflexión, de problematización de la realidad y de construcción de conocimiento, de prácticas y de acciones conjuntas y transformadoras; un espacio en el que se está en el campo y en el que se posee conciencia acerca de los desplazamientos elegidos tanto por el considerado académico como por los de las organizaciones sociales, grupos y comunidades con las que se trabaje. Un trabajo de campo que sea praxis. A partir de este posicionamiento, es que reflexionamos sobre las propuestas de un trabajo de campo como integrador de contenidos y conocimientos en la currícula de la Licenciatura en Geografía. Viaje de estudio en la currícula: debates y propuestas Un interés que atravesó todo el desarrollo de las jornadas fue el de consensuar una propuesta, que se institucionalice a nivel de la carrera, de un trabajo de campo que contemple un viaje de estudio y que posea la función de integrar los conocimientos abordados a lo largo del cursado de la Licenciatura. A partir de este interés, se dieron diversos debates, reflexiones y propuestas; en todos ellos se coincidió en rescatar la importancia que posee para la formación del geógrafo la existencia de un viaje de estudio/trabajo de campo propio de la carrera y como parte de la currícula. Desde las cátedras(12) que realizan trabajo/viajes de campo, surgieron como propuestas: articular dos o tres cátedras para realizar un trabajo de campo donde no sólo se integre conocimiento sino que se conozca/n la/s realidad/es desde diferentes aspectos; que no se produzca en la carrera una desconexión entre teoría y realidad. Se planteó la necesidad de que este trabajo de campo institucional se realice en forma conjunta entre diversas cátedras con el fin de articular conocimientos y como momento de cierre del proceso de enseñanza-aprendizaje, al plantearse como un espacio de encuentro con los hechos, al

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observar los patrones y procesos en diversas escalas, al aprehender a construir conocimiento a partir del diálogo de saberes con quienes viven en esa realidad. En esta propuesta se resaltó el que se debe prestar atención a la postura del académico o investigador desde la cual se relaciona con el campo, ya que “si uno va a proyectar algo y no ha estado con la gente, no va a estar realmente inmerso en la realidad. La gente que vive en el campo tiene un conocimiento incalculable”(13). Asimismo, se planteó que tanto el contenido teórico como las herramientas necesarias para realizar un trabajo de campo, se deben desarrollar como un proceso en las cátedras con las que se articule(14) y que se debería pensar algún formato de evaluación ya sea de forma separada o conjunta en un trabajo interdisciplinario. Como otro aporte, surgió la idea de que el trabajo de campo debería tener como finalidad la producción de publicaciones que colaboren con la renovación de la bibliografía existente sobre la provincia de Córdoba. En esta propuesta, desde las cátedras que realizan viajes de campo fueron resaltados los siguientes aspectos: la importancia para la Geografía del contacto directo con el propio objeto de estudio, el viaje de estudio/trabajo de campo como momento de articulación de lo teórico con la/s realidad/es en donde se vivencien los conceptos que se trabajan en el aula, oportunidad de contrastar situaciones, complejizar la realidad, poner en juego conceptos teóricos en terreno, sistematización de los trabajos de las salidas para que esos mismos estudiantes u otros le otorguen valor y puedan recuperar experiencias, que sirva como experiencia previa al desarrollo de los trabajos finales de la licenciatura, trabajo de campo como momento de aprendizaje donde se entabla una relación con otros, se escucha al otro, se vencen miedos y barreras de comunicación con el otro y donde el “otro” deja de observarse desde aspectos teóricos y se vuelve real. Del espacio denominado “Intercambistas”, se rescató, como aporte para la reflexión, la planificación del trabajo de campo en tres fases. Una, de “sensibilización”, en donde se proponen textos, se busca bibliografía del lugar, cartografía, análisis estadísticos, entre otros. Otra, dada por el propio trabajo/viaje de estudio en sí, en donde todo lo referente a la fase anterior se pone en práctica. Y por último, la fase de elaboración de un diario de campo en donde se realice un informe de la cronología y lo trabajado. También se recuperó la utilización de diversas metodologías para realizar el trabajo de campo, como ser: derivas(15), educación popular o no formal, trabajos comunitarios, trabajos/actividades desarrolladas en varios días, planteamiento de un eje central pero con diferentes problematizaciones según dimensiones, entre otros; aquí se resaltó tanto el hecho de que los estudiantes tengan una participación activa y compromiso a lo largo de todo el proceso, como la realización de informes finales de estos trabajos, en donde la práctica sea articulada con una profundización teórica y que este informe se exponga o publique en el ámbito de la universidad. De las experiencias de viajede estudio en otras carreras de Geografía del país(16), se coincidió con que el trabajo de campo/viaje de estudio conforme parte de la currícula, que sea de carácter obligatorio para cumplimentar con el plan de estudios realizar al menos uno durante el cursado de la Licenciatura, que sea organizado articulando varias cátedras y contenidos, con la participación de estudiantes y egresados, con planificación previa, como un espacio de formación y como un momento 133


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en el cual la universidad trabaje de manera conjunta con grupos, organizaciones, comunidades con las cuales se posea un contacto previo, que exista un seminario en el que se planifique el trabajo de campo y en donde se desestructuren teorías, experiencias y prácticas estructuradas. Otro aspecto en discusión fue lo referente a presupuestos y recursos necesarios para poder establecer en la carrera un trabajo de campo institucionalizado. El debate giró en torno a si los recursos económicos con los que se cuenta restringen su realización o no. Respecto a ello, la primera idea que generalmente surge es la asociación directa entre menor presupuesto, mayores restricciones; sin embargo, esta asociación se refutó a través de lo que se debatió durante las jornadas. Se hizo hincapié en ampliar la visión sobre las diversas formas en las que se puede realizar un trabajo de campo, y que para muchas de ellas no es necesario contar con gran cantidad de recursos económicos. Y a su vez, se plantearon diversas estrategias de costeo de los gastos; como ser: presentación de proyectos en distintas áreas de la universidad donde haya financiamiento, recaudar recursos para un fondo común con este fin, entre otros. Hasta aquí, hemos dado cuenta de todos aquellos aportes e ideas que se recuperaron acerca de la realización de un viaje de estudio/trabajo de campo como parte del plan de estudios de la carrera. En los párrafos siguientes, queremos dar cuenta de los debates y reflexiones que se dieron, entre los participantes de las jornadas, en torno a ello. Una propuesta compartida fue que el punto de partida para organizar un trabajo de campo en la carrera, debe ser el reconocer el abanico de posibilidades y formas de poder llevarlo a cabo. Poder pensar este trabajo de campo como un proceso esencial en la formación del geógrafo en el cual se produzcan rupturas pero también, a través de las vivencias, se plantee una articulación de teoría y práctica; donde exista una participación activa, compromiso de los estudiantes y relación de la Licenciatura con la sociedad. En este sentido, se planteó la idea de que se organice un seminario sobre trabajo de campo en el cual no exista sólo una reflexión acerca de técnicas, metodologías y formas de realizarlo, sino que sea un espacio desde donde se planifiquen conjuntamente los objetivos y el viaje(17); en donde se discutan distintos condicionantes, se rescaten las prácticas de esas experiencias, se permita crear continuidades para próximos trabajos y se desestructuren prácticas y conocimientos estructurados. En este marco, la propuesta de un trabajo de campo como integración de contenidos y conocimientos en diálogo toma potencia para futuros proyectos sobre su institucionalización en la currícula. Conclusiones Un eje transversal en todas las discusiones, fue la importancia de la realización de las jornadas como forma de colocar en debate conjunto el trabajo de campo en la carrera. Este espacio se pensó como un lugar de encuentro entre profesores, estudiantes y egresados donde se articularon experiencias y se trabajó desde el dialogo y la participación. También se lo planteó como un ámbito donde no sólo se reflexione sobre la propuesta sino que se problematicen posicionamientos políticos e ideológicos y se reconozcan y debatan aspectos ontológicos, epistemológicos, metodológicos acerca del trabajo de campo y de la propia formación de los geógrafos. 134


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En este sentido consideramos que los debates presentados en los diferentes ejes y bloques seleccionados nos aportan a problematizar: a)- el trabajo de campo como “viaje”, como desplazamientos físico; y asociado a esto, la imaginación de que mientras más “salimos” más conocemos. Esta noción supone un trabajo como objeto que sólo es pasible de aprehender mediante “salidas” o “entradas” que suponen que el verdadero conocimiento se encuentra por fuera de la academia, como si ésta no formara parte de la realidad socioespacial pensada como totalidad; b)- El trabajo de campo como recorte metodológico de la investigación, como momento del proceso de investigación. Por el contrario pensamos que el campo atraviesa al mismo investigador, es el mismo campo quien sitúa al investigador para realizar situaciones de campo, porque las decisiones del investigador no nadan en un vacío, ellas están atravesadas por relaciones de poder que lo producen; c)- La visión de los sujetos investigados, las exotizaciones y romantizaciones de los sujetos; tanto en el sentido antropológico como político (los sujetos estudiados son seres ideales, sujetos políticos o simplemente sujetos pasibles de escuchar y colaborar desinteresadamente sobre las preguntas que deseamos hacerles y anticipadamente rogamos que nos respondan) cuando en realidad las contradicciones, negociaciones no son buenas ni malas sino partes constitutivas de lo social. Las jornadas aportaron a elaborar una base a partir de la cual podemos pensar reflexivamente no sólo sobre la incorporación de trabajos de campo en la carrera sino también el papel del trabajo de campo en nuestra formación de investigadores comprometidos con la Sociedad. El escucharse, el compartir, el encontrarse, el reconocer otros saberes, el problematizar, el pensar en los Otros, en procesos, relaciones, conflictos, el de-construir y reconstruir conocimientos, se convirtió en una experiencia que una vez lograda no se puede ignorar en una ceguera de política metodológica y académica. A partir de aquí este espacio abre e invita a la continua participación y reflexión para construir nuevos espacios institucionales, para desarrollar e incorporar nuevas propuestas y por sobre todo para pensar cualitativa y cuantitativamente en más y mejores trabajos de campo en Geografía. Notas (1) Además podemos incorporar la propuesta de W. Bunge (1969) quien, desde una postura marxista, ha sido el primero en criticar tanto el distanciamiento de la geografía tradicional (especialmente la regional) frente a los sectores sociales que estudia, como la falta de compromiso político de los investigadores. Frente a ello Bunge sugería fortalecer las “expediciones geográficas” hacia los “paisajes ocultos” (paisajes marginados por la especulación de suelo capitalista)manteniendo el geógrafo la advocacy, una actitud de compromiso para denunciarlas injusticias sociales de los sectores más desfavorecidos (Mattson, 1978). (2) Los textos fueron seleccionados de acuerdo a la temática trabajada en cada eje. (3)Se refiere a los planteamientos de Pierre Bourdieu, Jean-Claude Chamboredon y Jean-Claude Passeron (1988) en Pierre Bourdieu (2003). (4) Lo de “sujeto jugando en un campo” posee relación con lo planteado por Pierre Bourdieu en diferentes textos(2003, 2008).Se puede hacer referencia también a las elaboraciones realizadas por Cindi Katz (1994). (5)Estas discusiones están basadas sobre la propuesta de “políticas de trabajo de campo” de Cindi Katz (1994), también en lo que se refiere a las relaciones de negociación y colaboración entre investigador-investigados en Palladino (2012); y a las relaciones del trabajo de campo y los modos 135


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de entrada como preocupaciones políticas en el trabajo de campo se pueden ver los trabajos en Lucía Aichino (2011) Carolina Cisterna, (2011), Carla Pedrazzani, (2011) y Melisa Suárez (2010). (6) En este punto retomamos lo trabajado por Perla Zusman en: “Geografías disidentes. Caminos y controversias” (2002) y “La tradición del trabajo de campo en Geografía” (2011), particularmente el último trabajo, en donde la autora realiza una aproximación a los aspectos epistemológicos y políticos presentes en las distintas formas de entender el trabajo de campo en Geografía y muestra las diversas maneras de concebir y hacer el trabajo de campo que conviven en la actualidad. En este marco retomamos el análisis de la relación entre academia y activismo (presentada como mediada por la figura del intelectual) y la relación entre realidad y sociedad mediada por los discursos disciplinarios. (7) Estos planteamientos se realizan en base a lecturas sobre el pensamiento de Karl Marx (Grundrisse, 2009 [1857-1858]); la Escuela de Frankfurt (diversos textos de Horkheimer y Adorno); Alberto Parisí(1979), como así también sobre algunos planteamientos del texto de Cindi Katz (1994). (8) El campo no se restringe sólo al barrio, a una comunidad, sino también tiene que ver con cualquier desplazamiento o movilidad del investigador. En este sentido puede ser tanto ir al archivo como analizar un documento, un texto. De hecho, uno de los proyectos de investigación presentados en las jornadas [“La Institucionalización de la Geografía en Córdoba: Contextos, sujetos, prácticas, discursos e instituciones (1878 – 1984)” (2008-2009), “Los saberes sobre el territorio en el proceso de institucionalización de la Geografía en Córdoba (1878-1984)”], es justamente un ejemplo de que el campo puede ser un archivo. Desde el equipo que lleva adelante dichos proyectos, se planteó la complejidad del trabajo de campo en su caso, debido a que trabajan con archivos, textos y posición como sujetos que actúan en la academia. Para ellos, el trabajo con archivos se vuelve el campo y un elemento central en esta relación es el derecho a acceder y navegar en el archivo dado que se trabaja con sujetos que están en instituciones específicas. (9)Estos encuentros, organizados por la FADEG, poseen entre sus principales objetivos: fomentar la participación activa de los estudiantes y un debate democrático sobre problemáticas relacionadas a las realidades locales, nacionales y/o internacionales, así como cuestiones propias que hacen a la formación y desempeño de los futuros geógrafos. Se trata de espacios basados en la construcción colectiva de conocimiento y en el compromiso con las realidades, movimientos y grupos sociales de la sede en la cual se desarrolle en Encuentro (Krakowiak y Lewin Hirschhorn, 2011). (10)Para profundizar sobre el cambio de denominación de “salidas” a “entradas” de campo adoptado por la FADEG, se recomienda la lectura del trabajo de Maia Krakowiak y Martina Lewin Hirschhorn (2011). (11) Revista “El paralelo” Nº1, año 2008. p.3. FADEG. (12) Presentaron su experiencia y postura sobre los trabajos de campos la cátedra de Geografía Física, el Seminario de Organización Territorial I (Urbana) y el Seminario de Organización Territorial II (Rural). (13) Apreciación de uno de los expositores y participantes de las jornadas. (14) Como propuesta, se planteaba un trabajo de campo planificado entre las cátedras de Geografía Física, Introducción a los fundamentos básicos de Cartografía y el seminario de Organización Territorial II (Rural). (15) Al hablar de derivas, se retomaron los pensamientos y prácticas del movimiento situacionista o situacionismo (1957-1972) especialmente de la Teoría de la Deriva de Guy Debord. Se recuperó del texto de Flávia Da Silva (2004), el planteo de las derivas como una forma activa de intervenir en el espacio, “construir situaciones”, donde no se trata de pasear sino de derivar, de andar por el espacio sin rumbo buscando en ese proceso captar las contradicciones sociales y espaciales del capitalismo. Si bien esta concepción es interesante en tanto su metodología (rescata lo particular, lo cotidiano como potencial del campo) pensamos que la propuesta debordiana debería ser complementada para 136


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superar la idea de que uno conoce el espacio tal como está en su materialidad, fuera del sujeto; además consideramos que no es necesaria la creación de “situaciones” para realizar derivas, ya que las situaciones derivarían a un momento artístico-político; por el contrario consideramos que las derivas son un aporte metodológico y epistemológico para pensar trabajos de campos desde las cotidianeidades. (16) Se comentaron las experiencias de salidas de campo/viaje de estudio en las Licenciaturas en Geografía de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional del Centro-TandilBuenos Aires. (17) Esta propuesta de viaje no hace referencia a un viaje descriptivo ó “turístico” ni a que exista un tipo específico de viaje en Geografía, sino a un viaje como encuentro en diálogo con el otro. Bibliografía ADORNO, Theodor: Actualidad de la filosofía. Barcelona, Paidós,1991,pág.103-134. AICHINO, Lucía: Estrategias de activación de patrimonios y construcción de sentido(s) de lugar en la localidad de Villa Allende, Córdoba (2002-2009).Trabajo final deLicenciatura en Geografía, Departamento de Geografía, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba,2011. ALENTEJANO, Paulo y ROCHA-LEAO, Octávio:Trabalho de campo: Uma ferramenta esencial para os geógrafos ou um instrumento banalizado?En: Boletim Paulista de Geografia Nº 84, San Pablo, 2006, pág. 25-50.http://www.geo.uel.br/didatico/omar/pesquisa_geografia_fisica/BPG84_ Pesquisa.pdf(Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2010) BAITZ, Ricardo:A implicação: Um novo seguimento a se explorar na geografia.En:Boletim Paulista de Geografia. Nº 84, San Pablo, 2006, pp. 25-50.http://www.geo.uel.br/didatico/omar/ pesquisa_geografia_fisica/BPG84_Pesquisa.pdf(Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2010) BOURDIEU, Pierre: “Conversación: el oficiodelsociólogo”. En: Capital cultural, escuela y espacio social. 1° Ed, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2003, pág. 41-64. BOURDIEU, Pierre : Homos Academicus.Buenos Aires, Siglo XXI, 2008. CISTERNA, Carolina :Aproximaciones al proceso de produccióndelespacio. El casodelbarrio ‘Ciudad de Mis Sueños’.Trabajo final deLicenciatura en Geografía, Departamento de Geografía, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba,2011. DA SILVA, Flávia Elaine:Aproximar sem reduzir: as derivas e a pesquisa de campo em geografia urbana. En:Espaço e TempoNº 15, San Pablo, GEOUSP, 2004, pág. 139-149. www.geografia.fflch. usp.br/.../NCampo.pdf(Fecha de consulta:20 de noviembre de 2010). DEBORD, Guy:La sociedad de espectáculo. Chile,EdicionesNaufragio,1995 [1967]. DE MARCOS, Valéria:Trabalho de campo em geografia: reflexões sobre uma experiência de pesquisa participante.En: BoletimPaulista de Geografia Nº 84, San Pablo, 2006, pág. 105.http:// www.geo.uel.br/didatico/omar/pesquisa_geografia_fisica/BPG84_Pesquisa.pdf(Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2010). HORKHEIRMER, Max y ADORNO, Theodor:Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos. Madrid,Akal, 2007, pág. 11-17 y 133-181. KAISER, Bernard:O geógrafo e a pesquisa de campo. En:Boletim Paulista de Geografia Nº 84, San Pablo, 2006, pág. 93-104.http://www.geo.uel.br/didatico/omar/pesquisa_geografia_fisica/ BPG84_Pesquisa.pdf(Fecha de consulta: 20 de noviembre de 2010) KATZ, Cindi:Jugando en el campo. Cuestiones referidas al trabajo de campo en Geografía.En: The Professional Geographer, Vol. 46, Nº 1, s/l,1994, pág. 67-72 (Traducción interna de la Cátedra de Metodología de la Investigación, Carrera de Geografía, Facultad de Filosofía y letras, U.B.A.). KRAKOWIAK, Maia, LEWIN HIRSCHHOM, Martina:Entradas de campo: la perspectiva de la Federación Argentina de Estudiantes de Geografía sobre el trabajo de campo.En: I Jornadas: debates acerca del papel del trabajo de campo en la formación del geógrafo. Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. UBA, Buenos Aires,2011.

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2012 VOL. 1, Nº1, 139-155

ISSN 2314-1913

POLITICAS DE LUGAR: CONVERGENCIAS DE DISCUSIONES E INTERVENCIONES ACADÉMICAS, SOCIALES Y POLÍTICAS1 Lucía Aichino, Lorena Arancibia, Carolina Cisterna, Candelaria Juliá, Santiago Llorens, Lucas Palladino, Carla Pedrazzani, Carolina Ricci, Francisco Robino Resumen Las propuestas de lugar y políticas de lugar, han sido y son –actualmente- abordadas desde distintos enfoques tanto en Ciencias Sociales como en Geografía. Existen convergencias y divergencias en las significaciones desarrolladas por los distintos autores; por lo cual, se vuelve fundamental, a la hora de una reflexión sobre los mismos, aproximarse y precisar los aspectos ontológicos, epistemológicos, sociales y políticos presentes en las distintas propuestas. El objetivo de este artículo, es realizar un recorrido por los distintos enfoques de lugar para concentrarnos finalmente en las conceptualizaciones emergentes post-constructivistas. Se busca analizar críticamente los aspectos antes mencionados a fin de articularlos con experiencias concretas y poder aportar -desde el diálogo de saberes- a la construcción de políticas de lugar inclusivas. Palabras claves: lugar, políticas de lugar, enfoques post-constructivistas, Politics of place: convergence of discussions and academics, social and politics interventions Abstract The place and politics of place`s proposal have been and are –currently- worked by different approaches so as in social sciences as in geography. There are convergences and differences in the meanings that the different authors developed. Because of that is fundamental, when we make a reflexion of them, come up with and specify the ontological, epistemological, social, and politic’s aspects that each approach have. The objective of this paper is to look over the different place`s points of view and finally concentrate in the emergent post-constructivist approaches. We analyze critically the aspects mentioned before to articulate with concrete experiences and contribute -from the dialogue of knowledge- to the constructions of inclusive politics of place. Key words: place - politics of place – postconstructivist approach 1 Este artículo presenta una sistematización del trabajo desarrollado en el marco del proyecto de investigación: “Lugar y Políticas de Lugar” Secyt 2010-2011 y avances del proyecto “Políticas de Lugar: convergencias de discusiones e intervenciones académicas, sociales y políticas” Cat. B. Secyt 2012-2013 –Dpto Geografía. Ciffyh– UNC, dirigido por: Santiago Llorens. Equipo de investigación: Lorena Arancibia, Carolina Cisterna, Candelaria Juliá, Lucas Palladino, Carla E. Pedrazzani, Carolina Ricci, Francisco Robino.


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Introducción El presente artículo presenta los avances de un grupo de discusión e investigación del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Córdoba, que propone reflexionar las dimensiones teóricas, epistemológicas y metodológicas de las conceptualizaciones aún emergentes de lugar, que provisionalmente se las puede señalar como post-constructivistas e indagar en los efectos, convergencias teórico conceptuales y prácticas que estas tendencias pudieran presentar sobre las denominadas “políticas de lugar”. En este sentido, se explora provisionalmente sobre las definiciones y redefiniciones de “políticas de lugar” que pudieran emerger de las propuestas postconstructivistas de lugar al incorporar nuevos elementos al análisis: redefinición de escalas espaciales, híbridos, ensamblados, cotidianeidad, diferencia, creatividad y diversidad de ritmos de de actores –humanos y no-humanos-. Entendemos que las propuestas anteriormente mencionadas problematizan y reconfiguran algunas preocupaciones ya clásicas de la geografía en sus distintas tradiciones: 1) la re-conceptualización del concepto de espacio y la articulación con otros conceptos geográficos como lugar, territorio, paisaje entre otros; 2) las dimensiones espaciales de la subjetividad y de la agencia 3) y la cuestión de la escala y la política de escala. Aquí la discusión del grupo pretende ampliar las miradas, ver los contrastes y de esta manera enriquecerlas. El interés es aportar a un diálogo de saberes que pueda servir para construir políticas de lugaridad inclusivas. 1- Giro Espacial en Ciencias Sociales y la centralidad del lugar En el marco del denominado “giro espacial” (Crang y Thrift, 2000) la teoría social y cultural ha tomado conceptos y metáforas geográficas para pensar la actualidad de un mundo cada vez más complejo y diferenciado. En este contexto, la cuestión de “lugar” y “políticas de lugar” se han hecho presentes en reflexiones teóricas y pesquisas empíricas en un debate intertransdisciplinario(1). En el marco de este debate se desarrollan tres momentos diferenciados referidos a lugar que involucran explícita o implícitamente distintas interpretaciones de políticas de lugar: uno de tipo fenomenológico-esencialista; otro de tipo constructivista-antiesencialista y por último, aún en estado emergente, el de tipo post-constructivista. En el campo especifico de los estudios geográficos, sin embargo, se debe reconocer un desarrollo previo del concepto de lugar que sitúa el debate intradisciplinar. La idea de lugar formó parte de los conceptos fundacionales de la disciplina en las primeras décadas del siglo XX, la tradición francesa vidaliana caracterizó a la geografía como “ciencia de los lugares” y construyó su discurso apelando a la singularidad de los estos sobre un enfoque ideográfico, pero que por razones de espacio no desarrollaremos aquí (2).

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2- La propuesta fenomenológica-esencialista de lugar A partir de la década de 1970 como respuesta a los enfoques neo positivistas se desarrollan abordajes que evidencian propuestas vinculadas con el primer momento: fenomenológicoesencialista. Estos enfoques, denominados “humanísticos” concentran su análisis en la espaciotemporalidad del lugar desde perspectivas fenomenológicas y existencialistas mostrando un renovado énfasis del lugar en los estudios geográficos. Heiddeger, Merleau Ponty, Schutz serán las bases filosóficas (Tuan, 1974; Relph, 1976; Buttimer, 1980) en donde el análisis estará centrado en el estudio de las experiencias y sentidos que los lugares adquieren para los sujetos. De este modo, frente al sujeto abstracto que proponían los distintos enfoques de la localización espacial, se recupera la experiencia, la vida cotidiana y los significados para sujetos particulares. Los trabajos de Yi Fu Tuan (1977, 2005), se encuentran entre los análisis característicos de este enfoque de lugar. Sus estudios centran el análisis en una dimensión ontológica. El lugar es considerado como aquel espacio delimitado que para el sujeto representa certezas y seguridades. Son clásicos sus análisis sobre la “topofilia” y la “topofobia” y el desarrollo de la idea de sentido de lugar, en la que el lugar es centro de significado y foco de vinculación emocional con una especial carga simbólica y afectiva para las personas (Nogué, 1989). En esta misma línea, encontramos los trabajos de A. Buttimer (1980) y de E. Relph (1976) sobre place and placelessness. En términos generales, la geografía humanística se caracteriza por su marcada perspectiva nostálgica, su apelación a la autenticidad, donde el lugar deviene como “mundo en sí mismo”, carente de conflictos internos y con una fuerte esencialización de la vida. (Barros, 2000) La connotación epistémico-política se puso de manifiesto desde la década de 80’ cuando, frente a los procesos de globalización, muchos reclamos nacionalistas, regionalistas y localistas dirigieron sus esfuerzos a dotar a sus lugares de referencia con identidades fijas y significados particulares, adoptando muchas veces posiciones conservadoras (Massey, 2001; Harvey, 1998). Para D. Harvey, esto dirige a una estetización de la política (Harvey, 1998) y a un sentido reaccionario de lugar que da pie a políticas conservadoras, a comunidades cerradas y a procesos de exclusión (3)

(Harvey, 1996, 1998; Duncan & Duncan, 2001).

3- La respuesta relacional constructivista-antiesencialista- de lugar Desde los 80’ las aproximaciones constructivistas al concepto de lugar intentan desarrollar una alternativa teórica y práctico-política con sentido anti-escencialista y políticamente progresista. Estas miradas se centran en relecturas del marxismo, el postestructuralismo, postcolonialismo, la teoría feminista y de la performatividad; resaltan la complejidad de relaciones que constituyen el lugar en un entramado que reconoce múltiples escalas y trayectorias, en constante dinamismo y que se vincula a procesos sociales más generales. Se remarca la conflictividad, las relaciones de poder, la relación con el afuera y el carácter siempre contrastante y situado de la producción

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de sentidos de lugar. En este marco se encuentran distintas líneas de trabajo que presentan ciertos ejes en común así como diferencias: 1) Tendencias aún ancladas en la orientación humanística pero que tratan de superar algunas de sus limitaciones. Este es el constructivismo fenomenológico que procura incorporar las relaciones de poder y la construcción de múltiples subjetividades en y a través de la producción de lugares. Desde esta tendencia, encontramos análisis de lugar de Cresswell (2006) de lugar e identidad de Nogué (1989) y de las geografías de la vida cotidiana de Lindón (2006) entre otros. 2) La tendencia constructivista dialéctica de lugar, centradas en distintas lecturas de Lefebvre, interpretan la construcción social del lugar desde el marco de la espacialidad, donde espacio emerge como principal categoría explicativa mientras que lugar aparece como concepto que habilita al análisis de procesos particulares, articulando las tres dimensiones lefebvrianas: “espacios de representación”, las “representaciones del espacio” y las “prácticas espaciales” (Lefebvre, 1999). En esta línea Harvey relaciona la producción de lugares con los procesos de formación espacial dominante, distinguiendo lugar como entidad que resulta de estabilizaciones particulares en el marco del sistema capitalista. Las políticas de lugar derivan, para el autor, de los procesos de formación dominante en una red de relaciones formadas desde la dialéctica localglobal propia del neoliberalismo (Harvey, 2009). Por otro lado, en el contexto latinoamericano, Alessandri Carlos (2007) siguiendo la línea de la cotidianeidad de Lefebvre (1999), conceptualiza el lugar como categoría conceptual que permite explicar la realidad espacial desde el nivel de los espacios vividos y las prácticas de apropiación. Para la autora, los cambios contemporáneos de la relación espacio-tiempo, que involucra las dimensiones espacio-estado-capital-habitante, resultan en una reconstitución material del lugar, y por lo tanto, en una necesaria reconceptualización de este. Los lugares no son algo que desaparecen frente a las tendencias globales, sino que es una dimensión explicativa que se redefine en-por las mismas, al tiempo que sigue revelándonos, desde el nivel del cotidiano, las contradicciones y conflictos que emergen de la producción del espacio en el sistema de producción vigente. (Alessandri Carlos, 2007) 3) Por último encontramos propuestas postestructuralistas, en donde el lugar es presentado como nodo abierto de relaciones que articula de manera particular lo global y lo local. Se rescatan los rasgos de hibridez y heterogeneidad frente al de homogeneidad que caracteriza el enfoque humanístico. Los lugares no serían cerrados sino que continuamente son definidos y redefinidos en la relación con el afuera, en lo que se denomina como las “geografías variables del sistema mundo” (Massey, 2001; 2008). La multidimensionalidad - dimensiones económicas, políticas y culturales-, las prácticas materiales y simbólicas dentro de estas dimensiones, la múltiple escalaridad de dichas prácticas (local, regional, provincial, nacional, continental, global), y el conflicto entre prácticas e intereses caracterizan al lugar desde esta perspectiva. En este sentido, la crítica se dirige tanto a lo que se considera un reduccionismo sensualista en las posturas fenomenológicas –y que se presentaron políticamente conservadoras- como hacia el reduccionismo economicista de las

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posturas marxistas que diluyeron dimensiones culturales como la del género o las étnicas, entre otras. Aspectos irreductibles de las formas en que “habitamos y experimentamos espacio y lugar” (Massey, 2001:171)(4). 4- Hacia las propuestas relacionales post-constructivistas La propuesta de los anglosajones críticos del concepto de lugar, y especialmente Massey, se centra en una política relacional de lo espacial cuya base ontológica y epistemológica se ha aproximado en algunos puntos a los supuestos de la Teoría del Actor Red [TAR en adelante] de Latour, la apropiación de Ingold de la ontología rizomática deleuziana, al tiempo que las propuestas de la democracia radical inspirada por el Derrida preocupado por el problema de la Política de la amistad (Derrida 1994), de la hospitalidad y del encuentro no violento con el otro, siempre abierto a la negociación. (Derrida, 2008; también Derrida, 1994b y 1999) Para el caso el caso de América Latina, al poner atención en los procesos de dominación múltiple, los teóricos críticos de la modernidad-colonialidad-decolonialidad [M-C-D en adelante] (Lander, 2000; Escobar, 2007; Castro Gomez, 2007; Walsh, 2007) han indagado en los movimientos y prácticas de resistencia rescatando la importancia del conocimiento basado-en-el-lugar. Sobre este marco de lecturas, trabajo del equipo de investigación fue ir desenredando –al tiempo que enredando- las cuestiones teóricas y epistemológicas emergentes. Las preguntas que surgían y que todavía se siguen manteniendo, tienen que ver con ¿Qué articulación de epistemes (Castro Gomez, 2007) se podían establecer entre los enfoques anglosajones críticos y las propuestas de los teóricos de la M-C-D? ¿Qué diálogo de saberes se pueden poner en juego entre la producción de conocimiento de estos enfoques y las formas de producción de conocimiento que se manifiestan en la cotidianeidad de las prácticas? ¿Cuál podría ser el aporte de repensar la idea de lugar para la política en contextos de globalización, que busque crear redes, identificar las diferencias y empoderarlas a la vez que construir algo común atendiendo a dichas diferencias? ¿Existe una necesidad de abordar estudios locales y vincularlo con el conocimiento situado (Walsh, 2007)? 4.1- Las criticas de D. Harvey. La visibilización de algunos puntos críticos para establecer la articulación de epistemes Respecto a lo planteado en el párrafo anterior, se debe precisar que en la articulación entre los enfoques críticos anglosajones y las propuestas de la M-C-D no implica atender solo a diferencias teóricas –así como coincidencias-, sino que esta relación también supone establecer articulaciones entre lo que se puede considerar como distintos epistemes, y por lo tanto sobre supuestos ontológicos, gnoseológicos y epistemológicos distintos. No reconocer esta cuestión, implicaría pasar por alto algunas de las complicaciones y complejidades que se involucran en el intento de tal articulación. En este punto las discusiones de D. Harvey fueron centrales para alumbrar ciertas dificultades, sin tener que compartir en la discusión todas sus afirmaciones.

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Retomamos los planteos de Harvey (2009), en donde se encuentran sistematizadas una serie de reflexiones del autor vinculadas con la idea de lugar, política de lugar, así como diferencias respecto a las propuestas del programa decolonial. Estas posiciones también se reproducen, sin muchas diferencias respecto a su posición teórica y política en Harvey (1996, 2008). En estos textos, D. Harvey propone ir más allá de una crítica teórica de los análisis y trabajos empíricos que se han centrado en la idea de lugar para alumbrar cuestiones políticas o de conocimiento. En realidad, se dirige hacia los fundamentos filosóficos, tanto en su dimensión ontológica como epistemológica. El eje de la crítica pone en cuestión la oposición entre lugar y espacio que encuentra Harvey en los supuestos poscoloniales(5), lo cual deriva para el autor de trabajar con una conceptualización de espacio absoluto en vez de trabajar en términos de espacio relacional. Esto implicaría una serie de consecuencias teóricas y políticas que cruzan la crítica al cosmopolitanismo liberalneoliberal de los enfoques postcoloniales. El argumento es interesante por lo que vale la pena detenerse en él un momento, más allá que se puedan relativizar algunos aspectos. La discusión básica comienza con la idea de Aristóteles de que el “lugar es lo primero de todas las cosas”, que influyo en autores como Heidegger y Cassey, y que Harvey encuentra en la base de las conceptualizaciones de lugar que desarrollan los estudios postcoloniales. Como muestra Harvey, Casey va a poner en tensión la prioridad dada al espacio frente al lugar por la ilustración dando vuelta la proposición kantiana de que “el conocimiento general precede al conocimiento local”, derivando en la idea de que el espacio precede al lugar. Casey entonces trabaja sobre la idea de que el conocimiento local precede al conocimiento del espacio (Harvey, 2009). Para Harvey la cuestión es que desde esta lectura postcolonial, la reflexión gira sobre una conceptualización de espacio que los dirige a pensar en una oposición entre lugar-espacio. Según el autor, tanto Heidegger, Casey, y por lo tanto los postcoloniales – el foco se encuentra aquí en los trabajos de A. Escobar- están trabajando con una concepción de espacio-tiempo absoluto (cartesiano, newtoniano y kantiano), en el que espacio y tiempo se encuentran separados. Este punto de partida, supone al lugar como algo que se construye desde un espacio que es vacio, fijo y abstracto, y que por lo tanto es entonces en el lugar donde espacio y tiempo se unen y tienen sentido (Harvey, 2009)(6). Frente a estas propuestas, Harvey va a pensar la relacionalidad del lugar, en donde “el significado de un lugar, es al mismo tiempo individual y colectivo, poderosamente presente (absoluto) e inestable (relacional), dependiente del contexto en que el lugar y el agente humano están situados…” (2009:177) Otras de las discusiones relevantes desarrolladas por Harvey, tiene que ver con la cuestión del dwelling heideggeriano y que en muchas lecturas ha sido vinculada con la idea del habitar circunscripto al modelo del hogar -la morada, la casa- característica de los fenomenólogos. Se entiende que algunas interpretaciones de Heiddeger (1994) de Bachelard (2005) e incluso de M. Ponty, puedan haber dirigido a estas lecturas; sin embargo, se debe indicar que existen otras interpretaciones posibles. Volveremos sobre esto más adelante.

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Sin embargo, Harvey retoma lo que podríamos considerar las interpretaciones más conservadoras de la fenomenología y principalmente de Heidegger. Desde estas lecturas, Harvey acertadamente indica que esta posición dirige hacia políticas excluyentes, parroquialismos, regionalismos, y distintos tipos de comunitarismos. Se puede indicar también a cierta idea “originaria” de comunidad pensada desde los griegos en una genealogía que vincula familia, patria, sangre y comunidad de “hermanos” claramente excluyente y que atraviesa la sociedad occidental en la idea de ciudadanía por ejemplo. Este último punto, no lo estamos planteando en los términos de Harvey, sino en las ideas derrideanas desarrolladas en Politicas de la Amistad y en La Hospitalidad (Derrida, 1999, 2008) Al volver sobre la crítica de Harvey, éste pondrá en tensión la posición de Heidegger de lo local como la verdad del ser (Harvey, 2009). Si bien reconoce que en el autor alemán lo local no existe fuera de un mundo de relaciones espaciales, así como el sujeto es en tanto relación con las “cosas” (Heidegger, 1994), es decir en un mundo de relaciones, cuestión que se inclinaría a compartir al menos en un principio cualquier materialista, no acepta la crítica “conservadora” y no “progresista” de Heidegger a los cambios de la modernidad– como si atraviesa la critica marxista-, al dominio de la razón meramente instrumental, el dominio tecnológico e instrumental y que dirigiría en términos de Heidegger a la dificultad que tiene el ser de reconocerse en las cosas, en los lugares (Heidegger, 1994a, 1994b) –muchas críticas que compartimos-. Ante estos cambios, Heidegger observa que la proximidad física ya no tiene que ver con un entendimiento o habilidad de apreciar o apropiarse de las cosas. Entonces, como observa Harvey, Heidegger rechaza el mundo del mercado y busca encontrar la verdad de la existencia humana fenomenológicamente en el lugar (Harvey, 2009). El concepto utilizado, como vimos anteriormente, es dwelling. Harvey va a ver que para Heidegger, en esta idea de dwelling, hay una producción activa del lugar –que incluye la experiencia, lo vivido- y de aquí proviene la interesante frase de que “solo si somos capaces de habitar –dwelling- seremos capaces de construir” (Heidegger, 1994a); pero al mismo tiempo le reconoce aristas ciertamente conservadoras. Por último, otra cuestión tiene que ver con la apertura o clausura de los lugares. El debate pone en tensión aquí las propuestas de los lugares conformados desde-en su exterioridad que caracterizan los análisis de Massey (2001, 2008). El problema de la propuesta de los lugares desde su exterioridad, si bien permiten evitar caer en un esencialismo, es que junto con esto, la idea de lugar pierde las dimensiones centrales a las cuales la noción intentaba capturar (Harvey, 2009). Según este, “las cualidades y caracteres únicos de alguna porción de la superficie de la tierra y la fusión de las actividades humanas en algunas forma distintiva de coherencia estructural…” (Harvey, 2009:189). El autor va a decir que una idea relacional de espacio-tiempo permite superar esta cuestión. Para Harvey, la articulación de espacio y lugar depende de la conceptualización de espacio realizada; “no podemos comprender el concepto de lugar (o región o territorio) sin comprender

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espacio” (Harvey, 2009:189). En este sentido, prefiere tomar la relación que propone Lefebvre entre lugar y espacio, plantear la idea de un espacio-tiempo relacional y pensar los lugares a la manera de Whitehead –el cual trabaja con una idea relacional de lugar- como entidades que resultan de estabilizaciones particulares –permanencias- por un periodo de tiempo y espacio de ciertas relaciones y objetos, formando ciertos límites y orden interno. Aquí, los lugares son contingentes y los procesos relacionales los producen, los mantienen y los disuelven (Harvey, 2009). La coexistencia de múltiples espacialidades en los lugares, diluye cualquier idea de un simple y unitario sentido de lugar. Sobre esta última cuestión, que atraviesa la critica que realiza el autor a Massey, se deben atender a que una de las bases teórico filosófica que toma la autora para pensar su idea de lugar, es la misma que toma Harvey para realizar su crítica. Estamos hablando de Whitehead; la diferencia “parece” radicar en que: mientras Massey rescata de la conceptualización de Whitehead las dimensiones dinámicas e inestables para de esta manera construir su conceptualización de lugar, Harvey atiende también a las cuestiones dinámicas e inestables, pero prestando mayor atención a los momentos de estabilización o “permanencia” en la formación de lugar. En este punto entendemos que la interpretación realizada por Massey de Whitehead es tan legítima y coherente como la de Harvey, y se aproxima en muchos puntos a las apropiaciones de dicho autor que realizan teóricos de la TAR(7) entre ellos Latour y Law, como así también representantes de otras disciplinas. (Ver por ejemplo Latour, 2008). 5- Las propuestas post-constructivistas: distintas formas de interpretar la relacionalidad Desde mediados de la década del 2000, se asiste a un nuevo debate referido a las formas de interpretar la idea de espacio y lugar en geografía y en ciencias sociales en general. Al retomar aspectos de las tendencias constructivistas y de las transformaciones más amplias de la teoría social, en un debate inter-transdiciplinario, han ascendido una serie de enfoques que por los presupuestos, temáticas y preocupaciones pueden considerarse como post-constructivistas. En ciencias sociales, dichas propuestas se presentan como un abanico heterogéneo de estudios teóricos y empíricos que desde distintas tradiciones disciplinares articulan: epistemologías post-representacionales (en geografía, estudios de cultura material, estudios de la ciencia y tecnologías), teorías simétricas e hibridas (estudios de las ciencias y tecnologías, geografía, antropología, entre otros) y ontologías planas y relacionales -no dualistas- (en antropología, arqueología, geografía, estudios de género y culturales y estudios de las tecnologías) (Escobar, 2010). Al mismo tiempo, en el ámbito social y político, estas tendencias parecen encontrar sus condiciones de posibilidad y fundamentos en las formas “otras” de prácticas y conocimientos de colectivos y movimientos sociales, occidentales como no-occidentales, que se presentan como irreductibles a los tradicionales marcos, escalas y formas de representación espacial y política. En muchos casos, los mismos autores que trabajaban sobre propuestas constructivistas, han

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incorporado estas reflexiones a la cuestión del lugar. Términos como ensamblajes, acoplamiento, hibridación, actor-en-red, actantes, actante rizoma, ontologías relacionales y no-dualistas, topologías, espacio fluido, colectivos de humanos y no-humanos, diferencia, auto-organización, son centrales en las redefiniciones de lugar. En términos generales, estas líneas parecen presentarse en tres cuerpos de trabajo, no totalmente coherentes, pero que presentan ciertas continuidades: 5.a) Las ontologías planas y relacionales en la M-C-D Un cuerpo de trabajos, en América Latina, se encamina de forma vinculada a los teóricos críticos de la modernidad-colonialidad-decolonialidad M-C-D (Mignolo, 2003; Quijano, 2007; Escobar, 2007; entre otros), los cuales incorporan la idea de ensamblaje de las ontologías planas y relacionales (Escobar, 2009; DeLanda, 2008). En estos, como clave teórica para pensar la ontología de lo social y superar la oposición micro/macro, agencia/estructura, se presentan los conceptos de ensamblajes, redes, emergencia y auto-organización. No hay micro o macro absolutos, sólo relativos a cierta escala, la cual es a su vez relativa a la relación parte/todo (DeLanda, 2008). Los entes sociales existen en una amplia gama de escalas, lo cual hace mucho más compleja la situación que con las nociones convencionales de escalas (DeLanda, 2008; Escobar, 2007); las redes interpersonales pueden dar lugar a ensamblajes más amplios, como las coaliciones de las comunidades que forman la estructura de muchos movimientos de justicia social. Esto elementos permitirían construir mundos y conocimientos más allá del euro/logocentrismo de las formas dominantes de modernidad; posibilidades que están “aprovechando los movimientos sociales, e incluso individuos que buscan convertirse en nuevos tipos de sujetos, de lugar y de espacio.” (Escobar y Osterweil, 2009). El objetivo es revalorizar los conocimientos producidos en lugares “otros” (extra-académicos/ extra-científico) e invocar la pluriversalidad ontológica y epistemológica; rescatar la idea de conocimientos situados, “prácticas basadas-enlugar”, “experiencias basadas-en-lugar”. Todo ello, implica deconstruir la genealogía -en tanto cuestión de saber y de poder- a través de la cual estos conocimientos “otros” fueron invisibilizados (Walsh, 2007). En la misma dirección, Escobar (2007) plantea la necesidad de una política “basada-en-el-lugar” y en-red, es decir, acciones que involucren aspectos identitarios-territoriales y culturales de los movimientos sociales, que pongan en tensión la lógica hegemónica global. Basados entonces en las experiencias y prácticas en-el-lugar, estos autores interpretan que desde esta “posicionalidad” se resiste y se proponen alternativas al modelo hegemónico capitalistaneoliberal. 5.b) El ritmoanálisis, la crítica de la vida cotidiana de Lefebvre: Un segundo cuerpo de trabajos, articulados en parte con las propuestas anteriores, son aquellos que intentan continuar -y radicalizar en algunos casos-, el proyecto -incompleto- del ritmoanálisis y la crítica de la vida cotidiana de H. Lefebvre (Lefebvre, 2004, 1987). En base a La Producción

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del Espacio (Lefebvre, 1991), las prácticas espaciales y el ritmo (incluyen incluso aquellas ideas que permiten extender sus reflexiones a un mundo con mas-que-humanos); la propuesta es seguir a Lefebvre en lo que respecta a las prácticas, las experiencias y habilidades –incorporadasque surgen de la conglomeración de espacios y tiempos diferentes, tanto en armonía como en antagonismo, pero siempre en movimiento –en encuentro- vivo, propio de las sociedades actuales. Estas experiencias y habilidades producen ciudades y lugares que están en continuo flujo, de humanos, pero también de animales o cosas, que interactúan y se relacionan unos con otros y permiten aprehender la ciudad y el lugar “polirítmicamente” (Lefebvre 2004). En este sentido, el ritmoanálisis se esfuerza por rehabilitar -o ampliar- la percepción sensorial frente al reduccionismo del lenguaje. Otros aportes se relacionan con la reapropiación que Ingold (2010, 2011) realiza de la metáfora de la malla -meshwork- de Lefebvre (1991) para presentar la idea de “enredo” y que permiten retematizar el lugar. Esto tiene relación con lo que Lefebvre denominó “senderos”, Ingold recupera la idea de “meshwork” de Lefebvre para diferenciarla de la idea de “network” de la teoría del actor-red. Si bien ambas ideas son relacionales, en la noción de “network” la relación es entre cosas, mientras que en el concepto de “meshwork” no supone líneas de interacción entre cosas, sino a lo largo (Ingold, 2010); es decir, se trata de líneas de movimiento. Para Ingold, como para Lefebvre, la idea de “meshwork” no se reduce a la vida humana; sino que la “meshwork de líneas enredadas de la vida y el movimiento (que es) el mundo que habitamos (Ingold, 2011:63) se conforma de habitantes humanos y no humanos. 5.c) Epistemologías post-representacionales y las teorías simétricas e híbridas: Por último, un tercer cuerpo de trabajos se da en el ámbito de la geografía anglosajona, en donde se articulan las epistemologías post-representacionales (Thrift, 2008) y las teorías simétricas e híbridas. Estas tendencias se esfuerzan por presentar un mundo heterogéneo y en proceso continuo de hibridación, contra los marcos conceptuales -incluso los constructivistas- que tienden a separar y “purificar” el mundo en categorías discretas que establecen límites fijos entre cultura/naturaleza, sujeto/objeto, mente/cuerpo. Según este enfoque, esta hibridación se presenta en términos de: colectivos híbridos (Low, 2002; Law y Mol, 2001) cuasi objetos (Latour, 2007, 2008) cyborg (Haraway, 1995). De esta manera, la atención a los ensamblajes (Latour 2007, 2008) acoplamientos (Haraway, 1995) entre humanos y no-humanos, objetos y cosas y las nuevas relaciones que ellos han co-creado son centrales para el análisis de espacios y lugares. En diálogo con los estudios de cultura material (Jakcson, 2000; Miller, 2001; Thrift, 2006, 2008; Massey, 2006; Tilley, 2004; Ingold, 2011), el énfasis es puesto sobre las prácticas y lo material frente a lo simbólico, lingüístico o la representación. La materialidad es más que el producto muerto de la cultura y trabajo humano; esta es un participante activo –o “actante” en la co-producción de las relaciones sociales. (Latour 2007) Contra la idea de sociedad reducida a relaciones

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interpersonales, se amplía la definición de agencia para atender a la pluralidad de agentes que coproducen el lugar (Massey, 2008a; Whatmore, 2002, 2006). Las formas de conferir la agencia de las “cosas” es variada -delegación, distribución-. El resultado es una visión del mundo como una madeja en constante producción, la cual tiene lugar a diferentes escalas temporales y sobre una multiplicidad de escalas espaciales diferentes (Latour, 2007). Entre los ejes de estas tendencias se encuentran el cambio de las modalidades de asociación intencional propia de la ciencia social tradicional a las asociaciones afectivas, del ser al devenir en las diferencias de ritmos temporales de humanos y no-humanos, objetos, cosas, y de la geometría a la topología como registro espacial de la agencia distribuida (Binghan y Thrift, 2000). De lo anterior, ni espacio ni lugar parecieran que pueden considerarse como algo ontológicamente dado, tampoco se reducirían a la construcción social, sino que deberían presentarse como el resultado de “procesos relacionales” (Law, 2002; Law y Mol, 2001; Thrift, 2008); se trataría de explorar la forma en que humanos y no-humanos de modo creativo co-producen espacios y lugares. Será en los trabajos más recientes donde Massey precisará las articulaciones con las reflexiones específicamente políticas a través de un diálogo productivo con los distintos intelectuales y movimientos de la denominada política radical (2008a, 2008b, 2009)(8). Las discusiones de la democracia radical que se manifiestan con claridad en estos últimos trabajos de Massey –aunque entendemos que no se subsume a estos- posee una genealogía que se remonta a las lecturas de izquierda de Heidegger atravesadas por el pensamiento de Derrida y algunos continuadores como Nancy y Lacoue-Labarthe (1981) y el cruce derrideano-lacaniano de Laclau y Mouffe (1987) (9). En este sentido, el desplazamiento que realiza Derrida desde una reflexión de la política como violencia irreductible, basada en la idea de economía de la violencia de sus primeros trabajos, hacia la propuesta de una política sobre la “ética de la amistad” como encuentro no violento con el “otro” (Derrida, 1994a, 1997, 2008), es fundamental para comprender la propuesta de Massey (2008, 2009) donde propone una política relacional de lugar. Esta lectura permite considerar la idea de lugar como “acontecimiento” - eventualidad en Massey utilizando el concepto de Laclau (1987)-, y pensar una política de “lugar-por-venir”. (Derrida, 1997). Al tomar los términos de Derrida, podríamos decir lugares-por-venir que en-frente a la eventualidad, al fuera de cálculo, “de lo incalculable de un devenir azaroso”, “deciden” asumiendo la indecidibilidad, así mismo, tener lugar. Retomamos las propias palabras del autor al hablar de la justicia y la deconstrucción, que nos parece que ilustran la situación inestable en el hacer lugar (10). Asoman, entonces, “otros” lugares, lugares empíricos, experiencias concretas en el que se lucha, se piensa, frente al concepto dominante de democracia -la democracia de hechola democracia-por-venir(11). Entre estos posibles reenvíos a la cuestión del lugar que aparecen en el autor, la crítica al lugar como cerrazón y la propuesta del lugar como apertura incondicional, nos parece que podrían pensarse los aportes interesantes a la cuestión de políticas del lugar que

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toma indirectamente Massey (2008). Esto nos permite pensar entonces en políticas de lugar en su indecidibilidad, que siendo práctica situada exige ir más allá del lugar y ser orientada en los términos en que Derrida piensa el porvenir, tanto en la idea de democracia como de justicia. Por otro lado, el tema del por-venir, del “otro”, del “arrivante” en la política de hacer lugar de Massey ya no será únicamente el “otro” humano, sino que a través de diálogos fructíferos con Latour (2008) y Whatmore (2002, 2008) entre otros, trae lo no-humano, “la naturaleza para adentro de la concepción de lugar” (Massey, 2008:199). Como dice la autora, lo que “es especial sobre el lugar es, precisamente, ese acabar juntos, el inevitable desafío de negociar un aquí-yahora… y la negociación que debe acontecer dentro y entre ambos, lo humano y lo no humano” ( Massey, 2008:203) 6- Conclusiones: algunas articulaciones posibles Según lo desarrollado hasta aquí, vemos que existen algunos acercamientos parciales -así como fuertes distancias- entre las propuestas de lugar y políticas de lugar presentadas. Por un lado, se reconoce el papel de fuerte crítica política de las posturas lefebvrianas de lugar tanto en la interpretación de Harvey como de Alessandri Carlos. Según lo señalado se observa que las propuestas de Alessandri Carlos (2007) y de Harvey (2009) se complementan, al resaltar la primera la dimensión vivida del lugar, mientras que el segundo su dimensión política económica, pensándolo en ambos casos en términos relacionales y desde la reproducción del capital. Alessandri Carlos desde el “lugar en la era de las redes” y Harvey al analizar las “políticas de lugar” dominantes. Por otro lado, se debe reconocer que tanto la propuesta de Massey como la de M-C-D poseen una genealogía que llevan a repensar las formas de producir conocimiento y de practicar la política desde su posicionalidad. Pensar desde los márgenes, e incluso el fuera de los márgenes, desde el “otro”, es algo que atraviesa ambas interpretaciones de políticas de lugar. Esto en parte tiene que ver con la genealogía derridiana que es explicita en ambas corrientes, aunque la M-C-D recupera desde pensamientos “otros” situados en Latinoamérica. Así mismo, las propuestas de una pluridiversalidad epistémica que da relevancia al conocimiento situado o en el lugar de los M-C-D, también es central en las propuesta de la TAR al plantear otras ontologías que pongan en tensión la ontología moderna que separa en dos universos autónomos sociedad/naturaleza. Este es también uno de los puntos que los teóricos de la M-C-D interpelan al hacer visibles y legitimar otras ontologías principalmente de las comunidades e identidades subalternas latinoamericanas. En este aspecto, entendemos que entre ambas posiciones se pueden articular aquellos elementos que cada uno rescata y que son el eje de sus análisis. De la TAR la preocupación y énfasis en el análisis de las prácticas, la importancia de la etnografía y las relaciones entre humanos y no humanos como fundamental mas allá de la pretendida “purificación moderna”.

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En este sentido, brevemente retomaremos algunas discusiones de Latour (2008) para rescatar la dimensión rizomática -herencia de Deleuze y Guattari en el autor- que también entrecruza la propuesta de Massey. La propuesta de Reensamblar lo social (Latour, 2008), consiste en ampliar el número de actores que conforman los colectivos, mostrando la naturaleza heterogénea de ingredientes que componen los vínculos “sociales” de forma tal que no se concentre la agencia en las manos humanas, sino que sea distribuida alrededor de todos los elementos que están conectados o mutuamente implicados en un campo de acción. Ya no se trata de un sujeto o un objeto autónomo; lo que ahora aparece son redes que se ramifican a través de distintas líneas de acción y crecimiento. Esta es la famosa metáfora del rizoma de Deleuze y Guattari. A su vez, en simultáneo, la TAR ha dado poca importancia a la cuestión del poder, en tanto queda invisibilizado y parece perderse en las mediaciones y traducciones. En este aspecto, los teóricos de la M-C-D tienen mucho que aportar con los análisis de la colonialidad del poder, del saber y del ser, a darle profundidad histórica como patrón de poder de la empresa colonial que atraviesa la actualidad. Por su parte, la propuesta de Harvey, aporta una poderosa crítica al papel de la geografía histórica del capitalismo en esta articulación de poderes. Más allá de estas articulaciones, sostenemos que las mismas son solo posible en algunos niveles o dimensiones de las propuestas presentadas; por lo tanto, es fundamental precisar los niveles -sean ontológicos-epistemológicos o teóricos- en los que se articulan en el análisis de los “lugares empíricos” y las experiencias concretas con las que se trabaje. Notas (1) En geografía (Massey 2008, Cresswell 2006 ,Harvey 2009), antropología (Escobar, 2000, 2007; Augé, 2000), sociología (Castells, 1999), filosofía e historia (Malpas, 1999; Casey, 1993; de Certeau, 2000), así como en investigaciones y temas dispares centrados en estudios agrarios o rurales vinculados al desarrollo local (Barros, 1999; Craviotti, 2008), lugares de la memoria (Nora, 1984; Candeau, 2002), turismo (Augé, 1996; Silveyra, 1997; Bertoncello, 2006), movimientos sociales e identidad (Escobar, 2007; Oslender, 2002), entre otros. A la vez el énfasis en el lugar o en la construcción de lugares emerge con fuerza en enfoques centrados en la gestión como el desarrollo local (Craviotti, 2008), planes estratégicos urbanos (Borja & Castells, 1997), y el Convenio Europeo del Paisaje (2008), entre otros. (2) Se debe atender también que entre las décadas del 40’ y 60’ -en un contexto en el que se asiste a la puesta en marcha de políticas de modernización y desarrollo- los enfoques neocuantitativos se concentraron en la construcción de modelos espaciales deductivos que dieron prioridad a los factores locacionales sobre un espacio considerado isotrópico y un agente de racionalidad abstracta y universal, en este marco la noción de lugar fue dejada de lado por su apelación a la singularidad. (3) La idea de la estetización de la política tiene largo desarrollo en la tradición marxista, principalmente en las discusiones de la teoría crítica de Frankfurt, en los análisis sobre la estética fascista de Benjamin (2007) como en las reflexiones sobre la sociedad de consumo en Adorno (2007). Lo original de las discusiones de los geógrafos mencionados previamente, radica en situar espacialmente la discusión y mostrar de qué manera la producción de lugar, por lo general, ha referido más a una estetización de la política que a una politización de la estética -la cual contenía, esta última, para Benjamin una dimensión emancipadora y revolucionaria. (4) Complementan este enfoque las discusiones sobre “políticas de escala” (Smith 1993) que expresan un movimiento desde la idea de las escalas geográficas como plataformas de circulación del capital hacia las escalas como marcos para una gama más amplia de actividades sociales y luchas políticas contestatarias y de resistencia (Brenner 2001)

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donde se tienen en cuenta dimensiones de género, étnicas e identitarias. (5) La crítica que plantea Harvey se dirige genéricamente a los estudios postcoloniales. Si bien se debe reconocer que dentro de estos, el autor engloba también a aquellos teóricos que se han enmarcado dentro de un amplio campo de los estudios de modernidad-colonialidad-decolonialidad. (6) Como se sabe, por el contrario, Harvey propone un punto de partida desde la idea de espacio tiempo relacional que viene desarrollando desde hace ya muchos años. Este comienza con las materialidades y procesos, y no es por lo tanto ni vacio ni fijo, no separa espacio y tiempo, así como demuestra que espaciotiempos y lugares son construidos conjuntamente por materias y procesos (Harvey 2009). (7) La “Teoría del Actor-Red”, parte de la premisa que lo social no existe y que el excesivo uso que se le ha dado al término hace que en la práctica deje de ser operativo, tiene como objeto dar más agencia a los actores analizados, romper con ciertas barreras humano/animal/máquina y dar preponderancia las tramas de relaciones que se establecen entre estos agentes. (8) Al respecto Massey (2009:141) indíca “The most general thing this implies is a greater ‘outward-lookingness’of the political imagination, a greater quotidian awareness of our planetary positioning. The local and the global are not separate spheres; they utterly interpenetrate each other. It is possible to fight through local action for alternative forms of globalisation. This may mean taking responsibility for the activities that make up one’s own place, and yet that have international repercussions (what I have called a politics of place beyond place)” (9)Para una apropiación de las propuestas espaciales de Massey por parte de los teóricos de la democracia radical ver Mouffe (2009). (10) Al respecto, Derrida observa que “lo indecidible no es solo la oscilación o la tensión entre dos decisiones. Indecidible es la experiencia de lo que siendo extranjero, heterogéneo con respecto al orden de lo calculable y de la regla, debe sin embargo -es de un deber de lo que hay que hablar – entregarse a la decisión imposible, teniendo en cuenta el derecho y la regla. Una decisión que no pasara la prueba de lo indecidible no sería una decisión libre; solo sería la aplicación programable o el desarrollo continuo de un proceso calculable” (Derrida 1997) (11) Pensamos en los textos Políticas de la Amistad (1994), La hospitalidad (2008). También sus planteos en distintas entrevistas: La democracia como promesa (1994b), Hoy en día (1999), entre otras.

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SANTA MARÍA Y BAJO DE LA ALUMBRERA: MULTIVOCALIDADES, MULTITERRITORIALIDADES Y REPRESENTACIONES EN TENSIÓN1 Silvia Valiente Resumen La publicación de referencia versa sobre la manera en que la actual fase del capitalismo en ámbitos periféricos se manifiesta como una neo-colonización del mundo, hecho que supone una reordenación epistémica e intelectual del mismo e impone un nuevo patrón espacial primarioexportador-exógeno. En este contexto, los territorios se recrean en su propia temporalidad, reestructurándose no sólo sus funciones sino también su valor simbólico. Concretamente se analizan los efectos territoriales del neoliberalismo vinculados a la explotación metalífera de gran escala a cielo abierto en la provincia de Catamarca, y en Santa María, a partir de la década del noventa, proponiendo un discurso disciplinar anclado en la geografía que concibe lo espacial en su doble dimensión -material e inmaterial-, o como propone Haesbaert, como ámbito de dominación político-económica y de apropiación cultural y simbólica a la vez. Para dar cuenta de la experiencia cambiante del espacio, se pretende desentrañar la multiplicidad de procesos que ocurren y cruzan el espacio, imaginando y construyendo territorios en el área de estudio en torno a la mega-minera, procesos que encuentran respuestas a nivel local. A esta escala pretendemos dar cuenta de la construcción del territorio como un contexto de periferia del capitalismo global y del estado nacional, contexto que habilitó la actual dinámica expropiatoria; para luego analizar la multiplicidad de discursos en torno a la mega-minería, y cómo éstos recrean el territorio y permiten comprender la dinámica socio-territorial de la provincia. También analizaremos las prácticas territoriales que se despliegan en el territorio a partir de Bajo de la Alumbrera y la respuesta que a nivel local encuentran las mismas. Estas prácticas recrean el territorio, dotando de nuevas funciones al mismo, como también lo hace la multiplicidad de representaciones espaciales vinculadas a la mega-minería, dotando de nuevos sentidos a la realidad. Palabras claves: locus de enunciación, colonialidad, periferia, capital transnacional, sujeto subalterno, discursos y representaciones 1 Título de tesis de Doctorado en Geografía: “Dinámica socio-económica y territorial de la provincia de Catamarca en la década del 90. Impacto socio-ambiental de Proyectos de Gran Escala (PGE): Bajo de la Alumbrera sobre Santa María”. Nota de defensa de tesis: 10 (diez). Directora de Tesis: Dra. Nidia Tadeo (Universidad Nacional de La Plata). Co-Directora de Tesis: Dra. Elsa Ponce (Universidad Nacional de Catamarca). Jurado de tesis: Dra. Cynthia Pizarro, Dra. Claudia Natenzon, Dr. Patricio Nadorowski. Fecha de defensa: 21 de septiembre de 2011.


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Abstract The objective of this article is to analyze the way the changes in mining legislation that occurred in our country in the 90s (XX century) work at a discourse level giving a sense to reality and designing a new profile – now mining - for the country and Catamarca. They also supposes significant changes in land uses, preparing the territory for a new spatial pattern: primaryexporting-exogenous. Under these premises we will analyze the case of mega mining in the province of Catamarca, focusing the study in Santa Maria and the enterprise Bajo de la Alumbrera and the project Agua Rica, intending to explain how the territories become restructured and reorganized. This fact supposes the de-organization of the previous spatio-temporalities, and the implementation of new ways of production. Thus, the flexible accumulation logics of advanced capitalism produces new senses of space and time as part of a territorial project that articulates the Catamarca inland to broader spatio-temporal logics. From the perspective of the coloniality of power, we will turn into a problem the way to perform periodizations from a locus of enunciation that can be referred to as colonialist-capitalistneoliberal, which turned to hegemonic from the conquest of America. Specifically we will analyze the multiplicity of discourses and representations that are involved in Santa María regarding mining. The arrival of Bajo La Alumbrera project, from the hegemonic view-point, implied new ways of thinking and creating the reality, and implied the invention of an “other” belonging to the periphery of the capitalism. That semeiotics conquest of the cultural and social life implied a production of meanings. In Santa Maria, the presence of Bajo La Alumbrera implied new senses of space and time, and a new historical sense. From that constitutive multiplicity of the space, the “we” is redefined and a set of strategies and social practices are spread without antecedents at a local level. This denaturalized the ways to give sense to reality on the part of hegemonic sectors. Therefore, the resulting spatial representations are a product of the way in which the “we” with the “others” is articulated, and shows the dynamic and tensional character of identity. At the same time, this reveals the critical potential of the local subordinate subjects as a result of the euro-centrisms and the hegemonic production of meanings. Key words: locus of enunciation, coloniality, periphery, transnational capital, subordínate subject discourses and representations. Presentación Este artículo comunica los resultados y conclusiones de mi tesis doctoral en geografía. La misma problematizó sobre la manera en que la actual fase del capitalismo en ámbitos periféricos se manifiesta como una neo-colonización del mundo, o bien recuperando a otros autores, como nuevas formas de colonialismo y colonialidad, hecho que supone una reordenación epistémica

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e intelectual del mundo, e impone un nuevo patrón espacial primario-exportador-exógeno. En este contexto, los territorios se recrean en su propia temporalidad, reestructurándose no sólo las funciones de los mismos (territorio como ámbito de dominación político-económica), sino también su valor simbólico, reconfigurándose identidades concebidas como más estables en el pasado (territorio como ámbito de apropiación cultural y simbólica). Desde este abordaje que plantea un continuum que va desde la dominación político-económica a la apropiación cultural y simbólica, se pretende dar cuenta de la experiencia cambiante del espacio. El objetivo general de este estudio aspiró a desentrañar la multiplicidad de procesos que ocurren y cruzan el espacio, imaginando y construyendo territorios en el área de estudio en torno a la mega-minera, procesos que encuentran respuestas a nivel local. Los objetivos específicos orientaron el análisis de los diferentes capítulos, cuyas conclusiones se comunican en esta presentación. A modo de presentación, el estudio realizado se organizó en tres partes. Una primera parte destinada a presentar los diferentes contextos de producción (témporo-espacial, epistemológico y teórico-metodológico) de esta tesis. Una segunda parte compuesta que ofició de bisagra entre los capítulos de índole general y los referentes al estudio de caso. Y una tercera parte compuesta por los capítulos destinados al estudio del caso. Finalmente, se presentaron las conclusiones generales del trabajo y futuras líneas de acción. Introducción al estudio de caso desde lo contextual, teórico-epistemológico y metodológico Los cambios tecnológicos vinculados a la actual fase del capitalismo crean nuevas territorialidades e introducen modificaciones en la configuración del territorio, en el rol y significación de la sociedad y su economía. Según Borja y Castells (citados en Pintos 2003) la transformación de la sociedad por la globalización y reforma del Estado tienen su correlato espacial, constituyendo una nueva organización del espacio. La misma se caracteriza por los nuevos procesos de acumulación de capital, la organización de la producción, la integración de los mercados, el papel del Estado, y el ejercicio del poder a escala planetaria. En nuestro país, la reforma del Estado implicó una nueva organización espacial basada en nuevos procesos de acumulación e integración de los mercados, factible por las modificaciones macroeconómicas que crearon las condiciones favorables para que operen capitales extranjeros. Para ello el nuevo marco legal estableció estabilidad tributaria y fiscal por treinta años, facilidades aduaneras establecidas en la ley de inversiones mineras, la homogeneización de catastros y registros en todas las provincias, la normativa ambiental y fortalecimiento institucional de las direcciones provinciales a través del Proyecto de Apoyo al Sector Minero Argentino (PASMA) en el marco de la ley 24.585. Complementariamente se firmó el Tratado de Integración

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Minera con Chile que disminuía los costos operativos utilizando espacios y recursos comunes (comunicaciones, energía y gas natural). Bajo de la Alumbrera se inscribe dentro de las grandes inversiones atraídas en el marco de la llamada Reforma del Estado, implicando la consolidación del modelo neoliberal. Desde la consolidación de este modelo se pregonaron discursos que planteaban la minería como motor de desarrollo y política de Estado, con el objetivo de alcanzar un desarrollo para todos. Este locus de enunciación legitimaba no sólo los nuevos procesos de acumulación de capital mediante una reorganización de espacio-temporalidades, sino que veía un otro subalterno. De este modo, el capital transnacional operó en la región desde una lógica expropiatoria como si se tratase de un gran vacío demográfico y productivo donde todo estaba por hacerse, configurando territorios que recuerdan a los llamados paisajes de civilización del siglo XIX. El abordaje teórico que se plantea en este artículo se inscribe dentro de los estudios subalternos o teorías poscoloniales. Dentro de esta corriente, la denominada literatura postcolonial comienza a ser trabajada en América Latina (Castro Gómez, Lander, Mignolo, por citar algunos), constituyendo una crítica epistemológica a imágenes estereotipadas de las culturas no metropolitanas. En el contexto latinoamericano, los teóricos postcoloniales captaron la naturaleza contradictoria de la globalización al observar no sólo las dinámicas que propician el contacto transnacional, sino también (y en simultáneo con) las que acentúan el resurgir de las identidades regionales. Al mismo tiempo que se abren fronteras y las relaciones sociales se tornan más desterritorializadas, se pone atención en la creciente búsqueda de las raíces culturales y experiencias de un nuevo localismo (Mignolo, Quijano y Dussel en Lander, 2000). Desde los estudios poscoloniales cobraron visibilidad los sujetos subalternos, y las complejas y diversas maneras en que éstos mediatizan los conflictos estructurales en el marco de la lucha hegemónica. En consecuencia, este marco teórico direcciona el análisis de este estudio, ya que permite desnaturalizar las representaciones de sujetos identificados con un locus hegemóniconeoliberal, el mismo locus que construyó otro subalterno. En lo que respecta a la metodología, la lógica cualitativa orientó la investigación y se aplicó como estrategia metodológica el estudio de caso único con trabajo de campo, por las limitaciones materiales y de tiempo que implicaría un estudio comparativo de casos de las ciudades de Santa María, Belén y Andalgalá. Se aplicó un muestreo heterogéneo compuesto de comerciantes, profesionales, productores agrícolas, trabajadores, funcionarios, empleados públicos y autoridades de Santa María. Por tratarse de una muestra heterogénea no se aplicó el criterio de saturación y tipicidad, sino el de representatividad. Una vez que la muestra alcanzó la saturación teórica, se dio por finalizado el trabajo de campo. Este estudio contó con dos estrategias para la recolección de datos: a) Análisis documental (investigación bibliográfica y consulta de documentos públicos y

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privados). b) Trabajo de campo (entrevistas focalizadas a personalidades vinculadas al Estado y sujetos locales). Como estrategia de análisis se trabajó desde la aproximación al análisis del discurso propuesto por Fairclough (1992), entendido como una práctica social. Desde esta perspectiva, la configuración del discurso depende de realidades extradiscursivas a las que refiere y significa. Para ello se analizó cómo en los discursos, los narradores re-centran elementos procedentes de distintas voces y desde allí no sólo se ubican en un contexto, sino que lo recrean. Desde esta perspectiva, toda interpretación es situada. Esta metodología permitió mostrar cómo el “afuera del discurso” -el contexto, el locus de enunciación hegemónico-neoliberal- se articula con el “adentro del discurso” -experiencias, sedimentaciones de sentido-, recreando el territorio. La construcción del NOA, Catamarca y Santa María a través del tiempo Bajo este título se realizó una construcción socio-histórica del estudio de caso recuperando los aportes de los poscoloniales, o para ser más precisos, los teóricos culturales críticos latinoamericanos. A partir de ella analizamos la construcción de este territorio como un contexto de periferia del capitalismo global y del estado nacional desde un locus de enunciación protagonizado por sujetos hegemónicos o sectores hegemónicos-neoliberales que denominamos colonialista. Desde esta ubicación epistémica se definió la condición de periferia para esta parte del territorio nacional, locus que ganó continuidad en la historia del capitalismo y habilitó la actual dinámica expropiatoria. El objetivo de este análisis consistió en explicar la construcción de esta parte del territorio nacional como un contexto de periferia del capitalismo global y del estado nacional, desde el locus de enunciación colonialista, locus que habilitó la actual dinámica expropiatoria. Por lo expuesto, pondremos en tensión la construcción del NOA, Catamarca y Santa María a través del tiempo, como ámbitos periféricos desde un punto de vista hegemónico. Desde la perspectiva de la colonialidad del poder, problematizaremos entonces sobre la manera de realizar periodizaciones desde un locus de enunciación que podemos denominar colonialistacapitalista-neoliberal, el que se tornó hegemónico desde la conquista de América. Primero en el período colonial, luego en el desarrollo del capitalismo, y actualmente en el neoliberalismo este locus habilitó una dinámica expropiatoria en el presente vinculada a la mega-minería, que en las últimas dos décadas acentúa la condición de periferia de la región. Esta dinámica entendida como la continuidad de un patrón de poder colonial operó configurando territorios, subjetividades y naturaleza, a lo que agregaremos, la manera de periodizar el tiempo. Luego del análisis realizado, logramos tensionar una manera de realizar periodizaciones basada en un locus de enunciación que se tornó hegemónico a través del tiempo, locus que desestimó

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otras maneras de estar en el espacio y tiempo. Esta manera de periodizar nos pone de frente a la colonialidad del saber, donde siento que mi saber tiene un largo camino de deconstrucción, donde yo fui y sigo siendo colonizada intelectualmente. Sólo a partir de de-construirnos a la luz de los teóricos críticos culturales latinoamericanos, al menos yo, puedo comprender el alcance del término periferia y aproximarme a la manera en que ésta es experimentada y puesta en voz por los sujetos locales de un contexto de periferia, tanto del estado nacional como del capitalismo global. “Si tuviera que decir cuáles son las marcas de Santa María, con tristeza te diría son la pobreza y la enfermedad” (Ana del Valle, ama de casa, en entrevista, Santa María, agosto de 2009). En los diferentes períodos temporales analizados pudimos registrar cómo junto a cada centralidad una subjetividad se fue constituyendo, definiendo al territorio y sus habitantes como marginales o periféricos, ubicación epistémica que se renovó a través del tiempo. El desamparo y desigualdad aparece entre los entrevistados. Esta experiencia no distingue trayectorias personales, clase, género, edad (por citar algunos). Está sedimentada en su cotidianeidad que pasa a ser constitutiva de una manera de estar en el mundo. La inclusión de ellos de manera subalterna en el discurso hegemónico colonialista primero, luego su articulación con el discurso modernizador nacionalista, y neoliberal después, lejos de reparar esa condición de periferia la renovó y acentuó. La deconstrucción de este contexto como un ámbito periférico que fue obliterado desde la conquista española otorgó primacía al punto de vista hegemónico, y da cuenta de su inclusión subalterna en la modernidad. Finalmente, mediante el análisis vertido procuramos relacionar la caracterización de contextos de periferia a determinados locus de enunciación; en este caso, el hegemónico por el cual experimentó el NOA un desplazamiento o descentramiento desde el período prehispánico, pasando a constituirse en región marginal o periférica en las distintas fases del capitalismo. Esta condición adquirió legitimidad y efectividad emocional por la manera en que impregnó el universo intersubjetivo de los sujetos locales, quienes quedaban incluidos de manera desventajosa del proyecto moderno. La deconstrucción de este contexto permite cuestionar esas visiones epistémicas hegemónicas, y con ello, desnaturalizar la condición de periferia. Multivocalidades en Santa María Bajo este título analizamos la multiplicidad de discursos o multivocalidades que se levantan en torno a la mega-minería, tanto las generadas desde el locus de enunciación colonialista, como las que reconocen un locus de enunciación crítico o decolonial. Este último, protagonizado por sujetos hegemonizados o subalternos -desde el punto de vista hegemónico-, produce discursos que entran en tensión con los generados por sujetos o sectores hegemónicos-neoliberales, en tanto que cuestionan las narrativas hegemónicas. Concretamente nos concentramos en analizar la relación dialéctica entre estos locus de

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enunciación. Mientras que el colonialista está ligado al nuevo escenario mundial con la pretensión de insertar la provincia de Catamarca en la globalización, introduciendo modificaciones en el contexto político-legal, económico y espacial, el locus decolonial expresa sus desencantos y cuestionamientos al respecto. Este escenario habilitó a observar las múltiples narrativas en torno a la mega-minería que responden a los diferentes locus de enunciación, para concluir que ambos locus recrean el territorio, y permiten comprender la dinámica socio-territorial del territorio. El objetivo de este estudio consistió en analizar las múltiples narrativas en torno a la mega-minería (Bajo de la Alumbrera), tanto las generadas por sujetos y sectores hegemónicos-neoliberales, como las originadas por los sujetos subalternos. En el análisis realizado, ambas narrativas promueven determinadas prácticas territoriales y representaciones espaciales. A lo largo del mismo pudimos dar cuenta cómo el discurso que levanta la alianza estado-mercado que exalta el enorme reservorio de oro, cobre y plata hasta ahora inexplotado es replicado a escala local-provincial, pregonando el gobierno local el desarrollo para todos, y los sujetos locales por su parte, se hacían eco de los mismos. De esta manera el Estado en complicidad con el capital transnacional reinventaban el territorio, gestando desde lo discursivo un sentimiento donde la minería es visualizada como la única alternativa, obliterando otras actividades. También pudimos reconocer cómo los discursos hegemónicos-neoliberales tienen un contenido funcional a la dominación social de un grupo, y están vinculados a una reordenación neocolonial del mundo que ve un otro subalterno (Coronil en Lander 2000). Sin embargo, los sujetos locales no identificados con esta narrativa logran crear puntos de vista diferentes al hegemónico. De esta manera, el discurso hegemónico comunica una realidad no completa. Frente a esto, los sujetos locales desde posiciones subalternizadas demuestran tener capacidad para desnaturalizar dicha narrativa que legitima procesos de acumulación capitalista. Por lo expuesto, este proceso que comenzó subsumiendo a los sujetos locales, y atravesó en los inicios de la investigación al propio autor de este capítulo, expone no sólo la fuerza con que operan estos discursos, sino que el espacio es esfera de una multiplicidad y pluralidad de procesos y acontecimientos que lo constituyen y lo configuran, y que por lo tanto merecen ser analizados. En este estudio, esa pluralidad de narrativas se combinan en una misma localización, y desde esa multivocalidad se recrea el territorio. Prácticas territoriales vinculadas a Bajo de la Alumbrera Bajo este título analizamos las prácticas territoriales hegemónicas-neoliberales que se despliegan en el territorio a partir de Bajo de la Alumbrera que tienden a la fragmentación territorial como parte de un proyecto territorial más amplio, como es la inserción de la región en el mercado

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mundial metalífero aurífero, y la respuesta que a nivel local encuentran las mismas. Concretamente analizamos cómo las prácticas territoriales hegemónicas-neoliberales vinculadas a Bajo de la Alumbrera crean espacios reticulares vinculados a la mundialización tecnológicomercantil, articulando la región a espacio-temporalidades más amplias. Sin embargo, la población local subalterna (desde el punto de vista hegemónico) mediante prácticas que ganaron continuidad en el tiempo expresa la no sutura o amalgama incompleta con el proyecto territorial que pretende imponerse, dando cuenta de la coexistencia de diferentes lógicas territoriales o espacio-temporalidades presentes en la región. Este escenario habilitó a pensar en Santa María como escenario de multiterritorialidades por las distintas puestas en valor del territorio y funcionalidades. En la nueva dinámica socio-territorial analizada, el encuentro de estas prácticas recrea el territorio, dotando de nuevas funciones al mismo. El objetivo de este análisis consistió en analizar las prácticas territoriales hegemónicasneoliberales vinculadas a Bajo de la Alumbrera, y la respuesta que a nivel local encuentran las mismas. Los cambios en la legislación minera acaecidos en nuestro país en la década del 90 del pasado siglo (XX) no sólo operaron a nivel discursivo dotando de sentido la realidad, imprimiendo un nuevo perfil para el país y Catamarca -ahora minero-, sino que implicaron significativos cambios en los usos del suelo, preparando el territorio para un nuevo patrón espacial: primarioexportador-exógeno. Bajo estas premisas analizamos el caso de la mega-minería en la provincia de Catamarca, focalizando el estudio en Santa María y el emprendimiento Bajo de la Alumbrera, a los fines de explicar cómo los territorios se reestructuran y reorganizan, hecho que supone la desorganización de espacio-temporalidades anteriores, y la instauración de nuevas modalidades de producción. Así, la lógica de acumulación flexible del capitalismo avanzado produce nuevos sentidos de espacio y tiempo como parte de un proyecto territorial que articula el interior catamarqueño a lógicas espacio-temporales más amplios. Luego del estudio realizado pudimos explicar cómo las prácticas territoriales recrean el territorio y redefinen las regiones en su contacto con el afuera. Así, procuramos dar cuenta de la coexistencia de diferentes lógicas territoriales en una misma localización, o en otras palabras, mostrar que la creación de espacios reticulares o articulados a una lógica territorial global no elimina o subsume anteriores lógicas territoriales, como en este caso, la articulada a una lógica territorial zonal caracterizada por la especialización de la región en la actividad ganadera criolla y agricultura mercantil simple de regadío. El escenario resultante es el de múltiples territorialidades. Esta coexistencia arrojó un problema de escalas, como los inherentes a la articulación globallocal, o a la articulación entre una economía de gran escala y otra tradicional o de pequeña escala. Estas dificultades que son multi-escalares y multi-dimensionales dan cuenta de la manera

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en que el capital global se articula de manera particular en cada lugar. Recuperando a Appadurai (1999), este escenario aparece como la expresión concreta de copresencia viva, es decir, de la manera en que procesos globales se articulan y redefinen escenarios locales. Este autor propone analizar la producción de localidades y su expresión material como co-presencia viva, para referir a los efectos de la globalización sobre el territorio, proponiendo la noción de trans-localidades. Con esta idea hace referencia a localidades que parecen estar divorciadas de sus contextos nacionales por su relación con los flujos de capital trasnacional, denominando al escenario resultante como posnacional, como ocurre en el sitio de la mina, ámbito donde se producen las fisuras entre el espacio local, nacional y trasnacional, poniendo a su vez en tensión la noción de soberanía. Así, el mega-emprendimiento Bajo de la Alumbrera aparece como una expresion concreta de co-presencia viva en la región. El capital transnacional mediante prácticas territoriales operó en la configuración de la región. A partir de Bajo de la Alumbrera decisiones que se toman a distancia tienen incidencia y cobran materialidad en la región en dos áreas. Por un lado, el sitio de la mina se configura como un espacio reticular, y en él, la lógica del capital transnacional oblitera la coexistencia contemporánea con otros; y por otro lado, el área primaria de impacto de la mina, es decir, las localidades y ciudades próximas al mega-emprendimiento como Santa María, se configuran cómo ámbitos donde el despliegue de prácticas territoriales hegemónicas-neoliberales es menor, pero mayores sus posibles efectos en los usos y significados del suelo. En consecuencia, se configura de este modo como un escenario de múltiples territorialidades, es decir, se asiste a una coexistencia de diferentes lógicas espaciales y temporales, que se expresan en la coexistencia de diferentes formas de producción: de pequeña escala (agrícola-ganaderas, minera tradicional) y de gran escala (minería transnacional), constituyendo esta coexistencia la clave para la comprensión de los actuales procesos espacio-temporales que ocurren en y cruzan el espacio, reconfigurando la región. A modo de síntesis, la llegada del capital transnacional introdujo cambios en el uso y significado del suelo, y en un sentido más amplio, recreó el territorio, apareciendo como parte del nuevo paisaje la coexistencia como la clave para la comprensión del nuevo escenario. De allí la denominación de multi-territorialidades, en el sentido que se asiste en un mismo territorio a la coexistencia de diferentes espacialidades y temporalidades que recrean el espacio y lo definen como un proceso en construcción continua. Bajo de la Alumbrera y la producción de significados en Santa María, Catamarca Bajo este título analizamos las representaciones que se despliegan en el territorio a partir de Bajo de la Alumbrera, representaciones que se expresan como formas de pensar y crear la realidad que involucran tanto a sujetos hegemónicos como subalternos, redefiniendo el valor simbólico del

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territorio, poniendo en tensión identidades concebidas como más estables en el pasado. Concretamente analizamos las representaciones espaciales que surgen a partir del encuentro de estos locus de enunciación, encuentro que redefine los atributos que históricamente marcaron el nosotros para los habitantes de Santa María, y dotaron de sentido a la realidad. Este escenario habilitó a analizar en Santa María la multiplicidad de representaciones espaciales, y su relación con las diferentes trayectorias e historias de los sujetos que construyen el espacio. En la nueva dinámica socio-territorial analizada el encuentro entre estas representaciones recrea el territorio, dotando de un nuevo sentido a la realidad. El objetivo de este estudio consistió en analizar las representaciones espaciales que se despliegan en el territorio a partir de Bajo de la Alumbrera, dotando de un nuevo sentido a la realidad. Esta temática se inscribe dentro de la problemática de la producción hegemónica de significaciones, y sus efectos posibles en la identidad de los sujetos. Históricamente, los significados hegemónicos son la expresión del imaginario de una minoría que tuvo y tiene mayor identificación y convergencia de intereses con los grupos dominantes en los centros metropolitanos que con las antiguas tradiciones culturales, condiciones de vida y aspiraciones de la población (Lander 2000). Esos significados, producidos histórica y hegemónicamente, se imbrican con los producidos localmente, generando formas de pensar y crear la realidad que reconocen la convergencia de diferentes locus de enunciación y ubicaciones epistémicas. La crítica poscolonial como marco teórico plantea la complejidad del avance capitalista, experiencia que no se remite sólo a lo económico sino que abarca procesos de subjetivación. En este estudio de caso, la llegada de Bajo de Alumbrera a la región implicó la invención de un “otro” perteneciente a la periferia subalternizada del capitalismo. Esa conquista semiótica de la vida cultural y social implicó una producción de significados. Como resultado, en Santa María la presencia de Bajo de la Alumbrera implicó nuevos sentidos de espacio y tiempo, y un nuevo sentido histórico. Desde esa multiplicidad constitutiva del espacio se redefine el nosotros y se despliegan una serie de estrategias y prácticas sociales sin antecedentes a escala local que desnaturalizaron las formas de dotar de sentido a la realidad por parte de sectores hegemónicos. En consecuencia, las representaciones espaciales resultantes son producto de la manera en que se articula el nosotros con los otros, y exponen el carácter dinámico y tensional de la identidad; a la vez que revela el potencial contestatario de los sujetos locales subalternos en respuestas a los eurocentrismos y a la producción hegemónica de significados. Esos significados producidos histórica y hegemónicamente se imbricaron con los producidos localmente, generando estereotipos sobre la población de Santa María que enfatizaron en la condición de periferia de la región. Estos fueron vehiculizados desde los medios de comunicación de alcance nacional.

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De éstos se promovieron imágenes estereotipadas acerca del comportamiento de sus habitantes en relación a la llegada de la mega-minería, de Bajo de la Alumbrera, siendo analizados los mismos como la expresión concreta de un patrón de poder neocolonial que tiene incidencia en los procesos de subjetivación a nivel local. Los aportes poscoloniales que direccionan este estudio permitieron reconocer la manera en que los sujetos locales, desde un locus decolonial, lograron descentrar tales imaginarios y reflexionar a la luz de su propia historia sobre su identidad. Próxima a esta mirada se encuentra el trabajo de Machado Aráoz (2008; 2009), quien analiza cómo la colonización de los territorios por parte del capital global se proyecta en las subjetividades e identidades colectivas como una biopolítica del poder. Vale señalar que la producción de significados sobre Santa María involucra tanto a sujetos hegemónicos como subalternos, quienes dotan de sentido a la realidad y cargan de valor simbólico al territorio. Ese valor simbólico que asignan los sujetos al territorio deriva en el análisis del mismo como ámbito de apropiación, tal como sugiere Haesbaert (2004). Por último, en relación a esto, los críticos poscoloniales entienden que la complejidad del avance capitalista en nuestros días es una experiencia que no remite sólo a lo económico, sino que abarca procesos de subjetivación. A modo de síntesis, procuramos mostrar cómo los medios de comunicación de alcance nacional demostraron tener capacidad para obliterar otros sentidos e imponerse como únicos. De esta manera, los mismos tendieron a subsumir los significados producidos localmente. Sin embargo, éstos fueron develados. También demostramos cómo la agricultura y lo arqueológico, instalados en el imaginario de los sujetos locales como dadores de identidad, son desestabilizados en la definición de la mismidad a partir de la llegada de Bajo de la Alumbrera, dejando en evidencia que los significados son construidos y revisados a través del tiempo. En este nuevo escenario, Bajo de la Alumbrera aparece como una expresión concreta de la manera en que procesos globales penetran a nivel local, desarticulando o poniendo en tensión identidades concebidas como más estables en el pasado. Malinowski en el siglo XIX advertía cómo el nosotros se revitaliza ante presencias heterogéneas, que pasan a ser constitutivas del nosotros. La nueva dinámica socio-económica y territorial instalada en la provincia de Catamarca y Santa María con Bajo de la Alumbrera afirma la tesis que el espacio se construye relacionalmente a través de interacciones, y en esas interacciones, se producen significados e identidades. En el marco de esas transformaciones, los lugares son reinventados desde diferentes locus de enunciación. En este sentido, no habrá una única representación de Santa María, como tampoco de Bajo de la Alumbrera. El potencial contestatario de los sujetos locales permitió mostrar cómo lo hegemónico no puede

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ocultar sus fisuras a través de las cuales emerge con toda su fuerza lo local. En consecuencia, los sujetos locales desde su potencial crítico epistémico, cuentan su propia historia. Ese potencial epistémico inauguró un nuevo sentido histórico en Santa María. Finalmente, el territorio se presenta como abierto, en permanente construcción, como un punto de encuentro, caracterizado por la diferencia y la multiplicidad. Reconocer estas dimensiones implica cargar de sentido a un territorio. Principales aportes de este estudio y futuras líneas de investigación Entre los principales aportes de la tesis considero que los mismos versan sobre las articulaciones entre los conceptos, exposición de reflexiones, debates y preocupaciones que tienen cabida en las ciencias sociales y recientemente en geografía. El desafío de elaborar un discurso propio desde la geografía a partir de la perspectiva de la colonialidad del saber y su potencial interpretativo, motivó el análisis de la experiencia cambiante del espacio. Concretamente, desde esta perspectiva pudimos dar cuenta del entrecruzamiento de instituciones, sujetos, lógicas y racionalidades que exponen la coexistencia, amalgama incompleta o no sutura entre los diferentes discursos, prácticas territoriales y representaciones espaciales que cruzan y ocurren en el espacio. Estimo que la tesis presentada aparece como una línea de investigación innovadora en la disciplina geográfica, donde la carencia de estudios desde esta perspectiva puede constatarse en el vacío de investigaciones que conformaron los antecedentes. En efecto, considero que el principal aporte consiste en el tratamiento de un área temática de reciente desarrollo, basada en el diálogo entre la geografía y saberes diversos de las ciencias sociales inscriptos en el giro cultural. A nivel académico, la aproximación a los reclamos de los sujetos locales, la apertura a experiencias subalternizadas también aparece como innovadora, permitiendo captar los diferentes imaginarios y la heterogeneidad constitutiva del espacio. A nivel local, esta investigación procuró contribuir entre los habitantes de Santa María a pensar su realidad con otros, a pensarse en el nuevo escenario de relaciones de poder. Queda pendiente la comunicación de los resultados de este estudio entre los habitantes de Santa María, donde convocaré, especialmente, a los sujetos locales entrevistados a modo de devolución y agradecimiento, motivando esta ocasión mi regreso al estudio de caso. Finalmente, el estudio de la dinámica socio-económica y territorial requiere de respuestas más creativas, pretendiendo esta tesis ser un aporte en ese sentido, hecho que implica no sólo la incorporación en geografía de la dimensión temporal, sino la apertura hacia otros saberes para enriquecer el discurso geográfico. Si a menudo resulta difícil encontrar en geografía estudios que incorporen la dimensión histórica, mucho más, esta perspectiva. Como futuras líneas de investigación señalo una temática emergente que motiva futuras

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investigaciones con la pretensión de afianzar la perspectiva trabajada. La misma hace referencia a la situación de cambio social que experimentan las ciudades del API, en especial Andalgalá, contexto que asiste al plan de cierre de una mina (Bajo de la Alumbrera) y apertura de otra (Agua Rica). Esta situación motivó la presentación del proyecto denominado: “Re-estructuración productiva y territorial en ámbitos periféricos del capitalismo global y estado nacional. El caso de la mega-minería en las provincias de Catamarca y Santa Cruz, un estudio comparativo”, en la Convocatoria a Proyectos de Investigación Plurianuales PIP 2011-2013 del CONICET, aprobado por resolución el 22 de diciembre de 2010, en marcha actualmente. También quiero consignar otras actividades que afianzarán la perspectiva trabajada y se vinculan con la formación de recursos humanos, como es la dirección de una tesis de Maestría en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano y dos de Licenciatura en Geografía de integrantes del mencionado equipo de investigación, en el marco del cual desarrollarán sus respectivas tesis, cuyas temáticas versan directamente sobre la mega-minería en Catamarca. Una reflexión final Por último, quiero compartir una reflexión que atravesó mi tarea como investigadora. La misma tiene que ver con el reconocimiento de mi locus de enunciación. A lo largo de esta tesis referencié de manera constante al locus de enunciación de los entrevistados, dando contenido a los diferentes capítulos junto a la mediación teórica realizada. En este esfuerzo por ubicarlos en espacio y tiempo según sus trayectorias personales, intenté a la vez no situarlos en posiciones excluyentes. Se recuerda que su ubicación como sujetos hegemónicos-neoliberales o subalternos operó a los fines analíticos, reconociendo a lo largo de este trabajo que los límites entre estas posiciones resultan lábiles y que asumen los sujetos una variedad de posiciones, aún cuando queden incluidos a los fines analíticos en uno u otro grupo. Pero sí considero pertinente y necesario explicitar mi locus de enunciación. Como investigadora escribo y produzco saberes desde un lugar determinado, la academia, y desde un campo disciplinar concreto, la geografía, cuyo discurso se ajusta a parámetros preestablecidos. No obstante, desde las ciencias sociales y desde la geografía, a través de esta tesis procuré contribuir a una mayor comprensión de la dinámica espacial y temporal que tiene cabida en un escenario, donde la mega-minería puso de manifiesto conflictividades que reconocen una historia que excede la presencia de Bajo de la Alumbrera en la región y está vinculada a construcción de Santa María, Catamarca y el NOA como periferias subalternizadas. En este contexto, la contribución de esta tesis para los habitantes de Santa María consistió en la generación de espacios donde pudieran expresar sus puntos de vista sin estar mediada mi presencia por signos políticos, sintiéndose menos condicionados para comunicarse. En lo que respecta al desarrollo de la técnica grupo discusión, la misma operó como un espacio

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donde diferentes saberes disciplinares y sujetos entraron en diálogo para pensar Santa María con Bajo de la Alumbrera. Esa presencia pasó a ser constitutiva del nosotros para los habitantes de Santa María. En el desarrollo de esta técnica, mi aporte consistió en contribuir a pensarse con otros, a pensar otra realidad posible, a pensar las relaciones de poder que configuran el espacio, siendo las mismas, parte del nuevo paisaje. En síntesis, desde mi locus de enunciación y trayectoria personal procuré desnaturalizar visiones en los sujetos locales impregnadas de sentido común, donde muchas veces defendían argumentaciones sin reflexionar sobre ellas. Si pude lograr parte de este cometido, considero el mayor aporte de esta tesis. Notas (1) Director del proyecto: Dr. Alejandro Schweitzer –CONICET, Docente-Investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA). Co-directora: Mgter. Silvia Valiente, Docente-Investigadora de la Universidad Nacional de Córdoba y Profesora Viajera de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA).

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2012 VOL. 1, Nº1, 170-182

ISSN 2314-1913

LA GEOGRAFÍA EN CÓRDOBA. RECORRIDOS ACTUALES Y FUTUROS EN TORNO A UN CONFLICTIVO PROCESO DE INSTITUCIONALIZACIÓN* Perla Zusman, Gabriela Cecchetto, Lisandro Barrionuevo, Lucas Palladino, Nicolás Rabboni y Eugenia Cavanagh Resumen El trabajo da cuenta del proceso de investigación sobre la institucionalización de la disciplina Geografía en Córdoba, haciendo foco en su inserción en la Universidad Nacional, y su vinculación con el proceso de construcción material y simbólica del territorio nacional y provincial. En primer lugar, se explicitan los presupuestos teóricos, objetivos e hipótesis que guiaron los análisis del grupo de investigación. Posteriormente se presentan los avances y resultados según coyunturas significativas identificadas en la marcha del proceso. Finalmente se da cuenta de las actuales preocupaciones del grupo, que guardan relación con los resultados obtenidos y con la incorporación de otras perspectivas teóricas como las que guían las geografías poscoloniales y los estudios sobre procesos de formación territorial. Palabras clave: institucionalización de la Geografía, Universidad, Estado-nación, construcción del territorio. Abstract Geography in Córdoba. Current and future routes around a conflictive process of institutionalization This paper describes the research process on the institutionalization of the discipline Geography in Cordoba, focusing on its incorporation to the National University, and its connection with the building of material and symbolic national and provincial territory. Firstly, we discussed the theoretical assumptions, objectives and hypotheses that guided the analysis of the research group. Subsequently, we present advances and results identified in significant junctures in the course of *Proyectos de investigación: “La Institucionalización de la Geografía en Córdoba: Contextos, sujetos, prácticas, discursos e instituciones (1878–1984)” (2008-2009), “Los saberes sobre el territorio en el proceso de institucionalización de la Geografía en Córdoba (1878-1984)” (2010-2011) y “La Geografía en Córdoba y el proceso de construcción material y simbólica del territorio nacional y provincial (1878-1984)”, subsidiados por SECyT/ UNC. Actualmente, el equipo de investigación está compuesto por Perla Zusman (directora), Gabriela Cecchetto (codirectora), Eugenia Cavanagh, Lucas Palladino, Nicolás Rabboni y Carolina Ricci.

this process. Finally, we characterize the current group’s concerns. These concerns are well linked with our results and with the incorporation of other theoretical perspectives, like the ones


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that guide postcolonial geographies and studies on territorial formation processes. Key words: Institutionalization of Geography, University, Nation-State, territory building. Introducción Desde el año 2008, nuestro equipo se encuentra investigando el proceso de institucionalización de la disciplina Geografía en la Universidad Nacional de Córdoba. Dos coyunturas han atraído nuestra atención: aquella vinculada al momento de formación del estado nacional, y la asociada a la instauración de la última dictadura militar. Asimismo, nuestro análisis se orienta a entender la vinculación entre dicha institucionalización y el proceso de construcción material y simbólica del territorio nacional y provincial. La investigación se enmarca en los estudios realizados dentro de lo que se denomina Historia Social de la Geografía (Berdoulay, 1982; Berdoulay y Soubeyran, 1991; Capel, 1977, 1981; Garcia Ramon, 1985; Garcia Ramón, Nogué y Albet, 1992; Godlewska, 1993, 1994; Livingstone, 1993), línea de trabajo que a partir de la década de 1990 comienza a ser implementada en América Latina en general (Ccente Pineda y La Torre Ruiz 2003; Jagdmann 2002; Moraes, 2000, 2009; Mendoza Vargas, 2001; Moncada Maya, 1994), y en Argentina en particular. En este último contexto, los estudios se orientaron a analizar el compromiso de las Instituciones Geográficas en el proceso de formación del Estado. Así, se reconoce que ellas habrían contribuido al proceso de construcción del territorio tanto en términos materiales como simbólicos (Escolar, Reboratti, Quintero, 1994; Quintero, 1995; Zusman, 1996; Lois, 2004). A su vez, las distintas instancias de institucionalización de la Geografía (Profesorados, Carreras de Ingenieros Geógrafos, creación de cátedras de Geografía en distintas unidades académicas de la Universidad Nacional de Córdoba, enseñanza de la Geografía a nivel secundario y universitario) habrían mostrado cierta organicidad con los proyectos estatales en distintas coyunturas (Souto, 1996; Quintero, 2002). En este marco, nuestro análisis apunta a entender la significatividad de distintas formas de saberes sobre el territorio en relación con la historia social, política y económica en la que éstas se desarrollan (Escolar, 1996), o en otros términos, a comprender el papel que estos saberes jugaron a partir de sus distintos usos (políticos, económicos, entre otros) (Livingstone, 1993). Entre 2008 y 2011, el trabajo del grupo estuvo centrado fundamentalmente en la identificación de los diversos caminos que condujeron a las distintas formas de institucionalización disciplinar en Córdoba. La investigación nos ha permitido reconocer que el estudio sobre la institucionalización de la Geografía en esta ciudad implica la reconstrucción de un largo y accidentado proceso que comienza en el último tercio del siglo XIX, en el que se pueden identificar algunas coyunturas más significativas que otras, y que se concreta recién a comienzos del siglo XXI. Este proceso de institucionalización, que involucra instancias tanto universitarias como no universitarias, mostraría cierta especificidad respecto a otros ámbitos del país que cuentan con la especialización disciplinar. Desde nuestro punto de vista, consideramos necesario identificar tanto estas

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especificidades como las causas explicativas de las mismas. En esta perspectiva, nos planteamos la hipótesis de que las primeras instancias de institucionalización de la Geografía en Córdoba se asociaron a un proyecto epistemológico ligado a las Ciencias Naturales y a un reconocimiento de la utilidad de la disciplina a los fines de ofrecer un conocimiento sobre las potencialidades económicas del país en términos de recursos naturales. Este proyecto epistemológico se fue reconfigurando a partir de las influencias de la Geografía internacional y a partir de la redefinición del papel de este saber a nivel estatal. Específicamente nos centramos en identificar las diversas instancias de esta institucionalización, en analizar los abordajes y propuestas teóricas y sustantivas emanadas de dichas instancias, y en articular estos productos teórico-conceptuales con el contexto político, científico y territorial. Para llevar adelante estos objetivos, el trabajo grupal se inició con la construcción de un marco teórico y una metodología común. Así, se profundizó en la indagación sobre las distintas formas de realizar la historia de la disciplina (propuestas internalistas, externalistas; relaciones con la historia social del conocimiento, con la historia social de la ciencia y con la filosofía de la ciencia). Se trabajaron las posibilidades que las problemáticas que interesaban a cada uno de los miembros del grupo ofrecían para articularse con la Historia social y política, y con los procesos de formación territorial (Livingstone, 1993; Svampa, 1994; Silveira, 2001; Navarro Floria, 2007; Cicalese, 2009). La relación/tensión entre pasado y presente no escapó de los debates mantenidos dentro del equipo. Decíamos anteriormente que una de las primeras instancias del trabajo consistió en identificar los niveles de institucionalización de la Geografía en la ciudad de Córdoba. Ello derivó en la necesidad de definir criterios para operacionalizar estos niveles de institucionalidad. Se decidió comenzar identificando carreras y cátedras que recibieron la denominación Geografía en la Universidad y fuera de ella (como es el caso de los profesorados de enseñanza media). Concomitantemente se observó la existencia de cátedras que trataban temáticas asociadas a cuestiones territoriales (particularmente en la organización de la carrera del Ingeniero Geógrafo) pero que no recibían la denominación de Geografía. Por tal motivo se decidió tomar en cuenta también estas cátedras y concebir sus producciones como parte de lo que denominamos saberes sobre el territorio, es decir constituyendo una formación discursiva (Foucault, 1987) donde participan, entre otros, tanto los conocimientos descriptivos (resultados de relatos de viajes de exploración o de estudios de tipo corológico) como aquellos que se derivan de mediciones en el terreno a distintas escalas (producción cartográfica, geodésica, matemática o de carácter astronómico). La lucha de estos saberes por adquirir el monopolio de la autoridad científica en el marco de la Geografía podría abrir un camino para estudiar algunos de los conflictos que tienen lugar en el proceso de institucionalización disciplinar. En este sentido, los planteos de Bourdieu (2003; 2008) sobre el campo científico y sus relaciones con el campo político, y sobre las estrategias de las comunidades científicas, han sido instrumentos útiles para comprender la

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articulación entre ciencia y política, por un lado, y, por el otro, para analizar las luchas por el monopolio de la autoridad del conocimiento sobre el territorio. El análisis de las carreras y cátedras vinculadas al conocimiento sobre el territorio implicó la organización de una metodología para llevar adelante el análisis. Ello significó: a) relevar los planes de estudios y programas de las materias correspondientes al período definido en cada caso; b) sistematizar cronológicamente la información de dichos planes y programas; c) reconocer en dichos programas, temas y conceptos asociados a la tradición de pensar el territorio o a la tradición geográfica; d) reconocer la bibliografía que apoya dichos temas y conceptos; e) articular los contenidos con las coyunturas histórico-políticas. Dado que el equipo trabaja fundamentalmente con material de archivo, el tipo de sistematización de la información explicitado en el párrafo anterior se acompañó de la lectura de ciertos textos teórico-metodológicos que orientaron la aproximación a las fuentes (su relación con las preguntas de investigación, la relevancia de tomar una postura crítica frente a ellas, entre otros aspectos). La discusión y análisis a los que esta lectura dio lugar nos permitió comprender este tipo de actividad como nuestro trabajo de campo. En este sentido, entendemos que nuestra relación con el archivo no se restringe sólo al momento de visita del repositorio sino que está presente en todo el proceso de investigación (Escolar, 1998). Tanto las posturas teóricas que orientan la investigación como las vivencias del presente, definen y redefinen la interpretación de las fuentes (Baker, 1997; Ulm, 2005). Durante el desarrollo de la investigación, y a partir de la interacción entre las interpretaciones teóricas y las fuentes documentales, se fueron consolidando las siguientes líneas de investigación que corresponden a las dos coyunturas que hasta el momento aparecen claves en el análisis: 1870-1905 y 1973-1982. El proceso de formación nacional estatal argentino y la definición del territorio de dominio efectivo de la provincia de Córdoba (1878-1922) El período a investigar se inicia en 1878, con la creación de la Academia Nacional de Ciencias y de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas dentro de la jurisdicción de la Universidad. Estos centros académicos contribuyeron a la generación de discursos legitimados científicamente, cuya producción era necesaria para la consolidación del nuevo estado y para llevar a cabo el proceso de formación material de territorio. En este sentido, la definición del territorio del Estado nación requería, por un lado, la exploración y recopilación de toda la información existente referida a las características físicas y las potencialidades económicas del pretendido espacio de dominación, y, por el otro, la identificación de los antecedentes de reconocimientos territoriales efectuados en el período colonial, en la medida que se procuraba mostrar la continuidad entre el territorio del Virreinato del Río de la Plata y el de construcción del estado nacional. Finalmente,

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era necesaria la sistematización del conocimiento obtenido en las actividades anteriormente señaladas, útil no sólo a los fines de la valorización económica sino también para construir las argumentaciones que servirían para la defensa de las pretensiones territoriales (Zusman, 1996). Dentro de este marco situamos la conformación de la carrera del Ingeniero Geógrafo (1892) y la escritura de la primera “Geografía de la Provincia de Córdoba” (1905) por parte de Manuel Ríos y Luis Achával. La carrera de Ingeniero Geógrafo En este eje de trabajo se han identificado algunas de las relaciones entre la Academia Nacional de Córdoba y la Facultad de Ciencias Exactas y Físico Matemáticas en el proyecto de definición del territorio nacional y provincial. Específicamente, la línea de investigación se orientó a estudiar la formación de la carrera del ingeniero geógrafo (una de las primeras carreras de esta índole formada en el país) a partir de un análisis más que todo internalista (cambios de planes de estudio, períodos en que la carrera se mantuvo abierta y se cerró). Asimismo, interesó identificar la correlación entre estos contenidos y el tipo de actividades territoriales desempeñadas por el egresado de la Carrera en el campo profesional. De hecho, se observó la participación de estos egresados como técnicos idóneos en el trazado del catastro de la ciudad, el diseño de obras de regadío, la construcción de represas y el diseño de proyectos de extensión de infraestructura (ferrocarriles). Asimismo, se hizo foco en el perfil profesional del egresado y en las relaciones con las incumbencias de otros especialistas en medir y realizar obras de ingeniería sobre el territorio (agrimensores, ingenieros civiles, topógrafos) (Cecchetto, Barrionuevo, en Cecchetto, Zusman, 2012). Una línea que se derivó de este análisis fue el estudio de la trayectoria de la Cátedra de Geografía Económica y Política de la Carrera de Ingeniero Geógrafo. Ella estuvo a cargo del Ingeniero Enrique Faure, fuertemente comprometido con los proyectos ligados al fomento de la valorización económica de los Territorios Nacionales, particularmente al de Formosa (Barrionuevo, 2010). La “Geografía de la Provincia de Córdoba” de Manuel Río y Luis Achával (1905) Esta línea de investigación se ha concentrado en el análisis de la significatividad política del primer relato descriptivo de la provincia. Se reconoció a la obra como un texto propaganda encargado por el Gobernador Provincial José Figueroa Alcorta a dos técnicos altamente implicados en el proyecto de construcción del territorio provincial. El estudio realizado permitió identificar la valorización diferencial de las distintas áreas de la provincia en función de su posibilidad de insertarse en el modelo agroexportador o en la práctica turística. La definición de los límites provinciales aparece en este marco como una de las tareas emprendidas para asegurar la unidad provincial en la diversidad de sus “marcos naturales”. El texto buscaba hacer conocer tanto a empresarios colonizadores como inversionistas las

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potencialidades que ofrecía Córdoba para atraer migrantes e inversiones. Pero también el libro se torna en una especie de “Geografía Popular” (2), un relato que también podía estar dirigido a otras audiencias como los sectores urbanos a fin de hacerles conocer “las riquezas que poseía la provincia”, o a los docentes como texto útil para una enseñanza de carácter patriótica. El análisis permitió también comprender el uso de la idea de paisaje asociado a la valorización turística del área de las Sierras de Córdoba. A la vez, la “Geografía de la Provincia de Córdoba” aparece promoviendo la extensión del ferrocarril como una estrategia para poner en valor esta zona de la provincia (Rabboni, en Cecchetto, Zusman, 2012). El Gobierno Militar y la recuperación del nacionalismo territorial (3): el discurso de la Geopolítica y de la Geografía regional (1976-1982) La investigación continúa con la identificación de distintas propuestas disciplinares en el ámbito de la Universidad Nacional de Córdoba (cátedras, institutos o áreas de investigación), haciendo foco en el análisis de la producción de la Cátedra de Geografía Humana de la Escuela de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades durante el período 1976-1984. Asimismo hemos explorado la presencia de la Geografía en ámbitos no universitarios como fueron los Institutos de profesorados. En particular, hicimos foco en la enseñanza de la Geografía en el Instituto de Enseñanza Superior Simón Bolívar, desde el momento de su creación, en 1976, hasta 1984. La Cátedra de Geografía Humana (Escuela de Historia, Facultad de Humanidades) de la Universidad Nacional de Córdoba (1976-1984) El análisis de la conformación docente, de los programas y de la bibliografía de la única cátedra con denominación geográfica existente en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba en el período en cuestión ha permitido inferir cierta vinculación entre el papel que se le otorgaba a la misma en la formación de los egresados de la carrera de Historia y la coyuntura política. El trabajo da cuenta del interés evidenciado por esta asignatura en contribuir al desarrollo de una conciencia territorial -en consonancia con los intereses del Estado dictatorial- y hacerla “emerger” a partir de los conflictos territoriales (particularmente con Chile por el canal de Beagle y con Inglaterra por las Islas Malvinas). En este marco, se constató el desarrollo de una serie de estrategias encaminadas a que la Geopolítica reemplace como asignatura a la Geografía Humana, en el período comprendido entre los años 1976-1984. Un tipo de conocimiento considerado a nivel internacional como un saber más asociado a la práctica de los estados que a las de la academia, ahora era incorporado a la universidad para promover la creación de una unidad nacional (a partir de la defensa de la integridad territorial) frente a la crisis económica y social (Cavanagh, Palladino, en Cecchetto, Zusman, 2012). La Geografía Regional en la formación de los profesores de geografía de enseñanza secundaria

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de la Escuela Normal Superior Alejandró Carbó (1973-1987) Este eje de trabajo se ha orientado a analizar los programas del Profesorado de Geografía de la Escuela Normal Superior Alejandro Carbó, institución en la que se han formado la mayor parte de los docentes que han participado en la formación de la Carrera de Geografía de la Universidad Nacional de Córdoba (2004). El seguimiento y sistematización de los programas correspondientes a los planes de estudio aprobados desde la década de 1970 permite observar un énfasis en la enseñanza en el método regional y, particularmente, en la perspectiva de Federico Daus, seguidor de la propuesta de Vidal de la Blache. Así, la división del país en regiones geográficas, complementarias y que conformaban un todo armónico (el territorio de la nación argentina) se tornó la representación hegemónica en los profesorados en general y en ENS Alejandro Carbó en el período en cuestión (Astegiano en Cecchetto, Zusman, 2012). Sobre los caminos que nos proponemos recorrer La investigación desarrollada hasta aquí, nos ha permitido comprender las diversas propuestas de saberes disciplinares que emergieron de los distintos espacios de institucionalización, y constatar la distancia entre lo que entendemos hoy por Geografía de aquello que se entendía en el pasaje del siglo XIX al XX, o en la década de 1970 en el marco de la dictadura militar. Mientras que en el primer contexto la Geografía era asociada a un conjunto de saberes útiles a los fines de exploración, mensura y representación territorial, en el segundo era vinculada a la creación de un imaginario sobre el territorio que fortaleciese la cohesión nacional en el marco de un proyecto de país militarizado que, en algunas de sus facetas, buscaba acentuar el conflicto con los países vecinos (Cecchetto, Zusman 2012). Pero, a la vez que este proceso de investigación nos permitió constatar las semejanzas con otros procesos de institucionalización y concepciones de la Geografía, también nos ayudó a identificar las diferencias y especificidades asociadas a dinámicas políticas, económicas y científicas particulares a la conformación a Córdoba como unidad subnacional dentro del Estado Argentino. Desde la perspectiva más estrictamente institucional, la preexistencia de la universidad al proceso de conformación del estado, la conformación de la Academia de Ciencias Naturales y la contratación de naturalistas alemanes para ejercer la docencia y explorar el territorio son algunos de los elementos que definen derroteros distintos al de otros lugares del país. En términos generales, el trabajo realizado en estos cuatro años tuvo una orientación por sobretodo epistemológica, en tanto buscó identificar las distintas formas que los saberes sobre el territorio adquirieron y entender su significatividad política en distintas coyunturas. La investigación nos ofreció indicios para proponer un giro que incorporase al análisis la historia territorial. De hecho algunas de las líneas de trabajo constataron la existencia de una relación entre el proceso de institucionalización de la Geografía y el de formación o redefinición -simbólica y material- del territorio nacional y provincial.

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En este sentido, el equipo ha reorientado su análisis al vínculo entre el proceso de autonomización del campo disciplinar y la promoción de actividades territoriales. Esta relación ya ha sido constatada por otros trabajos. Por ejemplo, Zusman (1996), Nunes Pereira (2003) y Navarro Floria (2007) han analizado el vínculo directo entre la formación de Sociedades Geográficas y la promoción y apoyo de las tareas de formación territorial en Argentina y Brasil. A su vez, estudios realizados en otros contextos como el europeo han observado que el proceso de institucionalización de la Geografía en países como Francia (Soubeyran, 1994), España (Nogué y Villanova, 1999) o Inglaterra (Driver, 2001) se acompañó de las prácticas territoriales asociadas a la expansión colonial. Otros trabajos realizados en el contexto norteamericano han estudiado, por ejemplo, la acción de Isaiah Bowman (Smith, 2003) o de la revista National Geographic (Rothenberg, 2007) tanto en la formalización de los espacios disciplinares como en la promoción de las pretensiones imperiales de Estados Unidos. Nuestra nueva propuesta está orientada por las investigaciones recientes realizadas en el campo de las Geografías poscoloniales y de los estudios de formación territorial, líneas de investigación que ponen en diálogo la institucionalización disciplinar con dinámicas de tipo territorial. Cabe destacar que las Geografías poscoloniales tienen una raigambre en las investigaciones llevadas adelante en los países europeos y norteamericanos, en tanto que la línea de estudios de formación territorial se ha desarrollado sobre todo en América Latina. Sin embargo, en la actualidad podemos afirmar que los estudios de formación territorial se han enriquecido con los aportes de las Geografías poscoloniales (Moraes, 2009; Serjé 2005). Así, buscamos articular saberes e imaginarios disciplinares con prácticas territoriales. A través de esta relación quizás sea posible identificar los acuerdos y conflictos entre los distintos sectores de la elite en distintas coyunturas para consensuar un modelo de territorio, un diseño de fronteras y una imagen de nación. En este marco, en el período 2012-2013 nos proponemos analizar la relación entre los distintos procesos de institucionalización disciplinar en Córdoba y los procesos de formación material y simbólica del territorio provincial. Sostenemos que, en ciertas coyunturas, tanto el campo de la Geografía como las prácticas de construcción del territorio nacional y provincial son objeto de definición o de transformación. Asimismo, las tendencias políticas y epistemológicas disciplinares pueden (re)definir las intervenciones territoriales. A la vez, las prácticas territoriales pueden (re)formular los perfiles disciplinares. La investigación se plantea trabajar con 4 coyunturas territoriales consideradas significativas: aquella vinculada a la formación del territorio estatal y provincial (1898-1922), sus redefiniciones posteriores con el peronismo (1945-1955), el desarrollismo (1960-1970) y la última dictadura militar (1976-1984). Estas periodizaciones guardan relación con las líneas de trabajo que ya se vienen desarrollando y con las hipótesis específicas que nos proponemos abordar. Así, la primera y segunda coyuntura se vinculan con la apertura y cierre de la carrera de ingeniero geógrafo en la Universidad Nacional de Córdoba. Como vimos, esta carrera buscó

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formar especialistas que pudieran desempeñarse en tareas como el establecimiento de los límites internacionales y provinciales o la extensión de infraestructuras (puentes, ferrocarriles, obras de regadíos). Estas actividades buscaban integrar y otorgar cohesión al territorio nacional. En particular, los contenidos impartidos por la Cátedra de Geografía Económica y Política de esta carrera se asociaron a las labores promovidas por la Ley de Fomentos de los Territorios Nacionales (1908) y estimularon proyectos de extensión de infraestructura y valorización económica en dichos territorios. En este contexto, la “Geografía de la Provincia de Córdoba” (1905) de Manuel Río y Luis Achával aparece como la primera descripción de la geografía provincial. Este texto propaganda no solo difundió las acciones territoriales llevadas adelante a nivel nacional y provincial sino que también acompañó y promovió la invención de paisajes turísticos en la zona serrana de la provincia de Córdoba como atractivo, y apoyó la creación de infraestructura (ferroviaria, vial y hotelera) para el desarrollo de esta actividad. Por otro lado, la reapertura de la carrera de Ingeniero Geógrafo durante el gobierno peronista obedece a los objetivos de contar con profesionales idóneos para establecer una política de planificación territorial centralizada que otorgue oportunidades económicas a ciertas regiones a partir de la actividad industrial y de la valorización de los recursos energéticos. La tercera coyuntura corresponde al período en que se analizará la formación y desarrollo de la Cátedra de Geografía Económica y Social en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba, desde donde se promovió el desarrollo industrial provincial y la elaboración de una narrativa territorial que planteaba a Córdoba como una región industrial pujante en el contexto nacional. En este marco, resulta de interés el estudio del trabajo que se considera la segunda descripción de la provincia: la “Geografía de Córdoba” (1963) de Alfredo Terzaga. La interpretación de esta descripción geográfica nos permitirá aproximarnos a la escritura de un nuevo relato territorial y a una nueva imagen del territorio provincial, a sus vínculos con otras narrativas que estaban emergiendo en otros espacios (como los de la cátedra recién mencionada) y a sus desplazamientos respecto del relato canónico de Río y Achával. Finalmente, la cuarta coyuntura hace foco en la redefinición de los contenidos de la Cátedra de Geografía Humana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, durante el período de la última dictadura militar. Como vimos anteriormente, esta redefinición tuvo como objetivo difundir ciertos imaginarios geográficos que hacían de las hipótesis de conflictos con los países vecinos y con Inglaterra su centro de atención. A su vez, los nuevos contenidos buscaban promover y legitimar las acciones territoriales llevadas adelante por el último gobierno militar. Es también de interés de esta línea de investigación explorar de qué manera, finalizada la dictadura, se renuevan los contenidos de la asignatura, y qué tipo de acciones territoriales se van a promover desde los programas planteados a partir de 1984. Notas

(1) Este género comprende un conjunto de textos y otros dispositivos culturales “al alcance de todos”. Se reconoce

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que existen saberes sobre el territorio que encuentran sus formas de producción y circulación diferenciadas de aquellos que son convencionales en la academia. Es el caso de los libros de texto, las revistas de divulgación o las enciclopedias. Al respecto, ver Cicalese (2008). (2) El nacionalismo territorial parte de considerar al territorio como elemento fundante de la comunidad imaginada. En este sentido se considera al territorio del Virreinato del Río de la Plata como molde natural del ámbito geográfico del estado nación- argentino. Toda diferencia entre el territorio colonial y el de la Argentina es interpretada en términos de pérdidas a favor de los países vecinos (Cavaleri, 2004).

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2012 VOL. 1, Nº1, 183-199

ISSN 2314-1913

INDAGANDO ACERCA DE LAS RELACIONES INDUSTRIATERRITORIO-TRABAJO EN LA REGIÓN METROPOLITANA CÓRDOBA POSTCONVERTIBILIDAD: LOGROS, DESAFÍOS Y CONSOLIDACIÓN DE GIITT(1) EN EL ÁMBITO DEL DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA UNC1 Luciana Búffalo-Diego Omar Resumen El presente artículo pretende dar a conocer nuestra experiencia como investigadores en el Grupo de Investigación en Industria, Territorio y Trabajo (GIITT). Queremos sobre todo compartir los avances y resultados de nuestro trabajo y los desafíos que se nos plantean en la actualidad. Nos interesa destacar nuestra especificidad en relación a las líneas de investigación que seguimos, el marco teórico conceptual construido y el abordaje metodológico basado en la triangulación cualicuantitativa. El Grupo ha avanzado en la construcción de conocimiento científico geográfico en relación a los patrones de localización industrial, las prácticas de los agentes sociales, la transferencia de condiciones laborales y la incidencia de las políticas públicas industriales en la trama productiva local. Palabras claves: dinámica industrial – configuración territorial – reestructuración productiva postconvertibilidad – triangulación metodológica Abstract: This paper pretends to display our experience as researchers in the Research Group on Industry, Territory and Labor (RGITL). We specially want to share the advances and results of our work and the challenges we face nowadays. We wish to emphasize our specificity in relation to the research lines we follow, the theoretical conceptual framework built, and the methodological approach based on qualitative and quantitative triangulation. The Group has advanced in the construction of geographical scientific knowledge in relation to industrial location patterns, social agents practices, transfer of labor conditions and incidence of industrial policies in local productive network. 1 Proyecto financiado por Secyt UNC 2008-2009: Reestructuración productiva en la ciudad de Córdoba post-devaluación: patrones de distribución geográfica de la industria metalmecánica y sus vínculos territoriales. Directora: Luciana Búffalo. Co-directora: Claudia Tomadoni. Proyecto Secyt UNC 2010-2011: Reestructuración productiva en la Región Metropolitana Córdoba postconvertibilidad: Dinámicas y respuestas territoriales en torno a la industria metalmecánica. Directora: Luciana Búffalo. Co-directora: Claudia Tomadoni. Proyecto Secyt UNC 2012-2013: Reestructuración productiva y conflicto territorial: Dinámica industrial en la Región Metropolitana Córdoba postconvertibilidad.


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Key words: industrial dynamics - territorial configuration - productive restructuring postconvertibility - methodological triangulation Introducción El objetivo de este artículo es dar a conocer los avances en materia de investigación que el Grupo de Investigación en Industria, Territorio y Trabajo (GIITT) viene desarrollando desde hace cinco años. Asimismo, nos proponemos reflexionar acerca de nuestra labor como investigadores en relación a las líneas de investigación que abordamos, tanto en lo relativo al marco teórico conceptual como en las estrategias metodológicas empleadas. Para ello haremos referencia en primera instancia al surgimiento de GIITT en el ámbito institucional del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Córdoba, especificando los objetivos del Grupo, las líneas de investigación seguidas y las distintas acciones y estrategias que hemos emprendido. En un segundo apartado detallaremos el marco conceptual que hemos ido construyendo a fin de encuadrar teóricamente nuestro trabajo de investigación. Nos interesa destacar en particular las múltiples relaciones que podemos establecer entre industria – territorio y trabajo, y el abordaje teórico y metodológico. A continuación explicitamos las estrategias metodológicas que hemos elegido utilizar en nuestras investigaciones, basadas en la triangulación cuanti-cualitativa, y detallamos los principales avances y resultados de nuestro trabajo como investigadores. Finalmente planteamos los desafíos que nos movilizan en la actualidad, entre los cuales podemos mencionar el fortalecimiento de nuestras relaciones con los agentes sociales relevantes de la industria automotriz en Córdoba y con grupos de investigación locales (Universidad Católica de Córdoba) e internacionales (Universidades de Bauhaus y Jena, ambas de Alemania). Nuestro principal interés como Grupo consiste en consolidar la articulación interdisciplinaria, interinstitucional e internacional para dar respuesta a los problemas locales que plantea la compleja imbricación industria – territorio - trabajo en Córdoba postconvertibilidad. GIITT en el ámbito del Departamento de Geografía UNC El grupo GIITT se conforma en 2007 como un grupo de investigación interdisciplinario e internacional conformado por docentes-investigadores, alumnos avanzados y egresados, en el ámbito del Departamento de Geografía. Surge a partir de la necesidad de comprender, explicar e interpretar la dinámica industrial en un contexto de reestructuración productiva global, a partir de los cambios socio-económicos acontecidos a partir de 2001 en nuestro país. En ese sentido, nuestro trabajo como investigadores de una realidad socio-productiva específica en tiempo-espacio es producto de un ida y vuelta entre el ámbito académico y el ámbito empírico. Para ello, nos basamos en la inclusión de (re)conceptualizaciones y metodologías de análisis que nos permitan establecer un diálogo permanente con los agentes que integran el espacio

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industrial, a fin de identificar tendencias, claves para el diseño y negociación de políticas públicas que promuevan el desarrollo del sector industrial en Argentina, y particularmente en la Región Metropolitana Córdoba (RMC). La indagación de las capacidades, debilidades y oportunidades existentes en el sector industrial es motivo de interrogantes, y la búsqueda de respuestas nos alienta en el proceso de creación de conocimiento específico, que creemos importante y necesario generar para que los diferentes agentes –trabajadores/sindicatos, empresas/cámaras, universidades y gobierno, entre otrospuedan operar con conocimiento actualizado y científicamente construido. Nuestro trabajo de investigación se centra en los siguientes temas:  Industria e implicancias territoriales a distintas escalas y en distintos contextos: urbano, rural y regional. Configuración territorial.  Dinámica industrial: usos del suelo y mercado de tierras, desplazamientos, localización y re-localización de empresas, vacíos industriales, periferia industrial. Planificación territorial.  Competitividad y cooperación territorial: Clusters y parques tecnológicos/industriales. Sistemas locales de innovación.  Trabajo e industria: empleo, capacitación, producción y flexibilización laboral  Empresas e industria: Pymes, vínculos intersectoriales, flexibilidad, prácticas sociales, inversiones, innovación y conocimiento.  Políticas industriales: promoción industrial Un marco teórico conceptual en permanente (re)construcción La reestructuración productiva en el contexto global está marcada por la combinación de procesos con lógicas globales y procesos con lógicas locales. Lógicas que deben ser reinterpretadas en el marco de la actual crisis financiera mundial, en la cual los cambios coyunturales han entrado en ciclos cada vez más cortos y acelerados. Como resultado de la mencionada combinación, el conjunto de agentes empresariales, gubernamentales, laborales y otras organizaciones de la sociedad civil de cada lugar, generan dinámicas territoriales específicas acordes a las formas de acumulación global. Estas dinámicas son producto de una tensión entre i) los arreglos materiales y discursivos previos que constituyen un territorio específico; y ii) las tendencias para superar los obstáculos que dichos arreglos y sus correspondientes configuraciones territoriales implican para la acumulación de capital. Los agentes son quienes llevan adelante esas dinámicas transformando el territorio en cuestión, a través de sus intereses, prácticas y relaciones de poder. En este sentido, concebimos al territorio como una variable dinámica en las relaciones sociales,

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en tanto condicionado y condicionante (Búffalo, 2012) de las relaciones de tensión y conflicto. El territorio emerge así como un espacio de poder en donde se inscriben proyectos sociales y en el cual los intereses contrapuestos de los agentes generan negociaciones y conflictos (Búffalo, 2010). Para poder investigar estas cuestiones se retoman los conceptos de modelo de acumulación, dispositivo de regulación y paradigma tecno-productivo de la Escuela de la Regulación, y se aplican con un enfoque territorial (Lipietz, 2000; Becker, 2002). Esta perspectiva de análisis se complementa con los aportes de la Geografía Crítica desarrollados por Milton Santos (2000) para analizar la configuración de formas-contenidos que se producen en el territorio o son producidas territorialmente. Asimismo, a los fines de comprender las prácticas sociales que se ponen en juego y (re)producen dichos procesos de acumulación y regulación territorial, nos basamos en los conceptos de campo, habitus y estrategia de Bourdieu (1995). La delimitación del período 2002 a la actualidad presupone vincular las transformaciones de la estructura productiva argentina a la postconvertibilidad, es decir a cambios sustanciales en la relación de la economía argentina con la economía internacional, la política cambiaria (Schorr y Wainer, 2005) y las regulaciones laborales (Neffa, 2007), que generaron cambios notables en los indicadores macroeconómicos en términos de crecimiento del PBI, empleo y resultados de la balanza de pagos. No obstante, estos cambios no lograron reorientar las tendencias iniciadas en la última dictadura militar y consolidadas durante el régimen de la convertibilidad, tales como la extranjerización, la centralización del capital y la importancia relativa de los sectores económicos orientados al mercado externo basados en ventajas comparativas naturales y/o beneficiarios de continuos regímenes de promoción selectivos. De este modo, el período postconvertibilidad se caracteriza por una tensión entre las tendencias por continuar una inserción pasiva y subordinada en la División Internacional del Trabajo (Azpiazu y Schorr, 2008) y las tendencias hacia una reactivación manufacturera motorizada por el mercado interno ampliado a una escala regional -Mercosur- con una mayor articulación entre los distintos sectores productivos, con el objetivo de alcanzar desarrollos tecnológicos autónomos que permitan superar los tradicionales cuellos de botella del crecimiento industrial argentino (Ferrer, 1999) por la dependencia de transferencias tecnológicas externas. Las transformaciones en los procesos regulatorios a escala nacional se articulan a escala global con la permanente reestructuración en la organización de las redes de valor de las grandes empresas transnacionales (Dörre, 2009), actualmente afectadas por la crisis económica y financiera internacional, iniciada en septiembre de 2008 en EEUU. Esta permanente reestructuración se apoya en modelos de producción flexibles caracterizados por la terciarización, la reducción de stocks, líneas de producción flexibles (en términos de escala y mix de productos), adaptación de la producción a pedido del cliente, reducción del ciclo de vida de los productos; y otros mecanismos que permiten la reducción de costos y la respuesta rápida frente a la fuerte competencia del

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mercado mundial, por medio de la transferencia de costos y riesgos a las empresas subordinadas, los trabajadores precarios y las redes de agentes político-industriales locales que compiten por atraer inversiones extranjeras (Berti, 2012). Estas prácticas de gestión corporativa se relacionan a fusiones, adquisiciones y compras de empresas (o parte de ellas) en función de los vaivenes de los mercados financieros. Esta compleja articulación entre procesos de regulación y de acumulación a escala global y nacional delimita los corredores de acción de los agentes de cada región y/o sector que a su vez refuerzan o modifican las tendencias generadas a escalas más amplias. Estos procesos implican un juego simultáneo de agentes con estrategias de reproducción desigual, estrategias que se encuentran en estrecha relación con la inserción de los mismos en la historia productiva local (Buffalo, 2010) y procesos territoriales asociados. Tomando como punto de partida la definición de Milton Santos (2000) de formación socioespacial, que concibe a la realidad social como una compleja articulación de prácticas sociales, económicas, políticas y culturales, hemos optado por organizar nuestro trabajo y reflexión en torno a cuatro grandes ejes de análisis: - La relación empresa-territorio - La relación trabajo-territorio - La relación gobierno-territorio - La configuración y conflicto territorial Esto implica fundamentalmente considerar al territorio como producto y condicionante de la estructura socio-económica que se origina a partir de la compleja y conflictiva articulación entre las lógicas globales y locales. Esta articulación implica una tensión entre el modelo de acumulación previo, con sus correspondientes procesos regulatorios y configuraciones territoriales, y los conflictos por reproducir dichos arreglos normativos y territoriales en vistas a la crisis del régimen de acumulación. Según Ciccolella (2006), el territorio constituye una dimensión transversal en la estructura económica y en las relaciones sociales que en y desde él se producen. Los diferentes agentes (empresas, gobierno, trabajadores), a través de sus diversas prácticas e intereses en juego, y a partir de diferentes escalas de acción, (re)configuran un territorio inestable, desigual y contradictorio. La relación empresa-territorio se vincula estrechamente con los cambios en los campos tecnológico y laboral (Tomadoni, 2009), que se expresan en los modelos de producción flexibles, asociados a una configuración de territorio en red. Las estrategias de producción flexible adoptadas tanto por empresas grandes como pequeñas y medianas, consisten en la terciarización y/o complementación de actividades a lo largo de la cadena productiva donde confluyen lo local y lo global. En cuanto a la relación trabajo-territorio, resulta evidente que los cambios en la dinámica industrial en un contexto de reestructuración han modificado las formas y el contenido del trabajo. La flexibilidad productiva, implementada junto a procesos de flexibilización laboral,

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conllevan la conformación de un mercado de trabajo precario (Tomadoni, 2009), con altos grados de informalidad, gran incertidumbre en cuanto a la duración del vínculo laboral y aumento de la demanda de empleo por parte de mujeres y jóvenes como consecuencia de la debilitación del vínculo laboral tradicional del jefe de hogar. Las transformaciones en las relaciones laborales revelan la importancia de los agentes sindicales en la negociación acerca de las formas de implementación de nuevas formas de producción (Tomadoni; Koessl, 2007) y su rol en la interpelación de la ideología de la competitividad (Berti, 2010). En la Región Metropolitana Córdoba postconvertibilidad, la relación gobierno-territorio está mediada por políticas de promoción industrial y regulación de la actividad industrial (Buffalo; Fratini; Ruarte; Seppi y Vaudagna; 2011), muchas veces con intervención en las negociaciones entre capital y trabajo. En este sentido, el imaginario de la competitividad está claramente presente en las leyes de promoción industrial que privilegian las inversiones extranjeras orientadas a la exportación, tanto en el caso automotriz como en el caso de la industria electrónica e informática (Tomadoni; Búffalo; Berti; 2011; Berti y Zanotti, 2010). La política industrial orientada a las PyMEs evidencia escasez de crédito, dificultades en la contratación de mano de obra calificada, obstáculos para acceder a la posición de proveedores del Estado, entre otras (Búffalo, 2012). El gobierno nacional ha intervenido en la última década promoviendo los aumentos salariales en un primer momento en que los sindicatos habían perdido poder de negociación, y fomentando la negociación colectiva por rama de actividad. A su vez, los intentos de intervención en la estructura de precios apuntan a recuperar el poder de compra de los salarios, si bien estos aún se mantienen bajos en relación a la década del 90. Los tres ejes de análisis previamente esbozados se condensan en la configuración territorial, que es producto de relaciones que se articulan de forma compleja, donde las tendencias de cambio y/o continuidad no son resultado lineal de acciones puntuales, sino que derivan de una conjunción determinada de las acciones -e intereses que se juegan en dichos actos-, en un determinado momento histórico y lugar (Seppi, 2010); en este caso, la reestructuración productiva en la RMC postconvertibilidad. El concepto de configuración territorial permite vislumbrar el devenir de las relaciones socio-territoriales haciendo entrar en juego la espacialidad, la historicidad y la socialidad (Soja, 1997) de las relaciones de producción. En el caso de Córdoba, el efecto inercial de estructuras heredadas como la dotación de recursos (físicos, humanos, de capital y conocimientos) se manifiesta como un capital territorial que influye en el poder de negociación de los diferentes agentes para enfrentar el marco competitivo (Méndez; Sánchez Moral; Abad y Balestena, 2008) postconvertiblidad. . No obstante las respuestas territoriales aún distan de estrategias en las que se considere al territorio en todas sus dimensiones y no como mero contenedor de objetos geográficos. En este contexto, algunas comunas y municipios de la RMC, se abren a distintas opciones para atraer actividades

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económicas, entre ellas las industriales, a fin de obtener recursos institucionales, pero sin una clara proyección a largo plazo y con lazos de cooperación endebles (Buffalo, Vaudagna, Ruarte y Seppi; 2009). Estrategias metodológicas: la triangulación cuanti-cualitativa(2) Nuestro trabajo se sostiene en la triangulación de métodos cuantitativos y cualitativos, que posibiliten una interpretación más acabada de los procesos que analizamos. Concebimos esta triangulación, tanto de fuentes como de investigadores, como transversal a todo el proceso de investigación, de principio a fin. La idea subyacente es que al contrastar distintos puntos de vista se obtiene una imagen mucho más completa de un objeto (Gallart M., 1992). Consideramos que el trabajo empírico toma sentido en un juego de ida y vuelta constante con la teoría. Esta práctica de investigación toma cuerpo a través de jornadas de trabajo en equipo, tales como coloquios en los cuales los investigadores van presentando sus avances y se coordinan estrategias grupales en torno a definiciones conceptuales, herramientas de indagación y criterios de delimitación de los problemas que se abordan. Para la construcción de datos cuantitativos se recurre a fuentes tales como el Censo Nacional Económico, el Registro Industrial Provincial, Estadísticas Municipales, bases de datos de cámaras y sindicatos (CIMCC, CIIECCA, UOM) y bases de datos ad hoc construidas por los investigadores. Para actualizar la información disponible hemos diseñado encuestas que contemplen variables tales como: tamaño de las empresas, tipos de producto, actividades productivas, posición en la trama productiva, origen del capital, tipos de contratación, condiciones laborales, localización, asociatividad, entre otras. Para el análisis estadístico de la información recopilada se utiliza el programa informático SPSS. Los datos cualitativos, en tanto, se construyen a partir de entrevistas individuales y grupales, observaciones y visitas -en plantas industriales, ferias, barrios y localidades relacionadas con el sector estudiado- publicaciones periódicas y documentos institucionales. Las entrevistas individuales son del tipo no estructuradas y se basan en una conversación libre con una lista temática de control previamente construida de acuerdo a los avances y objetivos de investigación. La intención es recuperar el sentido otorgado por los agentes a la acción y a las circunstancias de su vida personal y laboral para ligar las biografías personales a los procesos estructurales. Para las entrevistas grupales se prevé el uso de la modalidad “tipo grupo focal”, que se caracteriza por la presencia simultánea de varios entrevistados que se relacionan a través de técnicas conversacionales. La dinámica se basa en moderar un diálogo entre personas de posiciones semejantes que discuten un tema determinado a partir de un elemento disparador (artículo

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periodístico, video, fotos), a fin de generar un debate, donde unas opiniones son influidas por otras. La información producto de esa interacción revela las perspectivas y experiencias grupales, y es registrada y clasificada para su posterior análisis. Las relaciones construidas con sindicatos, empresas y cámaras industriales cobran importancia para acceder a los grupos que nos interesa entrevistar y por las posibilidades de difusión y transferencia del conocimiento y los resultados de nuestras investigaciones. La información cualitativa se complementa con observaciones y visitas a establecimientos industriales, barrios y localidades relacionadas con los casos de estudio, donde se procede al registro fotográfico, la confección de diarios de campo y el relevamiento con GPS para determinar los patrones de localización de las empresas y actividades industriales. Los datos así relevados se complementan con la selección, lectura, análisis y clasificación de información periodística y de documentos institucionales y páginas web. La aplicación de sistemas de información geográfica permite georreferenciar los datos a fin de identificar transformaciones territoriales como las tendencias en los patrones de localización. Para delimitar el problema de investigación se utilizan criterios de carácter conceptual y empírico que se van modificando en función de los resultados preliminares que se van obteniendo y la emergencia de elementos imprevistos que se identifican como claves en el proceso de investigación en relación a la problemática estudiada.

Fuente: Tomadoni, Buffalo, Berti, 2009 Dado el dinamismo del proceso que se aborda, hemos optado por un diseño de investigación flexible, no estandarizado (Marradi,1996; Maxwell, 1996), que permite integrar los aspectos emergentes al tema central de la investigación a medida que se los identifica. Esta decisión implica una permanente revisión de los esquemas conceptuales que guían nuestro trabajo, incorporando

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los conceptos de las personas que participan del proceso y buscando nuevas categorías teóricas para describir e interpretar. El trabajo de campo se encuentra atravesado por dos procesos dialécticos: la reelaboración de conceptos teóricos, generando un proceso de diálogo con otros investigadores que trabajan la temática y con los distintos agentes que viven el proceso; y la reflexión sobre las herramientas y estrategias metodológicas empleadas. Esto requiere de un ir y venir entre información y análisis, y nuevos requerimientos de información, que van completando el espiral del trabajo de campo cualitativo-cuantitativo Entre los instrumentos aplicados en el trabajo de campo es importante destacar la relevancia de la observación. En este sentido, el equipo participa permanentemente en reuniones, exposiciones y ferias industriales, donde hemos podido detectar importantes transformaciones en el sector, como la creación de nuevas empresas, el cierre de otras, el desarrollo de proyectos asociativos, la consolidación de relaciones entre empresas, momentos de confrontación y consenso entre los empresarios, el arribo de empresas transnacionales, así como cambios en la política industrial del Estado nacional y provincial. El dinamismo del objeto de estudio construido requiere de instrumentos no estandarizados que permitan el seguimiento de la dimensión temporo-espacial de los procesos involucrados. Finalmente, queremos señalar dos factores fundamentales que inciden en nuestro abordaje metodológico: el objeto de estudio en sí mismo –cambiante, complejo, dinámico; y el contexto en el cual estamos investigando. Esos dos elementos requieren una actitud personal y un abordaje teórico-metodológico flexible, abierto, reflexivo y crítico. En este sentido, concebimos a la investigación como un aprendizaje continuo sobre las formas de abordar y producir conocimiento, siempre provisorio. Aprendizaje que implica reconocer los límites y una búsqueda constante de superación de los obstáculos que se presentan en la aprehensión del objeto y en nosotros mismos como agentes que abordamos esos objetos. Avances de investigación producidos por el grupo(4) A partir de la definición del sector metalmecánico, su composición y su posterior análisis en base a la metodología expuesta, surgen algunas tendencias en cuanto a la localización y distribución industrial, que se caracteriza por un patrón heterogéneo de localización en relación a la industria metalmecánica en su conjunto (Tomadoni, Búffalo y Berti; 2011).

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Composición del sector metalmecánico

Fuente: Tomadoni, Buffalo, Berti; 2011 Este patrón deriva en primera instancia de la propia heterogeneidad del sector, y en segunda instancia, de los vaivenes económico-políticos de las dos últimas décadas a partir de la aplicación del modelo de producción flexible en el sector que fragmenta tanto las fases de producción como de postproducción de los productos. Los impactos territoriales en las diferentes regiones metropolitanas, como resultado de los procesos de reestructuración producto de la globalización, son de carácter heterogéneo acorde a la articulación construida por cada territorio en relación al sistema global. En Córdoba dichas articulaciones se traducen en mutaciones en la lógica de configuración industria, que genera cambios en el patrón de localización industrial y fuertes impactos en el desarrollo urbano de la ciudad capital, la región metropolitana y algunas ciudades del interior provincial (Tomadoni, Buffalo, Berti, 2011). Se identifica postconvertibilidad una re-configuración en las vinculaciones intersectoriales al interior del sector con implicancias en la localización y distribución territorial, como así también en la disminución de la importancia relativa del sector automotriz: a) La industria metalmecánica y el sector agrícola, a partir de 2002, y como resultado de la apertura externa, el cambio de la política cambiaria y el avance del cultivo de soja, la dinámica restó importancia al sector automotriz como impulsor de la industria metalmecánica y con ello,

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las localizaciones de empresas de esta última en la ciudad de Córdoba. Postconvertibilidad, las empresas del rubro agrometalmecánico se han localizado en mayor número en la zona sojera de la provincia de Córdoba. b) La industria metalmecánica y el crecimiento explosivo del sector de la construcción a partir del año 2003 ha impulsado la radicación en la ciudad de Córdoba de industrias metalmecánicas vinculadas a este rubro, como por ejemplo carpintería metálica, estructuras y montajes, herramientas, entre otros. c) La industria metalmecánicas y las EIC evidencian con el impulso del gobierno a través de distintos instrumentos de promoción de la industria del software, un aumento de empresas vinculadas al sector localizadas, principalmente en el área central de la ciudad. d) La industria metalmecánica y el sector automotriz postconvertibilidad muestran una reactivación luego de la desindustrialización de fines de los 90’, pero se mantiene la estructura de funcionamiento heredada de esa década, concentrada en la ciudad de Córdoba en determinados corredores y en torno a las empresas automotrices trasnacionales localizadas en el área periurbana. En cuanto a la relación Industria (localización) y gobierno se trabajó en las normativas y reglamentaciones vigentes para la localización de actividades industriales en la Región Metropolitana de Córdoba (RMC). En este sentido, se identifican prácticas y posicionamientos diferenciales entre los distintos municipios, pero con una lógica subyacente común: las prácticas moldeadas por el precio de la tierra y la concepción del territorio como un mero contenedor de objetos. Podemos distinguir dos lineamientos generales bien diferenciados entre sí. Por un lado, hay municipios de la RMC que promueven la radicación de industrias de manera activa y explícita a través de prácticas formales como las exenciones impositivas, gestiones con instituciones gubernamentales a escalas mayores y prestación de servicios básicos. Al mismo tiempo ejercen una serie de prácticas informales que comprenden la intermediación en gestiones de compra y venta de predios, ofrecimiento directo a las cámaras industriales, facilitación de medios para la radicación de las empresas en el contexto de una política de atracción a los potenciales inversores. El discurso político implícito considera que la industria dinamiza la localidad y que posee un valor simbólico dado que mejora su imagen pública, al tiempo que puede generar empleo para la población local. Por otro lado, diversas localidades de la RMC, donde la disposición a atraer actividades secundarias es menor, sea porque ya se cuenta con una base industrial pre-existente y se prefiera dar prioridad a otras actividades, o porque desde los municipios se pretenda dar un perfil urbanístico y productivo distinto al industrial. Algunos municipios orientan su perfil productivo hacia actividades residenciales, comerciales y/o turísticas, tales como los comprendidos en el corredor noroeste de la RMC (Villa Allende, Mendiolaza, Unquillo, Saldán, Río Ceballos), mientras otros priorizan los usos residenciales por sobre la localización de actividades industriales previas o porque las condiciones del mercado de la tierra favorecen ese uso.

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Numerosas investigaciones y trabajos previos nos indican que la RMC concentra a su interior fuertes disparidades en los perfiles socio-económicos y productivos de los distintos municipios que la conforman. Claramente, es posible diferenciar a las distintas localidades o sub-cordones de la RMC en términos de su segregación socio-territorial, donde algunos municipios aparecen muy segregados, en tanto que otros se encuentran en una situación de marginación menos aguda (Tecco C. et al., 2005). Si cruzamos este análisis con el realizado respecto a las diferentes prácticas de los municipios, podremos advertir algunas correspondencias: en general, aquellos municipios con un perfil industrial presentan la peor situación de segregación socio-económica y territorial; mientras que aquellos con un perfil más bien residencial, comercial y turístico reflejan menores niveles se segregación. La perspectiva que asumen estos municipios para la localización industrial remite a la posición de cada localidad en un contexto metropolitano donde históricamente se han insertado como espacios con disímiles situaciones de segregación socioterritorial. En un contexto marcado por la desconcentración de funciones, heredada de la década del ’90, los gobiernos locales asumen nuevas funciones que antes eran propias de otras escalas estatales. Para municipios de escasos recursos y que no presentan posibilidades de atraer otro tipo de actividades, el costo de oportunidad de la radicación de industrias es bajo, sumado a que la conflictividad de las mismas con usos residenciales de sectores de escasos recursos es mucho más reducida. En cambio, en lugares donde histórica y espacialmente se han construido condiciones con una mayor presencia de actividades terciarias y sectores residenciales pertenecientes a un segmento socioeconómico medio-alto, es de esperar que la industria no encuentre las condiciones propicias para su desarrollo. Lo mismo puede decirse para el caso de áreas con un rico potencial agrícola, donde se advierte una marcada preferencia por el crecimiento de esta actividad por sobre el sector manufacturero. En todos estos casos, un indicador y a la vez fuerte condicionante de estas tensiones viene dado por el precio de la tierra (Buffalo, Fratini, Ruarte, Seppi y Vaudagna; 2011). En cuanto a la relación trabajo/industria y territorio se analizaron las transferencias en cuanto a las normativas de calidad de productos y procesos, y principalmente de condiciones laborales, entre los proveedores locales de la trama productiva de Volkswagen en la ciudad de Córdoba. Pudo constatarse que las relaciones productivas cliente – proveedor, en cuanto a la transferencia de conocimiento y estrategias conjuntas de desarrollo entre empresas, se concretan con escasa frecuencia entre la empresa núcleo y su proveedor directo, y en ningún caso con los proveedores subsiguientes de la cadena (Búffalo y Ruarte, 2011). En este contexto, las normas internacionales de gestión de calidad (ISO) son herramientas que se limitan a transferir exigencias de calidad sobre el proceso productivo para garantizar la calidad de producto y eventualmente, asegurar las disposiciones de seguridad e higiene en el trabajo en relación al marco legal existente, pero sin entrar en otras consideraciones relacionadas al mundo laboral, tales como las formas de contratación, la estabilidad del empleo, la capacitación, los

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incentivos, entre otras. Esto tiene un doble efecto de refuerzo de la flexibilización laboral en la trama productiva local, uno directo sobre el trabajador, en tanto entre las transferencias desde la empresa núcleo a sus proveedores no se incluye colaboración para implementar planes que promuevan las condiciones laborales; y otro en cuanto a las empresas que componen la cadena productiva, sobre todo las más pequeñas, para las cuales la certificación de estas normas significa una inversión importante, y que, en pos de mantener la relación comercial con la empresa núcleo (muchas veces su único comprador o el más importante por lo que su dependencia de ella es alta) concentran sus esfuerzos en cumplir con la calidad de producto requerida en los tiempos y formas de entrega exigidos. Esto implica asumir riesgos en cuanto las formas contractuales que pactan, tales como la necesidad de un presupuesto previo que no se actualiza en caso de que la compra se demore, o formas de pago diferidas que muchas veces licuan la rentabilidad en un contexto inflacionario como el actual, todo lo cual pone a estas empresas y sus trabajadores en una situación de precariedad e inestabilidad (Búffalo y Ruarte, 2011). De lo anterior se deduce que cuanto más alejada está una empresa proveedora de la empresa núcleo, menos posibilidades de gestionar la calidad en el proceso de producción, dado que sus esfuerzos se centran en la calidad del producto, y por tanto sucede lo mismo con las condiciones laborales relacionadas a la seguridad e higiene en el trabajo. Así las relaciones laborales se flexibilizan aún mas como una estrategia para mantenerse dentro de la trama productiva, en un entorno en el que la competitividad está basada en cuestiones comparativas del binomio preciocalidad, definidas por las empresas transnacionales, lo que afecta directamente al nivel salarial y la estabilidad laboral de los trabajadores de estas empresas (Búffalo y Ruarte, 2011). Las relaciones laborales se presentan diferenciales en lo que respecta a la acción de los sindicatos, dado que en las empresas núcleo y sus proveedores directos quedan sujetas a los convenios colectivos de trabajo vigentes, mientras que para empresas más alejadas en la trama la representación sindical es menor. De este modo, las relaciones laborales están contextualizadas en un territorio que posibilita, a través de la gobernanza local, este esquema de reproducción socio-productiva (Búffalo y Ruarte, 2011). En relación a la política industrial del gobierno nacional hemos analizado en particular qué impacto generaron en la trama productiva autopartista de la RMC las disposiciones tendientes a restringir importaciones (licencias no automáticas) que comenzaron a intensificarse a partir de febrero de 2011, en un contexto de recuperación de la industria automotriz en el país. La intención del gobierno con estas medidas era mejorar la competitividad del sector, a través de una mayor integración local de autopartes, la incorporación de valor agregado y el equilibrio de la balanza comercial, a fin de propiciar mayores oportunidades en el mercado laboral. Sin embargo, hemos constatado que la trama productiva autopartista en la RMC se muestra frágil y vulnerable, altamente expuesta a los vaivenes de la política y la economía, y que las empresas

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locales evidencian comportamientos disímiles, ya que algunas terminales prefieren importar insumos antes que propiciar el fortalecimiento de la trama productiva local, en tanto que otras presionan para que sus proveedores se actualicen incorporando innovaciones en sus procesos de producción y en la calificación de sus trabajadores (Fratini y Omar, 2011). De este modo, advertimos que el incremento en las exportaciones automotrices se distribuye desigualmente en la trama autopartista local. Otro aspecto que tuvimos en cuenta es de qué forma estas disposiciones pueden afectar el comercio bilateral con Brasil, nuestro socio principal en el marco del Mercosur. Los desafíos de GIITT como grupo de investigación en consolidación Nuestro principal desafío como grupo de investigación consiste en consolidar un equipo de trabajo interdisciplinario en los temas mencionados y, afianzar las relaciones con la sociedad local (en particular con los agentes vinculados a la industria de la RMC) y con las instituciones académicas con las que venimos trabajando en los últimos años, tales como la Universidad Católica de Córdoba, CEUR CONICET y, las Universidades Bauhaus Weimar y Friedrich Schiller Jena, ambas de Alemania. Pretendemos afianzarnos en el abordaje cuanti-cualitativo e interdisciplinar de los procesos que investigamos, tratando de integrar de manera creciente las perspectivas geográfica, económica, histórica y sociológica de nuestro objeto de estudio. Consideramos fundamental dar continuidad al trabajo realizado en los últimos años (construcción de bases de datos ad hoc, análisis de fuentes documentales y estadísticas, entrevistas realizadas a informantes claves, visitas a plantas industriales, registros fotográficos, notas de campo, elaboración de cartografía digital, participación en eventos académicos, entre otros) a fin de capitalizar la experiencia que hemos ido acumulando como investigadores, y que nos permita realizar ulteriores análisis y emprender estudios comparativos en el futuro inmediato. En la actualidad, el proyecto madre está sostenido por el financiamiento de SECYT - UNC (2008-2013) que permite ampliar el marco de análisis y relaciones hacia los siguientes proyectos en ejecución: - Flex-Trans: Felxibilidad en cadenas de valor transnacionales. Precariedad, trabajo y territorio en Alemania y Argentina. En colaboración con el CEUR – Conicet y la FSU – Jena. Financiamiento Mincyt – DAAD. 2012 – 2013. - Conflictos Territoriales: ¿Obstáculos u oportunidades para el Desarrollo Local?. En colaboración con la Universidad Católica de Córdoba. Proyecto de Investigación Orientado, con financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Gobierno de la Provincia de Córdoba. 2012 – 2013. - Implementación de un Programa de Doctorado conjunto en estudios urbanos regionales, preferentemente con doble titulación, centrado en el tema: “La ciudad postfordista”. Esta iniciativa se enmarca en el Programa Binacional para el Fortalecimiento de

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Redes Interuniversitarias Argentino-Alemanas, Centro Universitario ArgentinoAlemán CUAA-DAHZ y cuenta con financiamiento del Mincyt Argentina y la DAAD alemana. Instituciones responsables: Departamento de Geografía (FFyH) y Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUDI) de la Universidad Nacional de Córdoba; y el Instituto de Urbanísitca Europea, Facultad de Arquitectura, Bauhaus-Universität Weimar. En síntesis, el grupo GIITT se conforma como insumo, herramienta y puente para la construcción de conocimiento científico geográfico a partir de una problemática concreta en la revisión de la Geografía Económica, articulando conocimientos desde distintas disciplinas manteniendo como eje el aspecto espacial. Notas

(1) Grupo de Investigación en Industria, Territorio y Trabajo. Coordinadora General: Luciana Búffalo, Coordinadora Internacional: Claudia Tomadoni. Investigadores principales: Norma Vaudagna, Natalia Berti, Santiago Seppi, Noemí Fratini, Diego Omar. Investigadores auxiliares: Sebastián Ruarte, Juan Cruz Fornazaric Aranda, María Sol Garay y Ana Laura Rydzewski. (2) Este apartado fue presentado en el XII Congreso de Geógrafos de América Latina-EGAL- por las autoras Tomadoni, Búffalo y Berti; 2009. (3) Los avances que aquí se explicitan han sido expuestos en diferentes Congresos, Conferencias y Seminarios; nacionales e internacionales por los integrantes de GIITT. Para mayor detalle ver la bibliografía.

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2012 VOL. 1, Nº1, 200-215

ISSN 2314-1913

DINAMICA SOCIAL Y TERRITORIAL EN RELACION A PROBLEMATICAS DEL USO DEL AGUA. ESTUDIO A NIVEL DE CUENCAS EN LA VERTIENTE ORIENTAL DE LAS SIERRAS CHICAS1* Sergio Chiavasa, Beatriz Ensabella, Cecilia Irazoqui, Santiago Llorens, Carlos Saavedra, Marina Bustos, Joaquín Deón. Resumen El artículo tiene como finalidad mostrar avances, reflexiones y resultados alcanzados hasta el momento, en torno a una investigación que trabaja la problemática del agua en las Sierras Chicas. El proyecto se realiza en el marco del Departamento de Geografía de la FFyH, con subsidio de SECyT, desde el año 2008. Las localidades ubicadas en el faldeo oriental de las Sierras Chicas sufren cíclicamente crisis por la insuficiencia hídrica. Este escenario plantea disputas por el recurso y situaciones conflictivas entre los diversos agentes sociales. Se trabajan las cuencas como territorio y, en este sentido, se pretende dar un giro a las tradicionales líneas de trabajo que limitan el conflicto del agua a una visión lineal aportando soluciones técnicas. En base a ello, lo que se indaga son las continuidades entre el orden de las prácticas particulares respecto al agua, situadas socio-espacio-temporalmente, como modo de vincular aquella solución tecnocrática y la práctica posible y razonable, en busca de la solución eficaz y factible. Palabras claves: recursos hídricos, territorio, prácticas sociales situadas. Dynamic social and territorial issues concerning the use of water. A study on river on the eastern slope of the Sierras Chicas Abstract The article aims to show progress, reflections and results achieved so far, around a working research water issues in the Sierras Chicas. The project is under the Department of Geography FFyH with SECyT subsidy, since 2008. The localities in the eastern foothills of the Sierras Chicas, cyclically suffer water crisis failure. This scenario raises the resource disputes and conflict situations among the various social actors. It works as a territory basins and, in this sense, is intended to give a twist to the traditional lines 1 * El equipo estuvo conformado durante el proyecto 2010-2011 por: Director: Saal, Gabriel; Co-director: Chiavasa,

Sergio; Investigadores: Ensabella, Beatriz; Irazoqui, Cecilia; Llorens, Santiago; Auxiliares de investigación: Saavedra, Carlos; Bustos, Marina; Deón, Joaquín; Asis Maleh, Yamila; González, Diana; Ridzewski, Ana Laura.


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of conflict limiting water to a linear vision providing technical solutions. On this basis, explores what are the continuities between the order of the particular practices on water, socio-located in space and time, as a way of linking this practice technocratic solution possible and reasonable, in search of the solution effective and feasible. Keywords: water, territory, situated social practices. 1. Introducción En la provincia de Córdoba los procesos de cambio desencadenados a mediados de los noventa se desarrollaron con gran intensidad, afectando los aspectos socioeconómicos del territorio, y produciendo, además, una importante transformación en relación a la apropiación y uso de los recursos naturales, poniendo en duda su “sustentabilidad”. En el caso del recurso agua, tema central de la investigación, el área de estudio se caracteriza por ser una zona de insuficiencia hídrica. Los cursos superficiales son de escaso caudal y las aguas subterráneas con que se correlacionan, dependen principalmente de la “cosecha” de agua que se produce en las zonas altas de las cuencas. Esta situación se ve agravada por una serie de problemáticas que afectan la natural “recarga” de las cuencas, como son los recurrentes incendios, la creciente ocupación de espacios en urbanizaciones de distintos niveles (planes de vivienda, loteos abiertos, barrios cerrados, complejos turísticos), la deforestación y el sobrepastoreo. Estos factores, al limitar la capacidad de almacenamiento del agua y su liberación gradual, introducen cambios que implican la aceleración en el escurrimiento de las aguas superficiales de origen pluvial, y producen una importante pérdida del recurso, restringiendo aún más su disponibilidad. Pero además, es importante considerar que el uso del agua no sólo está determinado por la disponibilidad natural del recurso, sino, y esto es relevante, por la organización social que define el acceso al agua y su aprovechamiento. En este marco, se desencadenan en los últimos años, un conjunto de preocupaciones sociales que se refieren al acceso, distribución y uso social del agua en las Sierras Chicas. Lo anterior se encuadra en un entramado social complejo, que se ha ido imbricando con los cambios territoriales. Estas modificaciones traen aparejada otra concepción del recurso agua y de las prácticas relacionadas a su uso, a cargo de nuevos agentes que se asientan en la zona, y que muchas veces entran en contradicción con las concepciones y prácticas tradicionales, contradicciones que, en ocasiones, se expresan en demandas a las instituciones encargadas de la administración del recurso, o en conflictos entre los diferentes agentes. La problemática del agua en las Sierras Chicas es trabajada por un equipo de investigación del Departamento de Geografía desde el año 2008. En el primer proyecto (2008-2009), se construyó el marco teórico y los datos empíricos se construyeron a partir de información obtenida en la cuenca baja, centrando el análisis en los discursos y conflictos referidos al agua entre agentes en La Granja y Agua de Oro, utilizando al territorio como categoría de análisis. En el segundo

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proyecto (2010-2011) se amplió la indagación hacia la cuenca alta, con el propósito de aportar al conocimiento de las dinámicas socioterritoriales de la cuenca oriental de las Sierras Chicas en el Departamento Colón de la provincia de Córdoba, a partir del estudio de las relaciones entre los distintos agentes sociales, enmarcadas en las prácticas referidas al uso del agua, y referenciadas en la presencia de la agricultura familiar y su vínculo con otras actividades del medio. Actualmente se está trabajando en la elaboración de nuevas metodologías de Gestión Integrada de recursos hídricos, que contemple la conformación de redes de agentes e instituciones públicas y privadas, abocadas a la gestión social sustentable de las cuencas. La investigación pretende dar un giro a las tradicionales líneas de trabajo que limitan el conflicto del agua a una visión lineal. Las mismas asocian el aumento poblacional y las diferenciaciones de usos y usuarios con la capacidad de carga de las cuencas hidrográficas, e intentan superar la insuficiencia mediante la implementación de proyectos con soluciones enfocadas en aspectos técnicos. El fin último del trabajo es aportar elementos que promuevan los procesos de fortalecimiento institucional en el área de estudio, y contribuir a la elaboración de lineamientos para el desarrollo de políticas ambientales. Los aportes teórico-metodológicos hasta el momento, pueden nucleares en los siguientes aspectos: - Avances en la discusión de conceptos y definiciones metodológicas utilizadas en el marco del proyecto de investigación; - Trabajo con las comunidades de varias localidades incluidas en el área de estudio, de tal modo que el proyecto de investigación, se transformó en uno de tipo investigación – acción; - Articulación de la investigación con la extensión realizada en El Algodonal. - Incorporación de cartografía temática de la zona a través del uso de imágenes satelitales y geoposicionamiento de sitios. 2. Abordaje metodológico El abordaje se inicia desde un enfoque cualitativo en el que se interpretan diferentes fuentes documentales, y se utiliza el método etnográfico, que supone una visión de lo social como realidad heterogénea, compleja y diversa. Los enfoques etnográficos destacan los instrumentos y las técnicas que permiten la descripción densa de un hecho, la recuperación del sentido a partir de las manifestaciones del fenómeno y la recuperación de los contextos de interpretación. En este sentido, se realizan entrevistas semiestructuradas a agentes claves en el área de estudio y observación participante (Guber 1991, 2001), con el objetivo de visualizar, “hacer emerger” los discursos, representaciones, visiones, imágenes, conocimientos, prácticas y posicionamientos que los distintos agentes poseen en relación a las “vivencias” referidas al agua en el área. El tema de las entrevistas gira en torno a “la cuestión del agua”, lo que dispara preguntas como: ¿Qué problemas existen en relación al agua? ¿Cuáles serían las posibles causas? ¿Qué actores

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intervienen? ¿Quién realiza la captación, tratamiento y distribución del agua? ¿Cómo utilizan el agua en el lugar? ¿Dónde y cómo se proveen de agua? ¿Qué ocurre con las aguas servidas? La estrategia es dejar que los entrevistados se expresen y abran las líneas argumentativas que ellos consideran pertinentes en esa situación. De esta manera, se desarrollan relatos en los cuales los agentes describen el conflicto, interpretan las causas y se posicionan, tanto frente al “problema del agua” como frente al propio contexto de entrevista. Lo anterior supone la utilización de un enfoque metodológico orientado hacia la perspectiva del actor (Guber, 1999 y 2001; Taylor y Bogdan, 1996; Urbano, 1991). En un nivel más general, esto también implica que las estructuras pueden ser modificadas desde la acción política de los propios agentes. Centrarse desde la perspectiva del actor implica considerar que cualquier política o medida que se implemente en relación con la problemática, necesariamente será mediada y transformada por los actores que ya están ahí y que tienen trayectorias y prácticas ya establecidas. (Bourdieu, 1991) De esta manera, se toma a la entrevista de investigación “no como refiriendo a la verdad sino construyéndola conjuntamente con el entrevistador en el marco de dicho encuentro, lo que permite lograr una interpretación contextualmente situada” (Oxman, 1998: 62). Por otro lado, el proceso de contextualización puede ser entendido como un proceso complejo mediante el cual se va construyendo el contexto en la propia interacción o acto de habla (1) (Gumperz, 1993, en Oxman, 1998). Siguiendo a Pizarro, el abordaje de la orientación de los sujetos sociales permite ver las diversas racionalidades y representaciones que son puestas en juego durante el transcurso del conflicto: diferentes visiones del mundo, cuerpos de conocimientos, sistemas de valores y de regulación del comportamiento social. Aquí se confrontan intereses, pero también se producen nuevas formas de conocimiento (Pizarro, 2000). En este sentido, “los diversos dominios sociales se entrecruzan y son mutuamente construidos. Focalizar la atención en ese entrecruzamiento de dominios sociales o interfase de diferentes actores permite ver arenas de conflicto, donde se negocian prácticas, discursos y sentidos...” (Rodríguez Bilella, 2004:36, en Feito, 2005). El planteo anterior puede ser abordado desde el concepto de territorio en los términos en que la geografía lo viene problematizando en la actualidad. 3. Avances teóricos: Del espacio a las multiterritorialidades La construcción del marco teórico se realizó en el primer proyecto, específicamente, los aportes en este sentido fueron hechos por Chiavassa, Irazoqui y Llorens. A continuación se presentan sintéticamente sus elaboraciones que, por otro lado, constituyen el marco teórico de los sucesivos grupos que trabajaron el tema del agua en las Sierras Chicas.

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a) Espacialidades, conflictos y territorios Con el fin de ampliar la perspectiva anterior, siguiendo a Federico Debuyt (citado por Zegarra, 2002) entendemos que “el origen de los conflictos radica en el choque o colisión de intereses de los actores sociales los cuales responden a distintas identidades y contextualidades espaciotemporales, diferentes dinámicas de relaciones sociales y de poder, así como a diversas posibilidades de vías de acción en relación con el poder del que disponen”. Esta ontología de lo social implica superar la imagen del espacio como un continente o receptáculo y entender la espacialidad como una compleja dimensión de la vida social. La forma en que los distintos agentes interpretan la problemática del agua nos llevaron a problematizar la oposición entre los espacios objetivos y subjetivos y corregir la ¨miopía¨ de las miradas empiristas y cartesianas que se han detenido en la superficie formal de las espacialidades (Soja, 1993). Desde las ciencias sociales, muchos concuerdan en la actualidad en que las concepciones de la naturaleza son construidas socialmente (Descola 2001). Esta postura lleva a indagar en situaciones particulares las diferentes espacio-temporalidades y formas de interpretar la problemática del agua (2), entendiendo que los agentes no solo las reproducen sino que al mismo tiempo las construyen. b) Repensando el espacio Las siguientes reflexiones surgen desde dos aspectos relacionados: por un lado, del intento de desubicación y reubicación, en tanto sujetos ubicados dentro de un campo particular -la geografía – y por lo tanto habituado a pensar en determinados términos espaciales. Intentamos desarrollar las reflexiones en torno al espacio y el territorio, poniendo en tensión la propia naturalización que realiza la disciplina, obligando a un esfuerzo básico, aunque pocas veces realizado, de desnaturalización de los propios conceptos centrales –y tan caros de/para la geografía-, para de esta manera pensar los cambios y desigualdades socioespaciales que se profundizan en las últimas décadas. Para el análisis, se toman las trayectorias simbólico-materiales y las intersecciones posibles que se presentan a manera de experiencias de espacio-tiempo particulares, que en una deriva espacial, temporal y socialmente diferenciada, desterritorializa/reterritorializa en el sentido más amplio del término, a espacios, territorios, objetos, “sujetos” y al agua en particular. c) De la desnaturalización del espacio a la espacialización en la ciencia social crítica La superposición de distintas escalas, lo local y lo global, discursos, la valorización social política y económica del agua ponen en juego una multiplicidad de “mundo vividos”, mundos entre los cuales predomina una otredad de incomunicación en un espacio de coexistencia” (Harvey, 1998:134). Si bien podía parecer que, desde el optimismo de la modernidad, la multiplicidad del mundo sería reducible racionalmente a unas series de categorías o teorías universalizables

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y capaces de reproducir el mundo en cuanto “totalidad” aprehensible, que observando lo fragmentario, lo huidizo, lo efímero “intenta descubrir los elementos eternos e inmutables en medio de semejantes irrupciones” (Harvey, 1998:27), los laberintos actuales y el reconocimiento de la “inconmensurabilidad” del mundo y la insuficiencia de la “razón ilustrada”, han llevado al reconocimiento de la complejidad de lo social y por lo tanto del mundo (Piazzini, 2006; Barbero, 2006; Harvey, 1998) (3). Lo anterior implica superar la imagen del espacio como un continente o receptáculo, y entender la espacialidad como una compleja dimensión de la vida social (Piazzini, 2006; Soja, 1993, 2004). Siguiendo a Piazzini, las ciencias sociales por lo general se han relacionado con la geografía tomando al espacio desde posturas que recuperan exclusivamente el planteamiento metodológico del mismo. De esta manera es común encontrar análisis que utilizan datos e incluso cartografías de localización, distribución, límites, distancias y relaciones entre distancias desde modelos comunes de la geografía. Sin embargo, el planteamiento de esta relación en el plano epistemológico y ontológico es prácticamente inexistente (Piazzini, 2006). Esto es en parte porque se sigue tomando una concepción cartesiana del espacio, como extensión y soporte geofísico en el cual se desarrollan las prácticas y procesos sociales, produciendo una idea del espacio continente, soporte o receptáculo de los fenómenos (Lindón, 2006; Piazzini, 2006; Santos, 1990). También se puede observar la influencia de la concepción kantiana que supone el espacio y tiempo como categorías a priori que organizan nuestro entendimiento (Zusman, 2006), o bien la concepción kantiana que lo reduce a condición de posibilidad de existencia de los fenómenos, entendiendo al mismo como siempre vacío o algo neutro (Santos, 1990; Lindon, 2006). A estas visiones se ha superpuesto además una visión reduccionista tanto dentro de la propia geografía como desde las demás ciencias sociales, que representan a la geografía como un saber positivo (Harvey, 1998; Soja, 1993 y 1994; Piazzini, 2006). Los planteos previos que se centran en la forma en que los distintos agentes interpretan las tensiones relacionadas con el agua y se posicionan a través de la producción de un territorio – entre otras cosas- lleva a problematizar la oposición entre los espacios objetivos y subjetivos y corregir la “miopía” de las miradas empiristas y cartesianas que se han detenido en la superficie formal de las espacialidades (Piazzini, 2006; Soja, 1993). d) Territorio y multiterritorialidad. Al incorporar la noción de territorio se quiere reforzar la dimensión de apropiación y control de una porción del espacio por parte de agentes particulares, con posiciones diferenciadas en las relaciones de poder. Esta apropiación o control comprende no solo la dimensión material del espacio sino también la dimensión política (que involucra al tiempo que excede lo meramente institucional) y la simbólica cultural (Haesbaert, 2004) (4). Para este último, la territorialización “significa crear mediaciones espaciales que nos proporcionan un efectivo poder sobre nuestra

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reproducción en cuanto grupos sociales (para algunos también en cuanto individuos), poder este que es siempre multiescalar y multidimensional, material e inmaterial, de “dominación” y “apropiación” al mismo tiempo” (Haesbaert 2004 a:97). Siguiendo los planteos de Haesbaert (2004 b) se pueden distinguir dos grandes “tipos ideales”, referencias extremas desde los cuales se puede investigar el territorio. Uno más funcional y otro más simbólico que no se manifiestan en estado puro, o sea todo territorio funcional posee siempre alguna carga simbólica y todo territorio simbólico posee siempre alguna carga funcional. Este continuum entre funcionalidad y simbolismo se puede caracterizar de la siguiente forma (Haesbaert, 2004 b):

“Territorio funcional” Procesos de Dominación “Territorios de desigualdad” Territorio sin territorialidad (empíricamente imposible)

“Territorio simbólico” Procesos de Apropiación (Lefebvre) la “Territorios de la diferencia”

Principio de la exclusividad (en su extremo: unifuncionalidad) Territorio como recurso Valor de cambio (control físico, producción, lucro)

Territorialidad sin territorio (ej. “La Tierra Prometida” de los judíos) Principio de la multiplicidad (en su extremo: múltiples identidades) Territorio como símbolo valor simbólico (“abrigo”, “hogar”, seguridad afectiva)

De esta manera el territorio es al mismo tiempo y en combinaciones siempre particulares funcional y simbólico, “pues ejercemos dominio sobre el espacio tanto para realizar funciones como para producir significados” (Hasbaert, 2004 b). Para cerrar la discusión se sostiene que el territorio, como espacio dominado y/o apropiado, manifiesta un sentido multiescalar y multidimensional que solo puede ser debidamente interpretado dentro de una concepción de multiplicidad, de una multiterritorialidad. e) Repensando las cuencas desde el territorio Por lo general los enfoques de cuenca y microcuenca, han entendido por cuenca al espacio geográfico estructurado por los elementos hidrológicos, e intentan superar el problema de la gestión del agua – sobreexplotación, saneamiento, uso eficiente del recurso, etc.- desde una postura meramente técnica. La misma no reconoce que en la realidad el “control social¨ del recurso está determinado por la

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competencia y acceso diferenciado al agua por parte de distintos grupos sociales. En este caso, se incorpora al estudio de cuencas y microcuencas la dimensión del territorio, entendida como un entramado de relaciones sociales y de poder que producen este espacio y que a la vez son producidos por él. Atendiendo al mismo tiempo a las dimensiones políticas y sociales que se solapan, que incluso pueden superar los límites de dichas cuencas y superponer cuencas en la misma unidad administrativa. Se utilizan para este fin los relatos, discursos y otras fuentes de información como modo de interpretar y comprender los posicionamientos y las prácticas de los agentes que intervienen en el conflicto, y las múltiples territorialidades resultantes. Dichas visiones son promovidas, puestas en circulación y reproducidas por agentes tanto locales y nacionales como globales interesados en la problemática del agua, como podrían ser el estado y cada una de sus instituciones, las cooperativas, la academia y los medios de comunicación. Estas visiones que circulan son apropiadas por la población del área en un proceso de reflexividad, y mediadas por sus conocimientos prácticos, son reconstruidas y situadas en su propia espacialidad, al tiempo que utilizadas para posicionarse, elaborar estrategias y dirimir conflictos. El territorio seleccionado por el equipo de investigación abarca pueblos como Agua de Oro y La Granja y otras comunas más chicas como Cerro Azul, El Manzano y Candonga en el departamento Colón de la provincia de Córdoba. La zona comprende desde la ruta E-53 al este, hasta la zona divisoria de aguas (filo de las sierras donde nacen los ríos) al oeste, al norte la ruta E-60, que une Ascochinga con La Cumbre, y al sur una parte del camino a El Cuadrado. Este territorio pertenece a la cuenca hidrográfica del Río Carnero. f) La categoría “agricultura familiar” Como se dijo en la introducción, en una primera instancia se trabajó en las localidades de la zona baja, donde se identificaron y clasificaron los agentes sociales. Se realizó una grilla clasificatoria de agentes de la zona baja estableciéndose las siguientes categorías: Chavascates, Hippies, Serranos, Los del club, Primeros establecidos y neorrurales (Chiavssa, Llorens, Irazoqui, 2009). En el proyecto 2010-2011 se trabajó con los productores de la cuenca alta. A través de entrevistas, observación directa en reiteradas visitas a la zona y asistencia a talleres del Programa de Agricultura Familiar, se trató de identificar cómo se vinculan los agentes de la cuenca alta entre sí, cómo usan el agua y de qué manera se relaciona su accionar, con los pobladores de las cuenca baja. Se pudo verificar que en el área de estudio, los pequeños productores fueron perdiendo presencia por el crecimiento de otros agentes sociales de mayor escala de producción, de tipo empresarial y también por el asentamiento de nuevos agentes. Hoy coexisten en la zona, establecimientos agropecuarios, emprendimientos turísticos, segundas residencias y algunos neorrurales (5). Primeramente, se analizó la situación de la Agricultura Familiar en el departamento Colón dado

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que es un estrato muy representativo, a pesar de la disminución sufrida en los últimos años. Tanto es así que la región, desde mediados del siglo pasado, sufrió una casi total sustitución de la vegetación natural por cultivos, primero de trigo, luego de maíz y más recientemente de soja y maní. También los campos fueron desmontados y ocupados por pasturas para la ganadería, la actividad tradicional. Este proceso, fue acompañado de un intenso parcelamiento, siendo el estrato más representativo el de los productores “chicos”, hoy en una profunda crisis, y en conflicto sostenido por el uso del espacio, de los recursos naturales, las dificultades de inversión en tecnología, entre otros inconvenientes que enfrentan. La triangulación realizada por el equipo de investigación entre las entrevistas en profundidad y los datos de la muestra realizada por el PSA-PROINDER en 2008, permitió esbozar un perfil del pequeño productor del departamento Colón. El 87 % de las EAPs son trabajadas por sus propietarios, elevándose a 93 % los pequeños y medianos productores que tienen menos de 500 has. Se trata de productores rurales que viven con su familia y trabajan en la explotación, cuyo tamaño predominante oscila entre 50 y 75 has (se registran casos de 250 has y hasta de 450 como máxima extensión). El perfil productivo es netamente ganadero con infraestructura y equipamiento relativamente modesto y de regular estado de conservación, consistente en bebederos, alambrado, molino, galpón y en algunos casos, manga y brete. La venta de lo producido (terneros, corderos, huevos y en un caso, potrillos) permite la manutención de la familia y una relativa capacidad de inversión. A la luz de estas características, se podría considerar que los pequeños productores del departamento Colón pertenecen a la categoría que el Foro Nacional de Agricultura Familiar –FoNAF-, define como “Reproducción ampliada con nivel bajo de capitalización” (6). Esta caracterización se completó con el trabajo de campo y se pudo ir conformando una compleja red de agentes sociales, que permite observar la geometría del territorio del agua y encontrar sentidos a las prácticas y enunciaciones de los mismos. El incremento de población en el departamento Colón, ha contribuido a incrementar los conflictos entre los nuevos y los viejos habitantes de las localidades cercanas a la capital, diferenciándose en sus reclamos los que viven en forma permanente, de los que residen pero trabajan en Córdoba, en concordancia con la función de “ciudad dormitorio” propia de estas localidades y los usos diferenciales del que hacen estos distintos agentes. Los habitantes antiguos relacionado a la producción pecuaria y el consumo de las poblaciones y los nuevos habitantes que proponen un uso más centrado en las actividades de ocio y cierta estética paisajística que no condice con las características de la flora autóctona. Los agricultores familiares entrevistados enuncian la problemática del agua en el sector, como una conjunción de factores naturales y productivos: “para mí el problema no es que se extrae el agua de abajo, sino que hay un faltante de agua, de agua de arriba,…es un faltante de lluvia, porque no hay mas pantano, eso no está más, uno pasa por el lugar y ´ta un arena nomás”. (Productor nativo). “La laguna de las ranas también desapareció, decían que tenía agua permanente y tenía

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ranas” (Productora no nativa). “El Tiu Mayu no es más el Tiú Mayu quedó un río de cortaderas nomás, antes traía mucha agua, era un río grande, era el río de La Granja, después quedó seco, pura piedra”. Las consecuencias de la falta de agua para la actividad agropecuaria se evidencian en estos breves relatos “como ser para la avena ahora encajó esto (se refiere a lluvia del día anterior) sino es tirarlo… por que no…Usted quiere sembrar una avenita y la pierde por falta de agua, por pulgón porque no hay lluvia en época en febrero, es tirar semilla… eso es lo que se siembra la avena acá en febrero y siembra de maíz. Noviembre fue catastrófico, no llovió nada, y este año, enero fue muy bravo, diciembre y enero hubo muy mucha faltante de agua”. Entonces, ante esta situación, el productor lo que hace es cambiar el manejo de la explotación, con lo cual se gana porque se requiere menos agua y menos pasto. “Tradicionalmente se hacía maíz y la avena venía hermosa… pero eso no vale la pena ni tocar porque eso es perder plata, eso cambió, se desteta más temprano la vaca que está débil… En vez de sembrar hay que sacarle el animal más chico, cosa que ellas mantengan el estado. Se cambió un poco el manejo porque si no se pierde mucho”. Además de la falta de lluvias, el otro problema que contribuye a la escasez es la presencia de nuevos productores, nuevos emprendimientos, sobre todo el avance de la urbanización. Todo ello derivado del aumento en el valor de la tierra, efecto del ingreso en la región de nuevos inversores: “hoy capaz que valga dos mil dólares la hectárea, y lo venden al pedazo chico, claro entran a vivir, después de a pedacitos lo venden para los Barrios cerrados, los barrios chacras le llaman. Por la plata se vende todo el mundo es así, un día un tipo que tenga un cargo aparece compra un campo acá, y plancha con todo….” Así, en el trabajo de campo, es recurrente el tema del Complejo de Candonga, un aprovechamiento turístico, que asienta su actividad sobre el recurso paisajístico del entorno y la riqueza históricocultural de la región. El complejo en constante crecimiento, ha generado la proliferación de loteos con barrios privados y Posada, que coexisten con las estancias ganaderas tradicionales. Los nuevos emprendimientos, ubicados en la parte alta de las cuencas de ríos y arroyos, para satisfacer sus necesidades, captan agua de las napas o de la toma de agua instalada para la zona productiva, razón por la cual, van dejando sin caudal suficiente a las poblaciones que se encuentran en la parte baja. Justamente, los “neorrurales” sitúan la problemática de abastecimiento del agua en relación a los nuevos loteos: “… el Prado de la Rivera es un emprendimiento que está dentro del Algodonal, se formó hace treinta años y el loteo de repente rebrota sin tomar en cuenta la nueva dinámica urbanística que hay en la zona… los dejan construir y les dan todos los servicios: luz, agua, les construyen una cisterna y al resto del algodonal nada”. Asumir los problemas productivos implica también una ponderación de las consecuencias ambientales, potenciadas por los cambios en el uso del suelo, el desmonte, la urbanización de las laderas, acaecidos en los últimos años. Esas amenazas, se expresan del siguiente modo: “el día

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de mañana podemos decir nosotros lo que dicen que en Estados Unidos, que se queman casas completas…y acá va a pasar lo mismo. Usted se va metiendo en Cerro Azul, por allá casas, por acá todo casitas, en el medio de la loma también, y todo lo otro lleno de monte y siempreverde y nunca falta un pícaro que prende fuego, y eso no hay cómo lo pare…”. Por otra parte, desde su propia espacio-temporalidad, los pobladores locales consideran que: “Los productores ganaderos de las sierras hicieron reservas de agua y van captando agua del río aunque no es legal…. pero se hace y agrava aún más la falta de agua en las partes bajas” (Alberto, Ingeniero agrónomo, habitante de La Granja). Como un elemento más de contradicción, se plantea la incorporación de un nuevo agente. “Se está organizando una cooperativa de agua para riego en los Molles (aguas abajo) para arreglar los canales van a tener turnos de uso y horarios y van a cobrar una plata que seguramente será para el mantenimiento con permiso de DIPAS” (Coco, empleado de la municipalidad de La Granja y vecino del lugar). En síntesis, para los agentes sociales agrarios ubicados en su mayoría en la parte alta de las cuencas, el avance de los negocios inmobiliarios se manifiesta como una seria amenaza para sus fines y objetivos, que no es otra cosa que producir y abastecer al mercado local-regional. Paralelamente, la amenaza se traslada a los habitantes de la ciudad de Córdoba, una población en constante crecimiento y demanda de productos agropecuarios que día a día ven disminuir la oferta de productores locales. El mercado se abastece de productos cada vez más lejanos espacialmente y con otras lógicas de acción, lo cual coloca al abastecimiento en una situación de riesgo o, al menos, de mayores costos. 4. Trabajo con las comunidades Durante el periodo 2010-2011, se consolidó el trabajo con las comunidades de varias localidades incluidas en el área de estudio, de tal modo que el proyecto de investigación se transformó en uno de tipo Investigación – Acción. En efecto, a medida que se realizaban las tareas de campo, viajes a las localidades, al interior de las sierras en la parte alta para, por un lado ir georreferenciando los sitios y por otro, realizar las entrevistas en profundidad, se realizaron contactos con Asambleístas, gente de organizaciones de base, nuevos habitantes preocupados por la situación. Todo ello llevó a que durante 2011 y lo que va de 2012, se intensificara la asistencia de los miembros del equipo a diversas reuniones y con ello, se ampliara el trabajo conjunto con los pobladores. Se asistió a la Mesa del Agua de Colonia Caroya; se realizó una charla comunitaria en La Granja y de allí salió la conformación de la Mesa del Agua de La Granja; también se realizó una charla comunitaria en Villa Animí, además de las participaciones en las actividades de la Asamblea de Agua de Oro. Con estas acciones, se tiende a buscar soluciones más integrales, de carácter más regional y entre todos, ver cómo se puede tomar conciencia sobre la problemática porque más agua no hay, “no

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se puede fabricar agua”. Una de nuestras propuestas es proteger la fábrica de agua, que es la cuenca de las Sierras Chicas. Esto implica mantener la superficie de absorción a través de la preservación del bosque nativo. Las sierras funcionan como un gran reservorio de agua, que absorbe el agua de lluvia. Ésta a su vez se incorpora en las napas y se va liberando lentamente. Nuestra máxima aspiración como política pública es apoyar a las comunidades en la concreción de un corredor de reservas hídricas que contemple desde lo que es el III Cuerpo de Ejército y conectarlo con la reserva hídrica de Río Ceballos. Faltaría una zona cerca de San Fernando, sobre Villa Allende, que serviría para unir toda la parte de arriba de Unquillo y seguir por Sierras Chicas hasta el campo de aviación de Ascochinga, que también es público. Ahí habría un corredor de reservas hídricas donde se controla y se hace un uso del territorio desde otro punto de vista. Para ello, el equipo de investigación está avanzando en los que se denomina Gestión Social del Agua, perspectiva que requiere de un trabajo participativo de las comunidades y articulado a nivel local-regional. Uno de los primeros pasos es la instalación de talleres de información y formación para los habitantes. Pasos posteriores serían la ejecución de Talleres Intercuencas y la formación de una Mesa Regional del Agua, donde los habitantes tengan voz a través de un Consejo Comunitario. 5. Articulación entre Investigación - Extensión El trabajo de dos miembros del equipo, Irazoqui y Llorens, en El Algodonal, próximo a la localidad de Agua de Oro, en el marco de una beca durante 2010 y un aval en 2011, ambos de la Secretaría de Extensión Universitaria aportó insumos básicos para el logro de los objetivos del proyecto de investigación. La problemática surge porque en El Algodonal no hay provisión de agua potable, salvo la escuela rural provista por la Cooperativa de Servicios Públicos de Agua de Oro. El resto de la población se abastece de los pozos domiciliarios, con todos los riesgos que ello implica. Frente a esta situación, desde hace varios años la comunidad viene llevando adelante una serie de actividades que recién en los últimos tiempos están empezando a ser más organizadas y regulares. En ese escenario, el equipo de extensión trabajó intensamente en entrevistas y en asistencia a las reuniones de tal modo que se pudo realizar un detallado reporte del conflicto. Paralelamente, se profundizó sobre la concepción de Ordenamiento Territorial -encontramos que se trata de un concepto ampliamente difundido pero escasamente discutido-, ya que hay un proyecto con un avanzado grado de elaboración, que requería de algunas revisiones y agregados para elevarlo a las autoridades gubernamentales para su discusión, y otro que se está desarrollando desde la Cooperativa a una escala más reducida, a modo de prueba piloto. Las actividades realizadas (ver informe complementario en anexo) han sido de gran provecho y nos permiten armar un escenario de los agentes que intervienen en la problemática del agua y de las estrategias que están poniendo en marcha para el logro de sus objetivos en un marco de gran

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conflictividad, lo que refuerza la idea de seguir trabajando en el área - a la vez que ampliarla hacia otras subcuencas -, con la idea de realizar la cartografía social como herramienta para los habitantes del lugar y para quienes toman decisiones. 6. Confección de Cartografía temática Los avances en materia cartográfica resultan muy significativos. Si se considera que prácticamente no existía cartografía actualizada de la región, que aportara información concreta sobre las cuencas, se comprende la trascendencia de este logro. Se han elaborado una serie de mapas temáticos en los que se puedan observar cuáles son las principales problemáticas, dónde están ubicadas y cuáles son los recursos que están afectados. Se cuenta con una base de datos lo suficientemente cuantiosa, aunque hay que seguir ampliándola con los puntos georreferenciados y con equipamiento en software que va a permitir construir un SIG de la región. Por el momento, los mapas resultan una poderosa herramienta para la comprensión y divulgación del problema. Poder visualizar cómo están integradas las microcuencas (ríos y arroyos que discurren y convergen) y las obras que se planifican (túneles, trasvase de cuencas, canales) permite al habitante que sufre el problema del agua, reconocer críticamente el problema y tomar una posición al respecto, que en algunos casos se traduce en acciones de participación concreta. 7. Dificultadas y desafíos futuros Las principales dificultades encontradas en el desarrollo de este proyecto estuvieron centradas en la obtención de datos de carácter físico sobre el recurso, que debían ser provistos por las instituciones y organizaciones que tienen a su cargo la gestión del agua. En general la falta de registros o el deficiente manejo de la información relacionada a disponibilidades naturales (precipitaciones, caudales de aguas superficiales), aportes externos (trasvase de cuencas), volúmenes de extracción (aguas subterráneas), niveles de consumo, tipos de usos, entre los datos más importantes, por parte de estas entidades no permitieron generar un análisis de situación en base a datos cuantitativos que pudieran ser correlacionados entre sí y con otros procedentes de los métodos etnográficos aplicados al estudio del caso. Estos datos tampoco fueron encontrados en organismos públicos, institutos científicos, en estudios académicos, proyectos de factibilidad de obras públicas, planes de ordenamiento territorial, ni ninguna otra instancia académica o de gestión pública o privada que atienda a la zona en estudio. Otra dificultad se relaciona con la disponibilidad de tiempo y presupuesto para el trabajo de campo, necesaria para poder sostener el trabajo comunitario en el tiempo, principalmente con los talleres de formación. A pesar de las dificultades, el grupo continúa investigando en la zona y los desafíos que se plantean son varios, y se pueden mencionar de manera sintética:

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Generar conocimiento científico que pueda ser comunicado de manera sencilla a la población, buscando sensibilizarla para que contribuya a mejorar las problemáticas de cuencas; Proponer recomendaciones e iniciativas de carácter normativo, relativas a temas socioambientales de su competencia, a los organismos públicos y privados para que estudien su factibilidad y, en lo posible, las integren en políticas públicas orientadas al desarrollo sostenible de la Provincia; Vincularse con otras redes, grupos o espacios que promueven la gestión integral de recursos hídricos y el manejo integrado de cuencas; Promover la formación de Comités de Cuenca locales y regionales, con participación de la ciudadanía, en la provincia de Córdoba; Fomentar procesos de sistematización e intercambio de experiencias y aprendizajes entre los miembros académicos, de gestión, de las organizaciones de base, de las instituciones locales y provinciales. Notas (1) Oxman (1998) lo define “como un proceso constitutivo del texto –es decir ni independiente ni autónomo respecto de él- que realizan los participantes en el curso de la interacción verbal” (Oxman 1998). Y en relación a la contextualización “Uso el término… para referirme al uso que hacen hablantes y oyentes de signos verbales y no verbales que vinculan lo que se dice en un momento y lugar con el conocimiento adquirido a través de la experiencia pasada a los fines de recuperar las presuposiciones en la que se apoyan para mantener la interacción conversacional y evaluar lo que se da a entender” (Gumperz 1993, en Oxman 1998:33). (2) Esta idea podría plantearse desde una interpretación del espacio como producto y productor de lo social, en el cual ambos, espacio material de naturaleza física y espacio ideacional de naturaleza humana, deben ser vistos como socialmente producidos y reproducidos (Soja. 1993:120). (3) En realidad, lejos de las posturas que presentan a la modernidad como algo tan monolítico, como período totalmente dominado por la racionalidad, la misma construyó su identidad sobre un doble carácter, en un verdadero “campo de tensiones” observable en sus dos polos epistemológicos: el racional, con sus sistemas explicativos, universales y normativos, y el anti racional, comprensivo, siempre relativo y particularista. (4) Tanto Haesbaert como López de Sousa realizan un esfuerzo por superar la tradicional visión del territorio. Para López de Souza una forma más profunda y crítica de abarcar la territorialidad supone la articulación de las dimensiones políticas y culturales de la sociedad (86). En el mismo sentido, Haesbaert, analizando distintas posturas respecto al territorio (visión naturalista, materialista, idealista, económica y política) y parado sobre las discusiones de H. Lefebvre, propone una visión relacional del mismo: como materialidad física y simbólica, multidimensional (político, económico, simbólico cultural) y multiescalar. (5) Comprende a nuevos pobladores que habitan las zonas rurales del departamento Colón desde hace relativamente poco tiempo, y se autodefinen como “horticultores”, “productores orgánicos” y personas preocupadas por la preservación de las condiciones ambientales. Optamos por la denominación genérica de neorrurales, siguiendo a diversos autores como Soverna, 2006, Craviotti, 2008, Coppi, 2009. (6) El FoNAF establece cinco categorías dentro de la agricultura familiar que van desde el productor de subsistencia hasta el productor capitalizado: 1- Subsistencia, 2- Reproducción simple, 3- Reproducción ampliada. (7) Acta Fundacional Comité Intercuencas, enero 2012. Gentileza de Federico Kopta, Coordinador.

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