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Territorio y Dramaturgia
EL JARDIN DE LAS DELICIAS Por: Pilar Restrepo
1 LA CREACION
Personajes: Conductor Monja negra Actriz mayor Muchacha 1 Muchacha 2 Juancho Carediablo
En la terminal de transporte terrestre de la ciudad, el chofer de un bus viejo, destartalado, encendido, toca la bocina aturdiendo a los pasajeros quienes ya están incomodos de esperar y empiezan también a impacientarse.
Conductor: Lo siento, se acabó la espera hermana, me voy. El retraso de su amiga me está perjudicando. Uno tiene voluntad de colaborar, pero usted está abusando. Esto es servicio público. Hubiera vendido ese puesto y ya nos hubiéramos ido. Monja Negra: Sí, sí, lo entiendo. Gracias, ha sido usted muy paciente, señor conductor… Ya mi amiga está llegando, mírela ahí está. Rápido, Lucy, súbase, están que nos dejan a las dos.
Una mujer mayor viene apresurada, se limpia el sudor con un pañuelo. Tiene un aspecto de hippie de los años 70. Esta embrollada con un equipaje no convencional, un morral, un estuche plástico.
Actriz Mayor: ¡Casi no llego! Lo siento, hermana, el tráfico a esta hora se pone imposible, y encima cargar con todos estos chunches, pero ya estoy aquí y eso es lo importante.
Dos muchachas viajan en la silla delantera del bus arropadas con una toalla deshilachada, una muchacha despierta a la otra
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Muchacha 1: María, María, parame bola que te’toy hablando oye…ahora sí nos vamos… Eche, mira la doñita que estábamos eperando pa’ irnos. Miedda, cagaate de la risa, ¿pa’ dónde irán estas tipas? ¿No te’traña esta parejita? Siempre he oído decir que viajá con una monja trae mala suerte. Y si es negra, peor. No vaya sé que nos joda el viaje. Muchacha 2: Ay mujer, no joda, ya déjame dormir… Mejor pásame el agua y el otro mareol; quiero dormir y despertar solo cuando lleguemos. Y deja ya, chica, de masturbate la cabeza con tus agüeros. Desde que salimos no haces sino echarme rollo, que me quite la camiseta amarilla porque voy a llorar todo el viaje, que si traje la estampa de la virgen del Carmen, que si la ruda, y ahora que la monja negra…cállate pues.
Muchacha 2 se toma la pastilla y ambas se arrunchan debajo de la toalla. En la silla se ve un solo bulto. Mientras tanto, la Monja y su compañera se acomodan.
Monja Negra: Lucy, en un momento creí que se había arrepentido de venir por lo que le conté. Actriz Mayor: Georgette, usted no me conoce. Si digo una cosa, la cumplo. No me gusta andar con embelecos, para mí este viaje es importante, me gusta compartir lo que hago con la gente, y más con personas que a duras penas conocen el circo. Monja Negra: Perdóneme la desconfianza. Sé que usted es una mujer echada para adelante, pero le confieso que a mí misma me da miedo la ocurrencia que tuve en invitarla a esta aventura. Espero no equivocarme y que resulte provechoso para ambas. Usted y yo hacemos un buen equipo, ¿no le parece?
2 EL EDEN
El bus avanza ruidoso por la cinta oscura de la carretera en medio de la noche luminosa de luna y estrellas. Se escuchan ronquidos y estertores fuertes de los pasajeros y de repente se oyen los susurros en secreto de las dos muchachas.
Muchacha 2: Coge, chica, que no quiero volvé nunca más al pueblo, odio a la vieja y aborrezco a mi padrastro con todas mis fuerzas. Ese malparío me abuso sin tenel los 10 años y a ella no le impoltó. Cuando le conté llorando, me dijo “Deja tu embuste, tu tené la culpa, chica, aprende a gozar o te jodes”. Ahora es ella la que está jodida pol bruta, se la dejó meter de todos, ahora tiene tres zumbambicos y no tiene ni en qué caer muerta, vieja, arrugada, inservible, no levanta ni polvo y ninguno de esas gonorreas le ayuda. Muchacha 1: Eche, bueno, ya. Tranquila, marica, no te amargues más la vida, todo va a cambiá, ya estamos lejo y allá no nos vuelven a ver ni pintaas. Te lo prometí, tanto que te dije que nos viniélamos, ya estalíamos instaladas viviendo de lo lindo. El Juacho es un pájaro que ha volao alto y ha recorrío casi too el país. Conoce el negocio. Tengo ganas de llegar, encontrarlo y… comémelo a besos como cuando éramos pelaos. Muchacha 2: Ya pué, deja tu arrechera, que no hemos llegado ni a la puta mielda y salimos hace como una semana; además ni sabes si lo vamos a encontrá con esa dirección tan extraña Muchacha 1: Lo vamos a encontlal poque él y yo estamos ligados desde chiquitos. Después que vendíamos las cocadas en la playa, recogíamos caracoles y conchas, nos echábamos en la arena, él dibujaba mi
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cuelpo con las conchas más bonitas; luego se acostaba ahí mismo y yo le hacía lo suyo, y nos íbamos a bañá, después el mar subía y se llevaba nuestlos cuelpos a navegar; al oto día hacíamos lo mismo, así muchas veces. Estamos uno metido en el otro por la etelnidad y por eso ahora grandes nos queremos juntá pa siemple. Muchacha 2: Yo sí quiero es peldelme del mapa, espero no sabel de nadie… desapalecé para siempre, hacé de cuenta que me molí, que se me borren todos los recuerdos, olvidalme hasta de cómo me llamo. Me quiero cambial hasta de nombre, nombre nuevo, vida nueva… un nombre bonito como… . Muchacha 1: Bueno, yo a vos… te bautizo Lola Luna o mejol Luna Roja…o Luna Rota, o Alunada, ese sí que es bonito… Muchacha 2: Boba, vos sí no sabes ni que e bonito…quiero un nombre sonoro… un nombre como Selene, que es luna en inglé. Muchacha 1: Mejor Serena, como las toallas higiénicas y es en español. Empiezan a jugar entre ellas haciéndose cosquillas y riéndose a carcajadas, diciéndose los nombres que inventan. Muchacha 2: Mejor a vo te queda Agua Mala. O Aguachica, o Aguasal o Aguardiente o Aguá…ntate hijueputa… Muchacha 1: Yo a vo te bautizo Virgen del fango, Virgen del Agarradero, o mejor Virgen Chupapichas, o Virgen Corrompida… (sueltan carcajadas) Muchacha 2: No, ya sé, no vamos a bautizar: Las hijas de Dios: Lucifiera y Santanas, yo soy Santanás y vos Lucifiera, así nadie nos jode… (riéndose más duro)
Un pasajero del bus grita “Cállense, perras, dejen dormir”.
Muchacha 1: Perra tu madre, cabrón. Muchacha 2: Anda que te dé teta para dormir.
Sueltan sus risotadas y siguen su guachafita en susurros. La Monja Negra y la Actriz Mayor están incomodas, no han dejado de moverse y de cambiarse entre ellas sus puestos. Están urgidas de ir al baño.
Monja Negra: Señor conductor, ¿puede usted parar un momento? Necesitamos un baño. Conductor: Baño por acá, imposible. Estamos en zona caliente, no puedo parar, no vaya a ser que por una imprudencia mía nos den chumbimba a todos. Aguante, hermanita, aguante hasta llegar a Mocoa. Actriz Mayor: ¡Qué Mocoa ni qué diablos! ¡Qué servicio de bus es este! Las sillas se caen, no hay aire acondicionado, las ventanas no abren, no hay baño, y para colmo, no puede parar a que una se pegue su miada. Si hubiéramos sabido ni nos montábamos en este armatoste. Conductor: Yo no soy el dueño de la empresa, doñita, además por 40.000 mil pesos, ¿qué exige? Le recomiendo que la próxima vez viaje en avión. Si quieren les paso unas bolsitas, ahí verán…
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Actriz Mayor: Valiente pendejo, a burlarse de su madre.
Las muchachas se carcajean.
Monja negra: Lucy, le advertí que el viaje no era fácil, lo sé por los años que tengo de vivir acá, ningún trayecto ha sido mejor que este. Le pido un poco de paciencia. La paciencia es una virtud del espíritu santo que nos ayuda a no perder la calma en las adversidades. Actriz mayor: Hermana la paciencia también es una galleta de harina con almendras, que se come en España. Y le digo que con lo que me gustan y la edad que tengo, no he podido hacer una paciencia en mi vida. Monja negra: Conozco bien esas galletas también las llaman pechos de monja. Hablando de galletas mejor nos comemos el fiambre antes que el calor lo dañe.
Saca una bolsa, se la pasa a su compañera de viaje. Y a las muchachas que van delante de su silla
Monja Negra: Muchachas ¿quieren comer papas con huevo? ¿De dónde vienen y para dónde van? Si no es mucha la impertinencia (La monja percibe la mirada de aprensión de una de las muchachas) No desconfié la comida no está dañada, ni envenenada ni con burundanga. Muchacha 1: Venimos de la costa, llevamos 4 días viajando, y vamos pal Placer. Monja Negra: No me diga ¡Qué casualidad nosotras también vamos para El Placer! - Viste Lucy estas muchachas sí que son guapitas, llevan cuatro días viajando, y solo son alegría.- ¡Qué casualidad nosotras también vamos para El Placer! Mujer mayor: Ellas todavía no tienen las canas que tengo yo, además hermana, no creo en las casualidades.
El bus llega a su destino: La terminal de Mocoa. El calor se derrama por el rostro de las viajeras, pese a que llueve a cantaros. Las muchachas se despiertan inquietas guardan la toalla y recogen sus maletines.
Muchacha 1: Disculpe hermana, ute dijo que vive aquí, será que conoce o puede decirnos ¿dónde queda el Jardín de las Delicias? Monja negra: ¿El Jardín de las Delicias? ¿Ustedes también van para allá? (Sorprendida) Claro que sí, conozco muy bien el lugar ¿van donde la Mona? me lo imaginé, pero les advierto, la Mona es un gavilán, y ustedes están muy pollitas. Sino llegan a un acuerdo o no les parece el trato me dicen yo puedo ayudarlas. Yo conozco muy bien cómo se mueve aquí el negocio. Colabórenos con el equipaje mientras nos vamos bajando. Muchacha 2: Vos de veldá sos una chucha hipócrita y mal nacida, no disque las monjas negras son aves de mal agüero, y ahora nos le pegamos como lapas. Muchacha 1: Chica piensa, hay que aprovechar la opoltunida, la monjita conoce y puede ser nuestra salvación en este infielnito al que llegamos. Así mi querida Santanás nadie nos jode (Se ríen). Actriz Mayor: Ay Georgette, usted no coge experiencia, creí que después de lo que me conto ya estaba curada. Espero que no se esté metiendo en más líos.
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Monja negra: Lucy querida la vida me brinda la ocasión de socorrer a estas muchachitas inexpertas y una información no se le niega a nadie ¿no le parece? Actriz Mayor: Si, si hermana, pero no se puede ser tan confiada y no es que yo este juzgando a las muchachas, pero con esas pintas… Monja Negra: Lucy… Por favor… Si las mujeres ahondáramos en nuestras propias miserias... mucha seria la porquería a recoger, pero si encima de todo dejamos que el agua sucia se vierta al rio y siga corriente abajo, el mar será un solo excremento. Quizás esta coincidencia nos cayó del cielo… Yo conozco muy bien la gente de los brazaletes, no será fácil. Pero… algo me dice que ayudando a estas muchachas nos vamos ayudar todas. Actriz Mayor: Lo siento hermana con este viaje se me subió el caldo a la cabeza y me tiene atolondrada. Ojalá sea cierto y la oigan las Diosas hermana, Monja Negra: Tiene razón que agotamiento, vamos al baño de esa cafetería, desayunamos y resolvemos lo de las muchachas, a lo mejor también en el Jardín de las delicias, encontremos un lugar para descansar, antes de continuar la correría.
1 EL JARDÍN DE LAS DELICIAS
Mocoa es una ciudad pequeña o un pueblo grande y caliente. Amaneció lloviendo. Muchas calles están despavimentadas y los huecos se beben el barro. Se advierte por el movimiento de carros, camiones, motos y gente que es domingo. Día de mercado.
Monja Negra: Avíspense muchachas, caminen rápido, seguramente pronto estemos en el ojo del águila. Un consejo para todas: aquí es mejor no reparar en nada ni en nadie, tampoco dejen la mirada atrás curioseando lo que no les importa, así no tenemos que lamentarnos después. Aquí, mis queridas, mandan los hombres y unos más que otros, hay que saber distinguir los jefes… Actriz Mayor: Uy Georgette, ¡qué descubrimiento! (Imitando a la Monja) Aquí, mis queridas, las mujeres obedecen, como en todo el mundo, unas más que otras. Hay que saber descubrir a las rebeldes… Monja Negra: No te burles, es cierto y les advierto: aquí con las mujeres es mejor no entrar en intimidades, porque en el fondo ellas por miedo nos clavan el cuchillo por la espalda, es la ley del infierno.
El bullicio se vuelve más ensordecedor, empiezan a sonar las campanas de la iglesia y aumenta cuando las mujeres cargadas se van adentrando en la plaza. De las fuentes de soda, cantinas y locales salen múltiples músicas a alto volumen.
La Monja negra: Aquí dicen que las forasteras son más avispadas, pero es mejor disimularlo, porque tarde o temprano se las cobran. El orgullo es castigado con sevicia, hay que tener astucia para lograr lo que se quiere. Cuando lleguemos al Jardín de las Delicias déjenme hablar a mí.
Hotel El Jardín de las Delicias, construcción en madera de dos pisos. En la entrada hay un restaurante medianamente ocupado por clientes. Las viajeras entran a la recepción, donde hay colgada una reproducción descolorida del cuadro del Bosco, El Jardín de las delicias. Abajo del cuadro una mujer muy maquillada, sentada pintándose las uñas.
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Monja negra: Buenos días, Martica, llámame a la mona que necesito hablar con ella. Martica: Qué pena hermana, la mona no está y le digo de una vez, no hay piezas, todo El Jardín está ocupado. La Monja negra: No te creo, afuera hablé con el Zarco y me dijo que ella acaba de entrar, mejor anda llámala y déjale que traigo un recado urgente para el Juancho.
Las dos muchachas se hablan al oído. Muchacha 1: ¿Para el Juancho? ¿Y esta monja quien le hablo de Juancho?
Muchacha 2: Pues, chica etta mujé parece que se las sabe todas, ¿qué hacemos?
Martica:
Sapo hijueputa, ella me dijo que no estaba para nadie, ¿me oyó?, para NADIE. Y un consejito hermanita: Juancho ya no existe. Ni lo busque porque no lo va encontrar, así que pueden ir saliendo por donde entraron, no queremos problemas con la ley.
Mirando a las chicas. Ellas se cogen de la mano, se miran, los ojos de la Muchacha 1 se ponen llorosos.
Monja Negra: Ay Martica, donde manda capitán no cuenta el marinero. Permiso. La Monja Negra se cuela al interior gritando, sin importarle los gritos e insultos de la mujer. Monja Negra: Mona, Monita, soy yo, Georgette, te traigo un regalito… sé que te va a gustar… Se ve nuevamente a las viajeras por las calles del centro, cargando sus equipajes. La Muchacha 1 gime en silencio. Monja Negra: No será fácil, esta mujer no quiere soltar prenda, me parece que obedece órdenes… Vamos donde mi amiga Fátima, es maestra en El Placer y tiene una casa cerca del río. A lo mejor ella nos acoge… si el marido no está, claro… él es un… comerciante y un cobarde como la mayoría de los hombres por aquí. Actriz Mayor: Ay, muchacha, no llores más al tal Juancho, la felicidad es efímera y se rompe siempre como el vidrio. Razón tenía Christine de Pizan, cuando decía: Huyan mujeres del amor insensato, de la enloquecida pasión y sus juegos placenteros, porque siempre terminan en perjuicios para nosotras. Te puedo enseñar a espantar las penas cantando… . Monja Negra: Tranquila, Paloma, al Juancho lo encontramos vivo o muerto, pero lo encontramos, yo conozco personas que nos pueden ayudar a dar con él, estoy segura como de que me llamo Georgette. Muchacha 2: Hermana, ¿y usted cómo sabía que nosotras veníamos buscando al Juancho? Si solo le preguntamos por el Jardín de las Delicias. Monja Negra: El mundo es un pañuelo y el Jardín de las Delicias lo conoce todo el que sepa del arte de las caminadoras, y este es el centro de operaciones de uno de los reclutadores más reconocido para todo Putumayo.
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Es el amanecer, las viajeras junto con otras personas abordan un jeep que las conduce a El placer. En la carretera hay un retén y todas las personas son obligadas a bajar y mostrar las cédulas. Las muchachas, junto con una señora que lleva unas cajas con gallinas son apartadas y conducidas a una casa vieja al borde de la carretera. Después de un rato largo uno de los hombres de brazalete vuelve solo, y con desprecio entrega las cédulas. Hombre 1: Listo, súbanse al carro, pueden seguir el viaje. Actriz Mayor: Qué pena con ustedes los señores, pero nosotras no podemos seguir el viaje sin las muchachas, ellas vienen conmigo desde muy lejos y vamos todas juntas a las fiestas patronales de la virgen del Carmen para unas presentaciones culturales. ¿No es así, hermana? Hombre 2: No se busque problemas, señora, tenemos órdenes claras, las muchachas se quedan con nosotros, no tienen salvoconducto, y ni siquiera se saben el número de las cédulas, pueden ser infiltradas. Tenemos que hacer trabajo de inteligencia. Si están sanas, esta misma tarde nos encargamos de que lleguen a El Placer. La Monja Negra: Ni qué hablar, amigo, nosotras todas somos un equipo, y no nos podemos ir sin las muchachas. El comandante general me conoce y está al tanto de mi trabajo en la región. Yo respondo por ellas. Nosotras esperamos mientras ustedes hacen su inteligencia, y en tanto aprovechamos el ratico para ensayar el acto que estamos preparando, hoy ustedes serán privilegiados por escucharnos. (Dando una orden) Lucy, tráete el instrumento. Hombre 1: No, hermana, no insista, es un error quedarse aquí, son órdenes de los superiores. Sigan su camino, porque podrían tener problemas serios. Hágame caso, suban al carro y se van… no me presione más. Nunca se sabe… (La Monja Negra lo interrumpe). La Monja Negra: ¿Qué no se sabe…? Usted lo sabe todo y sabe además que a veces las órdenes de los superiores son necias y carecen de lógica, mientras las personas más humildes como usted son más espabiladas e inteligentes, y pueden razonar y tener sus propios pensamientos. Ustedes saben por Dios santísimo que el amor al prójimo es el valor supremo de la humanidad. Déjenos seguir el viaje. No se va arrepentir de su decisión, se lo prometo, serán bien recompensados por el Señor todo poderoso y por el comandante general, él aprueba mi trabajo como el del padre Arnulfo, son iniciativas culturales que no hacen mal a nadie, por el contrario… Hombre 1: Ya quisiéramos nosotros ayudarla, pero no está en nuestras manos. Hermana, súbanse al carro y se van. No nos causen problemas, las muchachas estarán bien. No me haga perder la paciencia porque… Actriz Mayor: (Aparece con el instrumento y con unas galleticas de harina en la mano) Prueben estas galleticas, en mi tierra les dicen paciencia. Nosotras mismas las hicimos. De manera comedida le pedimos que nos permitan continuar con las muchachas, necesitamos seguir ensayando el numerito que hemos montado para las fiestas de la Virgen del Carmen, estamos sobre el tiempo; les vamos a hacer una pequeña demostración para que se convenzan de lo bonito de nuestro trabajo. No se arrepentirán, estarán felices de habernos escuchado y de haber hecho caso a su sensibilidad. Los hombres se retiran a hablar. Después uno de ellos se va y regresa con las muchachas que están en ascuas, con los ojos transparentes y desorbitados.
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de la serie : Mis
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Hombre 2: Bueno, lárguense ya de una puta vez antes de que me arrepienta, que no las volvamos a ver por aquí. ¿Me oyeron? La Monja Negra: ¿Y la señora? Hombre 2: No me diga hermana que también es usted la dueña de la merca que trae la señora debajo de las gallinas. Lárguense de una hijueputa vez. Que no quiero saber nada más de ustedes. Hombre 1: ¡Espérate Huevón! Quiero oír qué es lo que tanto dicen que han ensayado.
Todas cantan en coro La petaquita, canción popular chilena.
Tengo una petaquita para ir guardando las penas y pesares que estoy pasando. Pero algún día, pero algún día, abro la petaquita, la hallo vacía. Todos los hombres tienen en el sombrero un letrero que dice “casarme quiero”. Pero algún día... Pero algún día, pero algún día, abro la petaquita, la hallo vacía. Todas las niñas tienen en el vestido un letrero que dice “quiero marido”. Dicen que le hace pero no le hace, lo que nunca he tenido falta no me hace.
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1 EL PLACER
De la puerta de un chongo sale una música de despecho que se mezcla con otras de negocios vecinos. Hay varias mujeres recostadas en la pared en compañía de un hombre, con aspecto de trasnocho, que deja ver el arma que lleva al cinto. Trata de disimular la sorpresa de ver las muchachas y ensaya a ocultar su borrachera, sin embargo su hablar duro y la gesticulación involuntaria lo delata.
Juancho:
Uy Carajo…No puedo creeeeer lo que ven estos ojitos que han de comé los gusanos…
Muchacha 1: Eche por fin amor t’encontlamo, vivito y coleando… ya hace rato que’tamos bucando a un tal Juancho que ya no existe y lesucitó como alias Tomate, pero ahora se le conoce en el medio como Pozeto. Eh mijito, ¿a cómo paga e’condedelo? Y con las ganas que tenía de vette… y ajá, miren donde me lo encuentro y tan bien acompañadito…
Paloma lo mira con los ojos del amor y del reproche. Se abrazan en medio de las miradas.
Juacho:
¡Dime si es una puya pa bailarla! Ay qué bonita mi Palomita. ¡Que sorpresa! Dichosos los ojos que te ven, ya me habían chismiao que ettabas por acá y muy ecoltada, t’ etaba epelando mi amor, esto es un placé pa’mí y pa’l Placé todo. Y e’tte angelito de Dios, me cayó del cielo… no me digas que es la Malía. Que hembra te’ha vuelto chica… ¿qué comes mujé? … elas una peleíta cuando…
Juancho se le tira encima a la Muchacha 2 para abrazarla, y la Muchacha 1 se interpone, con determinación.
Paloma:
¿Cuál es tu vaina, chico?, deja tus mañas, ponete serio, que el palo no está pa’ cucharas. Tenemos que hablal, y no me salgas con embustes, ya me han contado toditas tus diabluras. La Malía vino conmigo, pero ella decide qué es lo que más le conviene, que te quede clalo, Juancho.
Juancho gritando coge a Paloma con violencia por el brazo y la lleva aparte. María los sigue, dispuesta a todo.
Juancho:
Ajá, no te pongas tan aletosa, mamita, jálale al lespetico, conmigo pol las buenas Palomita, sino también llevas del bulto. Vos no podé venir aquí a glitalme como a un perro delante de mi gente, mejol cállate, y oíme de una vez, si están aquí es pol mí. Chica te voy a aclalar el paisaje… plimelo que estamos en Putumayo… y segundo que aquí la ley la hacemos nosotros, ¿sabías?, ¿o que clees, que lo hace esa puta monja que las acompaña?
Después cambia el tono a uno conciliador y amoroso cuando ve a María dispuesta a todo.
Juancho:
Vamos pa ’entro las invito a unas flías, ¿qué dicen? ¿O quieles que nos echamos un polvito, mi palomita? Yo creo que vos tené tanta necesidad como yo, ha pasao el tiempo. Y yo a vos te extraño bastante, mi amol…
Muchacha 1: Uy carajo, volvete serio, chico ¡Deja ya la fregatina con esa vaina! Primero tenemos que hablá, y entendé cómo es que funciona la cosa… el panorama no pinta tan fácil como tú decía, hemo tenío ya problemas y si no hubiela sido por la hermana y…
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de la serie : Mis
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Entran al Chongo semioscuro, las luces de neón fosforescentes dejan ver las sombras fantasmales de hombres y mujeres en las mesas bebiendo, algunas de ellas encima de las piernas de ellos. Juancho ordena las cervezas, vuelve al tono autoritario. Esta vez se dirige a la Muchacha 2. Juancho:
Ahora díganme, ¿cuál es la joda que tienen ustedes con esas pilobas? ¿De dónde acá la amistad con esas tipas? … No se hagan las pendejas… estoy hablando de la monja negla esa que se las pica de flanchute, y de la puta vieja que la acompaña. Ajá, ya se sabe que hasta dulmieron con ellas. No me digan que también se han vuelto alepelas y le jalan a la toltilla. (Dirigiéndose a la Muchacha 2) Aquí les enseñamos a que les gusten los manes. Yo, mamita, te puedo dal la primela lección.
Muchacha 2: Ja.Ja… ve e‘te tonto… no me haga leí…Juancho Cotes, yo apenas si te conozco, lo que sé de vos es lo que me ha chismiado la Paloma que te tiene por los cielos y lo que decían en el pueblo. Pero la verdá me parece que sos igual de tramullero a todos esos bichos del pueblo. Violento y fanfarrón. Nos tratás mal delante de la gente como si no nos conocielas, sabiendo que hasta palientes somos… Juancho:
Coge esa vaina. ¿Y qué queré? Me pescalon por sorpresa y de lepeso a echame cantaleta. Tampoco, yo no soy un mono pintado en la paled, chica.
Muchacha 1: Malía se voló de la casa, y quiele tlabajal y conseguir plata po’ aquí… yo le dije que vos nos ibas ayudá, ¿veldá? Muchacha 2: Esa es la veldá, quielo conseguil plata aquí o en cualquiel palte, abolesco la pobreza. Paloma dijo que aquí estaba la mata… y vine a congela como sea. Pero no me voy a enledá, con vos ni con nadie, tonta no soy y machorra tampoco. A esas “pilobas”, como vos decís, las conocimos en el bus en que veníamos y nos han ayudado mucho, y si no fuela por ellas quien sabe si te hubiélamo encontlao o quizás estalíamos ya mueltas, así que vos también lespetanos. Ahí ta. Juancho:
Uy y a eta, ¿qué alaclán la pico? Solo les advierto, esa vieja es muy faita, y nos puede causal muchos ploblemas, si es que ya no los tienen. Un día d’etos, me la quito de encima, ganas es lo que le tengo y si se metió conmigo me las va a pagal. Así a Carediablo no le guste.
Muchacha 1: Uy paciencia, piojo, que la noche es lalga… Deja tu bulla, lo que dice Malía es cielto, ellas han sido muy chéveles. La monja es negla pero es Flancesa. Nos mostló el pasapolte, y la que la acompaña es una altista, que vino a trabajar con ella y nos enseñalon cantal. (A María, como rogándole) cantémole a Juancho la canción de la tipa esa que se hizo famosa en los bares de Paris. Y así hacemos las paces, ¿veldá, Juancho? Juancho:
Bueno, empecemos de celo. ¡Salud y bienvenidas al Placé! Eche, canten esa güevonada y hablamos polque son muchas las cosas que les tengo que enseñal de los servicios que se les dan a los clientes: los tres platos, y si quielen conseguil más, están los adicionales que se pagan por fuera del menú.
Hacen un brindis y ellas cantan la primera estrofa de la canción Je ne regrette rien de Edif Piaf.
Non, rien de rien Non, je ne regrette rien Ni le bien qu’on m’a fait, ni le mal Tout ça m’est bien égal Non, rien de rien Non, je ne regrette rien
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Territorio y Dramaturgia
C’est payé, balayé, oublié Je me fous du passé Avec mes souvenirs J’ai allumé le feu Mes chagrins, mes plaisirs Je n’ai plus besoin d’eux (Aplausos) Juancho:
Espelo que todo haya quedado clalo, al plincipio no es fácil, hay buena competencia… Panamá, Ecuadol, Medellín, Peleira, pero e’toy seguro que ustede las supelan si le cogen el ritmo. Pelo soble todo, si mis angelitos siguen con devoción las leglas que les doy: no engomalse con el madulo, no cagala dejándose pringal… Aquí hemos visto calibonitas ilse con la cola entre las patas, otlas se van pero lio abajo con un gallinazo encima, y las ambiciosas hasta sin manos por quedalse con las melcochas de los dulos que vienen embambados.
Muchacha 1: Sí, la helmana nos contó que aquí las crueldades son muchas y por miedo la gente ni se entela de nada. Juancho:
Ya veo que la sapa esa no peldió el tiempo. Sí, mis peluches: guela avisada no mata soldado, yo lespondo por ustedes si se me poltan bien, les prometo que lapidito tendlán los bolsillos llenos, pelo si me juegan sucio, adió pastel, y lo digo en selio, (Gesto con el dedo índice en el cuello), tengo mis contactos con los negociantes y los comisionistas de panela, ellos siemple pagan mejol los selvicios públicos, el agua, la luz, y hasta el alcantalillado. Las voy a lecomendal tambien con los comandantes, pala que se hagan sus extlas
Salen del burdel, es medio día.
Juancho:
Vamos pal Edificio, allí funciona el puesto de mando, el dispensalio y hay habitaciones, tengo la mía pala cuando bajo al pueblo. Se van a quedal ahí pol estos días mientlas nos olganizamos, tendlán que limpiadla y de paso me lavan la lopita, estos días he estao muy ocupado. Ahola soy instlutol de la escuela de entlenamiento.
Muchacha 1: Creí que primero íbamos al puesto de salú a sacar el carné y a la Inspección de Policía para que nos den el salvoconducto y podel movilizalnos, estamos mamadas que en cada letén nos toquen y retoquen esos asquerosos de los brazaletes. Juancho:
Entérate de una vez, la policía somos nosotros, y nos encargamos de los salvoconductos. El dispensario hoy no funciona. En el edificio van a conocer al Comandante Genelal, al jefe político, al financielo y al médico... Y si está la Nikita, pues a la Nikita; ella es la encargada con el médico de revisál y contlolál los carnés. Es muy jodida y envidiosa con las bonitas, es mejor tenerla de amiga. Y ojalá encontremos al Manzano, con él se cierran los tratos y es quien las movilizará. A él también es mejor tenerlo contento porque es muy habla mierda y nos puede perjudicar a todos. Y si están todos, matamos seis pájaros de un tilo.
Muchacha 2: ¿Y es que tenés tanta puntería? ¿O quelés quitalte toda esa gente de encima aholando en munición? Juancho:
No es mala idea, pelo aun no llega el fin… sin embalgo tengo la espelanza de lalgarme pronto… cuando…
52 · Mis amores
de la serie : Mis
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Cerca de la plaza de mercado ven un grupo de mujeres jóvenes y mayores, con los pechos descubiertos, algunas con el cabello rapado, barriendo a pleno sol las calles, vigiladas por hombres armados y con brazaletes, y personas curioseando.
Muchacha 1: No joda. ¿Y esta velga qu’es? ¿Las mujeres barren las calles, boleando teta? Juancho:
Espabílenseme mis peluchis Aquí en El Placel todo es placel para los agujelos. (Se ríe a carcajada limpia) No es miedda lo que les he dicho… estas son las chicas malas, indecentes, y altanelas. Las que se agalan a pelial entre ellas, o alman bochinche, así se les va enseñando a compoltalse colectamente. Dios quiela que no las tenga que vel a ustedes en estas.
Muchacha 2: Miedda. ¿Y a quién se le oculen estos castigos? ¿No me digas que son tus ideas? Juancho:
No, mis castigos elan más poéticos, cuando fui superiol ulbano en El Tigle, las amalaba juntas de las manos y las hacia avanzar alodilladas y desnudas por la calle principal, y en el culo les ponía una flol (Sigue riéndose) Pero como no producía beneficio alguno a la comunidad, el Comandante General lo suspendió. Lástima porque era un espectáculo divertido. Juancho se acerca a una de las mujeres que barre y le toca los senos, y le hecha lo que él cree es un piropo.
Juancho:
Mamita, lindos los tetelitos. Espero que ya no quieras quitales los mozos a las otras.
Muchacha 2: (Dirigiéndose a su amiga en voz baja) ¿Vos le ves poesía a las maldades de tu Juancho? Paloma… Esto no pinta nada bueno. El edificio de tres pisos enchapado de frente con baldosas blancas y negras, como tablero de ajedrez. En una pared lateral de cemento tiene escrito con aerosol negro “Nosotros llegamos y nos quedamos, AUC presentes”. En el primer piso hay un recibidor con unas sillas viejas y un sofá de plástico rojo del que brotan resortes y espumas sucias. Hay varias puertas cerradas. En una hay un letrero con marcador que dice “Dispensario”. De la habitación del fondo salen confusamente voces de hombres, risas estridentes, a veces gritos, y el sonido constante de fichas de dominó sobre una mesa. En el sofá están sentadas muy cerca la una de la otra, la monja negra y la mujer mayor, hablan en voz baja. En el suelo está el equipaje. Actriz mayor: Es horrible la espera en este lugar… se siente la mala energía. ¿Dónde diablos estará metido ese tipo? Llevamos casi toda la mañana aquí sentadas esperándolo. ¿Sí será que va a venir? Como dijo la mujer que nos recibió, ¿no será que nos vamos y volvemos más tarde? ¿O será que está ahí adentro metido y ella nos mintió? Monja negra: Sí, la gente conoce este lugar como el infiernito. No, Lucy, no podemos irnos sin hablar con el Comandante General, pues sólo él puede darnos los salvoconductos y el permiso para hacer las presentaciones. Lucy, creo que tendrás que seducir a Carediablo, caerle en gracia, endulzarle el oído. Lástima que no estén las muchachas, hacemos un cuarteto perfecto. Pero entre las dos lo lograremos, estoy segura. Actriz mayor: Ay Georgette, con solo estar aquí y oír esas risas ya tengo miedo, me pregunto si voy a ser capaz de abrir la boca, de hablarle, no se me ocurre nada para ganármelo y que esté dispuesto a colaborarnos. Decime Georgette, ¿y es muy feo el tipo ese que le dicen carediablo?
Territorio y Dramaturgia
Mis amores ·53
Monja negra: No tanto lo feo, sino lo malo y energúmeno. Es más oscuro que yo, es casi azul. Tiene un diente de oro, que le encanta exhibir abriendo su bocaza para burlarse o para gritar. Los ojos le ocupan la mitad de la cara, cuando está furioso los abre tanto que solo se le ve la parte blanca, como si estuviera en trance, lo he visto así y de verdad es aterrador. Pero lo peor es que les tiene ojeriza a las mujeres, por eso tenemos que conquistarlo de entrada, yo lo conozco, no te dejes amilanar, no le hagas caso a sus sarcasmos, y groserías, no se le puede llevar la contraria, simplemente lo dejamos hablar, nosotras oídos sordos, hasta que nos toque el turno. Actriz mayor: Es increíble que la autoridad de un territorio esté en manos de un pobre endemoniado. Cada vez dudo más que lleguemos a presentarnos en estos pueblos… cuando diga el primer parlamento… El tiempo y el espacio desaparecen. La velocidad y contundencia de los golpes apagan todo signo de vida. Lo que queda en manos del agresor es un muñeco inanimado, una pelota de hilo, una sábana henchida por el viento… Ahí caigo. Se acabó la obra. Monja negra: No, no creo, él de arte no entiende, además ya no hay tiempo para arrepentirse, algo se te ocurrirá, lo primero es no mirarlo a los ojos para que no se sienta desafiado, él te inspeccionará de arriba abajo, te ira desvistiendo con ojos libidinosos, y por último querrá descubrir qué ideas tienes en el cerebro, tus propósitos de venir aquí. Es muy astuto, va calculando sus beneficios por adelantado, por eso es el comandante general, pero en el fondo de su infierno, él tiene su almita pese que aquí todo el mundo diga que es un negro desalmado, él me escucha como escucha al padre Arnulfo… varias veces me ha concedido favores para la gente, tal vez porque tiene una hermana que es monja salesiana, él mismo me lo contó, pero también me confesó que él no cree en Dios ni en la Santísima Virgen. Actriz Mayor: Qué pena con usted hermana, pero hoy por primera vez se juntan aquí mi miedo y la desesperanza… Quizás no medimos el peligro y tomamos un riesgo innecesario metiéndonos a la casa del mismo diablo. ¿Y si no le gusta la música ni el teatro, y nos jode los planes de puro despiadado? Monja negra: Ay mujer, la música le gusta hasta los sordos, es una buena estrategia, luego le pedimos el permiso para las presentaciones y el salvoconducto para movilizarnos. Estoy segura que lo vas a conquistar con tus encantos. Él es muy zorro, y nosotras tenemos que aprender de los animales, en África los zorros prestan un gran servicio a la naturaleza, sin darse cuenta dispersan las semillas de distintas especies arbóreas, con sus excrementos. Estoy segura que lo vamos a lograr. Anímate Lucy. Después de un largo rato se abre la puerta de la habitación del fondo y sale un hombre armado a través de la puerta se ven varios hombres alrededor de un viejo escritorio jugando y tomando cereza, al lado hay un revólver. Hombre:
Que entren, el Comandante General está ocupado pero que las va atender cinco minutos porque tiene que aclararle unas cuantas cositas antes de irse.
La Monja Negra y la Mujer Mayor se miran y en las miradas se traducen el miedo que sienten. Al entrar ninguna de las dos lo mira a los ojos.
Monja Negra: Buenos días, Comandante General, esperamos no quitarle mucho tiempo, el asunto es breve, le presento a mi amiga Lucy. Ella es una reconocida artista que aceptó acompañarme y echarme una manito con los grupos eclesiales y los coros para la preparación de las fiestas de la Virgen del Carmen, que ya se acercan, y de paso aprovechar para hacer unas presentaciones de una bonita obra que tiene. Ella no cobra por esto, lo hace porque tiene un corazón muy grande y generoso, como
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el suyo. Se acordará que el año pasado la gente quedo muy contenta y muy agradecida con usted por su colaboración. Este año van a estar más felices porque esta mujer es una verdadera artista. Carediablo: No me haga reír, que no estoy para sus chistes, hermanita. (Se levanta, de repente golpea la mesa con las manos y empieza a gritar como un loco) Se jodió, usted me tiene verraco ¿que se creyó? ¿Qué se está creyendo? ¿Que puede venir aquí y mandar como manda en el convento? Pues no y se jodió, ¿me entiende? Me importa un culo su artista profesional y la virgen del Carmen. Me ha cogido de monigote y de cuenta suya a mandar a mis hombres, saltándose los retenes y desautorizándome. ¿Quién le dijo que usted puede andar por ahí de detective husmeando el movimiento de mis subalternos? ¿Pero qué se ha creído esta mosquita muerta? ¿Usted cree que, porque tiene un cristo en el pecho, está salvada? (Coge el revólver y le apunta) Lo que usted necesita es que le llene el cerebro de plomo o que unas vergas le taladren por dentro las carnes y le tanqueen de semen el útero a ver si aprende la lección y deja de estar salvando putas en las calles. Ya no puedo hacer nada por usted, ¿me oyó?
La monja negra ha tenido la cabeza baja y respirando profundo como un toro herido levanta la cabeza y tratando de no perder la serenidad.
Monja Negra: Máteme, máteme de una vez pero no me humille más. Yo he aprendido a vivir en la decepción continua que me causan las personas como usted. Para mí no ha sido fácil afrontar la vida, primero por ser mujer y segundo por ser negra. Desde que nací en África he vivido en un mundo nauseabundo donde los hombres se comportan peor que cerdos salvajes. Se creen mejores que los demás, pero tristemente no se pueden superar solos, necesitan ayuda de otros seres humanos, para no morir ahogados en su propio estiércol. Pero de otro lado conozco la gente humilde que lucha por salir adelante pese a la miseria, se sobreponen al sufrimiento, están contentas con la vida y demuestran su amor y gratitud ayudando a los demás, tal vez por ellas me hice religiosa. Porque todos necesitamos de todos, pero en este momento usted necesita más mi ayuda que yo la suya. Cada vez estoy más convencida de mi misión en este mundo y me hago responsable de mis actos. Pero usted vive amenazado por sus propios temores y quiere lavar con sangre ese miedo. Así que si quiere matarme máteme de una vez, pero no me torture más (Gime con dignidad).
Carediablo baja la pistola, siente un poco de compasión, o quizás es una reacción automática cuando oye a la monja sollozar. Justo en ese momento aparece en la puerta Juancho con las dos muchachas. Se instala en el lugar un silencio confuso. Carediablo levanta la botella de cerveza, hace un brindis, bebe un trago, suelta una risotada malévola y su diente de oro resplandece.
Carediablo: Miren quien llega… ¡Salud! Qué pimpollos tan bellos, ¿no le parece, hermana? Hermanita, la salvó la campana, como le decía ahora estoy muy ocupado, tengo negocios que atender con urgencia, lo suyo puede esperar, vuelva mañana a ver qué puedo hacer por ustedes. No le prometo nada para su artista, la verdad hermana es demasiado arriesgado. Creo que el arte que usted me ofrece sobra en estos lugares. Fue una locura que se le hubiera ocurrido traer esta señora por aquí. Pero como la locura está de moda en los artistas y hay algunos que les gusta provocarse a sí mismos las heridas… no voy a oponerme a sus numeritos, pero me quedara difícil protegerlas se lo advierto. No me hago responsable de lo que pueda pasarles. Estamos en tiempos de cambio, condicionados a pactos y entregas… la gente está confusa y no obedece lealtades. ¿No es cierto, Pozeto? …
Actriz Mayor aprovecha la situación y saca su instrumento del estuche.
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Actriz Mayor: Disculpe mi comandante, yo vine aquí por voluntad propia, quizás fue una locura, pero la verdad lo que me impulsó fue la cultura, y la cultura en este país comprende la locura. Usted dice que la locura está de moda en los artistas, pero lo que nos moviliza no es una moda, es el amor descomunal por lo que hacemos, y sobre todo porque queremos que mucha gente pueda ver y sentir la belleza y se divierta con lo que hacemos. Aunque no nos reporte muchas ganancias. Sabe que la humanidad ha hecho arte desde siempre, porque necesita expresarse, estimular su espíritu, su pensamiento, alimentar su alma, así sus manifestaciones a veces sean terriblemente tristes, nos consuela; por esa razón me gustaría, ya que llegaron las muchachas, ofrecerles una canción folclórica que hemos ensayado con ellas, y sé que será también de su agrado y después nos vamos, para que se ocupe de sus asuntos.
El comandante general no tiene tiempo de decidir nada cuando ya las cuatro mujeres empiezan a entonar la canción popular chilena Casamiento de Negros.
Se ha formado un casamiento Todo cubierto de negro Negros novios y padrinos Negros cuñados y suegros Y el cura que los casó Era de los mismos negros
Cuando empezaron la fiesta Pusieron un mantel negro Luego llegaron al postre Se sirvieron higos secos Y se fueron a acostar Debajo de un cielo negro Y allí están las dos cabezas De la negra con el negro Y amanecieron con frío Tuvieron que prender fuego Carbón trajo la negrita Carbón que también es negro Algo le duele a la negra vino el médico del pueblo recetó emplasto de barro pero del barro más negro que le dieron a la negra zumo de maqui de cerro.
Ya se murió la negrita que pena p´al pobre negro, la echó dentro de un cajón cajón pintado de negro, no prendieron ni una vela ay, qué velorio más negro. (Aplausos)
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Carediablo: Felicitaciones, señora. Muy negra la canción, pero sonó bonito, espero que no se esté usted burlando de mí. Vuelvan mañana porque tengo que resolver otros asuntos. Adiós, hermana.
La Monja Negra observa a las muchachas, les hace un gesto de agradecimiento, o de conmiseración. Mira con indignación a los otros hombres, y salen.
Actriz mayor: Georgette, no fue la campana lo que nos salvó… fue su coraje… en un momento pensé que le iba a disparar, las piernas me empezaron a temblar, sentí que me desmayaba, se me nubló la vista, pero cuando usted resopló como un volcán con esa dignidad y esas palabras tan audaces lo desarmó totalmente. La fragilidad venció a la dureza. El que se lleva a todos por delante se sintió arrinconado, usted logró con sutileza humillar su orgullo de asesino, usted es una mujer admirable. Él es un pobre diablo, cobarde e infeliz.
1 EL INFIERNO
En el edificio empieza otro ajuste de cuentas. En los ojos blanqueados de Carediablo habita la muerte.
Carediablo: Pozeto, sos una verdadera lacra, un estúpido cabrón, ¿qué crees que yo soy güevón, o qué? ¿O que podes vivir de cachete? Se te acabo la chamba, estoy mamado de tus cagadas, era la última oportunidad y la perdiste imbécil, de nada te servirán las excusas porque no las voy a escuchar y ni pienses que, porque me traes como escudo a las nenas de la costa, te voy a disculpar, sos una larva y te voy a romper hasta el alma malparido. (Coge la pistola de nuevo y le apunta) Hace tres días que abandonaste la escuela, los mismos que llevas de guachafita, emparrandado putiando, haciendo ochas y panochas. Porque te vieron también negociando en los cristalizaderos, era la última advertencia, conmigo no se juega, aquí se me obedece y el que no, lo pongo bocarriba hijueputa. Vos lo sabes.
La realidad rebasa a Juancho. El Manzano se acerca al Comandante General y le habla al oído.
Carediablo: Subí malparido y acomodá las muchachas que no quiero que ellas te vean todo chorreado de mierda y sangre cuando te suelte todo el cargador.
Juancho se esfuerza por permanecer inmutable. El odio contra su jefe y contra todos los testigos de la humillación de que es objeto le carcome el corazón. Sale seguido de las muchachas. Ellas más mudas que una tabla. En el tercer piso entran a una habitación oscura, Juancho abre una pequeña ventana, la luz entra y se ve una cama metálica con un colchón sin sabanas, ropa sucia regada por el piso. Él permanece allí parado mirando hacia afuera sin pronunciar palabra.
Juancho:
(Soliloquio) El sol resplandece, pero yo no veo sino oscuridá, ¡maldita sea! ¿Qué le hablá dicho el Manzano al oído a carediablo? Solo sé que no es nada bueno, viniendo de él. Estoy llevado del diablo, ¿ahora qué hago? ¿Cómo voy a salir d’eta?, gana ha’ta de tilame por esta ventana, pero ni por su puta madre les voy a dal gusto de velme vencio
Con todas sus fuerzas le da una patada a la pared, las muchachas se asustan, la incertidumbre ha nacido hoy para ambas, y les carcome las palabras, se sienten a la deriva sin Juacho y sin la monja.
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Juancho:
Maldita la hora que se me tolció el camino que me había trazado, yo tenía todo planeado en mi cabeza, quise sel el hombre de confianza del Iguano y la embarré por ambicioso y ahora la sigo cagando por la malparidez del vicio, peldido por embalado, víctima de mi propia sobradez, no puedo ya lecuperar la plotección de nadie, soy hombre muerto, soy una basura y lo peor es que llevo de arrastre a estas dos peladas.
Carediablo, seguido por Manzano, y el Comandante financiero entran sorpresivamente en la habitación.
Carediablo: Bueno muchachas, a lo que vinieron venimos, queremos la pruebita antes de que se vuelvan el sobrado de la jauría, a ver desnúdense y se acuestan en esa cama, queremos ver lo que les enseñaron en el viaje esas guarras chupaflujos. A ver si lo hacen tan bien como cuando cantan. (Carediablo se ríe a carcajadas) Muchacha 2: Está muy equivocado, señol, plefiero mamársela a usted antes que acostalme con mujeles. Carediablo: (Con sorpresa y una risa entrecortada le responde) ¿Si? No me diga...Miren pues la putica tan avispadita y altanera que resultó. Te gusta el servicio de bombeo, pues empezá bombeando a Pozeto que yo primero veo y después pruebo. (Dirigiéndose a Juancho) Bájate los pantalones cabrón que te la voy hacer mamar gratis.
Paloma ve a Juancho bajándose los pantalones, se pone nerviosa porque sabe que ya Juancho le ha puesto el ojo del deseo a María.
Muchacha 1: Mi comandante, lo que Malía quelía decir es que ella no es lesbiana, si quiere yo puedo ofrecerle mis servicios, tengo más experiencia. Carediablo: Está buena la propuesta, vamos a divertirnos de lo lindo. A mí me encantan las competencias deportivas, y tengo una idea muy justa y equitativa: tú se la mamas a Pozeto y la otra me la mama a mí y el que se derrame más rápido pierde. Vos Manzano serás el narrador deportivo, y el comandante financiero hará de árbitro. (Carediablo grita a los que están abajo) Suban todos, están invitados al gran certamen deportivo del año nunca visto en El Placer, hagan sus apuestas, y traigan cerveza, necesitamos que las nenorras humedezcan sus boquitas, se las vamos a meter hasta la garganta. Y es mejor estar todos bien hidratados. Como premio, ustedes serán marcadas por Pozeto antes de que le vuele los sesos. Juancho:
(Volviendo a su soliloquio) ¿Que sé tlae entre manos este hijueputa neglo? Tengo que demostlarle que le soy leal, que no tengo plivilegios, puedo compartir con él y con todas estas gonorreas estas calnitas flescas, estoy dispuesto a dadle gusto a sus caplichitos. ¿será mejol ganal o perdel? Si gano qué ploblema y si pieldo también. Lo mejol es que él se sienta el campeón. Qué verrlaquera, lo que me faltaba, estoy nelvioso con toda la situación que hasta la polla la tengo asustada, yo que siemple estoy alecho. Tlanquilidad, relax. Juancho, sé generoso; lástima por las peladas que confialon en mí, soy un cablón, ilusionadlas, hacellas venil hasta aquí. Las pobles cayelon en la red como moscas. Segulamente ya se dielon cuenta que soy pura patlaña. Y la idiota de la Palomita muliendo de celos, trata de asegulase conmigo. No saben en la latonera en que están metidas ambas. Aquí empezó su condena y de esta no las salva ni la monja, ni yo… ellas como todo…son pura melca melca melca… y ni modo, no voy a salir saclificado por ellas y por su impludencia de metelse con esa hijueputa monja hechicera. Ya el Calediablo las quiere marcar.
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El Comandante financiero reparte cervezas, da las instrucciones para la competencia y ordena empezar. Las muchachas a pesar de querer mostrar su osadía tienen el alma atragantada, no vuelven a hablar, su suerte está echada.
El Manzano: Ya el árbitro ha advertido a las muchachas que está terminantemente prohibido el uso de los dientes. Se da el silbato para que empiece la competencia del chupe y chupe. En el extremo cerca de la ventana la dupla Pozeto y Paloma, y en el extremo cerca de la puerta esta Carediablo y la niña. A las chicas se las ve todavía tímidas, esperamos que las cervezas las desinhiban para que podamos entrar en calor con los espectadores. Los hombres están de pie, y los postrecitos de rodillas, las vergas todavía están caídas, con un poco de ayuda de manuela ellas irán alcanzando el tamaño deseado. Carediablo tiene el palo más largo que Pozeto.
Cada una de las chicas toma con una mano las pollas dormidas y se las llevan a la boca, que delicia de bombones, o tal vez se imaginan un helado de fresa, empieza a sentirse el ritmo del chupeteo, Pozeto y Carediablo empiezan a jadear y sus cuerpos a estremecerse, las cinturas bailan involuntariamente. Pozeto se masturba, coge con fuerza la cabeza de su partner y la obliga a trabajar, pronto vemos que esta actitud agresiva le da resultado, para eso estamos hechos los hombres, para exigir resultados. Aquí vamos a ver cuál es el Guardameta vencedor. Es un privilegio asistir a tan buen espectáculo ya estamos arrechándonos todos, quisiéramos todos ocupar sus lugares. Uuy empieza el atragantamiento, ¿será que la niña sí va a poder con la descomunal morcilla de Carediablo? Quien está ganando ritmo es la paloma, logra que pozeto tiemple la carpa y no es tan pequeña como se la vimos al principio. La verdad ambos penes tienen un tamaño fenomenal, y esas boquitas pintadas empiezan a mostrar sus habilidades para mamar vergas grandes. Las besan, las chupan, las miran, las acaricia. Van ganando cadencia, es una sinfonía de sonidos guturales en consonancia con los jadeos y estertores de las bestias; las dos parejas están tratando de no perder el impulso, los peluches están salivando lo suficiente para lubricar esos erectos penes de machos, combinan perfectamente el lamido con la succión.
Empiezan aparecer las infracciones al juego limpio, Carediablo le coge las tetas a la niña, fuertemente y ella grita de dolor. Su lengua de ternero huérfano logra un cosquilleo constante y necesario para hacerle blanquear los ojos a Carediablo. Pero la lengua de vaca de la compañera de Pozeto le lame todo el tronco y hasta las bolas, Pozeto ya empieza a lagrimear esperma quien hace un esfuerzo por aguantar. La niña le chupa el sombrero a Carediablo y este resopla como el mismo diablo, y parece que va a ganar porque Pozeto empieza a estallar y su leche blanca está siendo bebida por la paloma. En este mismo momento el árbitro declara terminada la competencia con un único ganador: Carediablo.
Carediablo arroja a la niña sobre el colchón, le dobla el espinazo, la penetra como un toro y le derrama dentro de su vagina toda la leche espesa de su verga. Mientras Pozeto deja a su compañera y se retira a mirar por la ventana, el médico aprovecha su arrechera y empieza a cabalgar en el suelo a la paloma abandonada.
Juancho:
(Continua el Soliloquio) La cagué…por güevón, pobles peladas, qué recibimiento, están enceladas en el mismo infielno que yo, una cálcel sin salida. Ya no hay más plomesas, sus ilusiones se mulielon hoy… sus miladas tlistes y llorosas se clavan en el techo de esta asquelosa habitación seguramente maldiciendome. No tengo justificaciones, ni me liblo de sel el sel más despleciable, como ha sido mi vida, no hay salida y esta es mi tlagedia. Somos de veldad unos monstluos deplavados y asesinos. No selá la plimela ni la última vez, que les ocurlan estas cosas a las mujeles Todos los días desde hace millones de años, les viene sucediendo. ¿Qué espelan ellas? ¿Polqué no se lebelan
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y se vuelven de una vez más malas y acaban con nosotlos que somos una verdadera manada de canallas y miselables, la peol bazofia de la humanidad?
Semanas Después…
Atención. Noticia de última hora, en un magistral operativo las autoridades de Colombia y Ecuador desarticulan en Puerto Asís, Putumayo, la más grande red internacional de trata de personas, de los últimos años, una organización criminal que engañaba jóvenes con la promesa de empleo y luego las sometían a la prostitución. Las investigaciones de la policía de ambos países y el ejército de frontera logran la captura de 5 personas. Entre los cabecillas figuran una monja de origen africano, una actriz de cabaret, dos ecuatorianos, y el jefe de la banda Juan Cotes alias Pozeto. Este último ya tenía orden de captura por otros delitos. Una fiscal especializada contra violaciones de los derechos humanos, les imputó cargos por el delito de trata de personas en concurso homogéneo. Y serán recluidos en cárceles de Pasto y Quito respectivamente.
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Reseña de la autora Pilar restrepo Licenciada en literatura por la Universidad del Valle con título de Maestría en estudios ibero-latinoamericanos de la Université Haute Bretagne (Francia). Cofundadora desde 1972 del Teatro La Máscara, pionero en la creación teatral desde la perspectiva de género en el país. Co- directora del laboratorio de creación teatral y pensamiento feminista. Sus obras se han presentado en importantes festivales del mundo. Autora del libro La máscara, la mariposa y la metáfora. Creación teatral de mujeres. Parte de un sinnúmero de historias insumisas que “rebelan el potencial del femenino en cada pieza y fragmento del arte teatral”.
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