Decisión reciente da aire fresco al
programa DACA POR MATEO GREELEY director asociado de comunicaciones
L
os sueños… frecuentemente vienen y se van de la mente tan pronto que se despierte. Pero el sueño de poder legalizar el estatus para personas que migraron a los Estados Unidos con sus padres cuando eran menores de edad siempre se queda muy pendiente y vivo. Entre noticias fuertes casi cada día sobre el racismo, la política y novedades de la pandemia del COVID-19, la decisión reciente de la Corte Suprema acerca el programa DACA (por sus cifras en inglés) llegó y parecía desaparecer. DACA es el programa federal que pretende dar un camino hacia la residencia permanente a personas que llegaron a los Estados Unidos cuando tenían menos de 16 años y que
prácticamente sean estadounidenses a pesar de tener raíces en otro país. La mayoría ni conocerían cómo es vivir en su país natal. La decisión de la Corte Suprema con una votación de 5-4 salió en contra de las acciones de la administración del presidente Trump de terminar con el programa. La Corte dijo que el intento de la administración en fin fue “arbitrario y caprichoso”. Los Dreamers, soñadores en inglés, por el momento deben seguir renovándose en el programa. Ellos pueden seguir estudiando o trabajando como participantes dignos de la sociedad estadounidense, pero solo por ahora, porque todavía el programa no está codificado como ley. Al explicar la decisión, el tribunal superior John Roberts dijo que esta decisión no rechaza futuros intentos si la administración de Trump desea terminar el programa. “Todos celebramos la decisión de la Corte Suprema. Llena a
50 REVISTA EL MONITOR Julio 2020
Defensoras del migrante, Marlene Laó-Collins, derecho, conversa con la hermana Norma Pimentel, izquierdo, directora de Caridades Católicas de la Diócesis de Brownsville, Tx., y su hermana, Irasema Pimentel, medio, durante un evento en noviembre, 2019. Foto por Dana DiFillippo muchos de nosotros con gran esperanza, especialmente a los Dreamers quienes ahora son adultos”, dijo Marlene LaoCollins, directora ejecutiva de Caridades Católicas de la Diócesis de Trenton. “Pero… por ahora, los participantes viven en un limbo. Como grupo defensor, animamos y urgimos a la administración federal avanzar el programa” y hacer que sea ya permanente y fuera de riesgo. No es solo el gobierno federal que debe actuar sino también el estado de New Jersey dice Lao-Collins. “New Jersey puede hacer algunas cosas acerca de crear la posibilidad de obtener credenciales y licencias si el empleo se los requiere a los Dreamers. El estado de New Jersey puede defender y apoyarlos para que no se quedan con incertidumbre”, dijo la directora. Esa incertidumbre afecta directamente a los participantes comenta Roberto Hernández, director de El Centro de Recursos Humanos, una sede de Caridades Católicas en Trenton. “La gente hesita renovarse en DACA como antes por miedo”, dijo Hernández. “La decisión no cambia nada en el programa. Los participantes deben mantenerse actualizados en el
El Anzuelo
programa”. Pero, siguió el director, realmente da miedo entregar toda la información personal al gobierno durante este tiempo en que la comunidad migrante se siente tan atacada y vulnerable. Mónica Cabrera, coordinadora de inmigración para El Centro, añadió que la situación actual “tiene un impacto grande en las familias jóvenes. Los recipientes de DACA llegaron aquí cuando eran niños, pero ahora muchos tienen familias e hijos. Sus hijos son ciudadanos”. “Seguro” es la palabra clave para las familias y personas en DACA según Carmen Pagán, directora de la sede de Caridades Católicas en el condado de Ocean ubicado en Lakewood. Comentó de las disparidades en cuanto las respuestas legales o de las autoridades acerca crímenes o delitos, algo que se ve con más frecuencia estos días. “No es realidad de que todos vivamos bajo la misma ley. Personas de DACA deben esforzarse más tomar buenas decisiones” y no portarse de maneras que pueden poner a riesgo su situación. “Somos una comunidad tan diversa que tenemos la tendencia de molestar o maltratar a quienes parecen más débiles”. Como sociedad, dijo Pagán, “tenemos que examinar nuestros sentimientos y reconocer lo que nos pide Dios. Nuestra vista debe ser por nuestra fe”. “Debemos esforzarnos a conocernos”, dijo Lao-Collins. “Somos partes separadas pero un solo cuerpo en Cristo”. Ella compartió que piensa que muchas de las divisiones que se ve tienen que ver con pensar que alguien está quitándole algo que no merece. “Bajo Dios, todos estamos merecidos y creados semejantes a Dios. Nadie está quitando nada de nadie” con respecto a la comunidad migrante. Lao-Collins siguió, “Miremos a los datos, impuestos e impacto económico que brinda la comunidad inmigrante. Gracias a los inmigrantes, las comunidades en donde viven prosperan”. Mynor Gutiérrez, migrante de Guatemala lleva un balde decorado con una bandera estadounidense y el mensaje del ‘sueño americano’, un sueño compartido por los Dreamers. Foto CNS/Carlos Garcia Rawlins
Carmen Pagán, derecho, directora de programas en la sede de Caridades Católicas en el condado de Ocean, posa para una foto con Lisha Loo-Morgan, coordinadora de servicios parroquiales.
Pandemia pega fuerte mientras comunidad demuestra fuerza
U
na cosa que la sociedad ha visto claramente durante estos meses de cuarentena causada por el COVID-19 es que, sin sorpresa, las comunidades más vulnerables han sido más afectadas. En medio de la pandemia, el personal dedicado de Caridades Católicas de la Diócesis de Trenton no ha parado. Pendientes de todas las medidas de precaución de salud, las sedes de la organización católica han acompañado y respondido a necesidades de las comunidades más vulnerables. Los equipos de trabajo usan toda manera sugerida de protección frente a la pandemia: máscaras, desinfectante, la distancia social, etc. El virus ha infiltrado a las comunidades urbanas dentro y alrededor de Trenton y Lakewood y en muchos otros pueblos de la Diócesis de Trenton. “He visto racimos significantes dentro de la población migrante”, dijo Marlene Lao-Collins, directora ejecutiva de Caridades Católicas de la Diócesis. “No me sorprende. Tienen poco acceso al cuidado de salud. Generalmente, la población ya suele tener resultados menos favorables de salud. Están más vulnerables porque muchos viven juntos en espacios compartidos, tal vez con varias familias en una sola casa. Entonces no hay manera de practicar la distancia social”. En el condado de Ocean en el pueblo
Foto cortesía de Dana DiFillippo
de Lakewood, se ha visto más de 10 veces más de casos positivos del COVID-19, según Carmen Pagán, directora de la sede de Caridades Católicas ahí. “En Lakewood, han resistido el mensaje”, dijo Pagán sobre la respuesta de parte de la comunidad que es mayormente judía ortodoxa.
“He visto racimos significantes dentro de la población migrante.” “La comunidad migrante coexiste con la comunidad judía ortodoxa. Todavía, los hispanos tenían que trabajar”. Pero los dueños de los negocios no parecían tomar en cuenta los materiales para protegerse de contagiar el virus. No daban máscaras ni facilitaron la distancia social en los lugares de trabajo. Entonces, todos empezaron a ver que surgieran más casos del coronavirus en la comunidad hispana por Lakewood. “Poco a poco vi a gente defenderse y decir que ya no iban al trabajo porque tenía que protegerse”. En un ejemplo de la fragilidad de la comunidad, Pagán compartió sobre Sigue en 52
Julio 2020 REVISTA EL MONITOR 51
El Anzuelo
Con gracia y gratitud PADRE JOSÉ FERNÁNDEZ-BANGUESES A JUBILARSE DESPUÉS DE 50 AÑOS DE SACERDOCIO POR LOIS ROGERS Corresponsal
H
“ Aniver
50
tal
2020
o rd
a sido inolvidable”, dijo el padre José FernándezBangueses al reflexionar sobre sus 50 años de ministerio sacerdotal. Tan inolvidable que no sería posible que solo deje la vida parroquial y arranque su júbilo. Por eso, después de sus 31 años de ministerio en España, donde nació, y los casi 21 años en parroquias en New Jersey, el padre S rio ace Fernández-Bangueses espera seguir en el a s ministerio activo en la Parroquia San Marcos, Sea Girt, donde ha servido como vicario parroquial por los últimos seis años. AÑOS “Doy gracias a Dios por el momento cuando entré al seminario hasta ahora mismo”, dijo el padre. “Voy a seguir aquí el año que viene, si mi salud sigue bien, y ser sacerdote en residencia siguiendo lo que he estado haciendo”. El padre entró al seminario cuando tenía 12 años. Fue ordenado al sacerdocio por el obispo Miguel A. Araujo Iglesias el 7 de septiembre del 1970. Por sus años como sacerdote en España, el padre Fernández-Bangueses sirvió como vicario parroquial, administrador y párroco en varias parroquias. También enseñaba en el seminario diocesano y servía como el director del apostolado de migraciones y vocaciones en su diócesis. Durante unas visitas a los EE. UU., vio una vitalidad de fe que le atrajo a querer ministrar aquí. Llegó a los Estados Unidos para arrancar su ministerio aquí el 10 de septiembre del 2001. Dijo el padre que esperaba poder participar en una experiencia dinámica de la fe. Se levantó la próxima mañana e inmediatamente vio en la
Fuerza frente al COVID-19 Sigue de 51
la muerte de una mujer por el COVID. Su hermana acogió a sus dos hijos que tenían 11 y 4 años. La situación se hizo más difícil porque la hermana no tenía documentos, no era el guardián oficial de los niños, no calificaba para apoyo económico federal y no hablaba inglés, ni mencionar que las oficinas gubernamentales estaban cerradas a causa de la pandemia. La señora estaba “Cuando la tía llegó a nuestra oficina”, explicó Pagán, “justo habíamos recibido apoyo económico y, entonces, podíamos ayudar. Además, le pudimos dar acceso al almacén popular y también le dimos unas tarjetas para hacer sus propias compras”. Roberto Hernández, director de El Centro en Trenton, compartía historias semejantes de la comunidad vulnerable de Trenton. “Desde la perspectiva católica, hemos visto muchas injusticias” en medio de la cuarentena dijo Hernández. 52 REVISTA EL MONITOR Julio 2020
El padre José Fernández-Bangueses, izquierdo, celebra a la Guadalupana con el padre Walter Quiceno, derecho, y fieles de San Marcos, Sea Girt. Foto de cortesía televisión que algo mal había ocurrido. “Vi el humo saliendo de las torres”, compartió el padre José. “Me sentía aterrorizado y asustado” dijo, pero también reconoció a toda la gente que le rodeaba. “Al venir aquí (a los Estados Unidos), mi di cuenta de lo tanto que la gente aprecia al sacerdote. En Europa, las cosas son diferentes. Aquí, se valora la fa. Por eso me vine y nunca lo he lamentado”. El padre José llegó a la Diócesis de Trenton en el 2006 y fue incardinado en el 2008. Ha servido como vicario parroquial en las Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles, Trenton, hasta el 2010; San Antonio de Padua, Red Bank hasta el 2014; y San Marcos, Sea Girt, hasta el momento. Está agradecido por todas las comunidades parroquiales en quienes ha servido y feliz de empezar la transición a la vida de júbilo como sacerdote en residencia en San Marcos con su mezcla armoniosa de comunidades. “Vivir como sacerdote en este paisaje ha sido algo único”, dijo el padre Fernández-Bangueses. “Me siento apreciado y amado”. Para responder y defender a la comunidad hispana, la agencia ofrece consejería, apoyo médico, comida, ropa y más. “Apoyamos a la persona completa”, dijo Hernández. “Miramos a las personas a quienes acompañamos como nuestros hermanos y hermanas en Cristo”. Mónica Cabrera, coordinadora de inmigración de El Centro, ha sido una de las personas claves para ayudar a la comunidad de Trenton. “No hemos parado nuestro servicio a la comunidad (desde que
POR EMMALEE ITALIA Contribuidora editorial
N
“
uestra seguridad está en el compartir y no el tener” es un refrán que se suele escuchar del padre Miguel Valle, vicario parroquial de la Parroquia San Pablo, Princeton, un principio que él sacerdote aprendió de niño en el departamento de Valle de Cauca, Colombia. El padre Valle aprendió ese mensaje cuando era niño con su familia campesina. “Mi infancia transcurrió en el campo en donde aprendí de mi padre, Miguel Ángel Valle, las técnicas para cultivar la tierra y de mi madre, Alicia Echeverry, las más exquisitas habilidades de la cocina campesina”, comparte el padre Valle. “Recuerdo también, que como éramos tantos hermanos en casa y al no haber ropa suficiente, todos terminábamos felices de compartir la misma ropa, sin importar si la talla o el color iban o no con nuestros gustos personales, pues de lo que se trataba era de satisfacer las necesidades del momento”. Ordenado al sacerdocio por el obispo Jorge Jiménez Carvajal el 19 de agosto del 1995, el padre Valle empezó su ministerio sacerdotal. Llegaría a servir en la Diócesis de Trenton en el 2002 a la Iglesia San José, Trenton, con el padre Javier Díaz. Ahora, el padre Valle celebra 25 años de sacerdocio. “Yo creo que la voluntad de Dios siempre sale, al igual que ocurrió con Pablo, el Apóstol”, reflexionó el padre Miguel. Dice que le ha encantado ministrar en las parroquias de la Diócesis. “He podido conocer a diferentes comunidades y [apoyarlas] a comprender que Jesús no está presente en la Biblia, la vida sacramental ni en las Misas dominicales solamente – sino que Jesús está presente en el gran libro de su vida personal y comunitaria”, dijo.
empezó la pandemia en marzo en esta zona). Personas tienen asuntos migratorios, necesitan comida”, dijo Cabrera. “Personas enfermas han venido aquí porque sus jefes no les daban máscaras ni cosas para protegerse de contratar el virus. Tienen miedo, pero a veces piden esas cosas y los jefes dicen que tienen que comprárselo ellos mismos”. Muchos en la comunidad hispana inmigrante no benefician de programas de apoyo que existen, pero tienen algo impresionante. “La resiliencia de la gente es increíble”, dijo Hernández. “Se les ha maltratado, se les ha pisado, y todavía el espíritu en ellos (la comunidad inmigrante) me conmueve… si uno no se emocionara al ver su fortaleza, tendría que ser hecho de piedra”. “Después de todas las dificultades que les afrontan”, dijo Hernández, “la gente todavía dice, ‘Primero Dios’. Eso nos motiva para poder cumplir con todo que tenemos que hacer”.
io Sace
25 AÑOS
tal
CELEBRANDO 25 AÑOS DE SACERDOCIO DEL PADRE MIGUEL VALLE
r sa
o rd
Siempre en Formación
Aniver
El Anzuelo
Al reflexionar sobre los últimos 25 años y en los que le quedan por delante, el padre Valle compartió, “No sé en dónde me corresponderá terminar esta carrera de fe que el Señor ha tenido a bien en ofrecerme, solo sé que, ‘por la gracia de Dios, soy lo que soy’”.
En una peregrinación en 2017 con fieles de la Parroquia San Pablo, Princeton, el padre Valle celebró Misa en la Iglesia de Santa Teresa de Ávila en Ávila, España. En la foto, el padre Valle venera al Santísimo. Foto cortesía de Lililan Mauro
VISITA PECESDETRENTON.ORG PARA INFORMACIÓN ACTUALIZADA DE NUESTRA IGLESIA, REFLEXIONES Y OPORTUNIDADES PARA TI. Julio 2020 LA REVISTA MONITOR 53